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a A | Ero PROFESOR-ALUMNO | nef medio de habla hispana se ha ahordado extensamente la problemstica relativa a la fancion docente desde una perspectiva pedagégica ~teorfas del aprendizaje, plan cacidn, didéetiea, evaluacién-, pero es muy poco lo que se ha escrito sobre la “psicalo- {8a” del vinculo entre an profesor o profesora yun alurano o alumna, Este libro viene & llenar ese vacio, ‘Agu se analizan los dinamismos psicolgicos profundos de esios vinculos y se descr ben las principales transferencias afectivas que se generan entre sus miembros: transi rencias amoroses u hostles, parentales y filiales, de alianzas y rvalidades fraternas, de tenamoramntentos edipicos y eréticas, Se contempian los baluartes nareisistas de los pro- fesores y sus formas de manifestacin a través de la seduccién, el sadismo, el rechazo 0 fa empatia las propias fortalezas de los estudiantes segin las insttuciones educativas ‘pableas o privadas~a las que asisten, También se analiza el peril actual de estudiante de nivel medio y universitario en faneiGn de la estrucuuracién perceptive-cognitiva predominantemente icdnica condicionada por fa cultura medidtica~ y se corsideran, Esimismo, las influencias facilitadoras w obstacularizadoras de las emociones en ei proceso de enseflanze-aprendizaie. Se aborda luego la descripcisn de los estos comunicacionales y pedagégicos seguin la tatructura de personalidad y las delensas psiquicas de cada profesor/a ~emocionsl- mente distante, seductor, controlador, actusdor, evitativo~ y se analizan las reaceiones {que tienden a promover en sus alumnos. Por ilimo, se reflesiona acerca de la importancia de la inelusin de conceptos bésicos de psicologia y de psicoandlisis en la formaciGn profesional de los docentes de cual {uier asignatura y nivel, asf como la imprescindible necesidad de considerar, por parte de los niveles jerarquieos cel sistema educativo, la salud mental de los maestros y proie- |__ sores para avalar su tares frente al aula ‘Noemi Alliditre es licenciada en Psicologia (Universidad de Buenos Aires) y doctor ‘en Psicologia Clinica (Universidad de Belgrano). Con una larga trayectoria docente, se desempena actualmente como profesors titular Tegular de Psicologia Evolutiva ¢ de a Personalidad de la Facultad de Ciencias Sociales (Universidad de Buenos Aires), profesora titular de Psicologts General y Psi ‘cologta de Ja Publicidad en la Universidad Argentina de Ia Empresa y profesora Psicologia Fvolutiva y Educacional y de Sujetos de Ia Edueacion en el Instituto ‘Superior cel Profesorado “Joaquin V. Gonzalez” y en la Escuela Normal Superior del rofesorado N” 1, respectivamente, Ha publicado La entrevista y los estilos psicoldgicos en ja empresa y Fundamentos ‘de psicologta (en colaboracién) y articulos en revistas de Ie especialida. Dirigié varios proyectos de investigacién acerca de la temética vinculary ejerce fa psicologia clinica a nivel privado. i scsi Noemi AtuipiéRe EL VINCULO PROFESOR-ALUMNO NoeEMi ALLIDIERE a UNA LECTURA PSICOLOGICA Editorial Biblos EL ViNCULO PROFESOR-ALUMNO UNA LECTURA PSICOLOGICA Allee, Noemi 'B winculo profésor-alomnc: una lestura psicoligien,— ‘Alves: Bibles, 2004 125 p; 28x16 em. (Haucaciny (od, — Buenas ISBN 950.786-399.0, 4, Ensayo Argentino I Titulo DD As6A LEE Eee eer eee eee eta Diseiio de taps: Luciano Tivabasd GonrinaciGne Minsea Cresta Arnal: Ana Souza © Now Alii, 2004 aici e@eatosclarencom 1 Editorial Bilos, 2004 Pasaje Jone M. Giuflra 318, CLOGLADD Buenos Aires clterialbibks@etitorialhibloscon / wwwelitoriaiblos.com Hecho ef deposit que disyone la Ley 11 Inypreso en la Argentina Ning huciye, aliaconarse o tnsmitese en forma alguna, nieampoco por medi algun, sate de esta publicacién,inelvido ! dlinetio de la cubierta, puede repeo- sea ste eéctrieo, quince, meciniea, dptico te grahaeion 9 de Fotocopl, sn la pre via auorizacne eetta por pate de be editorial sta primera edicin de 1.500 ejemplares fixe tnypuess en Critica Lar SRL, Layola 1654, Buenos Aires, Reniblca Argentina, fen enero de 2004, Dedico este libro a todos los maestros y profesores que he tenido, ‘A los comprensivos y a los intolerantes, «alos autoritarios y a los democrdticas, a los justos y a los arbitrarios, a los sabios y a los ignarantes, a los aburridos y a los divertidos, a los innovedores y a los repetidores, a los haraganes, a los laboriosos, @ los arrogantes, a los seductores, a los timidos, a todos, porque de oaila uno he aprendido algo, indice Prefacio Introduecién Capitulo 1 Acerea de los vineulos humanos 1. La ldentifiencion 2 La proyeccisn 3. La transferencia afectiva Capitulo 2 Acerea de los vineulos pedagégiicos 1. Los psicodinamismos profundos de los vineulos pedaxoxios a) Det lado de los profesores bh) Del lada de los aluasnos 2, Motivaciones inconscientes y eleccion vocacional dacente Capitulo 3 Acerea de los baluartes nareisistas .. Capitulo 4 Baluartes nareisistas y vinculos pedagégicos () Log baluartes nareisistas del docento L Saber os poder a) Lagar del saber y modelo pedagogico b) Saber dacente y competencia mediatica 2, Bl poder derivado del rol docente Capitulo 5 Baluartes nareisistas y vinculos podagégicos (u) Los baluartes narcisistas del alumno 1. Juventud, divino tesoro™ u 13 15 16 18 25 aT 30 ws 8B: aa 2, La estetica dominante 3. “El cliente siempre tiene razsn” Capitulo 6 Perfil de los estudiantes en la actualidad 1. La eonstruecion percaptiva-cognitiva 4) “EI modio os ol mensaje” b) Estructuracién perceptiva y mensaje televisive 2. La influeneia ce las emociones en el aprendizaje Capitulo 7 Personalidad y estructuras biisicas de personalidad 1. El eoncepto de personalidad 2. Las series eomplementarias 8. El concepto de estructura basiea de personalidad a) Las areas de manifestacién de la conducta b) Predominio de dreas segun la situacién (predominio alternante) ©) Predominio de sreas segtin el tipo de personalidad {(predominio estable) Capituto 8 Personalided del docente y vinculos pedagégicos 1 Bitilo de personalidad del deconto 2, Correlacion entre estilos de personalidad y estos pesagegicos 8) Bi