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GOBIERNO Y EFICACIA

EN LA IGLESIA

Marcel DUCOS
MARCEL DUCOS, O. P.

GOBIERNO Y EFICACIA
EN LA IGLESIA
Análisis y prospectiva

EDITORIAL VERBO DIVINO


ESTELLA (Navarra) ESPAÑA
Versión española por:
Juan Castex Anaya, Pbro.
Título francés:
Gouoernement et Efficacité danx L'Eglise
Editorial:
Editions Fleurus, París

Es preciso que una decisión esté cargada a


la vez de calidad y adhesión.
Jean-Jacques SERVAN-SCHEIBER

No regir ("manager") completamente la


realidad... es dejar que una fuerza distinta
de la razón organice esta realidad. Esta fuer-
za puede ser una emoción incontrolada... o la
Nihil obstat:
P. Antonio Roweda, SVD, Censor
agresividad, la ignorancia o, simplemente, la
lmprimutur: inercia. Puede ser cualquier otra cosa distinta
Pedro M.° Zabalza, Provic. Gral.
de la razón. Pero, cualquiera que sea esta fuer-
Pamplona, 31 de Diciembre de 1971
Depósito Legal: NA. 1761-1971 za, si no es la razón la que reina sobre el hom-
Impreso en España — Printed in Spain bre, entonces el hombre no realiza todo aquello
© Editorial Verbo Divino, EstelU 1972
© Editions Fleurus, París 1969 de que es capaz.
Talleres gráficos:
Editorial Verbo Divino, Estella (Navarra) España Robert MAC ÑAMARA

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En nuestra época, el poder... no está ya en Si es preciso escoger entre un estado de in-
la jerarquía; reside enteramente en la compe- movilismo y un estado de tensión, prefiero este
tencia. Es necesario dar el poder a los que son último, pues es un signo de vitalidad... Es nece-
competentes, en cualquier orden de que se sario un tiempo para desprenderse de una ima-
trate. En caso contrario, se produce el desequi- gen de la Iglesia de tipo estático y legalista, que
librio de poderes, la formación de clanes, ten- nos era familiar, para ver cómo toma cuerpo
siones interiores y pérdida fatal de energía. una Iglesia más comunitaria, más cercana a los
hombres, más fraternalmente evangélica, más
Jean-Jacques SERVAN-SCHEIBER
orante.

Cardenal SUENENS
El "management" puede ser definido: una
puesta bajo tensión racional del conjunto de
elementos que componen una empresa.
Octave GELINIER

Hasta ahora el "management" ha sido fre-


cuentemente presentado como un conjunto de
recetas. Se compone en realidad de reglas ele-
mentales que proceden del simple sentido co-
mún. A. Sloan y los que han desarrollado y pre-
cisado el gobierno de las empresas han puesto
al descitbierto algunas evidencias. Pero es nece-
sario desconfiar de esta claridad. No existe sino
en las obras teóricas. En los hechos, el "manage-
ment" es una acción reflexionada. Su avance
es dialéctico.

Roger PRIOURET

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Dedicamos afectuosamente este li-
bro:
a Paul van HAAREN y Marie-
Claire (Sociedad Ackermans van
Haaren)
a Georges-Henri de FRAHAN y
Nicole (Agence Maritime In-
ternationale)
a Pierre SOURBETS y señora
(Sociedad Toulouse-Travaux)
por todo lo que ellos saben que
les debemos.

Expresamos nuestro más vivo


reconocimiento a Octavio GELI-
NIER por habernos permitido uti-
lizar bondadosamente la presenta-
ción que él mismo ha hecho del
gobierno moderno en su libro:
EL SECRETO DE LAS ESTRUC-
TURAS COMPETITIVAS.1
1
Octavio GELINIER es Director adjunto de la C.E.G.O.S.,
Presidente Director General del Instituto para el Desarrollo Eco-
nómico y Técnico, Presidente de C.E.G.O.S.-Italia. Participa como
consejero de dirección en la elaboración de políticas y estrategias
de empresas francesas e internacionales.
La C.E.G.O.S. agrupa a más de doscientos ingenieros especia-
lizados, entregados a todos los trabajos de organización y de direc-
ción, de investigación aplicada, de formación, etc. Entre las prin-
cipales obras de M. Gelinier, señalemos: Morale de l'Entreprise
et destín de la nation, edic. Plon, 1965; Funciones y tareas de la
dirección general, Edic. TEA, Madrid; y, sobre todo, aquella en
que nos hemos inspirado ampliamente: Le secret des structures
compétitives: management ou bureaucratie, edic. Hommes et Techni-
ques, 1966.

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INTRODUCCIÓN

El objeto de este estudio es buscar la forma de go-


bierno que pueda ayudar a la Iglesia a realizar mejor la
misión de evangelización que le ha sido confiada por su
Fundador. Se trata, por tanto, de una búsqueda de eficacia.

¿DE QUE EFICACIA SE TRATA?

Como esta palabra suscita en muchos espíritus una


instintiva y muy legítima aprensión, es bueno que inten-
temos disipar desde el primer momento esta aprensión.
Puesto que el fin primordial del apostolado es ayudar
a los hombres a llegar al conocimiento y al amor de Dios,
es decir, a realizar, en definitiva, un aumento de gracia en

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el alma, ¿cuál es el efecto de la acción del hombre y cuál con ayuda de la punta de una lanza. Puede también pre-
el efecto de la acción de Dios en este aumento de gracia? pararla ayudándose de todos los medios mecánicos o cien-
Es evidente que el único autor de la gracia es Dios. Pero, tíficos puestos a su disposición por el progreso técnico: aná-
para comunicar la gracia, Dios puede, si quiere, actuar lisis químico del sudo, laboreo a gran profundidad, as-
directamente y sin intermediario, o servirse de signos persión de productos que impidan el crecimiento de malas
visibles: sacramentos; o puede asimismo utilizar la acción del hierbas, introducción de insecticidas, enriquecimiento de los
hombre: la predicación y todas las obras de apostolado. abonos químicos, riesgo, etc. No tendrá por todo esto poder
sobre la virtud germinativa de la semilla; pero ¿se puede
¿La búsqueda de una mayor eficacia en el apostolado
creer que esta virtud germinativa tendrá más ocasiones de
producirá una mayor eficacia en el aumento de la gracia?
desarrollarse que si el campesino se hubiese contentado
Es necesario distinguir.
con arañar superficialmente el suelo? Igualmente, ninguna
Ningún aumento de eficacia en el obrar humano produce técnica, ningún acto de la inteligencia, ninguna industria
directa e infaliblemente un aumento de eficacia en el don humana tienen efecto directo sobre el aumento de la gracia;
de la gracia. Dios continúa siendo el único dueño de sus esto no impide que las técnicas, la inteligencia, la industria
dones. Pero indirectamente, por el hecho de que un apóstol humana contribuyan al éxito de la acción de la gracia.
presente a los hombres el mensaje de Dios de una manera Si no, ¿por qué nuestro Señor nos exigiría imitar la ha-
más adaptada, que corresponde mejor a su mentalidad y a bilidad de los hijos de las tinieblas, su prudencia y que
su cultura, tendrá ciertamente más ocasiones de éxito para hagamos fructificar nuestros talentos?
que este mensaje sea aceptado.
Recordemos la parábola de la semilla que sale del saco
del sembrador y cae, a lo largo del camino, sobre piedras Tomemos ejemplos más concretos:
entre las que se seca, o en medio de espinos donde perece
ahogada; pero, hechada en la buena tierra, produce el ciento
La predicación es un medio establecido por Dios para
por uno. De esta tierra el sembrador ha quitado las piedras,
la salvación: "Id, pues, y sed los maestros de todas las na-
arrancado las malas hierbas, aireado el limo que iba a arar
ciones." Pero yo puedo predicar tartamudeando porque
—ésta es la acción humana, la del cultivador o la del
tengo un defecto de exprexión, o mover constantemente
apóstol, que prepara—, pero es todo lo que puede hacer
los brazos como un molino porque se me ha dicho que era
el hombre: preparar. No es el hombre el que hace germinar
necesario "hacer gestos", o elaboro sermones que no tienen
el grano.
pies ni cabeza porque no sé componer. Si tengo una gran
Pero el campesino puede preparar la tierra de un modo caridad, mi predicación puede permitir a Dios tocar los
primitivo, arcaico: quemar un trozo de selva y trazar surcos corazones. Pero, suponiendo que permanezca igual mi grado

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de caridad, ¿mi predicación no ofrecerá a Dios más oca- cursos de la inteligencia y la cultura? Nadie, evidentemente,
siones de tocar los corazones si he corregido mi defecto lo sostendrá así. En caso contrario, sería preciso también
de pronunciación, aprendido a hacer gestos y a componer, condenar la utilización de técnicas más "mecánicas" y que
es decir, si he puesto de mi parte todas Jas técnicas de la tienen menos relación con la predicación, tales como la
oratoria? Ciertamente, el poder de Dios es el mismo si utilización de un magnetófono, que permite al predicador
soy un debutante que se agita en el pulpito o un predi- repetir su sermón, la de altavoces, que le permiten hacerse
cador ejercitado; pero es preciso contar con la reacción de oír mejor, la de un automóvil, la del tren o avión, que le
los oyentes. ¿Para qué me servirá mi caridad si las gentes permiten desplazarse más rápidamente y llevar la palabra
no me escuchan o si molesto sus ojos o sus oídos? Los oyen- a más lugares.
tes no deberían, ciertamente, dejarse llevar por las apa-
Tomemos otro ejemplo concerniente a la técnica de
riencias que les molestan; pero ¿no debería yo primero obrar
organización.
de tal suerte que estas apariencias no les molestasen?
Soy responsable de un grupo de apóstoles. Puedo de-
La utilización de técnicas oratorias, puesto que se trata cirles: "El terreno es muy amplio; las necesidades muy nu-
de ellas, no añade nada directamente a la eficacia de mi merosas. Os dejo toda iniciativa. ¡Que cada uno emplee
predicación —que no tendrá otra eficacia que la que Dios su tiempo lo mejor posible!" Puedo también utilizar la
quiera concederle—; pero ¿se puede negar que se trata de técnica de la organización racional del trabajo. Es decir,
eficacia cuando estas técnicas oratorias permiten hacer de- comenzaría por señalar las necesidades del sector de que
saparecer obstáculos que, de otro modo, impedirían el efecto soy responsable, trazaría una relación de estas necesidades
que busco: disponer a las almas a recibir la gracia? La por orden de importancia y de urgencia; con esta lista
mayor eficacia que mi palabra obtendrá no vendrá del su- redactaría un programa, lo dividiría en tareas que habrían de
plemento de arte y técnica que añado a mi predicación, realizarse de acuerdo a un calendario de trabajo, distribuiría
sino del hecho de que arte y técnica son medios suplemen- cada una de ellas entre mis colaboradores, les fijaría a éstos
tarios ofrecidos a Dios para hacer llegar su gracia. sus objetivos, etc.
¿Medios indignos de Dios? No más que la palabra mis- ¿El segundo método no sería más eficaz que si no
ma, que no es más que una producción de sonidos sin nin- hubiera utilizado los recursos ofrecidos por una técnica de
guna correspondencia con la gracia. No más que los "sig- ciencias humanas?
nos" de los sacramentos.
Puedo plantearme más todavía la tecnicidad, y aplicar-
¿O es que el aumento de la gracia estaría reservado al la a cada acción concreta. En lo que se refiere, por ejemplo,
carácter imperfecto, al aspecto "artesanal" de una acción a la investigación de lo que debe servir de fundamento al
y sería rehusado a una acción que utilizara todos los re- establecimiento de un programa de apostolado, puedo hacer-

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SI, PERO VUESTROS MÉTODOS ESTÁN TOMADOS DE LA EMPRESA
lo fiándome de las únicas luces de mi juicio, como puedo
proceder a una investigación verdaderamente científica. Si
utilizo este segundo procedimiento, el programa de apos-
tolado resultante ¿no tendrá más posibilidades de ser adap- No disimulemos la "ventaja" que representa para algunos
tado (eficaz), es decir, de ser un instrumento que permita espíritus el hecho de referirnos a principios y métodos de
un paso más fácil de la gracia? acción en el mundo industrial. Ciertamente sería preferi-
ble que estos métodos tuviesen un origen más noble (?)
O bien soy consiliario de un grupo de jefes de empresa. o más desinteresado, que hubieran nacido, por ejemplo, en
Puedo enseñar a estos hombres el Evangelio con todos los la Universidad, o, mejor todavía, en la Iglesia. Desgracia-
recursos que me darían los conocimientos teológicos o exe- damente no es nuestro caso. ¿Impedirá esto a la Iglesia
géticos más profundos, pero ¿qué utilidad tendría para utilizar conocimientos que se han convertido en un bien
ellos? común de la humanidad —y enseñados ahora en la Uni-
versidad— con el pretexto de que estos conocimientos vie-
La doctrina, efectivamente, y las obligaciones del Evan-
ron la luz en un ambiente diferente del suyo?
gelio se les plantean en términos de cálculos de salarios,
de precio, de venta, de responsabilidades respecto a su per- "¡Precisamente! ¡El ambiente de la empresa es tan dis-
sonal, a la sociedad, al Consejo de administración, a la pro- tinto! ¡No hay derecho a equiparar la Iglesia a una em-
fesión, a su propia familia, es decir, en términos económicos presa! "
y sociales. Si quiero, pues, traducirles el Evangelio del mo- "Por tanto, no procedamos nunca a semejante asimi-
do más provechoso posible, habré de adquirir una compe- lación. Por el contrario, es preciso ver aquí que estos prin-
tencia técnica, económica y social que, a primera vista, apa- cipios y métodos a los cuales nos referimos, son principios
rece como muy extraña a la proclamación del Evangelio. y métodos, sea de orden sicológico, sea de orden científico,
Esta competencia técnica es, en realidad, una condición ca- universales, aplicables a toda actividad humana."
si esencial al paso o al trabajo de la gracia, porqué es pri-
"Sí, pero el apostolado no es una actividad humana.
meramente una condición, para estos hombres, para una
No estamos de acuerdo. Incluso inspirado por la caridad,
sana comprensión del Evangelio.
el apostolado es una actividad humana. Si encontramos
medios proporcionados por las ciencias profanas que ayu-
den más al apóstol a hacer uso de su razón y de la virtud
de la prudencia, ¿en qué se opondrían estas ayudas a la
naturaleza del apostolado?"
"Bien, pero algunas aplicaciones de los principios de
las ciencias humanas que Ud. cita, sobre todo cuando habla

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de rentabilidad, de valoración de los hombres, etc., tienen la fisonomía y el comportamiento religioso de una parro-
un eco de materialismo que causa extrañeza." quia, de una región o de los fieles. E, incluso anteriormen-
"Distingamos. Estas nociones ¿extrañan porque son to- te, ¡qué luchas debieron mantener el Padre Lagrange y sus
davía demasiado nuevas para nuestro espíritu, o porque son, primeros colaboradores cuando quisieron utilizar las téc-
de hecho, una materialización exagerada del apostolado? nicas de la crítica científica —hasta entonces utilizadas por
Supongamos que sea el segundo caso. Podremos plantearnos los racionalistas— en el estudio de la Sagrada Escritura!
la cuestión siguiente: el principio que preside estas apli- Igualmente, nosotros pensamos que llegará un tiempo
caciones, ¿le parece a Ud. justo o absurdo?" en que la organización, las relaciones humanas y todas las
técnicas de las ciencias humanas tendrán tanto derecho de
"Ciertamente. Reconocemos la exactitud e, incluso, la
ciudadanía en la Iglesia como la sociología y los méto-
utilidad del principio, pero es la aplicación lo que nos resul-
dos críticos de exégesis.
ta molesta."
Un ejemplo de esta instintiva reacción concierne a la
"Me doy cuenta de que Ud. reconoce la utilidad del utilización, que recomendamos, de los organigramas en la
principio. En cuanto a la aplicación, que le resulta molesta, Iglesia. Pues leemos en el "Reglamento general de la Curia
también me ocurre a mí. Encuentre Ud. otra. Busquemos romana", aprobado el 22 de febrero de 1968 por Pablo VI:
juntos otra. Pero recordemos que el principio más atra-
yente, si no tiene ninguna aplicación, no sirve absoluta- 1. En cada dicasterio trabajan oficiales... cuyo número
mente para nada." es establecido por el organigrama.
2. Los organigramas son elaborados por cada uno de
¡Reflexionemos sin pasión! Las leyes o técnicas de la los dicasterios.
acción, y en particular las de gobierno, son fundamental- 3. Una vez aprobados, los organigramas deben ser res-
petados por todos.1
mente las mismas, ya se trate de una empresa o de la Igle-
sia, puesto que el hombre permanece fundamentalmente el
mismo, ya pertenezca a la Iglesia, a una empresa o a cual-
quier otro tipo de sociedad. Por esto, y porque algunas téc-
EFICACIA V PRUDENCIA
nicas han sido desconocidas por nosotros hasta hoy, no
sería sensato rechazarlas. Recordemos las reacciones instin-
tivas y mal razonadas, y las resistencias que acogieron no Esta palabra de eficacia, que tanto molesta, es posible
hace quince años los esfuerzos de creación de una "pasto- que molestase menos si se pusiera en relación con la vir-
ral de conjunto", y, hace treinta, la introducción de las téc- tud de la cual es fruto natural: la prudencia.
nicas de sociología religiosa en la pastoral. Parecía enton-
1
ces inconcebible utilizar métodos científicos para estudiar Cap. II: "Organización y clasificación del personal", art.
3, § 1. (Doc. cath., 21 abril 1968, col. 694).
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¿Cómo se puede definir efectivamente la prudencia? ¿Quiere decirse que las teorías expuestas no tienen nin-
La prudencia es la virtud que se preocupa de realizar el guna relación con el terreno cotidiano de la acción y no
mejor ajuste entre los medios y el fin. A estos efectos, la representan en particular ninguna ayuda para la solución
prudencia intenta prevenirse contra todo peligro de error, de los problemas de las personas? En ese caso, pidamos sim-
ya sea en el orden del conocimiento o en el del juicio, de plemente que se estudien bien las teorías en cuestión, y se
suerte que el veredicto que pronuncia ofrece la mejor garan- descubrirá con sorpresa que son tanto más "prácticas" por
tía posible. ¿No puede decirse entonces que, cuanto más no haber sido formuladas y puestas en teoría sino después
amplia sea la base de conocimiento sobre la que reposa el de una observación prolongada de hechos y después de re-
juicio, más numerosas y más exigentes sean las precau- peticiones considerables de experiencias. De estas experien-
ciones de que se rodee la decisión... esta decisión tendrá cias y de esta observación de los hechos se sacaron entonces
más oportunidades de ser "prudente" y, por tanto, eficaz leyes, verdaderas síntesis de conocimiento y de experiencia
para el fin perseguido? práctica. Pero estas leyes pueden aparecer como teóricas,
No es en otro sentido en el que entendemos la palabra no por culpa de las leyes, sino, más bien, por nuestra inex-
"eficacia", y nadie puede negar a la Iglesia el derecho de periencia en la materia. Una regla de gramática inglesa
utilizar todos los conocimientos, todos los métodos y téc- le parecerá teórica a un principiante en el estudio del
nicas que pone a su disposición el prodigioso y reciente de- inglés, pero por el contrario le parecerá llena de aplica-
sarrollo de las ciencias humanas cuya característica, pre- ciones prácticas a un estudiante de quinto año.
cisamente, es haber estudiado al hombre en su acción, lo
¿O acaso "teórico" quiere decir un ideal al que no
que corresponde al dominio propio de la prudencia.
llegaremos nunca? Con esta interpretación estaríamos com-
pletamente de acuerdo. Una aplicación perfecta, por parte
de la Iglesia, de las técnicas de la acción y del mando será
¿TEORÍA O IDEAL? difícil durante largo tiempo. Hay muchas cosas que cam-
biar: estructuras, hábitos, mentalidades, y muchas cosas que
aprender; mientras tanto, estas teorías aparecerán efectiva-
"Todo esto es teórico", se nos dice. "Es necesario ver mente como un sueño difícilmente realizable. ¿Esto quiere
cómo ocurren las cosas en realidad. Nosotros, responsables, decir que las teorías son inútiles? Un ideal no puede ser
quisiéramos realmente establecer programas, pero nos en- alcanzado perfectamente. Es un modelo al que intentamos
contramos detenidos constantemente por los problemas de aproximarnos todo lo posible, sin alcanzarlo jamás. Pero
algunos." ¿qué podríamos hacer sin ideal y sin "teoría"? ¿Sería más
En ese caso convendrá ponerse de acuerdo sobre el sen- prudente caminar sin guía y ser voluntariamente juguete
tido de lo "teórico". del empirismo o de la improvisación? Durante largo tiem-

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po seguirá siendo "teórico" y un sueño ver difundirse en la En mis experiencias pastorales he ido de parroquia en
Iglesia la aplicación de las técnicas de grupo. Pero, si no ha- parroquia anunciando la Palabra de Dios, y he tenido, por
bla nadie de ellas, si no nos demuestran su utilidad, ¿cómo otra parte, la ocasión toda mi vida de trabajar con respon-
podría hacerse nacer el deseo de conocerlas? Tampoco la sables de la industria —lo que me permite conocer las cien-
empresa realiza perfectamente las técnicas y las teorías cias humanas de organización de que hablamos—. Mi preo-
que se han construido para ella y a partir de ella. Las cosas cupación al escribir este libro ha estado siempre atenta a
humanas se hacen así, pero eso no quita nada al valor y a la los hombres a los cuales he encontrado: humildes y animo-
utilidad de las teorías. sos curas de parroquia, responsables, militantes, simples
Igualmente, y guardando la proporción debida, el Evan- fieles; en una palabra, toda la Iglesia, pero una Iglesia vi-
gelio es también una teoría y un ideal del que no se per- va, una Iglesia compuesta de personas que conocemos, a
cibe en ninguna parte una realización perfecta. ¿Quiere la que he escuchado ampliamente...
esto decir que el Evangelio es inútil? Pienso particularmente en los párrocos. Un cura de pa-
Concluyamos, pues, que la organización, las relaciones rroquia, sobre todo en el ambiente rural, ¡qué lejos se sien-
humanas y todas las técnicas o doctrinas de las ciencias te de la autoridad! No quiero tomar partido en las quere-
humanas son teorías, pero teorías que son indispensables llas provocadas por libros que tratan de los sacerdotes,
para la acción. pero creo, por haberlo constatado con mis propios ojos,
en la soledad del sacerdote. Soledad del apóstol perdido en
una masa a la que la religión no interesa, y que se pregunta:
"¿De qué sirvo en realidad? ¿Para qué sirve mi sacerdocio?
ACTUALIDAD DEL TEMA ¿No sirve más que para enterrar a las gentes, para casarlas
(¿cuál es el contenido religioso de estos actos?), para dar
la catequesis (que desembocará en la conocida "ceremonia"),
Cualquiera que hojee distraídamente estas páginas y para ir corriendo los domingos a fin de celebrar todas las
quede impresionado por su apariencia técnica, corre el misas a mi cargo, etc.?"
riesgo de abandonar el campo, diciendo: "Un estudio socio-
En un mundo más y más desacralizado, el sacerdote se
lógico del gobierno de la Iglesia. ¡Demasiada técnica! No
ve, de día en día, marginado de la sociedad. Y es grave
interesa más que a los especialistas que gustan analizar
para un hombre constatar que no sirve para nada. ¡O tan
minuciosamente las cosas."
poco! Todo hombre necesita creer en la utilidad de su tra-
En realidad, no hemos querido entregarnos a un juego bajo. Pues el sacerdote sabe que puede aportar mucho, in-
puramente intelectual y sin relación con la realidad. ¡Todo cluso que puede aportar lo necesario a la sociedad. Pero
lo contrario! la sociedad aumenta en número sin que aumente en la

26 27
misma proporción el número de cristianos. ¿Se habría que- Este estudio sobre la Iglesia, sobre el gobierno de la
dado enmohecida la formidable expansión de la Iglesia Iglesia, ¿permitirá a ella-responder a estas cuestiones y a
después de los primeros tiempos? ¿A qué se debería? El estos problemas? En todo caso es lo que vamos a intentar.
sacerdote se interroga y no encuentra respuesta.
Otro motivo de la actualidad de este estudio proviene
La Iglesia, por cierto, ha visto cómo su prestigio inter- de que la Iglesia, entregándose, después del Concilio, a
nacional ha ido elevándose de manera singular gracias interesantes modificaciones de sus métodos de gobierno,
al esplendor personal de los últimos papas, pero eso no abre un campo que es interesante estudiar. ¿Cómo juzgar
impide que los jóvenes abandonen la Iglesia después de acerca del valor de una modificación y permitir que se de-
su primera comunión; eso no impide que la sociedad se sarrolle todo lo que puede esperarse sino estudiándola a
construya al margen de los principios del Evangelio. Son la luz de los principios generales del gobierno? Aparecerán
dos mundos separados. ¿Es esto normal?, se pregunta el mejor las precauciones que se han de tomar, las condiciones
sacerdote. ¿No podemos remediarlo? Y siempre la misma que se han de observar. Recordemos la historia de los Co-
pregunta: ¿A qué es debido? En el Concilio, la Iglesia mités de empresa; creados en su origen para ser verdaderos
ha escogido abrirse al mundo. ¿Sería necesario que el mun- comités de participación y de gestión económica, se vieron
do aceptase lo que la Iglesia quiere darle? ¿Por qué va el muy pronto relegados a tareas sociales muy secundarias.
mundo a aceptar lo que otras veces ha rehusado? ¿No sería Se había hecho inutilizable un instrumento de los más efi-
necesario, más bien, que fuese el mundo el que se abriese caces de promoción humana e, incluso, de expansión econó-
a la Iglesia?; pero ¿por qué iba a hacerlo? ¿Cómo actuar? mica.
Yo escuchaba también a los responsables: "Es fácil
¿Es un tema inactual el de un estudio sociológico del
teorizar; yo lo hago también. Pero ¡conducir a los hombres
gobierno de la Iglesia? Digamos, más bien, que no estamos
es tan difícil!"
habituados a semejante planteamiento de los problemas.
¡También es difícil hablar francamente a un supe- Preferimos leer sucesos o que nos cuenten historias. El in-
rior! (Hemos examinado ya en otro lugar2 este problema, conveniente es que a un hecho ha podido oponerse otro
pero volveremos sobre él en el curso del presente estudio). hecho, a una historia oponerse otra historia, y la discusión,
El también se siente solo. Como padre, querría expresar demasiado apasionada, no encuentra salida. Hemos pre-
su sentimiento de paternidad, pero siente con fuerza que ferido tomar el problema desde más arriba y, dirigiendo
se encuentra frente a desconocidos, no frente a hijos. Es sobre él la luz de los conocimientos de las ciencias humanas,
un círculo vicioso que no se sabe cómo romper. estudiarlo de una manera más científica y más serena.
2
El futuro nos dirá si tenemos razón.
Para un apostolado organizado: la amistad con el jefe de
equipo; Relaciones humanas en la Iglesia: prioridad del amor del
jefe, Nova Terra, Barcelona.

28 29
Asombrosa coincidencia PARTE PRIMERA

En los días que siguieron a la publicación de este es- UN DESCUBRIMIENTO:


LOS DATOS DEL PROBLEMA
tudio, apareció en francés otro libro, traducción del fla-
menco, que llevaba como título: "L'Eglise et le manage-
ment." El autor, Hubert Buntinx, fue durante siete años
director de una fábrica Philips de 3.000 obreros. Fue in-
vitado a dejar su cargo para fundar en los Países Bajos
una Universidad técnica. Actualmente es director del Cen-
tro de Productividad de Anveres, profesor de la Univer-
sidad económica de Bruselas, presidente del Centro post-
universitario para la gestión de empresas.

Es interesante notar que para llegar a la idea de es-


cribir sobre las ciencias humanas y la Iglesia, H. Buntinx
siguió un camino exactamente inverso al nuestro. Nosotros,
al escuchar a los industriales exponer sus problemas nos
dijimos: "En la Iglesia tenemos los mismos problemas."

H. Buntinx, al escuchar a antiguos compañeros que


ocupan diferentes puestos en la jerarquía del clero de Ma-
linas, tuvo conciencia de que los problemas hallados en
la Iglesia eran exactamente los mismos que los de la in-
dustria.
Invitado por el Cardenal Suenens a redactar un artí-
culo que permitiera difundir mejor las reflexiones de H.
Buntinx, este artículo se convirtió en un libro que el car-
denal aceptó prologar.

30
1. Los datos reflexivos:
¿Está ya adaptado
el gobierno de la Iglesia?

I. LA IMPORTANCIA DE LA PREGUNTA

Es importante a la vez por una razón objetiva y por otra


razón subjetiva.

1. Razón objetiva

El gobierno de la Iglesia es un instrumento que permite


a la Iglesia realizar su misión.
Toda sociedad, efectivamente, tiene una ideología? y
1
Traducción literaria del término anglosajón correspondiente.
Para aquellos a los que asombraría este término técnico aplicado

33
el gobierno tiene como fin organizar la sociedad para hacer- todavía después del Concilio. El mismo papado parece re-
la más apta, traduciendo su ideología en los hechos. conocer la necesidad de adaptación, como lo prueba la
reforma de la Curia, la mayor libertad dada a las Confe-
Pues hay varios tipos de gobierno, es decir, varias ma-
rencias Episcopales, la participación de los obispos re-
neras de ordenar una sociedad a su fin, cada una con sus
sidenciales en el gobierno de la Iglesia, la creación de estos
ventajas y sus inconvenientes. Gracias a los trabajos sobre
organismos de participación que son los Consejos pastorales,
la organización, conocemos hoy mejor estos tipos de go-
presbiterales, etc.
bierno, midiéndose por ello con más precisión sus dife-
rencias de eficacia. Como el fin de la Iglesia es permitir
al mayor número posible de hombres llegar al conocimiento
y al amor de Dios, es importante para ella interrogarse il. LA CONTRIBUCIÓN DE LA CIENCIA PROFANA
sobre la eficacia natural de su tipo de gobierno: ¿Es ne-
cesario cambiarlo? ¿Basta con adaptarlo? ¿Existiría otro
tipo de gobierno más eficaz? Y tantas cuestiones que es Se ha convertido en opinión común el decir que el aná-
interesante plantear. lisis de la mayor parte de los problemas sociales exige que
se recurra simultáneamente a varias disciplinas."
Durante largo tiempo la economía política fue la
2. Razón subjetiva
única referencia factible y parecía que no se podía estu-
diar más que en términos económicos tales como los del
Hace aproximadamente siete siglos que la Iglesia con- pleno empleo, la lucha de clases, el desarrollo, etc. Hoy
cibió su tipo de gobierno actual. La sociedad ha evolucio- se admite cada día más, incluso entre los economistas, que
nado considerablemente desde aquel tiempo. Es lógico la sicología, la sociología, la antropología, pueden aportar
pensar, por tanto, que el sistema de gobierno de la Iglesia ha luces útiles en cuestiones que otras veces se consideraban
de ser adaptado hoy más que en el momento de su crea- evidentes.
ción. Aquí y allá se expresan muchos deseos de adaptación.
El mismo fenómeno se ha producido para la Organiza-
Se expresaron en el Concilio Vaticano II, y se expresan
2
Estas reflexiones, así como las referencias, se deben al texto
a la Iglesia, proponemos otro: "misión". "Misión" es una tra- inslés multicopiado de una conferencia de A. Spencer: The struc-
ducción imperfecta pero suficiente. "Ideología" significa: creencia ture and organization of the Catholic Church of England, pro-
en ciertos valores comunes. "Misión" representa más que nada el nunciada en el departamento de Adult Education de la universidad
acto por el cual una sociedad intenta hacer participar a los otros de Leicester. A. Spencer es el fundador del "Newman Demographic
en su creencia en ciertos valores. La "ideología" de la Iglesia es Survey". Es también presidente de la Conferencia Internacional
la creencia en un Dios salvador. Su "misión" es extender este de Sociología Religiosa y director del centro de investigación de
conocimiento. sociología religiosa del colegio de Cavendish Square.

34 35
ción. Durante milenios se ha considerado a la Organización en el período de preparación y de los debates del Concilio.
cómo una parte de la ciencia política. Desde el siglo XIX, Por la misma importancia del Concilio, ningún hecho
no obstante, sociología y antropología contribuían ya a merecía más una aplicación de los conocimientos unifor-
hacer comprender mejor ciertos problemas de la Organi- memente admitidos, ningún hecho justificaba más una
zación. Pero no será hasta el curso de las últimas doradas reflexión de la Iglesia sobre su propia organización y su
cuando la ciencia administrativa, la sicología, los estudios tipo de gobierno.
acerca del mando permitirán clarificar cuestiones de la
Organización que habían permanecido todavía oscuras.
Pues bien, si hay un terreno de la Organización que
III. I.A FORMULACIÓN DE LA CUESTIÓN
se muestre de los más fecundos para el análisis científico
es, desde luego, el de la administración eclesiástica. Es así
como Weber se ha fundamentado principalmente en el
Hablar de gobierno en una sociedad puede significar
estudio de la organización eclesiástica para construir su
el modo de concebir el ejercicio de la autoridad o la or-
tipología de las "autoridades legítimas",3 tipología con-
ganización misma del poder en el seno de la sociedad.
vertida hoy en doctrina tradicional. Así ha procedido igual-
Pero aplicar estas consideraciones a la Iglesia, ¿no es re-
mente Etzioni, especialista de las organizaciones "comple-
bajar a la Iglesia a una condición muy humana?
jas".4 Cuando llegaron a extenderse los estudios de "direc-
ción científica de los negocios", Mooney y Reiley5 hicieron La Iglesia es, ciertamente, una sociedad divina:
a su vez gran uso de las experiencias extraídas de la Iglesia
católica. "Su misión tiene sus orígenes en la Santísima Tri-
nidad, viene del Padre, ha sido transmitida por el
Desgraciadamente estamos obligados a reconocer que Hijo y se ejerce en el Espíritu Santo."11
estos trabajos y estudios han sido realizados, por decirlo así,
en sentido único, en el sentido de que la Iglesia ha hecho Pero es también una sociedad humana, y, por este título,
poco uso de los descubrimientos realizados a partir de debe poseer todas las características de una sociedad humana:
ella misma. Así, para no citar más que un ejemplo, no se
"Todos los principios naturales que entre los hom-
ha señalado el uso de estos estudios y de sus conclusiones bres crean espontáneamente la sociedad destinada a
3
hacer alcanzar la perfección de que su naturaleza es
M. Weber, The Theory o} Social and Economic Organiza- capaz, han sido establecidos por Jesucristo en la
don, Nueva York 1947.
4
Etzioni, A Comparative Analysis of Complex Organization, Iglesia.'"
Nueva
6
York 1961.
J. D. Mooney y A.-C. Reiley, Onward Industry, Nueva • Mystki Corporis, Pío XII, n.° 1095.
York 1961. 7
Satis cognitum, León XIII, 29 junio 1896, n.° 578.

36 37
Se deben, pues, encontrar en la Iglesia todos los ele- 2. Los datos sociológicos:
mentos que se encuentran en una sociedad humana, y, en ¿La Iglesia es una sociedad?
particular, los que constituyen el "gobierno".

Vamos a estudiar los elementos y la estructura de la


sociedad.

I. LOS ELEMENTOS DE LA SOCIEDAD

Distinguiremos cinco elementos:

1. Una ideología

Llamamos "ideología" a una creencia común en ciertos


valores. Estos valores constituyen el ideal del grupo y
definen su misión.

