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arquitectura aut cuadernos de material didactico numero 2. abril de 1973 escuela nacional de arquitectura-autogobierno. universidad nacional auténoma de méxico. El texto que presentamos aqui es la reedicién de una publica cién de obtencién imposible en nuestro pais, ya que proviene del Peru y nunca se distribuy6 por los canales editoriales con. vencionales, sino que se hizo llegar a las comunidades afecta- das por el terremoto del 31 de mayo de 1970. La primera edi ign estuvo a cargo de la Oficine Nacional del Desarrollo Comu- nal (ONDC), y la segunda a cargo de la Comisién de Recons- truccién y Rehabiltacién de la Zona Afectada por el terremoto {CRYZA), organismos ambos del gobierno peruano. Por lo di cho queda implicito que se ha considerado el comportamiento de este tipo de estructuras ante el sismo como algo funds ‘mental para los criterios de disefo y construccién. Esto es tam: bién particularmente importante para nuestro pais, natu- ralmente. Por otra parte, no es ocioso mencionar que nuestra intencién, ‘al hacer esta reedicién, es la de proporcionar un apoyo a las ‘comunidades rurales en las que la construccién en adobe mer ‘ce considerarse como algo viable por une multitud de razones posibles —y validas—, a través de los profesionales que trabe- jen en tales comunidades (porque ellos son nuestro publico lec- tor principal: no podemos autoengaharnos suponiendo que esta edici6n va a llegar en forma directa a las comunidades mismas, aunque esto seria lo més deseable). Y cuando decimos ‘que existen razones validas para decidir construir con adobe es Porque existen también “razones”, entre los arquitectos, que poco tienen que ver con una evaluacion objetiva de las conc clones que hacen posible, en un lugar, este tipo de construc- cidn. En otras palabras, no es suficiente un amor nostalgico y Fomantico por las formas de nuestra arquitectura vernacula —actitud muy de moda en nuestros dias— para justficar ante fos usuarios de esta arquitectura su eleccién. No ignoramos gue es una pérdida lamentable la que padece nuestro medio rural al ver reemplazadas sus viejas soluciones habitacionales, tan bien adaptades 2 ciertas condiciones materiales, funciona les, plasticas, climaticas, etc., por otras mas torpes, feas e ina- daptadas a muchos requerimientos reales de sus usuarios; pero quizés el problema amerita una consideracién més deta- liada del complejo de causas que han ocasionado esta subs- titucion. La imitacién de lo peor de la arquitectura urbana que hha venido cambiando la fisonomia de nuestros pueblos es sin ‘duda un hecho condenable, pero no debe olvidarse que la bata- Hla entre la industria (el capital) y la artesania para et autocon- sumo, invariablemente se decide a favor de Ia primera, por la mas poderosa de las razones: la econémica. Y al lado de la economia, todo lo que ésta impone en las costumbres, la cultu- ra, etc. Desde este punto de vista, no es extrafio que los pobia- dores de las pequefias comunidades rurales elijan el cemento y ‘io Ia tierra para sus construcciones, as! como eligen el vehicula, motorizado y no el burro para su transporte, y tantas otras cosas que podrian citarse. No vamos a hacer aqui la apologia desmedida de la indus- tia: el cemento y la transportacién motorizada han hecho es- tragos de nuestro medio ambiente, pero es ingenuo suponer que esto se debe sd/o al cemento y al vehiculo, y no a la forma particular en que un sistema social propicia su uso y su consu- ‘mo. Es decir, lo que verdaderamente ha dahado en forma tre- El presente manual contiene las recomendaciones técni- cas minimas que se deben tener en cuenta para cons- truir con adobe una vivienda econémica y segura, Las recomendaciones que aqui se dan son el resulta- menda a nuestro entorno ¢s el capitalismo, y no ls industiat- zacién misma por si sola. Pero ademas, esto tiene in velar préctico: ninguna nostalgia romantica haré el milagro de descr ver a nuestras comunidades rurales el aspecto de siglos pace dos. Lo que puede evitar su final deterioro es Ia eliminacidn dei capitalismo y, mientras esto suceda ly también después de que esto suceda) lo que queda es procurar Ia prudente combinacion de los valores de los sistemas constructivos tradicionales y do Jos logros de la tecnologia contemporsnea. Esto no es facil con el adobe: consume mano de obra y tiempo en mayor cantidad que los sistemas que emplean materiales