Você está na página 1de 79

PROTESTAS Y PROTAGONISMO POPULAR

ENCUENTRO 8 DE OCTUBRE
SCO Educación y Com unicaciones

D o c u m e n ta c ió n d e c irc u la c ió n in te r n a
OCTUBRE 1983

PROTESTAS Y PROTAGONISM O POPULAR

ENCUENTRO 8 DE OCTUBRE
INDICE

PRESENTACION ....... 3

MOMENTO POLITICO Y PROTAGONISMO


POPULAR 5
IRENE AGU R T O , P E D R O M I L O S
EQUIPO EDUCACIÓN POPULAR-ECO

LA PROTESTA NACIONAL: UNA VISION


PANORAMICA 11
G O N Z A L O DE LA MAZA, M A R I O G A R C E S
EQUIPO EDUCACION POPULAR-ECO

HAY RUIDO DE CACEROLAS EN EL


ESCENARIO DE LAS COMUNICACIONES 29
FERNANDO OSSANDÓN

LOS JOVENES: PRINCIPALES ACTORES


DE LAS PROTESTAS ...... 43
ALEJANDRO BORIÓ

EL ACTOR IGLESIA EN LAS PROTESTAS 52


F E R N A N D O C A S T I L L O L.

ACTORES SOCIO-POLITICOS EN LOS


TERRITORIOS POPULARES .. . . . . . 57
RICARDO LIZANA

PROTESTA, MOVILIZACION Y CONSTRUCCION


DE MOVIMIENTO EN EL SECTORPOBLACIONAL 65
VIC E N T E E S P I N O Z A

A MODO DE SINTESIS: PREOCUPACIONES


COMPARTIDAS
EQUIPO EDUCACION POPULAR-ECO .........76
- 3-

PRESEKTACíl

Los contenidos de este numero de Educación y Solidaridad provienen de


un Encuentro que, convocado por ECO en torno al tema "Protestas y Prota­
gonismo Popular” se efectuó el pasado 8 de octubre* Su realización
responde a una preocupación más general: la vigencia y desarrollo del
protagonist popular en -el actual momento político* Inquietud que que­
remos se concretando en otras iniciativas y que, por ahora, esta
publicación quiere extender y difundir.

Esta preocupación por el protagonismo la hemos fundamentado en un bre­


ve documento con el cual convocamos a los trabajadores sociales y edu­
cadores populares que participaron del encuentro. Es el primer material
que hemos incluido en esta publicación.

En los marcos de tal fundamentación, el Encuentro tuvo como objetivo


abrir ion espacio óe reflexión que permitiera ir abordando aspectos de
la contribución política de la educación popular en las actuales cir­
cunstancias nacionales. Esto porque creemos que el trabajo social popu­
lar y sus orientaciones establecen un campo de práctica común, un punto
de vista, que puede y debe aportar al proceso político actual. La for­
ma que han ido adquiriendo las movilizaciones populares, así como las
rearticulaciones del espacio político y partidario, plantean la nece­
sidad de profundizar en aspectos importantes de nuestra práctica. Más
aún si la consideraros como una práctica política que se sitúa en y
de«de el pueblo. Nos propusimos, entonces, analizar las movilizaciones
populares a la luz de loe requerimientos de una política que busca favo­
recer el efectivo protagonismo popular.

Una primera aproximación al tema surge desde lo informativo, en un in­


tento por recuperar una visión global de las protestas y por postular
algunas hipótesis de interpretación. De ellos da cuenta el segundo tra­
bajo que publicamcc bajo el nombre de "Las protestas nacionales: una
visión panorámica” .

La riqueza y variedad del punto de vista del trabajo social popular,


en relación al tema, se expresó en un foro-panel a partir de cuatro
ponencias que reproducimos en este número. Desde el escenario de las
comunicaciones, desde el trabajo con jóvenes, desde la realidad de igle­
sia y desde el campo político poblacional, surgieron aportes que abren
el gran capítulo de los "actores" populares.

"Protestas, movilizaciones y construcción de movimiento poblacional"


fue el tema que dejó puestas un conjunto de interrogantes acerca de
las alternativas políticas que en el mundo poblacional se están postu­
lando y debatiendo. También forma parte de los materiales de esta publi­
cación.

Por último, a modo de síátesis, hemos consignado los principales temas


- 4 -

y problemas que en el encuentro se perfilaron como los más interesan­


tes de seguir profundizando y discutiendo-

Asi, con este número de Educación y Solidaridad queremos -además de


recoger el esfuerzo realizado en torno a una iniciativa específica-
llamar a pensar en conjunto la concreción que hoy asume una de las preo­
cupaciones más centrales de la educación popular: el protagonismo popu­
lar.

E Q U I P O DE EDUCACK3N POPU L A R
ECO
MOMENTO POLITICO Y
PROTAGONISMO POPULAR
IRENE AGURTO, PEDRO MILOS
EQUIPO DE EDUCACIÓN POPULAR - ECO
- 6-

] . Las amplias y variadas movilizaciones populares a que han dado lugar


las jornadas de protesta nacional, en lo que va del año; los cambios
y vaivenes que resultan de la agudización de la crisis política del ré­
gimen; la creciente repolitización de la sociedad y del movimiento popu­
lar en particular: el rápido proceso de reconstitución de actores polí­
ticos y sus complejas relaciones; son todos hechos que han hecho variar
el cuadro de la realidad nacional.

El Chile de hoy, 1983, dista mucho del de años anteriores. La realidad


ha cambiado y eso supone cambios en los actores, o al menos debiera.
Por de pronto la nueva realidad nos arroja un dato que nadie cuestiona:
eX. puebXa ha hexJw A entin au pn-eAencXa.
¿Qué importa le asignamos a este hecho?
¿Cómo afecta 183 orientaciones más permanentes de nuestro trabajo?
¿Estamos frente a un actor popular constituido?

En fin, muchas son las preguntas que obligan a reflexionar en torno a


la actual situación. Y cada uno lo hace desde lo que es y desde lo que
su práctica -limitada, por cierto- le indica. Lo que queremos intentar
es una reflexión y elaboración colectiva a partir de nuestra especifici­
dad como trabajadores sociales populares o educadores populares. Creemos
que por el tipo de vinculación que mantenemos con la realidad popular,
nuestra percepción de los problemas que hoy enfrenta el movimiento popu­
lar tiene una riqueza potencial que hay que aprovechar. Así también con­
fiamos en el aporte político que como trabajadores sociales o educadores
podemos hacer a la solución de los problemas populares.

2. Cierto es que las prácticas de educación popular no han sido ajenas


~ ni indiferentes a estos cambios: expresión de ello es.la preocupación
creciente -desde distintos sectores y en diversas iniciativas- por lá
relación entre educación y política. 0 la participación en las moviliza­
ciones y acciones de denuncia. Pero se trata, además, de una presencia
que se unifica en torno a ciertos contenidos consensúales entre los edu­
cadores populares, construidos en torno a lincamientos estratégicos com­
partidos. Orientaciones tales como la necesidad de constituir movimiento
popular sujeto de su acción, la valorización de las prácticas democráti­
cas como fundantes de una sociedad distinta, etc. son todos "adquiridos11,
producto de una acción y una reflexión desde una particular relación
con el pueblo. Ellos se ponen de manifiesto como intención, como volun­
tad y como principios en el momento de resolver los problemas que el
movimiento popular enfrenta en su proceso de construcción social y polí­
tica.

Así en esta coyuntura, Xjoa edu.rcidon.eA popuXaneA campanten un conjunto


de pneocupacXaneA que Atengan de aua "obACAXaneA" eAtnaÁágÁ.caA9 A¿n em­
bargo, acucan Xa fjaJjenxua de cjüXenJioA poXJJJxaA openativoA, ruitidoA,
que cancnetLcen Xoa o b la tivo a poX*LtLcoA mÚA genenaXeA* Esto se hace más
urgente aún, cuando se trata de una coyuntura sumamente "veloz” en la
generación de nuevas realidades políticas y cuando, además, uno no está
por cualquier "política” , sino por una donde el pueblo sea protagonista.

La idea de protagonismo populan, constituye, un. aspecto nodal de una


p o tlllc a de renovación. En tanto nuestra meta política y utópica
es una sociedad socialista construida a partir de la constitución de
las clases populares en sujeto histórico y enraizada en las característi­
cas propias de nuestro país, requerimos de un movimiento popular que
incida real y profundamente en el curso de los acontecimientos naciona­
les.

Así, e l protagonismo populan a que se aspira no se agota en la m o vlllja -


clón como presencia en. la sociedad, sino que esa presencia requiere ser
transformada en incidencia. Tampoco se agota en e l perfeccionam iento
y am pliación de la s formas de participación lo ca les, s i es que e lla s
no aseguran Incidencia so c ie ta l. Vale decir, entonces que protagonis­
mo no nos refiere solamente a la capacidad del pueblo de expresar su
descontento, su rechazo a la dominación o a exigir determinadas reivindi­
caciones sino también, y fundamentalmente, a su capacidad de ser actor
político, a su capacidad de proponer un orden social distinto.

Esta concepción significa un doble desafío: de poder material -afectar


el orden social actual- y de poder hegemónico -como capacidad de crea­
ción simbólica a partir de identidades colectivas- . Esta forma de conce­
bir la política y de asumir su práctica, significa complejidades mayores
que una política situada exclusivamente en el plano de lo estatal. Una
de dichas complejidades es el problema de los actores políticos.

íj( Csto nos lle v a a preguntam os por la participación y expresión popu-


~ la r.
Una de las formas que ellas asumen -constitución de actor- son
los partidos políticos; sin embargo, sabemos que el problema no se redu­
ce a una mayor cobertura de representación partidaria, sino que lo que
está en cuestión es la relación partido-pueblo.

La expresión de la realidad multifácetica del mundo popular y, por lo


tanto, sus diversas modalidades de constitución en sujeto político, re­
quiere una diversidad mayor de canales sociales, socio-políticos y cul­
turales que den cuenta de su comlejidad. Complejidad que no refiere
exclusivamente a diversidad de situaciones materiales sino también a
heterogeneidad ideológica y cultural.

Una p o lític a popular que avance en protagonismo , requiere entonces mul­


tip le s actores con. voluntad de construcción hegemónico. Actores popula­
res que no tienen necesariamente como desafío principal el de transfor­
marse en actores del escenario público nacional-tradicional, pero sí
~ 8~

el de ampliar el espacio público, 0 sea, actores con voluntad hegemónica


rque se traduzca en politización de distintos espacios y ámbitos de la
vida, colectiva.

Tampoco se trata de optar ante el dilema entre lo nacional y lo local,


sino de buscar la más amplia y diversificada incidencia popular en la
sociedad, cuestión que lleve a una modificación -en los hechos- de lo
nacional- tradicional y a una superación del localismo (entendido como
renuncia a lo nacional).

Ahora bien, cuando nos planteamos estas voluntades políticas en rela-


~ ción con los acontecimietos actuales y en particular a partir de
las movilizaciones de este año, es que se hacen visibles las falencias
que anotábamos anteriormente. Se trata de ese conjunto de problemas e
interrogantes que surgen al contrastar esta voluntad de renovación polí­
tica con las prácticas sociales y políticas que dan vida a un determina*
do momento histórico*

En esta oportunidad lo que queremos es abordar las interrogantes que


el actual momento político formula a nuestro quehacer educativo popular;
para ello avanzaremos algunos problemas que visualizamos:

A , ia* movLLL^axujyneA popúleme,*


se han caracterizado por avanzar desde
un cierto espontañeísmo hacia una mayor organización, en un tránsi­
to que no ha sido lineal ni carente de problemas» frente a esta realidad
cabe preguntarse por el aporte de las movilizaciones al desarrollo y
construcción de movimiento popular, como lo hemos entendido el último
tiempo {proceso lento, cualitativo, diverso, amplio, en continuidad y
ruptura, a partir de la subjetividad popular, etc.). Si pensamos en lab
características de los sectores que hoy se movilizan, o en hechos tales
como una movilización centrada en el ámbito pobiacional, en la radicali-
dad de las acciones de sectores juveniles, en la relativamente débil
presencia obrera, o en las acciones de los trabajadores del PEM y POJH,
si pensamos en todo eso, ¿qué modificaciones introducen en los procesos
de constitución y desarrollo de movimiento popular? ¿en qué aspectos
las movilizaciones lo fortalecen? ¿en cuáles no?

B, Xá. xelxLCJján pcuitidoA po Jilecos-pueblo tien d e, en las actuales circusv


tandas, a ke¿o/mulxuo*e en tanto la "conducción” (tradicionalmente
entendida) se ve deabordada por los acontecimientos, o cuando difícil­
mente algún partido puede atribuirse legítimamente conducción sobre
ellos. Ros vemos así enfrentados al "problema” de la heterogeneidad
- ideológica, material y organizativa- del mundo popular y a las limita­
ciones que los actuales causes de expresión populen' -principalmente,
organizaciones y partidos políticos- tienen para dar cuenta de esta di­
versidad.
- 9-

Este problema es reflejo de una carencia mayor» cual es la falta de re­


presentación nacional del actor popular. Y sin embargo, la acción se
sigue desarrollando a pesar de la ausencia de un referente político popu­
lar. La pregunta por el cómo participa el germinal movimiento popular
en la gestación de alternativas políticas para el país y cómo se constru­
ye una instancia de representación popular nacional, continúan pendien­
tes. Se asiste a una crisis de estilos políticos y ausencia de formas
alternativas adecuadas a la realidad actual. Y esto se hace más complejo
si pensamos que se da un contexto de movilizaciones esencialmented po­
líticas, antidictatoriales, y que no han tenido correlato -por ejemplo-
en agudización de las luchas parciales (o reivindicativas)-

£ prioritariamente, la acción -protesta y represión- se ha deAaAAoJJar-


' do en e l espacio teJiA iloA lal, en las poblaciones, y el espacio públi­
co nacional sigue siendo -más menos- el tradicional (declaraciones a
la prensa, conferencias, tribunales, etc). ¿Qué conclusiones se pueden
sacar de esta constatación? ¿Significa una apropiación y politización
del espacio poblacional? ¿Puede interpretarse como un "localismo'* inefi­
caz, como el éxito relativo de una propuesta territorial; o bien, como
insuficiencias para incidir en lo nacional?

]}| la s m ovilizaciones de este año kan producido una n ep o lltL yu lp n


de la sociedad y, por nuestra parte, la idea de protagonismo la aso­
ciamos a conciencia política amplia, no circunscrita a elites organizadas
sino producto de la acción y reflexión de una práctica política de mas88;
¿qué diagnóstico podemos hacer hoy en términos de conciencia política
en el campo popular? ¿Cómo avanzar, desde la mayor conciencia antidicta­
torial que hoy existe, hacia la formulación de un proyecto político popu­
lar? ¿Cómo damos cuenta de la tensión entre radicalizad de las acciones
.'y débil conciencia política? ¿se trata de un tipo de conciencia distinto
que se genera a partir de dichas acciones, o bien, tal conciencia no
existe y las acciones son sólo de politización?

c. Creemos que lós que hemos enunciado, son sólo algunos de los proble-
** mas o interrogantes que la actual coyuntura nos formula; problemas
que son "uni versad es" dentro del campo popular, o sea, válidos para los
distintos actores sociales y políticos populares. Sin embargo, cada uno
de esos actores, dependiendo de su ubicación, función y concepción, re­
flexionará e intentará resolverlos de manera distinta o semejante, pero
particular.

Nuestra propuesta es simple: que los reflexionemos, que intentemos gestar


respuestas de manera colectiva y que lleguemos a compartir desafíos a
ser abordados a través de la modificación o afirmación de nuestras prác­
ticas actuales.
Para lograrlo» intentaremos realizar iniciativas que respondan a la preo­
cupación que hemos tratado de fundamentar en estas páginas.

Septiembre 83
LA PROTESTA NACIONAL:
UNA VISION PANORAMICA
GONZALO DE LA MAZA, MARIO GARCÉS
EQUIPO DE EDUCACIÓN POPULAR - ECO
- 12-

1. INTRODUCCION

Hemos querido presentar una visión panóramica de lo que han representado


los seis meses desde que se realizó la Primera Jornada de Protesta Nacio­
nal* Para ello hemos elaborado un cuadro-resumen en el que se ha vacia­
do la información más relevante en torno a cinco variables que definire­
mos luego. La periodización la hicimos dividiendo cada mes en una columna
para el o los días de protesta propiamente tales y otra para el período
que existió entre una protesta y otra.

Las variables utilizadas fueron:

1. Convocatoria: los agentes que convocaron a cada protesta.

2. Formas de Luchá: acciones concretas que se realizaron en el marco


de la protesta o en general de la lucha contra el régimen.

3. Sectores sociales que actuaron: los principales actores de las diver­


sas manifestaciones antigubernamentales según sus formas predominan­
tes de acción.

4. Acción del Gobierno: aquellas medidas o anuncios tendientes a enfren­


tar la :situación producida por parte del gobierno o de actores explí­
citamente Oficialistas.

5. Surgimiento de propuestas y organizaciones: actores políticos, arti­


culaciones de organizaciones sociales y propuestas políticas que emer­
gen en el campo opositor en este período. Aquí relevamos la emergencia
sin juzgar el grado de consolidación o impacto de lo que surge.

Existen otras variables que podrían haberse incluido pero que por falta
de información completa o bien para no recargar mucho el cuadro se han
dejado fuera.

El cuadro adolece también de otra omisión, más de fondo, ella se refiere


al contexto sociopolítico anterior al 11 de mayo- Es evidente que las
protestas no surgen de la nada y se inscriben en un contexto de aguda
crisis económica con consecuencias de resquebrajamiento del bloque en
el poder. A la vez la protesta se produce luego de diversas expresiones
de lucha popular que habían sido relevantes por su creciente radical idad,
aún cuando no habían logrado la masividad esperada. Es el caso de las
huelgas de Colbün-Machicura y Madeco, las barricadas en Lo Hermida y
las Marchas del Hambre en el centro de la capital y en Concepción. El
"tiempo político" que se comienza a vivir a partir del 11 de mayo es,
- 13-

con todo, radicalmente diferente al anterior, razón por la cual no hemos


incluido en el cuadro informativo, aún cuando reconocemos la relevancia
del contexto inmediatamente precedente en la configuración de la actual
coyuntura*

El cuadro resumen admite al menos dos lecturas parciales. Una vertical


donde se destacan las diferencias de una protesta a otra. Elementos para
esta lectura los preponemos en el acápite ¿(^iéestuvo en juego en cada
protesta? Lo hacemos tratando de articular los diferentes elementos en
torno a la contradicción entre régimen y pueblo que alcanza su punto
de inflexión máxima en cada Jornada de Protesta. Una segunda lectura
-horizontal- se refiere a la evolución de cada una de las variables con­
sideradas por separado. Esta lectura nos muestra los desarrollos desigua­
les y los grados de correspondencia o diferencia entre una variable y
otra. Algunas proposiciones en relación a esto las planteamos en el acá­
pite Evolución de las variables utilizadas.

Por último, hay que señalar que el cuadro no tiene pretensiones de ex-
haustividad pues su intención es de síntesis y de utilidad para el aná­
lisis. De allí que, aún cuando se ha tratado de incorporar el máximo
de información, hay elementos que necesariamente quedaron omitidos.

Para la confección del cuadro utilizamos las siguientes fuentes: Boleti­


nes: Páginas Sindicales, Hechos Urbanos, Itinerarios, Codepu, Solidari­
dad. Informes: Mensual de Coyuntura Política, Mensual de Derechos Huma­
nos. Revistas: Análisis y Hoy.. La responsabilidad del cuadro, con to­
do, es enteramente de los autores.

2. CUADRO RESUMEN
- 16-

CUARTA PROTESTA: SE A G U D I Z A N L AS C O N T R A D I C C I O N E S .

