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9 1998 Jan Paroéka Archive, Prague © 2004 Ediciones Encuentro, S.A., Madi 2 para fa presentacién Agusiia Semano de Haro 1 para la waduccion ‘Teresa Padilla, ests Maria Ayuso y Agustin Serrano de Haro Disefo de la coleccién: £, Rebull Queda probibida, salvo excepcidn prevista en fo ley, cualquiee forma de reproduction, distribucioa, comunicacién pablica ¥ transformacion de esta obma sin contzr con la autonzacion de los tinulares de propiedad intelectual, {2 infraccién de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad. jteleceual (ants 270 y ss, del Codigo Pena’). El Centro Espatol Ue Derechos Reprogrificos vela por ef respeto de los citsdos hos. ara cuzlquier informacién sobre las obras publicadas 0 en programa {7 para propuestas de nuevas publicaciones, dirigise a: Redaceién de Ediciones Encuentro Cedacesos, 3-28 - 28014 Madrid - Tel. 91 552 26 07 swunwiedieiones-encuentto. 2 INDICE Preseniacion EL MUNDO NATURAL Y LA FENOMENOLOGIA, (QUE BS LA EXISTENCLY? UNIVERSO ¥ MUNDO DEL HOMBRE, OBSERVACIONES A UN PLANTEAMIENTO COSMOLOGICO CONTEMFORANEO EL SUBJETIVISMO DE LA FENOMENOLOGIA HUSSERLIANA ¥ LA POSIBILIDAD DE UNA FENOMENOLOGIA .ASUBJETIVA: EL SUBJETIVISMO DE LA FENOMENOLOGIA HUSSERUANA Y LA EXIGENCIA DE UNA FENOMENOLOGIA «ASUBJETIVA: LA FILOSOFIA DE LA CRISIS DE LAS CIENCIAS SEGUN EDMUND HUSSERL ¥ SU CONCEPCION DE UNA. FENOMENOLOGIA DEL MUNDO DE LA VIDA. LOS PELIGROS DE LA TECNIFICACION DE LA CIENCIA EN EDMUND HUSSERL Y LA ESENCIA DE LA TECNICA COMO PELIGRO EN MARTIN HEIDEGGER CARTESIANISMO ¥ FENOMENOLOGIA 3 ” 85 8 13 37 137 187 LEPOJE Y REDUCCION QUE ES FENOMENOLOGIA? Indicaciones bibliograficas 241 251 281 PRESENTACION os diez textos del flésofo checo Jan Patotka que se oftecen at lec- tor expafol bajo el titulo £f movimiento de la existeicia humana son teaduccién de las seeciones tercera y cuarta del tomo IV de las Obras Escogidas de Patotka que el Instiuto pata las Ciencias del Hombre con sede en Viena empe26 a publicar, en aleman y bajo el sello editors Xlen-Cona, en 1987. Bl teulo espanol dado a este conjunto de escritos recoge de hecho €l del correspondiente volumen alemén, que, editado por Klaus Nellen, Jif7 Némec e Hija Srubas, vio ia uz en 2993 con el sub- titulo Bteritos fenomenolgicas I. Hay mas razones y son de mayor peso para sostenet Is profunda tenidad intema de estos textos que para objetar su coherencia. Ciertamente que todos ellos se concibieron por separado 2 lo largo de died ahos —los diez Glimos de vida del flosofo (1967-1977)— y en res puesta a motivaciones de distinio orden: homensjes cientficos, conts- fbuciones 3 revistas especializadas, una conferencia en Varsovia, una intervencién en un Congreso Mundial de Filosofia en Bulgaria, etc. Se ‘edactaron adernés en diferentes lenguas: tes en checo, tno en francés, El resto en alemén. Y su publicacion original tuvo hugas, en fin, de las tne diversas sorprendentes fommas: el primer enseyo de ios que sau! qe recogen aparecio, por ejemplo, en una vuduccion eslovaca de 1967 qnientras que la Version checa en que habia sido esento no se imprimso hasta 1980. la inervencién en el mencionado Congreso, en cambio, no for inclvids en las correspondientes Actas y hnubo de aparecer postu sramente en una tradacciéa hecha a lz propia lengua de sv autor, varios EL movimiento de Ia existencia humana cents slleron caubign 4 atx en as elionesdegales que hin echo Ghocigo en todo al mundo el termina samézdar, et, Tan notable (ease vemos dversad debe cooremplane, aia embargo, como al ‘Sito mas jst de ha sivaién personal eltlectual de sol, ue aoa sobecllevac ia ceosn vglancia del eégimen goberrante hacia 3 talbjo, A oes dal regimen, Partha ouaca de de ser un pensador 05 fectoso spar des cocencis uve eel jo 1988, ecpe coms, ¥ eapanado o cedesplazad, i se me permitn ts eed jones, tras los acontecimientos de fa efimera primavers de 1968; sSurtdo invasablemente a sevens cesiccones 4 la hora de publiae rou pas y en su lengea, que aeabaon an una prohbicion generl de faa publicneion de Flosofa que qo venase acbre pensadores preso- Sitcom ee