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Las razones para abordar este fenmeno son claras pues la

corrupcin implica un impacto negativo en la consolidacin de la


democracia, en el respeto a los derechos humanos y, en particular,
en la tica ciudadana. Esta clase de prcticas nocivas que se
vinculan con la moral pblica generan efectos perniciosos en la
confianza que los ciudadanos deben tener ante sus autoridades, en
todos los niveles e instituciones del Estado, y por ello se hace
necesario estudiarlas para as combatirlas.

Hoy la corrupcin ya no se percibe solo como un ruido marginal al


funcionamiento de los sistemas polticos y de la convivencia entre
ciudadanos pertenecientes a la misma colectividad social. Ella es
ms bien reconocida como una de las principales amenazas a la
democracia, pues conspira contra su legitimidad, vulnera el
Estado de derecho y afecta el uso de recursos pblicos orientados
al cumplimiento de derechos o a fines de inters colectivo. Por ello,
un acto de corrupcin constituye una grave muestra de deslealtad
frente a las reglas que debieran regir un comportamiento social
honesto, pues supone el aprovechamiento inmoral de lo pblico
para un beneficio privado, accin que es an ms nociva cuando la
ejecutan personas que detentan cargos pblicos.

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