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EL DERECHO PRIMITIVO
La costumbre Primitiva.
En los períodos primitivos de la evolución social existía una “costumbre
indiferenciada”. Su nombre se debe a que consistía en una combinación de éticas,
religiosas, convencionales y jurídicas. Luego, al independizarse el derecho de la religión
y la moral, conservó su naturaleza consuetudinaria. Recién en una época relativamente
reciente el proceso legislativo se inició y aparecieron los primeros códigos. Carlos
Vindas Alvarado.
Esta costumbre de múltiples dimensiones (religiosas, moral jurídica) aún no
diferenciadas, ha constituido la primera autoridad con imperio sobre los seres humanos
durante todo ese período primario que sociológicamente conocemos como la
organización clánica, en que no había ningún poder individualizado sino que el poder
total se encontraba difuso en el grupo. Vanni y del Vecchio señalan especialmente la
eficacia de dos fuerzas psicológicas: el hábito y la limitación: “El hábito es un
fenómeno psicológico fundamental regido por una ley que no es más que una forma de
la ley de la inercia”. En virtud de la ley del hábito, una vez realizado un acto, se tiene la
tendencia de repetirlo y el repetirlo llega a ser más fácil, precisamente porque se trata de
rehacer la vía ya recogida, la cual llega ser así la vía de la mínima resistencia. Al hábito
se agrega la imitación: lo que uno hace es en cierto un modelo que los otros tienden a
imitar y reproducir.
El carácter mágico de la vinculación totémica y el de las sanciones atribuidas a la
violación de la costumbre, daban a ésta un imperio ilimitado sobre todos los miembros
del grupo. Fuerza impersonales, difusas, inmanente a todos los miembros del clan,
daban a dicha costumbre general una autoridad enorme, capaz de ejercer una potente
presión sobre los ánimos individuales.
Para comprender cómo la costumbre, a pesar de la ausencia de un poder individualizado
o autoridad constituida que la apoyara, ha podido ser una suprema fuerza reguladora,
hay que tener presentes algunas características de la organización clánica. Los clanes
eran grupos humanos cerrados, en los que el común origen totémico creaba entre sus
integrantes una solidaridad fortísima. La sanción más grave para las ofensas ocurridas
dentro del grupo consistía en retirar al ofensor la protección del clan y en excluirlo así
de la solidaridad del grupo, expulsándolo de él. Al expulsado (o exiliado) de todo
contacto social se le negaba “el agua y el fuego” en la comunidad y, privado de toda
tutela jurídica. Enrique Aftalión.
El carácter religioso de las normas primitivas.
En cuanto a la tonalidad religiosa, que también hemos atribuido a la primitiva
regulación de la conducta, es una consecuencia del papel fundamental que ha
desempeñado la religión en la vida de los primitivos. En un principio todo el Derecho
tenía carácter sagrado; las normas jurídicas se apoyaban en la religión. La primitiva
costumbre difusa e indiferenciada abarcaba no sólo preceptos jurídicos- religioso sino
también preceptos de carácter puramente moral. Pero cuando las numerosísimas normas
consuetudinarias primitivas comienzan a ser aplicadas y sancionadas por poderes
jurisdiccionales diferenciados, se produce naturalmente un proceso de selección por el
cual sólo aparecen como jurídico – positivas aquellas normas que resultan susceptibles
de aplicación y sanción por órganos diferenciados, quedando fuera del campo jurídico
otras a cuya trasgresión eventual no correspondían reacciones bien definidas y
organizadas.
Las primeras normas éticas surgían en forma irreflexible e inconscientes y eran acatadas
tal como se presentaba. Para modificar la costumbre; es decir cuando la primitiva
descentralización en que todos son indiferencialmente órganos de la creación y
aplicación del Derecho se pasa a la centralización, por la cual se delegaban en ciertos
órganos permanentes dichas funciones. De ahí el sistema de legislación no hay más que
un paso. Aunque las primeras leyes, normalmente, no son sino una recopilación y
clarificación de la costumbre ya existente, su elaboración, en todo caso, es ya una obra
perfectamente reflexiva y conscientes del órgano. Enrique Aftalión.
Los continuadores.
