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Por
Gerhard Pfandl
El Congreso de Minnepolis
Las reuniones comenzaron el mircoles 17 de octubre. Asistieron unos noventa
delegados en representacin de 27 mil miembros. Se habl del progreso de los nuevos
campos misioneros, la distribucin del trabajo, el evangelismo urbano, un nuevo barco
para el Pacfico Sur (Pitcairn), y muchos otros temas. Hoy en da, sin embargo, todos
los temas suelen ser dejados de lado y lo que an recordamos es que el Seor en su
gran misericordia envi un muy precioso mensaje a su pueblo por medio de los
pastores Waggoner y Jones []. Presentaba la justificacin por la fe en el Garante
[Cristo]; invitaba al pueblo a recibir la justicia de Cristo, que se manifestaba en la
obediencia a todos los mandamientos de Dios.4
Se le pidi a Waggoner que presentara una serie de conferencias sobre justificacin por
la fe. No sabemos exactamente qu dijo, porque recin a partir de 1891 se comenzaron a
registrar los temas bblicos de los congresos de la Asociacin General, pero de acuerdo
con lo que escribi antes y despus de Minnepolis, tenemos una idea de lo que ense.
Hasta 1888 se crea mayormente que la justicia aceptable a Dios poda ser lograda
(con la ayuda del Espritu Santo, por supuesto) por la obediencia a los
mandamientos. En otras palabras, se vea a la santificacin como la base de la
salvacin.
La obra de Cristo en la justificacin era vista mayormente en relacin con los pecados
del pasado. Un artculo no firmado, en los primeros nmeros de la revista Signs,
expresaba: Como todos han violado la ley de Dios y no pueden por s mismos
obedecer sus justos requerimientos, dependemos de Cristo, en primer lugar para
nuestra justificacin de las ofensas del pasado y, en segundo, para obedecer por
gracia su santa ley en el futuro.5
Pero entonces apareci Waggoner y dijo: (1) la obediencia del hombre jams puede
satisfacer la ley divina; (2) la justicia imputada de Cristo por s sola es la base de la
aceptacin de Dios por nosotros; y (3) necesitamos estar cubiertos constantemente
por la justicia de Cristo, no solo por causa de nuestros pecados pasados.