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Amrica mujer

Enjaulada como una antigua princesa


en un castillo de dudosas contradicciones,
mgica de spera y violenta belleza,
en el extremo de sus prisiones

el invierno eterno congela sus pies.


Un ancho pecho de selvas robustas
se alza en el mundo con negra tez,
y mujeres lloran tantas muertes injustas.

Se olvid de ella, la igualdad y la justicia.


En su negra cabeza india de tierra
promete el azteca brindar la delicia
de una venganza de la sangre y la guerra.

La sangre olvidada, la guerra librada


desde el silencio, desde lo profundo
Amrica toda mujer, toda amada,
Ser el albor del maana, ser el mundo.

Ser cierto, la mirada perdida,


el ojo latente y la mano aguerrida?
Ser cierta la sangre derramada
y la tierra entregada, regalada
a las garras asesinas del ajeno?
Ser cierto el sudor y el veneno
la vida del hombre y la muerte del sueo?

Dicen que hay una tierra,


que llamaron Amrica,
que en sus manos aferra
la sinceridad trgica,
y la fortuna mgica.

Que se llena de humanas lgrimas


que derrama sobre lagos, bosques,
mares y selvas. Y en la arena,
donde el sudor del trabajo
y la sangre injusta desde abajo.
Amrica siembra hombres
que nacen como robles
de carbn, en las minas,
de azcar en los caaverales,
negros felices en carnavales
fiestras tristes danzarinas
con brazos de fuego
en el monte.

Si Coln no hubiera legado


a los criminales Pizarros
este mundo bizarro
a toda la Humanidad
hubiera negado
la dicha y la felicidad
de conocer la tierra
de la libertad, Amrica.

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