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Peter Sloterdijk Esferas III Espumas Esferologia plural Traduccién del aleman de Isidoro Reguera Giruela Biblioteca de Ensayo 48 (Serie Mayor) Lt edicién: mayo de 2006 34 edicidm: octubre de 2014 Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproduceién, distribucién, comunicacién publica o transformacién de esta obra sélo puede ser realizada con la autorizacin de sus titulares, salvo excepcién prevista por la ley Divijase 1 CEDRO (Centro Espafiol de Derechos Reprogeificos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar 0 escanear algun fragmento de esta obra ‘Titulo original: Spharen 111 (Plurale Spharologic). Schéume En sobrecubierta: fotografia de P. SI. © Foto: Isolde Ohlbaum y Formacin de embriones vegetales Coleccién dirigida por Ignacio Gémez de Liaio (de este titulo, por Jacobo Stuart) Diseao grafico: Gloria Gauger © Suhrkamp Verlag, Frankfurt am Main, 2004 © De la traduccién, Isidoro Reguera © Ediciones Siruela, 8. A., 2006, 2014 c/ Almagro 25, ppal. deha 28010 Madrid Tel.: 91 358 57 20 Fax: 91 355 22 01 www.siruela.com ISBN: 978-84-7844-951-4 Depésito legal: M-2.948-2009 Impreso en Anzos Printed and made in Spain Papel 100% procedente de bosques gestionados de acuerdo con criterios de sostenibilidad humanos tienen una palabra propia en cada caso para los seres y' las cosas que aparecen a st alrededor, es porque hacen uso de cuchillos en la boca Con su violencia nominadora, cortan en trozos el animal-mundo, la sabe na y sus criaturas: un proceder que no es posible cumplir sin que le acom- paiie violencia operativa y sin sus resultados permanentes. Cada palabra ofrece una poreién de mundo. Durante mucho tiempo se tendré la opie nion de que ésta se servira a la mesa tanto menos sangrante cuanto mas cortes se hagan, al poner palabras, en la carne del mundo, all donde esté articulado por si mismo, como si un Dios (rancheur supremo le hubiera to- ceado previamente, de modo que, cuando hablan con prudencia, los seres humanos admitan en su léxico, en su repertorio de accin, en st tesoro Asi pues, el len- del saber, con un minimo de abuso, las partes previstas. guaje correcto seria aquel que siguiera los cortes hechos en lo existente y y dife- siempre separara alli donde las cosas mismas le propusieran cortes rencias. Los géneros y especies son tan importantes para el pensar primi- tivo porque dan la impresién de que en ellos estuvieran las porciones ob- jetivas de lo existente; las diferencias reales se perciben como las articulaciones de lo existente. Todavia en Platén el pensamiento humano no va a ser otra Cosa que la consumacién de la onto-tomia divina; los vie- jos chinos estan convencidos de que los seres humanos s6lo se acompasan correctamente a la marcha del mundo si mantienen en orden las palabras . La siguen los «caminos del cuchillo»™’. Asi como el cuchillo sacrificial des- y conservan el arte de la clasificaci6n verdadera distinciones supremas cuartiza el animal por los sitios previstos desde antiguo, el reparto de los trozos se hace segtin las diferencias del grupo en dignidad, rango y rol. 2 El fonotopo ~ Ser al alcance de la voz Quien alcanza la isla antropogena hace inmediatamente una experien- cia actistica: el Jugar suena a sus habitantes. Cuando la sabana alrededor esi 4 en silencio ocasionalmente, los lugares de acampada dispersos de los hominidos y de los seres humanos primitivos parecen oasis de ruido, en los que reina un estado aciistico excepcional. Aunque éste supone para sus habitantes la situaci6n mas normal. Esas islas suenan constantemente a si mi: nas, constituyen soundscapes de caracter peculiar, estan Henas del bu- icio de vida de sus miembros, de ruidos de trabajo producidos por el ma- 290 nejo de sus titiles y herramientas. de ese murmullo que ha de acompanar a todas nuestras representaciones, Lo mas presente es el sonido casi ince- ante de las voces: de voces infantiles, que se alegran y gimotean, de voces maternales, que amonestan, consuelan, sugieren, de las voces de los hom- bres cooperantes, que se animan, aconsejan y asimilan, de las voces de los mavores, que dan 6rdenes, sentencian, amenazan, se enojan. La isla hu- mana primitiva es una campana psicoactistica enyolvente, como una zona comercial animada de misica en adviento. Configuran su contexto sonos- {érico por la presencia ondulante de voces y ruidos, con los que el grupo se impregna como unidad autorreceptiva. Hay que permanccer en ella para comprender como suena, y permanecer mucho tiempo para asimi- larla en la propia e: