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LITO

y sociedad
R * sta deCienciasSociales

Marxismo y Cuestión Criminal

A
Luigi Ferrajoli y Danilo Zolo 1 afrontar el tema "marxismo y
Universidad de Camerino - Italia.
Universidad de Siena - Italia. cuestión criminal" se hace pre-
ciso distinguir dos órdenes de
problemas. Primero, el constituído por
la siguiente cuestión: pueden hallarse en
la producción de Marx y en la reflexión
marxista posterior los elementos de una
doctrina "materialista" de la desviación
y del control social, capaz de explicar
estos fenómenos en los términos en que
los mismos se manifiestan en las socie-
dades capitalistas avanzadas? El segun-
do se define en relación a una diversa
interrogante: ¿pueden trazarse, y sobre
la base de qué hipótesis teóricas, indica-
ciones estratégicas de política criminal
en la perspectiva de la transición al so-
cial ismo?
Antes de responder a estas preguntas
nos parece oportuno hacer una adver-
Publicado en "La questione criminale", año III,
N91, Roma, 1977 y en "Democracia autoritaria y tencia. Es nuestra opinión que el análi-
Capitalismo maduro". El viejo topo - Barcelona sis marxista de la sociedad burguesa ofre-
1980.-
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ce elementos teóricos necesarios para no cabe obtener, sino en forma más bien
una explicación científica de los funda- embrionaria, en el patrimonio científico
mentos estructurales de la criminalidad del marxismo 2.
moderna y de los actuales procesos Es lógico que adoptando este punto
institucionales de criminalización tal y de vista creamos oportuno en primer
como resultan determinados por el modo lugar contrastar como científica y políti-
de producción capitalista. Entendemos, camente infecundo el intento de cons-
no obstante, que dichos elementos, aun- truir una teoría materialista de la crimi-
que indispensables para una explicación nalidad filológicamente anclada en los
de la criminalidad que no hipostatice el textos clásicos del marxismo y contra-
delito como fenómeno natural y ahistó- puesta como "alternativa global" -en
rico, no son, sin embargo, suficientes nombre de una supuesta exhaustividad
para la construcción de una teoría y exclusividad de las indicaciones suge-
"global "o "total" de la desviación cri- ridas por el análisis marxiano- a las po-
minal del tipo de la que nos parece pro- siciones teóricas desarrolladas por la nue-
pugna por ejemplo la revista La va criminología crítica (de ascendencia
Questione Crin inale'. Una teoría sociológica, antropológico-cultural,
"global - de la criminalidad requiere, en psicoanalítica)'. En segundo lugar, con-
efecto, a nuestro modo de ver, que las sideramos carentes de actualidad y
indicaciones recabables del amílisis mar- valor científico aquellos elementos de
xista de la economía capitalista -que ata- filosofía política presentes propiamente
ñen sobre todo, como procuraremos de-
mostrar, a las condiciones históricas y
estructurales del fenómeno criminal- se (2) Sobre el escaso desarrollo de una teoría pólítica
integren con teorías sociológicas empí- marxista se ha registrado un acuerdo general
entre teóricos marxistas y no marxistas en ocasión
rica y analíticamente explicativas de la del reciente debate teórico-político suscitado en
compleja trama de factores "sobreestruc- 1975 por Norberto Bobbio. Véase ahora AA. VV. "Il
marxismo e lo Stato", en "Quaderni di Mondo-
tura les", de orden psicológico, socioló- peraio", n.° 4, Roma 1976 y N. Bobbio, "Quale
gico, político y cultural, presentes en los socialismo".7, Torin.o 1976. (Hay trad. castellana
de ambas, ya citada.)
procesos criminógenos. Por otro lado,
una teoría de ese alcance postula la ela- (3) Disentimos completamente, en particular, de
las indicaciones epistemológicas propuestas por
boración de una doctrina política del Dario Melossi en el escrito antes citado. Según él
control social en materia criminal, y más se trataría de "extender la hegemonía de la única
teoría social científica, el marxismo, a todo el
en general del derecho y del Estado, que campo constituido por los objetos de las llamadas
`ciencias sociales', en el esfuerzo de eliminar, de
este modo, las distintas y separadas concepciones
de 'ciencias diversas', como la sociología, el dere-
( 1 ) Cfr. A. Baratta, "Criminologia liberale e cho, la psicología, la economía, etc. Puesto que
ideologia della difesa sociale", en La Questione "cuando el marxismo toma posesión de nuevos
Criminale, enero-abril 1975, n.° 1, p. 60 V. y D. sectores del 'conocimiento', como por ejemplo la
Melossi, "Criminologia e marxismo: alle origini criminología, destruye la criminología como tal, al
della questione penale nella societa de `il Capitale'." mismo tiempo que enriquece sus propios concep-
/VI, marzo-agosto 1975, 1, n.° 2, pp. 332 ss. tos base" (pp. 333-4).
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en Engels y en Lenin, pero no en Marx, control y la represión penal progresiva-


que una interpretación tradicional ha eri- mente "superfluos".
gido en doctrina marxista-leninista del Ambos riesgos, ampliamente presen-
Estado: una doctrina que se reduce en tes (y el segundo, desgraciadamente, ex-
esencia a la definición de éste como apa- perimentado) en la tradición post-
rato represivo de clase y a los conexos marxiana, son muy graves. En la base
teoremas de la extinción del Estado en de uno y otro se encuentra la hiposta-
la sociedad comunista y de su conserva- tización dogmática del marxismo como
ción en la sociedad de transición no ya "filosofía" o como "ciencia general" de-
en la forma burguesa del Estado de de- finitiva mente elaborada, con negación,
recho sino en la "socialista" de la dicta- por un lado de toda relevancia teórica a
dura del proletariado. las ciencias sociales empíricas de tradi-
Un intento de fundar una teoría ción no marxista y, por otro, de todo
criminológica y peor aún una política interés práctico, en la fase de transición,
criminal, sobre la base de estas premisas a los instrumentos garantistas elabora-
estaría expuesto inevitablemente a un dos por el derecho moderno. Nos pare-
doble riesgo (aparte toda consideración ce oportuno detenernos en estos riesgos,
sobre el carácter escolástico de la opera- antes de responder a las cuestiones plan-
ción): teadas, en la convicción de que los mis-
a) una asunción mecanicista de la mos, si no se previenen, cierran la posi-
relación entre modo de producción y bilidad de una criminología socialista
fenómeno criminal, con la consiguiente científicamente fundada y preludian una
reducción economicista del amplio y (no deseable) política del movimiento
complejo tema de las motivaciones cul- obrero en materia criminal de tipo re-
turales de la criminalidad y de las razo- presivo y autoritario.
nes políticas de la represión penal
(economicismo criminológico); 2- El primer riesgo teórico -la reduc-
b) la adopción de una óptica de la ción economicista- nos parece presente
integración y del consenso social (olisnlo sobre todo en las interpretaciones mar-
criminológico). xistas de la criminalidad y de la repre-
Concebida la sociedad de transición sión penal como fenómenos estrecha-
al socialismo como tendencialmente no mente ligados a la naturaleza mercantil
confl ictua 1 en tanto que correspondiente del modo no sólo de producción sino
a un proyecto de unificación y de también de distribución capitalista`. Ta-
homogenización integral del cuerpo so-
cial hecho posible por la superación de
(4) Esta interpretación del fenómeno criminal la
las estructuras capitalistas, la hipótesis sugiere por ejemplo un cuestionario propuesto por
criminológica de fondo resultante es La Questione Criminale, que afirma en el punto 2:
"A nuestro parecer existe, en la elaboración de "El
efectivamente la extinción del derecho Capital" y en otros textos de Marx, el esbozo de un
penal gracias a un proceso que hace el discurso actual sobre la represión del comporta-
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les interpretaciones se fundan en una además de los estructurales, de los


