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La traducción correcta de Juan 1:1,

¿Es el Verbo “Dios”, o “un dios”?

(14 de agosto, 2010, por Lesriv Spencer. Actualizado - 2 de agosto, 2020. Letras en negrita, cursivas, [corchetes], y
sublíneas son adiciones, a menos que se indique lo contrario. Las citas bíblicas son tomadas principalmente de la
versión Reina-Valera 1960 = RVR. Otras versiones citadas: Biblia de Jerusalén = BJ; Dios Habla Hoy = DHH; La Biblia de las
Américas = LBLA; La Palabra = BLP; Nácar-Colunga = NC; Nueva Traducción Viviente = NTV; Nueva Versión Internacional =
NVI; Palabra de Dios para Todos = PDT; Traducción del Nuevo Mundo = TNM; Traducción en lenguaje actual =TLA)

Tabla de contenido (Clic para enlaces)

1. Introducción.
2. ¿Por qué no adoptar de una vez el punto de vista mayoritario en Juan 1:1?
3. ¿Qué dice la Biblia acerca de Jesucristo?
4. ¿Fue “Dios” quien se hizo carne?
5. ¿Permite la Biblia un sentido secundario para las palabras "dios" y "salvador"?
6. ¿Podría haber algún “salvador” aparte de Dios?
7. ¿Es posible en el monoteísmo judío hablar de dioses que coexistan junto a Dios ?
8. El artículo griego y el complemento predicativo.
9. ¿Puede el artículo indefinido (“un”) ser legítimamente añadido a Juan 1:1?
10. Predicados nominales sin artículo antepuestos al verbo.
11. ¿Son las representaciones indefinidas y cualitativas incompatibl es?
12. ¿Es cierto que el artículo no es necesario en Juan 1:1c?
13. ¿Invalidan los nombres propios la necesidad del artículo?
14. ¿Cambia el orden de las palabras el sentido de los sustantivos predicativos?
15. ¿No habría utilizado Juan el pronombre indefinido “tiς” para indicar que Jesús era un dios?
16. La Regla de Colwell y el artículo indefinido.
17. En busca de un contrapeso en la interpretación.
18. La propia conclusión del autor bíblico sobre el Logos.
19. Observaciones finales.

1. Introducción:

Probablemente no hay escritura bíblica que incite tanta discusión emotiva como la de Juan 1:1.
¿Por qué será? Una razón principal es que el texto se centra alrededor del “Verbo”, de quien la
mayoría asocia con Jesucristo. (Este artículo asume el concepto que el término “Verbo” (Griego: logos)
tiene aplicación en Jesucristo. No aborda el asunto de suposiciones menos populares que otros individuos
tienen sobre el logos.)

No tengo afiliación alguna con ningún grupo religioso, ni atiendo servicios religiosos de ninguna
clase. Pero sí tengo interés profundo en las Escrituras y lo que estas significan. La verdad sí me
importa mucho, y me siento movido a expresar algunas observaciones sobre la controversia que
acompaña la escritura de Juan 1:1. Más bien que procurar erradicar la viabilidad de la traducción
tradicional de Juan 1:1, mi objetivo al hacer esta redacción es importar un nivel de justicia y
equidad al tema en el ámbito religioso. Por eso, en este artículo examinaremos algunas de las
afirmaciones más populares que los académicos hacen con frecuencia en torno a Juan 1:1 para
ver si tienen mérito alguno.
La mayoría de las versiones bíblicas dicen lo siguiente en Juan 1:1, “En el principio era el Verbo, y
el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Pero en el griego original todas las letras eran del
mismo tamaño, a saber, unciales, o mayúsculas, en contraste al español donde predominan las
minúsculas. Esto implica que en su labor los traductores ejercerán su interpretación al respecto
en ocasiones.

Para una mayoría de la Cristiandad, Cristo es objeto de adoración, y se afirma que él es Dios
mismo, el Dios Supremo. Por otra parte, para un número menor de cristianos, a Cristo se le
percibe como el Hijo de Dios, subordinado a Dios mismo, como entidad distinta al Dios
todopoderoso, inferior a Dios en posición y poder. La mayoría de las religiones de la Cristiandad
acepta la doctrina popular de la Trinidad como bíblica, mientras que una minoría la rechaza
tildándola de origen pagano. En esta redacción, no es objetivo mío confirmar la doctrina de la
Trinidad como bíblica, o rechazarla como tal, aunque sí se hace inevitable mención de esta al
tratar el tema de Juan 1:1. En cambio, haré enfoque en la gramática griega y el contexto bíblico
de Juan 1:1 para ver si permiten alguna otra traducción diferente a la tradicional indicada arriba.

2. ¿Por qué no adoptar de una vez el punto de vista de la mayoría en Juan 1:1?

En primer lugar, sería peligroso asumir la posición de la mayoría, si esta está en error. Un punto
de vista mayoritario sostenido por estudiosos de por sí no hace un asunto verdadero. ¿Por qué?
Porque los eruditos no son infalibles, ni tampoco inmune a la tradición humana. ¿Acaso lo
fueron en los días de Jesucristo? ¡Claro que no! Los estudiosos de hoy pueden estar sumidos en
error tal como lo estuvieron en el tiempo de Jesús, como bien lo ilustra el capítulo 23 de Mateo.
(Mateo 15:9) Tenemos la advertencia bíblica de “que el mundo entero está bajo el poder del
maligno”. (1 Juan 5:19, Biblia de América) Por eso, todos tenemos que montar guardia ante
influencia mundanal en todo momento y cuidarnos de llegar a ser “ciegos de entendimiento”
por “el dios de este mundo”. Jesús habló de Satanás como “el que manda en este mundo”. (2 Cor.
4:4; Juan 12:31, DHH) Repito: La mayoría no siempre representa la verdad. La base doctrinal para
los cristianos debería ser lo que la Biblia enseña, no lo que cree la mayoría.

3. ¿Qué dice la Biblia acerca de Jesucristo?

En esencia, que Jesús es “Hijo de Dios”, no “Dios Hijo”. (Lucas 1:35) Hay una gran diferencia entre
esas dos expresiones. Hay más de doscientas referencias (200x) en el Nuevo Testamento que
declaran explícitamente que Jesucristo es el “Hijo de Dios”, o que “Dios es el Padre de Jesucristo”.
(Para un listado de las referencias, vea: The Preacher’s Outline and Sermon Bible, “John”, pág. 27. ©1998,
Alpha-Omega Ministries, Inc.) Esto en sí es muy revelador. Sin embargo, la Cristiandad procura
apoyarse en un puñado de textos discutibles donde se afirma que Jesús es Dios. La obra católica,
The New World Dictionary-Concordance to the New American Bible , reconoce: “El término Dios se aplica a
Jesús en solo unos pocos textos, e incluso su interpretación está en disputa (Jn 20:28; Rom.9:5, Tito
2:13, 2 Pedro 1:1)”. Otras fuentes agregan a Juan 1:1 a esta lista. Ninguno de los textos
controvertidos son explícitos en declarar la igualdad de Jesús con Dios. En el panorama bíblico,
el lugar de Jesús siempre se asocia con la filiación = es decir, condición de “hijo”, no de
equivalencia con Dios. Además, la palabra hijo nunca se utiliza para describir a Dios, o al espíritu
santo. Eso dice mucho.
Los autores bíblicos siempre marcaron la orientación de Jesús como una de subordinación al
Padre, en lugar de Cristo como centro del universo. Encontramos que se llama a Jesucristo, “el
Cordero de Dios”; “el Santo de Dios”, y más a menudo, “el Hijo de Dios”. (Juan 1:29; 49; 6:69, BJ; BLP;
NIV; LBLA; Petisco-Torres Amat) Jesucristo mismo recalcó, “El Padre es más grande que yo”. (Juan
14:28, NVI) Afirmó además: “No busco hacer mi propia voluntad, sino cumplir la voluntad del que
me envió”. (Juan 5:30, NVI; Lucas 22:42; Compare con Juan 8:16,29) Sobre todo, Jesucristo mismo
pidió a otros que adoraran a su Padre. (Juan 4:23) Además declaró: “Yo vivo gracias al Padre
viviente que me envió; de igual manera, todo el que se alimente de mí vivirá gracias a mí”. (Juan
6:57, NTV) El Magnífico Creador no tiene necesidad de alimentarse o vivir de otro. Es Dios
Omnipotente. Pero Dios sí le dio la vida, el poder y la autoridad a su Hijo Jesucristo, ofreciéndolo
como el “pan de Dios” para que otros pudieran alimentarse de él y vivir. (Mateo 28:18; Juan 5:26;
Juan 6:33) Jesucristo se refirió a su Padre como “mi Dios” y como ‘el Dios de todos los demás’.
(Juan 20:17) La Biblia indica que este “Dios único”, según Jesús lo llamó, le revelaba información
a Cristo. (Juan 5:44; 12:49; Marcos 13:32; Apocalipsis 1:1) Si Jesucristo lo supiera todo, como
imaginamos que Dios es, no necesitaría que otro le diera información secreta.

La Biblia dice que Jesucristo es “la imagen del Dios invisible [no Dios invisible], el primogénito de
toda creación”. (Colosenses 1:15) Otra descripción de Cristo lo sitúa como “mediador entre Dios y
los hombres”. (1 Timoteo 2:5) Es posible hacer girar estas declaraciones claras para que digan
otra cosa, pero ¿sería sabio hacer eso? Uno que desempeña el rol de “mediador” no puede ser
una de las dos partes que pretende representar. De otro modo, la mediación sería engañosa. La
Biblia llama a Jesucristo, “el Verbo de Dios [O, El Mensaje de Dios, TLA]”, no Dios. (Apocalipsis 19:13)
Esto implica que Jesucristo en papel de Logos o Vocero de Dios es más que capaz de mediar entre
Dios y la humanidad.

Incluso después de la ascensión de Jesús al cielo, se le representa como el segundo-en mando


después de Dios. “El Hijo irradia la gloria de Dios y expresa el carácter mismo de Dios, y sostiene
todo con el gran poder de su palabra. Después de habernos limpiado de nuestros pecados, se
sentó en el lugar de honor, a la derecha del majestuoso Dios en el cielo”. (Hebreos 1:3, NTV) “Dios,
en efecto, tuvo a bien hacer habitar en Cristo la plenitud”. (Colosenses 1:19, BLP) “Bendito sea el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”. (Efesios 1:3)

En fin, Jesucristo mismo se sujetará a su Padre: “Pero luego que todas las cosas le estén sujetas
[al Hijo], entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para
que Dios sea todo en todos”. (1 Corintios 15:28) Cuando Jesucristo fue enviado ‘para hacer la
voluntad de Su Padre’, recibió ‘toda potestad’ de parte de Dios, y después de haber cumplido su
divina misión, “Dios lo exaltó sobremanera y le otorgó el más excelso de los nombres”. (Juan 6:38;
Efesios 1:20,21; Filipenses 2:9, BLP) ¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! (1 Pedro
1:3, NVI) Para los tradicionalistas sería anatema imaginar a Jesucristo en segundo-puesto-al-
mando en el universo después de Dios. Pero eso es lo que enseña la Biblia.

4. ¿Fue “Dios” quien se hizo carne?

Jesucristo se refirió a sí mismo en los Evangelios como “Hijo del Hombre” más de 80 veces,
indicativo de su naturaleza humana mientras estuvo en la tierra. Este hecho está en conflicto con
la descripción de “Dios-hombre” proclamada a menudo por los religiosos practicantes de
Occidente. (Mateo 8:20, etc.) Según Hebreos 2:9, Jesús “fue hecho un poco menor que los ángeles”
para poder sufrir la muerte por todos. Pero “Dios” jamás podría ser menor que los ángeles que
él creó. Además, al Jesucristo llegar a ser menor que los ángeles, no podría a la vez ser todo Dios
como afirman los trinitarios.

Juan 1:14 nos dice que fue ‘el Verbo [el Logos] quien fue hecho carne’, y no Dios. La doctrina de la
Encarnación, como se enseña, en realidad retuerce el significado de Juan 1:14, porque este texto
nunca expresó que ‘Dios se personificó en carne’. En cambio, sí dice que “el Verbo” lo hizo. ¡Así de
sencillo! 2 Juan 7 no contradice esta declaración, lo confirma. En otras palabras, el Logos,
Jesucristo, se hizo humano.

Otro texto mal utilizado para comprobar que Dios se hizo carne, es el de 1 Timoteo 3:16, según
algunas versiones, como la RVR, pero originalmente este versículo no decía que “Dios” fue
‘manifestado en carne’. Esa lectura posterior es defectuosa. Otras traducciones de la Biblia han
corregido este flagrante error al traducir: “Quien [o: Él] fue manifestado en la carne”, una lógica
referencia a Jesucristo en armonía con Juan 1:14. Para una consideración de 1 Timoteo 3:16, vea
el enlace al final.

Cuando se anunció el nacimiento del niño Jesús, además de su nombre personal se le dio un
nombre profético: “Emanuel = Dios con nosotros”. (Mateo 1:23) Aunque hay quienes creen que
esta expresión identifica a Cristo con Dios, hay que mencionar que la frase era común en la
cultura bíblica, pues bien se aplicó a seres humanos. El punto es que Dios puede estar con la
humanidad mediante sus representantes. En varias ocasiones en la historia bíblica, se habló de
‘Dios que estaba con su pueblo’, o que ‘Dios estaba con algún siervo suyo’. (2 Samuel 5:10; 2 Crónicas
1:1; 13:12; Isaías 8:10; Zacarías 8:23) Se dice, por ejemplo, de José, hijo de Jacob, que “Dios estaba
con él”. (Hechos 7:9) Pero eso no hizo a José “Dios”, ¿verdad? Sin embargo, Dios sí podía estar con
ellos, al dirigir su atención hacia ellos, guiándolos, y cumpliendo su santa voluntad a través de
ellos. La misma idea se comunica proféticamente en una visión de Apocalipsis: “He aquí el
tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios
mismo estará con ellos como su Dios”. (Apocalipsis 21:3) Con todo, la humanidad nunca igualará
a Dios.

Otros creen que Jesucristo era “Dios” y “hombre” a la misma vez, porque manifestó poder
sobrehumano. Pero los milagros que Jesús ejecutó fueron producto del poder que Dios le dio.
(Juan 8:29; Hechos 10:38) Como representante de Dios, se podía decir que Dios estaba con la
humanidad mediante Jesucristo, para lograr su propósito de salvación para la humanidad. Los
fanáticos religiosos tienen un lamentable hábito de retorcer declaraciones bíblicas simples. La
Biblia dice claramente que “Dios estaba con él [Jesús]”, y no de que “Dios era él”. (Hechos 10:34,38)

Puesto que Dios estaba con Jesucristo, todos ahora podían ver exactamente cómo era Dios, cosa
que hasta entonces no había sido posible. (Juan 5:19; 12:45) De hecho, el Padre y el Hijo son uno
en voluntad y propósito. (Juan 10:30) Por eso, ‘ver a Jesús, era como ver a Dios mismo’, pues
siendo imagen de Dios, podía darlo a conocer como nadie. (Juan 1:18; 14:9; Colosenses 1:15)
“Porque en él vive corporalmente toda la plenitud de la Naturaleza Divina”. (Colosenses 2:9, Biblia Textual.
O: “Todo lo que Dios es, vive en Cristo, incluso en su vida en la tierra”, La Palabra de Dios para Todos) No
hay duda entonces que este Logos es divinamente poderoso. (Juan 1:1)

Con todo, Jesús nunca dio a entender a otros que él fuera el Padre en carne, o una segunda
parte de una mística “trinidad”. Él declaró: “El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió”.
(Juan 5:23) También: “Crean en Dios y crean también en mí”. (Juan 14:1, DHH) Por consiguiente,
debemos ‘honrar al Hijo así como honramos al Padre’. Después de presentar a su ‘Hijo unigénito’
como salvador al mundo, Dios ‘le sujetó todas las cosas debajo de sus pies, para que el Hijo mismo
terminara sujetándose al poder de Dios’. (Tito 1:4; 1 Corintios 15:27,28) Los autores inspirados de las
Escrituras vieron bien utilizar lenguaje majestuoso al hablar del Hijo de Dios como prominente
Ser Divino. No obstante, nunca declararon que fuera igual a Dios.

Unos siglos después de la muerte de Cristo, debido a influencia pagana, muchos discutieron en
medio de la confusión acerca de la identidad de Jesús. La controversia la ganaron los que
sostenían que Cristo era igual al Padre. Pero fueron más allá de lo que realmente decían las
Escrituras Sagradas. Si bien los judíos no le dieron el lugar que a Cristo le correspondía, los que
adoptaron la doctrina de la Trinidad posteriormente terminaron asignándole el mismo puesto
de Dios, que Jesús nunca afirmó tener. Estamos pues, en la presencia de dos grupos
extremistas. La verdad acerca de la persona de Cristo se encuentra en un lugar entremedio de
estos extremos. Este enfoque céntrico de Cristo, que esencialmente ignora al Padre, es el que
comúnmente se enseña en las iglesias y en los colegios hoy. Cierto, el Nuevo Testamento se
centra en torno a la vida de Jesucristo, pero lo hace de esta manera coherente: Solo Cristo
provee “el camino” hacia el Padre y mediante él, la salvación para la humanidad. (Juan 14:6;
Hechos 4:12) El Padre entonces es el destino. Pero nunca se dice que Jesucristo sea igual al
espíritu santo, ni a Dios. Incluso después que los seguidores de Cristo emplearon todo recurso y
esfuerzo por convencer al pueblo judío de aceptar a Cristo como “Hijo de Dios”, “el Mesías”, y su
“Salvador”, en su mayoría lo rechazaron. Hasta el día de hoy, los judíos en general no han
aceptado a Jesús como su Mesías, para detrimento suyo.

5. ¿Permite la Biblia un sentido secundario para las palabras "dios" y "salvador"?

En las Escrituras, “dios” y “salvador” tienen varios matices o significados, no uno. Algunos
afirman que pensar en Jesucristo como un dios entre tantos en el cielo, es incompatible con el
concepto monoteísta judío, la creencia en un solo Dios, y que más bien implicaría politeísmo. En
realidad, todo depende de cómo se defina el término “dios,” y también “salvador”. La idea misma
de que Dios esté compuesto de tres personas corre en contra del monoteísmo judío. La
enseñanza del Shema consistía en que ‘Jehová era uno’. (Deuteronomio 6:4) Esa enseñanza en
ningún lugar decía que Jehová fuera “tres en uno”. De hecho, la obra Jewish Encyclopedia afirma:
“...Los judíos siempre han considerado que la doctrina de la Trinidad es irreconciliable con el
espíritu de la religión judía y con el monoteísmo“.

¿Que propósito serviría el “Shema” para un pueblo monoteísta el que se enfatizara que Jehová
era “uno”, y luego confundir el asunto al declarar que esto implicaría que el Divino era en
realidad “tres en uno”? Con frecuencia, se explica que la enseñanza de la Trinidad es un misterio.
El problema es que en ningún lugar de las Escrituras se menciona tal idea, ni se da instrucción
para creer en algo semejante. El hecho de que muchas personas estén expuestas al dogma
trinitario por largo tiempo puede explicar las insinuaciones trinitarias que ven en la Biblia. No
obstante, tales personas tienen que preguntarse honradamente si lo que creen es realidad, o es
más bien capricho personal.

Hay ciertas Escrituras que los defensores de la Trinidad citan con frecuencia en respaldo a su
creencia. Son Escrituras como las de Isaías 44:6 y Oseas 13:4 que presentan a Jehová diciendo:
“Yo soy el primero y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios”. “No conocerás, pues, otro
dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí”. Estas palabras son tomadas estrictamente de la
narración para significar que no puede haber dios o salvador salvo el Dios todopoderoso en
otros contextos. Por implicación, representan a Dios como un Dios impotente e incapaz de
designar a otros para que lo representen como tal, si así lo deseara. En el contexto en que se
pronunciaron esas palabras, el pueblo de Dios, Israel, tenía inclinación a la idolatría y de ir en
pos de dioses falsos extranjeros. (Isaías 42:17) De ahí, la advertencia del Dios verdadero en los
libros de Isaías y Oseas. Debido a ello, personas cultivadas en el dogma de la Trinidad limitan el
significado del término “Dios” a estas declaraciones a un solo contexto entre varios, y llegan a la
conclusión de que cualquier otro que no sea el Todopoderoso, debe ser dios falso. Los trinitarios
razonan que de aplicar el apelativo de Dios a Jesucristo, entonces, Jesús no pudiera ser otro que
Jehová mismo.

Hay una objeción simple a ese razonamiento: El vocablo dios en otros contextos tiene
connotaciones adicionales. El término se asocia con alguien que ejerce poder y autoridad. Dice
la obra International Standard Bible Encyclopedia: “Este vocablo [’ĕ·lō·hîm] puede, de hecho, usarse
para otros dioses (Gé 31:30) y aun para hombres (cf. Ex. 4:16; 7:1; cf BDB, p. 43).… La derivación [de
’ĕ·lō·hîm] es incierta, pero el significado implícito parece ser de uno de poder y autoridad”. (II, pág.
497. Cursivas mías) El Expository Dictionary of Bible Words (Diccionario Expositivo de Palabras Bíblicas), dice lo
siguiente: “El vocablo mismo [‫’( אֵל‬ēl), palabra hebrea para Dios] se deriva de una palabra raíz que
significa ‘poder’, o ‘fuerza’”. (Stephen D. Renn, pág. 439) Esto puede explicar por qué en lugar de
encontrar la lectura tradicional de Dios en Juan 1:1, varias versiones bíblicas prefieren describir
al Logos como “un ser divino poderoso”, o algo parecido. Al considerar todo el contexto bíblico,
es evidente que las palabras pronunciadas por Dios en Isaías y Oseas son ciertas en un sentido
específico, a saber, que solo hay un Dios Supremo y un Salvador Principal. Esta verdad, sin
embargo, no descarta el nombramiento de seres divinos por Dios en su representación, como lo
demuestra el registro bíblico. (Job 38:7; Salmo 29:1; 89:6)

6. ¿Podría haber algún “salvador” aparte de Dios?

El Dios Soberano es el Salvador principal. (Isaías 45:21) No obstante, Dios permite que otros
actúen en capacidad de ‘salvadores’, o ‘libertadores’ en ciertas situaciones. (Jueces 2:16)
Encontramos que el término se aplica a Jesucristo como el agente principal de la salvación. (2
Pedro 2:20; 1 Juan 4:14; Tito 1:4) Se dice que ciertos hombres como Otoniel y Aod (o Ehúd), fueron
usados en capacidad de ‘libertadores’* (Jueces 3:9,15, salvador, Nehemías 9:27, salvadores, e Isaías
45:15, salvador). Los textos subrayados aquí comparten la misma raíz hebrea yᾱsha’sha’ que significa
“ser liberado”, “ser salvo”, y por extensión, “salvador(es)”. Tanto Dios como los hombres son
representados literalmente ya sea como “el que salva”, o “los que salvan” (verbo-participio,
masculino) = “salvadores”). (* R-V de 1909 usa “salvador” para el vocablo hebreo. También: Biblia de
Navarra; Versión Moderna; Sagrada Biblia del Pueblo Católico; Sagrada Biblia, Versión Oficial de la Conferencia
Episcopal Española; y la traducción de Levoratti-Trusso.)

