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Ue NL eCPEHIEN CU Educacion y participacion comunitaria’ £ Paulo Freire EXPERIENCIAS EDUCATIVAS i los seres huranos no hu- biesen sido capaces, entre otras cosas, de inventar el enguaje conceptual, de op- tar, de decidir, de romper. de pro- vyectar, de rehacerse al rehacer el ‘mundo, de sofiar: si no se hubiesen ‘wuelto capaces de valorar, de dedi- carse hasta el sacrifcio al suetio por el que luchan, de cantar y ensalzar el mundo, de admirar la belleza, no tendrfa por qué hablarse de la impo- sibiidad de la neutralidad de la edu- ‘cacion, Pero no habria tampoco por ‘qué hablar de educacién. Hablamos de educacién porque al practicarla, incluso pedemos negarla, El uso de la libertad nos lleva a la necesidad de optar y ésta a la imposibilidad de ser neutros Ahora bien, la imposibilidad to- tal de ser neutros ante el mundo, ante el futuro ~que no entiendo como un tiempo inexorable, ‘un dato dado, sino como un tiempo para ser hecho a través de la transtorma- KA cién del presente en que se van encarnando los " stor nencomsane, Aaa cesariamente ante el 3 " comarens pu, Zp a ubicarnos como educado- . res El deber de no cal tox. El derecho y el debor do é titra prdtca educativa en o> forenca eon muestra opin polt- ta De ahi que sila nuestra es una Spclon progresisia,sstantuemente democratica, debemos -respetando derecho. que tlenen tambien los educandos de optar y de aprender a ‘optar, para lo cual precisan de liber- 1 tentmonares libertad con que optamos (0 los obstéculos que tene- mos para hacerlo) y jamas imponer- les nuestra eleccién, sea o no de forma subrepticia Fe Si nuestra opci6n es democrat i cay si somos coherentes con ella, de tal manera que nuestra préctica no contradiga nuestro discurso, no nos es posible hacer una serie de ‘cosas que no es raro encontrar rea lizadas por quien se proclama pro- gresista, \Veamos algunas de estas cosas: 1.No tomar en consideracién el co- rnocimiento hecho de experiencia con el que el educando llega a la escuela, no valorando casi en nada el saber acumulado, llamado acientifico, del que es poseedor. 2.Tomar al educando como objeto de la practica educativa de la cual 41 es uno de los sujetos. De esta forma, el educando es pura inci dencia de su accién de ensefar. A al, como sujeto, le corresponde ensefiar, decir, transferir paquetes de conocimiento al educando; @ éste le cabe décilmente recibir agradecido ol paquete y memo- ‘izarlo ‘Al educador demécrata, en cambio, le corresponde también ensefiar; pero para él o ella, ensefar fo es ese acto mecénk- co de transferir a los educandos el peril dl concepto del objeto. Ensefiar es sobre todo hacer posible que los edu candos, epistemolégicamente curiosos, se vayan apropiando del significado profundo del obje- to, ya que slo aprehendiéndolo pueden aprenderio, Ensefiar y aprender son, para el ‘educador progresista coherente, ‘momentos del proceso mayor de ‘conocer. Por esto mismo inckyen bbasqueda, viva curiosidad, equlvo- cacion, acierto, error, serenidad, rigor, sufrimiento, tenacidad pero también satsfaccién, placer, ale ria 3.Alardear a los cuatro vientos que ‘quien piensa de forma diferente, cs decir, quien respeta el saber con: el que el educando llega a la es cuela, no para estar dando wueltas alrededor de él sino para ir més alls de él mismo, es populista, Iderista y anSrquico 4 Defender la vision estrecha de la escuela como un espacio exclusivo de slecciones que hay que ensefiar y lecelones que hay que aprender. por lo cual debe estar inmunizada (h escuela) de las luchas, los con flctos. que se dan sejos de ella en cl mundo distante. La escuela, en cl fondo, no es el sindicato 5 Hipertrafiar su autoridad hasta tal punto que ahogue las ibertades de los educandos y si éstos se robelan la solucin esté en el refuerzo del autortarismo, Asumir constantemente posiciones infolerantes en las que es impost ble la convivencia con los diferer tes. La intolerancia es sectaria ‘erica, castradora. El intolerante se siente duefio de la verdad, que le pertenece. No es posible crecer en Ia intole rancia, El educador coherentemen- te progresista sabe que estar de- masiado seguro de sus certezas, puede