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RAICES DEL PENSAMIENTO ZAPATISTA O LA CRITICA AL NEOLIBERALISMO* Jorge Fuentes Morua** Sobre ta mentira de nuestra derrota, el poder ha construido la mentira de su victoria. ¥ el poder ha escogido la caida del Muro de Berlin como simbolo de su omnipotencia xy eternidad, Sobre las ruinas del Muro de Berlin el poder edifics un muro mds grande y fuerte: el muro de la desesperanza. El muro sigue ahi, forma parte de la historia pero no significa la derrota de la esperanza ni ta victoria del cinismo. Hay en Berlin un * La versin preliminar de este texto fue pre sentada en: LAsa98, Latin American Studies As- sociation, XXI International Congress, Chicago, Ilinois, The Palmer House Hilton, September 24- 26, 1998 * Profesor-investigador, Departamento deSo- ciologia, TAM fragmento del espejo roto que heredamos como historia. Como Alicia descubre que para alcanzar a la Reina Roja debe caminar hacia atras, nosotros debemos voltear al pasado para poder avanzar y ser mejores. En el pasado podemos encontrar caminos para el futuro. Y nosotros, ustedes, no tenemos aspiracion mds grande que el futuro, Por eso es importante el pasado. Si algo nuevo nace, es porque algo viejo muere. Pero en lo nuevo, to viejo se extiende y puede comerse el futuro sino lo acotamos, lo conocemos, le hablamos, lo escuchamos, en suma, si dejamos de tenerle miedo. 4Un simbolo? Si, un simbolo. 4Por qué no arrancar algo nuevo de donde queds lo viejo? sQué tenemos que perder? Nada, como no 110 Jorge Fuentes Moria sean el miedo, las vergitenzas, los arrepentimientos... y las pesadillas. {Por qué no empezar can un simbolo? “Por qué no empezar a andar de nuevo ahi, en el simbolo que el poder mantiene como del fin de la historia y de la eternidad de su mandato? Por qué no tomar en nuestras manos ese pedazo roto del espejo? Tal vez nos lastimemos las manos, pero tal vez aleancemos a ver, por una de las grietas de su reflejo, el cristal que buscamos, el que anhelamos, el que merecemos.. Subcomandante Marcos, propone Berlin como sede del “Intergalactico” europeo, enero de 1996.' iniciado en enero de 1994, tiene raices muy profundas en la histo- ria de las rebeliones y movimientos re- volucionarios mexicanos, Esta asevera- cién no contiene juicio excepcional; sin embargo, es pertinente para matizar E levantamiento maya-zapatista, ) gziw, Documentos y comunicados, 3, prélogo de Antonio Gareia de Leén, Crénica de Carlos Monsivais, México, Era, 1997, pp.130-131. Bl pa- saje usado como epigrafe proporciona sefias de identidad de este texto. Durante 1996 y 1997, los zapatistas publicaron, intermitentemente, comu- nicados orientados al examen critico del neolibe- ralismo, es decir, su postura anticapitalista. Para tal propésito recurrieron a experiencias histori- cas, metaforas y referencias; algunas coneernien- tes a luchas latinoamericanas significativas, como Ja experiencia bolivariana. También, en este tra- bajo, se examinan otros ecos evocadores de la experiencia socialista, comunista y nacionalista revolucionaria, presentes en el discurso zapatista. Estas resonancias incluyen: las rebeldias del ma- gonismo, zapatismo, marxismo y leninismo. Nose desglosa la referencia evidente —escrita y pictéri- ca— al Che Guevara; no es necesario, textos y murales hacen elocuente esta influencia. Dicho acervo fue reunido durante aitos de luchas previas la insercion prolongada en el mundo indigena. Este tejido ideologico ha sido soslayado, la mirada puntos de vista predominantes en la opinién de estudiosos, simpatizantes y seguidores del zapatismo. E] punto de vista de estos ultimos considera que el movimiento constituye una verdadera ruptura con tradiciones revolucionarias previas, especialmente las deri- vadas de la experiencia marxista. No obstante el tiempo, las propias declaraciones za- patistas se han encargado de ofrecer elementos suficientes para pensar en las raices hondas que este movimiento tiene en la historia libertaria mexicana. 1. Un tema recurrente, evidente, in- sistente, corresponde a su vinculacién con la lucha histérica de los pueblos indios. Estos han luchado por el afian- zamiento de su identidad y por la recu- peracion de sus tierras y recursos natu- rales. Ciertamente durante la época colonial ocurrieron levantamientos in- digenas en el extenso territorio de la Nueva Espaiia. Sin embargo, estas in- surrecciones nunca alcanzaron ni la ex- tensién ni la intensidad sangrienta que se ha detenido en las practicas eclesiales deriva- das de la teologia de la liberacién; por eso aqui sélo se refieren estas cuestiones en la nota 41, median- te el sefalamiento de algunos textos, dedieados al analisis de esta corriente catélica. En relacién con las luchas indigenas, parecié conveniente reme- morar la rebelin de los mayas de Yucatén, no para establecer relaciones de causalidad entre este movimiento y la rebeldia de los pueblos ma- yenses de Chiapas, sino para tener presente la capacidad propagandistica, organizativa, politica y militar de los mayas peninsulares, asi como su ‘demanda de autonomia comunal. No obstante, estudiosos de las revueltas chiapanecas describen ordculos, santos y objetos sacros hablantes, pare- cidos a la Cruz Parlante de los mayas peninsula- res, desde el siglo xvt hasta el siglo xvut, por lo menos. En sintesis, este texto presenta un recuen- tohistérico, no exhaustivo, de las tendencias liber- tarias, revolucionarias y antiimperialistas que alientan las palabras zapatistas. Raices del pensamiento zapatista 1 mostraron en el siglo XIX. Durante este siglo, antes y después de las reformas liberales, en distintas latitudes de la naciente republica mexicana estallaron levantamientos indigenas; sélo para re- cordar algunos muy significativos, se hace referencia a los casos siguientes: En el norte, las guerras indias transcu- rrieron desde fines del siglo xvii hasta 1880. Apaches y comanches diezmaron el estado de Chihuahua, hasta poner en peligro de extincién las haciendas, los pueblos de Jos rancheros y centros mine- ros. En el Occidente, los levantamientos de coras y huicholes, encabezados por el Tigre de Alicia, estuvieron a punto de asaltar la ciudad de Guadalajara. En Morelos, los descendientes de los tlahui- cas se rebelaron al experimentar Jos efectos iniciales de la expansién de las haciendas; el germen de la contradic- cién que originé el movimiento zapatis- ta surge aqui. Sin embargo, la rebelién més impresionante y consistente ocu- trié entre los mayas, en la peninsula de Yucatan. Una parte significativa de los movi- mientos indigenas del siglo XIX tuvo ras- gos religiosos de cardcter mesidnico y milenarista. El movimiento cruzoob, es decir, el de los fieles a los designios de la Cruz Parlante, puede distinguirse de otros estallidos indigenas rebeldes de ese siglo porque su accién estaba dirigida a cumplir objetivos mucho mas inmediatos. Por eso la Cruz Parlante, desde su santuario, en Chan Santa Cruz, emitia mensajes mas interesados en establecer el cardcter de acciones in- mediatas que en figurar para el futuro un reino o paraiso final. En consecuencia, la Cruz hablo casi