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Los sueños pueden ser vistos como una sucesión de imágenes inconexas, aparentemente
sin sentido, reflejo de una actividad mental que no cesa completamente mientras el
cuerpo descansa. Pero en realidad, son mucho más que eso. Los sueños son, en primer
lugar, la conexión más directa que tenemos con nuestro inconsciente. Nuestra mente
conciente es como la pequeña punta de un iceberg que aflora a la superficie. Luego
tenemos el preconciente, y por debajo, una enorme masa oculta, que ocupa
aproximadamente el 80% de nuestra psique, y ésta es precisamente nuestra mente
inconsciente.
En ella almacenamos toda la información que percibimos desde que nacemos. De hecho,
si no podemos recordarlo todo concientemente no es por una falla de "almacenamiento"
sino por una falla en la recuperación de la información. Si luego de subir una escalera nos
preguntan cuantos escalones hemos subido, no lo sabremos. Pero bajo hipnosis podremos
recordarlo con precisión.
Mientras que la mente conciente es intermitente y se apaga cada noche cuando nos vamos
a dormir, el inconsciente permanece despierto las 24 horas, sin descansar. Y es durante
las horas del sueño, cuando la conciencia calla, cuando mejor podemos escucharlo.
Así, hay gente que se propone usar los sueños a su favor, mediante técnicas sencillas de
interpretación. Por ejemplo, antes de ir a dormir se concentran y piensan: "El sueño de
esta noche me dará la respuesta a x interrogante de mi vida ". Al despertar, recordando la
pregunta que uno le hizo a su inconsciente, y mirando al sueño que hemos tenido con esa
lupa, encontraremos una respuesta que viene directamente de las profundidades de
nuestra mente.
Pero si bien los sueños REM comunes son importantes, y nos ayudan a conocernos
mejor, ya sea que formulemos o no preguntas antes de tenerlos, el mundo onírico nos
abre la puerta a un universo aún mucho más apasionante: Los sueños lúcidos (o sueños
concientes).
¿Nunca les ha pasado que mientras soñaban se daban cuenta de que estaban soñando, y
permanecían en el sueño, aunque con la conciencia típica del estado de vigilia?
La mayoría de las personas han tenido al menos alguna vez este tipo de experiencia
espontáneamente. Se trata de un estado de conciencia distinto (no es ni sueño ni vigilia)
con ondas cerebrales de características totalmente distintas a las del sueño REM no
conciente.
A partir del momento en que tomamos conciencia de estar dentro de un sueño, tomamos
también el control de nuestro sueño y se abre un abanico infinito de cosas que podemos
hacer. Nuestro inconsciente se despliega ante nuestros ojos y allí estamos nosotros, con
todas nuestras luces, para navegar concientemente dentro de él.
Pero la primera y principal causa que hace de la lucidez una herramienta fundamental
para manejarnos por los sueños son las temibles pesadillas, y sueños desagradables.
A veces, mientras dormimos, el inconsciente nos juega una mala pasada, y nuestro sueño
nos tortura con los peores sufrimientos. Inadvertidos de que es una ficción, nos
preocupamos y atormentamos como si fuera la vida real, y el alivio recién llega al
despertar.
Son "sólo sueños" pero sin embargo nos conmueven desde lo más profundo. Quizás
despertamos sobresaltados, el corazón nos late fuerte, y hasta tenemos ganas de llorar. En
fin, son una verdadera pesadilla.
Si en una pesadilla nos damos cuenta de que estamos soñando (y como ya verán esto es
fácil con un poco de práctica) primero nos tranquilizamos: sabemos que lo malo que ha
sucedido o está sucediendo no es real. Luego que nos reafianzamos en la lucidez, estamos
en condiciones de tomar control del sueño. Así, podemos despertarnos si lo deseamos o,
mejor aún, ejercer nuestro poder para transformar el sueño en lo que más deseemos. Los
monstruos y las desgracias dejadas atrás, podemos sumergirnos en un sueño maravilloso
y... ¡Pesadilla terminada!
Más allá de esta función "de rescate" los sueños lúcidos sirven también para:
Simplemente al tomar conciencia nos dedicamos a hacer lo que nos gusta: volar
por los aires, flotar en el agua sin necesidad de respirar, pasear por los lugares más
hermosos, comer los mejores manjares, encontrarnos con la gente que queramos,
concretar las aventuras románticas más esperadas... En nuestros sueños lúcidos somos
como "magos". Cuando aprendemos a ejercer el poder podemos lograr lo que sea que
deseemos. ¡Los límites sólo los pone la imaginación!
