Você está na página 1de 15

Una cronología de los casos de Sherlock Holmes

Arthur Conan Doyle mencionó en algunas de sus aventuras sobre Sherlock Holmes
determinadas fechas que pueden hacer que el lector organice mentalmente el orden de los
casos en que el detective participó; sin embargo, en otras ocasiones, los datos son escasos o
nulos, y ahí el estudioso de la obra sherlockiana ha de conjeturar o teorizar. En el caso del
“biógrafo oficial” de Sherlock Holmes, Baring-Gould, el especialista optó por otorgar unas
fechas concretas a determinados casos, que algunos seguidores han aceptado, y otros no tanto.
El escritor Rodolfo Martínez, autor de cuatro libros sobre el personaje, también es un
entusiasta estudioso del mismo, y en tiempos creó su propia cronología de los casos, que en
determinados asuntos no se ajusta a la cronología de Baring-Gould. Creemos que es
interesante, por tanto, ofrecer ese otro punto de vista, y Rodolfo nos ha permitido
amablemente reproducirlo aquí.

Una cronología de los casos de Sherlock Holmes

por Rodolfo Martínez

Unas palabras iniciales

El personaje de Sherlock Holmes siempre ha ejercido una gran fascinación sobre mí. Es cierto
que sus historias, como ejemplo de cuento policíaco, son muchas veces triviales y que Conan
Doyle no siempre juega honestamente con el lector (de hecho, hay momentos en que ni lo
intenta). Sin embargo, por encima de la intriga policíaca, más o menos lograda, la personalidad
del excéntrico detective de Baker Street y, en menor medida, la de su fiel biógrafo Watson, me
han atraído casi desde que tengo memoria.

Algo que siempre me ha interesado es conocer la fecha en la que tal o cual historia se
desarrolla. A causa de la escasa bibliografía que se puede encontrar en este país sobre Holmes
(1), la única pista que tenía para fechar sus casos eran los propios cuentos. En algunos la fecha
estaba clara (indicando no solo año y mes, sino incluso el día en que la historia comenzaba),
mientras que en otras Conan Doyle se despachaba con frases al estilo de «era una mañana de
primavera» o similares. Ordenar, pues, cronológicamente todos los casos de Holmes no era
tarea fácil y, probablemente, he cometido más de un error en algún momento. Quizá alguien
con mayores conocimientos que los míos sobre la Inglaterra victoriana hubiera podido fechar
con mayor exactitud algunas historias cuya datación es dudosa. Por otra parte, incluso en los
momentos en que Conan Doyle da una fecha exacta, esta no representa demasiada ayuda, pues
a menudo las fechas expuestas en unas historias se contradicen con las de otras y es difícil
encontrar una ordenación coherente. Un solo ejemplo: El Signo de los Cuatro, la segunda
novela del ciclo, donde Watson conoce a su mujer. En ella, y al principio, parece darse a
entender que se desarrolla en mayo de 1888. Sin embargo, “Un Escándalo en Bohemia” se
desarrolla en marzo de ese mismo año y, para entonces, Watson ya estaba casado. Ambas
afirmaciones eran contradictorias: Watson no podía estar casado en marzo y conocer a su
mujer en mayo. Lo que he hecho, aferrándome a que en El Signo de los Cuatro no se dan fechas
concretas, sino afirmaciones al estilo de «eso sucedió en 1882, hace unos seis años», ha sido
trasladar esta historia a mayo de 1887, opinión que parece apoyar el relato “El Solterón
Aristocrático”, que se desarrolla sin duda en ese año y del que se dice que ocurrió «algunas
semanas antes» de la boda de Watson. En otras ocasiones me he visto en tesituras semejantes
y he procedido como he creído mejor. Por tanto, la cronología que sigue a estas palabras es
discutible en más de un punto. Tras ella, encontrarán algunos comentarios sobre varias de las
historias, que juzgo interesantes por diversos motivos.

Un estudio en escarlata

En unión a los casos que fueron merecedores de una historia por parte de Watson, incluyo
otros que jamás fueron escritos, pero a los que se hace mención a lo largo de varias de estas
narraciones. He suprimido la coletilla “La Aventura de…” del título de la mayoría de las
historias, para no hacer la lista demasiado repetitiva. Aquellos cuentos marcados con un
asterisco (*) corresponden a historias sobre cuya fecha no se da indicio alguno y que he situado
en distintos lugares, un poco por instinto. Esas son, sin duda, las partes más discutibles de esta
cronología.