siempre para decir a sus fieles cémo resolver problemas in- mediatos: econémicos, politicos, religio- 80s y, por supuesto, militares. La regién maya-cruzoob quedé esta- blecida en el oriente de la peninsula yucateca, fijé su capital en el lugar dela ermita antigua, es decir, Chan Santa Cruz, Este lugar, muchos afios antes del nacimiento de! movimiento rebelde, ya era un oratorio dotado de valores de alto significado material y espiritual, conte- nia agua fresea para mitigar a los pré- fugos sedientos y también una cruz pe- quefia que atin no hablaba, pero que si era motivo de largas alocuciones de mu- chos indios desesperados, quienes sdlo contaban con ese par de elementos, el agua y la cruz, para aguantar un dia mas de vida. De este modo fueron fra- guandose los componentes del pequefio santuario semioculto; éstos le darian magnetismo: el agua, la cruz, el sufri- miento de los indios, cuya existencia semejaba una crucifixién permanente y sus suplicas desesperadas exigiendo el profeta, el Dios justiciero. Dicha locali- dad-refugio alcanz6 un crecimiento im- portante; en sus momentos de apogeo, este asentamiento se compuso por de- marcaciones bien definidas: la religiosa fue la principal, pues ahi permanecia resguardada la Cruz Parlante, las casas habitacién para los dignatarios y diri- gentes, las chozas para el gran numero de seguidores, la plaza con sus espacios ceremoniales y otros para purgar casti- gos, y las construcciones y fortificacio- nes destinadas a organizar la defensa militar. El movimiento cruzoob mantu- vo su lucha durante poco mas de la mitad del siglo XIX, de 1847 a 1910. Durante ese largo periodo logré triunfos 2 Jorge Fuentes Moria resonantes sobre el ejército y las pobla- ciones yucatecas, pero también supo de la derrota, el hambre y la persecucién casi hasta el exterminio. Estos ascensos y descensos marcaron la suerte de Chan Santa Cruz, pues la localidad lo mismo fue arrasada por el ejércite guberna- mental que luego reconstruida por los cruzoob hasta aleanzar una traza que sorprendié a sus enemigos. La inestabilidad originada durante cinco décadas de guerra motivé en cier- tas circunstancias la movilizacién de la Cruz o el surgimiento de otras cruces que pasaban por ser unicas. De este modo aseguraban la conservacién de la Cruz y mantenjan la legitimidad de la direccién rebelde que en todo momen- to podia solicitar la iluminacién divina capaz de ser conocida escuchando la voz de Dios. En ocasiones la palabra era chillona, en otros momentos hueca, pero siempre daba la impresién que provenia de la profundidad sobrenatural. La prdctica dialégica de los indigenas insurrectos se realizé a partir del nicleo indigena dirigente que constituia el co- razén del- movimiento. Ciertamente ellos sabian de las facultades del ventri- locuo en turno, también conocian los artilugios empleados para figurar la palabra divina; sin embargo, estaban convencidos de que la facultad del ven- trilocuo provenia de un acto de posesién , divina. Estos posesionamientos del cuer- po, pero sobre todo de la voz de quien hablaba, constituian para ellos los sig- nos inequivocos de la razén que acompa- jiaba a su movimiento. Estos rasgos pro- veian un impulso racionalizador de la accién, buscando imprimirle al proceder rebelde un cardcter decisivo, pues tanto la voluntad militar como la politica y organizativa ocurrian motivadas por al- tos designios, provenientes de la deidad. Las particularidades anteriormente descritas advierten la manera como los mayas-cruzoob estructuraron una orga- nizacién teocrdtica, en el nivel politico y en el militar. Confiaron en el poder de la palabra, pues asumian los mensajes de la Cruz Parlante a pesar de lo riesgo- so que pudiera resultar; ademés difun- dieron activamente los mensajes de su Dios entre otras tribus mayas, empefia- dos, de este modo, en hacer crecer las filas de la rebelién. Tuvieron tanta con- fianza y seguridad en el poder del verbo proveniente de la Cruz, que a partir de este acceso comunicativo se sintieron fuertes para enfrentar primero a los yu- catecos, luego a los mexicanos y también a los ingleses de Belice. A los primeros militarmente, a los segundos politica- mente. Conviene reproducir el didlogo a que fueron sometidos los militares in- gleses, quienes debieron arrodillarse para escuchar el verbo divino. Algunos cruzoob habian cometido abusos en la frontera belicefia, esto motivé a los fun- cionarios britdnicos a enviar a dos mili- tares pertenecientes al ejército colonial para llevar a los jefes mayas una enér- gica carta de protesta. La misiva y ofi- ciales estaban henchidos de la arrogancia britdnica. Los jefes mayas humillaron de muchas formas a los britdnicos, ex- plicando que ellos no podian decir nada y que tendrian que esperar la voz divina. Después de la espera, los brit4nicos pu- dieron oir la “Voz de Dios”, de] modo siguiente: Rajces del pensamiento zapatista 1g Diganme, ja qué han venido? {Han veni- do por la carta que me enviaron? Esa carta era muy insultante. Si han venido a hacerme pagar por el ganado, diganme- Jo. Han venido a pelearse conmigo; la carta dice que la Reina enviara tropas contra mi, Si los ingleses quieren pelea, que vengan; a millares si quieren. Si tal es el caso, diganlo, y en seguida dispondré lo que debe hacerse con ustedes.” Seguramente los oficiales del ejército colonial habian perdido la mayor parte de la arrogancia con la que iniciaron su misién, sin embargo, necesitaban una respuesta pacifica; su traductor la pidié humildemente, la Cruz no dio respues- ta, ni pacifica ni belicosa, la palabra de Dios sélo interpelé de nueva cuenta a los britdnicos, a propésito de la misiva que le habian hecho legar. Exasperados y temerosos iniciaron el regreso, pero an- tes de partir fueron obligados a aceptar un festejo, los mayas los emborracharon durante tres dfas, y en esacircunstancia fueron sometidos a todo tipo de humilla- ciones.? El lenguaje eliptico complemen- t6 el tono violento y amenazador de la palabra divina, y en uno y otro caso, los ingleses supieron que los cruzoob esta- ban convencidos de la fuerza proporcio- nada por su Cruz Parlante; estos mayas, enemigos terribles aunque no tan bar- baros como pudiera pensarse, burlona- mente habian hecho saber a los britani- cos de Belice que conocian de otros indios, los de la India, quienes también combatan en otro lugar del mundo a las 2 Gfr. Nelson Reed, Le guerra de castas de Yucatéin, México, Era, 1971, p. 183. 3 Ibid. p. 184. tropas de la reina.t El conocimiento de estos datos hizo evidente la eficacia de los espfas cruzoob: podian hacer llegar in- formaci6n relevante y actualizada hasta un lugar tan remoto como las selvas del oriente yucateco. El examen cuidadoso de esta rebelién demuestra cémo surgié en un momento de extrema penuria.> Los mayas capta- ron el poder que tenfan en su antigua religién y el inherente al cristianismo: 4A] parecer habian legado del otro lado del mundo noticias de una rebelién de otra clase de indios contra sus amos blancos y el general cru- zoob se mofé de los ingleses por su derrota a manos de los amotinados cipayos.” Ibid., p. 172. 