contaminación de la noción marxista de criminógenos y criminal iza ntes6. En este
la alienación del trabajo asalariado en caso la ruptura criminal del orden y la
las relaciones capitalistas de producción represión penal serían interpretables
por la teoría hegel-lukacsiana del mun- como manifestaciones políticas de la lu-
do de la producción y de las mercancías cha de clases, en el cuadro de una teoría
como esfera de la objetivación o aliena- mecánicamente transferida del ámbito
ción del sujeto. Sobre esta base se asu- del análisis estructural (es decir de las
me la doctrina hegeliano-marxista de la formas de producción capitalista) al pro-
alienación y del fetichismo (con el co- piamente sociológico de las motivacio-
rrespondiente filosofema sobre la -per- nes subjetivas de los comportamientos
sonificación - de las cosas y la "cosifica- desviantes y al político-institucional de
ción de las personas en el cambio mer- las formas de control social'. Una ope-
cantil) como fundamento de una teoría ración de este tipo podría quizás aspirar
irremediablemente utópica: la superación a un cierto grado de plausibilidad si el
del antagonismo social, de la disociación fenómeno criminal pudiera hoy ser in-
clasista y de la represión penal gracias a
la supresión de la "forma de mercan-
cía", y por consiguiente a la abolición
completa del mercado, del cambio y del (5) Particularmente ingenua, y diríamos mejor,
dineros. Es claro que son condiciones peligrosamente regresiva nos parece la idea, avan-
zada por E. B. Pasukanis (Cfr. "La teoría general
"tópicas- de ésto, necesariamente, el cese del derecho y el marxismo", trad. castellana de V.
de toda posible correlación entre pro- Zapatero, Barcelona 1976, pp. 145 y ss.), y
replanteada recientemente en esta revista por D.
ducción y consumo y el excedente es- Melossi en el artículo ya citado, de que el principio
tructural de todo tipo de bienes y servi- de proporcionalidad de la pena a la gravedad del
delito corresponde al modelo capitalista del "cam-
cios respecto a la demanda: condiciones bio de equivalentes". Es conocido, en efecto,-y lo
económico-sociales extrañas al ámbito admite el propio Pasukanis cuando se refiere a
Aristóteles y al "jus talionis" del derecho penal
de cualquier posible determinación o arcaico-que el criterio de la acomodación de la
previsión científica. pena a la entidad de la ofensa es el fundamento
general de los ordenamientos penales de la
No nos parecen destinados a tener antiguedad, desde los hebreos a las XII tablas. Las
más éxito los intentos de utilizar las ca- novedades del derecho penal burgués son el prin-
cipio de legalidad de los delitos y de las penas y el
tegorías analíticas de la crítica marxista conexo, de la predeterminación taxativa, y por
de la economía burguesa para la expli- tanto de la certeza, de la duración de las penas: que
por lo demás, como diremos más adelante (nota 56)
cación de los factores sobreestructurales, constituyen conquistas garantistas y progresivas
del derecho moderno que irresponsablemente
Pasukanis y sus epígonos querrían ver suprimi-
das, junto con la proporcionalidad de la pena, en
nombre de una más simple función correccional y
miento 'desviado', sobre todo cuando Marx pone de defensa social del derecho penal.
de manifiesto el nexo indiscutible que liga la dis-
ciplina del cambio a la práctica de la autoridad." (6) Sugerencias en este sentido derivan en nuestra
Cfr. La Questione Criminale, enero-abri11977,111, opinión de las conclusiones metodológicas del ar-
N' 1, pp. 95-96. tículo de A. Baratta, ya citado.
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terpretado como rechazo ideológico e despersonalizado, que todo lo ve. Es,


insubordinación política de los sujetos como se advierte, plenamente explícita
pertenecientes a una clase económica- y recomendada la asimilación de la cár-
mente subalterna frente a los modelos cel a la fábrica y viceversa, como insti-
de comportamiento social impuestos por tuciones disciplinarias totales que favo-
la clase hegemónica. Este fenómeno se recen óptimamente el ejercicio de una
produjo seguramente en la fase de acu- hegemonía de clase y la interiorización
mulación primitiva, particularmente en de las reglas del dominio burgués por
Inglaterra. En ella las instituciones parte de la clase subalternas.
carcelarias y más en general las medidas Pero lo que fue cierto en los comien-
de represión penal correspondían clara- zos del capitalismo lo es bastante menos
mente a un plan clasista de "reedu- para el capitalismo maduro. Nadie po-
cación" del delincuente para la discipli- dría afirmar hoy que sea exclusiva y ni
na del trabajo dentro del sistema fabril. siquiera prevalentemente la clase obrera
Basta pensar en el Panopticon de Jeremy la víctima de la represión penal y de las
Bentham. En él la prisión celular se en- instituciones carcelarias. Estas golpean
cuentra teorizada y concretamente ex- bastante más -nuestro país, Italia, es un
perimentada como modelo arquitectó- ejemplo- a los sectores económica y
nico que encarna de manera ejemplar el culturalmente ma rg in a d os9, más o me-
proyecto burgués de organización de la nos directamente tocados por experien-
clase sometida: la constricción al traba- cias de pérdida de la propia identidad
jo a través de un mecanismo disciplina- social: como los emigrantes, el subpro-
rio automático, el aprendizaje de forma letariado de las periferias urbanas, los
catequística del código, el aislamiento campesinos pobres de las zonas meri-
como instrumento de reeducación en los dionales, los subempleados en activida-
valores del individualismo propietario,
el control total, la sumisión a un poder

(8) Cfr. P. Costa, II progetto giuridico, Milano


1974, pp. 370-8: M. Foucault,"Sorvegliare e punire.
(7) Cfr. I. Taylor, P. Walton, J. Young, Criminologiá Nascita della prigione", Torizio 1970, pp. 21347
sotto accusa, Firenze 1975, (hay trad. castellana (hay trad. castellana de A. Garzón, México 1977):
de A. Crosa: "La nueva criminología, contribución D. Melossi, M. Pavarini, "Cancere e fabbrica. Alle
a una teoría social de la conducta desviada", Bue- origini del sistema penitenziaiio", Bologna 1977.
nos Aires 1977), que proponen "una teoría de las
contradicciones existentes en la estructura social (9) Basta pensar en los altos porcentajes de anal-
que reconozca en la 'desviación' los actos de hom- fabetos y semianalfabetos encontrados entre los
bres ocupados en crear activamente (más que en detenidos: en 1974, sobre 83.513 ingresados, antes
sufrir) el mundo externo" y que "permitiría avan- en libertad, solamente 547 tenían instrucción
zar la afirmación que hasta ahora ha sido sólo universitaria y sólo 17.374 la de nivel medio: todos,
polémica y, por lo demás, mantenida por los restantes eran analfabetos (17.654) o se halla-
anarquistas y desviados, de que gran parte de la ban dotados de simple instrucción elemental
desviación constituye por sí misma un acto políti- (50.938). (Istat, "Annuario di statistiche giudi-
co." ziarie", 1975, Roma 1977, p. 263.)
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des del sector terciarioi". Bajo el prisma a aquellos modelos'2. Nunca pudo re-
criminológico estos sectores marginales sultar más trastocada la idea de la des-
son muy escasamente asimilables al pro- viación como acto político o manifesta-
letariado. Por otra parte, parecen intere- ción de la lucha de clases: según la hi-
-
sados sobre todo en fenómenos de de- pótesis que avanzaremos más adelante,
-
lincuencia innovadora ", es decir de cuanto mayor es la conflictividad social
conductas transgresoras que no se diri- en las formas de la lucha de clases orga-
gen contra los modelos sociales domi- nizada y consciente, tanto más disminu-
nantes -como sucedía en el raso del pro- ye, junto a los fenómenos de disgrega-
letariado "rebelde" de los países capita- ción social y cultural de los sectores
listas más avanzados del pasado siglo- subalternos, la rebeldía individual y
sino que afectan por el contrario a los qualunquista que se expresa en las ma-
medios y a las reglas institucionales es- nifestaciones criminales.
tablecidas para la adecuación subjetiva Por lo demás, las penas privativas de