industrializados \y, ‘aunque estamos en un pais de desompleados, preguntesele @ lun campesino si desea trabajar construyendo su casa durante dos meses, empleando tabicén de cemento, o durante seis, ‘empleando adobe). Y existe otro problema: la solucion a Ia ca- rencia de vivienda adecuada pasa necesariamente por un cami ‘no, el de proporcionar al pueblo un ingreso justo por su trabe jo. Las “soluciones” que se esfuerzan en buscar un abatimiento “magico” del costo de la construccién no sélo son (en nuestro sistema) sospechosas de proponer la prolongacién de la injus- ticia, sino que son, ademas ly por fortuna, quizés) ineficaces Proponer que el adobe no le cuesta al campesino sino sole- ‘mente su propio trabajo (pequena bagatela ésta), mientras que los materiales industrializados le resultan inaccesibles por su costo, y por lo tanto que debe elegirse el adobe, es algo més que una ingenuidad o una estupidez: es la proposicion de la prolongacion de la injusticia que impide al campesino comprar lo que necesita con el producto de su trabajo. En fin, ademas de lo anterior, debe tenerse en cuenta qui ‘adobe resulta dificil de reforzar con el concreto u otros mate- riales rigidos: durante los primeros meses después de la cons- truccién, el adobe se contrae, mientras los refuerzos de con creto no lo hacen, con lo que resultan grietas y deformaciones de dificil control y solucién. Sin estos refuerzos, las soluciones '8e encarecen al exigir mas masa. .. El adobe dificulta la aplica cién de los acabedos, incluidos aquellos que Ia higiene vuelve indispensables, y es ademés muy vulnerable a la humedad. Bien, y, sin embargo, @ veces puede resultar convenient. Quedaré a criterio del profesional (y sobre todo del usuario) decidir si las ventajas superan a las desventajas, incluso cuan- do las ventajas sean s6lo de indole subjetiva, o por lo menos de cardcter cultural. Por desgracia (0 por suerte), et snobismo de los arquitectos no sera siempre la vitima razon en este pro- blema. Y quizés el lector se pregunte por qué hemos decidido publi- car este Manual, si existen tantas razones para invalidar el uso del adobe. Bueno: simplemente porque es un material de cons: truccién como otros (concreto, hierro, etc), cuya utiizacion es conveniente en ciertos casos, y en ciertos no, exactamente ‘como cualquier material. Toda ta argumentacién anterior, alre- ‘dedor de las precauciones de todo tipo que deben tom usarlo, vi esta publicacién, al fomento de ciertos romanticismos nostalg 60s ¥y trasnochados, de contenido politico muy discutible. Es todo. do de las observaciones, andlisis y conclusiones de ex- Pertos nacionales y extranjeros, sobre los efectos de! sismo ocurrido en el Peri el 31 de mayo de 1970, y de las experiencias en construcciones de adobe puestas en Practica con éxito en otros paises. Coordinador General de ta Asamblea de Ia Escuela Nacional de Arquitectura: Ernesto Alva Martinez. Edicion: Victor Jiménez Mufoz (coordinador de la publicacién), Enrique Lastra de Wit y Rogelio Cucilar ilustraciones), Alicia Balzo Pellicer. Alfredo Toledo Molina, Fernando Santoyo, Jesus Barba Erdmann. Cemogncon 7, Negetnes, Foodie, Ovechc 178 Te: 887 ‘Cie“de Tiipan Tez Tet: 604 7770 0 ms oo ba ee wee 78 Te ‘1 © 357 9008 iprenony Encuaawrnecion’ Comput Eaton! Emcooon SA. manual para la construccion de viviendas con adobe ee |. ANTECEDENTES 1.1.5. Mano de obra deficiente en la colocacién de los adobes. 1.1. Causas de las falas en construcciones de adobe. 1.1.6. Dimensionamiento incorrecto de los muros: poco espesor y excesiva longitud y altura. Las causas ipales por las cuales se producen las fallas constructivas en las edificaciones de 1.1.7. Vanos de puertas y ventanas muy anchos y con adobe son las siguientes: Poco empotramiento de los dinteles. 1.1.1. Mala calidad del adobe en lo que se refiere a la 1.1.8. Muchos vanos y pocos macizos en la distribu- materia prima utilizada y a la técnica de produc- cién del pario de un muro. cién. 1.1.9. Carencia de una cadena superior de amarre. 1.1.2. Dimensionamiento inadecuado de los adobes, especialmente en su altura, que en la mayoria 1.1.10. Techos muy pesados y soluciones constructivas de los casos es demasiado grande. deficientes en su unién con los muros de adobe. 