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LA SENDA DEL DOLOR:

EL ADVENIMIENTO DEL ISLAM EN RUSIA A TRAVÉS DE LA INVASIÓN DE LA


HORDA DORADA.

L
as extensas estepas rusas han presenciado el transcurrir de los siglos sin inmutarse por
ello, a pesar de que ríos de sangre hayan corrido sobre ellas. Así pues, las mayores
calamidades de la historia pueden encontrar su eco en dichas estepas, así como grandes
momentos de heroísmo y violencia desenfrenada, tal como sucedió en Stalingrad y Kursk
durante la Gran Guerra Patria1, o como le sucedió a Napoleón y su ejército que fueron batidos por el
brutal invierno.

Rusia al ser un país tan vasto y lleno de riquezas se ha convertido el objetivo de toda clase de
pueblos, ya sean suecos, alemanes o franceses, los cuales han fracasado estrepitosamente en subyugar a
los eslavos. Sin embargo, en la gran historia de proezas cometidas por el pueblo ruso existe una
mancha que brilla por su importancia. Dicha mancha es la invasión y conquista por parte del Imperio
Mongol del antiguo reino de Kiev – patria primigenia de los eslavos rusos, ucranianos y bielorrusos – ,
la cual no solo fue trascendental para el acenso del futuro imperio moscovita, si no que dejó
consecuencias en apariencia menores pero que han continuado con el baño de sangre al que están
sometidas las estepas.

Una de dichas consecuencias fue la llegada del Islam y su escasa pero importante herencia.

Rusia antes de la invasión mongola.

La Kievskaya Rus o Rus de Kiev fue fundada en el siglo IX por algunas tribus eslavas orientales
sometidas por el mercenario varego Rurik, extendiéndose en los siglos posteriores hasta constituirse
como el mayor estado feudal europeo. Así pues, Kiev en sus inicios fue constituido como un estado
multicultural, aunque el elemento eslavo terminó prevaleciendo, más no la religión donde predominó el

1 Nombre como se le conoce en Rusia a la Segunda Guerra Mundial.


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cristianismo ortodoxo de la mano de Bizancio. 2

Dicho estado feudal prosperó por algunos siglos, teniendo como principal fuente de ingresos el
comercio con Bizancio, pero entre los siglos XI y XII comenzó a fragmentarse en pequeños
principados que constantemente se disputaban la posesión de tierras y otros bienes 3.

Así pues, sin un poder central estable las estepas rusas se convirtieron en un blanco fácil para una
fuerza militar sin precedentes que se avecinaba desde las remotas – pero conectas – estepas de Asia
Central.

La herencia del gran Kan.

Aproximadamente en 1150 nació Temujin, hijo de un jefe tribal de bajo rango. Temujin perdería a su
padre y con el paso del tiempo se convertiría en un hombre poderoso, a tal grado que lograría unificar
a todas las tribus de su mismo grupo étnico bajo una sola denominación: Mongol. A su vez, Temujin se
haría del máximo título que pudiese ostentar cualquier lider de dicha etnia: Chingis Kan. 4

A partir de este punto los mongoles comienzan a conquistar a los pueblos vecinos, atacando
primeramente a China y sometiendo a los reinos bárbaros del norte. Después el siguiente objetivo del
gran Kan fue el Imperio Celyúcida, cuya invasión se y destrucción se dio por una supuesta ofensa del
califa Ala Eddin Mohammed contra algunos comerciantes mongoles 5.

Estas conquistas acercaron bastante a las hordas mongolas a Europa, de cuyas tierras se sabía por
rumores que había buenas riquezas para saquear, y la única vía por la que los mongoles podían alcanzar
Europa era a través de Rusia.

La Horda de Oro invade Rusia.