Más allá de quién la convoca, a estas alturas la Protesta se ha converti­


do en un instrumento del cual se ha apropiado un pueblo que quiere expre­
sar su descontento. Con mucha autonomía en las formas e "inevitablemen­
te", la Protesta ’'se viene" y el Gobierno juega a dos bandas: articula
negociadamente una "salida política" a través del cambio de gabinete
y juega al mismo tiempo la lógica de la guerra en su más alta expresión
de lucha urbana: con toque de queda 18.000 militares ocupan la ciudad.
La idea es canalizar definitivamente la expresión de descontento a tra­
vés de la "política Jarpa", evitando por medio del temor la repetición
de la Protesta. Con todo, la Protesta alcanza su mayor extensión y radi-
calidad; el ataque masivo a las poblaciones deja una secuela de destruc­
ción, muertos y heridos, pero hace también evidente los límites "políti­
cos" de la represión masiva.

La convocatoria es ya directamente política y se comienza a visualizar


la distancia entre las dinámicas populares y las representaciones nacio­
nales. La protesta se extiende por dos días en las poblaciones de manera
independiente a la Alianza Democrática. Al mismo tiempo, se insinúan
rasgos de aislamiento de la protesta popular, que se desenvuelve, sobre
todo el segundo día, principalmente en las poblaciones periféricas.

QUINTA PROTESTA: LA DISTANCIA ENTRE PROTESTA POPULAR Y


PROPUESTAS POLITICAS NACIONALES.

Podemos ubicar dos ejes importantes en relación a la protesta y el mes


que la antecede: primero la estrategia aperturista del gobierno encabe­
zada por Jarpa tendiente a reponer condiciones políticas de estabiliza­
ciones del régimen (en este período tendiente a evitar una quinta protes­
ta) y segundo la estrategia opositora (acción de la Alianza Democrática)
y su relación con el descontento-protesta.

Por al lado del gobierno se pone en marcha una estrategia de apertura


con un nuevo estilo, con nuevas caras (por fin los políticos) y múltiples
ofrecimientes. Objetivo: que la oposición entre en el camino del "diálo­
go” y I» convoque a otra protesta. En la medida que eso no resultó -a
pesar que se dan pasos desde ambos lados y se cuenta con el aval activo
de la Iglesia Católica reaparecen los rasgos de la política tradicional
del regimen MMoCCVMbS- La novedad consiste en que junto con una retira­
da relativa de l a f N M M Ü militar (no hay toque de queda, fin del esta­
do de emergencia), se MbfriHfes un intento de movilización civil (llamado
a la autodefensa* concentraciones de apoyo al régimen), retrotrayendo,
al decir de algunos, a la situación de 1973.
- 17-

Por el lado opositor hay una articulación política (Alianza Democrática)


con objetivos de conducción y alternativa al régimen- La cancha del "diá­
logo" resulta incómoda para los objetivos iniciales de encabezar la opo­
sición, (que pide fin al régimen y democracia ahora). El resultado obte­
nido es dilación (en la medida que no hay ofrecimientos concretos sobre
los puntos fundamentales), contradicciones en relación a la forma y con­
tenidos de la protesta y distancia frente a una movilización popular
que se "autonomiza" (mientras se desencadena la represión, la oposición
habla de calendario de transición).

En el día de la protesta (digamos mejor la semana) se hace evidente el


desborde de la conducción aliancista y se pone en el centro la acción
poblaciona!. Ello señala una cierta "periferización" de la protesta
que va acompañada de gran radicalización sobre todo en sectores juveni­
les, de pérdida de masividad en sectores medios y reacciones contrarias
en sectores pobladores adultos (no es posible estimar su magnitud, solo
consignarlas).

Puede decirse que la distancia entre movilización y propuestas, hace


que aunque la protesta fue exitosa, el gobierno recuperó iniciativa polí­
tica, descolocando a la Alianza que luego de la jornada entra en una
fase de autocríticas y redefiniciones.

¿Habrá una sexta protesta tal como las hemos conocido hasta hoy?

4. EVOLUCION DE VARIABLES UTILIZADAS

4.1. CONVOCATORIA.

La convocatoria evoluciona a través de las protestas desde el movimiento


sindical, expresado básicamente en la Confederación de Trabajadores del
Cobre, a un conjunto de convocantes que comprometen tanto a las expresio­
nes políticas nacionales como a las organizaciones sociales (antiguas
y nuevas).

Como se sabe, la primera protesta se suscita a partir del acuerdo de


la Confederación de Trabajadores del Cobre de llevar a cabo un paro del
Cobre; esta iniciativa no logra concretarse tanto por la debilidad del
movimiento como por las diferencias políticas que se dan en las cúpulas
(diferencias expresadas con la UDT (Unión Democrática de Trabajadores)
la CEPCH (Confederación de Empleados Particulares de Chile) y el FUT
-1 8

(Frente Unitario de Trabajadores)), amén del cerco represivo que estable­


ce el régimen sobre los minerales. Con todo, lo que es claro que la pro­
testa es convocada por los trabajadores del Cobre y este es quizás el
hecho sustantivo; hasta el 11 de mayo ninguna convocatoria a realizar
actos de oposición pública al régimen había tenido la amplia acogida
que tuvo en la población el llamamiento del Cobre. Nos referimos a una
amplia acogida real y efectiva y de significación nacional indiscutida.
La pregunta entonces es ¿qué tiene de particular este llamamiento que
logró el éxito por todos conocido? Nos parece que se conjugan tres hechos
o situaciones que de alguna manera explican este éxito: Primero, el des­
contento real existente en las grandes mayorías nacionales, segundo,
las características del convocante y tercera, las formas de lucha pro­
puestas* (1)

Respecto de lo primero no es necesario abundar por cuanto es un hecho


ampliamente tratado y percibido sobretodo a partir del año pasado cuando
la crisis del régimen se hace evidente en el plano económico: interven­
ción de la banca, aumento de la cesantía, renegociación de la deuda, caída
de la inversión, altos niveles de endeudamiento interno, caída de los
salarios, etc). Respecto del convocante, pensamos que efectivamente el
hecho que se trate de los trabajadores del cobre pesa y pesó: Por una
parte, otorga confianza que quienes proponen un movimiento tengan efecti­
vamente fuerza, ya sea por su peso en la economía nacional como por can­
tidad de trabajadores, niveles de organización, tradición de lucha, etc.
Por otra parte, desde el punto de vista político, el convocante asegura
la "amplitud del movimiento". No se trata de un partido o un sector de
la oposición, pero más que eso, el convocante posee una legitimidad so­
cial que los partidos tendrán que ir ganándola a lo largo del proceso
de movilización social. Por último, respecto de las formas de lucha,
nos parece que básicamente éstas -en los inicios del movimiento- tienen
la virtud de ser "viables" para las mayorías; viables en el sentido que
no implican confrontación directa con los aparatos represivos.

En suma, la convocatoria a la primera protesta tiene la virtud de que


el convocante goza de legitimidad social amplia y que al mismo tiempo
"sabe" convocar a acciones "viables" en un contexto de descontento gene­
ralizado.

La segunda protesta será convocada por el comando Nacional de Trabajado-


res (CNT), por diversas personalidades que adhieren a la protesta y oor
las organizaciones de base en los sectores que van a mostrar mayor activación
a lo largo de las protestas: el sector estudiantil y el sector poblacio-
nal. El éxito de la convocatoria está, sin dudas, en gran medida asegu­
rado por el triunfo político que significó la Primera Protesta Nacional.
A pesar de la censura de prensa, las diversas formas de comunicación
social alcanzan gran efectividad lo que -a nuestro juicio- anuncia la
evolución posterior de las convocatorias en cuanto al peso que irán

(1) Un conjunto de elenentos que configuran un cuadro de crisis econíaica, que las protes­
tas harán devenir en crisis política.
- 19-

adquiriendo éstas últimas.

La Tercera Protesta esta precedida del fracaso del llamado a un Paro


Nacional y del debilitamiento de las organizaciones sindicales acentua­
do por la represión gubernamental. La protesta la convocan entonces par­
tidos, movimientos y una amplia red de organizaciones sociales que han
generado ya importantes niveles de coordinación territorial y social.
Lo claro, a estas alturas es que la oposición política -en sentido
amplio-se ha transformado en convocante. Vale la pena, en este sentido
señalar al menos dos hechos: por una parte, en el plano nacional recu­
peran terrenos los viejos actores políticos (de hecho a esta protesta
convocan los firmantes del Manifiesto Democrático o la llamada Muitipartidaria
y adhiere el Comando Nacional de Trabajadores. Por otra parte, se han cons­
tituido múltiples coordinadoras de organizaciones sociales y Comandos
de Protesta que se encargan de convocar en el plano local matizando o
re formulando los llamados nacionales.

Hecho importante a consignar respecto de la Tercera Protesta es que esta


se realiza con los dirigentes de la DC (Democracia Cristiana) encarcela­
dos lo que puso en el centro la situación de estos dirigentes que, al
ser absueltos días más tardes, legitimó legalmente el derecho a protes­
tar.

La cuarta y la Quinta Protesta serán convocadas por los actores más cons­
tituidos en el plano nacional y local, particularmente la Alianza Demo­
crática (con adhesión del Comando Nacional de Trabajadores) y por las
coordinadoras de organizaciones sociales de base. Destacamos la existen­
cia de dos tipos de convocantes; por una parte la Alianza que enfatizará
en el control y límites de la protesta (Un día, pacífica, etc.) y por
otra, los comandos y organizaciones sociales sobretodo poblacionales
y la Izquierda que busca prolongar los días de protesta, como efectiva­
mente ha ocurrido en el sector poblacional. Así tenemos que la Cuarta
Protesta se desarrolla no sólo el 11 de Agosto sino también el 12 y que
la Quinta Protesta se prolonga del día 8 hasta el 11 de Septiembre.

4.2. F O R M A S DE LUCHA.

Como se señaló a propósito de la convocatoria a la Primera jornada de


Protesta Nacional, las formas de lucha propuestas se caracterizaron por
su viabilidad para hacerce extensivas a los más amplios sectores. Entre
éstas, destacaron el llamado a no mandar a los niños al colegio, abtener­
se de realizar trámites y compras y el hacer sonar las ollas a partir
de las veinte horas. Estas formas se masificaron y se puede decir que
se validaron a través de las cinco jornadas de protesta sin grandes
modificaciones. Para sectores más constituidos como estudiantes y obreros
se propusieron marchas, asambleas y paros para los primeros, viandazos,
trabajo lento, asambleas y salidas a la calles y paros restringidos para
- 20 -

los segundos. Junto a estas formas de lucha, ya en la primera protesta,


se hicieron presente otras formas, sobretodo en el ámbito poblacional,
entre las que destaca la barricada y la fogata que, en el curso de las
protestas irán alcanzando gran radicalidad.

En los períodos inter-protestas, se fueron haciendo recurrentes el sit-


in, la marcha, las asambleas; en términos generales la manifestación
pública en lugares visibles.

En la primera protesta es posible leer en nuestro cuadro prácticamente


todas las formas de lucha descritas; en la segunda éstas se hacen más
extensivas que en la primera y aparecen otras: incendio de micros duran­
te el día y ataques a locales comerciales y sedes sociales de gobierno:
Centros de Madres, Secretaría de la Juventud, Oficinas del Empleo Míni­
mo. Durante la tercera Protesta, se reproducen mas o menos las mismas
formas de lucha que en la Protesta anterior, alcanzando mayor amplitud
las marchas al interior de las poblaciones y los enfrentamientos con
fuerzas policiales.

En la cuarta Protesta adquieren relevancia -por su extensión y diversi­


dad- las manifestaciones en lugares públicos: sit-in, marchas y asambleas
sobretodo en el ámbito estudiantil y profesional. Por su parte, la cur­
va ascendente de la represión hacia los sectores poblacionales (ciudad
ocupada militarmente en esta Jornada) lleva a enfatizar en los enfrenta­
mientos con las fuerzas represivas y la organización de grupos de auto­
defensa. Es necesario destacar que la marcha no se abandona (la marcha
al interior de la población) como forma de manifestarse, pero dado los
límites que coloca el toque de queda (decretado para las 18.30 horas)
éstas se realizan en tempranas horas de la tarde de tal forma que hacia
la noche predomina la barricada y el enfrentamiento.

Finalmente, durante la Quinta Jornada de Protesta (septiembre) hay un


intento de realizar un acto central al mediodía (sit-in en la plaza
Italia) que fracasa producto de la represión policial; se decretan -al
mismo tiempo- vacaciones escolares con el fin de impedir la masificación
de las protestas que comienzan a realizarse entre los estudiantes de
secundaria. Con todo, las acciones de protesta se extienden a lo largo
de cuatro días -del 8 al 11 de septiembre-, combinándose los actos pú­
blicos: manifestaciones en el centro, (incluidas algunas de ellas contra
el acto oficial de Gobierno de celebración de los diez años de régimen
militar), diversos actos públicos en memoria de Allende y los funerales
de las primeras víctimas con la acción de protesta poblacional a través
de barricadas, fogatas y enfrentamientos con las fuerzas policiales.

En síntesis, a lo largo de las Protestas, se ha recurrido a diversas


formas de lucha predominando aquellas que han sido asumidas con mayor
naturalidad por los sectores sociales más comprometidos en ella: la ba­
rricada, la marcha y el enfrentamiento en la población? la manifestación
pública y la asamblea entre sectores profesionales y organizaciones cons­
tituidas (Movimiento Feminista, Agrupación de Detenidos Desaparecidos,
coordinadora de Artistas, profesionales de Instituciones de trabajo so-
21 -

cial9 etc.); la asamblea, las marchas y el enfrentamiento entre los estu-^


diantes.

Respecto de las formas pacíficas y violentas si bien predominan las pri­


meras, éstas han dependido principalmente de la acción represiva. Entre
las formas de lucha "con violencia” podrían distinguirse las de carácter
defensivo y las de carácter más ofensivo; entre las primeras se podrían
anotar los "enfrentamientos” en el ámbito poblacional y estudiantil,
entre las segundas, la acción operativa propiamente tal: incendio de
micros, atentado en la vía férrea, etc. y aquella "poblacional" expresa­
da en ataques a diversos símbolos del régimen: locales de Ceraa, oficinas
del PEM (Programa Empleo Mínimo), obras y bienes municipales. Ha predo­
minado la utilización defensiva de la violencia, que normalmente se de­
sencadena ante la iniciativa represiva de fuerzas policiales. Junto a
ello se detectan acciones violentas de raíz no directamente política,
que aparecen más bien en sectores afectados por una suerte de "margina-
ción permanente" y cuya orientación va desde el "aprovechar" la falta
de control policial en beneficio propio (delincuentes que cobran peaje
o asaltan por ejemplo) hasta la utilización de la violencia como desaho­
go sin direccionalidad definida (apedrear casas, personas, semáforos).
Las poblaciones más organizadas han establecido un control sobre estas
manifestaciones en función de los objetivos políticos perseguidos. Donde
no existe organización, en cambio, sectores del "lumpen" pasan a tener
un control relativo de las acciones.

En cuanto a la "no-violencia" como orientación, destaca en el período


la aparición de grupos y acciones explícitamente no violentos, sobre
todo a partir de la Cuarta Protesta. No se trata de acciones masivas
ni de gran incidencia, por el momento, aunque su potencialidad no es
determinable aún.

4,3. SECTORES SOCIALES COMPROMETIDOS.

El análisis de esta variable nos muestra en términos generales, una curva


ascendente del movimiento social comprometido en las protestas. La ampli­
tud de los sectores sociales comprometidos es manifiesta ya en la Primera
J o m a d a de Protesta Naciorial. Participan de ella tanto los sectores po-
blacionales y sindicales, como los sectores estudiantiles y medios. La
participación de estos últimos es sin duda uno de los hechos políticamen­
te relevantes por cuanto se trata de sectores de escasa actividad polí­
tica .en los últimos años y por mucho tiempo considerada por el régimen
como.su natural base social de apoyoi

De la Segunda Protesta en adelante, el movimiento va creciendo en dos


sentidos: por una parte alcanza gran amplitud en los sectores poblaciona-
les, estudiantiles, sindicales y medios y, por otra, se extiende a pro­
vincias. Diversos factoresooadyudan a este proceso, desde el efecto comu-
- 22 -

nicacional que conlleva el "caceroleo" (en el sentido que se "descubre"


a los vecinos), el éxito político innegable en tanto se percibe que el
régimen pierde iniciativa, hasta su propia masividad que fortalece so­
cialmente a quienes, protestan. Frente a la acción represiva del régimen*

SECTORES MEDIOS

Con todo, mientras la Protesta "se instala" entre los sectores populares,
principalmente en el ámbito poblacional y también en los sectores estu­
diantiles, con los sectores medios la cuestión presenta más problemas.
Tenemos el caso, en primer lugar, de los camioneros que participan expre­
samente en la Segunda Protesta y convocan al Paro Nacional Indefinido.
Estos sectores efectivamente participan, pero en la perspectiva de crear
condiciones favorables para negociar unilateralmente con el régimen (co­
mo efectivamente ocurrió)* En segundo lugar, se constató una baja en el
caceroleo por parte de los sectores medios en la última protesta, baja
que tendría una explicación de orden político, ya sea -para algunos-
por efectos del diálogo y la apertura Jarpa como -para otros- por la
ambigüedad política demostrada por la Alianza. Concretamente, lo poco
que esta tiene que mostrar luego de participar en el diálogo con el
Gobierno, y su desfase con la protesta popular que sin dudas pone límites
a su desarrollo.

SECTOR POBLACIONAL

En el ámbito poblacional, si bien este emerge como un actor relevante,


el análisis de los sectores sociales comprometidos revela su hetereoge-
neidad; en efecto, cuando se dice "protesta poblacional" o "movimiento
poblacional" se esta aludiendo a diversos sectores con características
bien definidas. Por una parte, nos encontramos con los sectores politiza­
dos que en los últimos años han participado en diversas organizaciones
con mayor o menor continuidad en el tiempo; por otra parte con el "lum­
pen" que con su propia lógica participa activamente de las manifestacio­
nes de protesta; en tercer lugar el sector que se podría denominar "pro-
tagónico” y que esta compuesto fundamentalmente por los jóvenes (en su
interior también se podrían distinguir distintas categorías); y por últi­
mo los sectores "adultos" con menores grados de politización y organiza­
ción. De este conjunto de sectores, los que alcanzan mayor radicalidad
y que dan mayor continuidad a las protestas esta constituido por los
sectores juveniles.

SECTOR SINDICAL

Respecto del sector sindical, éste representa diversos momentos de parti­


cipación; en las primeras protestas convoca y a pesar de no estar en
condiciones de provocar un paro, busca diversas formas para manifestarse
(salidas a la calle, viandazos, trabajo lento, etc.). Sin embargo, luego
del fracasado paro en el Cobre y de la represión a sus dirigentes, el
- 23-

movimiento sindical va perdiendo fuerza y pasa a ocupar un rol más bien


secundario y, sin dudas, de mucho menor protagonismo que los sectores
poblacionales.

SECTOR ESTUDIANTIL

El sector estudiantil se hace presente con fuerza desde la Primera Pro­


testa y mantiene su vigencia a lo largo de todas ellas. Su acción pare­
ciera informar de dos procesos; por una parte favoreciendo su reconsti-
titución interna en tanto desarrollo de movimiento estudiantil (se arti­
culan demandas sectoriales y se avanza en desarrollo orgánico en pos
de recomponer sus antiguas asociaciones gremiales como la FECh (Federación
de Estudiantes de Chile), por otra parte, en el ámbito nacional, la ac­
ción estudiantil ha operado como factor de continuidad, de agitación
y difusión de la protesta. Es claro, por ejemplo que en provincias es
este sector el que ha estado a la vanguardia de los movimientos de pro­
testa. En general lo señalado es válido para el sector universitario,
no obstante, durante la Quinta Protesta aparecen en escena los estudian­
tes secundarios quienes protagonizan diversas manifestaciones en los
frontis de sus lugares de estudio o al interior de ellos.

SECTORES PROFESIONALES.