1.1.3, Traba (traslape) horizontal insuficiente entre los 1.1.11. Poca o ninguna proteccién de los muros contra adobes, principalmente cuando estén colocedos ‘su debilitamiento por el fendmeno de la erosion. “a tiz6n" (es decir, con el lado largo puesto a lo ancho del muro), motivada casi siempre pore! 1.1.12. Construcciones de més de un piso, que no son ‘mal dimensionamiento de los adobes. aptas para soportar sismos. tes en los encuen- 1.1.13. Uso exagerado de muros “a hilo” (es decir, con 1.1.4. Trabas inadecuadas y defic tros de muros, produciéndose juntas verticales Ja mayor dimensién del adobe puesta a lo largo de tres o més hiladas. del muro). RESUMEN GRAFICO DE FALLAS constaucciones cons AS one JAUSENCIA DE DERCIENTE erueRzos EMPOTRAMIENTO MomizonaLes be 108 INTEL MALA CALIDAD VaNos De De avo, PUERTAS Y SN PAA \VENTANAS- CON BARRO MUY GRAN MAL MEZCLADO vanos muy POCA TnaBa cenca oe HORZONTAL tas €S0UIN JUNTAS ween VeRTICALES sin ALTOS Y MUY_ Morro tancos awanne AAUSENGIA DE entenre eno ¥ eNias De SOLUGION ESQUINAS DE DESPUANTE goog o€ ALTURA CONTINUAS. 1.2. Dimensionamiento del adobe tradicional En vista de que las dimensiones de los adobes son das, s6lo es conveniente en este tema dictar algu- nas recomendaciones de cardcter general: ® La longitud del adobe no debe ser mayor que el doble de su ancho mas el espesor de una junta. © Su altura no debe superar los diez centimetros, en la medida de lo posible. Estas normas y recomendaciones, asi como las que aparecen en los capitulos siguientes, son validas para cualquier tipo 0 tamafio de adobe que cumpla con los requisitos dimensionales anotados. Proceso de fabricacion de los adobes, en ol Estado de México: fen primer término se observan los adobes recién salidos del olde, al fondo de la excavacion de donde se obtiene Ia tierra ‘en segundo término los adobes puestos a secar al sol; y atrés 2 la izquierda los adobes ya secos y apilados, protegidos contra la Hhuvia, 2. FABRICACION DEL ADOBE 2.1. Moldes El molde debe ser de madera, resistente y con agarra- deras en los extremos, para poder desprenderlo de los adobes facilmente. 22, Seleccién de la tierra La tierra para hacer adobes debe ser limpia y formada por arcilla y arena. No debe tener piedras, basura, ni re- siduos vegetales. La tierra negra 0 de cultivos no es buena para hacer adobes. a Ty wv BAaWER pana anones + 2.200" 4 Pruebas para saber si la tierra es buena para hacer adobes: 2 MeN 2 ‘@) hacer un rollo de barro ‘con poca agua (no de- be pogarse a las ma- nos); b) con mucho cuidado, presionando con los dedos, hacer una cinta delgada, lo més larga que se pueda; ¢) observar qué largo puede alcanzar sin romperse. Si la cinta se rompe entre los 5 y 15 centimetros, /a tierra es buena para hacer adobes. Si la cinta se rompe antes de los 5 centimetros, agre- gar arcilla. wes (i Si la cinta se rompe des- pués de los 15 centime- tros, agregar arena. ‘manual para la construccién de viviendas con adobe 2 2.3 Preparacion del barro Sobre un suelo firme se tritura la tierra seleccionada, agregando agua hasta obtener un barro bien mezclado ¥ macizo. A este barro se le van a agregar fibras para aumentar su resistencia. Estas fibras pueden obtenerse agregando estiércol, paja, crines, bagazo de cafia, barbas de pino, ixtle, cascarilla de algodén, etc., etc., en cantidad sufi ciente. El amasado del barro puede hacerse con azadones y con los pies. El barro se deja “descansar” durante dos dias, antes de emplearlo en el moldeo de los adobes. Es preciso que, antes de iniciar la produccién en serie de los ado- bes requeridos, se hagan con la mezcla obtenida algu- nos adobes de prueba. Al analizar su comportamiento, se verd si el barro es bueno 0 debe agregarsele algo. 2.4 Moldeo de los adobes a) Se bate nuevamente el | barro, y se coloca en el molde rellenando bien las esquinas y compactandolo con las manos. b) Se empareja la super- ficie con una regla de madera. 3. manual para la construccién de viviendas eon adobe ©) Se retira el molde. Si al retirar el molde el adobe se deforma o se comba, el barro tiene mu- cha agua. Si el adobe se raja 0 se Quiebra es porque el barro ‘esté muy seco. Para evitar que el adobe se pegue al moide éste debe piarse con un trapo himedo y espolvorearse con arena antes de cada uso. SHBG 2 3 25 Secado y almacenamiento A los tres dias de moldeados, los adobes deben pa- rarse para acelerar su secado. A las tres semanas ya se pueden cargar y apilar. 2.6 Control de calidad Si a las cuatro semanas los adobes de prueba tienen ietas 0 deformaciones, se debe agregar arena o paja Si a las cuatro semanas estos adobes no resisten el peso de un hombre, debe agregarse més arcilla al barro. 