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Anthony Comstock: El
primer campeón pro-
familia de la historia
moderna
Pionero en la lucha contra la pornografía y en las iniciativas
para presionar el Congreso y a los políticos con el fin de
proteger a las familias con sus niños y adolescentes.
Julio Severo

Exhibir películas y materiales pornográficos a niños y adolescentes bajo la fachada


de “educación sexual”, mostrando escenas y posiciones explícitas del sexo,
incluyendo homosexualidad. Exponer niños y adolescentes a los llamados
métodos de “planificación familiar”, incluyendo aborto para impedir el embarazo,
como si el embarazo fuera una enfermedad sexualmente transmisible. Este,
infelizmente, es el patrón de violencia criminal que predomina en las escuelas y en
la sociedad cuando a los pervertidos no se les impide cambiar las leyes y la
cultura.

Cultura pro-familia bajo ataque

La gran mayoría de los intentos para exponer niños y adolescentes a la educación


sexual pornográfica y a la información y “servicios” de aborto y control de
natalidad es producto de las campañas de la Federación Internacional de
Planificación Familiar, fundada en la década de 1950 por Margaret Sanger. Fue un
imperialismo cultural y pornográfico que venció primeramente las barreras legales
en Estados Unidos y luego se esparció como un virus al resto del mundo.
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Hoy, la Federación Internacional de Planificación Familiar es la mayor promotora


mundial del control de natalidad, aborto y educación sexual pornográfica en las
escuelas.

Las primeras barreras legales fueron derribadas en Estados Unidos, donde


Sanger aborrecía a la famosa Ley Comstock, que la impedía de divulgar y
establecer su ideología sobre el control de natalidad que, de acuerdo a la propia:

Destruiría el cristianismo.

Exterminaría la raza negra.

Purificaría la raza blanca.

Promovería el aborto como derecho humano de las mujeres.

En la década de 1930, a través de muchas campañas, la Ley Comstock sufrió una


enmienda a fin de eliminar la prohibición en la distribución de información sobre el
control de natalidad.

La enmienda vino por presión de Margaret Sanger, que ya en la década de 1930


alababa públicamente las políticas de purificación racial de la Alemania nazi.
Sanger es hoy considerada la creadora oficial del término “control de la natalidad”.

Mientras luchaba para acabar con la Ley Comstock, Sanger tenía su vida personal
arruinada. Su matrimonio acabara y ella rodaba de amante en amante. Sus hijos
pequeños fueron olvidados y sufrieron negligencia, de tal suerte que su hija menor
murió de neumonía.

Ella estaba involucrada en distintas prácticas de fetiches eróticos, en la meditación


oriental y en otras formas de ocultismo, incluyendo el Orden Rosacruz y teosofía.
Este cuadro contrastaba fuertemente con el autor de la ley que ella rechazaba y
combatía.

A propósito, el moderno y horrendo cuadro de niños y adolescentes expuestos por


el propio gobierno a la pornografía, libertinaje y aberraciones homosexuales dentro
de las aulas escolares, solamente llegó a este punto porque muchos líderes
cristianos no quisieron y no quieren asumir una postura de acción social.

Anthony Comstock: un hombre de Dios

Hoy, esta violencia sexual oficialmente travestida de educación para niños y


adolescentes es algo criminal, y de esa forma la veía Anthony Comstock. Desde el
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final de la década de 1860, su blanco de acción era el combate a las cuñas


publicitarias sobre pornografía, aborto y control de la natalidad. Nacido en 1844 en
Connecticut, en la ciudad de Nueva Canaán, desde niño le encantaba leer la Biblia
y él era un evangélico que no practicaba el cristianismo solamente dentro de la
iglesia. Se volvió un líder activo en la Asociación Cristiana de Jóvenes, más
conocida por las siglas de su nombre en inglés: YMCA (Young Men’s Christian
Association), de Nueva York. Esta organización era tan renombrada que el famoso
predicador D.L. Moody era miembro activo de la misma.

En esa época la YMCA fundó la Sociedad para la Eliminación de Vicios para


adelantar el trabajo de Comstock, de la cual Anthony fungió como secretario hasta
el día de su muerte.

Comstock luchaba contra los vicios sociales presionando a los legisladores.