Puesto que se aplica el mismo término de “salvador” a ciertos humanos como se hace con Dios y
Jesús, ¿hemos de concluir que ellos son parte de la Divinidad? No, encontramos una mejor
explicación en la Biblia de Estudio NVI acerca de los líderes que Israel tuvo: “En [Jueces] 2:16 es
donde mejor se expresa su propósito principal: ‘Entonces el SEÑOR hizo surgir caudillos que los
libraron … de esos invasores’. Puesto que fue Dios el que hizo posible la liberación de Israel, él
mismo es el más importante de todos lo jueces liberadores (11:27; véase 8:[23], donde Gedeón, un
juez, insiste en que Dios es el verdadero juez [gobernante, NIV] de Israel)”. (Pág. 339) Esta
declaración deja claro que los humanos libertadores fueron instrumentos de salvación por el
Señor. El Salvador principal siempre fue Dios. La Biblia usa las mismas palabras originales (dios y
salvador) para Dios, Cristo y los seres humanos. ¿Significa esto que todos tienen el mismo rango
y poder? ¿Que todos sean iguales? No. El contexto, entonces, es lo que determina la aplicación
correcta para cada ocurrencia de esos términos. Ahora bien, ¿quién hizo a Jesucristo “salvador”?

En contraste a humanos que fueron designados como salvadores del pueblo de Israel de manera
limitada, a Cristo se le llama “Salvador” del mundo. Jesucristo puede potencialmente salvar, no
solo a Israel, sino a toda la humanidad de la esclavitud al pecado, y de la muerte misma. (1 Juan
4:14; Juan 3:16) Aunque Cristo es, sin duda, mayor salvador que cualquier ser humano, él todavía
estaría sujeto al más grandioso Salvador de todos. Como muestran las Escrituras, Jesús fue
agente de salvación de Dios, el Salvador principal. (Isaías 43:11; Hechos 4:12; 1 Corintios 15:28) El
mismo Cristo se encontró en una situación que necesitó clamar por la salvación: “Dios mío, Dios
mío, ¿por qué me has desamparado?” Tuvo que ser liberado nada menos que por Dios. (Mateo
27:46; Hebreos 5:7; Salmo 28:8)

De manera sobresaliente, Hechos 5:31 nos dice quién fue el que hizo a Jesús salvador: “Por su
poder, Dios lo exhaltó como Príncipe y Salvador, para que diera a Israel arrepentimiento y
perdón de pecados”. (NVI) Pues, aunque se hable de Jesús en la Biblia como ‘salvador’, este texto
muestra claramente que fue por voluntad y poder de Dios, su Padre. No hay duda de que
Jesucristo está por encima de los hombres, e incluso de los ángeles. Pero afirmar que Jesús es
Dios basado en el principio de ser descrito como salvador, tendríamos que concluir que los
humanos que sirvieron en función de salvadores en el Israel antiguo, eran Dios también. ¿Tiene
sentido eso? De nuevo, el contexto determina la correcta comprensión de los términos bíblicos.

7. ¿Es posible en el monoteísmo judío y cristiano hablar de seres divinos (o, “dioses”) que
coexisten junto a, y bajo Dios?

El erudito John Macquarrie afirma en Jesus Christ in Modern Thought, que la cultura monoteísta judía
nunca toleraría la idea del Logos perteneciendo a una clase de seres divinos. (SCM Press, 2003.
Pág. 110) Correspondientemente, el Dr. William Loader, percibió un conflicto entre la traducción
“un dios” en Juan 1:1 de algunas versiones, y el monoteísmo judío. Sin embargo, concluye: “Es
cierto, en la lectura más natural del texto, que hay dos seres aquí: Dios y un segundo que era
theós, pero este segundo está relacionado con Dios de una manera que muestra que Dios es el
absoluto en contra de lo que define el segundo. No se presentan como dos dioses iguales”. (The
Christology of the Fourth Gospel: Structures and Issues, 2da ed. New York: Peter Lang, 1992, pág. 155)

Es interesante notar que el insigne teólogo cristiano y profesor de gramática griega, Orígenes
de Alejandría (185-254 EC), se refirió a Jesucristo como “segundo dios”. (Against Celsus 5:39) Otro
estudioso, Ernst Haenchen, lo percibe así: “...En el período en que el himno [en Juan 1:1] tuvo
lugar, era perfectamente posible en el monoteísmo judío y cristiano hablar de seres divinos que
coexistían junto a, y bajo Dios, pero no eran idénticos con él. Flp. 2:6-10 prueba eso”. (A
Commentary on the Gospel of John, Part 1, p. 109. By Ernst Haenchen/Robert Funk, ©1984, Fortress Press, Philadelphia)

Y otra obra de consulta añade: “Por otro lado, era un asunto de conocimiento general y uno que
la propia Biblia comparte y no intenta ocultar, que el reconocimiento y la adoración a menudo se
han extendido a otros aparte del Dios judeo-cristiano, y el término ‘dios’ o ‘dioses’ se utiliza para
ellos también, así como las correspondientes palabras en griego y hebreo. Es la costumbre de
utilizar una mayúscula D para el Dios de la tradición judeo-cristiana y una minúscula para los
demás”. (Dictionary of the Bible, pág. 333. Redactor: James Hastings. Edición revisada por Frederick C.
Grant & H. H. Rowley. ©1963 T&T Clark y Charles Scribner's Sons, New York)

En vista de lo anterior, veamos brevemente cómo la Biblia misma emplea las palabras para Dios
en la Escritura. En Éxodo 4:16, Dios le dice a Moisés: “[Aarón] hablará por ti al pueblo; él será tu
boca, y tú serás su dios”. (BJ; cf., Biblia de Navarra; RVR: “en lugar de Dios”; Hebreo: lê·lō·hîm, de [por]
Dios; LXX: ton theón, “el Dios”; Vulgata: Déum) Esta declaración divina indica sencillamente que
Moisés sería utilizado como emisario de Dios en representación de su voluntad. Seguramente
Moisés no era Dios celestial. Y en Éxodo 7:1 leemos que Dios hizo a este hombre Moisés dios ante
Faraón: “Mira yo te he constituido dios para Faraón (RVR 1977: Dios)”. (Hebreo: ’ĕ·lō·hîm; LXX: theón) Si
utilizamos el típico razonamiento tradicional que se aplica a Jesucristo en otros lugares, esto
llevaría a creer que el humano Moisés era parte intrínseca de la Divinidad. Pero ese no es el
caso, ¿verdad? Por eso, otras versiones adaptan la interpretación a la situación. Presentan a Dios
diciendo: “Te hago como Dios para Faraón” (LBLA); “voy a permitir que actúes en mi lugar ante el
faraón” (DHH); “te he hecho como un dios” (BLP); “tú serás mi representante” (TLA), etc. Se
modifica pues, el significado del término dios al contexto.

Así también, en el Salmo 45:6, cuando otro ser humano (tal vez Salomón) vino a ser rey de Israel,
fue dirigido literalmente, en términos divinos: “Tu trono Dios [Heb.: ’ĕ·lō·hîm; Gr.: ho theós] por los
siglos de los siglos”. (Las mismas palabras fueron aplicadas a Jesucristo en Hebreos 1:8.) Esto no
hizo al rey humano ‘Dios Verdadero’. Tampoco era un Dios falso, como articulan los argumentos
trinitarios. Una explicación lógica para el Salmo 45:6 sería que el trono de Salomón era divino en
el sentido de que este representaba a Dios en una posición de autoridad sobre los demás. Así lo
entienden varias versiones bíblicas: Biblia Traducción Interconfesional: “Tu trono, como el de Dios, es
eterno”. La Biblia (L. Alonso Schökel y Juan Mateos): “Tu trono como el de un dios, permanece para
siempre”. La RVR 1977: “Tu trono es el trono de Dios”. TNM: “Dios será tu trono para siempre
jamás”.

En las Escrituras encontramos que a Jesús se le describe como “Dios Poderoso” en Isaías 9:6, y
como “Hijo de Dios” en otros lugares. (Juan 1:34) ¿Y que hay de los ángeles? A ellos también se les
llama “hijos de Dios”. (Job 1:6) Los ángeles son seres divinos que están en la proximidad de Dios.
Son poderosos espíritus divinos que reflejan la gloria de Dios y su divinidad. Los hijos de Dios son
dioses ellos mismos. Así como hay una familia de seres humanos que comparten humanidad sin
ser la misma persona, o tener el mismo rango, así también hay una familia de seres celestiales,
sí, seres divinos, o dioses que, siendo distintos, comparten divinidad.

El Salmo 82:1 nos dice que “Dios está en la reunión de los dioses; En medio de los dioses juzga”.
(Hebreo: “ ’ĕ·lō·hîm”; Peshitta siríaca: ángeles; Tanakh: seres divinos; Targumes: jueces) Prescindiendo de
cual sea la aplicación de este primer versículo, sea a seres divinos o jueces humanos, lo cierto es
que confirma lo dicho anteriormente: Se puede llamar bíblicamente a otros seres vivientes dioses
sin enseñar politeísmo. Dice la Biblia de Estudio NVI en una nota de este Salmo, versículo 1: “En el
lenguage del A[ntiguo] T[estamento], y según el concepto del mundo que había en el antiguo
Oriente Medio, – a los gobernantes y jueces, por ser diputados del Rey celestial, se les podía dar
el título honorífico de ‘dioses’ … o ser llamados ‘hijos de Dios’….” (NVI) (Compare con las notas del
Salmo 82:1 que aparecen en las versiones por Ricciardi y Hurault; Nácar-Colunga; y la de Evaristo Martín
Nieto.)

Y el Comentario Bíblico de William MacDonald explica sobre el Salmo 82:1, “Se les llama [a los
gobernadores y jueces de la tierra] dioses porque son representantes de Dios, ordenados por Él
para ser Sus siervos y así mantengan el orden en la sociedad...son agentes de Dios en sentido
oficial y por lo tanto dignificados aquí con el nombre de dioses. El sentido fundamental de esta
palabra ‘dioses’ es: ‘los fuertes’ o ‘seres poderosos’”. (©2004 por Editorial CLIE. Cursivas y letras en
negrita de él.) El Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y Nuevo Testamento Exhaustivo de Vine (Bajo
“Dios”, a lo último), confirma lo anterior: “Esta palabra [theós] se usa de los jueces divinamente
designados en Israel, como representantes de la autoridad de Dios (Jn 10.34, citado del Sal 82.6), lo
cual indica que el mismo Dios juzga a aquellos a los que Él ha designado”. (©2007 por Grupo
Nelson, Nashville)

En vista de esto, podemos entender porque la Reina-Valera Contemporánea vierte Éxodo 7:1, donde
Dios mismo utiliza la palabra hebrea “ ’ĕ·lō·hîm” (“Dios”) de esta manera: “Mira, ante el faraón, tú
[Moisés] serás como si fuera yo mismo.” ¿No nos recuerda esta lectura de Éxodo 7:1 de la RVC a
las palabras pronunciadas posteriormente por nuestro Señor Jesucristo cuando expresó, “El que
me ha visto a mí, ha visto al Padre”? (Juan 14:9)

Hasta la gente misma del tiempo bíblico usaba el término Dios sin titubeos cuando se referían a
personas poderosas. Hechos 12:22 nos informa que a Herodes al dar un discurso público en
ropaje real lo aclamaron a grandes gritos: “¡Voz de Dios y no de hombre!” La versión Dios Habla
Hoy lo describe así: “¡Este que habla no es un hombre, sino un dios!” En otra ocasión, la gente de
una islita llamaron a Pablo “un dios” cuando vieron que tenía poder sobrenatural. (Hechos 28:6;
Compare con Hechos 14:11)

Si es así, ¿por qué hay tantos religiosos que actúan como si fuera cosa imposible referirse a
otros aparte de Dios como divino o un dios? Para ellos, todos aparte de Dios, son dioses falsos. Se
han metido dentro de un cajón con las Escrituras de Isaías capítulos 43, 44, y 45, discutidas
anteriormente, donde no quieren ver cómo se aplica las palabras originales de ’ĕ·lō·hîm y theós a
otros seres vivientes aparte del Cristo en otros contextos. No entienden que la palabra dios tiene
en el mundo conceptual de los hebreos un significado más amplio de lo que su mente
prejuiciada les permite ver. De hecho, hasta Satanás mismo la Biblia lo llama “el dios de este
siglo”, porque el Diablo es “el que manda en este mundo” inicuo, por el poder que ejerce sobre
la humanidad. (2 Corintios 4:4; Juan 12:31, DHH; 1 Juan 5:19) ¿Acaso promueve la Biblia politeísmo al
usar el término dios con respecto a otros, como lo hace aquí al llamar a Satanás “el dios de este
siglo”? ¡De ninguna manera!

Es patente que en la cultura antigua judía, como bien indicó el académico Haenchen, la gente no
tenía inconveniente alguno hablar de dioses bajo el Dios Supremo. Para ellos no era un asunto
exclusivo de que si eran verdaderos o falsos. En su cultura, el término dioses cuando se aplicaba
de manera positiva a otros aparte del Dios Supremo indicaba que ellos eran representantes
poderosos de Dios, sea que se hablara de Cristo, de ángeles, o de jueces humanos. Cuando se
hablaba de seres poderosos celestiales en gloria, el termino hijos de Dios era completamente
aceptable, pues reafirmaba que pertenecían a la familia celestial de divinos. Jesucristo ni sus
seguidores nunca evidenciaron incomodidad alguna cuando él afirmaba repetidamente ser
“Hijo de Dios”. (Juan 10:36) ¿Por qué entonces deberíamos sentirnos incómodos cuando alguien
reafirme que Cristo es Hijo de Dios y no Dios todopoderoso. Acaso, ¿no era eso lo que Jesús
enseñaba? El politeísmo no está en cuestión cuando el término dios se define para describir a
seres humanos que son designados por Dios en su representación. Pero, ¿que hay del Cristo?

Con frecuencia, Jesucristo utilizó la palabra Dios en sentido absoluto, como cuando se refirió a su
Padre como “el único Dios Verdadero.” (Marcos 12:30; Juan 17:3) Pero en otra ocasión Jesús aplicó
el término dioses a seres humanos. Según Juan 10:33-36, Cristo mismo hizo referencia al Salmo
82, aceptando como válido la apelación de dioses a otros aparte de Dios, cuando se defendía de
la acusación que se hacía “dios (Besson) [o, “un dios”, TNM; “Dios”, RVR]”. Jesús argumentó: “Si [Dios]
llamó dioses a aquellos [jueces humanos] a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede
ser quebrantada), ¿al que el Padre santificó y envió al mundo vosotros decís: Tú blasfemas,
porque dije: Hijo de Dios soy?” Jesús pudo afirmar una vez por todas que era “Dios” en ese
momento, y no lo hizo, pues él bien sabía que aun si estuviera en el cielo, todavía seguiría
subordinado a su Padre, Dios. (1 Corintios 11:3; Hebreos 3:2; Col. 1:3) Los ángeles, además, fueron
puestos en sujeción a Cristo después que él mismo fuera exaltado a la diestra de Dios. (1 Pedro
3:22)

Aunque se describa igualmente a los ángeles y a Jesucristo como hijos de Dios, solo Jesucristo es
distintivamente llamado el Hijo “unigénito” de Dios, o el “Dios unigénito”. (Juan 1:18, NC) Otras
traducciones vierten: “el Unigénito divino” (Nuevo Testamento, Senén Vidal), o, el “único nacido Dios”.
(Paul R. McReynolds; Cp., con la de Byington) Además, únicamente a Cristo se le llama “el
primogénito de toda creación”. (Colosenses 1:15) ¿No describiría usted así a la primera creación por
Dios? De hecho, nunca se describe así a Dios el Padre, ni al espíritu santo, lo que sugiere que la
noción promovida de preeminencia por los tradicionalistas no es el significado principal o
consuetudinario del término primogénito. No hay duda que Jesucristo es divino, pues es ‘el Hijo
primogénito de Dios’, no el Dios todopoderoso.
8. El “artículo” griego y el complemento predicativo:

Un asunto importante al considerar el texto de Juan 1:1 es la presencia o ausencia del artículo
griego (conocido como el artículo definido o determinado, que corresponde a el, la, los, etc. del español).
Sin embargo, el griego bíblico no utiliza el artículo indefinido (un, una, etc.), pero el traductor
encontrará que a veces es necesario emplearlo en el idioma meta donde aplique.

Aunque hay traductores que procuran restar importancia al artículo en Juan 1:1, no debemos
concluir que los autores bíblicos fueron descuidados con ello. Es cierto que no existe regla
estricta que aplique en todos los casos donde aparece el artículo. De hecho, el vocablo griego
para “Dios” (theós) en la Biblia se utiliza generalmente en referencia al Dios verdadero como
nombre propio, con o sín artículo. (Aunque en griego, los nombres propios sí pueden tener el artículo.)
Muchos estudiosos, si no la mayoría, reconocen que en el contexto de Juan 1:1, en contraste con
otras Escrituras, la presencia del artículo o su ausencia, desempeña un rol vital en su
interpretación. En cuanto al significado y función del artículo griego (el, la, los, etc., en español) por
todo el texto griego, leemos lo siguiente:

“En general, la presencia del artículo denota identidad particular, mientras que su ausencia enfatiza
calidad o características”. (El Griego Bíblico Al Alcance De Todos, ©2007 por José Antonio Septién, Editorial
CLIE, Barcelona, pág. 122. Cursivas de él.)

“La función del artículo es señalar un objeto o llamar la atención hacia él. Su uso con una palabra hace
que la palabra sobresalga distintamente. ‘Siempre que el artículo aparece, el objeto es ciertamente
definido. Cuando no se le usa, el objeto puede o no serlo’ (R[obertson] 756) … La función básica del
artículo griego es señalar identidad individual”. “Se puede concebir un objeto de pensamiento desde dos
puntos de vista: en cuanto a identidad o cualidad. Para transmitir el primer punto de vista el griego usa el
artículo; para el segundo, se usa la construcción sin el artículo”. (Gramática Griega del Nuevo Testamento,
©1984 Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, TX ©1955 por Dana y Mantey, pp. 132-133; 144. Cursivas de los
autores.)

“Lo propio del artículo es mostrar (originariamente era un demostrativo), determinar, distinguir, concretar
algo como esto (no como tal). Por tanto, el artículo nos indica siempre que se trata de algo conocido y
determinado para quien escribe. Si bien con frecuencia no está claro para nosotros en qué sentido hay que
entender esa determinación (cosa que en ocasiones sería de gran interés para la exégesis)”. (El Griego del
Nuevo Testamento, Max Zerwick S.J., pág. 81. ©1966 Editrice Pontificio Istituto Biblico, Roma – Editorial Verbo Divino,
1997, Estella, Navarra, España. Cursivas suyas.)

Esta generalización del artículo griego aplica en la mayoría de los casos. Hay algunas
excepciones a esta norma. Por ejemplo, cuando el artículo aparece en cláusulas que contienen
genitivos o frases preposicionales. Los gramáticos Dana y Mantey declaran: “El uso de
preposiciones, pronombres posesivos y demostrativos, y el caso genitivo tienden también a
hacer que una palabra sea definida. En tales veces, aun si el artículo no es empleado, el objeto
ya es distintamente indicado”. (Dana y Mantey 1984, pág. 132. Véase también la obra en inglés,
Intermediate Greek Grammar por David L. Mathewson y Elodie Ballantine Emig, pág. 74. ©2016, Baker
Academic, Grand Rapids) Por ejemplo, en Juan 9:5, luz soy del mundo, se puede traducir, aunque no
obligatorio: soy la luz del mundo. También en Juan 1:49, donde leemos en WH y UBS: tú rey eres
de Israel, se puede traducir, tú eres el rey de Israel. Los traductores en práctica no son
consecuentes en estos casos, como por ejemplo, en Juan 9:5. Pero ¡ojo!, hay eruditos que
utilizan estos ejemplos para afirmar el estado definido de theós en Juan 1:1c, cuando el caso es
que Juan 1:1c no contiene frase preposicional en su cláusula. Por consiguiente, no son paralelos
gramaticales.

Con el interés de promover la lectura tradicional de “Dios” en Juan 1:1c, alguien publicó una lista
de 20 casos de theós sin el artículo que la mayoría de los traductores interpretan como una
referencia al Dios verdadero. (Jn. 1: 6, 12, 13, 18; 3: 2, 21; 6:45; 8:54; 9:16, 33; 13:3; 16:30; 19:7; 20:17 (2 ); 1 Jn.
3:2; 4:12; 2 Jn. 3, 9; Ap. 21:7) El autor de esta lista afirma que todos comparten “la misma estructura
gramatical” de Juan 1:1. ¡No es verdad! Estos otros textos contienen frases preposicionales,
genitivos o algún otro modificador, a diferencia de Juan 1:1c que contiene una declaración
nominativa adecuada. Repito, Juan 1:1c no contiene frase preposicional en su cláusula. Por lo
tanto, las Escrituras en el listado en este párrafo no son paralelos gramaticales. Los que afirman
que lo son sin revelar el hecho de que exhiben una estructura gramatical diferente no están
siendo transparentes.

Tambien hay que señalar que otros en la red informática, en su intento por justificar que “theós”
sin artículo en Juan 1:1c debe entenderse con sentido definido, apuntan a la primera frase del
texto donde literalmente lee, “en principio” sin artículo, y los traductores allí acostumbran
emplear el artículo para que diga: “en el principio”. Su argumento consiste en que la ausencia
del artículo griego en la expresión, de cualquier manera, implica un entendimiento definido,
como sería el caso también en la última cláusula del texto. De nuevo, lo que no le dicen a sus
lectores es que las palabras “en principio” constituyen una frase preposicional, pues contiene una
preposición “en” acompañado con su complemento “principio”. Es decir, que esta frase
preposicional en el caso “dativo” es gramaticalmente diferente a la última cláusula del texto
donde tanto “theós” como “el logos” son nombres nominativos. Los mismos gramáticos nos
dicen que estos suelen manejarse de manera diferente en la traducción. Por ej., La gramática de
Smith dice: “El artículo se omite muy a menudo en frases que contienen una preposición: ἐν
ἀρχῇ τοῦ λόγου en el principio del discurso….” (Smyth’s Grammar, 1956, Sección 1128. Subraya mía.)

Con esto en mente, es notable que en la mayoría de los casos donde se utiliza “theós” (Dios) con
el artículo en nominativo en los Evangelios y Hechos, la referencia es a Dios el Padre. Cuando el
artículo griego no aparece en construcciones nominativas (sea “theós” u otro), es la norma de los
traductores de la Biblia en inglés presentar los nombres sin artículo con un artículo indefinido. Ya
veremos como aplica esto al idioma español. Irónicamente, la excepción más notoria a esta
norma por los tradicionalistas es la ocurrencia prominente de Juan 1:1c. Un póster en línea por
el nombre de Elijah Daniels* ha producido su propio estudio en inglés de tales sustantivos que
aparecen en los Evangelios, Hechos, las epístolas de Juan, Apocalipsis y en partes de la
Septuaginta (Génesis, Jueces y 1 Reyes). Él concluye que los complementos predicativos sin
artículo en estos libros casi siempre se traducen al inglés [pero no siempre al español] con un
artículo indefinido, no “definido”. Si su estudio es alguna indicación, esto significaría que muchos
académicos y sus seguidores en el segmento inglés han estado promulgando conclusiones
erróneas sobre este asunto durante mucho tiempo.
(*https://examiningthetrinity.blogspot.com/2009/09/def-part-3-appendix.html)
Ahora bien, ¿cómo aplicaríamos esto al español? Al analizar Juan 1:1 encontramos que la
primera instancia de theós (dios) aparece con el artículo (“el”) que identifica al Dios Supremo,
mientras que en el segundo caso sin artículo antepuesto al verbo, se pone de relieve el sentido
indefinido o cualitativo del sustantivo. “La ausencia del artículo aquí es a propósito y esencial
para la verdadera idea”, afirma A. T. Robertson. (A Grammar of the Greek New Testament in the Light of
Historical Research, p. 768. ©1934, Broadman Press, Nashville) Más adelante, proporcionaré una lista
de otras Escrituras que sí tienen una estructura gramatical similar a la de Juan 1:1.