La influencia de la obra de Santo Tomás fue tan vasta como prolongada Ciñéndonos al
aspecto jurídico de su doctrina, diremos que ésta ejerció una considerable influencia en
la filosofía del Derecho, el derecho político y el derecho internacional, influencia que,
prolongada hasta nuestros días, define a la escuela tomista.
En España, la escuela tomista tuvo un despliegue excepcionalmente brillante con el
llamado “renacimiento escolástico español” de los siglos XVI y XVII.
La obra más madura elaboración del iusnaturalismo escolástico clásico. Suárez
desarrolla con gran agudeza la idea que ya estaba planteada en Santo Tomás: la
invariabilidad fundamental de los primeros principios de Derecho Natural y la
mutabilidad y flexibilidad de su aplicación en preceptos más concretos. El precepto de
Derecho Natural exige que al variar la materia social sobre la que se aplica varíe
correlativamente el contenido del mismo.
Después del gran florecimiento juridico-filósofico en que España jugó el papel más
importante, la influencia del pensamiento tomista, si bien no excluyente, ha sido
siempre considerable, sobre todo en los países latinos. La importancia a dicho
pensamiento ha asignado, en general, la Iglesia Católica, sobre todo a partir de la
encíclica “Aeternis Patris”, en la que León XIII hizo alabanza del Aquinate y
recomendó a los fieles el estudio de su doctrina. Ello empero, hoy no es posible
identificar “pensamiento cristiano” y “escolástica”, especialmente después de Juan
XXIII, el Concilio Vaticano II y Juan Pablo Segundo II.
Continuadores
Su continuador, Samuel Pufendort (1632- 1694), ofrece una originalidad mucho menor,
por más que su obra De Iure Naturae et Gentium constituye una de las elaboraciones
más completas de la escuela clásica de Derecho Natural. Puffendorf se preocupó de
distinguir el derecho positivo del natural y ambos de la teología. Mientras las leyes
pueden ser arbitrarias y variables pues derivan del poder legislador, el Derecho Natural,
ordenado por la recta razón, es siempre justo y firme.
También figura entre los integrantes de esta corriente a Godofredo Leibniz (1646-
1716), quien se destacó en realidad más en el campo de la filosofía general que en el de
la filosofía jurídica. Según Leibniz, el Derecho no deriva de la voluntad de Dios, sino de
su esencia: lo bueno y lo justo son necesariamente tales por sí mismos y Dios, por su
esencia, no podría querer de distinto modo, como no puede hacer que los tres ángulos de
un triangulo no sean iguales a dos rectas. Queda así afirmada la exigencia de una razón
intrínseca a la voluntad divina. Leibniz en ningún momento pudo formular una clara
distinción entre derecho, moral y teología.
También fracasa en la misma Cristian Wolff (1679- 1754), el más célebre de los
discípulos de Leibniz. Cupo no obstante a Cristian Tomasio (1655-1728), el mérito de
ser primero en intentar con carácter sistemático la distinción entre Derecho y moral,
asentado principios que luego habría de retomar Kant.
Lock y Hobbes.
Otras figuras de la historia de la filosofía, el inglés John Locke (1632- 1704), fundador
del empirismo inglés y autor del Ensayo sobre el Entendimiento Humano (1690),
público ese mismo año sus Dos Tratados sobre el Gobierno Civil. Locke analiza la
sociedad civil (Estado) por oposición y a partir del concepto de “estado de naturaleza”
en el cual cada uno “tiene perfecta libertad para ordenar sus acciones y disponer de sus
personas y bienes como lo tuviera a bien, dentro de los límites de la ley natural sin pedir
permiso o depender de la voluntad de otro hombre alguno. La ley natural es más bien el
fundamento y la razón de ser de la sociedad civil, la cual surge de un contrato en que se
aplican normas, contrato que defenderá siempre al individuo contra la extralimitación
del Estado. Aquí tiene su punto partida la doctrina liberal que, con limitaciones, sigue
siendo doctrina política imperante hasta nuestros días.
Locke funda así la constitución del Estado en principios de Derecho Natural en lo que
estriba el carácter fundamentalmente político de su doctrina, pero trata además algunas
instituciones particulares a la luz de los principios de Derecho Natural del “estado de
naturaleza”.