3. CONSTRUCCION DE LA CASA 3.1 Ubicacion Debe elegirse como ubicacién correcta de Ia vivienda Un terreno seco, sélido y plano, de preferencia ligera- mente elevado con respecto al suelo adyacente y fuera de sitios de aluvién. 3.2 Condiciones del sitio Debe evitarse la proximidad a los pantanos, rios o el mar, asi como las zonas de relleno 0 antiguos basureros, las zonas bajas y los terrenos con mucha pendiente. IO, MAR, PANTANO = RELLENO, * BASYRERO 3.3. Nivelacion La construccién debe realizarse perfectamente nivelada. ‘manual para le construccién de viviendes con adobe 4 3.4, Escuadramiento Los cimientos, las dalas o soluciones de desplante y los muros mismos deben estar perfectamente @ escua- ra. ser, como minimo, de una vez y media el muro. 1172 ESPESOR DEL MURO Se debe excavar hasta llegar a terreno firme, y por lo menos a 40 centimetros de profundidad. 3.6. Materiales de los cimientos: concreto ciclépeo Los cimientos se deben hacer de preferencia de con- creto ciclépeo. Para preparar concreto ciclépeo se toman: |AGREGADOS LIGEROS: 10 PARTES 5 manual para la construccién de viviendas con adobe ceMENTO/ 'AGREGADOS LUGEROS: 1:10 PIEDRAS GRANDES, 3.7. Materiales de los cimientos: piedra y barro Cuando no se dispone de cemento, puede emplearse cal, y como altimo recurso pueden construirse con pie- dras grandes asentadas con barro, siernpre que el cho del cimiento sea dos veces el espesor del muro y su profundidad no sea inferior a 60 centimetros. ee, DOS VECES EL ESPESOR DEL MURO: 3.8. Proteccién del arranque de los muros Las primeras hiladas de adobe deben protegerse de la erosion. Esto se consi a) colocando una dala de concreto sobre el cimiento, del mismo ancho que el muro; b) haciendo un sobrecimiento de piedra mediana con mortero de cemento o cal; ¢) dejando un canal antes del muro para que el agua escurra por fuera. SoegeeENS 2 5 f) En “cruz”, para muros de hiladas alternas a tizén y a doble hilo. SEGUNDA HILADA En los muros, se deben tener en cuenta las siguientes normas bésicas: a) No es recomendable hacer esquinas en ochavo. b) La longitud de un muro, tomada entre dos muros perpendiculares a él, no debe ser superior a diez ve- ces su espesor. LONGITUD DEL MURO <— __ MAXIMO 10 VECES ‘SU ESPESOR 8 Ses 2 Cuando se necesita una longitud de muro mayor se debe reforzar el muro con un contrafuerte vertical in- termedio. c) La altura maxima de los muros no debe ser superior a ocho veces su espesor. d) El ancho de un vano no debe ser mayor que un me- tro veinte centimetros; la distancia entre una esquina Yun vano no debe ser inferior a esta misma medida ¥ la suma de los anchos de los vanos de una pared ho debe ser superior @ Ia tercera parte de su longitud total. 1.20 MINIMO ‘1.20 MAXIMO a {V6 LONGITUD DEL MURO LONGITUD DEL MURO ) El empotramiento de un dintel ai inferior a cincuenta centimetros. 50 cms, MINIMO En Ia parte superior de los muros se debe colocar un refuerzo horizontal continuo o cadena de amarre que —en lo posible— debe coincidir con los dinteles de puertas y ventanas. Encima de esta cadena debe colo- carse un minimo de dos hiladas de adobe més, para fi- jarla bien. ‘Seguin los materiales que se encuentren en la regic en la region, estas cadenas y soluciones de esqui izar- ‘se de las siguientes maneras: eo Todo el conjunto debe ir firmemente uni r fe unido en las es- quinas para evitar que se abra, y estas soluciones de esquina deben recubrirse con el mismo barro que se utiliza para asentar los adobes. ) En madera ristica semilabrada, como refuerzo de las esquinas, ” “°" “aennales b) En madera ristica semilabrada, 1. con encuentros en ‘Angulo recto y empalmes a media madera. ‘manual para la construccién de viviendas con adobe 8 Cuando la union es a to- pe, debe reforzarse con Angulos de fierro. ©) En madera aserrada (tiras) de seccién de § por 10 centimetros, reforzada en los dinteles. 98. manual para ia construccién de viviendas con adobe ‘También es posible construir la cadena de amarre en conereto reforzado. 3.15, Terminacién del muro En los muros que reciben la carga del techo no deben colocarse menos de dos hiladas ni més de cuatro por encima de la cadena de amarre. 