dacente con personalidad observadora poca partieipante (caracter esquizoice) ') El docente-con personalidad demostrativa (cardetor histervide) £2} Bh docente con personalidad légica (earscter absesivo) 1) El docente con personalidad actuadora (eardeter psigopaiticn) ‘) El docents con personalidad evieatira 0 huiciza (earscterfolaca) Capitulo 9 Amodo de conclusion, 1. Faneién docente y salud mental 2. Capacitacién docente y salud mental Bibliografia ur ut 20 Prefacio Este libro esta dirigido a mis eolegas, profesores y profesoras que se desempetian en ef nivel universitario y terciario de la enserianza sistematica. Sin embargo, por abordarse aqui la descripeién y el anélisis de los complejos ¥ sutiles dinamismos psiquicos que inter- vienen en los vinculos entre los docentes y sus alumnos, pienso que Ios profesores que ejercen en-el nivel medio, ast como también los del segundo cielo de ia Educacién General Bésica, se interesaran or reflexionar acerca de los conceptos aqui vertidos Sabemos que las relacionas pedagégicas que se despliegan dia tras dia en la intimidad del aula estan atravesadas por la presen- cia de emociones muy complejas y contradictorins. Emociones que inciden siempre sobre ol proceso de ensesianza-aprendizaje, y lo fa vorecen o lo perturban. Del develamiento y andlisis de estos afeetos, Ia mayor parte do las veees subrepticios, trata este libro. Afectos que hacen apasic- nantes los vineulos pedagogicos y la tarea docente, He tomado conceptos de la psicologia y del psicoanslisis para el abordaje de la comprensién teériea; y el aval empirico de mi lar- ga experiencia en el desempefio de la docencia de nivel superior. Pienso que intentar desentrafiar la trama profunda de esa puesta en escena que es la clase favorecers la tarea pedagégica. Co- larse entre bambalinas, comprender las motivaciones mas protiun- das de las conductas de los estudiantes y de fas propias, aprender acerca de las posibilidades y limitaciones derivadas de nuestros sin- ulares estilos psicolozicos, abandonar la mera apariencia de to ma nifiesto y adentrarse en las complejidades y sutilezas de los vineu- los pedagégicos puede, ademas de resultar interesante, ayudarnos a humanizar nuestra cotidiana tarea en el aula, ese tan amado y te- ido escenario. Nora ALuDtERE junio de 2003, mm La emocién experimentada al encontrarme con mi antiguo profesor del colegio me eonmina @ una primera confosisn: no 86 qué nos embarge mas'y qué fue mao in: ‘portante para nosotros, si fa labor con las ciencias que nos exponian 0 la preocupacion por Ins personalidades de nuestros profesores. En todo caso, con éstos nos unéa una corriente subte rrdnwa jamés interrumpida, y en muchos de nosotros el ‘camino a ta eiencia sélo pudo pasar por las personas de los profesores; muchos quedaron detenidos en este cami. no y @ unos pocos ~¢por qué no confesarlo?~ se les vera ‘asi para siempre. Los cortejibamos 0 nos apartabamos te ellos: imag ndbamos eu probablemente inexistente simpatia o anti pata; estudidbamos sus caracteres y formabamos 0 de formdbamos los nuesiros, tomndolos como modelos. Despertaban nuestras més potentes rebeliones y nos obli gaban a un sometimiento completo; atisbdbamos sus ‘ais pequenas debilidades y estdbamos orgullasos de sus virtudes, de su sapiencia y su Justicia. En el fondo, los amdbamos entranablemente cuando nos daban el menor Iotive para ello; mas no 96 24 todoe nucatros macstros lo advirtieron. Pero no es posible negar que teniamos una particularisima animosidad conira ellos, que bien pudo haber sido inesmoda para los afeetados. Desde un prin. lpia tendlamos por igual al amor y al odio, a la critica ya la veneracién, Sigmund Freud, “Sobre la psicologia del colegial” Introducci6n e libro trata del vineulo docente-alumno desde una perspectiva psicolégica. Las consideraciones referidas a los contenidos de la en- sefianza -gqué ensefiar?-, a la didéetica =gc6mo ensefiar?~ ¥ a la evaluacién de los procesos de ensefianza-aprendizaje son aspectos que no se abordarsin o s6lo seran considerados tangencialmente y en funcién de las modalidades ajectivo-cognitivas que adopte la re- avion pedagégica en el aula. Tampoco se realizaré el anlisis espe- eifieo de los procesos grupales en’el dmbito educativo ya que en es- te trabajo el acento se ha puesto en la singular relacién profesor- alumno/a/s en funcién de las subjetividades participantes. ‘Sabemos que la relacién docente-alumno es, por su estructura, una relacién asimétriea y consecuentemente, como toda relacién asimétrica, se constituye én una relacién de poder.! Bl poder emanado del ejercicio del rol docente se define desde el marco institucional escuela, colegio secundario o universidad— que convalida, a su vez, la verticalidad existente en las relaciones entre autoridades, profesores y alumnos. 1. odor: dominio, impero,facullad y juriedioién que alguien tone para ordeaar 6 hacer alge. /Autorizacién para hacer una cova, / Fueren, vigor, capecidnd, poderis™ (Bncilopedia Hustrada dela Lengua Castellana, Buenos Aires, Sopena, 1970). Pe= +, mais alld de esta defnicion eneilopédien, sabemos que se trata de wn eoacepto harto complejo que in sido considerade ampliamente por autares diferentes en cl ‘campo de lac ciencns sociale. Sin pretender adentrarnos aqui en esa compleidad, Foferimos que hemos encontrado ctanataciones relatives a daminio-smetinnento, Gominacian-epresion, lacha-sumisisn, andar » obedecnr, modo de suyvisin, rele: clones de ouworidad, legitimidad ileptimided, organieaccn de is vineulacines en tre hombres, mujeres y nis: dependencta,etslera hay “ EL vinceie moeeson Lenn Esta verticalidad suele reproducir con frecuencia las modalida- des vigentes en el ejercicio del poder de otros ambitos extraeducati- vos (gubernamentales, juridicos, laborales, familiares, etc.). De ahi que las institueiones edueativas tiendan a adoptar formas de fun- cionamiento més represivo-totalitario, democritico o castico segin la formas de gobierno vigentes en Ia sociedad en la que se encuan- tran insertas, Al mismo tiempo, al ser reproductoras del orden social, junto con las politicas