conducitio a considerar que fuera de ellas no hay salvacion. El Intolorante es autoritario y mesis- nico. Por eso mismo en nada ayu- dda al desarrollo de la democracia 7 Elaborar spaquetes de contenidos bajo el pretexto de la mejora cua lratva de la educacion, a los que se afaden manuales 0 gulas dest nados a los profesores para el uso) de los paquetes. Una préctica semejante transpi- xa auloritarismo. De un lado, ne res- peta en nada la capacidad critica de los profesores, su conocimiento, su practica, de otro, media docena de ‘especialstas que se juzgan tlumina: dos, se arrogan la caracidad de ela- borar © producir el spaquete> que tiene que ser déclimente seguido por los profesores que, para hacerlo, jen reeurrir a las guias. Una de las connotactones dat autoritarismo sla total desconfianza en las pos biidades de los demas, A lo maximo que llega el lide- razgo autoritario es a un remedo de democracia con el que a veces pro- cura off la opinion de los profesores fen tomo al programa que ya ests claborado, En lugar de apostar por la for- macién de los educadores, el autor: tarismo apussta por sus spropuestas+ ¥y por la evaluacién posterior para Comprobar si el spaqueter fue real mente asumido y sequido. Desde el punto de vista cohe- rentemente progresista. por tanto democratico, las cosas son diferen= tes, La mejora de la calidad de la teducacién implica la formacién por- manente de los educadores. Y la formacién permanente consiste en la préctica de analiza la préctica. Pen Sando su practca, naturalmente con la presencia de personal altamente calficado, es posible percibir en la prdctica una teorfa todavia no perci- bida, poco percbida o percibida pero poco asumida, Entre spaquetest y formacién permanente, el educador progresis- ta coherente no vacila, se entrega al trabajo de formacién. £10 ella saben muy bien, entre otras cosas, que es poco probable conseguir la criticad de los educandos a través de la domesticacion de los educadores. Como pueden los educadores pro Vocar en el educando la curiosidadt critica necesaria en el acto de cono- cer, su gusto por el riesgo y la aven- tura creadora, st ellos mismos no confian en si y no se arriesgan. si cellos mismos se encuentran ligados 2 la equiar con que deben transferir 2 los educandos los contenidos tent dos como ssalvadores? Esta forma autortaris de apos tar por los paquetes y no por la for macién cientlica, pedagéaica y po Itica del educador y de la educado~ ra, revela cémo el autoritario teme a la libertad, la inquietud, la incerteza, la duda y el suefio, y opta por el inmowllsmo. Hay mucho de necrétilo en el autoritarisma, asi como hay mucho de biofiico® no progresista coherentemente democrético, Creo que después de todas las consideraciones hechas hasta ahora, fos es posible comenzar a reflexio- nar eriticamente también sobre la cuestign de la partcipacién en ge- eral y de la participacién comunita- sa en particular La primera observacién que de- bbemos hacer es que la participacion, fen cuanto ejerciio de la ver, de te- rer vor, de asumir, de decidir en ciertos niveles de poder, en cuanto al derecho de ctudadanta se hala en relacion directa, necesaria, con la practica educativo-progresiva: los educadores y educadoras que la rea- lizan son coherentes con su discur 0, Lo que quiero decir es lo siguen: te: constituye una alborotadora con: tradieeién, una clamorosa incoheren: cia, una préctica educativa que se pretende progresista pero que se tealiza dentro de los modelos, de tal manera rigidos yverticales, en los que no hay lugar para la més minima posicién de dua, de curiosidad, de crftica, de sugerencia. de presencia viva, con vor, de profesores y profe soras que deben mantenerse sumi- 508 a los paquetes; de los educan dos, cuyo derecho se limita al deber de estudiar sin indagar, sin dudar ssumisos a los profesores: de los ce ladores, de las cocinaras, de los vig lanes, que trabajando en la escuela, son también educadores y precisan tener voz; de los padres. de las ma- dros, irvitados a ver la escuela © para fiestas de fin de curso 0 para recibir uejas sobre sus hijos o para encar ‘garse en grupos de la reparacién del edificio o hasta para spartcipary de los pagos de compras