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lado. puede encia P que Nos: argo nec je re- jozar isis. yartir ado, De la repeticién de un destino ala invencién de un significante nuevo Luis Tudanca 1) La linea del fantasma ‘ace més de 30 aiios solicité un primer andlisis. Entreverado en el sufti ma formulado con nitidez en evista: la cuesti6n del rechazo, recia titulado un pequefio “escrito” en el que me apoyé para plantear el problema subjetivo que me tendria trabajando algunos aiios. Quizas ese haya sido mi primer escrito de psicoaniilisis: apenas unas palabras sueltas, manuscritas, desordenadas, en un trozo de Sucedfa que todo parecia caer bajo las coordenadas del rechazo del Otro: sea Por el lado de la familia de origen, de los amigos, de las mujeres, en fin... estaba convencido de eso, En una segunda entrevista era esperable comenzar el desplicgue de dicho tema En el medio de dicha entrevista la analista interrumpe la misma para comunicar Que le va a resultar imposible hacerse cargo del tratamiento, Ante la soi le lo que inmediatamente iba a ser leido como un nuevo re- chazo esa analista intenta dar alguna explicacién sobre el motivo de su decisién ue, como era de esperar, convenfa no ser escuchada para poder seguir confir nando el rechazo del Otrc La ecuacién era simple: una militancia en la época de la dictadura no era la mejor carta de presentacién. En Ia despedida hay el ofrecimiento de una derivacién que deso rechazo, Sin embargo vuelvo a llamar y acepto esa d REVISTA LACANIANA DE PSICOANALISIS | N° 11 Con esa otra analista comencé un andlisis sostenido en una sola intervencién: la aceptacién como analizante; completamente aliviante dadas las circunstancias. Todo ese anélisis atempers el problema y sin embargo fue interrumpido a par tir de una situacién en la que el sujeto vuelve a leer que esa analista lo rechaza Solo en el segundo andlisis surgieron las coordenadas fundamentales desde donde se sostenfa la cuestién del rechazo. Se trata de dos recuerdos infantiles. En el primero el niffo tiene un amigo con el que juega habitualmente. Se presenta en la casa de ese amigo sin avisar El otro nifio dice no poder recibirlo. Se retira enojado. En el segundo se trata de un enojo con los padres. Decide irse de su casa. Pr para un atado de ropa que carga a un plumero. Sale a la calle sin que los padres intervengan directamente, aunque acompafian. Antes de llegar a la esquina re tora. Ambos recuerdos son de los 7-8 aiios El par enojo-rechazo acompaiia miiltiples situaciones de la vida del sujeto pero se juntan en el segundo anlisis. Los enojos producfan demasiado gasto subjetivo: insomnio, no parar de pen: sar, angustia De ese primer tramo del andlisis emerge la vergtienza en relacién a lo despro- porcionado de algunas de las reacciones respecto a las situaciones en las que ocu Cada vez que surgia un enojo estaba justificado en un supuesto rechazo del Otro, La subjetivacién de ese proceso delimita la entrada en andlisis por el lado d la vergiienza. Un signo corporal aparecia cada vez que se repetian las coordena das descriptas: el ponerse colorado. Un paso importante en la elaboracién se produce cuando se ubica que el ser re chazado por el Otro obtura el rechazar propio del sujeto. El ubicar la dialéctica rechazar-ser rechazado tiene sus limites y no resuelve la cuestién Dos suefios vienen a precipitar la construccién del fantasma, En el primero yendo en un auto, choco. En el segundo en una reunién con al: gunos amigos, conversando, siento un fuerte rechazo de mis opiniones. Se hace evidente a partir de 1a conjuncién de estos dos sueiios la férmula del fantasma: choco y me rechazan, Se debe leer el chocar en la direccién de “ir al ch Ya no se trata de ninguna dialéctica. Se trata, mas bien, de hacerse rechaz No solo uno recibe del Otro su propio mensaje en forma invertida, también re cibe “su propio goce bajo la forma del goce del Otro”. 