Estos han ido ganando progresivamente en presencia en las ultimas jorna­


das a través de manifestaciones públicas, pero al mismo tiempo en el
plañó de la denuncia de la represión y de la situación política general
del país. Desde los Colegios y asociaciones libres de profesionales se
denuncia y demanda por libertad de prensa, se solicitan Comisiones Inves­
tigadoras de la Represión, etc.

PROVING! AS

Finalmente, como ya señaláramos, a partir de la Segunda Protesta las


moví Ilaciones se extienden y consolidan en las principales provincias.
Todo tiende a indicar, que en la mayoría de los casos, a los sectores
estudiantiles, principalmente universitarios, les ha tocado jugar un
rol, fundamental en la propaganda, difusión y extensión de la Protesta.

En las ciudades de mayor cantidad de habitantes, la protesta se ha exten-


did comprometiendo a diversos sectores, destacándose de manera semejante
a Santiago, la presencia del actor poblacional y estudiantil
24

4.4. ACCIÓN DEL G O B IERNO:

En términos generales, la acción del Gobierno frente a la realización


de las protestas se ha caracterizado por el uso de las más diversas formas
de represión y de una acción deslegitimadora de ellas a través de los
medios de comunicación. Por su parte, en los períodos que median entre
protesta y protesta, há combinado la represión selectiva con diversas
políticas de captación de los sectores medios y de recuperación de ini­
ciativa política tendiente a definir un espacio de acción política "res­
tringida” y "controlada” que, asegure una transición en los marcos de
la Constitución del 80; es decir, con Pinochet y bajo la tutela de las
fuerzas armadas.

Una primera lectura, más o menos descriptiva de esta variable nos indi­
ca que, frente a la primera protesta, el gobierno jugó confiadamente
a la hipótesis del fracaso combinada con un fuerte despliegue represivo
previo (sobretodo) en los minerales del cobre y en la ciudad de Santia­
go). Al mismo tiempo, usó de los sectores sindicales afines para que
se pronuciaran contra el llamado de la Confederación de Trabajadores
del Cobre (CTC). La prensa, por su parte, destacó la hipótesis del Go­
bierno, alentó las declaraciones de los sectores sindicalistas oficiales
y enfatizó en las diferencias internas que se produjeron en el sector
sindical opositor, amén que le restó importancia al llamamiento del co­
bre, ya sea ignorándolo (escasa cobertura) o destacando las posiciones
del oficialismo.

La protesta misma sorprendió al Gobierno y a sus aparatos represivos;


éstos últimos, en algunos casos se demostraron incapaces de controlar
las expresiones de protesta (por su inusitada extensión) y en otros,
extremaron el recurso a la fuerza, haciendo uso no sólo de bombas lacri­
mógenas hacia edificios, casa-habitación y las personas, sino que recu­
rrieron ya al uso de armas de fuego como amedrentamiento (ráfagas de
ametralladoras) y como ataque directo a las personas. El saldo de la
represión fue entonces de dos muertos, una cincuentena de heridos y más
de mil detenidos.

Inmediatamente después de la protesta, el Gobierno y(sobretodo su prensa


afín) se vieron obligados a reconocer la extensión y masividad de la
protesta; se invito entonces a la Moneda a "dialogar” a la ANEF (Asocia­
ción de Empleados Fiscales), la UDT (Unión Democrática de Trabajadores)
y la CEPCh (Confederación de Empleados Particulares de Chile). Sin embar­
go, mientras se iniciaban estos primeros encuentros con la oposición
se continuaba con la represión: allanamiento de la Población La Victoria,
requerimiento contra los dirigentes de la CTC, cierre informativo de
la Radio Cooperativa, atentado contra la radio La Voz de la Costa. Por
último, frente a la evidente modificación que empieza a producirse en
la correlación de fuerzas, se hacen anuncios de reeditar el nunca consti­
tuido "Movimiento Civico-Militar” .
- 25 -

Frente a la Segunda Protesta, ya no se podía apostar al fracaso; en su


reemplazo se apuesta a su deslegitimación: la protesta es igual a violen­
cia, vandalismo, desborde. Para ello presionar a los medios de comunica­
ción para que "informen" de los próximos acontecimientos. Ahora bien,
la respuesta frente a la protesta misma fue nuevamente represiva, sin
introducirse grandes modificaciones respecto de la primera, aunque aumen­
tó el número de muertos (cuatro) -y de heridos (70 aproximadamente).

Inmediatamente después de la Segunda Protesta, hay un discurso de Pino­


chet que anuncia "represión selectiva" "apertura": se aplicarán sanciones
legales a la "oposición democrática" (leáse DC) y administrativa a los
violentistas (leáse Izquierda); y mayor energía (o sea control) en las
Universidades. Las concesiones: fin a la censura del libro, transparen­
cia legislativa, repactación de deudas y cinco por ciento de reajuste
a la Administración Pública. Los anuncios no demoran en concretarse en
diversas detenciones y despidos luego del paro del cobre. Fracasado el
paro, los transportistas son invitados a conversar a la Moneda en la
lógica de "negociar por separado". Este hecho sigue hablando de los in­
tentos del Gobierno por neutralizar la protesta entre los sectores me­
dios.

Frente a los llamados a la Tercera Protesta, se continúa en la lógica


represiva y se detiene a la directiva del Partido Demócrata Cristiano.
La protesta misma se enfrenta -por primera vez- con toque de queda y
apoyo militar al control policial. La represión aumenta en intensidad:
balaceras, tanquetas, balines, apedreo a capillas, civiles que disparan
y se localiza -en su mayor brutalidad- en los poblaciones.

Entre la Tercera y Cuarta, los anuncios de cambios en la política del


régimen se suceden: "nuevo plan político", "apertura", "cambio de gabi­
nete", "vuelven los políticos"... Se concretan también -en estos días-
el r e t o m o de exiliados.. Hay, en el intertanto, carta del Papa y res­
puesta pública de Pinochet, se conversa con Fresno y el diálogo se insi­
núa. Con todo, la Cuarta Protesta se enfrenta con la espiral represiva
en su punto más alto (ocupación de Santiago con los 18.000 militares,
y toques de queda), al tiempo que jura el nuevo gabinete encabezado por
Jarpa, en medio de anuncios de apertura política.

Durante esta protesta, como se sabe, el ataque a las poblaciones es masi­


vo y deja una dolorosa secuela de muertos, heridos, destrozos, vejacio­
nes, torturas, destrucción de casas, instalaciones, etc. En los primeros
días se informa de alrededor de 29 muertos, número -que según algunas
fuentes, habría crecido con posterioridad -dada la gran cantidad de heri­
dos- a 84.

A pesar de ello, el Gobierno inicia, a partir del nuevo gabinete, una


nueva fase que proclama de "diálogo" y apertura política. En efecto,
Seguel es recibido en La Moneda y se inicia luego el diálogo Jarpa-Alian-
za Democrática, hay nueva lista de exiliados que pueden regresar, fin
del estado de emergencia y anuncios de Plesbicito, leyes de Registro
- 26-

elec toral , partidos, y funcionamiento del Congreso.

Enfrentado a la Quinta Jornada de Protesta, el Gobierno ensaya una nueva


estrategia de apoyo a la represión policial, oficial: llama a organizar­
se a los sectores civiles como aparatos paramilitares (de defensa, en
lenguaje oficial). Así, durante esta jornada de Protesta la represión
cobra nuevamente 16 víctimas, alrededor de 400 heridos y sobre 600 dete­
nidos. Destacan en la represión la participación de grupos de civiles
armados y las acciones de violencia contra los sectores poblacionales.
Al mismo tiempo, en la medida que la protesta se prolonga por varios
días en las poblaciones, juega una estrategia de división de los pobla­
dores, anunciando y difundiendo, a través de la prensa, supuestos ata­
ques entre diversas poblaciones.

En síntesis, a pesar que la estrategia de protesta se ha mantenido, el


Gobierno recupera un cierto nivel de iniciativa política; recuperación
que tiene que ver con su capacidad para redefinir adhesiones en su propio
campo (el de la derecha política) como por las debilidades que comienza
a hacer evidentes la Oposición. En el momento actual, todo pareciera
indicar que el Gobierno busca redefinir un "espacio de oposición polí­
tica controlable", dividiendo al bloque opositor: tolera ciertas accio­
nes y ciertos espacios y reprime todo lo que trasgreda esas acciones
y esos espacios. Pueden haber concentraciones pero no marchas, diálogo
pero sin tocar el tema Pinochet, estatuto de partidos pero no modifica­
ción de plazos; en suma, el Gobierno juega a imponer su propia política
de la transición, con Pinochet, fuerzas armadas y constitución del 80.

4.5. SURGIMIENTO DE PROPUESTAS Y ORGANIZACIONES.

Esta variable es compleja, por cuanto incluye elementos de diverso carác­


ter, cuya relación esta dada per ser los principales agentes de genera­
ción de propuestas de resolución de la actual situación (ya no solo agen­
tes activos en el marco de la Protesta). La evolución de la variable
indica, en primer lugar la explicitación y articulación sucesiva de acto­
res políticos-partidario como generadores de propuesta, con distancias
incluso respecto de la movilización predominante. Es así como en un prin­
cipio es la Confedereación de Trabajadores del Cobre (CTC) y luego el
Comando Nacional de Trabajadores (CNT) quienes hacen planteamientos na­
cionales demandando un cambio en la situación del país para dejar paso
luego a la Alianza Democrática como el interlocutor validado como opo­
sición al gobierno. La inicial politización del moviminento sindical
deja paso a una alianza de partidos opositores de amplio espectro. En
segundo lugar se percibe el surgimiento de diversas expresiones luego
- 27 -

de la Alianza, y que suponen una entrada de la izquierda en la escena


pública nacional con autonomía y planteamiento propios. Nos referimos
al Movimiento Democrático Popular y al Bloque Socialista. La dinámica
de articulación de los partidos sin embargo, dista de recoger enteramente
lo que surge de las protestas. De allí que son también las insuficien­
cias de los partidos las que originan un proceso de rearticulación que
aún no culmina.

Las propuestas también se multiplican, ya que cada actor surge con su


manifiesto debajo del brazo. Sin embargo, las propuestas no provienen
solamente de los partidos, también surgen desde la Comisión de Derechos
Humanos y el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo. En términos
tremendamente generalizadores puede decirse que los énfasis en las pro­
puestas van cambiando desde el planteamiento de "necesidad de transfor­
mar profundamente la situación del país” , a la explicitación creciente
de la salida de Pinochet y luego de septiembre al problema de la unidad
de las fuerzas opositoras tras una estrategia común (dondé se colocan
los problemas de las exclusiones mutuas, el "diálogo" y la protesta mis­
ma). No es el caso entrar en este texto en profundizaciones acerca de
las diferencias a coincidencias de las diferentes propuestas.

El otro elemento relevante es la constitución de actores políticos desde


el movimiento social, especialmente desde los sectores que participan
activamente en las movilizaciones. En este terreno han surgido algunas
iniciativas (como la Coordinadora de Organizaciones Sociales Populares,
los Movimientos Sociopolíticos Públicos (Gomez Rojas, Dignidad, y el
Comando Unitario Democrático) pero cuya dinámica parece distar mucho
de tener capacidad de elevar realmente los niveles de coordinación ya
alcanzados. Sea por estar centrados y operar principalmente como coordi­
nadores de protesta, sea porque no se extienden mucho más allá del acti­
vo político permanente. A nivel local si que se han producido coordina­
ciones de base, especialmente entre grupos poblacionales por zona y a
nivel universitario. Lo que no termina de clarificarse es el desarrollo
que estas instancias pudieran tener en tanto actores políticos que ope­
ren más allá de la coyuntura. Cabe consignar que también existen diná­
micas de coordinación interesantes entre profesionales (tanto a nivel
de Colegios como a nivel de los profesionales de oposición) como entre
las organizaciones de mujeres que se han unificado en el MEMCH 83 (Movi­
miento Pro-Emancipación déla Mujer Chilena).

Señalemos, finalmente que del análisis de esta variable se evidencia


con claridad la distancia entre "protesta" y "propuesta". No existe una
correspondencia clara a nivel de actores entre ambos planos. Si miramos
por ejemplo dos actores principales de la protesta pobladores y jóvenes,
veremos claramente su ausencia de las instancias de formulación de alter­
nativas. Por eso es que nadie es dueño, ni jefe de la protesta, tras
la cual subyacen orientaciones múltiples. Eso por un lado. Por el otro
no porque alguien emita una declaración o funde un movimiento, se trans­
forma en actor político. Qué propuestas, partidos y organizaciones ca­
nalizarán realmente la energía popular de estos meses de protesta es
algo que hoy esta en juego.
« 28 -

4.6. A C C I O N DE L A IGLE S I A

La lectura de esta variable presenta algunas dificultades que tienen


que ver, por una parte con la información poco visible que existe acerca
de la acción de la Iglesia de base, y por otra, porque la respuesta de
la Iglesia a las movilizaciones populares y las protestas no es única.
En efecto, como se verá más adelante es posible consignar dos grandes
respuestas: la de la Iglesia oficial o Jerárquica y la de la Iglesia en
los sectores populares que se compromete en las movilizaciones, y si
bien ésta son las Hrespuestas principales", habría que anotar quizás
una tercera, aquella más tradicional de las parroquias en sectores popu­
lares donde ha predominado la pasividad.

Respecto de la acción de la Jerarquía, protagonizada principalmente por


el nuevo Arzobispo de Santiago, Francisco Fresno y la Conferencia Episco­
pal, ha tendido a crear las condiciones para la "mediación y el diálogo".
Esta acción ha sido avalada por el Papa, que recogiendo aspectos de un
documento de la Conferencia Episcopal se dirige en carta pública a
Pinochet instándolo a buscar salidas a la crisis. Por lo menos hasta
la Quinta Jornada de Protesta, la acción de la Iglesia ha sido clara
y uniforme en torno a favorecer el diálogo Oposición-Gobierno que permita
"un tránsito pacífico y ordenado a la democracia". Al mismo tiempo, en
la medida que la Protesta fue ganando en legitimidad pública, la posi­
ción de la Jerarquía ha sido la de avalarla pero condicionándola al "no
uso de la violencia".

Por su parte, la acción de la Iglesia en los sectores populares, compro­


metida en las dinámicas de movilización popular, ha enfatizado en la
denuncia pública de la acción represiva del régimen sobre los sectores
populares, especialmente poblacionales. Al mismo tiempo, junto a otras
instituciones, ha prestado apoyo en la atención de heridos, defensa de
los afectados y en la realización de actos de solidaridad y fortaleci­
miento de la acción popular opositora (ayunos, misas por los caídos,
etc.)

En la acción pública más visible han destacado las declaraciones de di­


versos sacerdotes comprometidos con los sectores populares, que han apa­
recido como "portavoces legítimos" en la denuncia de los atropellos y
violencia ejercida por los aparatos represivos del régimen. En esta misma
línea, durante el mes de septiembre, un grupo de sacerdotes, religiosas
y laicos realizaron una manifestación pública en contra de la tortura
frente a un local de la CNI, anunciando que repetirían su acción cada
vez que se sepa "se esta torturando a una persona".

En suma, la acción de la Iglesia tomifln en su conjunto no ha sido unifor­


me y ha respondido en una suma medida a sus propias tensiones inter­
nas, articulándose en consecuencia a diversas respuestas frente al fenó­
meno de movilización popular.
HAY RUIDO DE CACEROLAS EN
EL ESCENARIO DE LAS
COMUNICACIONES
FERNANDO OSSANDON
- 30 -

LA COMUNICACION SOCIAL EN CHILE, DESDE LA PRIMERA A LA


QUINTA PROTESTA NACIONAL

LAS COMUNICACIONES Y LA NUEVA SITUACION

Las comunicaciones sociales normalmente aparecen como un sistema crista­


lizado, fijo, de emisión y recepción de mensajes, copado por cierto por
los medios masivos de comunicación. El sistema crece, se perfecciona
tecnológicamente y se maquilla con nuevos formatos y reiterados conteni­
dos. La novedad consiste en saber qué "gente linda" ocupará esta semana
la pantalla (a color) de la TV.

La quimera se derrumba en situaciones de crisis. Los medios de comunica­


ción de masas revelan por quien toman partido. Los actores sociales
excluidos del sistema hacen sentir su malestar y alcanzan de nuevo una
cierta visibilidad. Los mensajes comienzan a articularse unos con otros
de manera conflictiva.

Es lo que acontece en Chile desde el 11 de mayo, fecha en que la valiente


iniciativa de los trabajadores del cobre, puso al país en una situación
política y social nueva. La crisis económica devino en crisis política
y la crisis política salió de los confines del palacio para hacerse ex­
tensiva a toda la sociedad.

Uno de los campos privilegiados de esta nueva situación, es el de la


comunicación social.

Postulamos que la actual situación expresa un escenario de confrontacio­


nes informativas y expresivas al menos distinto del existente en el país
meses atrás. Ella contiene, germinalmente, elementos de un futuro campo
comunicacional democrático y nacional, donde los actores expresivos de
los sectores populares requieren pugnar decididamente por garantizar
su presencia legítima en él.
- 31-

¿Cuánto de wlo nuevo** podrá consolidarse, ya sea que la actual crisis


se arrastre o empantane, ya sea que devenga en alguna- forma concreta
de transición? Es algo imposible de pronosticar. Sobretodo porque las
comunicaciones no son un ente en sí, sino que forman parte de procesos
culturales más amplios, de clases y grupos sociales que las sustentan (1).
Y, la condición básica para posibilitar un cambio radical en ellos, &o
constituye el cambio del gobierno dictatorial ejercido por el régimen
militar y el capital financiero.

Lo cierto, si, es que el futuro tendrá que tomar en cuenta el presente,


no podrá desentenderse de él. El país en su conjunto ha protagonizado
un aprendizaje colectivo que estará a la base de cualquier manifestación
comunicacional.

CINCO HITOS IMPORTANTES

En las páginas siguientes, intentaremos consignar los principales sínto­


mas de cambio ocurridos en las condiciones de emisión, circulación y
consumo de mensajes del sistema de comunicación social y de los circuitos
alternativos de comunicación popular.

Para ello seguiremos un camino indicativo, a partir del reconocimiento


de los principales **hitos comunicacionales" observables en el transcurso
de las cinco jomadas de protesta nacional. Se valora como un "hito"
a aquellos acontecimientos concernientes con la información y la expre­
sión, que por su densidad y peso en la coyuntura, operan como verdaderas
bisagras de la historia contingente. Son signos dé ruptura en el escenario
comunicacional, un dato nuevo, del cual parten los actores cuando dise­
ñan "sus estrategias" de emisión, circulación y consumo de mensajes.

Este procedimiento implica que el relato no vaya de protesta en protesta


sino que respete el ritmo propio de los acontecimientos comunicacionales
e identifique solos los hitos significativos.

(1) Para aayor profundidad sobre este te«a, ver "Coiunicación Popular y rearticulaciSn
del aoviiiento popular en Chile hoy**, üna síntesis aparece en COMUNICACION Y SOLIDA­
RIDAD N* 6-7, Santiago, octubre 1982.
- 32 -

Conviene recordar que las preguntas que han orientado nuestro reconoci­
miento y análisis de los acontecimientos, son las preguntas clásicas
de la comunicación social.

¿Quiénes hacen la comunicación en un momento dado?¿Quiénes emiten?¿Quié-


nes consumen los mensajes?

¿A quiénes se dirigen los emisores? ¿A quiénes interpelan con sus men­


sajes?

¿Cómo, cuándo y dónde ocurre todo lo anterior? ¿Cuáles son los principa­
les circuitos comunicactonales y que formas adoptan?

¿Cuáles son los temas que se comunican? ¿Cómo se procesa simbólicamente


la realidad?

Finalmente, valoramos las páginas que siguen como un material abierto,


susceptible de ser modificado y enriquecido, ya que solo representa un
esquema básico. Abierto también en el tiempo, dado la naturaleza contin­
gent e de los hechos qüe se analizan.