de material escolar, etc. En los ejemplos que doy tenemos, de un lado, la prohibicién EXPERIENCIAS EDUCATIVAS la inhibicién total de participacién; de otto, la falsa participacion Cuando ful Secretaria de Edu- cacién de la ciudad de Sao Paulo, ‘obviamente comprometido con ha- cer una administracién que, en com herencia con nuestro sentido poll co, con nuestra utopla, llevase en serio, como debia ser, a cuestion de la participacién popular a los dest- nos de la escuela, tuvimos, mis com pafieros de equipo y yo. que comen- zar por el principio mismo. Hay que decir que comenzamos por hacer una reforma administratva para que la Secretaria de Educacién trabajase de forma diferente. Era imposible hacer ‘una administracién democratica en favor de la autonomia de la escue- la, que siendo publica fuese también popular, con estruc- turas administvativas que sélo hacian vable el poder autoritario y jerarquizado. el secretario a los directores inmediatos, desde los jeles de sectores que, a su vez, extien- den las érdenes a las escuelas, En éstas, los directores, adjun- tando alas érdenes recibidas a sgunos caprichos suyos, enmude- ccon a celadores, vigilantes, cocine- ras, profesores y akumnos. Claro que siempre hay excepciones sin las cua- les el trabajo de cambio seria dema- siodo dif No era posible poner el sistema ‘escolar ala altura de los desafios que la democracia brasilena en aprendi zaje nos demanda, estimulando la tradicion autonitaria de nuestra socie~ dad. Era preciso, por el contrario, democratizar el poder, reconocer el derecho de vor de los alumnos, de los profesores: disminuir el poder personal de los directores, crear ins- tancias nuevas de poder como los Consejos de Escuela, decisorios y no solamente consultives y a través de los cuales, en un primer momento, padres y madres ganasen un lugar en los destinos de las escuelas de sus hijos. y en un segundo momento, ‘esperamos, la propia comunidad lo- ‘eal que. teniendo la escuela como algo suyo, se hiciera igualmente pro sente en la conduccién de la politica ‘exducacional de la escuela, Era preciso, pues. democratizar la Secretaria, Descentralizar decisio res, Era necesario iniciar un gobier no colegiado que limitase el poder del Secretario. Era preciso reorien- tar la politica de formacién de los docentes, superando los tradicions- les cursos en los que se insistia en el discurso sobre la teoria, pensandose ‘en que después los educadores po- ren en practica la teoria de la que se hhabl6 en el curso para la practica do discutir la préctica. Esta es una eft az forma de vivir la unidad dialéctica entre préctica y teoria. Lo que quie +0 dejar claro es que un mayor nivel de participacién democratica de los alumnos, de los profesores, de las madres, de los padres, de la comuni- dad escolar, de una escuela que sien- do piblica pretenda ir volviéndose popular, pide estructuras igeras, dis: uestas al cambio, descentralizadas, que permitieran con rapide y efica cia la accién gubernamental, Las estructuras pesadas, de poder cen- tralizado en el que soluciones que requieren rapidez se arrastran de sector en sector, a la espera de un parecer de aqui y otro de allé, se identifican y sirven a administracio- nes autoritarias, elitistas y sobre todo tradicionales, de gusto colonial. Sier- do la transformacién de estructuras, la que termina por definimos a su ianera, no se puede pensar en otra participacién popular 0 comunitaria. La democracia pide estructuras de- mocratizantes y no estructuras inhi- bidoras de la presencia participative de la sociedad civil en el mando de la repablica Fue eso lo que hicimos. Debo haber sido el Secretario de Educa: cién de la ciudad de Sao Paulo que menos poder personal tuvo, perc ude. por eso mismo, trabajar ef cazmente y decidir como los otros Una alumna de posgrado del Programa de Superuisién y Curricu- lum de la Universidad Catolica Pontificia de Sao Paulo, que trabaia fen su disertacion de doctorado so- bre Participacion popular en la es cuela: un aprendizale demoeratico en el pais de las exclusiones, en conversacion con una de las madres de alumnos de una de las escuelas, ‘municipales, le pregunt5: «Usted cree que es importante el Consejo de Escuela? ¢Por qué?