38 39
Por lo cual descartamos de la noción de grupo toda Las diferentes etapas de esta definición son el estable-
reunión que no posee más que una simple permanencia. cimiento
Es la comunidad de ideología lo que hace la permanencia.
— de una política
Un grupo ocasional, como una turba, no tiene necesidad de
— de un programa, llamado también plan,
ideología y no es una sociedad.
— de objetivos, llamados también fines.
La ideología de la Iglesia es la creencia en Dios y en
la voluntad de salvación de Dios para los hombres. Su El conjunto de estos elementos constituye la "estra-
ideología se traduce en una misión. tegia". Después de ella se encuentra la acción.
Es inútil, ciertamente, señalar la absoluta necesidad,
"La misión de la Iglesia es 'extender la salvación para la Iglesia y para todo responsable de apostolado, de
operada por Jesucristo'."1
respetar las leyes que presiden la acción, de acatar, en par-
ticular, 'la obligación de definir una política en términos
de objetivos. Es no solamente una cuestión de eficacia, sino
2. Una política
que, si falta esta o aquella otra nota importante, la Iglesia
se encuentra de golpe privada del título de sociedad per-
Una ideología no puede contentarse con permanecer fecta.2 Ya que cada responsable de apostolado puede hacerse
en el corazón o en el espíritu. Debe pasar a la vida, so esta pregunta: "¿He definido una política, la he traducido
pena de convertirse en inútil. La ideología puede ser fuente en un programa y en unos objetivos?" cada subordinado
de acción por sí misma, pero es necesario darse cuenta puede decirse: "Sé adonde voy, lo que debo hacer, porque
que muchos hombres no son capaces de traducir la ideología mi jefe me ha entregado una política y me ha fijado unos
en términos de acción, o divergirán acerca de los medios objetivos."
de traducirla: riesgos de oposición o dispersión que con-
viene eliminar.
También conviene precisar la ideología de modo que, 3- Una autoridad
a partir de una noción abstracta, se llegue a una definición
de actos concretos, que serán, por tanto, objetivos y guías ¿A quién corresponde fijar la estrategia?
para la acción.
En el plano de la acción pueden surgir muchos pro-
1
León X I I I , Satis cognitum, n.° 550. N . B. Siendo nuestro
propósito un estudio puramente sociológico del gobierno de la Igle-
blemas que provienen de la resistencia de las mismas cosas,
sia, no es necesario ver en los textos pontificios citados una justifi-
cación teológica de este análisis, sino una simple confirmación por * En el sentido humano del término: poseyendo todas las ca-
la misma Iglesia de las leyes naturales que rigen toda sociedad. racterísticas de una sociedad.

40 41
o también de la de los sujetos y las fuerzas centrífugas in- Una jerarquía de responsabilidad, por tanto, de autoridad,
herentes a la naturaleza humana. Es necesario contar tam- se establecerá entre todas estas funciones y los que las
bién con otra ley de la naturaleza humana: la ley del menor ejercen, de modo que la sociedad ofrezca no solamente la
esfuerzo. ¿Quién será él encargado de vigilar para que las imagen de un todo ordenado y armonioso, sino que este
energías de todos estén constantemente ordenadas en una orden sirva eficazmente a la misión de la sociedad.
unidad de acción, indispensable condición de eficacia?
El cuerpo en la naturaleza no está formado por un
El plan mismo tiene necesidad de desarrollarse cons-
conjunto cualquiera de miembros, sino que debe estar
tantemente, de ser revisado, es decir, exige ser "adminis- provisto de órganos, es decir, de miembros que no
trado". ¿Quién será responsable de esta "administración"? tengan la misma actividad y que estén dispuestos en
So pena de total ineficacia, el establecimiento, la adminis- un orden conveniente. La Iglesia, igualmente, debe su
tración de un plan, la "dirección" misma de la acción no título de cuerpo, sobre todo, a esta razón de estar for-
mada por partes bien organizadas, normalmente unidas
pueden ser dejados a las iniciativas de los individuos. En
entre ellas, y provistas de miembros diferentes y coor-
toda sociedad es necesaria una autoridad. dinados entre sí. Es así como el Apóstol presenta a la
Iglesia cuando dice: "A la manera que en un solo
Es imposible imaginar una sociedad verdadera y cuerpo tenemos muchos miembros, y todos los miembros
perfecta que no sea gobernada por una poderosa so- desempeñan distinta función, lo mismo nosotros: Siendo
beranía cualquiera. Jesucristo debió poner a la cabeza muchos, somos un solo cuerpo en Cristo."*
de la Iglesia un jefe supremo al que toda la multitud Compuesta de hombres unidos entre ellos por lazos
de los cristianos fuese subordinada y obediente. 3 invisibles, la Iglesia no puede existir... sin una jerarquía
permanente. 5

4. Una jerarquía
5. Una organización

U n hombre no puede hacerlo todo. Cuanto más impor-


tante es la sociedad, más compleja su actividad, tanto El resultado material, visible, de este orden es la "or-
más hace sentir la necesidad de colaboradores. ganización" o "estructura".

Para evitar una fatal pérdida de fuerzas, prevenir riesgos


de conflictos, causas a su vez de tensiones que impiden la
eficacia, las funciones de los colaboradores deben ser cuida-
dosamente determinadas y definidas.
Mystici Corporis, Pío XII, 1, 19.
3
Satis cognitum, León XIII, n.° 580. Pío XII, 21 de enero de 1942, n.° 986.

42 43
II. LA ESTRUCTURA DE LA SOCIEDAD la función, el grado de responsabilidad, el lugar de cada
uno; es la fotografía de los niveles de autoridad; he aquí
por qué se la compara a un armazón.
Para el sociólogo, la estructura representa el modelo
que sirve para definir las funciones de cada uno, estando
compuesta cada función de un haz de papeles, y cada uno de 1. Estructura y "campo de responsabilidad"
ellos controlado por unas normas.
Para el especialista de la ciencia administrativa la es- Para que una estructura sea un buen instrumento de
tructura es el armazón, a la vez, de las tareas directoriales trabajo y de gobierno, es necesario que los niveles de auto-
y de la administración. Es el modelo según el cual se re- ridad sean bastante numerosos —sin serlo demasiado—,
presenta toda responsabilidad en el seno de la institución. para que el "campo de responsabilidad" de cada nivel
Indica quién determina los fines del grupo, quién propone no sobrepase las posibilidades de acción de cada uno. Sien-
la estrategia, quién establece el programa, quién lo ejecuta. do, realmente, la eficacia función de la estrechez de rela-
La tarea que consiste en determinar los fines, proponer una ciones entre el nivel en el que se plantean los problemas
estrategia, establecer un programa, vigilar la ejecución, y aquel en el que se toman las decisiones, si el campo de
como la que consiste en "motivar" a los miembros, en acción es demasiado amplio, las comunicaciones llegan
controlar día a día la exacta realización de los fines son tarde y la decisión o bien será inadaptada, o bien llegará
tareas directoriales. No se debe olvidar que cuando se habla demasiado tarde.
de "programa" se entiende igualmente del programa que
concierne a la mejora de la misma estructura. El oficio del
responsable es, en efecto, buscar el modo de hacer que la es-
2. Los procedimientos
tructura de la institución esté siempre más adaptada a su
función.
La función del jefe y de sus colaboradores es traducir
Para el político, la estructura representa el modelo la ideología en términos de acción: fines u objetivos. Pero
según el cual se define el poder y la autoridad en una ins- hay una racionalidad del trabajo y una racionalización, por
titución. Determina qué relaciones deben existir entre los tanto, de la acción que se ha de formular. Es una cuestión de
diferentes poderes (legislativo, ejecutivo, judicial). Establece orden y de economía de los medios y, por tanto, de eficacia.
los mecanismos oficiales a través de los cuales se ejerce La sociedad deberá, pues, determinar los métodos de trabajo
la autoridad legítima. o procedimientos. Veremos que hay procedimientos de ob-
Para los tres hombres de ciencia, la estructura indica servación y de medida de los hechos, de decisión, de valo-
esencialmente "¿quién hace tal cosa?", es decir, concretiza ración de los resultados, etc.

44 45
3. Las normas Gracias a esta "organización", la sociedad es transfor-
mada en instrumento de acción; es el "gobierno" el que
transforma a la sociedad en instrumento de acción.
El hombre es débil. En el seno de una sociedad, el in-
dividuo tiene continuamente la tendencia a olvidar la na- Es necesario señalar, no obstante, que, en lo concerniente
turaleza y la fuerza de la obligación de las relaciones que a la Iglesia, la existencia de la Iglesia como sociedad y su
le unen a su jefe así como a los otros miembros del grupo. ideología son anteriores a la existencia del gobierno, consi-
Por ello es necesario que la autoridad establezca normas que derado como medio material de organización. La insti-
fijen a cada uno su lugar, su función, o incluso su acción. tución de la Iglesia y la creación de una autoridad en ella
Condición aparentemente secundaria, pero en realidad muy son de fundación divina. La autoridad lleva inmediatamente
importante, porque contribuye a mantener el orden en la consigo una forma humana para organizar el cuerpo social
sociedad y, por tanto, la eficacia. o visible de la Iglesia.

"Hay normas jurídicas que se insertan en la estruc-


tura misma de la Iglesia... como son las reglas conte- ,5. Un espíritu o una filosofía
nidas en el Derecho constitucional de la Iglesia, o las
definiciones que conciernen al poder del papa y al de
los obispos. Al fundar su Iglesia, Cristo no ha querido Un gobierno es también un espíritu, una "filosofía".
simplemente lanzar un vago movimiento espiritualista, La manera de ejercer, en efecto, la autoridad, que es uno
sino edificar una sociedad sólidamente organizada."" de los modos de considerar el gobierno, depende de nuestra
concepción de la autoridad, y ésta, a su vez, de nuestra con-
cepción del hombre.
4- Un gobierno
¿Consideramos al hombre como a un adulto en el que
se puede confiar, o, por el contrario, lo tenemos como un
Toda esta obra de organización de una sociedad para "menor" que necesita estar rodeado de una serie de reglas
hacerla un instrumento adaptado a su misión y todo el y protecciones? Son muchas las actitudes que dependen
control de la acción constituyen el papel del gobierno. de nuestro concepto de la autoridad.

"La Iglesia no puede dispensarse de un órgano de La manera de ejercer la autoridad depende también de
gobierno, ...de una administración de las cosas."7 nuestra visión del mundo. ¿Consideramos al mundo como
una materia flexible y maleable a la que podemos dar la for-
" Pío XII a los estudiantes de Derecho de Viena, el 3 de junio ma que queramos, a condición de poner en ello bastante ri-
de 1956, n." 1, 430.
7 gor o voluntad, o lo miramos, por el contrario, como un ser
Pío XII, el 21 de enero de 1942, n.° 986.
46 47
resistente, dotado de una voluntad propia o, al menos, — de procedimientos, que son:
afectado por propiedades contra las cuales no podemos • o métodos de trabajo: procedimientos de observación,
luchar sino aceptando nuestro propio concepto de la auto- de medida, etc.
ridad y nuestros métodos de trabajo? Se reconocerá que
• o métodos de acción: procedimientos de toma de
estas diferentes actitudes respecto a los hombres, de una
decisión, de información, de influencia, etc.
parte, o al mundo, de otra, son importantes y servirán
para constituir otros tantos tipos de gobierno. Del conoci- • o de órganos y estructuras: sistema de comunicación,
miento de esta ley se deriva también la posibilidad, a par- etc.
tir de un tipo de gobierno, de prejuzgar el tipo de filosofía — de características de motivaciones o fuerzas emocionales
que mueve a este gobierno. Este principio nos será muy que se esfuerza en promover la institución con vistas
útil para definir el tipo de mando en la Iglesia y para a la acción,
apreciar la adaptación de este gobierno a su tarea.
— de características de actitudes, que son función del grado
Llegados a este estadio, se comprende tal vez ya mejor de benevolencia, de lealtad o de desprecio que se
la importancia de un análisis del gobierno de la Iglesia. puede tener respecto a la institución o a sus miembros.
Por el hecho de que una filosofía ejerce, efectivamente,
tal influencia sobre un gobierno, y que éste ejerce a su En un compendio magistral, que resume los más impor-
vez tal influencia sobre la sociedad que organiza para un tantes descubrimientos científicos de estos últimos años,
determinado fin, importa estudiar si, de hecho, esta socie- Likert llama por primera vez "sistema de interacción-
dad está o no perfectamente ordenada a su misión. Cierta- influencia" al conjunto de estos elementos.8 La palabra hizo
mente, la ideología, que es el principal factor de reunión escuela porque sancionaba un descubrimiento capital.
de la sociedad, no depende totalmente de la influencia de
la filosofía del gobierno, pero de esta filosofía depende el Cuando se habla de estructura, la tendencia común es
que la ideología continúe siendo percibida en toda su pureza representársela como algo inanimado, congelado, como un
y, también, el grado de fidelidad de la sociedad a su ideo- esqueleto o un armazón de madera o de metal. Pero un
logía. 8
R. Likert, Un nuevo método de gestión y dirección, Deusto,
Bilbao. En su conferencia The Structure and Organization of the
Catholic Church of England, anteriormente citada, A. Spencer se
Una propiedad de la estructura: la interacción-influencia inspiró bastante en los trabajos de Likert. Nosotros lo hacemos
igualmente, pero el texto' de la conferencia que poseemos no con-
Un gobierno (identificamos en realidad mandato y go- tiene indicación de las páginas de Un nuevo método de gestión
y dirección, a las cuales se refiere Spencer, y, habiéndonos sido
bierno) es, pues, algo muy complejo. Como sistema, reconoce imposible conseguir el libro de Likert, se nos dispensará de no
estar compuesto: citar referencias más precisas.

49
48
grupo social no es un ser inanimado; es un ser vivo com- titudes; deberemos estudiar en particular las consecuencias
puesto de individuos, cada uno dotado de sensibilidad, su- sobre estos elementos de cualquier modificación tanto de la
jeto de pasiones. Cada individuo, por otra parte, no ejerce filosofía como de la ideología. En otros términos, ¿que-
la misma función. Cada función ejerce una influencia sobre remos asegurarnos de que una estructura esté adaptada a
las otras funciones o experimenta su influencia. Lo mismo los fines que persigue la institución? Deberemos examinar
ocurre con los procedimientos, las motivaciones, las acti- cómo los individuos se dedican a sus funciones, lo que
tudes. En suma, ninguno de los elementos que constituyen les motiva, sus actitudes hacia los otros, y deberemos estudiar
el gobierno puede existir ni, menos aún, ejercer un papel también las funciones en sí mismas.
sin afectar automáticamente a la existencia y al juego de
La ley definida por Likert aparece como un principio
los otros elementos. Los elementos de la estructura no
de método muy iluminador para el estudio de toda sociedad.
son cajones independientes, sino vasos comunicantes {inter-
Para que nosotros veamos el interés de la aportación de
related and interdependent).
las ciencias profanas para una determinada reflexión sobre la
Descubrimiento capital, porque, al identificar este poder Iglesia. Conducidos, efectivamente, por una determinada
de influencia recíproca, esto permitía comprender ciertos formación y poco al corriente de los principios científicos
fenómenos que se producían en el seno de una institución y del mando, buscaremos a veces una explicación moral a tal
que, hasta ahora, permanecían inexplicables. Esto permitía problema que se plantea en la Iglesia, cuando tal ve2 se trate
también deducir la siguiente ley, que tendremos ocasión de simplemente de una deficiencia técnica corriente: una estruc-
verificar muchas veces: "En una situación de equilibrio, tura que falta, un procedimiento que funciona imperfec-
el sistema de interacción-influencia está en armonía con la tamente, una información que no se produce, etc.w
estructura; si una modificación interviene en el seno de
uno de los procedimientos o de uno de los elementos del En lugar, por tanto, de dar respuestas de orden moral,
mando, el equilibrio se romperá. Se seguirá una disminución que no resolverán de ningún modo d problema, busca-
de la eficacia; se seguirá incluso la dificultad de la ins- remos, ante todo, remediar esta deficiencia técnica.
titución para conservar su existencia."0 Esto no quiere decir que todo problema, en la Iglesia,
Una propiedad del sistema de interacción-influencia es encontrará automáticamente su solución en una mejor téc-
reflejar al mismo tiempo el tipo de filosofía que preside a nica del gobierno. Esto quiere decir que, si la causa del
la organización y al mandato de la sociedad. La sociedad,
a su vez, es él reflejo de la ideología. Si queremos, por Del conocimiento de esta ley capital, descubierta por Li-
kert, se pudo haber logrado la economía de las crisis que afectan
tanto, estudiar una estructura, deberemos conceder una hoy tanto a la Iglesia como a las sociedades profanas. Al menos
atención exacta a los procedimientos, las motivaciones, ac- permitiría reducirlas a sus justas dimensiones. Debería, sobre todo,
incitar a buscar las causas reales que dieron nacimiento a estas
" Likert, o. c. crisis.

50 51
problema es de orden técnico, sólo en una respuesta téc- derada como sociedad humana. ¡Incluso la jerarquía!, en-
nica encontrará su solución. tendiendo por tal no el poder de origen divino confiado
Un temor puede todavía asaltar al responsable en la a los obispos, sino la distribución de este poder en el seno
Iglesia: "¡Si he de interesarme ahora por las motivaciones de una estructura.
de mis subordinados, averiguar sus actitudes, estudiar cómo Realizada esta distinción previa, encontraremos en la
funcionan los procedimientos, etc., no acabaría nunca! ¡Y Iglesia en estado perfecto los elementos que afectan a su
yo no he sido formado para ese trabajo...!" constitución divina. Y es muy comprensible, por el con-
Reacción bien comprensible, pero a la que no se puede trario, que se encuentren imperfecciones en los elementos
dar más que una respuesta: si los jefes de empresa esti- que son de creación humana.
man útil preocuparse de estos problemas, ¿por qué los
Siendo estos elementos los que componen un sistema de
responsables de la Iglesia no han de preocuparse de ellos?
gobierno, y siendo el gobierno de la Iglesia el objeto de
En cuanto a la necesidad de una formación, tocamos aquí,
nuestro estudio, es lógico que nos planteemos los problemas
evidentemente, el problema de fondo.
que surgen respecto al mismo. Por ello y a fin de fijar un
plan a nuestro estudio, vamos a comenzar por ver cómo
el gobierno de la Iglesia se constituyó poco a poco antes
6. ¿Se encuentran en la Iglesia todos estos elementos?
de llegar a la forma en que hoy lo conocemos.

Evidentemente, se encontrarán todos estos elementos en


la Iglesia. Pero es necesario reconocer que no se los encuen-
tra a todos con la misma perfección.
Distinguiremos, en primer lugar, entre elementos. Dis-
tingamos, ante todo, a los que revelan a la Iglesia como
institución divina; distingamos en seguida a los que afectan
a su naturaleza de sociedad humana.
Entre los elementos que la Iglesia posee por su institu-
ción divina, es preciso contar los que llamamos su ideo-
logía y el fundamento de su autoridad. Todos los demás:
definición de una política y su traducción en programas
y objetivos, tipo de gobierno, normas, procedimientos, etc.,
son de creación humana y dependen de la Iglesia, consi-

52 53
3. Los datos históricos:
La formación progresiva
del gobierno de la Iglesia

I. VISION HISTÓRICA DEL MANDO EN LA IGLESIA

Esbozando a grandes rasgos las etapas históricas de la


institución del gobierno en la Iglesia, señalaremos por
un lado los intentos de la Iglesia de construirse una estruc-
tura adaptada a las diferentes necesidades según las épocas,
por otro señalaremos en qué tipo de autoridad, que se ex-
presa a través de esta estructura, debemos incluir la orga-
nización de la Iglesia.

Excusémonos por lo que no será más que un vuelo


rápido y, por tanto, privado de matices. Para el que se in-
terese en un estudio más preciso de los orígenes de las insti-
tuciones de la Iglesia, recomendamos las Instituciones ecle-

55
siásticas de la cristiandad medieval, de Gabriel Le Bras, en 2. ha Iglesia en el siglo III
la Historia de la Iglesia, de Fliche y Martin. Para nuestro
propósito, el resumen que sigue parece suficiente.
Las pequeñas Iglesias de los siglos I y II, compuestas
de algunos centenares de fieles, se han convertido en comu-
nidades imponentes. El crecimiento del número de cristianos
1. La Iglesia del siglo I al siglo II
lleva como consecuencia natural un desarrollo y una es-
pecificación de las instituciones y de los servicios de la
Sociedad humana, la Iglesia debía tener, desde los co- Iglesia. La Iglesia experimenta la necesidad de estabilizar
mienzos, una organización. Cristo mismo había echado sus costumbres y de concretar su tradición. Este esfuerzo
las bases de una administración, instituyendo a los Doce se realiza tanto en el plano de la fe (canon del Nuevo Tes-
y al jefe de los Doce, Pedro. Los Hechos de los Apóstoles, tamento), de la liturgia, de la disciplina eclesiástica como
según parece, hacen a su vez mención de funciones ecle- en el plano de la organización. Aparece un desarrollo con-
siásticas: hablan sucesivamente de los diáconos, de los an- siderable de la jerarquía eclesiástica, debido al crecimiento
cianos o "presbíteros", de vigilantes ("episcopes" u obispos). del trabajo impuesto al clero, lo que implica una extensión
A lo largo de los años, las instituciones se precisan, se uni- de los cuadros y su especialización.
fican para presentar, finalmente, alrededor del año 100,
caracteres generales bastante bien definidos, a nuestro juicio. En el siglo III se pueden distinguir ocho órdenes en el
clero: obispos, sacerdotes, diáconos, subdiáconos, acólitos,
En la base, entregados ante todo a tareas de orden ma- lectores, exorcistas, ostiarios, cada uno con su función de-
terial, se encuentran los diáconos y las diaconisas. Por terminada, sin exagerar la rigidez de esta clasificación y sin
encima de ellos están los sacerdotes (presbíteros), ocupados rehusar la admisión de que varias funciones puedan ser
ya en las tareas en que estamos acostumbrados a verlos ejercidas por el mismo hombre. Pero permanece el prin-
y componiendo, en cuanto agrupados en torno al obispo, cipio de una especialización de funciones para responder a
el presbyterium, "Senado de Dios". Al lado del principio necesidades diferentes.
de autoridad, se encuentra de algún modo un principio que
se puede llamar democrático. Dominando toda la comu- La necesidad de una organización no se hace sentir
nidad, el obispo, investido de un carácter que le sitúa aparte, más que en el plano de la vida interna de una iglesia, y,
es la encarnación del principio de autoridad conferido por de igual forma, en el plano de la participación territorial
Cristo a sus Apóstoles. Entre estos obispos, el de Roma, de responsabilidades. En el principio, efectivamente, los
sucesor de san Pablo, es considerado poco a poco como límites territoriales de la autoridad de un obispo, bastante
el que tiene la autoridad a la que recurren todos los demás mal conocidos, parecen, en todo caso, de dimensiones muy
de la Iglesia y como su jefe. variables. Hay iglesias muy extensas, populosas, y otras

56 57
muy pequeñas y despobladas. Poco a poco se operan de- organización tan lógica como la del Estado, aunque más
limitaciones y se estructura una jerarquía. Los "obispos" diversificada, pues aparecen las parroquias rurales.
de las pequeñas comunidades de la chora, territorio rural Hacia el siglo IV, "parroquia" era casi sinónimo de dió-
de la ciudad, se encuentran naturalmente bajo la influencia cesis, y designaba la circunscripción sometida a un obispo:
y la responsabilidad del obispo de la cimas; se colocan la iglesia situada en el lugar principal de la civitas. Hasta
en un segundo rango; se les llama "corepíscopos". Los •el fin del siglo IV no se aplica comúnmente la palabra a
obispos de comunidades urbanas importantes ven también lo que nosotros llamamos una parroquia rural. El papa
extenderse su función de vigilancia. Los jefes de comuni- Zósimo, en el 417, en una carta dirigida a la Iglesia de
dades rurales no son ya obispos, sino sacerdotes, comienzo Arles hará uso por primera vez de esta palabra en el sen-
de un inicio de organización parroquial. tido moderno. Debemos considerar efectivamente que,
habiendo comenzado por poner pie en las "ciudades", que
Simultáneamente, y por una inclinación natural, la or-
eran en su tiempo los elementos básicos del imperio ro-
ganización territorial episcopal se calca sobre los cuadros
mano, el carácter del cristianismo había sido casi exclusi-
imperiales. En la mayor parte de los casos, efectivamente,
vamente urbano. Jefe de su ciudad-diócesis, el obispo envia-
la circunscripción eclesiástica se identifica con la "provincia"
ba de tiempo en tiempo un sacerdote al campo, pero sólo
romana. En los comienzos del siglo IV, los concilios de
para celebrar allí un acto del servicio divino. Fuera de los
Nicea y de Antioquía declaran que el obispo de la metrópo-
lugares principales de las civitates donde reside el obispo,
li provincial tiene superioridad sobre los otros obispos de
no se encuentra clero residente, a no ser en algunos pueblos
la misma provincia. Se desarrolla la institución del concilio
fortificados. La situación cambia en el curso del siglo V y,
o sínodo, que existía ya en la segunda mitad del siglo II,
sobre todo, de los siglos siguientes: se crearán las parroquias
pero que se convierte entonces en una tradición. Cada vez
rurales.
que una dificultad se presenta, o en épocas periódicas, obis-
pos y delegados de las comunidades se reúnen y toman de- El jefe de todo el clero es el obispo. Todo parte de él
cisiones. Y siempre se afirma el primado del obispo de y lleva a él.
Roma, aunque a veces no sin dificultades. A la cabeza de los diáconos, que subsisten siempre, el
obispo establece el archidiácono o arcediano, segundo per-
sonaje después del obispo y el que le reemplaza ocasional-
mente.
3- La Iglesia en el siglo IV
El clero y el pueblo no desempeñan más que un papel
modesto en la elección del obispo. Son los obispos de la
El siglo III desembocó en una organización jerárquica región los que lo eligen por designación, no ateniéndose
de la Iglesia; el evento del siglo IV es la aparición de una a la opinión popular demasiado insistente.

58 59
La regla ahora establecida es que la autoridad del obispo siglo anterior. El Concilio de 343 declara "excelente y con-
está ligada a un territorio, el de la ciudad, con sus pueblos veniente que los obispos se relacionen desde su provincia
y sus campos. El antiguo sistema, calcado sobre el de Roma, con el jefe de la Iglesia, es decir, con la sede del apóstol
permanece, por tanto, vigente. Cuando una nueva ciudad Pedro".
es cristianizada, se crea una sede episcopal.
Los corepíscopos desaparecen poco a poco o se con-
4- La Iglesia desde el siglo VI hasta comienzos del siglo IX
vierten en simples "auxiliares" del obispo de la ciudad.
Una originalidad interesante se manifiesta en los niveles
superiores. En el siglo III habíamos visto la aparición de Un esfuerzo interesante de descentralización se señalará
los metropolitanos, cuyo territorio correspondía a la pro- en el plano de la diócesis. A diferencia del sacerdote de
vincia romana. El Concilio de Nicea consagra el principio ciudad, que vive habitualmente en comunidad, el cura del
de esta organización. Por tanto, en el interior de una pro- campo vive habitualmente solo. Se imponía la necesidad
vincia habrá desde ahora unidad de mando. Siendo 120 la de reagrupar a estos sacerdotes. El arcipreste —el título
cifra de provincias hacia fines del siglo IV, el número de aparece en el siglo VI— es, ante todo, encargado de esta
metropolitanos sería también de 120. función. En la época carolingia aparece otro intermedia-
rio: el deán. El deán es más un órgano administrativo de
La Iglesia quiere ir todavía más lejos en su esfuerzo de
enlace que un sujeto de autoridad. Es el que transmite los
estructuración y en su voluntad de correspondencia con la
mandatos y las consignas episcopales o los deseos y difi-
organización civil. Habiendo establecido Diocleciano un
cultades parroquiales. Representantes autorizados del obispo,
mecanismo destinado a reagrupar las provincias, la "dióce-
cuando éste se ausenta y el sacerdote se ve obligado a defen-
sis" dirigida por un vicarius, la Iglesia le imita. En Oriente
derse contra las intromisiones del poder local, arciprestes
hay cinco diócesis civiles; y la Iglesia establece cinco dióce-
y deanes defienden muy enérgicamente la autonomía del
sis eclesiásticas. Así, en cada capital del mundo romano
clero.
oriental se encuentra una autoridad superior eclesiástica: en
Antioquía, en Efeso, en Alejandría, en Cesárea, en Cons-
tantinopla. La correspondencia no es absoluta en todas par-
tes, pero tiende a serlo. No obstante, hasta el siglo V, el 5. La Iglesia de la Edad Media
esfuerzo de organización no llegará a su término con la
institución de patriarcas puestos al frente de estas diócesis A comienzos de la Edad Media, la estructura de la Igle-
regionales. sia era extraordinariamente funcional para la época. Se
La doctrina, en fin, que hace del papa el jefe de toda asiste desgraciadamente a una degradación progresiva de
la Iglesia se expresa de manera todavía más neta que en el los poderes del metropolitano (18 en Francia) sobre los

60 61
obispos de su provincia. El Concilio de Tremo reducirá 1. Especialización de funciones en la Iglesia y niveles
prácticamente a nada los últimos vestigios de estos poderes. jerárquicos
Pero no son sólo los poderes de los metropolitanos los que
disminuyen. El desarrollo de la centralización pontificia Hemos asistido a sucesivos esfuerzos de la Iglesia para
provoca a su vez la disminución de los poderes del obispo. formarse una organización que responda, por una parte,
Es el papa el que nombra a los obispos; es él quien los con- a la especialización de funciones y, por otra, a la diversidad
sagra. de las divisiones territoriales. La Iglesia ha desembocado
En el interior de las diócesis se opera una parecida cen- así en cierto número de niveles jerárquicos, cuyo conjunto
tralización del poder. Los archidiáconos, que inspecciona- constituye la "estructura" de su organización.
ban, controlaban, presidían en nombre de los obispos, co- Para que una estructura sea adaptada, importa que los
menzaron a ser un estorbo, siendo cada vez más combatida niveles sean bastante numerosos, a fin de que no se dilaten
su función por los obispos hasta el momento en que el Con- los "campos de responsabilidad", pero no demasiado nu-
cilio de Trento suprimió esta jurisdicción. merosos, para no entorpecer las comunicaciones. En tanto
Desde fines del siglo XII aparece un nuevo personaje: se puede juzgar, parece que la Iglesia de los primeros tiem-
el vicario general. Está dotado de poder permanente, pero pos supo constituirse una red de niveles jerárquicos per-
revocable, asistiendo al Obispo en sus tareas administra- fectamente adaptada, incluso aunque, en la ausencia muy
tivas. excusable de principios funcionales, se compruebe una ex-
trema variedad en el destino de las funciones que nacen,
En Roma los papas organizan con perseverancia la es-
toman cierta importancia y después desaparecen.
tructura de la Iglesia en una monarquía fuertemente cen-
tralizada, con su gobierno (cardenales y curia), sus agentes A pesar de la diversidad en la vida de ciertas funciones,
de ejecución locales, sus inspectores (legados), sus diplo- diversidad notable, es preciso decirlo, en grandes períodos,
máticos. se puede establecer una interesante comparación entre la
organización jerárquica de la Iglesia en esos tiempos y la
de la Iglesia actual.

II. REFLEXIONES SOBRE EL MANDO EN LA IGLESIA


Tomemos como ejemplo, efectivamente, la organiza-
ción de la Iglesia en un momento de su joven historia: si-
glos IV, V o en la Edad Media. El hecho que llama la aten-
Esta visión extremadamente rápida permite, no obstan- ción del historiador es que en estas épocas la estructura de
te, algunas reflexiones. la Iglesia indica ventaja en los niveles jerárquicos respecto

62 63
a la Iglesia de hoy. Si no nos fijamos, por ejemplo, más de responsabilidad y las comunicaciones se han extendido
que en los más importantes niveles jerárquicos de la Igle- desmesuradamente sin que aumente en la misma proporción
sia en el siglo IV, encontramos: el papa, el metropolitano el número de niveles.
(el patriarca en Oriente), el obispo, los corepíscopos, él ¿Cómo, en estas condiciones, un responsable, sobre todo
archidiácono, el sacerdote, los diáconos y todas las órdenes de un nivel elevado, podrá cumplir sus funciones de jefe:
menores (incluidas éstas en un bloque, aunque represen- informarse, proponer una política, establecer un programa,
tando independientemente una responsabilidad bien deter- señalar objetivos, controlar, etc.? ¿Cómo podría el papa,
minada), es decir, ocho niveles. Se puede dudar de la exacta por ejemplo, señalar objetivos a un obispo del Matto-Grosso
correspondencia entre una función y la responsabilidad per- o de Uganda y controlar la ejecución como debería hacerlo,
tinente y, por tanto, reducir en una o dos unidades puesto que, en ausencia de niveles de autoridad intermedios,
el número de niveles, lo que no modifica esencialmente es el jefe directo de esos obispos? Para ser justo es nece-
los datos del problema. En efecto, es necesario tomar con- sario señalar que con las conferencias episcopales nacionales
ciencia de que en el siglo IV la Iglesia se extendía sólo o internacionales, lo mismo que con las Regiones apostólicas,
por los contornos del Mediterráneo, mientras que hoy la la Iglesia tiene la ocasión de dotarse de los niveles jerárqui-
Iglesia se extiende por todas las partes del mundo y com- cos que necesite, pero no debemos olvidar el principio en-
prende naciones tan diversas como las de Europa, las de señado por la ciencia de la organización, a saber, que a cada
África, de las dos Américas, de Australia, del Extremo campo de responsabilidades debe corresponder un nivel de
Oriente. Es decir, que las distancias que a cada una de las autoridad personal, incluso cuando esta autoridad se ejerce
partes de la Iglesia separan del centro de mando, lo mismo de forma colegial. De otro modo, "la dificultad práctica
que la cifra total de población, no tienen medida común con la que se tropieza proviene de la lentitud necesaria de
con las distancias y la cifra de población de la Iglesia del una acción colegial, cuando las corrientes de pensamiento y
siglo IV. Pues bien, para animar y gobernar este inmenso las necesidades del ministerio evolucionan tan rápidamente".1
cuerpo, la estructura de la Iglesia cuenta hoy solamente con
cuatro niveles jerárquicos: el papa, el obispo, el deán Puede entonces plantearse una cuestión: habiendo es-
y el párroco, entre los cuales no tienen autoridad real más tablecido la doctrina de la igualdad institucional entre los
que el papa, el obispo y el párroco. sucesores de los Apóstoles, ¿es posible que algunos obispos
dispongan de cierto primado sobre otros, a fin de que se
Se puede aquí discutir todavía el número real de los constituyan los niveles de autoridad que faltan?
niveles jerárquicos actuales. Se puede pretender, por ejem- Respondemos con Pío IX cuando se refería a una de-
plo, que el deán represente un verdadero nivel, o los claración del papa León I:
vicarios episcopales, o los arzobispos, etc.; esto no cambia 1
Un obispo, después de la reunión de cardenales y arzo-
fundamentalmente el problema, es decir, que los campos bispos en Lourdes. "Le Monde", 12-13 de noviembre de 1967.