2 SHLOSBERG M, Historia de la URSS I: Desde la antigüedad hasta la Gran Revolución Socialista de Octubre,
traducción de L. Vladov, 2º Ed., Moscú, Progreso, 1977, pp. 22-51.
3 SAJAROV A. El al. , Historia de la URSS, Ensayo, traducción de L. Vladov y E. Glazatova, Moscú, Ediciones en
Lenguas Extranjeras, 1969, pp. 31-34.
4 MARTINELLI Franco, Historia de Rusia I: Desde los Legendarios Inicios hasta los Grandes Zares, Barcelona, De
Vecchi, 1973, pp. 175-183.
5 Ibid., pp. 187-193.
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Mientras los príncipes rusos peleaban entre sí por codicia los mongoles se curtían en el arte de la
guerra contra todo tipo de estados aparentemente superiores en cultura, por lo que lo que habría de
ocurrir en Rusia no sería del todo novedoso, considerando que hasta el momento los mongoles no
habían sufrido derrota alguna que fuese tan drástica como para frenarles en sus campañas de conquista.

Al morir Chingis Kan quedó a la cabeza del imperio su hijo Ogedei, mientras que al resto les
correspondieron cargos de gobierno provinciales. Ya cerca de Rusia Batu – otro hijo de Chingis Kan –
heredó lo que se conocía como la horda azul, la cual pondría Batu al cargo del general Sabutai.

Sabutai reclutó durante sus campañas en las regiones circundantes a la otrora Rus de Kiev a todo tipo
de grupos étnicos con capacidades guerreras, como algunos turcos y cosacos. Sus primeras incursiones
en Europa Oriental se dieron cuando aun vivía Chingis Kan, pero al morir este Sabutai tuvo que
participar en la elección del Kan Ogedei, por lo que retomaría sus invasión después. Entre 1237 y 1241
Sabutai lanzó una serie de campañas que sometieron a la mayor parte de principados rusos, con
excepción de Novgorod donde el príncipe Aleksandr Yaroslavich Nevsky logró mantener pactos de
conveniencia con los mongoles. Así, justo cuando Sabutai planeaba lanzar su ofensiva final contra
Europa Occidental a través de Rusia y Polonia llega la noticia de la muerte prematura de Ogedei, por lo
que Sabutai regresa a Mongolia a participar en la sucesión del Kan. En 1242 regresaría a sus dominios
en Europa Oriental y fundaría la Horda de Oro como un poder sometido al Kan en Mongolia, pero con
cierta autonomía que devino rápidamente en independencia. 6

La conversión al Islam de la horda.

Una vez establecida la Horda Dorada los mongoles se dedicaron a continuar sus campañas de saqueo
en las regiones vecinas, más no pudieron realizar conquistas mayores como en tiempos pasados. Así
pues, su estilo de vida no influyó mucho en los rusos eslavos, a los cuales les permitían continuar con
sus propios asuntos a cambio de tributo.7

Así establecidas las cosas los mongoles se fueron desvinculando del poder central en Mongolia y se
consolidaron como un poder más local que el apéndice de un poder internacional. En dicha situación

6 Ibid., pp. 195-227.


7 PRAWDIN Michael, Rusia: Biografía de un Pueblo., traducción de Antonio Tomás Todoli, Barcelona, Juventud, 1956,
pp. 58.
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los mongoles practicaban diversas religiones, siendo el budismo y algunas prácticas shamánicas las
más importantes, aunque existían también algunos cristianos de diversa índole y algunos musulmanes,
esto debido a que los mongoles eran muy tolerantes con las religiones de los pueblos que sometían.
Aún así, mientras los mongoles pasaban más tiempo en sus dominios más iban perdiendo algunas de
sus características de mongoles originales, esto debido a su heterogeneidad, y por ello la conversión a
alguna religión de peso sería algo lógico, especialmente si el estado se encontraba en proceso de
formación y una religión daba la posibilidad de dar cohesión al grupo dominante.

Durante el reinado de Usbeg Kan, entre 1313 y 1341 se daría la conversión mongola al Islam. Esto
tiene una explicación en buena medida de corte político, pues se sabe que algunos nobles de tradición
budista planeaban derrocarle, a lo cual Usbeg Kan se convierte al Islam. Con esto se cortan los vínculos
con el poder central budista en Mongolia y China, lo que elimina las pretensiones golpista, además de
que era necesario adaptarse a las circunstancias donde varios guerreros de diversas etnias ya estaban
comenzando a profesar el Islam.8

A raíz de esto sería aun más difícil la integración de los mongoles con los rusos, pues no solo diferían
ya en costumbres, sino también en religiones, lo cual aumentaría la futura enemistad entre ambos.