5 A fines de la década de los afios cincuenta, la conversién de mayas en esclavos habia ocurrido de la siguiente manera: “Es dificil hallar cifras de la trata clandestina. Posteriormente acusaron a un tal Gerardo Tizén de haber embareado a varios centenares de personas; ante el tribunal reconoci6 374, pero alli la cosa no era moral, sino econdmica. Bajo el gobierno de Barrera, Tizén habia logrado un préstamo cubano de 30 000 pesos y 500 fusiles, con uno por ciento de comisién por su trabajo, y la parte principal se rescataria con prisioneros ma- ‘yas a 25 pesos por cabeza, nifios gratis. El tréfico no se puso realmente en marcha sino cuando el general Peraza ocupé el puesto, y entonces el pre- cio subid a 40 pesos por los hombres y 25 por las mujeres, con embarques desde pequeftos puertos de rio Lagartos, Dzilam y San Felipe, en la costa del norte. Irigoyen, con la materia prima politica a mano y costos de produccién reducidos, hizo subir el irato a 160 pesos por hombre, 120 por mujer y 80 por nifios y nifias. Hubo muchos nego- ios privados cuando los hacendados pobres en tierea y siervos se pusieron a liquidar sus exceden- tes. El comercio se hizo mas publico, y el fuerte de Sisal servia de depésito para los remanentes: los, bareos recogian el cargamento humano en Cam- peche, los convoyes se hicieron frecuentes por las carreteras, agarraban a los jévenes de las mejores familias con sus sirvientes y los llevaban al puerto mas cereano, Gabriel Gahona dibujé una carica- tura titulada “Una Indiera” en que se vefa a una. mujer de posibles reclinada en una de las jaulas de indios, cuya ctiqueta indicaba que iban para La Habana”, [bid., pp.177-178. ud Jorge Fuentes Moria el Verbo. Combinaron ambas fuerzas, ambas tradiciones, y la grave situacién que sufrian les planted la necesidad de respuesta. Habian invocado tantas ve- ces a fuerzas poderosas para su ayuda; las peticiones y las oraciones pronuncia- das debfan encontrar respuesta, pero no una respuesta azarosa, probable, sino una respuesta puntual, precisa. Por eso debieron articular una estructura dialé- gica, viva, material, capaz de responder, de intercambiar con quienes habian ora- do durante afios. No podian ser solucio- nes vagas, se requeria objetividad y efi- cacia para resolver problemas practicos. Por eso, la capacidad y actualidad de los cruzoob se expresé tanto en sus moder- nos fusiles (Lee-Enfield)® como en su extraordinaria disposicién propagan- distica, misma que tuvo su eficacia aun antes de tener fusiles de repeticién, pues mediante su creencia en la fuerza de la palabra, centenas de mayas com- batientes, machete en mano, se enfren- taron a los fusiles del ejército yucateco. Es conveniente explicar esquemsti- camente algunas caracteristicas de la guerra de castas que hacen evidente el sincretismo politico, cultural y religioso. La rebelién maya-cruzoob fue el levan- tamiento indigena més significativo del siglo XIX y atin en e! siglo xx dejé sentir sus consecuencias. No obstante, el ana- lisis de los componentes de esta lucha muestra la influencia catélica: la Cruz, su mensaje alentando a la rebelién, la 6 Ibid., p, 219. La investigacién de Reina apor- ta informacién relevante sobre la rebelién maya. fr. Leticia Reina, Las rebeliones campesinas en México (1819-1906), México, Siglo XXI, 1984, pp. 363-415. practica propagandistica’ y al mismo tiempo otros elementos estructurados “occidentalizadamente”, como la vuelta a la comunidad “originaria-imaginaria” mediante la conservacién bajo su in- fluencia y control de una regién de la peninsula defendida con armamento moderno —fusiles de repeticién— obte- nido tanto de los britdnicos como de los yucatecos. Esto significa que a pesar del aislamiento de la época y del lugar ya existia una poderosa infiltracién cultu- ral, no sélo indigena, que doté de condi- ciones ideolégicas y materiales al movi- miento maya para intentar defender sus tierras amenazadas por el despojo de las haciendas. 2, La recuperacién de la comunidad originaria fue una preocupacion de los magonistas, era necesario organizar la produccién agricola y el trabajo de for- ma autogestionaria; el lugar terrenal para ese proyecto de organizacién social tenia también un espacio politico y ad- ministrativo: el municipio. Por eso, aun en un lugar tan distante como San Luis * Gramsci estudié detenidamente los origenes: catélicos de la actividad propagandistica. Por otra parte, es evidente, los cruzoob emprendieron su cruzada para redimir el sufrimiento, su pueblo y sus tierras, empunando el fusil y pregonando la voluntad rebelde de la Cruz. Esta lucha indigena no ha sido estudiada suficientemente desde la perspectiva religiosa, es decir, el modo como el descontento econémico, social y politico fue legiti- mado, en suma revestido por las creencias religio- sas, Esta urgencia legitimista satisfizo tanto la necesidad de identidad como un medio para lograr la cohesién politica y social de los mismos eruzoob. Los anilisis de Gramsci sobre politica y religién contindan ofreciendo perspectivas esclarecedoras; ¢fr. Antonio Gramsci, Notas sobre Maquiavelo, sobre politica y sobre ef Estado moderno, Obras de A. Gramsci, t. 1, Juan Pablos Editor, 1976. Ratces del pensamiento zapatista 115 Missouri, Jos magonistas no olvidaron incluir en el Plan del Partido Liberal Mexicano, 1906, su proyecto de transfor- maci6n municipal. El plan consideré ne- cesaria la supresién de los jefes politicos porfirianos, la fundacién de nuevos mu- nicipios y el fortalecimiento del poder municipal. De este modo los magonistas pensaron materializar su proyecto co- munitario, fundando municipios libres. Anos después, en 1910, en Valladolid, Yucatan, atin se manifestaban secuelas de la guerra de castas; una sublevacién de casi dos mil hombres ajusticié a las autoridades municipales, especialmen- te al jefe politico municipal, y formulé un plan municipalista democratizador, el Plan de Valladolid, Dzelkoop, en 1910. En Morelos, en 1912, los zapatistas for- mularon el Plan de Santa Rosa; una preocupacién central de esta propuesta fue la regularizacién de la actividad electoral en los municipios. También con el mismo interés que hicieron pro- puestas agrarias, pensaron en la demo- cratizacién de los ayuntamientos, por ello promulgaron la “Ley General sobre Libertades Municipales” en 1916; no es posible analizar detenidamente esta le- gislacion, basta con recordar qué se pro- ponia, entre otras medidas libertarias: “cada municipio gozara de absoluta li- bertad...”