Você está na página 1de 4

LA NIÑA DE LAS CERIAS

PERSONAJES:

PAPA

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS

NIÑO

MUJER CON NIÑA

NIÑA

HOMBRE

MUJER DESAMPARADA

ABUELA

HOMBRE EN LA CALLE

MUJER EN LA CALLE

GENTE DE COMPRAS

GUION:

ESCENA I – EN LA CASA DE LA PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS

(Es una noche fría y esta nevando)

PAPA: Es hora de que te vayas a vender cerillos, y no regreses a casa hasta que los hayas vendido todos.
¿Entendiste?.

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: Si papa, te entendí.

PAPA: Y recuerda que todos cenaremos con el dinero de esos cerillos.

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: ¡Tengo tanta hambre!.

PAPA: Todos tenemos hambre. Llévate los cerillos, te estaremos esperando.

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: Adiós, papa.

PAPA: Ahora vete antes de que tu mama se despierte.

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: Oh, quisiera darle un beso antes de irme, papa.

PAPA: Te dije que esta dormida, ya vete.


(La niña se pone los zapatos de su mama y sale)

ESCENA II – EN LA CALLE

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: Tengo tanto frío y estos zapatos están tan grandes que no me
protegen del frío. Como quisiera tener mis propios zapatos para no tener que ponerme los de mi mama.

(Cruza la calle corriendo, y en su prisa pierde sus zapatos y los empieza a buscar)

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: ¡Oh no!. ¿Que hare?. No puedo encontrarlos, por favor, alguien,
ayúdeme.

NIÑO: ¿Que buscas?.

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: ¡Perdí mis zapatos, por favor ayúdame a encontarlos!.

NIÑO: Claro, no te preocupes, déjame ver. ¡Mira, encontre uno!.

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: ¡Oh gracias!.

NIÑO: No tan rápido. Ahora me pertenece a mi, lo usare como cuna para cuando tenga mis propios
hijos. ¡Nos vemos!.

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: ¡Por favor, no!.

(El niño se aleja corriendo. La niña se queda sin zapatos. Trae los cerillos en la mano. Se queda parada en
la banqueta. La gente que va de compras pasa por donde ella esta parada)

MUJER CON NIÑA: Cariño, ¿Te gusto lo que te compre en la juguetería?.

NIÑA: Ah, si mama, la muñeca esta muy bonita, gracias. Y el vestido esta hermoso.

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: Señora, ¿le gustaría comprar unos cerillos?. Por favor, son los
mejores.

MUJER CON NIÑA: No, no necesito cerillos, y aléjate de mi hija.

NIÑA: !Mama esta niña esta muy sucia, y huele muy feo!.

MUJER CON NIÑA: Lo se cariño, caminemos rápido. No se como dejan que este tipo de gente este en la
calle entre la gente decente en esta noche tan hermosa.

NIÑA: Mira su vestido, mama. ¡Esta tan viejo!.

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: Lo siento, pero esta es la única ropa que tengo. Y acabo de perder
los zapatos de mi mama.

MUJER CON NIÑA: Ese no es mi problema, de todas maneras no tenemos dinero. Acabamos de comprar
todos los regalos de Navidad, y si lo tuviera, no te iba a comprar cerillos. Así, que aléjate de nosotras.

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: Pero solo cuestan diez centavos.


MUJER CON NIÑA: No, niñita, ya te lo dije.

(La Pequeña Vendedora de Fósforos se queda parada temblando de frío mientras la nieve cae. Ella
intenta vender cerillos a la gente que pasa)

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: Señor, señor por favor. ¿Le gustaria comprar Perillos?. Son
mágicos. Cuando enciende uno, todos sus deseos se hacer realidad.

HOMBRE: ¡Esas son tonterías!. Son cuentos de hadas. ¡Aléjate de mí!.

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: Pero, señor, por favor cómpreme un cerillo. Su luz le dará la
navidad mas maravillosa.

HOMBRE: Ya te dije que no. ¡No los necesito!.