24 | Testimonios de AE atisbo Se cepcic Els at ay bre. Di enlam a intervencién: circunstancias umpido a par- jsta lo rechaza, desde dond su casa, Pre que los padre: Ia esquina re del sujeto pero in alo despro- mn las que ocu fo rechazo del por el lado de las coordena- pque el ser re no resuelve la unin con al- es a formula del xe rechazar p también re- 2) La linea del sintoma La historia familiar esté marcada fuertemente por una decisién paterna de acep. tar trasladarse a una provincia del norte de Argentina por razones laborales. Mi na cimiento se produce en dicha provincia Ese traslado que fue pensado como mejoria econémica se convier Ma que empiezan a no poder cubrirse e en fracaso. los manejos paternos en relaci6n a negocios generan deudas econémicas La situacién no puede remontarse por lo que la familia se traslada a Buenos Aires a los diez afios del sujeto. Se trata de una verdadera hufda del padre y un encubrimiento quejoso de la madre, que se queda unos meses més para intentar arreglar los desarreglos patemnos A partir de alli todo transcurre entre el fracaso paterno en los neg rado, y la necesidad materna de salir a trabajar. Hago un alto aqui para seiialar que todo esto decanta en la primacia de tres S, con valor de letra, que determinan una existencia Del primero solo diré por ahora que esti relacionado con esa deuda paterna, Pero surge como significante que arma la serie muy al final del andlisis. El segundo se expresa bajo la forma del significante “pobre”, que parte de cierta pobreza en lo econdmico pero que designa mds un sin recursos. La salida de esa pobreza puede intentarse por vias diferentes. La que elegi fue pasar de la pobreza familiar a la pobreza del mundo La €poca ayud6 para un pasaje por una militancia que encubria que atrés de la defensa de los intereses de los pobres estaba el propio sujeto. ificantes ideoldgicos de esa época encajaban perfecto: podfa enojarme con la burguesfa, podia rechazar a los explotadores, al mismo tiempo que me sen \fa el rechazado de la sociedad identificado con todos los rechazados de la socie. dad. Es una manera de llevar muy lejos el fantasma. Podria decir que ese fue el fundamento neurético de militancia pero es un atisbo del fundamento neurstico del deseo del analista. Se puede hacer una versi6n exaltada o una versién paria de un rasgo de ex cepcién, nos ensefia Miller: El significante “pobre” se declina de diferentes maneras: a) Falta de recursos para encarar lo econémico, mas que pobreza. b) Posicién subjetiva que en nuestro idioma describimos como: pobre hom bre. Dicha posicién iba acompaitada del discurso m +o quien realmente creia en la mala suerte de la familia, especialmente de los varones de la misma. Este dis- curso reforzaba un destino. — Luis Tudanca De ta repeticién de un destino a la invencién de un significante nuevo Una ) Finalmente un “entre rse” a un destino que refuerza el “sin recursos’ exigencia materna especialmente en el plano intelectual frena al sujeto dentificacién plena a ese destino. A lo largo del andlisis se produce una transformacién de este significante que empieza a mutar en ;pobrecito! o ;pobrecita! segtin a quién fuera referido en cada Habia algo de cémico, quizés de ironia en la utilizaci6n de ese significante con tuna cierta entonacién, casi cantindolo. Se vislumbra la relacién con el objeto. Del tercer S, diré también que estuvo siempre sostenido por el fantasma de re chazo. Al ir al choque con el semejante en grandes discusiones de vida o muerte gnadas ica de todo o nada, era inevitable culminar en pe siempre impr leas interminables, en cualquier mbito que fuera » ocurrfa en realidad con algunos. Casi Habria que aclarar a esta altura que € dirfa con muy pocos. Se verifica de esta manera que el fantasma es selectivo. Eran muchos mas los algunos con los que no emergia ninguna situacién de re chazo en una direcci6n u otra. Entonces? Habia goce en ubicar el rechazo. Cuando quedaba sometido a alguna confron tacién gozaba demasiado. Es una expresién que usa Lacan. La entiendo en la di recci6n en la que Miller distingue goce exceso de goce satisfaccién.? Lo retomar -0 no lo suficiente Toda esta temitica habia aflojado como para no molestar, p. No habfa servido no entrar en peleas, evitarlas, callarse de vez en cuando, ni calcular que alguna cada tanto, por la importancia de la coyuntura, era necesaria Ya En una ocasi6n, en una cena con col .a por lo que faltaba 0 por lo que sobraba el tema insistia, la que participaba el analista del sujeto, este -el sujeto- realiza una queja de la posicién de alguien que los partici pantes de la mesa conocfan. El tono de lo que decia era peleador, algo despectivo. E] analista, riéndose, interviene diciendo: “Vos tenés un gusto por la pelea A partir de esa interpretacién se diluye de tal manera la cuestién que el sujet ‘empieza a preocuparse de la consecuencia de la misma, Ante cualquier situacién que pudiera ser leida como posibilidad de confronta cién con el otro, no solo no entraba en la misma, sino