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REVISTA DE FILOSOFIA UIS. No. 1 Julio - Diciembre 2002 THE TOPOS OF PHILOSOPHY OR “SOCRATES’ CASE” Alonso Silva Rojas Escuela de Filosofia Universidad Industrial de Santander ABSTRACT ‘This essay attempts 10 relate topos-less Socrates with the universal character of philosophy. Inthis sense, the ext focuses on demonstrating that Socratic atypical thought opposes sophist thought, Therefore one of the main questions it deals with is where from does Socrates speak, and where from do Sophists speak? Escuela de Filosofia UIS ati Si co ele po cat bu toc co pre Vir cie me em ms cui 1Es Sie test de. Ate que Elo au Fil In¢ 2B Evie Se I. UN PROBLEMA LLAMADO “SOCRATES” Se ha hecho mencién, en no pocas ocasiones, al problema que plantea la atipicidad de Sécrates. Mas, ,c6mo relacionar “El Caso Sdcrates” con el topos universal que, desde siempre, ha reclamado para s{ la filosofia? Si Séerates es visto por la tradiciGn y fue considerado por sus conciudadanos como tn caso atipico, entonces no parece posible esto de pretender determinar el caricter universal de la filosofia a partir de su caso, entre otras cosas, ademas, porgue su vida ha sido considerada, a los ojos de no pocos, tan sélo como un caso excepcional de vida, real y, por tanto, histérico': el caso de un hombre bueno que caminaba con sus amigos para hacerles reconocer su ignorancia en toda clase de temas y problemas, segtin nos lo ha hecho ver Plat6n, 0 como el consejero que a los ojos de Jenofonte se paseaba entre la multitud hablando de problemas cotidianos de todo tipo. Visto de esta manera, un hombre como tal podria servir, y con razén, como ejemplo de vida? para quienes compartieron sus experiencias de didlogo en un momento determinado de la historia, especificamente en el siglo Va. de C. Sin embargo, su relevancia para la filosofia serfa més bien poca, pues la filosofia ha reclamado para si un carécter de universalidad que resulta contratio a las ‘manifestaciones de una vida particular como serfa la de Sécrates -y la de cualquier otro~en la época ya mencionada. "Bsto, pese alo que nos advierte P, Hadot: Ex muy dificil, y quid imposible, decir lo que fue el Socrates histérico, aunque los heches notables de su vida sean bien atestiguados. Pero los testimonios que nos dejaron sus contemporineos sobre él, los de Platén, los de Jenofonte, los de Aristofanes, transformaron,idealizaron, deformaron los rasgos del Sécrates que vivi6 en ‘Atenas al fn del sigo V antes de Cristo. ¢Podremos jamas volver a encontrar y reconstruir lo ‘que fue realmente? Pero, tendréa (a osadia de decir: en cierto sentido, poco importa. P. Hadot, loge de Socrate. Alli, Pais, 1999, pp.7-8. Citado y comentado por Francois Gagin: ““Conécete ti mismo": una leetura entre socratismo y estoicismo antiguo”. En: Semana del Pensamiento Filoséfico. Platén: 25 siglos. Ato 2, No 2, Noviembre de 2001, p.12, Ediciones Universidad Industrial de Santander. Bucaramanga-Colombia 2 En su estudio pretiminar a Soerdtieas, Economia y Ciropedia, de Jenotonte, David Garcia Bacca hace bien en recordar que el antor de los Memorabilia llevaba una vida que se correspondia mucho eon la de Séerates. Socrdticas muestra también a cabalidad ese interés de Jenofonte de ‘prosentar la vida de Serates como un ejemplo de vida excepcional, del que sin, embargo, s& habrian alejado, entre otros, Critias y Alcibiades, Estos dos serian entonces la coutrapartida de quienes, como Jenofonte, si quisieron vivir a la manera de Sécrates. Cit: JENOFONTE. Socriticas Economia Ciropedia. Océano Grupo Eaitorial. Mads: 1999. pp. 11-23. CASO SOCRATES” U8. EL TOPOS DELA FILOSOFIA 0: Con todo, recientemente “El Caso Sécrates” vuelve a surgi con fmpetu en el campo filoséfico, dado el supuesto valor ético de la persona llamada Sécrates, es decir, dado el valor intrinseco que encierra Sécrates para el problema de la Gtica en filosofia. Sécrates seria, entonces, como lo advierte una y otra vez Jenofonte, el filésofo por excelencia, con la diferencia, esta vez contra Platén, de que su amor por roda la gente, su demofilia, seria en si la mayor prueba de la ética socrética. En conclusi6n, la ética no tendria nada que ver con sistemas epistemol6gicos o cosas por el estilo, ya que Sécrates no necesita de ninguna prueba de este tipo para demostrar que acta bien frente a los hombres y como ciudadano. Cualquier cosa