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138 ARISTOTELES LA CIUDAD VEL. HOMBRE El comienzo de la Politica corre paralelo al comienzo de la Etica nicomaguea: Dado que vemos que cada ciudad es una especie de asociacién, y que toda aso- ‘iacién esta constituida para obtener algsin bien (pues cada quien hace cualquier ‘cosa por lo que se considera bueno), es claro que todas las asaciaciones tienen a agin bien; y que la asociacién mas autorizada de todas y que abarca todas las, dems lo hace particularmente, y tiende al bien mas autorizado de todos. Esto es, Jo que se lama la ciudad o la asociaciGn politica La “ciudad” (pols) es una especie de sociedad, asociacién o comunidad (koininia), es decir, un grupo de personas que comparten o tienen ciertas cosas en comitin. El hecho de que haya un solo tipo de asociacién més autori- zada que las demas y que abarca sus fines u objetivos particulares es presu- puesto por Aristételes, sobre la base del estudio con que empieza la Etica rnicomaquea, como la identidad del bien autorizado que caracteriza la aso- ciacién politica. Hay que distinguir la idea de Aristételes de la opinion fa liar de que el “Estado” actiia simplemente como instrumento de la variedad de asociaciones privadas que constituyen la “sociedad”. Errdneo seria supo- nner, empero, que para Arist6teles la “sociedad” en sus diversas manifesta- ciones es, por tanto, una simple servidora del “Estado”. La distincién misma entre “Estado” y “sociedad” es ajena al modo de pensar aristotélico: no es posible identificar la ciudad con el Estado 0 con una forma del Estado, y la calidad “autorizada” que Aristoteles le atribuye no tiene nada que ver con Ja “soberania” juridica que es esencial para la concepcién moderna del Esta- do. Antes bien, se deriva por completo de la circunstancia de que la ciudad y s6lo la ciudad esta sobre todo interesada en el bien humano en general. La no identidad de la ciudad y del Estado es evidente, ademés, en la se~ cucla inmediata, Aristételes procede a criticar la opinién —expuesta en los escritos de Platén y de Jenofonte— de que el régimen politico o la experien- Gia politica es esencialmente lo mismo que Is experiencia queinterviene en el gobierno real, en la administracién de la familia y en el gobierno de un amo sobre los esclavos. La ciudad como forma de asociacién humana difie- ze en esenia no sé dela asocacionessupoltcas de personas en fa lia, sino también del gobierno de un rey sobre una tribu 0 pueblo (ethos) Arist6teles muestra poco interés en analizar las disposiciones politicas de las sociedades tribales o imperios de su época, o en distinguirlas del “reina- do” interpretado como régimen de la polis; pero es importante recordar que su exclusién en la Politica es deliberada, La ciudad se distingue del reinado propiamente dicho ante todo por el hecho de que la ciudad es o tiende a ser ‘una asociacién de seres humanos que son libres ¢ iguales y que “difieren en especie”: es decir, caracterizados por un alto grado de especializacién eco- nomica (P 2.2.1261* 22-34), Esta combinacién de libertad politica y de las artes es la esencia de la ciudad tal como la concibié Aristételes."" © consiérese tambien a este respecto,P.77. ARISTOTELES, 139 La confusién que hace Platén de las formas politicas con otras formas de gobierno esté directamente relacionada con lo que Aristoteles considera ‘como otto error fundamental: la defensa dol comunismo que hace Sécrates en La Reptblica (P2.2-5): ambas revelan una incapacidad de apreciar la diferen- ciacidn de personas que es caracteristica de la ciudad. A primera vista, una ciudad cuyos ciudadanos comparten todas las cosas, 0 aquellas cosas que