Viajaba a Washington DC y convencía a los congresistas de la necesidad de leyes
para proteger las familias, con sus niños y adolescentes, de la pornografía. Estas
iniciativas pioneras fueron las primeras demostraciones del lobby pro-familia, o
campañas para presionar e influir en los legisladores a fin de que priorizasen el
bienestar de las familias.

Sus presiones sobre el Congreso fueron exitosas y lograron en 1873 el


establecimiento de una fuerte ley federal prohibiendo el transporte de productos
obscenos, inmorales o lascivos por el correo. La ley que establecía hasta diez
años de cárcel para los infractores fue conocida como la Ley Comstock.

Para implementar la ley, Comstock fue oficialmente nombrado Agente Especial del
Departamento de los Correos de Estados Unidos, con amplios poderes del
gobierno para detener la pornografía. De 1876 a 1915 él condujo allanamientos a
publicadores y vendedores de literatura obscena.

Igualmente escribía bastante para alertar a las familias sobre las influencias
dañinas de la pornografía… un gran problema social hoy. Dijo: “Los padres tienen
el derecho, y es su deber, cerrar la puerta del hogar a estos males. No es violar la
libertad de expresión decir: ‘Estas influencias no entrarán en mi hogar donde viven
mis amados hijos’” (Traps for the Young, pág. 18).

Durante más de 40 años fue el responsable del encarcelamiento de 3,600


personas dedicadas a la industria de la pornografía y por la aprehensión y
destrucción de una gran cantidad de material pornográfico, artículos impúdicos,
drogas abortivas y drogas anticonceptivas.
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Comstock personalmente arrestó a cuatro individuos dedicados a la industria


pornográfica en un solo día. Unos de los apresados envía un mensaje a otro
compinche: “Salga de la ciudad. Comstock está buscándote. El desgraciado no
acepta sobornos” (Carlson).

En un solo año, más de 6 toneladas de placas fotográficas pornográficas, más de


60 toneladas de libros pornográficos, 200 mil fotos e imágenes, 31,500 cajas de
píldoras y pociones, y 60,300 artículos obscenos fueron destruidos. Este resultado
no llegó por casualidad: Comstock tomaba su trabajo y responsabilidades muy en
serio.

¿Esos materiales eran realmente pornográficos? James Petersen, que por mucho
tiempo fue el editor de la revista Playboy, escribió: “Comstock jamás describía los
objetos que suprimía, mas algunas fotos todavía existen. Aun hoy las fotos
existentes logran provocar excitación” (Carlson). Algunos de los libros destruidos
tenían títulos atrevidos, tales como: Lord K’s Rapes and Seductions (Las
violaciones y seducciones de Lord K).

La lucha contra el control de la natalidad y el aborto

¿Por qué los allanamientos policiales anti-pornografía de Comstock eran también


allanamientos anti-control de la natalidad y anti-aborto?

EL doctor Allan Carlson, presidente del Congreso Mundial de Familias, explica:

Su propia vivencia mostraba que los comerciantes de publicaciones


obscenas igualmente vendían contraceptivos y drogas abortivas. De
acuerdo a lo que él mismo escribió en una de sus primeras encarcelaciones
para la YMCA, libros pornográficos “eran públicamente anunciados y
vendidos en conexión con artículos para producir aborto y os para impedir
la concepción; artículos para seducir y para propósitos indiscretos e
inmorales”. Otras de las primeras encarcelaciones envolvían una mezcla de
publicaciones con “productos de caucho” inmorales (esa frase abarcaba
accesorios para masturbación y los primeros condones y diafragmas) y
jeringas para abortos. Comstock y sus aliados también asociaban el control
de la natalidad a la prostitución porque los prostíbulos frecuentemente
vendían pociones y dispositivos para el control de la natalidad los cuales
estaban al alcance de todos (Carlson).

Comstock asociaba el aborto y el control de la natalidad juntos por el peligro que


representaban para la salud de las mujeres. Con esta perspectiva, Comstock
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estaba solidarizándose con el liderazgo médico vanguardista de su época


(Carlson).