parecida a una doctrina filoséfica en la persona de Sécrates seria un contrasentido, Sécrates no necesita de ningtin sistema, actéa bien porque quiere o porque se lo ordenan los dioses, pero nada mas* ww Si Sécrates fue o no un hombre bueno, s6lo un tipo de experiencia personal intransferible podria dar cuenta de ello, y queda claro, por obvias razones, que no serfamos nosotros los llamados a realizar un juicio como ese. Ademés, esto s6lo conducirfa a que, de manera aparentemente natural, cada cual pudiera deliberar frente a este caso a su antojo: de un lado los hombres buenos, entre ellos Sécrates, de otro los que no los son, poniéndose, quien hace la divisi6n, del lado que ya sabemos. El problema, sin embargo, no es esto de la bondad o no de Séerates -recuérdese por ejemplo que Nietzsche no ahorra ningtin esfuerzo para deslegitimar la figura de Sécrates, que era feo y, como tal, ocultaba toda clase de malos apetitos~; el problema central parece ser més bien el del lugar de esta figura, personaje 0 como quiera amarsele, en una idea de filosofia universal, como se ha dicho. Pues, aun concediendo que Plat6n engaiié a occidente enseitindonos una copia infiel de quien fuera su maestro, y asintiendo incluso en esto de la bondad de S6erates, la pregunta que uno se harfa serfa: ;y qué aportan tales consideraciones histéricas a la filosofia? Pero no concluyamos tan répido. Quiz hay una premisa falsa cuando se asume, sin més, el cardeter universal de la Filosofia. Se podria objetar, en este sentido, > Asi lo deja ver el profesor Carlos Eduardo Maldonado en su conferencia “Sécrates versus lata”, Alli se puede leer Io siguiente: “Sécrates es un hombre bueno, pero porque su bisqueda cs auténtica. Ahora bien, ,e6mo reconocer a alguien que busca auiénticamente y que es buen0(2)? No existe, en absoluto, un eriterio general ni un canon: tan slo. experiencial, vivencialmente podemos encontrarlo(a)", (El subrayado no es del original) Cit: Semana del Pensamiento Filoséfico, Platén: 25 siglos. Ajo 2, No 2, noviembre de 2001, p. 75. Universidad Industrial de Santander. Bucaramanga-Colombia. “La ares" PEDRO ANTONIO GARCIA OBANDO ug 2nel ates, dela vez won, ade ‘mas yuna omo ade ottia ale que esto Jiera ntre in, reda ey? ano de que la universalidad de la filosofia es slo una pretendida universalidad, motivada, incluso, més por los intereses particulares de los fil6sofos, que por Ja naturaleza de los problemas considerados por estos amantes de la sabiduria, En una afirmacidn de Nietzsche queda muy bien expresado esto: “Yo, Platon, soy la verdad”, La pregunta es apenas obvia: ,dénde queda entonces esa universalidad que, como tal, no podria admitir el més minimo asomo de individualidad, so pena de caer en una contradiccién entre el individuo y la supuesta universalidad de la filosofia? Universalidad significa, entre otras cosas, ‘que nadie puede apropiarse el derecho de afirmar: “Yo, Plat6n, soy la verdad”. Pero de otro lado, se reconoce casi como un hecho que no hay filosofia sino es alrededor de la figura, la persona o el personaje Sécrates, lo que de nuevo deja las cosas tal y como estaban, pues no sabemos a ciencia cierta quién fue realmente Sécrates. Pensemos por lo pronto en varias posibilidades a) No importa. Esta seria la posicién de P. Hadot (cff.: nota 1). Si se asume que no importa, entonces el asunto se hace mucho mds fécil: leer a Platén y preocuparse menos por la persona de Sécrates y més por los problemas filos6ficos que plantea el fildsofo de la Repiiblica. b) Rescatar el Sécrates de Jenofonte, Esta opcidn es asumida por todos los que de luna u otra manera ~permitase la expresién- se han enemistado con Plat6n, Es una eleccidn razonable, sélo que tendria que probarse que Jenofonte es un fildsofo de valia, y parece no haber un corpus para ello. L. Robin ¢s todavia mas agudo: La explicacién de su boga es, a decir verdad, muy féicil de descubrir: Cuando la gente empezé a darse cuenta de que el Sécrates de Platén no era ciertamente el verdadero Sécrates, se apartaron todos de este Sécrates, dialéctico sutil 0 metafisico sublime; y al mismo tiempo se percibié en los ‘Memorabilia a otro Sécrates muy diferente, predicador prolijo, de una borthomia con malicia mezclada de uncién, muy poco metafisico, pero moralista copioso, siempre preocupado de a prictica.. Y el siguiente paso fue empeftarse en que este Sécrates, menos profundo y mds simple, fuera el verdadero Séerates, al amparo inconsciente de la oscura nocién de que Tomenos complejo debe ser también lo primero en el tiempo.