a diluyendo en stencia como una entonacién que se ella, como un inconsciente sonoro. La isla del ser esta siempre emitiendo yrecibiendo actisticamente. Solo en el fonotopo es del todo verdadera la tesis de que el medio es el mensaje. En este espacio de autosonorizacién, en el que la permanencia en él ya incluye la mayoria de las veces la aceptacién de sus circunstancias, vale la situacion fundamental reconocida por McLuhan de que la comu- nicacion faetica reciproca en un medio dado integra ya todo el contenido de la comunicacién™. Este hecho resultara chocante para quien se rela- cione con el fonotopo como alguien que llega de fuera. Lo que tienen que decirse unas a otras muchas voces en su lenguaje comtin para la observa- cidn exterior se reduce simplemente al hecho de que tienen algo que de- cirse unas a otras en el lenguaje comin, Lo que aparece desde dentro como informacion es s6lo comuni acién para ka percepcin extern Jo que sea siempre lo que suceda vocal y auditivamente, pertenece a la ge- ca neracion de redundancia tipicamente grupal. El grupo vive en una insta- lacién sonora de implicitud absoluta; en él es efectivo el escuchar-se como medio del pertenecer-a-él. No ha de interpretarse esto como objecién en contra de la monotonia en grupos arcaicos, sino como remitencia al he- cho de que la redundancia es el material del que se componen las corpora te identities. Un fonotopo no puede crear informacién alguna por si mismo. Necesita toda su cnergia para la repeticién de las frases por las que se man- tiene en forma y flujo. En principio, y la mayoria de las veces, no es capaz de intere se por Lonos extranos. El mensaje que se envia a si mismo con- siste exclusivamente —por emplear una metifora de la radio- en la sinto- nia de su propio programa. 297 Como se Hega Lictieamente a la sincronizacién fonorspica de los vidos puede observarse en la moderna sociedad de masas en el ejemplo de la ‘ mada misica popular y en las listas de éxitos, que en principio sélo tienen cl sentido de proporcionar ef material para repeticiones. Se comienza con una pieza cualquier rt al oido, y, de acuerdo con los resultados . que He} del test, se da pibulo a la necesidad de un eterno retorno de lo mismo exi toso. El resto es autosugestion actistica. Vista desde este angulo, la moder na andio-cultura de masas ofrece una reconstruccion casi perfecta del fo hotopo primitive, con ta diferencia de que éste representaba, para la coexistencia de los seres humanos con sus semejantes en un mundo en perdida paulatina de seguridad, una necesidad evolutiva, un sistema acts: tico de inmunidad, digamos, que ayudaba al grupo a permanecer en el continwon de la propia entonacidn, mientras que el actual populismo aw ditivo (muy en contra de las expectativas pascuales de McLuhan) se dedi- ca aun tinico ejercicio regresivo, decidido a taponar los ofdos del colecti vo y hacerlos sordos a la informacion, a la novedad, a lo que suena de ovo modo", Hasta qué punto llega esto lo manifiestan, junto con la miisica po- pular (que, por hablar una vez mas con McLuhan, «convierte la comuni- que s Gializan en captar las Hamadas voces interiores de las lectoras. Representan dad en una tinica camara de ecos»), las revistas femenina espe- ei sio- un medio antropolégicamente informativo, porque constituyen | nes impresas del gossip totalitario, En ellas se busca metédicamente la con- ce siempre como lo novisimo, porque los ejemplos mas actuales del eterno fusién de comunicacién e informacion; por eso ahora lo no-nuevo a yare- retorno de lo mismo han de valer como informaciones. Esta ontologia-de- mujeres-en-cllavadero presupone, casi de acuerdo con la verdad, que no €s posible nada nuevo bajo el sol. Aqui todavia no se sabe nada de la hu artificial y sus criaturas, las innovaciones. Hay que precaverse de malentender el efecto-onotopo —que se des: pliega sobre el grupo como un toldo actistico- s6lo como un efecto cola teral involuntario del perfil social de ruidos y del trifico de voces. Ese te- cho, bajo cl que el grupo se sonoriza a si mismo, se delimita en si mismo ‘irve a la vez de y. con ello, rechaza en principio todo lo demas que suena, instalacién escénica psicoaciistica. Por eso, a los hechos fonotdpicos se Adolf Portman: una «funcién de representacién y expresién»™. La auto-sinto- én del can- aiaden a menudo cualidade: demostrativas, 0, como lo expresa nizacién del grupo es, en cierto modo, la inversién de la funci 292 Beduino homumi ante el fondgrafo. to de pajaros machos, que sirve para la delimitacién de las zonas de cria y para