64 65
En el momento de volver de este mundo a su Pa- 2. La verdadera función de un gobierno en la Iglesia
dre, el Hijo único de Dios estableció la constitución
divina de su Iglesia de tal forma, como lo enseña
nuestro predecesor, el bienaventurado León I, que es- El apartado que sigue nos parece importante porque
tableció entre todos los santos apóstoles, con paridad justifica directamente el presente estudio. Juzgamos que
de honor, cierta diferencia de poderes, paridad de elec- al menos plantea una cuestión interesante.
ción para todos, pero que sólo al bienaventurado Pedro
le dio el primado sobre los otros. Si estudiamos el género de directivas que se introducen
a través de la jerarquía en las primeras edades de la Igle-
De esta misma institución, dice él mismo, ba re- sia, no dejamos de sorprendernos ante el hecho de que se
sultado igualmente la distinción entre los obispos y,
trata más de directivas administrativas o de vigilancia que
por una muy prudente disposición, fue establecido que
todos no podrían reivindicar para ellos todos los po- de directivas apostólicas propiamente dichas. Si nos fija-
deres, sino que en cada provincia habría uno que tendría mos, por ejemplo, en el papel del archidiácono, veremos
el primado sobre sus hermanos; que, finalmente, aque- que "la vigilancia es su tarea constante, bajo la forma de
llos que fueran establecidos en las capitales tendrían control y bajo la forma de sanciones". 3 Incluso ocurre así
una responsabilidad más amplia. Por estas palabras, en el papel del deán, personaje, no obstante, muy cer-
se ve con evidencia, se encuentra claramente indicada
cano a los párrocos y que, por esta razón, debería intere-
la institución de los metropolitanos y de los patriarcas. 2
sarse más en las responsabilidades apostólicas, en cuanto
N o es necesario, por otra parte, volver a títulos caídos tales, de sus subordinados: "Incumbe al deán la pesada
en desuso. Lo que importa es que se cree una función, ausen- responsabilidad de la investigación sobre la vida y los re-
te hasta ahora, si se juzga necesaria. Y así lo parece. cursos de los candidatos a la clericatura. Teniendo al día la
relación de los beneficios del obispado, vigila la trans-
Por lo que se refiere a la diócesis, está a punto de po- misión de registros, la residencia exacta, el mantenimiento
nerse en ejecución una estructura perfectamente adaptada, de los edificios, la conservación de los libros y ornamentos,
la cual, dando vida a ciertas funciones y asegurándoles un la observación de las censuras. Por él son recordados los
campo de responsabilidad sociológicamente definido (la cánones, son comunicadas las órdenes del obispo y del
zona humana), procura al conjunto una mayor agilidad y un archidiácono, y él denuncia a estos superiores lejanos las
mejor rendimiento. infracciones mayores." 4 "La autoridad del deán se ejerce
por vías de mandato, de justicia y de vigilancia: prescri-
Permanece, sin embargo, el problema: ¿Para qué una
be, juzga, sanciona y recurre a veces al brazo secular." 5
estructura? Es lo que vamos a estudiar inmediatamente.
3
Le Bras, Histoire de l'Eglise, pág. 392.
2 4
Pío IX, Let. Reversaras, 12 de julio de 1867, al patriarca Le Bras, o. c, pág. 430.
5
armenio de Constantinopla, n.° 307. Le Bras, ib., pág. 431.

66 67
No debemos concluir que el clero de estas épocas había te, conceder allá una autorización, hacer observar la dis-
perdido totalmente el sentido de su misión apostólica —la
ciplina, recordar un extremo del derecho, regular proble-
Historia está llena de testimonios contrarios—, sino que
mas litúrgicos, etc.
simplemente queremos destacar que las relaciones de los
sacerdotes del clero parroquial con la autoridad eran prin- Pues todo el mundo reconocerá que la Iglesia no ha
cipalmente de orden administrativo y jurídico más que apos- sido fundada para ser una sociedad vuelta hacia sí misma
tólico. Pero ¿ha evolucionado mucho el género de rela- o sobre sí misma. La Iglesia, en primer lugar, ha sido fun-
ciones entre un párroco y sus superiores jerárquicos? Di- dada para extender la salvación ("Id, pues, y sed los maes-
ciendo esto, no perseguimos, está claro, ninguna intención tros de todas las naciones", "¡Ay de mí si no evangeliza-
de crítica; nuestra intención es mostrar un problema a fin re!"), es decir, que la primera y esencial misión de la Igle-
de aportar algunos elementos de solución. sia es lo que nosotros llamamos su misión de apostolado.
Siendo una sociedad humana al mismo tiempo que divina,
Hoy día, en efecto, como en la Edad Media, todo el la Iglesia tiene necesidad ciertamente de un aparato de go-
aparato gubernamental de la Iglesia da la impresión de no bierno que ordene las diferentes funciones y responsabilida-
estar constituido y de servir sólo para el funcionamiento des, pero ello con vistas a un mejor cumplimiento de su
interno de la institución. Se nos opondrá una notable ex- misión esencial y no el de tareas necesarias pero secundarias.
cepción: la actividad de evangelización suscitada por la No es preciso, por otra parte, asombrarse ni escandalizarse
toma de conciencia de una descristianización generaliza- de que las medidas a que hacemos alusión, conciernan más
da, y simbolizada por lo que se llama la Acción Católica a la vida interna de la Iglesia que a la misión para la cual ha
y sus movimientos. Pero, y éste es precisamente el nudo del sido fundada. Es, en efecto, el riesgo que amenaza permanen-
problema, esta actividad de evangelización no está dirigida, temente a toda administración: el ser conducida progresi-
organizada, impuesta, controlada por la autoridad. No es vamente a conceder más importancia a la marcha interna
efecto de un acto de gobierno. El gobierno aprueba efec- de la sociedad que a la realización de los fines de dicha
tivamente esta actividad, la anima, la favorece, pero no nace sociedad. Peligro contra el cual conviene estar siempre
de su seno ni de su iniciativa. Se ha debido crear, incluso alerta y luchar sin descanso.
para ella, una organización paralela con consiliarios na-
cionales, federales, diocesanos, como si el viejo tronco de la Es el fenómeno bien conocido por los sociólogos y que
Iglesia no fuese apto para sostener esa joven y vigorosa se llama "burocratización", "funcionarismo".6 Fenómeno
rama y como si la responsabilidad del oficio de evangeli- 0
Sin querer juzgar las motivaciones dolorosas y en parte
zación no fuese el deber primero y esencial de los responsa- justificadas que llevan a ciertos clérigos a rehusar este estado de
bles. Durante este tiempo el aparato gubernamental de la hecho y han llevado a otros a llamar ruidosamente a las puertas,
pensamos que una simple reflexión sociológica sobre este e'xtremo
Iglesia actúa, pero es para proveer aquí un puesto vacan- y sobre las condiciones de una buena organización hubiera podido
realizar la economía de crisis interiores profundas, cuyo menor
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que ha producido en la Iglesia la noción, exacta en derecho, que la organización que se ha otorgado la Iglesia y que
pero que debe ser bien comprendida, de Iglesia docente e Cristo primeramente le concedió bajo la forma de principio
Iglesia discente, que explica la larga separación y la mi- al hacer a Pedro jefe de los Apóstoles, no deba servir
noría de edad prolongada de la Iglesia de los laicos con re- más que para tareas administrativas...
lación a la de los clérigos, y la de los clérigos con relación
a la jerarquía; que explica, finalmente, que, cuando la
Iglesia estima que ha llegado el tiempo de establecerse ins- 3. El tipo de gobierno en la Iglesia
titucionalmente en un territorio determinado, pasa rápida-
mente, e incluso sin darse cuenta de ello, de un estado de
espíritu y de una situación misionera al de administra- Dejando aparte el principio de su constitución divina,
ción y conservación. que reivindicará siempre con seguridad, la Iglesia en el
curso de su historia no parece referirse a ninguna doc-
Pero sucede entonces esto: que surgen inopinadamente trina concreta en lo que concierne a su organización.
problemas misioneros (descubrimientos de la descristianiza- ¿Es por una voluntad deliberada? ¿Es porque sigue la co-
ción de un ambiente, advenimiento de un mundo técnico rriente de lo más cómodo? La Iglesia se contenta con tomar
y materialista, etc.), que son siempre para la Iglesia una como modelo las instituciones de su tiempo. Lo hemos
sorpresa y un drama. La toma de conciencia es larga y pe- visto para la elección de las funciones y estructuras terri-
nosa. La Iglesia no sabe qué fuerzas consagrar a estos nuevos
toriales; parece que se puede igualmente notar para su tipo
problemas; no dispone, por otra parte, de fuerzas prepa-
de gobierno.
radas y se plantea una elección cruel: ¿en qué medida es
preciso abandonar a los practicantes para lanzarse de nuevo Pero ¿por qué un modo de gobierno monárquico y
a la evangelización? autoritario? Hubo en primer lugar, así nos parece, la in-
tención de organizar un poder central suficientemente fuerte
El problema consiste evidentemente en saber si, de para retener en la unidad a una Iglesia cuyas dimensiones
hecho, la misión de evangelización de la Iglesia puede ser geográficas iban creciendo sin cesar. Existió, incluso, la
"organizada" o puede recibir, al menos, cierta ayuda necesidad de luchar contra las intromisiones incesantes del
de la ciencia de Organización, y si este tipo de gobierno poder civil. Pero también simplemente porque era el único
puede facilitar esta organización más que otro. Es el ob-
tipo de gobierno conocido en esos períodos. Si la Iglesia,
jeto de este estudio. Pero a primera vista parecería extraño
crecida en otros tiempos, se hubiera formado, por ejemplo,
defecto es no servir para nada, porque no se renueva la vida de
en una época en que la generalidad de los gobiernos fuesen
la Iglesia cuando se la descuida, y, si no se la deja, las reacciones de tipo democrático, es probable que su gobierno se hubiese
aparecen (al contrario) como muy sentimentales o superficiales
para ser tomadas en consideración.
inspirado en principios diferentes.

70 71
Respetando el principio del origen divino del poder 4. Los datos institucionales:
en la Iglesia, parece, por tanto, legítimo pensar que lo que ¿Puede situarse técnicamente
el gobierno de la Iglesia?
importa ante todo a la Iglesia es disponer de un poder
que le permita asumir eficazmente su misión, que le deje,
en particular, mantener al conjunto de la cristiandad en la
unidad —lo que es una de sus notas—, siendo secundario
y pudiendo evolucionar según las circunstancias de los
tiempos y lugares el modo de ejercicio de esta autoridad,
es decir, la forma de gobierno.

Esto es importante porque si, históricamente, la or-


ganización del poder en la Iglesia aparece como de insti-
tución humana —y parece difícil no admitirlo—, la Iglesia
no debería sentir ningún temor a interrogarse sobre la
conveniencia o no de su gobierno hoy, ni a adoptar modi-
ficaciones que puedan mejorar la eficacia de este gobierno,
ni tampoco a cambiar completamente este tipo de gobierno
si no se presentase para ella otra solución. Esto no debe
hacerse a la ligera, evidentemente, y de una manera incon-
Respondemos ahora a las cuestiones siguientes:
siderada, sino reconocer lo que en la Iglesia es de creación
humana y, por tanto, sujeto a las contigencias del tiempo, 1. ¿Cuál es el tipo de gobierno en la Iglesia?
y consecuentemente perfectible, no dejando de mencionar
2. ¿Cuál es el la eficacia de este tipo de gobierno?
la conciencia de aquellos a los que chocaría la perspectiva
de cambios, pareciéndoles como sacrilegios.

1. ¿CUAL ES EL TIPO DE GOBIERNO DE LA IGLESIA?

Reconstruyendo la historia del gobierno de la Iglesia,


hemos sido conducidos a conceder ciertas cualificaciones a
este gobierno. Hemos hablado de "ejercicio autoritario", de
"voluntad centralizadora", de "mandato monárquico", etc.

72 73
Manteniéndonos en un plano técnico, es evidente que Es evidente que se trata de una clasificación arbitraria
estas denominaciones mismas son técnicas y que no es ne- y que en realidad no se reduce a dos tipos de gobierno;
cesario atribuirles un valor peyorativo cualquiera. En el existen en realidad numerosas variantes y combinaciones
plano técnico, "autoritario", "autocrático", no es más pe- de uno y otro. Así se pueden dividir de igual forma los
yorativo que "democrático", "aristocrático", "burocrático", regímenes políticos actuales en Europa en regímenes de-
etc. mocráticos y autoritarios, existiendo en realidad diferencias
muy grandes en el seno de los mismos regímenes demo-
cráticos (Gran Bretaña, Francia, etc.) y en el seno de los
1. Ensayo de clasificación regímenes autoritarios (dictaduras y democracias populares,
etc.). El criterio de distinción utilizado está, no obstante,
perfectamente justificado, puesto que permite identificar y
A) ¿Cómo se clasifican los tipos de gobierno?
separar dos concepciones características de la autoridad.

Existen diferentes métodos para clasificar los tipos de


mandato. El más formal es aquel que consiste en estudiar B) ¿En qué categoría se puede clasificar el gobierno de la Iglesia?
de qué modo son tomadas las decisiones.
Dicho esto, ¿en qué categoría se puede colocar el go-
El primer oficio del jefe, en efecto, es decidir. La auto- bierno de la Iglesia?
ridad está hecha para esto. Existe ciertamente para el jefe Es evidente que desde que se puede señalar como ca-
un primer deber, que es el de informarse, pero la informa- racterístico de un mandato la existencia de una voluntad
ción no tiene razón de ser sino al servicio de la decisión. centralizadora, es legítimo hablar de mandato o tipo de
El gobierno es la institución creada por la autoridad para gobierno "autoritario", es decir, de mandato en el que las
permitir a la decisión llegar hasta el plano de la ejecución, la decisiones son tomadas por uno solo.
cual en cada nivel jerárquico cubre un efecto de precisión
destinado a transformar progresivamente la decisión en tér- "Actualmente la Iglesia, con más de 400 millones
minos objetivos fácilmente comprensibles y realizables. de fieles extendidos por toda la tierra, tiene necesidad
de una gran cohesión, de una perfecta organización
Si examinamos, pues, cómo se toman las decisiones, y leyes, de una dirección más eficaz en un gobierno
constatamos que en ciertos tipos de gobierno las decisiones central, más que en los primeros días, cuando los cris-
son tomadas por uno solo; en otros, son tomadas por el tianos se contaban solamente por algunos millares."1
jefe asociado a sus subordinados. Se llama "jerárquico", 1
Pío XII a los estudiantes de Roma, 30 de enero de 1949,
"autoritario", "monárquico", "burocrático", "unitario", a n.° 1.245.
los primeros, y "democráticos" a los segundos.

74 75
O más todavía: autoridad no dividida, no teniendo el conjunto de subordina-
dos más que obedecer y permanecer en un estado de "subor-
"Declaramos imposible para siempre que la Santa dinación"? Aquí está el problema. Por un momento de-
Sede apruebe aquellas innovaciones democráticas que bemos admitir que desde los primeros siglos de la Iglesia
reclaman algunos sean introducidas en la disciplina de y, más todavía, en el curso de su historia se manifestará
la Iglesia."2 la tendencia hacia un ejercicio personal de la autoridad,
incluso en el grado inferior de la jerarquía, el de los párrocos.
¿Es posible señalar una voluntad centralizadora en la Vemos la prueba en la ausencia, en el seno de la estruc-
Iglesia, diferente de la expresada por algunos pocos?
tura de gobierno, de unos órganos reales de participación.
En el curso del breve recorrido histórico que ha pre- Ello aparece también en las demandas frecuentes, formu-
cedido se ha podido señalar, por el contrario, que esta ladas por parte de los sacerdotes en lo que les concierne,
voluntad centralizadora de Roma se manifestó rápidamen- de los laicos en lo que les atañe, en los niveles eclesiásticos,
te y que su efecto, la centralización del poder de decisión, en general, de participar en la toma de decisiones. Aparece,
comenzaba ya a aparecer desde fines del siglo I. finalmente, "e contrario", por la liberalización creciente
que se manifiesta actualmente en la Iglesia-
"La primera Epístola de Clemente a los corintios, Parece, pues, que se puede hablar de un gobierno "auto-
hacia el año 96, expresa, por ejemplo, de la forma más ritario" en la Iglesia, lo que no significa que el ejercicio
pura el ideal de un orden jerárquico, principio de la
nueva sociedad. Para eilo, Clemente aporta el argumento mismo de la autoridad sea autoritario, es decir, cargado
de que este orden es la ley del universo; principio de la de la dureza que el lenguaje corriente atribuye a esta pa-
naturaleza visible y también de la sociedad cristiana.' labra. A este propósito, por otra parte, y para evitar toda
En consecuencia, el fiel debe guardar la misma discipli- acusación injusta al gobierno de la Iglesia, preferimos ha-
na, la misma subordinación, conforme a su rango, que blar de mando "jerárquico", sinónimo de "autoritario",
caracterizaba al ejército romano."¿
pero sin el carácter peyorativo comúnmente atribuido a este
Así, para Clemente, el gobierno ideal es aquel en el último. La denominación "gobierno jerárquico" conviene
que el fiel, como el soldado romano, guarda la disciplina tanto mejor al mando en la Iglesia, cuando la Iglesia es
y permanece en estado de subordinación. "En toda sociedad, la única institución en la que la palabra "jerarquía" es
como dice Clemente, es necesario un principio de orden." utilizada para designar la estructura del poder, lo que podría
Pero el orden ¿se identifica necesaria y únicamente con una ser una prueba suplementaria o, en todo caso, un signo
particularmente flagrante de la separación establecida entre
2
Benedicto XV, alocución al Consistorio, 16 de diciembre aquellos que toman las decisiones y los que tienen que
de 1920, n.° 797.
3
Ch. Dawson, Ensayos acerca de la Edad Media, Aguilar, ejecutarlas.
Madrid.

76 77
C) ¿La liberación postconciliar cambia la naturaleza del go- 2. Ensayo de presentación
bierno de la Iglesia?

Podríamos preguntarnos ahora si los esfuerzos de des- Por una discreción comprensible y porque no es indis-
centralización operados por Pablo VI después del Concilio pensable para nuestro propósito, no presentaremos el go-
no son suficientes para hacer pasar el gobierno de la Iglesia bierno de la Iglesia tal como se ejerce actualmente, sino
del tipo jerárquico al tipo democrático. No podemos res- el tipo ideal, tal vez un poco caricaturizado, del gobierno
ponder a esta pregunta antes de haber examinado atenta- jerárquico, tal y como se enseña en las escuelas y que no
mente las características del gobierno jerárquico. El hecho se encuentra jamás en estado puro. Pensamos, a pesar de
de tomar, en efecto, una decisión sólo o con otros es un todo, que el retrato será bastante parecido para que pro-
criterio interesante para ayudar a distinguir los tipos de duzca reflexiones útiles.
gobierno, pero no es el único. Tantos elementos entran
en la composición del mando y de una sociedad —lo hemos Examinaremos sucesivamente las características siguien-
visto— que la transformación de uno de estos elementos, tes del gobierno jerárquico:
incluso de los más importantes, no basta necesariamente
— los métodos de decisión;
para cambiar la naturaleza del gobierno. Existe en parti-
— las relaciones entre jefe y subordinados;
cular la "filosofía" del mando, la cual exige el ripo de
— las actitudes de los subordinados;
estructura que se da en una sociedad, y también los pro-
— los criterios de éxito y de fracaso;
cedimientos, etc. Admitamos que una voluntad de des-
— la actitud ante los cambios de estructura y de orga-
centralización corresponde a una "filosofía" del mando y
nización.
lleva a una auténtica descentralización de los poderes de
decisión, pero queda entonces mucho camino todavía antes
de que toda la institución (estructura, procedimientos, mo- A) Los métodos de decisión
tivaciones, etc.) siga el movimiento y llegue a un estado
nuevo que permitiría hablar de tipo nuevo de gobierno. Los métodos de decisión están caracterizados por:
Comprenderemos mejor esto al estudiar los caracteres pro-
pios de un mandato jerárquico y al compararlos con los — la centralización de decisiones y el "teleguiar".
del gobierno democrático y de participación. Poca delegación;
— la ausencia de estudio colectivo de las decisiones:
el jefe es el único al que corresponde decidir.
— la ausencia de planes a largo plazo;
— la preferencia concedida a la estabilidad, al orden,
más que a la eficacia funcional;
78 79
— los servicios funcionales o estado mayor no exis- — La motivación de los subordinados no es, en modo
ten más que en el escalafón de la dirección superior. alguno, el resultado de la influencia ejercida por
el jefe, sino de la única presión del trabajo que
B) Las relaciones entre jefe y subordinados ha de realizarse y de la lealtad individual.
— Las relaciones entre un jefe y sus subordinados
tiene un carácter impersonal y formalizado. Ca- D) Los criterios de éxito o de fracaso
da uno ejerce el papel que le asigna el regla-
mento; violentarían la lógica del sistema si proce- — Los dirigentes, los "cuadros" y el personal tienen
diesen de otra forma. Las relaciones cara a cara una gran seguridad de empleo; no pueden ser re-
son raras y se desarrollan casi únicamente en el vocados más que por una falta grave. Un fracaso
plano funcional. en el ejercicio de una actividad no es de ningún
modo considerada como una falta grave; únicamen-
— Las comunicaciones entre jefes y subordinados se
te es grave la violación del reglamento.
efectúan por los canales formalizados previstos
por el reglamento. Son prácticamente nulas para — El sistema, al no disponer de criterio objetivo de
todo lo que no está formalizado. éxito o fracaso, no dispone tampoco de un criterio
— La acción del jefe sobre el subordinado comporta de juicio sintético y objetivo para la atribución de
poco de mando, ayuda o formación: es, sobre todo, un puesto de responsabilidad. Esto explica la pa-
administrativa. radoja bien conocida de dirigentes sin éxito en su
función y mantenidos, no obstante, hasta el límite
— Práctica del secreto.
de edad, y más allá de él.

C) Las actividades de los subordinados


E) La actitud ante los cambios de estructura y de organización
— No hay participación en las decisiones ni en los
problemas del jefe. La noción de "grupo de tra- — Lo propio de una estructura jerárquica es tener un
bajo": reunión del jefe con sus subordinados di- funcionamiento determinado en el detalle por re-
rectos para estudiar los problemas y preparar las glamentos que no pueden ser establecidos o mo-
decisiones, no es conforme a la lógica del sistema. dificados más que en última instancia: las deci-
— Ante los cambios y decisiones venidos de arriba, siones de cambio serán, por tanto, hipercentralizadas.
los subordinados —de todos los niveles— inten- — Así, los cambios importantes son decididos por ins-
tan la adaptación pasiva, frecuentemente con tin- tancias lejanas, colocadas muy lejos de los hechos
tes de recriminación. que justifican los cambios.

80 81
En estas condiciones los cambios son necesaria- y asegura un máximo de igualdad en el seno de cada ca-
mente raros. Los circuitos que se han de recorrer tegoría. Ventajas atractivas, pero que se pagan con un pe-
son tan largos y tan llenos de obstáculos, las di- sado tributo: uniformidad endurecedora, débil creatividad,
ficultades que se han de remover tan pesadas, que dificultad de adaptaciones evolutivas, ausencia de criterios
hasta los detalles de procedimiento duran a veces objetivos de valoración de los resultados, rechazo del cri-
algunos años. Los cambios no se producen más terio de eficacia, y, finalmente, débil nivel de racionalidad
que en caso de necesidad urgente, en situación de en muchas decisiones, especialmente en las decisiones de
alta presión, es decir, no sin que un prolongado promoción.
malestar les haya precedido.
Resulta, por tanto, que las estructuras jerár- Cuando esta estructura es única en su monopolio, es
quicas tienen las mayores dificultades para evolu- decir, cuando no encuentra frente a ella ideología e ins-
cionar y adaptarse. La adaptación a condiciones tituciones concurrenciales, puede asegurar una gestión re-
exteriores evolutivas exige normalmente numerosos gular y asimilar cierto progreso. Cuando debe hacer frente
cambios de amplitud limitada, que tocan selectiva- a una oposición o a una concurrencia, o sostener compa-
mente a aspectos variados de funcionamiento es- raciones exteriores, parece claramente que no es competente.
tudiados por los que conocen los hechos, y decididos
urgentemente para permitir adaptarse siempre a la
situación real. Tal evolución, fácilmente adapta- 2. La "filosofía" del gobierno jerárquico
dora, es prácticamente imposible en una estructura
jerárquica. Incapaz de ser apta para la evolución, ¿De dónde proviene la resistencia al cambio del go-
está obligada a proceder por revolución.
bierno jerárquico? Proviene de la misma "filosofía" del
gobierno jerárquico.
Este sistema, el más antiguo modelo de organización,
II. ¿CUAL ES LA EFICACIA DE ESTE TIPO DE GOBIERNO? aparece anteriormente al fenómeno de la evolución y, por
tanto, a la toma de conciencia de este fenómeno. El cuadro
lógico del pensamiento occidental, en efecto, se forma en
1. Débil nivel de creatividad
una época en la que la evolución era muy lenta. En este
universo estático es en el que se edificaron los sistemas
Hemos visto cómo, al preocuparse de eliminar lo arbi- de lógica de Platón y Aristóteles, cuyos principios impregnan
trario, las relaciones informales, el diálogo cara a cara, el nuestra cultura y los modelos de gobierno más antiguos.
mandato jerárquico desarrolla la independencia individual Christopher Dawson demuestra maravillosamente la im-
82 83
El racionalismo respecto a las cosas y el espíritu crítico
portancia de la influencia clásica sobre la mentalidad occi-
son algo excelente:
dental.
"Pero, si tales hábitos espirituales se encuentran en
"De Grecia provienen todos los caracteres verda- la base de la retórica y de la literatura, tienen sus in-
deramente distintivos de la cultura occidental: nues- convenientes y tal vez son, en parte, responsables de lo
tra ciencia y nuestra filosofía, nuestra literatura y nues- que hay de artificial en nuestra civilización, y que
tro arte, nuestras concepciones políticas, jurídicas, nues- constituye una de sus mayores debilidades." 7
tras ideas en materia de libertad política... Sin el hele-
nismo, no se podría concebir la civilización europea, Pues, falto de base científica, nuestro juicio corre el
ni incluso la noción europea del hombre." 4 riesgo de no ser más que una proyección teórica de nuestro
espíritu, y no es muy sano creer que las cosas son como que-
La fuerza de la influencia clásica se explica porque:
remos que sean. Pues, por diferentes razones históricas, la
civilización occidental no ha recibido comunicación de la
"Durante cerca de dos mil años, Europa fue ins-
obra científica helénica. N o ha retenido más que el aspecto
truida en la misma escuela, por los mismos maestros,
de suerte que el escolar y el estudiante del siglo X I X literario.
leyeron los mismos libros que los jóvenes romanos,
sus predecesores, mil ochocientos años antes y formaron La cultura occidental no ha dejado de sacar provecho,
sus espíritus según los mismos modelos." 5 en el plano intelectual y metafísico, de los sistemas filosó-
ficos edificados por los grandes maestros del helenismo,
Ch. Dawson se encamina en seguida hacia un ensayo, Platón y Aristóteles; no ha podido sacar provecho, en el
explicando las consecuencias prácticas de la influencia he- plano de la acción, de las aportaciones científicas elaboradas
lenista sobre nuestra mentalidad: por los griegos.

"La supervivencia de la literatura y de las tradi- "Sin duda, los sistemas filosóficos de Platón y Aris-
ciones clásicas no solamente ha permitido el desarrollo tóteles conservan su valor cuando se les aplica a los
de las literaturas modernas; es a ella a la que se deben problemas permanentes de la persona y de la sociedad.
también los hábitos del espíritu de los europeos; ella Pero, cuando se quiere aplicarlos a los problemas so-
es la que ha hecho posible esta actitud, racional y crí- ciales de un universo en evolución, corremos el riesgo
tica, respecto a la vida y a la naturaleza, que es parti- de que no estén adaptados y que conduzcan al fracaso." 8
cular de la civilización occidental." 6
T
Ibíd.
8
4
Octave Gelinier, Le secret des structures compétitives,
Ch. Dawson, Ensayo acerca de la Edad Media, Aguilar, pág. 86.
Madrid. Nota del Autor: Señalemos que en este fracaso, los sis-
6
Ibíd. temas que fundamentan los sistemas filosóficos en cuestión no son
6
Ibíd.
85
84
Para algunos espíritus, efectivamente, aferrados a una A) La evolución en cuestión
determinada noción de la cultura y de la autoridad, el or-
den se identifica con la repetición de procesos estables, ¿De qué evolución se trata?
siendo el desorden y el mal todo lo que cambia. La con- Mantengamos firmemente que la esencia de las cosas
currencia se llama desorden; las migraciones de trabajo, no cambia. Es el gran principio enseñado por la filosofía
la despoblación de los campos son desórdenes; incluso son griega, y este principio conserva siempre todo su valor.
desórdenes la sustitución de una monarquía por una demo- Pero, si la esencia de las cosas no cambia, lo que cambia
cracia, el sufragio universal, la libertad de prensa, de opi- son los accidentes exteriores de las mismas. El resultado no
nión, de asociación, la independencia de las antiguas co- es menos consecuente.
lonias, etc. Desórdenes también las modificaciones en la li-
La esencia de una sociedad no varía. Pero, si consideráis
turgia o en el apostolado; desorden el deseo de relaciones
la comunidad parroquial de una gran ciudad, esta sociedad
nuevas entre el laicado, el clero y la jerarquía.
no tendrá más que lejanas relaciones —¿las tendrá?— con
El gobierno jerárquico se esforzará en oponerse a estos la pequeña parroquia de la aldea o del pueblo. La ciudad
"desórdenes" por el refuerzo de los grandes principios, misma cambia de noción según se convierta en un centro
por la apelación a esos grandes principios que hasta ahora industrial o forme parte de una "nebulosa". Hoy millones
han gobernado a la Iglesia, a los individuos, y que, como de personas dejan anualmente sus domicilios durante las va-
suele pensarse, provenían de la naturaleza de las cosas. El caciones para transformarse en vagabundos o marchar masi-
recrudecimiento, sin embargo, de la disciplina no es más vamente a los mismos lugares. Los medios de comunicación
que un arma estática, tanto más estática cuanto preconiza rapidísimos han suprimido la distancia y tal vez el tiempo.
el retorno a una situación anterior. En cuanto a los "grandes El automóvil se ha convertido en un regalo al alcance de casi
principios", desconocían la nueva dimensión de las cosas todas las familias y da origen a un nuevo tipo de distrac-
y de la vida: la evolución. ciones, de vida familiar, de cultura. La familia misma, las
relaciones entre los padres, la educación, se han transfor-
mado totalmente, etc.
en modo alguno responsables, sino aquellos que los utilizan de
manera muy literal y sin suficiente imaginación. Platón y Aris- Las esencias pueden permanecer las mismas; pero es
tóteles, en efecto, nos han dejado principios aptos para hacernos como si se transformasen, surgiendo la necesidad de darles
comprender incluso un mundo sometido a la evolución; no pu-
dieron desarrollar la dialéctica interna de estos principios, de- en cada período una definición nueva. El mandato jerárquico,
jando a sus discípulos la tarea de hacerlo. Todos no lo han hecho;
de ahí esta resistencia al cambio en ciertos espíritus que se ape-
sin embargo, está fundado sobre una visión estable de la na-
gan, sin haberla asimilado suficientemente, a la filosofía griega turaleza de las cosas. No puede percibir las transformaciones
e incluso escolástica. De aquí su dificultad para interpretar un
mundo que revoluciona su noción tradicional de las cosas, la del
que se operan en la sociedad y, por otra parte, no está
orden y la autoridad en particular. dotado para percibirlas. Incluso lleva a pensar que si las

86 87
cosas cambian es por alguna culpa, una desgracia; lo mejor leyes fijas e inmutables? ¡Sería como querer dominar un
para ellas es volver a su estado primitivo. Esto no es, des- torrente con la ayuda de una reja!
graciadamente, posible.
3- Ventajas del gobierno jerárquico
B) Aceleración de la evolución
El gobierno jerárquico no tiene sólo inconvenientes.
¡Hay algo peor! Esta evolución va acelerándose y nada
Desgraciadamente las ventajas del gobierno jerárquico re-
se puede contra esto. La aceleración misma es tan rápida
saltan menos que sus inconvenientes:
que, si hace poco aún se hablaba de "aceleración de la
historia", hoy se habla de la "aceleración de la evolución", — El espíritu de centralización refuerza la idea y la
como si la evolución se alimentase y aumentase por su influencia de la autoridad. Un superior que permanece lejos
propia velocidad. No es, por otra parte, más que la verdad de sus subordinados inspira más temor reverencial que un
exacta. Cada invento técnico, en efecto, y no solamente los superior que ha establecido relaciones de colaboración. Pero
inventos técnicos sino toda mutación social, política, eco- no es el temor reverencial el que da origen a la eficacia.
nómica, etc., es como un cohete de explosiones sucesivas e — La importancia concedida a las reglas formales da
ilimitadas. Se podría incluso demostrar respecto a todo una impresión de seguridad. Se siente uno menos sometido
invento técnico, tales como el transistor, el láser, los circuitos a la arbitrariedad de un hombre, más independiente.
integrados, etc., pues se hacen en cada instante descubri- — El carácter impersonal de las reglas constituye un
mientos útiles con los que sus propios inventores no habían modo de liquidación de conflictos personales, que pre-
soñado jamás. Aunque menos espectacular, se podría in- senta por ello algunas ventajas.
cluso demostrar igualmente para toda mutación concer- — La noción de estabilidad y el apego a valores seguros
niente a la vida social. ¡El 9 9 % de los sabios que han contri- representan un elemento fundamental de la vida.
buido a un descubrimiento importante para la humanidad es-
El gobierno jerárquico, que hemos visto que es muy an-
tán todavía vivos! Es decir, que los hombres que estuvieron
tiguo, ¿conserva hoy su lugar? La cuestión merece ser plan-
en el origen de los descubrimientos del pasado, tales como
teada. Podemos sospechar ya las dificultades de un gobierno
la pólvora, la imprenta, la rueda, etc., que han servido de
jerárquico para adaptarse a un mundo en evolución, pero,
soporte a nuestra civilización, al menos en su aspecto téc-
sobre todo, queremos insistir sobre un aspecto particular de
nico, no representarían más que un 1 % del conjunto de los
la evolución: la aparición de una necesidad de participación
sabios.
y el problema que plantea al gobierno jerárquico. Este
En medio de un mundo en aceleración de evolución, estudio nos introducirá, naturalmente, en el tipo de gobierno
¿cómo pretender gobernar a las cosas y a las personas con que creemos que se debe proponer.

88 89
5. Los datos nuevos:
La necesidad de participación

Recordemos cómo se plantea el problema.


Estudiamos el gobierno de la Iglesia. La primera fun-
ción de un jefe es la toma de decisiones. Pues bien, en el
gobierno jerárquico, la toma de decisiones corresponde a
una sola persona. Frente a la doctrina del mandato je-
rárquico aparece un factor sociológico que reclama el de-
recho de participación en la toma de decisiones. Este factor
se explica por una evolución social que ha provocado una
mayor maduración de los espíritus y ha desarrollado un
sentimiento más vivo de libertad y de responsabilidad.
El hombre ejerce ya esta responsabilidad y esta participación
en todos los planos de su vida humana.