PRIMER HITO: EL CAMBIO DE PARO POR PROTESTA: EL GOBIERNO LO SILENCIA/


EL PUEBLO LO DIFUNDE POR SUS PROPIOS MEDIOS,

El día viernes 6 de mayo, a las 21 hrs. la CTC da a conocer una declara­


ción oficial donde, después de señalar importantes argumentos, anuncia
"suspender la convocatoria al paro nacional de actividades y, en su reem­
plazo, llamamos a la población a protestar pacíficámente".

El Gobierno opta por utilizar su poder para acallar la convocatoria y


generar así un triunfo anticipado: "la maniobra política de instrumenta-
lizar a los trabajadores ha fracasado. CTC levantó el llamado a paro"♦

Para crear este significado colectivo de los acontecimientos en la pobla­


ción, procede a orquestar una campaña informativa unívoca-"suspendiendo
el paro"-. Haciendo uso de una censura de prensa soterrada, no pública,
consigue una respuesta casi unánime de la TV, prensa escrita y radio.
Todos publican la suspensión del paro y los comentarios oficiales acerca
de que "una vez más, se impuso la cordura de los trabajadores de base".

Por su parte la CTC, y demás sectores opositores, se ven enfrentados


a la necesidad de improvisar una rápida campaña de contrainformación
- 33-

que aclare "Se suspende el paro; llamamos en cambio una protesta cívica
pacífica".

Diversos grupos, instituciones, organizaciones sociales, gremios, mili­


tantes de partidos e independientes, reaccionan espontáneamente con ini­
ciativas diversas:

- la más extendida, sin duda, es la difusión directa, el contacto inter­


personal: amigos que conversan, líderes bien informados, rumores, etc.,
buscan difundir la noticia: "no hay paro, protesta hay".
Se presume que esta forma de comunicación fue clave para otorgarle
cAadJLbiÁXdxid
al llamado. Entre las personas activas no se trataba tan­
to de conocer una nueva instrucción como de comprender el por qué del
cambio.

- de menor extensión, pero gran poder multiplicador, fue la reproducción


artesanal de dos instrumentos complementarios: la convocjaubonÁn de
la CTC y el uiAVuictivoacerca del cómo protestar. Propaganda y agita­
ción, educación y organización de las masas, a través de quienes deten­
tan posiciones de liderazgo. Se presume que las organizaciones que
hacen trabajo permanente fueron los principales responsables de estas
acciones y de las "versiones" gestadas a partir del llamado central.
Instituciones, organizaciones solidarias, boletines de prensa popular,
entre otros.

- renace, aunque con timidez, la agitación callejera: primeros rayados,


primeros panfletos.

- la información de masas (otra fuente clave de credibilidad) estuvo


a cargo de los periodistas de radio Cooperativa y radio Chilena, que
filtraron -literalmente- la información censurada a través de su traba­
jo informativo cotidiano preestablecido.

- llegan a Chile los primeros corresponsales extranjeros especiales,


evidenciando así el interés, la expectativa y la solidaridad de algu­
nos medios informativos, con cuanto acontece al pueblo chileno.

Comienza pues a tejerse un nuevo ¿enjtuiüjento colectivo,


marcado por la
confusión y la incertidumbre en los diferentes sectores sociales más
o menos activados: los sindicatos se reúnen para fijar otra vez su posi­
ción, las organizaciones poblacionales motivan al ciudadano a tomar un
primer compromiso personal- "caceroleo" "no comprar" y otras medidas-
ios estudiantes universitarios se aprestan a manifestar en sus campus.
Para activar,algunos piden razones. Todos, exigen instrucciones. El cua­
dro de activación termina de prefigurarse durante el mismo día 11. La
primera protesta fue más bien una jornada por establecer -ante sí y ante
los demás-que ¡es posible protestar!
- 34-

Ese día y los que le siguen son un tiempo de balance: ¿estará resultando
o no? ¿de qué magnitud?. Los chilenos se ven envueltos en una bataJMi
ideológica-valórica pon. J demo¿tnac¿óri.
jol El Ministro del interior anota
el fracaso del paro (sic) y prefigura un tema para el futuro: "ante el
fracaso paro durante el día, recurrieron al vandalismo por la noche".
Las radios no-oficialistas informan de la magnitud objetiva del fenómeno.
Cada uno, en.su barrio (o al día siguiente, en el barrio de X pariente,
de Y amigo) comprueba por sí mismo una parte de esta verdad. El testimo­
nio directo,$asa a ser para la mayoría, la única prueba de verdad. Para
los que no participaron, saber del impacto en otros, fue factor suficien­
te para dudar de las fáciles conclusiones Ministeriales vertidas en la
mañana del día 12. La verosimilitud de la información oficial se resque­
braja. El aprendizaje colectivo ha comenzado. (2)

SEGUNDO HITO! CASTIGO A LOS CULPABLES: SUSPENCIÓN DE LOS


PROGRAMAS INFORMATIVOS DE RADIO COOPERATIVA.

El 16 de mayo el Gobierno entabla un requerimiento judicial contra los


organizadores de la protesta, Rodolfo Seguel y algunos dirigentes de
la UDT. Pronto intentará quebrar su unidad recibiendo a tres de ellos
-por separado- en la Moneda. Completamentario con lo anterior, suspende
la transmisión de toda la información periodística en radio Cooperativa.
Fuerzas militares y de orden allanan masivamente dos poblaciones de San­
tiago radio La Voz de la Costa de Osorno es objeto de un atentado anóni­
mo.

En el terreno informativo, el Gobierno actúa como lo ha hecho siempre,


manejando JLmápaneá . Acompaña el cierre del diario de Cooperativa con
"sugerencias" a los distintos medios para que informen acerca del "vanda­
lismo" habido en la protesta. La TV, la prensa y casi todas las radios
acatan. El discurso oficial se unifica y se hace evidente el quién es
quién respecto de los medios informativos ante la población. El único
cambioquese constata en los medios oficialistas, es la valoración de los
dirigentes nacionales de los trabajadores como actores válidos que "hacen
noticia". Seguel es tratado por MEH Mercurio" como un personaje. Por
su parte, algunos personeros cercanos al régimen, entrevistados por los
diarios, llaman al gobierno a "no hacer oídos sordos" respecto a la exis­
tencia de un malestar en la población. En otras palabras, los medios
adhieren de lleno al pedido del Gobierno de construir "imágenes"
contrarias a la protesta, a la vez que se autonomizan de él en las

(2) Un análisis coaunicacional exhaustivo de la priaera protesta lo constituye el trabajo


de Paulina Gutiorre/, Gissele Hunizaqa. PabJo Ortiz y Alfredo Riquelae "La Protesta
Nacional en la ciudad y en la Prensa", CENECA, nayo-junio 1983, pp 40.
- 35—

labores informativas. Incluso envían mensajes encubiertos a las auto­


ridades a través de su interpretación de los hechos. (3)

Por su parte, las fuerzas sociales opositoras cuentan ahora con algunos
elementos determinantes espontáneos, que juegan a su favor: por ejemplo,
se genera una gran demanda por información rápida, amplia y veráz. Lo
acontecido en esos días invita a creer más en los amigos y vecinos que
en los medios de comunicación de masas o en los voceros oficiales del
Gobierno.

Sobre ese clima subjetivo favorable a la libertad de información se mon­


tan nuevas iniciativas para contrarresten' los ataques del Gobierno:

- Radio Chilena asume sin pudor el papel de órgano informativo radial


de reemplazo.

- periodistas de Santiago, denuncian la censura de los medioa a través


de su boletín "El Periodista" y realizan una marcha amordazados por
el centro de Santiago.

- los afectados, instituciones y personalidades , denuncian el verdade­


ro propósito de los allanamientos masivos de poblaciones y difunden
un instructivo para evitarlos.

El enfrentamiento encuentra su punto más alto en el levantamiento de


la prohibición que afectó a Radio Cooperativa.

El escenario comunicacional sale aslmarcqdo por las siguientes consecuen­


cias:

a) Ante la negativa de los canales de JV a cambiar sus monólogos infor­


mativos, crece significativamente la audiencia de radio.

b) De la suspensión, Radio Cooperativa emerge con un reconocimiento táci­


to del Estado como medio informativo veráz que los sectores más infor­
mados de la población ya le habían otorgado.

c) El tema del "vandalismo" prefigura el trato que en el futuro el Go­


bierno dará al tema de "la violencia". (En la quinta protesta alcanza
el paroxismo, con rayados callejeros que dicen "Viva Pinochet, No
al Marxismo Asesino").

(3) ME1 análisis del tratamiento que hace la prensa oficialista de los sucesos del día
H de «ayo, nuestra que estos hechos son utilizados para desarrollar y dar aás énfasis
a discursos que ya con anterioridad eran producidos en estos árganos. Elaboraciones
de sentidos que,interpretando la realidad de una cierta «añera, buscan apelar al gobier­
no para salvarlo de si ■is«ou P. Gutierrez et. al., op. cit., p. 39.
- 36-

TERCER HITO: LOS LÍMITES DE LA COMUNICACIÓN DIRECTA: EL RE~


V¿S DEL PARO CONVOCADO POR EL CNT Y LOS
CAMTONEROS.

Entre la segunda y tercera protesta, la Confederación Nacional de Traba­


jadores decide llevar a cabo a otros acuerdos de su último Congreso y
proclama un paro indefinido en demanda de la libertad de sus dirigentes
presos. En los mismos días, el Comando Nacional de Trabajadores y la
Confederación Nacional del Transporte Terrestre llaman a un paro nacional
indefinido.

El paro del cobre se lleva a cabo en los diferentes minerales con desi­
gual intensidad. El paro nacional, en cambio, fracasa rotundamente. Solo
paralizan algunas secciones de camioneros agremiados en provincias y
grupos aislados de trabajadores que adhieren al llamado. A poco andar,
el Gobierno pacta un arreglo económico con el dirigente camionero, luego
de una breve e intrascendente detención carcelaria.

Estos hechos se viven en el campo comunicacional marcados por cuatro


síntomas principales:

a) Todos los medios informativos cubren la detención de los dirigentes


del cobre, la realización del paro en las minas y las reacciones del
CODELCO: en primera plana los diarios destacan la versión oficial,
pero, en páginas interiores se consigna significativamente la versión
de los trabajadores.

Por primera vez en años una noticia laboral es cubierta en los me­
dios oficialistas con el tradicional recurso de objetividad propio
de las democracias burguesas: "informar las dos versiones", otorgan­
do así realce no sólo a la acción
de los trabajadores sino también
a su opinión*

b) La convocatoria a paro nacional indefinido no es informada por los


medios masivos de comunicación, evidenciando en parte la eficacia
de la censura del Gobierno a los directores de medios y, en parte,
lo confuso que es la convocatoria misma.
Radio Cooperativa filtra apenas la noticia en sus programas.

Se produce así un clima de isic&iiuxbjmb/ie.


en las personas más activas
y de marcadadeyi-ijrfó/uruicJjón
en la gran masa de la población. Una
vez más, la comunicación de masas confirma así su indispensabilidad
como medio capaz de garantizar el éxito de iniciativas nacionales
socializando la información. Sin embargo, el carácter poco claro de
- 37 -

quíenes convocaban, a qué y por qué -hecho confirmado a los pocos


días con el arreglo entre los camioneros y Gobierno- impide pensar
en la des-información masiva como "la causa" del mencionado fracaso.

c) Mientras esto sucedía en Chile, la noticia del paro nacional alcanza


ribetes inusitados de presencia en medios de prensa de todo el mundo.
Los corresponsales extranjeros habían informado del hecho que ocurri­
ría y éste alcanzaba una magnificada proyección en variados países.

Semejante desfase entre esas expectativas y lo que realmente aconte­


ció, no es atribuible a la falta de profesionalismo de los correspon­
sales sino a una suerte de adeMintcuriienXo ¿ub¿e¿Lvo respecto de las
condiciones de lucha y representación social existentes en el país:
sus fuentes fueron los mismos dirigentes laborales que antes les di­
jeron "protesta habrá" cuando protesta hubo. No tenían razones sub­
jetivas, para dudar de la credibilidad de sus predicciones.

d) Impactados por las demandas por una mayor información que hacen diver­
sos grupos, sectores y personas, los dirigentes de los trabajadores
ven en esos días la conveniencia de contar con medioq de comunicación
propios, que trasciendan el ámbito localista y alcance restringido
de los existentes. De manera improvisada, el CNT y -posteriormente-
sindicatos mineros de El Teniente, editan un "periódico de masas"
de corta vida y fügaz impacto, "Chile de pie"* La experiencia en si
no tuvo gran trascendencia, pero, contribuye a evidenciar la necesi­
dad de ocupar crecientes espacios-comunicacionales con órganos de
expresión independientes y autónomos, en las circunstancias que se
avecinan.

CUARTO HITO: *EL CASO DE LOS PANFLETOS* 0 LA AMPLIACIÓN DEL


ESPACIO COMUNICACIONAL CON NUEVOS ACTORES E
INUSITADAS FORMAS DE CONFRONTACIÓN IDEOLÓGICA
PÚBLICA.

Una semana antes de la tercera protesta, el Gobierno detiene a cuatro


personas y los acusan de "tratar de subvertir el orden público imprimien­
do 600 mil panfletos". A los pocos dias, varios altos personeros de la
DC son detenidos por un juez, ya que reconocen la autoría intelectual
y material de los mismos. La protesta se realiza el 12 de julio con
Gabriel Valdés en la cárcel. El 22 de julio, un dictamen judicial de
la Corte de Apelaciones libera a todos de manera incondicional, sancio­
nando la protesta por medios pacíficos como un derecho constitucional
de los chilenos.
- 38 -

Más allá de su repercusión en el carácter de las confrontaciones globales


contribuyen a darle un manejo potuLLcjo
a la tercera protesta y a añadir
una pzenta de lepJJjünJjdad
judicial a esta forma de lucha -interesa ano­
tar su signifiedo específico en el campo común icac ional * "El caso de
los panfletos" otorga, en la práctica, un cierto reconocimiento jurídi­
co- a la idea de respaldar con campañas agttattvaA
el derecho de secto­
res no-gubernamentales a disentir. Por tal razón, el escenario comunica-
cional tiende a ampliarse y a ocupar terrenos menos regulables por la
autoridad.

En los días posteriores acontecen sucesos inusitados*

a) El panfleteode fuerzas opositoras se generalizar lo mismo los rayados


en las murallas.

b) Surge el panfleteo y rayados en favor del Gobierno. Sus consignas


son principalmente descalificadoras de la oposición y pu lenguaje,
injurioso. Nadie firma.

c) "Los partidos" o "voceros de partido" entran como actores en la esce­


na informativa en calidad de fuente informante legitimada.

Lo que ya ocurría tímidamente en la prensa y radio, se torna un hábi­


to cotidiano allí. Por su parte, los canales de TV consignsn esporádi­
camente informaciones provenientes de políticos opositores, usando
el lenguaje de "la entrevista en terreno e imágenes visuales por
primera vez.

De tal manera, que alrededor de estos acontecimientos la censura in­


formativa se ve sobrepasada. No así la adhesión de los medios a las
"sugerencias" sobre violencia y antimarxisrao que alienta el Gobierno.

La ciudad ha perdido el decoro y el resto de limpieza que le quedaba


desde "el boom", imagen de orden y autoridad que el Gobierno esgrimía
con orgullo. Sus propios "partidarios" la ensucian, para contrarrestar
la capacidad movilizadora de la oposición con signos de adhesión civil
informal. (Reviven un viejo tema asociado al del orden y la autoridad,
el de "la mayoría silenciosa").

Por otra parte, el Gobierno impide la entrada de u» corresponsal de "El


País", a raíz de la publicación de una editorial antipinochetista.

En cuanto a los materiales informativos de instituciones profesionales


autónomas y de organizaciones de base, éstos no escapan del nuevo "clima
informativo" y reaccionan especializándose: surgen los primeros mapas
y análisis de las protestas; los boletines populares cubren los temas
- 39-

del día a nivel local y sectorial, algunos incluyen en ellos más artícu­
los sobre temas nacionales; los semanarios de actualidad opositores ex­
presan más abiertamente sus posiciones doctrinarias, etc.*.

QUINTO h i t o : LAS CONFERENCIAS DE PRENSA DE LOS PARTIDOS 0


EL PRIMER DESTAPE CONTROLADO DE LA OLLA.

El 11 de agosto, un día antes de la cuarta protesta nacional, asume el


Ministro del Interior Sergio Onofre Jarpa. Pronto da inicio a un program
na de acción política denominado lfde apertura” . Del otro lado, se consti­
tuye formalmente la Alcanza Democrática, encabezada por Gabriel Valdés
que excluye explícitamente a partidos de izquierda calificados de "vio-
lentlatas” . Las manifestaciones poblacionales alcanzan un grado inusi­
tado de autonomía y relativa ingobemabllidad, a partir del valor des­
plegado al protestar mientras 18.000 efectivos militares ocupan la ciu­
dad.

K1 complejo juego político que inaugura Jarpa desde su escritorio -abier­


to el diálogo con casi todo tipo de personqp y organismos-; la redisposi­
ción acalorada y oada vez más pública de lata partidos opositores -inclui­
dos ahora, explícitamente los de izquierda-; la vuelta al país de con­
notados dirigentes políticos exiliados, demócrata cristianos en su mayo­
ría; son, entre otros, fenómenos que se expresan comunicacionalmente
de acuerdo a lo que permiten las nuevas circunstancias.

El campanazo más osado lq da el Partido Socialista en agosto cuando rea­


liza su primera Conferencia de Prensa en diez años. Le precede un gran
almuerzo de desagravio a Gabriel Valdés, ocasión en que la Alianza Demo­
crática se estrena en sociedad. Le suceden conferencias de prensa de
la IC, MAPU, MiPU 0C, P.S. ”U Chispa” y PC.

Las iniciativa políticas se transan ahora abiertamente en el mercado


informativo. Jirpa da la pauta, anunciando su aceptación a que el PRODEN
organice una concentración pública en el Parque 0*Higgins. De aquí en
adelante, el Canal 13 TV reportea adecuadamente acontecimientos como
la llegada de Zaldivar al país, la reconsideración de Lavanderos sobre
su anunciada concentración de masas, marchas y protestas estudiantiles,
etc... En los periódicos se puede leer acerca del último pleno celebra­
do por el partido tal o cual en Punta de Tralca y algunos testimonios
de familias afectadas por la represión. Pobladores, carabineros y curas
del sector, constituyen las tres fuentes de información acerca de lo
que acontece etilos barrios, legitimados por la prensa oficialista.
- 40 -

La opinión política también gana en estatura. Aunque de corta vida, Ca


nal 5 TV realiza un programa-foro con personalidades varias. Radio Chi­
lena, Alondra, agricultura y Carrera inauguran un programa semanal seme­
jante. "Almorzando en el 13" se convierte en una valiosa tribuna de opi­
nión, aunque exclusiva para personeros de Gobierno. A Canal 11 TV -con
Raquel Correa- se le impide sacar al aire un programa de opinión ya con­
feccionado.

Todas estas inÁ-CÁxjutLvaA-pnohlbÁjcux>n.eA


convierten espontáneamente al
periodismo de una suerte de escuela pública tradicional, donde se anuncia
cambio de textos escolares y cada profesor debe concurrir con el suyo,
para descubrir cuales son los verdaderos límites del propósito anunciado
por la dirección.

Los corresponsales extranjeros, que aumentan en cantidad mes a mes, ha­


cen noticia también en septiembre. Se anuncia la llegada de Oriana
Fa l l a d , "que habría venido a ver caer a Pinochet" (L.S., Top Secret).
Una corresponsal francesa es violentamente golpeada en un funeral en
el cementerio. La Revista Análisis, que habla sobre Allende y en contra
de Pinochet de manera abierta, es objeto de una drástica querella en
su contra. Al segundo número de haberse levantado el Estado de Emergencia,
la revista APSI, de aparición quincenal, reinicia sin más trámite la
cobertura de temas nacionales.