(10) En 1973, de entre 88.400 condenados, los (11) Cfr. R. K. Merton, Teoría e struttura sociale,
trabajadores industriales (los obreros) eran sólo Bologna 1957, pp. 373-80. (Hay trad. castellana,
15.664 y sólo 3.010 los dedicados a la agricultura México 1964.)
(Istat, "Annuario di statistiche giudiziarie", 1974,
Roma 1976, pp. 2702): es decir, en su conjunto, un, (12) La circunstancia, invocada con frecuencia, de
porcentaje del 21,12 % sobre el total de los conde- que un gran número de los delitos penalmente
nados, que corresponde perfectamente al de los perseguidos en nuestro país, como en la mayoría
obreros y campesinos sobre el total de la población de los de capitalismo avanzado, lo constituyen los
italiana excluidos los menores de 14 años y los de contra la propiedad, no dice aún nada acerca de
jubilados (7.511.291 trabajadores dependientes su carácter de clase, y tampoco sobre la directa
de la industria y de la agricultura sobre 34.734.373 función capitalista de las instituciones penales.
personas, equivalente al 21,62 % ). (Datos tornados Dice, más sencillamente, que la apropiación de la
del censo de 1971: Istat, "Annuario statistico ita- riqueza, sin ser la única, es ciertamente una causa
liano", 1976. Roma 197(3, pp. 25-26, 1(3-7, 32.) fundamental del conflicto social: pero ésta no
Particularmente significativo es el dato relativo a parece una característica peculiar del capitalismo,
los emigrantes. En 1974 sobre 83.513 ingresados puesto que se encuentra en todo grupo social
en la cárcel, el número de condenados por delitos caracterizado por profundas desigualdades y
cometidos en una región distinta de la de naci- estratificaciones sociales. Por otra parte, la cir-
miento fue de 32.502. El porcentaje de emigrantes cunstancia a que se ha hecho referencia debe ser
resulta altísimo, hasta superar ampliamente el de reconsiderada. En 1973, de 88.400 condenados, lo
los naturales, en las regiones del triángulo indus- fueron por delitos contra el patrimonio 17.629 (de
trial (Piamonte, Lombardia y Liguria), donde de los que 12.363 por hurto), es decir, alrededor de un
25.748 ingresados en las cárceles por delitos come- quinto del total (Istat, "Annuario di statistiche
tidos en las tres regiones, sólo 8.551 habían nacido giudiziarie", 1974, cit. p. 234): una fracción bastan-
en la misma región en que delinquieron todos los te modesta, si se tiene en cuenta el hecho de que
demás eran emigrantes en ella, preferentemente los delitos contra el patrimonio constituyen el 75
(11.28(3) de las regiones meridionales (Campania, % del total. de los delitos que dan lugar a procedi-
Puglia, Basilicata, Calabria, Sicilia, Cerdeña). miento penal (1.189.402, de los que 1.126.601 son
(Istat "Annuario di statistiche giudiziarie", 1975, hurtos, sobre un total de 1.591.109 delitos denun-
cit. pp. 260-1.) Por lo demás, las regiones meridio- ciados en 1973). Como se sabe, los de hurto son los
nales pagan a la cárcel el tributo más pesado: de delitos en que se registra el más alto porcentaje de
77.694 ingresados en 1974 y nacidos en Italia, denuncias contra autor desconocido (1.082.989,
46.57010 habían sido en las regiones meridionales equivalente al 86,12 % de los hurtos denunciados)
(ibid). (ivi, p. 208).
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libertad, como medios de represión y Añádase que la mayoría de los reclusos


constricción física directa, parecen per- está constituída por detenidos en espera
der cada vez más su originaria función de juiciois, con lo que los presos en
capitalista. De un lado, como demues- situación de cumplimiento de la pena se
tran claramente las experiencias más reducen ahora ya a pocos miles. Por el
avanzadas del neocapitalismo escandi- contrario ha aumentado sobremanera, en
navo, aquellas han ido atenuando pro- el curso de este siglo, el número de los
gresivamente su carácter violento y bru- imputados sometidos a juicio y el de
talmente represivo. De otro, y sobre todo procedimientos penales". Se asiste en
la reclusión carcelaria, se ha convertid() suma a un fenómeno singular: la reclu-
en la actualidad en un tratamiento reser- sión, como forma de pena, se está con-
vado a una parte cada vez más exigua y virtiendo hoy en un instrumento excep-
minoritaria de los penalmente tratados. cional de defensa y control social; pero
Como ponen de manifiesto las estadísti-
cas, la población carcelaria de nuestro
país ha disminuido notablemente en los
últimos cuarenta años, y representa cer-
(14) Considerada en su porcentaje respecto a la
ca de un tercio respecto a la del siglo población nacional, la población carcelaria se ha
pasado"; y la diferencia es aún mayor si reducido a la mitad en los últimos veinticinco años,
a un tercio respecto de los últimos cincuenta años,
se considera el fenómeno en términos y a menos de un quinto en relación al siglo pasado.
relativos, es decir teniendo en cuenta el Precisamente, la población carcelaria media exis-
tente a fin de ario ha pasado de 255,7 detenidos por
fuerte aumento de la población". cada 100.000 habitantes en los años 1871-1880, a
142,8 en 1926, a 100 en 1951, a 49,9 en 1975 (datos
obtenidos sobre la base de la población calculada
al final de cada año sobre el territorio nacional:
Istat, "Sommario di statistichestoriche dell'ltalia".
1861-1975. cit. pp. 71 y 16).
(13) La cifra media de detenidos presentes a fin de
año en los establecimientos de prevención y de (15) A fines de 1976, de 27.831 detenidos en los
cumplimiento fue de 71.618 en los arios 1871-1880, establecimientos de custodia preventiva y de cum-
de 55.327 en los años veinte, de 50.741en los plimiento, 16.811 (aproximadamente el (30 %) se
treinta, de 35.213 en los cincuenta, de 28.521 en los hallaban en espera de juicio (Istat, "Annuario
años sesenta y de 25.737 en los años setenta (de statistico italiano", 1977, Roma 1977, p. 128).
1971 a 1975) (Istat, "Sommario di statistiche
storiche 1861-1975, Roma 1976, p. 71). (16) Las estadísticas Istat no facilitan datos re-
Un descenso semejante presenta, de decenio en trospectivos homogéneos en orden al numero de
decenio, la cifra inedia de los ingresados anual- personas denunciadas y de las juzgadas: efectiva-
mente en dichos institutos procedentes de la si- mente, esta información cesa en 1960. Hasta esta
tuación de iibertad: de 214.038 en los años setenta fecha cabe observar un progresivo incremento del
del siglo pasado a 83.527 en 1975 (ibid). Aún fue número de personas juzgadas, que pasa de una
más drástica, en los últimos cincuenta años, la inedia anual de 489.824 en los años 1871-1880 a
reducción del número de los detenidos en las una media de 782. 450 en los anos 1911-1920, de
instituciones para menores (casas de reeducación 1.107.859 en los años 1931-1940, de 1.360.185 en
y reformatorios judiciales): que ha pasado de una los años 1951-1955 a 1.54(3.820 en el año 1959
presencia media a fin de año de (3.259 en los años (Istat, "Sommario di statistiche storiche italiane",
treinta a la de 5.367 en los años cuarenta, de 4.250 1861-1955, Roma 1958, p. 94: "Annuario di
en los cincuenta y de 2.099 en los años sesenta, statistiche jiudiziarie", 1959, Roma 1960, p. 100).
hasta descender a 1.532 en 1971 y a 858 a finales Aún mayor es el incremento de las personas de-
de 1975 (ivid). nunciadas: de una media de 249.759 en los años
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al mismo tiempo cabe registrar una ex- capacidades de criminalización y de con-


tensión masiva de la esfera de interven- trol, a convertirse en una máquina clasi-
ción penal en la sociedad. El sistema fica toria que produce esencialmente
penal, de este modo agigantado en su incriminaciones, certificados penales y
aspecto normativo y procesal y depo- status jurídico-sociales (pendiente de jui-
tenciado en su momento directamente cio, reincidente, delincuente habitual,
punitivo-represivo, se configura así, cada sujeto peligroso, etc.).
vez más, como un enorme aparato ideo- Todo ésto no quiere decir, es obvio,
lógico cuya función, más que la repre- que las instituciones carcelarias no con-
sión directa, es la celebración cotidiana serven también en el cuadro neoca-
de los valores de la legalidad, y la emi- pitalista una función política general, y
sión de juicios de culpabilidad que no que no vayan a conservarla aún por mu-
tienen otro efecto, en la mayoría de los cho tiempo, particularmente en Italia,
casos, que el de la simple estigmatización donde se presentan, más que en otra
social de los desviados a través del pro- parte, como una realidad homogénea e
ceso, la condena y la inscripción de éste interna y no exterior ni mucho menos
en el registro judicial. Se trata de una antagónica respecto de la fenomenología
suerte de formalización progresiva de la criminal. Tan sólo significa que desde el
justicia penal que, tras de haber pasado punto de vista neocapitalista parecen hoy
hace dos siglos de las penas atípicas de mucho más relevantes los mecanismos
naturaleza corporal a las penas tasadas de integración social preventiva que ope-
de carácter detentivo, parece hoy enca- ran a través de la autolegitimación de
minada, sin que ésto quite nada a sus las instituciones, la producción del con-
senso y la clasificación de los disidentes
y desviantes, que los instrumentos de
represión carcelaria. Más relevantes que
toda la arcaica estructura penal-peniten-
1871-1880 a una media de 1.415.422 en los años
1951-1955, a 1.633.758 en el año 1959 (Istat, ciaria pueden considerarse el uso terro-
"Sommario", cit,: Istat, "Annuario", cit.). Después rista y estigmatizante de la denuncia pe-
de 1960 faltan datos relativos a las personas por lo
que respecta a las contravenciones y condenas nal, de la incriminación y del proceso
penales. El incremento de la intervención judicial no seguidos de sanción efectiva y a me-
en estos últimos años está, sin embargo, asimismo
expresado por los datos relativos a los procedi- nudo ni siquiera de condena definitiva;
mientos (en los que, no obstante, están compren- las discrecionales medidas de la policía,
didos los finalizados con sobreseimiento provisio-
nal por falta de autor conocido): de 2.632.541 desde el arresto a las intimaciones y las
procedimientos instruidos en 1961 en las preturas repatriaciones obligatorias; y, además,
y en las procuras a 3.726.942 instruidos en 1976
(Istat, "Annuario di statistiche giudiziarie", 1961, los viejos y nuevos sistemas de clasifi-
Roma 1964, p. 11: Id., Annuario statistico italiano, cación manifiesta o clandestina de los
1977, cit. p. 120): en los últimos años del siglo
pasado (1887-1898) la cifra media de procedimien- ciudadanos, desde el fichero judicial a
tos penales instruidos anualmente en las preturas los archivos policiales y al Berusfverbot,
y procuras fue de 691.954 (Istat, "Statistica
giudiziaria per l'amo", 1910, Roma 1914, p. XLVIII). las técnicas de espionaje utilizadas por
Marxismo y Cuestión Criminal 67