El propósito de esta sección es permitir "identificar"


mejor la participación examinando el modo (grados y for-

91
mas) en que puede expresarse, las condiciones que supone bio de mentalidad, y esto es mucho más consecuente y mu-
su ejercicio. Presentaremos un tipo de realización dé la cho más difícil.
participación, los "grupos en cadena", su interés. Res-
ponderemos a la dificultad: ¿la participación "evacúa" la
autoridad? Veremos, finalmente, que un efecto de la par- 1. Origen histórico de la necesidad de participación
ticipación es hacer crecer la eficacia.
De aquí las dos partes de este capítulo: Las cosas han evolucionado mucho desde el tiempo
1. El análisis de la necesidad de participación. en que el pasado se esforzaba por reunir bajo una fuerte
autoridad a las iglesias particulares que habían vivido
2. Las consecuencias de la necesidad de participación.
hasta entonces prácticamente autónomas, unidas entre ellas
por un sencillo lazo de caridad. Desaparecido el Imperio
Romano, los bárbaros civilizados o relacionados entre ellos
I. EL ANÁLISIS DE LA NECESIDAD DE PARTICIPACIÓN comenzaron a constituirse las naciones, haciendo menos
sensible cierto tipo de unidad cristiana y dando origen
al sentimiento nacional. La Reforma lanzó la idea revo-
Este nuevo factor no es más que de orden moral, pero lucionaria y extraordinariamente asombrosa de que podía
su fuerza es tal que basta para disolver el tipo de filosofía, existir una Iglesia sin clero. El Renacimiento destacó
cuya expresión histórica es el mandato jerárquico. el valor de cierta idea del hombre, pero, más todavía,
el advenimiento de ideales tales como los de la democracia,
Este nuevo factor es el deseo de todo hombre de par-
el socialismo, el liberalismo. Después vino la industriali-
ticipar en la toma de decisiones que le conciernen., ya sea
zación, causa de un trastorno sin precedentes de la so-
como individuo o como miembro de un grupo. Se le llama
ciedad y de sus antiguos valores. La práctica misma de
principio "de participación" o "democrático". Este prin-
ideas democráticas y liberales por medio de regímenes
cipio no niega la necesidad de una autoridad ni la de la
políticos correspondientes habitúa al hombre a asumir sus
unidad de dirección; lo que exige es que la responsabilidad
responsabilidades en terrenos muy variados y totalmente
no sea la de uno solo.
nuevos. El desarrollo tecnológico y su corolario, la expan-
Es a la vez poco y mucho. sión económica, acentuaron el sentimiento de independencia
Es poco porque permanecen inmutables el principio de del hombre respecto a la naturaleza y a las necesidades de
autoridad y la estructura de los niveles de autoridad. Es orden primario.
mucho porque, exigiendo un cambio en el ejercicio de la Fenómenos sociales directamente provocados por la
autoridad, la participación exige al mismo tiempo un cam- industrialización: la urbanización, el magnetismo social del
92 93
lugar de trabajo, la deserción de los campos, las migraciones Satisfaciendo así su necesidad de participación en todos
diarias, la especialización de funciones urbanas contribuyen los órdenes de la vida humana, no habría más que un plano
a romper los cuadros del pasado y a separar de sus antiguas en el que le estaría prohibido aparecer: el plano de sus res-
raíces familiares, culturales y geográficas al hombre. ponsabilidades de cristiano. No es que un artículo cualquiera
de su fe o un principio de moral le prohiban este derecho,
— La familia pasa del estado "reunido" al estado sino una simple costumbre, un modo transitorio de concebir
"dispersado", en la Iglesia el ejercicio de la autoridad. Pues el mando
— la significación sociológica del barrio y de la pa- jerárquico no admite la participación. No es que no la quiera;
rroquia se transforma, no puede hacerlo. Su filosofía lo prohibe; sus estructuras
no están hechas para ello.
— la ciudad se divide en centro comercial, centro
administrativo, zona industrial, barrios residenciales,
ciudades-dormitorios, etc.
2. Diferentes grados de participación
Desarraigado, obligado a no contar más que consigo
mismo, el hombre recibe, gracias a la generalización de la ¿Puede el hombre participar en todas las decisiones
instrucción y a la difusión de técnicas de comunicación, que le conciernen? Es evidente que es imposible, porque
una masa de informaciones que le abren los ojos sobre ciertas decisiones se toman muy lejos de él, a niveles muy
el mundo, haciéndole comprender mejor el mecanismo. elevados, e, incluso, si estas decisiones afectan en último
El progreso de las técnicas le pone en las manos instru- término a la vida del hombre (cf. las políticas de un go-
mentos que cada día le liberan, desarrollan su poder y bierno), el individuo no dispone de medios, aptitudes,
hacen crecer su sentimiento de fuerza. Ahora el hombre se que le permitan participar allí. Así, delega sus poderes a
siente menos inclinado a confiar en otros hombres para sus representantes. He aquí por qué se distinguen tres for-
guiarle y proveer a sus necesidades. Pretende bastarse. La mas de participación: directa, indirecta y lejana, según la
nueva toma de conciencia de su libertad y de su poder no mayor o menor posibilidad de intervención que se ofrece
está siempre muy equilibrada o muy fundamentada. al individuo.
El hombre intenta, y no sin éxito, volar con sus pro-
pias alas. Por otra parte, es animado por los elementos más A) La participación directa
dinámicos de la sociedad: profesionales, sindicales, polí-
ticos, que le presionan, le animan a asumir sus responsa- Alrededor de cada hombre se yuxtaponen y entrecruzan
bilidades, demostrándole que es un deber, un servicio al diferentes y pequeñas comunidades con las que el hombre
bien común, un medio de desarrollarse. está en contacto directo y permanente: familia, barrio,

94 95
equipo de trabajo, grupo de amigos, círculos de diversiones, nente como en el caso precedente. La participación se ejerce
célula religiosa, etc. entonces por representantes, a los que cada uno conoce y
Los problemas planteados en estas comunidades forman a los que son confiados mandatos bastante restringidos.
la trama de la vida misma del hombre; las personas le
son conocidas por una experiencia cotidiana; las relaciones C) La participación lejana
entre interés particular y el bien general son fáciles de
discernir. Cada uno toca allí todas las fases de la acción. Es el terreno en el que los problemas son tan numerosos
En el terreno en el que el hombre tiene necesidad de sen- y tan complejos, las actividades tan diversas que no está
tirse cómodo, y se siente cómodo si tiene conciencia de que asegurada la competencia de cada uno, está insuficiente-
nada va a estorbar sus derechos de persona1 humana. Es mente esclarecida la conciencia del interés general y es difícil
el terreno de la participación directa, plena, completa. de obtener o de apreciar la información. Es el terreno en
cuyo plano se tratan los asuntos de un país, las relaciones
de este país con otros países; es también el terreno de las
B) La participación indirecta
grandes ciudades, de las regiones, de las comunidades eco-
Extendiéndose más lejos de las pequeñas comunidades nómicas, de los agrupamientos interprofesionales, de los
naturales, aparece un terreno en el que las comunidades grandes negocios industriales, etc. Para el cristiano es la
comprenden un número de hombres muy elevado y ponen Iglesia de una nación, la Iglesia en la dimensión de varias
en juego conocimientos muy diversos para que la partici- naciones, la Iglesia en las dimensiones del mundo.
pación de todos en todas las fases de la acción pueda estar Aquí el deseo de participación está muy desigualmente
asegurada. Es el caso de los agrupamientos profesionales, repartido y depende esencialmente del papel que se desem-
de la mayor parte de las municipalidades, de la mayoría de peñe en el interior de estas comunidades. N o puede ser, de
las empresas. Para el cristiano diríamos que es el caso de hecho, sino de muy pocos individuos. Para los otros, la
la diócesis. participación se reduce a la elección de un hombre más
La competencia de los miembros es aquí todavía sufi- o menos bien conocido de experiencia pública y al cual se
ciente en muchos puntos, su conciencia del interés general le concede confianza para dirigir los asuntos.
bastante viva, las relaciones entre el bien común y el in- Evidentemente sólo se trata de un esquema. En la
terés individual bastante claras. Pero las dimensiones del realidad las zonas no son tan claras como aparecen en
grupo, su dispersión en el espacio y los imperativos del el espíritu. Es cieno, por ejemplo, que los problemas que
tiempo impiden la participación directa. El deseo de par- conciernen a 'las zonas más lejanas tienen frecuentemente
ticipar permanece muy vivo, mas los obstáculos señalados una repercusión muy concreta en la vida cotidiana y que las
hacen que no se sienta una necesidad tan vital y perma- preocupaciones delegadas vuelven como un bumerán bajo

96 97
forma de experiencia directa. Por otra parte, los tres terrenos son funciones también de responsable. Tengamos la pre-
varían para cada uno en materia y en extensión, siguiendo caución de precisar que, si la contestación puede abrirse am-
sus aptitudes naturales, su deseo de participación y también pliamente fuera de las deliberaciones preparatorias a la
según las circunstancias. Pero un gobierno que quiere decisión, lo mismo que una vez acabada la ejecución y
dar lugar a la participación y no solamente lugar sino con el fin de hacer una crítica constructiva, no es conce-
que la concibe como un órgano de mandato asociado, bible que se ejerza en el curso de la acción.
se esforzará por construir una estructura que permita una
¿Existe antinomia entre contestación o, incluso, opo-
representación y un ejercicio de estos diferentes grados de
sición y participación? La antinomia es sólo aparente. Es
participación.
normal que se manifieste una diversidad e incluso una opo-
sición de juicios, al menos en el curso de las dos primeras
fases de la acción, pues la ejecución no es evidentemente
3. Principales formas de participación
posible sin unidad práctica suficiente. Un ajustamiento de
los espíritus y una coordinación aceptada no pueden lograrse
Las formas de participación difieren según el momento si no ha precedido un enfrentamiento. Que el responsable
en que se actúa. Es así como se puede distinguir la par- no se imagine poder restaurar el orden y la unidad en su
ticipación en la dirección o gestión, en el control, en la grupo por el hecho de prohibir toda contestación. El rehu-
información, etc. sar la contestación no impedirá por ello que subsista,
La gestión o dirección de actividades del grupo son las pero sus efectos serán subterráneos y el responsable no
formas positivas por excelencia de la participación, pero tendrá ningún medio de proteger su acción contra ellos
son inconcebibles sin una responsabilidad. La dirección, porque no los conocerá. La toma de decisión, por otra parte,
en este aspecto, es la más perfecta, y no puede ser ejercida será privada de la diversidad de opiniones que un enfren-
de hecho si no va acompañada de una libertad correspon- tamiento público hubiese permitido. La oposición, por el con-
diente. trario es una fuente de enriquecimiento para el grupo siem-
pre que en el momento de la ejecución los oponentes no
Por simetría, citaremos como formas de participación se excluyan del grupo, rehusando tomar parte en la acción
la contestación y el control.' Son formas negativas de parti- común.
cipación, pero no menos importantes por ello. Criticar, con-
trolar, juzgar, son diferentes formas de participar, porque Incluso la obediencia es una forma, la más elemental,
de participación. La palabra está hoy día desacreditada,
1
Me he resistido a emplear la palabra "contestación" por pero tal vez es porque se ha apelado frecuentemente a una
entender que no es un castellano muy puro, pero el uso tan ex- obediencia de autómata o de irresponsable. Ello no impide
tendido en nuestro tiempo me hace utilizarla en razón de la
claridad (Nota del traductor). que, cuando todo se ha dicho, discutido, contestado, par-

98 99
ticipado, sea siempre la disciplina lo que constituye la efi- a) Los intereses del grupo
cacia de la acción. La conciencia de estos intereses comienza por el reco-
Señalemos, finalmente, que cada miembro no ha de nocimiento de la existencia de los otros como personas
ejercer a la vez todas estas diferentes formas de participación. y por el reconocimiento de nuestra solidaridad para con
Sólo ha de ejercer aquellas que corresponden a la natura- ellos. Sólo esta comprensión permitirá a los miembros man-
leza de su función en el grupo y para un determinado estadio tener entre ellos una cohesión suficiente a pesar de las
de acción. Las otras no pueden estarle abiertas más que par- oposiciones pasajeras. Todo el arte del jefe consistirá, por
cial y temporalmente a condición de que no perjudiquen a su otra parte, gracias en particular a las relaciones humanas y
función habitual. A cada una debe corresponder un grado de al toque de atención de los fines del grupo, en mantener
responsabilidad objetiva y un grado de compromiso personal. esa cohesión.

b) Los intereses de la institución

4- Condiciones de la participación El grupo sólo existe por una voluntad de proseguir


una misión idéntica que reúne a hombres diferentes. La
participación es a la vez una ocasión para señalar el interés
Para que haya participación son necesarias dos clases de que se aporta a esta misión y la ocasión de aumentarlo.
condiciones.
Esta doble conciencia de intereses del grupo y de los
de la institución implica evidentemente una "conciencia",
A) Condiciones referentes a los individuos es decir, supone una formación o educación del carácter.

1) La competencia
B) Condiciones referentes a la institución
La primera aptitud exigida al que quiere participar La participación no puede ejercerse si previamente no
es la competencia técnica. A partir de esta competen- han sido creadas estructuras de participación. Lo cual supone
cia pueden nacer la rectitud de juicio, el sentido de los ór- una acción del legislador por la que sean creados los medios
denes de importancia, el sentido crítico y la apreciación u órganos de participación. Dejar la participación a la buena
de lo posible y lo imposible. voluntad, incluso real, del responsable es condenar rápida-
mente la participación a la desaparición. Toda información
2) La conciencia de intereses comprometidos necesaria para la comprensión de un problema será entregada
Estos intereses son de dos clases: los del grupo y los a aquellos que están llamados a participar. La información
de la institución. es una condición indispensable para la participación.

100 101
Constituye, por otra parte, un derecho, el derecho de A) ¿Qué es una estructura de grupos en cadena?
todo hombre a comprender lo que se le pide, para qué se
le pide, cuáles serán para él las consecuencias de la decisión. Para comprender bien la idea de Likert, recordemos en
qué consiste una estructura jerárquica. En una estructura
La información no llena todas las condiciones más que jerárquica, la organización es una interrelación de persona
cuando aquellos que la reciben tienen la posibilidad de plan- a persona (man to man). Las órdenes vienen de arriba y
tear preguntas, de obtener complementos de información. son transmitidas a la base por una sucesión de personas
Pero, para que las cuestiones vayan de la base a la cumbre, colocadas en diferentes niveles de la jerarquía. La institución
para que se establezca un verdadero diálogo, es necesario misma no es invitada, en grupo o por medio de represen-
que el que detenta la autoridad y las informaciones desee tantes, a interesarse en el trabajo de elaboración de las
verdaderamente el diálogo, lo que supone que el jefe crea decisiones. No se recurre a ella más que para aplicar estas
sinceramente que tiene mucho que aprender de sus in- decisiones. Hay una jerarquía que decide, la institución no
terlocutores. En definitiva, no puede haber diálogo ni par- tiene más que obedecer. No es por desprecio voluntario;
ticipación si en la base no se encuentra un respeto auténtico es un tipo de gobierno. Dos elementos muy netamente di-
hacia la persona del otro. ferenciados constituyen, por tanto, una sociedad de mandato
jerárquico: la jerarquía, de una parte; el resto de la sociedad,
de otra. El volumen de las masas es evidentemente, en el
5. Una estructura de participación: los grupos en cadena gobierno jerárquico, muy opuesto. En el caso de la Iglesia
son menos del 1 por 1.000 del clero los que detentan auto-
ridad. Queda todavía la masa de los fieles. Es, pues, muy
Hemos señalado que una de las condiciones para que
difícil decir que un mandato jerárquico sea muy repre-
haya participación es la existencia previa de estructuras de
sentativo, y menos todavía participativo.
participación. Pero ¿cómo imaginar estas estructuras? ¿Qué
tipo escoger? Es aquí donde la ciencia de la Organización Frente a una organización de personas, Likert propone
viene en nuestra ayuda. Uno de los maestros de esta ciencia, una organización de grupos. Las órdenes vienen siempre de
R. Likert, nos propone un tipo de estructura que, a las arriba, son transmitidas a los grados inferiores, pero
ventajas naturales de la participación, añade la propiedad
tanto en la cumbre como en los escalones intermedios la
de facilitar considerablemente las comunicaciones. Se trata
decisión es discutida en grupo. Como cada grupo, por otra
de la estructura de "grupos en cadena".2
parte, representa a su vez a otros grupos, es toda la ins-
titución la que es colocada en estado de participación. Va-
mos a comprenderlo mejor.
2
R. Likert, Un nuevo método de gestión y dirección, Deusto,
Bilbao.

102 103
B) ¿Qué significan exactamente los grupos en cadena? a su vez de otros grupos (F 1, F 2, F 3, etc.), las consignas
e informaciones de los grupos D y E repercutirán automá-
Cuando se habla de una estructura de grupos, la imagi- ticamente en los grupos (F 1, F 2, F 3, etc.) de niveles
nación se hace inmediatamente la idea de una cuerda anu- inferiores.
dada. Pero hay siempre un vacío entre cada nudo. Serían
privilegiadas las personas llamadas a participar en cada Todo grupo está, por tanto, ligado a la vez a un grupo
grado, pero la institución no sufriría directamente el efeao superior y a un grupo inferior.
de la participación porque no sería llamada directamente Dos clases de "eslabones" mantienen así la estruaura
ella misma a participar. Sería considerable, no obstante, el en una cadena sólidamente engarzada.
efecto de una estructura de grupos ordinarios tanto a causa
de la mejor calidad de las decisiones como a causa del C) ¿No hay ya "responsable" en una estructura de grupos en
efeao multiplicador de la influencia de grupos. La proposi- cadena?
ción de Likert va más lejos que una estruaura tradicional
de grupos. La estructura de grupos en cadena no suprime la auto-
ridad. Es simplemente un método y una organización de
Habla, en efecto, de "overlapping groups". Así, pues,
trabajo. La autoridad subsiste; pero, en lugar de trabajar sola,
"overlapping" significa "imbricado", "que se recubre",
de resolver sola los problemas, lo hace en equipo. Así
como las tejas de un tejado o las escamas de una pina. ¿Por Likert tiene cuidado de decir que "en estruaura participativa
qué "imbricado"? Porque en una estructura de grupos en la estructura permanece 'jerarquizada', pero ya no es 'jerár-
cadena ningún grupo es completamente independiente de quica'." "Jerarquizada", es decir, que subsiste la "línea" de
los otros, como en una estructura de grupos ordinarios. autoridad con la distribución descendente de responsabi-
Cada grupo está orgánicamente relacionado al grupo su- lidades confiadas a personas, pero no "jerárquica", es decir,
perior y al grupo inferior por un doble sistema de relaciones: desaparición del poder "personal". ¿Es posible, por otra
Primer género de relación: el jefe de un grupo (lla- parte, pensar que podría funcionar durante largo tiempo
memos a este grupo: E) forma parte de un grupo superior una estructura de parlamentos en los que no existiera nin-
(llamemos a este grupo: D). Forma parte a título individual; guna autoridad?
forma parte también como jefe de un grupo y por esta
La participación no suprime la autoridad, porque, en
razón transmite las peticiones y sugerencias de su grupo E. caso de conflicto, es decir, cuando el grupo está dividido y no
Segundo género de relación: vuelto a su grupo (E), puede llegar a una solución común, el jefe conserva siempre
reporta lo que ha sido dicho o hecho en el grupo (D) de el poder de imponer su voluntad. Conserva este poder in-
nivel superior. cluso fuera del caso de un conflicto y contra el asentimiento
Pero, siendo cada miembro del grupo E responsable de todos, pero evidentemente ello tiene sus riesgos y peligros.

104 105
Lejos de creer que el mandato participativo evacúa la paso libre de las influencias. Pues la estructura en grupos
autoridad, Likert avanza incluso la aparente paradoja: "cuan- "maximaliza" la influencia recíproca, ya que la libre dis-
do el jefe comparte sus responsabilidades, su autoridad, cusión permite a cada uno expresarse; y el jefe de grupo,
lejos de disminuir, crece". Invitando a los subordinados a formado en la técnica de grupos, debe vigilar para que ca-
participar en la elaboración de las decisiones, lo que pri- da uno pueda hacerlo, no teniendo así nadie la impresión
mitivamente era privilegio del jefe, el responsable confiere de ser inútil. Cada uno siente que puede aportar algo, cons-
a los subordinados una responsabilidad y, por tanto, un po- tata el interés que se tiene en su contribución, motivo de
der que no poseían antes. Curiosamente, o mejor, de un los más poderosos para animar a cada uno a darse más.
modo muy comprensible, los subordinados, tomando con-
"La estructura de grupos", dice también Likert, "se
ciencia de su propia responsabilidad, descubren al mismo
caracteriza por la lealtad al grupo y por una mutua con-
tiempo la importancia de la función del jefe. Una función
fianza, que se oponen a la natural desconfianza, deslealtad,
que, de lejos, les parecía sencilla, agradable, les parece
maniobras, constitución de clanes, que caracterizan a la es-
ahora como llena de preocupaciones, preocupaciones de co-
tructura por individuos."4 Consecuencia de esta confianza:
sas y preocupaciones de personas, pesada de llevar y pesada
la comunicación de informaciones es libre, en oposición
de conducir. A estas preocupaciones están asociados ahora.
con la filtración común a la organización jerárquica.

D) Una nueva atmósfera E) Efecto de la participación: el acrecentamiento de eficacia


Likert escribe: "Porque la condición del juego en una
La participación no es más que un reconocimiento de
organización de grupos es la voluntad común de colabora-
una necesidad del hombre, pero es también la mejor fuente
ción, la atmósfera que reina en los grupos y en toda la es-
de eficacia. La una es consecuencia de la otra.
tructura es una atmósfera de confianza mutua, de estima
recíproca, de respeto a la persona de los otros, de recono- ¿Cuál es la razón de este aumento de eficacia?
cimiento de su valor. Esta atmósfera es evidentemente más "No existe ninguna buena decisión sino cuando está bien
propia para desarrollar al individuo que cualquier otro tipo ejecutada." Lo que significa que una excelente decisión que
de atmósfera en la que el individuo tenga sobre todo ten- no es ejecutada no sirve para gran cosa. Lo que significa
dencia a cerrarse en sí mismo a fin de protegerse."3 también que una decisión debe ser ejecutada según el es-
No es sólo el individuo el que se beneficia del cambio píritu del legislador y conforme a los métodos que él ha in-
de atmósfera; es toda la institución. Una de las condiciones dicado. Pues ¿qué es lo que hace la buena ejecución? Es
que favorece, en efecto, la eficacia de una institución es el la adhesión moral más estrecha posible entre la voluntad
3 4
R. Likert, o. c. R. Likert, o. c.

106 107
del ejecutante y la intención del legislador.6 ¿Qué adhesión Se podría deducir otra razón de la eficacia de la par-
más perfecta que aquella que hace participar en la voluntad ticipación, partiendo de su... necesidad.
del legislador compartiendo su responsabilidad de toma de En efecto, en un mundo cada vez más determinado,
decisión? La decisión no es solamente la del legislador, se la multiplicación y el encadenamiento tanto de las fun-
convierte también en la del subordinado. ciones como de sus actividades, devienen tan complejas
Este efecto de la participación "en la elaboración de las y suscitan tales ocasiones de conflictos de responsabilidad
decisiones ha sido señalado desde hace largo tiempo, y fue, o tales dificultades de gestión, que pronto no habrá más
por otra parte, el origen de las relaciones humanas. Likert escape posible que en un procedimiento normal de diálogo
afirma: y de participación. Por lo cual encontramos al nivel práctico
de un necesario funcionamiento de las estructuras la virtud
allí donde se encuentra un mandato participativo, la eficaz del equipo, demostrada desde hace largo tiempo por
institución es mucho más eficaz que donde sólo existe los investigadores científicos.
un mandato autoritario. Likert explica esta superiori-
dad por el principio de "supportive relationship"; no- Coincidencia significativa: J. K. Galbraith, en su pró-
sotros diríamos de "trabajo en colaboración" o más ximo libro The New Industrial State, sienta la misma necesi-
simplemente de "trabajo en equipo". dad, en un mundo llegado a ser más complejo, de una
Una institución no tiene ocasión de reunir todos los colegialidad de la decisión:
elementos de éxito y eficacia más que allí donde el go-
bierno y todos los procedimientos que dependen del go- "Se convertirá en necesario un aparato colegial cuyo
bierno son concebidos y organizados de modo que cada papel será reunir y confrontar las informaciones propor-
subordinado esté, de una parte, asegurado de la lealtad cionadas por numerosos individuos para llegar a decisiones
de la colaboración que se le pide, y de otra parte sea que exceden los conocimientos de cada uno en particular.'"
reconocido su valor personal, y,que incluso se harán
todos los esfuerzos para ayudar a desarrollarse este Tal es la participación. Esta rápida presentación basta
valor. Bien entendido que ello se hará en la medida del para hacer comprender la importancia del factor sicológico
papel de cada uno, de sus dones y de sus necesidades.6
7
La identidad del término "colegialidad" no debe hacer
confundir la "colegialidad de decisión" con lo que se denomina
Se comprende que el efecto inmediato de este principio "colegialidad episcopal".
sea reunir inmediatamente todas las informaciones, susci- Las separan dos diferencias importantes:
1.° La primera colegialidad es una técnica de la toma de decisión;
tar todas las sugerencias, excitar la actividad creadora, de- la segunda significa la simple toma de conciencia de una respon-
sencadenar nuevas fuentes de motivaciones. sabilidad común.
2." En el primer tipo de colegialidad el responsable goza de una
5 real autoridad sobre aquellos a los que llama a decidir con él;
Es preciso que una decisión esté a la vez cargada de realidad en el segundo tipo, debe preceder a la toma de decisión un largo
y cargada de adhesión. trabajo de armonización de los pensamientos que no es siempre
" ' R. Likert, o. c. factor de eficacia.

108 109
que representa la necesidad de participación, y deja entrever, 1. Los procedimientos de observación y de comunicación
por otra parte, los problemas que la aparición de tal factor están en desarmonía con los procedimientos de decisión
no deja de plantear a un gobierno de tipo jerárquico. Lo
vamos a ver inmediatamente. En el gobierno jerárquico el poder de decisión corres-
ponde solamente al jefe. El jefe puede eventualmente con-
sultar a sus colaboradores; jamás a sus subordinados. La
doctrina del gobierno jerárquico se opone a ello y no posee,
II. LAS CONSECUENCIAS DE LA NECESIDAD DE PARTICIPACIÓN
por otra parte, ningún procedimiento a estos efectos. Pues
bien, el simple sentido común como principio de organiza-
ción enseña que ninguna decisión es buena si no va prece-
Recordemos el fenómeno de interacción-influencia que
dida de la observación de los hechos. Pero ¿quién está
se ejerce en el seno de los elementos de una estructura. Ca-
en contacto con los hechos? ¿Quién es el mejor situado
da elemento de la estructura, cada procedimiento, cada mo-
para conocerlos? En la estructura jerárquica no existe nin-
tivación ejerce una influencia sobre los otros. En estado
gún procedimiento de comunicación que permita a los su-
de armonía, esta influencia se ejerce en dirección de los
bordinados transmitir sus observaciones al jefe de modo que
fines que se desean conseguir. En estado de desarmonía, las fundamenten su decisión. Esto sería una participación, y
influencias actúan una contra otra, se oponen mutuamente, el gobierno jerárquico no acepta la participación.
se reducen a la nada, provocando fatalmente una pérdida
de eficacia. ¿Resultado? Los subordinados viven en medio de pro-
blemas que esperan respuestas precisas y rápidas, pero que
Pues bien, he aquí que se introduce un nuevo factor en
ellos no tienen posibilidad de transmitir. ¿Tomar ellos mis-
el seno de los elementos que constituyen el gobierno je-
mos iniciativas? El gobierno jerárquico prohibe las inicia-
rárquico. No es todavía más que en el orden de las "mo-
tivas y, por otra parte, no tiene nada previsto para proteger
tivaciones", pero el género de motivación que representa no
las iniciativas con un control necesario.
es de las que reconoce el sistema de mando jerárquico,
que no reconoce, por otra parte, más que el respeto de la Espera, incertidumbre, críticas, sentimiento de soledad...
disciplina. Es, por tanto, fatal que este factor suscite ten-
A pesar de todo, los problemas acaban por llegar al ni-
siones. Precisemos que todas las tensiones que observaremos
vel de la toma de decisión, pero se ha perdido mucho tiempo,
no serán para colocar en actitud pasiva la necesidad de par-
la mentalidad de los subordinados se ha deteriorado, y las
ticipación; algunas de ellas provendrán de contradicciones
decisiones, frecuentemente, no corresponden ya a los pro-
internas, propias del gobierno jerárquico.
blemas.

110 111
2. Los procedimientos de comunicación están en desar- nalmente, concediendo su preferencia a las relaciones for-
monía con las motivaciones males sobre las informales, ¿por qué proporcionar informa-
ciones a colegas a los cuales no me liga nada? También el
flujo lateral es filtrado por el egoísmo, celos, ambición,
Supongamos que un mandato jerárquico establece un
etc., todos los sentimientos de la "confraternidad", tanto
sistema de comunicaciones. Es una contradicción en los tér-
eclesiástica como humana.
minos, pero supongámoslo. ¿Cómo ocurren habitualmente
las cosas? No olvidemos que el gobierno jerárquico es un
gobierno de personas. Es una persona quien, a cada nivel 3. Los procedimientos de influencia están en desarmonía
de la estructura, detenta todos los poderes. Ciertamente, con las actitudes
estos poderes han sido fijados y delimitados por reglas muy
precisas, pero no todo ha sido previsto por estas reglas, en En el gobierno jerárquico ¿qué puede hacer el papa
particular los comportamientos del hombre y sus reacciones. contra un obispo que se oponga pasivamente a las orien-
Entonces ¿por qué quería Ud. que yo, pequeño y humilde taciones del concilio? ¿Qué puede hacer un obispo contra
cura rural o humilde religioso, vaya a decir a mi superior un párroco que rehusa toda Acción Católica? En el gobier-
que existe tal problema del cual debería ocuparse, o que no jerárquico, relaciones entre jefe y subordinados, deberes
le diga que no estoy contento de su administración? No de cada uno, están estrictamente regidos por reglas for-
tengo vocación de mártir. Y tal vez lo he hecho y he visto males. El "cara a cara" es desconocido o evitado todo lo
que no sirve para nada; a veces, incluso, me he cazado los posible o no se desarrolla más que de una manera formal.
dedos. ¿De qué medios de influencia dispone entonces un jefe
que querría obtener de un subordinado una acción que no
Frente a la autoridad "jerárquica" el individuo se sien-
ha sido prevista por el reglamento? En teoría estricta del
te solo, desnudo, vulnerable, sin importancia. Opinión con-
gobierno jerárquico, por otra parte, ningún jefe tiene el
tra opinión, pero de un lado todo el poder, en particular
derecho de mandar acciones que no están previstas en el
el de haceros arrepentir de vuestra audacia, y del otro lado reglamento.
ninguna protección.
Resultado: el flujo de comunicaciones hacia la cumbre
4. Los procedimientos de observación y de medida están
es "filtrado", de modo que no llegan más que las comuni-
en desarmonía con los procedimientos de decisión
caciones "agradables" o que no producirán represalias.
Como, por otra parte, el gobierno jerárquico no confía en
el hombre, el flujo hacia la base será filtrado por miedo Hemos visto que no hay decisión exacta si no descansa
a las iniciativas intempestivas. El gobierno jerárquico, fi- sobre una observación de los hechos. La observación no bas-

113
112
ta; es necesario también un análisis. Tales procedimientos merosos puntos. Colocado en los problemas concretos de
suponen la existencia de centros "especializados" de obser- la acción, percibiendo más vivamente las consecuencias de
vación y de medida. En el gobierno jerárquico, tales centros la evolución, el subordinado aspira a una Iglesia en bús-
no existen más que en los escalones más elevados, en el re- queda constante de adaptación. Responsable de la institución,
curso a Roma. Señalemos de paso la maravillosa perseve- el jefe piensa, en primer lugar, en la estabilidad, la disci-
rancia de Pablo VI, esforzándose por transformar los enve- plina, las condiciones primeras en el gobierno jerárquico
jecidos Oficios de la Curia en instrumentos de trabajo mo- de una permanencia de la institución y de eficacia. Los puntos
dernos, y la creación por el mismo papa de una "oficina de vista no están próximos a encontrarse...
de estadísticas".8 Pero cada nivel importante —las diócesis
y todo nivel superior a la diócesis, si, un día, la Iglesia Se tiene la costumbre de simbolizar las relaciones jefe-
admite su necesidad— debería estar dotado de instrumentos subordinados en la Iglesia por la comparación entre el
de observación y de medida. Faltos de estas oficinas, existi- freno y el motor. Es una descripción muy perfecta del man-
rán siempre tensiones entre los procedimientos de decisión dato jerárquico. Esta comparación no tendría lugar en un
y los procedimientos (ausentes) de observación, de medida tipo de gobierno en el que el jefe reconociera como su fun-
o de comunicación. Esto que se dice del clero secular es ción principal la de "dirigir" la acción de sus subordinados
igualmente válido, bien entendido, para las órdenes reli- proponiéndoles objetivos. El jefe sería el "motor". Esta
giosas." sería su misión esencial, estando los frenos representados
por los procedimientos, el control, pero más todavía por
la resistencia opuesta por las cosas o los mismos clérigos.
5. Desarmonía entre las motivaciones de los jefes y las Un viejo padre maestro tenía costumbre de repetir: " ¡No
de los subordinados seáis nunca causa, por culpa vuestra, de ningún cambio en
la orden!" ¡Ciertamente! Pero hay cambios y cambios-
Ciertamente, en la Iglesia la motivación fundamental es Muchas órdenes, en todo caso, están muertas o han dege-
idéntica entre el jefe y el subordinado; se resume en la nerado por no haber sabido operar a tiempo los cambios
voluntad común del advenimiento del reino de Dios. Pero necesarios. Toda demanda de cambio, en efecto, no es ne-
las motivaciones secundarias no dejan de oponerse en nu- cesariamente signo de infidelidad a una vocación, de mal
8
espíritu, de falta de juicio o de sentido sobrenatural. Ni
Cf. Mons. Poupard, Connaissance du Vatican, pág. 171,
y Ch. Pichón, Le Vatican, ed. Fayard, 1968. toda "contestación".
8
N o queremos hacer creer que tales oficinas no existen a
diferentes niveles de la Iglsia. ¡Se puede decir incluso que fun- En conclusión, diremos que la utilidad de un gobierno
cionan! Pero queremos hablar de oficinas compuestas de verda-
deros especialistas que hayan adquirido una necesaria y autén-
es movilizar las energías de los individuos a fin de hacerles
tica formación técnica. servir más eficazmente a la obtención de los fines perse-
114 115
guidos por la institución. A esta intención, el gobierno crea cipación es una de las más poderosas fuentes de creatividad
estructuras, órganos, procedimientos, etc., aptos para reunir y de eficacia.
estas energías y dirigirlas hacia un fin único. De todas estas Frente a ello, contamos ciertamente con otra realidad,
energías las más poderosas son aquellas derivadas de un el gobierno jerárquico, y una realidad que está ampliamente
deseo de participación. Si el gobierno no crea estructuras y desde hace tiempo implantada en las costumbres. Pero
destinadas a contener y ordenar estas energías, esto no este tipo de gobierno no parece corresponder ya a la evo-
impedirá que estas energías existan y se manifiesten. Pero lución de las mentalidades ni a los fines actuales de la
incapaces de ordenarse por sí mismas, dispersarán sus es- Iglesia. La respuesta no puede, por tanto, estar más que en
fuerzos, entrarán en conflicto con la autoridad o no en- una justa apreciación de las ventajas comparadas de los
contrarán cómo emplearse. Surgirá entonces un sentimiento diferentes tipos de gobierno, recordando que un tipo de
de frustración. Quien dice frustración, dice tensión, dice en- gobierno no es un fin en sí, sino un medio al servicio de
fermedad, dice pérdida de eficacia. un fin. Si parece que un tipo de gobierno no sirve ya al fin
de la sociedad o lo sirve peor de lo que lo haría otro,
Profundizaremos más adelante este problema de ten-
no se debe titubear, y la elección no ofrece duda.
siones, pero desde ahora podemos concluir que el gobierno
jerárquico no es capaz de asumir estas tensiones. No ha Es evidente que una institución como la Iglesia no
sido concebido para ello. En particular, la existencia de puede pagarse el lujo de lanzarse a una operación tan grave
un deseo de participación representa para él un problema, como es la de un cambio de tipo de gobierno sin saber de
un desorden, incluso, que conviene eliminar. Es, por otra antemano y de manera bastante segura qué clase de go-
parte, para él una cuestión de vida o muerte. Esta innovación bierno va a adoptar. Están en juego demasiados intereses.
tiene efectivamente los dientes largos. De la simple "mo- Por otra parte, a un tipo de gobierno que reuniera ideal-
tivación" en el punto de partida, ambiciona transformar la mente todas las cualidades, pero que no hubiera existido
"estructura en su imagen. Y no solamente la estructura-or- más que en el espíritu de sus autores, ella preferirá siempre
ganización del poder, sino la concepción misma del modo un gobierno que ya haya realizado sus pruebas. ¿Existe
de autoridad. Se trata, pues, de una irreductibilidad de fondo. este tipo de gobierno?
¿Cómo resolver el problema?
Este tipo de gobierno existe. Ha sufrido la prueba de
Pensamos que aquí, como en otros asuntos, se impone la experiencia y del tiempo. Es el que se ha revelado como
una actitud de objetividad. La necesidad de participación más eficaz. Suerte suplementaria es que, a causa misma
es una realidad. Esta realidad no se podrá, jamás, conseguir de sus éxitos, ha retenido más la atención de los hombres
hacerla desaparecer, porque surge de lo más profundo del de ciencia, y la Iglesia puede encontrar sobre él la más abun-
ser. Está probado, por otra parte, que la necesidad de par- dante documentación que pueda desear. ¡Que se nos

116 117
comprenda bien! A pesar de la ingenuidad propia de los PARTE SEGUNDA
especialistas de una disciplina, no tenemos el candor de
decir: "¡Iglesia, madre, he aquí el tipo de gobierno que UNA ILUSTRACIÓN: EL GOBIERNO MODERNO
necesitas!" Pero tenemos incluso la audacia de decir: " ¡Ma-
dre, es un gobierno de este género el que necesitas! Tú lo
adaptarás a tu personalidad y a tu misión; pero son estos
principios los que necesitas adoptar, en los que debes ins-
pirarte, porque estos principios representan el estudio más
avanzado y más atentamente verificado de las técnicas cien-
tíficas de gobierno."

