En la práctica
»La situación clama al cielo«
Hace más de dos años que José Mari Álvarez lucha en vano por conseguir un punto de inyección para su instalación de seguimiento. Al fondo pueden verse los funda-
mentos de la instalación.
¿Qué puede salir mal en un pueblo
que se llama »Dios Le Guarde«? Al
parecer de todo, cuando se tiene la
mala suerte de José Mari Álvarez.
El instalador lleva más de dos años
luchando en este pueblo de Sala-
manca por conseguir un punto de
inyección para una instalación de
100 kilovatios. La resistencia del
proveedor local de acceso a la red
eléctrica, Moro Benito SL convirtió
un procedimiento sencillo en una
pesadilla burocrática. Pero Álvarez
no da su brazo a torcer.
128
P ro b l e mas admi n i strati vos
Cómo una compañía eléctrica frenó la instalación de
100 kilovatios de José Mari Álvarez
E n una habitación de 30 metros cua-
drados de su propia casa, José Mari
Álvarez quiso dedicarse a su hobby. »La
fotovoltaica siempre me ha entusiasma-
do, desde que empecé a dedicarme a ella«,
dice este instalador de calefacción nacido
en Mondragón, País Vasco. Quería con-
vertir su cuarto de bricolaje en la central
empresarial de un pequeño parque foto-
voltaico cerca de Salamanca. Sin embar-
go, se ha convertido en un museo de la
burocracia. El papel acumulado, bien api-
lado alcanzaría sus buenos tres metros de
altura. Desde que la empresa de Álvarez,
Fotoeólicas Durango SL, solicitara hace
dos años y medio un punto de conexión
al proveedor local de la red, aún no ha
circulado ni un mísero kilovatio hora de
energía solar. Lo que en su lugar ha habi-
do es una desquiciante guerra de papeles,
que hasta la fecha no ha desembocado
siquiera en una notificación sobre un
punto de conexión adecuado para la ins-
talación de 100 kilovatios planificada en
Dios Le Guarde.
La historia comienza ya en 2005. Ál-
varez se informó en el Ayuntamiento de
este pequeño municipio si podría cons-
truir una instalación fotovoltaica con sis-
tema de seguimiento en un terreno cer-
cano al pueblo. El alcalde no puso obje-
ción alguna. Con el permiso concedido,
Álvarez compra el terreno y solicita el 30
de enero de 2006 un punto de inyección
a la red de baja tensión de la compañía
eléctrica local. Se trata en este caso de
una pequeña empresa local, una de las
313 que hay en España. La Eléctrica Moro
Benito SL abastece en el entorno de Dios
Le Guarde una pequeña red de fincas, a
las que proporciona anualmente aproxi-
madamente 170.000 kilovatios hora de
PHOTON Junio 2008

José Mari Álvarez y su padre Olegario. Am-
bos estaban entusiasmados con la idea de
invertir en Dios Le Guarde y poder hacer
así algo para el futuro de la familia.
electricidad. »En lugar de una respuesta
a nuestra solicitud, recibimos informa-
ción general sobre un acceso a la red de
media tensión. Y eso que habíamos so-
licitado clara y concretamente un punto
de conexión a la red de baja tensión«,
recuerda Álvarez.
Después de que su ingeniero insistie-
ra en Eléctrica Benito Moro, ofreciendo
incluso propuestas de solución para la
conversión de baja a media tensión, por
ahora reina el silencio. Entrado ya el mes
de marzo, a Álvarez se le está acabando
la paciencia. El instalador presenta una
protesta ante la Delegación de Industria
en Salamanca.
En un arrebato de optimismo, Álvarez ya había adquirido material para la conexión. Pero será un tribunal en Vitigudino
(Salamanca) quien decida el 26 de junio de 2008 si puede utilizarlo o no.
Allí se queda su grito de auxilio un par
de meses sobre la mesa, ya que el provee-
dor de la red no da respuesta a las consul-
tas de los funcionarios hasta que caduca
el plazo concedido para contestar. Cuan-
do al llegar el verano aún no hay noticias,
Álvarez pide ayuda a la Comisión Nacio-
nal de Energía (CNE). Sin embargo, la
CNE se considera no competente en este
asunto, ya que se trata de cuestiones téc-
nicas, sobre si la conexión debe realizar-
se con baja o media tensión. La cuestión
recae bajo las competencias del Ministe-
rio de Industria. Y así es como Álvarez se
dirige a la Delegación del Ministerio de
Industria en Salamanca.
