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3 de agosto de 1917

ARTICULO: A 90 años del nacimiento de Antonio Lauro


Jorge Brule

El tres de agosto de este año habría cumplido 90 años el gran compositor y guitarrista venezolano
Antonio Lauro. Nacido en Ciudad Bolívar, su infancia transcurrió en el hogar humilde que
conformaron sus padres, un inmigrante italiano, barbero de oficio, y una dama guayanesa. Su
padre gustaba de tocar la mandolina al regresar del trabajo, y posiblemente el contacto cotidiano
con la música en los momentos de solaz haya predispuesto desde temprano la vocación del joven
Antonio.

En la formación musical de Lauro concurrieron lo popular y lo académico, pues siendo muy joven,
Lauro fundó junto a Manuel Enrique Pérez Díaz, Marco Tulio Maristany y Eduardo Serrano una
memorable agrupación que se llamó “Los cantores del trópico”. Con esa conformación inicial de
cuarteto, Los cantores recorrieron los principales escenarios de Venezuela alcanzando gran éxito.
Posteriormente, con sólo tres de sus integrantes (Lauro, Pérez Díaz y Maristany) el grupo viajaría
por Colombia, Ecuador, Perú y Chile, disfrutando similar suerte de triunfos.

De regreso en Venezuela, Lauro estudia en la escuela de música “José Ángel Lamas” con algunos
de los maestros más relevantes de la época (Vicente Emilio Sojo, Juan Bautista Plaza, Raúl
Borges, Salvador Llamozas) y hacia finales de 1940 obtiene el título de maestro compositor. Su
devoción por la guitarra lo llevó a convertirla en el medio por el cual condujo la mayor parte de su
obra creadora, llegando a ser uno de los más reconocidos y estimados compositores de música
para ese instrumento a nivel mundial, pero también compuso admirables obras para piano,
orquesta, agrupaciones corales y otras configuraciones instrumentales. Lauro ejerció una larga y
productiva labor como docente en muchos institutos de educación media o primaria, y en el
conservatorio nacional “Juan José Landaeta” asumió las cátedras de guitarra, formas musicales y
análisis. Su integridad como artista y ser humano quedó reseñada para la historia a través de
innumerables ejemplos de sencillez y sabiduría, que siempre resultaron proverbiales entre quienes
lo conocieron. Jamás se valió de influencias para obtener privilegio alguno, y su sensibilidad
artística nunca estuvo desconectada de la realidad social de su tiempo. Lauro simpatizaba con la
izquierda política, al igual que muchos otros intelectuales y artistas de su tiempo, y asistía
regularmente al “Instituto Venezolano-Soviético”. Precisamente allí fue detenido durante un violento
procedimiento policial en el que se maltrató, entre otras personas, a la madre de Alejo Carpentier,
en junio de 1952, y después tuvo que exiliarse por algunos años. Una graciosa anécdota (graciosa
en el recuerdo nada más) cuenta que durante la persecución a comunistas que hubo en aquellos
días, no sólo encarcelaron al maestro Lauro sino a cualquiera que llegaba a su casa por los más
diversos motivos, incluido cualquier marchante vendedor de mercancías. En cárcel compuso su
extraordinaria Sonata para guitarra.

Se dice comúnmente que Lauro es el continuador de la tradición valsística venezolana, distinguida


herencia musical del siglo XIX venezolano, y sin duda lo es, pero además compuso gran cantidad
de obras con formas y contenidos vanguardistas en otros niveles de complejidad, como sus
conciertos, boleras, sonata, poema sinfónico, etc. Su obra ha sido grabada y/o representada en los
cinco continentes por los más grandes guitarristas del mundo, incluyendo al mítico Andrés Segovia,
a John Williams, Pepe Romero, David Russel, Carlos Barbosa Lima, Ernesto Bitetti, Abel
Carlevaro, y los venezolanos Alirio Díaz, Luís Zea, Luís Quintero, Rubén Riera, Leopoldo Igarza,
Douglas Estéves y Aldo Lagruta entre otros. Recibió merecidos homenajes y reconocimientos
nacionales e internacionales tanto en vida como después de muerto, incluyendo el premio nacional
de música. En la actualidad, continúa celebrándose en su honor el concurso de guitarra Antonio
Lauro en Ciudad Bolívar gracias al tenaz empeño de algunos admiradores de su legado. Antonio
Lauro fallece en Caracas el 18 de abril de 1986. El pueblo de Venezuela perdió así a uno de sus
más ilustres y fecundos artistas. Como agrio corolario, los derechos de gran parte de su obra
fueron vendidos por sus descendientes a un empresario escocés, propietario de un sello disquero.

jorgebrule@gmail.com

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