educacionales que las respaldan, las instituciones educativas dejan al descubierto de modo descarnado las contradie- ciones y conffictos propios de cada sociedad, Como seftala Susana ‘Vior on este sentido: No hay ninguna experiencia en el mundo en la cual la ‘educacién mejore y se demoeratice en un proceso de empobre cimiento de los sectores mayoritarios (. la educacién siem- pre acompana 9 refuerza las consecuencias de las politicas globaies* Sin embargo, aunque atravesado por el estilo de funcio miento de la sociedad y de la institucién educativa, el poder ema- nado del rot docente sera ejercido, en cada caso, sein la partieu- laridad del estilo psicotdgico del maestro o profesor, y también se- ‘nin las interrelaciones que el mismo establezca con cada alumno y con cada grupo de estudiantes en particular. Los estudiantes, a su ve2, presentaran perfiles pereeptivo-cognitivo-emocionales die renciados de acuerdo con sus singulares experiencias personales y sogiin sus pertenencias a determinados estamentos sociales y al tiempo historico-cultural en que vivan. Por esta “especificidad” psicoldgica que tienen los roles que se despliogan on el aula 6s que consideramos que puede rasultar intere ante realizar un abordaje de la dindmica vincular sextin los perfiles correspondiontes tanto a los profesores como a los alumnos. Paxticw Iarmente si tenemos en cuenta no solamente los aspectos manifiestos ¥ directamente observables, sino también y fundamentalmento las ‘motivaciones y los afetos latentes que se ponen en juego durante el desarrollo de los vinculos pedagogicos. Ks decir, desde los aspectos in eonscientes que determinan y condicionen la comunicaciSn en el aula De Ia consideracién de estos aspectos trata el presente trabajo, 2.5, Vion, “Escuelas para una sociedad desigual’, en Le Monde Diplomat, aia N° 4, Buenas Aires, abi de 2002, Capituto | Acerca de los vinculos humanos De ser bien edueados a estar bien educadtos, hay la misma diferencia que de un rosa! a una rosa cor tada, Antonio Gala Los sores humanos nos constituimos como tales en virtud de nues. tras relaciones con los otros. En Ia infancia, eon los Otros signifi fivos: primero la madre con la que, si las cosas se desarrollan prod. minantemente bien, se daré en los comienzos de la vida un vinculo con caracteristicas de diada simbiotica nareisistica;" luego el padre ‘quien, al introdueirse como tereeroy ejercer Ia funcién de “corte”, po- dra favorecer 0 perturbar la gradual separacidn-individuacién del pequeiio de su madre y, ademés, los hermanos, eos Otros con los ‘que se desarrollarén vineulos de tivalidad y solidaridad, en um ejer- ielo anticipado de futuras rivalldades y solidaridades, ast como también [os otros personajes importantes de la trama familiar {abuelos, ties, primos) y del entorno cereano del nifo. Posteriormente se constituirn vinculos con Otros signifieati- vos extrafamiliares? entre los que los maestros y los amigos oeupa- rn lugares preferencisles 1, Durante el embarazo y ls primeros meses despus del parto la madre se va iden licando com su bebe. Esta identteacin la ubies en wn lugae privilegiado para sa PF coma se siento el nido, La simbosis biolgiea, previa al nacimiento, se oan Afespues del corte del cordiin umbilial, oa wn pero de ecesaria simbionis pico ‘igiza durante la eval madre ¢ hijo constitayen, derde al pinta de vista emesis tn io ser narcsisticamenta investi cada simbiatiea narcitstica) 2 Dada la pretocidad con que actuslments los nidos suelan ser includes en init stones extrafamibiares (jets materoalesy do infentes) y la larg jornal 9° pa san en estas higares, los macetrs haa pasado a ampli oles pareotales en forma 6 [BL vINCULo PorEsoR-ALININD Bs decir que resulta impensable no solamente Ia construceion de la subjetividad humana, sino hasta la continuidad de la vida ‘isina, sin vinculos con otras personas, sin interrelaciones fundan tes de la personalidad de cada sujeto. ¥ es en estos vineulos, en es- {as interrelaciones constitutivas de subjetividad, donde se ponen en Juego algunos dinamismos psiquicos fundamentales Bn un intento de adentrarnos en el estudio de la dinémica de los vineulos interpersonales describiremos a continuacién tres de estos dinamismas psiquicos: Idencifcacién, proyeccion y transferenciaafectiva |. La identificacién ‘mas busea en tu espejo al atro, «al otro que va contigo. Antonio Machado La identificacién es el dinamismo psiquico que participa més activamente en la formacién de la personalidad. {a identiicacion es un proceso psicolégico inconsdente mediante el cal | el sujeto asia un aspecto, una propiedad 0 un atributa de otro y se transforma, total 0 parcialmente, sobre e! modelo de éste’ El psicoandlisis reconoce dos tipos de identificaciones: Identifcaciones primaries @idendifaciones secundarias Las identificaciones primarias son, sin duda, las mas impor- tantes pues constituyen el nticleo del yo. Se dan muy temprana mente, en los primeros aos de la vida, con los personajes significa- tivos del entomo del nif. mis directa, constituyéndose en Otros signifeativus primordiles a} unisona de tos propiae pedros 3.4, Laplanche y JB. Pontus, Diecionaria de peiconnilisis, Barcelona, Labor, 1983, p. 184, ACKRCA He Loe VINCULOS HUMANS u Las identificaciones secundarias se dan posteriormente, duran- te todo el resto de la vida, y se realizan con otras personas del me- dio social: maestros, profesores, amigos, parejas, colegas, etcetera, Ambos tipos de identificaciones son responsables de la cons- truccién de la subjetividad y, por ende, de las elecciones inconscien- tes de los vinculos ms significativos que una persona establecerd posteriormente a lo largo de su vida. Estas identifieaciones partici. pan, también, sesgando los afectos que predominantemente estarén presentes en esos vineulos, Como se observara, desde una perspectiva psicolégica, es a tra- vés de la posibilidad de constituirse en modelo de identificaciones secundarias para los alumnos donde la personalidad del docente ad: quiere una importancia fundamental, La importancia del docente como modelo identificatorio resulta ‘aun mayor en el