* 4“. Robin, “Les Mémorables de Xénophon et notre connaissance de la philosophie de Socrate”, en L’Année philosophique, Vol. XXI, 1911, p. 44, citado por A. Gémez Robledo, Sdcrates y el socratismo, FC.E., México, 1966, p. 20. Analizado también por Frangois Gagin: ““Conécete a timismo”: tna lectura entre socratismo y estoicismo antiguo”. Op.cit.p.14. 120 EL TOPOS DELA FILOSOFIA 0“E1.CASO SOCRATES PEDE ©) Si importa. El problema que se platea aqui seria: jen qué sentido? Y la respuesta algo asi como esto: SGerates es la persona hecha personaje que opera como argumento en la obra de Platén, En consecuencia, las soluciones a) y ¢) podrian complementarse, dejandose de lado la versién “mas real” de Jenofonte. E1“Caso Sécrates” representa entonces para la filosoffa un dilema nada fécil de resolver: 0 se sigue considerando a Sécrates como un hecho real hist6rico =lo cual, dicho sea de paso, no iria en contra de los hechos-, o afirmamos también, con Sécrates, el cardcter universal de la filosofia. No es suficiente, sin embargo, y en algunos casos ni siquiera tecomendable, tener a la mano expresiones tales como “El Sécrates de Plat6n”, “El Sécrates de Jenofont etc, Y ello, por una razén sencilla: tantos Sécrates a 1a mano s6lo empeora el problema. En sintesis, si es el Sdcrates de Platén o el de Jenofonte el verdadero Sécrates, esto parece més un problema de espfas que un problema filoséfico, Con todo, parece extraiio a primera vista que el “Problema Sécrates” esté tan a la mano hoy, después de incansables discusiones sobre el contenido de la obra de Platén, Es de admitir, en casos como los de Nietzsche, Hiedegger y el mismo Popper, todos ellos grandes fil6sofos, que sus planteamientos filos6ficos fuertes tuvieran que ver con la critica severa a las ideas de algunos fil6sofos antiguos, pues ningiin pensamiento filoséfico valioso ve el pasado filoséfico con la ingenuidad del lector desprevenido 0 el mero comentarista de filosofia. Pero, de ahi a creer en todas sus afirmaciones s6lo por el hecho de que fueron grandes fil6sofos, sin mds, raya con una cierta ingenuidad maledicente. Sostengo ‘que quienes se han apropiado de “El Caso Sécrates” ~y no me refiero, aqui, a los grandes fil6sofos- para mostrar que habia un Sécrates bueno y otro malo, el de Platén, o bien quieren aparecer ellos mismos como si fueran Sécrates, 0 bien quieren hacer pasar la vida de Sécrates como la de los grandes maestros de la sabiduria popular. No voy a entrar ahora en la idea del repudio que “El Sécrates de Platén” siente porla gente’. Como dije hace un momento, la expresién misma no dice mucho ala filosofia * Eantipopulismo de Platén tampoco es nuevo: No llamé Herddoto “Sofista” a Solén y ademas a Pixdégoras? zAndrocién no aplicé el término “sofista” a los siete, quiero decir a “Ios siete sabios", y no lamé también ast al mismo Sécrates, el famoso? ¢lsécrates, por su parte, no denomina “sofistas” a quienes se ocupan de ta discusiOn y a quienes se suelen califcar de “dialécticos"; “fldsofo", en cambio, a si mismo y “filésofos” a los retéricos y a quienes se ccupan de ta politica? No Mama Lisias "Sofista” a Platén? Me parece que Platén denigra siempre de alguna manera al sofista y que él ha sido quien principalmente vituperd su nombre. ‘Lacausa de ello era que despreciaba la multitud va sus conciudadanos” (El subrayado no es del original) Ctr: Angel Capelleti. Protfgoras: Naturaleza y Cultura. Biblioteca de la Academia Nacional de Historia, Caracas: 1987, pp18-19. sin, sec str: pala del con Sdc cap: prol prot s PEDRO ANTONIO GARCIA OBANDO 21 ra vera ye) 4cil ‘ico ‘nos ate, ano te”, ael ero. tan tla vel cos fos ‘ico fia, ron ago ia alo, 3,0 ros. jet Sse gra bre, aes mia II, SOCRATES EN LOS CONTEMPORANEOS Con todo, las consideraciones anteriores tienen que ver mucho con una cierta forma de relacién que ha quedado establecida firmemente entre la filosofia contemporanea y la filosofia griega. En efecto, durante el siglo pasado parece quedar en jaque esa supuesta independencia del fildsofo frente a su filosofia. Asi, lo que antes aparecfa como un desarrollo natural del proceso argumentativo enaras de justificar racionalmente el fundamento de todas las cosas, se convierte para nosotros contempordneos en una mera ilusién, en