claro que en igor ybien Mirae, e eo cabal lacs ms Shen de la deremminacion que el ecagensrio pensar habia etovado iis de a vasion soviéuca, de qo someterge ala imposturay rst Mo injstea € igual que eta historia casi remora de Socrates, Ia pa tnera pero decisis consecvencia de ta decision habia sido la negativa de patedea t absndonar la cutadh, st edad alo posiblidad de un tkito en ls Reptblen Federal de Amani, ques en bien vi por ls Srondadeschecasy que levaba aparado Un cargo dovente con liber tad de sited de publcaion, et flsofo opuse, de noe, el mist ovo vincalo ere fa bisqueda de i verdad y el combate cont la " Lo cierto es que en estos afios finales de su vida Paroéka 90 solo compuio ls dos grandes obras de flosofa de a Hisora que le tan “ads jst fara, Plas y Europa y sobre tedo, Ensaos bréicot sobre ‘loa deta Hora. También a6 ellen eds teen acerca deta owbiidad del conociaienco Mlos6ieo y del senudo de Ia exitenca ote eobrd un sino 7 eedobiadoimpulso del gue son tetinonio Coma a decera de textos agulreunidos. Los esfuerzs de Patel en ‘orden a una filosofia primera se remontaban formaimente a 1936, al erento El mundo natural como problema losdfico, que fue su obrs de fabllacén a fa docenca universiasa —y que le abd las pueras del aust dela Usversidad Caclina de Praga s6lo has su temprino ce- tre por las autondades nazis en 1935. En este primer momen, la Comutzacién pateekiana del mundo natwab, del mundo en que cos frovemoe y exsumos, sega felmente el planteamient del propio PresentaciSn Husserk: el muado ¢s el horizonte global de los fendmenos originarios de la experiencia y 2 su base oper necesariamente una subjetividad consttuyente. En 1976, cantas afos y taatas cacistrofes despuss, el flé- sofo checo mantenta intacta su conviecin de que a fenomenologia ha sido y sigue siendo la diraceién filoséfica mis original del siglo y la que alienca © aleat® pretensiones mis altas¢. Pero 2 esta altura de su vida Patodka no creis ya posible identificar Ia posibilidad de la fenomenolo- aia con fa posicién tedrica madura de su maestzo Husser: -e! mundo de Ja vidas, ef mando natural de la vida cotdiana, ocultaba més bien una riqueza descriptva que su descubrider nc habia cerminado de atrapar adecuadamente, y presentaba una problematicidad ontolégica que el autor de Ga crisis de las clencias europeas no habia logrido, pese a todo, poner bajo las categorias Gitimas apropiadas, Come tantos destaeados pensadores de la segunda iitad del siglo XX, ambign Patocks habla hecho suyas determinadas cesis decisivas de la cctitica de Heidegger al programa de la fenomenologia triscendental. La cconsumacién fenomenologica de ia flosofia que Husserl so’é estaria en realidad sobrecargada justamente de fllosaffa modema, de ontologia ‘cartesiaaa, Asi lo ratificaba —casi todos los ensayos del volumen insis- ten en este punto— la primacia categoral de la nocién de conciencia; aun cuando se la defina por Is intencionalidad, aun cuando remita al hhorizonte predonado del munde, aun cuando se vincule y no se con traponga al cuerpo vivido, 1a conciencia pura seguiria siendo un ente, ¥ ente privilegiado, seguro de si y asegumdo frente a la realidad, en suma res cogitans redefinida. ¥ cartesianismo encubierro serfa incluso cl ideal de convert la flosotia en una ciencia estrcta en progresién his- ‘rica infinits, Alora bien, a diferencia de tantos pensadores € intér- pretes contemporiiness, Patotka asume a la vez que el pensamiento de Heidegger ¢s asimismo, en todo lo fundamental, una profundizacion creadora en la fenomenologia, o lo que es igual, una comprensisn cadi- calizada del sentido de la epojé fenomencl6gica. El retroceso desde 1o que es y aparece —el mundo— a su aparecer como tal —que remite ya al ser que existe comprendiende y comprenciéndase— puede y debe abriese paso hasta sondear el funcamento del aparecer lo que aparece. > Vic. fia, Qué es fenomenologian, p. 252 Et movimiento de la exisencla humana No oo seria €} tema propio de la fenomenclogia, y cl avance de “Heidegger —avanzando siempre hacia atrés— estribaria en comprender que -el fundamento del aparecer lo que