el aistamiento de los cantores en el centro de su recinto aciistico™’, La sonoridad de grupos humanos tiene, ademas de sus repercusiones auto- plisticas, una dimensién performativa, incluso una concertante y endo- teatral; cada una de las voces se presentan en ella como inonaciones que amplian intencionalmente el circulo de sonido colectivo. La funcién re- presentativa de la voz y el impulso de amplificacién del productor de a boroto se materializan ya en los instrumentos de ruido primitivos: también aqui ofrece la Modernidad formas de explicacién y equivalentes sugesti- vos, por ejemplo el ruido de las motos, del que subraya Portmann que «no significa, sin mas, para los conductores un mal dificilmente evitable. sino una manifestacién actstica del conductor, una autoamplificacion de ese individuo, un ensanchamiento maximo de su esfera individual o grupal>™. La «sociedad» es la suma de sus cantos recitativos. La funci6n fonotépica, entendida como autoafinacién del grupo por el oido, tiene relacion con las promesas, con las que quienes viven en comtin se ponen de acuerdo sobre sus perspectivas. En este sentido, el panorama sonoro del grupo ofrece algo asi como un efectivo informe sobre la situa- cion, 0 un expediente actistico permanente, con el que los reunidos se ma- nifiestan sobre si estan en tono alto o en tono bajo, 0 en ninguno de am- bos. Evangelios y disangelios son, en primer término, propiedades tonales 0 cromaticas de mensajes. La entusiasta sensacion de estar en alto expresa 293 Rebecca Horn, El érbol de los suspiros de las tortugas, 1964 un estado musical primitive, que no oculta su sentido de representacién De él podria decirse lo que afirmé Nietzsche de los dioses populares pri- mitivos: que representan medios de autocomplacencia. En ellos celebran sus creyentes los motives de su estar por encima: «Se estd agradecido por si mismo: para eso se necesita un Dios», El grupo inmune esté convenc- do que tiene muchas cosas buenas que decir de si mismo; para ello nece- sita un baldaquino de ruido festivo sobre las cabezas. Sobre este trasfondo se entiende por qué la «invencidn del individuo» en las asi llamadas grandes culturas s6lo fue posible por la introduccién de pricticas de sosiego y silencio. Para ello fueron decisivos la escrituza y €l cjercicio subsiguiente de la lectura sosegada. La individualidad, que lege a descubrir su propia huella, presupone que los particulares puedan rel ratse a islas de tranquilidad en las que fijen su atencién en una posible di ferencia entre las voces del colectivo y las voces interiores, entre las cuales Hega a distinguirse finalmente una como la propia. El silentium conventual trabaja con esa diferencia para reconocer la voz suave de Dios y la voz al de los humanos. /n interiore homini habitat veritas. San Agustin insiste e? que, tras la cesura del silentium, la verdad sélo puede encontrarse donde las cosas suceden suavemente: junto al jardin platénico entran aqui e? 294 Espacio con poca reflexién (insonoro) del Fraunhofer-Institut fiir Bauphysik, Staugart consideracién, sobre todo, la casas de Dios. Esos lugares hacen saltar la campana isotopica € isocrénica de ruido, bajo la que existe el grupo pri- nitivo, y erean un fonotopo mis articulado, con perfiles asincrdnicos de uido y distribuciones desiguales de ruido y mano interior antes de que lo ha lencio. No existe el ser hue an demarcado los libros, li siertos y las soledades; s ventuales, los d Slo después de que el s mismo se ha conyertido en celda o camera silens puede habitar en él la ra- z6n con su voz suave. No puede haber un yo razonable sin aislamiento actistico. La epoché de Husserl conecta todavia con ese cultivo del retiro del ruido de grupo a la cabeza propia. Lo que los fenomendlogos Haman la puesta entre paréntesis de la actitud ingenua ante la vida es, de hecho, una vacacion activa de los prejuicios y gesticulaciones que provocan que den- tro sucedan las cosas con tanto ruido como fuera. ¢Qué otra cosa es una 295 couviccion firme sino una fuerte voz interior, firmemente entrenada? La meditacion filosdtica reduce al silencio este grito déxico en mi. EL homo si lens es eb custodio de la desautomatizacion psiquica La consecuencia adicional mis importante del efecto-silentium se mues tra ent la separacion de lo puiblico y lo privado, Esa diferenciacisn, que si Vid de pareja conceptual rectora a las ciencias politicas tradicionales, hay que remitirla en primer lugar a una modificacion interna del fonotopo, en tanto que distingue situaciones determinadas por ruidos familiares, de