En suma, la tónica que rodea a estos acontecimientos post-anuncio apertu-


rista -de Jarpa- es el intento colectivo y apresurado por AedefJnui de
nuevo e¿ espacio púbZLco de comunl<xicjjón.
Gobierno, opositores, periodis­
tas y ciudadanos, interpretan a su manera el nuevo espacio y pugnan por
otorgarle un contenido y una forma a su medida, en un marco tácito de
realismo de las diferentes partes.

El resultado, por cierto, es que se dLLveoALpj^jn


los actores, las pre­
guntas, los formatos e incluso los niveles de participación de la pobla­
ción en la confección del material noticioso o expresivo. De este proce­
so no se desentiende el Gobierno, que al poco andar muestra la estrechez
de su voluntad aperturista, junto a su capacidad para realinear tras
de si una derecha política dividida y desencantada. El pueblo y los opo­
sitores, pugnsM por consolidar las precarias nuevas posiciones recién
alcanzadas...
- 41-

¿OTROS HITOS?

Nuestro análisis culmina aquí, a fines de septiembre. Las semanas pasan


y la confrontación político social continúa. El tema queda pues abierto.

A manera de epílogo, conviene anotar algunos acontecimientos que tienden


a impactar fuertemente en el ahora ruidoso escenario de las comunicacio­
nes.

Destacan, entre otros, la capacidad del Gobierno para orquestar campañas


del terror, muy parecidas a las que definen los manuales de contrainsur-
gencia usados en Vietnam: el discurso es reemplazado por la acción y
la acción que se propone a los individuos es el de su vulnerabilidad.
”E1 vecindario está amenazado” , "vendrán de la población del lado” . La
campaña psicológica es orquestada sobre la marcha, aprovechando el pasado
reciente de aislamiento y desconfianza con que el modelo económico domes­
ticó a loe chilenos y que la convivencia surgida en las protestas no
ha podido enterrar aún.

Del otro lado, destaca el valor de sectores poblacionales dispuestos


a denunciar y dar testimonio de la dura represión ejercida sobre ellos.
Profesionales de la salud atienden casos y los dan a conocer. Agentes
pastorales y laicos denuncian de frente la práctica de la tortura en
Chile. Bn dos palabras, el miedo -en cuanto elaboración de sentido- se
desplaza en retirada en variados frentes. La visibilidadd de estos nuevos
síntomas favorables al pueblo, sin embargo, es relativamente pobre, debi­
do al estrechamiento en octubre de los márgenes informativos tolerados
por la prensa, radio y TV oficialistas.

RECAPITULACION FINAL

En cosas de meses, por lo menos asistimos a:

1. Un cambio en el proceso informativo nacional, marcado por el resque­


brajamiento del monólogo informativo oficial y la afirmación de una
línea informativa opositora. El consumo de imágenes predigeridas en la
población deja paso a una mayor demanda por información real.
- 42 -

2. El escenario ideológico se torna complejo. En él se manifiestan pú­


blicamente las corrientes de pensamiento existentes verdaderamente
en la sociedad.

3# Se vigorizan algunas formas de comunicación hasta ayer arrinconadas


al clandestinaje -como el panfleto, el rayado- o restringidas al
espacio local otorgado por algún alero eclesiástico.

l\t Seelaboran nuevos símbolos de convivencia humana -como "la fogata",


"el sit-in", "las poblaciones" y "la represión”- que nutren de emoti­
vas vivencias y comprometedores lazos, a vastos sectores de la pobla­
ción.

5, Se redispone temporalmente el grado de influencia de la radio como


fuente de credibilidad informativa y expresiva, sobretodo respecto
de la televisión.

5, Se atrae hacia Chile la atenta mirada de muchos países del mundo,


que inundan ocasionalmente al país de corresponsales extranjeros.

En suma, en cosa de meses se remecen importantes formalidades en el sis­


tema de comunicación social, hasta ahora fundado en una implacable lógica
de acumulación del capital, la exclusión de los oprimidos y el masivo
disciplinamiento de la población. Junto con ello, el espacio comunicacio-
nal se extiende -en formas, actores y contenidos- a otros terrenos, donde
(por ahora) el pueblo y los sectores democráticos del país pueden desple­
gar sua principales energías.

Santiago, octubre 1983


LOS JOVENES PRINCIPALES
ACTORES EN LAS PROTESTAS

ALEJANDRO BORIC
- 44 -

TRANSCRIPCION TEXTUAL DE P O N E N C I A P R E S E N T A D A AL ENCUENTRO

Una primera palabra, para referirme al carácter de la reflexión que


voy a presentar. En SEPADE, después de la quinta protesta y recogiendo
algunas de las discusiones en las que participamos con pobladores
donde trabajamos (jóvenes adultos, también mujeres), quisimos tener
un espacio de discusión entre nosotros y, así, ordenarlas y sistematizar­
las. Esto se concretó en un documento que se llama »• La protesta:
una visión parcial11 y que una vez leído los compañeros de ECO nos
pidieron que lo aportáramos a este encuentro. Queremos entonces, modesta­
mente, compartir estas reflexiones, que tienen el valor de recoger
elementos de subjetividad popular de los sectores con los que trabajamos,
pero, a la vez, tienen esa misma limitación: están circunscritos a
la zona sur de Stgo, sobretodo al sector de Caro Ochagavía, San Higuel.
Ese es el carácter de la reflexión.

Ahora en relación a la cosa juvenil, yo voy a colocar ciertos elementos


que aparecen en el documento y algunos otros, en forma muy breve y
que seguramente están presentes en las discusiones de todos los grupos
con los cuales ustedes están trabajando.

UNA CONSTATACION GENERAL

Entonces entremos en el tema de los sectores juveniles poblacionales


y las protestas. Lo primero es una constatación que es un hecho evidente:
los jóvenes en las poblaciones son los principales actores en las
protestas; son los que están en la galle, los que están peleando,
los que están haciendo barricadas, etc. En segundo lugar, vemos que
ese comportamiento juvenil es masivo, o sea, no son sólo los sectores
organizados, los sectores políticos juveniles, sino que es un comporta­
miento que atraviesa a todos losjóvenes de población. Esto hace varios
meses, se puso sobre el tapete y entró a relativizar muchas concepciones
o tipologías que se hacían sobre jóvenes: conolentes, inconcientes
o alienados, activos o pasivos; en el sentido de que hoy hay un comporta­
- 45 -

miento que identifica a todos los jóvenes, no sólo a los sectores


organizados o concientes. Al menos sobre la dimensión pasivo-activo,
eso es así: vale decir, los pasivos están activos en los días de protes­
ta. Quizás hay que hincarle un poco más el diente, a la cosa conciente-
inconciente en el sentido de que al estar presente en la lucha callejera
y los niveles de conciencia que eso refleja, son un signo de interroga­
ción.

¿POR QUE OCURRE ESTO?

Ahora, es importante preguntarse por qué ocurre este comportamiento


juvenil, ya que de esa pregunta, o de las tesis que uno tenga con
respecto a ese comportamiento, se va a desprender un poco su carácter
político, su potencialidad. Bueno, intentando responder al "que hay
detrás” de ese comportamiento, nosotros señalamos algunas pistas,
o algunos intentos de explicación.

Lo primero es que los jóvenes en población han estado sometidos, y


eso lo comparte también con los adultos en general, a un estado de
frustración permanente, ya sea en sus necesidad básicas, materiales,
como también en ciertas necesidades propias de los jóvenes, como la
necesidad de comunicarse, las necesidades afectivas, las necesidades
de participación, de identidad, etc. Este estado de frustración permanen­
te potencia un estado de agresión, que ha permanecido latente durante
estos años y que no se ha manifestado y en ese sentido las protestas
abren una compuerta para que esta frustración se exprese a través
•-• una agresión más o menos generalizada. Entonces hay ahí una especie
de agresividad contenida que cuando 6e abre el espaciode protesta
se vuelca, se vuelca un poco en el desborde, en las expresiones calleje­
ras.

Una segunda cosa es que los jóvenes, al igual que los adultos, pero
fundamentalmente ellos, han sufrido la represión oficial y esto ha
tenido como efecto el ligar a cualquier manifestación del régimen
un sentimiento de temor. Por ejemplo, los carabineros, la CNI, pero
no sólo ellos, sino que también las municipalidades, loá "sapos"♦
Cualquier manifestación del régimen genera temor, y no Sólo temor
sino que también una agresión que tampoco se ha expresado. Las protestas
también abren esa puerta, a que se exprese esa agresión hacia cualquier
símbolo del régimen y de ahí uno entra a explicarse muchbs de los
comportamientos violentos, agresivos con que los jóvenes de poblaciones
manifiestan su descontento (la agresión se generaliza hacia cualquier
- 46 -

manifestación del régimen, como locales públicos, juntas de vecinos,CEMA,


y también símbolos públicos como semáforos, el pavimento de la calle,
etc.jante esos símbolos, que se asocian al régimen, al orden, hay
una agresión que se desata).

Otro elemento que a nosotros nos parece importante es que los jóvenes
durante todos estos años, han estado sometidos a una exclusión, a
una marginación de la sociedad. Por lo tanto tienen un sentimiento
de no participación, de no expresión. También las protestas cumplen
ese rol: de alguna forma los jóvenes se expresan, participan, en una
forma muy desordenada, como desesperada de recobrar un espacio de
expresión y de participación.Entonces el protestar tiene este rol
de identidad también; los jóvenes se expresan de esa forma con rostro,
con voz propia. Por ejemplo, en la población La Victoria, es claro
como los jóvenes (claro que ahí hay también un elemento de identidad
como población) al verse en las noticias, en los diarios,en la televisión
o en la radio, se sienten como contentos de que ellos aparezcan ahí:
"nosotros somos los que producimos estos desmanes, así estamos siendo
tales, considerados en la sociedad como tales". Entonces las protestas
también tienen ese rol de recobrar una identidad colectiva y social
de parte de los jóvenes populares.

Por lo tanto, estos elementos nos hacen pensar que detrás de estos
comportamientos hay un sentimiento de rebeldía, de rechazo al régimen,
al orden establecido. Pero es un rechazo un poco viceral, al menos
no conciente en un sentido más político de la palabra, por eso se
explica uno, una violencia tan intensa, tan indiscriminada, en ocasiones.
Se percibe un sentimiento de rebeldía generalizado, pero que es vago
y difuso en cuanto a sus contenidos más políticos. Entonces esto,
más que ser una dato político claro, abre las puertas a lo político,
plantea preguntas a lo político y no necesariamente lleva en forma
lineal a una actitud conciente, política, de parte de los jóvenes
(al menos de la generalidad de los jóvenes). Hay que decir que en
la cuarta y en la quinta protesta el comportamiento juvenil ha aumentado
en la lucha callejera, pero al aumentar eso, hay que poner un signo
de interrogación en torno a si han aumentado los niveles de conciencia
o la politización en general de los jóvenes. 0 sea, no es una cosa
lineal, que a mayor cantidad de protestas se vaya a lograr un movimiento
juvenil popular, político o con perspectivas socialistas, con proyecto
de sociedad futura. Eso no es así.
- 47—

ALGUNOS PROBLEMAS

En torno a esa constatación general, quisiera exponer algunos puntos


que entran a especificarla o a explicarla. Lo primero es que el joven
es el principal actor en la calle; sobre todo hay un aumento a medida
que van pasando las protestas, pero es fundamentalmente en la calle,
antes, durante y después de la protesta misma, en la agitación, en
el panfleteo, en el rayado, en la barricada, en el enfrentamiento
con los pacos. Esa es su forma de expresión y no tanto, en un momento
como más reflexivo. En el sector Caro Ochagavía se han hecho algunos
intentos de discusión, de reflexión, donde se invita a los distintos
actores poblacionales, para reflexionar en torno a las protestas y
hacia dónde va esto. Y no son precisamente los jóvenes los más presentes
allí. Paradojalmente son los hombres, que son los más ausentes en
la calle, quienes se preocupan un poco más en estos momentos más reflexi­
vos. Entonces el protagonismo juvenil tiene esa limitación: es en
la calle donde se expresa. En un momento más reflexivo, más conciente#
no están presentes y si lo están, es con una presencia mucho menor
que la de otros sectores.

Lo segundo es que de alguna forma este desborde juvenil, de manifestacio­


nes callejeras, presenta algunos problemas en cuanto a la participación
de otros actores, como por ej. los hombres. Nosotros hemos constatado
que desde la perspectiva de los hombres o de la gente más adulta esto
genera un cierto rechazo, o sea, se ve el comportamiento juvenil como
una actitud irreflexiva, que de alguna forma impide su participación
en esas manifestaciones de descontento. Los jóvenes se toman la población
en los días de protesta y son ellos los que conducen, de acuerdo a
su dinámica, que es una dinámica un tanto distinta a la de otros secto­
res. Entonces ahí se plantea un problema.

Una tercera cosa que cabe señalar es que la lucha Juvenil se da fundamen­
talmente en lo que se ha llamado el propio territorio, en el sector
poblacional, donde antes se hacían las conversaciones en la esquina,
donde se escuchaba el toca cassette, donde se jugaba a la pichanga,
donde se "pega el pito"; ahí en el territorio conocido, ahí es donde
se expresa el descontento. Si nosotros pensamos en la concentración
que hubo el otro día en el centro, nos damos cuenta que el porcentaje
de jóvenes poblacionales que estaban allí, fue muy bajo; había mucho
más jóvenes universitarios o de institutos o de enseñanza media, pero
de otros sectores. Los jóvenes poblacionales no están tan presentes
en las manifestaciones del centro; en eso juega un factor económico
también esto que nosotros podríamos llamar M la pelea que se da en
- 48-

el territorio" que es la población. Ouizés se puede señalar ahí que


el hecho de ir al centro, como es mée desconocido, genera más inseguri­
dad, la posibilidad de represión es mayor y por lo tanto mientras
no se asegure la percepción de que estas manifestaciones están autoriza­
das y que no va haber represión tan violenta, los jóvenes de población
no van a participar tanto en ese tipo de manifestación.

Una cuarta cosa para señalar, es en relación a los no organizados.


Si bien ellos, los que se llamaban pasivos e inconcientes, se expresan
masivamente los días de protestas, eso no pasa de ser un comportamiento
que dura cinco o seis días. A medida que van pasando los días, van
quedando los jóvenes más organizados en la labor permanente. 0 sea
aunque este comportamiento juvenil es generalizado, se circunscribe
a los días de protesta y como masificación de la lucha callejera.
Y a medida que van pasando los días va ocurriendo un fenómeno piramidal,
donde van quedando los grupos más organizados y los grupos más políticos.

Otra cosa es lo que tiene que ver un poco con eBa franja juvenil,
que uno podría llamar como la de los drogadictos, drogados, delincuentes,
"patos malos", etc. Nosotros pensamos que hay una especie de dinámica
propia de los sectores "lumpen", que se confunde un poco con la de
los jóvenes en general pero que, a medida que va pasando la noche-;
va adquiriendo su propia especificidad. En algunas poblaciones con
el pasar de las horas, a las once, doce de lá noche, esta franja de
"delincuentes", drogadictos, son los que conducén las manifestaciones
de descontento y le imprimen su propia dinámica y lo hacen con las
características que decíamos antes, vale decir con características
más violentas. Esto de apedrear autos en forma indiscriminada, de
cobrar peaje a las microB, de romper semáforos, es protagonizado princi­
palmente por este tipo de jóvenes. La orientación política que tenga es
discutible; uno podría pensar que es bastante funcional al régimen.
De hecho nosotros pensamos que los rumores de enfrentamiento entre
poblaciones, de alguna forma, tienen una cierta base real en el sentido
que» este tipo de comportamiento genera cierto temor en los sectores
poblacionales y da pie a que puedan ser creíbles los rumores propagados
por sectores del régimen.

Bn relación a los activos políticos y sociales, nosotros vemos que


son desbordados en todo este descontento juvenil que se expresa y
que la conducción de las acciones no está precisamente en los sectores
políticos y organizados. Ahora, sí bien eso es así, pensamos que d*4
alguna f o r m hay ciertas orientaciones de los grupos más politizados,
mSs organizados, que facilitan ese tipo de acciones. Por ejemplo,
los sectores más organizados, en los días de protesta, se abocan fundamen
talmente a labores de tipo operativo ( al rayado, a la consigna, incluso
de proveer de material, apoyo logíático a la protesta, esta cosa de
los neumáticos» ds la bencina, de la parafina, etc); se abocan mucho
a esa lógica de acciones operativas y 6e facilita por tanto un comporta
miento generalizado en esta línea. Como ejemplo ilustrativo, sirve
lo que cuentan en la población Sta.Adriana: para la primera protesta
eran los jóvenes más políticos, más organizados, los que estaban en
- 49 -

la calle haciendo barricadas, dirigiendo un poco las manifestaciones


de descontento y hacían sus barricadas y llamaban al resto a que se
sumaran a ellos; los patos malos miraban desde sus casas como los
Jóvenes más políticos hacían estas cosas. Hasta que repente se ''pegaron
la caché" de que también podían expresarse, entonces traían sus neumáti­
cos, que eran el doble de grandes y hacían barricadas más grandes
que las de los sectores políticos. De ahí en adelante son ellos los
que han tomado la batuta en este tipo de expresiones y cuando los
sectores más políticos, más conciertes, han ido después a invitarlos
en futuras protestas (tercera o cuarta) a que se sumen a acciones
de un carácter distinto, a movilizaciones o marchas, ellos dicen no,
ustedes harán esas cosas, a nosotros déjennos con nuestras barricadas.
Entonces, de alguna manera, también los grupos políticos han facilitado
que el descontento se vaya expresando de esta forma. Y ahí hay una
pregunta que se les plantea a los sectores más organizados.

Otra cosa como para señalar es respecto a los grupos, a las organizacio­
nes sociales, a las organizaciones juveniles, a los grupos juveniles.
Se produce lo que se ha llamado una especie de desfase entre el momento
de la protesta y el. momento de lo permanente. En días de protesta
lo permanente, la reunión semanal, las actividades que se realizan,
quedan como entre paréntesis y se vuelcan todos los miembros de estos
grupos Juveniles a acciones más de tipo operativo, al rayado, a proveerse
de materiales y después a la lucha callejera. Las protestas se han
ido prolongando en duración y lo permanente se está haciendo más intermi­
tente; a su vez lo permanente de la protesta, como esté desfasado
con lo otro, hace que la organización social, el grupo juvenil, no
participe como tal en la protesta sino que se participe como joven
poblador. Ahí hay una especie de desfase que tiene un doble problema,
por un lado la organización social de carácter más permanente se va
descontextualizando, porque no introduce el problema de la protesta.
Los grupos juveniles llegan a las reuniones y, fuera de incorporar
alguna reflexión en t o m o a lo que ocurrió, no modifican fundamentalmente
su tipo de labor. Por ejemplo, en los centros de recreación infantil,
los jóvenes que tienen a su cargo niños siguen en las mismas actividades
con ellos: jugar, algún tipo de labor recreativa, de labor educativa.
Pero no se incorpora la problemática de la protesta y, a la vez, en
el momento de la protesta no se incorporan las demandas propias de
los grupos juveniles. En el caso del centro de recreación infantil podría
incorporarse toda la demanda, todos los problemas que aquejan al niño
popular, pero eso no se presenta como demanda concreta en el momento
de la protesta. Entonces ahí hay un desfase , que nos parece a nosotros co
mo un problema a resolver.
- 50-

Y ALGUNAS PISTAS PARA REFLEXIONAR...

Y como una última cosa para señalar, serían algunas pistas que podrían
ayudar a una reflexión en t o m o a estos problemas que señalábamos
antes. Intentando ordenarlas, vemos como tres.