Para cualquier tipo de arte los sueños lúcidos pueden ser una excelente fuente de
inspiración. Con la práctica necesaria para recordar lo que se crea dentro del sueño, y la
suficiente concentración como para programarse antes de dormir a crear ni bien se
adquiera el estado de lucidez, encontramos una puerta abierta a nuestro centro creador,
mucho más directa que la que tenemos en estado de vigilia. Muchos pintores, poetas y
músicos utilizan esta técnica. Y a su vez, la mayoría de las personas que buscan y
consiguen tener sueños lúcidos con regularidad tienen una faceta artística. Son dos cosas
muy relacionadas.
"Quiero que aparezca una tela en blanco y pinturas" y comenzar a pintar. O se hace
aparecer el instrumento que uno toca y se compone una canción. O un lápiz y papel y
escribimos un cuento, poesía, composición, o un capítulo de nuestra novela.
La creatividad surge increíblemente sin trabas, y a toda velocidad. Porque estamos allí, al
lado de nuestro inconsciente, sin intermediarios.
La otra técnica es encontrar las cosas ya creadas. Por ejemplo "Quiero ver un cuadro
hermoso" o escuchar una melodía, o "ver en la tele" una buena historia. Esas también son
creaciones nuestras, aunque en el momento nos lleguen como ajenas. Sobre estas,
tenemos aún menos control conciente por lo que suelen salir cosas loquísimas,
surrealistas, extrañas, y a veces de gran valor artístico.
-Comunicarme durante el sueño con alguna persona cercana, decirle algo, y luego al
despertar inquirirle sobre lo que le dije.
-Buscar información que me era imposible conocer, como ir a un determinado museo que
nunca visité y leer algún cartel, para después chequearlo.
-Compartir el sueño con otra persona (que sueñe lo mismo al mismo tiempo).
-Ir al futuro.
-Ir a mis vidas pasadas. (En estas experiencias siempre perdí la lucidez volviendo a un
sueño onírico común y corriente. Se ve que me faltó concentración, o que no es un buen
método)
Otra apasionante posibilidad que nos brindan nuestros sueños lúcidos es la de educar los
aspectos de nuestra personalidad que deseemos mejorar, aprovechando la cercanía al
inconsciente, que nos facilita trabajarlo mucho más directamente. Es un método
altamente recomendado para la superación de fobias.
Aquel que le tiene miedo a las alturas -por ejemplo- puede entrenarse escalando
montañas... en los sueños. Llegará un momento en que al despertar ya se sienta lo
suficientemente seguro y confiado como para intentarlo el la vigilia. El tímido puede
intentar en su sueño asistir a grandes reuniones y hacer chistes, o dar una charla en
público. El eterno enamorado ensayar diversas formas de declararse. El que necesite
practicar el autocontrol, la tolerancia, la empatía, o lo que sea, puede definir sus propias
metas y ejercitarlas en los sueños.
Previamente es fundamental tener una idea de a donde deseamos llegar. Qué aspectos
queremos mejorar, y entrar en una campaña global para hacerlo. Luego los sueños nos
brindan un escenario ideal para nuestra práctica: nadie nos juzga, nadie se sorprende,
somos completamente libres porque sabemos que lo que sucede no es real. Y el cambio
en nuestra personalidad se va forjando desde adentro, desde donde el cerebro es más
vulnerable a cambiar. Se nos abre así una puerta que nos permite abarcar aquellos
aspectos negativos que con nuestros simples ejercicios diurnos parecían imposibles de
mejorar.
• El tercer método, que estoy utilizando últimamente, es similar al WILD pero con
la diferencia de que es más sencillo de lograr y no tan intenso porque al igual que
el DILD tiene más elementos oníricos puros. Se llama MILD (Mnemonic Induced
Lucid Dreams) y consiste en interrumpir el sueño en medio de la mañana,
recordarlo con detalle, y luego de un rato (se recomienda media hora) volver a
acostarse y "entrar" nuevamente en el sueño, pero ahora con conciencia. Cuando
uno está medio dormido, recordar el sueño conduce a volver a él. Es
recomendable, en esos minutos en que nos levantamos, hacer actividades que
despierten nuestro hemisferio izquierdo (el de la mente lógica) mientras el cuerpo
permanece cansado. Para ello, podemos jugar una partidita de ajedrez, leer con
concentración, trabajar un rato, o más sencillo, hacer algunas cuentas
mentalmente. Luego volvemos a la cama y el ejercicio que hay que hacer es
similar al del WILD en el sentido de que hay que procurar entrar en REM sin
perder la conciencia. Pero hace falta mucha menos relajación, porque veníamos
soñando, y estamos muy cansados. El sueño nos tira, no tenemos que provocarlo.
Claro que no será nada divertido ponerse el despertador y levantarse media hora a
las 6-7 de la mañana sólo para esto. Yo lo hago porque tengo que levantarme para
cumplir ciertas obligaciones. Luego de cumplimentarlas puedo volver a la cama,
así que ahí aprovecho para intentar mis MILDS.