caso de las maestras y los maestros del nivel prees- colar y primario que tratan con nifias, como también en el caso de las profesoras y los profesores del nivel medio que tratan con ado- lescentes. Nitios y adolescentos que estan en pleno proceso de cons- truccin de sus identidades y, por lo tanto, en un estado de mayor vulnerabilidad afeetiva y de necesidad de contar con figuras para tomar como modelos identitarios. Por esta misma razén, en Tos primeros afos de Ia escuela ele- mental la actitud del maestro resulta fundamental. Como sefiala licidamente G. Ginott: He legato a una conclusidn aterradora: soy un elemen- to devisivo en ef aula. Es mi actitud persoaal la que erea el clitna. Es mi humor diario el que dotermina el tiempo. Camo tmaesiro, posco un poder tremend de hacer que la vida de un sea miserable o feliz, Puedo eer un instrumento de hi ‘mor, de lesién 0 de cieatrizacién. En todas las situaciones, es mi respuesta la que decide si una erisis ce agudizard o se apa- ciguara y un nifio se humanizaré o se deshumanizars, ‘Muchos problemas de la ensenianza se resolversin en la proxima década. Se creardn nuevos hibitos de aprendizaje y nuevas formas de instrucciéa. Una funcidn, sin embargo, s6- ni siempre conservada por el maestro: erear el clima emecio- nal del aprendizaje. Ninguna maquina, por sofistieada que sea, puede hacer este trabajo.* 4. Citado por Guillermo Jaim Etcheverty, La tradi educatioa, Buenos Altes, Fon do de Cultura Beondraica, 10° reimpr, 2001, pp. 155157, y BL incu Puomsoe atone El docente como figura de identificacién tiene menor impor- tancia en el ambito de ta universidad, particularmente en los aos superiores dle las carreras de grado. En el cicio introduetorio y en los primeros aos de la facultad, la gran ineidencia de alumnos eon problematicas adolescentes ain no resueltas vuelve importante la fancion del profesor como fuente de identifieaciones seeundarias. En los profesorados y en los institutos de formacidn docente la fic sgura del docente resulta, en cambio, fundamental, dado que el fu turo maestro o profesor necesita asimilar do sus profosores mode- Jos profesionales para el posterior ejercicio de la ensefanza Toda se ve segtin el color del cristal con que se La proyeccién es, también, un factor que participa activamen- te on la constitucion de los vinculos humanos. [i praectin os an dnamiama psiquico ricarscente por a cal ze | tende a atribuir aun objec0, persons grupo o samc, afectos yo de | seos de uno misma. | Se trata de un dinamismo inconsciente que usamos todas las personas mediante el cual los otros son significados en las relaciones interpersonales no solamente en funcién del status que ocupen y de los rojes que jueguen, sino también en funcién del “lugar que in- conscientemente lo asignemos segin nuestras propias proyecciones. Los afectos y/o deseos proyectados podran ser tanto aspectos rechazados propios como aspectas amados ¢ incluso idealizados de uno mismo, La proyeceién no es en sf misma un dinamismo patolé- ‘ico, aunque de darse en forma exagorada o masiva generard, si, fo ndmenos psicolégicos especiales, Por ejemplo: a) La proyeecion exaerada en una persona 0 grupo de los afectos xylo deseos no aceptados de uno mismo facilitara la emergencia +5, “Lugar como el modo en que alguien ex visor y reconocida por otra persona, Ese Tiger esta dado por le que el preter sigaifique pura al segundo. La coneepéuaisae con de logar ap quia aeocia en estes a una perapectiva geogratieno espacial, ‘Sino al sentido que adquiere un sujato para otro”, E. Giberts, 8. Chavanens y R. Op enboita, Bl divorce la familia, Buenos Aires, Sadamericans, 1985, p. 2. Acca 98 10s viNcoUAs HUMASOS 9 de actos agresivos, discriminatorias 0 prejuiciosos, asi coma tambien de diversas formas de fundamentalismo, b) La proyeccisn emgerada en otra persona o grupo de oféctas 3/0 ddeseos idealizados de uno mismo podra derivar en estados afecti- vos especiales como el enamoramiento (en el que sex amado quc- da ubicado en un lugar sobrevaloracio) 0 en expresiones de adic- sion cioga a personas o ideas y, también, en los complejos fendme- nos de masa que ineluyen el seguimiento ineandicionel un lider. 3.La transferencia afectiva Ja interpretacin de las experiencias a ia luz det pasado constituye un rasgo humano de cardcter ge eral, Otto Fenichet En toda relacién humana el entrecruzamiento de las mutuas proyecciones moldeara la transferencia afeetiva de cada vineulo. O sea, la “buena o mala onda”, sexrtin el deseriptivo y sintético decir de los jévenes y que, en una version mis diseriminada, querca signifi- car predominio de calidez afectiva, simpatia y seduecién o, por el contrario, predominio de frialdad afectiva, antipatia y agresion. Los fenémenos transferenciales fueron detectados y descriptes por Freud en el transcurso de los tratamientos psicoanaliticos, pe- 0, como sefiala Otto Fénichel: En Ia vida cotidiana existen situaciones transferencia- ts, (dado quel la intorpretacién de Ina experiencias (actules) a la fue del pasado constituye un rasgo humano de cardeter general La tendencia de cada persona a generar vineulos transferencin- les predominaniemente “buenos” (amarosos) o predominantemente “imalos” (hostiles), asf como los “enganches” y/o rechazos mutuas que se dan entre personas diferentes ("la atraceién o rechazo de los prototipos inconseientes”) dependerst fundamentalmente de sus ex- perioncias vineulares previas.” 6. Otto Fenichel, Teoria pscoanalitica de fa neurosis, Buenos Aires, Paidés, 190, pas 7. £1 eoncepto de sransferencin aoctiva so liga al de contratransferencia. Freutl des- ‘obre también la contratransferencia en el transcursa de los tratamientas sicaans » BL vINcuLo HeneEsoRy Las experiencias tempranas de la vida y, en particular, el estilo afectivo que tuvieron los primeros vinculos con las personas signifi- cativas de la infancia modelarén Ja tranaferencia afectiva de las re- laciones futuras. El dinamismo psiquieo por el eual se repite el es- tio de los vinculos primarios y, también, los afectos amorosos yit hostiles ligados a los mismos, as el dinamismo inconseiente de Ia compulsion a ta repeticion.