En relación a los activos políticos, sociales, a los jóvenes más organiza


dos, nos parece que sería importante que asumieran un rol más conductor
en el momento del descontento, de la protesta: o sea, que asuman un
rol conductor que de alguna forma logre subordinar a los otros actores
( por ejemplo, la franja de drogadictos, delictual) a una lógica más
civil que a una lógica militar, porque de alguna forma bs. imperado
una lógica más militar o pre-militar en los momentos ’descontento.
Entonces eso, nos parece que es responsabilidad de los sectores más
políticos u organizados; en ese sentido incluso que cambien las consig­
nas, porque nos parece que las consignas de alguna forma van favoreciendo
a un clima pre-militar. Hay algunas otras consignas, como por ejemplo,
esa de desobediencia civil, que intenta dar una orientación distinta
a las manifestaciones, pero que no dicen mucho; esto de desobediencia
civil, sus formas de lucha, no están tampoco tan claras, entonces
resulta mucho más claro el enfrentamiento a piedras o el desborde
más generalizado. Hay allí un rol, que deben cumplir un poco más los
sectores organizados y que de alguna forma en algunas poblaciones,
se cumple. Por ejemplo, es ilustrativo comparar los funerales de distin­
tas poblaciones: los funerales de la quinta protesta de la población
La Victoria, claramente fueron conducidos por los sectores organizados,
dado que ahí existe una vasta red de organizaciones sociales en que
la mayoría marchó al cementerio , y por tanto el funeral fue distinto
a como ocurrió en en la Sta. Adriana, donde los sectores organizados
son mucho más reducidos y la lógica fue la que le imprimieron loe
sectores "lumpen” ( en algún momento, cuando llegaron los carabineros,
se dejó el fénetro y fueron a intercambiar piedras con ellos). Entonces
eso de alguna forma plantea ese problema, o sea, la capacidad que
tengan los sectores organizados de imprimirle su lógica a las manifesta­
ciones de descontento, va a relativizar el rol o la dinámica propia
que Satas van adquiriendo por la línea más "vándalica".

Una segunda cosa, como pista, es intentar modificar esto del desfase
entre la organización social, la actividad más permanente y el momento
de la protesta. Nosotros creemos que las organ!¿aciones sociales tienen
que levantar reivindicaciones propias, que aquejan a los sectores
juveniles y que las hagan sentir en el momento de protesta. Para poner
un ejemplo, en el caao de los centros infantiles en el sector de Ochaga-
vla, nosotros sugerimos una serie de actividades a estos jóvenes,
que tienen a su cargo niños* Por ejemplo, que los niños dibujen las
protestas, que hagan poemas o composiciones, que se discuta en torno
- 51 -

a lo que pasó y eso además de ser una instancia de reflexión para


los grupos juveniles y para los mismos niños, puede ser levantado
después como una exposición en las mismas poblaciones o levantarse
como denuncia a los medios de comunicación qué piensan los niños y
cuáles son las repercusiones que ha tenido en ellos, la cosa de las
protestas. Entonces, producir un encuentro entre la organización de
carácter permanente y el momento de la protesta.

Finalmente en relación a los pasivos, a los no organizados, nosotros


pensamos, que ahí hay una labor de pensar en cómo incorporarlos a
un posible movimiento popular. A nosotros nos parece claro que estos
sectores que no se han incorporado a las organizaciones ya existentes,
lo más probable es que tampoco se incorporen ahora, nos parece muy
difícil. Lo más probable es que siempre exista un grupo que es minorita­
rio t organizado, y un grupo mayor que no es organizado pero que de
alguna forma hay que ver cómo integrarlo.••,darle cierta coherencia
en términos de movimiento juvenil popular. Y lo más probable es que
eso no pase por una cosa orgánica, sino que quizás más bien por momentos
de encuentro puntuales, como por ejemplo, puede ser toda la cosa cultural
o recreactiva. 0 sea, intentan que los sectores organizados logren
ser referentes del resto que no es organizado y que seguramente no
lo va a ser y que asuman la problemática que aqueja a estos
jóvenes. Ahí hay que ponerle pino, en cuanto a buscar un lenguaje,
a buscar símbolos que logren suscitar la adhesión de los sectores
que no sean organizados, pero que sí requieren de un referente. Y
eso le podría imprimir un sentido más orgánico y con más proyección
política al descontento juvenil en las poblaciones.
EL ACTOR IGLESIA EN LAS
PROTESTAS

FERNANDO CASTILLO L.
- 53-

T R A N S C R I P C I O N T E X T U A L DE P O N E N C I A
P R E S E N T A D A AL E N C U E N T R O .

Quisiera ser en lo posible bastante breve, anotando algunos aspectos


sobre el actor Iglesia. Creo que su importancia se puede medir en
cierto modo a partir del lugar que ocupan en los medios de comunica­
ción, de distintas tendencias, los actores de Iglesia: desde el arzobis­
po y todos los titulares que se le han dedicado, hasta los testimonios
y entrevistas a párrocos, quienes han jugado un papel importante
en las protestas, especialmente después de las protestas; entrevistas
a Guido Peeters, a Pierre Dubois, Oscar Jiménez, Andrés Labbé, etc,
Y me parece que no podría ser de otro modo, el que la Iglesia siga
jugando un papel de importancia después de que durante diez años
ha tenido un papel de primera magnitud. No se puede pensar que el
actor Iglesia desaparece o pasa discretamente a un segundo plano
de un día para otro.

Lo que yo quería anotar aquí, son cuatro aspectos que me parece que
tienen interés para ver como juega ese papel, el actor Iglesia y
como decía, anotarlos muy sintéticamente.

1. LA IGLESIA: ACTOR COMPLEJO

El primer aspecto tiene relación con el hecho de que ese actor Iglesia
no es homogéneo ni es monolítico, sino que es un actor complejo que
está cruzado por conflictos y tensiones. En el tema que nos ocupa
por lo menos hay dos polos que son de mayor interés: uno es el polo
de Iglesia jerárquica o Iglesia "oficial", y otro es el polo de Iglesia
más ligada a lo popular, a la realidad poblacional.

Estos polos son claramente distintos, uno puede constatarlo en su


actuación política, en sus planteamientos en sus posturas frente
a lo que ocurre en las protestas y después de las protestas. Puede
constatar distintas intencionalidades, distintas líneas y una distinta
racionalidad política. Pero lo que es importante ver, es que no solamen­
te se trata de dos polos, de dos actores adentro de uno, sino que
esos dos actores o dos polos aunque están en conflicto, sin embargo
están en un sistema de relaciones muy estrechas. El conflicto y las
tensiones no se traducen en oposiciones frontales, en rupturas, y
por lo tanto el conflicto adentro de la Iglesia, influye o regula
de alguna manera el comportamiento político de esos dos polos. Es
- 54-

decir, ese conflicto tiene reglas propias que- pesan sobre la manera
como los polos de Iglesia se expresan en la política, y esto a pésar
de que lo que está en el centro del conflicto, tiene una relación
muy estrecha con el motivo de las protestas y de la situación política.
Lo que está en el centro de ese: conflicto, es el problema de cómo
se define o cómo se redefine la relación entre Iglesia y Estado,
la relación entre Iglesia y pueblo, el lugar de la Iglesia en la sociedad,
etc. Lo que ocurre de mayo hacia adelante frente a las protestas,
coincide en el tiempo con la designación de un nuevo Arzobispo en
Santiago, que marca un hito importante en el conflicto interno dentro
de la Iglesia. El proceso que vive la Iglesia durante ‘1as protestas,
es al mismo tiempo un proceso de reajuste interno de fuerzas, de
relaciones entre los dos polos de los cuales hemos hablado. Y es
un proceso que desde el polo de la Iglesia más ligada a lo popular,
va a plantear preguntas muy claves, en el cómo es posible, bajo estas
nuevas relaciones de fuerzas dentro de la Iglesia, seguir desarrollando
este eje o este ¡ámbito más ligado a lo popular, cómo es posible ganar
los espacios, o recuperar los espacios que se tenían dentro de la
intitucionalidad de la Iglesia. Esto nos permite ver con mayor claridad,
cómo este conflicto regula la conducta de los sectores de Iglesia
ligados a lo popular en la política y cómo también el conflicto regula
la conducta del polo oficial. Ambos polos se van condicionando mutuamen­
te.

2. LA IGLESIA JERARQUICA

El segundo aspecto, trata de explicitar un poco más lo que ocurre


con ese polo jerárquico que es el que aparece más destacadamente
en los medios de comunicación oficiales. Es bien evidente que tiene
una importancia política a nivel nacional bastante grande, una importan­
cia a nivel de la política de cópulas, diálogo, etc. pero también
una gran influencia cultural, simbólica, ideológica, a nivel popular.

Ahora, pued plantearse la hipótesis de que la designación del nuevo


Arzobispo de Santiago, fue hecha en gran medida para recomponer una
relación muy deteriorada entre Iglesia y Estado - o entre Iglesia
y régimen - y esa intencionalidad, que juega fundamentalmente Roma
y el CELAM en Chile, lleva a designar a Fresno quien ha tratado justamen
te de jugar ese papel. Yo creo que él ha jugado muy decididamente
el papel de tratar de recomponer la relación Iglesia-Estado y al
mismo tiempo tratar de frenar, dentro de Chile, el desarrollo de
este polo de Iglesia más ligado a las realidades populares.
- 55 -

Dentro del polo jerárquico, creo que hay dos cosas que han destacado
durante estos meses. Uno es la situación de verticalidad dentro de
la Iglesia; el nombramiento del nuevo Arzobispo se traduce en relaciones
cada vez más verticales en la administración de la Iglesia, Un dato
bien significativo es que los Vicarios Zonales van perdiendo importancia
frente al gobierno central de la Diócesis. Hay una política explícita
de silenciar a instancias intermedias (vicarios, agentes pastorales,
comunidades), para que sólo sea el Arzobispo quien hable. Eso denota
una linea más vertical adentro de la Iglesia, bajo la consigna o
el pensamiento de que la Iglesia no debe meterse en política y sólo
el Arzobispo puede hacer política*1.

Lo otro que destaca es la linea de reconstruir la relación con el


Estado; la linea de la conciliación que se liga con intencionalidades
políticas en Roma. El mismo Papa es el que interviene en un momento
para llamar al diálogo. La línea de la "reconciliación " del "diálogo",
del "no conflicto" se va a traducir en un apoyo bastante explícito
y permanente a que no se rompa el orden y la situación vigentes en
un apoyo a la continuidad en la política. Eso es lo que hace aparecer
muy frecuentemente a la cúpula jerárquica de la Iglesia, en el fondo
apoyando al gobierno, haciendo el juego al gobierno.

Esta orientación que ha tenido el polo jerárquico en estos últimos


meses, ha aumentado enormemente el potencial de conflicto dentro
de la Iglesia, en una medida que no se había conocido durante estos
diez años, aumentando la distancia entre esa linea política y lo
que se hace en la Iglesia más de base, en zonas, etc.

3. LA IGLESIA DE BASE

La tercera cosa que yo quería señalar es con respecto al polo de


la Iglesia ligada a la realidad popular. Me parece que uno puede
ver en la relación Iglesia-pueblo, que se juega aquí muy fuertemente,
una tendencia relativamente marcada a que las comunidades cristianas
pierden, de alguna manera, el rol priviligiado que habían tenido
en fases anteriores, en la vida popular, en la vida poblacional,
vale decir, pierdan un rol de protagonismo directo.

En la organización y en la acción durante las protestas, las comunida­


des, como comunidades, no juegan un papel importante, hay otras organiza
clones poblacionales que están realizando eso, que cumplen esas funcio­
nes. Lo que sí se puede observar dentro de esta Iglesia de base popular
es un porceso de politización relativamente fuerte de la gente de
comunxaad«8. Abunda por lo menos a nivel de conversación sobre política
y a nivel de compromiso político dentro de las comunidades, en otras
- 56-

organ izac iones y en partidos políticos. Pero esta iglesia popular,


a pesar de eso, sigue jugando un papel de primer orden especialmente
los agentes de pastoral,más que las comunidades, pero también de
alguna manera ellas.

Juega un papel en lo que se podría llamar la otra cara de las protestas,


en la represión. En eso, yo señalaría dos puntos: uno es el problema
de la solidaridad y la solidaridad con el dolor, o sea con el sufrimien­
to que provoca la represión; ahí se juega especialmente un papel
de esta Iglesia en prácticas simbólicas, o sea, en ayunos, funerales,
en la misa por los caídos, etc. Otro punto en este papel se refiere a lo
que podríamos llamar la reivindicación de la verdad social de lo
que ocurr$> dar testimonio de loque ocurre públicamente, contar
lo que .-ocurre, la verdad es que también es una relación social y
por ,eeo tiene tanta importancia que la verdad se establezca socialmente.
En eso los agentes de pastoral han jugado un papel importantísimo,
en ser testigos acreditados de qué es lo que ocurre realmente. Testigos
antes la opinión pública general del país, pero también testigos
ante los propios pobladores, ante las propias capas populares. Esto
es un fenómeno que daría para pensarlo más, pero la gente, aunque
haya visto con sus propios ojos, necesita que además que el hecho
se establezca públicamente. No le basta nada más que con ser cada
uno testigo ocular. Este sector de la Iglesia operacomo un lugar
privilegiado donde se acumulan estos testimonios y desde donde se
da una base de denuncia ante la Iglesia oficial. En eso se ejerce
una de las maneras como esta Iglesia popular presiona ante la Igleisa
oficial y trata de ganar terreno ahí y para que esta Iglesia oficial
haga denuncias ante la opinión pública.

4. LEGITIMIDAD Y NO VIOLENCIA

Por último quería señalar una cosa breve sobre el nivel ideológico-
Yo creo que más allá de esta diferencia de los actores que hay dentro
de la Iglesia, el todo complejo que es la Iglesia en el nivel ideológi­
co, aparecen dos líneas bien relacionadas. Por una parte, como uno
de los actores sociales al que se le pide que legitime la protesta,
que acredite que es legítimo protestar y eso a todo nivel, a nivel
de base y a nivel nacional. Por otro lado en esa misma línea ideológica,
esa legitimación de la protesta se ha ido dando, pero siempre muy ligada
al problema de la no-violencia. En ese sentido también la Iglesia
con su postura de la no-violencia, va nrayando la cancha" o va poniendo
condiciones, sobre cuándo es legítimo esto de la protesta.
AC TO R ES S O C IO -P O LIT IC O S
EN LOS TE R R ITO R IO S
PO PULAR ES

RICARDO LIZANA
- 58»

La masividad que han alcanzado las Protestas Nacionales, es una de


las cosas que más ha impactado. Particularmente en la primera de éstas,
ya que indudablemente las siguientes no sólo lo confirman sino que
se extiende y se acrecienta aÜn más. Si bien es cierto, siempre estuvo
presente que las mayorías nacionales no adherían al régimen, hasta
Mayo no había una, forma de canalizar el descontento popular masiva
y consensualmente. Es en ese momento en que se encuentra una fórmula:
Jornadas de Protestas Nacionales# La agudización de la crisis económica
y política, el creciente desarrollo de las organizaciones populares,
conjugados con otros elementos objetivos y subjetivos, posibilitan
un cauce de expresión de estas mayorías acalladas.

En la gestación de esta mayor disposición de expresión y movilización


popular, estuvieron presentes sectores que jugaron el rol de actores
en la construcción de la masividad de las Protestas. En los territorios
populares podemos distinguir tres tipos de actores socio-políticos:
grupos primarios, organizaciones populares y partidos populares, que
estfin expresados a través de diversos centros de iniciativas. Son
éstos, los que han difundido y actuado en las Protestas.

1. GRUPOS PRIMARIOS

Este actor lo caracterizamos como informed. Son grupos de amigos,


pandillas o grupos de vecinos jóvenes y es el lugar privilegiado de
la participación de los delincuentes y drogadictos. Este sector, en
los diagnósticos de las organizaciones populares fueron considerados
como pasivos y despreocupados de la realidad poblacional. Sin embargo,
en las Protestas han estado jugando un rol bastante activo y no pocas
veces criticado.
- 59-

En la participación de este sector, predomina la espontaneidad y


la agresividad. Su participación está muy ligada a intereses inmediatos
Pero aquí tenemos que hacer una división: por una parte, estén aquellos
que sus demandas son más específicas, trabajo por ejemplo, pero que
dado el nivel de conciencia que tienen no logran visualizar más allá.
Por otra parte, están aquellos que su participación está más ligada
a la obtención de un recurso económico fácil, cobrando peaje por
ejemplo.

Es en este actor, donde se imponen varios desafíos, sobretodo que


estos no tienen intención de organizarse.

2. ORGANIZACIONES POPULARES

Las organizaciones han surgido en los territorios populares para


expresar las demandas económicas, societies y políticas. Durante estos
10 años han asumido distintas formas de lucha para reivindicar los
derechos usurpados al pueblo. Sin embargo, desde hace un tiempo atrás
comienza a evidenciarse las denominadas "crisis11 de organización,
convocatoria, de las formas de lucha, etc.

En los últimos meses, el panorama comienza a cambiar. Las organizaciones


tienen presente que la política a irrumpido en la conciencia de los
ciudadanos comunes. De este modo, las demandas de tipo económico
se han ido politizando, la urgencia de los cambios políticos se ha
masificado, el desprestigio del régimen es generalizado.

Las dinámicas de las Protestas parecieran estar absorbiendo a las


organizaciones populares, las cuales están empeñadas en darle una
conducción y orientación política. Esto se expresa en que las organzacio
nes se vuelcan de lleno a labores de tipo operativo, es así que surgen:
Comandos de Protestas, Comité de Defensa de la Población, etc.

Creemos que lo anterior es positivo, pero parcial. Aún se encuentran


pendiente dos problemas que son centrales: por una parte la ampliación
de la participación y por otra la generación de propuestas políticas
desde lo popular.
- 60 -

A.- "En las protestas somos miles, pero en el trabajo permanente


somos los de siempre" (leáse "pocos"), quizás esa es la expresión
que refleja un problema de participación. La masificación alcanzada
en las Protestas posteriormente cuando se vuelve a la "normalidad"
se va "piramidando". Son menos los que participan en los espacios
de reflexión y análisis donde se rescata lo aprendido. Desde la organiza
ción se reinicia la preparación de la próxima Protesta donde nuevamente
se construye desde arriba la pirámide asignando a los pobladores
un rol de masa movilizada para un fin determinado solo gruesamente:
recuperar la democracia.

B. - Las distintas demandas (trabajo, vivienda, salud, etc) se visualizan


como parte de un proyecto político alternativo de sociedad. No hay
sin embargo, claridad y consenso. Más bien se está en una fase de
levantar demandas políticas nacionales: democracia ahora, libertad
de expresión, participación popular, etc. Esto conforma un espacio
apto para la política, una suerte de rompecabezas para armar en una
propuesta capaz de aglutinar y movilizar a los sectores populares.

3. PARTIDOS POPULARES EN LA POBLACION

La historia reciente de los partidos populares ha estado marcada


por el encarcelamiento, asesinato, desapariciones y exilio de mucho
de sus dirigentes. Sin lugar a duda han sido el "blanco" favorito
de la represión. Durante todos estos años, han estado abocados principa^
mente a las tareas de sobrevivencia y restructuración orgánica, legitima
ción en la base y en la elaboración y articulación de propuestas
políticas alternativas para el país.

La implantación del régimen militar obliga a los Partidos a elaborar


nuevos planteamientos acerca de como pensar y actuar en política.
Esto es, a grandes rasgos, lo que hemos conocido como el proceso
de renovación. La renovación postula una nueva concepción de la política.
Es necesario entenderla, se postula, con métodos y contenidos diferen­
tes. Así:
- 61 -

A*- Se insiste en la construcción de un movimiento popular


sujeto» con capacidad protagónica. Es desde este movimiento
donde se debe generar pensamiento político. Para que esto tenga
validez, se postuló que se hacía necesario establecer una nueva
relación entre partidos y organización caracterizada por la
autonomía.

B.- Los contenidos políticos se amplían. Una concepción amplia


del Estado, se revaloriza la Democracia. Se levanta la necesidad
de tener presencia en la sociedad civil a partir de la subjetivi­
dad, cotidianeidad y cultura popular.

Durante muchos años, los Partidos intentaron dar dirección y conducción


al naciente movimiento popular. Hoy cuando existen nuevas condiciones
políticas, es necesario interrogarse y cuestionarse acerca de esta
salida a la cancha.