cuyo fundamento se esconde tuna gran mentira. La figura del filésofo pasa, por lo tanto, a un primer plano para set visto como el enemigo o como el bromista que se hizo tomar en serio. Lo anterior es mucho més cierto en el caso de Platén. Dicho de otra manera, Platén se convierte en el objetivo de ciertos “movimientos filoséficos” que ven en la persona de este fildsofo la madriguera de toda clase de bajos intereses. De un lado, Platén seria el fil6sofo que desfiguré por completo la imagen de su ‘maestro Sécrates para suplantar luego una filosofia contraria a las bondades de su maestro; de otro, mitigé con pseudoexplicaciones su incapacidad para ‘comprender “Ia realidad positiva” de los hechos, pasando por alto el desarrollo de la ciencia de su tiempo. Enemigo de la sociedad abierta, Plat6n ha sido visto finalmente como el antidemécrata que bused por todos los medios dejar en ‘manos de unos cuantos elegidos (Ios filésofos) el mando det Estado y, en general, el mando de toda clase de poder sobre la tierra, Sin entrar en mas detalles, sugiero en este artfculo que la atipicidad de Sécrates se convierte en estrategia argumentativa en la obra de Platén, y que dicha estrategia se materializa en la relacién de Sécrates con los Sofistas. En otras palabras, que es a propésito de colocar la filosoffa més alld del sentido comin de los sofistas, que cobra importancia la atipicidad de Sécrates y su relacién con la universalidad de la filosofia, Preguntémonos por lo pronto: II. QUIEN NO ES SOCRATES? Una lectura de las Socréticas de Jenofonte confirmarfa qué tan cerca est Sécrates del sentido comiin profesado por los sofistas. En efecto, Sécrates es capaz. de convertir un argumento débil en uno fuerte. Asi, frente a quienes prohibieron a Sécrates el estar ensefiando razones de todo tipo sobre los problemas de Ta ciudad, éste no tuvo més que replicar: 122 FL. TOPOS DELA FILOSOFIA 0 “EL CASO SOCRATES Estoy dispuesto a obedecer las leyes, empero, para no infringirlas por ignorancia, querria que me declararais plenamente lo siguiente: cuando prohibis servirse del arte de palabras y razones, {pensdis en palabras y razones correctamente dichas 0 en las no correctamente dichas? Si os referis a las bien dichas, es claro que vuestra prohibicién va contra el decir bien; empero si a las mal dichas, es evidente que lo que se debe intentar es hablar bien. Es de creer, tanto por los testimonios de Plat6n y del mismo Jenofonte, que una de las acusaciones de mayor relevaneia contra Sécrates era la referida al arte de ensefiar a hablar con buenas razones. La pregunta es: {Qué tan cerca estaria tal forma de proceder de la de los sofistas? Dejemos por lo pronto de lado la idea, que no es falsa entre otras cosas, del efecto negativo que causé Platén en laimagen de los sofistas, y preguntémonos, més bien, si esto de hablar bien en la plaza paiblica o, en su defecto, esto de dar buenas razones y replicar con ‘buenos argumentos, es 0 no lo propio de la filosofia. ‘Sabemos que la respuesta de Plat6n es negativa y que su principal raz6n radica en la pregunta que Sécrates le hace a Hipécrates en el Protagoras (312): Bien. 2El sofista, entonces, sobre qué asunto have hablar hAbilmente? {Esta claro que acerca de lo que tenga conocimiento? Es natural -respondié Hip6crates. Qué es eso en lo que él, el sofista, es conocedor y lo hace asu discipulo? Por Zeus! contest6, ya no sé que decinte’. Sécrates, por lo tanto, no es un Sofista’. Esto significa, de un lado, que su interés no es el de replicar las razones que exponen sus contendientes, de ott0, que sabe que ser fildsofo no significa hablar bien sino indagar y examinar el supuesto conocimiento que se cree tener cuando alguien dice que tiene una cierta clase de conocimiento, La figura de Sécrates replicando argumentos SJENOFONTE. Soerdiicas. Océano Grupo Editorial. Barcelona: 1991, p. 12. °PLATON. Protégoras. Introduccin traducciGn y notas de Carlos Garcia Gua. Editorial Gredos. *“Enun reciente aniculo tiulado: ;Didlogo o Discurso? Una lectura del Protagoras, be indicado por qué Sécrates se resiste a mantener su dislogo con Protégoras, Su distanciamiento de los discursos es evidente en este Didlogo. Ademés, se puede tambien apreciar cémo Plat6a desarrola Is figura de Hipias para contraponeria a la de Sécrates. En: Semana del Pensamiento Fitoséfico. Paton: 25 siglos. Af 2 No2, Noviembre de 2001, pp. 121-132, Ediciones