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Vamos a contar cmo, antiguamente, el Sol y su esposa, la Luna, fueron personas

iguales a nosotros.
Dicen que, en esos tiempos, el Sol fue el gran rey y la gente le tena mucho respeto.
Cuando lo vean salir, se arrodillaban ante l y le saludaban dndole la mano y
dicindole: Buenos das, rey. Las mujeres tambin respetaban y adoraban mucho a la
Luna, y siempre le pedan que les enseara a hacer los trabajos de la casa.
As, la Luna ense a las mujeres ashninkas a sembrar las plantas, cuidar a los nios,
hilar el algodn, utilizar el telar y hacer tejidos como el cushma, el morral, el cargador
de beb, y las coronas
Como el Sol quera mucho a la Luna, no la dejaba trabajar, sino tan solo que ensear a
las mujeres a ser buenas esposas.
Cierto da, la Luna fue con sus criadas al monte a cosechar yuca, sin que el Sol lo
supiera. Cuando el Sol regres a su casa, la Luna ya se haba ido. Entonces, muy
molesto, se pregunt: Que ha pasado con mi esposa?, por qu me has
desobedecido?.
La Luna haba salido a traer yuca, porque estaba enamorada de un ser invisible llamado
Mankarite, y quera prepararle masato para emborracharse con l.
El Sol enterado del engao, estaba enfurecido, pero disimulaba porque no quera que
otros lo supieran.
Pero el Sol quera recuperar a su esposa, y sali a luchar cuerpo a cuerpo con el
Maninkarite.

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