® La elaboracién desanuda Ia repeticién ya que, on realidad, en Is compulsion a la repeticién ésta 03 un modo de mantener en silen- io lo que ha sido tachado de la memoria, Como Io seftaldramos antoriormente: Las experiencias de los primerisimos aflos de la vida dejan como saldo un aprehendizaje vivencial de modelos o estructuras de conduc ta, de modos de vincularse. que luego se van a resterar en las sucesivas relaciones a lo largo de toda la vida” La compulsién a la ropeticién es justamente un dinamismo compulsive ya que se trata de una verdadera “obligstoriedad” psi. quica, de un no poder dejar de repetir y que, al ser inconseiende, no esta regido por la voluntad ni por las leyes de la légiea sino por ol proceso primario." Uiicos. La doseribe como el eonjanto de afectos y emciones que promueu en epi coanatisa fa transferencia ajectiva desu paciente. En términos més generales poems afirmar que en el entreruzatiente eino- ‘onal entre des personas hay tranafernciay contratransferncia 8. 1a posibiliad gmiquicn do salir dota tetdonsia a Ja reptile vincola ‘es tempranos se daa través de la elaboracicn, Este provesa consist en a] trabajo psiguio de recordar y poner en palabras las enperiencian de ln prmeree sive oon, ‘argando consecuentemente lo nfetosasociados elie, 9.N, Alldibre eta, Fundamentas de psicolagia, Buenos Aine, sfe, 1907, p. 227 10. El sistema inconseiente se cig por los dinamismos del proces prrmario qu nie- gor lo lgiea formal, Estos dinamismos psiquices son 1) Posibildad de desplazarniento de fos afecns dena reprecentacién psiquica a otra, Por ejemple: la descarga de hostile sobre la repressntacion gactoa noe "a preservar de agresion a la repeesoatacion madre by Posibilidad de condansaciin psiquien que consiate en capturae et una dnica roprtsoataciin clemeatas provenientas de otras teprestitaciones, Pur chew lo: alguien steia con su tia que lleva el vetida de la inde y habla como una {ereera persona, Este mecanismo inconaciente se basa en la suspension del rincipia ligico do ideotidad (A A ©) Ausencia de ervnolagia: para inconsciente no existe el devenir temparal pacadospresente futuro. Todo ee wivencia costo si fuese un eonstante presen i -Acenen of wos vineutos Humane a Por este motivo, la tendencia a la repeticidn acta mas alla de (que sus congecuencias puedan resultar perjudiciales o aun desagra- dables para ias personas y condiciona intensamente la cuatidad de Jos vineulos humanos que ellas establezean, a es Pomerat Lot mecansmosinconzentes de eco yPrecinpartk= A continuacién, y con la intensién de iluminar los conceptos hasta aqui planteados, daremos dos ejemplos. UN esRMPLO : ; Silos primeros uinculos de apego de un bobs fueron predomi- nantemente positives o, camo diria Donald Winnicott, “suficiente- ‘mente buenos”,” es decir, si no solamente se satisficieron sus nece- ‘Por gjemple:slguen pase soar con uns perce gue ja ha vert tal discrete de nope del fu ramiente paiquico incons- OO enie peemiteacoetaenca de trmiawe epucton. Por emp eles sl anor ein bond yma te Be a arcing 2 0 soe ona abn de princi ino de a comtadise, abo Que Sie srr on a oma = 808 =a es « Reemplas det ead por a rete piuico; pare ol scons sl ten igen eta ute dem yn send at ound Poreiempin: poner on aged alguien es para el inconsint co Iwheche. sere que los moca- (Como so deriva de la deseripion precedente, podemos reiterar 1lsipos del proceso primariocontradicen los prineipios deta tigi format Gabe sargas ues bin ol acnmsnt = oberable de mode deo y particular forma de funsionamiento ‘la “lgica del inconaseate”) se pane de mont Fosto a través de cuatro formaciones peiquica, los derteadas 0 formaiones dat consciente, qua so 7 ios aio sar a os a aif hs 12. Donal Winnicots introduce cnenp de mae funcion mare, 30 ae Pe de ser excl po ora poson) “suentements buena ee 908 fore realizar alecuadsnente las funciones maternas paris de stile folding) que hardn sensi al illo segues y confortable 108 br 2 Fe vey mROPESOR-ALLNNO sidades baisicas de alimentacién, higiene, cuidado de la salud, orga- izacion del sueno y la vigilia, sino que también se Ie ofreci6 al ni- ho disponibilidad afectiva expresada a través del adecuado sosteni- miento y manipulacién de su cuerpito y de Ia capacidad para ir pre- sentindole gradualmente, ea forma no irruptiva y en un clima pre- dominantemente amoroso, los objetas y las personas de su entorno, éste lograré adquirir un sentimiento de confiansa basica.'* Confian- za derivada del hecho de haber internalizado la representacién de una persona, que ejereia las funciones maternas, predominante- mente amorosa y eonfiable. Posteriormente el nifio ~y mds tarde el joven y el adulto~ esta- 4 en condiciones de enfrentar otras situaciones y relaciones con la subjetiva sensacién de seguridad quo da el hecho de haberse senti- do querido y contenido amarasamente durante los primeros afios de vida. O7Ro ESEMPLO ‘Si por el contrario se ofteci6 al nifio en sus primeros aiios un vineulo hostil, si fue descuidado y maltratado por un adulto signifi- cativo, por ejemplo, el padre, y tuve que someterse, debido a su es- tado de extrema indefension, a un vinenlo violonto que no fue sufi ‘manipulacion que permitisa al nito sentirse real al hacesle disfrutar ds su funsio- Ihamienta corporal de presentactin dels jens (y personas) del entorno de un do gradual y no exageradamente persecutorie, ste autor plantes la acesidad de que la madre vaya “allando” on forma pau latina, Bs decir que vava retirindose gradualinente detado ast espacio para que el nite punda expandir su incipieate yoy eomenzar a realizar expesiencias con otras personas i relacin con esta proses i bien eabemat de las complejidados y sobreexi- ‘gencin dela vida actualy de las diflcultades que, consecuentemoate, se observ Gurante las erianzas de los isos, ls fundamentacién teorica deseripta precedanto monte avata a nneesidad fe promaver la tom de conclencia. por parte de padres 7 ‘iultos en genera, scores de la inconveniencia de exponer al bebé oa nino peque- fo a muchas relacones diffruntes que sole lograrin fragmentar su incpiente 