En Juan 1:1, el sujeto es el Logos o “el Verbo” (presumiblemente, Jesucristo), indicado por el artículo
“el” antes del Verbo. Se dice que el Verbo es “dios”, el predicado, indicado por la omisión del
artículo. Pero los traductores no son unánimes en su manejo de este versículo. Algunos vierten,
“la Palabra era divina”. Y otros: “El Verbo era un dios”. Obviamente, estas lecturas pueden alterar
el significado de la declaración. De ahí, la controversia.

Técnicamente, el artículo indefinido “un” sí puede ser incluido en la interpretación de Juan 1:1.
Aunque los estudiosos en su mayoría apoyan la lectura tradicional en el texto, como lo hace el
evangélico William Mounce, autor de una popular gramática griega utilizada en varias
academias de los Estados Unidos, él admite lo siguiente: “Cuando el artículo no está presente, se
hace hincapié en la cualidad del sustantivo”. (Biblical Greek: A Compact Guide, ©2011, Zondervan,
Grand Rapids, Michigan, pág. 15) Mounce en otra obra suya (Basics of Biblical Greek Grammar, ©2009,
Zondervan, pp. 27, 334-36) cita a otro académico, a Daniel B. Wallace (profesor evangélico del N.T. del
Seminario Teológico de Dallas, TX), en apoyo de su punto de vista de Juan 1:1c, donde Wallace
declara: “El candidato más probable para θεὸς es cualitativo”. (Greek Grammar Beyond the Basics, pág.
269. ©1996, Zondervan. A no ser que indique lo contrario, haré cita de esta publicación en inglés más bien que su
Una obra bíblica que se preparó
contraparte en español, ya que la obra traducida al español es abreviada.)
como manual universal para los traductores bien indica: “...Se hace difícil creer que la omisión
[del artículo en Juan 1:1c] no sea significante”. (The Translator's New Testament, The British and Foreign Bible
Society, pág. 451. ©1973)

Las versiones modernas agregan el artículo indefinido (un, una) centenares de veces, aunque
este no aparecía originalmente en la Biblia. El latín no tiene artículo, pero las traducciones de
ese idioma al inglés las incorporan. Por ejemplo, Wycliffe quien tradujo del latín al inglés (c. 1384)
incorporó tanto el artículo definido como el indefinido en su traducción. Acto seguido, la versión
de Felipe Scío de San Miguel y Petisco-Torres Amat y otras al español hicieron lo mismo.

La práctica razonable de insertar el artículo indefinido (un, una, etc.) al texto traducido no solo es
aceptable, en algunos casos es indispensable para darle el sentido apropiado a la materia en
consideración. En general, ‘el uso del artículo indefinido [un, una, etc.] en la traducción es una
cuestión de juicio individual’, dice el acádemico Alfred Marshall (D. Litt.). Y añade: “Hemos
insertado [el artículo indefinido en nuestra traducción al inglés] como cosa natural donde parecía
necesitarse”. (The Zondervan Parallel New Testament in Greek and English, ©1975, pág. xxx de la
Introducción.) Y en relación al español, el profesor de Nuevo Testamento y griego del Seminario
Evangélico de Puerto Rico, Ediberto López Rodríguez, escribió: “Por lo tanto, cuando nos
topamos [en el griego] con un sustantivo sin artículo definido a veces es posible traducirlo con un
artículo indefinido [al español].” (Introducción al Griego de la Biblia, Tomo I, p. 25. ©2010 por Abingdon Press,
Siendo ese el caso, ¿por qué entonces hay tanta objeción (escándalo), a que una
Nashville)
traducción prominente (TNM) haga eso mismo en Juan 1:1?

Obviamente, la práctica de utilizar el artículo indefinido en el texto bíblico moderno causa


controversia cuando la teología entra en juego. El caso de Juan 1:1c es claro ejemplo de esto,
donde apasionadamente se procura defender cierta posición doctrinal. El asunto es más de
causa teológica, que gramatical. Puede que la gramática permita la lectura “el Verbo era Dios”.
De ser así, ¿por qué entonces no seguir usando la lectura tradicional que aparece en tantas
Biblias? Simplemente porque es engañosa. Dice una fuente respetable (Murray J. Harris): “…Pocos
dudarán que esta tan-respetada traducción [el Verbo era Dios] necesita una cuidadosa exégesis ...
La traducción no es sostenible sin explicación”. Harris, un trinitario, explica que la traducción
tradicional causa problemas ya que ‘en el uso normal del inglés [y del español], Dios es un
nombre propio, que se refiere a la persona del Padre, y no a Cristo.’ Harris escribió: “La Palabra
no es ni el Padre ni la Trinidad”. (Jesus as God: The New Testament Use of Theos in Reference to Jesus, pág. 69,
Baker Books, 1992)

Una objeción al calificar a Cristo de “Dios” en sentido determinado como “el Dios Supremo” es
que ello comunicaría un sentido opuesto al lector moderno procedente de una cultura y
mentalidad muy distinta a la del autor bíblico, un monoteísta. El pueblo de Dios estaba
acostumbrado a la enseñanza del Shema’, que ejemplificaba la esencia central del monoteísmo
judaico. De aplicar el vocablo Dios a Cristo en Juan 1:1 en sentido trinitario (cuya doctrina se
admite generalmente no fue establecida en tiempos bíblicos), ¿no rompería eso con la impresión
monoteísta que por siglos se venía enseñando? Por otra parte, algunos creen que llamar a
Jesucristo “un dios” promueve el politeísmo. Consideraremos este asunto más adelante.

¿Cuál sería entonces la traducción apropiada para el theós sin artículo en esta estructura
gramatical? Aparte del hecho que no hay unanimidad en la interpretación, algunos eruditos
expresan que Juan 1:1 es extremadamente complejo de traducir. No tanto. La aparente
“complejidad” al traducir la última cláusula de Juan 1:1 se puede deber más bien a evasivas
teológicas. Hay bastante información disponible sobre el tema de la cual podemos establecer
una conclusión firme. Como se ha señalado, cuando los complementos predicativos en singular
y sin artículo preceden al verbo, generalmente son indicativos de la condición indefinida o
cualitativa de los sustantivos en función de sujeto. En tal construcción, theós no se utiliza para
identificar al Verbo con el Dios con quien estaba, sino para describir una cualidad o atributo del
Logos. Así mimo lo expresó la Versión Católica NABRE* en una nota sobre Juan 1:1, “Era Dios: la
falta de un artículo definido con ‘Dios’ en griego significa predicación en lugar de identificación”.
(* New American Bible, Revised Edition)

El gramático Ray Summers explica lo siguiente: “Por consiguiente ‘en el principio era el Verbo y
el Verbo estaba con Dios (τὸν Θεóνóν) y el Verbo era divino (Θεóνός)’ comunica el sentido”. (Essentials of
New Testament Greek, ©1950, Broadman Press, Nashville, pp.129-130) The Translator’s New Testament está de
acuerdo: “En efecto [la omisión del artículo definido] da una cualidad adjetiva para el segundo uso
de Theós (Dios), de modo que la frase significa ‘La Palabra era divina’”. (Pág. 451) También, el
Profesor de Nuevo Testamento, Senén Vidal García explica: “El término Dios no tiene artículo en
griego y es predicado; no se identifica la Palabra con el Dios anterior (con artículo: el Padre), sino
que se afirma su divinidad (equivale a era divina).” (Nuevo Testamento, ©2015 – Editorial Sal Terrae, Cantabria, España)

Algunos, como Bultmann, objetan al uso de divino para theós, declarando que si Juan hubiera
querido decir divino habría usado la palabra griega disponible theios en lugar de “theós”. Sin
embargo, un académico señaló que Bultmann “pasa por alto el hecho de que θεóνῖος [theios] dice
menos de lo que aquí se afirma del Logos y haría uso de un griego literario completamente
ajeno al Evangelio de Juan, o expresaría un significado diferente”. (Haenchen/Funk 1984, pág. 111)
De hecho, la palabra “theós” es la palabra común que se usó en toda la Biblia para referirse a
Dios y otros seres poderosos (más de 5,000 veces en la Septuaginta y el NT con sus diversos matices.
La palabra theios, en cambio, no era popular entre los escritores de la Biblia, solo se utilizó unas pocas
veces, y nunca por Juan.)

Esta divergencia de opiniones indica la necesidad de ejercer precaución al momento de tomar


las interpretaciones de los estudiosos como hechos sin analizar el asunto más a fondo. Otro
peligro que debemos evitar es llegar a depender demasiado del testimonio inconcluso de los
“primeros padres de la iglesia”, aun cuando le otorgamos su lugar merecido en el análisis
histórico. La Biblia es en última instancia nuestra mejor guía en esta asunto.

9. ¿Puede el artículo indefinido (“un”) ser legítimamente añadido a Juan 1:1?

La mayoría de los eruditos bíblicos son del consenso que la lectura tradicional “el Verbo era
Dios“, es la traducción correcta en Juan 1:1. Rechazan categóricamente la noción de que el texto
diga “la Palabra era un dios“, tal como lee la Traducción del Nuevo Mundo [TNM], una publicación de
la organización religiosa de los Testigos de Jehová. Randolph 0. Yeager, por ejemplo, hizo público
el siguiente comentario burlón de esta versión: “Solo los estudiantes de segundo año de la
gramática griega van a traducir... ‘y la Palabra era un Dios’ “. (Renaissance New Testament, Vol. 4,
Renaissance Press, 1980, pág. 4) Otros académicos han hecho comentarios despectivos similares
sobre la controvertida lectura de la TNM, como por ejemplo, Paul L. Kaufman: “Los Testigos de
Jehová evidencian una abrumadora ignorancia de los principios básicos de la gramática griega
en su mala traducción de Juan 1:1“. F. F. Bruce lo llamó “totalmente indefendible“. Harry A. Sturz
dijo al respecto: “Una traducción antigramatical y tendenciosa“. Donald Guthrie:
“Gramaticalmente indefendible“. Bruce M. Metzger: “Perniciosa“... “una espantosa mala
traducción“. Julius R. Mantey: “Una traducción groseramente engañosa“. Y el Dr. Samuel J.
Mikolaski de Zurich, Suiza escribió: “Es monstruoso traducir la frase ‘la Palabra era un dios’“. Es
obvio que la TNM ha recibido más oposición de los tradicionalistas que cualquier otra versión
moderna.

Estas duras críticas indican que poco puede ser más inquietante para los católicos y
protestantes que tener a la vista una traducción prominente de la Biblia en Juan 1:1 que
describa a Jesucristo como “un dios”, en lugar de “Dios“. Dicho esto, ¿cuánta confianza se puede
atribuir a estas críticas? Podemos comenzar por señalar que el lenguaje que usaron estos
críticos en sus acusaciones es inflexible, severo, y tendencioso. Más significativamente, los
críticos se centran principalmente en UNA traducción de la Biblia con la representación de “un
dios“. ¿Por qué mencionar esto? Bueno, ¿sabías que la TNM es solo una de muchas versiones
bíblicas con tal lectura? En el siguiente enlace (https://en.calameo.com/read/006362197a39c67b234b5,
he proporcionado una lista de fuentes – más de 40 fuentes – que apoya directamente la
sección 6)
traducción de “un dios”. (https://en.calameo.com/read/0063621972356a54344e7)

Además, encontrará otras 100 fuentes en varios idiomas que respaldan traducciones como:
divino, un ser divino, dios de cierto tipo, parecido a Dios, etc. Estos números no son insignificantes.
De hecho, puede haber incluso más fuentes con lecturas similares a las que enumeré. ¿Qué dice
eso? Esto puede indicar que los críticos mencionados anteriormente no están bien informados,
o sino, podrían ser culpables en promover mentiras políticas en el nombre de Cristo. Pues
ninguno de los críticos anteriores consideró meritorio avisar a sus lectores de opiniones
divergentes de otros estudiosos. Entonces, de inmediato notamos un patrón por parte de los
críticos: la falta de honradez, objetividad y equidad en el tema. Más pertinente al asunto es si
tales declaraciones son sostenibles bajo escrutinio. Sorprendemente, no lo son, como lo
demuestran las pruebas presentadas a continuación.

Curiosamente, los editores de la marginada versión bíblica han declarado que algunas
Escrituras ‘pueden ser traducidas de más de una manera’, enumerando a Juan 1:1 como
ejemplo. Una publicación suya dijo lo siguiente: “Si gramaticalmente un pasaje se puede traducir
de más de una manera, ¿cuál es la traducción correcta? La que esté en armonía con el resto de
la Biblia….Juan 1:1,2....” (Razonamiento a partir de las Escrituras, pp, 408-409. ©1985 por la Sociedad
Watchtower Bible and Tract, Brooklyn. Énfasis mío.) Esta conclusión aparenta ser más honesta que la de
los críticos anteriores que presentan una posición teológica unilateral e inflexible.

Esta no es la primera vez que una versión de la Biblia ha sido objeto de críticas. Hace un siglo
que la obra enciclopédica en inglés New Schaff-Herzog Encyclopedia of Religious Knowledge dejó
constancia que cuando un erudito Protestante de reputación académica, Hugues Oltramare, en
1872 tradujo Juan 1:1 con una d minúscula contrario a la costumbre, recibió bastante oposición
por ello. La publicación observó: “Su versión de Juan i:1, La Parole était dieu, fue criticada
severamente por los ortodoxos a causa de la pequeña d ”. (Volúmen 8, pág. 239)

Es obvio que los académicos en general se oponen a cualquier traducción que se desvíe de la
tradicional en Juan 1:1, en particular la de “un dios”. Esto quedó nuevamente de manifiesto
cuando un estudioso prominente de la Universidad de Glasgow, Escocia, el Dr. William Barclay,
acusó públicamente a los editores de la Traducción del Nuevo Mundo de “deshonestidad intelectual“
por su traducción de Juan 1:1, al escribir: “La deliberada distorsión de la verdad por esta secta se
ve en sus interpretaciones del Nuevo Testamento. Juan 1:1 es traducido: ‘...la Palabra era un
dios’, una traducción que es gramaticalmente imposible ... Es claro que una secta que puede
traducir el Nuevo Testamento de esa manera es intelectualmente deshonesta“. (The Expository
Times, vol. 65, octubre de 1953, Edinburgo: T. & T. Clark) ¡Fuerte acusación, de hecho! De nuevo, Barclay no
avisó a otros que hay católicos y protestantes “honestos” que utilizan semejante lectura a la
TNM.

Con todo, dos décadas después, en una carta privada (fechada, “20 de mayo de 1974”) a un tal
David Burnett de Australia, Barclay admitió: “Se podría traducir [Juan 1:1], por lo que el griego
dice: ‘la Palabra era un Dios’, pero parece obvio que esto está en contra de la totalidad del resto
del Nuevo Testamento que no es correcto”. (Ever Yours: A Selection from the Letters of William Barclay
[Siempre suyo: Una selección de las cartas de W. B.], editado por C. L. Rawlins, Labarum Publ., 1985, p. 205) Que
sepa, el Dr. Barclay nunca emitió una disculpa pública a los traductores de la Traducción del Nuevo
Mundo por haberlos acusado previa y públicamente de ‘deshonestidad intelectual’ por su
esfuerzo de traducción, ya que él concedió posteriormente que la traducción, “un Dios”
(interpretación aparte), por lo que el griego dice, es gramaticalmente factible. ¿Quién fue
‘intelectualmente deshonesto’ aquí? (Encontrará un extracto de la carta al final del artículo original en
inglés.)

Otro erudito trinitario, el doctor Tomás L. Constable* (Th.D.), respondió sobre la polémica de
Juan 1:1 así: “Jesús no era un dios. Él mismo es Dios”. No obstante, hizo la siguiente concesión:
“Ellos [los TJ] lo traducen [en Juan 1:1] ‘La Palabra era un dios.’ Gramaticalmente, esa es una
traducción posible, dado que es legítimo suministrar el artículo indefinido [“un”] cuando no
existe ningún artículo en el Texto Griego, como en este caso. Sin embargo, esa traducción aquí
es definitivamente incorrecta porque reduce a Jesús a menos que Dios”. (*Dr. Constable's Expository
Bible Study Notes, Emérito Catedrático de Exposición Bíblica en el Seminario Teológico de Dallas, Texas.
2012) De nuevo, este académico se opone a la traducción ‘legítima’ de “un dios” de la TNM por un
motivo no gramatical.

Hay entonces un número creciente de eruditos que reconocen la viabilidad gramatical de la


traducción un dios en Juan 1:1. Los individuos que reconocen tal interpretación y todavía se
oponen a ella, lo hacen con la comprensión que el contexto está de su lado. La plétora de
discusiones en línea ha llevado a un mayor escrutinio en la interpretación y traducción de Juan
1:1. Lamentablemente, muchas discusiones en la Internet que giran en torno a Juan 1:1
terminan distorsionando la verdad y tergiversando los hechos. Por consiguiente, una revisión de
los hechos pertinentes está en orden. Ahora bien, ¿será propio traducir Juan 1:1, “el Verbo era un
dios” en vez de decir que era “Dios”. ¡Vamos a averiguarlo!

10. Predicados nominales sin artículo antepuestos al verbo como en Juan 1:1c,

En la Biblia hay diversos casos en el texto griego, similares a Juan 1:1, donde complementos
predicativos en singular y sin artículo aparecen antes del verbo y los traductores incorporan con
regularidad el artículo indefinido (un) en el texto traducido para denotar la condición indefinida o
atributiva del sujeto en función. O bien emplean una traducción que utiliza letra minúscula
inicial, o un adjetivo común, como “algún” que no haga al sujeto determinado.

Veamos diez (10) ejemplos, 7 tomados del Nuevo Testamento, y tres de otras fuentes: La
Anábasis de Jenofonte, El Martirio de Policarpo, y la Septuaginta (LXX), traducción importante del
Texto Hebreo al Griego usada por los autores de las Escrituras Griegas, para determinar cómo
los traductores manejan la traducción de expresiones que tienen estructura gramatical
semejante a Juan 1:1. Estos ejemplos contienen casos nominativos adecuados y cláusulas con
complementos predicativos sin artículo antes del verbo. Por ende, carecen de frases
preposicionales, genitivos y otros modificadores que tienden a acentuar la definición de los
sustantivos.

1.o Ejemplo (Hechos 28:4):


Griego: Πάντως φονεóνύς ἐστιν ὁ ἄνθρωπος οὗτος
Totalmente homicida es el hombre este

Este relato trata de Pablo y sus acompañantes llegando a Malta al sufrir naufragio, una islita al
sur de Sicilia, durante un día frío y lluvioso. Los isleños allí fueron muy amables con ellos, y le
hicieron una hoguera para calentarlos. Cuando Pablo fue a echar leña seca al fuego, una
serpiente venenosa le mordió la mano. Cuando los isleños supersticiosos vieron lo que le
golpeó, dijeron lo supracitado. ¿Y cómo traducen las versiones bíblicas esta cláusula griega que
es idéntica en construcción a la de Juan 1:1? ¡Veamos!

“Seguramente homicida es este hombre” (Bover-Cantera)


“Por cierto es homicida este hombre” (N.T., Pablo Besson)
“Sin duda este hombre es homicida” (Versión Moderna)
“Mal asesino tiene que ser este hombre” (La Biblia de Nuestro Pueblo)

“Ciertamente este hombre es homicida” (Reina-Valera 1960)


“Ciertamente este hombre es un homicida” (Reina-Valera, 1977)
“Con toda seguridad este hombre es un homicida” (Reina-Valera Contemporánea)
“This man must be a murderer” (New International Version, NIV-Inglés)
“Sin duda este hombre es un asesino (Nueva Versión Internacional, español)
“Certamente este homem é assassino” (Nova Versão Internacional, portugués)
“De seguro este hombre es asesino” (Traducción del Nuevo Mundo, 1987)
“Este hombre debe ser un asesino” (Traducción del Nuevo Mundo, 2019)

“Este hombre debe de ser un asesino” (Dios habla hoy)


“Este hombre, sin duda, es algún homicida” (Petisco-Torres Amat)
“Sin duda que este hombre es un asesino” (La Biblia de las Américas)
“Sin duda este hombre es un asesino” (Traducción de dominio público)
“Este hombre es seguramente un asesino” (Biblia de Jerusalén)
“Sin ninguna duda, este hombre es un homicida” (Biblia Textual)
“Sin duda un asesino es el hombre” (N.T. Interlineal Griego-Español, F. Lacueva)
“Seguro que este individuo es un asesino” (Schökel-Mateos)
“Este hombre es seguramente un asesino” (Levoratti-Trusso)
“Sin duda que éste es un homicida” (Nácar-Colunga)
“Quizás este varón es un homicida” (Biblia Peshitta, traducido del arameo)
“Este hombre es ciertamente un asesino” (Dr. Evaristo Martín Nieto)
“A no dudar este hombre es un asesino” (Franquesa-Solé)
“Este hombre sin duda es algún homicida” (R. P. Serafín de Ausejo)
“Seguramente este hombre es un asesino” (Biblia de Navarra)
“Seguramente un asesino es el hombre este” (Interlineal Palabra por Palabra, Tamez, Trujillo, Foulkes)

Lectura literal en Hechos 28:4, homicida es el hombre


Predicado nominal Verbo Sujeto
Lectura literal en Juan 1:1, dios era el Logos

En esta cláusula, el sujeto es “el hombre” (Pablo), indicado por el artículo “el”, mientras que en
Juan 1:1 el sujeto es “el Verbo” con artículo correspondiente. En este pasaje, tenemos un
complemento predicativo sin artículo en singular, homicida, antes del verbo es, así como en Juan
1:1 tenemos a theós (dios) sin artículo antepuesto al verbo era.

Como puede ver, estas versiones bíblicas no vierten este pasaje en sentido definido, más bien
presentan a los isleños describiendo un atributo acerca de este hombre, como “algún” asesino
que la justicia divina reclamaba. Observe que varias versiones de la Reina-Valera alternan entre
la lectura anterior “homicida” y la más reciente, “un homicida”. Varias versiones internacionales
hacen lo mismo. Ambas son aceptables. De igual manera, Juan 1:1 puede ser traducido dios o un
dios sin hacer violencia a la gramática griega. Es más asunto de interpretación que de gramática.

Hechos 28:4 por sí solo muestra la frivolidad de la afirmación de Randolph Yeager que ‘solo los
estudiantes de segundo año en la gramática griega traducirían Juan 1:1 [y cláusulas semejantes]
con artículo indefinido. La fuerza motivadora de tales declaraciones sin fundamento se debe a
otra razón que no sea la gramática. La afirmación de que Juan 1:1 ha ser traducido, “el Verbo era
Dios” en nuestra lengua con entendimiento definido sería tan precipitado como el postular que
Hechos 28:4 debe ser traducido: “Seguramente este hombre es [el] Asesino”. Pero, ¿quién hace
eso en Hechos 28:4?

