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HISTORIA DELA SEGUNDA GUERRA NDI CC eMC UC POM Merce El autor de Armas Secretas Alemanas: Brian J. Ford CoO Co ec | ( ee eee ha efectuado un detallado estudio sobre el avance de la in- Peres eee ha een er Oe ee Ce feceie eae iE Ler aL Autor de muy importantes obras histéricos RA Cece See i eee ee ee a ae sor histérico del “Sunday Times Moaazi director de lo “Purnell’s History of the oe ee ee) serie de peliculas que la BBC produjo so- ee etre Le PY a UCL TNT metry AC CCL Coe LL eee ey Pee ee Ch Cae eS ee ee eer or y la estrategia anfibio. Muchos jefes fo- ere Are eae me eee ater Corer ee ime Lee Cee més de 30 libros, fue uno de los mejores Ce ee CS MCE VT Ca CL) er Ce oe ee Cee CRIM ete numer oe eee Oe et ee een ear ee ee Oe eee no Pee ee amet ee od + histérico-militares: “Los rusos en el Me- a PE ae i COMO Sim Luts Pails] Ce 18) | Cuando el III Reich inicia la tragica pirueta del de- ean Mm eM Ler eel ge Mee Ce Cele WLM lt tar hasta el Ultimo minuto la resistencia de quienes todavia creen en Hitler y en su causa: las armas se- - Cece Nadie sabe de qué armas pueda tratarse, pero todos ven en ellas un carisma al que no desean renunciar. La maquina de la propaganda, los discursos de los politicos, todo tiende a hacer creer que bien pronto - Alemania dispondra de elementos de destruccidn’ fa- bulosos, de ingenios auténticamente terribles, de pa- lancas tan demoledoras como inimaginables capaces de cambiar, por si solas, el curso de la guerra. Es una creencia que se mantendra, en muchos corazones,. RENCE MLO (MMe e (LL ¥ Las armas secretas fueron, a la vez, una quimera y una realidad. Quimera porque no podian concretarse en los cortos espacios de tiempo de los que atin disponia el Ill Reich bajo el acoso de ejércitos ene- migos poderosos y el martilleo constante de los bom- bardeos. Realidad porque, en efecto, las riendas pri- merizas y rudimentarias de la desintegracién nuclear. de los aviones a chorro, de los cohetes interconti nentales, etc., se encontraban ya en manos de los cientificos germanos. Ras aCe Caecum mt mel) ET tem) investigaciones militares de caracter no con- vencionales, la suerte de la contienda podria haber variado 0, cuanto menos, se habrian achatado las aris- tas de la derrota escapando al trance amargo de la rendicién incondicional. Pero Hitler, engafado por los triunfos de los dos primeros afios de guerra, no di- rigid su interés, hasta que ya era demasiado tarde, hacia un campo en el que ciencia y ficcién se entre- irdeto Aqui, en las paginas que siguen, se expone lo que tea MeL ee MEM UM MSL Cel ccled nazis: armas que, mas tarde, heredarian y potencia- rian hasta grado sumo soviéticos y americanos, ha- hiendo hecho de ellas, entre otras cosas, trampolin en la conquista de los espacios siderales por el hombre. Are Cae ll _ Armas -Secrelas clemanas ‘prologo 10°:...CrtC~C< astronaulicao = Brian Ford Director Editorial: Barrie Pitt. Asesor Militar: Sir Basil Liddell Hart, Editor Gréfico: Robert Hunt. Director Artistico: Peter Dunbar. Editor ejecutivo: David Mason. Dibujos: Sarah Kingham. Cubierta: Denis Piper. Ayudante de investigacion: Yvonne Marsh. Cartografia: Richard Natkiel. Dibujos especiales: John Batchelor. Prologuista y Presentador de la Edicion Espafiola: Vicente Talon. Las fotografias de este libro fueron especialmente seleccionadas de los archivos siguientes: (ete quierda a derecha, pigs. 2-3. Das Deutschs Museum, Munich; 7 Associated Press: 12-13, DM Munich: 15 OM Munich: 17 DM. Munich; 18-19 OM Munich; 20-21 OM. Munichs 23 DM Munich; 24-25 DM Munich; 32 DM Munich/lan Hoge; 33 DM Munich/tan Hogg: 34 lan Hogs: 39 tan Hogg: 36 DM Munich; 38-39 DM Munich; 40 DM Munich; 410M Mu 42 DM Munich: Munich: 45 DM Munich; 46 DM Munich; 47 DM Munich; 48-49 DM Munich; 50 DM Munich: S1"_OM. Munich: 52, DM Munieny “$3. Ba Munich: $2) Remenr Se BN Mri 57 DM Munich; 28 OM, Munich: 59 OM Munich: 60 DM Munich: 61 DM Munich: 62 DM Munich 62 Ulistein; 64°65 DM Municl Munich; 69 DM Munich; 70 DM Munich; 72 DM Munich: 73 DM Munich; 75 DM Munich: 76 DM Munich; 77 DM Munich: 80 DM Munich: 84 Ulistein: 86-87 Bundesarchiv; 95-97 Bundesarchiv: 101 DM Munich; 102-103. US Army: 104 Search: 112 Imperial War Museum; 114-115 1WM; 116-117 iWM 122-123 IWM: 124 Suddeuts- cher Verlag; 125 Ullstein; 130 WM; ‘132-133 1\WM. 136 DM Munich; 137 IWM; 138 tan Hogg; 138-139 Bundesarchiv; 140-141 lan Mogg; 142-143 Bundesarchiv; 144 DM Munich? 145 DM Munich; 146 DM Munich; 148-149 0M Munich: 150-151 DM Munich: 154 DM Munich; 158 Bundesarchiv/DM Munich. Traductor: Jaime R. Lanchares. 