Una de estas autoridades médicas era el doctor Humphreys Storer, profesor de


obstetricia en la Universidad de Harvard. En 1855 dio una charla introductoria a la
nueva clase médica de Harvard, titulada “Dos causas frecuentes de la enfermedad
uterina”. En dicha charla señaló primeramente la creciente práctica entre mujeres
recién-casadas de recurrir “a medios fáciles de comprar para destruir la vida
dentro de ellas”. Storer resalta “la probabilidad de que haya mayores daños y
males irreparables” para el propio cuerpo de la mujer. La segunda causa del
aumento de la enfermedad uterina, son “los medios empleados en gran medida
para impedir la concepción”. Aun cuando algunos médicos que rechazaban el
aborto aceptaban el control de la natalidad, Storer insistió que cualquier tipo de
interferencia en el acto sexual provoca problemas: “Si… el funcionamiento de la
naturaleza es interrumpido, consecuencias vendrán…” (Carlson).

No obstante, Comstock tenía también razones cristianas para oponerse al control


de La natalidad. Él dijo:

El acto de impedir la concepción ocasiona una mayor destrucción del


carácter moral. Dios estableció ciertas barreras naturales. Si eliminamos
todos los límites para las pasiones carnales… provocamos desastres. Si
degradamos las cosas sagradas, arruinamos la salud de las mujeres y
propagamos una maldición más grande que todas las plagas y
enfermedades de Europa (Carlson).

Comstock fue el autor del libro Traps for the Young (Trampa para los Jóvenes),
publicado en 1883 y dirigido a padres, educadores y pastores, donde aconseja
sobre cómo proteger a los niños de los contenidos impropios de los medios de
comunicación de su época y alertando también sobre los peligros de los vicios.
Este libro es probablemente el primer manual de prevención a las tentaciones de
la pornografía, y de cómo niños y adolescentes estaban siendo arrastrados por las
tendencias más bajas de los medios de comunicación del siglo XIX. Él también
escribió Morals versus Art (Moralidad versus Arte) publicado en 1888.

La ley Comstock aun está vigente en las leyes federales de Estados Unidos que
prohíben la obscenidad, y hoy día es utilizada principalmente para combatir
vigorosamente a la pornografía infantil en el Internet y en la prensa. Así que, toda
la represión moderna a la explotación sexual de niños está cimentada en los
esfuerzos pioneros de un evangélico activo. Sin embargo, después de la muerte
de Comstock en 1915, la ley que llevaba su nombre comenzó a ceder a los
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ataques sistemáticos de Sanger, pues no había nadie que pudiera o quisiera


ocupar el lugar de Comstock.

Aun así, el reverendo Billy Sunday (1862-1935), probablemente el más grande


predicador de multitudes antes de Billy Graham, condenaba la venta de bebidas
alcohólicas, la pornografía, el control de la natalidad y otros males sociales. De
orientación presbiteriana, denunció a Sanger y su ideología hasta sus últimos días.
Entre los católicos, las denuncias vinieron del padre John Ryan, en la década de
1930. No muy diferente de Sunday, Comstock veía a las bebidas alcohólicas como
nocivas. Por coincidencia, Margaret Sanger murió alcohólica en 1966.

Anthony Comstock realizó grandes proezas legales de protección a la familia y se


enfrentó, en su propia generación, a muchos activistas del aborto y de la
pornografía. No obstante, durante su existencia, él prevaleció. Sus mayores
enemigos eran las activistas socialistas del “amor libre” Emma Goldman y
Margaret Sanger; pero, mientras él estaba vivo, todo lo que ellas y sus acólitos
socialistas pudieron hacer fue quejarse, difamar y rezongar.

Cerró casas de juego y prostitución, ganando la antipatía y el odio de las grandes


mafias y pandillas. Cerró el mayor negocio de aborto de su época, operado por
una mujer millonaria, la famosa Madame Restell, que tuvo gran éxito vendiendo
drogas abortivas en su mansión de Nueva York. Madame Restell, la más grande
abortista del siglo XIX, y su ejército de apoyo fueron derrotados por un único
hombre.

Madame Restell había acumulado una fortuna de 1.5 millones de dólares.


Comstock fue a la mansión de la mujer haciéndose pasar por un hombre que
habría embarazado a su amante. Después que Restell le vendió una poción
abortiva la arrestó. Ella le ofreció 40 mil dólares para que se olvidara del asunto,
una cantidad muy grande para su tiempo; él rechazó el soborno. Las anotaciones
de Comstock sobre el caso dicen: “Restell se suicidó cortando la garganta en la
mañana del juicio. Un final sangriento para alguien que pasó toda la vida
derramando sangre” (Carlson).