omas en las que predominan los ruidos colectivos. Lo privado aparece en este contexto como un enclave de comunicaciones suaves, liberado del rui do del grupo, cuando no como un espacio de quietud y silencio, incluso, en el que los individuos se recuperan del estrés del sound del colectivo. Su arquetipo aparece en el mondlogo, como el que mantiene consigo cl pocta del siglo NIN, cansado de los seres humanos, en su buhardilla noc- tura, constatando A la una de la manana que la stirania de los rostros hw- manos», igual que el despotismo de las voces humanas, ha desaparecido, aunque sea por pocas horas, En general vale: lo que se dice privatin tiene que quedar entre nosotros, por mucho que el primer medinn ciudadano, el gossip, se empeite en Hevara las plazas lo dicho en voz suave. De hecho, el chismorreo -una forma de dictadura del colectivo~ tiene la tarea de aminorar la carga de secreto de las esferas privadas frente al blico. pacio puis la prosecucién del murmullo del grupo con medios ciudadanos a en el deseo de prolongar la vacacion del ruido todo el ano, Por el contrario, la tendencia La tendencia antisocial del individualismo se manifies! racteristicamente como en totalitaria de los grupos nunca se expresa tan ¢ momentos en que obliga a participar en el canto a individuos reacios. No obstante, el fonotopo desplegado procura el espacio de juego para la li bertad concreta de ka miisica. En sus momentos musicales, los oyentes des cubren motivos para su coexistencia mas alld del ruido de grupo. La m= sica libre no hace ninguna promesa que no pueda mantener ella misma en su propio sonar", Entretanto ha educado individualistamente el ofdo en tal medida que éste ya es capaz de entender arbitrariamente cualquier si tuacién sonosférica como una inst i6n actistica™”. Que lo piiblico represente una modificacién del fonotopo se muestra en la Antigiiedad europea no sélo en la invencién del teatro tragico, con sus coros y mascaras resonantes, sino también en el cultivo de las arengas ptiblicas, que sirven para la formacién de la voluntad en reuniones poptr 296 lares. Lo que mais tarde se Hamarsi politica slo es, en principio, una forma cultural del hablar en voy alta: con la finalidad de Hevar al cuerpo del gras po. a mavés del ofdo, por medio de ina voz individual peneuante, al este do de animo deseado, sea expresivamente en consonancia con la emmunis opinion, que se expresa en yor alta en cl informe del orador, sea persuasivae mente con objeto de cambiar ef estado de anime de una masa reunida y alejarka de su disposicién primera, Fuc Pkudn cl primero que en ste Repti dlica cred un tipo de politico, que habia de actuar no sdlo ya como altavoz, sino como receptor de ideas suaves, no ruidosas: con poco Exito, como es sabido, porque la aparicidn del politico no ruidoso se hace esperar hasta hoy. Se tratari ade una contradictio in adiecto, porque ka politica, como arte de lo posible en el ruido, queda subordinada al lado ruidoso del fonotopo, 3 El uterotopo - Gavernas-nosotros, incubadoras de mundo No seria ficil decir cuanto tiempo hay que haber vivido en Ia isla para se cuenta de que el lugar tiene un secreto, :Son los mayores quienes lo protegen, 0 los hechiceros? zEsti en manos de las mujeres sabias? -Tienen los rapsodas un acceso privilegiado a él? O son los légicamente no naci- dos, los esquizolrénicos, quienes estin mas cerca de él? Aunque no quere- mos hablar de rivialidad es ginecoldgicas, es aconsejable prestar atencion a presencias femeninas, si se quiere comprender como Hega a formarse el enclave, Parece que el secreto de la isla es secreto de espacio y secreto de mujeres a la vez, Quien quiera des ubrirlo ha de seguir su olfato para las particularidades de la feminidad, Odore di donna: zun secreto de cocina? 2Una comnivencia con la hina? Fs el reino de las mujeres un hogar ame pliado, un hogar del que emanan fragancias prometedoras, una aromas: sean la comida levantan la tapa de los mismos fera en la que quienes curi asadores y potes? ZO se est mas cerca del secreto de la isla cuando pasa una mujer joven, cnvuelta en su aura de feromonas, en su promesse de bon- heur biologica? No tiene sentido solicitar informacién de los islenos, dado. que son productos del misterio de la isla, o en el mejor de los casos sus ricos, no sus exploradores. Naturalmente estarfan de acuerdo en que sin las mujeres, las madres, no funcionaria nada en su vida, aunque sélo fire- 1a porque se encargan de los nitios pequetios y porque constituyen ka mi- 297

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