Universidad Industrial de Santander. Bucaramanga-Colombia. See eo ve a st Tes una lola nen nen con dica esu rtro, ar el una tos fcado le los roolla sfc. wstrial PEDRO ANTONIOGARCIA OBANDO 13 ofreceria una imagen semejante a la de Protégoras, si recordamos los discursos forenses debatidos entre éste y su alumno Eulato. Sihay, porlo tanto, una figura antagénica que nos permita reconstruir la imagen de filésofo que es Sécrates, ésta es la figura del sofista. Afirmar lo que es ‘Sécrates a partir de lo que no es, daria como resultado la necesidad de indagar el lugar de ese otro personaje. El problema tiene una razén obvia y otra que no Joes tanto. Laraz6n obvia es que muchos de los didlogos més importantes del corpus platSnico tienen que ver con los sofistas (Hipias, Gorgias, Protagoras, Fedro, y, en algin sentido, El Banguete); la menos obvia es que habria que partir de algin criterio para marcar Ia diferencia entre uno y otro, sin que ello conlleve a tener que tomar una decisién sobre el particular. El criterio ya esta mas 0 menos indicado: se trata de saber cudl es el ropos desde el cual habla el sofista y cual el topos desde el cual habla el filésofo, lo que nos pone de nuevo en el tema de la atipicidad de Sécrates, pero, esta vez, cn relacién con lo tipico 0 la tipicidad de los sofistas. En lo que sigue voy a presentar algunos rasgos que muestran cémo Platén crea todo un escenario propicio con el propésito de construir la atipicidad de Sécrates. Para finalizar, examino el alcance de la hipétesis para una lectura de 1a primera parte del Fedro, dedicada a los tres discursos del amor, IV. LA ATIPICIDAD DE SOCRATES S6crates es atipico y su tinica relacién univoca con el mundo es, quiz4, la de responder a ese nombre. Con Sécrates asistimos, pues, al encuentro de la atipicidad y sus multiples facetas. Cada una de dichas facetas dependeré del temaatratary de los personajes que se contraponen en ese juego de oposiciones que tanto gustaria a Platén. Una forma fuerte de esta atipicidad se da en la relacién que establece Sécrates con la muerte, segtin nos la presenta Platén en el Fedén. @Por qué Sécrates no Hora, no reniega, no sufre, y si en cambio se muestra sereno hablando con sus amigos, que han ido como todos los dias a visitarlo a Ia espera de sus reflexiones filoséficas? {Por qué no hay en Sécrates el mas minimo atisbo de desesperacién, y si en cambio est Jantipa, Horando inconsolable hasta el punto de que es sacada por orden del mismo Séerates una vez han llegado sus amigos? Sécrates esta feliz porque guarda la esperanza de encontrarse con la verdad, con la divinidad o con otros hombres que dedicaron su vida ala filosofia. Si ahora Jantipa ha salido de escena, ello se debe a que la 124 ‘TOPOS DE LA FILOSOFTA 0 “EL CASO SOCRATES filosofia ha sido para Sécrates un constante aprender a morir, y no hay, por lo tanto, motivo de sufrimiento, ya que la btisqueda del fildsofo ha estado siempre dirigida a la consecucién de la verdad. La aparicién de Jantipa en escena tiene el efecto de resaltar atin mas la atipicidad de Sécrates. Como cualquier mortal, Jantipano se sale de lo normal, de lo comuin y corriente, es decir, lora porque, sin més, es de humanos estar tristes en momentos como éste, Pero Séerates sigue sin Horar, sin desesperar, sin renegar. Podria creerse que Fedén es més filsofo que Jantipa y que por su relacién con Sécrates estd mas cerca de comprender el suceso sin ningiin atisbo de melancolia, Pero no hay tal (58e - 59a): Por cierto que al estar yo allt me sucedié algo extrailo ~ dice Fedén- Pues no se apoderaba de mé la compasién en la idea de que asistia @ la muerte de un amigo, porque se ‘mostraba feliz aquel varén, no sélo por su comportamiento, sino también por sus palabras. Por esta razén no sentia en 4 acontecimiento luctuoso, pero tampoco placer, como si estuviéramos entregados a Ia filosofia tal y como acostumbrébamos; y eso que la conversacién era de ese tipo. Sencillamente habia en mt un sentimiento extraito, una mezela desacostumbrada de placer y de dolor, cuando pensaba que, de un momento a otro, aquel iba a morir. Y todos los presentes estébamos mds 0 menos en un estado semejante: @ veces refamos y a veces llorébamos, (El subrayado no es de! original)’. ‘Como si fuera poco, Platén coloca a Sécrates ahora a burlarse de la materialidad de su muerte, del hecho real de que hay un cuerpo que pronto va a