Los grandes y sucios negocios que pagaban anuncios sutiles en los periódicos a
su servicio, proporcionaban a éstos una ganancia millonaria. No es pues de
sorprender que Comstock haya sido el blanco del odio y de los frecuentes ataques
de la prensa.

La prensa americana liberal atacaba y tildaba a la Sociedad para la Eliminación de


los Vicios (SEV) como un reducto de fanáticos. Con Comstock, los fundadores
“fanáticos” de la SEV fueron: J. Pierpont Morgan, famoso banquero; William E.
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Dodge, magnate del cobre; Samuel Colgate, presidente da empresa Colgate, que
fabricaba jabones. Colgate llegó a ser el presidente de la SEV, cargo que
desempeñó hasta su muerte en 1898 (Carlson).

Otros integrantes activos fueron el editor de libros Alfred S. Barnes (cuyo nombre
hace parte de la famosa editora americana Barnes and Noble) y el jurista William
Beecher, hijo del renombrado predicador Henry Ward Beecher. En los años
subsecuentes la SEV recibió donaciones de personas famosas como Andrew
Carnegie, John Wanamaker, la señora Russell Sage, Louis C. Tiffany y Joseph H.
Choate. Aun Noah Porter, presidente de la Universidad de Yale, estaba
directamente involucrado con la labor de Comstock (Carlson).

Viaje en el tiempo

Hice, por decirlo así, un viaje en el tiempo leyendo literatura de la época, para
comprobar el impacto de Comstock en su entorno. Leí su biografía, sus obras y los
libros de sus enemigos. Sus críticos, además de los periódicos, eran secularistas
defensores del “amor libre” (sexo sin ninguna responsabilidad y sin matrimonio) y
individuos que aborrecían los valores cristianos. Un tal De Robinge Bennett
(también conocido como D.M. Bennett), escribiendo sarcásticamente el libro
titulado “The champions of the Church” (Los campeones de la iglesia) en 1878, no
solamente homologó a Comstock como “criminoso”, sino que también deconstruyó
a Jesucristo como Dios y lo reconstruyó como una mera entidad pagana, presente
con diferentes nombres en distintas religiones paganas del mundo.

Lo fascinante del tema es que, conforme declaraciones de los propios espiritistas,


la ley Comstock, al atacar de frente la pornografía y la publicidad sobre el control
de la natalidad y aborto, perjudicó el espiritismo. Un espiritista protesta de que
Comstock “creó su ley explícitamente para impedir la distribución de un periódica
espiritista del amor libre”.

La Ley Comstock rezaba:

Todo libro, panfleto, foto, papel, carta, escrito, figura u otras publicaciones
obscenas, inmorales, lascivas y inmundas de carácter indecente, y todo
artículo o producto designado, adaptado o intencionado para impedir la
concepción o provocar aborto, o para cualquier uso indecente o inmoral; y
todo artículo, instrumento, sustancia, droga, medicina o producto que es
anunciado o descripto de forma deliberada para llevar a otros a usarlo o
aplicarlo para impedir la concepción o provocar aborto, o para cualquier
propósito indecente e inmoral (Carlson).
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D.M. Bennett, defensor del “amor libre”, contaba con sobradas razones para
atacar a Comstock: dos veces había sido encarcelado por publicar obras
obscenas.

Intentos de abolir la Ley Comstock, o hasta de alterarla de forma significativa,


fracasaron repetidas veces. Al morir Comstock en 1915 su imperio legal estaba
intacto. De paso, un debilitamiento de las cláusulas contrarias al control de la
natalidad solamente se dio en la década de 1930, y solo por medio de las
decisiones de tribunales presionados por Sanger y sus acólitos. “¿Cómo se puede
explicar que la Ley Comstock haya permanecido incólume durante tanto tiempo?”
(Carlson).

En 1850 los templos cristianos en Estados Unidos sumaban 38,183. Los


predicadores Dwight L. Moody y Ira D. Sankey iniciaron sus campañas de re-
avivamiento en Estados Unidos en la década de 1870, el periodo en que la Ley
Comstock entró en vigencia. Moody explicó: “No sé de ninguna otra cosa que los
Estados Unidos más necesiten hoy que hombres y mujeres llenos de la unción del
cielo”. Millones de americanos atendieron al desafío. Cuarenta años después, en
1890, Estados Unidos contaba con 142,521 templos, un aumento del 272%. La
moralidad sexual del protestantismo evangélico, incluyendo su oposición al control
de la natalidad, había triunfado en la sociedad americana debido a los re-
avivamientos.

