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“EL DESARROLLO DEL PENSAMIENTO JURIDICO DESDE LA

ANTIGÜEDAD HASTA LA CONSTITUCION DE LA CIENCIA


JURIDICA”

EL DERECHO PRIMITIVO

Los pueblos primitivos, a causa de la ingenuidad de su intelecto, no alcanzaron a


distinguir teóricamente la moral y el Derecho, máxime dado que ambos se fundaban en
una misma base religiosa. En la vida social primitiva existía una costumbre
indiferenciada, que presentaba vertientes religiosas, jurídicas y morales. Este conjunto
de reglas de conducta, ese conglomerado de normas consuetudinarias con marcada
tonalidad religiosa, rodeaba con indiscutible autoridad toda la vida del individuo;
aparecen así hermanados moral, Derecho y religión. Esta situación se refleja aun en las
primeras codificaciones, como el Código de Hamurabi o la ley mosaica. Enrique
Aftalión.

El carácter sagrado del derecho primitivo


En todos los pueblos conocidos la primera fase del control social ha sido la costumbre.
Esta costumbre tiene un fundamento de naturaleza religiosa o mítica. De ello resulta que
todas las normas de la costumbre primitiva se fundamentan en la convicción de que la
sanción (o el premio) emana de dichos seres sobrenaturales, de la propia divinidad, que
la aplicará en este mundo y en esta vida. El hombre primitivo engloba en un único
mundo lo que posteriormente, se diferenciará como siendo el “más allá” y en donde,
según las religiones más difundidas, se aplicarán las sanciones de los dioses.
La primera sanción, organizada por los hombres y con carácter inmanente a este mundo,
fue la venganza de sangre, que constituyó así la primera sanción específicamente
jurídica. Esta venganza se fundamentaba en la convicción religiosa según la cual el alma
del difunto no tiene posibilidad de vengarse de quien lo ofendió si éste no pertenece a su
mismo grupo o clan. De este modo resulta que esta sanción socialmente organizada y
por ello es jurídica está, a su vez, garantizada por una sanción de tipo trascendente que
puede ejecutar el muerto agraviado contra sus parientes vivos que no la cumplen. El
Derecho tiene, así, para el primitivo un carácter sagrado. Enrique Aftalión.
Ámbito cerrado y personalista. Se aplica en grupos sociales cerrados, a los que sólo se
accede por nacimiento.
Creación del derecho de forma popular y por tanto consuetudinariamente (no escrito),
basado en la costumbre.
Es un derecho que mezcla lo religioso con lo estrictamente jurídico.

El derecho se crea en tres fases:


Fase primitiva: el derecho viene dado por los dioses. Algo es bueno o malo si es bueno
o malo para los dioses.
Fase: el derecho es propio de la voluntad del hombre, aunque también con influencias
divinas.
3. Fase: se utiliza la ley escrita como forma de expresión de lo jurídico y del poder de
un príncipe con poder absoluto

Las fuentes del derecho pueden ser de dos ttipos


Fuentes directas: no hay leyes escritas (no se conservan) de los pueblos prerromanos.
Hubo pueblos que tuvieron las características necesarias para tener leyes escritas, como
Tartesos (se dice que tenían 6.000 leyes escritas en verso), pero no se conservan.
Fuentes indirectas: todo el derecho prerromano que conocemos es a través de ellas.
Estas fuentes son:
· Los escritores griegos y latinos nos dan información acerca de los modos de
organización de estos pueblos. Destacan los escritores griegos Diodoro y Apiano; y los
latinos Julio Cesar, Tito Livio y Plinio.
· Los restos arqueológicos, como por ejemplo tablas de bronce escritas (tesseras), en las
que se recogen pactos entre distintas comunidades. Ej. Tabla de Astorga, Tabla de
Castromao, etc.
Se suelen utilizar dos métodos de conocimiento:
Comparativo: se compara una forma de vida antigua con una actual.
Supervivencias: se trata en conocer una cultura a través de los elementos que han
sobrevivido al paso del tiempo. Carlos Vindas Alvarado

