Monseñor Aguer, el Instituto del Verbo Encarnado y el reverendo Moon
Publicado el Junio 1, 2010 por alfredosilletta
En el Tedeum del pasado 25 de mayo, el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer cuestionó la política de Derechos Humanos del gobierno nacional al considerar que se fundamenta en una interpretación sesgada, y que se tergiversa la historia al observarla con “ojo tuerto”. En la homilía afirmó que “la memoria debe ser integral y la verdad completa”, al advertir que “las medias verdades ofrecen mordiente al resentimiento, atizan los rencores, perpetúan el desencuentro”. Días después, le envío una carta al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, considerando que “faltó gravemente a su deber” al no apelar el fallo judicial que permitirá el casamiento de dos mujeres, por lo cual el gobernador podría ser excomulgado. Monseñor Aguer dice que hay que hablar con “una verdad completa, no sesgada”. Muchos fieles esperan, en estos días, una palabra clara del arzobispo platense en algunos temas que son de su incumbencia. Por ejemplo, en las últimas semanas, el Vaticano finalizó una investigación de tres años contra el Instituto del Verbo Encarnado (IVE) por gravísimos delitos, que ha llevado a la renuncia de su fundador, el padre Miguel Buela (ver diario Diagonales del miércoles 26 de mayo). Se espera que en las próximas semanas, Benedicto XVI intervenga el instituto de origen argentino. Merece recordar que la Santa Sede, en el año 2000 ya había clausurado las tres casas que el IVE tenía en San Rafael, Mendoza, por pedido de varios obispos argentinos. A Buela se lo acusaba, entre otros delitos, por las técnicas de captación y manipulación que utilizaban para incorporar jóvenes católicos que rompían sus vínculos familiares y de amistad y se entregaban a los delirios psicopáticos del fundador. En aquellos días de agosto de 2001, que parecían los últimos para el Instituto del Verbo Encarnado, el arzobispo de La Plata, monseñor Aguer, ofreció la Catedral para que se ordenaran 49 sacerdotes del IVE, a cargo del conservador obispo italiano Andrea Erba. Cuando al Arzobispo se lo consultó sobre los motivos por los cuales, enfrentándose a todo el episcopado argentino, autorizaba la ordenación de esos sacerdotes, dijo: “No existen razones doctrinales para impedir la ceremonia. La Santa Sede desea regularizar la situación del Instituto”. El Vaticano viene señalando que debe haber “tolerancia cero” contra los abusadores. En estas horas, tras el escándalo, el padre Buela renunció al Instituto. Benedicto XVI ha dicho que “la Iglesia no esconde el pecado de sus miembros”. Monseñor Aguer colaboró con el funcionamiento de este Instituto y, con la ordenación de los sacerdotes, les dio aire para sobrevivir. Ahora sería interesante que ordenara que todos los sacerdotes del IVE que están en el arzobispado de La Plata se retiren hasta que se aclare la situación. También sería muy bueno para la ciudadanía platense que monseñor Aguer, como Gran Canciller de la Universidad Católica de La Plata, le sugiriera a sus autoridades que anularan el título de Doctor Honoris Causa que la Universidad le entregó en 1984 al líder de la secta Moon, el reverendo Sun Myung Moon. Eran años, aquellos, en que al frente del arzobispado estaba monseñor Plaza. Hoy, la ciudadanía espera que para monseñor Aguer, como dijo recientemente en el Tedeum, “la memoria sea integral y la verdad completa”. Espera, también, que sea fiel a las palabras que pregona. Diario Diagonales 1 de junio