aparece: es irreductible a todo ete, ya sea éste la subjetividad trascendental: s6lo merced a esta ime uciibilidad a ente emerge Ia posibilidad de que el todo del mundo, e! todo del ere, aparezca como tal al hombre. Patotke no es, con todo, un hermeneuta especialista preocupado por la exposicién meticulosa dei desarrollo intelectual que lleva -de Husserl a Heidegger. Lo que quizS sorprenda al lector de este purado de esetitos, y lo que expliea algunas de las repeticiones que en ellos se advierten, €5, antes bien, que e tinsito justficado de Hosier) a Heidegger desemboca en una vues no menos justficable de Heidegger ‘2 Husserl; vuelta ésta que s6lo un pensamiento origina) permite descu- brir y que significa recomenzar de nuevo, en un sesgo distinto, la medi- taciGin radical acerca del aparecer del mundo, Pues el ser heidegger no absolutamente antecedente, el ser que alumibra su propia diferencia ‘ontologica respecto del ente y 4 cuya merced queda el destino del hom- bre, pareceré a Patotka a ls vex demasiado escorado al antropologismo —tal como defendia la cosmologis fenomenclogica de suv amigo Eugen Bink glosada en uno de los ensayos— v «demasiado ajeno al sentido que la coexistencia entre los hombres obra y ampara, logra y malogra, E! desplazamiento de ls vida de conciencia por la existencia finita es un [progreso cierto en la deseipeion de Ia experiencia de! mundo; pero apenas puede ocular, por citar una cuestién capital, el vacio en que fos andlisis de Heidegger dejan a Ia corporalided que sostiene tod> 12 p#2- xis de la existencia, y cvya condicion -notural discume en esiricio para~ lelo a su relevancis decisiva en ls articulacién intersubjetiva del mundo humane, En este marco problematico, «de Husserl a Heidegger y vuelta y muevo comienzo., puede mirsrse, y en mi opinion adasirarse, la apora cién teGrica mis ambicioss de Pato®ia, 2 saber: Ja de tematizar el ser de! hombre no s6io como existencia sino come movimiento de fa existencia fen el mundo, en va sentido renovado de! término movimiento que halls inspiracion en el pensamiento de Aristéreles. Se trata aqui del movi- miento inmanente por €} que la wama del mundo de Ia vida viene a ser Yy 2 aparecer y 2 temporalizarse, mientras en ello me va mi existencia Lejos de admits, cmpero, una categorizacién univocs, e} movimiento » | | | Presentacion global de Is existencia en el mundo se anicula sobre tes tensiones dis- pares hacia la totalidad y en la totalidad, tes smovimientas contrapun- ‘isticos: no sintetizables ni reintegrables 4 unidad. El cverpo y el empo, Jos otros y el mundo, se dicen y sobre todo -te hacen de al menos estos izes distintos mados, El extraordinario ensayo que abre el bro ofrece ka presentaciGn, « mi entender, mAs matizada y sica que el autor aleaniz6 de Ja peculiar iarquia del movimiento de la existencia: «movimiento gene- rativo-afectivo,, desde el pasado absoluto en que uno mismo fut acogi do comporalmente por otros en el mundo y pudo por ello incorporame fa mundo, arraigar en la Tierra; movimiento de afizmacién del yo frente dos otros en el mundo socal, en el presente urgide y comunitario, que protege a la existencia menesterosa ala vez que cosifica al ser incividval y Io somete a relaciones de poder, y en fin, movimiento de entresa, imovimsiento prospectivovveriative,, que, desde el futuro absoluto de Ja muerte personal, se opone 2 la vida alienada y centrads sobre sf, = is vide mortecina, y descabre la absoluta unicidad del ser propio como mmision y envio hacia los ots. La fecundidad desesiptiva y ta potencia tespecslativa de este singular planteamiento estén en gran medida por ‘explorar. Y la compreasion del mundo de la vids que de él se despren- Ge, como «mundo de bien y mal en que acantece e! drama de la exis- fencia fina, requiere sin duda una muy seria atenci6n, ‘Lo que an me queda por indicar implica, empero, desdecirme de 1a oposicion en que me apoyé al comienzo de esta presenlacion, entre los escritos patotkienos de Filosofia de la Historia y la reflexion més te6- rica del autor. No hay en verdad tal oposici6n. Le perspectiva cherttiear sobre [a Hisionia