En el sueño pasan cosas muy raras, que con nuestra lucidez normal deberían delatarnos
que estamos soñando. Pero a pesar de eso, la mayoría de las veces no nos damos cuenta.
Tomamos todo como viene, creyendo que los acontecimientos más inverosímiles son
verdaderos y al despertar nos preguntamos: "¿Como no me avivé de que era un sueño?
¡¡Era tan obvio!!" Como todo, esto se puede entrenar. Y el primer paso es realizar
"chequeos de realidad" y tener claras las "señales de sueños"
• Chequeos de realidad:
Estas pruebas no sólo nos ayudan a determinar que estamos en estado de sueño y
no de vigilia, sino que también sirven para "convencernos" de que estamos
soñando y aumentar nuestra lucidez.
• Señales de sueños
Pero además de estas clásicas señales de sueños, cada uno puede tener las suyas
propias. Se trata de reconocer aquellas cosas con las que solemos soñar y
proponernos la próxima vez que las vivamos, hacer un chequeo de realidad. Yo
por ejemplo solía soñar con una ola gigante que inundaba toda la ciudad. Llegado
un punto, lo reconocí como señal de sueño y nunca más logró asustarme. También
sueño que estoy dando exámenes en la facultad cuando ya hace años me recibí.
Otras señales personales de sueños podrían ser, por ejemplo:
Estos últimos son muy personales, por eso no tiene mucho sentido seguirlos
mencionando. Lo que sugiero es llevar un diario de sueños (yo lo hice durante
todo un año) y luego analizarlo en búsqueda de tus señales personales de sueños:
aquellos signos recurrentes que debieras programarte a reconocer como oníricos
para que te lleven a la lucidez.
Un buen truco para que esto no suceda es comenzar a girar nuestro cuerpo onírico sobre
sí mismo (como la mujer maravilla) concentrándonos en aumentar la lucidez.
Mientras giramos nos repetimos: "Estoy en un sueño, yo sé que este es mi sueño, quiero
manejarlo, quiero aumentar y fortalecer mi lucidez"
Cada vez que sentimos que el sueño nos está envolviendo podemos hacerlo nuevamente,
para no perder el estado de lucidez.
También esta técnica de girar es buena cuando deseamos cambiar de escenario. Nos
decimos "Cuando termine de girar voy a estar en un jardín hermoso con toda mi familia"
o "Voy a despegar en un vuelo hacia la luna"
Por otro lado, cuando en un sueño lúcido estamos poniendo demasiada concentración,
como por ejemplo intentando resolver un problema matemático o guardar en la memoria
para cuando despertemos una frase larga y precisa, o toda una canción, la mente se siente
sobreexigida y corremos el riesgo de despertar. Por eso, cuando sentimos que esto está
por suceder, es mejor dar unas vueltas y dedicarnos a tareas sencillas como volar un rato,
para relajar la tensión, y en una de esas, si no nos olvidamos, volver a nuestra dificultosa
tarea más tarde.
Nos acostamos boca arriba, con los brazos al costado del cuerpo, las palmas hacia arriba.
Podemos juntar los dedos índices con los pulgares. La cabeza levemente levantada por
una almohada bien cómoda. Distendemos todos los músculos, nos aseguramos de que las
mandíbulas no estén haciendo presión, y que la lengua no se apoye contra el paladar.
Luego visualizamos una luz muy brillante y buena, de color verde fluorescente. La vemos
acercarse a nuestra cabeza y penetrar en ella. Es una luz que alivia las tensiones, y cura
las dolencias.
Con cada respiración va recorriendo nuestro cuerpo dejándolo luminoso y relajado. Muy
lentamente recorre cabeza, cuello, hombros, brazos... todos los órganos internos, de
arriba hacia abajo para culminar, en el tiempo que necesitemos, por la punta de los pies.
Cuando hemos terminado, vemos brillar todo nuestro cuerpo entero, sientiendonos en un
total estado de relajación.
En este punto hay dos caminos inversos para seguir, pero que, paradójicamente, a mí por
lo menos me conducen al mismo resultado. Puede ser sentirse muy liviano, o por el
contrario sentirse muy pesado. El cuerpo pide una de las dos alternativas. Si vemos que
tiende a la liviandad, vamos haciéndonos tan livianos que sentimos que flotamos. Si
vemos que nos pide rigidez, nos sentimos tan duros que no podemos movernos aunque lo
deseemos. Sentimos que todos los músculos están rígidos y que el cuerpo nos pesa
muchísimo sobre la cama.
Luego de unos instantes de seguir en ese estado, además de las voces se empiezan a
formar imágenes dinámicas. Esa es la señal de que estamos por entrar en sueño REM. El
desafío es adentrarse en ellas, no dejarlas ir.