0 en formaciono fo domandarin un tro de sobreadaplacion exagerado a diferentes 5 tiles vincularea, Véaae D. Winnioote, Ea jamalia y el desarolio det individu, Buo- ‘Aires, Pada, 1980, 12, Erik Erikson planten que el confit peradigmética del primer aio do la vida os ot establecimienta del seatiniente de confianse basiea. La instauracin de ese sen timienta, osu facaso (lo que eodundard en el sentimiooto de desconfianza basica) Udependers del vincola que fa minder loge establever con su hijo. En caso de resolver ‘se postivamente el ino podra comuazar a toler, com ul monto menor de ansiedad tte separocin, el alejamiento paulatina de la made, Véase B- Erikson, fafanciayso- ‘ida, Benoa Aires, Pads, 1985. Acwca He U08 WINGO HUMANS 23 cientemente neutralizado por otro vinculo significative amoroso, con el correr de los aiios el nivio, ya erecido, tender por el principio de compulsién a la repeticién, a involucrarse emocionalmente y a “clegir” inconscientemente relaciones en las que sea nuevamente maitratado, 0, reactivamente, por oposicion al modelo original, y a través de una fuerte identificacién con la figura paterna en este ca- 0, buseard, también inconscientemente, relacionarse con personas fa las que pueda, a su vez, maltratar y someter haciéndole activa ‘mente al otro lo que en la infancia sufrié pasivamente. ‘Como se apreciara, estos ejemplos tienden a simplificar el pro- ceso de constitueién del yo (y también a la ciencia psicolégica, que es una diseiplina muy compleja). En realidad, la subjetividad de ca- da persona se construye a partir de las identificaciones derivadas de [a intogracién de un conjunto de relaciones tempranas. Sintetizando con sentido didéctico los conceptos nucleares del presente capstuto, sefialaremes que el estilo dnico que adopte el vinculo entre dos personas dopenders: = del poder derivado de ta importancia social de los status ¥ roles institucionales que cada persona desemporie; = del lugar que, inconscientemente, cada persona le asigne a otra ‘en funcién de las mutuas proyeccioness = del despliegue de los afectos transjerenciales ~predominante- mente amorosos w hostiles~ que, por el mecanismo de compul- ibn a Ia repetici6n, se reactualicen inconscientemente en fun- Cién del estilo afective de los primeros vinculos significativos, ¥ — de la personalidad de cada uno de los miembros del vineulo. Personalidad que se constituira a partir de las identificaciones primarias y secundarias. | : ‘ste Capmruto 2 Acerca de los vinculos pedagégicos En Inglaterra conoct una ver @ un nite que le regunts a su podre “pSaben fos padres siempre mas que sus fijos? ye pours responsi “Si. Entonoes, ta pregunta siguiente del nino fue “Papa, quien invents la maquina @ vapor! 9 ef ‘Alo que el pequeto contest “Paro, spor qué no la invents el padve de James Watt? Gregory Batoson Abordaremos ahora coneretamente el caso de los uinewlos entre pro- Jesores y alumnoe. Vincules que, como ya dijéramos, tienen por st. ‘cetructara la caracteristica de ser asimétricos. En este sentido Gof TNermo Jaim Btcheverry sostiene, desde tna postura eritiea, que Ia sendoncia de las teortax periagfaieas actualos es la riszeea “Beis” de simetria entre profesor y alumno y sefiala que: ‘Como parts de fs} apertara a la realidad social, se 005 ‘rata da convener por todos los medias posibes de que la es- cue es na democracin drigida por la mayoria. Ks induda ble que por la propia naturaleas de ln trea que realiza, 26 pucde seta y uo debe sero, Debe, oso si, ser una escuela al rvcio de a demoerais. que es algo rauy distinta. La insti thetin edveativa es un lage de tranamision y de trabajo “Tambien de obediencla ¥ de respeto, porque fa relacién entre et dacente ye lune no es una relacton entre iguales (25) 26 EL vince FROFESURALUND Sin embargo, 1a moderna pedagogia estd, en gran medi dda, basada on la fiesiin de que ningun de los miembros de la pareja maestro-alumno es “mss iniportante" que el otto." Por nuestra parte, pensamos que las perturbaciones de la asi- metria constitutiva de los vinculos entre los nisios y adolescentes por un lado, y los adultos por ef otro, no resulta solamente una ca- ructerfstiea presente en los uinculos pedagdgicos, sino que se en- ‘cuentra en 1a mayoria de las relaciones intergeneracionales acta Jes. Como lo sefialéramos en un trabajo anterior la necesaria asi meiria del vinculo entre un adulto (Cafectivamente maduro") y un 100 adolescent (“afectivamente inmaduro") se ve muy frecuen- temente reemplazada por una simeéria confusionante (del tipo “sor amigo de mi hijo”) 6 por una asimetria invertida, on la que el adul- 1 pasa a ubiear al menor en un lugar de “grande” y busca, incons- cieate 0 conscientemente, ser sostenido emocional y hasta material- mente, en algunas ocasiones, por él. Bste fenémeno posmoderno que se produce por eausas muy complejas puede sintetizarse, sin embargo, en el vacio de sentidos que ha recaido sobre el eoncepto de Infancia y en la erisis del rol adutto. La asimetria constitutiva de los vinculos pedagégicos se asien- ta en la necesitiad de que tanto los docentes como los alumnos jue guen roles bien diferenciados. Roles que aunque seguramente adop- taran In impronta de la institueidn educativa en la que se ejerzan (del contexto sociocultural en cl que la misma se eneventre inserta, de su prestigio o desprestigio, del grado de claridad o eanfusién que prosanten Ins norma institueionales y Ia rigides o flexibilidad con ue éstas se cumplan, de Ia actitud de rospaldo o menoseabo de las autoridades hacia los docontes, ete.) en lo singular estardn seega- dos, siempre, por las proyecciones ineanseientes y por los afectos transferenciaies y contratransferenciales de los actores participan- tes de los vineulos pedagégicos: fos docentes y fs alunos. 1.6. Jaim Rtcheveers, La tayediaudacatva, Buenos Aiea, Fond de Cultura Boor mica, 1" ed, 2001, pp. 196.y 157 (el subrayado es austen. 