118
Históricamente el gobierno moderno es un conjunto de
reglas y de principios que se han acumulado progresivamente
desde hace cosa de medio siglo y cuya síntesis constituye
actualmente el mejor tipo de gobierno.
No sin aprensión constatamos que este tipo de gobierno
se formó primero en los Estados Unidos y llegó a Europa
en las maletas de las delegaciones de productividad. Se
ofenderán los que no saben aceptar el bien de cualquier
parte que venga... Todo el mundo, en efecto, había oído
hablar de la eficacia de las empresas americanas. ¿Cuál
era su secreto? Mucho antes de la publicidad que aparece
hoy en las obras de vulgarización presentando el "manage-
ment" americano, las misiones de productividad habían
descubierto que la razón de la eficacia de las empresas
americanas no provenía ni de su tamaño ni de su par-
ticular avance técnico, sino de dos importantes ideas: la

121
búsqueda de una mayor racionalidad en el trabajo y el es- Esta fuerza puede ser una emoción incontrolada, o la
tudio de los resortes sicológicos que ordenan el obrar hu- codicia, la agresividad, el odio, la ignorancia, o, sim-
plemente, la inercia. Puede ser cualquier otra cosa dis-
mano, lo que lleva a una nueva concepción de las relaciones tinta de la razón. Pero, cualquiera que sea esta fuerza,
jefe- subordinados. si no es la razón la que reina sobre el hombre, éste
Estas son las dos ideas fundamentales que presiden el no realiza todo aquello de que es capaz" (Robert Me
Ñamara).
"management"; "gobierno moderno" no es más que una
traducción del término americano.1
¿Cómo asombrarnos si se introduce más la racionalidad
¿Qué es el "management" o gobierno moderno? El Sr. en la acción y así el resultado no sólo tiene una eficacia
Roger Priouret da del "management" la siguiente defini- mayor, sino también una mejor atmósfera en las relaciones
ción: "Es poner bajo tensión racional el conjunto de ele- de trabajo y una mejor ocasión de desarrollo de las as-
mentos que componen una empresa."2 Con el Sr. J. Boisson- piraciones esenciales del hombre?
nat, diríamos más sencillamente: "es la aplicación de la
razón a la gestión de la empresa."8 ¿Hay aquí algo que Pero veamos primero detalladamente en qué consiste
ofenda a la más exigente idea que podamos tener del hom- el gobierno moderno, puesto que es así, según Octave
bre? Gélinier, como llamaremos desde ahora al "management".

En consecuencia, en la teoría del "management", la Estudiaremos sucesivamente:


autoridad no tiene origen en la competencia, ni en la he-
— la axiomática o los caracteres generales del gobierno
rencia, ni en la clase social, ni en los diplomas, sino única- moderno,
mente en el valor personal, probándose éste por la mayor
facultad de ordenar los medios a su fin, acto esencialmente — su filosofía,
de razón. En este sentido ¿quién no está dispuesto a sus- — su fisiología.4
cribir las declaraciones de un hombre conocido como uno
de los más célebres "managers" del mundo?

"No regir (manager) completamente la realidad


no es proteger su libertad. Es simplemente dejar que 4
La lectura de las páginas que siguen no entusiasmará pro-
una fuerza distinta de la razón organice esa realidad. bablemente al lector no iniciado. A fin de que esta lectura tenga
un poco más sabor, aconsejamos al lector plantearse con frecuencia
1
"Management" es muy difícil de traducir al castellano porque esta cuestión: ¿son aplicables estos principios a la Iglesia? Al fi-
este término significa, según los casos, y a veces simultáneamente: nal del estudio sobre el gobierno moderno nos entregaremos a
gestión, dirección, autoridad, mando. semejante reflexión, pero creemos que, si el lector conserva, durante
2
La France et le Management, Ed. Denoel. su lectura, su atención dirigida a la Iglesia, recorrerá estas páginas
3
"La Croix", 31 de marzo de 1928, pág. 20, col. 1. con más interés.

122 123
1. Las características del gobierno moderno

Por "características generales" se entienden los grandes


principios que inspiran el gobierno moderno y que sirven
para distinguirlo de los otros tipos de gobierno.
Estas características conciernen a:
1. la estructura
2. las reglas de funcionamiento
3. los métodos de dirección
4. las relaciones con el contorno
5. las relaciones jefe-subordinados
6. las actitudes de los subordinados
7. la movilidad de los dirigentes y de los cuadros
8. los cambios de estructura y de organÍ2ación.

125
I. LA ESTRUCTURA La división del trabajo y la especialización por función
están estudiadas intensamente, en especial al nivel de los
cuadros de dirección, en los que entraña una parcelación
En las grandes empresas, la estructura no es simplemen- de tareas de estudio, de decisión y de aplicación de deci-
te jerárquica; del tipo "line and staff", comprende nume- sión. Las soluciones de organización son pluralistas.
rosos e importantes servicios funcionales y de estado mayor.
En una gran empresa, en efecto, los problemas revisten tal La descentralización del poder de decisión se manifiesta
complejidad que sobrepasan las competencias del indivi- en el hecho de que los servicios de estado mayor, encarga-
duo. De aquí la necesidad, en cada nivel importante, de dos de preparar y estudiar las decisiones, no están sujetos
crear una estructura de trabajo (todas las oficinas de es- todos al nivel supremo, sino que, por el contrario, están
tudio de los hechos y de la toma de decisiones). ligados a cada uno de los principales niveles de respon-
sabilidad.
Recordemos que por "line" se entiende la determinación
jerarquizada de las responsabilidades (niveles de autoridad); En el seno de la estructura se observa una gran movili-
"staff" significa estado mayor. Indicación importante: los dad vertical, operándose sobre la base de resultados pro-
estados mayores u oficinas no tienen por sí mismos auto- fesionales.
ridad.

III. LOS MÉTODOS DE DIRECCIÓN

II. LAS REGLAS DE FUNCIONAMIENTO

Los métodos de dirección están caracterizados por:


Como en la estructura jerárquica, las funcione^ tareas, — el estudio colectivo de las decisiones,
procedimientos, principios de solución están regulados por
— la delegación de responsabilidades,
un derecho estricto. Diferencia esencial con el modelo je-
rárquico es que estos textos no son promulgados por una — la dirección por objetivos,
autoridad exterior y lejana, sino establecidos por los órganos — el juicio por los resultados.
internos de la empresa, y pueden ser modificados por ellos
sin dificultad si las necesidades lo hacen necesario. Una presión sicológica intensa se ejerce sobre los diri-
gentes en todos los niveles, para apartarlos de una dirección
El valor más apreciado es la eficacia, que constituye lejana y centralizada. Con este fin se utiliza el principio de
el objeto de criterios mensurables. subsidiariedad.

126 127
El principio de subsidiariedad para asegurar un mejor servicio y llegar al aprovechamiento
concurrencial.
En el plano del personal, la estabilidad se considera co-
Este es el principio según el cual los escalones superiores
mo deseable, pero el principio es que cada empleo debe.
o centrales no tratan más que aquellos problemas que los
ser concurrencial con relación a la marcha del trabajo.
escalones inferiores no pueden resolver. Es una consecuencia
Se considera normal que las curvas de carrera sean di-
del principio de delegación o de descentralización. Ningún
ferentes en función de los éxitos profesionales realizados
formalismo impide, no obstante, y cuando es necesario, los
por las diferentes personas.
contactos entre escalones alejados. La condición esencial
para que una articulación de las diferentes comunidades y La representación del personal (sindicatos, delegados,
cuerpos sociales sea flexible, viva y eficaz, es que los cuer- comités de empresa, etc.) se considera que cumple una
pos intermedios que están representados en el seno de una función a veces molesta, pero normal. Estos canales de co-
estructura se sientan y se quieran más "intermediarios" municación y de presión contribuyen al equilibrio de la
que "cuerpos". estructura. Hay que esforzarse en utilizarlos de forma cons-
tructiva y útil para la buena marcha de la empresa.

IV. LAS RELACIONES CON EL CONTORNO V. LAS RELACIONES ENTRE EL JEFE Y LOS SUBORDINADOS

El principio de la concurrencia es admitido sin restric- Lo que distingue al gobierno moderno es el carácter
ción. Ciertamente, la tentación del monopolio y de las pro- personal de las relaciones jefe-subordinados. Como en el
tecciones subsiste, pero es conforme a la regla de juego que mandato jerárquico, estas relaciones están formalizadas y
el poder público se oponga a esta tendencia. reguladas por normas de procedimiento, pero estas reglas
y procedimientos llevan, al mismo tiempo, al par jefe-
Veremos más adelante cómo esta noción de concurren- subordinado a relaciones personales. Así, cada año la regla
cia se aplica a la Iglesia. No es necesario, por otra parte, obliga al jefe a establecer la notación de sus subordinados
justificar que la tentación del monopolio y de la protección siguiendo un orden determinado. Simultáneamente, la re-
acecha tanto a la Iglesia como a la empresa. gla obliga al jefe a discutir la notación con el subordinado,
Se esfuerza en hacer frente a la concurrencia por el es- a comentar oralmente con él sus éxitos, sus puntos fuertes
y sus puntos débiles, a obtener su adhesión a las medidas
tudio sistemático de las necesidades, la innovación, el plan-
de perfeccionamiento capaces de ayudarle a mejorar sus
teamiento permanente de todos los elementos de la empresa,

128 129
puntos débiles. Tocamos aquí un asunto fundamental: el La responsabilidad de los subordinados se enuncia en
coraje de afrontar las tensiones cara a cara. Se adivinan las términos de objetivos que se han de alcanzar. La noción
posibilidades de progreso ofrecidas así, tanto respecto al in- de objetivo se multiplica en cada nivel.
dividuo como a la empresa misma.
El respeto de las reglas es una condición que se ha de
Las comunicaciones jefe-subordinado son intensas. Lle- observar, pero no lo esencial, como en el mandato jerárqui-
van consigo todo el aspecto formalizado que se encuentra en co. Lo que cuenta esencialmente es el resultado.
el mandato jerárquico, pero también numerosas comuni-
caciones informales en profundidad concernientes al per-
feccionamiento del subordinado. Se estima que el jefe y el
subordinado pasan uno frente a otro del 5 al 10 % del VII. LA MOVILIDAD DE LOS DIRIGENTES Y DE LOS CUADROS
tiempo de su trabajo, contra prácticamente nada en el otro
sistema.
El criterio de juicio que preside a las mutaciones y pro-
mociones es esencialmente la eficacia profesional expresada
en términos mensurables.
VI. LAS ACTITUDES DE LOS SUBORDINADOS

En numerosos casos se observa una participación activa VIII. LOS CAMBIOS DE ESTRUCTURAS Y DE ORGANIZACIÓN
de los subordinados en los problemas y las decisiones del
jefe: se establece un espíritu de equipo con ocasión del es-
tudio colectivo de las decisiones. Siendo el gobierno moderno una organización parcial-
La participación se establece en el seno de pequeños mente descentralizada, los cambios de estructura y de orga-
grupos de trabajo, especialmente entre el grupo jefe-subor- nización tendrán frecuentemente un origen descentralizado.
dinados directos.
La decisión final de cambio debe ser frecuentemente
Esta participación contribuye a determinar, frente a los aprobada por un escalón central —después del estudio de
cambios y decisiones de dirección, una actitud de adapta- organismos del estado mayor central—, pero la iniciativa
ción activa. Al nivel de los ejecutantes, la participación descentralizada se rodea de proposiciones de cambio. De una
se realiza frecuentemente de modo menos perfecto, y la forma general, se desea que los proyectos de cambio sean
actitud respecto a los cambios es más pasiva y recrimina- establecidos por los hombres que tienen mayor acceso a los
toria. hechos.

130 131
En consecuencia, los cambios de estructura y de orga- ganización totalmente ordenado a una eficacia pensada
nización son frecuentes; continuamente se operan adapta- según criterios objetivos y mensurables. Gracias a la men-
ciones menores sobre sectores limitados, y también frecuen- surabilidad de estos criterios, el sistema llega a la raciona-
temente son necesarios cambios más importantes. Los ser- lidad y elimina el riesgo del hacer cómodo, del empirismo,
vicios de estado mayor, muy desarrollados a varios niveles, de la improvisación, de la incapacidad, de los juicios dema-
tienen como función elaborar estos cambios. siado pronto satisfechos, de la pereza.
En un mundo en evolución, el cambio es considerado Mientras que el contorno evoluciona, la racionalidad
como normal, y se está equipado para proceder a ello efi- ejerce una presión continua en favor de adaptaciones útiles;
cazmente y sin dificultad. Se dispone de criterios objetivos he aquí por qué este sistema es adaptable, creador, compe-
que permiten hacer pasar el proceso de elección del terreno titivo.
de la palabra al de la racionalidad y la ejecución.
Se manifiesta así la propiedad asombrosa del sistema
de gobierno moderno: su aptitud para operar importantes
cambios de estructura y de organización sin ser obligado
por una alta presión exterior. Esto constituye una diferencia
crucial con todos los otros sistemas de organización, que
son incapaces de modificarse "en frío" y no lo hacen sino
bajo una fuerte presión.
En consecuencia, una estructura de tipo mandato mo-
derno manifiesta una gran facilidad para evolucionar: por
medio de una marcha flexible adapta sin cesar sus diferen-
tes órganos a la evolución del contorno, de las necesidades,
de las mentalidades, de las técnicas, etc.
Una estructura así no envejece: si las condiciones exte-
riores muestran que tal cambio radical sería rentable, este
cambio generalmente es adoptado y aplicado, pues todo de-
be desaparecer ante el imperativo de la eficacia. La estruc-
tura permanece joven, pues regenera constantemente las
fuentes de su competitividad.
En resumen, el gobierno moderno es un sistema de or-

132
133
2. La filosofía del mando moderno

Los principios de una exiomática no significan nada por


sí mismos, y, para un espíritu no advertido, su contenido no
es muy evocador. Es totalmente distinto cuando observamos
la ideología que preside su definición y sus aplicaciones con-
cretas. Es lo que se puede llamar el "espíritu" o la "filo-
sofía" de una estructura. La filosofía del gobierno moderno
se resume en:

1 — La búsqueda de los hechos, el análisis, la medida,


la preparación metódica.
2 — La aceptación de la concurrencia.
3 — La rentabilidad.
4 — La confianza en el hombre.
5 — El juicio por los hechos y los resultados.
6 — La lógica de la evolución.
— la emergencia.

135
I. LA INVESTIGACIÓN DE LOS HECHOS, EL ANÁLISIS, LA MEDIDA, 111. LA RENTABILIDAD
LA PREPARACIÓN METÓDICA

La función social de la empresa es satisfacer las ne-


El primer principio que demanda numerosas técnicas cesidades de los hombres, pero respetando la ley interna
particulares del gobierno moderno es el de una preparación de la empresa, es decir, que los valores producidos deben ser
metódica de la acción: preparación que descansa sobre la superiores a los valores consumidos. En caso contrario,
búsqueda de los hechos, el análisis, la medida objetiva y no sólo la empresa no sería concurrencial, sino que se con-
científica, el uso de procedimientos sistemáticos que con- vertiría en un parásito, ya que sería consumidora neta de
duzcan a la especialización, etc. las riquezas.
Este principio es el resultado de una triple suerte de Algunos pensarán que el cálculo de una rentabilidad
conciencia: es imposible en las actividades de producción no comer-
— conciencia de que el hombre se deja habitualmente cializada, tales como la enseñanza, los hospitales, la de-
guiar por opiniones, impresiones, ideas hechas; fensa nacional, la Iglesia, o las actividades de monopolio,
— conciencia de que la única base objetiva de juicio tales como las telecomunicaciones, el transporte, etc. Uno
resulta de una observación científica de los hechos. de los triunfos del gobierno moderno es haber llegado a
— conciencia de que todo posee una "racionalidad" vencer estas dificultades. El método descansa esencialmente
que se trata de descubrir. sobre los cálculos de cost-efjectiveness y la concurrencia
Lo que no es otra cosa que la virtud de la prudencia. artificial entre soluciones.
Este principio se aplica a todos los estadios de la acción
y a todas las disciplinas.
Rentabilidad y órganos de búsqueda de progreso

II. LA ACEPTACIÓN DE LA CONCURRENCIA


Una de las mejores ocasiones de rentabilidad para una
empresa es la creación de oficinas de investigación de pro-
La concurrencia es aceptada como una contestación per- greso. Son verdaderos laboratorios consagrados únicamente
manente de la verdad del producto que se ofrece, de su in- a la investigación de todo lo que puede favorecer el pro-
terés. Es el único remedio conocido para obligar a la empre- greso y la competitividad de una empresa: recogida de ideas
sa a una perpetua adaptación de sí misma, de la mercancía exteriores, búsqueda de ideas nuevas, utilización de ciencias
que presenta. aparentemente extrañas a los problemas de la empresa,

136 137
perfeccionamiento continuo de todos los elementos que Siendo los hombres considerados como irrespon-
entran en la composición de la empresa. Se realizan así sables, se les ayudará después del error, de ma-
interesantes descubrimientos que tienen como efecto hacer nera que la suerte del que ha caído sea poco di-
a la empresa más competitiva. ferente de la del que no ha caído.
La evolución técnica reciente de la industria se carac- Una decisión se considera tanto mejor cuanto más
teriza por el acrecentamiento de recursos tanto financieros alto sea el nivel en que se ha tomado.
como en personal, consagrados a la investigación, hasta
el punto de que, a veces, se llama a esta evolución la se-
gunda revolución industrial. 2. Concepción moderna

— En su vida profesional, como en su vida personal,


todo hombre es responsable. Se le ayudará a cum-
IV. LA CONFIANZA EN EL HOMBRE
plir mejor esta responsabilidad llevándole a actuar
como un hombre libre, más que encerrándole en
reglas negativas.
El principio de la confianza en el hombre es tal vez el
principio más importante del gobierno moderno. Esta con- — Gozando de más libertad, el hombre será condenado
cepción penetra profundamente las nociones de responsa- a cometer errores, pero ello es normal, y, por otra
bilidad, de error y de sanciones. Pero, para medir mejor la parte, un bien, puesto que el error es una lección,
importancia de esta aportación, es necesario señalar en qué sobre todo cuando es explicada.
se opone esta noción a la concepción tradicional. — Reconocidos como normales, los errores llevan con-
sigo responsabilidad y reclaman sanciones.
— En un sistema de responsabilidad y libertad, el sis-
1. Concepción tradicional tema de sanciones desempeña un papel esencial de
educación y de selección.
— Los errores deben ser eliminados. Siendo los hom- Se ve inmediatamente que esta diferencia de actitud
bres débiles, no sabiendo siempre discernir lo que hacia el hombre conduce a dos tipos de gobierno absolu-
es bueno para ellos o para la empresa, se les pro- tamente opuestos el uno al otro. Presión sobre el hombre
tegerá contra sí mismos por un estricto eticuadra- por una parte, temor, empobrecimiento personal, organi-
miento jerárquico y un conjunto de reglas rígidas zación autoritaria; desarrollo, sentimiento de libertad,
y detalladas. participación en las responsabilidades, por otra.

138 139
La confianza en el hombre se convierte en el corazón tivas; pero es indispensable que las sanciones negativas
mismo de la filosofía de una estructura; inspira directamente puedan, en los casos graves, aplicarse en todos los esca-
las técnicas de delegación y de dirección por objetivos que lones, sobre todo en los escalones elevados.
consisten en indicar los fines que hay que conseguir, de-
Esta concepción impregna las relaciones jefe-subordi-
jando libertad para escoger los medios. Conduce a la des-
nado. En una organización jerárquica, el jefe manda, pero
centralización de la autoridad, y a veces de las estructuras,
no hay relaciones personales con un subordinado al que no
y a la autonomía de las decisiones. Se acepta el pluralismo
influencia más que por contactos formalizados. En el go-
de las estructuras y de los métodos, que se oponen al uni-
bierno moderno, el jefe tiene con su subordinado relacio-
tarismo o a la uniformidad que deriva del principio auto-
nes frecuentes y personales; examina con él sus resultados
ritario. El dinamismo competitivo se opone a la esclerosis
y sus problemas, observa sus lagunas, le forma, le ayuda
burocrática. Las grandes empresas o grandes instituciones
en las dificultades, le hace participar en las decisiones; le
son hoy inconcebibles sin la confianza en el hombre.
delega lo más posible las iniciativas y, si tiene éxito en
La confianza en- el hombre y la autonomía que se le elevar su nivel de competencia y autonomía, cada uno ve
concede explican la importancia concedida en el gobierno allí un éxito de su acción de jefe.
moderno a la motivación de los subordinados, así como al
estudio colectivo de las decisiones, cuya forma mejor or-
ganizada es la dirección participativa. Todas las técnicas
que recubren y exigen estas palabras y estos principios, y V. EL JUICIO POR LOS HECHOS Y POR LOS RESULTADOS

todas las estructuras de gobierno que de ellas resultan tienen


por efecto movilizar no solamente los brazos, sino los ce-
rebros y la energía creadora de cada uno. Aunque la actitud intelectual (razón prudencial) que
preside la definición de este principio sea exactamente la
La libertad de acción dada al hombre tiene como con- misma que aquella de que se trataba en el apartado I (in-
trapartida las sanciones. Toda organización social debe vestigación de los hechos, etc.), señalemos que aquí la apli-
tener sus sanciones. En el gobierno moderno, las sanciones cación del principio se hace a la acción terminada y a sus
están caracterizadas por el hecho de estar fundamentadas consecuencias, mientras que en el apartado I se hacía cuando
objetivamente en los resultados obtenidos. Deben estar se trataba de la preparación de la acción.
fundadas sobre hechos objetivos y no sobre una apreciación
Se trata aquí de otro trazo, no menos importante, de
subjetiva.
la doctrina del gobierno moderno y lo que podríamos lla-
Si la gestión es eficaz, las sanciones positivas serán mu- mar su carácter "existencial". Con ello se quiere decir
cho más frecuentes e importantes que las sanciones nega- que el gobierno moderno descansa sobre la voluntad de

140 141
independizarse de los juicios a priori, de clasificaciones (o de la Iglesia) y para el progreso del interesado. No hay
definitivas, para practicar, al contrario, juicios objetivos, progreso posible sin toma de conciencia y revisión favo-
fundados sobre una observación de los hechos y de los recida por una explicación leal del jefe, mientras que una
resultados, aplicándose sin cesar en condiciones puestas en indulgencia morosa suprime la ocasión de readaptaciones
cuestión a hombres considerados móviles y adaptables. útiles. Pues, en el gobierno moderno, el hombre se supone
En la mayor parte de las estructuras tradicionales, en adaptable y perfectible.
efecto, se observa una tendencia a juzgar y decidir normas Los mismos dirigentes no están protegidos por el alto
abstractas y fijas, a clasificar a los hombres en categorías nivel que ocupan: ellos también son juzgados por los re-
estables (sociales o "mandarinales"), a venerar la estabilidad, sultados, sometidos a la concurrencia. En el gobierno mo-
a hacer depender el destino de cada hombre de ciertas ca- derno sólo hay un fundamento de la legitimidad de un
racterísticas consideradas esenciales más que de sus posibili- dirigente para conservar su función: la eficacia. Los di-
dades de adaptación y progreso. Esta tendencia descansa sobre rigentes deben, por tanto, aceptar cierta inseguridad,
la idea de que los hombres son poco modificables y contra que no tiene, por otra parte, efectos desastrosos, pues la regla
esto no se puede hacer nada. He aquí por qué el gobierno de movilidad está admitida y permite a cada uno llegar
moderno, no teniendo confianza en el hombre, en su respon- al puesto más adecuado, y el mundo está lleno de oportu-
sabilidad, en el poder de motivación, dispone de muy pocos nidades.
medios de influencia.
En suma, poniendo en acción un sistema de decisión y de
El gobierno moderno exige, por el contrario, un es- evolución fundado sobre la concurrencia y la rentabilidad,
fuerzo y una disciplina constantes para juzgar y decidir es decir, en definitiva, sobre la eficacia, el gobierno moderno
según los hechos, las cifras, los resultados, único medio de organiza las tensiones que seleccionan a los hombres, los
escapar al dogmatismo o a la fantasía y de llegar a las forman. Simultáneamente, siguiendo la doctrina de las
realidades cambiantes. Esta actitud no puede ir sin la com- relaciones humanas, elimina las tensiones inútiles o perju-
pañía de principios y de métodos de análisis y de medida, diciales. En tal sistema la tensión se convierte en una ley
de concurrencia y de rentabilidad. Se prolonga normalmente de la empresa, pero esta tensión, consistiendo en un ob-
por una "filosofía" de la vida profesional y social del jetivo que se ha de conseguir, con autonomía en los medios,
hombre: cada hombre está construido por la experiencia, es una tensión en la libertad, un estímulo y no un temor,
formado por las pruebas, dotado de plasticidad y dinamismo, la ley misma de la vida y del progreso.
capaz de evolucionar, artesano de un destino que no está
limitado por ninguna barrera a priori.
El uso de sanciones positivas y negativas es una con-
dición indispensable para la buena gestión de una empresa
143
142
VI. LA LÓGICA DE LA EVOLUCIÓN
que necesita demasiado tiempo, demasiados gastos y el pro-
ducto llega demasiado tarde.

El gobierno moderno se inspira, en todos sus aspectos, Los métodos de análisis de los valores no serán, por
en el fenómeno de evolución técnica, económica, socioló- tanto, los mismos en un gobierno jerárquico y en un go-
gica, y se deriva de la necesidad de adaptarse a él. bierno moderno.

El principio de evolución, al cual obedece el gobierno El gobierno jerárquico descansa sobre la idea de la
moderno, se traducirá, pues, por los preceptos y actitudes estabilidad de la sociedad, de las instituciones, de los hom-
siguientes: bres. En consecuencia, la principal cualidad, buscada por
e! mandato jerárquico, será la estabilidad de las reglas, de
— Se concede un lugar preeminente a los esfuerzos de
las funciones, de las soluciones, de los productos.
previsión y de una previsión sobre todos los aspectos
de la actividad. De ello se derivan los estudios del Para el gobierno moderno, la principal cualidad a la
mercado, los planes a largo plazo, la creación de que está ordenada toda la institución es la utilidad y una
oficinas de previsión, etc. utilidad adaptada a cada período de la evolución. Esto no
impide que el gobierno moderno busque la calidad, pero no
— El principio de evolución exige la flexibilidad de
la busca a todo precio, porque sería contrario a la ley de
las orientaciones, la movilidad de las estructuras y
concurrencia y de rentabilidad, y la noción de cualidad es
de los hombres.
una noción variable.
La amplitud de los medios consagrados a la investigación
Para un dirigente del gobierno moderno, el producto,
será la prueba de la preocupación de no sufrir pasivamente
esta realidad central y objeto de la gestión, no es mensu-
la evolución, sino de seguirla activamente. El método de
rable con apelaciones simples y definitivas. ¿Puede decirse
tensión en la libertad se aplica muy particularmente a este
que un producto es bueno, malo, costoso, atraaivo? Para
terreno de la investigación y a los investigadores mismos.
el responsable del gobierno moderno estos juicios no tienen
El concepto mismo de evolución conduce al gobierno mucho sentido, pues están llamados a modificarse con el
moderno a renunciar a la perfección: la noción de perfección tiempo. Lo que importa es que el producto esté en equilibrio
no tiene sentido más que en un universo estático y pura- dinámico con los productos concurrentes directos o indi-
mente intelectual. ¿Qué es, en nuestros días, un producto rectos animados por esfuerzos variados de promoción y
perfecto? Todo es relativo a las presiones exteriores de la mejora, con los productos precedentes y los productos si-
época, del costo, de la serie, de la urgencia, etc. El per- guientes en preparación, equilibrio sin cesar perturbado por
feccionismo impide el progreso, retarda la rapidez de adap- la aparición de hechos nuevos, técnicos o económicos, de
tación, es causa de ineficacia; además, no es rentable, por- nuevos descubrimientos. La gestión eficaz de una serie de

144 145
productos exige una visión prospectiva y dinámica de los La emergencia
elementos de una situación evolutiva cuyos puntos clave
no aparecerán sino más tarde y que cesarán, por otra parte,
de ser puntos clave el día que sean percibidos claramente. El principio de la evolución hace reconocer la impor-
La toma de conciencia desplazará entonces más lejos el tancia de los fenómenos de emergencia. La evolución mo-
problema. Se comprende que tal actitud dialéctica da una derna, efectivamente, se caracteriza por las discontinuidades
considerable ventaja a las empresas que la poseen, pero cualitativas que introduce la aparición de formas nuevas:
no da jamás la certeza tan cara al gobierno jerárquico. técnicas nuevas, productos nuevos, leyes nuevas que rigen
Estas leyes y estas exigencias de la evolución explican por a los fenómenos.
qué hombres inteligentes y documentados (de la Iglesia o La emergencia aparece cuando los problemas alcanzan
del sector profano), pero formados en las generalizaciones cierta masa crítica de complejidad: se plantea entonces
estáticas, están inclinados a buscar siempre las soluciones un problema de dispersión. Supongamos una gama de pro-
mejores, pero son siempre reacios a la lucha. ductos; aparecen productos de características especiales;
se desarrollan: la emergencia se concreta en la decisión del
Este renunciamiento a la consecución indefinida de la
mando de crear una nueva unidad de gestión para encar-
perfección exige el establecimiento de planes a largo plazo.
garse de estos productos. O también: en el seno de los ór-
Aquí también los prácticos del gobierno moderno reconocen
ganos de la estructura de una empresa son tratados múl-
la imperfección de sus planes. Saben que en el curso de
tiples problemas; cierto tipo de problemas toma progre-
la ejecución numerosos elementos vendrán a modificar la
sivamente más amplitud y complejidad: la emergencia se
trayectoria. Saben que la ejecución del plan no se hará
traduce en la decisión de crear un órgano propio destinado
siempre a la misma velocidad, porque se ejercerán en di-
a tomar a su cargo este tipo de problemas. La emergencia
ferentes campos múltiples oposiciones concurrenciales, opo-
puede también traducirse en una modificación más pro-
niéndose al progreso regular y armonioso del plan. Así,
funda de la estructura, que suprime o atenúa el problema
pues, de estas oposiciones es todavía obscura la dialéctica
considerado.
y, por tanto, imprevisible la salida. Cuidan, por tanto, de
dejar al plan la mayor flexibilidad en la ejecución, lo que En cada caso la emergencia tiene por fin reducir el
no quiere decir, por otra parte, apartarse del plan. El ver- tratamiento del problema a más simplicidad, por medio
dadero mérito de un plan no es proporcionar datos o cifras de una estructura dotada de una función de síntesis. Estas
a los 5 ó 10 años, muy contestables, sino obligar a detec- estructuras deben ser móviles, pues los datos se modifican
tar y medir los hechos presentes que condicionarán el de- sin cesar. El gobierno moderno debe comprender o adi-
sarrollo del porvenir. vinar la lógica de su evolución.

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VIL ALGUNAS CONSIDERACIONES GENERALES 3. Necesidad de transformar nuestra visión de las cosas

La gestión eficaz en un ambiente en evolución supone


1. Un orden social
una transformación intelectual. El fundamento de esta trans-
formación intelectual reside en la búsqueda objetiva de la
Se puede indicar que la observación de los principios racionalidad. Ahora bien, la noción de objetividad y de
del gobierno moderno va más lejos que una simple eficacia racionalidad es muy diferente según que se la conciba en
ele la empresa o de una institución; llega a constituir un un tipo de gobierno jerárquico o en un tipo de gobierno
orden social: orden imperfecto e incompleto, porque el moderno. En el gobierno jerárquico, objetividad y raciona-
gobierno moderno no tiene por misión ordenar toda la lidad son concebidas según un análisis estático de los ob-
vida del hombre; pero orden racional y democrático que jetos, de los hechos o de los hombres; por esto hablamos
impone ciertas disciplinas y tensiones, que, por sí mismo, de una "filosofía de las esencias". El gobierno moderno
anima a todo el hombre a dar libremente lo mejor de sí no olvida, por tanto, el análisis de las esencias, pero co-
mismo y a conseguir su desarrollo poniéndose eficazmente loca estas esencias en su ambiente natural de vida o de
al servicio de sus semejantes y del progreso general. acción y en un ambiente que está en evolución. La consi-
deración de los aspectos esenciales de una esencia aparece,
pues, mucho más objetiva, lo mismo que es mucho más ob-
2. No consideremos como definitivo el gobierno moderno jetiva la racionalidad de la acción que se desarrolla.

Se comprende que esta transformación intelectual exige


No cometamos el error que reprochamos a las formas hombres que modifiquen su actitud frente a la vida y los
de gobierno jerárquico: creer que el gobierno moderno ha hombres, que modifiquen su moral de trabajo, su modo de
encontrado su formulación definitiva y que no tendrá que pensamiento e incluso su cultura.
evolucionar. Los principios básicos parecen bastante estables,
pero sería volver a caer en una actitud estática y dogmática
creerlos inmutables. Es necesario estar atentos sin cesar a
los hechos nuevos, a las aproximaciones que se revelan más
eficaces; intentar sin desánimo perfeccionar los métodos; ha-
cer periódicamente la revisión de la validez de nuestros
conceptos generales. Así ayudaremos a la empresa o a la
institución que servimos a practicar sin cesar un gobierno
más eficaz.