La costumbre Primitiva.
En los períodos primitivos de la evolución social existía una “costumbre
indiferenciada”. Su nombre se debe a que consistía en una combinación de éticas,
religiosas, convencionales y jurídicas. Luego, al independizarse el derecho de la religión
y la moral, conservó su naturaleza consuetudinaria. Recién en una época relativamente
reciente el proceso legislativo se inició y aparecieron los primeros códigos. Carlos
Vindas Alvarado.
Esta costumbre de múltiples dimensiones (religiosas, moral jurídica) aún no
diferenciadas, ha constituido la primera autoridad con imperio sobre los seres humanos
durante todo ese período primario que sociológicamente conocemos como la
organización clánica, en que no había ningún poder individualizado sino que el poder
total se encontraba difuso en el grupo. Vanni y del Vecchio señalan especialmente la
eficacia de dos fuerzas psicológicas: el hábito y la limitación: “El hábito es un
fenómeno psicológico fundamental regido por una ley que no es más que una forma de
la ley de la inercia”. En virtud de la ley del hábito, una vez realizado un acto, se tiene la
tendencia de repetirlo y el repetirlo llega a ser más fácil, precisamente porque se trata de
rehacer la vía ya recogida, la cual llega ser así la vía de la mínima resistencia. Al hábito
se agrega la imitación: lo que uno hace es en cierto un modelo que los otros tienden a
imitar y reproducir.
El carácter mágico de la vinculación totémica y el de las sanciones atribuidas a la
violación de la costumbre, daban a ésta un imperio ilimitado sobre todos los miembros
del grupo. Fuerza impersonales, difusas, inmanente a todos los miembros del clan,
daban a dicha costumbre general una autoridad enorme, capaz de ejercer una potente
presión sobre los ánimos individuales.
Para comprender cómo la costumbre, a pesar de la ausencia de un poder individualizado
o autoridad constituida que la apoyara, ha podido ser una suprema fuerza reguladora,
hay que tener presentes algunas características de la organización clánica. Los clanes
eran grupos humanos cerrados, en los que el común origen totémico creaba entre sus
integrantes una solidaridad fortísima. La sanción más grave para las ofensas ocurridas
dentro del grupo consistía en retirar al ofensor la protección del clan y en excluirlo así
de la solidaridad del grupo, expulsándolo de él. Al expulsado (o exiliado) de todo
contacto social se le negaba “el agua y el fuego” en la comunidad y, privado de toda
tutela jurídica. Enrique Aftalión.
El carácter religioso de las normas primitivas.
En cuanto a la tonalidad religiosa, que también hemos atribuido a la primitiva
regulación de la conducta, es una consecuencia del papel fundamental que ha
desempeñado la religión en la vida de los primitivos. En un principio todo el Derecho
tenía carácter sagrado; las normas jurídicas se apoyaban en la religión. La primitiva
costumbre difusa e indiferenciada abarcaba no sólo preceptos jurídicos- religioso sino
también preceptos de carácter puramente moral. Pero cuando las numerosísimas normas
consuetudinarias primitivas comienzan a ser aplicadas y sancionadas por poderes
jurisdiccionales diferenciados, se produce naturalmente un proceso de selección por el
cual sólo aparecen como jurídico – positivas aquellas normas que resultan susceptibles
de aplicación y sanción por órganos diferenciados, quedando fuera del campo jurídico
otras a cuya trasgresión eventual no correspondían reacciones bien definidas y
organizadas.
Las primeras normas éticas surgían en forma irreflexible e inconscientes y eran acatadas
tal como se presentaba. Para modificar la costumbre; es decir cuando la primitiva
descentralización en que todos son indiferencialmente órganos de la creación y
aplicación del Derecho se pasa a la centralización, por la cual se delegaban en ciertos
órganos permanentes dichas funciones. De ahí el sistema de legislación no hay más que
un paso. Aunque las primeras leyes, normalmente, no son sino una recopilación y
clarificación de la costumbre ya existente, su elaboración, en todo caso, es ya una obra
perfectamente reflexiva y conscientes del órgano. Enrique Aftalión.

El Derecho primitivo preexiste a toda forma de ciencias jurídicas.


