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ZAGUAN

Pasan los euclidianos

satisfechos de su mrito.

Pasan los atormentados platnicos.

Los adormilados y hasta los imbciles.

Todos consumen sombra y contornos.

Los veo partirse desde mi boca fresca.

Luego, uno de ellos tira del hilo y dice:

- Pasan tiempos irreales!

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