148 149
3. La fisiología del mando moderno

En las páginas precedentes hemos presentado los prin-


cipios generales del gobierno moderno. Nos queda ver en
qué modalidades de ejecución se encarnan estos principios.
No olvidemos que el gobierno moderno no consiste
en una, sino en varias fórmulas, cada una de las cuales
se refiere a los mismos principios, pero, como todo lo que
es dinámico, rehusa dejarse fijar en una presentación defi-
nitiva.
Hemos señalado para los principios esta posibilidad de
evolución; vale ello también para las modalidades prác-
ticas de aplicación. Las recomendaciones que vamos a se-
ñalar no pretenden tener, por tanto, más que un valor
relativo. La buena gestión, en efecto, no está determinada
automáticamente por las técnicas —actitud mecanicista y
estática—; es fruto de una tensión permanente que orienta

151
a los responsables y a los técnicos hacia la adaptación y 1. Medidas de competitividad
el progreso; las estructuras, técnicas, esquemas competi-
tivos son aquellos que son concebidos para organizar, de-
Medir la calidad de competitividad de algo abstracto,
sarrollar y modular esta tensión. El organigrama de una
como es una decisión, puede parecer una utopía. La garantía
institución tiene importancia, pero más todavía su ins-
se obtiene gracias a lo que se llama "criterios sintéticos"
piración, su "sistema nervioso".
de decisión.
De este sistema nervioso presentaremos cinco articula- Se les llama sintéticos, en primer lugar, porque deben
ciones importantes: poder medir una gran variedad de casos particulares. Por
— el sistema de decisión, este título son el instrumento indispensable que permite
— el sistema de valoración, la descentralización del poder de decisión sin condenar la
— el sistema de sanciones, empresa a la incoherencia. La experiencia ha probado, en
— la organización de tensiones, efecto, que una gestión fundada sobre la centralización de
— el sistema de comunicaciones. las decisiones no puede ser competitiva; es necesario encon-
trar un medio que evite los inconvenientes de la dirección
desde lejos y del individualismo.
Se les llama sintéticos, además, porque están compuestos
I. EL SISTEMA DE DECISIÓN
del análisis simultáneo de tres sectores claves de la empresa:
el provecho, la concurrencia, el desarrollo de los hombres.
La competitividad, primera exigencia de una empresa, — El provecho mide la capacidad de la empresa para
es la resultante de un gran número de decisiones tomadas crear riquezas, es decir, para producir más de lo que con-
a todos los niveles. Cada una, evidentemente, debe poseer sume. Es la medida de la rentabilidad. El criterio de ren-
cierta media de competitividad. Pero ¿cómo saber con se- tabilidad puede ser aplicado a las más diversas decisiones:
guridad que cada decisión posee este grado de competitividad, existe una rentabilidad del dinero y una rentabilidad de
o cómo obtener que se llegue a ella? Esto exige dos con- la acción.
diciones:
La rentabilidad no es la única finalidad de la empresa,
— la existencia de medios de medida, pero es condición de todas las demás.
— la organización de métodos de trabajo. — El criterio de concurrencia es inseparable del de
rentabilidad. La concurrencia puede venir del exterior;
pero puede también existir en el seno de la empresa. Cuando

152 153
se trate de establecer un pían de ampliación de los medios — tener el valor de eliminar todo lo que se revela
de producción, de atribuir una función, de mejorar un pro- duraderamente como no rentable,
ducto, de desarrollar una campaña, es necesario poner en — tener la valentía de realizar todo lo que promete
concurrencia todas las soluciones posibles. El principio de ser duraderamente rentable en la preocupación por
concurrencia se aplica, por tanto, lo mismo a las decisiones las personas, pero recordando sin cesar las exigen-
internas de la empresa. Ninguna parte de la empresa per- cias del progreso y del interés general.
manece eficaz si no está sometida a una concurrencia.
Estos criterios no eliminan todos los errores; eliminan
o disminuyen los errores que provienen de la rutina, de
El desarrollo de los hombres las ideas hechas, del deseo de autoridad, de la fantasía, de
la pereza, de la improvisación. Dan valor a la importancia
Una empresa en la que sólo la cabeza o los principales del servicio, a la racionalidad.
dirigentes "piensan", no puede permanecer largo tiempo
competitiva en una sociedad evolutiva y concurrencial.
Es en todos los niveles de la empresa donde hay que esforzar- 2. Organización de métodos de trabajo o estructuras de
se para resolver los problemas, descubrir las ideas más ren- decisión
tables. Una empresa que quiera ser competitiva se esfor-
zará, por tanto, en reclutar los mejores hombres, en desarro- No basta con disponer de buenos criterios de decisión;
llar todas sus potencias. Los hombres representan el capi- es preciso, además, poder aplicarlos. Esto exige la puesta
tal más importante. Su desarrollo es la garantía del desa- a punto de estructuras y de procedimientos adaptados, que
rrollo de la empresa; puede, pues, servir de criterio en la son:
elección de una decisión.
— el sistema de autoridad,
A este problema del desarrollo de los hombres y de la — la descentralización,
rentabilidad de las decisiones están ligados los problemas — los órganos de estudio de las decisiones,
morales de la justicia social, del respeto y del desarrollo de — los procedimientos de adoptar decisiones,
la persona, pues la empresa competitiva sabe que es costoso — la participación en las decisiones.
ser injusto, romper el equilibrio humano, dejar inutilizadas
las aptitudes. A) El sistema de autoridad

Establecidos los criterios sintéticos, las reglas de una — En el seno de una empresa debe existir un sistema
decisión competitiva se reducen a las dos gestiones siguien- de autoridad. Está habitualmente representado por el or-
tes: ganigrama.
154 155
— Recordemos que en toda empresa una centraÜ2ación ticos (por ejemplo, por zona geográfica, por productos, etc.),
extrema de las decisiones es incompatible con la eficacia. disponiendo cada órgano de objetivos sintéticos mensura-
Un sistema de gobierno burocrático o jerárquico no puede bles y de medios relativamente completos y autónomos.
concebirse más que en un mundo sin evolución. Esta concepción se traduce por una economía de comu-
nicaciones internas y un aligeramiento de la estructura.
B) La descentralización de los poderes de decisión — En todos los casos un poco complejos, la extensión
de los poderes y de las responsabilidades delegadas y las
"Descentralización" significa que los poderes de deci-
modalidades de ejercicio deben ser precisadas por escrito
sión, de adaptación, de innovación deben estar presentes
y constituir un sistema formalizado. Esta formalización
en los principales órganos de la estructura, en lugar de
evitará los malentendidos, subintración de responsabilidades,
ser confiscados por un aparato exterior a este cuerpo o por
confusiones, incertidumbres y sus consecuencias: decisiones
la sola cabeza.
arbitrarias, conflictos, frustraciones, baja del nivel de ra-
— La descentralización debe ser selectiva, es decir, que cionalidad.
ciertas decisiones serán tomadas en la base, y otras deberán — El esquema de funcionamiento es el de la dirección
ser tomadas en la cumbre. Las decisiones tendrán, a pesar por objetivos. Así es como se realiza la delegación de res-
de todo, la coherencia necesaria si son iluminadas, de una ponsabilidades, en contraste con la teledirección centrali-
parte, por los criterios sintéticos, de los cuales ya hemos zada, propia de las estructuras jerárquicas.
hablado, y, por otra, por los criterios de referencia, consti-
tuidos por las políticas, los objetivos, programas, etc., de la Dirección por objetivos
institución.
La dirección por objetivos es la más eficaz, pero exige
— La delegación supone el derecho al error dentro
también un esfuerzo mayor y medios especiales. En una
de ciertos límites. La concepción perfeccionista conduce
empresa, en efecto, los dirigentes no están automáticamente
lógicamente a la teledirección, pero, al contrario, la ausen-
dirigidos hacia un fin común.
cia de sanciones lleva a la irresponsabilidad. La delegación
descansa en la confianza, justificada por un esfuerzo previo Por el contrario, por su naturaleza, un asunto contiene
de selección y de formación. Participa a fondo en el desa- tres causas posibles de mala dirección:
rrollo de los hombres, obteniendo que cada uno realice
— La especialización de la función de la mayor parte
plenamente sus potencialidades.
de los directores:
— La descentralización puede ser tanto más amplia si Es conocida la historia de los tres picapedreros a
se han reagrupado las diferentes funciones por fines sinté- los que se pregunta lo que hacen: "Me gano la vi-
156 157
da", dice el primero; "tallo piedras", dice el se- Todo jefe, a cualquier nivel, desde el director hasta el
gundo; "construyo una catedral", dice el tercero. capataz de producción, tiene necesidad de objetivos clara-
Este último es un verdadero "director". mente definidos. Estos objetivos deben:
— La estructura jerarquizada de la dirección, que hace — precisar qué resultados debe obtener la unidad con-
que el subordinado, por temor, prefiera no hacer siderada directamente bajo las órdenes del jefe;
nada a hacerlo mal. — precisar qué contribución se espera de este jefe y de
— Las divergencias en las ideas y en el trabajo, y el su unidad para ayudar a las otras unidades a alcan-
aislamiento que resulta para los diferentes escalones zar sus objetivos;
de la jerarquía. — definir la participación que este jefe puede esperar
de otros grupos para ayudarle a alcanzar sus propios
La historia de los ciegos que encuentran un ele- objetivos, los cuales deben englobar el desarrollo
fante es menos conocida. Enseña cómo cada uno ve del personal, de los cuadros dirigentes, de los di-
la empresa (el elefante) según sus funciones. El ca- rectores, y ser establecidos a corto y largo plazo.
pataz de fabricación se acerca a una pata del ele-
fante y dice: "He aquí un árbol." La dirección téc-
C) Los órganos de estudio de la decisión
nica es el ciego que toca el vientre del elefante y
cree que es un hundimiento. La dirección superior
Las decisiones de buena calidad suponen una preparación
toca la trompa y cree que es una serpiente: imagen
bien planteada. Una preparación bien planteada supone
de todas las dificultades y contrariedades que en-
la existencia de oficinas especializadas.
cuentra un director.
En la medida en que las decisiones son descentralizadas,
Cada escalón y cada miembro de un equipo tiene ne- los órganos de estudio de las decisiones serán también des-
cesidad de tener su punto de vista particular para realizar centralizados.
su tarea; pero estos puntos de vista son tan diferentes que Estos órganos podrán ser:
personas que hablan del mismo asunto no se dan cuenta de
— oficinas permanentes, que constituyen los estados
ello y creen frecuentemente hablar de lo mismo cuando se
mayores, ligados a cada nivel de autoridad o a cada
hallan a mil leguas.
función según su importancia;
Una dirección eficaz debe guiar las miras, los juicios y — oficinas temporales, establecidas para el estudio de
los esfuerzos de todos los cuadros superiores hacia un mismo un problema determinado, constituidas por espe-
fin y asegurarse que cada director subordinado ha compren- cialistas diferentes y complementarios procedentes
dido bien los resultados que se esperan de él. de diversos servicios.

158 159
La misión y el programa de cada oficina serán precisa- bierno jerárquico, la participación es una de las mejores
dos por escrito. explicaciones de la eficacia del gobierno moderno.
El postulado de la participación es el que sirve de fun-
damento a la democracia, por eso se llama también "demo-
D) Procedimientos de toma de decisión
crático" al gobierno moderno. El fundamento democrá-
Los procedimientos de toma de decisión deben ser orga- tico es la creencia de que todo hombre es capaz de juzgar
nizados, es decir, formalizados, de manera que: las cosas que le conciernen; su juicio no es infalible, pero
se perfecciona por el ejercicio y por la percepción de las
— las decisiones descansen sobre los hechos. Los pro- consecuencias; el hecho de participar en las decisiones de-
cedimientos deben, por tanto, favorecer el recurso termina una conducta más responsable y más eficaz.
a los hechos: detección, análisis, valoración;
El método de participación se diferenciará según que
— para las cuestiones en las que se dispone de criterios se trate de decisiones cuyos efectos:
definidos, de hechos completos y precisos, las de-
cisiones serán calculadas: es el estudio analítico y — afecten rápida, directa y personalmente al sujeto,
racional el que determina la decisión; — afecten al sujeto sólo con un retraso importante
— para las cuestiones que no pueden ser planteadas o por caminos indirectos,
como una ecuación, las advertencias y los juicios — no afecten jamás al sujeto de forma objetivamente
de los responsables competentes serán confrontados identificable.
y sopesados. Hemos estudiado ya esto cuando hablamos de partici-
El procedimiento debe conceder una amplia parte a la pación directa, indirecta y lejana.
participación, la cual debe existir igualmente en el caso
precedente.
II. EL SISTEMA DE VALORACIÓN

E) Participación en las decisiones

Siempre que es posible, la buena gestión exige la par- Se puede decir que la empresa moderna o competitiva
ticipación de los subordinados en las decisiones. Bien condu- oscila constantemente entre dos polos. Nadie comprendería
cida, la participación permite una información más completa, la naturaleza de la empresa moderna y de dónde viene su
decisiones mejor adaptadas, una mejor motivación, una eje- fuerza si no conociera la existencia de estos dos polos. El
cución mejor y más ágil. Desconocida en el sistema de go- uno es este máximum de libertad que deja a los dirigentes

160 161
y a todos sus miembros; el otro es el rigor científico de sus La valoración de los hombres
métodos de trabajo. La organización jerárquica intenta pre-
venirse contra los errores de sus miembros; la organización
moderna pretende prevenirse contra sus propios errores. La exigencia lógica de la eficacia, de la competitividad
De aquí su preocupación de medir todo lo que es mensura- o incluso de la justicia exige que cada persona, directivos
y ejecutivos, sea perfectamente valorada en función de los
ble, y es asombroso todo lo que llega a medir.
servicios que rinde actualmente o puede rendir en el futuro
Antes de la decisión, mide la situación; después de la a la empresa.
ejecución, mide los resultados. En la empresa moderna el
sistema de evaluación es acompañamiento obligado del sis- El principio es claro, justo; la aplicación es mucho más
tema de decisión. ¿Cómo saber exactamente si la decisión es delicada, y, no obstante, debe ser realizada, aunque sea con
justa? ¿Cómo saber si los resultados responden a lo que medios imperfectos.
se esperaba? ¿Cómo saber en definitiva si la empresa sigue Distingamos la evaluación del hombre actualmente en
siendo competente? el trabajo y la valoración de sus potencialidades.
El sistema de valoración deberá ser objetivo, cifrado
cuando es posible; deberá recaer sobre todos los aspectos A) Valoración del hombre en el trabajo
de la gestión, sobre todas las actividades; deberá situarse
en todos los niveles de responsabilidad. Esta valoración debe hacerse de modo periódico y, des-
de luego, sistemático. Comprende:
Partiendo de que el sistema de valoración cubre tantos
aspectos, ningún manual da a la vez todos los tipos posibles — el estudio de los resultados. Este estudio debe reali-
de valoración. Se limitan habitualmente a tres tipos, con- zarse sobre la base de la correspondencia de estos
cerniendo a: resultados con los objetivos, tareas, normas, etc.,
señalados por el jefe. Si el mismo jefe ha formaliza-
— la evaluación económica, do bien la tarea que confía a un subordinado, la
— la evaluación técnica, valoración puede alcanzar un alto grado de objeti-
— la evaluación de los hombres. vidad;
Dejemos las dos primeras, de menor interés para la — la apreciación de los comportamientos y métodos.
Iglesia; nos detendremos sólo en la tercera. Esta valoración es mucho más subjetiva. No obstan-
te, no debe ser olvidada, porque tal deficiencia en
el comportamiento o el método puede ser causa
de resultados futuros mucho más mediocres.

162 163
Para una mayor objetividad es recomendable no refe- muy aleatorio y sumamente imprudente confiar a alguien
rirse más que a hechos concretos y verificados. Conviene un puesto de gran responsabilidad sin haberse rodeado antes
también conceder más importancia a los resultados que de todas las garantías ofrecidas por los métodos del go-
a ciertas deficiencias secundarias. Si es posible, el jefe pro- bierno moderno y las de las ciencias humanas.
cederá a esta valoración con el concurso de una persona En resumen, toda empresa debe hoy formular y poner en
que conozca bien al interesado. práctica un sistema de valoración que, sin gozar de virtud
En la doctrina del gobierno moderno, el jefe discutirá infalible, sea, no obstante, un guía bastante seguro; ¡mucho
con el interesado la valoración que se le concede. En el curso más seguro, desde luego, que su ausencia! .
de la conversación, la actitud del jefe deberá ser siempre
positiva. Deberá, en particular, proponer medidas concre-
tas de perfeccionamiento.
III. Kl. SISTEMA DE SANCIONES

B) Valoración de las potencialidades


Una estructura eficaz descansa sobre un sistema de san-
Aunque más difícil de realizar, esta valoración se reve- ciones. Pero ¿por qué el hombre tiene necesidad de san-
la necesaria en dos ocasiones: ciones?
— cuando se trata de establecer planes de desarrollo
individual o colectivo. Hemos visto que era una
de las principales condiciones de competítividad; 1. Fundamento moral de la sanción
— cuando se trata de promover una función.
La promoción de una función plantea siempre un grave Una sanción expresa las consecuencias lógicas de un
problema; el problema es tanto más importante cuanto acto. Nuestros actos nos siguen: es la consecuencia de nues-
más elevada sea la responsabilidad. tra libertad y, por tanto, de nuestra responsabilidad. Respon-
sables de nuestros actos, debemos soportar sus consecuencias.
El sicólogo dispone de datos abundantes para fundar
su juicio sobre las potencialidades de un individuo. Estos Si no existieran las sanciones, efectivamente, ¿qué nos
datos son todos proporcionados por la empresa, y por el llevaría a corregirnos? ¿Cómo conoceríamos que debemos
mismo individuo; son los resultados de tests, etc. El sicó- corregirnos? La cadena no tiene fin, en la conciencia más
logo no está más adelantado para esto, pues queda un tra- perfecta, con un detrimento doble:
bajo de interpretación que hacer, y la interpretación conser- — del individuo, que queda privado de un medio de
va siempre una parte de incertidumbre. Por otra parte, sería progreso;

164 165
de la empresa, que queda privada de una fuente A pesar de todo, las empresas competentes han llegado a
considerable de eficacia. fijar sistemas de sanciones incluso para los actos que no
tienen relación directa con una producción de objetos men-
surables.
2. Un sistema de sanción impide la arbitrariedad

4. ¿Cómo fijar un sistema de sanciones?


Si las sanciones quedan a la libre elección del jefe o a
su apreciación personal, es fatal que exista algo de arbi-
trariedad y, por tanto, de injusticia. Las sanciones no cum- El fundamento racional de un sistema de sanciones
plirán entonces su papel positivo, sino que, por el contrario, se encuentra en el establecimiento:
destruirán la confianza y la motivación. — de criterios de decisión, apoyándose éstos sobre cri-
terios:
He aquí por qué se requiere un sistema de sanciones,
fundado en la aplicación de una regla de juego enunciada • de rentabilidad ( = eficacia)
de antemano y conocida por todos, establecida, si es posi- • de concurrencia (comprendiendo la exclusión
ble, con la participación de los que le estarán sometidos. del fraude, del privilegio, de los derechos adqui-
Volvemos a encontrar aquí el principio de la constitución ridos, de la negativa a la movilidad),
democrática, en virtud del cual nadie puede ser sancionado — de sistemas de valoración objetiva.
sino aplicando una ley anteriormente promulgada, en la
Sobre tal fundamento es posible construir un sistema
elaboración de la cual el ciudadano ha podido participar
de sanciones que, sin pretender ser perfecto, sea coherente,
directa o indirectamente.
explícito, objetivo y constituya, al mismo tiempo, la indis-
pensable característica de una estructura competente.

3- La aplicación es difícil
3- ¿Es preciso aplicar sanciones en niveles jerárquicos
elevados?
Si el principio es fácil, la aplicación es difícil. ¿Cómo
sopesar exactamente, en efecto, la responsabilidad de los
individuos, incluso cuando se trata de productos materiales Es indispensable, por las mismas razones que justifican
que salen de la empresa? Se puede fácilmente calcular el la utilidad de las sanciones, que el sistema se aplique a
valor de los productos, pero es más difícil valorar el traba- todos los niveles jerárquicos y que sea tanto más severo
jo que ha servido para fabricar esos productos. cuanto más elevado sea el nivel. Efectivamente, los re-

166 167
sultados individuales que se dan en los niveles más eleva-
por ello, un dirigente debe ceder su cargo —incluso sin falta
dos son los que tienen mayor influencia técnica y moral
grave— si se le juzga realmente menos eficaz que otro.
sobre la gestión de la empresa y sobre el interés general.
Este proceso no garantiza matemáticamente contra los
errores de elección, pero es el único capaz de crear las fuer-
zas que llevan a los poderes de decisión a pesar mejor sus
6. Efectos de un sistema de sanciones decisiones de atribución del poder y a juzgar mejor el mo-
mento en que el poder debe ser retirado. Ayuda a desterrar
Se vuelve a encontrar la verdadera finalidad de )a devolución criterios irracionales, como la amistad, él interés, y a situar
del poder en su lugar exacto algunos criterios muy nobles, en uso en
la Iglesia, tales como la santidad o la caridad respecto a las
Una virtud mayor del sistema de sanciones es estable- personas.
cer una regla objetiva, racional, eficaz y, por tanto, la menos La aptitud para revocar a los dirigentes poco eficaces es
sujeta a contestación, para la devolución del poder al seno una condición esencial de la competencia porque condiciona
de la empresa. la devolución racional del poder. Las empresas competen-
tes no dejan, así, de expulsar de su seno incluso a presiden-
El poder cesa de ser el atributo permanente de una
tes o directores generales.
persona, en detrimento de la institución. Es necesario, por
otra parte, darse cuenta de que incluso si la contestación Se puede comprender mejor ahora que un sistema de
de los actos de esta persona no es oficialmente sancionada, sanciones, basado sobre fundamentos objetivos, aplicado de
esto no impide en modo alguno que la contestación exista arriba a abajo, sin rutina, favoritismo ni abandono, cons-
y que mine la autoridad. El poder vuelve a ser aquello tituye un poderoso factor de progreso.
para lo que existe —una función—, que no está justificada Un sistema de sanciones, en efecto, cualquiera que sea
y mantenida más que bajo condición de eficacia mensura- la modestia de su apariencia, tiene el valor de mensaje
ble por criterios precisos. La institución encuentra su efica- que a todos les recuerda los objetivos esenciales; crea una ten-
cia porque vuelve a encontrar la lógica de las cosas. sión que protege a cada uno contra la tentación de satisfac-
ción o de adormecerse.
Algo importante debe señalarse: no es preciso que una
eficacia menor sea moralmente culpable. Viene a ser mo- Aparecerá mejor también que es en la cabeza donde
ralmente culpable cuando la permanencia en una función las sanciones tienen el mayor efecto sobre la competitividad.
impide la mayor eficacia de otra. Toda acción debe ser, La presión viene, efectivamente, desde arriba. Los subordi-
efectivamente, juzgada por sus resultados, y toda función nados tienen los ojos levantados hacia lo alto, pues es de
debe ser sometida al principio de concurrencia dirigida; allí de donde vienen las órdenes, de donde debe venir el

168 169
ejemplo; si el ejemplo no viene, todo el cuerpo es el que son numerosos, se impone una sanción en la escala inme-
sufre. También los responsables deben, sin cesar, modificar diatamente superior. La buena gestión es un todo; es fru-
los nombramientos de dirigentes hasta que hayan encontra- to natural de una dirección competente a todos los niveles.
do el equipo eficaz o la fusión necesaria. Si el impulso Es normal que una reorganización1 comience por san-
viene de arriba, todo el cuerpo lo seguirá. Lo inverso no ciones negativas.
es cierto.
Pues la competencia es ante todo una cuestión de vo-
luntad: voluntad que hace rehusar toda solución no ren-
IV. LA ORGANIZACIÓN DE TENSIONES
table o menos rentable, cualquiera que sean los cambios
implicados. Es también un efecto de la virtud de la pruden-
cia, porque el objeto de la prudencia es buscar el perfecto
Los sicólogos definen la motivación como "una ten-
ajuste de los medios al fin.
sión a la que la acción apacigua". Fórmula breve y llena de
sentido que significa que:

7. Sanciones positivas y sanciones negativas — una motivación es una fuente de acción,


— no hay acción cuando no hay tensión,
— la acción apacigua la tensión.
Podemos distinguir sanciones positivas (elogios, recom-
pensas, promociones, etc.) y sanciones negativas (amones- Los lectores poco formados en el estudio de grupos se
taciones, supresiones de privilegios, descensos, etc.). asombrarán del lugar concedido a las tensiones en las es-
tructuras competitivas. El ideal ¿no sería, por el contrario,
Las sanciones positivas deben tener más peso que las
eliminar toda fuente de tensión? Esto es olvidar que no
sanciones negativas, a fin de evitar el efecto inhibidor de
puede existir organismo vivo sin tensiones, vengan éstas
un temor demasiado grande. Este efecto inhibidor se debe,
del exterior o se ejerzan en el interior. Eliminar toda ten-
por otra parte, más bien a la forma en que son atribuidas
sión sería condenar a un organismo a la pereza, a la muerte.
las sanciones negativas que a las sanciones en sí. Las san-
Hemos visto de paso algunas de estas tensiones: la con-
ciones negativas son frecuentemente el resultado de errores
currencia, la presión de todas las inercias, de todos los ego-
de dirección: error de promoción, defecto de formación,
centrismos, de la rutina, etc. Para vencer todas estas pre-
mal cálculo de criterios de juicio, etc. Si estos errores son
siones es necesario organizar una contrapresión, un poco
poco numerosos, el gobierno moderno reconoce el derecho
como se presuriza una cabina; es necesario que las tensiones
al error, sin excluir por esto el deber de recurrir a sanciones
negativas; pero éstas serán poco numerosas. Si los errores 1
¿O un aggiornamento?

170 171
interiores sean más fuertes que las que vienen del exterior. ciones humanas no eliminan todas las tensiones; su emi-
Es preciso también organizar y equilibrar las tensiones in- nente e irremplazable función es eliminar las tensiones
teriores, las que provienen en particular de la interacción- inútiles, que de hecho son perjudiciales.
influencia de los elementos de la estructura. La participación ¿En qué se reconocen las tensiones útiles y las tensiones
en las decisiones, la descentralización, los sistemas de va- inútiles?
loración y sanciones, etc., tienen por fin institucionalizar
y equilibrar las tensiones interiores.
Cada uno de nosotros sabe que tiene necesidad de ten- 1. Una tensión es útil cuando:
sión para sostener y centrar su esfuerzo. La fuerza del ideal
debería bastar, pero no somos ángeles; somos hombres que — lleva a acciones útiles. Se sabe ahora que en una
viven en grupo, bajo una autoridad, con pasiones que nos empresa una acción es útil cuando responde a los
llevan hacia el bien y otras hacia el mal. Lo que nos hiere tres criterios de rentabilidad, de concurrencia, de
son las sanciones arbitrarias, las tensiones inútiles, los fi- desarrollo de los hombres;
nes inaccesibles, pero no la tensión misma. Cada uno de — se ejerce sobre un hombre que disponga de todos
nosotros ha comprobado que las obras mejores de su vida los medios necesarios para la acción que se le exige:
las ha realizado en estado de tensión, que no las realizó competencia, claridad de las órdenes, clima de equi-
sin estado de tensión. po, etc.;
— se acompaña de libertad de acción: noción de res-
Pero ¿no es inhumano someter deliberadamente a los
ponsabilidad.
hombres a tensiones? Se puede responder que es el precio
de la competitividad y del progreso, es decir, una cuestión Son tensiones útiles:
de vida o muerte para la empresa y para el individuo. Se
— la conciencia profesional, el respeto de la autoridad;
puede también responder que es propio del hombre y lo que
— el deseo de encontrar la mejor solución, la voluntad
le distingue del animal. El animal siente también tensiones
de resolver un problema;
(en la caza, en la lucha), pero, pasada la tensión, el animal
— la necesidad de participación, la necesidad de in-
recae en la pasividad; no sabe organizar sus tensiones para
tegración, el trabajo en equipo;
obtener un mejor resultado; sus períodos de tensión no
— el sentimiento de saberse juzgado por sus jefes, el
son acumulativos, no son fuentes de progreso.
deseo de ser bien notado;
¿Quiere decirse que este esfuerzo de organización de — la obligación de juzgarse a sí mismo ante el jefe;
tensiones se opone a la doctrina de la relaciones humanas, — la voluntad de ejercer bien su responsabilidad, el
que tienen por objeto eliminar las tensiones? Las rela- deseo de merecer una promoción;

172 173
— - el amor propio de realizar los objetivos en la fecha criminación, las críticas, el mal espíritu, la incertidumbre,
y del modo fijados; el desánimo, el disimulo, en suma, la causa de una gran
— el temor de una sanción; pérdida de eficacia para la institución y de un empobre-
— el sentimiento de un servicio rendido a la sociedad, cimiento del individuo.
etc.
A la inversa de la tensiones útiles, las tensiones inú-
tiles no aportan al interesado el apaciguamiento debido
a la acción; la acción, en efecto, se enfrenta a tantos temo-
2. Una tensión es inútil cuando:
res en el curso de su realización, que acaba por perder
toda virtud de liberación; muy frecuentemente se carga
— lleva a acciones no conformes con los criterios de de peso de nuevas ocasiones de resentimiento, y por tanto
utilidad sostenidos por la empresa; de nuevas tensiones enojosas.
— se ejerce sobre hombres mal preparados para la
En conclusión, el funcionamiento eficaz y liberador de
acción que se les exige.
una empresa supone:
Es el caso del subordinado que no goza de ninguna
participación, que recibe directivas confusas o contradictorias, — el empleo continuo de relaciones humanas a fin
que no es advertido de los cambios, que ignora la utilidad de eliminar las tensiones inútiles;
de su trabajo, que se siente estimado como un mecanismo, — la organización de las tensiones útiles.
que es objeto de sanciones arbitrarias o injustas, que no
tiene ninguna esperanza de promoción, que no es animado
jamás, etc.
V. EL SISTEMA DE COMUNICACIONES
Es el caso de confusión en la definición de responsa-
bilidades, de ausencia de criterios de juicio respecto a la
apreciación de los hechos, la valoración de los resultados; Una de las funciones de la estructura es recoger, ela-
es la ligereza y el autoritarismo en la toma de decisiones, borar, transmitir informaciones. La abundancia y la fluidez
el apego a la función, la ausencia de programa o de direc- de las comunicaciones son la prueba y la condición de la
tivas precisas, etc. eficacia de una estructura.
Para el jefe, es el hecho de rehusar el diálogo, de ser
Los enemigos de una fluidez de comunicaciones son:
puntilloso, difícilmente accesible, de faltarle calor humano,
etc. — el número exagerado de niveles,
Las consecuencias de las tensiones inútiles son la re- — la heterogeneidad de los datos.

174 175
1. El número de niveles grupo bajo un mismo jefe, en un mismo lugar. En apli-
cación de esta regla se agruparán bajo una misma autori-
Siendo las comunicaciones la sangre que aporta la vida, dad todas las actividades que concurran a un mismo ob-
importa mucho no multiplicar sin necesidad los niveles, jetivo. Es el principio de las estructuras para un fin.
lo que tendría por efecto multiplicar los "reíais" de co- En resumen, una triple preocupación debe imperar
municación y hacer más lento el peso de las informaciones. sobre el problema de las comunicaciones:
Conviene igualmente vigilar siempre para que las comuni-
caciones funcionen con agilidad. — trabajar sobre referencias ya unificadas y codificadas;
— unificar y codificar las comunicaciones que no lo
están todavía y pueden estarlo;
2. La heterogeneidad de los datos — tratar en el seno de grupos las comunicaciones no
unificables ni codificables, reuniendo periódica-
mente a este efecto a hombres de diferentes servicios.
Se pone remedio a la heterogeneidad con una unifi-
cación y una formalización lo más generalizadas posibles.
Luchar también aquí contra el perfeccionismo.
Una estructura eficaz intentará disminuir el volumen
de las comunicaciones no unificables ni codificables. Sub-
sistirá siempre, a pesar de todo, cierto volumen de co-
municaciones rebeldes por naturaleza a la formalización.
Son desgraciadamente las comunicaciones más importantes
para la gestión de una empresa, y las que constituyen lo
esencial del trabajo de los mandos. Llevan sobre los ele-
mentos inherentes a toda búsqueda de solución de un pro-
blema nuevo: preparación de un plan de acción, previsión,
solución de un problema técnico o de un problema de per-
sonas, etc. Tales comunicaciones exigen ajustamientos rá-
pidos, un diálogo fácil que no esté dificultado con preo-
cupaciones ligadas al estatuto formal. A este efecto, los
hombres o funciones llamados a intercambiar un impor-
tante volumen de tales comunicaciones serán reunidos en

176 177
PARTE TERCERA

UNA PROSPECTIVA:
LOS CAMINOS DEL PROGRESO
Hemos examinado sucesivamente los diferentes rasgos
que componen la personalidad del gobierno moderno y
ayudan a definirlo.
Se puede señalar a este respecto que entre estos rasgos
algunos pertenecen más que nada al orden moral y corres-
ponden por tanto a actitudes del espíritu: relaciones jefe-
subordinados, aceptación de la concurrencia, confianza en
el hombre, lógica de la evolución, etc. Otros son más que
nada de orden técnico y metodológico: juicio por los he-
chos y los resultados, sistemas de decisión, de valoración,
etc. Otros, en fin, son, a la vez, de orden moral y de orden
técnico o metodológico. La búsqueda de los hechos, por
ejemplo, es, en primer lugar, una actitud del espíritu, pero
esta actitud del espíritu debe concretarse en seguida en un
procedimiento de orden práctico. Lo mismo para las re-
laciones jefe-subordinados, lo mismo para la rentabilidad,

181
para el juicio por los hechos y los resultados, para las san- 1. La investigación de los hechos
ciones, etc.
Parece incluso permitido decir que ningún rasgo del
gobierno moderno escapa totalmente a una doble pertenen-
cia moral y técnica (incluso si una está más marcada que
la otra), de tal modo que es difícil de separar en nosotros el
uso de una técnica del motivo que ha presidido la elección
de esta técnica.
Aportados estos matices suplementarios, no es cuestión
de tomar aquí cada uno de los rasgos del gobierno moderno
a fin de ver cómo pueden aplicarse a la Iglesia. Por una
parte, efectivamente, hemos retenido del gobierno moderno
sólo los rasgos, métodos, principios y técnicas que nos pa-
recen poder concordar con la personalidad propia de la
Iglesia; por otra parte, un estudio más detallado —que
queda por hacer— exigiría no un capítulo, sino varias obras. Teóricamente, y porque somos personas inteligentes,
reconocemos la necesidad de una preparación de la de-
Porque, a pesar de que algunos principios y métodos
cisión gracias a una investigación de los hechos, es decir,
parecen, más que otros, extraños a los principios y méto-
de todos los elementos que pueden entrar en juego en una
dos en curso en la Iglesia, y por esta razón corren el
toma de decisión, a su análisis y a su medida. Llegado el
riesgo de suscitar más asombro, permítasenos entregarnos
momento, olvidamos todas nuestras buenas resoluciones
a algunas reflexiones sobre una y otra de las características
o, lo más frecuentemente, no estamos equipados para po-
del gobierno moderno aplicado a la Iglesia.
nerlas en práctica.