dejar de respirar y sentir. El hecho es sumamente curioso: Critén, amigo también de Socrates, le advierte a éste, por recomendacién del carcelero, que hable lo ‘menos posible, pues quienes antes de beber el veneno se dedican a hablar més de lo debido, deben tomar, no una, sino dos y hasta tres veces la mortal bebida. A lo que Sécrates responde: “Mandale a paseo. Que cuide tan s6lo de preparar el veneno para darme doble dosis, o triple incluso, si es preciso”. {Quién es pues éste, que poco antes de morir es capaz hasta de burlarse de la mismisima muerte? ;De reir, sin asomo de lagrimas, justo ahora que se despide para siempre de sus amigos? °PLATON Fedin. IntrodveciGn, taduceién ynotas de Luis Gil. Alianza Editorial, PE xTEs" ‘orlo mpre tiene ortal, rque, rates icon ode lidad PEDRO ANTONIOGARCIA OBANDO 125 Si la muerte de Sécrates fuera tan slo un hecho hist6rico, entonces Sécrates no seria otra cosa que el relato de la injusticia que se cometié con un hombre que era justo, Por obvias razones, este Scrates no representa un caso importante para la filosofia. Su ironia seria también tan s6lo eso, ironfa, es decir, el anecdotario de todas las veces que Sécrates emples la risa como forma de argumentacién, contando la respuesta que le envié al carvelero horas antes de morir. En fin, sila muerte de SGcraies fuera la muerte de un tal Sécrates nacido en Atenas en el siglo V antes de ‘Cristo, de lejos Platén no habria sido el filésofo que es y sigue siendo en nuestro dias, Como queda dicho, la atipicidad de Sécrates tiene su contraimagen en muchos de los personajes que creé Platén: Aleibfades, Eriximaco y Agatén en el Banquete; Hipias, Protigoras y Prodico en el Protdgoras; Lisias y Fedro en el Fedro; Polemarco, Trasimaco y Céfalo en el primer libro de la Republica, etc De todos ellos -sofistas algunos, alumnos de sofistas otros- la figura de Céfalo tiene un gran valor para el tema de la atipicidad de Séerates, y no en vano es el personaje con el que se inaugura ese largo periplo que sera la Repiiblica Céfalo es un hombre “justo” y por lo tanto un hombre “bueno”, en el sentido, eso si, en que pueden serlo muchos hombres comunes y corrientes, Sugiero esta interpretaci6n a partir de varios elementos que proporciona la obra. En primer lugar, Céfalo tiene una gran fortuna, producto del esfuerzo propio, y resultado también de la medida de las herencias de su abuelo y de su padre. Céfalo es, entonces, el justo medio que resulta de medir la herencia de sus ascendientes. Céfalo, por lo tanto, jamds le ha quitado nada a nadie, lo que para si mismo es una prueba de gran justicia, o de justicia, sin mds, Adviértase, por semejanza, que Sécrates tampoco jamds se ha apropiado de lo que no le pertenece, sabiendo, si, que él jamas ha tenido nada en sus bolsillos. En segundo lugar, para Céfalo la justicia se definiria en raz6n de devolver lo que se ha recibido o dado a guardar, y él siempre ha cumplido con este principio. Céfalo, en consecuencia, es justo porque no le debe nada a nadie, porque siempre devuelve lo que le dan a guardar, pero sobre todo porque cree firmemente en su forma de hacer justicia. Su riqueza le permite “no estar en deuda de sacrificios ‘con ningtin dios, ni de dinero con ningtin hombre” (331b). En tercer lugar, Céfalo gusta de la gente y, en tal sentido, agradece por ejemplo la visita de ‘Sécrates a su casa para conversar como lo hacen dos viejos buenos amigos. ‘Ante tantas pruebas de “justicia y “bondad”, Sécrates resulta de los mis atfpico. En primer lugar, no ha heredado nunea nada y por lo tanto no tiene nada que devolver; seguramente, tampoco nadie le confiaria nada material para que luego lo devolviera. Sécrates, en conclusién, no podria ser justo, ni bueno, aunque sepamos {que no le hace dafio a nadie, En segundo lugar, quiere escuchar lo que sus amigos dicen acercade lajustica, ynotiene ningtin convencimiento previo sobre lo que esto signifique: 126 EL TOPOS DE LA FILOSOFIA 0 “EI CASO SOCRATES” Pero, més que todo lo anterior, Sécrates no piensa como el comiin de los mortales, pues se separa de muchas de las ideas que se profesan sin ningéin fandamento. © mas bien, se separa de muchas de las ideas que s6lo tendrfan como fundamento una mirada ligera de las cosas. He puesto arriba entre comillas las palabras “justo” y “bueno” al referirlas a Céfalo. Debo aclarar, sin embargo, antes de seguir adelante, que al proceder