de Occidente, sobre e! origen inseparablemente polit- 0 y Mleséfico de Buropa y sobre el fin de Europa en las guerras de] siglo XX y el siglo XX como guerar, bebe de las mismas fuentes tebri- tas 2 que acabo de referizme —acaso con la noble presencia afadica de Ta figura de Hannah Arendt—. No es s6lo que ta filosofia patothia- ina de Ia Historia se viacule 2 un intento Ge filosofia primera, sino que, también a Ia inverse, la meditacioa acerca de] destino hist6rico alienta tuna flosofia teérica en que Is finitud insbrogable de! hombre ng inp! a, sin embargo, abdicar de la teleologia de lo verdad 0 de le postbili- Gad del sentido, La modernidas entendida como proyecto infinito de SSbjetivacion universal, como cantesianismo puesto por obra, ha seguide tn curso tionfante a Jo largo de cuatre siglos, al cabo de fos cuties kt u El movieniento de la existencia naman situacin de! hombre no esti lejos de ser desesperada, Fl empeio por nace luz sobre esta circunstancia histdrica no es separable entonces de esa misma posibilidad inciena que hace del flésofo, de todo hombre, al testigo de una verdad que, siéndolo acerca del todo, es solo pros- pectiva y no abjenvable La procedencia de los distintos textos que integran esta ediciOn y I via que ha seguide su caduccin puede consultarse en la referencia bibliogrifiea que se ha incorporado al final de la obra. Es para mi un ‘grto deber dejar constancia de questro mis sincero agradecimiento al Dr. ivan Chvatik, Director del Archivo Patogka en Praga, por su amable colaboracién y consejo, A poco mis de veinticinco aos de su afrentosa muerte, los actables cambios politicos sucedidos en Europa y en el mundo no han restado relevancia al pensamiento de Patocks, Quien sintié y sufité su existen- cca como la de sun Robinson que en una isla se pone a teonzar., un Robinson aislade en el corazon de Europa ~se ha podido atadir—, tiene hoy una palabra viva que merece escucharse en este extremo del continente y en nuestra lengua compartida mis allé de él Agustin Serrano de Haro (CSIC) EL MUNDO NATURAL Y LA FENOMENOLOGIA r 2l problema det «mundo acural ha surgido de manera expicita en clambiente floséfico positivista, esto es, en un ambiente que tanto den- feo de ls ciencia como fuera de ella se orientaba contra la metafisicatra- icional. Surgié donde se sacaron consecuencias de la crftica empitisis a los conceptes de sustancia v causalidad, y donde las nociones positi- vistas de un conocimiento fenoménico y relativo (que no va mas alla del dominio de los datos sensibies) y del ser como lo que esti dado simplemente y sin necesidad de mis, encontraron un terreno fértil en la crisis de la concepcién mecanicista de Ja ciencia modems; una crisis que, pese a todas los éxitas de la clencia modema, se atria paso hacia al final del siglo XIX, EI mecanicismo modemo no puede considerarse, naturalmente, una puri worfa clentifica, marcado como Lo estaba por rasgos metalisicos. Con toda, el surgimiento de esa metafisica se encuentra estrechament relacionade con ef método de la ciencia matemdtica de la nanuraleza tal como, (ras la primera campafta victoriosa de la clencis nacural, la del heliocentismo de Copémico a Kepler, fue claborado en fa siguiente oleada de teéricos de la mecinica de Galileo a Newton. Bl proceso de surgimiento de esta metafisics, que durante largo tlempo pas6 por ser lisa y Hanamente Ie «imagen cientifica del mundor, no se ba investigado hasta hoy por completo ni se ha clarificado desde una perspectiva filo- s6fica. Es seguro que con este proceso no s6lo guarda relacién el sur 3 i movimiento de fa exisencia humana gimiento de la ciencia moderna, sino tambien Jos destinos de eso que llamamos psicologfa y de las investigaciones sociologicas y de ciencias humanas que se basan en ella. No menos seguro es que el proceso ‘mecanicista ha promavido, como una contestacion 4 la audacia y Jeza de su construccién metafisica, el surgimiento de les moderns ten- encias eseépticas del empirismo, ast como los intentos de respuesta desde el crticismo y las filosofias ideatistas de ia época poskantiana, ‘Todos los cxtcos de la