2.o Ejemplo (Juan 8:48):

Griego: ὅτι Σαμαρίτης εἶ σὺ


que samaritano eres tú

Los líderes judíos acusan erróneamente a Jesús de tener un demonio y de ser “samaritano“.
“Samaritano“ aquí se usa quizás para sugerir que Jesús era un hereje o individuo de culto
defectuoso.

“que tú eres samaritano“ (Reina-Valera 1960)


“que tú eres samaritano“ (Versión Moderna)
“que eres un samaritano“ (Dios Habla Hoy)
“que tú eres un samaritano“ (Nuevo Testamento, Senén Vidal)
“Tú eres como un samaritano“ (La Palabra de Dios para Todos)
“que eres un extranjero indeseable” (Traducción en lenguaje actual)
“that you are a Samaritan” (New International Version, inglés)*
“que eres un samaritano“ (Nueva Versión Internacional, español)
“que você é samaritano“ (Nova Versão Internacional, portugués)
“that You are a Samaritan” (NASB, inglés - The Lockman Foundation)*
“que eres samaritano“ (Biblia de las Américas [= NASB, en inglés, ambas por The Lockman Foundation])
“that you are a Samaritan“ (Jerusalem Bible, inglés)*
“que tu es un Samaritain“ (La Bible de Jérusalem, francés)*
“que eres samaritano“ (Biblia de Jerusalén, español)
“You are a Samaritan” (New World Translation, inglés)*
“Tu es un Samaritain” (Traduction du monde nouveau, francés)*
“Sei un samaritano” (Traduzione del Nuovo Mondo, italiano)
“Tú eres samaritano” (Traducción del Nuevo Mundo, español, 1987)
“Tú eres un samaritano” (Traducción del Nuevo Mundo, español, 2019)
“que você é samaritano” (Tradução do Novo Mundo, portugués)
(* El inglés y el francés, en contraste con el español, usan letra mayúscula inicial con los grupos étnicos,
i.e.: Samaritan, Samaritain, etc. Como sabrán, Jesús era de linaje judío, no samaritano.)

Lectura literal en Juan 8:48, samaritano eres tú


Predicado nominal Verbo Sujeto
Lectura literal en Juan 1:1, dios era el Logos

Esta cláusula, como en Hechos 28:4 arriba, y Juan 4:19 en el ejemplo siguiente, tienen el
complemento predicativo sin artículo antepuesto al verbo y el sujeto, y son paralelos exactos a
Juan 1:1. ¿Tendría sentido verter esto en sentido definido o identificativo así, ”Tú eres [el]
samaritano”? No.

También es instructivo considerar cómo cuatro versiones internacionales (La Biblia de Jerusalén, la
NVI, la NASB y la TNM) trataron el asunto del predicado nominal sin artículo en sus ediciones
modernas de diversos idiomas que tienen a su disposición ambos artículos, a saber el artículo
definido e indefinido. Sea que hayan empleado el artículo indefinido o no en sus versiones, el
resultado final es casi idéntico. Todas las lecturas de esta sección enfatizan, no el estado
definido, sino la naturaleza cualitativa o indefinida de los sustantivos predicativos sin el artículo.

3.o Ejemplo (Juan 4:19):

Griego: θεωρῶ ὅτι προφήτης εἶ σύ


contemplo que profeta eres tú

Aquí tenemos la declaración de una mujer samaritana a Jesús después de oírlo percibir cosas
personales de su vida, apenas de haberlo conocido. Eso la movió a decir las palabras de arriba.

“veo que eres profeta” (R. Ricciardi y B. Hurault)


“veo que tú eres profeta” (Dr. Evaristo Martín Nieto)
“veo que eres profeta tú” (Pablo Besson)
“estoy viendo que tú eres profeta” (Biblia Textual)
“veo que eres profeta” (Biblia de América)
“me parece que tú eres profeta” (Reina-Valera)

“I perceive that thou art a prophet” (King James Version, inglés)


“tu devi essere un profeta!” (La Bibbia della Gioia, italiano)
“vedo che tu sei un profeta” (La Nuova Diodati, italiano)
“je le vois, tu es un prophète” (La Bible du Semeur, francés)
“veo que eres un profeta” (Biblia de Jerusalén)
“me doy cuenta de que eres un profeta” (La Palabra De Dios Para Todos)
“veo que eres un profeta” (Levoratti-Trusso)
“me parece que usted es un profeta” (Traducción en lenguage actual)
“veo que tú eres un profeta” (Biblia francesa de Darby)
“ya veo que eres un profeta” (DHH)
“creo que tú eres una persona que habla por Dios” (Versión Nueva Vida)
“veo que eres un profeta” (Torres Amat)
“veo que eres un profeta” (Felipe de Fuenterrabía, 10ma edición)
“veo que eres un profeta” (Serafín de Ausejo, 1969)
“I can see that you are a prophet” (New International Version, inglés)
“me doy cuenta que tú eres profeta” (Nueva Versión Internacional, español)
“vejo que é profeta” (Nova Versão Internacional, portugués)

“I perceive that You are a prophet” (New American Standard Bible [NASB], inglés)
“me parece que eres profeta” (Biblia de las Américas [contraparte de NASB en inglés], ambas producidas
por The Lockman Foundation)
“I see that you are a prophet” (New World Translation, inglés)
“vedo che sei un profeta” (Traduzione del Nuovo Mondo, italiano)
“veo que eres profeta” (Traducción del Nuevo Mundo, español)
“veig que ets profeta” (TRADUCCIÓ DEL NOU MÓN, [TNM-N.T.], catalán)

Lectura literal en Juan 4:19, profeta eres tú


Predicado nominal Verbo Sujeto
Lectura literal en Juan 1:1, dios era el Logos

Podrá observar que las traducciones que no usaron el artículo indefinido en Juan 4:19 tampoco
usaron mayúscula inicial “P” para “profeta”. Esto implica que estas versiones no presentan a la
mujer samaritana identificando a Jesús como “El Profeta” prometido, más bien recalcan una
cualidad o atributo que manifestó Jesús con ella, a saber, que él tenía presciencia para saber en
su caso cosas personales. Jesús tenía esta capacidad profética porque Dios le había dado poder
mediante su espíritu. (Hechos 10:38) La mujer samaritana no era de la misma religión de Jesús, y
los samaritanos solo aceptaban el Pentateuco, y no era dada a tener suficiente conocimiento del
hombre que acababa de conocer para identificarlo como el Mesías prometido. Para ser
consecuente, así como los traductores recalcaron una cualidad del complemento predicativo sin
artículo en Juan 4:19, eso mismo pudieron haber hecho con el correspondiente theós en Juan
1:1.

Los que hablamos el Español y otras lenguas denominadas romances, como el francés, italiano, y
portugués, tenemos una leve ventaja a la hora de comprender el asunto del artículo indefinido
desde el ángulo de la lengua griega que no lo tiene. A diferencia del inglés que generalmente
requiere el artículo indefinido para expresar el sentido cualitativo al traducir sustantivos sin
artículo, el español es más flexible en el asunto. Por supuesto, si el traductor al castellano quiere
hacer hincapié sobre la condición indefinida del sustantivo en juego, tiene esa opción de
utilizarlo, como verá en los siguientes párrafos.

Por ejemplo, en francés usted puede decir (Juan 4:19): “je vois que tu es prophète [yo veo que tú eres
profeta]” (Segond), como también puede decir: “je vois que tu es un prophète [yo veo que tú eres un
profeta]”. (Darby, versión francesa) La primera lectura no utiliza el artículo indefinido “un”, la
segunda sí. En italiano tenemos una lectura sin “un”: “io veggo che tu sei profeta [yo veo que tú eres
profeta]” (Diodati), y la otra con “un”: “tu sei un profeta! [tú eres un profeta]” (La Parola è Vita). En
portugués: “vejo que é profeta [veo que eres profeta], NVI-PT)”, o “vejo que és um profeta! [veo que eres un
profeta]”. (Biblia Sagrada, Edição Pastoral)

Esto es muy parecido a las lecturas españolas presentadas arriba, que aunque difieran en su uso
del artículo indefinido, el resultado es semejante, a saber, no hacen definido al sujeto, y suena
natural en ambos casos. En cambio, en inglés no es natural decir: “I perceive that you are prophet.”
Si desea denotar el estado indeterminado del sustantivo sin artículo en inglés, es necesario
añadir el artículo indefinido (a) así: “I perceive that you are a prophet.”

Aunque el Español no requiere el artículo indefinido en estos casos, el traductor puede utilizarlo
para eliminar cualquier ambigüedad. También está el asunto del énfasis. Quizás el traductor
prefiera enfatizar una condición sobre otra, sea cualitativa o indefinida. Hay que señalar que a
veces no hay clara distinción entre estos dos sentidos, como Wallace mismo admitió en su
Gramática. Sobre Juan 4:19, Wallace concluyó: “Aunque la traducción es más naturalmente
‘Señor, percibo que eres un profeta’, el sentido puede ser mejor caracterizado como indefinido-
cualitativo”. (Wallace 1996, pág. 266 y nota al pie) Lo mismo es cierto en Juan 1:1. Por eso hay
versiones bíblicas que traducen Juan 4:19 como “profeta”, o “un profeta”; y en los otros textos
discutidos, “homicida”, o “un homicida”; “samaritano”, o un samaritano”; “dios”, o “un dios”, etc.
Ambas formas de traducir son aceptables. Es tal como el gramático José Antonio Septién explicó:
“Cuando traducimos al Español un sustantivo sin artículo [griego] podemos proceder de dos
maneras: O bien se deja el sustantivo solo, o se le añade alguno de los artículos españoles
indeterminados: un, una, unos, unas….” (Septién 2007, pág. 122)

Es extraño que algunos individuos que afirman tener competencia en las lenguas bíblicas
originales, evidentemente no entienden, o rehusan reconocer públicamente, que en el proceso
de traducción hay potencialmente varias maneras de verter ciertos pasajes bíblicos sin violar las
reglas de la gramática. Dejan que los sentimientos religiosos se interpongan entre medio,
afectando su juicio. Esto es evidente cuando tratan de convencer a los demás que los que
traducen cierto pasaje diferente de la norma son “ignorantes” en el departamento griego.

4.o Ejemplo (Juan 18:37, primera ocurrencia):

Griego, (Pilato): Οὐκοῦν βασιλεὺς εἶ σύ;


No-entonces* rey eres tú?

Esta cláusula es un paralelo exacto con Juan 1:1c = predicado nominal sin artículo antes del
verbo y el sujeto. (*O, ¿Así que ... eres tú rey?)

5.o Ejemplo (Juan 18:37, segunda ocurrencia):

Griego: (Jesús): Σὺ λέγεις ὅτι βασιλεύς εἰμι [ἐγώ]*


Tú estás diciendo que rey soy yo

(*El texto griego Mayoritario y el texto griego de Robinson/Pierpont /Bizantino agregan ἐγώ aquí entre
corchetes. Los textos griegos de Westcott-Hort y Nestle-Aland/UBS lo omiten.)

Ambas instancias de βασιλεὺς (rey) aparecen antes del verbo y del sujeto. Al igual que en Juan 1:1,
el predicado nominal precede al verbo y al sujeto en la parte final. En la segunda ocurrencia de
rey aquí, el pronombre personal ἐγώ (yo) no aparece en algunos textos griegos, aunque ya es
implícito con el verbo “soy”. Los textos griegos Robinson / Pierpont / Bizantino agregan el
pronombre ἐγώ a la declaración. De cualquier manera, la omisión del artículo antes de rey pone
de manifiesto el factor cualitativo-indefinido del predicado nominal ejemplificado por estas
versiones de la Biblia.

RVR: Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey.
NC: Le dijo entonces Pilato: ¿Luego tú eres rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey.
NVI: —¡Así que eres rey! —le dijo Pilato. —Eres tú quien dice que soy rey.

NTV: Pilato le dijo: —¿Entonces eres un rey? —Tú dices que soy un rey —contestó Jesús—.
PDT: Entonces Pilato le dijo: —¿Así que eres un rey? Jesús respondió: —Tú dices que soy un rey.

6.o Ejemplo (1 Reyes 18:27, Septuaginta, LXX. El hebreo lee de derecha a izquierda):

Griego: ὅτι θεός ἐστιν Hebreo: ‫ה֔ו ּא‬ ‫כּ ֽי אּו֔ה םיִ֣הֹלֱא ־ א ֱֹלהִ֣יאּו֔ה ם‬
ִ
porque dios es (él) él dios pues <

Leemos en este relato de Elías haciendo un desafío a la gente a que tomaran una posición – la
de seguir a quien fuera el Dios verdadero, sea, Jehová, el Dios de Israel, o Baal, un dios cananeo,
mientras mofa a Baal como un dios falso, inútil.

“porque ese dios” (Versión Scío de San Miguel, traducido del latín, 1793)
“pues él es dios!” (La Biblia Peshitta en Español, traducido del arameo)
“porque él es un dios [a god]” (Traducido del arameo por G. M. Lamsa)
“pues dios él” (Antiguo Testamento Interlineal Hebreo-Español, 1992 por CLIE)

“Porque él es un dios [a god]” (Septuaginta, LXX, Lancelot C. L. Brenton)


“porque él es un dios [a god]” (Septuaginta, LXX, Charles Thomson)
“porque dios es” (La Sagrada Biblia, G. Jünemann B., 1992. LXX)
“porque él es un dios [a god]” (The Apostles' Bible: A Modern English Translation of the Greek Septuagint,
by Paul W. Esposito, 2004. LXX)
“Porque él es un dios [a god]” (A New English Translation of the Septuagint, 2007. LXX)
“porque él es un dios [a god]” (The Orthodox Study Bible, St. Athanasius Academy Septuagint, 2008. LXX)
“porque él es un dios [a god] ” (Orthodox England, Michael Asser, 2001-2010, – basado en el texto griego (LXX)
de la versión publicada por la Iglesia Ortodoxa Griega, Apostoliki Diakonia)
“porque él es un dios [a god]” (The Lexham English Septuagint, ©2019, Lexham Press. LXX)

El autor de Primero de Reyes tenía la opción de utilizar el artículo definido (el) para identificar a
Baal con el Dios verdadero, y no lo hizo. Claro está, el contexto indica que Baal no es el Dios
verdadero. De nuevo, observe la pequeña “d” en dios en las traducciones. En hebreo, esta
escritura lee así, kî- ’ĕ·lō·hîm hū (Literalmente: porque dios [es] él), bien reflejado en nuestra lengua.
Por consiguiente, la opción de traducción que utilizaron las antiguas versiones de varias lenguas
a partir de la expresión hebrea y griega de 1 Reyes 18:27 son indicadores válidos de cómo debe
traducirse Juan 1:1 al español.

7.o Ejemplo (Juan 6:70):

Griego: καὶ ἐξ ὑμῶν εἷς διάβολός ἐστιν


y procedente de ustedes uno diablo es
En esta escritura Jesús está dirigiéndose a sus doce discípulos más cercanos, donde anticipa que
uno de ellos, Judas Iscariote, más tarde lo traicionaría. Jesús se refirió a Judas como dia'bolos
(diablo) o calumniador. Este texto ofrece una leve variante a Juan 1:1 en que el sujeto antecede al
predicado y al verbo. Pero a semejanza de Juan 1:1, el vocablo dia'bolos carece del artículo
griego (el, en español), y antecede al verbo. No obstante, unos acádemicos (en inglés, la Biblia
Estándar Cristiana de Holman, y la Net Bible) cometen el error de agregar el artículo definido ante el
término diablo en la traducción al inglés (así, “the devil” = el diablo) bajo la premisa que este
sustantivo es monádico, es decir, uno de esos llamados único-en-su-clase. Eso no tiene sentido en
esta escritura.

Cristo aquí no identifica a Judas como “el Satán”, el archi-enemigo de Dios, más bien expresa que
discernía en Judas una inclinación malvada al manifestar cualidades de envidia y malicia, y por
ende, podía llamarlo apropiadamente un diablo, un traicionero, un calumniador. La fuerza
cualitativa es tan prominente aquí, que añadir el artículo (el) ante diablo no tiene justificación. La
convicción del gramático Daniel Wallace de que este sustantivo es único-en-su-clase haciéndolo
definido, no tiene ningún fundamento, como tampoco lo tiene en Juan 1:1. Otros traductores
tienen otro entendimiento más acorde con el contexto, como se muestra a continuación:

“Sin embargo, de vosotros uno es diablo” (Bover-Cantera)


”Sin embargo, uno de ustedes es diablo” (La Palabra de Dios Para Todos)
”y uno de vosotros es diablo?” (Biblia Textual)
“y de vosotros uno es diablo” (Pablo Besson)

‘y uno de vosotros es diablo?’ (Reina-Valera 1909; 1960)


“y sin embargo, uno de vosotros es un diablo?” (Nueva Reina-Valera 2000)
“y uno de ustedes es un diablo?” (Reina Valera Contemporánea)
“No obstante, uno de ustedes es calumniador” (TNM, 1987)
“Sin embargo, uno de ustedes es un calumniador” (TNM, 2019)
“yet one of you is a betrayer” (21st Century New Testament)
“Y uno de vosotros es un diablo” (Nácar-Colunga)
“Pero uno de ustedes es un diablo” (Versión Nueva Vida)
“uno de vosotros es un enemigo” (La Biblia, A. Schökel y J. Mateos)
“Sin embargo uno de vosotros es un diablo” (Agustín Magaña Méndez)
“y sin embargo, uno de vosotros es un diablo?” (La Biblia de las Américas)
“pero hay uno de ustedes que es un diablo” (Nueva Traducción Viviente)
“Sin embargo uno de ustedes es un diablo” (La Biblia de Nuestro Pueblo)
“Y uno de vosotros es un diablo” (Biblia de Jerusalén)
“Sin embargo, uno de ustedes es un diablo” (DHH)
“pero uno de ustedes es un diablo” (Nueva Biblia al Día)
“Sin embargo, uno de ustedes es un demonio” (Levoratti-Trusso)
“No obstante, uno de ustedes es un diablo” (Nueva Versión Internacional)
“y, sin embargo, uno de vosotros es un diablo” (Dr. Evaristo Martín Nieto)
“Pues bien, uno de vosotros es un diablo” (Petisco-Torres Amat)
“y uno de vosotros es un opositor” (Nuevo Testamento, Senén Vidal)

Esta escritura bien puede traducirse como calumniador, opositor, diablo, o un diablo, pero no “el
diablo”. Schökel y Mateos anotan: “‘enemigo’, = lit. ‘diablo’; en sentido etimológico se dice del que
acusa, calumnia, se opone con mala idea”. Comparto la opinión de los traductores en el listado
superior, y la de Philip B. Harner y Paul Stephen Dixon que sostienen que la fuerza cualitativa de
dia'bolos es más prominente que alguna inferencia definida. Dice Dixon: “Es mejor, por lo tanto,
tomar [dia'bolos] de manera cualitativa. Una buena traducción sería: ‘one of you is a devil [uno de
ustedes es un diablo]’”. (Harner: “Qualitative Anarthrous Predicate Nouns: Mark 15:39 and John 1:1,” Journal of
Biblical Literature [JBL], Vol. 92, pp. 75-87, Philadelphia, 1973. Dixon: The Significance of the Anarthrous Predicate
Nominative in John, p. 50. Tesis Th.M., Seminario Teológico de Dallas, 1975) Veamos otro ejemplo que ha
recibido considerable publicidad:

8.o Ejemplo (La Anábasis –Expedición– de Jenofonte, 1:4:6):

Griego: εμπóριον δ’ ην το χωρíον


mercado y era el lugar = “y el lugar era un mercado“ (Traducción de Dana & Mantey)

Comenta la obra Gramática Griega del Nuevo Testamento de Dana y Mantey bajo el encabezamiento,
Con el Sujeto en una Oración Copulativa, lo siguiente: “El artículo algunas veces distingue el sujeto del
predicado en una oración copulativa. En la Anabasis de Jenofonte, 1:4:6, εóνμπóριον δ’ ην το χωρíον, y
el lugar era un mercado, tenemos un caso paralelo de lo que tenemos en Juan 1:1, καὶ θεóνὸς ἦν ὁ
λόγος [kai theós ēn ho lógos], y la palabra era deidad. Tampoco era el lugar el único mercado, ni era
la palabra la totalidad de Dios, como así significaría si el artículo fuera también usado con θεóνός.
Tal como está, las otras personas de la Trinidad pueden ser implicadas en θεóνός”. (Dana y Mantey
1984, pág. 143. Cursivas de los autores. Énfasis mío.)

Estoy de acuerdo con esta Gramática con excepción de la declaración sobrante, “otras personas
de la Trinidad pueden ser implicadas en θεóνός”. Este es un caso claro donde los autores ven más
allá de lo que el texto de Juan sostiene. En verdad, el capítulo uno de Juan no habla de tres
personas divinas. De hecho, el entero Evangelio de Juan no contiene mención, ni la idea de tres
personas en uno solo Dios. Este lenguage es completamente extranjero al Nuevo Testamento.

Hay que mencionar que de seguir el paralelo a Juan 1:1 que estos gramáticos presentaron, a
saber, y el lugar era un mercado, entonces correspondientemente pudieran haber traducido Juan
1:1: “el Verbo era un dios”. Estoy al tanto que el doctor Julius R. Mantey ha declarado
públicamente su disgusto por la traducción: “la Palabra era un dios.” No obstante, el ejemplo
que ellos publicaron los contradice. Compare la lectura literal del griego de Jenofonte con la
declaración literal de Juan 1:1, que según ellos es un “caso paralelo”:

‘y el lugar era mercado’ (Lectura literal en orden natural del español, Anábasis, 1:4:6)
‘y la palabra era dios’ (Lectura literal en orden natural del español, Juan 1:1)

“y el lugar era un mercado” (Traducción sugerida por Dana y Mantey)


“y la Palabra era un dios” (Traducción polémica criticada por Mantey)

La traducción propuesta por los eruditos Dana y Mantey para el griego de Jenofonte es una
confirmación involuntaria de la interpretación “la Palabra era un dios,” aunque, como trinitarios
la rechazen. También observe que la traducción de Juan 1:1 que ellos finalmente impulsaron, a
saber, la palabra era deidad, no es equivalente a decir que “la Palabra era el Dios”, ya que ellos
mismos dijeron: “Ni era la palabra la totalidad de Dios, como así significaría si el artículo fuera
también usado con θεóνός”. Además, el uso de “pueden” como modificador en su declaración
sugiere una especulación teológica, no un hecho. La realidad es que Jesucristo mismo habló de su
Padre como “el único Dios verdadero”. (Juan 17:3) Se describe una y otra vez a Jesucristo como
“Hijo de Dios”. (Lucas 1:35) Este enfoque en Cristo Jesús por los autores cristianos por todo el
Nuevo Testamento llevó al trinitario William Barclay a exclamar: “Decir que el Verbo era Dios es
demasiado; decir que el Verbo era Divino es muy poco”. (“Great Themes of the New Testament: II John
1.1-14,” Expository Times 70, 1958-59: 114.)