3.16. Recepeién del techo En lo posible, el techo debe ser liviano y su pendiente no debe ser exagerada. En el caso de que una viga de! techo descanse sobre el vano de una puerta o ventana (lo que de preferencia debera evitarse), deberé reforzar- se el dintel. BIEN 3.17. Apoyo del techo Para repartir la carga del techo sobre el muro de ado- bbe se debe colocar sobre éste un elemento longitudinal de madera. ELEMENTO Loncrruomad DE MADERA 3.18. Proteccién de los muros Se recomienda el uso de los aleros 0 volados de las cubiertas para proteger a los muros del agua de lluvia, asi como el revestimiento de los mismos con un revo- que 0 tarrajeo de barro, UNA BUENA CASA DE ADOBE TRADICIONAL DEBE SER DE BUENA UN SOLO PISO UBICACION MUROS BALOS, OE La ‘CON ALTURA ee case CON MADE, DINTELES CON AMARRES Marv’ Cf —EMPOTRAMIEN- DE LOS MU. EMPLEO De oon TO MINIMO ROS EN LAS. REFUERZ0S DE 60 ems, HORIZONTA. ANOS 01 BUENA TRABA PUERTAS ¥ ENTRE LOS ADO- VENTANAS, ENCUENTRO\ BES, ¥ JUNTAS PEQUENOS DE MUROS. \\VERTICALES BIEN & ESCUADRA, \ ALTERNADAS SIN OCHAVOS LARGO De? Los MUROS EMPLEO DE BUENA MAXIMO CIMIENTO CALIDAD 10 VECES YY SOLUCION DEL ADOBE SU ESPESOR DE DESPLANTE 4, EL ADOBE CUADRADO 4.1. Consideraciones generales Existe una gran variedad en las formas y dimensiones del adobe. Entre las alternativas analizadas, la forma cuadrada —aunque no es hasta ahora la més usual en muchos de los lugares en que se construye con ado- be— tiene caracteristicas especiales que facilitan el pro- ceso constructive. Las dimensiones mas adecuadas para la fabricacion del adobe cuadrado son: LARGO 38 ms. ANCHO 38 cms. ALTO 10 ems. (en lo posible) Con estas medidas, al afiadir el mortero de las juntas {con un espesor promedio de dos centimetros), sus di- mensiones finales de trabajo resultan ser las siguientes: 4.2. Ventajas del adobe cuadrado Este adobe tiene ademés las siguientes ventajas: Este adobe tiene ademas las siguientes ventajas: 4.2.1. Pesa menos de 19 kilogramos, lo cual facilita su manipuleo constante por un trabajador normal. ADOBE DE 38 x 38 x 8 ems. 4.2.2. Su relacién 4 a 1 permite obtener un trasiape ho- rizontal en proporcién 2 a 1, lo cual brinda segu- ridad ante el efecto de corte producido por los sismos, al ofrecer una direccién distinta a la frac- tura tipica producida por este efecto. En el caso de adobes rectangulares colocados a tizén, por ejemplo, el traslape puede llegar a coincidir casi con esta linea de fractura, lo cual es un serio in- inconveniente. DIRECCION DE LA. FRACTURA TIPICA POR SISMO nak 1; (| yrasuare an Ee LARGO 40 ems, ; ad ANCHO 40 ems. 4oems — 20ems. ‘ALTO 10 ema 10 ‘seaigbicens 2 ES ‘manual para la construccién de viviendas con adobe 10 4.2.3. Reduce al minimo los cortes y desperdicios en la obra, pues la Unica division que se requiere, tanto para la interseccién de muros como para la solu. cién de vanos, es la del medio adobe, b) En PRIMERA HILADA Ahora bien, para evitar cortes y desperdicios en la obra, puede ser muy practico y conveniente fabricar también, con otro molde, estos medios adobes, con una dimensién de 39 x 18 x 8 cen- timetros. ~ SUNDA HILADA, i sect L 4.2.4, Permite la solucién correcta de todos los encuen- MEDIO ADOBE tros de muros, sin que se produzcan dos juntas 5 verticales continuas. ©) En “cruz”: a) En “L” 0 en esquina: MEDIO ADOBE ‘MEDIO ADOBE PRIMERA HILADA PRIMERA HILADA ‘MEDIO ADOBE MEDIO ADOBE ee ‘SEGUNDA HILADA [SEGUNDA HILADA . fot = " 17 manual para la construccion de viviendas con adobe Rayebias 2 ; " . juntamente con la estructura. Los cerramientos Nota: Para garantizar una trabe correcta, debe sarraemoorse sobre estas cadenas, de preferen procurarse que la ‘a hilada sea como las que se ilustran arriba, evitando las siguientes si- cia. tuaciones: MAL 4.25. Sin afadir complicaciones en el proceso construc- tivo, permite la incorporacién técnica de contra- fuertes, los cuales dan mayor rigidez y seguridad a la construccién. CCONTRAFUERTES. EN ESQUINA CCONTRAFUERTE EN LA INTER- 4.27. Los contrafuertes facilitan la futura ampliacion de la vivienda, 4,26. Las cadenas de amarre pueden ser las que se vie- ron antes, prolongéndolas hasta la terminacion de los contrafuertes, para hacerlos trabajar con- ‘manual para la construccién de viviendas con adobe 12 42.8. Las caracteristicas modulares de! adobe cuadrado permiten el diseio de las viviendas sobre una ‘cuadricula de 20 x 20 centimetros, FA rae ae oo FEET ILLS ruruno crecimiento Ejemplo de una construccién de adobe con empleo de contra- fuertes, en el Estado de México: en este caso Ia altura de los ‘muros hacia indispensable esta solucion, aunque no es acertada ‘i recomendable la solucién de ta esquina en curva. La corona del muro queda correctamente protegida de la erosion por la HMuvia gracias al alero det tejado; igualmente, el desplante de piedra de toda la construccién contribuye @ defenderla de este tipo de erosion y de la humedad. RECOMENDACIONES BASICAS: 1. CASA DE UN SOLO PISO. . USO DE CIMIENTOS CON SOLUCION DE DES- PLANTE (SOBRECIMIENTO 0 DALA). |. ADOBE DE POCA ALTURA. }. MUROS PORTANTES CON BUEN ANCHO (CO- LOCANDO EL ADOBE RECTANGULAR A TIZON). 