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Consagracin de la humanidad para el da de Cristo Rey por el Papa Po XI

Dulcsimo Jess, Redentor del gnero humano! Miradnos humildemente postrados; vuestros
somos y vuestros queremos ser, y a fin de vivir ms estrechamente unidos con vos, todos y cada
uno espontneamente nos consagramos en este da a vuestro Sacratsimo Corazn.
Muchos, por desgracia, jams, os han conocido; muchos, despreciando vuestros mandamientos,
os han desechado. Oh Jess benignsimo!, compadeceos de los unos y de los otros, y atraedlos a
todos a vuestro Corazn Santsimo.
Oh Seor! Sed Rey, no slo de los hijos fieles que jams se han alejado de Vos, sino tambin de
los prdigos que os han abandonado; haced que vuelvan pronto a la casa paterna, que no
perezcan de hambre y miseria.
Sed Rey de aquellos que, por seduccin del error o por espritu de discordia, viven separados
de Vos; devolvedlos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe para que en breve se forme un
solo rebao bajo un solo Pastor.
Sed Rey de los que permanecen todava envueltos en las tinieblas de la idolatra; dignaos
atraerlos a todos a la luz de vuestro reino.
Conceded, oh Seor!, incolumidad y libertad segura a vuestra Iglesia; otorgad a todos los
pueblos la tranquilidad en el orden; haced que del uno al otro confn de la tierra no resuene sino
sta voz: Alabado sea el Corazn divino, causa de nuestra salud! A l se entonen cnticos de
honor y de gloria por los siglos de los siglos. Amn

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