las nuevas agencias públicas y privadas legitimación del dominio y del -orden-
de control social (de la CIA al SID, a los socio-económico, fuera de aquel, arcai-
"vigilantes"); los sistemas cibernéticas co y elemental, para el que la represión
de centralización autoritaria de la inter- violenta, posiblemente sangrienta, del
pretación legal, como el que la Corte de crimen es, como el crimen mismo, un
Casación prepara silenciosamente en es- elemento disuasorio simbólico necesa-
tos anos y, por otra parte, los de catalo- rio para el mantenimiento de la discipli-
gación con fines policiales de simples na y del orden.
imputados nunca condenados''. Todas Por lo demás, las instituciones
estas estructuras de producción del con- carcelarias italianas, incluido el sistema
senso y de estigmatización político-cor- de las medidas de seguridad privativas
porativa de los disidentes parecen de libertad (piénsese en el infame archi-
perfilarse como un sistema diferenciado piélago Gulag de los manicomios judi-
de control social bastante más eficaz que ciales) y las distintas formas institu-
las formas tradicionales de penalización cionales, públicas y privadas, de repre-
carcelaria; las cuales, sobre todo allí don- sión de los menores, han sido siempre
de conservan como en Italia su carácter ejemplares por su escasa violencia ideo-
toscamente vejatorio, parece que hoy tie- lógica, su brutalidad y atraso. Desde este
nen reservada ya sólo una función gené- punto de vista tales instituciones no son
ricamente represiva, sin otro efecto de más que lugares criminógenos, por sus

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68 Luigui Ferrajoli - Danilo Zolo

conocidos efectos tanto de estigma-. capitalismo en los "valores" de la ética


tización y despersonalización de los de- cristiano-burguesa (calvinista, cuáque-
tenidos como de profesionalización de ra, metodista, etc.) en Italia el momento
-
las actividades delictivas. En Italia la reeducativo- ha estado prácticamente
cárcel como, con formas e identidad di- ausente. De los tres clásicos principios
versas, el cuartel, han sido siempre ins- de "rehabilitación social" del preso -ins-
tituciones "católicas" y por lo tanto, al trucción, trabajo, religión- el primero ha
mismo tiempo jerárquicas, duramente re- quedado durante mucho tiempo sólo en
presivas, moralmente laxistas e ideoló- el papell8 y hoy se ejerce de manera
gicamente quahinquistas. Mientras en burocrática y estúpidamente ineficaz"
los países capitalistas de cultura protes- el segundo se ha practicado siempre den-
tante la cárcel celular "filadélfica" ha tro de límites restringidísimos y es aún
-
desarrollado, como es notorio, una es- privilegio -de una minoría de los dete-
pecífica función de reeducación para el nidos20; el tercero se ha reducido a tra-
vés de la figura del "capellán" , a inter-

(17) Cfr. El Alegato B, "L'utilizzazione degli


elaboratori elettronici e nuova organizzazione del
lavoro nell'amministrazione della giustizia" en la
"Relazione al Parlamento sullo stato della giustizia
del Consiglio Superiore della Magistratura" (18) G. Neppi Modona, en"Carcere e so cieta civile",
(Consiglio Superiore della Magistratura, "L' en "Storia d'ltalia", Vol. 3, Torino 1975, p. 1973,
deguamento dell'ordinamento giudiziario al hace raferencia a una circular ministerial de 12 de
principicostituzionali e alle esigenze della societa", febrero de 1932 en la que se precisa que los
Relazione al Parlamento sullo stato della giustizia, maestros no podrán ser pagados y su trabajo
Roma 197(3, pp. 541-71). En la línea de la mecani- deberá prestarse gratuitamente. Solamente en
zación electrónica del control social se ha movido años recientes (Leyes n.° 535 de 3 de abril de 1958
recientemente el Parlamento, que en la sesión del y n.° 72 de 3 de febrero de 1963) se ha instituido en
27 de enero de 1977 aprobó por amplísima mayoría las cárceles la función de enseñante.
una moción sumamente grave (Achulli, Bozzi,
Fracchia Mammi, Mazzola, Reggiani, Manuzzu), (19) Cfr. P. G. Valeriani, "Scuola e lotta in carcere",
en la cual, en abierta violación del principio cons- Bari 1972, que da cuenta de la actitud hostil y
titucional de la presunción de inocencia del impu- abiertos; botaje por las autoridades de cualquier
tado hasta la condena definitiva y de las reglas del efectiva experiencia didáctica en las escuelas pe-
secreto que este principio debería tutelar, se com- nitenciarias .
promete al Gobierno: "II) a realizar junto con la
administración central penitenciaria un archivo (20) Sobre la endémica falta de trabajo en las
propio de documentación electrónica, conectado cárceles italianas y sobre la explotación pública y
con análogos sistemas informativos del Ministerio privada del trabajo carcelario (remuneraciones
del Interior, en el que inscribirlos datos anagráficos irrisorias, alquiler del trabajo a particulares, falta
y el estado de los imputados que se encuentren en de previsión y seguros sociales, etc.) existe ya
situación de custodia preventiva, el acuerdo que la ahora abundante literatura. Cfr. por todos. G.
dispone con los extremos de la imputación, el de Neppi Modona, op. cit., pp. 1915, 1973, 1995).
excarcelación o de libertad provisional con indica- Todavía en 1974 el trabajo estaba asegurado a
ción de la caución o de las obligaciones impuestas, poco más de un tercio de la población carcelaria: de
la fecha de entrada y salida del establecimiento 10.228.022 jornadas de permanencia en los esta-
carcelario, los extremos de la sentencia definitiva blecimientos penitenciarios, incluidas las casas de
que ha juzgado sobre la imputación, y a predispo- trabajo y colonias agrícolas, sólo 3.974.732 trans-
ner los programas para la inserción y la consulta currieron en régimen de trabajo (y de éstas
a distancia de tales datos" ("Atti Parlamentari 1.495.379 corresponden a "servicios domésticos")
della Camera dei Deputati", Sesión del jueves 27 (Istat, "Annuario di statistiche giudiziarie", 1975,
de enero de 1977, n.° 81, p.33). cit. p. 272).
Marxismo y Cuestión Criminal 69