caracteristicamente causen divisiones entre ellos, pareceria superior a una ciudad caracterizada por una forma menos completa de compartir. Y sin embargo, afirma Aristoteles, lograr la unidad mediante la abolicion del matrimonio y de la propiedad comin es, a la vez, imposible e indeseable. En lugar de fortalecer la “amistad” entre los ciudadanos, la abolicidn del matrimonio la diluiria al climinar los apegos fundamentals de la familia; a comunizacién de la propiedad destruiria el licito placer que los hombres encuentran en lo que es suyo asf como en la virtud de la generosidad, sin eliminar para nada las causas de conflicto por bienes materiales. La ciudad no puede ni debe tratar de duplicar la unidad de intereses que caracteriza las relaciones de los miembros de la familia y los amigos. Antes bien, la ciu- dad en su irreductible diversidad “debe hacerse una y comtin por medio de la educacién” o, mediante la influencia combinada de “habitos, flosofia y le- yes” (P 2.5.1263° 35-40). La ifonia dltima del trato que Arist6teles da a Platén es que rogana al autor de La Reptiblica por descuidar la “filosofia”. Pero esta observacién es al mismo tiempo picaresca y muy reveladora de la intencién de Aristételes: como se verd en breve, aqui lo que esta en juego es algo muy distinto de la filosofia en el sentido estricto del término. Al tratar de elucidar el caracter especifico de la ciudad, Aristételes hace un andlisis de los elementos de que ests compuesta la ciudad y la manera de su desarrollo.(1.2.1252 25-53" 39). Hay dos formas de asociacién que integran Ja familia: Ia relacién entre marido y mujer, y la que hay entre amo y escla- vo, que reflejan respectivamente las necesidades naturales de la reproduc- cin y de Ia conservacién. (EI hecho de que la esclavitud representa una relaci6n natural entre gobernante y gobernado es afirmado aquf por AtistS- teles; esta opinién después serd planteada con mayor extension, y sera debidamente condicionada,) La familia en general es una asociacién que sirve a las necesidades de la vida cotidiana, La primera forma de asociacién producto de la satisfaccién de las necesidades no cotidianas es la aldea, resultado de una unién de varias familias. La ciudad es la asociacién com- pletao perfeca que surge de la unign de varias aldeas,y la primera que logra la autosuficiencia. Aunque el impulso que hace surgir la ciudad al pa- recer no es esencialmente distinto del que produce la formacién de la familia y de la aldea, la ciudad demuestra ser, en lo fundamental, distinta de otras asociaciones: como dice Arist6teles, “al cobrar el ser por su deseo de vivir, existe también por el deseo de vivir bien”. Sin embargo, dado que las pri eras asociaciones son naturales, dirfase que también la ciudad es natural y que el hombre es, por naturaleza, un animal politico. Lacélebre frase de Aristételes, de que el hombre por naturaleza es un ani- ‘mal politico debe interpretarse en el contexto general de su defensa de la 0 ‘ARISTOTELES naturalidad de la cludad. Aristételes no pretende decir que los hombres se dedican continuamente aa actividad politica, 0 ue quien haces por ef ora parte subraya la inclinacton de lamayoria ae los hom. bres a atender a sus astntos privados (P 641318" 6-27),) reconce que oh ‘ombre es, por natualeza, més un animal “con vaque 08 hip més comiin entr: cn primera “se aun cuando no tengan necesidad de ayuda mutua otro sentido, sin embargo, “el hombre es ninguna clase de oveja 0 cual ihaleo, el hombre poses vf v sofas i anb— eapinqusip e1onsn ud [9 Ua tauaiauaD seWeDgUIED £ svare%Q “ean [Od eIDASH! 