Si bien el Derecho existe desde el momento mismo en que hay grupo social, por
primitiva o rudimentaria que sea a su organización, ello no significa que exista un
pensamiento, o una ciencia sobre ese mismo Derecho. Digamos que primero aparece el
fenómeno Derecho, como elemento esencial a todo grupo social, después aparece, con
los griegos, un pensamiento sobre ese fenómeno, con lo cual el Derecho se constituye
así en objeto de una reflexión; luego, aparecerá la ciencia jurídica. Enrique Aftalión.

El pensamiento de Santo Tomás.


Santo Tomás de Aquino en su obra “La Suma Teológica”, destaca la alteridad y la
igualdad, y reproduce sin variantes la definición de Ulpiano.
Considera que el mundo, como un conjunto ordenado, está gobernado por Dios
mediante reglas físicas y normas morales que constituyen la ley eterna, la que no es
conocida directamente por el hombre. Tiene carácter de necesaria y obligatoria. Es
universal e inmutable.
La ley eterna dirigida a los seres racionales es la ley natural, la cual no es otra cosa que
“la participación de la ley eterna en la criatura racional”. Tiene carácter contingente
pues su aplicación depende del libre albedrío de los hombres y su conocimiento es
innato. Es universal e inmutable. El derecho natural es el fundamento de la ley humana
o positiva. Ésta deriva de aquél mediante dos caminos: 1) vía de conclusión de los
primeros principios contenidos en la ley natural, o 2) mediante la regulación de casos no
previstos en ella.
De esta forma, Santo Tomás establece una verdadera jerarquía de las leyes, puesto que
la ley natural deriva de la eterna y la positiva de aquélla. Al igual que Aristóteles, divide
a la justicia en distributiva (debida por la comunidad a sus miembros) y en conmutativa
(la que los particulares se deben entre ellos). Como aporte propio indica una tercera
especie, la justicia general, legal o social (aquella que los miembros deben a la
comunidad).
Para Santo Tomás la justicia legal es la virtud que tiende al bien común, ordenando la
conducta de las partes en relación al todo. La justicia particular, ya sea conmutativa o
distributiva, tiende al bien de los particulares. La objeción fundamental que se le puede
hacer a la tesis tomista es la de mantener la concepción platónica de la justicia como
virtud, sin advertir que la verdadera justicia debe ser social y general debido a la
naturaleza coexistente del hombre. Guillermo Hassel.
La doctrina de Santo Tomás en lo que atañe especialmente al Derecho. El fundamento
de dicha doctrina lo constituye el concepto de ley y la distinción de diversos órdenes de
leyes.
Ley es, según Santo Tomás, una regla y medida de los actos que induce al hombre a
obrar o le retrae de ello, dada por la razón práctica para ordenar las acciones al bien
común o bienestar de la colectividad promulgada dicha regla por la multitud en su
totalidad o por aquel que lo representa.
Subordinadas a este concepto genérico de ley, distingue Santo Tomás varias especies de
leyes:
1) La ley eterna es la razón que gobierna el universo y preexiste en la mente divina del
Hacedor del mundo.
2) La ley natural no es otra cosa que esa participación de todas las criaturas en la ley
eterna, participación en virtud de la cual todos los seres creados tienen inclinación
natural que los impulsa a sus propios actos y fines. Según Santo Tomás, esta
participación en la ley eterna se verifica en modo excelente en el hombre, criatura
racional, precisamente porque su carácter racional la hace participar de la razón eterna y
de la divina providencia.
La lex naturalis es, así, una versión imperfecta y parcial de la lex aeterna: es aquella
parte de la ley eterna que se refiere a la conducta humana y que puede ser conocida
racionalmente.
3) Per la ley natural no brinda al hombre, como regla de conducta sino algunos primeros
principios muy generales, evidentes e indemostrables, que por sí solos son insuficientes
para regular los múltiples aspectos de la vida social. Así en el campo de razón práctica,
de los principios generales evidentes de la ley natural se pasa a las disposiciones
particulares contenidas en el tercer orden de leyes (leges humanae) que constituyen lo
que denominaríamos derecho positivo.
Las leyes humanas positivas son, como queda adelantado, las constituidas por los
hombres, y dispositivas en particular de lo contenido en general en la ley natural. La ley
humana, deriva pues, de la natural. Santo Tomás admite que esta derivación puede
efectuarse por dos vías: 1) por vía de conclusión (como en el silogismo), 2) por la vía de
la determinación, de la forma en que lo determinado puede derivar de lo indeterminado.
Corresponde a la ley humana (derecho positivo) determinar con que tipo de pena se
castigarán los diversos delitos.
El pensamiento de Santo Tomás sobre el Derecho. El ápice de la construcción lo ocupa
la ley eterna, pero el centro de gravedad de la misma lo constituye la ley natural. Ella es
la que determina como sus principios absolutos y evidentes a la ley positiva (ley
humana).
Para dar dicho principio supremo un contenido es menester atender a las inclinaciones
naturales del hombre. Señala Santo Tomás las siguientes, a las que corresponden,
principios evidentes de la ley natural:
1) Como todo ser, el hombre tiende a persistir, apetece su propia conservación. Por lo
tanto integran la ley natural los preceptos que refieren a la conservación de la vida del
hombre, a su legítima defensa.
2) Según su ser animal, el hombre tiene una inclinación natural a ciertas actividades
como la procreación, la crianza de los hijos, etcétera.
3) Por último hay inclinaciones del hombre que responden a su naturaleza específica de
ser racional: tales el conocimiento de las verdades divinas; la convivencia social.
Estos principios generales son universales y válidos para todos los hombres. No
obstantes, a medida, de que se particularizan las conclusiones, pueden perder
universalidad, ya que la razón práctica se refiere a cosas contingentes, mutables,
variables. En esta forma Santo Tomás concilia el carácter absoluto de la razón con la
mutabilidad y variedad de las circunstancias reguladas, insinuando así un planteo
desarrollado por Francisco Suarez.
Es menester distinguir un problema ontológico y uno axiológico, cosa que el tomismo
no alcanza a hacer en forma plena. De aquí que mantenga la tesis de que la ley injusta
no es Derecho, por lo cual “en cuanto tiene la justicia en tanto tiene fuerza de ley”.
En suma: si bien la doctrina tomista constituye un potente esfuerzo de esclarecimiento y
sistematización, de extraordinaria valor para su época (siglo XIII), sus planteos han sido
superados por el curso del tiempo en el plano de la filosofía general y en el de la
filosofía jurídica, haciendo crisis tanto el fundamento metafísico con el que se pretende
dar razón del Derecho como su visión unilateral del fenómeno jurídico, derivada de un
ainsuficiente caracterización de las normas, del ordenamiento jurídico y de los valores.
Enrique Aftalión.