que salia corriendo de dich: situacién, casi como una fuga, El cuerpo registraba bajo la forma de escalofrios y temblores cualquier circunstancia de ese estilo. La vida de todos lo dfas con sus rutinas continuaba pero no sin dificultades. lazo social resultaba cada vez més pesado. Costaba salir a la calle. Ni hablemos concurrir a la EOL Se le cruz6 la idea de que era mejor como estaba ant » al solo pensar eso reaparecfan los escalofrios. El cuerpo protestab ecto analitico era evidente En pocas palabras: estaba peor, pero el e Aesaa participe d alli la posi davia no s Lade para escuck BL Una mane Parado destino de Se ver Un sue mero, el q El suei es cara. PI garla veo En un¢ verde espe El anal tun poco m Supera EI signi se mont | en el estud Esta il Tambié su adolese abordar un Alave sotros dine Si uno. Otro su El suef comer. La nada pero de entrar: No voy del objeto A esa altura decanta una frase que marcé todo lo que siguié: “Ya no me sient participe de la tensién agresiva que genera la relacién con el semejante”. Se abria Ili la posibilidad de encontrar alguna otra manera de estar en el mundo pero to: davia no sabja cual. Habfa encontrado cual no. La designaci6n como pasador ocurre mas 0 menos en ese proceso-momento de anilisis. Aprés-coup sus coordenadas me parecieron claras; estaba en condiciones para escuchar lo diferente y al mismo tiempo tratar de vislumbrar mi propia salida El significante pelea no revela més que el nticleo del $, més abarcativo toda. via: pelearLa. Lo que verdaderamente habfa caracterizado su vida era el pelearLa Una manera de posicionarse del lado materno por identificacién, adoja de esa posiciGn: sufrimiento pero invento como forma de eludir e! destino de los hombres de la familia, Se verd luego cémo uno puede pelearLa también en el amor Un suefio, muy en el final, escupe el tercer significante que en realidad es el pri- mero, el que arma la serie El suefio: Voy a comprar una birome. Me gusta una de color verde. Pienso que es cara. Pregunto el precio, no es tan cara. Decido comprarla. Cuando voy a pa garla veo al lado de la caja otra de color plateado que también me gusta. Sale ‘menos que la otra. Decido llevar las dos En un clima de no-quiero-asociar-mis-nada solo aparece un gusto por el color verde especialmente en la ropa. De plateado nada El analista corta la sesi6n y levantindose de la silla agrega: “Tenés que pensar un poco mas en verde y plateado”. Superado el primer fastidio aparece la conclusién: verde es debe El significante deber anuncia una doble via: la de la deuda paterna sobre la que se mont6 la vida del sujeto pero tainbién la de la exigencia materna, especialmente en el estudio. Esta tiltima podfa virar del Ideal al supery6 en un instante También el verde queda asociado a un chiste verde que el sujeto recordé desde su adolescencia, que relata la manera torpe en que un muchacho inexperto intenta abordar una muchacha, y de e6mo le “enseiia” un amigo. A la vez en el significante plateado se encuentra condensado: plata ~para no- sotros dinero y la primera y las dos tiltimas letras del nombre del hermano. Si uno quisiera reducir al maximo este suefio se podria decir: deber plata. Otro suefio refuerza la linea conclusiva del anterior El sueiio: En la casa de los padres, el sujeto siendo nifo, esperando la hora d comer. La de siempre: el sujeto siente que no lo tienen en cuenta, se calla, no dice nada pero queda enojado. Sale a comprarse comida solo para él. La come an de entrar ala casa. Al entrar a la misma el padre lo mira y le dice indicando 1 cocina: ahi hay empanadas. No voy a insistir en la Ifnea enojo-rechazo. El callarse se relaciona con la line: del objeto de la que hablaré ense Luis Tudanca De la repeticién de un destino ala invencién de un significante nue El significante que cobra importancia en este suefio es “empanada” que se lee como: en-pa-nada. Queda entonces: (“deber”, pobre, pelearLa ) 3) El objeto La dialéctica cagar-ser cagado representativa del objeto anal, sostenida por el fantasma de rechazo, encaja con el $, pobre. Periddicamente una gastroenteritis aparece como el sintoma corporal conco: mitante En pelearLa se trata en cambio del fantasma escdpico. No en especial de voyeurismo-exhibicionismo sino de lo q) cn las descripciones relativas al amor en el obsesivo. Ese amor es un amor idealizado que convierte a la mujer-Otro en obje Recordemos que Lacan afirma que “...en el nivel llamado cuarto, el del desec escdpico, aquel donde