3 1 La dinámica que se observa en el accionar de los partidos está


diferenciada en espacio y contenidos. Por una parte está el
espacio público nacional, cuyas preocupaciones visibles han estado
en la generación de distintas expresiones de concertación y encuentros
políticos, o sea alianzas políticas y en la publicación de distintos
manifiestos. Por otra parte, en la base y territorios populares parecie­
ra que los militantes políticos están actuando con otra lógica, que
está más referida al apoyo operativo de las poblaciones y la agitación-
propaganda de las protestas.

3 2 Estos enfásis en los aspectos operativos, de los Partidos popula­


res en la base, pareciera estar asociado al problema de su
legitimación y aquí pocemos pensar que se puede actuar con dos lógicas,
que no debieran ser contradictorias:

- Legitimación vía reconocimiento de ser conductores y articulado-


res de los intereses de los sectores populares. 0 en otros
términos una lógica política civil. Esto implica asumir páblicamen
te el rol de conductores populares.

- Legitimación por la cantidad y tipo de acciones realizadas.


0 en otros términos una lógica política militar. Esto es: más
rayados murales, tener más barricadas, para "que los vean",
para "probar que son más”. Esto ha desencadenado una suerte
de competencia entre los Partidos por realizar cada vez más
acciones más osadas. Pareciera ser que se ocultan actitudes
sectarias y que además encubren la incapacidad de conducir
más creaioramente las protestas, o en otros* términos una conduc-
- 62 -

cíón más claramente política.

3 b 3, En relación a las Protestas visualizamos diversos problemas.


Una de las cosas sobre las cuales hemos insistido es la masifica-
ciÓn de la movilización popular. Pero ésta no es garantía de su politiza­
ción aün quedan pendientes otras situaciones.

- Por una parte, la dinámica adquirida en las Protestas ha


permitido en parte desdibujar esa distancia entre los sectores
organizados y los no organizados, esa división entre activos
y pasivos, entre concientesy alienados. Esta división comienza
a cuestionarse. Pero ¿Cómo dirigen sus energías y sus cuadros
los Partidos para integrar de modo más permanente y politizar
a los sectores no organizados? ¿ En base a qué? ¿ Con qué formas?

- En otra parte decíamos que estábamos en una fase de levantamien­


to de demandas políticas nacionales. Pero uno se pregunta como
levantar las demandas populares y como traducir en las poblacio­
nes: democracia ahora, libertad de expresión, participación
popular, etc. 0 en otros términos como democratizar en las
poblaciones.

- En la medida que ha existido un énfasis en los aspectos operati­


vos, también pudiera desprenderse la consiga " la lucha enseña".
Es necesario reclamar un sentido educativo de la política
en términos más propositivos, más aün cuando no es tan nítido
hacia donde se encaminan las Protestas.

3,4. Del accionar de losPartidos Populares, se puede visualizar


que aün no se supera lo que fue diagnosticado con majadera insisten
cia. Esto es, la distancia que opera entre los dirigentes políticos
nacionales y la dirigencia y/o militantes de territorios populares.
Pareciera ser que se está reproduciendo una "clase política" que
no expresa los desafíos de la renovación a partir del aprendizaje
de estos 10 años. Para la base social y política no está clara la
aparición de los "nuevos políticos", frente a los cuáles pareciera
estar reproduciéndose una " masa de maniobra", ya no electoral, sino
que grite fuerte, quearmen barricadas, que raye muchas murallas,
que meta ruido.
- 63 -

3 .5, problema de fondo que es preciso tocar, aunque sea superficial­


mente dice relación con la generación y los actores de un proyecto
democrático popular*

Hoy muchos sectores políticos dicen "representar" los intereses popula­


res, pareciera bueno plantearse algunas interrogantes:

- ¿ Cómo los sectores populares se transforman efectivamente


en constructores de su proyecto?

- Los pobladores, han jugado un rol protagónico en la movilización


popular, pero ¿ A qué instancia política nacional han sido
invitados?

- Lo anterior, no está exento de problemas- Preguntamos: ¿Es


posible que "alguien" sea efectivamente representante del sector
poblacional, y se constituya por lo tanto, en interlocutor
político válido?

Es necesario reconocer que el desarrollo del movimiento poblacional


es escaso, insuficiente, disperso y heterogéneo, pero tampoco podemos
negar que hay poblaciones que se han ganado un puesto en la discusión
nacional, aunque sea para expresar su limitada y parcial visión del
acontecer nacional.

3.6* La "salida a la cancha" de los Partidos populares presenta


un conjunto de problemas que se hacen necesario superarlos*

Algunas pistas, pueden ser:

A*- Legitimación de los Partidos Populares en la base y territorios


populares, basado en ser conductores y articuladores de las demandas
poblacionales, o sea una legitimación política civil.

B.- Politización de la movilización popular, levantando desde las


poblaciones lee intereses y aspiraciones de los sectores populares
y traduciendo los contenidos políticos nacionales en los territorios.

C.- Activar la democratización del debate político, como condición


necesaria, que permita construir efectivamente un proyecto popular,
en donde los pobladores juegen en forma conciente un rol protagónico.
- 64 -

Se hace necesario impulsar con fuerza encuentros en la base que forjen


una unidad social y que se constituyan en referentes políticos para
el espacio nacional. En este sentido, se deben acortar las distancias
que hoy siguien existiendo con los territorios populares.

Sin lugar a duda, si se logra interpretar, el anhelo de la base se


tendería a recobrar la masificación del debate político, favoreciendo
su democratización y recobrando el sentido educativo de la política.
PROTESTA, MOVILIZACION Y
CONSTRUCCION DE MOVIMIENTO
EN EL SECTOR POBLACIONAL

VICENTE ESPINOZA
- 66 -

TRANSCRIPCIÓN TEXTUAL DE PONENCIA


PRESENTADA AL ENCUENTRO

ANTECEDENTES A LA PROTESTA POBLACIONAL

El conjunto de estas reflexiones proviene de un trabajo «en equipo que


fie está haciendo en el Taller de Análisis Urbano de SUR. De allí voy
a tomar algunos elementos en relación al tema que nos preocupa en esta
j o m a d a y que es pensar en la posibilidad de constitución de movimiento
poblacional a partir de las movilizaciones de protesta.

Yo no sé si las protestas sean el mejor punto de partida» para analizar


las dinámicas de las movilizaciones en el sector poblacional. Existe
un conjunto de factores que se vienen acumulando a lo largo de diez años
y que en un momento estallan y no estallan exclusivamente por las protes­
tas. Las protestas son la forma más orgánica, la forma más masiva, más
expresiva y más impactante en la que ésta expresión se manifiesta, pero
sin embargo recordemos que ya en febrero de este año, nos encontramos
con barricadas, miguelitos y enfrentamientos con la policía en la pobla­
ción La Legua, a propósito de una toma de terreno. Recordemos que en
el último trimestre del año pasado se produjeron diversas tomas de terre­
ne, que en marzo se produjeron unas marchas del hambre bastante masivas
en el centro de la capital. En este sentido quiero solamente recordar
que hay movilizaciones populares, que anteceden a las protestas y que
las protestas vienen a ser una especie de coronación o punto de encuentro
mucho más masivo de una situación que se viene prolongando por varios
años.

Si resalto este punto de partida es porque hay -que pensar desde esto
8Í estamos en presencia de un movimiento, o más elementalmente de un
actor poblacional; o estamos en presencia de otra cosa, de una reacción,
de una salida ante una situación de opresión que ya es insoportable.
En ese sentido, no quiero reiterar mucho más, pero tenemos que considerar
el deterioro de las condiciones de vida material, el acceso desigual
y cada vez más desigual al bienestar que se ha producido en estos diez
años; tenemos que recordar el desmantelamiento de las organizaciones
y los canales de mediación. Recordemos también que frente a esas dos
situaciones el resultado no habla sido, durante todo este tiempo, de
una mayor radic&lidad de los sectores sociales y del sector poblacional
en particular, sino que habla tendido a predominar una cierta adaptación
individual o búsqueda de adaptación individual. Y por otro lado, una
desvalorización » generad de lam formas colectivas de enfrentar proble­
mas, m ese sentido ama desvatlerlzaclfin de la organización.

Por otro lado,yaenelanbS2 las líneas de desarrollo y activación dentro del


aectorpoblacional.estaban bastante topadas en términos de sus techos.
- 67 -

Por un lado» las respuestas en torno a la mera subsistencia o las res­


puestas mas elaboradas en la línea de capacidades propias» en términos
materiales, resultaban bastantes ineficaces y la estrategia principal
de subsistencia es actualmente el PEM y el POJH y no las formas orgáni­
cas. Por otro lado la línea de educación popular» veía cada vez mas con-
treñidas sus posibilidades de masificación y desarrollo dentro de sec­
tor poblacional» en la medida que no se articulaba claramente con un
proyecto político, a partir de su propio accionar. De otra parte lo que
era la línea reivindicativa ante el Estado, se enfrentaba a una canti­
dad de puertas cerradas, frente a lo cual solo se cabía reivindicar la
denuncia y una mayor radicalización en las acciones y tampoco en ese
sentido obtenía mayores resultados. Por último en los proyectos politi­
cos propiamente tales, tanto los que se expresan en un nivel nacional
como los que se expresan a nivel de base, se podía apreciar una gran
dispersión y tal vez lo que es mas importante, una incapacidad táctica
y política para enfrentar una situación de crisis.

En ésas condiciones bastante difíciles complejas uno podía hacer la suma


y el resultado que obtenía era absolutamente negativo, no veía por donde
podía haber salida en una situación armada de tal manera. Sin embargo
hay una salida, y esa salida está en estas explosiones de expresión de
descontento. De alguna forma también la lógica de la dominación exclu-
yente topa fondo y se produce entonces el efecto de un resorte que ha
estado oprimido durante largo tiempo y ese resorte tiene un estallido,
un salto.

LA PROTESTA COMO EXPRESION DEL DESCONTENTO.

Si yo hago todo este recuento que aparentemente no tiene mucho que ver
con las protestas, eB precisamente para ilustrar una primera cosa que
quiero decir y es que yo no creo que estemos en presencia de un actor
poblacional, de una especie de sujeto protagónico, para ponerlo en esos
términos. Estamos en presencia de un sector que reacciona y que explota
ante una situación de degradación que alcanza el límite de lo insoporta­
ble. Las protestas se inscriben mas en una línea de. reacción que en una
de avance y desarrollo. Precisamente por eso es que la oportunidad, la
claridad de la convocatoria que hacen los trabajadores del cobre, inter­
preta plenamente el sentimiento de descontento, en un plano bastante
general y bastante vago. Lo que dicen los trabajadores del cobre es que
esto no puede seguir asi, esto ya no se trata de leyes más y de leyes
menos, sino que se trata de que esto cambie de alguna manera. Para dónde
cambia, cómo cambia, cuándo, eso es una cosa que queda en el aire y pre­
cisamente esa vaguedad de la convocatoria, es lo que logra interpretar
a un conjunto muy heterogéneo de sectores y esa misma vaguedad es lo
que favorece la expresividad que alcanzan las protestas.

Una forma de esa expresividad consiste en la superación de las redes


- 68 -

1
orgánic&8 preexistentes. En las protestas pesa mucho mas que m organi­
zación' la incorporación individualiza incorporación a ia protesta
misma es al margen de las organizaciones (algunas de las cuales se plan­
tean acciones de protesta y otras ni siquiera hay planteamientos al res­
pecto) que tratan de seguir desarrollando sus actividades mas o menos
rutinarias o tradicionales. Esto no lo estoy planteando como una crítica
sino como un hecho que hay que observar y como algo que hoy cobra bastan­
te relevancia, porque tendemos a pensar generalmente la opción a partir
de las organizaciones, tenemos un criterio bastante orgánico para pensar
la movilización. Yo creo que las protestas están mostrando el predominio
de la dimensión acción, sobre la dimensión organización y allí hay que
efectuar una profundizaci6n mayor respecto de como se articulan estas
dos cosas y más que pensar como se incorporan los inorgánicos a la or­
ganización, el problema hay que pensarlo al revés: pensar en como se or­
ganiza la acción, como se ha organizado empíricamente y como esa dinámi­
ca de organización de la acción puede potenciarse hacia el futuro. Enton­
ces en ese sentido la consigna para el período tan ortodoxa de las "mi­
norías lúcidas" y las "mayorías entusiastas" es algo que hay que pensar
y que tiene alguna validez*

Un tercer punto referido a las protestas, es la represión. Cuando habla­


mos de represiónv no nos podemos referir a la represión como algo que
se aplica de una manera homogénea en todos los sectores sociales, sino
que tiende a ser más aguda y más brutal en sectores populares. En cambio
cuando ae refiere a sectores medios, incluso a sectores altos, la res­
puesta, el castigo, es bastante distinto (en algunos casos "se negocia­
ba" el castigo, poniendo condiciones). Esta represión lo que muestra,
aparte de la brutalidad del régimen, es, por el lado de los sectores
populares, el alto espíritu cívico que tienen los sectores que participan
en laa protestas. Cuando se habla de vandalismo, cuando se habla que
laa protestas son acciones del lumpen, yo creo que son cuestiones que
deben ser matizadas. Para poner un solo ejemplo, los sucesos que ocurren
el 11 de septiembre en Pudahuel yo creo que en cualquier otro país ha­
brían derivado en un linchamiento de la persona que hizo los disparos.
Sin embargo» no deriva en eso, la gente responsable, es entregada a la
justicia, hay ahí un enfrentamiento de la represión que no es ofensi­
vo, sino de defensa frente a la represión y yo creo que eso, lo que esta
revelando ea precisamente espíritu cívico.

Por otro lado la represión, que tiene como objetivo atemorizar, en los
sectores populares & estas alturas produce el efecto contrario: precisa­
mente la represión tiende a exacerbar más los ánimos antes que ha produ­
cir una atemorización. El temor se empieza a manifestar (y se expresa
en formas más tímidas de protesta) en los sectores medios. La represión
tiene más efecto como temor sobre los sectores medios que sobre los sec­
tores populares.

Un último punto, dentro de esta misma descripción o sistematización de


lo que han sido las protestas, se refiere al significado político que
tienen las acciones de protesta. Hay algunos que tratan la protesta como
- 69 -

un fenómeno social, incluso en algunos itinerarios se la clasifica como


una protesta social, yo creo que tiene gran componente de protesta social
pero de todas formas su incidencia política es bastante grande, más allá
de las formas mismas de acción no hay que olvidarse que hay algo claro
dentro de esas acciones de protesta: está el rechazo a un régimen, lo
que implica un alto componente político. Y por otro lado estas protestas
producen un cambio en la correlación de fuerzas a nivel nacional*

La situación antes de las protestas era una situación de desgranamiento


al interior del bloque dictatorial de su base de apoyo social* Este se
había ido descomponiendo fundamentalmente a partir de la crisis económica
y de la incapacidad de desplazar a los sectores financieros de la conduc­
ción económica* Esta descomposición se encontraba con una oposición que
no tenía iniciativa y yo creo que las protestas, si contribuyen en algo
a la dinámica política nacional, es a incentivar todo lo que es la discu­
sión en torno a salidas y en ese sentido a favorecer la recuperación
de la iniciativa política por parte de la oposición.

Las protestas le colocan al gobierno, entonces, una tarea doble: a la


de reconstituir su base social de apoyo se le suma ahora la tarea de
neutralizar a la oposición. Este significado político nos conecta con
problema de los proyectos. Este se pone a partir de la tercera protesta,
por esta especie de relevo que se produce desde una convocatoria social
hecha fundamentalmente por los trabajadores, que pasa a ser hecha por
los partidos políticos, en concreto por los partidos politicos del Mani­
fiesto Democrático.

LOS POBLADORES PROTESTAN: ¿QUIEN FORMULA LA PROPUESTA?

A estas alturas se puede señalar que, al menos a nivel de las expresio­


nes políticas a nivel nacional, se trata de poner fin al rechazo exclu­
sivamente y conectar la protesta con una propuesta que queda formulada
en una consigna en esa tercera protesta: como retorno a la democracia.
La acogida que tiene esa convocatoria de los sectores políticos, dentro
de loa sectores populares y dentro del conjunto del país, revela el sig­
nificado político y el grado de conciencia política de la gente que par­
ticipa, en la medida que se suman a una convocatoria por el r e t o m o de
la democracia.

Harina de otro costal es si estas propuestas políticas -en concreto las


propuesta que posteriormente hace Gabriel Valdés, en el proceso de for­
mación de la Alianza Democrática— representan efectivamente a los secto­
res sociales que protestan o no. Ahí se proponía la salida de Pinochet
en la medida que se comprendía que no era posible ninguna solución a
ningún problema del país si no se producían cambios de fondo. Sin embargo
uno se encuentra con la paradoja que los pobladores, siendo de los prin­
cipales actores de la protesta, los principales realizadores de la pro-
- 70 -

testa , no aparecen como actores dentro de esta propuesta sino que apa­
recen fundamentalmente como víctimas del sistema- Aparecen como sectores
"impunemente allanados", como sectores "mil veces humillados", "sectores
esforzados". Y por otra parte, lo que es más interesante dentro de ese
mismo planteamiento, es la calificación de la protesta que se hace ahí,
como protesta espontánea.

Yo creo que eso es la cuestión central, dentro de lo que es la propues­


ta de la Alianza Democrática en relación a los sectores poblacionales
y es lo que va a abrir el debate político precisamente dentro de los
actores que se mueven más a nivel de base. El debate se va a abrir funda­
mentalmente en relación a estos dos problemas: uno primero que es la
representación de los sectores poblacionales y el segundo, que va ser
el problema de quién maneja, quién controla la protesta- Yo diría que
hasta la quinta protesta apunta hacia esa dirección, es decir, a ver
quién controla.

Redondeando; a partir de la tercera protesta el problema se convierte


en superar un nivel de rechazo y entrar en un nivel de proposición y
esto es conceptualizado como una politización en el contenido de la pro­
testa. Se abre el problema de la representación, en la medida que hay
sectores que afirman que la propuesta que se ha formulado por la Alian­
za Democrática no representa, al menos a los sectores poblacionales y
se pasa al problema de quién es el que controla la realización de las
protestas.

Me voy a detener un poco en esta cuestión del control o del manejo de


las protestas. Para la Alianza Democrática la cosa de la protesta es
espontánea. Los partidos (es decir la Alianza) fijan la fecha y la gente
se suma a esa convocatoria. Desde otro punto de vista las protestas esta­
rían expresando una estrategia de rebelión, estarían expresando la re­
beldía, el rechazo a un sistema y responderían a una convocatoria distin­
ta y a voluntades políticas distintas a las expresadas per la Alianza.
Y esto se juega principalmente en lo que es la operatoria de la protra­
ta, es decir, la forma principal en la cual se trata de demostrar que
son sectores de izquierda los que controlan las protestas, es a través
del alargamiento de la protesta y eso se puede apreciar en que las pro­
testas se alargan a dos y hasta cuatro días. Tampoco a la protesta se
la logra detener, en el momento en que algunos sectores pensaron de que
debían ser detenidas, entonces a partir de la cuarta se incorporan nue­
vas formas, como son las marchas, aparte del alargamiento se introdu­
cen nuevos tipos de acción. En septiembre es fuerte la presencia de
Allende dentro de la acción de protesta. Sin embargo, yo creo que la
pelea por mostrar quién es el que controla las protestas tiene un gran
límite. Si miramos los resultados de las protestas, vamos a ver que en
general casi todos los sectores en algún momento obtuvieron algo: desde
el punto de vista de la clase política, por ponerlo en términos corpo­
rativos, está el veranito de San Jarpa; desde el punto de vista de los
sectores medios, obtienen créditos para pagar las deudas en UF; desde
el punto de vista de los trigueros y los camioneros, obtienen tam-
— 71 —

biéh lo repactación de deudas; los sectores sindicales se ilusionan


también dentro del diálogo y esperan obtener algunos resultados y desde
el punto de vista de los pobladores no se obtiene absolutamente nada.