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: De verdad, cada cerillo es diferente.

HOMBRE: Hoy no quiero cerillos. ¿Por qué no te vas a casa?. Hace mucho Frio.

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: No puedo señor, mi papa me dijo que no regresara a casa hasta
que los vendiera todos.

HOMBRE: Bueno, lo siento por ti, tal vez alguien mas quiera comprarlos.

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: Tal vez. Tal vez.

HOMBRE: Adiós.

(La niña se queda parada temblando de frío)

MUJER DESAMPARADA: Oye, niña. ¿Que vendes?.

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: Vendo cerillos. ¿Quiere comprarme unos?.

MUJER DESAMPARADA: ¿Estas bromeando?. ¿No ves que soy tan pobre como tu?.

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: Oh, lo siento. Tengo que venderlos todos y llevarle el dinero a mi
papa, de lo contario, me pegara.

MUJER DESAMPARADA: Bueno, se esta haciendo tarde, y tengo que buscar refugio ya que no me siento
bien. Buena suerte, y espero que vendas todos tus cerillos para que puedas irte a casa pronto.

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: Adiós, y feliz navidad.

(La niña se queda parada tratando de vender cerillos a la gente que pasa. Después se sienta en el suelo y
tiembla de frío)

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: Oh, como quisiera poder cubrirme con algo. ¡Mis manos y mis
pies estan fríos!.

(La niña ve los cerillos y enciende uno)


PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: Encenderé un cerillo para calentarme los dedos un poco. Ah, ya
me siento calientita.

(A lo lejos ve una luz)

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: ¡Que luz tan maravillosa!. ¿Que es eso que esta allá?. Ah, es una
estufa. Mis pies y mis manos se sienten calientes.

(El cerillo se apaga)

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: Oh, me sentí tan bien, encenderé otro cerillo. No, no puedo,
necesito el dinero para mis hermanos.

(La niña enciende otro cerillo)

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: Oh, veo una mesa llena de comida deliciosa. Hay pavo, cordero,
pescado, manzanas, y pastel. ¡Quiero comerme todo!. Me siento tan comoda en este lugar.

(El cerillo se apaga, y ya no ve la mesa llena de comida. Enciende otro cerillo)

PEQUEÑA VENDEDORA DE FÓSFOROS: ¡Que hermoso árbol de navidad!. Es como el que veo en las casas
de la gente rica. ¡Esas luces son como estrellas brillantes!. Y hay tantos regalos debajo del árbol. Como
quisiera darles unos regalos a mis hermanos. (Intenta tomar una luz pero el cerillo se apaga. Mira hacia el
cielo y ve luces brillantes) Oh, es una estrella fugaz, alguien va hacia el cielo en este momento. Una alma
va hacia Dios. ¡Es verdad lo que me decía mi abuela!. (Enciende otro cerillo y ve a su abuela frente a
ella)Abuela, llévame contigo. Se que desaparecerás cuando este cerillo se apague. Desapareceras como la
estufa, la comida, y el arbol de navidad. (Enciende todos los cerillos).

ABUELA: Ven, mi niña, ven conmigo y abrázame. Iremos a un lugar donde no hay hambre, dolor, ni
frío. Ahora iremos a la casa de Dios.

(Los cerillos y las luces se apagan. La luz se enciende y la niña esta sentada con los cerillos quemados en
su mano. Un hombre pasa y la ve)

HOMBRE EN LA CALLE: Pobre niña, murió de frío. ¡Y en Año Nuevo!.

MUJER EN LA CALLE: Que tristeza. Trato de calentarse con los cerillos, pero ya esta en la Gloria del Señor.

FIN

Autor: Hans Christian Andersen

Adaptado por: K I D S I N C O

moraleja: No perder la esperanza. Ayudar a los necesitados y menos afortunados.

Obras Relacionadas:

Tags: año nuevo, cerillos, la cerillera, Navidad, vendedora de fosforos

Você também pode gostar