de esta manera no estoy pensando en la simple oposicién Céfalo-Sécrates, para sacar luego la conclusién que salta més a la vista. Advert{ paginas més arriba ue un procedimiento como éste no sirve para nada. Bl asunto es un tanto mas sutil: Céfalo mismo se cree un hombre justo porque, por decirlo de algin modo, no ve més alld de sus narices. Y si notamos bien, esto hace parte de una actitud demasiado natural, es decir, esa actitud poco despierta y poco vigilante que no permite ver més alld de lo que aparece como siendo verdadero. De hecho, si miramos sin mayor andlisis la figura de Céfalo, nos dariamos cuenta que es mucha la gente que piensa a su manera. Pero Sécrates es atipico, ahora no en el sentido de enfrentar sin temores la muerte, sino porque quiere ir més allé del senzido conuin; porque su topos no esti determinado por una cierta relaci6n espacio-temporal como la de Céfalo con sus ascendientes; porque su deseo de saber lo pone en alerta contra cualquier idea que quiera hacerse pasar por verdadera sin serlo; y en fin, porque el topos de la filosofia reclama una mirada que vaya mas alla del tiempo y del espacio, tuna mirada que no sélo vea acaecer, unas tras otras, las cosas que pasan en el mundo como si s6lo pasaran por el mundo. V. SOCRATES FRENTE A FEDRO Para terminar, hay un pasaje en el Fedro, (237a), que revelaria con todo vigor esto de la atipicidad del fildsofo. Se trata, de nuevo, del hecho de que Sécrates pretende alejarse, ahora mis decididamente, del modo como actifan los sofistas en relacién con los discursos. Para ello, nada mejor entonces que elegir el discurso que Lisias ha preparado sobre el amor, lefdo por Fedro en presencia de Sécrates. El pasaje es como sigue: -Me voy a cubrir el rostro para hablar, ~le dice Sécrates a Fedro- a fin de pasar de punta a punta el discurso, corriendo a toda velocidad, sin azorarme de vergilenza al mirarte, (El subrayado no es del original)". “PLATON Fedro. Introduccién, traduccién y notas de Luis Gil. Alianza Editorial. ve sla no ‘alo tier pos zio, rel gor ites itas rel cia 127 Las palabras de Séerates dirigidas a Fedro son bastante elocuentes. Decide cubrirse el rostro para hablar porque tiene que enfrentar, muy a su disgusto, un discurso sobre el amor preparado por un sofista. ;Cémo hacerlo sin sentir vergilenza por su proceder?!! El discurso de Lisias es atractivo al punto que Fedro ha quedado absorto por su contenido. Sin embargo, Sécrates parece advertir que sus palabras (las de Lisias) s6lo representan esa habilidad de los sofistas de hacer fuerte un argumento que no lo es", Frente a Fedro, entonces, Sécrates no puede hablar como si no fuera Socrates, pues de hacerlo asi, su topos estaria determinado por el /ugar comin de hacer fuerte un argumento débil, De ahi su decisi6n de “refutar” el discurso de Lisias, mejor, de contraponer al discurso de éste otro (“més fuerte”), no sin antes cubrir su rostro. Por eso también la respuesta de ‘Socrates a 1a a la pregunta de Fedro: GQué te parece el discurso, Sécrates? {No es una extraordinaria pieza oratoria, entre otras razones especialmente por su léxico? SOC — Divina, ciertamente, hasta el punto que quedé estupefacto. ¥ ese sentimiento lo he experimentado por tu causa, Fedro, poniendo en timis ojos porque me parecias en medio de la lectura ponerte radiante por efecto del discurso. Te seguia por considerar que tit entendias mas que yo de tales cosas, y al seguirte me contagié del del: bdquico que ti, divina cabeza, tentas. Y el pobre Fedro si apenas alcanza a decir: Vaya! ¢Con que decides tomarlo a broma? (334c-1) "La resistencia de Sderates queda clara en el siguiente pasaje: “SOC — jAy!, granuja, ;qué bien descubriste el medio de coaccionar a un hombre amante de iscursos a hacer lo que ordenas! FEDRO - Entonces, ;qué excusa tienes para zafarte? SOC = Ninguna ya, una ver que tu has hecho este juramento, Pues ,cémo serfa yo capaz de abstenetme de semejante deleite?” (236e). Recuérdese, aqui, que una de las principales acusaciones hechas a Serates, segtn nos relsta Plat6n en la Apologia, 174 L9e, era justo esta: la de que Sécrates era h4bil en sus discursos y dde que era capaz de hacer més fuerte el argumento ms débil; y como si fuera poco, le acusacin segin la cual Sécrates ensefiaba estas mismus cosa, Plat6n sabe, entonces, que esta acusacién dejaria ver a Séerates como un sofista 128 EL TOPOS DE LA FILOSOFIA 0 “EL.CASO