1." Edicién publicada en Estados Unidos por Ballantine. Copyright © Brian Ford. Copyright © en Lengua Espafiola. Lisrerfa Eprrortat San Martin. Puerta del Sol, 6. Madrid-14. Printed in Spain - Impreso en Espafia. Talleres Tipograficos “Velogra®”. Depédsito Legal: M. 2.322- 1971. - Indice 26 36 70 112 130 160 Presentacién. La guerra de las ocasiones perdidas. El toque migico. Las armas de terror alemanas., Los secretos cobran vida. E| quimico interviene en la guerra secreta. Tendiendo la red. Mayor altura y velocidad. Reactores, cohetes y proyectiles secretos. Bibliografia. La guerra de Ins ocusiones Introduccion por Barrie Pitt Este libro representa una notable contri- bucién a una historia que atin permanece inédita en su mayor parte. La tecnologia alemana fue siempre un factor importante en los asuntos mundiales y las demds na- ciones han ignorado a su costa los avances de los cientificos alemanes tanto en la gue- rra como en la paz; la campafia propa- gandistica aliada, que intenté convencer- nos a todos al principio de la guerra de que de la imaginacién alemana no habia surgido nunca ninguna idea creadora ori- ginal y de que todo su progreso cientifico no era mas que una débil copia del nues- tro, no sélo era extremadamente torpe sino absolutamente absurda y falta de funda- mento. No solamente se concibié al Este del Rhin un volumen considerable de inven- cién cientifica, sino que la aplicacién préc- tica del progreso cientifico alemén enca- minado a la solucién de problemas indus- triales habia alcanzado una fase mds avan- zada que la de cualquier otro pats. Como consecuencia de esto, segiin demuestra convincentemente Brian Ford, la mdquina bélica nazi se puso en accidn utilizando en la mayor medida posible el conocimien- to técnico mds avanzado disponible en aquel momento, y con el transcurso de la guerra la lista de ulteriores logros al- ¢anz6 proporciones asombrosas. Desde ca- fiones que disparaban “obuses” de aire hasta minuciosos proyectos de _platillos volantes; de rayos sénicos que resultaban mortales a 45 metros a cafiones que dis- paroban doblando esquinas y a otros que podian “ver en la oscuridad” —la lista re~ sulla aterradora en su_variedad. Por suerte para los aliados, factores politi- cos impidieron que la mdquina de guerra alemana utilizara mucho de su potencial latente con tanta eficacia como podria ha- berlo hecho. En algunos campos los acon- tecimientos impusieron una politica de pru- dencia hacia muchas derivaciones de los tecnoldgicos; esto dio lugar a que pro- yectos que habian sido desarrollados in- tensivamente hasta casi su culminacién fueran de repente relegados a la oscuri- dad como consecuencia de algiin cambio radical de estrategia 0 de politica a nivel gubernamental. Como descubririn los lectores de este libro, aunque los logros reales de los ex- pertos alemanes fueran irregulares (algunos de los inventos fueron menos desarrolla- dos de lo que suponemos), hacia 1945 existian algunos peligrosamente préximos a ser terminados que podrian haber cam- biado el resultado de la guerra, Una de las partes del libro, y no de Jas menos fascinantes, trata de algunos de los fac- tores que salvaron al mundo libre de ser dominado por la megalomania de Hitler, y se pueden extraer de ella sorprendentes conclusiones; el papel que jugaton cier- tas cldusulas del Tratado de Versalles en combinacién con ciertos aspectos del tem- Peramento alemén aparece claramente ex- Plicado_y bien argumentado, aunque sin duda, algunas de las conclusiones de Brian Ford darén lugar a controversias en circu- los tanto cientificos como histéricos. El resultado es claro: los nazis esta ban muy avanzados en cuanto a ciencia y pensamiento cientifico respecta y esta~ ban dispuestos a desarrollar todo aquello que fuera necesario para lograr la victo- ria a base del esfuerzo de los cientificos dentro de sus posibilidades econémicas. Cometieron algunos errores capitales por los que deberfamos estar eternamente agradecidos, ya que nos protegieron de adelantos que habrian inclinado Ia balan- za de la victoria en contra de los aliados. No estarfa de mds que recordéramos que no fue el Blitz lo que dio origen a las Propuestas de evacuar totalmente Londres, sino la Hegada de las bombas V, la pri- mer arma alemana de represalia que fue utilizada, Habia muchos otros desarrollos tras éste, sobre los que mucha gente no habia ofdo hablar hasta ahora; pero que podrian haber costado la guerra a los aliados. Los centros fe investi: gacion olemanes El cardcter alemin ha respetado siempre las realizaciones practicas y los titulos aca- démicos. Incluso hoy en dia, el visitante industrial que llega a Alemania (Oriental u Occidental) se da cuenta de lo util que resulta hacer constar en su tarjeta de Vi- sita que es “Mr. Ingeniero” o “Herr Doktor”; la educacién, la cultura y la condicién académica siempre han sido fac- tores importantes de la tradicién alemana. En los ahos 30 esta tendencia se des- arrollé de forma absoluta. Por medio del aparato propagandistico del futuro imperio nazi, tanto el académico como el inge- niero gozaron de una estimacién como nunca habian tenido, y la aspiracién de todos los hombres de éxito era incorpo- rarse a estas profesiones y triunfar en su Ambito. Pero cuando el régimen de Hitler legs al poder y empez6 a ejercer su in- fluencia hubo un desplazamiento muy sutil, en realidad apenas detectable, del interés. El cientifico puro empezé a no verse co- mentado favorablemente, el académico per- dié algo de su influencia y, sin embargo, el técnico, el hombre practico, el. inge- niero, iniciaron una escalada sin prece- dentes hacia las més altas cimas de la so- ciedad. Este desplazamiento del interés se malo- gr6 en seguida, no obstante, sobre todo por la discriminacién