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EDUCACION CRIANZA ECOLOGICA CREAR ESPACIOS DE RESPETO, CONFIANZA Y APOYO MUTUO En el sistema social y educativo actual, los nifios van perdiendo progresivamente su alegria y vitalidad, aunque no hay nada més importante que facilitar su desarrollo feliz y libre. Las alternativas para consequirlo existen y se han demostrado fructiferas. Para ello, es necesario una acci6n colectiva de profesionales, padres, medios de comunicacién y gobierno. (68 MENTE SANA EDUCACION iempre que me encuentro con fo- tografias de nifios y nifias con los ojos muy abiertos y la mirada ex: pactante, perdida o aterrorizada, me invade una tristeza profunda, Supongo que nos ocurre a todos... Son fotos que muestran la miseria de lo humano, esce- nas bélicas, de hambrunao de violencia coti- diana, Son terzibles, pero suelen reflejar situa ciones que parecen muy alejadas de nuestra realidad. Y se olvidan pronto. Hay otras fotos muy cercanas que llevo conmigo todos los dias ¢ motivan a se- ivindicando el cambio, poniando medios para poder aleanzar la uto- pia. Son fotografias dehijoade mis amiges, de amigos de sus hijos, de nifios y nifias més Sere ee ere eee eran ioe Gopi eens con diez, doce, catorce afios. En esas image- eae ee miento” progresivo, la pérdida de alegria, de vitalidad: im reflejo del proceso de embrute- ciensy aleteciee del exrlnirmnc yor ln teniy, dune déles canes principals do at deserieehdlel -rniseria tio ‘Mientras los nifios pierdan su alagriay vi talidad, el drama esencial dela humanidad se- guiré en escena. Hay, pues, algo més impor eee ee ee eee feliz, libre, alegre, de nuestras criaturas? ‘Los cachorros humanos son seres en de- sarrollo, que tienden ala vida, a la expansién, como cualquier otro ser vivo. Alegres y con- findos, exeeptn @uends tn embaraz no de- seado es llevado a término, 0 el parto finaliza So con una salida al mundo mediante ventosa. Pero, sinose han encontrado con estas expe- riencias que congelan el alme en el momento mismo de nacer, habitzalmente un nifio solo empequeficceré al otro, morderé, golneard, gritara en exceso, sera molestén, competiti- voy difamador, poco solidario osumiso, irres- ponsable, inhibido, y necesitaré a toda costa encontrar el reconocimiento de los demés, si no se ha sentido amado, escuchads, recono- cido ni respetado, gi se le ha exigrido en exee- soy se le ha negado su propia capacidad de eleccién. En definitiva, si se ha tratado al nifio con una violencia “normal”. En muchas ocasiones, la relacién con los bebés y los nifios es fria, distante y compulsi- va. Tefiida de traumas de nacimiento, sexua- es o relacionales, ausencias afectives y falta de apego, distrés, castigos, represiny violen- cia directa indirecta. Circunstancias que ex plican muchos de los comportamientos reac- tivosy antisociales de los adolescentes. te el gr pretar como ine anato i une desviacién necesaria ante un gran obs- +téculo en la evolucién libre de los nifios pe- quefios, “Déjalo lorax”, “No lo eojas, tiene que acostumbrarse’”, “Los nifios son crueles”, “éCémo se te ocurre darle de mamar con dos afios?*, “Los nifios no saben, hay que educar- los”, “A un nifio hay que enderezarlo”, “Este nifio me ha salido muy nervioso”, “Si les de- jas que decidan, sete suben alos bigotes”... Y este es solo una pequefia muestra de lo que escuchamos cotidianamente. _ Fue el psiedlogo Wilhelm Reich quien nos * describid como “pequefios hombrecitos” su- jetos a cadenas invisibles pero reales que im- ppiden el movimiento libre y esponténeo. Con miedo a la libertad, al amor, al goce. Son im- pulsos naturales que ahogamos con actitu- des rigidas y costumbres morales compulsi- vas y retrégradas, primando el deber scbre el placer. Lo més curioso es que todo esto se defiende en pro de una eivilizacién que esta destruyendo su propia especie y todo lo vivo. Con una percepcién borrosa, fruto de nues- tra coraza muscular y caracterial, seguimos apoyando y defendiendo formas de educar y relacionamos que siglos de historia han evidenciado como fracasadase inttiles para + © facilitar nuestra potencialidad. Asi,termina- mos por crear un circuito aparentemente aay salida:el sufrimiento infantil conduce ala en- fermedad y la violencia en la edad adulta, y estas, a una educaciény una relacién con los nifios y adolescentes distante, cuando no au- senteo violenta. Debemos romperese citculo patolégico estableciendo otras formas de re- laci6n en nuestros espacios vitales, prestando atenciéna