3. JUNTAS VERTICALES BIEN RELLENAS. CADENAS (DALAS) CONTINUAS EN LA PARTE SUPERIOR DE LOS MUROS. 7 FUTURO CRECIMIENTO brat UNA BUENA CASA CON ADOBES CUADRADOS Y CONTRAFUERTES DEBE SER DE EMPLEO DE ; UN SOLO PISO esietEci0e HORIZONTALES (DALAS) ENCUENTRO DE MUROS EMPLEO DE ‘A ESCUADRA, REFUERZOS. SSIN OCHAVOS VERTICALES (CONTRA. ‘MuROS BALOS: na ‘CON ALTURA MAXIMA DE ADOBE 8 VEcES SU DE POCA ESPESOR| ALTURA ANOS ALE- BUENA TRABA ADOS A 1.20 ENTRE LOS DE LA ESQUINA ‘ADOBES, Y SUNTAS VER. VENTANAS —AMARRES —_CIMIENTO TICALES BIEN PEQUENOS DE LOS MU- Y SOLUCION ALTERNADAS BUENA ROS EN LAS DE DESPLANTE BUENA CALIDAD ESOUINAS, UBICACION DEL ADOBE — 113 manual para la construccién de viviendas con adobe 13 € Ce Vista general y detal = rd de una vivienda en adobe de reciente construccion en el Estado de México, con empleo de cadenas corridas de madera y aleros para la proteccién contra Ia Ikivia. El pértico es una solucion caracteristica de Ia re APENDICE Come complement de la publicaciin del “Menual pare le Construccion de Viviendas con Adobe", hemos considerado conveniente publicar el siguiente texto, que solicitamos al ar- quitecto José Luis Beniliure —protesor de! Autogobierno y pro- fesionista con una gran trayectoria—, tanto por su experiencia en e/ campo de! anélisis arquitecténico (incluyendo de manera destacade 1a arquitecture populer) como por algunas experien- ‘cas interesantes en construcciones con adobe que ha podide evar a cabo. Mostramos una casa habitacién relizade por 6! ‘en adobe, asi como algunos ejemplos de arquitectura popular ‘mexicana realizade en el mismo material Por wkima, queremos agregar que José Luis Benlliure ha abordedo ya este tema en un articulo publicedo en los nime- ros & 9y 10 de la Revista Arquitectura Autogobierno, en don- de se hacen basicamente algunas consideraciones sobre la mo- dulacién en el caso del adobe. Entre mis recuerdos muy lejanos, hallase la imagen de unos poliedros blancos que mucho atraian mi aten- ci6n. Los tenia en su casa mi abuelo materno, que era doctor en ciencias exactas, y 6! mismo los habia ido construyendo como expresién de la belleza que se en- cuentra en las relaciones numéricas. Mas adelante, a otro matematico, que fue discipulo del abuelo, le of hablar de la musicalidad en la relacién de movimientos de las esferas celestes. . . Y también, entre los recuerdos lejanos —bastante anteriores a mi experiencia universi- taria— me vienen a la memoria cosas que me decia mi padre, referidas a la arquitectura, donde frecuentemente mencionaba una palabra: proporcién. En uno u otro modo me estoy refiriendo, pues, a la naturaleza de esas formas que, segin el concepto platé- nico, “recibieron del Ordenador sus figuras, por la accion, de las Ideas y de los Nameros”. (Timeo). Y viene al caso la referencia porque si he de decir algo sobre la arquitectura de adobe, en ella se hallan por excelencia, desde épocas ancestrales, esas formas geométricas cla ras, desprovistas de ornamento, nacidas del puro juego de las medidas; formas que después —aunque no por vez primera en arquitecturas de caracter menos popular— serian tan caras a los pioneros de las corrientes contem- poréneas. Encontradas ahora las mismas formas, es cierto, por caminos més intelectualizados: la influencia del cubismo, las ideas racionalistas, los principios de la “Bauhaus”. . . Pero en esencia concepciones equipara- a sasigiies 2 bles, en cuanto a expresién formal, a las de arquitectu- ras milenarias, Quizé no sea en las arquitecturas verndculas, en las més populares, donde se hayan alcanzado los mayores refinamientos en el juego matemético. Dudo, por ejem- plo, que un maestro albafil de pueblo haya aplicado alguna vez, conscientemente, la seccién aurea. Pero quizé sea en estas arquitecturas también, por otro lado, donde en menos casos se hayan dejado las cosas al desorden, aunque su encantadora naturalidad pueda lle- gar a dar esa impresién. Donde hay encanto es porque existe