Los continuadores.
La influencia de la obra de Santo Tomás fue tan vasta como prolongada Ciñéndonos al
aspecto jurídico de su doctrina, diremos que ésta ejerció una considerable influencia en
la filosofía del Derecho, el derecho político y el derecho internacional, influencia que,
prolongada hasta nuestros días, define a la escuela tomista.
En España, la escuela tomista tuvo un despliegue excepcionalmente brillante con el
llamado “renacimiento escolástico español” de los siglos XVI y XVII.
La obra más madura elaboración del iusnaturalismo escolástico clásico. Suárez
desarrolla con gran agudeza la idea que ya estaba planteada en Santo Tomás: la
invariabilidad fundamental de los primeros principios de Derecho Natural y la
mutabilidad y flexibilidad de su aplicación en preceptos más concretos. El precepto de
Derecho Natural exige que al variar la materia social sobre la que se aplica varíe
correlativamente el contenido del mismo.
Después del gran florecimiento juridico-filósofico en que España jugó el papel más
importante, la influencia del pensamiento tomista, si bien no excluyente, ha sido
siempre considerable, sobre todo en los países latinos. La importancia a dicho
pensamiento ha asignado, en general, la Iglesia Católica, sobre todo a partir de la
encíclica “Aeternis Patris”, en la que León XIII hizo alabanza del Aquinate y
recomendó a los fieles el estudio de su doctrina. Ello empero, hoy no es posible
identificar “pensamiento cristiano” y “escolástica”, especialmente después de Juan
XXIII, el Concilio Vaticano II y Juan Pablo Segundo II.

LA ESCUELA CLÁSICA PROTESTANTE SOBRE EL DERECHO NATURAL.