Junto al título del relato hay una referencia al libro en el que se encuentra. Tales referencias
corresponden a:

I: Estudio en Escarlata

II: El Signo de los Cuatro

III: Las Aventuras de Sherlock Holmes

IV: El Sabueso de los Baskerville

V: El Valle del Terror

VI: Las Memorias de Sherlock Holmes

VII: La Reaparición de Sherlock Holmes

VIII: Sherlock Holmes Sigue en Pie

IX: El Archivo de Sherlock Holmes


X: Su Último saludo en el Escenario

Aclarar que VIII y IX corresponden en el original a un solo libro, The Case-Book of Sherlock
Holmes, que la mayoría de los editores españoles han dividido en estos dos. Por otra parte, la
ordenación de los distintos libros que aquí propongo no es, aunque pueda parecerlo, arbitraria.
Cierto que fueron publicados en un orden distinto, concretamente: I, II, III, VI, IV, VII, V, X, VIII-
IX; y en cuanto a la publicación original de los distintos cuentos en el Strand Magazine, resulta
aún más caótica, pues los distintos libros que las recogen no siempre lo hacen en orden
cronológico. De todas formas, a efectos de coherencia interna deberían ser leídos en un orden
bastante similar al que he propuesto.

Un estudio en escarlata

La cronología

Probablemente hacia 1870 (no más tarde de 1875):

◾ La Gloria Scott (VI)

Hacia 1875:

◾ El Ritual de Musgrave (VI)

Antes de 1883:

◾ La Tiara de Ópalo de la Sra. Farintosh (mencionado en La Banda de Lunares)

◾Los Asesinatos de Tarleton (mencionado en El Ritual Musgrave)


◾Vamberry, el Vinatero (mencionado en El Ritual Musgrave)

◾Una Anciana Señora Rusa (mencionado en El Ritual Musgrave)

◾La Muleta de Aluminio (mencionado en El Ritual Musgrave)

◾Ricoletti, el Patituerto y su Abominable Esposa (mencionado en El Ritual Musgrave)

1883:

◾Estudio en Escarlata (I)

◾(abril) La Banda de Lunares (III)

◾* Los Seis Napoleones (VII)

Entre 1884 y 1886:

◾* (febrero) La Diadema de Berilo (III)

◾* Charles Augustus Milverton (VII)

◾* El Círculo Rojo (X)

◾* (octubre) El Enfermo Interno (VI)

1887:

◾La Sociedad de Mendigos Aficionados (mencionado en Las Cinco Semillas de Naranja)

◾(primavera) La Rata Gigante de Sumatra (o La Netherland-Sumatra Company y el Barón


Maupertuis) (mencionado en El Vampiro de Sussex y El rompecabezas de Reigate)

◾(abril) El Rompecabezas de Reigate (VI)

◾(julio) El Signo de los Cuatro (II)

◾El Vagón de Muebles de Grosvenor Square (mencionado en El Solterón Aristocrático)


◾* (verano) La Caja de Cartón (X)

◾(otoño, poco antes de la boda de Watson) El Solterón Aristocrático (III)

◾La Desaparición del velero Sophy Anderson (mencionado en Las Cinco Semillas de Naranja)

◾Los Grice Paterson en la isla de Ufa (mencionado en Las Cinco Semillas de Naranja)

◾El Asesino Bert Stevens (mencionado en El Constructor de Norwood)

◾(septiembre) Las Cinco Semillas de Naranja (III)

◾El Envenenamiento de Camberwell (mencionado en Las Cinco Semillas de Naranja)

1888:

◾El Asesinato de Trepoff (mencionado en Un Escándalo en Bohemia)

◾La Tragedia de los Hermanos Atkinson (mencionado en Un Escándalo en Bohemia)

◾La Familia Real de Holanda (mencionado en Un Escándalo en Bohemia)

◾(marzo) Un Escándalo en Bohemia (III)

◾(junio) El Escribiente del Corredor de Bolsa (VI)

◾(julio) El Tratado Naval (VI)

◾(julio) El Capitán Cansado (mencionado en El Tratado Naval)

◾(verano) El Jorobado (VI)

◾(otoño) La Segunda Mancha (VII)

1889:

◾(junio) El Hombre del Labio Retorcido (III)

◾Los Camafeos del Vaticano (mencionado en El Sabueso de los Baskerville)

◾(verano) El Dedo Pulgar del Ingeniero (III)


◾(octubre) El Sabueso de los Baskerville (IV)

◾(noviembre) El Coronel Upwood y el Escándalo del Nonpareil Club (mencionado en El


Sabueso de los Baskerville)

◾(noviembre) El Detective Moribundo (X)

◾(noviembre) Madame Montpensier y el Asesinato de su Hijastra (mencionado en El Sabueso


de los Baskerville)

1890:

◾ (enero) El Valle del Terror (V)

◾La Separación del matrimonio Dundas (mencionado en Un Caso de Identidad)

◾El Caso de Manor House (mencionado en El Intérprete Griego)

◾* (verano) El Intérprete Griego (VI)

◾(setiembre) Un Caso de Identidad (III)

◾* Estrella de Plata (VI)

◾La Desaparición de Lady Frances Carfax (X)

◾(octubre) La Liga de los Pelirrojos (III)

◾* El Valle de Boscombe (III)

◾(27 de diciembre) El Carbunclo Azul (III)

1891:

◾(primavera) La Finca de Cooper Beeches (III)

◾* (primavera) La Cara Amarilla (VI)

◾(mayo) El problema final (VI)


(Entre 1891 y 1894, tiempo en el que se daba a Holmes por muerto, éste con la personalidad
falsa de Sigerson, explorador noruego, viajaría por el Tibet y pasaría un tiempo con el Gran
Lama. Más tarde se dirigiría a tierras árabes y cruzaría Persia, llegaría hasta la Meca y visitaría -
suponemos que disfrazado de árabe- al Califa de Khartoum. Vuelve a Europa, y en Francia
investiga sobre los derivados del alquitrán en un Laboratorio de Montepellier. Finalmente,
vuelve a Inglaterra justo a tiempo de descifrar el misterio que se narra en “La Casa
Deshabitada”. Precisamente en esa historia son mencionados todos esos datos.)

1894:

◾(abril) La Casa Deshabitada (VII)

◾La Sanguijuela Roja y el Banquero Crosby (mencionado en Los Lentes de Oro)

◾Los Documentos del ex-Presidente Murillo (mencionado en El Constructor de Norwood)

◾La Tragedia de Addleton (mencionado en Los Lentes de Oro)

◾(julio-agosto) Los Bailarines (VII)

◾La Herencia Smiths-Mortimer (mencionado en Los Lentes de Oro)

◾Hure, el Asesino de los Bulevares (mencionado en Los Lentes de Oro)

◾El Vapor Holandés Friesland (mencionado en El Constructor de Norwood)

◾(otoño) El Constructor de Norwood (VII)

◾(noviembre) Los Lentes de Oro (VII)

1895:

◾(marzo) El Pabellón Wisteria (X)

◾La Muerte del Cardenal Tosca (mencionado en El «Negro» Peter)

◾(marzo-abril) La Persecución de John Vincent Harden (mencionado en El Ciclista Solitario)

◾Wilson, el Amaestrador de Canarios (mencionado en El «Negro» Peter)


◾(abril) El Ciclista Solitario (VII)

◾Los Tres Estudiantes (VII)

◾(julio) El Negro Peter (VII)

◾(noviembre) Los Planos del Bruce-Parlington

1896:

◾(febrero) El Tres-Cuartos Desaparecido (VII)

◾(finales) La Inquilina del Velo (IX)

1897:

◾(marzo) El Pie del Diablo (X)

◾* (mayo) Shoscombre Old Place (IX)

◾(invierno) La Granja Abbey (VII)

1899:

◾(verano) El Fabricante de Colores Retirado (IX)

1901:

◾ Los Documentos Ferrers (mencionado en El Colegio Priory)

◾El Asesinato de Abergaveny (mencionado en El Colegio Priory)

◾(mayo) El Colegio Priory (VII)

1902:
◾(junio) Los Tres Garrideb (VIII)

◾(setiembre) El Cliente Ilustre (VIII)

◾* (octubre) El Puente de Thor (IX)

◾* (noviembre) El Vampiro de Sussex (VIII)

1903:

◾La Misión del Sultán de Turquía (mencionado en El Soldado de la Piel Decolorada)