* De igual modo que las rebe- ® Ademds de los planes y movimientos mayas, zapatistas y magonistas, la rebelién antiporfiria- na se expresé mediante otras proclamas y movili- zaciones municipalistas: El Plan del Zapote, Mo- chitan, Guerrero, 21 de abril de 1901; El Plan de San Luis Potost, 5 de octubre de 1910; E! Plan de Bernardo Reyes, La Soledad Tamaulipas, 16 de noviembre de 1911; El Plan de la Empacadora, Chihuahua, Chih,, 25 de marzo de 1912; Ef Plan liones indigenas sacudieron todo el pais durante el siglo XIX, los movimientos democratizadores municipalistas agita- ron la epublica porfiriana, antes y du- rante el movimiento armado de 1906- 1917. Todas estas demandas tomaron forma constitucional en el articulo 115, que plantea las bases para el municipio libre. Por ello es inevitable escuchar re- sonancias mayas, zapatistas y magonis- tas en las propuestas municipalistas que desde 1994 agita el EZLN. Estas demandas adquirieron una primera for- ma juridica en los Acuerdos de San An- drés; luego en el proyecto de reforma constitucional formulado por la Cocopa, donde se plantea la reforma de los ar- ticulos 4E y 115 constitucional entre otros. El incumplimiento gubernamen- tal de los Acuerdos de San Andrés y el freno a la reforma constitucional moti- varona los zapatistas para que de forma directa reactivaran e] establecimiento de municipios auténomos; aunque este llamamiento se habia hecho desde di- ciembre de 1994, no fue sino hasta 1997 cuando se reactivé la lucha por las auto- nomias municipales.? No sdlo es un de Guadalupe, Hacienda de Guadalupe, Coahuila, 26 de marzo de 1913. No obstante los matices, en todas estos planes se advierte un espiritu demo- cratizador, “desde abajo”, preveupado por la auto- gestion de la localidad, del pueblo, adverso al centralismo autoritario del porfiriato. Otro rasgo significativo es que la mayoria de estos movimien- tos municipalistas proliferaron en la periferia de la geografia del poder porfiriano. Carlos F. Quin- tana Roldan, Derecho municipal, México, Porria, 1995, pp.73-92. 9K] BZLN reconoce a Avendano como goberna- dor, 6 de diciembre de 1994”, “Parte de guerra y creacién de ocho nuevos municipios, 11 de diciem- bre de 1994"; “Parte de guerra y creacién de cinco municipios, 19 de diciembre de 1994, 00:30 horas”, “Parte de guerra y creacién de nueve municipios, 116 Jorge Fuentes Moria asunto de resonancias libertarias prove- nientes de la Revolucién Mexicana, el EZLN ha dado sefias de identidad claras, reiteradamente, a los Flores Magon, e incluso designé a un municipio auténo- mo Ricardo Flores Magén, el cual cobré notoriedad cuando en una de sus locali- dades, Taniperlas, se realizé el mural colectivo indigena que fue destruido por las fuerzas represivas que encarcelaron a los coordinadores de este trabajo pic- térico; entre ellos Sergio Valdés, profe- sor de la Universidad Auténoma Metro- politana."® Otra manera de sefalar la importancia y el lugar privilegiado que tiene para los zapatistas el territorio municipal se observa a raiz de la publi- cacién de la “Quinta Declaracién de la Selva Lacandona’”, que exhorta al Con- greso de la Unién para que asuma sus funciones independientes del Poder Eje- cutive, quien ha impedido la reforma constitucional en materia de derechos y cultura indigena. En dicha declaracién, ademas del llamado al Poder Legislati- vo, convoea a la sociedad civil para efec- tuar una consulta nacional sobre dere- chos y cultura indigena; el punto de organizacién, el espacio geografico y po- litico privilegiado por este llamamiento 19 de diciembre de 1994, 01:00 horas”, “Parte de guerra y creacién de diez municipios, 19 de diciem- bre de 1994, 01:30 horas”, “Parte de guerra sobre avance en siete municipios, 19 de diciembre de 1994, 02:00 horas”, en £21.N, Documentos y comu- nicados, 2, Prélogo, de Antonio Garcia de Leén, Cronica de Carlos Monsivais, México, Era, 1995, pp. 151, 170, 174, 175, 177, 178, respectivamente. 10“E) mural destruido de Taniperlas”, en Tra- bajadores, Revista de la Universidad Obrera de México “Vicente Lombardo Toledano”, num. 6, junic-julio de 1998, pp. 16-17. El profesor Valdes permanecié encarcelado de abril de 1998 a abril de 1999, es el municipio.! De este modo la vieja reivindicacién municipalista libertaria es retomada desde distintos dngulos: a) reivindicando la reforma constitucio- nal en materia de derecho y cultura indigena (art. 4E y 115); b) eonstituyendo municipios auténomos y c) determinan- do el espacio municipal como el 4mbito politico-popular idéneo para celebrar la consulta. 3. La impronta de las rebeliones ma- yas, de su cultura, de sus textos henchi- dos de promesas reivindicadoras: Popol- Vuh, Chilam Balam, asi como la creencia antigua en el poder de la pala- bra, la comunicacién y el didlogo.!? Lue- © “Para esto nos proponemos llevar la inicia- tiva de ley de la Comisién de Concordia y Pacifi- cacién a una consulta nacional en todos los muni- ipios del pais para que todos los mexicanos y mexicanas puedan manifestar su opinién sobre dicha iniciativa, E] e2iN enviard una delegacion propia a cada uno de los municipios de todo el pais para explicar el contenido de la iniciativa de Cocopa y para participar en la realizacién de la consulta”, en “V Declaracién de la Selva Lacando- na, Hoy decimos: jAqui estamos! ;Resistimos!”, Perfil politico de La Jornada, 21 de julio de 1998, p. IV. E] 21 de marzo de 1999 se efectué la Con- sulta Nacional, convocada por el E2LN; la votacién fue superior a los 2.5 millones; participaron muy significativamente 5 000 delegados indigenas, provenientes de Chiapas. Los dias 6, 7, 8, 9 y 10 de mayo, se realizé una reunién de evalvacién ezin-Sociedad Civil, en La Realidad, Chiapas; cfr. Hermann Bellinghausen, “El EZLN propone 7 tra- bajos a la sociedad”, Ejército Zapatista de Libera- cién Nacional-subcomandante insurgente Mar- cos, en La Jornada, 11 de mayo de 1999, pp. 5 y 6, respectivamente. * Garcia de Leén expuso el significado y las coyunturas que favorecieron el desarrollo de las, tradiciones orales y la necesidad de mensajes pro- féticos, destinados a dotar de fuerza ideolégica, necesaria para alimentar las revueltas recurren- tes de los mayas de Chiapas. También expone las practicas oraculares, asi como el uso de figuras de santos y ¢ajitas parlantes. Estos objetos propicia- Raices del pensamiento zapatista 17 go la Revolucién Mexicana y sus tradi- ciones democraticas, empefiadas en construir la nacién y el gobierno, desde abajo, desde el municipio libre, tal fue el significado de la intensa campafia pro- gramatica municipalista, impulsada por la rebelién antiporfiriana. Esta sig- nificacién histérica de las tradiciones libertarias mexicanas, el EZLN las sinte- tiza en Emiliano Zapata, vivo, actuante. Evidentemente no es la figura guberna- mental, es otro, vinculado a las luchas campesinas, al Zapata sonador, visiona- rio de un futuro mejor. Este Zapata fi- gura recurrentemente en las paginas del periédico Zi Machete. Esta publica- cién militante de los afios veinte y trein- ta recogis las aspiraciones campesinas, pero también la influencia de la Revolu- cién de Octubre, por eso la imagen del guerrillero suriano es representada usando sombrero de ala ancha, donde figuran la hoz y el martillo, y la legenda- ria estrella de cinco puntas. No podia ser de otra manera, pues esa publicacién se anunciaba: “Periddico obrero y campesi- no”, recogiendo por esa razén el lema Zapatista: “La tierra es de la comunidad y sus productos de quien la trabaja”."