cesión paternalista, persuasoria y degra- Se trata de la concepción leninista de


dante, cuando no a vulgar complicidad la sociedad comunista como sociedad
con las vejaciones y humillaciones de la cosensual y pacificada, en la que los
personalidad de aquellos. La existencia controles jurídicos e institucionales ce-
de un cura católico en os ambientes derían su puesto a la autodisciplina so-
carcelarios, en la cárcel como en el cuar- cial y a la conformidad espontánea de
tel, en la fábrica y en la escuela, lejos de todos los ciudadanos a los nuevos mo-
cumplir una función "educativa" consti- delos dominantes. -Liberados de la es-
tuye una presencia ideológica, moral, y clavitud capitalista, de los innumerables
"espiritualmente" desacreditada 2'. horrores, bestialidades, absurdos y vile-
zas de la explotación capitalista, se ha-
3- El segundo riesgo teórico presen- bituarán poco a poco a la observancia
te en la tradición marxista, que hemos de las reglas elementales de conviven-
llamado "olismo criminológico", es un cia, conocidas a lo largo de los siglos y
corolario del primero. Una vez interpre- repetidas hace miles de años en todos
tada la criminalidad moderna como en- los preceptos, a observarlos sin violen-
teramente determinada, como toda ten- cia, sin coacción, sin subordinación, sin
sión o disfunción social, por la conflicti- ese aparato especial de coacción que se
vidad estructural o de clase, de ahí se llama Estado -22. En esta perfecta socie-
deriva la hipótesis de la cesación de cual- dad comunista, también los "excesos in-
quier conflicto o tensión, y por lo tanto dividuales" están destinados, a largo pla-
también de la desviación criminal (o de zo, a desaparecer: ya que -sabemos que
otro género), en la futura sociedad so- la causa social más importante de los
cialista. excesos (...) es la explotación de las ma-
sas, la penuria y la miseria de éstas. Al
suprimirse esta causa funda mental, los
excesos comenzarán inevitablemente a
(21)De una entrevista a don Luigi Franciano, "extinguirse". No sabemos con qué
capellán de la cárcel judicial de Lecce ("La rapidéz y gradación, pero sabemos que
Repubblica", 21-9-197W: ¿Estiman los presos al
Director?/Sí, pues les trata con seriedad y respeta se extinguirán. Y, con ellos, se extingui-
siempre el reglamento/ "Y con Usted, ¿cómo se
comportan?"/ Depende. Los presos políticos me
ignoran, dicen que estoy con los patrones. No
todos, sin embargo. Los demás únicamente me
piden favores, una llamada telefónica, un encargo.
Desgraciadamente es gente que no comprende el (22) V. I. Lenin, "El Estado y la revolución", Obras
alto significado de la justicia divina y únicamente escogidas, vol. 11, Moscú, s.a., p. 363-364. "El
habla de justicia humana. /"Pero dicen que se les Estado podrá extinguirse por completo cuando la
maltrata, que enferman, que tienen que soportar sociedad ponga en práctica la regla: 'De cada cual,
chinches..."/ Golpes, lo que se dice golpes bien según su capacidad: a cada cual, según sus necesi-
dados, no los han recibido nunca. Chinches tiene dades es decir, cuando los hombres estén ya tan
sólo el que quiere. /"Entonces, ¿no es cierto que los habituados a observar las normas fundamentales
funcionarios sean unos tiranos?"/ Calumnias. Ul- de la convivencia y cuando su trabajo sea tan
timamente no he visto a nadie con los ojos amora- productivo, que trabajen voluntariamente según
tados. su capacidad." (Ivi, 369.)
70 Luig,ui Ferrajoli - Danilo Zolo

rá también el Estado-23. Ciertamente será oficina y una sola fábrica, con trabajo
necesario, "mientras llega la fase 'supe- igual y salario igual -27. "Pues cuando
rior' del comunismo, que por parte de la todos hayan aprendido a dirigir y dirijan
sociedad y del Estado se ejerza el más en realidad por su cuenta la producción
riguroso control sobre la medida de tra- social, a llevar por su cuenta el registro
bajo y la medida de consumo -24. Pero se y el control de los haraganes, de los
tratará de un control "ejercido no por un señoritos, de los gandules y de toda esta
Estado de burócratas, sino por el Estado ralea de 'guardianes de las tradiciones y
de los obreros armados": un control que del capitalismo', entonces al escapar a
presupone -la transformación de todos este control y a este registro hecho por
los ciudadanos en trabajadores y em- todo el pueblo será inevitablemente algo
pleados de un gran 'consorcio' único, a tan inaudito y difícil, una excepción tan
saber de todo el Estado-25 y la forma- extraordinariamente rara, provocará pro-
ción y la educación de la disciplina de bablemente una sanción tan rápida y tan
millones de trabajadores-26 que por tan- severa que la necesidad de observar las
to, en cuanto control de la "mayoría del reglas nada complicadas y fundamenta-
pueblo", "será realmente universal, ge- les de toda convivencia se convertirá
neral, del pueblo entero, y nadie podrá muy pronto en una costumbre-28 .
rehuirlo, pues 'no habrá escapatoria po- El advenimiento de la sociedad co-
sible'." Toda la sociedad será una sola munista, es decir, la desaparición por
una parte del Estado y del derecho como
superfluos, y por otra de la desviación y
del conflicto, aparecen de esta manera
(23) Ivi, p.,365. confiados a un proceso de homoge-
nización ética del cuerpo social y de
(24) Ivi, p. 370. "Contabilidad y control: he aquí lo
principal, lo que hace falta para 'poner a punto' y socialización de la represión, que será
para que funcione bien la primera fase de la tarea de la dictadura del proletariado
sociedad comunista. En ella, todos los ciudadanos
se convierten en empleados a sueldo del Estado, imprimir y hacer cumplir. Una concep-
que no es otra cosa que los obreros armados. Todos ción de la revolución y del comunismo
los ciudadanos pasan a ser empleados y obreros de
un solo 'consorcio' de todo el pueblo, del Estado." que innova profundamente la marxiana
(ivi, 373.) y que será restaurada y desarrollada por
(25) Ivi, p. 370. Gramsci en los Quaderni, donde la tran-
sición al socialismo aparece como tran-
(2(3) Ivl; p. 373. Precisamente Lenin afirma: "el
desarrollo del capitalismo crea las premisas para
sición hacia una sociedad "ética" o "re-
que 'todos' realmente puedan intervenir en la
gobernación del Estado. Entre estas premisas se
cuenta la completa liquidación del analfabetismo,
conseguida ya por algunos de los países capitalis-
tas más adelantados, la 'instrucción y la educación
de la disciplina' de millones de obreros por el
amplio y complejo aparato socializado de Correos, (27) Ivi, p. 373.
de los ferrocarriles, de las grandes fábricas, del
gran comercio, de los bancos, etc." (ibid.) (28) Ivi, p. 374.
Marxismo y Cuestión Criminal 71

gulada", a la que la progresiva adecua- no a sí un consenso de masas, hasta


ción de todos los ciudadanos a los valo- conseguir el pleno equilibrio de una "so-
31
res y normas del poder socialista hace ciedad regulada" o "Estado ético".
perfectamente homogénea. Con la in- Más explícitamente que Lenin (y en
troducción por parte de Gramsci de la términos que difícilmente podrían ser
idea de hegemonía, esta novedad con- más disonantes respecto a las posiciones
ceptual, más que corregir el carácter de Marx y de Rosa Luxemburgo),
organicista y totalizador de la concep- Gramsci parte de una concepción ético-
ción leninista de la dictadura del prole- pedagógica del derecho, quizá tan sólo
tariado, parece querer especificar y de- con precedentes en el didactismo estatal
sarrollar los aspectos propiamente éti- fichteano. Y llega no sólo a enfatizar la
cos y "sobreestructura les" de una con- función represiva del derecho penal so-
cepción jacobina del poder socialista. El cialista, sino a atribuir una específica
"moderno Príncipe - gramsciano es el función ética y "civilizadora" incluso a
partido político, que se hace "pregonero los aparatos penales del Estado. Para
y organizador de una reforma intelec- Gramsci la "misión educativa y forma-
tual y moral" y que, al desarrollarse, tiva del Estado, que tiene siempre el fin
transforma todo el sistema de relaciones de crear nuevos y más altos tipos de
intelectuales y morales por cuanto su civilización, de adecuar la "civilización"
desarrollo significa, precisamente, que y la moralidad de las más amplias masas
todo acto es considerado útil o dañoso, populares a las necesidades del conti-
virtuoso o perverso, en la medida en nuo desarrollo del aparato económico
que su punto de referencia es el moder- de producción, de elaborar, por consi-
no Príncipe mismo y sirve para incre- guiente, incluso físicamente nuevos ti-
mentar su poder u oponerse a él. -29 En pos de humanidad -32, encuentra en el
este sentido el "moderno Príncipe" está derecho "el instrumento) más eficaz y
destinado a ocupar -en las conciencias,
el puesto de la divinidad o del imperati-
vo ca tegórico". 3° Esto exige, junto a 1
ejercicio de un poder en forma directa-
mente represiva, la capacidad del parti-
(31) Ivi, pp. 128, 131, 132: "En la noción general de
do-clase hegemónica de producir en tor- Estado entran elementos que son referibles a la
idea de sociedad civil (en el sentido, podría decirse,
de que Estado = sociedad política + sociedad civil,
es decir hegemonía acorazada de coerción). En
una doctrina del Estado que conciba a éste como
susceptible de extinción y resolución en la socie-
dad regulada, el argumento es fundamental. El.
elemento Estado-coerción se puede imaginar ex-
(29)A. Gramsci, "Note sul Machiavelli, sulla politica tinguiéndose a medida que se afirman elementos
e sullo Stato moderno", Torino 1966, p. 8. (Hay cada vez más visibles de la sociedad regulada (o
trad. castellana de J. Aricó, Buenos Aires 1962.) Estado ético o sociedad civil)."