Comstock no enfrentó ninguna oposición importante. Sus más feroces enemigos


eran los adeptos del “amor libre”, quienes hacían campañas que esencialmente
buscaban abolir las leyes del matrimonio (Carlson).

Comstock utilizaba su empleo para luchar contra la pornografía presente en los


más importantes medios de comunicación de su época. Como agente especial del
Departamento de los Correos de Estados Unidos, él rehusó, durante treinta años,
percibir su justo salario. “Denme la autoridad que la ocupación otorga” escribió él
en su diario, “y el salario y las honras pueden irse al traste”. Su salario provenía
realmente de la Sociedad para la Eliminación de los Vicios, lo que le daba cierta
independencia en sus acciones públicas. Como inspector postal, todas las líneas
férreas transportadoras de correos deberían darle paso expedito y libre de cargos.
Durante sus primeros diez meses de labor viajó 37 mil kilómetros. Comstock
estaba autorizado a “realizar búsquedas de materiales transportados por los
correos que violaban la ley” (Carlson).

En 1877, él había acabado con la lotería del mercado negro en Nueva York. En
una época donde los consumidores contaban con poca protección, la campaña
exitosa de Comstock contra médicos charlatanes y proveedores de medicamentos
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sin receta recibió elogios hasta de sus enemigos más fieros. De paso,
prácticamente todos los “contraceptivos” y “drogas abortivas” en el mercado libre
de 1872 eran, en el mejor de los casos, ineficaces; en el peor, venenos Carlson).

Guerra espiritual

En aquella época, la más grande propagandista de dichas drogas, en Inglaterra,


era la lesbiana inglesa Annie Besant (1847-1933). Besant, era una de las
principales líderes de la Teosofía y la más ferviente promotora de la idea de
reducción del número de hijos — es decir, el control de la natalidad o la
planificación familiar. Su principal manera de influenciar a Estados Unidos era
enviando su literatura a través del correo, justo en el área del “territorio” de
Comstock (Carlson).

El hecho de que un número significativo de los defensores del aborto, de la


pornografía, del “amor libre” y del control de la natalidad eran espiritistas
demuestra que Comstock estaba involucrado en una tremenda guerra espiritual.
Un espiritista lamentó:

“En los tiempos de Comstock inquisiciones y quemas de libros, muchos de


los mejores libros que mostraban la luz más evolucionada del espiritismo…
eran destruidos bajo el epíteto ‘pornografía’ al final del siglo XIX hasta el
comienzo del siglo XX; y editores, vendedores de libros y médiums eran
lanzados a las prisiones, la mayoría murió allí”.

Muchos de estos reclusos habían sido condenados por promover su literatura


entre niños y adolescentes.

Debido a su trabajo, Comstock recibió muchas amenazas de muerte, llegando a


sufrir violencia física y un fallido atentado con bomba. En diversas oportunidades
necesitó de escolta policiaca para librarlo de emboscadas planificadas por
asesinos contratados. Sin embargo, el hecho de que por cuarenta años pudo
seguir desempeñando su labor, aun en medio de muchos peligros que atentaron
infructuosamente contra su vida, comprueba que contaba con una Mano fuerte
sobre él.

En una ocasión, frente a las amenazas de muerte, exclamó:

“¡Qué tontería! ¿Podrá un hombre mortal lograr hacer algo si su Creador no


se lo permita? ¿No podrá Dios cambiar el propósito del hombre, aun
cuando su brazo esté levantado con el arma mortal lista para disparar? ¿No
podrá Dios desviar la muerte de aquel a quien Él quiera? Todos los malos
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hombres de Nueva York no podrán hacer mal a una sola hebra de mis
cabellos, si no fuera la voluntad de Dios. Si fuera Su voluntad, ¿qué
derecho tengo yo u otra persona de decir algo? Soy solamente polvo, un
ácaro delante de Dios; sin embargo, ni un cabello de mi cabeza podrá ser
arrancado, a menos que sea la voluntad de Él. ¡Oh, como es maravilloso
vivir y sentir la voluntad de Él haciéndose realidad!” (Fighter, Some
Impressions of a Lifetime of Adventure in Conflict with the Powers of Evil,
pág. 85.)