Origen de la escuela
Se distingue con este nombre a la corriente doctrinaria que florece en toda Europa
durante el siglo XVII, a partir de la obra de Grocio, De Iure Belli ac Pacis. Se la
denomina también corrientemente “escuela del Derecho Natural”, aunque este nombre
es bastante equívoco pues, como ya hemos visto, no es la única escuela iusnaturalistas.
Grocio,
Hugo Groot, más conocido por Grocio, en su libro Iure Belli ac Pacis (1625) funda la
nueva corriente iusnaturalistas, simultáneamente con el derecho internacional y la
moderna filosofía del Derecho. Cuando Grocio acomete la empresa de escribir un libro
sobre el Derecho en la guerra y la paz, es decir, un libro de derecho de gentes (Derecho
internacional) recurre, para fundamentar sus preceptos, al Derecho Natural, inaugurando
así las especulaciones iusfilosóficas modernas.
Grocio distingue un derecho voluntario (Ius voluntarium), derivado de la voluntad de
Dios o de los hombres y, por consiguiente, variable según la voluntad creadora (divina o
humana) y un derecho natural (Ius naturale), producto de la naturaleza de los hombres
considerados como seres racionales y, especialmente, de su necesidad innata de vivir en
sociedad (appettus societatis). Mientras el derecho voluntario es variable, el Derecho
Natural es invariable y fatal; ni la voluntad humana ni la divina puede modificarlo, El
Ius naturale es el conjunto de principios que la recta razón demuestra conforme a la
naturaleza sociable de los hombres y subsistiría aunque no existe Dios (etiamsi daremus
non ese Deum).
A la luz del Derecho Natural, Grocio especula deductivamente acerca de la propiedad,
el contrato, la esclavitud, las relaciones entre los Estados.
Según Grocio, las cosas eran originalmente comunes a todos los hombres pero luego, al
aumentar las necesidades y al desarrollarse la corrupción, cada uno se apropió de lo que
le convenía. De tal modo Grocio afirma el derecho del primer ocupante como único
principio de la propiedad.
En materia contractual, Grocio sienta el postulado de la inviolabilidad de los pactos
(iuris natura stare pactis) Por este camino, y sobre todo la base de que el Estado tiene su
origen en un contrato social, deduce que el pueblo debe obediencia perpetua al
soberano. En el derecho civil, como fruto de una libre convención entre esclavo y
dueño: no puede negarse a un hombre el derecho de vender su libertad por su
subsistencia. El segundo motivo es l derecho de guerra.
Grocio promovió eficazmente el desarrollo del derecho internacional al afirmar contra
Hobbes que los pueblos no son enemigos naturales y que sus relaciones están reguladas
por el Derecho no sólo en tiempo de paz (el derecho natural confiere fuerza obligatoria
a los tratados).

Continuadores
Su continuador, Samuel Pufendort (1632- 1694), ofrece una originalidad mucho menor,
por más que su obra De Iure Naturae et Gentium constituye una de las elaboraciones
más completas de la escuela clásica de Derecho Natural. Puffendorf se preocupó de
distinguir el derecho positivo del natural y ambos de la teología. Mientras las leyes
pueden ser arbitrarias y variables pues derivan del poder legislador, el Derecho Natural,
ordenado por la recta razón, es siempre justo y firme.
También figura entre los integrantes de esta corriente a Godofredo Leibniz (1646-
1716), quien se destacó en realidad más en el campo de la filosofía general que en el de
la filosofía jurídica. Según Leibniz, el Derecho no deriva de la voluntad de Dios, sino de
su esencia: lo bueno y lo justo son necesariamente tales por sí mismos y Dios, por su
esencia, no podría querer de distinto modo, como no puede hacer que los tres ángulos de
un triangulo no sean iguales a dos rectas. Queda así afirmada la exigencia de una razón
intrínseca a la voluntad divina. Leibniz en ningún momento pudo formular una clara
distinción entre derecho, moral y teología.
También fracasa en la misma Cristian Wolff (1679- 1754), el más célebre de los
discípulos de Leibniz. Cupo no obstante a Cristian Tomasio (1655-1728), el mérito de
ser primero en intentar con carácter sistemático la distinción entre Derecho y moral,
asentado principios que luego habría de retomar Kant.