a que se vela some- tido un numero cada vez mayor de cienti- ficos alemanes a causa de una supuesta “inferioridad racial”; muchos de ellos se exilaron y abandonaron juntos el pais. A finales de los afios 30 el cambio habia sido casi completo; sdlo Goering conservé un profundo respeto por los intelectuales de Alemania y los utilizé al maximo. Uno de sus principales colaboradores fue el general Milch, judfo en parte, que a su debido tiempo Ilegé a ser jefe de la Ofi- cina Técnica de la Luftwaffe. A pesar de sus antecedentes “mestizos”, como decia Hitler, Goering mantuvo a este hombre en una posicién importante simplemente por su capacidad intelectual y por su habili- dad préctica Pero, en alguna medida, el anti-intelec- tualismo del régimen de ler tuvo el efec- to beneficioso que se deseaba, porque aparté al pueblo aleman de su aceptacién casi servil de la necesidad de la especia- lizaci6n académica y le permitié darse cuenta de que (a causa de la tan divul- gada “superioridad inherente” de la raza alemana) se hallaba por encima de la ne- cesidad de especializarse; todos tenfan la posibilidad (capacidad) de comprender los problemas de la tecnologia y de la socie- dad cientifica y se hicieron grandes es- Pruebos de un cohete A-3, un predecesor de las ormes V, en 1937. 10 fuerzos menos para_convencerles de que, més 0 superficialmente, estaban familiari zados con los temas. En segundo lugar, debido a este dar la espalda a la conse- cucién de un grado académico, un ni mero cada vez mayor de personas se hi- cieron trabajadores técnicos y el despla- zamiento de la investigacién pura fue acompanado de un rdépido cambio al des- arrollo, disefio e investigacién aplicada. Se establecié el culto al progreso y esta idea se arraigé en el pensamiento alemén. Alemania tiene una justificada tradicién de capacidad de trabajo de buena calidad, disciphina y espiritu emprendedor. Por esta razén, muchas de sus importantes firmas se dedicaban a la exportacién, con un equipo de ventas extremadamente puesto al dia para respaldarlas, y esto incluia (proféticamente) el desarrollo de los ar- mamentos. La marcha de los negocios de gran envergadura_permitid en corto plazo que este sector industrial alemén adqui- riera_enormes proporciones; los alemanes constitufan una de las pocas naciones que se hallaban preparadas para suministrar armas modernas y efectivas. Cudl era la razén de ésto? Sencillamente, su capacidad de investigacién activa. El suministro de armas es una de las ramas de la indus- tria que necesita, mas que cualquier otra, estar al dia. Para resumir: el fabricante de armamento que aspire al éxito tiene que ser el més avanzado técnicamente. Esto, y el estimulo prestado por los nazis al militarismo como ideal, condujo inevita~ blemente al nacimiento’ de enormes y prosperos complejos de fabricacién de armas, Existia también otro factor -que, aun- que ideado para frenar el proceso de rear- me alemén y disminuir su capacidad de produccién de nuevas armas, tuvo en rea- lidad el efecto de acelerar el desarrollo en gran manera. Nos referimos al Tratado de Versalles, que prohibia la fabricacién de buques grandes, aeronaves de gran capacidad o armas dé grueso calibre. Pero los alema- nes yencieron répidamente estas limitacio- nes en la medida de lo posible dedicando sus energias a la fabricacién de armas efec- tivas dentro de estos limites. A este fin existian armas de fuego convertibles que se podian adaptar rapidamente para uso militar; cafiones de gran velocidad; se vio nacer el acorazado de bolsillo y se perfeccionaron los avionse y los planea- dores. Todos estos factores que, unidos, hicieron posible que los nazis burlaran soslayadamente muchas de las restriccio- nes, aparentemente inevitables, del Trata- do de Versalles, Las fabricas de los complejos industria les de Krupp, Mauser, y muchos otros, suministraron armas y municiones a mu- chos pafses que inclufan en algunos casos establecimientos industriales completos en puntos tan alejados como América del Sur y en otros, a paises como Rusia, que mds tarde se convertirfan en sus enemigos. Antes incluso de la primera Guerra Mundial, existfa una Oficina de Armamen- to para el Ejército, que tenfa una seccién conocida por “Wa Priif’, abreviatura de Heereswaffenamt Priifwesen, 0 sea, Ofi- cina de Pruebas del Ejército, con la misién especifica de probar y mejorar las armas. Era, en esencia, un campo de prue- bas, y de él se derivaron muchos cambios y modificaciones importantes. Uno de los expertos de esta divisién, Karl Cranz, for- m6 més tarde una seccién del “Wa Prif” conocida por Waffen Forschungs (abre- viado Wa-F) establecida como un instituto auténomo de investigacién y balistica; esto constituyé la base de un desarrollo posterior en. tiempos de Hitler. Cuando Cranz se retiré (con mds de setenta arios segtin los informes) fue teemplazado por un tal profesor Schumann, a cuyo cargo estuvo hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. Este instituto perdié prestigio y su di. rector observé que a menudo no se le hacia el menor caso; parecia que Io que realmente interesaba eran las actividades de tipo més prdctico de la “Wa Prilf”. Por ¢s0, los fabricantes