Un asunto que generó bastante publicidad fue la publicación de una carta que el doctor Mantey
dirigió a los publicadores de la Traducción del Nuevo Mundo (Sociedad Watchtower), en la cual hacía
petición que no citaran más su publicación, afirmando que hacían mal uso de su Gramática.
Desde entonces no falta quienes fustiguen y acusen a esta Sociedad Bíblica de deshonestidad
escolástica. Después de analizar ambas partes de esta contienda, intuyo que estas alegaciones
tienen poco o ningún mérito. Es en suma, una objeción motivada por la teología de uno de los
autores de la Gramática.

No pase por alto que esta misma Gramática escribió: “Cuando identidad es prominente, hallamos
el artículo; y cuando se enfatiza cualidad o carácter, la construcción no tiene el artículo”. (Dana y
Mantey 1984, Pág. 133) Y: “El uso de θεóνός con el artículo y sin artículo es altamente instructivo. Un
estudio de los usos del término tal como se dan en la Concordancia de Moulton y Geden, lo
convence a uno de que sin el artículo θεóνός significa esencia divina, mientras que con el artículo
se tiene en vista principalmente personalidad divina. […] La construcción con el artículo recalca
identidad; la construcción sin el artículo da énfasis al carácter”. (Ibid, pág. 135. Cursivas de ellos)
También: “Para transmitir el primer punto de vista [en cuanto a identidad] el griego usa el artículo;
para el segundo [cualidad], se usa la construcción sin el artículo”. (Ibid, 144)

Sorprendentemente, el doctor Mantey incluyó esta declaración en su carta de rechazo a la


Sociedad Bíblica a la que hice referencia antes: “El profesor Harner, Vol 92:1 en JBL, ha ido más allá
de la investigación de Colwell y ha descubierto que los sustantivos de predicado sin artículo que
preceden al verbo funcionan principalmente para expresar la naturaleza o el carácter del
sujeto.” (11 de julio de 1974) En lugar de patrocinar una trinidad, esta declaración de Mantey
citando al profesor Harner apoya extrañamente algunos de los argumentos publicados en las
ediciones de 1950 y 1984 de la TNM. Cierto, los autores evángelicos de esta Gramática, explican el
carácter de Cristo en términos trinitarios, pero es innegable que algunas de sus declaraciones en
su argumentación (junto con la aplicación de Jenofonte que hacen como paralelo a Juan 1.1) favorecen
también a los que traducen Juan 1:1 acentuando, no la identidad de Cristo con Dios, sino más
bien una cualidad o característica del Logos. La implementación del artículo indefinido en
algunas versiones de Juan 1:1 logra eso también.

9.o Ejemplo (El Martirio de Policarpo, 12:1):

En El Martirio de Policarpo, 12:1 (Ireneo nos dice que Policarpo era discípulo de Juan y el obispo de
Esmirna), tenemos al procónsul proclamando este heraldo:
Griego: Πολύκαρπος ὡμολόγησεν ἑαυτὸν Χριστιανὸν εἶναι
Policarpo ha confesado él mismo cristiano ser

“Policarpo mismo ha confesado ser un cristiano”* (Traducción: Charles H. Hoole, 1885)


”Policarpo mismo ha confesado ser un cristiano”* (Traducido por J. B. Lightfoot)
”Policarpo ha confesado que él es un cristiano”* (Traducido por Kirsopp Lake)
”Policarpo ha confesado que él es un cristiano”* (Traducido por Michael W. Holmes)
”Policarpo ha confesado que él es un cristiano”* (Traducido por Roberts-Donaldson)

Como puede ver, varios traductores insertan libremente el artículo indefinido (un, en español; “a”
en inglés) en sus representaciones al inglés. El idioma español también admite una traducción
sin artículo indefinido: “Policarpo ha confesado ser cristiano.” El significado es casi idéntico, pues
cristiano aquí es atributivo, como es el caso también con “dios = divino” en Juan 1:1.

(*Las lecturas de arriba son traducciones del inglés, que a la vez son traducciones del griego por los
autores mencionados. Vea este mismo artículo en inglés para las lecturas originales.)

10.o Ejemplo (Marcos 6:49): Griego: ἔδοξαν ὅτι φάντασμά ἐστιν


pensaron que fantasma es

Estas palabras fueron el grito de los seguidores de Jesús en tiempo tempestuoso cuando vieron
un fantasma (o “aparición”, sin saber que se trataba de Jesús) caminando sobre el agua. Jesús en
seguida los tranquilizó, subió a la barca con ellos, y el viento se calmó milagrosamente.

“pensaron que era fantasma” (La Biblia del Jubileo 2000)


“pensaron que era fantasma” (Reina-Valera Antigua, 1569, 1602)
“pensaron que era fantasma” (Versión Reina-Valera, 1909)
“pensaron que era un fantasma” (Reina-Valera, 1960, 1977,1995, 2000)
“pensaron que era un fantasma” (Versión Reina-Valera Actualizada)
“pensaron que era un fantasma” (Reina-Valera Gómez 2010)
“pensaron que era un fantasma” (Reina Valera Contemporánea, 2009-11)

“creyeron que era un fantasma” (Nuevo Testamento, Pablo Besson)


“pensaron que era un aparecido” (Versión Moderna)
“creyeron que era un fantasma” (Biblia de Jerusalén)
“pensaron que era un fantasma” (L. Alonso Schökel y Juan Mateos)
“pensando que se trataba de un fantasma” (R. P. Felipe de Fuenterrabía)
“creyendo que era un fantasma” (Biblia Peshitta, traducido del arameo)
“pensaron que era un fantasma” (Biblia de las Américas)
“creyendo que era un fantasma” (Dr. Evaristo Martín Nieto, 1972)
“creyeron que era un fantasma” (Nueva Versión Internacional)
“le tomaron por un fantasma” (P. Franquesa y J. M. Solé)
“pensaron que era algún fantasma” (Serafín de Ausejo, 1969)
“creyeron que era un fantasma” (Bover-Cantera)
“pensaron que era un fantasma” (Nueva Traducción Viviente)
“pensaron que un fantasma es” (Interlineal Académico Griego-Español – Lacueva, Cevallos A.)
Ninguna de estas versiones traducen fantasma (que aparece en el griego sin artículo, antepuesto al
verbo) de modo definido, sino indeterminado, como algún (un) fantasma. La mayoría utiliza el
artículo indefinido (un) para marcar esa carácteristica. Unas pocas usan fantasma sin artículo y
sin mayúscula, expresando la suerte de aparición que vieron. Con todo, versiones recientes de la
Reina-Valera optaron por actualizar su traducción de 1909 que leía “fantasma” a una lectura más
explícita, y a tono con el español contemporáneo, “un fantasma”. De nuevo, esto derrumba el
argumento que este tipo de construcción gramatical requiere una traducción cualitativa
exclusivamente, en vez de una opción indefinida. Puesto que la gramática de esta cláusula es
parecida a la de Juan 1:1c, cabe preguntar: ¿Por qué no hacen los traductores lo mismo en Juan
1:1? Para otros ejemplos: http://www.scribd.com/doc/50330864/John-1-1-List-of-Alternate-Readings

Más y más estudiosos hoy admiten la fuerza adjetival que manifiestan los sustantivos sin
artículo antepuestos al verbo, como en Juan 1:1, en contraste con la posición popular anterior
que promovía la determinación de los mismos. Eso es un avance.

11. ¿Son las representaciones indefinidas y cualitativas incompatibles entre sí?

Si ha seguido cuidadosamente la discusión hasta este punto, habrá observado que la traducción
indefinida (usando “un”) de predicados nominales sin artículo como encontramos en Juan 1:1 es
una opción válida que merece nuestra atención. ¿Por qué es importante mencionar esto?
Porque los trinitarios se empeñan en desentrañar la viabilidad de la noción indefinida en la
discusión de Juan 1:1. En el pasado sostenían que una construcción gramatical como la de Juan
1:1 se traduciría acentuando la identidad individual (definido), y más recientemente,
cualitativamente, generalmente rehuyendo del probable matiz indefinido de estos sustantivos sin
artículo.

Por ejemplo, la obra de Daniel B. Wallace y Daniel S. Steffen declara: “El predicado nominal sin
artículo que va antes del verbo copulativo es normalmente cualitativo, a veces definido y
raramente indefinido”. [...] “No es probable que Juan quisiera decir: ‘El Verbo era un dios’ ”.
(Gramática Griega: Sintaxis del Nuevo Testamento, ©2011, pp. 180, 181. Editorial Vida, Miami) También, el libro
Curso avanzado de griego del Nuevo Testamento dice: “...La ausencia del artículo en θεός [ Juan 1:1] no
implica indeterminación. Juan no pretende decir que el Verbo era ‘un’ Dios entre tantos sino que
subraya la cualidad y la natureza divina del λόγος”. (©Editorial Verbo Divino, 2011, por Flaminio
Poggi, pág. 89)

Estos académicos, siguiendo los pasos del estudioso Philip B. Harner han hecho un avance al
afirmar que theós en Juan 1:1c acentúa lo cualitativo, en contraste, con la posición miope que
impulsaba E. C. Colwell anteriormente con su teoría de definido que se hizo tan popular entre los
tradicionalistas por décadas. De todos modos, la aversión al concepto indefinido para Juan 1:1c
continúa. En cambio, usted podrá observar a lo largo de este documento que los traductores en
práctica hacen caso omiso a esa conclusión: Traducen alternando a menudo entre el sentido
cualitativo e indefinido, y no definido, lo opuesto a lo que afirman los gramáticos Wallace y
Steffen.

El doctor Richard B. Ramsay es otro que se abstiene de utilizar el artículo indefinido en Juan 1:1.
No obstante, en Griego y Exégesis (©2006, Editorial CLIE, Barcelona, pág. 107), deja claro lo siguiente:
“En el griego no existe el artículo indefinido (’un’, ‘una’); cuando se quiere expresar lo indefinido,
simplemente se usa el sustantivo sin artículo…

ὁ ἄνθρωπος [ho ánthrõpos] el hombre (con artículo, definido)


ἄνθρωπος [ ánthrõpos ] un hombre (sin artículo indefinido)”. (Fin de cita)

La reticencia tradicional al uso del artículo indefinido en Juan 1:1 se ve además por la reacción
de dos eruditos que hizo la Versión Copta Sahídica de este en la traducción del versículo (de
fecha anterior al Concilio religioso de Nicea en el año 325 DC). El lenguaje copto (o, egipcio), a
diferencia del siríaco, latín y griego, empleaba el artículo indefinido, parecido al inglés y español.
El Copto Sahídico representó la parte final de Juan 1:1 con un artículo indeterminado, que en
español moderno se traduciría, “la Palabra era un dios”. Sorprendentemente, en el Journal of
Theological Studies de octubre de 2011, Brian J. Wright y Tim Ricchuiti postularon que el artículo
indefinido en la traducción copta de Juan 1:1 tiene un significado cualitativo. (NS, Vol. 62, Pt 2) Esto
es tan inesperado porque los trinitarios por décadas han insistido por una distinción entre el
significado indefinido de un dios (“injustificado” en su opinión), y la representación cualitativa de
divino, de mayor aceptación entre los tradicionalistas.

Wright y Ricchuiti tienen razón al sugerir que la traducción indefinida del copto tiene matiz
cualitativo. Pero no podemos rehuir del significado básico indefinido que sí aparece en la
traducción copta, ya que el Logos pertenece a una clase o grupo de seres divinos celestiales. El
asunto aquí es que la distinción entre el concepto indefinido y cualitativo no siempre es evidente.
Sobre esto, Daniel Wallace admite: “A veces es difícil distinguir los sustantivos indefinidos de los
cualitativos, así como en otras ocasiones es difícil distinguir los sustantivos cualitativos de los
definidos”. (Wallace 1996, pág. 266, nota al pie.) Por eso, los gramáticos Wallace y Steffen
calificaron, a su entender, la lectura de un dios en Juan 1:1 como “menos probable”, no hecho
indiscutible. De hecho, es desatino afirmar que la traducción un dios es “menos probable”, pues
es definitivamente más probable de lo que ellos pretenden.

Con todo, estos académicos no pudieron evitar que una de las traducciones bíblicas más
antiguas (la Copta) entendiera que Juan 1:1 debería ser traducido con artículo indefinido: “la
Palabra era un dios.” El Copto Sahídico se llevó a cabo cuando el idioma coiné todavía era
corriente y la enseñanza de la Trinidad no se había establecido oficialmente en la Iglesia. Y para
colmo, dos académicos (Wright y Ricchuiti) sostienen ahora que el significado del artículo
indefinido por el Copto Sahídico en Juan 1:1 es próximo al cualitativo.

Sobre esta conexión, el profesor Arthur W. Slaten escribió: “Ese carácter cualitativo que en
griego es denotado por la ausencia del artículo es en inglés expresado con frecuencia por el
empleo del artículo indefinido. En muchos casos, el inglés requiere su presencia, una lectura sin
artículo es inadecuada o torpe”. (Qualitative Nouns in the Pauline Epistles and Their Translation in the
Revised Version, pág. 5. ©1918 por The University of Chicago.) Esto también es cierto del español, aunque
no se requiera tan a menudo. Es sorprendente que los críticos de la traducción un dios ignoren
este hecho.
Por consiguiente, la Gramática (de Wallace y Steffen) que afirma que “según todos los estudios de
sintaxis del griego, el predicado nominal sin artículo y antes del verbo copulativo muy
raramente sería indefinido” no está en lo correcto. En realidad, ni los estudios de Colwell, o de
Harner, Dixon, y Hartley prueban eso. No hay razones contundentes para desestimar la
viabilidad de la traducción indefinida en Juan 1:1. Una cosa es que los trinitarios tengan
preferencia por el matiz cualitativo sobre el indefinido, y otra cosa muy distinta es que sean
mutualmente excluyentes. Porque no lo son del todo. Es notable que en las muestras aquí
expuestas en este artículo (praxis sobre teoría), vemos un patrón en el cual los traductores usan
liberalmente uno de los dos significados (indefinidos o cualitativos) en sus traducciones, alternando
a veces entre los dos. Los ejemplos bíblicos presentados aquí (si se analizan cuidadosamente) con
sus diversas traducciones en varios idiomas dicen más sobre el tema que las conclusiones
dogmáticas efímeras de un estudio sesgado de gramática. La evidencia indica que las
connotaciones indefinidas, y las cualitativas, no siempre son mutualmente excluyentes, de
hecho, a menudo coinciden o se superponen en concepto.

Se sobreentiende, entonces, que no es la gramática griega lo que establece la lectura tradicional


de Dios en el texto. Es la creencia religiosa del traductor lo que determina la selección final, sea
Dios, divino, o un dios. Es bueno tener en cuenta que los estudiosos no son inmunes a la
promoción de ciertas agendas teológicas en sus escritos. Un ejemplo de esto se ve ilustrado por
el consejo que el mismo gramático Wallace dio a los maestros de griego intermedio en sus
recintos educativos. Wallace recomendó a los maestros en las aulas ‘que sus estudiantes
ignoren o pasen por alto las discusiones exegéticas que acompañan los ejemplos en el libro’.
Wallace añadió: “Puedes estar tan en desacuerdo de manera violenta con mi exégesis que no
quieras que tus alumnos se expongan demasiado a ella.” (Wallace 1996, Sugerencia # 3, p. xix,
Prefacio) Aparte de que estas declaraciones muestran humildad de parte de Wallace, también
muestran que las “discusiones exegéticas” de este tipo de obra no son concluyentes. Hay lugar
para la discrepancia. En cambio, una ventaja de los ejemplos que se presentan aquí es que el
individuo mismo puede determinar cómo mejor interpretarlos en armonía con la Biblia, al
compararlos con las explicaciones de los académicos.

A continuación se presenta una valiosa observación: “El artículo se usa con frecuencia para
distinguir a un individuo de otro”. (Wallace y Steffen 2011, p. 147) Esto es evidente en Juan 1:1, en
donde la palabra griega para dios aparece dos veces, una con artículo y la otra sin artículo.
Además de esto, el versículo dos del prólogo de Juan es particularmente clave para el
entendimiento apropiado sobre la enunciada declaración del primer versículo. De hecho, la
expresión del versículo dos (Este era en el principio con Dios) sería tautología sin sentido si Juan
quisiera decir que el Logos era idéntico a Dios, como sugieren varias versiones en el versículo
uno. Algunos eruditos advierten sobre este peligro al declarar que la lectura tradicional que
iguala al Verbo con Dios equivale a “Sabelianismo” o “Modalismo”. La realidad del asunto es que
el Texto Griego no comunica que Cristo sea igual a Dios. Lo que el texto griego dice, en otras
palabras, es que “el Verbo estaba con el Dios [todopoderoso], y el Verbo también, como imagen
de Dios, era de preponderancia divina (es decir, de ser divino, o un ser divino)”. Por lo tanto, era capaz
de representar perfectamente el carácter de Dios. (Hebreos 1:3)

Obviamente, Juan escribió las palabras que aparecen en el versículo dos para aclarar cualquier
malentendido que potencialmente pudiera surgir de su audaz declaración en el versículo uno.
Marinus de Jonge comenta: “El autor de este Prólogo claramente quiere identificar ‘la Palabra’ y
Dios lo más cerca posible sin infringir en la creencia del Dios único”. (Christology in Context: The
Earliest Christian Response to Jesus, Philadelphia: Westminster, 1988, p. 198. Jonge es Profesor Emérito de Nuevo
Testamento de la Universidad de Leiden en los Países Bajos.) Entonces, en efecto, Juan estaba diciendo que
el Logos era como Dios en todo sentido permitido dentro del trasfondo monoteísta judío. De ahí
que ‘la Nueva Biblia Inglesa’ haya optado por traducir la frase: ‘Y lo que Dios era, la Palabra era’.
(New English Bible, ©1961, 1970, Oxford University Press) La declaración joánica nunca tuvo la intención
de implicar que ambos fueran iguales, o que fueran dos partes de una mística trinidad.

El Dr. Jason David BeDuhn explica el asunto así: “En Juan 1:1, la Palabra no es el único Dios, sino
que es un Dios o ser divino. Sé que suena extraño e incluso parece imposible que provenga de la
pluma de un escritor cristiano. Pero el hecho es que eso es lo que escribió Juan. Su propósito al
hacerlo fue, al menos en parte, evitar la noción de que Dios el Padre mismo encarnara como
Cristo. El que encarnó era de algún modo distinto de ‘Dios’ mientras aún era ‘un dios’“. (Truth in
Translation, © 2003, pp. 122, 123) Es obvio que el doctor BeDuhn no está de acuerdo con el crítico
anteriormente mencionado que describió la lectura de un dios de ‘monstruosa’. Ni tampoco
estuvieron de acuerdo los traductores de la Versión Copta del siglo tercero de la era común.

Podemos apreciar entonces de estos 10 ejemplos, que cuando un complemento predicativo no


tiene artículo y antecede al verbo, se acentúa el estado indefinido, o una cualidad o característica
del sujeto en función, y esta se transmite al español de las maneras ilustradas...usando el
artículo indefinido (un), o un adjetivo común (“algún,” etc.), y en otros casos, utilizando letra
minúscula inicial con los complementos predicativos (fantasma, profeta, homicida, ladrón, salteador,
dios, cristiano, rey, etc.).

La lectura tradicional que sigue la tradición de la Vulgata latina en Juan 1:1, “Y el Verbo era Dios”
se encuentra en la versiones Reina-Valera y Nácar-Colunga entre otras, y también en varias
versiones internacionales. Compare por favor las lecturas del latín y del griego con las versiones
modernas. Observe en particular las letras en negrita.

- Latín (Juan 1:1):

In principio erat Verbum et Verbum erat apud Deum et Deus erat Verbum
En principio era Verbo y Verbo era junto a Dios y Dios era Verbo

- Griego (Juan 1:1):

Ἐν ἀρχῇ ἦν ὁ λόγος, καὶ ὁ λόγος ἦν πρὸς τὸν θεόν,


en principio era el logos y el logos era hacia el dios,

καὶ θεὸς ἦν ὁ λόγος


y dios era el logos (Traducción)

Primero, observe que el latín no utiliza artículo definido (el) ante Dios, es decir, que no hace
diferencia entre las dos ocurrencias de Dios en el versículo. En cambio, el griego sí lo hace al
utilizar el artículo τὸν (“el”) ante la primera ocurrencia de theós y no con la segunda. Dice un
académico: “...Cuando el escritor o el orador desea enfatizar la identidad, el artículo está
presente.... Cuando el artículo está ausente, se enfatiza la calidad o la naturaleza del nombre….”
(Paul L. Kaufman, ©1982, pág. 154. Cursivas suyas. Ronald N. Haynes Publishers, Inc.) Y: “El uso del artículo
griego [el] en todo lugar tiene su razón positiva….” (A Grammar of the New Testament Greek, pp. 87,88.
1891, por Alexander Buttmann) Como señaló A. T. Robertson: “El artículo nunca carece de significado
en griego”. (Robertson 1934, p. 756) Por eso, otra gramática en inglés dice lo siguiente: “...La
presencia o la ausencia del artículo griego deben ser siempre cuidadosamente indicados en la
traducción al inglés [y por ende, al español]”. (New Testament Greek For Beginners, por J. Gresham Machen,
D.D., LITT.D., p. 35, #67. ©1923 por Prentice Hall Inc, N.J. ©Renovado en 1951)

Ahora, pregúntese, después de analizar estas lecturas del latín y del griego: ¿Cuál de las dos se
aproxima más a las lecturas modernas que encontramos en nuestras Biblias? Es obvio que la
Vulgata Latina influyó más en las traducciónes modernas. De hecho, la Reina-Valera y otras
versiones incorporaron la palabra Verbo o Verbum de la Vulgata de Juan 1:1 en sus traducciones.
Por lo tanto, los traductores modernos reflejan en el versículo el espíritu de la antigua Vulgata
Latina en vez del griego, aunque digan lo contrario. Algunas traducciones menos conocidas son
en realidad más cercanas al griego aquí que las versiones populares. Aunque Juan 1:1 ha sido
utilizado durante mucho tiempo como texto favorito de los tradicionalistas en apoyo de la
deidad de Jesús, le sorprenderá saber que un usuario de la Biblia moderna griega muy
probablemente no haga eso.

Algunos piensan que las versiones populares católicas y protestantes tienen que estar en lo
correcto, porque así lo cree la mayoría. No es tan simple como eso. La información presentada
hasta ahora, y la que sigue, es evidencia que muchos procuran más bien por seguir la tradición
que abogar por la verdad. Algunas personas quieren hacerle creer que solo unos pocos
traductores dementes, sin educación, y con intenciones malévolas se desviarían de la tradición.
Eso no es cierto. Los que hacen tales declaraciones son movidos, no por razones filológicas, sino
por sentimientos teológicos. De hecho, hay decenas de traductores de fe católica y protestante
que rompen con la tradición: ( https://en.calameo.com/read/0063621972356a54344e7 ) Creo que la
mayoría de los traductores que ofrecen una versión diferente de Juan 1:1 son sinceros en sus
esfuerzos por llegar al fondo del significado griego de la expresión, y en transmitir
adecuadamente el sentido del contexto bíblico. De ahí que los traductores no publican tantas
lecturas variantes en sus versiones de otras Escrituras como lo hacen con la de Juan 1:1.

Una revisión cuidadosa del listado de lecturas suplentes de Juan 1:1 y otros materiales
relacionados conduce a esta pregunta: ¿Puede alguien legítimamente excluir la representación
de un dios para describir al Verbo en el versículo como opción válida? Hemos considerado que la
gramática por sí misma no puede condenar el uso de esa traducción, aunque algunos sigan
intentándolo. Se presentaron 10 ejemplos que claramente muestran cómo los traductores
vierten complementos predicativos sin artículo colocados ante el verbo.