Intentaron en innumerables ocasiones sobornarlo con regalos millonarios,


ofreciéndole un viaje alrededor del mundo, con todos los gastos pagados y con
pago adelantado de todos sus salarios cubriendo todos estos años, con la
condición de que dejara completamente en paz el negocio sucio del juego, de la
pornografía y de la prostitución. Pero él nunca aceptó.

¿Cómo podría aceptar? Por más de treinta años, él laboró para el gobierno
americano sin aceptar salario. No obstante, cuando él rehusaba dejarse sobornar,
sus enemigos sobornaban a los líderes de la policía, de la política y de la prensa
para estorbar el trabajo de Comstock.

Su biógrafo, Charles Gallaudet Trumbull, escribiendo en “Anthony Comstock,


Guerrero, Algunas Impresiones de una Vida Entera de Aventura en la Lucha
contra los Poderes del Mal” dice en las áginas 235 y 237:

“Intentaron llevarlo a la tentación, pero él resistió a las trampas más


seductoras que pudieron armar en su contra. Pusieron detectives que lo
siguieran con la esperanza de descubrir que si en algún momento de su
vida había sido culpable de algo que pudiera avergonzarlo, y grandes
cantidades de dinero fueron ofrecidas a cualquier hombre que diera
información que pudiera ser usada para acorralar a Anthony Comstock.
Para ganar la recompensa, muchos de los más expertos investigadores de
los Estados Unidos escarbaron en el registro de su vida comenzando
desde el día que dejó el regazo materno”.

“Sus enemigos intentaron destruir su vida mediante la violencia abierta y la


astucia encubierta. Quisieron intimidarlo, sobornarlo y difamarlo”.

La Palabra de Dios se comprobó ser real en su vida, conforme rezan los


siguientes versículos, sus favoritos:
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“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios


que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra
de mi justicia” (Isaías 41: 10 RV60).

“Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que


se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová,
y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová” (RV60).

Pese a los constantes ataques de los promotores del “amor libre”, Comstock era
honrado.

Guerrero exitoso

En 1911, el ex-presidente de la Universidad de Harvard, Charles William Eliot,


afirmó que la sucursal de Boston de la Sociedad para la Eliminación de los Vicios
era una “institución pública totalmente científica” (Carlson).

A principios de 1915, Woodrow Wilson, el presidente de Estados Unidos, nombra


a Comstock para liderar la delegación americana en la Conferencia Internacional
de la Pureza, realizada en aquel año en la ciudad de San Francisco. De acuerdo al
historiador Paul Boyer, de los cuatro mil delegados presentes, “probablemente
todos mantenían la misma posición que él” (Carlson). Después de este evento que
coronó internacionalmente toda su labor, partió de este mundo.

Comstock fue victorioso. Entre 1876 y 1877, él “probablemente llevó a juicio más
abortistas practicantes… que cualquier otra persona en la historia de los Estados
Unidos”. Después de sus primeros cinco años de acciones agresivas, “los
anuncios comerciales de aborto disminuyeron de forma radical en toda la nación”.
Por esta causa, el historiador James Mohr concluye que debido al trabajo de
Comstock, “el periodo de visibilidad comercial del aborto, que había permanecido
desde la década de 1840, estaba terminado” (Carlson).

Otra historiadora del tema del aborto, Leslie Reagan, concluye que el aborto
quedó totalmente fuera de la pauta de las iglesias americanas hasta el final de la
década de 1950 simplemente porque “durante aproximadamente un siglo entero el
aborto era considerado un crimen y ningún movimiento social sugería lo contrario”.
Esta fue una de las grandes realizaciones de Comstock (Carlson).

¿Cómo, durante casi cien años, la Ley Comstock hizo prevalecer la moralidad por
encima de la inmoralidad? ¿Cómo pudo un solo hombre lograr en un largo periodo
de cuarenta años amedrentar y derrotar una multitud de millonarios Goliats
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pornográficos, espiritistas, abortistas e inmorales? La vida de Comstock prueba


que quien está en y con el Señor hace proezas.