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Entonce, significa esto, que la autoridad de 1 ciudad puede ser justamente reclamada por el elemento "respelable”, es .ecir, por los caballeros que son criados en la vir- les no niega la fuerza de este argument ‘0 de tales hombres privaria a todos los otros recla- honores o las prerrogativas que consideran suyas por dere: fcipacién de los otros dependientes mis que de derecho. sifa que hay tn sentido important en gu Ta pretension de los cabaleros en su propis tere ho, Aunque ninguno de los michos puede ser plenamente excel Individual, arguye Arstteles, si puede ocucrir que la suma Ge la de espirituy de eardcterpresentes en muchos indviduos contrapesen la vir tud colectiva de unos cusntos hombres excelente, ae como un ban jue muchos contibuyan puede ser mejor que uno preparade por un sola Persona, como las obras Ge masicao de poesia pueden set mar por muchos que por pacos. Los ejemplos supieren el carter ten (Ste defensa Ari tud indi 's recompensada. Sin embargo, para refutar la depreciacigin (caract ‘ia politica de los muchos por medio de una anal muchos son compet tétales pasa trabajos dela competine usuario de una casa puede afirmar qi ‘el arquitecto (P 3.11) ue hace Aristoteles de la democracia o gobier~ retarse en el marco de su enfoque es buen juez, 0 Totes esas pre primera vista no parece haber un modo fail de resolver este co Pretensiones que parecen funcamentalmente meonme Embargo, resulta que pueden ser modo, Aunque pueda Set imposible dec jones a expensas de las pretensiones de los en cierto iri las aportaciones de la riqueza ode la virtud son més necesarias —y hasta qué grado— a la ciudad, es posi- ARISTOTELES us. ble comparar la riqueza de los oligarcas con la Jos muchos o de un solo individu, asi como de ser comparada ala virtud de los muchos o de Pero el acto mismo de considera la justia politica en esta perspec luce ala moderacion en las pretensiones de eada grupo, ya jue bien puede curr que un grupo parila cy muperad, en termes de su propia te dos coledt ivamer cen aimetido'a un lesal ri a sus propios miembros (P3213), No puede decirse que problema dela just ue considere que este diversos grupos que constituyen ls ciudad desernpen igualmente necesatias tn el sentido de que es impesl dad abstracta a uno oa otro de ellos. La cluded {que acudan en su defensa; no p locio que crea la riqueza, y no tebrica al dudarde a pol ear estos derechos, tanto como de fomentar un acommodo p sato en un reconaclimiento del valor de las preensiones srupos en competencia Uno de los raegor notables dela sahineapie ene : “irtualmente equivalent en importancia polticaa todo un grupo cum clase En vista de su interés por suavizarelconlito entre pretersionesen compe: esulta sorprendente que Aristeles se mucstre favo. cae duos poll je el ostracisrh en los ea la vez al interes privado del elemento ober justo (P 3.13.1284° 23-25). Aunque no lo diga tan exp n parece er que tales homies plantean unavamnenaza fu 1 régimen polltico coma tal. Tanto mas sorprendente eo, pues, que Aristoteles hiciese una excepcign en favor del individu de Sobresaliente,o cuya virud es tot cig de los otros cdadanes Io jante hombre yo hagan ey perman ‘Con esta observacion, Aviles emprende ura consideracién tema de la monarquia (P3.14-17} Gran parte de este dicado a un examen de a pregunta desi esis ventojoso set gobemnados bre mejor es, por definicién, aquel en que la past tud, pero esto no es por fuerza asi: “el ardor 169 6| ap ofpyjar un anb osymadsa usunS9x ‘opeaniout 59 ‘1A-A1 vortyod U2 “9)U9)St% souDU}Bo: S01 op 5 'P squowieidoid opueiqey spopnu giiio9 upyudo eum ap eau0> ur [exaua8 anbosu Te Bp anb oye (op. “thos ered oaishap 89 sayuaysixa sauaUuysar SO] 9p euLIOFe jue jerarqeyy 53 SOUL ‘9p [OHUad SHOHUI [HHL xEBET TF d) ,OZUERIOD povad ef A ojuoru 2) spur eaze 39 Ou Wauslspd Un Tex on “eotod [p augos wiauianyfut esorapod eun en1ap10[9 anb jauie}pantp affsns anb ap oupoy fo 20d 19 uo apt e[ ap 1OpeUHSTIO oW0D soparoxsULy B aszez9pIsueD Spond EPASN! 