2 Vease N. Alldides, Zapping a la infanca", ea Easeyos » Experiencias, N* 42, *Crcnicas del malestar docente", Buenos Aires, Novedacles Bducativas, 2000, cena ne Has VINCE eeanGbaICOS a Docentes y alumnos que reactualizardn en el aulay en cada ex: periencia pedaggioo-educativa sus propias maneras de vinewlarse internatizadas en las primeras experieneias do sus vidas y a traves de sus propios modelos de funeionamicnto familiar. Como sefala Martin Martinez Fondén: Hay que tener on cuenta que cada alumne [y cada docen- te, agregamos nosotrns) peocede de un ambiente familiar. Un alumno en clase {también un profesor} est seompanado del ‘modo do pensar del padre, de la madre, dol to, del hermano, complicado, ;n0? pues las clases se eonvierten desde este punto de vista en multitudinarias, pues cad alumno ly cada ocente] es él y su familia respeetivamente, ‘La mayorin do Ine veces n0 es ol alumno fo el profesor} el que habla, son los modelos aprendides y la conducta de sus familiares los que por 6 hablan. Como mi madre grita, so gr to; como mi padre pelea, yo molesto.* Es decir que, més alld de las conduetas directamente observa bles en el aula, suhyacentemente participan en la estructuracién de los vinculos pedagégiens complejos psicodinamismos inconsciontes. ynismos profundos de los vinculos pedagégicos |.Los psi Para comprender la complejidad de estos psicodinamismes pro- fandos que se dan entre profesores y alumnos ~como entreeruza- mientos proyectivos, identificaciones y desplazamientos transferen- ciales y contratransferenciales-, 2 continuaciin describiremos al- unas situaciones frecuentemente observadas on ol émbito de la ‘educacién media y superior. a) Del lado de los profesores [LAS TRANSFERENCIAS PARENTALES. ‘Si bien acordamos con Anny Cordié acerca dela conveniencia de que la atencién y el interés prostados por el maestra/a o profesor/a «sus alumnos queden encuadrados dentro de los limites de las fun- ciones pedaxexicas y que el docente no debe “indueir actitudes de se- dduecion reefproca ni abandonarse a conductas de maternado 9 hiper~ 8. M. Martiner Pond, "Psicoandlisiay edueasisn" on Extensiin Universitart, Re vista de Paiconnalisia,N” 10, Buence Aires, cetubre de 1998, p. 3. Bu vic ronson proteccién"* debemos secanocer que el surgimiento de transferen: cias ofeetivas paterno-maternales suelo ser habitual cunnde los centes, maestros o profesores san personas de “corta” edad, Bn es tos casos, los alumnos tenderan a ser ubjcades inconseientomente fon ol Iugar de hijos © hifas y se favorecerd el desartollo de afsetos transferenciales parentales. Los estudiantes podria responder, a st vex, desplecando respuestas contratransferenciales flies Sabemos que las cualidades que tendran estas transterencias y contratransferencias parento-fiiales on ol aula serin diferentes en «nda easo, poro ean al objetivo de ilustrar el tema nos permitiremes describ, @ través del uso de cierto nivel de generalizacién, algunas situaciones frecuentemente observadas. ‘Cuando los docentes estin identificados ean padres protectoree, tenderan a pereibir a cus alumnos como anres a quienes hay que proteger.y culdar excesivamente. En consecueneia desarrollarin transfereacias predominantemente amorosas y benévolas que pro- bician en los estudiantes ol establesimienta de intensos vineulos de Aiependencia, independientementa de la edad quo tengan. Por ol contrari, si los profesores han incorporado on sus infan- cine modeloe de parentalidad autoritarios, tenderdn a desempenar despéticamente al rol docente. Ubiearsin inconscientemente a 10s alumnos en el lugar que ellos misros jugaron de nitios yfo adoles- centes como hijos « intentaran reproducir en la clase formas de vin culation del estilo daminio-sometimiento. Aunque también os pos ble encontrar variantes reactivat on las que quode inuertido el mo- {elo original. Por ejemplo: docentes que tratan a sus alumnos de un modo “totalmente opuesto” al que ellos mismos fueron tratados por sus mayores, Oiro caso as ol do aquellos profesores que, habiende realizado durante sus propios ostudios fuertes identifierciones con alguno 9 algunos do sus docentes, tienden a reactualizar inconscieatemente on sus alumnos lac modalidadee do aquollor eatilos vineulares de su experiencia passa, Bstos profesores, intensamente adhorides a su propia biografin escolar y educativa y, por lo general, con marca 4. Condé Maletar on of cava ta sdacocin infront sone piconse, buenos Aires, Naeva Visa, 1088p 108 5a ln actaaidad muchas fama atravesas or Ia profess exsimio- cial cltoral que agua a sess pa ln lon ctnee tr) pa ‘asm fr mantra y profsoresfevpreoeh lndectamante i emerpecia de enn [erwin parenals ene elon ata atuncisn sx prtolarmente cman a oe a ‘eles peesclr, pemavio $ aun medio de la enseansa rena, i j i | | : ; ; ‘ i ects dos rasgos nareisistas on su personalidad Io que les imapide descen- trarve de su propia experiencia para comprender la de los otros, pueden presentar dificultades para adecuarse a ios profundes eam bios que se van manifestando en las sucesivas generaciones de es tuidiantes. Fenomenicamente suele reconocerselos a través de un dor 0 consumido por el sistema (el excluido), Esta dualidad, reprosentada en los ultimas tiempos por esta Aisticas que reflejan una siluacién insoportable desde une mirada hnumansstica, constituye el escenario suciopolitico y econimico de nuestro mundo posmoderne. ‘Asimismo, la socueneia historiea propia de fa modernidad ~ ‘sado-proaento-futuro-, que desplogaba su sentido unidirvccional ‘través de los saberes narratives de los grandes metarrelatos (capi- talismo, marsismo, socialismo, cristianismo, psicoandlisis, positi- ‘rismo, et.) se entusiasimaba con las revirioas de vardad y progre- 40, fue reerplazada por el fin de Ta Mlosofia de la historia (plantea- do por Gianni Vattimo) y dio lugar a saberes feagmentados y atra- ‘vesados por al eadtieo “todo vale” de la pesmodernidad. En ese esca nario que horra el pasado y se desalienta con el incierio future, so Jamonte el cfimere presente puede sostenerse, segin sostiene Gilles Lipovesky. Un presente en el que la identidad personal pasé a ser \ofinida desde el tener y no desde ol ser; en el que lo public, orgar 38 [Bu INL eRORHSORALLIMND nizndo alrededor de los mensajes medidticas ilusoriamento hegero- nizadores que