Además, hay que señalar, que en estos ejemplos se hace referencia a una persona, o una cosa,
mientras que en Juan 1:1 evidentemente se está hablando de dos entidades. Con más razón los
traductores deberían verter dicha estructura gramatical en Juan 1:1 de manera que se haga
resaltar la predicación (el significado atributivo), y no la identificación con el Dios Supremo. Una
representación indeterminada logra ese objetivo. Cualquier intento de difuminar esta distinción
como intenta hacer la teoría de Colwell, no es sostenible bajo escrutinio bíblico.

Dice la obra Gramática Griega: Sintaxis del Nuevo Testamento: “Juan no quería decir que ‘la palabra era
el Padre’; sino que ‘la palabra era Dios (divina)’ ”. (Wallace y Steffen 2011, p. 182. Paréntesis de ellos,
subraya mía) Por consiguiente, si la traducción “la palabra era Dios” debe entenderse como
“divina”, ¿por qué no traducirlo así? Es menester hacer distinción de theós, con y sin artículo, en
Juan 1:1. De modo sugerente se nos dice dos veces en los primeros dos versículos del Prólogo de
Juan que “el Verbo estaba con Dios”. Otro detalle interesante: En estos mismos dos versículos
encontramos el término “Dios” (theós) tres veces, dos con artículo y uno sin artículo. Eso sí, el
theós en referencia al Logos no tiene artículo y está entremedio de los dos que sí tienen artículo.
Además, el versículo uno contiene el artículo cuatro veces. ¿Pura casualidad? Poco probable.
Este concepto, pues, debe ser importante. El conde León Tolstoi, el famoso novelista y filósofo
ruso muy bien observó: “Si [Juan 1:1] dice que en el principio era la ... Palabra, y que la Palabra
era..., con Dios, es imposible seguir y decir que era Dios. Si fuera Dios, no podría estar en
relación con Dios”. (The Four Gospels Harmonized and Translated, p. 30.) Tal como lo tenemos, la
mayoría de las versiones bíblicas dan la impresión que el Verbo y Dios son uno y el mismo. ¡No
lo son!

12. ¿Es cierto que el artículo no es necesario en Juan 1:1c para igualar a Cristo con Dios?

Algunos sostienen que Juan no necesitaba usar el artículo ante la segunda mención de theós
para que diga Dios, ya que theós es el predicado, y la norma es que los predicados nominales no
llevan el artículo. Por ejemplo, El Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español - Teológico y Exegético,
declara lo siguiente: “Cuando existen dos sustantivos nominativos (θεός - λόγος) en la misma
oración, el sustantivo que lleva artículo (ὁ λόγος) pasa a ser el sujeto y el que no lleva artículo
(θεός) pasa a ser predicado.” (©2018, por Hernández – Ardura, Editorial Ramos, Miami, pág. 305)

Hasta ahí los autores tienen razón. Pero en la siguiente afirmación meten la pata, al decir: “La
regla No 3 [que, los predicados nominales no llevan el artículo] invalida la regla No 2 [que, “cuando no existe
artículo en griego se puede anteponer un artículo indefinido, e.g. ‘un’”], por lo tanto, el argumento ‘arriano’
que el logos es ‘un dios’ es un error gramatical y teológico.” (Ibid, p. 305) La traducción un dios no
es un error gramatical, pues recuerde que otros peritos en el griego conceden que es factible.
Además, el factor teológico es cuestión de interpretación, aun con más variantes que el de la
gramática. El asunto es que la norma de que los predicados carecen del artículo no es inflexible.
Hay muchas excepciones en el Nuevo Testamento.

Una gramática grande dice: “SUSTANTIVOS EN EL PREDICADO. Estos también pueden tener el
artículo”. (Robertson 1934, p. 767) Y la gramática de Herbert W. Smith agrega: “Incluso en el
predicado, el artículo se usa con un sustantivo que se refiere a un objeto definido (un individuo o
una clase) que es bien conocido, mencionado anteriormente o insinuado, o idéntico al sujeto....”
(Smith's Greek Grammar, Sección 1152, © 1956, Revisado por Messing) El hecho de que el predicado
aparezca sin el artículo en la última cláusula apunta más bien a una declaración cualitativa sobre
la palabra = predicación en lugar de identificación, como bien indica la Biblia católica NABRE.
Un texto que derrumba la regla supracitada de los autores Hernández – Ardura, es el de Hechos
28:4 señalado antes. Este texto, como el de Juan 1:1c, tiene dos sustantivos nominativos en la
siguiente cláusula, “totalmente homicida es el hombre este”, a saber, homicida y hombre.
“Hombre” tiene artículo, y es el sujeto, mientras homicida sin artículo es el predicado. Ahora
bien, el argumento de Hernández – Ardura, así como el de Colwell, exigiría que homicida (o,
asesino) sea traducido como definido, “el homicida”. No obstante, varios traductores utilizan el
artículo indefinido en sus versiones de Hechos 28:4. Hacen caso omiso a la regla de Hernández –
Ardura. (R-V 1977; NIV; BJ; NC; Lacueva; Biblia de Navarra; El Nuevo Testamento Interlineal Palabra por
Palabra griego-español, ©2012, SBU; Interlineal Académico Griego-Español, Lacueva - J. C. Cevallos A., 2018,
CLIE, etc.) Otra cosa, aquellos traductores que no usan el artículo indefinido en Hechos 28:4,
tampoco insisten que el predicado nominal aquí se entienda con significado definido. Al
contrario, traducen con entendimiento cualitativo o adjetival. Pero en Juan 1:1 por sus creencias
religiosas interpretan otra cosa.

Otros dos textos que disputan la aserción de Hernández – Ardura son Juan 6:51 y 15:1. En Juan
6:51 el predicado nominal sí tiene artículo: “Y el pan...que yo daré, la carne de mí es.” Además,
en Juan 15:1 el autor bíblico empleó el artículo 4 veces en esta declaración literal: “Yo soy la vid,
la verdadera, y el Padre de mí, el agricultor es.” Las palabras en negrita, siendo uno de los
predicados en la oración, contiene el artículo antepuesto al verbo, y no por casualidad. La cuarta
ocurrencia del artículo sería omitida si el autor pretendiera decir que el Padre era agricultor (en
sentido cualitativo), o un agricultor (indefinido). ¿No es así? El hecho de que el artículo aparezca en
el texto por cuarta vez es indicativo de la intención del autor. Es una referencia determinada. En
la ilustración, el Padre de Jesucristo está siendo señalado como el agricultor.

Observe también el contraste que se hace entre rey y el rey en Juan 18:37,39. También, en Juan
19:21, el griego hace distinción como lo manifiesta en español la Reina Valera 1977 (pero no la
RVR 1960). Es evidente que los autores bíblicos generalmente empleaban el artículo con
intención específica, y cuando lo omitían era igualmente significativo.

Entonces, el argumento postulado por Hernández-Ardura impugnando a los arrianos es en sí


vestigio del Credo Atanasiano. Es sorprendente que varios académicos en su empeño por igualar
a Jesucristo con Dios intenten formular reglas gramáticas que son insostenibles.

13. ¿Invalidan los nombres propios la necesidad del artículo?

Dado que el término Dios a menudo se trata como nombre propio, algunos articulan que el
Apóstol no tenía que usar el artículo para transmitir el hecho de que el Logos era Dios. Por
ejemplo, el Dr. David Levy, criticando a la TNM en Juan 1:1, escribió: “Al igual que en nuestra
lengua en griego, los sustantivos sin artículo se traducen sin artículo o con el artículo
indeterminado. Con una excepción, los nombres propios o únicos en su especie, se traducen
siempre sin artículo.” (Griego del Nuevo Testamento I, p. 37. ADVIternational Press, 2017, California. Letras en
negrita y cursivas de él.) Esto no es cierto. El contexto muestra que el Autor hablaba de dos
entidades, no una, como lo confirma el versículo dos. El autor joánico usó el artículo con la
primera mención de Dios en Juan 1:1, que los tradicionalistas dicen que es un nombre propio.
¿Por qué hacerlo si un nombre propio lo hace innecesario, como se afirma?

Los académicos reconocen lo siguiente. Goodwin: “Los nombres propios pueden tomar el
artículo….” (A Greek Grammar, por William. W. Goodwin, p. 206, #943. Boston, 1897. © BiblioBazaar, LLC)
Moulton: “El uso de diferentes escritores [respecto a la aplicación del artículo con los nombres
propios] varía mucho.... Hay muchos casos en los que ocurren irregularidades para las cuales no
tenemos explicación”. (Grammar of New Testament Greek, Prolegomena, por James Hope Moulton, p. 83.
Impression, 1985, T. & T. Clark)

Dana y Mantey: “A decir verdad, es difícil hallar un principio el cual se aplique con uniformidad a
este uso del artículo [con nombres propios]. Winer está indudablemente correcto en su opinión de
que ‘el uso del artículo con nombres de personas … difícilmente se puede reducir a regla’ (W. 112).
Moulton concuerda al decir que ‘la erudición no ha resuelto todavía completamente el problema
de artículo con nombres propios ’ (M. 83). Hasta aquí nos vemos compelidos a ceder a la
conclusión de Robertson, de que ‘ningún principio satisfactorio se puede poner para el uso o no
uso del artículo con nombres propios’ (R. 761). Esto no es suponer que el escritor no tenía razón
para usar el artículo con un nombre propio, o para no usarlo, sino que frecuentemente nosotros
no somos capaces de descubrir su razón”. (Dana y Mantey 1984, pág. 138)

“Con nombres propios en general, sin embargo, parece ser en gran parte una cuestión de
capricho del autor si usa el artículo o no. A veces se agrega el artículo, a veces se deja fuera”.
(The Elements of New Testament Greek, J. W. Wenham, Reprint 1984, p. 36)

De modo que la aseveración que hace el Dr. David Levy de que “los nombres propios o únicos en
su especie, se traducen siempre sin artículo”, es falsa. No existe regla alguna que se pueda
aplicar consistentemente con respecto a los nombres propios, y mucho menos utilizar dicho
concepto para sostener afirmaciones teológicas tendenciales.

14. ¿Cambia el orden de las palabras el sentido de los nombres nominales?

El Dr. Richard B. Ramsay da a entender en su libro Griego y exégesis, que la colocación de un


predicado nominal antes del verbo en Juan 1:1c hace a Jesús enfáticamente “DIOS” en sentido
definido. (Ramsay 2006. p. 108) Una obra clásica bien señala: “La primera palabra o frase
normalmente lleva el mayor énfasis”. No obstante, esta misma obra señala: “El orden de las
palabras de una oración griega [no es rígido, p. 50] es muy flexible”. (Introduction to Attic Greek,
Donald J. Mastronarde, pp. 50, 59. ©1993, University of California Press)

Dicho esto, es engañoso sugerir una pauta donde el énfasis producido por el orden de este tipo
de frase por el autor en Juan 1:1 tenga como propósito identificar al Verbo con “DIOS”. El énfasis
de por sí no convierte los sustantivos inarticulares pre-verbales a formas definidas o
determinadas. De hecho, dicho énfasis realza más bien el factor cualitativo sobre el definido.
Los ejemplos proporcionados anteriormente demuestran eso claramente.

Además, en Hechos 28:6, tenemos los siguientes textos griegos que muestran un predicado sin
artículo (en acusativo) antes del verbo y en otros después del verbo. Hechos 28:6 dice literalmente:
ἔλεγον θεὸν αὐτὸν εἶναι – (Texto griego: Recibido; Majoritario; Robinson-Pierpont)
decían dios él ser
ἔλεγον αὐτὸν εἶναι θεόν – (Texto griego: Wescott-Hort; Nestle-Aland; UBS; SBLGNT)
decían él ser dios

¿Y cómo vierten esto los traductores al español? Así: “decían que era un dios.” (RV 1909)
Del mismo modo, en Juan 1:1, el autor bíblico no identifica al Verbo con Dios. Simplemente
afirmaba enfáticamente que el Verbo, como Dios, era divinamente poderoso. Juan 1:1 nunca fue
acerca de quién era el Verbo, sino sobre lo que era el Verbo. Por eso, una Biblia inglesa
reconocida vierte la cláusula de este modo: “What God was, the Word was [= Lo que Dios era, la
Palabra era]”. (New English Bible)

15. ¿No habría utilizado Juan el pronombre indefinido “tiς” para indicar que Jesús era ” para indicar que Jesús era un dios?

Algunas personas, en sus esfuerzos por negar el sentido indefinido de theós en la parte final de
Juan 1:1, han afirmado en línea que Juan habría usado el pronombre indefinido “tiς” si hubiera
querido decir que Jesús era “cierto” dios. Como no lo hizo, concluyen que Juan solo podía querer
decir que Jesús era “Dios”, no ‘un dios menor en un panteón de seres divinos’, como dicen ellos.
Esta suposición es incorrecta por varias razones. En primer lugar, cabe señalar que la mayoría
de los estudiosos no utilizan este argumento como válido, y por buenas razones. Varias fuentes
explican:

La obra Intermediate New Testament Greek dice: “Como pronombre indefinido, [τὶς] está en lugar de una
persona o cosa no identificada ..." (Robert A. Young © 1994 por Broadman & Holman Publishers)

El léxico The Concise Greek-English Lexicon of the New Testament define τὶς como: “Pronombre indefinido,
esp. utilizado en la narrativa y el discurso para indicar sin especificación”. (Frederick William Danker, ©
2009, págs. 353-4)

El lexicógrafo Thayer le da al pronombre indefinido “tiς” esta primera definición: “Un cierto, un tal; utilizado
de personas y cosas sobre las que el escritor no puede o no quiere hablar más en particular”. (Thayer’s
Greek Lexicon)

The Complete Word Study Dictionary New Testament: “Enclítico Pronombre indefinido. Uno, alguien, cierto. En
particular y en general de alguna persona o cosa que no se puede o no se desea nombrar o especificar en
particular”. (Spiros Zodhiates, Th.D. © 1992 AMG Publishers)

The Cambridge Grammar of Classical Greek: “El pronombre indefinido τίς cualquiera, algunos, un (a), (un)
cierto ... se refiere a alguien / algo que no es identificable como un individuo específico: - Normalmente,
τίς se usa para referirse a cualquiera de una serie de individuos cuya identidad específica es desconocida
o irrelevante: - A veces, τίς se usa cuando el hablante no desea revelar, o prestar atención a, la
identidad de un individuo específico”. (Página 356. © 2019, Negrita suya.)

Estas citas demuestran lo absurdo de tratar de encajar el pronombre indefinido en el contexto


de los primeros versículos del Evangelio de Juan en los que la persona de Jesucristo es
claramente “identificable como un individuo específico”. El autor del Evangelio estaba más que
dispuesto a hablar de Jesucristo en particular, y en detalle.

A modo de ilustración, digamos que leamos, en consonancia con Juan 1:1, lo siguiente: “En el
principio de la creación era Eva, y Eva estaba con Adán, y Eva era cierta mujer”. La última frase
no tiene sentido en el contexto aquí, ¿no es así? Usar el pronombre indefinido “cierta” está mal
aquí porque Eva ya figura como la primera mujer que vivió en la tierra. Eva está asociada
específicamente con Adán, el primer hombre en la tierra. Así que decir “Eva era cierta mujer” está
fuera de lugar. Sin embargo, no estaría mal decir dentro de este contexto que “Eva fue una
mujer (creada)”. Incluso si el griego dijera simplemente, “Eva era mujer” sin artículo alguno,
naturalmente entenderíamos que Eva era “una mujer”. A diferencia de Juan 1:1, hay otros
lugares donde se hacen menciones de personas con cierta indefinición, como en Lucas 8:27, p.
ej.: “un hombre” [ἀνήρ τις]”; 1 Cor. 1.16, “algún otro [τινα ἄλλον]”. El profesor Frederick W. Danker
llama estos casos: ‘Particularización sin especificación definida’. (Ibidem, pág. 354)

No obstante, aquí en Juan 1:1, el autor Juan está hablando específicamente del Logos, Jesucristo
(después de la introducción - mencionado por nombre - v. 17, y luego repetidamente - ‘él estaba allí en el
principio, estaba en la presencia de Dios’), entonces no tendría sentido asignarle un pronombre
indefinido, ambiguo, para implicar que era alguien sin nombre, alguien de quien no nos importa
saber más en detalle. Juan bien podría describir a este Logos como “el Hijo unigénito”, es decir,
un ser divino que compartía su naturaleza de hijo* con Dios. De hecho, el objetivo expresado
por el autor mismo en su relato evangélico sobre la vida de Jesucristo, era el de presentar a
Jesús, no por “Dios”, sino como “el Cristo, el Hijo de Dios”. (Juan 20:31) (*De ahí, dios = divino,
semejante a Dios, un dios.)

Otra razón fundamental para rechazar la noción de usar el pronombre indefinido “tiς” en
relación con Jesucristo en Juan 1:1 es el hecho de que, en su mayor parte, cuando los griegos
querían indicar el estado indefinido o cualitativo de un sustantivo nominal, simplemente
eliminaban el artículo del mismo. Como dijo sucintamente The Cambridge Grammar of Classical
Greek: “El equivalente griego de un artículo indefinido es la falta de un artículo”. (Ibidem, página
328. Letras en negrita de ellos.) Esa era la norma, con las excepciones ya indicadas. Este es, por
supuesto, el principio general que los tradicionalistas procuran negar en Juan 1:1.

16. La Regla de Colwell y el artículo indefinido (un) – ¿Por qué la confusión?:

Una razón principal por la gran confusión en cuanto a si theós (Dios) en Juan 1:1c cuando se aplica
a Cristo, es definido o no, es producto de un artículo prominente publicado por E. C. Colwell de
la Universidad de Chicago allá en 1933 en Journal of Biblical Literature 52 [JBL- Revista de Literatura
Bíblica], “A Rule for the Use of the Article in the Greek New Testament [Una regla para el uso del artículo en el
griego del NT]”. En su obsesión por desacreditar la traducción viable de un dios en Juan 1:1,
algunos académicos con su legión de seguidores se han apoderado con aparente reverencia de
esta regla que parecía favorecer la lectura tradicional de Dios en Juan 1:1. ¿Por qué habrán caído
en ese error? El erudito Rodney J. Decker señala una motivación: “[La regla] a menudo ha sido
empleada mal por defensores bien intencionados de la deidad de Cristo”. (Colwell's Rule, Febrero,
1995) De modo que esto se ha hecho en el interés de promover el dogma de la Trinidad. En todo
caso, buenas intenciones no son suficientes para convertir una doctrina ajena a una bíblica.
La argumentación de Colwell en su estudio fue lo suficientemente intrincada y compleja que
movió a Daniel B. Wallace a escribir lo siguiente: “Casi inmediatamente muchos académicos
(especialmente los de tipo conservador) entendieron mal la regla de Colwell. Estos vieron el
beneficio en la regla para afirmar la deidad de Cristo en Juan 1:1”. (Wallace 1996, p. 257) Wallace
entonces pasa a mencionar académicos por nombre de la talla de Turner, Zerwick, Bruce
Metzger, Walter Martin, Moule, C. Kuehne, L. Morris y aun Colwell mismo que ‘han malentendido
la regla’ desde su inicio. Y el doctor Donald Hartley agregó: “Tanto la ortodoxia y de otra índole
utilizan la regla de Colwell para promover no solo interpretaciones diferentes pero
contradictorias de este pasaje—obviamente, las interpretaciones contradictorias no pueden ser
al mismo tiempo y de la misma manera ser verdaderas. Añadiendo a este problema, eruditos
que normalmente son cuidadosos interpretan erróneamente y malinterpretan la regla de
Colwell”. (Revisiting the Colwell Construction in Light of Mass/Count Nouns, Introduction, 7 de julio de 2004.
Seminario Teológico de Dallas. Cursivas suyas.)

A esta lista de eruditos que comprenden mal la regla podemos agregar a David A. Black, que tan
recientemente como en 2009, comete el mismo error en su Gramática cuando afirmó: “El
resultado [de la regla de Colwell] es que θεός es casi seguramente definido en significado: ‘la
Palabra era Dios’ – no meramente ‘un dios’”. (Learn To Read New Testament Greek, ©2009 por David Alan
Black, pág. 200. Black es profesor de Nuevo Testamento y griego en el Seminario Sudeste Teológico Bautista de Wake
El profesor Robert Hanna (Maracay, Venezuela), fue otro que
Forest, Carolina del Norte. Cursivas del autor.)
permitió que el estudio de Colwell influyera en su interpretación de Juan 1:1 al declarar: “El
hecho de que Θεός no tenga artículo no transforma la palabra en un adjetivo [como, “divino”,
traducido por el Dr. Moffatt]. Es un predicado nominal, del cual el sujeto es λóγος [lógos], y es una
regla bastante universal [la de Colwell u otro] en el griego del Nuevo Testamento que cuando un
predicado nominal precede a un verbo carece del artículo definido”. (A Grammatical Aid to the Greek
New Testament, ©1983 por Baker Book House, p. 147) Un dato interesante es que el estudioso Max
Zerwick S.J. en su obra El griego del Nuevo Testamento, se refirió al estudio de Colwell como una
‘teoría seductora’. (Zerwick 1966, 1997, p. 84, Roma)

En esencia, lo que tenemos aquí, entonces, es una regla artificial, una ‘teoría seductora’
elaborada por un prominente metodista para las masas tradicionalistas, con la bendición de
numerosos partidarios entusiastas a la vanguardia. Lamentablemente, desde que fue publicado
el artículo de Colwell, muchos individuos, procurando sacar ‘beneficio de la regla para afirmar la
deidad de Cristo en Juan 1:1’, han dado más legitimidad a la opinión de Colwell que a las propias
afirmaciones del inspirado autor bíblico Juan y las de Jesús. ¡Gran error! Más sobre esto después.
Curiosamente, aunque el Profesor Hanna aplicó celosamente la teoría de Colwell en Juan 1:1, no
lo hizo en Juan 8:44, donde la deidad de Cristo no está en juego. En Juan 8:44, tenemos un par
de casos en que un predicado nominal sin artículo definido precede a un verbo, como es el caso
en Juan 1:1. Según Hanna, ambos casos “deberían ser traducidos” en inglés con artículo
indefinido. (Hanna 1983, pág. 166) En inglés, a veces, como en Juan 8:44, la única manera de
comunicar bien el estado cualitativo de un sustantivo es utilizando el artículo indefinido. Esto
sugiere que un predicado nominal antes del verbo sirve la función de un adjetivo, tal como
Moffatt resaltó en su traducción, contrario a la afirmación de Hanna sobre Juan 1:1.
Entonces, ¿prueba la regla de Colwell de alguna manera que un complemento predicativo sin
artículo antes del verbo sea definido? Paul S. Dixon contesta: “La regla de Colwell no se puede
aplicar [a Juan 1:1] como argumento de definitud…. La regla no afirma nada sobre la definición”.
(Dixon 1975, p. 55) El académico Richard A. Young añade: “El problema en la aplicación de la regla
de Colwell es determinar cuándo el predicado nominal es definido. La regla misma no establece
la definición de un sustantivo, una observación a veces ignorada cuando se aplica a Juan 1:1”.
(Intermediate New Testament Greek – A Linguistic and Exegetical approach, ©1994, by Broadman & Holman
Publishers, Nashville, p. 65. Énfasis mío.)