PHOTON Junio 2008
Reprimenda al proveedor de la red
Mientras tanto, Álvarez se decide por
hacer caso a Moro Benito y presenta en fe-
brero de 2007 una petición de conexión a
la red de media tensión. Pero Benito Moro
la rechaza y esgrime ahora una falta de ca-
pacidad en la red. La corriente debe inyec-
tarse, por lo tanto, en la red de Iberdrola.
Moro Benito también exige ahora certi-
ficados de uso de superficie y auditorías
medioambientales, documentos que, en
el fondo, no tienen nada que ver con él.
El 28 de agosto de 2007, Álvarez recibe
el resultado de su queja a la Delegación
de Industria local en Salamanca. Su so-
licitud de principios de 2006 es, según
»
Ignacio Evangelista / photon-pictures.com (3)
dicen, correcta y cumple lo
establecido en el Real Decre-
to (RD) 1663/2000 de 29 de
septiembre (Conexión de ins-
talaciones fotovoltaicas a baja
tensión). En la respuesta que-
da además bien claro, que no
hay prescripción alguna sobre
el nivel de tensión al que hay
que conectarse. Moro Benito
incumplió también plazos y
respondió mal: a la petición
de un punto de inyección sólo
pueden exigirse »condiciones
técnicas para el acceso a la red
en media tensión«. Pero no
hay motivo alguno que impi-
da la conexión a la red de baja
tensión. El informe establece
también que Moro Benito no
informó en ningún momen-
to al abastecedor, Iberdrola,
sobre el procedimiento. La
norma establece la necesidad de presen-
tar una solicitud de compra de la energía
sobrante al proveedor de red superior, una
obligación que Benito Moro incumplió. El
informe dice también que el rechazo de
la segunda petición era inadecuado y que
demuestra »que el proveedor de la red no
tiene la intención de solucionar este con-
flicto, causado única y exclusivamente por
él«. Además, Moro Benito ha ocultado que
técnicamente no hay impedimento algu-
no para la inyección a la red de baja ten-
sión. Conclusión: »Moro Benito ha obsta-
culizado el procedimiento repetidamente
y sin motivo alguno«, cita textualmente el
informe. Por lo tanto, se exige a la peque-
129
 En la práctica
ña compañía eléctrica, de forma rotunda
y clara, dar curso a la solicitud del insta-
lador sin más dilación.
El Ministerio de Industria anula la
solicitud
Con ello debería poderse dar carpeta-
zo al tema. Pero la casualidad pone un as
en la manga de Moro Benito. Mientras
se va desarrollando el proceso, el 25 de
mayo de 2007 se aprueba en España el
nuevo Real Decreto 661/2007 sobre la in-
130
yección a la red. El nuevo Decreto exige la
presentación de un aval de 500 euros por
kilovatio para los puntos de inyección,
también para las instalaciones en plani-
ficación, cuya petición de inyección a red
se presentara incluso antes del verano de
2007. Todos los solicitantes disponen de
un plazo de tres meses para presentar el
mencionado aval. Sin informar a Álvarez
sobre esta novedad, Moro Benito espera
a que transcurra el plazo... y tiene suer-
te: Álvarez incumple la obligación de pre-
¿Qué puede salir mal aquí? Así pensaba
el instalador José Mari Álvarez, cuando
solicitó el acceso a la red para una insta-
lación de 100 kilovatios. Resultado: una
pesadilla burocrática.
sentar el aval a la compañía.
Moro Benito presenta el 24 de
agosto de 2007, justo un día
antes de que finalizara el pla-
zo para los avales, su recurso
contra la reprimenda de la De-
legación de Industria. En ella
también reclama la ausencia
del aval que debe presentar Ál-
varez. »Jamás hubiésemos lle-
gado a esta situación, si Moro
Benito hubiera actuado co-
rrectamente«, se escandaliza
Álvarez. Y vuelve a pasar el
tiempo, mucho tiempo.
El 28 de febrero de 2008,
dos años largos desde su pri-
mera solicitud correcta, llega
la respuesta al recurso de la
compañía eléctrica: los argu-
mentos técnicos presentados
por la empresa Moro Benito
vuelven a ser rechazados, pero
ahora debe aportarse el aval,
ya que el nuevo Decreto de in-
yección así lo exige. Las solici-
tudes del propietario de la ins-
talación en ciernes se anulan
por la Delegación de Industria
local de manera formalmente
correcta por falta de aval. Al
final del comunicado se in-
dica, no obstante, que puede
volver a presentar en cual-
quier momento la solicitud,
acompañada de un aval, con
visos de tener éxito.