◾(enero) El Soldado de la Piel Decolorada (VIII)

◾* (verano) La Piedra Preciosa de Mazarino (VIII)

◾* Los Tres Gabletes (VIII)

◾(setiembre) El Hombre Que Reptaba (IX)

1907:

◾ (junio) La Melena de León (IX)

1914:

◾(2 de agosto) Su Ultimo Saludo en el Escenario (X)

La aventura de los seis napoleones

Unas palabras finales


La contradicción entre fechas a que me refería antes se debe sin duda a la desgana y rapidez
con la que Conan Doyle escribía sobre su personaje (hay, incluso, una narración en la que
esposa de Watson le llama James, en lugar de John, su verdadero nombre de pila). Es del
dominio público que odiaba a Holmes y que estaba convencido de que escribir aquellas
novelitas policíacas le rebajaba como escritor. De hecho, antes de “El Problema Final”, donde
Holmes muere, ya había intentado matarlo otra vez y sólo la intervención de la madre de Conan
Doyle (una de las mayores fans del personaje) lo había podido evitar. Más tarde, el escritor se
verá obligado a resucitar al personaje y, a partir de entonces, parece producirse una cierta
reconciliación. Hasta vemos a Holmes adoptando actitudes más humanas e, incluso, a veces,
emocionales.

Resulta curioso el hecho de que fue precisamente el odio de Conan Doyle hacia Holmes el que
contribuyó en gran medida a hacer de este un personaje inolvidable. Con cada nueva historia va
perfilando un carácter cada vez más excéntrico: frío, caprichoso, misógino, autoritario,
terriblemente vanidoso, histriónico, a veces cruel en sus burlas a Watson. Todo ese cúmulo de
defectos (destinados, creo yo, a que el público odiase al detective tanto como lo hacía su
creador) contribuyeron sin embargo a construir una de las personalidades más atractivas de la
literatura de este tiempo.

Otro aspecto sin duda curioso es la forma en que Conan Doyle se identifica con el doctor
Watson, especialmente cuando Holmes hace a éste víctima de alguna de sus burlas: es casi
como si el detective se estuviera burlando de su creador y de sus vanos intentos de destruirlo.
No deja de ser paradójico el que un hombre como Conan Doyle, triunfador desde todos los
puntos de vista, se viera a sí mismo en cierta forma como un fracasado, obligado a escribir
historias de un personaje al que odiaba y eclipsado por la fama de ese personaje. Su destino es,
desde luego, uno de los más peculiares (y también de los más tristes) de la historia de la
literatura. Llama también la atención que Conan Doyle, despreciando el género policíaco,
sintiera predilección por la novela histórica; en realidad, sin saberlo, a ella estaba dedicando sus
esfuerzos: las narraciones de Holmes constituyen para nosotros, público de inicios del siglo XXI,
uno de los más completos y vívidos retratos de la Inglaterra victoriana.
Entre las distintas contradicciones que se producen al intentar fechar los relatos hay varias que
resultan interesantes. Veamos algunas:

Uno de los más difíciles de solventar es, sin duda, “La Segunda Mancha”. Antes de que Conan
Doyle escribiera esa historia, la menciona (o mejor dicho, nos da simplemente el título) en “El
Tratado Naval”, y afirma que tuvo lugar el primer mes de julio tras el matrimonio del doctor
Watson (es decir, casi con toda seguridad, julio de 1888). Sin embargo, cuando años más tarde
utiliza ese título y escribe realmente el cuento, no lo sitúa en ningún año concreto, pero afirma
taxativamente que sucede en la «mañana de un martes de otoño». Evidentemente, una de las
dos dataciones está equivocada: me he decidido por tomar como correcta la del propio cuento
y dejar como un despiste de Watson su referencia en “El Tratado Naval” a que sucedió en julio.
Sí he mantenido, sin embargo, el año de 1888.

En “El Pabellón Wisteria” se afirma que esa historia ocurre en marzo de 1892, algo imposible,
pues por esa época el mundo creía a Holmes muerto y no saldría de su error hasta abril de
1894. He resituado el relato en marzo de 1895.