Cuando logramos hacer vívida y continuada una de esas escenas vamos sumergiéndonos
en un sueño, y debemos procurar no perder la continuidad de la conciencia cuando
finalmente entremos en él.
"Me estoy quedando dormido, la imagen que veo es un sueño, quiero entrar en él" Nos
decimos. Y si vemos a nuestro cuerpo onírico (a la imagen de nuestro propio cuerpo) nos
sumergimos en él, y lo hacemos girar como describí en el punto anterior, diciendo: "No
debo olvidarme de que este es un sueño, yo tengo el control, yo lo manejo como quiera"
¿Peligros?
Me gustaría decir, como lo hacen casi todas las publicaciones que hablan sobre el tema,
que la práctica frecuente de sueños lúcidos no tiene ninguna contraindicación u efecto
adverso. Pero mi experiencia me indica que -si bien no se trata de nada demasiado grave-
hay ciertos riesgos de los que hay que estar concientes para su buen manejo:
Esto sólo puede ocurrirle a aquellos que tienen cierta predisposición a la locura.
La vivencia de experiencias demasiado realistas pueden hacer que algunos
confundan la realidad con la ficción. Esto desde ya no representa riesgo alguno
para el común de la gente, ya que se trata de estados de conciencia muy distintos
y fácilmente reconocibles por la mente sana.
"Aquí sólo llegan los elegidos y tu no has sido invitado. Más vale que si vuelves
sepas para qué lo haces, porque si sigues haciendo tonterías como volar o hacer
desaparecer cositas, puede ser muy peligroso para ti. Es una advertencia!!"
Personalmente he sido escarmentada por este tipo de mensajes más de una vez,
sobre todo en WILDS. A pesar de todo aquí estoy, persistiendo. Porque creo que
se trata simplemente de voces generadas por nuestro inconsciente, que nos quiere
poner a prueba, y guiarnos sobre qué deseamos hacer de nuestros sueños lúcidos.
Con sueños de "escuela nocturna", por ejemplo, jamás me ha sucedido algo así.
• Molestar a la familia
Además, al profundizar en estas prácticas los sueños se hacen más vívidos. Por
eso podemos hablar por las noches, emitir sonidos, despertarnos sobresaltados, lo
cual puede molestar a nuestro compañero de cama.
Por lo tanto, si uno va a abocarse a esto, es importante poner las cosas en su lugar:
en primer término la familia.
• No descansar bien
Por último, la mente necesita descansar, y los sueños REM normales cumplen una
función muy importante en este descanso. Si dedicamos todos nuestros sueños a
explorar las fronteras de la conciencia, podemos sentirnos muy cansados y
hacernos daño a largo plazo. Por tal motivo recomiendo no tener sueños lúcidos
todos los días, o si lo hacemos, tener sueños lúcidos tranquilos y amenos que
requieran poca concentración, y dejar los "ejercicios difíciles" para una o dos
veces por semana.
No, no lo somos. En nuestros sueños concientes podemos hace muchas, muchas cosas,
por ejemplo:
- Volar
- Atravesar muros o espejos
- Movilizar objetos con la mente
- Cambiar el entorno/ paisaje
- Hacer aparecer/desaparecer gente- objetos
- Resolver problemas matemáticos simples
- Leer y recordar lo que se leyó
- Recordar lo que uno se propone hacer en su SL antes de dormirse
- Hablar en voz alta con alguien de afuera sin despertarse
Pero a veces estas cosas se nos hacen difíciles. Uno intenta volar, por ejemplo, pero no
puede. Las cosas pueden no salirnos como deseamos. Si esto sucede, hay varias cosas que
podemos hacer para aumentar nuestro control:
- Dar órdenes en voz alta "¡Que esta persona desaparezca ya!" "¡Quiero volar!"
- Tener fe. Si estamos convencidos de que podemos hacer algo, podremos! Si las cosas
no nos salen es por falta de confianza. Decirnos: "Este es mi sueño y yo tengo el control,
lo que sea que desee puedo lograrlo!!"
- Si seguimos con poco control, es cuestión de girar y girar diciéndonos "Me estoy
cargando de poder, cuando deje de girar voy a poder ..."
Hay cosas, sin embargo, que escapan a nuestro control inevitablemente, siendo la más
importante de todas el comportamiento de los distintos personajes que aparecen en
nuestros sueños. Podemos "sugestionarlos" si queremos. Pero lo que digan o hagan va a
depender en última instancia de "ellos" y no de "nosotros". En nuestros sueños lúcidos, al
igual que en los sueños REM comunes, tenemos únicamente control sobre nuestras
palabras y acciones, y no sobre las ajenas.
Aquí un pequeño listado de ideas para hacer en tus SL clasificados según las
finalidades descritas anteriormente. Bienvenidas todas las nuevas ideas que puedan
enviarme!!!
Atentamente,
Ing. Mariana Vernieri
marianave@unicavia.com