Wallace añade: “Por una parte, la regla de Colwell, como se aplica a Juan 1:1 ha sido utilizada por
los trinitarios como su mejor carta en muchos debates cristológicos, aunque la regla en sí no
dice nada del estado definido de θεός”. (Wallace 1996 p. 290) Wallace, trinitario él mismo, declara:
“De hecho, una examinación de los predicados nominales sin artículo pre-verbales como de la
Cristología del cuarto evangelio sugiere sólidamente una fuerza cualitativa de θεός (perspectiva
que afirma la deidad de Cristo con la misma fuerza, pero por razones diferentes) ”. (Ibid, p. 290) Y el
catedrático Philip B. Harner concluyó en su sobresaliente estudio: “En Juan 1:1 creo que la fuerza
cualitativa del predicado es tan prominente que el sustantivo no puede considerarse definido”.
(Harner 1973, p. 87)

Aunque el estudio de Colwell provee datos interesantes para discusión de índole técnica, se le
debe ver, no como regla determinante de doctrina bíblica, sino como una presentación de
tendencia gramatical, y eso, desde una perspectiva teológica. Después que se hicieron estudios
adicionales sobre el tema, otros acádemicos pusieron en tela de juicio la validez de la regla de
Colwell, y hasta uno de ellos concluyó que la regla de Colwell no era regla después de todo. (Ver
obras publicadas de Harner, Dixon, Wallace, BeDuhn y Hartley sobre el tema) Respecto al estudio de
Colwell, el docto D. E. Hartley escribió: “Colwell parece ser responsable, debido a su aplicación a
Juan 1:1, por sentar las bases de una equivocación lógica. […] Donde él consideraba
más importante su regla, en el área de la traducción y la interpretación, es exactamente lo que en
realidad es más irrelevante pero irónicamente más peligroso, especialmente este último”.
(Revisiting the Colwell Construction in Light of Mass/Count Nouns,” bajo “Evaluating Colwell's Rule”. Sept.,1998.
Cursivas suyas.) El mismo Colwell anotó 15 lugares en el Nuevo Testamento donde su regla no
aplicaba. (Lucas 4:41; Juan 1:21; 6:51; 15:1; Romanos 4:13; 1 Corintios 9:1 y 2; 11:3; 11:25; 2 Corintios 1:12; 3:2; 3:17;
2 Pedro 1:17; Revelación 19:8; 20:14) ¿Qué regla tiene 15 excepciones? Pues, las excepciones refutan las
reglas. Verdaderamente, el mal uso de la regla de Colwell ha llegado a ser una vergüenza para
un segmento de la comunidad académica.

Wallace mismo no pudo resistir el uso indebido de la conclusión de otro erudito que condenó la
Traducción del Nuevo Mundo, una traducción que no apoya la doctrina de la Trinidad. Wallace
escribió: “El argumento gramatical de que el P[redicado] N[ominal de Juan 1:1c] aquí es indefinido
es débil. A menudo, los que arguyen por ese punto de vista (en particular, los traductores de la
TNM) lo hacen con la premisa única de que el término carece del artículo. Pero son
inconsecuentes, como señaló Robert H. Countess [The Jehovah's Witnesses' New Testament: A Critical Analysis
of the New World Translation, ©1982. Presbiteriano]: ‘En el Nuevo Testamento hay 282 casos del θεός sin
artículo. En dieciseis lugares la TNM tiene sea: un dios, dios, dioses, o piadoso. Dieciseis de 282
significa que los traductores fueron fieles a su principio de traducción solo seis por ciento del
tiempo.… La primera sección de Juan 1:1-18 suministra un ejemplo lúcido del dogmatismo
arbitrario de la TNM’”. (Wallace 1996, p. 267) ¡¿Qué?!

Esta grandilocuente estadística es una conclusión defectuosa y vergonzosa. ¿Cómo sabemos


eso? En primer lugar, es extraño que Wallace cite a Robert Countess, quien se apropió de la
regla de Colwell para condenar a la TNM, después que Wallace mismo había expuesto a varios
eruditos por la misma práctica. Tanto Wallace (p. 262) como Rodney Decker (Colwell's Rule, Febrero,
1995) han expresado que la regla de Colwell no demuestra la definición del predicado nominal
sin artículo en Juan 1:1. Además, Wallace tiene plena conciencia, como bien indica su Gramática,
que los predicados nominales pre-verbales son por lo general cualitativos. Juan 1:1c cae en esta
categoría. Él mismo lo dice claramente en su Gramática: “La gran mayoría de predicados
nominales sin artículo que están antes del verbo copulativo son cualitativos. Entonces, es mejor
gramatical y teológicamente tomar el segundo uso de Dios [en Juan 1:1] como cualitativo en vez
de definido”. (Wallace & Steffen 2011, pág. 182) Wallace también debe saber que las otras Escrituras
citadas por Robert Countess al condenar la TNM no encajan con la categoría de predicados
nominales sin artículo antepuesto al verbo como encontramos en Juan 1:1*.

(*Countess en su listado crítico de 282 occurrencias de “theós” (o, “Dios”) en la TNM comete el grave error
de agrupar las varias formas griegas para el vocablo en el NT en el mismo grupo, sin diferenciación
alguna. En Juan 1:1 se usa theós en el caso nominativo para el complemento del verbo, cuando el sujeto
(Logos) del verbo está en nominativo. Él incluye en el grupo, por ejemplo, los muy frecuentes casos de
“theoú”, una construcción genitiva (i.e., la casa de Dios, etc.), y “theō” en dativo, que son variantes
significativas que sesgan los resultados a su favor. El caso nominativo depende mucho más que otros
casos del artículo griego para marcar la definición. Irónicamente, el propio Wallace en su cita de Countess
contra la TNM desestimó su propio estudio en el que había declarado: “... Hay diez construcciones en que
un sustantivo puede ser definido sin el artículo”. [Entre ellos: Nombres propios, Objeto de una preposición,
Sustantivos monádicos, Sustantivos abstractos, Una construcción genitiva. – Wallace & Steffen 2011, p. 172].

Esta discriminación es, por supuesto, esencial en cualquier evaluación que se haga de una traducción, ya
que estas variantes gramaticales pueden alterar el entendimiento del término Dios en ciertos contextos,
haciéndolo definido en vez de indefinido, por ejemplo. Si Countess se hubiera centrado únicamente en los
sustantivos nominativos sin artículo, habría descubierto que la mayoría de los traductores vierten estos en
inglés con un artículo indefinido (en español se emplea también el matiz cualitativo). Si Countess hubiera
utilizado el mismo principio de tabulación con las traducciones convencionales, ellas también habrían
fallado la misma prueba. Pero él muy probablemente sabía eso, pero entonces no habría tenido una base
justificable para atacar a la TNM. La falta de transparencia tanto de Wallace como de Countess en este
asunto es preocupante. Sus lectores ganarían más con tener una presentación clara y factual ante sí, que
obtener un enmarañado desvío de los hechos.)

Después de considerar la evidencia, Rolf Furuli, profesor de lenguages semíticos en la


Universidad de Oslo, Noruega (quien también estudió latín y griego), escribió: “Countess le imputa
a los traductores de la TNM reglas de traducción que ellos nunca han expresado, y entonces
muestra como los traductores no fueron consecuentes al seguir estas reglas. [.…] Su relato de la
TNM, por lo tanto, no es una presentación equilibrada y académica; sino que se entrega tanto a
la caricatura inspirada emocional y a un espíritu partidista”. (The Role of Theology and Bias in Bible
Translation [La función que desempeña la teología y el prejuicio en la traducción de la Biblia], pp. 294-295. ©1999,
Elihu Books) Es sorprendente que Wallace mismo haya caído en esa trampa de interpretación al
citar a Countess.

Aun el evangélico Protestante Robert M. Bowman Jr., otro crítico de la TNM, tuvo esto que decir
del libro de Countess: “Crítica evangélica; contiene alguna buena información, pero (en mi
opinión) no es enteramente exacta”. (Jehovah's Witnesses Bibliography, Jan. 14, 2012. IRR.org) Y el doctor
Jason D. BeDuhn opina lo siguiente acerca de la publicación de Countess condenando a la TNM:
“He leído el libro del Dr. Countess. Aunque encontré unos buenos puntos en él, su argumen-
tación es en su mayor parte tendenciosa y discutible”. (http://sites.google.com/site/abdijah/home/debuhn-vs-scholars)

Tomemos el ejemplo que Countess suministró como argumento para ilustrar lo absurdo de una
de sus conclusiones. Countess, en la página 55 de su libro repasó los primeros dieciocho
versículos del primer capítulo de Juan, señalando ocho casos de theós sin el artículo.
Aparentemente, Countess contaba con que los traductores de la TNM emplearan el artículo
indefinido (un) con todos los casos de theós (en realidad, ningún otro traductor hace eso en el capítulo
uno de Juan). De hecho, ninguno de los ejemplos que Countess usó para desacreditar la
traducción de la TNM en Juan 1:1 exhibe el patrón gramatical que caracteriza el versículo uno. De
las 8 ocurrencias de theós en esos versículos del capítulo uno, 5 aparecen en los versículos 1, 2, y
18, y los otros tres casos en los versículos 6, 12 y 13. ¡Pero adivine qué! Esas 3 ocurrencias están
en la construcción genitiva (el caso de). Ahora bien, Wallace y otros gramáticos por igual, han
observado que los genitivos tienden a hacer a un sustantivo sin artículo definido, pero no
siempre. (Wallace & Steffen 2011, p. 177) Esto es conocimiento público. Los otros cinco casos son
traducidos de manera similar por la mayoría de las traducciones, con la excepción de Juan 1:1,
que es la cláusula controvertida que se discute aquí.

Countess incluso critica a los traductores de la TNM por usar el artículo definido en el segundo
caso de theós (sin artículo) en Juan 1:18, cuando la mayoría hace lo mismo. Hay que observar que
algunos manuscritos sí incluyen el artículo en la segunda parte del versículo, otros no. Los
traductores generalmente añaden el artículo definido allí incluso cuando siguen la construcción
de theós sin artículo en esos manuscritos, debido a la presencia de otros insinuantes en el
contexto. Por ejemplo, las palabras “hijo (o, dios) unigénito” del versículo 18 (a diferencia de 1:1)
son seguidas por una cláusula articular con participio que indica especifidad (el que está*), y un
enfático demostrativo pronominal (ese o aquel). La referencia es anafórica, es decir, se refiere al
dios sin artículo anterior de Juan 1:1, que estaba presente con el Dios Supremo. Es como si el
autor dijera, ‘el dios unigénito que está presente con el Dios del versículo uno, ese es el que ha
explicado al Dios que nadie ha visto, es decir, al Padre’. Tanto el inglés como el español
requieren el artículo con esa construcción. (*Literalmente: el estando [o, el siendo] en el seno del Padre)

Con respecto a Juan 1:1, Countess quiere hacerle creer a sus lectores que las premisas de
Colwell sobre el artículo griego descartan toda viabilidad de la lectura de “un dios” que aparece
en algunas versiones bíblicas. ¡No es así! Colwell mismo aplicó la palabra “teoría” a su
argumentación. Además utilizó otras expresiones modificadoras sobre su conclusión: La lista
está sujeta a errores, se sugiere, es probable, existen probabilidades, esto parece indicar, puede ser
formulado tentativamente, y vagamente hablando, etc. Estas expresiones indican claramente que
‘la regla’ es tentativa, no absoluta. (Colwell 1933, p. 15)
Colwell concluye: “El versículo inicial del Evangelio de Juan contiene uno de los muchos pasajes
donde esta regla sugiere la traducción de un predicado como sustantivo definido...La ausencia
del artículo no hace que el predicado sea indefinido o cualitativo cuando precede al verbo; es
indefinido en esta posición solo cuando el contexto lo exige”. (Ibid, pág. 21) La teología metodista
de Colwell lo llevó a creer que el contexto de Juan exigía una representación definida para Juan
1:1c. Respetamos sus opiniones religiosas. Pero, ¿cuán confiable es su regla formulada? Una
autoridad del griego del Nuevo Testamento, Nigel Turner, señala: “...aunque el canon [de Colwell]
puede reflejar una tendencia general no es absoluto para nada; después de todo, no toma en
cuenta las oraciones de relativo o los nombres propios, y también ha omitido una clase
considerable de sustantivos ‘cualitativos’ como el de ὁ θεὸς ἀγάπη ἐστίν [ho theós agápē estín = ‘el
Dios amor es’ – 1 Juan 4:8]. Es más, él [Colwell] es el primero en admitir la falta de objetividad en su
método para contabilizar: declara que incluye solo sustantivos definidos en sus predicados sin
artículo, y ‘lo definido’ que es un sustantivo es muy difícil de estimar”. (A Grammar of New Testament
Greek, Vol. III, Syntax, pág. 184. ©T.&T. Clark 1963. Énfasis mío.)

Además, la versión The Net Bible admite: “La Regla de Colwell a menudo se invoca para apoyar la
traducción de θεός (theós) como definido (“Dios”) en lugar de indefinido (“un dios”) aquí. Sin
embargo, la Regla de Colwell meramente permite, pero no exige, que un predicado nominal que
precede a un verbo copulativo se traduzca como definido en lugar de indefinido. Además, la
Regla de Colwell no se ocupó de una tercera posibilidad, de que el predicado nominal sin
artículo pueda tener más bien un matiz cualitativo cuando se coloque antepuesto al verbo”. (Pág.
2017. Cursivas suyas.)

Más importante aun, Countess y Wallace no mencionaron que aparte de los dos primeros
versículos de Juan y el versículo 18 del mismo capítulo, ninguno de los ejemplos contiene un
contexto que mencione a dos individuos del que se diga que uno está con el otro. Ninguna de las
referencias bíblicas que Countess utilizó [que tienen a theós acompañado de genitivos, frases
preposicionales, etc.] para desacreditar la traducción de la TNM en Juan 1:1 muestra el patrón
gramatical que caracteriza al versículo. Además, en el versículo uno, un ejemplo de theós tiene el
artículo, el otro no. ¿Cuántas veces encontrará esa estructura gramatical en el Nuevo
Testamento dentro de ese contexto? (Juan 1:18 no es contraparte de Juan 1:1 en estructura, ni siquiera
la evidencia manuscrita para el versículo 18 es concluyente.)

Por consiguiente, todo esfuerzo por señalar el número de veces que theós se utiliza en otros
lugares sin el artículo (que pueden o no sugerir definición), no son concluyentes como evidencia
por la sencilla razón que la estructura contextual de Juan 1:1 es única. Solo se puede decir de
Jesucristo, el Hijo de Dios, que ‘estaba en el principio con Dios’. Por lo tanto, no vamos a
encontrar otro texto que coincida con Juan 1:1 en transmitir ese pensamiento con la misma
sintaxis. Con buena razón la Biblia habla de Jesús como el ‘Hijo unigénito’ de Dios. (1 Juan 4:9) Lo
que se acierta aquí es que cierto patrón gramatical que manifiesta Juan 1:1 y otros lugares (de
predicados sin artículo antepuesto al verbo) puede justificar una traducción indefinida o cualitativa en
el contexto de Juan 1:1.

Además, Countess tomó algunas declaraciones del Apéndice de la TNM de 1950 (pág. 774) con
respecto a la importancia del artículo fuera de contexto. Afirmó que los editores de la TNM
formularon una regla en la que los sustantivos con artículo son siempre “definidos”, y los
sustantivos sin artículo son invariablemente cualitativos. En el Apéndice del ejemplar (TNM en
inglés) no aparece enunciado en ningún lugar tal principio inflexible. Sin embargo, sí encontré en
el Apéndice donde los editores insinuaron un principio de ‘uso normal’ a tono con otros eruditos
con respecto al artículo. Pero esto es muy diferente de establecer una regla invariable.
Countess también citó incorrectamente el Apéndice de la publicación en su libro. Citó a la TNM
diciendo: “Los traductores cuidadosos reconocen que la construcción articular apunta a una
cualidad sobre alguien”. (Countess 1982, pág. 42) Eso es lo contrario de lo que escribieron. Esto es
lo que la publicación realmente escribió después de citar las traduccciones de Goodspeed y
Moffatt (que leen en Juan 1:1, la Palabra era divina): “Los traductores cuidadosos reconocen que la
construcción articular del sustantivo señala una identidad, una personalidad, mientras que una
construcción sin artículo apunta a una cualidad sobre alguien. Eso es lo que A Manual Grammar
of the Greek New Testament por Dana y Mantey observa [...]”.

Por consiguiente, la referencia sobre la construcción del sustantivo con su implicación del
artículo, era primero, una observación de aquellos traductores que tienen en cuenta la omisión
del artículo griego en Juan 1:1c, cuya prerrogativa manifiestan en sus versiones, y en segundo
lugar, sirvió de material introductorio a las observaciones que hicieron Dana y Mantey en su
Gramática Griega sobre el artículo griego. Dana y Mantey concluyeron: “No hay ‘reglas’ para el uso
del artículo en griego, pero hay un principio fundamental que subraya su importancia – como
hemos visto en la sección que antecede – y esto da lugar a un uso normal”. (Pág. 136) ¿Se dio
cuenta que estos gramáticos hablaron de un principio fundamental y uso normal concerniente al
artículo griego? Los críticos de la TNM omiten esta información pertinente de su público. Harner
escribió además sobre “pautas generales concernientes a los complementos predicativos que
generalmente se aceptan como axiomáticos en el estudio del NT”. Uno de estas es “que un
complemento predicativo no lleva artículo cuando indica la categoría o clase de los cuales el
sujeto es un ejemplo particular...Marcos 7:26”. (Harner 1973, p. 75) Harner también evitó usar la
palabra regla.

Y luego tenemos a J. Harold Greenlee, quien fue profesor de griego del Nuevo Testamento en el
Seminario Teológico de Asbury, al referirse al artículo griego, expresó: “Regla general: los
sustantivos con el artículo definido son definitivos o genéricos.…Los sustantivos sin el artículo
definido son indefinidos o cualitativos”. (A Concise Exegetical Grammar New Testament Greek, p. 37. © 2012
First Fruits Press, Wilmore, Kentucky. Subraya y cursivas son suyos.)

Todo indica que los traductores de la TNM no fueron los que iniciaron la hipotética regla fija de
que cada sustantivo griego sin artículo debe traducirse siempre con artículo indefinido que les
atribuyen Countess y los que lo citan. Ningún traductor sigue tal imaginaria regla.
Curiosamente, cuando alguien formuló una pregunta a los publicadores de la TNM acerca de si
su interpretación de Juan 1:1 violaba las reglas de la gramática griega, ellos con franqueza
escribieron lo siguiente en relación a sustantivos sin artículo griego: “Sin embargo, esto no
significa, que cada vez que aparece un nombre sin artículo en el texto griego debe aparecer en
inglés o en español con el artículo indefinido. Los traductores vierten estos nombres de una
variedad de maneras, a veces hasta con ‘el’ o ‘la’ (the, en inglés), entendiéndolos como definidos,
aunque falta el artículo definido”. (La Atalaya, 1976, p. 318. Cursivas de ellos.) Tampoco los
traductores de la TNM han inferido, o declarado alguna vez que esa pauta fuera inflexible.

De modo que si los comentarios concerniente a Juan 1:1 que aparecieron en el Apéndice de la
traducción de 1950 no fueron lo suficientemente claros para Countess, la publicación posterior
de 1976 (w1975, en inglés), no pudo haber sido más explícita. Countess (quien en su libro de 1982
extrañamente hizo caso omiso a la declaración publicada 7 años antes), y su horda de seguidores que
se empeñan en comunicar la misma afirmación sin sentido, una y otra vez, están golpeando un
caballo muerto. El resultado ya está decidido. Nadie ha afirmado seguir una regla gramatical
estricta sobre el artículo griego 100 % por ciento del tiempo. ¡Ni siquiera Colwell! ¡Y ninguno de
los traductores bíblicos tampoco! Los opositores religiosos en su afán de difamar a cualquiera
que discrepe con ellos son los únicos que arrasan con la farsa de que la gente de la Watchtower
se adhiere a una regla fija. ¡Política religiosa sucia en juego! ¡No se deje engañar!

En realidad, si alguien fue instrumental en alimentar el debate sobre la importancia del artículo
griego, habría que apuntar más bien a los eruditos E. C. Colwell y Philip B. Harner como
responsables de ello. Sus artículos provocativos fueron decisivos en despertar muchos
intercambios de materia lingüística en el ámbito religioso. Fue Harner quien concluyó: “No hay
base para considerar definido el predicado theós”. “En Juan 1:1 creo que la fuerza cualitativa del
predicado [theós] es tan prominente que el sustantivo no puede considerarse definido”. (Harner
1973, pp. 85,87) De paso, ¿no es indefinido lo opuesto de definido?

Por lo tanto, lo único “lúcido” en la cita que hace Wallace de Countess, es que dos reconocidos
estudiosos cometieron un error vergonzoso al aplicar una regla ficticia que no tenía relevancia
alguna con el razonamiento publicado por la TNM. La TNM nunca formuló una quimérica regla
en relación al artículo que debía seguirse al pie de la letra en todos los casos. Si los editores de
la TNM fueron en realidad culpables de formular una regla concerniente al artículo griego en la
traducción, entonces Countess tendría que culpar por igual a Dana y Mantey y a otros (Wallace,
Steffen, Mounce, Black, Kaufman, Hewett, Croy, Machen, Greenlee, Septién, etc.) , por haber utilizado
lenguaje parecido en sus publicaciones. Todos estos estudiosos, de una forma u otra postularon
que los predicados nominales sin artículo generalmente son indicativos de carácter, o calidad,
no identidad (o definición). Pero nadie acusa a estos académicos de establecer ciertas pautas
concerniente al artículo griego. ¿Entonces, ¿por qué ha de recibir la TNM un trato diferente?

Uno esperaría que los involucrados de esta farsa entre la comunidad académica rectifiquen sus
errores. Puesto que este drama ha sido expuesto, pregunto: ¿Tenía Countess justificación en
publicar su libro, cuando tanto Colwell como la gente de la Watchtower concluyeron mucho
tiempo atrás que el contexto es en última instancia el factor decisivo para determinar la
traducción apropiada de varias Escrituras? Y al segmento de la comunidad religiosa que disfruta
leer materia cuyo único propósito es degradar una traducción bíblica de tantas, ¿es realmente
honrado ver estas fuentes como autoridades confiables cuando las publicaciones mismas se
basan frecuentemente en premisas superficiales o huecas? ¿Son estos casos de, “mi
interpretación es mejor que la tuya, así que voy a probar que eres falso a expensas de la
verdad”?

Retomando el tema, Paul S. Dixon, añade los resultados de su propio estudio sobre predicados
sin artículo delante del verbo, como en Juan 1:1c: “El uso del predicado nominal sin artículo en
Juan es significativo. Es cualitativo en 65 de 74 casos, o probabilidad del 88 %. Cuando el
predicado nominal sin artículo precede al verbo [como sucede en Juan 1:1] es cualitativo en 50 de
53 casos, o probabilidad del 94 %. Cuando sigue al verbo el predicado nominativo sin artículo es
cualitativo 13 de 19 casos, o el 68 %”. (Dixon 1975, tesis Th.M. Conclusión, cap. VI, p. 54)

Debido a la implicación teológica, los trinitarios se muestran renuentes a expresar el hecho de


que en algunos casos (i.e., Juan 1:1) la diferencia semántica entre el factor indefinido y el
cualitativo no es siempre clara. Dos eruditos incluso llegaron a decir: “Cuando un sustantivo no
lleva artículo, puede tener una de estas tres características: cualitativo, indefinido o definido. No
hay claras distinciones entre ellas”. (Wallace y Steffen 2011, pág. 170) Esta última declaración no es
inflexible, pues los autores se someten a las pautas gramaticales expuestas arriba.

