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EL MITO DE LA EVALUACION DEL AGUA

SUBTERRÁNEA

THE MYTH OF THE EVALUATION OF GROUNDWATER

Hector Vasquez Zelada

Rhevaz92@gmail.com

Universidad Nacional de Cajamarca, Cajamarca, Peru

Hvasquezz12@unc.edu.pe

RESUMEN: El presente artículo examina el mito de la evaluación del agua subterránea. La evaluación está

comúnmente basada en el cálculo del volumen de recarga, con la siguiente premisa: La cantidad a extraer

con el bombeo no debe exceder el valor de la recarga. Al respecto, cabe mencionar que el agua subterránea

no es un volumen, sino más bien un flujo, estando constantemente en movimiento de un lugar de recarga a

un lugar de descarga. En condiciones naturales, es decir, en ausencia de bombeo, para un volumen de

control dado, la recarga es igual a la descarga. Durante el bombeo, bajo condiciones de equilibrio, la

demanda externa es satisfecha tanto por la recarga como por la descarga, con un aumento apreciable en la

recarga y una disminución en la descarga.

Por lo tanto, no es correcto basar la evaluación del rendimiento de agua subterránea solamente en el valor

de la recarga. Este enfoque ha sido desacreditado en los últimos 20 años. El nuevo enfoque considera los

cambios tanto en la recarga como en la descarga. El énfasis está en el efecto de la disminución de la descarga

en la totalidad del sistema hidrológico, el ecosistema, y la sociedad en general. El problema va más allá del

ámbito de la hidrogeología tradicional, comprendiendo los aspectos hidrológicos, ecohidrológicos,

socioeconómicos, institucionales y jurídicos del uso del agua subterránea. Este enfoque está destinado a

darle un sentido más amplio al concepto de sostenibilidad en el uso racional del agua subterránea.

ABSTRACT: This article examines the myth of the evaluation of groundwater. The evaluation is commonly

based on the calculation of the recharge volume, with the following premise: The amount to be extracted

with the pumping must not exceed the value of the recharge. In this regard, it should be mentioned that
groundwater is not a volume, but rather a flow, constantly moving from a place of recharge to a place of

discharge. Under natural conditions, that is, in the absence of pumping, for a given control volume, the

recharge is equal to the discharge. During the pumping, under equilibrium conditions, the external demand

is satisfied both by the recharge and by the discharge, with an appreciable increase in the recharge and a

decrease in the discharge.

Therefore, it is not correct to base the assessment of groundwater performance only on the value of the

recharge. This approach has been discredited in the last 20 years. The new approach considers changes in

both recharge and discharge. The emphasis is on the effect of decreasing discharge on the entire hydrological

system, the ecosystem, and society in general. The problem goes beyond the scope of traditional

hydrogeology, including the hydrological, ecohydrological, socioeconomic, institutional and legal aspects

of the use of groundwater. This approach is intended to give a broader sense to the concept of sustainability

in the rational use of groundwater.

El Agua Subterránea

El agua subterránea se encuentra por debajo de la superficie de la Tierra a profundidades que varían con el

clima predominante, desde muy cerca de la superficie en regiones húmedas, a distancias superiores a cientos

de metros en regiones muy áridas. A través de la historia, los seres humanos han recurrido a las aguas

superficiales para satisfacer sus necesidades. Sin embargo, en los últimos 100 años, las sociedades

desarrolladas han recurrido cada vez más al agua subterránea, extrayéndola mediante el bombeo. Las aguas

superficiales y subterráneas están usualmente conectadas, convirtiéndose una en la otra, y viceversa; sin

embargo, en la práctica son muy diferentes. El agua superficial se repone rápidamente, con un tiempo de

reciclaje de 11 días, en promedio global (L'vovich, 1979). Por el contrario, las aguas subterráneas llevan

mucho más tiempo para reponerse. Los tiempos de reciclaje de las aguas subterráneas varían

considerablemente, desde días, hasta años, siglos, y milenios, dependiendo de la ubicación del acuífero, tipo,

profundidad y características. El tiempo promedio para la reposición de las aguas subterráneas es de 1,400

años (World Water Balance, 1978; Ponce, 2006a). Este hecho reconoce que el uso de las aguas subterráneas

es un arma de doble filo: El abatimiento (agotamiento} sigue a cualquier desarrollo que no preste la debida

