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En nuestro pas se ha hecho ley la costumbre de que, ante una denuncia o acusacin
sobre un hecho punible, el fardo de la prueba queda a cargo del imputado y no del
denunciante, lo que contradice el orden jurdico y procesal vigente, basado en el principio
de que la duda favorece al inculpado ( Indubio pro reo).
Si a usted lo acusan de ladrn o de amasar fortuna por va ilcita, lo lgico ser que su
acusador presente ante la Justicia el fardo de pruebas, pero aqu se pretende que cada
vez que algn desarrapado atente contra la reputacin de un ciudadano, sea ste el que
se obligue a demostrar la falsedad de la acusacin.
Es por eso que lo aconsejable es que todo el que se sienta agraviado por una acusacin o
por expresiones afrentosas que daan su reputacin, debe acudir por ante los tribunales y
reclamar de su agresor que presente las pruebas de sus afirmaciones o reciba las
sanciones penales y civiles cnsonas con el agravio.
Se parte tambin de la mxima jurdica que seala que todo aqul que alega un hecho en
justicia ha de probarlo, en caso contrario, el demandado queda absuelto (actoris incumbit
anus probando, actore nom provente, reus absovertur), por lo que la persona que se
considere agraviada por una imputacin infame solo debe demostrar el dao sufrido, en
tanto a su oponente le toca probar la imputacin.
Lo mas importante de esta amarga experiencia para una ciudadana en pleno ejercicio de
sus derechos civiles y polticos, ha sido su decisin de proceder contra sus detractores en
los tribunales de la Repblica, porque este proceso servir de referente para que cada
quien sepa a qu atenerse cuando incurra en difamacin e injuria.