La alternación entre las lecturas cualitativas e indefinidas que presentan los traductores en Juan
4:19, y otros textos señalados arriba muestra claramente que la diferencia semántica entre el
concepto indefinido y cualitativo no es tan marcada como dan a entender los tradicionalistas. Al
traducir esta construcción gramatical en consideración, la Versión Reina-Valera tiene preferencia
por las lecturas cualitativas, mientras que otras versiones son más libres al utilizar traducciones
con artículo indefinido. Como se ha indicado, algunas ediciones de la Reina-Valera oscilan entre
las dos formas de traducir. Y no reciben crítica por esto. Esto de por sí derriba el mito de que los
complementos predicativos pre-verbales no pueden ser presentados con forma indefinida. Con
este conocimiento implícito, Wallace y Countess sin darse cuenta (?) cayeron víctimas del mismo
“dogmatismo arbitrario” del cual acusan a los traductores de la TNM.

A pesar de que Dixon, un trinitario, no le agrada la versión con artículo indefinido en Juan 1:1, no
obstante, reconoció lo siguiente: “A menudo, la única manera de comunicar con eficacia un
sustantivo cualitativo en el idioma inglés [y a veces en español] es introducir el sustantivo con ‘a’
[un, una en español]”. (Dixon 1975, tesis Th.M., p. 47) Es decir, que algunos sustantivos se pueden
describir como “indefinido-cualitativo”, como se demostró en ejemplos anteriores (Juan 4:19,
según Wallace; Juan 6:70 por Dixon, y Hanna en Juan 8:44). Los datos disponibles señalan que las
difundidas alegaciones de que los complementos predicativos pre-verbales (como en Juan 1:1) no
pueden ser traducidos con forma indefinida es un mito sin fundamento.

A pesar de la impugnación teológica de varios estudiosos sobre el uso del artículo indefinido en
Juan 1:1, otras obras de consulta han señalado que un sustantivo que carece del artículo griego
puede ser traducido como indeterminado, siempre y cuando lo permita el contexto. Por ejemplo:

Aprendamos Griego del Nuevo Testamento: “A menudo, pero no siempre, un nombre griego sin
artículo definido se puede traducir por un nombre castellano precedido por el artículo
indefinido.” (Clarence Hale/Richard B. Ramsay, pp. 60,61. ©2001 Logoi Inc., Miami. Editorial UNILIT; Universidad FLET)

Introducción al Griego de la Biblia: “Por lo tanto, cuando nos topamos con un sustantivo sin artículo
definido a veces es posible traducirlo con un artículo indefinido.” (Rodríguez 2010, Tomo I, p. 25)
“En griego, sólo hay artículos definidos. Lo que en español se expresa mediante artículos
indefinidos se expresa en griego con el sustantivo sin artículo (libro = un libro)”. (Ibíd, 47)
El Griego Bíblico Al Alcance de Todos: “Cuando el artículo está presente, siempre hay que traducirlo
(excepto cuando acompaña a los nombres propios…). Cuando no lo hay, se emplea el artículo
indeterminado [“un”, etc.] o se deja sin él….” (Septién 2007, pág. 122)

La evidencia, entonces, indica que Countess, Wallace y Mounce, entre otros, no son equitativos
con los traductores de la TNM al apuntar al presunto mal manejo en la traducción del artículo
griego o falta del mismo, cuando otros estudiosos han dejado claro que es una cuestión de
juicio personal, o sea, de interpretación. No es honrado, entonces, acusar exclusivamente de
“dogmatismo arbitrario” a una fuente por hacer eso, cuando hay tantos otros que hacen lo
mismo en diferentes lugares, incluso en Juan 1:1. No hay regla o excepción alguna que indique
que Juan 1:1c no pueda ser traducido “el Verbo era un dios.” Es más, se puede afirmar que el uso
del artículo indeterminado (un) en Juan 1:1c bien responde al contexto bíblico, y a una pauta
gramatical en función ilustrado por los 10 ejemplos mencionados que sugieren tal lectura, no
solo por ‘criterio individual’ o por algún capricho sin fundamento. Los traductores del Copto
Sahídico entendieron hace unos 1,700 años atrás que el texto griego de Juan 1:1c comunicaba
que ‘el Logos era un dios’, no Dios. Lo que sucede es que los tradicionalistas quieren utilizar su
autoridad lingüística para hacerle creer a sus adeptos que la gramática de Juan 1:1 de algún
modo confirma que Jesús es Dios, cuando en realidad es la interpretación personal lo que
determina dicha posición teológica.

Con todo, el que Wallace haga cita de una conclusión errónea de Countess no cambia el hecho
de que un predicado nominal antepuesto al verbo también puede ser traducido de forma
indefinida – no importa cuántos eruditos trinitarios conspiren contra el concepto. Ejemplos
adicionales que ilustran esto se proporcionan en mi otro artículo en inglés:
http://www.scribd.com/doc/50330864/John-1-1-List-of-Alternate-Readings

17. En busca de un contrapeso en la interpretación:

Los opositores a la lectura de “un dios” en Juan 1:1 utilizan a menudo una táctica deplorable que
consiste en desacreditar las credenciales y reputación de los traductores divergentes. ¿Ha
notado usted eso? Acometen sin misericordia en contra de los que traducen diferente a la
ortodoxia. Ellos justifican sus acciones citando autoridades del griego que acordan con su punto
de vista sin divulgar que hay también autoridades lingüísticas con otra interpretación de peso.
La verdad del asunto es, que si fuéramos a desenterrar faltas humanas, las vamos a encontrar,
por cierto, en ambos bandos, porque todos somos imperfectos.

De ningún modo quiero ser instrumento portal en menoscabar la posición gloriosa y elevada
que tiene Cristo Jesús como el Logos de Dios, el “Dios unigénito” (NC) que ha explicado al
invisible Padre, Dios. (Juan 1:18) Tampoco quiero errar al procurar colocar a Cristo a una posición
que él nunca reclamara tener, a saber, que fuera igual al Dios Supremo. Él declaró sin
ambigüedades, “el Padre es más que yo”. (Juan 14:28, BJ) Incluso en el cielo, Cristo habla de su
Padre como ‘su Dios’. (Ap. 3:12) En otro lugar se declara: “Dios es la cabeza de Cristo”. (1 Cor. 11:3,
RVR 1995) Y considere esta reveladora declaración sobre el glorificado Jesucristo: “Bendito sea el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”. (2 Corintios 1:3) Nuestro Señor Jesús aparece en
segundo lugar una vez más. Ahora bien, cuando leemos estas palabras de Pablo que resuenan
al Salmo 41:13 en RVR: “Bendito sea Jehová, el Dios de Israel”, ¿hemos de concluir que Israel y
Jehová son idénticos?

Encuentro que los grupos religiosos llegan a extremos en su postura, sea por no reconocer al
Cristo en el propósito de Dios, al ‘no honrarlo como honran al Padre’, y hasta relegarlo a posición
secundaria a la de una organización humana. (Juan 3:16; 5:23) Toda organización religiosa que
anteponga sus propios intereses por encima de los de Cristo tendrá que rendir cuentas ante
Dios a su debido tiempo. En el otro extremo, hay quienes se empeñan en hacerlo igual a Dios,
una acusación que judíos del día de Jesús hicieron, acusación que Cristo negó. (Juan 5:18; 10:33-
36) Uno pensaría que estos cristianos hubieran aprendido una lección de los capítulos 5 y 10 de
Juan, pero se encuentran cometiendo el mismo error de aquellos judíos.

Hemos considerado hasta ahora que la correcta traducción de Juan 1:1 no se puede determinar
exclusivamente a base de gramática únicamente. De hecho, algunos religiosos reconocen esto.
Una publicación católica declaró: “Gramática sola no puede comprobar cómo el predicado en
este versículo [Juan 1:1c] debe traducirse, si ‘Dios’ o ‘un Dios’”. (The Catholic Biblical Quarterly, Vol. XIII,
No. 4, Oct. 1951) Los académicos C. H. Dodd y Murray J. Harris entre otros han comunicado la
misma idea independientemente. Juan 1:1c lee palabra-por-palabra: “y dios era el logos”. Pero
también es cierto que la cláusula puede ser traducida ‘literalmente’ como lo hizo el reconocido
Robert Young en su comentario: “y un Dios (i.e. un Ser Divino) era el Verbo”. (Young’s Concise Critical
Bible Commentary, 1865. Baker Book House)

Aunque traducir Juan 1:1 – “la Palabra era dios” (como lo hacen en inglés Torrey y Hart) es aceptable
en sentido cualitativo, el identificar a Jesucristo con Dios en sentido definido como insinúan las
Biblias más conocidas sería ir en contra del mensaje joánico que repetidamente enseñaba que
era ‘hijo’ de Dios. (Juan 1:18, 34, 45; 3:16-18; 35-36; 5:19, 21-23, 25-26; 6:40, 42; 8:35–36; 9:35 (cp. 19:7);
10:36; 11:4; 14:13; 17:1; 19:17; 20:31) Este listado no incluye las decenas de veces que Juan afirmó
que Dios era el Padre de Jesucristo, o que Jesús era el Hijo del Padre en un sentido único.

Se ha destacado en este artículo, que ciertos patrones gramaticales (no una regla inflexible) y
asuntos contextuales favorecen una traducción cualitativa o indefinida en Juan 1:1, donde se dan
varios ejemplos. En realidad, la mayoría de las Biblias emplean el artículo indefinido
ampliamente en la traducción con los sustantivos sin artículo en nominativo por todo el Nuevo
Testamento. La referencia de ‘un Dios’, tal como se describe a Jesús en Juan 1:1 en varias
versiones, aunque no sea la más atractiva, a la luz bíblica no es degradante ni deshonrosa, ni
politeísta. El Padre de Jesucristo sigue siendo el Supremo, y retiene la designación de “el único
Dios verdadero”, digno de adoración absoluta. (Juan 17:3)

18. La propia conclusión de Juan, el autor bíblico de Juan 1:1, sobre el Logos:

Juan observó desde el inicio que Jesús mismo dirigía toda la atención y la adoración hacia su
Padre y Dios. (Mateo 4:10; Juan 4:23; 20:17,31) Si Juan quisiera establecer al Logos como Dios, él
podría haber utilizado el artículo definido (el) ante theós (así: hó theós = el Dios) en la cláusula en
referencia a Cristo para eliminar cualquier ambigüedad. En otros lugares, Juan no vaciló en
repetir el artículo donde fuera necesario, como hizo en Juan 15:1. El hecho de que no lo hizo en
Juan 1:1 indica que el Apóstol quería hacer una descripción del Logos, no comunicar
identificación con el Dios supremo. De nuevo, el versículo dos del prólogo confirma esto.

Habiendo sido criado en una sociedad monoteísta, Juan jamás comunicaría un mensaje
politeísta con idea pagana, como tampoco sugeriría que Cristo fuera parte secundaria de una
entidad trinitaria, doctrina que surgió posteriormente para frenar las controversias sobre la
persona de Cristo. Más bien, el Apóstol quería decirle al mundo que el Verbo era poderoso, muy
semejante a Dios, de la misma manera que el autor del libro bíblico de Hebreos hacía hincapié en
lo siguiente: “[Cristo] es el resplandor de la gloria de Dios. Es la imagen misma de lo que Dios es”.
(Hebreos 1:3, Reina Valera Contemporánea) Otras versiones vierten la segunda parte de esta
declaración de la siguiente manera:

“El Hijo de Dios es igual en todo a su Padre” (Traducción en lenguaje actual)


“El es... la imagen misma de lo que Dios es” (Dios Habla Hoy)
“El Hijo... expresa el carácter mismo de Dios” (Nueva Traducción Viviente)
“El Hijo... es la imagen perfecta de todo lo que Dios es” (Palabra de Dios para Todos)
“El Hijo... es como Dios en todo” (Versión Nueva Vida)

Por consiguiente, si Cristo es tan parecido a Dios hasta el punto de ser señalado como “réplica
exacta” de Dios, ¿cómo sería esto fundamentalmente diferente de describir al Logos como
“divino”, o “un dios”? (21st. Century New Testament)

Después de haberse contado todo, Juan resumió su evangelio diciendo: “Pero éstas se han
escrito para que creáis que Jesús es el Cristo [=ungido por Dios], el Hijo de Dios, y para que
creyendo, tengáis vida en su nombre”. Observe que Juan no escribió: “Para que [todos] crean que
Jesús es Dios”. ¡Gran diferencia! Juan había indicado decenas de veces que Jesucristo era ‘Hijo de
Dios’. Los tradicionalistas en sus versiones acostumbran señalar dos textos en el Evangelio de
Juan (1:1 y 20:28) que indican que Jesucristo es Dios. Pero muchos eruditos han indicado que la
interpretación de estos dos versículos es incierta y discutible. Por eso, es mejor aceptar lo que
no está en duda, a saber, lo que se dice vez tras vez en el Evangelio, que Jesucristo es el Hijo
subordinado de Dios. Nosotros hacemos mejor en imitar a Juan, y no a un erudito que lo
contradiga. Varios educadores de la Biblia están de acuerdo con los que sostienen la verdad
bíblica acerca de Jesús, a saber, que lo que Dios presentó al mundo como Salvador, no fue Dios
mismo encarnado, sino el Hijo de Él, un Ser Poderoso, Divino, pero siempre subordinado a Dios.
Filipenses 2:7 y 2 Juan 7 no contradicen esto. (Lucas 1:32, 35; Juan 1:14, 3:16;1 Corintios 15:28)

19. Observaciones finales:

El erudito William Barclay, quien posteriormente en su vida concedió que la traducción “la
Palabra era un dios” en Juan 1:1c sí era factible, irónicamente publicó una de las explicaciones
más sencillas sobre la estructura lingüística griega de Juan 1:1 que he visto: “Cuando se remueve
el artículo definido en griego, como en inglés [y el español], el nombre se convierte en
equivalente de un adjetivo. Tome el siguiente ejemplo en inglés [o: español]. Si digo ‘Juan es el
hombre’, identifico a Juan con cierto hombre particular; si digo ‘Juan es hombre’, omitiendo el
artículo definido, simplemente describo a Juan como un hombre”. Lo que esa frase particular de
Juan dice es que la Palabra estaba en la misma clase que Dios. Dios es un adjetivo en lugar de
un nombre, y la traducción perfecta es la traducción de la New English Bible: ‘Lo que Dios era, la
Palabra era’“. (Barclay 1985, Ever yours, p. 205) (Observación: La traducción de la ‘Nueva Biblia Inglesa’
tiene su atractivo, además – es interpretación aceptable, pero es ambigüa.)

Barclay también escribió en otro lugar: “Cuando Juan dijo que la Palabra era Dios, no estaba
diciendo que Jesús es el mismo que Dios, sino que Jesús es lo mismo que Dios. De dos personas
compenetradas se dice que piensan y sienten lo mismo de tal manera que, si se conoce a una,
es como si se conociera a la otra. Jesús está tan íntima y totalmente identificado con Dios en
pensamientos, sentimientos y carácter que, conociéndole a Él, conocemos perfectamente a
Dios”. (Comentario al Nuevo Testamento, por William Barclay, 1970. © 2006 por Editorial CLIE, Barcelona)
El propio Barclay traduce Juan 1:1c: “y la naturaleza del Verbo era la misma que la naturaleza de
Dios”.) En verdad, Jesucristo ‘es el reflejo de la gloria de Dios’. (Hebreos 1:3, TNM; cf., BLP)

En conclusión, prescindiendo de cuál sea nuestra lectura favorita de Juan 1:1, sea Dios, divino, o,
un dios, es propio señalar, que debido a límites humanos, sería sabio de nuestra parte ser
razonables y respetuosos con aquellos que abrigan un entendimiento diferente al nuestro. Bien
dice la Palabra: “La misericordia, en cambio, prevalece frente al juicio”. (Santiago 2:13, Biblia de
Navarra) Al fin de cuentas, Dios y Cristo, como jueces divinos, son los únicos que tienen la facultad
y prerrogativa necesaria para emitir el veredicto final.

¿Cuál es, potencialmente, la traducción correcta de Juan 1:1c? Pues, la traducción tradicional (el
Verbo era Dios) representa bien a la Vulgata Latina, más bien que al texto griego, y confunde a la
gente. Con razón se ha dicho que ‘la traducción tradicional no es sostenible sin explicación’. He
aquí algunas traducciones que correctamente transmiten lo que Juan dijo en griego:

“y un dios era la Palabra” (La Versión Copta Sahídica, c. 200 E.C., según la Iglesia Copta)
“y el Discurso era un dios ” (Jeremias Felbinger, DAS NEUE TESTAMENT, 1660)
“y dios (de cierto tipo) era el Logos” (Walter Bauer, Das Johannesevangelium, 1925, Tübingen)
“la Palabra era un ser divino” (La Biblia del Centenario, Sociedad Bíblica de París, 1928)
“y el Logos era divino” (James Moffatt)
“y la Palabra era un Dios” (The New Testament, James L. Tomanek, Pocatello, Idaho, 1958)
“y la Palabra era un dios” (Traducción del Nuevo Mundo, 1963, Brooklyn)
“y la Palabra era un dios (parecido a Dios; divino)” (TNM, 1987, Biblia con Referencias, Apéndice 6A, p. 1578)
“y dios era la Palabra” (Cuarto Evangelio. Cartas de Juan, por Juan José Bartolomé)
“y dios de cierto tipo era el Logos” (El evangelio de Juan, Ernst Haenchen)
“y de tipo parecido a Dios era el Logos” (Johannes Schneider, Berlín)
“y la Palabra era divina” (J. M. P. Smith y E. J. Goodspeed, Chicago)
“Pues, la Palabra era divina” (El Nuevo Testamento Original, por Hugh J. Schonfield, Londres)
“y el Logos era dios” (The New Testament, A Translation, David Bentley Hart)
“y lo que Dios era, la Palabra era” (New English Bible, paráfrasis aceptable)
“Y un Dios era la palabra” (Comentario al Evangelio de Juan, Sjef van Tilborg, 2005)
“la Palabra era divina” (El evangelio y las cartas de Juan, Senén Vidal García, Valladolid, España–2013)

Para otros ejemplos: https://en.calameo.com/read/0063621972356a54344e7


Cuando se considera la gramática griega, el contexto de Juan y de la Biblia entera, podemos
concluir que las traducciones que reflejan una diferencia entre theós (= dios) con y sin artículo en
Juan 1:1, son más exactas, dado que comunican mejor el significado intencionado por Juan.
Tomando esto en cuenta, el Jesuita John L. Mackenzie (S.J.), concluyó: “Jn 1:1 debe traducirse
rigurosamente ‘la palabra estaba con el Dios [=el Padre], y la palabra era un ser divino’”.
(DICTIONARY of the BIBLE, p. 317. Corchetes de él.) El profesor Jason David Beduhn de la Universidad de
Flagstaff, Arizona, llegó a una conclusión semejante, a saber, que ‘el Verbo era un dios (o: divino)’.
(Beduhn 2003, p. 132) Por consiguiente, la traducción de un dios (= parecido a Dios; divino) cuando se
aplica a Jesucristo, el Verbo de Juan 1:1, aunque controvertida, no está en pugna con las reglas
de la gramática griega, ni con las Santas Escrituras. Está plenamente en acorde con esta.

“¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” – 1 Juan 5:5.
– FIN –
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Otros temas – en español – por el mismo autor (For English, see below):
Juan 1:1, ¿“un dios”?: http://www.scribd.com/doc/35899788/Traduccion-correcta-de-Juan-1-1-Lista-de-lecturas-alternativa s
Juan 1:1, Lecturas variantes de Juan 1:1, https://en.calameo.com/read/0063621972356a54344e7
Juan 8:58, “yo soy”: http://www.scribd.com/doc/36126649/La-traduccion-correcta-de-Juan-8-58-Lista-de-lecturas-alternas-a-yo-soy
Juan 17:3, ‘adquirir conocimiento’: http://www.scribd.com/doc/74629981/Juan-17-3-%E2%80%98Adquiriendo-conocimiento%E2%80%99-de-Dios-y-Jesucrist o
Colosenses 1:16, “todas las otras cosas”: http://www.scribd.com/doc/209601066/Colosenses-1-16-%C2%BFEs-la-traduccion-
%E2%80%9Ctodas-las-otras-cosas%E2%80%9D-apropiada
1 Timoteo 3:16: http://www.scribd.com/doc/77336247/%C2%BFFue-Dios-manifestado-en-carne-1-Timoteo-3-16
¿Enseña Hebreos 1:6,8 que Jesús es Dios? : https://www.scribd.com/doc/255738165/Ensena-Hebreos-1-6-8-que-Jesucristo-es-Dios
¿Acaso tiene sentido la Trinidad? http://www.scribd.com/doc/173779117/%C2%BFAcaso-tiene-sentido-la-Trinidad
¿Conocen los traductores de la TNM griego? http://www.scribd.com/doc/51623596/%C2%BFSabia-griego-el-Comite-de-la-Traduccion-del-Nuevo-Mundo

Other subjects by the same author:


Exodus 2:25: http://www.scribd.com/doc/38676458/Exodus-2-25-And-God-took-notice-Does-God-care-about-us
Matthew 5:3, ‘the poor in spirit’: https://www.scribd.com/document/35085619/Matthew-5-3-Blessed-are-the-poor-in-spirit
John 1:1, http://www.scribd.com/doc/34916458/The-correct-translation-of-John-1-1
John 1:1, Briefer text, with additional samples: http://www.scribd.com/doc/50330864/John-1-1-List-of-Alternate-Readings
John 1:14 (“grace”): http://www.scribd.com/doc/35002730/John-1-14-Jesus-full-of-grace
John 8:58: http://www.scribd.com/doc/35318309/The-correct-translation-of-John-8-58-List-of-alternate-readings-to-I-am
John 17:3: http://www.scribd.com/doc/57772552/John-17-3-%E2%80%98Taking-in-knowledge-of-%E2%80%99-God-and-Jesus
Acts 20:28, https://www.scribd.com/doc/231244155/Acts-20-28-Whose-blood-God-s-Or-Christ-s
Colossians 1:16, “all other things”: http://www.scribd.com/doc/209607822/Colossians-1-16-Is-the-translation-all-other-things-appropriate
1 Timothy 3:16, http://www.scribd.com/doc/76927834/Was-God-manifested-in-the-flesh-1-Timothy-3-16
Hebrews 1:6,8, https://www.scribd.com/doc/252268649/Does-Hebrews-1-6-8-prove-Jesus-is-God
Do the NW translators know Greek? http://www.scribd.com/doc/48234022/Did-the-New-World-Translation-Committee-Know-Greek
Translation Differences in selected verses: http://www.scribd.com/doc/59484457/Translation-Differences-Questions-and-Answers
The Trinity: http://www.scribd.com/doc/160286056/Does-the-Trinity-ever-make-sense
Was Jesus Created First? https://www.scribd.com/document/378080373/Was-Jesus-Created-First

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