Los azotes de Tamerlán e Iván IV.

Al igual que los principados rusos, la horda se fue sumiendo en sus propias disputas, lo cual la fue
haciendo débil ante los reconfigurados principados rusos, de los cuales Novgorod llevaba en principio
la ventaja sobre los mongoles, pero sería después Moscú la fuerza que extinguiría los últimos destellos
de la Horda.

Antes de esto, entre 1380 y 1385 el poder de la Horda se disolvió considerablemente, primero por la
sublevación definitiva de Moscú y después por la irrupción de Tamerlán, un caudillo descendiente del
extinto Imperio Mongol, el cual tomó parte en la lucha de poder que se dio conforme se desintegraba el
imperio. Así, Tamerlán en sus ansias de expansión acabó con la Horda, de cuyos restos a la muerte de
Tamerlán surgieron los pequeños kanatos de Kazan, Astracán, Crimea y Siberia.9 Dichos kanatos no

8 HOWORT Henry Hoyle, History of the Mongols II: From The 9th Century to the 19th Century, Berkeley, University of
California Press, 1965, pp. 172.
9 MARTINELLI Franco, Op. Cit., pp. 253-266.
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pervivirían mucho, pues entre 1552 y 1556 el Zar del naciente Imperio Ruso Iván IV arrasaría con
Kazan y Astracán, dejando la conquista de Siberia como un acto continuo del resto de su reinado. Con
esto comenzaba oficialmente la expansión de Rusia como un superimperio, además de que
políticamente aniquilaba a los últimos remansos de la presencia mongola en Rusia. 10

Legado de la presencia mongola en Rusia.

Con Iván Iv acabaría la mayor parte de la presencia mongola en Rusia, ya que el kanato de Crimea
que sobrevivió hasta tiempos de Catalina “la Grande”, pero este kanato quedaría reducido con el
tiempo hasta convertirse en un vasallo del Imperio Otomano, lo cual abriría las puertas al conflicto
entre rusos y turcos que prácticamente no terminaría hasta con la desaparición de ambos imperios al
término de la Primera Guerra Mundial. Así quedaba abierto un frente continuo contra una potencia
islámica, generado por el control de un remanso islámico cerca del corazón de la tierra natal de los
rusos – Kiev –.

Por otro lado, más importante resulta el hecho de que los mongoles si bien no pudieron diseminar el
Islam entre los rusos ortodoxos, pero si pudieron con otras etnias que quedaron englobadas en lo que
sería el Imperio Ruso. Así, Algunas étnicas como la tártara y la cosaca seguirían presentando elementos
mongoles en su cultura, y la afiliación al Islam por buena parte de sus integrantes traería consigo
conflictos importantes. Un ejemplo de esto lo es el apoyo prestado por los cosacos a los nazis durante
la Gran Guerra Patria, debido a la represión del gobierno soviético contra estas etnias minoritarias y sus
fuertes creencias que contrastaban con los ideales marxistas de la URSS.

Otro caso más latente aún es respecto al conflicto en Chechenia, lugar al que primero los mongoles,
después los cosacos y otras etnias arribaron, trayendo e inculcando el Islam consigo. Así, en Rusia aun
existen pequeños núcleos étnicos con algún tipo de descendencia de la Horda Dorada, los cuales (como
los chechenios) han llevado al extremo sus pretensiones de forjarse sus propios destinos, tal como lo
hicieron los invasores mongoles en las ancestrales estepas rusas, hoy dominadas por un gobierno con
pretensiones paneslavistas, en las que la idea de una etnia independizada es totalmente inaceptable –
más aun si dicha etnia tiene rasgos mongoloides y reza en dirección a la Meca y no hacia el Kremlin –.

10 SCHLOSBERG M., Op. Cit., pp. 75-117.

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