SOCRATES PEDE La tesis del discurso de Lisias es del tipo que hemos dicho, esto es, el tipo de argumentacién que busca hacer fuerte una idea que no lo es, y en cuyo propésito se emplea toda una “antlleria” argumentativa. Esta tesis dice: ‘se ha de otorgar el favor a quien no esté enamorado con preferencia al que esti” (227c). ¥ las, razones serian, entre otras, las siguientes: a) “Los enamorados se arrepienten de los beneficios que hacen, tan pronto como cesan en su deseo. En cambio, los que no lo estén no tienen ocasién en que les toque arrepentirse” (231). b) “...1os enamorados reconocen que estan mas locos que cuerdos, y (...) que no estén en su sano juicio...De modo que, una vez recobrada su sensatez, {.c6mo podrian considerar que estén bien las cosas sobre las que toman una decisién en ese estado?” (2314) ©) Al ser mas en cantidad los no enamorados que los enamorados, es preferible ‘buscar al hombre digno de amistad entre los primeros que entre los segundos. (2314). €) Los celos de Jos enamorados alejan al mancebo del trato con otra gente, provocando en éste una profunda soledad de amigos. (232 ¢-d). £) Los no enamorados no olvidan los buenos ratos, porque después de pasado el placer, si ha habido una amistad anterior, ésta se conserva més alld de todo instante. (232e, 233a). “He aqué los efectos que muestra el amor: a los desafortunados les hace considerar insoportable lo que a los demas no produce pena, a los afortunados les obliga a prestar su alabanza incluso a lo que no es digno de goz0. De manera que a los amados conviene mucho mas compadecerlos que envidiarlos. En cambio, si me haces caso a mi, en primer lugar, en mis relaciones contigo no atenderé tan sélo el placer del momento, sino también el provecho que habré en el futuro, sin ser vencido por et amor, sino dominéndome a mi mismo; sin dejarme arrastrar or un fitil motivo a una gran enemistad, sino mostrando con calma a gran motivo poca ira; otorgando mi perdén a las faltas involuntarias, y tratando de evitar las voluntarias”. (233 b-c). Pero antes de que Sécrates Heve a cabo su “contradiscurso”, se asegura de poner a Fedro al tanto de las intenciones del discurso de Lisias, al develar, sutil aque de p Env man Setr des- lin elte todo heol pues noa iHal lueg preg res" PEDRO ANTONIOGARCLA OBANDO 229 ode 'sito “las onto aen que una ible ild), ante, vado odo ade ar, sutilmente, que la intencién de éste no es otra que Ia de recibir los favores de aquel “mozalbete, sumamente bello,... (a quien) requiriendo de amores trataba de persuadir precisamente de que se debia otorgar el favor al no-enamorado con preferencia al enamorado” ( 237b), En un juego sutil de velar y develar, la primera parte del Fedro lleva a cabo de manera magistral varias estrategias para diferenciar a Séerates de los sofistas. Se trata, ahora, de una estrategia como la anterior, en la que una vez mis Sécrates des-cubre habilmente el engatio detris de la apariencia. Recuérdese, al respecto, elinterés de Fedro de pretender sorprender a Sécrates presenténdole de memoria el texto de Lisias, al tiempo que lo ocultaba debajo del manto, y advirtiendo de todos modos que su exposicién no podia hacerla al pie de la letra. (228d). De manera sutil, Sécrates le advierte: “Ay, Fedro!, si yo no conozco a Fedro, me he olvidado también de mi mismo. Perono ocurre ninguna de las dos cosas” (228a).. Frentea Fedro, en fin, Sécrates no puede comportarse como no siendo Séerates, pues no puede, como él mismo lo afirma, olvidarse de sf mismo, lo cual implica no abandonar su topos y por lo mismo no aparentar ni siquiera ser un sofista VI. A MANERA DE CIERRE {Habria que incluir la pregunta, “desde dénde habla a Sécrates”, para pasar luego a la comprensién y la universalidad de la filosofia? Otra pregunta seria: {No se ha convertido el despercio a Platén, en un desprecio igual o peor al que profes6 éste por los sofistas? Moverse hacia el otro lado ses s6lo eso, quedarse en el mismo punto, {Cudl es pues “el decir” que reclama el filésofo? La pregunta de Sécrates a Hipcrates todavia tiene plena vigencia. REVISTA DE FILOSOFIA UIS_ No. 1 Julio - Diciembre 2002, EL TOPOS DE LA FILOSOF{A 0 “EL CASO SOCRATES” Pedro Antonio Garcia Obando Escuela de Filosofia Universidad Industrial de Santander RESUMEN El Ensayo es un intento de relacionar la atipicidad de Séerates con el

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