Lock y Hobbes.
Otras figuras de la historia de la filosofía, el inglés John Locke (1632- 1704), fundador
del empirismo inglés y autor del Ensayo sobre el Entendimiento Humano (1690),
público ese mismo año sus Dos Tratados sobre el Gobierno Civil. Locke analiza la
sociedad civil (Estado) por oposición y a partir del concepto de “estado de naturaleza”
en el cual cada uno “tiene perfecta libertad para ordenar sus acciones y disponer de sus
personas y bienes como lo tuviera a bien, dentro de los límites de la ley natural sin pedir
permiso o depender de la voluntad de otro hombre alguno. La ley natural es más bien el
fundamento y la razón de ser de la sociedad civil, la cual surge de un contrato en que se
aplican normas, contrato que defenderá siempre al individuo contra la extralimitación
del Estado. Aquí tiene su punto partida la doctrina liberal que, con limitaciones, sigue
siendo doctrina política imperante hasta nuestros días.
Locke funda así la constitución del Estado en principios de Derecho Natural en lo que
estriba el carácter fundamentalmente político de su doctrina, pero trata además algunas
instituciones particulares a la luz de los principios de Derecho Natural del “estado de
naturaleza”.
Sin alcanzar la repercusión extraordinaria de Locke, tiene suma importancia el
pensamiento de otro filósofo político iusnaturalista inglés: Thomas Hobbes (1588-
1679), quien describe el “estado de naturaleza” como una lucha perpetua de todos
contra todos (homo homini lupus; el hombre es un lobo para el hombre) que hace
necesaria la constitución de la sociedad civil promedio de un pacto en que cada uno
deponga todo su poder en una única autoridad. Hobbes hace derivar así el Derecho
Natural una doctrina absolutista en lugar del liberalismo de Locke

Conclusiones.
La escuela clásica de Derecho Natural, consideraba en su conjunto abundante margen
de crítica. Esta escuela pretendía deducir racionalmente los principios de ese derecho de
un objeto metafísico: la naturaleza humana, esta escuela también falló en su tentativa de
derivar deductivamente el Derecho Natural de esa otra entidad metafísica que es la
naturaleza humana. Por lo demás, es notorio que en su empeño por hallar la esencia de
la naturaleza humana en atributos de origen empírico, los iusnaturalista arribaron
frecuentemente a resultados contradictorios. Las contradicciones de Grocio, Puffendorf,
Hobbes el egoísmo. Estas contradicciones perjudican las especulaciones de la escuela
sobre el ideal jurídico, prescindiendo de subrayar su escasa contribución a eludir el
concepto del Derecho.
Por ello se reserva con más propiedad el nombre de escuela clásica de Derecho Natural,
pese a que toda ella, en su conjunto, puede ser calificada de racionalista.

LA ESCUELA RACIONAL O FORMAL DEL DERECHO. ROUSSEAU Y


KANT.
Rouseau.
El ginebrino Juan Jacobo Rousseau (1712- 1778) es todavía un representante de escuela
clásica, en la que suele incluírselo. Su planteo del contrato social, no como un
acontecimiento histórico acaecido sino como un principio rector de la razón, lo
convierte ya en el iniciador de la nueva escuela. Rousseau, que unía a un temperamento
apasionado por la justicia, fue el mejor representante de las ideas renovadoras que se
agitaban en su tiempo y el autor de mayor influencia sobre los grandes acontecimientos
que se avecinaban.
El Discurso sobre el Origen y los Fundamentos de la Desigualdad entre los Hombres
(1753) y el Contrato Social (1762) son, entre sus numerosas obras, las que nos interesan
especialmente porque atañen directamente a nuestra materia.
En el Discurso sostiene que los hombres son originalmente libres e iguales, buenos
como todo lo que emerge de la naturaleza, y felices. Un régimen de desigualdad y
dependencia caracteriza la condición social del hombre, estableciendo así una profunda
antinomia entre esta condición social y el estado primitivo de naturaleza en el que todos
eran libres e iguales.
El contrato Social retoma el hilo de estos pensamientos allí donde termina el Discurso.
Se trata, en cambio, de edificar la constitución política sobre dicha base: como una
garantía de la libertad y la igualdad de cada uno. El contrato social, pero con la siguiente
diferencia: para sus predecesores, el contrato social era un hecho efectivamente
acaecido en el que había tenido su origen la sociedad política o civil; su propósito era
señalar no cómo se originó en los hechos el Estado, sino cómo debe ser constituido o
concebido (racionalmente) el orden jurídico para que socialmente sean conservados
íntegros los derechos que el hombre tiene ya por su naturaleza.
La solución de esa verdadera antinomia se encuentra, según Rouseau, en el contrato
social, por el cual cada uno de los asociados se entrega o enajena, con todos sus
derechos, a favor del común. No es exagerado afirmar que el Contrato Social fue el
libro cabecera de los hombres. También es notaria la gran influencia ejercida por el
pensamiento rousseaniano sobre los hombres.