de armamento, que no deseaban cargar con el trabajo y el gasto de establecer sus propios institutos de investigacién, remitian su trabajo a Ia “Waffenamt”, pero observaban que este alejamiento del campo de la investigacién pura tendia a negarles muchos de los be- neficios que de otra forma hubieran po- dido obtener. Por tanto, esencialmente Ia artilleria no disponia de la dosis de inves- tigacién que _necesitaba. Cuando las cosas empezaron finalmente a desarrollarse en esta esfera, era casi demasiado tarde. No obstante, las experiencias practicas de los combatientes y técticos que utilizaron ar- mas en la Guerra Civil espafiola_propor- cionaron valiosas pruebas y una cierta ex- Periencia de las armas en la_pricti En el campo naval se emprendié la in- troduccién a gran escala de la nueva tec- nologia. Los limites impuestos por el Tra- tado de Versalles a los buques de guerra eran de 10.000 toneladas, pero gracias al uso predominante de materiales de alea- cién ligera y al desarrollo de soldaduras de gran arco con un disefo notablemente avanzado, los técnicos alemanes pudieron vencer muchas de estas limitaciones. El esfuerzo de investigacién estaba ba- sado en gran parte en la inversién de su- mas considerables por parte de las grandes empresas comerciales alemanas, que tenfan Ja oportunidad de hacerse poderosas por medio de 1a produccién y venta de armas y equipos de calidad. Existia una Marine- Waffenamt oficial (Oficina Naval de Prue- bas) a las érdenes del ministro que actua- ba como Comandante Naval —Oberkom- mando der Marine— y existian también varios establecimientos experimentales (Ver suchsanstalt), Estos incluian varias organi- zaciones bajo el nombre de Chemische- Physikanalische (Investigacién Fisica y Quimica), Torpedo, Sperr (Minas) y Nachrichen (Radio). Otros sectores como las Forschungsentwicklung Patente se ocupaban de las patentes y de las opera- ciones legales. Sin embargo, también en el terreno de la investigacién naval, a pesar de las res- tricciones del anti-intelectualismo de Hitler, los tecursos alemanes podrian haber ocu- pado el primer puesto mundial en cuanto a perfeccién técnica y experimentacién, En la Luftwaffe, las cosas eran algo diferentes. En este sector existia un gran interés por parte del gobierno hacia la investiga- cién, y antes de abandonar los asuntos en manos de la actividad individual de las sociedades comerciales, la competencia técnica de los recursos del gobierno fue Hevada a un estado de gran actividad y produccién, Recortando las peticiones algo arbitrarias de los coordinadores del pro- grama politico del gobierno, el ministerio aleman del aire pudo conservar bastante bien su independencia de accién; no per- mitié que nadie le intimidara, y (proba- blemente como resultado en cierto modo del engreimiento altivo y casi arrogante de los trabajadores en la investigacién del ejército y la marina) se las arreglé para crearse un aura de superioridad. Aunque Alemania, por las razones que ya hemos apuntado, gozaba de una justificada re- putacién como primer productor de arti- lleria y equipo naval, existian muchos otros paises con ministerios del aire igua- les 0 mejores, y Alemania no ocupaba una situacién incomparable en dicho campo. Pero lo compensaba estupendamente con la alta moral de la Luftwaffe, y esto ca- pacité a los alemanes para alcanzar metas muy altas. La investigacién y desarrollo en el campo de los cohetes, por ejemplo, era notable, como tendremos ocasién de ver y considerada como un ejercicio de Pruebas de uno de los motores cohete en julio de 1929. primeros aplicacién tecnoldgica a escala sin dentes, absolutamente unica En 1934, Alemania pudo evadirse de las limitaciones del Tratado de Versalles y emprender de nuevo el desarrollo a gran escala de su fuerza aérea, No se enfrenté con el problema totalmente desprevenida durante algunos afos antes (no se sabe cudntos con seguridad) habia funcionado un pacto secreto (y absolutamente ilegal) por el cual los aviadores alemanes habian sido instruidos y ayudados por la aviacién rusa a cambio de una ayuda reciproca. El Jefe de Estado Mayor de la Luftwaffe por esta época, el general Wever, era un defensor fandtico de la potencialidad de aviones mayores y de un radio de accién més amplio como parte de la politica ex pansionista de los nazis. Seguramente fue un motivo de gran satisfaccién para Ale- mania la construccién y puesta a punto del prmier avién totalmente metilico de esta época (el Dornier X)*; los aviones prece- +N, del T—Se refiere el autor a este momen: to erltico de la produccion. aerondutica en Alema: nig, pais donde desde 1918 estaba prohibida toda fabricacion de este tipo. Aviones de construccién metdlica eran realizados en otros paises yy en ‘misma Alemania, lo fueron ya en los anos de * primera Guerra Mundial 12 alemanes consiguieron muchos trofeos internacionales a finales de los antos 30. Se dice que en abril de 1939 se consiguié una velocidad récord de 755 km/h, por el capitén Wendel, que tri pulaba un Messerschmitt 109 (R), velo- cidad que no se volveria a obtener hasta después de terminar la guerra, por lo me- nos con aviones propulsados por hélice Incluso en este