(30) Ibid. (32) Ivi, p. 83.


72 Luigui Ferrajoli - Danilo Zolo

capaz de resultados positivos para tal premia la actividad loable y meritoria,


fin-33. Un Estado así entendido es un del mismo modo que se castiga la acti-
Estado que -castiga", que no se limita a vidad criminal-.36
la "lucha contra la peligrosidad social" Una política criminal del movimien-
sino que "debe ser concebido como 'edu- to obrero inspirada en esta teoría de tran-
cador' precisamente porque tiende a sición al socialismo, aún cuando recha-
crear un nuevo tipo o nivel de civiliza- zase los resultados perversos a que han
ción-.34 Incluso en el campo penal, él es llegado las degeneraciones estalinistas
por ésto, para Gramsci, "un instrumento del leninismo, no podría fundarse más
de 'racionalización', de aceleración y que sobre una teoría general de desvia-
de taylorización, actúa conforme a un ción como "patología social". Frente al
plan, urge, incita, exige y 'castiga', pues- proyecto, perseguido por el partido-cla-
to que, creadas las condiciones que ha- se hegemónica, de una sociedad perfec-
cen 'posible' un determinado modo de tamente homogénea, pacífica y consen-
vida, la acción o la omisión criminal' sual, toda forma de disenso y de desvia-
deben tener una sanción punitiva, de ción correría el riesgo de asumir el as-
alcance moral, y no sólo un juicio de
peligrosidad genérica. El derecho es el
aspecto represivo y negativo de toda la
actividad positiva de civilización ejerci-
da por el Estado -.35 A una tal "concep- (35)Ibid. Esta idea de una función ética, pedagó-
gica y totalizadora del derecho con la que Gramsci
ción del derecho deberían ser también reniega de uno de los postulados del moderno
incorporadas las actividades 'premia- iuspositivismo laíco y liberal, es decir la separa-
ción de derecho y moral, y al mismo tiempo de un
doras' de individuos, de grupos, etc.; se elemento de la crítica marxista de la ideología
cristiano-burguesa, moralista y correcional del
derecho penal (cfr. además pp. 120-6, se repite en
otras ocasiones: "Todo Estado es ético en cuanto
una de sus funciones más importantes es la de
elevar a la gran masa de la población a un deter-
minado nivel cultural y moral, nivel (o tipo) que
corresponde a la necesidad de desarrollo de las
(33) Ivi, p. 87, Aún más: "¿Pero de qué manera cada fuerzas productivas y por consiguiente a los inte-
individuo en particular alcanzará a incorporarse reses de las clases dominantes. La escuela como
en el hombre colectivo y cómo se producirá la función educativa positiva y los tribunales como
presión educativa sobre aquellos para obtener su función educativa represiva son las actividades
consenso y colaboración, convirtiendo en 'libertad' estatales más importante en este sentido" (ivi, p.
la necesidad y la coerción? Cuestión del 'derecho', 128), "El máximo de capacidad del legislador se
cuyo concepto deberá ser ampliado, comprendien- puede deducir del hecho de que a la perfecta
do dentro de él incluso aquellas actividades que elaboración de las directivas corresponda una
caen actualmente bajo la fórmula de lo 'indiferen- perfecta predisposición de los órganos de ejecu-
te jurídico' y que son de dominio de la sociedad civil ción y de verificación y una perfecta preparación
que actúa sin 'sanciones' y sin 'obligaciones' del consenso 'espontáneo' de las masas que deben.
taxativas, si bien ejerce una presión colectiva y `vivir' aquellas directrices modificando sus pro-
obtiene resultados objetivos de elaboración en las pios hábitos, su propia voluntad, sus propias con-
costumbres, en las formas de pensar y de actuar, vicciones conforme a las mismas y a los fines que
en !a moralidad, etc." (Ivi, pp. 83-84.) se propongan alcanzar." (ivi, p. 136.)

(34) Ibid., p. 88. (36) Ivi, pp. 88-89.


Marxismo y Cuestión Criminal 73

pecto radicalmente negativo del recha- líneas maestras de una "política crimi-
zo irracional e inmoral de un bien social nal del movimiento obrero" que sea una
absoluto. Y la represión asumiría en el alternativa a la burguesía y al mismo
mejor de los casos el mismo carácter tiempo inmune a las sugestiones
paternalista y didactista (teológico) que integristas y autoritarias presentes en la
generalmente ha tenido en os regímenes tradición post-marxiana.
autoritarios, desde la teocracia medieval La primera de tales indicaciones hace
a los modernos totalitarismos. A la obli- referencia a las raíces estructurales de
gación política que impone de confor- los modernos procesos criminógenos. El
mar las conductas externas a los precep- carácter específico del sistema de pro-
tos de la normativa penal se acompaña- ducción capitalista, tal como emerge de
ría, para el ciudadano en discordia, la la crítica marxista de la economía bur-
obligación moral de la persuación y de guesa, es la dependencia de los medios
la complicidad con sus represores. Una de subsistencia, y por tanto de la super-
justicia de este tipo se vería llevada a vivencia, del cambio de la fuerza de
privilegiar instrumentos teórico-penales trabajo con el capital. En este sistema,
como la confesión y la autoacusación: puesto que el cambio de la fuerza de
sería por consiguiente una justicia em- trabajo se rige por las leyes del merca-
peñada en promover en los sujetos des- do, no existe para el individuo -dejando
viados propósitos de autoenmienda, de a salvo los correctivos introducidos de
expiación y de adhesión interna a los un lado por el moderno sindicalismo y
conformismos dominantes. del otro por las prácticas asistenciales
corporativas del Estado neocapitalista-
4- Si no es útil, a nuestro modo de ninguna garantía institucional ni social
ver, el intento de elaborar una teoría de la ocupación de su fuerza de trabajo
"
global "o "total" de la desviación y del y por ende de su subsistencia. Por el
control social, sobre la base de un contrario, como se previó rigurosamen-
reexamen filológico de los clásicos mar- te por la teoría del ejército industrial de
xistas, cabe sin embargo recabar, del reserva y como ha demostrado la expe-
conjunto de la reflexión marxiana, al riencia de los países capitalistas incluso
menos tres indicaciones teóricas y en sus modelos más avanzados, la des-
metodológicas fundamentales. Se trata ocupación es un fenómeno estructural y
de indicaciones indispensables para una no coyuntural de la economía capitalis-
aproximación científica y políticamente ta; en la cual el índice de desocupación
fecunda a la cuestión criminal: ya por- tiende a variar en relación a la cantidad
que sin ellas no es posible, desde nues- de capital que ofrece empleo a la fuerza
tro punto de vista, una comprensión de de trabajo y al cambio de las técnicas
la criminalidad moderna en sus conno- productivas, sin llegar a anularse nunca.
taciones históricas específicas; o bien El desarrollo del capitalismo, en suma,
porque las mismas permiten plantear las no sólo no garantiza el pleno empleo,
74 Luigui Ferrajoli - Danilo Zolo