* ban cultos y sectas religiosas que, en tiempos de crisis, favorecieron las rebeliones, pues los oracu- los y los santos terminaban por aeonsejar la lucha por la tierra; efr. Antonio Gareia de Leon, Resis tencia y utopia, tT, México, Bra, pp. 25-36 y 87-89, respectivamente. Véase la portada de la revista Historia y Sociedad, nim. 22, Mexico, 1979. Este numero contiene ilustraciones tomadas de El Machete, 1925-1934. La portada de este nimero de Historia y Sociedad es particularmente interesante, pues figura el “Zapata bolchevique” al que se refiere este texto. También: "El aniversario de la muerte de Zapata”, El Machete, abril de 1930, p. 2; “Zapa- ta, un aniversario”, El Machete, 10 de abril de 1932, primera plana; “jPor la Memoria de Zapata, De este modo, fue imaginado un Zapata cuya lucha abriria paso a la lucha cam- Ppesina de nuevo tipo, es decir, socialista, comunista. Este Zapata era necesario para facilitar la alianza obrero-campesi- no, tan defendida en las paginas de El Machete. No puede olvidarse que el mis- mo EZLN ha reivindicado el origen ideo- légico marxista-leninista: E] Hjéreito Zapatista de Liberacion Na- cional entonces estd en la montaia, for- mado por un grupo que viene con toda la tradicién de las guerrillas latinoamerica- nas de los setenta, grupo de vanguardia, ideologia marxista-leninista, que lucha por Ia transformacién del mundo buscan- do la Ilegada al poder en una dictadura del projetariado."* La confesién explicita de sus origenes ideolégicos y politicos permite afirmar que en el momento de la fundacién del EZLN, el 17 de noviembre de 1983, su perspectiva sobre Zapata correspondia ala fraguada durante décadas por socia- listas, comunistas y nacionalistas revo- lucionarios; un Zapata expresién del ra- dicalismo de la Revolucién Mexicana, pero también una fuerza ideolégica vi- viente capaz de movilizar a los oprimi- dos del campo y la ciudad, es decir, un Zapata eslabén del proceso revolucio- nario, capaz de articular las revueltas centenarias de los indigenas con una ala Lucha por la Tierra!”, £? Machete, 30 de marzo y 10 de abril de 1933, primera plana; “El aniver- sario de Zapata”, El Machete, 10 de abril de 1934, primera plana; se ha usado: El Machete Hegal. 1929-1934, edicion facsimilar, Puebla, 1CUAP, 1975. ™ Vease E2LN, Documentos y Comunicados, 3, op. cit., p. 320, 1g Jorge Fuentes Moria transformacion liberadora de la nacién, éstos son los antecedentes del Votan Zapata. En vista de los origenes del EZLN, conviene resefiar aspectos del pensa- miento revolucionario en la década de los setenta, cuando ocurrié en México una intensa actividad intelectual desti- nada a la difusién e investigaci6n mar- xista y al estudio de los movimientos revolucionarios mexicanos; algunos es- tudiosos, como Carr, han advertido la intensidad de la actividad intelectual marxista."5 En esos afios, clave para la formacién de intelectuales —algunos de ellos habrian de seguir el camino revo- lucionario—, se reeditaron obras que te- nian décadas de estar fuera de circula- cién, fue el caso de Tierra y libertad, de Goldschmidt,* y de la publicacién del guién cinematografico de José Revuel- tas, Tierra y libertad.’ Este argumento 15 “Prevé Barry Carr un auge de la izquierda en México”, en La Jornada, 11 de abril de 1997, p. 8. W Alfonso Goldschmidt, Tierra y libertad. El desarrollo campesino en México, México, Juan Pa- blos Editor, 1980. La primera edicién fue en 1940; este autor fue un eminente tedrico marxista, cola~ borador de El Machete, desde 1924. Era reconocido tanto en Alemania como en Sudamérica y México. Sobre su influencia en la formacién de brillantes, intelectuales, véase Barry Carr, Marxism and Comunism in tWentieth-century México, Lincoln y Londres, University of Nebraska Press, 1992, pp. 85, 36, 63. 17 José Revueltas, Tierra y libertad, guton ci. nematogrifico, Obras completas, vol. 23, México, Era, 1981. Este guion fue terminado aproximada menteen 1960, para 1962 el jaramillismo ya habia sido sofocado sangrientamente y asesinado el mis- mo Rubén Jaramillo y su familia, Esta circunstan cia contribuyé para que el guidn no fuese llevado ala pantalla, aunque el argumento si fue conocido en los medios intelectuales socialistas. Sobre le perspectiva cinematografica revueltiana, el de- senvolvimiento del argumente sobre la ensoia- cidn revolucionaria. y para conocer Ja influencia cinematografico es significativo, al me- nos por dos cuestiones: por una parte, evidencia la influencia y la interven- cién, en Morelos, de los magonistas," y, por la otra, plantea “el suefio de Zapata”, es decir, las visiones del futuro que, segun este autor, Zapata imaginé: un mundo ordenado y justo. En esta coyun- tura cultural de amplia difusién del pen- samiento marxista y de la historia de los movimientos revolucionarios mexica- nos, se hizo una edicién facsimilar de EI Machete, que ofrecié a los jévenes lecto- res de esa época el Zapata revoluciona- rio ya mencionado, y las letras de Julio Antonio Mella, un autor antiimperialis- ta que firmé sus articulos con el seudé- nimo de Cuauhtémoc-Zapata, y plantes la unidad latinoamericana.” Cuando desarrollan el analisis del neoliberatismo, de su poder ubicuo, los zapatistas recurren al dispositivo de la ensofiacién revolucionaria; es posible sofiar con una sociedad alternativa, dis- tinta, en particular cuando se enfrentan a una realidad tan brutalmente afecta- que durante décadas mantuvo Zapata en el pen- samiento de Revueltas, cfr, Jorge Fuentes Moriia, “Zapata: desde la imagen, el suefio y la esperan- za”, en Consumo y capitalismo en la sociedad contermporénea, Memoria, Segundo ciclo de mesas redondas, t'am-1, 1996. También conviene mencio- nar la publicacién, en estos ahos, de John Wo- mack, Zapata y la Revolucién Mexicana, México, Siglo XXI, 1969. Adolfo Gilly, La revolucidn inte: rrumpida, México, Ed. El Cabailito, 1971. En los afios setenta fueron publicadas dos obras que reavivaron el interés por el magonismo James D. Cockeroft, Precursores intelectuales de ia Revolucion Mexicana, México, Siglo XXI, 1971. Armando Bartra, prélogo, recopilacién y notas: Regeneracion, Mexico, Ed. Hadice, 1972, 18 Raquel Tibol, Julto Antonto Mella en El Machete, 2°. ed., México, Penélope, 1984. Raices del pensamienta zapatista 19 da como la latinoamericana, mejor Amé- rica entera Hace treinta afios el Che sofiaba y repetia el suefio de una realidad transformada, nueva, mejor. El suefo de la rebeldia. Ese suefio atravesé el tiempo y las montafias y se repitié de nuevo, igual pero diferente, en las montafias del Sureste mexicano. El Suefio que hoy nos convoea, es ruptura y continuidad con ese suefo del Che Gue- vara, asi como su suefio fue ruptura y continuidad de ese otro suenio que desvelé por igual a Simén Bolivar y a Manuelita Séenz. En 1816 [...] desvelaban el anhelo de una América unida [...] el suetio boli- variano |...] Hoy, ciento setenta afios des- pués y en La Realidad americana, el sue- fio pospuesto de Bolivar se reanuda {...] el suefio de una América mejor se acomoda hoy en el mejor lugar para sofiar, en La Realidad |...! los locos que se atrevieron antes que nosotros a sofiar nuestro anhe- Jo son: Manuelita Saenz, Simon Bolivar, Ricardo y Enrique Flores Magén, Emilia- no Zapata y Ernesto el Che Guevara [...] Somos seres humanos haciendo lo que debe de hacerse en La Realidad, es decir, sofiando [...