Kant: su obra,
Emanuel Kant (1724- 1804) su figura excede mucho en el campo de la meditación sobre
el Derecho, y su obra e influencia general ha sido tan vasta y profunda, sus ideas tienen
aún hoy tal valor, que nos parece inexcusable referirnos a ellas en términos de filosofía
general, sin descuidar, por cierto, sus aportes al conocimiento del Derecho.
Kant inauguró sus clases de profesor titular con una tesis sobre la Forma y principios
del Mundo Sensible e Inteligible, en 1770 en la cual, según algunos comentaristas, se
encuentran ya contenidos los principios de su creación original: la filosofía crítica o
cristianismo.
En la vida misma de Kant su obra ejerció una vasta y profunda influencia que se
prolongó durante los años inmediatos, sufrió luego un momentáneo oscurecimiento con
el auge del positivismo filosófico, para resurgir con nuevos bríos más tarde con el
neokantismo lógico de Marburgo (Cohen y Natorp en la filosofía general, Stammler en
el campo de la iusfilosofía) y el neokantismo axiológico de Baden (Windelband y
Rickert en la filosofía general y Lask y Radbruch en la jurídica. No hay duda de que el
pensamiento de Kan sigue teniendo influencia en el pensamiento contemporáneo

Su filosofía.
En tiempos de Kant el pensamiento filosófico se orientaba en dos direcciones
fundamentales. 1) el racionalismo dogmatico (Descartes, Spinoza, Leibniz), que
confiaba en las posibilidades de la razón, del entendimiento, para extruaer
deductivamente toda clase de conocimiento sería el producto de una facultad simple: la
razón. 2) en Inglaterra y Escocia, una filosofía empirista, cuyo más destacado
representante fue David Hume. El empirismo consideraba el conocimiento como
producto de una facultad simple: la sensibilidad.
Kant diferencia netamente la filosofía, de las ciencias, pues mientras cada una de estas
últimas tiene su objeto propio, el objeto de la filosofía es, en cambio, el conocimiento
mismo. Kant comienza por señalar que todo conocimiento0 implica una relación entre
un objeto y un sujeto. Su importancia, en cuanto permite afirmar que los datos objetivos
no son captados por nuestra mente tal cual son (la cosa en sí), según lo sostenía la
corriente realista, que son configurados por el modo con que la sensibilidad y el
entendimiento del sujeto los aprehenden.

Al proyectar en el campo del conocimiento que es también un fenómeno, un objeto


la distinción entre forma y materia, y analizar las formas subjetivas del mismo,
Kant distingue:
a) Las formas de la intuición sensible (espacio y tiempo) que hacen posible la parte
pasiva del conocimiento; la captación sensorial de los objetos que tenemos por delante
en la experticia, en contacto inmediato (intuición).
b) Las formas del entendimiento, del intelecto (son las características, especialmente la
causalidad), que hacen posible la parte activa del conocer: la formación de conceptos,
con los que se puede mentar a los objetos sin necesidad de captarlos de presente. El
conocimiento no proviene solamente de los sentidos, sino también del entendimiento.
De aquí Kant afirma que un concepto sin intuición es una forma vacía, del mismo modo
que una intuición sin conceptos es ciega.
c) Las formas de la razón: son las ideas, mientras los conceptos, para valer como
conocimiento, deben estructurarse sobre el material que su ministran las instituciones, la
razón responde a una tendencia del espíritu humano a ultrapasar los límites de la
experiencia.
Un balance general de la filosofía teórica de Kant contenida en su Crítica de la Razón
Pura excedería los límites, pero corresponde apuntar que hoy tiende a considerarse
acertado su enfoque de la participación de nuestras facultades cognoscitivas en el
conocimiento de los fenómenos. En cambio resulta estrecha la pretensión de conferir al
espacio donde Kant entendía el espacio euclidiano y las categorías del entendimiento, el
status de estructuras fijas o permanentes del conocimiento de los fenómenos.