Pensemos, por ejemplo, en un responsable de nivel


elevado, pues es en este grado en el que las decisiones que
se han de tomar son más delicadas y exigen una más seria
preparación. ¿Dónde encontraría tiempo para reunir los
hechos o la documentación necesarios? ¡Cuántas compe-
tencias se le exigen! Pero lo que es imposible para uno
solo, se convierte en fácil para varios si se reúnen en equipo

183
182
I. ÓRGANOS DE ESTUDIOS DE DECISIÓN
de trabajo. De aquí la necesidad en todo escalón importante
de la jerarquía de que exista una oficina de estudio y de
investigaciones, destinada a reunir todas las informaciones Aunque hayamos hablado de la necesidad de reunir los
útiles. hechos a fin de preparar las decisiones y de la necesidad,
Ahora bien, la Iglesia tiene la suerte de contar con un para hacerlo, de equipos de trabajo especializados, interesa
número importante de clérigos, y más todavía de laicos, no confundir oficinas de investigación y análisis con órganos
formados en los métodos de encuesta y de análisis, que sería de estudios de decisión. La oficina de investigación reúne
conveniente reunir y hacer trabajar en equipo. las informaciones y las transmite al jefe; ahí termina su
papel. Al jefe corresponde conocer estas informaciones y
Desgraciadamente, excepto en alguna que otra diócesis tomar su decisión "con conocimiento de causa".
—especialmente en el norte de Francia—, no se utilizan
Pero hemos visto cómo algunas decisiones suponen el
los servicios de estos especialistas más que en circunstan-
conocimiento de tal cantidad de elementos que prácticamen-
cias excepcionales: preparación sociológica de una misión
te es imposible a un solo hombre "dominar" todas estas cues-
general, consulta parroquial, reestructuración de una dió-
tiones y tomar una decisión "autorizada". De aquí la uti-
cesis, etc. Cuando desaparece la ocasión que había hecho
lidad de órganos de estudios de la decisión.
nacer el equipo, desaparece también el equipo. Como si
la toma de decisión no fuese una tarea cotidiana. Parece que se puede encontrar en la Iglesia algo aná-
logo a estos órganos de estudios de decisión: son los Consejos
Para la Iglesia de Francia debemos señalar la aproba- que rodean a todos los que ejercen una responsabilidad:
ción por la Asamblea de Cardenales y Arzobispos, en marzo papa, obispos, superiores religiosos. Recordemos simple-
de I96O, de un Secretariado interdiocesano de información mente la primera e indispensable condición tanto de los
sobre la Pastoral diocesana de conjunto. Los esfuerzos de órganos de estudios de decisión como de los Consejos: una
los promotores de dicho Secretariado tienden actualmente real y auténtica competencia. A este respecto, aprendamos
a hacer relevar el trabajo de éste en las estructuras oficiales de la empresa a llamar a las cosas por su nombre y a exi-
de las regiones apostólicas. Pero el papel de este Secreta- gir de cada función aquello para lo que está hecha.
riado es estudiar la puesta en práctica de una estructura de
Pastoral de conjunto, no la de ayudar al jefe en sus deci-
siones. El paso de una función a la otra no debería ser, no
II. ÓRGANOS DE BÚSQUEDA DE PROGRESO
obstante, tan difícil.

En la búsqueda de una mayor eficacia, el gobierno mo-


derno recomienda la instauración de órganos de "búsqueda

184 185
de progreso". El gobierno moderno asegura, con justo tí- III. LA PREPARACIÓN METÓDICA DE ACCIÓN
tulo, que la existencia de parecidos órganos de investiga-
ción es la mejor garantía del progreso de una empresa, y
que se distingue la voluntad de progreso de una empresa Pensamos tocar aquí un verdadero punto crítico y una
por la importancia de los medios en capital y en personal de las razones principales de una considerable pérdida de
que consagra al funcionamiento de estas oficinas. ¿No se eficacia para la Iglesia.
podría imaginar la creación en la Iglesia de semejantes ofi- La preparación metódica de la acción. La cosa en sí
cinas de búsqueda de progreso? No nos faltan intuiciones misma parece de poca importancia. ¿Qué proporción hay,
importantes —¿por qué dudar de que vienen del Espíritu
en efecto, entre la acción ejercida por el Espíritu Santo
Santo?— en ciertos apóstoles, sacerdotes o laicos. Pero
sobre la Iglesia y una técnica de organización? O incluso,
¡cuántos obstáculos hay que vencer, cuánto tiempo per-
¿se puede establecer una comparación entre la eficacia de
dido, antes de que estas intuiciones lleguen a encontrar
las oraciones y de los méritos de las almas santas que viven
—cuando llegan— la audiencia que merecen y lleguen
en la Iglesia y la de una modesta ley de la acción? ¿Cómo es
a servir a la Iglesia! ¡De qué cementerio de ocasiones per-
que tantas exhortaciones, directivas, dirigidas por la je-
didas está así hecho el camino de la Iglesia! Pensemos,
rarquía a los clérigos y al pueblo fiel —exhortaciones y
por ejemplo, en los esfuerzos heroicos, en la paciencia incan-
directivas que es legítimo suponer han sido también inspi-
sable, en el espíritu de fe (¡incluso!) que ha sido necesario
radas por el Espíritu Santo—, encuentran tan poco eco y
a aquellos que han tenido "ideas" que han acabado por
obtienen tan pocos resultados? Pues un jefe de empresa
triunfar y por convertirse en bien común de la Iglesia:
da también órdenes, promueve directivas que son seguidas
un P. Lagrange, ya nombrado, un P. Lebret, para no hablar
más que de los muertos cuyas ideas han "triunfado". Y y encuentran más eficacia, ¿es que en el apostolado sería
todos los fundadores de órdenes. Pero, para algunas ideas más difícil? En el apostolado el resultado es difícil; incluso
que han triunfado, ¡cuántas han muerto en el camino! A escapa completamente al apóstol. Pero la acción que precede
esto pondrían remedio en parte los órganos de búsqueda de no es más difícil que cualquier otra actividad humana. El
progreso. Espíritu Santo conserva toda su fuerza, pero ha querido
tener necesidad de los hombres. Si los hombres no prestan
su participación, ¿cómo podría el Espíritu Santo ejercer
la acción que ha querido ligar a la de los hombres?

Es que la acción tiene sus leyes, y desconocerlas es con-


denarse a la ineficacia, o al menos a una gran pérdida de efi-
cacia. Una de estas leyes es la preparación metódica de la
acción. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que, si yo, res-

186 187
ponsable, quiero que mis subordinados ejecuten una direc- a fin de poder asegurar a lo largo del programa que la
tiva, no basta con que promulgue esta directiva. Efectiva- acción sigue su curso. Estas son algunas, entre otras, de las
mente, es posible que muchos no la comprendan o que la leyes de la acción.
comprendan mal: ¡es tan difícil comprender el pensamiento
¡Pero todo esto lo sabemos! Entonces una vez más,
de un hombre a través de una palabra! Otros querrían
¿por qué no lo hacemos? Confieso que es un problema que
ejecutar esta directiva, pero toda suerte de obstáculos o de
me preocupa desde hace largo tiempo. A este problema creo
dificultades (falta de tiempo, de formación, etc.) se oponen
encontrar dos principales explicaciones, por otra parte muy
a su deseo y les llevan a no poder obedecer. Y tantas otras
próximas la una a la otra:
ra2ones... O bien, otros comienzan a poner en práctica
esta directiva y después, abrumados por sus ocupaciones, — el inconsciente y soberbio desdén del intelectual
la olvidan. Y como la directiva en cuestión no ha sido nu- por las cuestiones prácticas. Efectivamente, una vez
trida de los medios de control, el responsable no puede saber que hemos removido muchas ideas, pronunciado
si sus órdenes son cumplidas y no tiene la posibilidad de muchas palabras, aprobado luminosas resoluciones,
intervenir. Y las directivas pasan el cementerio de las buenas imaginamos la cuestión arreglada, el problema re-
intenciones. suelto;
— no conocemos en realidad las leyes de la acción,
Supongamos, por el contrario, un responsable que co- incluso aunque estemos íntimamente persuadidos
noce las leyes de la acción. Este responsable quiere dar una de conocerlas. ¿Dónde las habríamos aprendido,
directiva. Comenzará por estudiar las diferentes acciones por otra parte? Pues no se inventan; se aprenden.
concretas que supone la ejecución de esta directiva. Si
falta un escalón, ello puede ser el grano de arena que blo- De aquí procede, creemos, que tantas directivas de la
quee toda la máquina. Para cada una de estas acciones se Iglesia, tantas decisiones de los responsables, tantas conclu-
esforzará por prever los obstáculos, dificultades que puede siones de las visitas canónicas, tantas resoluciones de Capí-
encontrar, así como el concurso, ayudas, soluciones aptas tulos provinciales o generales permanezcan prácticamente
para vencer esos obstáculos, para resolver esas dificultades. inoperantes, porque nadie se ha preocupado suficientemente,
Habiendo establecido "lo que hay que hacer", buscará no se han pensado en preocuparse de los medios concretos
"quién debe hacerlo"; es decir, que repetirá las tareas, pues y prácticos de hacer efectivas esas directivas, decisiones, con-
todos no tienen la misma responsabilidad, todos no tienen clusiones, resoluciones.
que hacer o no pueden hacer lo mismo. Fijará en particular Pequeño problema, mucho menos importante en su
un calendario de ejecución con fechas apropiadas para orden que el de la santidad personal del sacerdote y del
cada fase de la operación. Finalmente, una de sus tareas militante, pero problema, creemos, también totalmente ne-
más importantes: se fijará para sí mismo medios de control cesario. "¿Quién es el que, queriendo edificar una torre,

188 189
2. La apreciación de la rentabilidad
no se preocupa primero de saber si tiene los medios para
edificar esa torre?" Esto siempre lo sabemos. Es algo co-
nocido. La respuesta también es conocida.
Dadme, por el contrario, una pequeña idea, muy humilde,
muy modesta, pero estableced para ella un verdadero plan
de acción en el que todo esté previsto: medios, obstáculos,
calendario, control, etc. Esta idea tendrá mucho más efecto
y poder transformador que una idea mucho más bella, que
entusiasme a las masas, pero carezca de manos y pies por no
ir acompañada de un programa de ejecución. O bien, lo que
viene a ser lo mismo, tomad un responsable que no es bri-
llante, qué no subyuga a las masas con su palabra, que no
sabe actuar con éxito en los congresos —y que no se le
invita, por otra parte—, pero que se preocupa de aplicar
las leyes de la acción; su sector será seguramente mejor or-
ganizado, su acción será mucho más eficaz que la de un Existe para la Iglesia una rentabilidad económica, una
colega aparentemente más "inteligente". Más vale, eviden- rentabilidad apostólica y una rentabilidad de su administra-
temente, tener "ideas bellas" y saber realizarlas, pero un ción.
responsable no tiene necesidad de ser brillante; lo que se
le exige es que sea un buen responsable de gestión. El mun-
do y la Iglesia están llenos de buenas ideas. Y el evangelio.
Basta con recogerlas. Lo más difícil es hacerlas pasar a los I. DE LA RENTABILIDAD ECONÓMICA
hechos. Modestamente, en su lugar, sin olvidar el deber
de la santidad personal ni la eficacia reservada a Dios, el
conocimiento de las leyes de la acción puede ayudar consi- No intentamos sorprender, pero la noción de rentabili-
derablemente, estamos persuadidos, a una mayor eficacia
dad económica es, con frecuencia, tan curiosamente com-
del apostolado.
prendida por los clérigos, que en los ambientes de negocios
circula el siguiente dicho: "los eclesiásticos son la provi-
dencia de las empresas".
¿Por qué esta reputación, compartida, por otra parte,
por las profesiones liberales? Porque ignoramos las leyes
190
191
/
II. DE LA RENTABILIDAD APOSTÓLICA
que rigen el mundo de los negocios. Porque no tenemos
competencia técnica, incluso aunque estemos íntimamente
persuadidos (¿quién no lo está?) de poseerla. Confiamos,
No nos dejemos asustar por la palabra. ¿No buscamos,
creemos en la amistad... mientras que otro dicho, duro co-
de hecho, todos una rentabilidad apostólica? La ventaja del
mo la realidad, es que "en los negocios no hay sentimien-
término, que algunos pueden encontrar demasiado técnico,
tos". Es así como no nos atrevemos a pedir una garantía,
es forzarnos a estudiar con más rigor el problema de esta
viendo en ello un gesto de desconfianza. Poner a varias
rentabilidad.
empresas en concurrencia nos parece deshonesto, y si, por
casualidad, tenemos la audacia de pedir un presupuesto no ¿Cómo se podría expresar la ley de rentabilidad, aplicada
estamos más preparados para ello, porque no sabemos leerla, a la Iglesia? Del mismo modo que se expresa para la em-
y todavía menos discutirlo. Otras razones: el dinero que ma- presa, es decir, que, si el resultado examinado durante algún
nejamos no lo hemos ganado con el sudor de nuestra fren- tiempo no corresponde a los dispendios de tiempo, de es-
te; por ello no$ es imposible representarnos lo que cuesta. fuerzos, de dinero, de personal, etc., que se le ha consa-
O incluso: si líos ocurre "hacer una barbaridad", es decir, grado, vale más ya abandonar la tentativa, ya volver a
hacer un gasto inconsiderado, no soportamos jamás perso- examinar las bases de partida, a fin de, eventualmente, rec-
nalmente las consecuencias. ¿Cómo, en estas condiciones, tificarlas; pero sería ilógico y absurdo empeñarse en lo
aprenderíamos el valor del dinero y a manejarlo como un que parece un camino sin salida. Es probable que, si un jefe
bien que es necesario hacer fructificar? de apostolado se pone un día a examinar, a la luz de este
principio, todas las actividades de que es responsable directa
Pues este dinero que nosotros manejamos, a veces con
o indirectamente, se le impondrían muchas "revisiones en
una inconcebible ligereza, posee la gran dignidad de ser
cadena". Igualmente que la sociedad profana, efectivamente,
un instrumento al servicio del avance del reino de Dios.
la Iglesia no tiene derecho de mantener empresas "margi-
Un instrumento muy humilde en su orden, pero a veces
nales", consumidoras netas de riquezas. Ciertamente, todos
muy necesario. Lo más frecuentemente también este dinero
estos movimientos, grupos de piedad, de espiritualidad o
es un dinero de pobres, es decir, dado por los pobres, lo
de apostolado "hacen el bien", como suele decirse; pero
que representa duros sacrificios, un duro trabajo. Es el
en términos de rentabilidad no es suficiente que una obra
"sudor de los pobres". ¿No merece ser manejado con el
"haga el bien" si este bien no corresponde a lo que se debe
mayor rigor?
esperar de ella o si otros sectores más importantes no están
nutridos del personal necesario. Se plantea entonces una im-
periosa cuestión de elección que no se puede resolver de otro
modo que en términos de rentabilidad.

192 193
1. ¿Es posible en la Iglesia el cálculo de rentabilidad? 2. ¿Por qué no se presta más atención en la Iglesia al
calculo de rentabilidad?
Responderemos primero por un argumento de hecho.
Todos somos capaces de decir si un retiro, una predicación, No queremos decir que se ignore totalmente en la Igle-
una acción apostólica cualquiera han "marchado bien", sia la noción de rentabilidad, pero es cierto que no se hace
como suele decirse, o han "rendido". Somos capaces incluso un uso muy extendido y metódico. ¿Por qué? En primer
de explicar por qué "esto ha marchado bien" o, al contra- lugar, creemos, porque se ignoraba que podía hacerse pre-
rio, por qué "no ha marchado". Pues disponemos de "sig- cisamente un uso metódico. Pero, sobre todo, porque el fe-
nos". Se nos pide precisar mejor nuestros métodos de "cálcu- nómeno de "fracaso" en la Iglesia se percibe menos y no
lo de rentabilidad", de establecer, como la empresa, cri- se siente tan rudamente como un fracaso en una empresa.
terios sintéticos de rentabilidad y sacar la conclusión lógica: Cuando una empresa fracasa se ve inmediatamente: los
detener los gastos o bien revisar nuestros métodos, o, por obreros son licenciados, la fábrica cierra sus puertas, las
el contrario, intentar perfeccionar aquellos que han tenido familias tienen hambre, los comercios quedan amenazados,
éxito. \ la opinión pública es alertada; a veces el obispo desfila con
los obreros. Una actividad apostólica, un movimiento, una
Es evidentemente imposible pesar exactamente el bien obra que fracasan, es decir, que no "rinden" lo que debe-
hecho a las almas, pero no es ésta la cuestión, y esto no es rían rendir, y a veces durante largo tiempo, pueden con-
absolutamente necesario. Basta con que sea posible discer- tinuar subsistiendo indefinidamente y continuar ocupando
nir este bien por signos exteriores. Pues, no siendo espíritus personal sin que las autoridades se alarmen como cuando
puros, la cualidad de nuestra alma aparece a través de nues- se trata de un hecho insoportable y que es preciso detener
tros actos exteriores, y basta con poder juzgar estos actos a cualquier precio. "Todavía hace bien..." Pero, haciendo
externos. Los criterios de juicio serán diferentes según los esto, ¡de qué pesados fardos se carga involuntariamente la
casos examinados (calidad de una parroquia, eficacia de Iglesia!
un apóstol, importancia de un ministerio, etc.), pero serán
siempre suficientes. Lejos de nosotros la idea de ignorar la ley de la cruz
y del fracaso: "Uno es el que siembra, otro el que recoge";
El cálculo de rentabilidad se impone también en la pero, si no se funda el apostolado, es decir, el avance del rei-
Iglesia para juzgar de la eficacia de un responsable en su no de Dios, más que sobre la ley del fracaso, ¿por qué los
función. Los criterios de juicio no son los mismos que para hombres de que Dios ha querido tener necesidad se esfor-
una acción apostólica, pero son asimismo fáciles de reunir. zarían en cultivar su inteligencia y en desarrollar sus dones
naturales si todo esto fuera inútil? El fracaso del aposto-
lado, o al menos lo que parece tal, proviene-de una resis-

194 195
tencia del hombre o de un deseo misterioso de Dios, pero Un ejemplo
parecería absurdo a todo el mundo que el apóstol buscase
voluntariamente el fracaso. En este caso ¿para qué los após- Un ejemplo de la utilidad del cálculo de rentabilidad
toles? ¿Para qué la Iglesia? para la Iglesia es el ofrecido por una encuesta realizada en
En cuanto a mí, humilde autor de estas líneas, y si se la diócesis de Nanterre y concerniente a las tareas sacerdo-
me permite hacer estado de una constatación personal fre- tales. El informe que presenta los resultados de la "Encuesta
cuentemente verificada, una cosa me ha sorprendido siempre. sobre las tareas sacerdotales" se inicia por la declaración
Habituado al mundo de la empresa, no he podido menos siguiente de Mons. Delarue: "La inadaptación de algunas
que darme cuenta del ardor de los jefes de empresa de tareas sacerdotales a las necesidades de evangelización del
hacer "cambiar" a su empresa y, si es posible, desarrollarla. mundo moderno no es un misterio para nadie."
No decimos que semejante ardor no exista entre los após- En marzo de 1967, Jos 420 sacerdotes de la diócesis
toles, pero se puede decir, como ley general, que un jefe fueron invitados a responder a un cuestionario sobre su
de empresa "se rompe verdaderamente la cabeza" discu- empleo del tiempo y el reparto en él de sus diferentes
rriendo para descubrir nuevos mercados, reducir sus precios, tareas. No citamos más que las principales conclusiones:
encontrar capitales, etc. ¿Se puede decir de todo apóstol que
— un volumen de tiempo absolutamente preponderante
él también "se rompe la cabeza" para descubrir nuevos
se consagra a tareas cuya finalidad mira "hacia
caminos de apostolado, hacer rendir más a aquellos que le
el interior", es decir, hacia aquellos que son ya
siguen? La salida no es efectivamente la misma para un
visiblemente miembros de la Iglesia;
patrono y para un apóstol. Para el patrono, asegurar la ren-
— en cambio, las tareas "hacia el exterior" repre-
tabilidad de su negocio es una cuestión de vida o muerte.
sentan una suma de tiempo relativamente muy es-
El apóstol tendrá siempre qué comer: la Iglesia continuará.
casa del conjunto;
Ninguna consideración espiritual cambiará este estado de
hecho, aunque las consideraciones espirituales deben ayu- — la organización de tareas "hacia el exterior" apa-
dar a sobrepasarla. rece bastante poco racionalizada;
— aunque muy puesta en vigor en el lenguaje oficial
Y es de desear que las consideraciones espirituales ha- de la Iglesia después del Concilio, la finalidad
gan que el apóstol sienta él también el problema de la "hacia el exterior" no encuentra en el plan del
evangelización y de su éxito —en la medida en que se sacerdote de parroquia más que un lugar muy li-
puede hablar de éxito— como una cuestión igual de vida mitado.
o muerte para él. "Una cuestión de vida o muerte" no es, Los autores de la información estiman que se podría,
por otra parte, una fórmula; es demasiado verdadera para por investigaciones más precisas, llegar a definir estos tipos
las almas. de empleo del tiempo. Estas investigaciones permitirían
196
197
llegar a soluciones para un mejor reparto de las tareas. a presentar —cuando llega a ello— una rendición de cuen-
Y los autores se preguntan: "Este reparto, tal como es ac- tas, pero no le sigue ninguna acción concreta, pues es cierto
tualmente, ¿corresponde a los fines de la pastoral? ¿Per- que la Iglesia ha llegado hoy día a dominar la técnica de
mite responder a estas 'necesidades de evangelización del las encuestas, pero no todavía a dominar —es mucho más
mundo moderno', a las que hacía alusión Mons. Delarue?" difícil— las leyes de la acción.

Dejando aparte el valor justificativo por sí mismo, del


ejemplo citado, el lector no habrá dejado de notar innu-
merables reflexiones diseminadas en el curso del presente III. RENTABILIDAD DE LA ADMINISTRACIÓN DE LA IGLESIA
estudio. Citemos:
— la actividad sacerdotal aparece, sobre todo, dirigida
"hacia el interior"; El problema de la rentabilidad debe igualmente plan-
— la organización de las tareas dirigidas "hacia el ex- tearse a la Iglesia a propósito de su administración misma,
terior" aparece bastante poco racionalizada (lo que entendiendo por tal el conjunto de servicios, secretariados,
es un caritativo eufemismo); curias, que sirven principalmente, en la situación actual,
— la Iglesia oficial destaca el valor de la finalidad a las relaciones puramente internas de la Iglesia.
"hacia el exterior", pero no se sigue la ejecución; Comencemos por señalar que la noción de rentabilidad,
— toma de conciencia de la necesidad de llegar a una que concierne a la administración de la Iglesia o a cualquier
mejor distribución de tareas; otra sociedad, no puede ser disociada de la de eficacia. La
— investigaciones más precisas permitirán definir los rentabilidad, en efecto, no es solamente una cuestión de
tipos de empleo del tiempo. coste, ya sea ese coste valorado por sí mismo (¿cuánto
cuesta en sí el funcionamiento de un servicio de la Iglesia?)
¿No estaríamos autorizados a pensar que la encuesta
ya sea valorado por relación a la sociedad y a los servicios
de Nanterre es la mejor justificación que se pueda desear
reales rendidos, sino que es también la búsqueda, entre la
de las "teorías" de esta obra? La encuesta de Nanterre
multitud de combinaciones posibles, de los mejores medios,
no es, por otra parte, el único ejemplo de este género.
lo que asegurará la obtención más precisa (eficaz) del fin
Toda la orden de Santo Domingo fue invitada a responder
perseguido por la sociedad.
a una encuesta parecida sobre el empleo del tiempo. Se
Es decir, que la función de organización es también muy
han hecho otras encuestas, más o menos análogas, pero siem-
importante tanto para una administración como para una
pre con el fin de buscar una mejor adaptación (rentabilidad)
"gestión" del apostolado.
del apostolado. Se puede señalar, por desgracia, que dema-
siado frecuentemente el resultado de la encuesta se inclina

198 199
Concretamente esto significa que este servicio no es ya de hecho un "servicio", incluso si
continúa ocupándose del personal y si publica mucho papel.
la reunión de medios, su afectación, la definición de
sus relaciones, el camino de la información y de la Igualmente, las reglas o reglamentos no tienen valor
decisión... constituyen un conjunto de problemas que por sí mismos. No tienen valor más que en la medida en
el responsable debe resolver, porque las soluciones de que su existencia favorece la obtención del fin de la so-
estos problemas determinan el grado de eficacia del
servicio, su coste y su rendimiento, su aptitud para ciedad mejor que lo haría su ausencia o la existencia de otras
adaptarse a las condiciones fluctuantes de los ambientes reglas y reglamentos. Pues puede muy bien suceder que
en que debe desarrollarse su acción.1 "la decisión que toma la administración, la gestión misma
de un servicio, sean muy regulares, es decir, muy confor-
Pues bien, tradicionalmente, este aspecto de las cosas mes al reglamento, pero estén al mismo tiempo mal or-
es ignorado en los sistemas administrativos. Con el pretexto ganizadas, o sean exageradamente costosas, ignorantes de las
de que se trata del "bien público", pero más todavía a necesidades reales de los usuarios".2
causa del tipo de gobierno jerárquico que ha presidido el
establecimiento de tales administraciones, las nociones de Se adivina que la administración de la Iglesia no goza
coste y de rendimiento son relegadas a un rango muy se- de ninguna inmunidad ni de ningún privilegio que le per-
cundario. Encontramos, en efecto, en administración los mitan escapar a los riesgos que acechan a toda adminis-
mismos principios que rigen el gobierno jerárquico, y en tración. Era necesario, por el contrario, que la más alta
particular éste: en administración las reglas jurídicas tienen administración de la Iglesia manifestara algún signo de en-
la prioridad. Esto quiere decir que todo servicio encargado vejecimiento o de inadaptación a su papel para que el papa
de tomar una decisión debe antes asegurarse de que no in- Pablo VI se decidiera a las profundas reformas que cono-
fringe ninguna norma escrita o jurídica. cemos. Algunas curias generalicias o episcopales, algunos
servicios de la Iglesia de menos importancia ¿manifiestan
Es ciertamente necesario que la administración respete parecidos signos de olvido de las leyes de rentabilidad y
y haga respetar las reglas. Está allí para ello. Pero no está de eficacia? Sólo un severo examen realizado con ayuda
sólo para ello. Una administración es un "servicio", como de la ciencia de organización puede permitir responder con
suele decirse; pero un servicio no tiene razón de ser más exactitud a la cuestión.
que cuando "sirve" al fin de la sociedad. Desde el momento
en que se convierte más en una dificultad que en una ayuda
o, sin ser exactamente un obstáculo, desde el momento en
que no ayuda realmente a la sociedad a conseguir su fin,
1
Según "La machine administrative", G. Mignot y Ph. d'Or-
say, ed. du Seuil. O. c.

200 201
3. La valoración de los hombres

Los hombres, es decir, todos aquellos que toman parte


en el apostolado: un responsable, un clérigo, un militante. El
gobierno moderno recomienda que se llegue a "valorarlos".
La expresión puede aquí molestar. Molestará menos si se
recuerda que "valorar" significa simplemente apreciar las
cualidades de cada uno, si se recuerda igualmente que no-
sotros pasamos la vida juzgándonos y haciéndonos juzgar
mutuamente. En realidad, valoramos como si tal cosa, e in-
cluso no podemos impedirnos el hacerlo, ya sea un deber de
nuestro cargo o se trate de un rasgo natural del espíritu
crítico.
Pero, si hacemos la valoración sin saberlo, ¿por qué
hacerlo sabiéndolo? Porque hay casos en los cuales tene-
mos que confiar una responsabilidad, e importa que nuestra
elección sea lo más objetiva posible. He aquí por qué el

203
cillas reglas no son necesariamente observadas. Esto exige
gobierno moderno ha establecido una regla: juzgar por una actitud de espíritu, exige el establecimiento de re-
los hechos y los resultados. glas; esto exige en el punto de partida que el responsable
¿Por qué esta recomendación? ¿Cuáles son en efecto se interese por los hechos y los resultados de cada uno.
nuestros motivos habituales de juicio?
Nos agrada recoger aquí este artículo del reglamento
Seamos claros... y honestos. Todos, cuando vamos a de la Curia del Vaticano:
presentar un candidato, ¿no es, lo más frecuentemente, la
amistad el principal motivo de nuestra elección? Si se tra- Cuando un puesto de la organización está vacante,
ta de elegir a un superior, ¿no nos planteamos ante todo las promociones son efectuadas según las exigencias
la cuestión de si "es agradable para vivir con él"? No nos del oficio, teniendo en cuenta únicamente la capacidad
desentendemos, evidentemente, de otras aptitudes del indi- objetiva y específica para ocupar el puesto en cuestión,
con exclusión de todo otro criterio, comprendido el
viduo para ejercer el cargo para el que se piensa en él,
de la antigüedad en el servicio.1
pero pensamos también que podremos vivir nosotros tres
años, cuatro años bajo su férula, y es humano buscar el
candidato con el cual pensamos que será fácil tener buenas Si, por otra parte, un responsable quiere tener con sus
relaciones. subordinados esa conversación anual recomendada por el
gobierno moderno, en el curso de la cual el responsable
Si, por el contrario, se trata para nosotros de elegir un debe discutir con el subordinado acerca de su trabajo, ¿de
subordinado, independientemente de la amistad, que con- qué provecho será esta conversación si el responsable no
tinúa siendo siempre un poderoso motivo, buscamos alguien tiene otro conocimiento del trabajo del apóstol que el que
con el que se prevé que noXhabrá dificultades. Así se ve a éste le proporciona, a su petición, sobre la marcha?
hombres permanecer toda su vida como superiores porque
se sabe que con ellos la disciplina o la Regla serán siempre La doctrina de la valoración de los hombres según los
observadas. Desgraciadamente, la búsqueda de la tranqui- hechos y resultados no es, en el fondo, más que una apli-
lidad, la amistad y todos los otros motivos tan personales cación de la ley precedente del gobierno moderno: la ne-
no son criterios reconocidos de eficacia, y nosotros estamos cesidad de una investigación de los hechos, del análisis, de
en el plano de la eficacia. la medida. Pero la doctrina de la valoración por los hechos
y los resultados concierne muy precisamente a las deci-
El gobierno moderno dice: "¿Queréis saber si un can-
siones que se relacionan con los hombres: ' un apóstol a
didato es susceptible de ocupar con éxito un cargo? Exa-
minad, en primer lugar, lo que ha hecho. Juzgadlo según 1
Reglamento general de la Curia romana, Título I I I : Pro-
los hechos y los resultados." Esto no es más que una regla mociones, traslados, deposiciones, art. 20, D.C. 21 de abril de 1968,
col. 698.
de simple buen sentido, de prudencia, pero las más sen-
205
204
4. La confianza en el hombre
quien se quiere confiar una responsabilidad, un responsable
o un apóstol con el que su jefe jerárquico quiere discutir
acerca de sus "resultados".

La valoración de las potencialidades

Este aspecto de la valoración comienza, aunque toda-


vía tímidamente, a hacerse lugar en la Iglesia. Es preciso
desear una generalización rápida y organizada. Se adivina el
interés.

¡Cuántos dones, efectivamente, están escondidos en no-


sotros, incluso frecuentemente ignorados por el individuo,
que, identificados y metódicamente desarrollados, podrían
servir eminentemente a la causa de la Iglesia y su misión! La confianza en el hombre es una levadura de eficacia
A partir de cierta edad, en efecto, ¡a cuántos apóstoles no tan importante para la Iglesia como para la empresa. Su
les sucede que se digan: "Tal actitud que ahora discierno utilización es, por tanto, también igualmente delicada. Con-
en mí, ¡cómo habría podido servir todavía más al reino de viene, en efecto, mantener un justo medio entre una gran
Dios, si se me hubiese ayudado a descubrirla antes y a de- iniciativa dejada a los individuos y la exigente necesidad
sarrollarla! " de realizar los objetivos fijados por el jefe. Ayudan a man-
tener este justo medio el ejercicio del control, de una parte,
Sucede también que nos equivocamos o nos creemos fal- la formación en el seno de la responsabilidad, de otra.
samente dotados para ocupar los puestos importantes o para
cumplir tal ministerio. Nos consideramos entonces víctimas ¡La responsabilidad! Tocamos aquí, tal vez, el resorte
de la injusticia; se sufre; se critica a la autoridad, a los mismo de la eficacia. La responsabilidad con su corolario
hermanos. Una investigación metódica de nuestras poten- obligado: la sanción.
cialidades y, si tenemos todavía necesidad para nuestra Así, pues, en la Iglesia existen curiosamente, por un
tranquilidad, ensayos o experiencias destinadas a permi-
lado, una gran amplitud dejada a los individuos, por otro,
tirnos conocernos mejor, hubieran contribuido felizmente
un control de los más minuciosos. Lo más extraño es que
a evitarnos esa frustración y a suprimir esas causas de crí-
la mayor iniciativa dejada a los apóstoles concierne a su
tica.
207
206
bemos tener? ¿Nosotros mismos? El individuo es demasiado
misión más importante: el apostolado, mientras que el con-
mal juez y no se puede ser a la vez juez y parte. No hay,
trol y la presencia del jefe se hacen principalmente sentir
por otra parte, conciencia profesional sino en relación a
en terrenos, a pesar de todo, de menor importancia: admi-
objetivos y normas; pero, si nadie nos fija objetivos y
nistración, disciplina, liturgia, etc.
normas, ¿sobre qué podemos basarnos para juzgar que
La gran iniciativa dejada a los apóstoles en materia de hemos adquirido toda nuestra conciencia profesional?
apostolado manifiesta ciertamente una gran confianza en
Nuestro examen de conciencia corre el riesgo de ser
el hombre, pero ¿no es así, sobre todo, porque la autoridad
muy turbador si identificamos, como parece permitido ha-
no había pensado todavía que la organización del apos-
cerlo, sentimiento de responsabilidad y carácter adulto.
tolado procedía de la función del jefe y era posible? Menos
¿Puede un hombre convertirse en un adulto si no tiene
que una gran confianza en el hombre, esta gran iniciativa
sentimiento de responsabilidad? ¿Cómo tendría ese senti-
manifestaría, pues, una desconfianza del gobierno en la
miento si no es responsable de sus actos? No negamos que
toma de conciencia de su función principal y sería más bien
la responsabilidad que ya ejercemos en el plano adminis-
una anarquía que un modo voluntario de gobierno.
trativo, cultural, disciplinar, ayuda a la adquisición del sen-
La responsabilidad se ejerce, en efecto, en la iniciativa; timiento de responsabilidad, pero es necesario reconocer
pero, si no se propone al apóstol otro objetivo que el muy que esto no es más que una parte de nuestra vida, y la que
vago de ser apóstol (como párroco, como predicador, co- nos exige menos iniciativa. El ideal de un hombre no es
mo consiliario, etc.); si, por otra parte, no se instituye nin- ser funcionario, aunque fuese el más concienzudo del mundo.
gún medio de control que permita al responsable asegurarse
de que los objetivos son normalmente perseguidos, y si no
hay, finalmente, sistema de sanciones, aunque sea el más
humano y el más adaptado a las costumbres de la Iglesia, LAS SANCIONES
¿cómo podría realizarse una educación de la responsabilidad?
La formación espiritual que recibimos durante los años
No pongamos cara de escandalizarnos. En primer lugar
llamados de "formación" ¿es suficiente para hacer de no- las sanciones existen en la Iglesia. El reglamento de la Curia
sotros "responsables"? En primer lugar, no es uno responsa- romana, al que se citó anteriormente, indica igualmente
ble sino ante alguien, pero ¿si no hay nadie frente a no- las sanciones que estarán en uso desde ahora en la Curia.
sotros? Uno es responsable de alguna cosa, pero ¿si nadie Son:
nos determina nuestra tarea...?
— la admonición verbal, la admonición escrita, la san-
¿La conciencia profesional? Pero ¿quién nos asegurará
ción económica,
que hemos adquirido toda la conciencia profesional que de-
209
208
— la suspensión, ponsabilidad, deberá ejercerse sobre él una mayor severidad.
— la exoneración, Es una condición de confianza en la autoridad, por tanto en
— el licénciamiento.1 el orden, pero también de justicia. ¿La primera sanción
a quien no cumple su función con toda la eficacia deseable,
Toda sociedad tiene, efectivamente, necesidad de pro-
o que la cumple con una eficacia menor que lo haría otro,
tegerse contra los errores de sus miembros. La Iglesia no
y a condición de haber sido agotados todos los demás me-
usaba y no había pensado instaurar un sistema de sanciones
dios, es la de ser destituido de su cargo, incluso sin falta
en el apostolado, como lo ha hecho en materia disciplinar,
moral por su parte? En la Iglesia menos que en otros lu-
porque no sabía que el apostolado podía ser organizado, ra-
gares, un cargo no está al servicio de una persona ni es de
cionalizado. El gobierno moderno nos enseña que debemos
su propiedad. Las almas son más preciosas que todas las
poner la mayor racionalidad posible en nuestra acción, pero
riquezas materiales, y a quien no sabe asegurar una ren-
¿no es más que el gobierno moderno el que nos lo enseña?
tabilidad apostólica suficiente se impone la misma sanción
¿No es también una cuestión de justicia y de prudencia?
que al que no sabe asegurar la rentabilidad económica de
Las sanciones forman parte del terreno de la justicia y de
que era responsable. Hay que obrar dentro de la mayor
la prudencia.
caridad para las personas, pero con una caridad igualmente
"Sanción" no es necesariamente castigar. Puede ser, grande para la institución. No por la institución misma,
y será siempre, al comienzo, reflexionar juntos, discutir sino por las almas que a ella corresponden.
juntos, advertir, etc.
Si el hombre de la calle, finalmente, obrero o dirigente
de empresa, es responsable de sus actos, ¿por qué el hombre
de Iglesia, ocupe una alta función o bien no sea más que
un modesto apóstol, no lo sería igualmente? El sacerdote
puede ser tan tentado por la pereza, obrar con tanta ligereza,
como el obrero. El temor de una sanción puede ser también
un buen consejo para él. Imaginarse que las solas moti-
vaciones espirituales bastan para que un apóstol (responsable
o subordinado) despliegue toda la eficacia de que es capaz,
sería mostrarnos ingenuos e irreales.
Pesando sobre el dirigente de la Iglesia una mayor res-
7
Reglamento general de la Curia romana, Título I, D.C.
21 de abril de 1968, col. 705.

