Bocados de lujo eran el loro y el flamenco. Se evitaban las carnes de
ibis y cigea porque devoraban serpientes, y la de golondrina, que coma mosquitos.
En la poca imperial nadie pona coto a la gula ni al derroche en la
mesa: pollos, gallinas y ocas se engordaban con harina hervida y aguamiel o con pan empapado en vino dulce.
El pescado ms apreciado fue el salmonete. Los pobres que no
podan aspirar a las especies de mar o a las procedentes de los bulliciosos vivideros se consolaban con degustar las morrallas en salmuera (maenae).
Los ricos coman mucho en casas de amigos, en los banquetes.
Los pobres, por el contrario, a menudo lo hacan en la calle puesto que no siempre disponan de fogones ni pucheros en los que cocinar. Las algarrobas y los altramuces formaban parte de su dieta. La plebe solo accedi al consumo de carne en la poca de Aureliano (siglo III), cuando se reparta gratis. Era de burro. La carne de buey se reservaba para la mesa de los pudientes.
A modo de curiosidad, la llamada moretum, cuyos principales
ingredientes eran queso de oveja, apio y cebolla, era la primera comida que hacan los recin casados.