| Ciento ochenta afios después de! desvelo de Bolivar y Manuelita Saenz, ochenta y cinco aos después de la profe- cia de los Flores Magén, ochenta aiios después del suefio de Emiliano Zapata, treinta aiios después del suefo del Che sonando e] desvelo de todos los america- nos honestos y verdaderos |...}.° Estos son fragmentos del discurso pronunciado el 4 de abril de 1996, en La Realidad, Chiapas, a propésito de la inauguracién de la reunién preparato- ria del “Encuentro Continental por la Documentos..., 3, op. cit. pp. 212-213, Humanidad y contra e] Neoliberalis- mo”. Al final de dicho discurso, reitera: “El gran poder mundial no ha encontra- do atm el arma para destruir los suefios. Mientras no la encuentre, seguiremos sofiando, ¢s decir, seguiremos triunfan- do”. Esta decision fue cumplida en otro discurso, pronunciado el 3 de agosto de 1996, en el acto de clausura del “Primer Encuentro Intercontinental por la Hu- manidad y contra el Neoliberalismo”, la denominacién de esta pieza oratoria es: “Un sueno sonado en los cinco continen- tes” Ciertamente, existen caminos di- versos para interpretar esta vocacién por la ensofiacién revolucionaria, Una de estas veredas Heva al pensamiento de un revolucionario que los jévenes for- mados en el marxismo-leninismo leye- ron detenidamente: Lenin, en particu- lar, en su obra tan leida y estudiada en México, ¢Qué hacer?: [... Por los andamios de este edificio co- min de organizacién, pronto veriamos ascender y destacarse de entre nuestros revolucionarios a los Zheliabov socialde- mécratas; de entre nuestros obreros, los Bebel rusos, que se pondrian a la cabeza del ejército movilizado y levantarian a todo el pueblo para acabar con la ignomi- nia y la maldicién de Rusia [...] {En esto es en lo que hay que sofiar! (...] “Hay que sofiar!” He escrito estas palabras y me he asustado. Me he imaginado sentado en el ‘Congreso de unificacién’, teniendo en- frente a los redactores y colaboradores de Rabécheie Dielo. Y he aqui que se levanta 21 Jbid., p. 213, 2 Crontcas intergalacticas. EZLN. Primer En- cuentra Intercontinental por la Humanidad y con- tra el Neoliberalismo, Chiapas, 1996, pp. 261-271. 120 Jorge Fuentes Moria el camarada Martinov y se dirige a m{con tono amenazador: ‘Permita que le pre- gunte: {tiene aun la redaccién auténoma derecho a sofar sin previo referéndum de los comités del Partido?’ Tras él se levan- ta el camarada Krichevski (y profundi- zando filoséficamente al camarada Mar- tinov, quien hace mucho tiempo habie. profundizado ya al camarada Plejénov), en tono ain més amenazador, continua: "Yo voy més lejos, y pregunto sien general un marxista tiene derecho a sofar, si no olvida que, segiin Marx, la humanidad siempre se plantea tareas realizable, y que la téctica es un proceso de crecimien- todelas tareas, que crecen con el Partido’. L.] Sélo de pensar en estas preguntas amenazadoras, siento escalofrios y pien- so dénde podria esconderme. Intentaré esconderme tras Pisarev [...] ‘Hay dife- rentes clases de desacuerdos —escribia Pisarev a propésito del desacuerdo entre los suefios y la realidad—. Mis suefios pueden rebasar el curso natural de los acontecimientos o bien pueden desviarse aun lado, adonde el curso natural de los acontecimientos no puede Hegar jamés. Enel primer caso, los suefos no producen ningtin dafo, incluso pueden sostener y reforzar las energias del trabajador Ensuefios de esta indole, nohay nada que deforme o paralice la fuerza del trabajo. Muy al contrario. Si el hombre estuviese completamente privado de la capacidad de sofiar asi, si no pudiese de vez en cuando adelantarse y contemplar con su imaginacién el cuadro enteramente aca- bado de la obra que se bosqueja entre sus manos, no podria figurarme de ningin modo qué méviles obligarian al hombre a emprender y llevar hasta su término vas- tas y penosas empresas en el terreno de las artes, de las ciencias y de la vida practica [...] El desacuerdo entre los sue- fos y la realidad no produce dafo alguno, siempre que la persona que suefia crea seriamente en su suefio; se fije atenta- mente ena vida, compare sus observacio- nes con sus castillos en el aire y, en gene- ral, trabaje escrupulosamente en la realizacién de sus fantasias. Cuandoexis- te algun contacto entre los suefios y la vida, todo va bien.2? Noes facil borrar, de un dia para otro, la memoria histérica que a inicios de la década de los ochenta cumplia poco mas de cuarenta y cinco afios; durante este tiempo sQué hacer? habia circulado pro- fusamente entre la intelectualidad y los militantes socialistas mexicanos, tanto en ediciones provenientes del extranjero como en otras realizadas en México. Ademas, desde fines de los afios cuaren- ta, fueron publicadas en México obras de Ernst Bloch, filésofo marxista ale- médn que probablemente haya sido el més atento lector de la tesis leninista sobre el poder de la ensofiacién revolu- cionaria, asi puede comprenderse su es- crito sobre el “sofiar despierto”. 4, De Cuauhtémoe Zapata a Votan Zapata. La Revolucién Mexicana, sin lugar a duda, sacudié y atrajo la aten- cién de los revolucionarios latincameri- canos. De pronto en América Latina aparecié un oasis, cuyo poder de atrac- cién se dejo sentir entre revolucionarios, demécratas y progresistas, disidentes perseguidos por las dictaduras que opri- % V1. Lenin, Qué hacer?, edicion critica a cargo de Vittorio Strada, México, Era, 1977; en esta edicién, Strada explica la impronta de Pisa- rev en este pasaje leninista; véase nota 9, pp. 258-260 y 266, respectivamente. %* Ernst Bloch, E? principio Esperanza, t. I, Madrid, Ed. Aguilar, 1977, pp. 3-28. Rajces del pensamiento zapatista 121 mian a sus patrias, sometidas a verda- deras tiranias insoportables; asi ocurria en Venezuela, Guatemala y Cuba, para mencionar algunos casos significativos correspondientes a los primeros dece- nios del siglo xx. Como se sabe, tal influ- jo se debié no sdlo a la importancia his- torica de la Revolucién Mexicana, sino también a la vocacién propagandistica de José Vasconcelos, quien desde Méxi- co, valiéndose de verdaderas campafias organizadas por algunos embajadores mexicanos, seguidores suyos, en las na- ciones donde representaban a México, difundieron el anhelo vasconcelista, em- pefiado en hacer hablar al espiritu de “raza césmica”. Era el nacionalismo me- xicano desplegdndose enérgicamente, desenvolviendo cierto “antiyanquismo” més préximo al antiimperialismo, opuesto a la Doctrina Monree y a los intereses estadounidenses, que después de sus éxitos al finalizar la primera Gue- tra Mundial, se volcaron con renovado furor, impulsando su expansionismo so- bre Latinoamérica. Entonces, el nacionalismo mexicano constituy6 estrella polar verdadera para quienes identificaban claramente la re- lacién entre las dictaduras opresoras en sus paises y el intervencionismo nortea- mericano. Este ultimo habia afilado sus garras a raiz del ascenso triunfante de la Revolucién de Octubre, cuyo influjo, len- tamente pero con paso firme, se esparcia por toda Latinoamérica, especialmente en México. Esta coyuntura originé que en México confluyeran durante las prime- ras décadas del siglo