generaron Ia revolucién tecnoldgica, avanzé sobre el mundo privado de las personas, Un presente en el que la cultura de la palabra sucumbid a la fuerza de la cultura icénica de fa imagen ¥y, posteriormente, al movimiento de fa imagen, y en el que la estéti ca propuesta desde las clases dominantes derroté a la ética.” Podemos observar en ef medio de esta complejisima realidad sorial cémo los baluartes narcisistas do las personas se constrayen a partir de valoraciones tanto subjetivas come culturales En el préximo capitulo abordaromos la descripeién de aquellas fortalezas que tienden a ponerse en juego en la actualidad en las in- terrelaciones entre los profesores y los estudiantes, y sus vinculos pedagdgicos, 6. ViataN. Garefa Cancliei, Conummidoresyciudadanne, Conflicts matticulterales «dela glohalizactn, Méxies, Grijalko, 1995; C. Lipavesk, BY imperia de fo offner, Barcelona, Anagram, 1990, y L. Weequant, Lae carves dele miseria, Busnos Ai. ree, Manantial, 2000. ot CaPiruto 4 Baluartes narcisistas y vinculos pedagégicos (1) Los baluartes narcisistas de! docente Blexamen de las interacciones afectivas del ed cador y del alumno reveta que la vida de fa relacion educativa esta sometida, sobre todo, a la predomi: ante iniciativa del primero. El educador, que es el animador de ta “pareja”, le imprime caracieres pe- culiares yee quien, por su sola presencia y por la ac: titud que adopta desde el comienzo, suscita las reac clones del alumno, Max Marchand Consideraremos ahora los diferentes baluartes narcisistas que tien- den a ponerse en juego entre los miembros del binomio profesor. alumno, Como easi siempre pertenecen a generaciones diferentes, los contextas socioculturales en los que construyeron aus identidades han sido disimiles. Sus primeras experiencias vitales, las fundan- tes de toda personalidad, se desplegaron en tiempos muy distintos, poco adecuados para la comparacién, Por este motivo, tanto los do- centes como los alumnos tenderan a connotar positiva 0 negativa- mente distintas aetitudes y conductas y diferentes aspectos de la subjetividad humana. Reconociendo la singularidad de cada caso, pero concediéndonos aqui permiso para las generalizaciones, pasaremos a describir, en este capitulo, los atributos mas frecuentemente valorados en el de- sempeiio del rol de profesor. Queda para el préximo capitulo el ané- lisis de los rasgos sobre los que los propios estudiantes suelen dibu- jar las fortalezas de su rol. Bs decir que, tanto en el caso del docen- te como on el dol alumno, abordaremos la descripcién de los baluar- tes nareisistas sobre los que suele asentarse el poder de cada uno. (a9 0 BL vincuia ruarrson nian |. El saber es poder El conocimiento es poder. Francis Bacon El saber es poder' y es también, sin duda, uno de los reductos narcisistas sobre los que se asienta al status docente. Ser profesor 'y sobre todo ser profesor en el denbito universitario resulta avin, pa- ra el imaginario social, eer alguien valorizado. Por el contrario, en los otros nivales de la educacién sistematica, particularmente en el nivel inicial y de la Educacion General Basiea, la pérdida de valo- tracidn social del rol docente y el consecuente malestar que esta si tuacién ha traido aparojado son actualmente muy intensos.* ‘Los profesores ejervern y administrarén con sus alumnos et poder que Jes otorga el conocimiento de su asignatura ~que subjeti- ‘vamente siempre tiende a ser considerada muy importante~ segtin su singular estilo de personalidad. En algunos casos acuparsn el lugar del saber presenténdose como omnisapientes ante los estudiantes. Incluso podran transmi- tir sus conoeimientos en forma reticente y/o hermética para no perder el dominio sobre ellos, aunque sabemos que muchas veces so trata de estrategias defensivas de los profesores para “enfren- tar” a la clase, ‘Tales acciones resultan siempre perjudiciales para los estudiantes, ‘Como plantea Jacques Lacan, el diseurso universitario se pres- ta para ser dicho desde una actitud omnisapiente por el profesor, porque sa trata de “un saber surgido del diseurso de la ciencia” y presenta la tendencia negativa, al igual que el discurso psicoanal tico, “a virar al discurso del Amo, identificado con Ia ley, el derecho, el orden y el mando”.* Es decir que el discurso universitario tiende a adaptarse al sta tuo quo del pensamiento “politicamente correcto” consensuado so- 1. Ya desde el mito fundacional de le cultura jodeo-ristiana, el eonscimiento & po- or, Adan ¥ Ba comen el frute del Arbol prahibido ol drbol eodicible pars alean {ar la sabiduria” (Genesis 2, Libro de Meiaés, versén de Cipriano de Varela, Lon- fire, 1928) decir feuto para acreder al poder dela sabiduria de Din, y eon cas: tigados por esta curiosidad coa la expulsion del paraiso 2 Subre el tema véase el volumen *Crdnicas del malestar docente” Ensayo y Bxpe rrenciae, N° 42, Buenas Altes, Novedades Educativas, 2002 3. Cltado por A Condi, ob. ct. 78. i ‘ 1s PeDAZiCHC08 a cialmente. Rodolfo Bohoslavsky seftala, con relacién a esta adapta- ign “eficaz” dol saber académico: El sistoma os maniqueista en la medida en que conside ra que hay absolutamente cosas verdaderaa (en si) ¥ cosas falsas (en sil; que hay “buenas” y “malas” maneras de hacer las cosas; que hay virtudes y dofeetos, ete. Hsta tabla de va loraciones es la matriz que permite ealificar también lae ae- tividades cientificas y profesionales y puede llegar a restrin- tir la posibilidad de poner bajo eritiea las eriterios de verdad Y offeioncia. No es ensuat, por lo tanto, que muchas de las [grandes innovaciones en el sistema de ideas oe hayan gestado al manger de la actividad. acacdémica.* En ocasiones, los docentes omnisapientes podran generar entre sus alumnos un frustrante sentimiento de inaceesibilidad al pensa- miento de los autores estudiados. Lo hardin a través del ejercicio de una dialéctica perversa por la cual toman “posesién” absoluta de las teorias y conceptos expuestos en la asignatura y dejan afuera, en si- tuacidn de exclusién intelectual, a los estudiantes. Estos quedaran

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