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Las cot smadas generalmente aristocracias, por tuna comin | modo de v ricos con el modo de jeros. Sea como fuere, es la marca de una constitucidn p. ‘mezclada a la que se puede llamar indiferentemente democra quia (asi como el régimen espartano es descrito,a menudo, como democre- asi como oligarquia o aristocracia), y que obtiene la Iealtad no slo de ‘una mayoria sino di : Un rasgo caracte el mayor interés desde el fen general como ie es mejor © mas acep! de las ciudades. Dado que el régimen es, en ultimo anal Jos cargos sino un modo de vida para la regimenes que intenten rec: pares tan 33 por tanto, c¢ a, Pero, ¢qué pasa si se ie, a su vez, acltie como puente entre las, sgicas que causan la inest de su potenci id Patel erpretada conto el imedia con respect Posesiones. Quiene tienen una cantidad modetada ce prope han més a comportatse de manera razonable que los extremadamente cos los extremadamente pobres: Los primeros enden a volverse arrogant y bajos en grande escala Tos uiltimos, malciogo ybajos on formas mesquinsy ynos y otros por arrogancia o por malic El elemento medio se inelina menos a evita: ef gobiemio oa tater de gobernar, ARISTOTELES 9 cosas amas danas para I ciudad al mismo -mpo, esté bien dispuesto a gobernar oa ser gol ernado, Por contraste, quienes se han criado en el ujo nunca se acostumbran a ser gobernados, en tanto que los pobres tien- den a ser demasiado humi les. “Lo que surge, entonces, no es una ciudad ce personas lavos y de amos, consumidos los tunos por la envidia, los otros por el desprecio. Nada est mds lejos de la amistad y de la asociacién politica.” Semejante relacién de ricos y de po- bres conduce al conilicto de facciones e impele al régimen en direecion de una estrecha oligarqufa, o —dada la incompetencia de los pobres para g0- bernar— ala tirania. En cambio, donde el elemento medio és fuerte, el con- flicto de facciones se mantiene en un minimo, y el régimen es duradero, 1 este argumento en su perspectiva se media'es pequena io se encuentsacitcunecrite y Iucha de ricos y de pobres, y que las ch particular, larivalided de a a este papel. Ademéa, ervéneo seria suponer que Avistoteles Media como fuente fidedigna de apoyo para la virtud aelara men que est buscando no presipone as privadas" ola ed termedio nose caracteiza tanto por la o- sencia de viclo,y por cicunstancns exter- razén del evidente mo de Aristoteles por la la considere como campo de rosidad que menos ambiguament © caballerosidad del tipo conven El resto del Libro IV y los di od quecen y bros ant ‘os de las clemocracias impert a Jos tiranos (P 5.10-11). Esto muestra'a la vez la ique, cle ninguna manera, que acién moral o legal de obe- jes parece aceptar que cambio de un régimen de est idades del régi fe convencerio de que la conservacion de su régimen lo exige, (eee Lo setin uo pepationd ap erousiog seposuad jour ap orpaut iod ezanbus 9p uawupnioapeut ‘saday seidoud se] anbiod ayzed ua “eyeid £020 ap sen: sodal Sef ap pep "ezanbU b| ‘owajap i, woo “olurequia us K sajueuorsordun ‘sapeparsos sv] ap soydwole soj rod sepeuioy uorany svouytod seapt seano soyjanbe exed vuauntSpx [gsep! 4 eyiedsg oywoueradso— sapepn> sv: pia ap opow jap soyDayap So] Le[euas 10d sozrarys9 SOU ap souotsiouslp ‘ofa1s8 opunus a1y0 anb sapep up p yn ua eULIO} inp soured ug pad sau SOp & 9A’ ‘olow vaunaz jap sisqgue fe anb assi20p apan, ‘nf ap uorsuayard