Xx, tendencias ideo- légicas y politicas tan inflamables como el anarquismo-magonismo, nacionalis- mo revolucionario y comunismo. De este modo, se crearon condiciones favorables para albergar a un exilio latinoamerica- no creciente. Ellos huyeron de la repre- sién y del asesinato; sin embargo, México jes proporcion6 el espacio necesario para organizarse y reemprender la lucha li- bertadora. Julio Antonio Mella legé a México en estas condiciones, fue el mas brillante y destacado representante de este exilio. Supo integrarse répidamente a las fuer- zas revolucionarias mexicanas, y desde su legada a México en 1926, y hasta su asesinato en la ciudad de México, en 1929, participé activamente en organi- zaciones antiimperialistas, como el “Congreso Mundial contra la Opresién Colonial y el Imperialismo” (Bruselas 1927), en la “Liga Antiimperialista de las Américas”, en el “Frente Unico Pro Sacco y Vanzetti”, asi como en el apoyo a Sandino en su lucha de liberacién, tanto de la dictadura como del interven- cionismo norteamericano.” También fue destacado militante de una organi- zacién de asistencia social para viudas, huérfanos y perseguidos politicos, “So- corro Rojo Internacional”, seccion mexi- cana. Como integrante del Partido Co- munista Mexicano, escribié numerosos articulos en El Machete, érgano perio- distico de este partido, desde donde de- nuncié la influencia de Wall Street en América Latina, y, como se mencioné con anterioridad, usé el seudénimo de Cuauhtémoc Zapata. La noche de su 2 Cfr. Instituto de Historia del Movimiento Comunista y la Revolucién Socialista de Cuba, Eduardo Castalleda et al. (comp.), J.A. Mella. Documentos y articulos, La Habana, Ed. de Cien- cias Sociales, 1975, “Cronologia”, pp. 649-655. 122 Jorge Fuentes Moria asesinato, el 10 de enero de 1929, habia participado en la constitucién del “Co- mité Edificio Emiliano Zapata”. Esta construccién serviria para albergar a huérfanos, viudas y perseguidos a causa de las luchas proletarias y antiimperia- listas, tanto de México como de toda América. No obstante su nacionalismo y latinoamericanismo nacionalista, Me- lla no olvidé subrayar el otro lado de su aliento revolucionario, el bolchevique; por eso firmé sus articulos con otro seu- dénimo, Kim (Kommunisticheskiy Inter- national Molodhiozhi, Juventud Comu- nista Internacional); de este modo dejé constancia de su raiz comunista.”” Tam- bién mantuvo intensa relacién con el combativo exilio venezolano, que siem- pre estuvo tentado por la “desviacién garibaldina”, es decir, el recurso a la tdetica guerrillera, a los desembarcos y asaltos a las fortalezas del dictador Gé- mez en Venezuela (1908-1935); natural- mente, Sandino también experimenté este recurso politico y militar Si Mella escogié para nacionalizar su rebeldia cubana a Cuauhtémoc Zapata, Marcos figuré para nacionalizar la rebe- lién maya-zapatista un mito indigena © R.Tibol, op. cif., p. 362. Christiane Barck- hausen-Canale, Verdad y leyenda de Tina Modot- ti, México, Ed. Diana, 1992, p. 156. 7 RTibol, op. cit., Prélogo, p. 4. Durante la formacion del Partido Comunista de Venezuela, los militantes venezolanos que ha- bian vivido en México fueron criticados por la Comintern y ios Partidos Comunistas de México, Colombia y Estados Unidos, por sus “desviaciones garibaldistas”, véase Guillermo Garcia Ponce, Me morias de un general de la utopia, Caracas, Ed. CONTRAGHAF, 1992, p. 1992, p. 177. También, Ri- cardo Melgar Bao, “El exilo venezolano en Méxi- co", en Cemos MEMORIA, nim. 110, abril de 1998, pp. 37-45. regional, el redentor Votan;” articulado al Zapata viviente, hizo surgir al Votan Zapata, conmemorado cada 10 de abril por el EZLN.® La expresién internacio- nalista y antiimperialista se advierte particularmente al cuestionar el neoli- beralismo, es el capitalismo en crisis e} que destruye la humanidad, expandién- dose y apropidndose del mundo; esta circunstancia la mencionan de muchas maneras, pero las serias de identidad son muy precisas cuando se refieren al “imperio de las barras y las turbias es- trellas”,?! 0 a las declaraciones de Made- leine Albright, quien confesé explicita- mente la hegemonia de los intereses econémicos de los Estados Unidos de América en todo el mundo.” En este mismo texto, Siete piezas sueltas del rompecabezas mundial, se aprecia como Marcos se coloca del lado de lo que fue- ron los pafses socialistas ahora derrota- dos por el neoliberalismo, es decir, el capitalismo: “la tragica caida del campo socialista en los fatidicos brazos del ‘mundo libre’ "3 La ensofacién revolucionaria y la “Votan —‘corazén del cielo, corazén del pue- blo'—, que los indios propiciaban en el tercer dia del calendario agricola.” A. Garcia de Leén, Resis- tencia y utopia, op. cit., p36 ‘Votan Zapata, 10 de abril”, en ezin, Docu. ‘mentos y comunicados, 1, prélogo de Antonio Gar- cia de Leén, Crénica de Carlos Monsivais, México, Era, 1994, p. 210. NY gzin, Documentos... 2, op. cit., pp. 287-416, 82 “Madeleine Albright, cuando dice: ‘Uno de los objetivos prioritarios de nuestro gobierno es el de asegurar que los intereses econdmicos de los Estados Unidas pucdan extenderse a escala pla- netaria’”, en subcomandante insurgente Marcos, Siete piezas sueltas del rompecabezas mundial, Ed. P2ty, 1997, p. 28. Ibid. p. 29. Raices del pensar nto zapatista 123 tradicin guerrillera antiimperialista latincamericana cobran figura cabal en el pasaje siguiente: Hace treinta afos, en 1966, después de haber estado en ninguna parte, un hom- bre preparaba la memoria y la esperanza para que la vida volviera a América. Ra- mén era entonces su nombre de guerra En uno de los muchos rincones de La Realidad americana, este hombre recor- daba, y en sus recuerdos vivian de nuevo todos los hombres y mujeres que vivieron, y miurieron por la vida en América, Su nombre y su recuerdo fueron enterrades por los sepultureros reiterados de la his- toria. Para algunos se llamé Ernesto y se apellidé Guevara de la Serna. Para noso- tros fue y es E] Che [...) En Punta del Este denuncié la politica del poder que, desde las oficinas del Banco Mundial, proponia la construccién de letrinas como solucién: a las graves condiciones de miseria de los paises de América. Desde entonces la po- breza de América se ha desarrollado en la misma proporcién en que sus riquezas han sido saqueadas por Jos ricos de siem- pre. La ‘letrinocracia’ también evolucioné pero sélo en el nombre." De este modo, van surgiendo exten- sos y sdlidos vasos comunicantes que advierten nitidamente la estrecha rela- cidn del pensamiento zapatista con aie- jas tradiciones libertarias mexicanas y latinoamericanas antiimperialistas; esta deuda histérica la sintetizan los zapatistas del modo siguiente: “todos los hombres y mujeres que vivieron y mu- rieron por la vida en América”, 5. gY Marx...?,Entre un Marx eliptico M4 ezin, Documentos... 