metaisica mecznicista sehalan su cardcter arti- {ficioso. La que existe en rigor no es pars ella algo que simplemente exté ‘dado, en lo que vivamos de manen natural y en cuyo mbito nos mova mos gracias @ Jos automatismos instinuvos que hemos recibido de la nanu- raleza, sino que lo que existe en rigor es algo consinaido por el pensa- ‘lento. El instramento intelectual para pensar lo que existe en sigor es la macemfilca, 0 sea, esa disciplina de las entidades que nuesto espirity puede «abrir con sv sola y propia espomtaneidsd. La matematica nos enseta 2 formulas las verdaderas conexiones abjetivas, las leyes estructu- rales de la naruraleza; entre ésias se cuentan también las leyes que nos pemmitirin un dia expresar la regularidad que sige los fenémenos subjeti- vos, Jos sucesae que nos vienen dados instintivamente. La propia subjeti vided se volver asi un anexo, una expresién de fa objetividad, Ls condicién antficiosa de la metafisica mecanicisia se observa en un rasgo adicional. Pues el método matemético-causal determina que, al seguirlo, nos taslademos de golpe a un mundo de cosas en si respecto del cual nuestro munde famediato se comporta como un mero -teflejo- subjetivo. De este modo, por uaa pare, nos abrimos puso con seguri- dad hacia las scosas en sis, mientras que, por otra, estas cosas son algo de lo que por principio no cabe tener experiencia, Bstantos en dos mun dos: en uno por nuestro pensamiento, en olro por nuestra vida. Y esta escision es definivs, no hay puente que pueda mediarla Lo ms imponante en terminos subjeivos de semejante anificiosidad cestriba en que esta concepcién no séle excluye toda panicipacion direc- 1a del sujeto 2 fs hore de comprender e] mundo, sin también toda pat- licipacién. del sujeto en Is acci6n en e! mundo. Pues quien toma pare ‘en esta accién no es ¢] sujeto viviente y vivido, sino su sustrato mate- fial, del que no se Gene vivencia, Pero conviene separar en que el irinsts al mundo fisialista de las scosas en si tiene lugar a partir de lo inmediatamente dado, y 10 inme- M | mundo natural y i Fenomenctogia diatamente dado es Jo subjetivo, garantizado por la autoceneza de la con clencia que Descartes descubri6, La solidez de esta transici6n depende de ls confianza que tengamas en nuestros conceptos y métodos objetivo racionales —sobre todo, en los matemdticos y los metisicos (sustancia, Causalidad)—. Pero contra estos tres frentes se alza el escepticismo del fempirismo modemo. Con ello pone en cvestion, problematiza, el ténsi- to a las «cosas en sh, ¥ a primera vista atenia Ia dicotomis del mando, ‘También las construcciones fisicalisas se reducen a estructuras de le experiencia subjetiva y son en el fondo subjeuvas y empiicas. Por tanto, ‘nosotros vivimes en sun Gnico mundo ¥ no vames més alls de él siquie- mm cuando pensamos, -Ese otro mundo» y toda la ciencia matemstica de la naturaleza es, en cambio, lo cue ahora se vuelve problemstico, E} positivismo. representa entonces un intento de vincular este mundo unitario, pero también subjetivo y relativo (referido al sujeto) en ‘que vivimos, y los mérodos de la ciencia matemética de la naturalezs E} vinculo se ha de alcanzar abandonando los conceptos «metafisicos: Ge sustancia y causalidad, que deben ser sustituidos por los mis p70" ductivos de relaci6n y funcion. Y el empleo de métodos mateméticos se interpreta de manera distinta @ como se hace en Is vision mecanicista del mundo, Ya no se tata de que nos franqueen el acceso un mundo Uistinto, sino de que constitvyen un discurso acerca del mundo vivido {gue es distinto del lenguaie de uso coniente: el suyo es el lenguaje de ip prediccién exacta. EI mundo Ge la ciencia de fa naruraleza y el mundo cientifico se depuran asi de todo 10 no relative © no prictico que los trascienda, Se llega con ello # una edepuracién de la experienci notable medida, también a un retomo a fa wisién natural del mundo” Ta concepeitn enceoicina enim en csi a consecuenc osameate 8 eros de Irises modema, que termina corfcntandose con i concepsie frothata dt onan come single Seepln ta de read ee Pasties Oc.on que por pancpio po ve mas