lacrianza y la educacién. Con este objetivo, desde hace tres déca- das estamos realizando una labor de pre- -yencién, que empieza en el embarazo yllega hastael final de la adolescencia, con equipos EDUCACION pluridisciplinares de psiedlogos, médicos, obstetras y asistentes sociales, formados en clinica reichiana yla llamada por Alexander Neill y Wilhelm Reich “teorfa dela autorregu- lacién”, una forma de permanecer junto al ni- fio pequefio en su proceso de maduracién en atmésferas familiares y escolares libres y de- mocréticas, confiando en sus ritmos y acom- pafiando sus procesos naturales, Durante todos estos afios, otros especia~ Jistas han ido aportando sus conocimientos y experiencia, enriqueciendo también la nues- tra. Y un nuevo paradigma ha ido surgiendo conforme se gestabala crisis mundial quees- tamos viviendo actualmente. E] fisico Fritjof Capra lo denomina “ecologfa global”, porque todo estd interrelacionado y para recuperar nuestra identidad debernos cambiar de for- ma global salud, politica, ciencia, arte, cultura, educacién y crianza. lo de esta propuesta, nos parecié coherente definir nues- rco tedrico actual y las intas formas deintervencién psicosocial como “Ecologia de Sistemas Humanos’, cuyo micleo principal es a “crian- za ecolégica’” Este término define y describe tantonmestra propusserdseambioetladornia de relacién con los bebés, los nifios y los ado- Jescentes, comolos medios queson necesarios “individuales y dentro del sistema familiar y eelscativo- durenie bod auprovees demieda: racién psicoafectiva, El objetivo es facilitar la articulacién de estructuras humanas salu- dables, sin ningtin miedo a la libertad, ech tia identidad bmmanayplans- taria, con conciencia ecoldgica. ve Para ello es preciso crear espacios caracteri- zados por el respeto al ritmo del bebé, el nifio y el adolescente, por una comunieacién d- recta y fida, asi como por la confianza en la fuerza del instinto y la naturaleza humana, anteponiendo el placer sobre el deber para, desde la libertad, ir asumiendo responsabili- dades de una forma suavey progresiva. En estos espacios, el conoci- miento se adquiere a partir de la experiencia elegida libre- mente, bajo previa advertencia desus consecvancias yla convivencia se basa pra libertad el enoyermnirndy lntolaraneaa, la colaboracién, la solidaridad y la sostenibilidad. Asimismo, se fomentan habitos ecoldgicos en cuanto a alimentacién, consumo, contacto dena rensraless yelavspens pevlaevolnGen sexual a través de informacién accesible. Junto a estas dindmicas cotidianas, hay ae eee ee ee ee eee cee ste ta implicacién eémplice de las parejas, lactan- cias naturales en ambientes familiares coo- eer igs specs ecciares nde a bertad solidaria, la inteligencia emocional y lk convivenciv ecdlogica Gon las peneipeles sxftusdieidentidad ala acectactit deladolex endear” prea determina Sbradi neeusenirneradl afiaresnaseierAas diferencia, de su identidad. La crianza ecolégica es un reto maravi- Upectaunieeiende oucaleereemeaece ee eee nuestro supone nadar a contracorriente. Es eee errr ceeeceeecee queino'podemos crear ima “quia de erianza ecolégica”, ya que existen diferencias labo- rales, culturales y econémicas sustanciales entrelos sistemas familiares y los escolares. Alseruna tarea compleja, tanto por los It mites personales como por los prejuicios cul- turales, las presiones laborales y los impe- dimentos sociales, es necesaria una accién colectiva, por parte de los profesionales dela salud y la educacién, los padres, los medios de comunicacién y los gobiernos. Unos padtes “ecolégicos” ouna escuela it bre en solitario tienen por delante un reto casi imposible, pero si establecemos redes soci Jes de apoyo, resultard viable, Lo ideal seria recuperarlavida en comunas, pero, mientras, se pueden establecer redes donde las familias interacten, se apoyen y faciliten que sus hi- jos se encuentren, pasen vacaciones juntos © los padres puedan tener espacios para satis- facer sus necesidades personales y de pareja tranquilos y confiados. Redes que permitan Ja interaccién constante entre padres, educa- dores y profesionales de la salud para plan- tear objetivos comunes a favor del bienestar del nifio, por ejemplo, a través de grapes de padres 0 talleres con educadores, padres y alunos. En definitiva, una labor de equipo; todos unidos para contribuir al cambio global necesario que nos permita recuperar nuestra humanidad y nuestra Tierra. ée

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