RAMON GUTIERREZ*
ARQUITECTURA
E IDENTIDAD
La necesaria comprensién hist6rica de la r
dad americana, horizonte explicito de nuestra
Potencialidad cultural, indica a la vez una de las
coordenadas vitales de nuestra produccién arq\
tecténica: el espacio natural y cultural
hemos forjado.
que
La forja de una conciencia histéri
conocimiento de la propia circunstancia que en
general se ha soslayado para aceptar los modelos
externos como vélidos, La arquitectura que ha
Pretendido adoptar una actitud vanguardista
girando sobre el Unico eje del tiempo ha generado
los elementos de ruptura y alienacién cultural
que hoy caracterizan a nuestras ciudades.
La produccién mediocre de una arquitectura
‘+ Presentacién del Seminario que sobre este tema diri-
ié 1 arq. Ramén Gutiérrez en el Centro de Arte y
Comunicecién de ta Escusla de Altos Estudios, en
Buenos Aires, Argentina, durante el mes de Julio de
1982. La idea central: “encuadrar une visién cultural
de Ia arquitectura que trascienda Ie clésica concep-
ién de la obra como objeto artietico, y la proyecte
fn funcién social y contextual”, constituye, quizés,
a. més seria aproximacién a Ia crisis de Ia arquitec.
tura, en el émbito Latinoamericano, y contribuys
ver claro en medio de la deslumbrante luz de Las
Vegas.
sin carécter que conforma los actuales 4mbitos
de vida, hace perder al hombre a identidad con
, a la vez que Io va vaciando de
wulos culturales,
La revaloracién del patrimonio no tiene como
simple finalidad el recuperar las expresiones
‘emergentes de los ““monumentos” sino rescatar la
“memoria histérica” de la comunidad y recupe-
rar valores de relacién social y cultural que son
esenciales para la personalizacién de nuestro pue-
blo.
Los centros histéricos latinoamericanos son
lecciones de una arquitectura integrada a través
del tiempo que se va degradando por el desarrollo
de una politica agresiva de especulacién urbana,
falta de conciencia ciudadana y carencia de una
‘accién municipal coherente,
Nuestras ciudades se han ido desintegrando
desde el siglo XIX por una visién mecanicista e
individualista que concibe los recintos urbanos
como una sumatoria de horas prestigiadas. Le
ciudad como un todo se ha transformado paul
tinamente en la yuxteposicién de retazos incohe
rentes en el plano funcional y en el “carnaval de
‘méscaras” en su paisaje urbano,
45La arquitectura como produccién de conjunto
es cémplice de esa destruccién de las condiciones
Personalizantes del habitat. La construccién de
la ciudad por la especulacién desarticula los
barrios y cambia las propias referencias de iden.
tidad,
El arquitecto que ha renunciedo voluntari
mente a su cultura, que rechaza un pasado que le
incomoda y pretende proyectarse permanente.
mente al futuro, esté en realidad definiendo un
presente abrumadoramente incoherente que a la
vez hipoteca las potencialidades del futuro que
cree estar prediciendo,
La crisis de los ri
contemporéneo nos ha sumido en un posmoder-
nismo coyunturalista y efimero, un relativismo
cultural absoluto, donde vale todo y que parece
solazarse en una arquitectura exética y capricho-
s2 0 en la grandilocuencia “historicist
El retorno al formalismo del “objeto de arte”
arquitecténico indica el vaciamiento del conteni:
do y la angustia del anonimato que invade al
arquitecto que no se “prestigia”” en su arquitec-
tura,
La historia no es una fuente de abastecimiento
de elementos formales ni el recetario tratadistico
que permite estar en un irreal “futuro” mediante
el consumo frivolo del pasado. La historia se
refleja en los hechos culturales y sociales que
integran la fuerza viva de las comunidades. La
identidad del hombre con su paisaje natural y
cultural constituye, pues, el camino para detec-
tar modos de vida, escalas de valores y dar,
finalmente, adecuada respuesta a las necesidades
Y requerimientos a partir de nuestras posibilida-
des concretas.
No hay contradiccién entre presencia hist6-
rica y arquitectura, si concebimos a esta Gltima
en una visién cultural y social, Sélo puede haber-
la si la entendemos como la produccién de obje-
tos para la aséptica contemplacién, para la pulcra
edicién en las revistas especializadas 0 en la com.
osicién efectista de recursos geométricos y
frivolas espectacularidades. Obviamente, habr
también contradiccién si pensamos que es lo mis-
‘mo la arquitectura ideada que 1a arquitectura rea.
lizada, porque en el primer paso desaparece en su
abstraccién a intrinseca relacién contextual con
el usuario y, por ende, toda la potencialidad de
su participaci6n,
La valoracién de nuestra identidad en ara
‘tectura no es meramente un retorno al pasado,
La identidad de nuestro futuro se obtendré a
partir de nuestra ca6tica situaci6n actual. El de:
fio consiste en trabajar sobre ella para perfecci
nar los caminos de un paisaje urbano mejor. Lo
otro sera optar por sumarnos al desconcierto
general con independencia de las calidades intrin-
secas de cada obra individual,
Aprender en la historia, analizar criticamente
nuestra arquitectura, rescatar valores que sirvan
de punto de apoyo a nuestra tarea, parece ser la
adecuada metodologia para crear una arquitec-
tura alternativa més alla de los fuegos de artifi
cios del jet-set arquitect6nico,
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