Por otra parte, tras la resurrección de Holmes, parece como si la mujer de Watson se hubiera
evaporado: toda mención a ella desaparece. De hecho, se afirma explícitamente que Watson
vende su consulta y se traslada de nuevo a vivir a Baker Street. Sin embargo, en “El Soldado de
la Piel Decolorada”, que transcurre sin la menor duda en 1903, Holmes comenta que «Watson
me había abandonado para seguir a una esposa» como si el matrimonio del doctor fuera cosa
reciente cuando, atendiendo a lo que se nos dice en otras historias, este tuvo lugar a finales de
1887 o principios de 1888. El escritor norteamericano Robert Lee Hall, en su novela Adiós,
Sherlock Holmes resuelve esta aparente contradicción dando por supuesto que Mary Morstan,
primera mujer del doctor, fallece, y que éste se vuelve a casar en 1902 con Violet Hunter, a la
que conoció en 1891 en “La Finca de Cooper Beeches”. Pero esto, naturalmente, no pasa de
una conjetura posterior a la muerte de Conan Doyle, quien jamás resolvió ese aparente
misterio.

“Los Planos del «Bruce-Parlington»” se abre afirmando que esta aventura tiene lugar en
noviembre de 1875, algo imposible si tenemos en cuenta que Holmes y Watson no se conocen
hasta 1883 en Estudio en Escarlata. Como la aventura se refiere a los planos de un submarino y
no parece muy probable que Inglaterra estuviera construyendo uno ya en 1875, y como esta
historia se desarrolla sin duda con posterioridad a 1890 (en esa fecha se sitúa “El Intérprete
Griego”, donde Watson conoce a Mycroft Holmes, que reaparece en este relato) la he
trasladado veinte años y la he situado en 1895. Por otra parte, Robert Lee Hall, en su novela ya
mencionada, sitúa este caso también en el 95, lo que me hace sospechar que la fecha que
consta en la edición que poseo de las historias de Holmes bien puede ser una errata.

Mención aparte merece el relato “Charles Augustus Milverton”, en el que Watson afirma
explícitamente: «el lector me disculpará que oculte fechas y cualquier otro detalle que pudiera
llevar a la identificación del hecho», con lo que nos deja a oscuras sobre el momento en que
podría desarrollarse tal historia. Como también nos dice que «han transcurrido muchos años
desde los incidentes de que ahora hablo» he supuesto que tuvo lugar en los primeros años de
la carrera de Holmes, antes del matrimonio del doctor y, por tanto, lo he situado en 1886.

En “El Problema Final”, desarrollada en 1891, Holmes le habla a Watson de Moriarty por
primera vez, y es en esa misma historia donde Moriarty fallece. Sin embargo, en El Valle de
Terror, que transcurre antes de esa fecha, la figura de Moriarty se vislumbra entre las sombras
y Holmes y Watson hablan de él como si ya hubieran sostenido varias conversaciones sobre el
tema. La solución es simple: El Valle del Terror fue escrito hacia 1915, varios años después que
“El Problema Final”, y cuando Doyle escribió esta última no podía suponer que década y media
más tarde reintroduciría a Moriarty en escena. Por otro lado, no deja de ser curioso que el
considerado mundialmente como el archienemigo de Holmes («el Napoleón del crimen» en
palabras del propio detective) sólo aparezca en estas dos historias y algunos de sus
colaboradores en “La Casa Deshabitada”, secuela en cierta forma de “El Problema Final”.
Volviendo a El Valle del Terror, por los datos que Watson nos da de ella, transcurre en enero, a
finales de la década de 1880: la he situado en enero de 1890, último año de esa década.

Se han vertido verdaderos océanos de tinta con la intención de desentrañar determinados


aspectos del mundo de Sherlock Holmes. Destaco aquí la novela de Nicholas Meyer (conocido
también como director de cine por «Los Pasajeros del Tiempo», «Star Trek II: La Ira de Khan» o
«Star Trek VI: Aquel País Desconocido») «Elemental Doctor Freud» (The Seven-per-cent
Solution) en la que intenta explicar la figura de Moriarty como producto de una fijación
obsesiva de Holmes por su antiguo profesor de matemáticas. La novela, interesante entre otras
cosas por su aparición en ella del padre del psicoanálisis, maneja con bastante habilidad los
distintos datos que se van desgranando en varias historias de Conan Doyle.
Y mencionar, por supuesto, Sherlock Holmes de Baker Street, de W. S. Baring-Gould, una
detallada biografía del detective inglés en la que, además, se incluye una cronología de todos
sus casos. Como el lector podrá suponer, esta cronología difiere de la mía en varios puntos. No
dudo de la exactitud de las afirmaciones de Baring-Gould (uno de los mayores estudiosos
holmesianos de todo el mundo), pero el hecho de que a menudo prescinda de justificar los
motivos por los que sitúa una u otra historia en tal o cual fecha, me permite mantener las
conclusiones de mi cronología allá donde difieren de las suyas sin sentirme demasiado molesto
por el asunto.