En Brasil, Comstock es desconocido. Pero en el 2005, la revista


Superinteressante, que durante muchos años fue publicada por la misma editora
responsable de la revista Playboy en Brasil, clasificó a Comstock como el “más
temible censor en la historia de Estados Unidos”, todavía utilizando como
referencia el pornográfico anticristiano D.M. Bennett. Desde el punto de vista de
los adeptos y usuarios de la pornografía, Comstock era en realidad terrible, habida
cuentas que el fundador de la revista Playboy fue probablemente el mayor
defensor de la libertad de expresión. Pero, desde el punto de vista de las familias y
sus niños, los esfuerzos de Comstock representaban protección y justicia.

Mientras Comstock luchaba contra la pornografía, el aborto y el control de la


natalidad, las iglesias evangélicas seguían floreciendo con re-avivamientos
genuinos. Durante la imbatible era Comstock, D.L. Moody fue usado por Dios en
grandes re-avivamientos; Billy Sunday inició su ministerio que cubrió Estados
Unidos de punta a punta y el movimiento pentecostal nació en Estados Unidos
para cambiar la historia del evangelismo mundial.

La era de Comstock, que fue marcada por los mayores re-avivamientos


pentecostales jamás vistos, fue una era en que Estados Unidos era una nación
indiscutible y predominantemente evangélica.

De acuerdo con la Enciclopedia Británica de 1911, el escenario religioso de


Estados Unidos en 1890 era el siguiente: 68% protestantes y 30% católicos. Sin
embargo, desde que el control de la natalidad y el aborto fueron totalmente
legalizados — el control de la natalidad al final de la década de 1960 y el aborto en
1973 —, el escenario cambió. De 1972 a 1993, los protestantes constituían el 63
% de la población de Estados Unidos. En el 2002 eran solamente el 52%, y ahora
por primera vez desde la fundación de la nación americana, los protestantes son
minoría. El sueño de Sanger se hizo realidad: el control de la natalidad está
destruyendo el cristianismo en los Estados Unidos.

Hoy, con el dominio de la pornografía, abortos y control de la natalidad en la


sociedad americana, Estados Unidos perdieron su otrora preponderancia
evangélica. Como ejemplo significativo, el Supremo Tribunal de Estados Unidos,
que despenalizó el aborto, el control de la natalidad, la sodomía y mucho de la
pornografía bajo el pretexto de “libertad de expresión”, está hoy formado, de
acuerdo a Ann Coulter, por seis católicos y dos judíos, haciéndolo levemente
menos diversificado que los presentadores predominantemente pro-aborto y pro-
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sodomía de los canales televisivos noticiosos, siendo que el 75 % de ellos son


católicos o judíos.

Actualmente, con el predominio del control de la natalidad, la agenda gay y su


estilo de vida estéril amenazan tragarse a Estados Unidos y el mundo en una
tiranía homosexual y contraceptiva.

Estados Unidos y el mundo necesitan de un avivamiento. Y el genuino


avivamiento anda a la par con la justicia social, como lo certifican las muchas
conquistas sociales de Comstock.

Traducido del portugués por: Maria Valarini

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En la elaboración de este valioso artículo, leí y hice uso de las siguientes obras:

Anthony Comstock, Fighter, Some Impressions of a Lifetime of Adventure in Conflict with


the Powers of Evil (Anthony Comstock, Guerrero, Algunas Impresiones de una Vida Entera
de Aventura en Conflicto con las Fuerzas del Mal), (Fleming H. Revell Company, Nova
York, 1913)

“Comstockery, Contraception, and the Family The Remarkable Achievements of an Anti-


Vice Crusaderµ (Comstockery, Contracepción y la Familia: Las Realizaciones Estupendas
de un Guerrero contra los Vícios), artículo del Dr. Allan Carlson. (¡Ese es probablemente
el mejor artículo que he leído sobre Comstock y no resistí a la tentación de utilizar muchas
de sus partes!)

Traps for the Young, escrito por Anthony Comstock (Funk & Wagnalls Company, Nova
Yok, 1883)

Conservapedia.

Encliclopedia Británica Concisa de 2005.

Enciclopedia Británica de 1911.

Fuente: www.julioseveroenespanol.blogspot.com

Este ebook también está disponible en portugués y inglés.

Versión en portugués de este ebook: Anthony Comstock: o


primeiro campeão pró-família da história moderna
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Versión en inglés de este ebook: Anthony Comstock: the first pro-


family champion in the modern history

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