als de To empiric Ep sores ae ee retina coun conbinseién dea teva conpuscdr on # esp Casi Jn toc te enter les om fos repreenanis canes See eee par dela neusie meciniins, A eta venens sare Mego Ge BE SORE Ad Genes ce a ere, n gvtora ye nimi, eo cor te eeccSase as loys de gavin, Is orci del pate, del so Pee Sos ton perfcts Isley de Frost intern 2 def lasted Seen ees 'u gem aplsin ex mecca cece. de evaiulin de ae dei ea, ts mene Mnlerats ero inepedentes de es coe ct EL movimiento de la existencis humana Asi es como ha surgido el problema de ja visién -aaturaly det mundo, y comelativamente el problema del mundo -nanara. En problema sé convierte por el hecho de que ni el diagnéstico de ta enfermedad ai la terapia propuesta resultan convincentes para todos los que se ocupan Ge la imagen cienditica del mundo, Permitasenos, en prueba de ello, ale- gar una serie de voces que han tuido de avanzar un dingndstico ms profundo, [ea metafisica del mecanicismo puede camcterzarse de distintas mane- «as, y asi lo han hecho fésofos significados, Whicehend habla de una sdicotomia enue naturalez y wisién del mundos que en el fondo se retro- cme a las teorias alomisias griegas, Burt habla de una transformacién para- lela en las concepciones de la realidad, la causalidad y el pensamiento del hombre: Ia realidad no se comprende ya como un mundo de cosas cual ‘ativas, al como la intuicién aos la presenta, sino como un mundo cuya cesencia esti hucha de entidades y relacionas matemsticas las causa fina Jes quedan excluidas de la realidad y la cuuselidad se cesiringe a la ef cient; todas as cualidaces excepto las geomatizables se relegan 2 Ia sub jetvidad, y of pensamiento del hombre se eeduce a un relejo de funciones, cerebrales. Husserl pone el acento principal en el proceso por el que las ‘epoionee corpuscular ce In mecinica elisa (0 sea, de fos conceptos ves. Sicose de sustanca) y de su concepei6a de fy inveraccion (ast en Ia segunda ley Ge fa tennodinamica)lev6 4 [a busqueda de un mérodo unitario comin 8 todas las dciplinasfisieas y 4 plantenr ln cuestiOn de su interdependency de la posi Diidad de deducir unas de cerns. As, ln temodinamica generalizada como ene entsmo pretende imponere como cieneia universal libre de representaciones ¥ Iodelos metafsicos. (Lor defensores cal evergentsmo no reparaban en que [a ‘noob misina de encrgia es un coacepia que supone la canservacion, ¥ por tanto IE sustancia). La Spticay el elecuomagnetsmo se establecen asimismo junto a fa ‘mecinics clisica, pero sin fepresentaciones corpuscular. Mientras que con ld tborla sinztica del calor la termodinimica se abre a representaciones compuscula- fee, sus posteriores desarolas en la mecca esadisucatemaron una vez mas el Camino de lis abstacsiones no iatvivas, Las deus csicas del movimiento de un Eerpe sblido en el expaco y dempo absolutos chocaron conisa el experimento Se Michelson-Modey, y tas ideas clisicas de la contnuidad del proceso de pro- Jagacie de ondas electromagnescas lo hicieron con of enigma de la division de Evenergia en el expecto del cuerpo fegro~ al esulado de todo ello fue una gids crisis del mecinicismo. (Ea t=lacion con la evolucién de la fsiea en ol st go XIN y con st orsls, vid. Costa de Beauregasd, £2 Notion al temps, lermann, Bans 1963, pp. 17-28). (Est noe no aparece ena edicon alemana, pero sf elas cereea, ingles y francesa (ado), 6 El mundo natural y ia Fenomenologia ‘dealizaciones matemiteas se independizan y pasan a operar como el nico mundo supuestemente verdadero, el nico objetivo, Koyré muestra, Or su parte, qué papel comsspondié al placonismo en el surgimiento ‘est concepcién, ya desde la primera generacién mecanicista de once fico a Kepler, subrayando sambién el platorisme del propio Galileo. Heidegger y sus discipulos caretertzan justo esa época, desde el punto de vista de ia metafisica y en un esfuerzo por penetra sus fundamentos catologicos dltimos, de la forma més amplia pensable, aunque también de la més vaga, Heidegger consider toda la ciencia modema no ya como ligada a una metaisica, sino como el punto extreme al que tiende todo el desarrollo de la