un principio compositivo, Ahora bien, el dimensionamiento de las formas en las arquitecturas populares tiene un sentido eminentemente Practico, relacionado a la medida de la pieza basica den- tro del material que se utilice y evitandose, en lo posible, el uso de fracciones. De ahi el no empleo de ciertos tra- 208 arménicos. Nunca un vértice de un prisma estard determinado en el proyecto, por ejemplo, por un cruce de diagonales sobre el plano de alguna de sus caras, sino por una medida fijada en vertical y otra en horizon- tal, Trétase, pues, de sistemas modulares. Y dentro de ellos, probablemente sea en la arquitectura de adobe donde se hallen los juegos mas interesantes. Sobre esto relataré algo de lo que he observado, particularmente ¢ través de la experimentacién personal. Asi como en el caso de la mayoria de los materiales refabricados —incluso los artesanalmente prefabrica- dos— el médulo viene dado; en lo tocante al adobe Puede empezarse desde 1a propia determinacién de ese Médulo. Los moldes son muy sencillos de hacer para cada caso, y lo ideal, cuando la tierra que hay donde se Va @ construir retine las caracteristicas (arcillas areno- ‘sas), @8 preparar las piezas a pie de obra, lo cual supone, en cuanto al proyecto, determinar de antemano la canti- dad de material que se va a necesitar —aqui ya empieza a intervenir la medida—, de qué lugares se va a extraer !a materia prima —parte, evidentemente, saldré de las cepas para los cimientos—, y cémo ello afectara, 0 en qué modo convendra, para el modelado definitivo del terreno y en relacion a la construccién proyectada, Pero ese médulo que a veces es factible determinar @ ‘manual para Ia construccién de viviendas con adobe 14 Vista de un casco de hacienda en adobe, en el Estado de México, voluntad y que, evidentemente, ha de ser tridimensional —pues se trata de Ia pieza misma para la construccién—, debe cumplir con ciertos requisitos. Desde luego, ade- ‘cuarse a las necesidades de proyecto, mas dentro de ellas no desbordar —en su méximo— el peso y medida de un prisma manipulable y —en su minimo— las di mensiones necesarias para soportar y poder repartr las cargas a las que el material estaré sometido. En té nos generales, un muro de adobe con espesor 30 centimetros no es recomendable ni para u truceién de un piso, y en cuanto a las medidas espacia- les de sus piezas, segin la experiencia, no conviene rebasar los 20 centimetros cibicos, lo cual equivaldria, ‘més 0 menos, @ un prisma de 10 x 10 x 45 centimetros, dimensionamiento bastante préctico en funcién del ma- rnejo de miltiplos, dentro del méximo peso razonable. Obviamente, la medida menor debe ser siempre la altura, tanto por el mejor empleo constructivo del mate- rial como por la facilidad de ajuste a las secciones de otros materiales; por ejemplo, a las de la madera de los dinteles, pues el adobe no suele ir solo sino que es, pri- mordialmente, una buena solucién para muros. Y siendo asi, habré que considerar otro factor dentro del proyecto: n de esos muros en acuerdo al tipo de cubiertas o entrepisos que reciban. Lo més comin serd tun envigado soportando tablas 0 una béveda tabicada, sea plana 0 en sucesién de tramos cilindricos; y si son bovedas planas es recomendable que a compartimenta- cién del espacio interno responda siempre a habitaciones con planta delimitada por cuatro lados en angulo recto ©, en todo caso, a habitaciones cuya cubieta, mediante el empleo de vigas madrinas, pueda dividirse segin esa figura. Una planta en “L”, por ejemplo, si simplemente ‘se cubre con vigas de madera de dos longitudes sobre las que recargue una béveda continua, traeré por resul- tado el que se agriete ésta a partir del angulo interior formado por los brazos de esa “L”, pues seguramente, por secas que estén las vigas, se dilataran y contraerén en proporcién a su largo. Otro aspecto interesante, respecto al proyecto —inclu- 0 respecto a su representacién en planos de obra—, es determinar todo dato en raz6n de numero de médulos —dibujado siempre el trazo modular en esos planos—, 15 manual para la construccién de viviendas con adobe sin importar que en la realizacion, por las juntas 0 por irregularidades del material, no ocurra una coincidencia absoluta con ciertas medidas totales que hubiérense quizé previsto con fracciones decimales. Quiero decir que dos centimetros més, 0 dos centimetros menos, en altura o en longitud, tienen menor importancia que el