Entonces aquí hay un problema de representación y una discusión fuerte


dentro del sector poblacional, porque para algunos el problema de la
politización y el problema del control se traduce en hacer protestas
más extensas, profundas, en definitiva a hacer protestas más radicales.
Entonces, por ponerlo en las imágenes que se daban en la mañana, una
protesta más politizada sería una protesta que tiene más barricadas,
una protesta más politizada sería la que tienen más neumáticos y las
organizaciones políticas o ideológicas ponen un fuerte énfasis en la
organización operativa. Voy a contar una anécdota que a mí me parece
muy simpática: algunos sectores habían estado enfatizando y discutiendo
mucho respecto de la importancia del trabajo permanente y la necesidad
de combinar el trabajo permanente con el trabajo coyuntural, es decir
con la protesta. Esta discusión se dió en el período intermedio entre
protesta y protesta y al llegar la quinta protesta, todo se transformó
en repartir neumáticos para allá y para acá, de ver donde estaban las
barricadas, etc., hasta que un compañero dijo: "bueno, pero dejemos algu­
nos neumáticos para lo permanente.. Esto ilustra una visión del signi­
ficado político de las protestas, donde se conceptualize la politización
como radicalización. Ese es un punto sobre el cual vamos a volver después
para ver ahora ;el problema de la representación, los riesgos de ella
y de la manipulación a partir de lo que antes decíamos.

Primero, la paradoja de que siendo los pobladores sectores principales


dentro de las acciones de protesta, a nivel nacional no son precisamente
actores válidos* Por ej.para la segunda protesta las organizaciones de po­
bladores tratan de incorporarse al Comando Nacional de Trabajadores,
que ha convocado a las protestas y no son aceptados dentro de ese coman­
do. Se expresa también en la calificación que hacen muchos sectores de
la p r o b e t a poblacional como actos vandálicos y que no proviene sólo
de la prensa del régimea,sino que también está presente en algunos secto­
res políticos de oposición. Lo anterior plantea un gran riesgo, que es
lo ijjie empiezan a ver los pobladores y es elriesgo de la manipulación.
Los pobladores dicen: nosotros estamos haciendo protesta, nosotros esta­
mos poniendo los muertos. Se hablaba en la mañana de "masa de maniobra",
yo creo que ni siquiera es eso sino peor aún, "carne de cañón". Los po­
bladores se van transformando en una alternativa que por el lado de la
Alianza no es visualizada como propia y por el lado de los intereses cor­
porativos se ve que son otros los sectores que están obteniendo resulta­
dos y no precisamente los pobladores .Por último creoque elrttiscurso "opera­
tivo", el discurso que enfatiza en la capacidad de acción, juega también
en ese sentido, es decir en la medida que la legitimidad que buscan pre­
sentar los pobladores se basa en su capacidad de acción, evidentemen­
te están favoreciendo una falta de legitimidady están llevando su legiti­
midad al terreno militar, antes que al terreno político.
- 72 -

ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA DE LOS POBLADORES

El tercer gran punto es el problema de la propuesta de los pobladores.


Mi impresión eó que sólo con una propuesta de los pobladores, con una
propuesta política, los pobladores pueden convertirse en actores válidos,
reconocidos pública y nacionalmente. Sólo así podrán asumir un rol prota-
gónico.

Voy a detenerme un poco en lo que han sido hasta ahora los elementos
dispersos de una propuesta poblacional. Por una parte está la idea de
cambio de régimen, es tal vez el elemento que unifica y no sólo a los
pobladores, sino que unifica al conjunto déla oposición, y el conjunto
de los sectores sociales del país* Por otro lado, los que plantean la
radicalizaclón en la acción, resuelven el problema del proyecto de una
manera bastante clásica y ortodoxa. Se afirma que los proyectos no per­
tenecen a los actores sociales, es decir no pertenencen a los movimien­
tos, sino que pertenecen estrictamente al campo de la política* Los pro­
yectos de los pobladores, serían fundamentalmente proyectos que pertene­
cen a partidos y en ese sentido los procesos de politización no Bon con­
cebidos como desarrollo de proyectos por parte de los pobladores, sino
que fundamentalmente como procesos de afiliación partidaria* Hay aquí
una cuestión que tiende a repetirse que es la tesis de los pobladores
como "frentes de masas". Se parte de la base de que los pobladores no
tienen intereses generales, que esos intereses generales están exclusi­
vamente representados por los partidos políticos y que por lo tanto no
hay intereses de los pobladores, sino que hay pobladores adheridos a
partidos. Por lo tanto los pobladores se reducirían solo al plano de sus
reivindicaciones más inmediatas. Aparece acá la tesis de la "protesta
indirecta", que tiene dos versiones: por el lado del sindicalismo sirve
para justificar, la inactividad del sector sindical en las protestas,
con posterioridad al paro -se dice que los sectores sindicales protestan
en la población, porque no pueden hacerlo en la fábrica- en él sector
poblacional sirve para afirmar que en realidad es la clase obrera la
que tiene el rol predominante en la conducción de las protestas y que
los planteamientos de los pobladores, a la larga tendrían que subordinar­
se a los intereses de la clase obrera.

El problema es difícil porque el problema del proyecto es una cuestión


que está de todas maneras presente: ya no hay nadie que siga sosteniendo
esto de que "hay que echarle pa' delante" o de que "se hace camino al
andar" (y si alguien está haciendo camino al andar también le preocupa
donde va a llegar). Una primera forma de asumir ese problema es a través
de suponer que en el sector poblacional hay un reflejo del debate a nivel
de los partidos políticos y por lo tanto es a ese nivel donde se resuelve
el problema del proyecto o la propuesta. Otra cuestión referida a esto,
hay actores políticos que plantean propuestas a nivel nacional, pero
también diría yo que hay actores políticos que plantean propuestas a
nivel de los sectores poblacionales. Yo diría que son fundamentalmente
-7 3

tres proyectos, que no tienen necesariamente una expresión a nivel nacio­


nal y que voy a tratar de sistematizar.

Hay una primera propuesta política, que se maneja a nivel de base social,
que por ponerle de alguna manera, pongámosle de "énfasis coyuntural".
Ahí se considera que las movilizaciones de los pobladores son fundamen­
talmente de tipo transitorio, pese a su fuerte impacto serían moviliza­
ciones transitoria y como explicaba antes, los intereses generales del
poblador estarían ligados a lo que pueda representar la clase obrera
y por otra parte los intereses parciales de los pobladores serían sus
reivindicaciones en torno a necesidades básicas. La radicalidad transi­
toria de los pobladores, se conecta con lo que es una línea de rebelión
popular. Entonces a los pobladores se les asigna un rol destacado en
el proceso del derrocamiento de la dictadura, pero en la conformación
de proyecto hacia futuro tienen un rol político subordinado a la conduc­
ción de la clase obrera, la cual representa los intereses populares es­
tratégicos. Lo que queda claro, de esta primera propuesta política, es
que no se puede pensar a partir de esto, una propuesta de los pobladores,
más allá de sus reivindicaciones. Volvemos nuevamente al problema de
la representativídad ya que el proyecto estaría dado por su apoyo a de­
terminada línea política.

Hay un segundo tipo de proyecto que es bastante parecido, pero tiene


sus diferencias con el anterior en la medida que le otorga más importan­
cia a los objetivos propiamente políticos, que se conectan a la movili­
zación y cuando digo objetivos propiamente políticos quiero decir que
se está pensando no sólo en el derrocamiento del régimen, sino que en
su reemplazo por un gobierno democrático popular y revolucionario. Este
carácter del Gobierno nace de que los sectores populares o los sectores
poblacionales por sí solos no son capaces de derrocar al régimen sino
que requieren del concurso de otros aliados, de aliados tácticos les
llaman de todas maneras en este caso. Los pobladores también son centra­
les en las movilizaciones pero sus intereses generales se incorporan
en una plataforma de tipo político que no es propia de los pobladores
sino que también es compartida con otros sectores. Entonces de esa forma
se busca un denominador común entre estudiantes, profesionales, artistas,
sindicalistas, pobladores y otros sectores sociales. En este caso también
hay dificultad para levantar propuestas de los pobladores que nace de
la propia dispersión de las organizaciones poblacionales, pues uno puede
preguntarse cuál sería el peso que podrían adquirir las posiciones de
los pobladores dentro de una alianza social de este tipo.

Hay una última posición que yo diría es la más novedosa dentro de estas
tres, que es la que pone énfasis en el poder popular. En este caso supo­
ne que los pobladores, en la medida que van adquiriendo conciencia prole­
taria, serían los encargados de levantar los intereses de clase ante
una situación de debilidad del sindicalismo. Se complementa esto con
una fuerte tendencia a negar todo tipo de alianza con sectores no prole­
tarios porque se supone que los pobladores tienen fuerza de por si, para
derrivar al régimen entonces, en este caso no es que no haya propuesta.
- 74 -

Las expresiones de poder popular serían movilizaciones con una perspecti­


va de control progresivo de los territorios que en el futuro serían base
de una estructura política. Sin duda que esta es la propuesta en que
se le da más importancia a los pobladores. En términos de la debilidad
que uno le puede ver, es su carácter un tanto localista, un tanto secta­
ria, se podría decir. Hay esa tendencia a avanzar solo, que se traduce
en una desvalorización de los espacios políticos nacionales y por lo
tanto aquí el problema ya no es si los pobladores son capaces de levantar
propuestas, sino que el problema es si la propuesta que se levanta tiene
o puede tener alguna eficacia en su diseño.

Para terminar y para ir redondeando, nos encontramos con las protestas


como una expresión bastante grande y* masiva de lo que son los intereses
de los pobladores en términos de expresión de descontento. En el primer
momento hay una situación de rechazo» con posterioridad comienzan a apare­
cer propuestas políticas dentro del plano nacional y luego también al
interior de los pobladores algún tipo de propuestas políticas que tratan
de expresarlos más directamente. Sin embargo, diría que toda esta situa­
ción no logra romper con el problema del aislamiento del sector poblacio-
nal. A lo largo de las cinco protestas y particularmente en las dos últi­
mas se comienza a apreciar una situación de aislamiento social, inclu­
so un aislamiento interno, dentro del sector poblacional. En términos
sociales es el problema que me refería antes, que hay sectores que van
conquistando determinadas concesiones a partir de las dinámicas de pro­
testa, y también en términos sociales está la menor participación de
las capas medias en la protesta misma. En términos políticos yo creo
que las propuestas de los pobladores, son propuestas bastante marginales
con respecto a lo que es el plano político nacional y hay una brecha
que no logra ser rellenada. Y en el terreno interno, yo diría que inclu­
so ahí también hay aislamiento, porque cuando uno piensa en ia campaña
de rumores, la única posibilidad que una campaña de rumorea tenga éxito
es cuando uno no conoce lo que pasa en la población del lado. Entonces
lo que podemos sacar como conclusión es que todavía, pese a la mosividad
de las movilizaciones, no se puede hablar de loa pobladores como movi­
miento ni tampoco, todavía se puede hablar de los pobladores como actor
válido. Yo creo que los pobladores van a transformarse en actores cuan­
do logren levantar una propuesta propia. Ahora, una propuesta propia
no significa una suma de las reivindicaciones, hacer una suma de reivin­
dicaciones puede significar reducir o disminuir lo que son los niveles
de politización logrados por el sector poblacional. Precisamente creo
que ese es el gran riesgo del cauce que se le da hoy día a un amplio
sector de pobladores a través de las tomas de terreno. Resulta que en
las tomas de terreno los pobladores aparecen planteándole como "apolíti­
cos" y reivindicando más fuertemente sus intereses sectoriales por el
terreno. Ese es un riesgo y una crítica que hay que plantear con todo
respeto, respecto de las tomas que son realmente una cuestión notable.

En resumen tenemos acción, tenemos organización pero lo que falta


es proyecto. Para construir una propuesta de los pobladores hay
que pensar que los pobladores tienen intereses generales, es decir,
- 75-

si pensamos que los pobladores sólo tienen intereses reivindicativos


va ser imposible constituir proyecto de pobladores. En este sentido no
se trata de traducir o concretizar o reflejar en el sector poblacional
las propuestas políticas a nivel nacional. Por ponerlo en términos más
concretos, los problemas de necesidades básicas de los pobladores no
se resuelven en cualquier sistema económico, ahí hay una plano de exigen­
cia política; $1 carácter territorial que asume la acción de los pobla­
dores tiene que estar incorporado en un determinado sistema de organiza­
ción del poder y así uno puede seguir sumando y va a encontrar que exis­
ten intereses políticos generales de los pobladores, que son intereses
que tienen que estar de todas formas incorporados en una plataforma.
Ahora, si no los levantan los pobladores, yo creo que nadie los va a
levantar y por último creo que aquí hay un punto que no le$ corresponde
exclusivamente a los pobladores.

El problema central de este momento en términos estrictamente políticos,


en términos tácticos, es que hay un diseño que está bastante entrampado,
bastante obstaculizado, que es diseño de la resignación del mando y fren­
te a ese no hay atro diseño alternativo y aquí si los pobladores lo le­
vantan van a tener a todo el mundo detrás, pero si lo levanta otro yo
creo que también va a tener todo el mundo detrás porque el problema cen­
tral es como sacar a Pinochet y el que resuelva ese problema, evidente­
mente que va a ser el que gane.
A MODO DE SINTESIS:
PREOCUPACIONES COMPARTIDAS

EQUIPO DE EDUCACION POPULAR ECO


- / ? -

A pesar de que el tema del Encuentro -protestas y protagonismo popular-


fue abordado desde una óptica principalmente informativa y hubo poco
espacio para una reflexión y debate en profundidad, las intervenciones
que en él se hicieron sí permiten destacar ciertas temáticas que
preocupan- Problemas que merecen ser discutidos y de los cuales queremos
dejar constancia para futuras reflexiones.

El primero de ellos refiere a la distancia que a lo largo de las


jornadas protesta se ha ido observando entre actores sociales de
base y actores políticos nacionales. Síntomas de este problema serían
la desconfianza de las organizaciones sociales hacia las expresiones
superestructurales o cupulares"; el ,#foso existente entre los partidos
políticos y la base social'1; los "vacíos de conducción" producidos
en t o m o a la última protesta (octubre) que derivaron en desmoviliza­
ción; la creciente autonomización de las convocatorias ("los pobladores
no necesitan s$r convocados por nadie" habría dicho un dirigente
poblacional metropolitano); etc. Esta distancia o "divorcio" cobra
mayor importancia atín si, además, se le reconoce como una distancia
entre "quienes protagonizan las protestas y quienes elaboran las
propuestas". Cuestión que no sólo preocupa por las características
tradicionales con que tienden a reconstituirse los actores políticos
nacionales, o por lo injusto que sería que después de diez años
de autoritarismo y no participación se excluyera a los sectores popula­
res de la elaboración de su propuesta, sino también por la "incapacidad
que el propio actor social -sujeto popular- ha mostrado para producir
y elaborar propuestas" expresivas de sus intereses y demandas.

Posibles líneas de avance que frente e este primer problema se enuncia­


ron, fueron: aumentar la capacidad dirigente del movimiento; evitar
que lo permanente sucumba frente a lo coyuntural, domocratizar el
debate político; terminar con una "mentalidad organicista" que impide
reconocer la existencia de diversos centros de iniciativa informales;
ocupación, por parte de los actores populares, de espacios públicos
y presencia nacional ("mayores espacios de participación democrática").

Un segundo problema se centró en las reivindicaciones y su relación


con las protestas. Estas, se dijo, nacieron con un fuerte componente
político ("salida de Pinochet") y así fueron asumidas por los distintos
actores específicos; luego, con las "tomas", reaperece la lucha estric­
tamente reivindicativa la cual también genera movilización y grados
de protagonismo. Sin embargo, hoy, se presenta el riesgo de un divorcio
entre las movilizaciones nacionales y parciales. Se estima urgente
resolver el problema de las formas de articulación entre ambos ti\>os
- 78 -

de expresión popular, ver cómo ellas van sumándose. Frente a la posible


despolitización (o "apolicitierno", o "antipoliticismo") de las luchas
reivindicativas específicas y ante el agotamiento de la expresión
mensual de protesta, se hace necesario que las movilizaciones deriven
en efervecencia social generalizada en donde las reivindicaciones
se vayan integrando. Aparentemente estaríamos viviendo una paradoja:
mientras durante mucho tiempo el problema fue cómo desde la suma
de reivindicaciones se accedía a lo político, hoy, al parecer, se
trataría de religar lo político a lo reivindicativo.

Este mismo problema se debatió bajo otra formulación, la del tránsito


de lo cotidiano a lo político. Una primera visión señaló la existencia
de niveles de preocupaciones distintos en la realidad poblacional:
existen problemas de necesidades básicas que involucran a todos,
problemas de gestión comunitaria que no comprometen a todos y problemas
de proyección a lo nacional que comprometen a muy pocos. Asi, existe
una "vida cotidiana" de necesidades básicas, una "vida frecuente"
de organización comunitaria y una "vida distanciada" de :1a participación
política en las discusiones nacionales* El respeto a estos tres niveles
de organización, el contacto entre ellos, sus dinámicas propias,
potenciarían el desarrollo armónico entre lo reivindicativo y lo
político. Mientras no se desarrolle un primer nivel de "vida social"
en la población, luego uno de "vida de necesidades básicas" y luego
de "vida comunitaria", difícilmente se llegaría a un proyecto político
asumido por todos. Frente a esta visión se advirtió del riesgo de
caer en un análisis "lineal" de los procesos de participación, desde
lo cotidiano a lo político; m‘ ás aiSn cuando, en el último tiempo,
la expreBiÓn de los problemas cotidianos de los pobladores (desempleo
y bajos salarios fundamentalmente) aparece mediada pon. *lo político:
el término del régimen.

Un tercer problema, contenido ya en los anteriores y formulado más


claramente por Espinoza en su ponencia, fue el del "proyecto de
los pobladores11; entendiendo por ello la generación de un proyecto
social y político desde la realidad popular y que tenga a los poblado­
res como st* principales protagonistas. Se trata de avanzar en un
proyecto no sólo de reivindicaciones sino que incluya una salida
política a» la actual situación y que represente más allá de los poblado­
res. un proyecto del conjunto del movimiento poblacional que permita
articular coherentemente lo político a lo reivindicativo a través
de convocatorias que interpreten arlas mayorías nacionales. Un proyecto
que sea una propuesta al país. Aparece esto como tarea importante
aunque los niveles de concertaciÓn no sean los Óptimos; se reconoce
que la construcción de un proyecto poblacional va a partir de las
organizaciones que hoy se lo estén planteando como preocupación.
De allí se propone un rol para los educadores populares: incorporar
tal preocupación en el trabajo cotidiano con los sectores populares.

Un cuarto problema, formulado para ser tratado en el Encuentro pero


que no alcanzó a ser debatido, refiere al protagonismo de los distintos
- 79-

actores populares* De él dieron cuenta algunas de las ponencias inclui­


das en esta publicación; sin embargo, quedó pendiente la pregunta
más particular por las maneras en que las protestas han desarrollado
la capacidad protagÓnica de los distintos actores populares (jóvenes,
pobladores, iglesia de base, partidos)* Esta inquietud fue reiterada
en las intervenciones plenarias.

Por ültimo, otros dos problemas más específicos no alcanzaron a ser


profundizados* Uno, el presentado por Fernando OssandÓn en torno
al escenario de las comunicaciones. Otro, el planteado en relación
a la variación de la naturaleza de la represión con el curso de las
protestas. La represión, de ser un instrumento eficaz de generación
de hechos políticos en orden a redefinir el Estado, de ser "iniciativa
del régimen", ha pasado a ser respuesta al ejercicio de una voluntad
de protesta por parte del pueblo. Hoy la represión es provocada por
un ejercicio de movilización popular y se la asume y enfrenta como
tal. Ambos problemas -protestas y comunicaciones y protestas y repre­
sión- siguen presentados para su discusión.

Você também pode gostar