metafisica. La metafisica es une comprensién invertida del ser, en que Ia esenctal no-objetvidad de este protofundamento se tans- forma en un mero objeto, una mera cosa, También la metafisica del meca- nicismo 5, por tanto, expresiOn de la metafisiea que encama una -cou:- pressiGne encubridora del ser, comprensién que no comprende, pero que 65 puesta en priitica en la técnica modems, La expresién filoséfica cen- lal Ge esta metafisica Hevacia a la prictica es el principio de razbn. el prin- ipitem rations tal como Leibniz lo formulé en el siglo XVI, ras una incu bacién de dos mileaios, en el sentido del principio de raz6n suficente de todo lo que existe. Heidegger lo interpreta como el principio de calcula- bilidad y predictbilidic universal. Nada hay, qada existe sino en la medi- da de su comesponder a este principio, es decir, en Ia medicia en que se ajusta y somete a la pretensién ce un aseguramiento usiversal de todo por medio del cilculo, El principio de mz6n se identifica, pues, con una obje- livacidn estricta y exacts del ente. Y cal objetivaciSn transforma el univer: 50, el todo del ser, en un objers que es:é puesto ante el sujeto; el sujeto, que se quiere seguro en el mundo, pone ante si el objeto en orden a podes dominario, E1 mundo se vuclve en este sentiso re-preseniacién, y en este sentido toda la €poca moderna debe consicerarse la era de la «imagen del mundo, si entendemos simagen- en el sentido de objetivacion, de cepre- sentacién del sujetoy, de Io que se opone expliciamente a las actividades de fundamentacion y cilculo del sujetor de -constructo-imagen del pro- uci que re-presentae! * ‘Se tata de la conocida expresion de Heidegger -Gebide des vorstetlea- den Hertel, que se ensues oo eo Spoca de fa Hrapen mundor, recogido en Sendas perdidas (ndt). ae "7 El movimiento de la exisencis humana Los autores anglosajones ofrecen un diagndstico que aflade un Gnico ‘punto contra el positivismo. Pues se dan cuenta de-aue toda concep: cide: que sustituya al mecanicismo representard de nuevo una concep- ién toxslizante del mundo, y en este sentido seré de nuevo metafisica. E} positivismo rechaaa esta critica, y cree poder escapar al peligro gre- ‘clas a su relanivismo, gracias a la concepeién prictica de la verdad como verificacion empirica, (Desatiende asf que este concepto de verdad no puede hecerse valer a propésito de Ta propia concepcién positivista, ‘que si tiene Ia pretensién de captar el estado de las cosas ta} como es ¥ no solamente tal como se verifice). “Huser! y Heidegger son quienes proporcionan las perspectivas mas profundas para una erica de la concepcién positivisia del retroveso at mundo natural, Pero en orden.a valorar esta critica debemos retomar ‘una vex més al anlisis de fs concepcién. posidvista I positvismo aspira a suprimir la dicotomia que divide el mundo en una caus fisicalisia y un efecto subjetivo (que es imagen-refiejo de la ver~ adera realidad fisicalisa?), A wl fin recuee fa realidad fisica y Ja realidad Psiquics a lo que en Mach, Avenarius, Russel, ec, recibe el nombre de plano de slos datos neutraies-, Este plano es el material a partir det cual ‘sc forman, en viewd de distinas relaciones reciprocas, cle una pane, las objetividades de la Fisica y, de o1ra parce. las cbjetvidades psico-fisiols ‘gicas. Las conexiones fisicalistas son conexiones de datos neutriles en lt medida en que sv aparicion se produce s6lo por dependencie de unos datos respecto de otros, ajo conexiones psico-siol6gicas hay que enten- der, en cambio, aquellas que dependen de un determinado ssstems ‘que, aun siendo también una reunion de datos neviraies, regula ademas ‘una especial aparicién ealectiva de datos neutrales que podriamos llamar -perspectiva global sobre el Universe: como un todo, 0 sea, sobre Ja tota- lidad de todos ios datos, ineluido e! propio sistema Ce Esta imagen Gnatural-) del mundo cescansz en dos presupuestos ceseneiales que no se reconocen: 1. Bl plano neutrals no es en verdad neutral sino subjetivo, Pues si no fuera subjetive, si no fuera un plano de vivencias, no tendria sent do pestular una donacidn directs def objeto en dependencia det siste- T ei adjetvo ssicalstaealude a la realise fisica tl como ls fisica teria te objetiva y eonace (nd, 8 = manda natural y la fenomenoiogia ma C. Fl plano nevtal oculia en realidad el plano descubieto por Descanes, la certeza de la conciencia para si, en la forma en que el ‘empirismo inglés lo recibi. 