La distinción entre Moral y Derecho.


Las concepciones sobre moral, derecho y política, filosofía práctica de Kant se
encuentran expuestas en la fundamentación de la Metafísica de las Costumbres, la
Crítica de la Razón Práctica y Metafísica de las Costumbres. Estas obras representan la
filosofía práctica de Kant, por oposición a su filosofía teórica.
Para lo que hace a la distinción entre la moral y Derecho, Kant recurre, siguiendo en
esto una idea de Tomasio, a la diferencia entre los motivos del obrar (que llamamos
acciones internas) y el aspecto físico del mismo (que denomina acciones externas).
Mientras la moral se refiere al fuero interno, el Derecho se refiere sólo al aspecto físico
o externo de los actos: esto es, a la conformidad de la acción con la ley; prescinde de los
motivos que determinan el acto o la abstención. El Derecho resulta así coercible, a
diferencia de la moral, ya que sobre las intenciones no puede ejercerse violencia. El
Derecho consiste “no en la relación del deseo de uno con la voluntad de otro, sino en la
relación de dos voluntades”.
Sobre estas bases, Kant define el Derecho como el “conjunto de las condiciones por las
cuales el arbitrio (la libertad) de cada cual puede coexistir con el arbitrio de los demás,
según una ley universal de libertad”.
La libertad es un derecho natural innato; es más, “todos los derechos naturales se
compendian, según Kant, en este derecho de libertad”.
Por último, en un pequeño tratado publicado en 1795 que denominó Para la Paz
Perpetua, afirma que la vocación de la humanidad es formar un Estado único y exponer
los fundamentos filosóficos del derecho.

Introducción

La función de nuestra asignatura es dar una visión panorámica de las


normas jurídicas, ofreciendo una demostración general de lo que se
desarrolla en toda la carrera, así los alumnos ya van adquiriendo una
cultura jurídica.

El Derecho es el conjunto de normas jurídicas generales positivas que


surgen de la sociedad como un producto cultural generada dentro de leyes y
que tienen la finalidad de regular la convivencia entre los miembros de esa
sociedad.

El tema propuesto vendría a ser sobre el derecho primitivo que dejó una
indiferencia inigualable para el principio del "hombre primitivo".
Conclusión

Este texto da la respuesta especialmente sobre ¿Qué podrías decir del


derecho primitivo?
Concluimos que para cada uno de nosotros, sólo es real nuestra
subjetividad, percepción, sensibilidad. También se relaciona el desarrollo
de la propia subjetividad (o conciencia) con el problema de poner a prueba
la autenticidad de la subjetividad ajena, aventurando que la hipótesis de una
unión o conexión subyacente.
Es importante resaltar que el desarrollo del pensamiento jurídico desde la
antigüedad hasta la constitución de la ciencia jurídica dejó bastante
apariencias, el derecho primitivo es un ámbito cerrado y personalista que
se aplica en los grupos los grupos sociales que esta basado totalmente en
costumbres.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCION
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
Filial Caacupé
INTRODUCCIÓN A LA CIENCIA JURIDICA
Tema: El desarrollo del pensamiento jurídico desde la
antigüedad hasta la constitución de la ciencia jurídica.
Integrantes:
Yeni Lujan Torales Mendieta

Pedro Gustavo Gaona

Francisco Alcaraz Verá


Enzo Fernando Ayala

Sumahia Belen Fleitas Benitez

Ana Clara Rodas

Sol María Rolon Ñamandu

Juan David Escobar Ñamandu

Paulina Belén Enríquez Servin

Bibliografía
 Introducción al derecho. Enrrique Aftalion. Jose
Vilanova y Julio Raffo. 4ta Edicion.

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