210 211
5. La aceptación de la concurrencia

La "concurrencia" para la Iglesia es el laicismo (no con-


fundirlo con el laicado), son todas las formas de materia-
lismo, es el ateísmo militante, son todas las doctrinas que
se apartan de lo que la Iglesia estima ser la ortodoxia. Fren-
te a esta concurrencia, la Iglesia puede tener dos actitudes:
Una actitud de rehusarlas y condenarlas.
Como consecuencia de esta actitud, la Iglesia pondrá en
guardia a sus fieles contra estas doctrinas, esforzándose por
preservarles de todo contacto peligroso con ellas y de toda
contaminación. Actitud defensiva y de repliegue sobre sí
mismo, sobre la que cabe preguntarse si sirve verdadera-
mente a su propósito, pero que no añade nada a la Iglesia.
Una actitud de simpatía y de emulación.
Actitud de simpatía cuando, sin aprobar doctrinas que

213
rotección corre el riesgo un día de revelarse peligrosa pa-
le parecen falsas y peligrosas, la Iglesia busca comprender su propia libertad o la pureza de su testimonio, o que
por qué algunos hombres llegan a adherirse a estas doc- I incitarían a adormecerse en una quietud demasiado gran-
trinas. ¡Todo no puede ser malo en ellas! ¿No habrá, in- , La vida es un combate, y quien no lucha cotidianamente
cluso, en estas doctrinas valores que la Iglesia posee ya en contra las fuerzas de disgregación internas o externas que
sus tesoros, pero que hasta ahora no ha puesto de relieve? amenazan de modo permanente a todo individuo y a toda
sociedad está fatalmente condenado a empobrecerse y a
Incluso cuando los hombres la combaten, la Iglesia
puede usar de la misma simpatía y preguntarse: "¿Por qué perecer.
estos hombres me combaten? ¿No habrá en mí o en el rostro
que muestro de mí misma rasgos que no afectan a lo que
yo considero como esencial y que desagradan a estos hom-
ACEPTACIÓN DE LA CONCURRENCIA Y BÚSQUEDA DE LA PERFEC-
bres, y que ellos tienen tal vez razón para no amarme? " Si la CIÓN
Iglesia, entre paréntesis, estuviera animada de una real vo-
luntad de concurrencia y si estuviera equipada en consecuen-
cia, no tendría que temer que surgieran y tuvieran tiempo de Todo, evidentemente, no puede ser resuelto inmediata y
fortalecerse doctrinas que se oponen a ella. Gracias a sus rápidamente, pero, y es aquí donde interviene la doctrina del
oficinas de investigación (y de previsión), a sus órganos gobierno moderno, que prescribe no buscar a toda costa
de investigación y de progreso, tendría la posibilidad de
Ja perfección •—causa de pérdida de tiempo y por tanto
detectar a tiempo las necesidades a las cuales estas doctrinas
de "rentabilidad" o utilidad—, hay momentos en que la
pretenden responder, y ella respondería la primera y de
Iglesia habría podido tener interés en declarar francamente:
modo mucho más satisfactorio. Si existiese, igualmente, una
eficaz red de comunicaciones, todo el cuerpo de la Iglesia "En el estado actual de nuestros conocimientos propios
participaría en esta atención a los hechos, que permitiría (teológicos, exegéticos, morales) y de los de la ciencia pro-
descubrir a tiempo los problemas. fana, he aquí lo que creemos ser la verdad o la conducta que
se ha de seguir."
De toda la doctrina, en fin, opuesta a la suya, la Iglesia
Pensamos, efectivamente, que sería mucho más leal,
podría hacer un estimulante y una incitación, sea a profun-
más sabio, más útil en definitiva no retardar indefinidamente
dizar en su propia doctrina, sea para utilizar lo que, en la
doctrina opuesta, le aparezca como positivo y enriquecedor. una respuesta con el pretexto de que no se posee todavía
plena certeza —¿dónde existe certeza definitiva fuera de
La aceptación de la concurrencia apartará también a la la materia de fe?—, lo mismo que puede ser extremada-
Iglesia de buscar o aceptar por espíritu de facilidad todo mente peligroso presentar como definitiva una verdad que
concurso o alianza —de individuos o gobiernos— cuya está sujeta a cambio, cuando, además, la experiencia ha de-
214
215
mostrado ya suficientemente en el pasado la inutilidad y el 6. La lógica de la evolución
peligro de parecida actitud.1 Sometiéndose de este modo a
la ley de la concurrencia y a la de la evolución, creemos
que la Iglesia tendría las manos más libres para modificar
rápidamente tal opinión o tal práctica, en lugar, en el es-
tado actual de las cosas, de estar obligada a emplear mucho
tiempo en operar reformas o revoluciones necesarias, lo
mismo que, formados en los mismos sentimientos, los
fieles, los clérigos y los mismos responsables encontrarían
menos resistencia en aceptar los cambios impuestos a la
Iglesia por la evolución.

La lógica de la evolución, para la Iglesia, consiste en


saber que la sociedad evoluciona a una velocidad vertigi-
nosa y, por consecuencia, en dotarse de un tipo de gobierno
1
Hagamos alusión aquí a todas las dudas de la autoridad, cuya agilidad la haga capaz de seguir esta evolución e
en cualquier grado que sea o de cualquier clérigo que se trate, incluso de preverla.
sea para aprobar ciertas experiencias (litúrgicas, apostólicas), ciertas
doctrinas, ciertas reformas, sea, por el contrario, para desaprobarlas,
con el pretexto de que la autoridad no ha formado todavía
Si hay un hecho que asombra al espectador, éste es la
su opinión, que los espíritus no están todavía maduros, etc. Cier- extrema lentitud de la Iglesia para evolucionar y adaptarse
tamente, la Iglesia no será jamás demasiado prudente, ¡pero el
mundo evoluciona con tal rapidez! ¿No se cubren, a veces, por
a las condiciones que la rodean. Hemos atribuido esta len-
el contrario, con el nombre de prudencia hábitos de lentitud he- titud a un tipo de gobierno jerárquico que la Iglesia prac-
redados del pasado y debidos más a la ausencia de medios de es- tica desde hace largo tiempo.
tudio y de acción adecuados o a nuestro amor exagerado a la
perfección? Por no citar más que un ejemplo anodino, que no he-
rirá a nadie y que no concierne más que a este problema de len- Afortunadamente muchas cosas están en trance de
titud, ¿es, por ejemplo, normal que una decisión tomada en Francia evolucionar también en la Iglesia, y una voluntad común
por la alta autoridad eclesiástica no llegue regularmente a aquellos
que concierne, en un departamento de ultramar, sino al cabo de de cambio comienza poco a poco a dibujarse y afirmarse.
tres meses, cuando esta decisión, confiada al correo aéreo antes del No obstante, se puede pensar que esta voluntad de cambio
mediodía, podía llegar a su destino, a causa de la diferencia horaria,
a media tarde del mismo día? acelerará considerablemente su movimiento cuando la Iglesia

216 217
tenga más conciencia del hecho de la evolución extremada- tación de este instrumento y buscar constantemente el per-
mente rápida que gobierna el mundo y de su propia ina- feccionarlo. Pues la mentalidad de los hombres evoluciona,
daptación a esta realidad. así como los métodos de trabajo, que adquieren cada día
Creemos que aquí está el nudo de la cuestión. Efecti- más racionalidad y técnica. Evolucionan también los pro-
vamente, una vez que el responsable de la Iglesia haya toma- blemas, que exigen nuevos métodos de observación y de
do conciencia de la rapidez de esta evolución, comenzará aprehensión.
por quedar impresionado por los problemas que esta evolu-
ción le plantea. Después de la impresión, se preguntará ¿Sueño imposible? Repito: ideal que debemos perseguir,
cómo puede llegar a aprehender estos problemas mientras al cual no nos aproximaremos jamás completamente, pero
son todavía fáciles y cómo puede hacerles frente antes de que no es menos necesario perseguir por ello. ¿"Rompe-
que cristalicen en situaciones que rápidamente será imposi- cabezas"? Hemos visto que las empresas que quieren ser
ble transformar. Entonces comprenden mejor que esto plan- concurrenciales también se "rompen la cabeza" para adap-
tea un problema de grupos de investigación dedicados al es- tarse a la evolución. ¿Por qué los responsables de la Iglesia
tudio de esta evolución y de sus diferentes componentes: no habrían de tener rompimientos de cabeza a su vez,
sociales, económicos, políticos, culturales, de diversiones, por lo que es para ellos una misión mucho más importante
etc., así como de sus consecuencias pastorales. Pero esto que la que consiste en producir riquezas materiales? Pen-
no basta. Se preguntará: ¿qué haré yo de estas informa- semos en serio en la inteligencia, en la fineza de procedi-
ciones si mi propio gobierno no es capaz de utilizarlas y mientos, en la "organización" de las empresas industriales
de utilizarlas a tiempo? Es necesario, por tanto, que de rango internacional. Admiremos cómo al lado de mé-
transforme mis métodos de trabajo y los de mis subor- todos y procedimientos técnicos de vanguardia, saben uti-
dinados, a fin de colocarlos a todos bajo el signo de lizar todas las aportaciones de la sicología, de la sociología
la rapidez y de la eficiencia. ¿Cómo hacerlo? Esto supone tanto para el gobierno de su personal como para el des-
un problema de unificación de las informaciones, de métodos cubrimiento de las motivaciones de los clientes eventuales.
mecanografieos, de fluidez de las comunicaciones, de des- O para el lanzamiento de una campaña de publicidad. ¡Qué
centralización de la autoridad, de estructura, de organización, genio! ¡Qué tensión permanente para descubrir nuevos
y, sobre todo, tener un nuevo estado de espíritu y darlo métodos de trabajo, nuevos procedimientos de fabricación,
a todos mis colaboradores. Entonces, tal vez, dispondría etc.! Comparemos con los métodos empolvados de tal
yo de un instrumento apto para llenar su función. ministerio de la Iglesia secular o regular —no hablo de
la Curia romana, actualmente en curso de reorganización
Se dirá también: cuando me haya constituido este ins- según métodos y principios completamente "industriales".
trumento de trabajo deberé, si quiero respetar la lógica Reconozcamos —nos agrada señalarlo— que los grandes
de la evolución, interrogarme constantemente sobre la adap- responsables de la Iglesia están más y más inclinados a

218 219
la racionalidad y tecnificación de su trabajo y que les ha para él "jurisprudencia", y se refieren a estos precedentes.
ocurrido muchas veces invitar a organizadores industriales Desgraciadamente la historia no se repite nunca exac-
a fin de aprender con ellos las "leyes de la acción", como, tamente del mismo modo, y la experiencia del pasado no
por lo que se refiere a Francia, en las dos sesiones anuales sirve siempre para la solución de problemas nuevos.
de plano nacional (obispos, vicarios generales, teólogos Sin despreciar la experiencia del pasado, el responsable
delegados de las regiones) o en sesiones regionales. Se puede, dialéctico busca menos referirse a reglas preexistentes que
pues, decir que la autoridad, en general, ha sido conquistada a comprender el problema, es decir, a buscar los princi-
por los nuevos métodos de trabajo, pero será necesario pios que rigen este problema. Estos principios existían tal
bastante tiempo antes de que el espíritu pase a través de vez en el pasado; pero, estando las situaciones completamen-
todos aquellos que están implicados en la reforma que te transformadas, el modo de aplicarlos no puede ser el
hay que realizar. No obstante, no hay otra condición para mismo. Tocamos aquí lo que constituye el fondo y la señal
permanecer fiel a la lógica de la evolución. misma de la actitud de espíritu dialéctico.
Para el dialéctico, en efecto, la vida es esencialmente
móvil. En realidad no son más que los fenómenos los que
cambian; las naturalezas permanecen las mismas. Pero, al
1. LÓGICA DE LA EVOLUCIÓN Y LÓGICA DIALÉCTICA EN LA IGLE-
SIA saber que las apariencias, y no sólo las apariencias, sino
los atributos exteriores de las cosas, cambian, esto trans-
forma considerablemente la visión de las cosas y tiene im-
Hemos visto que la lógica de la evolución concierne portantes consecuencias. Tomemos algún ejemplo:
no solamente a las estructuras y a toda la organización
interna de un gobierno, sino que es igualmente una actitud
del espíritu. Es a ello a lo que hacíamos alusión cuando 1. La crisis del reclutamiento sacerdotal
distinguíamos lógica "estática" y lógica "dialéctica". Las
estructuras de un gobierno no pueden, por otra parte, obe- "Intensifiquemos nuestra oración", dirá el respon-
decer a la lógica de la evolución si no precede una toma sable estático. "Es el Señor el que nos ha enseñado a
orar para pedir obreros para la mies. Recordemos a las
de conciencia. Pero ¿qué significan lógica estática y lógica familias sus responsabilidades. Organicemos Jornadas
dialéctica, aplicadas a la Iglesia? Es simplemente una ma- de Vocaciones."
nera de abordar los problemas.
El responsable dialéctico dirá:
Frente a un problema, el responsable estático piensa,
en primer lugar, en referirlo a las reglas. Busca los puntos "Es muy enojosa esta crisis de vocaciones. Desde hace
largo tiempo se recitan oraciones, pero ello no impide
de referencia en el pasado. Casos similares o análogos hacen
221
220
que los seminarios se despueblen. Los 'viejos' medios ya no le impide existir. Poco importa igualmente que el
no rinden. Objetivamente estamos en un atolladero. número de sacerdotes 'desgraciados' no sea importante,
Debemos, ciertamente, continuar orando, pues la ora- no es su pequeño número lo que hace que no haya
ción tiene su eficacia; pero la persistencia del mal ¿no problema.
es señal de que el Señor quiere que encontremos ca-
minos nuevos? ¿Cuál es este problema? ¿Cuáles son las causas?
¿Cuál es su extensión? He aquí lo que se pregunta el
¿Qué caminos? ¿Ordenar a hombres casados? ¿Res- responsable dialéctico. Sabe, en efecto, que un problema
tringir la ley del celibato? ¿'Desclerificar' al clero, no es un desorden, sino el signo de un desorden. Con-
como dicen algunos? ¿Trabajo profesional de los sacer- viene, por tanto, estudiar este desorden como un hecho
dotes?, etc. El dialéctico no descarta a priori ninguna y buscar las causas. El remedio se desprenderá del es-
solución. tudio de las causas. Pero remitir a los que se quejan a
No descarta, claro está, lo que constituye para él la una terapéutica antigua, con el pretexto de que ha
definición esencial del sacerdote y de su papel: el hom- dado resultados otras veces, es injusto e ineficaz. In-
bre de oración, intermediario entre Dios y los hombres; justo, pues ¿por qué suponer que la virtud y el es-
pero nociones como la tradición, las disciplinas ante- píritu sobrenatural de estos sacerdotes son menores
riores, no tienen para él ningún sentido. Lleno de obje- que los de los sacerdotes que no se lamentan? Ineficaz,
tividad, respeta los motivos que fundamentaron una porque lamentos y críticas no son necesariamente una
tradición y justificaron disciplinas, e intenta conservar prueba de indisciplina y de falta de espíritu sobrenatu-
los valores positivos si los tienen todavía, pero su aten- ral. En primer lugar, son un derecho. Puede incluso ser
ción a estos valores no se funda únicamente sobre el el camino para un bien mayor. Pueden ser la oca-
hecho de que otras veces se hacía así, pues sabe que no sión."
estamos en otras veces, sino ahora."
Y esto para todos los problemas de estructuras o de
personas que se plantean a la Iglesia.
2. La "enfermedad" de los sacerdotes
Por parte de su actitud de espíritu, el responsable dio-
cesano no se deja detener por ninguna novedad. Ninguna
"Pero ¿de qué tienen que quejarse?", dirá el res- osadía le asusta. Estas palabras no tienen para él, por otra
ponsable estático. "Es una falta de espíritu de discipli- parte, ningún sentido. Todo lo que pide es que lo que al-
na y una falta de espíritu sobrenatural. Que vuelvan,
gunos llaman "novedad", "osadía", sirvan mejor al fin
por tanto, a los viejos buenos métodos de sus años de
seminario, y su 'enfermedad' desaparecerá." de la Iglesia. N o ama la novedad ni la osadía por sí mismas,
pues tiene buen cuidado, como para todas las cosas, de
El dialéctico dirá, por el contrario: pesar cuidadosamente sus decisiones con la ayuda de los
"Si se quejan es que hay un problema. Poco im- criterios sintéticos de juicio. También sus soluciones son
porta que el problema sea un "falso' problema; esto siempre nuevas (ecce nova jacio omnia) porque la evo-

222 223
lución exige soluciones nuevas; sus soluciones son más ma. Es la razón de la rigidez que caracteriza el gobierno
eficaces, porque son más adaptadas. jerárquico.
No hay ni novedad ni osadía para el responsable dia- Fue ciertamente la autoridad, el papa Juan XXIII en
léctico porque todo el gobierno, su espíritu, sus métodos, aquellos momentos, el que concibió la iniciativa revolucio-
son jóvenes. No aparece, en efecto, como novedad ni osadía naria de reunir un concilio, verdadero fenómeno de emer-
más que lo que rompe con prácticas antiguas. Para el respon- gencia... Así, esta iniciativa pareció a todos revolucionaria,
sable dialéctico, el "aggiornamento" es, como lo expresa mientras que la emergencia no suscitaría ningún asombro
la etimología de la palabra, un asunto de todos los días y si fuera un modo ordinario de gobierno.
una acción cotidiana.
Por el contrario, lo más frecuentemente, la institución
jerárquica no dispone de organismos de aprehensión de la
II. LA EMERGENCIA. EN LA IGLESIA realidad que la hagan más sensible a los sucesos, no dis-
poniendo tampoco de criterios sintéticos de juicio que le
permitan apreciar una situación o las soluciones que se le
El principio de emergencia consiste en crear una estruc-
propone; la concepción de la autoridad misma hace que la
tura especial para todo problema que alcanza una "masa
autoridad no admita más que con reticencia que la verdad
crítica". En otras palabras, a todo problema nuevo debe
puede venir de abajo. Sin embargo, es a los individuos más
corresponder un "equipo" para resolverlo. próximos a esta realidad y a los que su modo de ser hace
El principio de emergencia es una consecuencia de más sensibles a los problemas que plantea, a los que co-
la lógica de evolución. Es uno de los principales factores rresponde señalar que un problema o una situación han
de agilidad de una institución. llegado al estado de "masa crítica".

Un ejemplo típico de emergencia fue la creación de lo Así, fue un individuo el que estuvo en el origen de los
que se denomina los movimientos de Acción Católica. Se nuevos métodos de estudio crítico de la Sagrada Escritura;
puede citar igualmente la experiencia de los sacerdotes fue un individuo el que estuvo en el origen de la Acción Ca-
obreros, la fundación de las órdenes religiosas, congrega- tólica especializada; fue otro el que estuvo en el comienzo de
ciones, institutos, los seminarios, las conferencias episco- la experiencia de los sacerdotes obreros; otro el que estuvo
pales, etc. La Iglesia es rica en fenómenos de emergencia. en el comienzo de una doctrina del desarrollo repetida
por la encíclica "Populorum progressio", otro el que es-
¿Podemos, no obstante, hacer algunas precisiones?
tuvo en el origen de un nuevo tipo de misiones parroquiales,
En el gobierno jerárquico, la iniciativa de una emer- otro el que estuvo en el comienzo del movimiento ecumé-
gencia proviene más del individuo que de la autoridad mis- nico, etc.

224 225
Y ciertamente el profetismo, del que la emergencia titutos entregados a un fin muy restringido, a propósito
puede aparecer como una manifestación, puede correspon- del cual el estudio anterior de la corriente de evolución
der tanto a los individuos como a la institución, pero sería general habría hecho observar que este fin estaba llamado
seguramente un fenómeno inquietante si sucediera que el a desaparecer en un corto período o a cambiar completa-
profetismo sea más el hecho de los individuos que el de mente de fisonomía, lo que planteará la cuestión de la su-
la institución. En realidad no habría ningún inconveniente pervivencia de obras o institutos que han perdido su razón
si la institución fuese apta para utilizar inmediatamente de ser. A veces, incluso, existían obras o instituciones, con
(después de un tiempo conveniente de estudio y de ex- porvenir más asegurado, que habían sido creadas para el
periencia) toda propuesta que venga de los individuos. Pero mismo fin, pero lo habían olvidado. ¿No habría sido más
el gobierno jerárquico, rechazando instintivamente toda económico y más eficaz que estas obras o institutos vol-
novedad, no estando, sobre todo, equipado para pesar con vieran a tomar conciencia del fin para el que habían sido
exactitud y seguridad los problemas que le plantea o las creados? Pues no debemos perder de vista la dificultad que
soluciones que le propone, transcurre un largo tiempo experimenta una institución para desembarazarse de or-
antes de que la emergencia sea reconocida, aceptada y entre ganismos que han perdido su utilidad.
en la estructura. Muy frecuentemente incluso, se le cons- La emergencia es en sí un bien y una necesidad; es
truye un estatuto aparte porque no se sabe cómo integrarla necesario que el órgano donde nace sea concebido para
orgánicamente en la estructura oficial, y la doctrina del recibirla e integrarla plenamente.
gobierno jerárquico, por otra parte, se opone a ello.

Se adivinan los inconvenientes:


— pérdida de tiempo antes de que una iniciativa sea
oficialmente aprobada;
— retardo sobre el hecho, que no espera para desarro-
llar sus efectos;
— ausencia de autoridad de la nueva estructura;
— sobrecarga de la institución en organismos paralelos,
persiguiendo misiones paralelas, en lugar de hacer
aprovechar al conjunto de "tomas de conciencia"
fecundas.
Incluiríamos aquí, particularmente, si bien no es más
que una opinión personal, la creación de obras, de ins-

226 227
CONCLUSIÓN

PARA UNA ESTRATEGIA DEL CAMBIO

En la presentación del gobierno moderno, el lector


habrá observado ciertamente que los principios que definen
el gobierno moderno no son, en el fondo, más que prin-
cipios de sentido común que no importa quién haya podido
encontrar y reunir en una teoría del gobierno. En cuanto
a lo que figura como "técnicas", parece igualmente que
se resumen todas en sencillos consejos de prudencia. Pue-
de entonces surgir el asombro: ¿por qué no se han cons-
tituido antes estas doctrinas del gobierno?
Creemos haber mostrado suficientemente que era ne-
cesaria antes una larga evolución de las mentalidades, así
como un desarrollo de las ciencias humanas, de las del go-
bierno en particular.

229
2. Necesidad de una planificación
Pero suponemos que la autoridad en la Iglesia esté
a estas alturas convencida de la utilidad para ella de adoptar
esta mayor racionalización de la acción y de los métodos Volvemos a encontrar aquí la necesidad de una pre-
que se admira en el gobierno moderno. Quedan por hacer paración metódica de la acción.
algunas indicaciones referentes a lo que podríamos llamar
Planificación debe entenderse en el sentido más rigu-
una estrategia del cambio.
roso, es decir, el más técnico. Nada impide, más bien al con-
trario, que la Iglesia comience por experiencias limitadas;
pero es necesario que se sepa bien desde el comienzo que
1. El gobierno moderno debe ser aceptado como un todo
estas experiencias forman parte de un plan de conjunto
que será integralmente aplicado cuando la autoridad juzgue
Cuando el gobierno moderno comenzó a ser conocido, llegado el momento.
muchas empresas y sociedades fueron las que quisieron apro-
Independientemente, en efecto, de los méritos de la
vecharse de sus ventajas. Creían que les bastaría con adop-
planificación, importa mucho que la "oposición", si existe,
tar tal principio o tal método del gobierno moderno para
quede advertida de que la hora de la discusión ha sido ce-
conocer a su vez el mismo éxito. Los hechos demostraron
rrada y que no queda más que una actitud: la ejecución.
que era un error. El gobierno moderno es un todo. Querer
extraer técnicas que nos seducen, abandonando las que no De todas las primeras operaciones de la planificación dos
nos agradan, es correr fatalmente al fracaso. Se compren- concernerán, evidentemente, a la preparación de los espí-
derá mejor si se recuerda ló que hemos dicho de la interac- ritus y a la formación de los responsables.
ción-influencia o desarmonías entre procedimientos. La
Iglesia deberá tener cuidado, si quiere aprovecharse de
las ventajas del gobierno moderno, de recordar que es un 3. Proveerse de concursos profesionales
problema de todo o nada. Que recuerde en particular esta
advertencia del profesor Leavitt: "Introducir una subes-
tructura democrática en el cuadro de una estructura prin- No habiendo sido formado el eclesiástico en el tec-
cipal de tipo jerárquico y autoritario conduce fatalmente nicismo y requiriendo ciertas funciones una técnica alta,
a dificultades."1 es indispensable que la Iglesia se rodee de los concursos
profesionales necesarios. Estos concursos le serán útiles no
solamente durante la fase de poner en práctica nuevas es-
tructuras o nuevos métodos de trabajo, sino incluso de modo
1
H. J. Leavitt, "Journal of business", vol. 28, n.° 1, enero habitual. En el comienzo de la operación, estos concursos no
1955.

230 231
podrán provenir más que del exterior, pero es de desear — de apatía, porque se duda de las motivaciones que
que la Iglesia disponga muy pronto de clérigos aptos para imponen el cambio o de la legitimidad misma del
cumplir esta función. No actúan de otro modo las empresas cambio.4
que quieren ser competitivas, que comienzan por contra-
Muchas dificultades esperan, pues, a los responsables,
tar los servicios de especialistas y, si pueden hacerlo, se
pero nadie duda que sepan aceptarlas.
crean sus propios especialistas.

5. El tecnicismo no lo es todo
4- La partida no será fácil de jugar
Aunque hemos precisado este punto al comienzo, parece
Cuando una sociedad ha estado habituada durante largo oportuno volver sobre ello al fin de este estudio.
tiempo a vivir bajo un tipo de gobierno jerárquico o auto- El aumento de la caridad continúa siendo para el após-
ritario, "los responsables que quieren comportarse sú- tol (y el responsable) "la fuente de todo apostolado", es
bitamente de una forma democrática encuentran una re- decir, la primera condición de una eficacia del apostolado.
sistencia considerable por parte de los miembros del grupo. La búsqueda de la caridad no excluye, juzgamos in-
Estos últimos, en efecto, no pueden admitir fácilmente cluso que exige, la búsqueda de todos los medios humanos
que no tengan ya que temer a la desaprobación de su jefe de eficacia. La prudencia sobrenatural, efectivamente, no
ni de su actitud competitiva por lo que a él se refiere".2 puede despreciar las exigencias o los descubrimientos de
la prudencia natural, como la gracia no destruye la na-
Likert precisa, por su parte,3 que estas reacciones serán
turaleza.
de dos órdenes:
Esto significa que sería errónea la actitud del que, en-
— de agresividad, sea porque el subordinado experi-
contrando demasiado complicadas las técnicas del gobierno
mentará la necesidad de mostrar un resentimiento moderno, se refugiara como consuelo en una llamada mís-
contenido durante largo tiempo, sea porque desee tica o búsqueda de santidad personal. También sería errónea
probar la sinceridad del responsable.
4
(Esta agresividad tendrá más ocasiones de manifes- N o tiene otra explicación la llamada "crisis" que atraviesa
actualmente la Iglesia. Un mejor conocimiento de las ciencias hu-
tarse si el cambio se introduce demasiado rápida- manas, de aquellas en particular que conciernen al estudio del go-
mente o si es impuesto de modo autoritario). bierno, devolvería a ciertos hechos o "contestaciones" su exacta di-
mensión, al mismo tiempo' que debería permitir al gobierno y a
la autoridad una útil autocrítica e insuflarles un más ardiente
2 deseo de ponerse a aprender y a aplicar los principios de un
H . J. Leavitt, "Journal of business", vol. 28, n.° 1.
3 auténtico "gobierno moderno".
R. Likert, o. c.

232 233
la actitud del que se imaginara que los mejores métodos de Al lector
acción o de gobierno resolverán todos los problemas, en
particular el de la santidad. Sin ser comparable a una marejada, este género de es-
tudio encuentra cierta audiencia, puesto que las ediciones
se agotan y son traducidas a lenguas extranjeras. Ha ocurrido
6. La última palabra: ¡Confianza! incluso que en seminarios internacionales de Roma se
apreciaran vivamente estos libros. ¿Nos sería permitido en-
Los que sean seducidos por el espíritu y los métodos trar en relaciones con aquellos lectores a los que su co-
nocimiento de las ciencias humanas haga capaces de efectuar
del gobierno moderno encontrarán que queda todavía un
estos mismos trabajos?
largo camino que recorrer en la Iglesia. Por nuestra parte
encontramos admirable que por simple empirismo, o, más Sabemos que en diferentes países, y muy particularmente
exactamente, bajo la influencia del Espíritu Santo, la Iglesia en los Estados Unidos, algunos clérigos, pertenecientes sobre
haya comenzado, incluso antes del concilio, a dotarse de todo a la Compañía de Jesús, son maestros incontestados en
estructuras y de métodos de trabajo que la hacen poco a ciencias humanas y enseñan incluso en las universidades.
poco capaz de actuar sobre los sucesos. ¿Nos sería permitido desear que estos religiosos no se con-
tenten con enseñar las ciencias humanas en su aspecto
Queda todavía, ciertamente, un largo camino que re-
profano, sino que se esfuercen, al mismo tiempo, en de-
correr, pero es necesario darse cuenta también de las di-
mostrar las aplicaciones prácticas para la Iglesia?
ficultades. En una empresa todos los hombres están reu-
nidos en un mismo lugar. Es relativamente fácil al jefe La misma invitación se dirige a los laicos cristianos es-
hacer comprender sus puntas de vista y, si es necesario, pecialistas de las ciencjas humanas, sea porque las enseñan
imponerlos. La Iglesia está esencialmente dispersada. ¡Y ellos también, sea porque estén obligados a practicarlas en
qué diferencias entre cada parte de la Iglesia! Nada más su propia empresa. La dificultad para ellos es que, poco
asombroso que la Iglesia haya descubierto estructuras de al corriente de la marcha interna de la Iglesia, están carita-
trabajo que no podían haberse imaginado hace solamente tivamente inclinados a suponer que todo marcha bien y
diez o quince años. ¿Es posible una mejor eficacia de sus que no tienen nada que enseñar a su clero. Ha sido nece-
estructuras y de sus métodos? ¿Las necesarias acomodaciones saria la conjunción rara de encuentros de sacerdotes de la
de la Iglesia serán más rápidas y mejor adaptadas a su des- diócesis de Malinas con un antiguo camarada convertido
tino cuando la Iglesia conozca mejor los recursos ofrecidos en hombre de negocios y profesor, para que H. Buntinx
por las ciencias de la acción y del gobierno? Es lo que cree- tuviera ocasión de exclamar: "¡Pero vosotros marchad
mos, y este estudio no tenía otro objetivo que hacer par- en cabeza!" Y de ahí la invitación del cardenal Suenens
ticipar nuestra certeza y nuestra esperanza. a Buntinx para que desarrollase sus ideas.

234 235
Así, pues, el campo que habrá que descifrar permanece
ÍNDICE
inmenso y no seremos nunca demasiado numerosos para
explorar las riquezas en beneficio de la Iglesia. Si pareciese
útil a algunos concertarse a fin de organizar más metódica-
mente una división del trabajo, aceptamos con mucho gusto
servir de buzón. Escribir a: Padre M. Ducos, Couvent des
Dominicains, avenue Lacordaire, 31-TOULOUSE-04.

Creemos, por nuestra parte, que se trata de un problema


típico de emergencia; por lo que correspondería a la je-
rarquía tomar la iniciativa; pero, mientras se espera que la
jerarquía tome conciencia de la importancia del problema,
nada impide a los individuos comenzar el trabajo.

¡Y buena suerte a "Gobierno y encada en la Iglesia"!

Introducción 15

PARTE PRIMERA
UN DESCUBRIMIENTO: LOS DATOS DEL PROBLEMA

I. Los datos reflexivos: ¿está ya adaptado el go-


bierno de la Iglesia? 33
1. La importancia de la pregunta 33
2. La contribución de la ciencia profana 35
3. La formulación de la cuestión 37

II. Los datos sociológicos: ¿La Iglesia es una so-


ciedad? 39
1. Los elementos de la sociedad 39
2. La estructura de la sociedad 44
236 237
II. La filosofía del mando moderno 135
III. Los datos históricos: La formación progresiva
del gobierno de la Iglesia 55 1. La investigación de los hechos, el análisis,
la medida, la preparación metódica 136
1. Visión histórica del mando en la Iglesia 55
2. La aceptación de la concurrencia 136
2. Reflexiones sobre el mando en la Iglesia 62
3. La rentabilidad 137
4. La confianza en el hombre 138
IV. Los datos institucionales: ¿Puede situarse téc- 5. El juicio por los hechos y los resultados 141
nicamente el gobierno de la Iglesia? 73 6. La lógica de la evolución: la emergencia 144
1. ¿Cuál es el tipo de gobierno de la Iglesia? 73 7. Algunas consideraciones generales 148
2. ¿Cuál es la eficacia de este tipo de go-
bierno? 82 III. La fisiología del mando moderno 15]
1. El sistema de decisión 152
V. Los datos nuevos: La necesidad de participación 91
2. El sistema de valoración ' jgj
1. El análisis de la necesidad de participación 92 3. El sistema de sanciones 155
2. Las consecuencias de la necesidad de par- 4. La organización de tensiones m
ticipación 110 5. El sistema de comunicaciones 175

PARTE SEGUNDA PARTE TERCERA


UNA ILUSTRACIÓN: EL GOBIERNO MODERNO UNA PROSPECTIVA: LOS CAMINOS DEL PROGRESO
I. Las características del gobierno moderno 125 1; La investigación de los hechos ^3
1. La estructura 126
2. Las reglas de funcionamiento 126 II. La apreciación de la rentabilidad jg-.
3. Los métodos de dirección 127
4. Las relaciones con el contorno 128 III: La valoración de los hombres ^Q~
5. Las relaciones entre el jefe y los subor-
dinados 129 IV. La confianza en el hombre 207
6. Las actitudes de los subordinados 130
7. La movilidad de los dirigentes y de los V. La aceptación de la concurrencia 211
cuadros 131
8. Los cambios de estructuras y de organi- VI. La lógica de la evolución 217
zación 131
Conclusión: Para una estrategia del cambio 22Q

238 239

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