Ia estructura del deseo esta mas plenamente desarrollada en su alienacién fundamental, es también, paradéjicamente, aquel donde el objetc se encuentra més enmascarado...” Ultima defensa, quizas, ante el deseo de! Otro. Sin embargo diré que el objeto privilegiado en el sujeto es el objeto vor “com: soporte del deseo del Otro” Tanto la dialéctica cagar-ser cagado, como el fan ‘asma esc6pico, finalmente se demuestran como defensa ante el deseo del Otr Pequefios detalles cobran importancia en este tema més alla de cualquier a mento y/o imagen: una sonrisita que se supone gozadora, un tono de voz, un timbre, un grito, pero también un silencio. Tanto podian enloquecer al sujeto com causarle deseo Al mismo tiempo que decantaban esos pequefios detalles un sintoma corporal (0 sin voz algunos dfas. Con el anilisis ya muy avanzado una gastroenteritis deja como resto... una dis fonfa. En ciertas ocasiones que tenfa que tomar Ia palabra emergia una inhibicién y juedaba callado, en otras una verborragia me invadfa. Asi se fue armando una dialéctica que se present6 en un primer momer Una frase de mi madre volvié a emerger: si a vos te dejan hablar no te aho! Paradoja esencial tomada muy en serio. La verborragia me salvaba, el call me mataba. Cada vez que a callado queriendo hablar el cuerpo protes. e qued: taba. Pero cada vez que ablaba aceleradamente Hegaba siempre el instante en a quedarme sin voz... fatalmente que empezabs Yendo a andlisis en una oportunidad se me impone la siguiente idea: voy ha Hasta que se pudo ubicar que callarse no es lo mismo que permanecer en si lencio. La interpretaci6n no se hizo esperar: “Ahora que la vocecita se ha llamado silencio falta saber donde hacerse escuchar”. En fin Elsilencio ha sido una conquista del andlisis y ha implicado una el deseo del analista La sonrisita, los tonos de vor, alzar 0 bajar la voz, etc., son del propio sujeto, Els ncio permite circunscribir lo dfono del objeto. Retomo acé la interpretacién “vos tenés un gusto por la pe a”. Un detalle de a misma es que fue dicha acompafiada de una risa franca. Ese detalle, risa y no sonrisita, es lo que favor i6 el efecto. Momento justo, quizas incalculable, pero imposible de saltear para lograr que la interpretacién apunte a “deshacer la art culacién del destino para apuntar al fuera de sentido”. 4) Las mujeres y el amor Diré que hay una forma de amar dentro de los paréntesis y otra por fuera de los paréntesis, Uno debe pelear por revolucién como por La mujer, dentro, hasta que sim plemente se est con una mujer, fuera, EL fin de anéilisis de un hombre quizds consista e dejar de creer en La mujer Para creer ahi (croire y) en una y recién alli, o ahi, se pueda decir efectivamente que una mujer es sintor de un hombre Mientras uno permanece dentro de... creer en, se intenta hacer de dos uno y en | fantasma ese6pico. Pero ocurre que la mirada de amor impide qi acompaiie Hay al trascendencia por fuera de los paréntesis silencio, que no es callarse. 30 de trascendental en el amor dentro de los paréntesis y se termina toda De la repeticin de un destino ala invencién de un si Cualquier ilusién que quede en esa direccién queda barrida, o barrad Los tonos de voz han sido fulminantes en la vida amorosa del sujeto. Claro que también esta el rasgo fetichista de elecci6n de objeto y un recuerdo infantil con una vecinita que lo sostiene, dentro y fuera. Hay cierta ingenuidad dentro de los paréntesis, saldo cinico cuando ya no queda el recurso y al final cautela, por fuera de los paréntesis. Hay también un recorrido que va desde querer ser un hombre diferente a acep- lar que se es un hombre como todos y que todavia no es lo mismo que ser-uno. entre-otros. nece También se puede, en el amor 0 por amor, generar deuda, quedar en deuda, contraer, saldar, etc polit s adel 5) La invencion de un significante nuevo : Mientras el sujeto se debatia en la pregunta de cémo retornar al mundo, al mismo tiempo se satisfacfa demasiado en su “nueva” posicién pero sin encontrar la salida. Una intervencién del analista lo despierta. Concluida la sesién este no se levanta de su silla, no acompaiia como de cos tumbre al analizante hasta la puerta, no lo saluda y permanece callado, sin mi rarlo, EL analizante se retira del consultorio solo... en silencio, Un lapsus y un suefio hacen vislumbrar la salida EL lapsus: al querer decir “el que seas mi analista...” el sujeto dice “el que era, y se interrumpe Lo era, todavia, ya sin serlo. El suefio: El sujeto va a una conferencia que JA. Miller da en un teatro. Mi ler ya estd allt pero todavia no comenzé su conferencia Me siento en la segunda fila pero mirando a la entrada del teatro que es, vez, la salida del mismo. A Miller lo saludan a medida que van llegando. El permanece sin un gesto, sonrisa, ni palabra, ni nada Queda definitivamente claro para el sujeto lo que esté adentro de los paré tesis. La salida es por fuera de ellos. Ese salto comienza a perfilarse al recordar el interés del sujeto por la ¢ ria de lo impolitico que lo Hevé a escribir un libro. Surge asi un significante nuevo: el peleador impolitico, que da una nueva po sicién al sujeto y le permite retornar definitivamente al lazo. Hay que leer ese significante como un verdadero oximoron, los dos términos jamas irian juntos, pero a la vez como novedad anticipada a través de los tres $ que figuran adentro de los paréntesis y de cémo aparecen en el libro mencionado, 30 | Testimonios de AE deuda, do, al cos: Del interés por el término comunidad habia escrito: “No hay reciprocidad en la deuda ya que solo hay una direccidn: te debo al; Con respecto al > pero no me debes algo’ undo significante de adentro de los paréintesis una Heidegger , “todos somos pobres de pensamiento”, orienta al sujeto. De lo impolitico subrayé, entre otras cosas, la idea del no-actuar, que no es inaccién, y a la vez es lo contr rio del activismo... del pelearLa No es que el sujeto nunca mas pueda recurrir a la accién directa, pelear: per ya no hay goce en eso. La preferencia esti del lado de agotar todos los recursos necesarios para obtener resultados a través de lo impolit EL interés por lo im. Politico se demuestra como u uno de los nombres de no-todo, Se necesit6 un tiempo de elaboracién para hacer efectivas las conclusiones que adelantaban la salida para e jeto. Un salto afuera de los paréntesis, salto de ex-sistencia fuera del sistema y lain. 6) No hay relacién sexual: un lapsus lacaniano Qué mas? Todavia un dltimo paso, crucial Sus coordenadas: un clima de despedida con la d Por parte de! sujeto. Un dia éste va caminando por la calle cantando en voz ba ‘Quiero emborrachar mi corazén para apagar un loco amor que mas que amor fue un suplir”. Suplir en lugar de sufrir: un lapsus lacaniano. Reenvia al sujeto por intermedio del significante sustituido ~sufrir a otr tango, “Naranjo en flor”, especialmente la parte que dice: “Primero hay que saber sufrir, después amar, después’ partir, y al fin andar sin pensamientos’ En este punto me pe mito hacer una utilizacién singular del cuaternario meta. frico para dar cuenta se lapsus en el final SUPLIR SUFRIR SUFRIR NOHAYRS Sufrir, y lo que de suftimiento implica goce, se halla dentro 5 paréntesis, en RST: a del inconsciente en tanto el in- Solo después del recorrido se hace patente la férmula que Lacan plant La salida, por fuera de los paréntesis, indica una nueva suplencia, por ahora amor-suplir en lugar de amor-suftir Después partir... fuera de los paréntesis. Separacién. Andar sin pensamientos: andar sin los pensamientos de adentro de los parén- tesis, sin esos pensamientos, no sin pensamientos en general, es decir, sin los pen: samientos-sufrimiento-goce. Un poco menos pobre de pensamiento. El lapsus abre la posibilidad de, no diria verificar pero si intuir: no hay relacién sexual, un “efecto de no-relacién” como dice Lacan. El amor-suplir, novedad para el sujeto, remite al exilio de los sexos pero no de cualquier manera: cada uno por su lado, juntos. Separados-juntos. Un aire de no relacién sexual. Bien podria llamarse amor-no relacién si se subraya que se trata de la caida del intento reiterado de hacer de dos, uno. Pero también se reubica el momento de no soportar el lazo social como subje tivacién del “no hay relaci6n”. Especialmente se hace presente en la formula: el analista se autoriza de sf mismo... y de algunos otros. Ese “algunos otros” resuena definitivamente de otra manera y reubica al sujeto. Esa frase solo es subjetivizada coneluir el andlisis, fuera de él, no antes. Finalmente el “no hay” indica: no hay el goce-todo, hay la satisfacciGn. De alli que Miller se preocupe en distinguir entre goce exceso y goce satisfaccién en su curso Sutilezas analiticas. Otra manera de decirlo: reduccién de goce pero no sin satisfaccién. La declinacién del no hay relaci6n sexual en sus tres formas hace también a la constitucién del deseo del analista.

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