sino que se caracteriza por un mecanis- camente conexo al modo de producción


mo en cuya virtud cierto número de capitalista y a la estructura misma de la
miembros de la clase trabajadora es pe- sociedad burguesa como sociedad
riódicamente "marginado" del sistema atomizada de la reducción del trabajo a
productivo, y como no resulta totalmen- mercancía; en la que el individuo que se
te reabsorbido va a engrosar las filas del ha liberado de los vínculos serviles y
subproletariado. 37 convertido en dueño de su fuerza de
Esta teoría marxiana explica por tan- trabajo, se encuentra precisamente por
to el fenómeno de la marginación social eso abandonado a sí mismo, privado de
de tipo moderno como efecto necesario toda protección social (de tipo comuni-
(estructural) y no contingente del modo tario, o esclavista o feudal) y sin más
capitalista de producción. El subprole- garantía que la incierta y precaria ofre-
tarjado, en cuanto clase marginal, tiene cida por la casualidad del mercado de
como el proletariado un orígen social trabajo. 39
moderno; nace, junto a éste, con la trans- Sobre esta base aparece claro cómo
formación capitalista del modo de pro- las subculturas criminales, y más en ge-
ducción, es decir, con la liberación de la neral las "culturas de la pobreza" que se
fuerza de trabajo de todo vínculo jurídi-
co y su sometimiento a las leyes del
mercado; y con él es constantemente
reproducido por un sistema productivo
que tiende periódicamente a absorber y (39) "Como hemos dicho, en todas las formas
a rechazar del empleo productivo capas anteriores de sociedad era desconocida la forma-
ción de una capa permanente y creciente de des-
más o menos amplias de la clase obrera. ocupados. En la comunidad comunista primitiva,
Al mismo tiempo esta teoría sirve para evidentemente trabajan todos mientras ello es
necesario para la manutención, en parte por nece-
explicar las bases estructurales y las con- sidad directa, en parte bajo presión de la autoridad
notaciones específicas de la pobreza en moral y legal de la comunidad. Pero por otro lado,
todos los miembros de la sociedad son provistos de
la sociedad burguesa, la cual, en el sen- los medios de vida accesibles. El nivel de vida del
tido específico de "despojo de los me- grupo comunista primitivo es sin duda bastante
bajo y simple. Pero en la medida en que hay medios
dios disponibles en la sociedad''', es a de vida, los hay para todos por igual, y es totalmen-
su vez un fenómeno moderno, orgáni- te desconocida la pobreza en el sentido actual, el
despojo de los medios disponibles en la sociedad...
Encontramos lo mismo en las sociedades esclavista
oriental y antigua, Por muy explotado que estuvie-
se el esclavo estatal egipcio o el esclavo privado
griego, por muy grande que fuese el abismo entre
su mezquina subsistencia y la abundancia en que
vivia su amo, su vida estaba asegurada, sin embar-
(:37) Cfr. K. Marx, 11 Capitale, Libro 1, vol. II, go, por la propia relación de esclavitud. No se
Roma 1974, pp. (388-709. (Hay varias traducciones dejaba que los esclavos pereciesen de inanición,
castellanas. Entre otras, W. Roces, México.) del mismo modo que hoy no se deja perecer al
caballo o al ganado. Lo mismo en las relaciones
(38) R. Luxemburg, "Introducción a la economía serviles medievales: el encadenamiento del cam-
política", trad. de H. Ciafardini, 2., ed., Madrid pesino a la gleba y la firme estructura de todo el
1974, p. 202.
Marxismo y Cuestión Criminal 75

desarrollan en las modernas capas mar- marginación social y de la precariedad


ginales, no constituyen formaciones cul- de vida y de subsistencia a que se halla
turales autóctonas, sino fenómenos expuesta la fuerza de trabajo en el siste-
conexos a los procesos de marginación ma capitalista de producción.
y disgregación social inducidos por el Este modelo teórico nos parece la
modo de producción capitalista. A su principal aportación científica del análi-
vez la criminalidad moderna (o mejor sis marxista de la economía burguesa a
dicho la criminalidad -criminalizada - o una teoría materialista de los procesos
-
tratada -), en la medida en que es un criminógenos. Al mismo tiempo consti-
fenómeno subproletario y marginal, no tuye un esquema de necesaria referen-
es una criminalidad genérica o ahistórica cia para iluminar en sus bases estructu-
o natural, sino asimismo también ella rales los mecanismos de estratificación
una criminalidad específica, histórica- social que operan en la sociedad bur-
mente determinada y contraseñada, en guesa, los procesos de formación y de-
sus procesos genéticos por las modernas sarrollo de las subculturas que les acom-
causas estructurales de la marginalidad pañan, el contraste que se manifiesta en
y la pauperización de tipo moderno. las modernas capas marginales entre es-
Como tal, la misma no puede ser com- casez y precariedad de los medios de
prendida en sus características actuales subsistencia y modelos culturales domi-
si no es sobre la base de un modelo nantes y, en general, todos aquellos fe-
teórico explicativo de sus fundamentos nómenos de disgregación social, políti-
materiales que sólo puede ofrecer el aná- ca y cultural y de agregación subcultural
lisis marxiano antes apuntado de la que han sido analizados por la moderna
crimino-logía crítica (teorías funciona-
listas, teorías de las subculturas) como
origen y sustento de la actual desviación
criminal de carácter marginal. Sería, sin
sistema de dependencia feudal, donde cada uno embargo, erróneo a nuestro entender,
tenía que ser señor de otros, o servidor de un asumir este esquema teórico como
señor, o ambas cosas a la vez, atribuía a cada uno
un sitio determinado. Y por más explotados que exhausti-vamente explicativo de toda la
fueran los siervos de la gleba, ningún señor tenía feno-menología criminal. En primer lu-
derecho a echarlos de la gleba, o sea despojarlos de
sus medios de vida... La producción capitalista de gar, en efecto, no nos parece admisible
mercancías es, pues, la primera forma de econo- la identificación entre criminalidad mar-
mía en la historia de la humanidad, en la cual la
desocupación y la indigencia de una capa grande ginal y subproletaria y criminalidad mo-
y creciente de la población, y la directa pobreza sin derna tout court: una asunción de este
esperanza de otra capa igualmente creciente, es
no sólo una consecuencia sino también una nece- tipo (perfectamente en línea, por lo de-
sidad, una condición de vida de esta economía. La más, con la ideología burguesa-reaccio-
inseguridad de la existencia de toda la masa tra-
bajadora, su indigencia periódica, o la miseria
naria de la criminalidad a que el movi-
pura y simple de amplias capas, son por primera miento obrero ha estado sometido du-
vez un fenómeno normal en la sociedad." (Ivi, pp. rante mucho tiempo) constituiría, cree-
202-204.)
76 Luig,ui Ferrajoli - Danilo Zolo

mos, una simplificación teórica arbitra- de ganancia, etc. y tampoco proletaria-


ria, que haría inexplicable buena parte do, subproletariado y ejército industrial
de los fenómenos criminales actuales: de reserva- requiriéndose investigacio-
no sólo la llamada criminalidad de los nes empíricas específicas, que deberán
cuellos blancos, sino también la mafiosa, realizarse sobre la base de categorías
la fascista, la gran delincuencia organi- teóricas y de instrumentos analíticos di-
zada. En segundo lugar, el esquema ferenciados que sólo pueden ofrecer la
marxiano más arriba expuesto, si es in- antropología cultural, la psicología del
dispensable para identificar las matrices comportamiento desviado y del crimina-
estructurales y el carácter históricamen- lizado, y, más en general, una sociolo-
te determinado de la moderna margina- gía de la conducta criminal.
lidad social, y de los fenómenos de des-
viación que ésta produce, no basta sin 5- La segunda indicación que a nues-
embargo por sí sólo para explicar los tro parecer emerge de la reflexión
caractéres específicos de naturaleza marxiana hace referencia al carácter es-
"sobreestructural". Las condiciones de pecífico del moderno proceso de
vida de las modernas capas marginales, criminalización. Pudiendo obtenerse,
su ubicación político-ideológica, la va- creemos, de la crítica materialista, tan-
riedad y el diverso grado de cohesión de tas veces recurrente en los escritos
las subculturas que en ellos se desarro- marxianos, de la superstición cristiana y
llan, sus dinámicas internas y las de sus burguesa de la libertad y la responsabi-
relaciones con la cultura dominante, lidad individual, que está en la base de
constituyen una realidad bastante más la moderna doctrina penal de la culpabi-
compleja y mudable de lo que pueda lidad como "conciencia y voluntad" del
hacer ver un análisis puramente estruc- delito. Más directamente, aquella nos
tural, el cual, precisamente por eso, no parece sugerida por los pasajes en que
puede evitar la omisión de la amplia Marx critica la representación del crimi-
gama de los factores de orden sociológi- nal como "individuo libre y autodeter-
co, psicológico y cultural que están en minado-41 y, por otra parte, la concep-
el orígen de la misma desviación crimi- ción teológica de la pena como instru-
nal de tipo marginal y subproletario".
En esto no ayudan las categorías de la
crítica marxiana de la economía bur-
guesa -trabajo abstracto, plusvalía, tasa (41) "Hegel eleva (al criminal) al rango de indivi-
duo libre y autodeterminado. Considerando con
más atención el problema, se descubre que el
idealismo alemán, en éste, como en muchos otros
casos, ha sancionado como trascendentes las nor-
mas de la sociedad actual. No es una ilusión
(40) Es sabido, por lo demás, que en los clásicos sustituir al individuo con sus motivaciones reales
marxistas el "Lumpemproletariat" es con frecuen- y las múltiples circunstancias sociales que le opri-
cia objeto de reprobación moral de condena políti- men, por la abstracción de la 'libre voluntad'-una
ca más que de análisis sociológico. entre las muchas cualidades del hombre- Esta
Marxismo y Cuestión Criminal 77