terreno, los alemanes trabajaban en secreto en muchos proyec- tos que posteriormente sorprenderfan a todo el mundo occidental; la propulsién a chorro estaba por entonces mucho més desarrollada de lo que suponfan los alia- dos y la aviacién con energia por cohetes estaba ya en fase de disefio, La mds te- rrible de todas las armas secretas alemanas eran sin duda los cohetes, y éstos también estaban empezando a ser desarrollados en secreto; ya en 1931 fue disparado el pri- mero de los cohetes modernos de combus- tible liquido desde una base en Dessau alcanzando una altura de unos 30 km y en el espacio de dos afios se formaron equipos secretos que investigaban la po- sibilidad de vuelos tripulados con cohetes como fuente de propulsién. La forma més veloz de llegar al enemigo es por el aire, por tanto es natural que ios centros de investigacion de la Luftwaffe es- tuvieran entre los mds avanzados en la premios y fabricacién de est armas de guerra, Y asi, mientras que los especialistas na- s nuevas y sorprendentes vales militares trabajaban intensamente a través de las organizaciones _ inde- pendientes y respaldadas_comercialmente con el objeto de conseguir armas nuevas (y por tanto susceptibles de ser vendi- das), la investigacién de la Luftwaffe per- manecia en estrecho contacto con el go- bierno. Habria sido absurdo fundar cen- tros gubernamentales cuando existia un claro peligro de duplicacién de los laboratorios independientes; ademas, des- de el punto de vista de la financiacién ha- bria sido dificil atraerse a los investiga- dores industriales, que en esta época se encontraban entre los técnicos y disefia- dores mejor pagados de Europa y .quizd del_ mundo. Sin embargo, al no existir una industria aerondutica tradicional, el gobierno se con- Virtié en el tinico apoyo real de Ia inves- tigacién aérea; sus hombres eran entrena- dos, y distribuidos por medio de un meca- nismo dirigido por el ministerio a nivel Superior; jefe maximo Goering, era, como ya hemos visto, un admirador de la inte- ligencia y de lo que de ésta se podia obtener y, conforme pasaban los afos, los mismos adelantos establecieron un prece- dente (aunque muy mal organizado y de- masiado espasmédico para ser efectivo a niveles modernos) como no se habia visto nunca en la historia de la guerra. Para su tiempo resultaba increible, y ademas fun- cioné bien. Pero, jdénde se hallaban los cen- tros y cémo eran? Y lo que es tam- bién importante, qué caracteristicas tenia Ja organizacién necesaria para esta gigan- tesca tarea? Al frente de la investigacién del ejército se hallaba el Comandante Supremo quien, por medio del Ministerio de Armas y Pro- duccién de Guerra, dirigido por Speer, ejercia el control de la politica general del Wa Priif. Al mismo nivel de este departa- mento se hallaba el Waffen Forschungs, seccién de investigacién de armas que te dia siempre a conseguir la prominencia, pero que (quiz debido a la mala organi- zacién y a disensiones en su politica se- gin avanzaba la guerra) funca Ilegé a tener la misma importancia que el Wa Priif. Muchos ulteriores investigadores de los afios de guerra han Ilegado incluso a imaginar que el Wa F era solamente una subdivisién del Wa Priif; no obstante, en términos de organizacién, ambos tenfan la misma categoria. Los dos estaban contro- lados por una sola oficina llamada Heeres waffenamt u Oficina de Armamentos, bajo el mando del general K. Becker hasta su 13 muerte al principio de la guerra en que asumié la direccién el general Leeb. Y, por tltimo, junto a los departamentos Wa Pruf_y Wa F, estaba el Beschaffung o seccién de Compras y Produccién. Esta era la divisién comercial encargada de ob- tener ofertas de produccién, comprar ma- terias primas y ofrecer contratos de pro- duccién a firmas extranjeras. Se organizaron subdivisiones para in- vestigar otras derivaciones tales como mu- niciones y armas, ingenierfa (en su més amplia acepcidn), sistemas de sefales, equi- pos dpticos y de comunicaciones, y cohe- tes. Esta situacién, en cierta manera and- mala, surgié porque los cohetes eran con- siderados (como atin hoy lo son por al- gunos militares) de una naturaleza dual. Hay quien dice que son esencialmente bombas de artillerfa que transportan su propio cartucho; otros afirman que en realidad son aviones aunque con alas més cortas y sin piloto. De esta forma se establecieron dos di- visiones del Wa Priif del Ejército: una para cohetes con combustible sdlido, la otra para cohetes con combustible liquido. Antes del estallido de la guerra se reuni un equipo integrado por 250 de los mejo- res cientificos alemanes jévenes_dirigidos por el entusiasta general de divisién Dérn- berger, se les concedié dinero, estado le- gal y equipo, para que fabricaran, senci- Mamente, cohetes que hicieran temblar al mundo. ‘Del emplazamiento de Kummers- dorff que ocupaban antes de la guerra, el grupo se traslad6 en 1937 al Heerever- suchsstelle (campo de pruebas del Ejército) de Peenemiinde, y empez6 seriamente su trabajo. Posteriormente, la expedicién fue dispersada a Bliecherode y Kochel, una vez que los aliados descubrieron el centro de Peenemiinde y empezaron a_atacarlo. El campo experimental de Kummers- dorff