atención al tiempo de reposición. Sin embargo, cabe anotar que la explotación excesiva de las aguas

subterráneas continúa hasta la fecha, en un experimento global que parece estar dominado más por los
intereses económicos y la conveniencia que por la realidad y la razón. La idea predominante es que el agua

subterránea existe aparentemente en grandes cantidades, relativamente cerca de la superficie, y que debe

utilizarse en cuanto el agua superficial escasee o ya esté toda comprometida. Se presta poca atención a la

conectividad, es decir, al hecho de que la mayoría de las aguas subterráneas están destinadas a convertirse

eventualmente en aguas superficiales.

La Evaluación del Agua Subterránea

A través de los años, la evaluación de agua subterránea se ha basado en el cálculo de la recarga y la

consiguiente limitación de la cantidad permisible de bombeo a esta cantidad. A esta práctica se la ha

denominado la determinación del "rendimiento seguro". El enfoque, sin embargo, es incompleto, porque

ignora la existencia de la descarga (Sophocleous, 1997). De continuarse, terminará secando los humedales y

manantiales vecinos, y con el tiempo reducirá el caudal base en las corrientes y ríos de los alrededores

(RAMSAR, 2010). Por lo tanto, no es sostenible (Alley et al., 1999).

El Volumen de Control

La evaluación tradicional del agua subterránea presenta un dilema: La evaluación está basada en la elección

de un volumen de análisis, o volumen de control, pero éste no es fácilmente discernible. ¿Cuál debe ser el

volumen de control aplicable a un caso dado? En otras palabras: ¿Cuál es el volumen en base al cual se deben

evaluar la recarga y la descarga? La práctica habitual es tomar el área de la cuenca de aguas superficiales

para delimitar el volumen de control, a falta de algo mejor o más obvio. Esta elección, sin embargo, no es

totalmente apropiada, ya que los límites de las aguas superficiales y subterráneas no son generalmente

coincidentes (RAMSAR, 2010). El flujo de agua superficial está circunscrito al área de la cuenca, la cual

usualmente puede ser determinada con bastante precisión; en contraste, no existe un límite claramente

definido para el flujo del agua subterránea. Los flujos de aguas subterráneas siguen los gradientes

hidráulicos prevalecientes, los cuales pueden atravesar los límites del agua superficial y, por lo tanto,

desafiar una caracterización más precisa. Efectivamente, el bombeo puede resultar en un cambio del patrón

natural de flujo de agua subterránea, inclusive hasta invertir la dirección de flujo. Por lo tanto, el igualar el

límite del flujo del agua subterránea con el límite del flujo del agua superficial puede no ser la decisión más

apropiada en todos los casos. El tamaño del volumen de control depende del tamaño o cantidad de captura:

Cuanto mayor es la captura, más grande es el volumen de control. Por lo tanto, un enfoque puramente
mecanicista de la evaluación del agua subterránea es probablemente defectuoso. Cuanto mayor sea la

cantidad de agua subterránea a ser capturada, mayor será el área de influencia comprometida por el

bombeo. Tal como lo señala Bredehoeft (1997), el rendimiento sostenible no tiene casi nada que ver con la

recarga, la cual es difícil, si no imposible, de cuantificar. Alley et al. (1999) han sugerido que la evaluación

del rendimiento sostenible esté basado, no en principios hidrogeológicos, sino más bien en un enfoque

interdisciplinario.

Rendimiento Sostenible del Agua Subterránea

El rendimiento sostenible del agua subterránea no depende del tamaño, profundidad, o características

hidrogeológicas del acuífero. El rendimiento sostenible tampoco depende de la recarga natural, ya que ésta

ya ha sido apropiada por la descarga natural (Sophocleous, 2000). El rendimiento sostenible depende de la

cantidad de captura, y si ésta es socialmente aceptable como un compromiso razonable entre poco o ningún

uso, en un extremo, y el secuestro de toda la descarga natural en el otro extremo. El rendimiento sostenible

se podrá determinar sólo después de la evaluación de todos los aspectos relacionados con la utilización del

agua subterránea. Además de hidrogeología, éstos incluyen hidrología, ecohidrología, socioeconomía, y los

aspectos institucionales y legales, para citar sólo los más salientes (Ponce, 2006b)

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