recorte de una pieza. No conviene, pues, partir de cotas totales —que, por el contrario, son normas para cerrar medidas en otros casos—, ni cor ra indicar- las en los dibujos. De todos modos, son previsibles cier- tas variantes. Noté al utilizar piezas con cara de desplan- te cuadrada, de 45 centimetros de lado, que usando moldes de la misma dimensién, y una vez contraidas esas piezas al secar, entre las juntas y con los gruesos de aplanado, volvian a recuperarse, de manera suficien- temente precisa, las mismas medidas. Vale, por tanto, igualar los moldes al médulo de proyecto, lo cual sim- plifica mucho las cosas. El adobe, si no esté bien protegido de fa lluvia debe siempre aplanarse. Y lo ideal, aunque no siempre puede ser asi, es aplanarlo, més o menos, al afio de terminada la construccién, cuando ya se contrajo totalmente el ‘material y cuando esa construccién se ha asentado de- finitivamente. De otro modo, seré casi inevitable resanar alguna grieta, aunque por su configuracién sea facil ver ‘cuando no tengan importancia respecto a la estabilidad. Y sobre esto del tiempo, particularmente en tantos lugares de México donde la temporada de lluvias es lar- ga, ha de procurarse que los enrases de los muros no estén expuestos al agua después de que las lluvias co- miencen. No sé que més podria decir cuando ya el “Manual para la Construccién de Viviendas con Adobe” es sufi- Cientemente claro. Pero, como conclusion, creo que valga retomar el tema con el que inicié estas lineas y volver a F ca80, pero mas en lento de un orden geométrico don- De ahi dependers el éxito det resto. Trétase de una de las més humildes posibilidades para construir, pero también de una de las que ofrecen mayor riqueza expresiva y, para muestra, basta una im- portante parte de la arquitectura popular mexicana. sepebiens 2 6 Bravo, Estado de México (arquitecto Joss Luis Beniliure), adecuada a las exigencias de un uso del espacio acorde a las noce- sidades actuales. El uso del adobe no imposibiita a obtencién de juegos intere- antes en el manejo de las alturas y los claros. Vista exterior de la casa anterior. x pietiocraria: w IH. AYARZA, C. LUDERS, G. CASTRO, S. ROJAS: El Sismo de Mayo de 1970 en ol Peri. Estudio preparado por una mision de las Naciones Unidas, Santiago de Chile, 1970, Ny L. WOLFSKILL, W. DUNPAL, B. GALLAWAY: Manual para la RI Construccién de Casas de Tierra, Boletin No. 21, Centro Regio- nal de Ayuda Técnica, AID, México, 196 Sit inned i Goeerrcclbn voi iba, corncarecione ness Técnica, Administracion, de Cooperacin Internacional (ICA) mexico, 1959 (Traduccién de Soll Construction, pubicado or inalmente en inglés por el Ministero del Trabejo, Seccion Vi vienda, del Estado de trae) FELIX B. SANCHEZ: Cartila de Vivienda, CINVA, Bogots, 1956 DEPARTAMENTO DE INVESTIGACIONES TECNOLOGICAS DE A UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE: Aslamicided de Vivien- ‘das Econdmicas, Union Panamericana CINVA, Serie Técnica No, 8, Bogota, 1959. OSCAR R. MAGGIOLO: Algunas Normas para ol Disefo y Cons- im eguitggiure 9 ‘ruccion con Suelos y Adobe, Peri, 1967. JULIO KUROMWA: El Sismo del 24 de Septiembre de 1963, ns- ‘ituto de Estructuras, Universidad Nacional de Ingenieria, Bole- tin No. 9, Peri. LUIS 8. HEITMANN: Casas Experimentales CORVI, Instituto de {a Vivienda, Universidad Catolica de Chile, 1965. NOTA DE ESTA EDICION: como complomerto de ext bog fa, podemos preporionar or dain dun roar eiods sobre ete tema, muy compat, hecho como toss profesor) la Unversdad Autonoma de Bel Clo y de qe sn blemento fv proporionedo al Autopeiena on spa, me sence a dposicen con nara on Con de eniain Arutectincs y Ubi ae topo. Estos son sus datos: ee JORGE A. HERRERA D, CECILIA G. MARTIN 8, DAVIO MART NEZ i, ALMA D. ROMERO FINES SANCHEZ A ENROUE SANCHEZ Q: La Tira on ta Aruitectre, Tans Presi Univerided Auténoma do Baa elfom, Meseal 176 ‘manual para la construccién de viviendas con adobe 16 Esta publicacién es parte de una serie de monografias sobre temas especificos que abarcaran todos los temas que pueda interesar a los estudiantes y profesores de ‘arquitectura. Proxi ymente aparecerén publicados textos sobre célculo de estructuras de concreto armado, sobre problemas relativos al mane| modul de la proporcién y la nen el proyecto arquitecténico, sobre histori del disenio contemporaneo, sobre la autoconstruccion, y otros mas ya programados.

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