cerca de la capital, Berlin, se con- Virtié entonces tinicamente en un terreno de pruebas para cohetes y caflones. Se de- cfa que habfa quince zonas distintas de pruebas, que nunca Hegaron a saturar su capacidad. Muchas de las armas alemanas més secretas y modernas fueron probadas en este lugar hasta que fueron conocidas todas y cada una de sus caracteristicas, y mientras duré la guerra se llevé también a cabo un asesoramiento y anilisis pareci- dos en un campo similar en Gottow. La guerra quimica, que bien hubiera podido provocar las consecuencias conflic- tivas més espantosas conocidas en una guerra, también ocupaba el pensamiento alemdn en este perlodo. Como veremos, dedicaron mucho tiempo y esfuerzos a la 14 consecucién de venenos mas répidos y mas mortiferos, y entre otros productos secre- tos menos complejos, desarrollaron al fi- nal de la contienda varios gases nerviosos de gran potencia. El centro de desarrollo y experimentacién se hallaba en un terre- no de pruebas cerca de Raubhammer. To- da la empresa estaba cuidadosamente con- trolada_y los edificios camuflados eran muy a menudo totalmente indetectables aun por los reconocimientos aéreos alia- dos mds minuciosos. Respaldando todo este montaje se en- contraban los establecimientos de educa- cién y los institutes (los Hochschulinstitu: ten), en niimero superior a 200, y las com: pafifas independientes o firmen, de las que dependia gran parte de la investiga- cién. La organizacién en la Marina era bési- camente similiar. También aqui habfa sub- divisiones separadas de la oficina minis- terial base, y como en la investigacién | del Ejército, gran parte del trabajo se ba- saba en la cooperacién y apoyo de las compaiiias independientes. La oficina prin: cipal era aqui la Marine-Waffenamt (Di vision Naval de Armamento), bajo el man- do de Speer. Las distintas’ subdivisiones especializadas eran similares a las del Ejército y, a su vez, estaban respaldadas por las divisiones experimentales y de prue~ bas. Estas proporcionaban un vinculo de ayuda cibernética a las divisiones de in- vestigacién, ya que las primeras dificulta~ des y las mejoras sugeridas procedentes de los ejercicios experimentales eran _absor das r4pida y eficientemente hasta llegar a una solucién teGrica dada por las fases_ sucesivas de desarrollo, y de esta forma, — una especie de evolucién mecinica por la “supervivencia de los mejor dotados” no solamente se mantenfa la calidad, sino que era firme y consistentemente mejorada. La organizacién del Ministerio del Aire era inmensa. Ya desde los comienzos de la preparacién para la guerra existian di ferencias con la maquina organizadora de la investigacién para el Ejército y la Ma- tina. El mariscal del Reich, Goering, ocu- paba un puesto prominente y ten! un control absoluto de sus directrices y des- arrollo (incluso por encima de la autori- dad del ministro Speer). Inmediatamente debajo de é1 se dividia la organizacién en dos funciones: el Reich Luftfahrministe- rium, o Ministerio del Aire propiamente dicho, y la seccién técnica y cientifica res- ponsabie, entre otras tareas, del desarrollo de armas secretas. Una de las principales divisiones en este terreno era el Techniches Amt, con base en Berlin, es decir. la principal oficina técnica del Ministerio. A la cabeza de esta importante divisién se encontraba_inicial- mente el general Udet, quien fue reem- plazado durante la mayor parte de la gue- Tra por el general Milch y sustituido a su vez por el general Diesing. La mayor par- te del personal de esta divisién eran de hecho militares, y su trabajo consistia principalmente en organizar y coordinar la investigacién y el desarrollo de la avia- cién, comunicaciones, equipo, etc., todo ello ‘realizado en condiciones de absoluta reserva. Las distintas organizaciones das eran muy diferentes entre Zelle era la divisién encargada del disefio de fuselajes. Motor se ocupaba de la pro- duccién e investigacién de motores de aviacién de todas clases. Gerdre (instru- mentacién) y Funk (comunicaciones por radio y equipo de radar) suministraban a las fuerzas aéreas el equipo mds moder- no. Waffen (armamento) realizaba unos avances enormes en armas de todo tipo, excepto bombas. Este capitulo era res- ponsabilidad de la divisién Bomben. especializa- Un cohete A-3 es puesto en posicion de lanzamiento en un centro secreto de ex- perimentacién, en 1937. que tenia también la misién de estud nuevos visores de bombardeo y equipo de punterfa. Boden tenfa a su cargo el equi- po de teirra, y Torpedo investigaba toda clase de minas susceptibles de ser arroja das desde al aire. El Fernsteuer Geriite investigaba sobre cohetes, lo que Ilevé al perfeccionamiento de la bomba volante V-l. Esto se debia sencillamente a que. como ya se dijo antes, algunos de los co- hetes eran considerados “aviones sin pi- loto”, y. como tales, resultaba_mas légico que estuvieran a cargo del Ministerio del Aire; no asf los que (como la V-2) eran esencialmente proyectiles sin alas. Esto sig- nificaba, sin embargo, que existia una di visin fundamental entre las dos activi dades. Toda la operacién era coordinada por el Forschung Fithruny (que literalmente sig- nificaba