Entre las distintas historias que éste nunca escribió, pero de las que da una o dos referencias (o
el título de la misma) como casos de Holmes, hay una que me ha llamado poderosamente la
atención. En “El Vampiro de Sussex”, Holmes habla de «la rata gigante de Sumatra, para cuyo
relato el mundo aun no está preparado». Por otra parte, en “El Rompecabezas de Reigate” se
menciona que Holmes estuvo implicado en un asunto referente a la Netherland-Sumatra
Company y «los proyectos colosales del barón Maupertuis». Probablemente Conan Doyle nunca
pensó que ambas historias pudieran ser una sola, y es más que probable que ya hubiera
olvidado la primera alusión cuando hizo la segunda. Sin embargo, el hecho de que algo
relacionado con Sumatra esté incluido en los dos casos, me ha llevado a considerarlos uno solo.
Conectado con esto, me gustaría comentar el peculiar sentido del humor del que Conan Doyle
hacía gala al mencionar esas historias que jamás fueron escritas; referencias a criminales como
«Wilson, el amaestrador de canarios», «Ricoletti el Patituerto y su abominable esposa» o aquel
caso que Holmes había desentrañado al demostrar que «el perejil se había hundido en la
mantequilla en un día de calor» demuestran que el escritor se lo pasaba en grande
inventándose esas alusiones disparatadas y tratando de poner en ridículo a Holmes con su
intervención en ellas.

Existen tres casos que el lector no podrá encontrar en la lista cronológica. Watson los menciona
al principio de “El Puente de Thor” como casos a los que Holmes nunca pudo encontrar
solución, pero al no dar el menor indicio de una fecha en ellos y al tratarse de historias que
nunca llegaron a ser escritas, no me he arriesgado a introducirlas en la cronología. Son éstas, en
palabras del doctor Watson: «entre estos relatos sin final está el del señor James Phillimore,
que al volver a entrar en su casa para coger el paraguas desapareció sin que jamás haya vuelto
a saberse de él». «… El balandro Alicia que navegando en una mañana de primavera se metió
en un banco de niebla y nunca más volvió a salir». «Isadora Persano, el célebre periodista y
espadachín al que encontraron loco de atar con una caja de cerillas delante, y dentro de la caja
un gusano extraordinario que, según se dijo, era desconocido por los hombres de ciencia». Es
evidente que, para Conan Doyle, tras estas palabras no había historia alguna: intentaba
simplemente intrigar al lector. Y, desde luego, lo consiguió, pues no han sido pocos los autores
que han tratado de descubrir qué había sucedido realmente en esos supuestos casos sin
solución, entre ellos Philip José Farmer con su relato “El Problema del Puente Dolorido (Entre
Otros)”, o Mack Reynolds en “La Aventura del Extraterreste”. Yo mismo (y pediría perdón por la
inmodestia, si no fuera inútil) he intentado dar una explicación esos tres casos en mi novela La
Sabiduría de los Muertos, publicada en 1996 por la Fundación Dolores Medio, y reeditada en
2004, actualizada, por Bibliópolis.

Pretendía añadir unas breves notas a esta cronología, pero veo que me he extralimitado: es
difícil detenerme cuando empiezo a hablar de algo que me fascina. Sin embargo, es mejor que
lleguemos al final. Terminaré, pues, diciendo que he partido del supuesto de que Holmes nace
hacia 1850. De esta forma tiene unos veinte años cuando se enfrenta a su primer caso en “La
Gloria Scott”, y unos treinta y tres al conocer a Watson en Estudio en Escarlata. Cuando es dado
por muerto en “El Problema Final” anda por los cuarenta y un años, y cuarenta y cuatro tiene
cuando reaparece en “La Casa Deshabitada”. Finalmente, cuenta con sesenta y cuatro en el que
es su último caso (al menos el último del que se tiene noticia), “Su Último Saludo en el
Escenario”, que transcurre el 2 de agosto de 1914.

Você também pode gostar