El asunto llega a
los tribunales
La gota colma el vaso y Ál-
varez lleva a Benito Moro a
los tribunales. Pues junto a
las muchas molestias tiene ahora un gran
problema económico: la construcción de
su instalación se ha retrasado dos años.
Si hubiera recibido el punto de inyección
a los dos meses, como estaba legalmente
prescrito, el instalador hubiera acabado su
instalación en 2006 y hubiera disfrutado
de la remuneración válida hasta septiem-
bre de 2008 de 44 céntimos por kilova-
tio hora para las instalaciones sobre sue-
lo. La planificación se ha ido al garete, ya
es imposible de cumplir, por lo que Álva-
PHOTON Junio 2008

El instalador posa para nosotros: José Mari Álvarez había puesto sus expectativas de ganar dinero en la soleada Salamanca, hasta que le pusieron freno al proyecto.
rez debe conformarse ahora con bastan-
te menos dinero por la venta de energía
solar. Pues el Gobierno reduce a partir de
septiembre la remuneración para instala-
ciones sobre suelo de 44 céntimos a unos
previsibles 31 céntimos por kilovatio hora
(PHOTON 4-2008). Para Álvarez significa
esto, en el peor de los casos, que con una
duración de remuneración de 25 años y
una producción de 1.500 kilovatios hora
por cada kilovatio instalado, pierde un to-
tal de 487.500 euros en comparación con
la remuneración aún hoy aplicable.
El Dr. Jochen Beckmann, abogado ex-
perto en temas de fotovoltaica del des-
pacho de abogados Völker & Partner,
ubicado en Barcelona, está convencido
de que Álvarez tiene razón: »Tiene dere-
cho a reclamar daños y perjuicios, pues
el Ministerio dejó bien claro en el proce-
dimiento administrativo, quién provocó
el retraso; aunque los importes son difí-
ciles de calcular«, dice Beckmann. »Por
un lado, porque el interesado no obtuvo
el aval a partir de mediados de 2007, y
por el otro, porque el daño es puramente
hipotético, ya que el recorte en la remu-
PHOTON Junio 2008
neración prevista para otoño de 2008 aún
no ha sido formalmente decidido por el
Gobierno español y, además, la instala-
ción aún no ha sido construida«. Lo me-
jor en este caso sería que el instalador hi-
ciera que el derecho a indemnización se
determinase judicialmente »en cuanto al
fondo«. Si queda establecido que el prin-
cipal causante del daño es el proveedor
de la red, entonces es aconsejable nego-
ciar de nuevo desde una postura inicial
fuerte para alcanzar una solución rápida
y atractiva. »A fin de cuentas, la perspec-
tiva de tener que convivir 25 años con
las pataletas de una pequeña compañía
eléctrica no es precisamente halagüeña«,
comenta Beckmann.
Por ahora, todo señala hacia un con-
flicto. Vicente Moro Benito, administra-
dor de Eléctrica Moro Benito SL, respon-
de a instancias nuestras que la solicitud
de Álvarez era incompleta. También co-
menta que no se podía conectar la poten-
cia fotovoltaica por falta de capacidad de
la red. A Moro Benito no parece interesar-
le que el Ministerio de Industria opinara
todo lo contrario.
ıı
Ignacio Evangelista / photon-pictures.com (2)
El proveedor de la red abandona así su
argumentación hasta la fecha y se basa
ahora en la falta de capacidad de la red,
la única razón desde el punto de vista ju-
rídico-energético por el cual se puede re-
chazar un acceso a la red (art. 41 de la Ley
Eléctrica de 2007). Dudamos que con este
argumento llegue a convencer al juez,
pues la Comisión Nacional de Energía, la
máxima instancia en estas cuestiones, ya
obligó dos veces el pasado año a la empre-
sa Unión Fenosa en Castilla-La Mancha a
conceder de inmediato el acceso a la red a
propietarios locales de instalaciones. En
ambos casos, Unión Fenosa se justificó
con una falta de capacidad de la red, sin
poderlo demostrar en detalle.
Álvarez espera ahora que los jueces del
Juzgado de Primera Instancia de Vitigu-
dino (Salamanca) le ayuden a esclarecer
esta injusticia. Allí, en su terreno baldío,
en ese pueblecito con el bonito nombre
de »Dios Le Guarde«, no tiene pinta de
estar muy bien protegido. Pero no ha per-
dido la esperanza de recibir el apoyo de-
seado, pues, como bien dice Álvarez: »La
situación clama al cielo«.  Ralf Gellings
131