Sin alcanzar la repercusión extraordinaria de Locke, tiene suma importancia el
pensamiento de otro filósofo político iusnaturalista inglés: Thomas Hobbes (1588-
1679), quien describe el “estado de naturaleza” como una lucha perpetua de todos
contra todos (homo homini lupus; el hombre es un lobo para el hombre) que hace
necesaria la constitución de la sociedad civil promedio de un pacto en que cada uno
deponga todo su poder en una única autoridad. Hobbes hace derivar así el Derecho
Natural una doctrina absolutista en lugar del liberalismo de Locke
Conclusiones.
La escuela clásica de Derecho Natural, consideraba en su conjunto abundante margen
de crítica. Esta escuela pretendía deducir racionalmente los principios de ese derecho de
un objeto metafísico: la naturaleza humana, esta escuela también falló en su tentativa de
derivar deductivamente el Derecho Natural de esa otra entidad metafísica que es la
naturaleza humana. Por lo demás, es notorio que en su empeño por hallar la esencia de
la naturaleza humana en atributos de origen empírico, los iusnaturalista arribaron
frecuentemente a resultados contradictorios. Las contradicciones de Grocio, Puffendorf,
Hobbes el egoísmo. Estas contradicciones perjudican las especulaciones de la escuela
sobre el ideal jurídico, prescindiendo de subrayar su escasa contribución a eludir el
concepto del Derecho.
Por ello se reserva con más propiedad el nombre de escuela clásica de Derecho Natural,
pese a que toda ella, en su conjunto, puede ser calificada de racionalista.
Kant: su obra,
Emanuel Kant (1724- 1804) su figura excede mucho en el campo de la meditación sobre
el Derecho, y su obra e influencia general ha sido tan vasta y profunda, sus ideas tienen
aún hoy tal valor, que nos parece inexcusable referirnos a ellas en términos de filosofía
general, sin descuidar, por cierto, sus aportes al conocimiento del Derecho.
Kant inauguró sus clases de profesor titular con una tesis sobre la Forma y principios
del Mundo Sensible e Inteligible, en 1770 en la cual, según algunos comentaristas, se
encuentran ya contenidos los principios de su creación original: la filosofía crítica o
cristianismo.
En la vida misma de Kant su obra ejerció una vasta y profunda influencia que se
prolongó durante los años inmediatos, sufrió luego un momentáneo oscurecimiento con
el auge del positivismo filosófico, para resurgir con nuevos bríos más tarde con el
neokantismo lógico de Marburgo (Cohen y Natorp en la filosofía general, Stammler en
el campo de la iusfilosofía) y el neokantismo axiológico de Baden (Windelband y
Rickert en la filosofía general y Lask y Radbruch en la jurídica. No hay duda de que el
pensamiento de Kan sigue teniendo influencia en el pensamiento contemporáneo
Su filosofía.
En tiempos de Kant el pensamiento filosófico se orientaba en dos direcciones
fundamentales. 1) el racionalismo dogmatico (Descartes, Spinoza, Leibniz), que
confiaba en las posibilidades de la razón, del entendimiento, para extruaer
deductivamente toda clase de conocimiento sería el producto de una facultad simple: la
razón. 2) en Inglaterra y Escocia, una filosofía empirista, cuyo más destacado
representante fue David Hume. El empirismo consideraba el conocimiento como
producto de una facultad simple: la sensibilidad.
Kant diferencia netamente la filosofía, de las ciencias, pues mientras cada una de estas
últimas tiene su objeto propio, el objeto de la filosofía es, en cambio, el conocimiento
mismo. Kant comienza por señalar que todo conocimiento0 implica una relación entre
un objeto y un sujeto. Su importancia, en cuanto permite afirmar que los datos objetivos
no son captados por nuestra mente tal cual son (la cosa en sí), según lo sostenía la
corriente realista, que son configurados por el modo con que la sensibilidad y el
entendimiento del sujeto los aprehenden.
Introducción
El tema propuesto vendría a ser sobre el derecho primitivo que dejó una
indiferencia inigualable para el principio del "hombre primitivo".
Conclusión
Bibliografía
Introducción al derecho. Enrrique Aftalion. Jose
Vilanova y Julio Raffo. 4ta Edicion.