2. En elacién con el plano neviral comparecen dos tipos funda: meniales de momentos entitatvas: se trata, por un lado, de tos cle~ mentos © datos y, por otro, de las conexiones funcionales de su apari- cién, © sea, en e! fondo de leyes matemiticas En no menor medida que en el mecanicismo, el papel protagonista ys por tanto, el rango de realidad verdadera ecae aqut sobre jas leyes ratematicas. Ellas son las que zegulan la spasicién de los elementos, fast como su carfcter propio. Pues si jos elementos han de estar ex ‘comespondencia con la legalidad general de la naturaleza, ellos tienen {que enwar como argumenios de las dependencias funcionales que las leyes establecen; lo que significa que he de ser posible la coordinacion ‘emire los elementos. Los elementos neutrales no son datos de Ia expe- encia, responden més bien a la exigencia de ser mateméticamente Construibles. Representan, en el centzo de esta vision natural det mundo, un vestigio de mecanicismo, Y dado que GE por ejemplo: A. Gehlen, Crmenich und Spatkultun, Philesophiscbe Ergebnisse und Auseagen, Bont. 1956 (nota del editor alemén), 2 “it 21 mundo natural y {a feaomenotogia centro constituido por el fenémeno, perceptivamente incomplete, det ‘cuerpo propio. ¥ en el contesto de la vida —si de [a pura percepeion actual pasamos a tomar en considerici6n el despliegue cel dempo—, Ia fentacién aparece como un estaren-situacién, No menos que la per cepci6n, también el recuerdo, la imaginacién, la expresion verbal parti cipan de un estar situados. ta situaciOn es algo en fo que yo he de estar para poder comprencdera (estar en ella, no sabre al frente ella), ¥ por elo yo la comprendo en cada ocasion séle en pan. Orientscién y sitvacin remisen a la comporalidad, En este sentido comporalidad significa conporalidac prictica, libre: pues s6lo por media ci6n del cuerpo, de un cuerpo sobre el que ejercemas en poder inme- diato, podemos tener actividad en el mundo y tomar parte efectiva en la wansformaciSn de las cosas que contiene. Pero, por otra parte, ia cor poralidad es igualmente orientacién en el sentido de que las necesida- des del cuerpo hacen que ia vida se tome a si misma como fin y que s€ sirva de las objetividades como medios para este fin Asi, pues, [a orientacion se produce a través del cuerpo en. sentido subjetivo, del cuempo activo; fo cual no significa que sea una orentacién exclusiva hacia el cuerpo. El centro de referencia de la orientacion cor poral se encventes fuera del cuerpo propio, Toda orientacion 5 orien- taci6n de questa acci6n, de nuestra intervencion corporal activa, ¥ esto requiere de un reference. El veferente de nuesta cortiente efectuadora, realizadora (coriente que €5 un movimiento en al sentido mis original del término, movimiento vivide por éenteo), es un sustrato inmduil y permanente: la Tiera. La inmovilidad de Ia Tierra forma pane de la orientacién original del mundo. La Tiecra es aquello en que se sostiene la accion ortentaca y autoorientada. No pademos actuar si no es soste- nidos sobre este fundainento firme de la sirvacién vital compartida, Pero la Tierra a0 3 s6lo of suelo en que inexcusablemente arraiga nuestro cava; es dla vez el sopone firme de todo, Todo lo que llamamos «cosa descansa sobre ella, € incluso las cosas que fotan en el alse, como los globes o las nubes, permanecen en cierto sentido ligados a ella, como st escapasen de lo que tira de ellas hacia abajo, La Tierra es et protoc- po de todo lo masivo, corpéreo, material, Es el «cuerpo universal del {que todas las cosas forman parte integrante en algtin sentido. Asi 1o indica la atraceién que las cosas sufren respecto de Ia Tierra, su depen- dencia respecto de ella, su origen y su fin en ella, En ef marco de la 3

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