sofour ej auansos anb of s9 anb “pn 1d eronsnt vy e saiqnedusoour ia9 euraiqosd AOISHIY 1S -pRUIA e] AwDsnq @->) jane opeoipop equauseusagn’ odiona uh ap opesyLNDU09 OUra1go3 [> i fa Ua veIDO|SIIE Sa A "eEIDOISUIE ap eULIO} eUN iio 59 sofaus uauit8au jo anb ap epnp Avy ou {se> "uauitlgs ap sodiy 80] ap Ootipuianbso sisteue JoLaque To Ud9 eyPs{cXa Luorxauos etn uo opezt[eue 89 ou sofa owls fa anb ap oyday [e359] ‘soypaiap sns ap epipiad b] zesne9 apand anb of 0 i oyuowaye fap soonsjod soypaxap 50) ap peprusnrBay 2] epnp Uo s9u0. {e “eisando ugiszap &| ua euo|ouny pepyyeas Ud anb asin Biv expo ‘Sap 1st sqTaLgustiv -epnp s919) exed ofp Tg “s¥2nuouo2e sapep' b eanuiguond & jeaos udioeztuesia ap BUOY eum uo esq 38 (au Uowiou [g “soauysodwla}U0> S9U9 16 £ 40fou UUs Jo 919 —v lay 17 ap oSt9 [a Ua oWUDD ‘OUR U jun sa[agishry ua epanb anb sa uo}seaidxo arufaws ap pe ‘oonijed o1qute> opo} exed vious o ojapour un Outs 'saIHays> vuawit891 9 ‘opmpuayua jadsou anb so oun et] ou epand ‘ase> fa ered a) SemUEySUNSID ap UO|EUTAUIOD eLer pun e®uodnsaid sofa vowrps [p anb [a eoueyodury auat} ON souawyias so] ap eurz0Jax Epo} Uo sazUBDEAqns SouOIDD9I9 £ saUOPIsOdns ixo 12284 sod Oquayut un anb spwu vjuasardas ou zolous wat ap o189s0a ap azoadso oun (soypnur “ile ®f Bp Sox SousT SOP SOT Le 19a [op 19 $2 ON? 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Aristételes rechaza, sin duda, la alternativa de los cartagine- ses, de una nobleza cuya prosperidad se basa en el en favor de tuna noblezaterateniente del tipo espartano, Como aparece, enel ta convencido de que la emancipaci6 taciones naturales del mode de vida agricola tiene qu: sseo de los hombres de obtener bienes externos. Sin erabargo, al mismo tiempo no ve ningiin mérito en el deliberado fomento de la pobreza privada o ptiblica, y reconoce plenamente la necesidad de ero. Aunque no es deseable que la ciudad me al mar; esto no de una potencia naval ta requiere ingresos conside- jes indica que una (P74) revela un aspecto car opinién comin, la ciudad mejor es la ciudad més grande, opinién que parece basada en una preocupacién de que, en el aspecto militar, la ciudad ea lo mas fuerte posible. Aristételes rechaza semejante idea, basado en que es imposible que una gran ciudad sea bien gobernada. Esto ocurre asf, en primer lugar, simplemente porque es dificil dominar a grandes ntimeros de personas ("zQuién sera general de un niimero excesivo, o quién ser heral- Go, a menos que tenga la voz. de Esténtor?”). Sin embargo, mas fundamen- talmente refleja el m Caci6n como la distribucién de cargos de ac cualidades de los demés. Aristéte- dimensiones 6ptimas d con vistas a la I de supervisar”. (on adopta en la ruptura con la fi politica césica, ruptura iniciada por Maquiavelo, es esencial tar erréneamente la posicion de Arist6teles. Como se ha visto, Aristoteles no es insensible al requerimiento de seguridad, fundamental para la ciudad. Pe- 1 niega que la seguridad pueda quedar garantizada, en titimo andliss, slo por la expansion’ los ejemplos de Atenas y de Esparta bastan para mostrar arrainar una ciudad tan facilmente como unos inade- res (cf. P'7.14.1333" 4-25). Sea como fuer pequefia no carece de estrategias eficaces para su defensa. Arist Blere cuatro de lales estrategias, que a menudo pueden seguirse simultinea- frente y que se refuerzan umas a las otras: una preparacion superior de las les concluye diciendo que definirse como el mayor smo tiempo sea importancia que esta cues ARISTOTELES, 153 tropas en valor y habilidad militares: fortificaciones; una potencia naval ofensiva, y alianzas. Particularmente notables son las ltimas, pues

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