3. op. cit... 210. y un Marx literario? En Manuscritos econdmico-filosdficos de 1844, Marx re- currié a las imégenes literarias para mostrar el poder corrosivo del dinero, cuya principal fuerza radica en su capa- cidad de cosificar a los hombres. Para ello recurrié a Goethe y a Shakespeare: iQué diablo! Manos y pies, Cabeza y trasero, todo es tuyo, Y gacaso todo aquello que disfruto Es, por ello, menos mio? Si puedo pagar seis yeguas, {Acaso sus fuerzas no son mias? Cabalgo sobre ellas, como un hombre Que dispusiera de veinticuatro piernas. Goethe, Fausto (Mefistéfeles) Shakespeare, en Timdn de Atenas: {Oro? {Oro precioso, rojo, fascinante? El oro torna blanco al negro, al feo hermoso, : Virtuoso al malvado, al anciano mancebo, Valeroso al cobarde y noble al ruin. Eloro.,, aleja al sacerdote del altar ¥ retira la almohada bajo la cabeza del enfermo. Este dureo esclavo ata y desata Vinculos consagrados; bendice al maldito; Hace amable la lepra; honra al ladrén Y le da rango, poder y preeminencia. En el consejo de los senadores; conquista pretendientes, Ala vida provecta y corcovada; Es como un balsamo que rejuvenece Y pinta con colores de la primavera A los pacientes de pritridas lacerias Arrojados con asco de los lazaretos. iOh, maldito metal, Vil ramera de los hombres, Simiente de discordia entre los pueblos! 124 Jorge Fuentes Moria Y mas adelante: iOh, dulce regicida, noble cizafia Entre padres e hijos! jBrillante corruptor del mas puro lecho de himeneo! {Oh, valeroso Marte! iOh, novio eternamente joven y adorado, Fuego ardiente que derrite la sagrada nieve En el easto regazo de Diana! jOh, deidad visible, Que unes en abrazo los dos polos Y los haces besarse! {Que hablas todas las lenguas ¥ convences a todos! jOh, piedra de toque de los corazones! {Piensa que tu esclavo, el hombre, puede rebelarse! {Ojala tu fuerza se aniquile, confundiéndolos a todos, Y que las bestias se aduevien de este mundo!®® De esta manera, el joven Marx, en un texto polémico y relevante, expres6 su critica al poder monetario, instrumento privilegiado de corrupcién y disolucién social, de todas aquellas comunidades que pudieran tener ciertos valores hu- manos. La lectura de Marcos revela su conocimiento profundo de la literatura clasica, ha usado abundantemente tex- tos de Shakespeare; sin embargo, para sintetizar su critica al poder dinerario, recurrié a Francisco Gémez de Quevedo y Villegas: Madre, yo al oro me humillo; éles mi amante y mi amado, pues, de puro enamorado, de continuo anda amarillo; que pues, doblén o sencillo, 35 C, Marx, “Manuseritos econdmico-filoséficos de 1844”, en C. Marx/P. Engels, Obras fundamen tales, 1, México, FCE, 1982, p. 641-642. hace todo cuanto quiero, poderoso caballero es don Dinero.® Quevedo y Villegas mostré y denun- cié en la critica literaria los efectos de- vastadores del oro, extraido de las mi- nas americanas, en la muy catélica sociedad espanola. Esa critica atin sirve a Marcos para cuestionar los valores propiciados por el neoliberalismo la ca- pacidad del subcomandante para arti- cular relaciones entre literatura y socie- dad, al parecer, muestra la influencia de Brecht, cuya pluma fue recordada en la inauguracién del “Foro para la Reforma del Estado”.” Sélo es necesario ver como, sin gran esfuerzo, aparecen una y otra vez temas propios de la cultura marxista que se vivid en México después del movimiento de 1968. Hasta un tema tan saludable para la ética y la cultura mexicana, como el de la esperanza, cir- culd profusamente en medios filoséficos mexicanos marxistas; es el caso de la voluminosa obra de E. Bloch. La problematica econémica abordada en textos como: Siete piezas sueltas del rompecabezas mundial,” hace evidente 58 Subcomandante Marcos, “México 1998: tres mesas para la cena de fin de siglo”, en “Perfil”, La Jornada, 26 de febrero 1998, p. Il. 57 parn, Documentos...3, op. eit., pp. 278-281. Vease Crénicas intergalicticas,... op. cit.; este li- bro retine importantes trabajos, incluidos sos de Marcos y de otros comandantes zap: donde exponen nitidamente su critica al capitalis- mo, deteniendo la mirada en los efectos corrupto- res, tanto de las relaciones comunitarias como de Jos individuos, ocasionados por el poder dinerario °F. Bloch, op. cit., tres volimenes, 1977, 1979, 1980. 2 Subcomandante insurgente Marcos, Siete plezas..., op. Cit. Raices del pensamiento zapatista 125 el uso del método de anilisis filoséfico, econémico, politico y social marxista, des- de una perspectiva tan clasica que incluye cuestiones como las siguientes: acumula- cién de capital, pauperizacién, ejército in- dustrial de reserva, etc. Ciertamente no aparecen estas designaciones, pero si el contenido de estos conceptos; por ello, las descripciones les corresponden. Ademés, la articulacién entre politica y economia, no deja lugar a dudas, especialmente cuando se analiza la contradiccién entre Estado nacional y la expansion del capital, FMI y Banco Mundial. En consecuencia, las raices del pensamiento zapatista se encuentran en distintos lugares de la larga historia de movimientos y rebeliones anticapitalistas; por ello, la critica tesrica y practica del zapatismo al neoliberalismoes la critica al capitalismo contempordneo y a sus deri- vaciones ideolégicas. En estas circunstan- cias, la reflexién zapatista propone un ho- rizonte histérico donde una vez més la bandera del socialismo es planteada como una alternativa a la degradacién social, ambiental y moral propiciada por el capi- talismo actual. No hace falta decir que esa perspectiva socialista se pretende novedo- sa y democratica, y al mismo tiempo reco- noce claramente la huella de la historia, y el valor de tantas experiencias, no obstan- te fracasos, como arguments Brecht,“ aun para preparar los chascos, es necesario trabajar ardua y tenazmente. Por eso, has- ta los mismos descalabros constituyen fuentes de acumulacion para iluminar un futuro mejor, previsible desde la esperan- za, escribié Bloch.” La memoria conver- “ Brecht, eitado por Marcos, £zun, Documen. to8.,.3, op. cit., pp. 292-298. “YE. Bloch, en la obra ya citada, analiza dete- tida en papel da razén al juicio de José Marti: “las guerras van sobre caminos de papeles”, nidamente la funcién histérica de la actitud espe- ranzada. Bloch forjé su pensamiento integrando aspectos revolucionarios provenientes del judais- ‘mo, eristianismo y otras tendencias, hasta desem- bocar en Ia filosofia de Marx. Por esto, es posible localizar vinculos significativos entre la filosofia de Blech y la teologia de la liberacién. Esta ten- dencia, surgié en América Latina, a partir de los amos sesenta y denota la influencia marxista. El movimiento zapatista, manifiesta la impronta de este pensamiento teolégico; sin embargo, el trata- miento de esta cuestién rebasa los aleancos de este ‘trabajo. No obstante, conviene anotar algunos es- tudios sobre la influencia de la Teologia de la liberacién en el movimiento zapatista: efr. J Fuentes Moria, “De la resurreccign a la insurrec- ion”, en Cemos MEMORIA, nim, 68, México, julio de 1994, pp.8-16; también en cencos IGLESIAS, “Documento”, México, agosto de 1994, pp. 25-3: Carlos Montemayor, Chiapas, la rebelién indi gena de México, México, Joaquin Mortiz, 1997, pp. 101-102; Yvon Le Bot, Subcomandante Marcos. El sueito zapatista, Barcelona-México, Plaza & Janés, 1997, pp. 48-60.

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