gufa a la investigacién), divisién conocida generalmente por “Fo-Fi”. El grupo de los cuatro cientificos jefes estaba siempre preparado para mantener conver- saciones con los mandos de Berlin, y el grado de coordinacién conseguido entre la investigacién y los pedidos era consi- 15 derable, quizé demasiado considerable, co- mo se vio luego, porque los cambios de politica a nivel gubernamental repercutian a menudo en repentinas alteraciones de los programas de investigacién, que, pese a cuanto pueda decirse sobre su eficacia a corto plazo, no hacian ningtn bien a la base del programa en su totalidad, Y por ultimo, como burro de carga de toda la méAquina, habfa varios estableci- mientos Anstalt bajo la supervisién de un director que controlaba las distintas dependencias de cada instituto. El “Fo- Fu", al establecer tales institutos, habia conseguido una politica que hacia hinca- pié en un control fraternal _y amigable, buen nivel de vida y un ambiente laboral digno; tenfan un abundante respaldo fi- nanciero y material y oportunidad para un frecuente intercambio de ideas, todo esto montado sobre la base de la interdis- plina, tan necesaria para un avance efec- vo de la investigacién a gran escala. El Zentralstelle fiir Wissenschaftliche Berichterstattung (Centro de Archivos Cientificos) actuaba como centro coordi- nador de publicaciones de los nuevos des- cubrimientos. Como todos los cientificos, incluso los que trabajaban en campos secretos, les gus- taba ver publicados sus trabajos, se publica- ban muchos articulos que se distribufan al personal interesado, Se crearon algu- nos anuarios especiales para que la obra de los principales cientificos fuera cono- cida por sus colegas mAs distantes. Se hizo mucho para levantar la moral y aumentar la eficiencia, y todo esto fue compensado espléndidamente en muchos aspectos. La posicién que ocupaban los cientificos era ms o menos [a siguiente: se pagaban anualmente a un investigador tipico sala- rios equivalentes a 5.500 délares, y esto suponfa en Alemania, por aque! entonces. mucho mds de lo que parece en las con- diciones de hoy en dfa. Echemos un vistazo hacia el tipo de ambiente en que trabajaban estos cient/- ficos; eran notabies incluso con referen- cia a los médulos de hoy dia, y les ro- deaba un aura claramente jamesbondiana. En las afueras de Braunschweig hay una gran zona de bosque rodeada en campo algo mds abierto por unas pocas granjas dispersas. Por lo menos, esa era la ima- gen que ofrecfa a los reconocimientos aé- Teos; pero este inocuo rincén de Alema- nia era en realidad algo completamente distinto bajo el camuflaje. Era la Luft- fahrforschunganstalt’ Hermann Géring, el Instituto Goering de Armas Aéreas, uno de los principales centros de investi- 16 gacién de alio secreto. Desde el aire no era visible ninguno de los edificios centra~ les, ya que se hallaban todos a nivel mds bajo que los drboles y las ramas los cu- brian por completo. Habfa al menos cua~ renta centros de armas secretas en s6lo esta unidad, la mayor parte de ellos dedicados a la mejora de blindajes y a la experimentacién de proyectiles balisticos. Se construyé un gran tunel de viento su persdnico y. debido a razones topogréfi- cas, la toma de aire se tenia que realizar en campo abierto. Asi, pues, los especia~ listas alemanes erigieron una falsa granja que ocupara esta localizacién, exacta en sus menores detalles; en uno de sus ex= tremos (en donde se hallaban situadas las _ tomas de aire) habfa una casita accesoria, | Su tejado se corrfa por completo para de- | jar al descubierto los conductos de salida cada vez que se iba a utilizar el aparato, y a continuacién se volvia a correr de nue- vo tranquila y discretamente, aunque de- jando bastante visibles las ' viguetas de apoyo a sus lados. Pero nadie lo observé. nunca, ji Y de esta forma se levanté este inmen- so centro, que estuvo operando a. ple- no rendimiento a lo largo de toda la guerra sin que nadie conociera su exis- tencia; en toda la guerra sélo cayeron cerca de este lugar dos bombas, mas se trataba de errores de expediciones de bombardeo contra la ciudad cercana. En Ruit, a unos trece kilémetros de Stuttgart, se fundé otro instituto de las mismas caracteristicas, el Luftfahrtfors- chungsangstalt. Graf Zeppelin; pero éste se atenfa mds a la apariencia tradicional de un centro aleman de investigacién. Cs mo tal, pronto fue localizado por el Ser- vicio de Inteligencia aliado y bombardea- do. Este instituto se ocupaba principal- mente de la por entonces nueva ciencia de la aerodindmica. Se experimentaban modelos de armas secretas, cohetes, pro- yectiles dirigidos, etc., en condiciones su- mamente actualizadas. En Peenemiinde se tro inmenso, con un coste de 120 mi- Hones de délares, para albergar, eventual mente, a mds de 2.000 cientfficos. Esta~ ban ailf para estudiar la ciencia de los co- hetes y, sobre todo, para construir Ia se~ rie A, que originé el V-2 (0 A-4, como le lamaban los cientificos). El centro se construyé en una isla situada en la des- embocadura del Oder (hoy es la frontera entre Alemania Oriental y Polonia). La Uno de los primeros motores cohete di pruebas. Aspecto que ofreeia Peenemiinde "des ‘det wid de bombarde>’ efectuado por iA alicdos eh Jo noche dei 18 de agosto de & 943 (ite ee Una de tas calles principales de Peenemiin- de después del primer raid aéreo. la se hallaba en Usedem, y al sobrevo- lar la zona hoy en dfa, como yo he he- cho recientemente, se comprueba cudn im- probable resultaba que las autoridades britdnicas encargadas del reconecimiento demostraran algtin interés al principio por este lugar como centro de investigaciones de alto secreto, Estaba muy lejos de todo, demasiado en el limbo. Y los dispersos edificios que se evidenciaban en las foto- graffas rutinarias, eran tipicos de los po- blados que puntean todo el campo ale- man. No obstante, aqui se centraba el des- arrollo de las mas revolucionarias de todas las armas secretas. En el extremo norte de la pequenia isla se hallaba situada el drea de pruebas principal y las rampas de lan- zamiento; a lo largo de la costa estaban las plantas de produccién, y al sur de esta franja los alojamientos del personal; detrés de esta zona se levantaban los acuattelamientos que albergaban a los mi- litares de la region. En 1943 se efectuaron algunos bombar- deos casi de rutina que afectaron a gran parte de este sector; pero el edificio prin- cipal de sistemas de control de direccién, donde se efectuaba la mayor parte de la Vestigacién vital, no resulté dafiado, In- cluso asi, cuando tuvo lugar la expedicién a mediados de agosto, murieron mds de 800 personas de las que habia en la isla. Después de esto se comprendié la_necesi dad de dispersar parte del grupo por toda Alemania; de esta forma el grupo de de: arrollo teérico fue trasladado a Garmisch- Partenkirche; el de realizacién marché a Nordhausen y Bleicherode, y el tunel de viento principal y su equipo auxiliar fue- ron enviados a Kochel, a unos 38 kiléme- tros al sur de Munich. A éste se le dio el nombre de Wasserhau Versuchsanstalt Kochelsee (proyecto de obras hidrdulicas experimentales), y dio lugar al centro de vestigacién mas exhaustiva para el des- arrollo de cohetes de gran alcance que se podia imaginar cn aquella época. Construyeron un tinel de viento en el que la velocidad del aire podia ser eleva- da hasta los 4.827 kilémetros hora, mucho mds de los que, por entonces, se crefa po- sible en cualquier parte del mundo. Para muchos cientfficos, Ia misma idea de una velocidad del aire de esta categoria ha- bria sido impracticable sin una enorme turbina que lo produjera; pero en vez de eso, el equipo de Kochel inventé un_ sis- tema por el que la presidn atmosférica trabajara por ellos. Construyeron una enor- me vasija de presién de casi 283 metros ctibicos y la equiparon con una bomba extractora poderosisima. De esta forma se 2 podfa legar casi hasta el vacio en un tien po muy corto. Cuando se iba a realiz la prueba se abria una valvula que dej ba entrar el aire a través de una cAmara experimental de unos 45 cm. de seccidn,” y el proyectil modelo que habfa en su in= terior era fotografiado durante una esca- la muy completa de velocidades del aire) para ver cémo se comportaria exactamen: te. Los modelos estaban cubiertos asimis-_ mo por pequefios tubos de presién, en contacto con la superficie, para medir los cambios de presién producidos por el vue: lo supersénico. Los resultados no siem: pre eran perfectos (por ejemplo, habia pro= blemas de erosién de la cimara a causa del flujo de aire a gran velocidad, y, dado | que funcionaba en un estado de vacto parcial, la cdmara se hallaba siempre por | debajo de la presién del aire, y esto en si mismo producia variantes de menor or den. El de Kohecl era, entonces, un ejemplo supremo de aparatos avanzados; sin em-_ bargo, por lo menos en un aspecto, ado lecfa de un fallo que se ha observado a’ menudo en la investigacién secreta ale= mana en tiempo de guerra. Se: trataba | simplemente de una falta de iniciativa. para la fabricacién de instrumentos que Tegistraran las lecturas experimentales; los tubos de presién, por ejemplo, estaban co: nectados a pequenios tubos en U _ lleno de un fluido, Durante un experimento, del orden de una docena de técnicos se agrus) parfan a su alrededor, tomando notas toda velocidad y memorizando lo que ocu tria, Aparentemente, en ninguna ocasién construyé alguien un aparato mecdnico para hacer este trabajo, de forma que los Tesultados registrados, dibujados en un’ rollo de papel, pudieran ser examinados | posteriormente; en realidad, nadie pe: siquiera en hacer fotografias de los tubos _ para un examen e interpretacién exacta ulterior. q Este fallo en proporcionar un buen ini trumental para el trabajo de experimenta- cién resulta a menudo evidente a través de la lectura de los informes de la época, Sin embargo, esto no era aplicable al apa-_ rato para la prueba en si, que era siemp de gran calidad. Las fotograffas de las on das de choque, tomadas en Kochel, lo fue= ron por los aparatos mas complicados, fa~ bricados especialmente por como la Zeiss. Tan buenos eran los resultado: alemanes vislumbraron la posibilidad de_ construir un tunel atin mejor, con una ve- locidad maxima del aire de 12.000 kilé- metros hora; iban a construir un ttnel @ ’

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