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El hecho de abrir los ojos a los ciegos era ya, en la teologa del
Antiguo Testamento, un elemento especficamente mesinico (Is 6,9-
10; 29,9-12; 35,4). Jess es el verdadero Mesas, luz del mundo
(Jn 8,12). En nuestro texto Jess es justamente comparado con el
da (v. 4). l es la verdad luminosa que abre a la humanidad un
horizonte infinito de vida y de esperanza.
Al progresivo acercamiento
hacia la luz, de parte del
ciego, corresponde
negativamente la progresiva
ceguera de los Judos, grupo
que simboliza la incredulidad
y el rechazo de la fe. Los
Judos juzgan a Jess, el
ciego se abre a una verdad
nueva. Los Judos razonan
desde la ley y desde la
observancia externa. Creen
saber. Y por eso no se abren
a la luz. Su saber arrogante no les permite conocer la verdad de
Jess y acaban ciegos. Se terminan cerrando en las tinieblas de la
incredulidad. El ciego razona desde su pobreza y desde su ignorancia.
Slo sabe que ha sido salvado y que gratuitamente ha sido llevado a
la luz. Progresivamente profundizar en su nuevo saber hasta llegar a
la fe completa. Esta contraposicin es para Juan central en la obra de
Jess, que dir al final: Para un juicio he venido al mundo: para que
los que no ven, vean; y los que ven, se vuelvan ciegos (v. 39).