>. Sip, respon did la madre entrevistada, «Es bueno porque en parte la comunidad puc- de saber como es la escuela por iro, Io que hace con nuestros hijos, la utiizacién del dinero. Ar- tes, la comunidad se quedaba de pertas para afuera. Sélo entrabamos en la escucla para saber las notas y reclamaciones de los hijos. Era slo {0 para lo que los padres, antigua: mente, eran lamados -0 para traer a kas fiestas un plato preparados, Con la llegada del Consejo se abre un espacio para el padre», con: tinda ella, «al entrar en la escuela, comencé a conacerla por dentro, A través del Consejo consequimos las ‘omidas para el segundo periodo, porque, por el horarlo, los nifios No fueron pocas las resistencias ® las que nos enfrentamos por parte de citectores. coordinadores pedagé- gicos y profesores, shospedando» en elias la ideologia autoritaria, colonial, elitista. Qué es eso, preguntaban, 2 veces, entre sorprendides y her dos. «/Seré que vamos a tener que atender suposiciones y criticas de esa gente ignorante, que no sabe nada de pedagogia”» La Ideologia, cuya muerte fue proclamada pero continia bien viva, con su poder de oscurecer la reall dad y de voleros miopes, les im pedia percibir que el saber de la ex Periencia viva por los padres, pr eros educadores, tenia mucho que contribuir al crecimiento dela escue- la; y que el saber de los profesores podia ayudar a los padres a una ‘mejor compransién de los problemas Vides en casa. Finalmente, el ran cio autoritarismo no dejaba presen. tir siquiera la importancia para el desarrollo de nuestro proceso demo- cratico del dialogo entre aquellos saberes y la presencia popular en la intimidad de la escuela, y que, para los autoritarios, la democracia se deteriora cuando las clases popula- res estén demasiado presentes en las escuelas, en las calles, en las plazas ppblicas, denunciando las fealdades y anunciando un mundo més bello. Me gustaria corrar mi contribu cién a este encuentro insistiendo en ue la participacién comunitaria, en el campo en tome del cual he habla: do mas, el de la escuela, en busca de su autonomia, para mi no debe sig- nificar la omision del Estado. La autonomia no implica la huida del Estado a su deber de ofrecer educa cién de calidad y en cantidad sufi- ciente para atender la demanda so- cial. No acepto cierta posicién neo liberal que, viendo la perversidad en toda lo que el Estado hace, defiende luna privatizacion sui géneris de la eduenctén: privatizar la educacisn pero con la financiacién del Estado, Le corresponde entonces a éste pa- sar el dinero alas escuelas organiza- das bajo el liderazgo de la sociedad civil Algunos grupos populares estan avanzando en esta linea, sin darse cuenta del riesgo que corren: el de estimular al Estado a lavarse las manos come Pllatos ante uno de sus, ‘ms serios compromises: el compro miso con la educacién popular. Los ‘grupos populares, clertamente, con su derecho a organizarse, crear sus ‘escuelas comunitarias y luchar para hhacerlas cada ver mejores, tienen derecho incluso a exigir al Estado, a través de convenios de naturaleze nada paternalstas, su colaboracién, Precisan, con todo, estar advertidos de que su tarea no es sustituir al Estado en su deber de atender a sus ‘compatieros populares y a todos los y las que, de las clases favorecidas, procuren sus escuelas Nada debe ser hecho, por tan- to, en el sentido de ayudar al Estado elitsta a deshacerse de sus obliga- ciones. Por el contraric, dentro de sus escuelas comunitarias © dentro de sus escuelas piblicas, las clases populares precisan luchar para que cl Estado cumpla con su deber. La lucha por la autonomfa de la escuela no es antinémica a la hicha por la escuela putlica Notas: * xracto 6 la ponaneia para 2! Congreso Intaciona de »Nevasporspctvas 5 an acuacions,organiado por a sl6n de Cereias dol Educaclin. Univer ad de Barcelona pubicataen Nuevas prs ecthaseticas en eaueaion. Pads, Ba. ‘alora, 1994 8 8 este propésto Georges Syndr, ‘soeciaments Le jd eco, Pars. PUE 1386 Nota de! editor Hay eine expo La aegra an & ascuei Bareiona Exitors Padua, 19 > A ropésto de necraia y bot, vas wm. sobre todo EF sarin de co, Siglo

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