mento de enmienda y de terapia anti- antijurídicas (de la sociedad no desvia-


criminal:42 da identificada como se ha visto antes);
Ambos conexos postulados ideoló- b) el proceso y la condena como mo-
gicos constituyen -a nuestro modo de mentos solemnes de identificación y
ver- el fundamento del derecho penal culpabilización pública del individuo-
moderno tal y como se ha desarollado persona, a través de la constatación de
en la época burguesa: es decir, como su "conciencia y voluntad" criminales";
instrumento privilegiado y teóricamente la represión en forma de estigmatización
exclusivo de control y defensa social y marginación social, por la reclusión y/
basado sobre la criminalización de com-
portamientos individuales en cuanto
"consciente y voluntariamente" desvia-
dos y sobre la represión en forma de (42) Véanse las famosas páginas de "La Sagrada
Familia" dedicadas por Marx a la denuncia del
marginación social de los sujetos indivi- carácter "cristiano" del sistema penal burgués,
duales como -responsables y culpables". fundado en la reclusión y el aislamiento celular de
los detenidos: "La idea de la pena, que Rudolph
Responsabilización y culpabilización de aplica en el acto de cegar al maitre d'ecole, este
la persona y, por el contrario, desres- aislamiento del hombre en su alma y con respecto
al mundo exterior, el entronque de la pena jurídica
ponsa bil i za ción de la sociedad y con el tormento teológico, encuentra su realiza-
desocialización de la culpa, operan en el ción más decidida en el 'sistema celular'." (K.
Marx, "La Sagrada Familia", en "La Sagrada Fa-
moderno proceso de criminalización a milia y otros escritos filosóficos de la primera
través de tres técnicas, que representan época", Trad. de W. Roces, México 1967, p. 251).
"Lo que en la criminalística profana molesta a
otras tantas creaciones del derecho pe- Rudolph, el hombre de la Crítica pura, es el trán-
nal burgués: a) la construcción de figu- sito demasiado rápido del tribunal al cadalso. El,
por el contrario, quiere combinar la "venganza"
ras abstractas de "delito" mediante las sobre el criminal con la "penitencia" y la "concien-
que se definen y seleccionan como cia" del pecado del criminal, la pena física con la
pena espiritual, el martirio corporal con el marti-
antisociales conductas individuales im- rio incorpóreo del arrepentimiento. La pena pro-
putables a (la conciencia y voluntad de) fana debe ser, al mismo tiempo, un medio educa-
tivo cristiano-moral. Esta teoría de la pena, que
personas; y, correlativamente, se legiti- combina la jurisprudencia con la teología este
man como normales y no-antisociables `ministerio revelado del misterio', es exactamente
la teoría Penal de la Iglesia católica... El aislar al
todas las lesiones y violencias no- hombre del mundo exterior de los sentidos el
empujarlo a su interior abstracto, para corregirlo
-la ceguera- es una consecuencia necesaria de la
doctrina cristiana, según la cual la realización
acabada y completa ,de esta separación, el puro
aislamiento del hombre reducido a su 'yo'
teoría que considera el castigo como reflejo de la espiritualista, es el bien mismo' (ivi. 243-244): "...
libre voluntad del criminal es únicamente la ex- el delincuente debe elevarse, en la pena, a un
presión metafísica del antiguo "ius talionis", ojo plano de 'juez' de su 'propio' delito", debe ser
por ojo, diente por diente, sangre por sangre.' (De persuadido de que "una violencia externa, impues-
un artículo de K. Marx para el "New York Daily" ta por otros, es una violencia que él se impone a sí
Tribune de 18 de febrero de 1853, recogido en T. B. mismo... En contraste con estra crueldad cristia-
Bottomore, M. Rubel, Karl Marx: "Selected na, ¡cuán humana resulta la teoría penal al uso,
Writings in Sociology and Social Philosophy", que consiste sencillamente en cortar la cabeza a
Mardmond-sworth, Penguin, 1963, p. 233. Hay una persona, cuando quiere acabar con ella!" (ivi,
trad. castellana de J. Solé Tura, Barcelona 1967.) 244-245).
78 Luigui Ferrajoli - Danilo Zolo

o la inscripción de la condena en el re- cristiana, del moralismo jurídico y del


gistro de antecedentes (y la consiguien- culpabilismo individual y conciencia!:
te contitución de status jurídico-socia- el delito es siempre "pecado" en régi-
les: delincuente, pendiente de juicio, men de libre arbitrio, es decir de liber-
reincidente, delincuente habitual, sujeto tad individual; y, al contrario, "pecado"
peligroso, etc.). es sólo lo que constituye "delito", o me-
El efecto de este mecanismo de jor, sólo lo que es objeto procesalmente
criminalización de tipo individualizante de condena y más aún de sanción. Entre
es el de hacer recaer sobre factores mo- los tres momentos del proceso de
rales y de desviación individual (y por criminalización (contrucción de figuras
tanto excepcional) la "culpa" y la abstractas de delito, proceso penal y san-
-
responsabilidad -de males bastante a ción) no existe realmente coincidencia.
menudo estructurales y sociales. La ins- No todos los delitos previstos se persi-
piración de todo el sistema es la ético- guen; y no todos los delitos perseguidos
resultan sancionados. Existe, por una
parte, como se admite ya pacíficamente
por la moderna criminología 44, una gran
"cifra oscura" de delitos no decubiertos,
(43) Hasta fines del siglo XVII, el proceso penal era que nunca alcanzan siquiera el umbral
aún, en la mayor parte de los países europeos, un
proceso secreto, "oscuro no sólo para el público de la denuncia penal y en gran parte
sino para el propio imputado" (M. Foucault, op. Cit constituida por la llamada criminalidad
pp. 38y ss.). Al secreto del proceso correspondia la
maxima publicidad y espectacularidad en la ejecu- de los cuellos blancos (corrupciones,
ción de la pena (picotas, empalamientos, patíbulos malversaciones, intereses privados en
en las plazas, y lectura de la sentencia condenato-
ria antes de la ejecución, suplicios públicos, etc., asuntos oficiales, falsedades, delitos eco-
ivi, pp. 47 y ss.) La situación se invierte en la época nómicos, financieros y fiscales,etc.); por
burguesa. La publicidad sustituye al secreto del
proceso. Por el contrario, la ejecución de la pena, otro lado para dichos delitos, aún cuan-
de pública y espectacular tiende a convertirse en do sean objeto de denuncia, existe una
secreta: los condenados son separados del mundo,
no sólo a través del aislamiento celular sino inclu- particular ineptitud e ineficiencia de la
so mediante el ocultamiento de toda actividad justicia para conseguir su prueba y con-
punitiva (coches cerrados en vez de carruajes
descubiertos para el transporte de los condena- dena, y una tendencia! fuga de sus auto-
dos, desaparición de los patibulos de las plazas y su res de la sanción (lentitud de los proce-
traslado al interior de las prisiones, ejecuciones
capitales antes del alba) (ivi, pp. 17-18). El carác- dimientos por la complejidad de la acti-
ter solemne y litúrgico de la represión penal tiende vidad probatoria, y los expedientes
en suma a transferirse del momento punitivo al
momento procesal, mientras la ejecución de la dilatorios puestos en juego por experi-
pena tiende a envolverse en el olvido. Es una
evolución, creemos, que indica el progresivo y ya
apuntado prevalecimiento, en las técnicas de con-
trol penal, de la función del proceso sobre la de la
pena, y que no por casualidad se acompaña a la
progresiva reducción cuantitativa del volumen de
las penas privativas de libertad y a la ampliación
de la esfera de intervención procesal penal (cfr. (44) E. H. Sutherland, "Principies of Criminology",
retro, pp. 82-83 y notas 10-13). Philadelphia 1947 .
Marxismo y Cuestión Criminal 79

mentadas defensas, y a veces prescrip- dad no proletaria ni subproletaria, es en


ción; frecuente ocultamiento de los im- buena parte un simple catálogo ideoló-
putados; generosidad en los beneficios gico. De lo que sigue una acentuación,
de la suspensión de la pena; piénsese respecto a sus mismas premisas norma-
además de en los delitos ya menciona- tivas, de la represión burguesa de la re-
dos, en los homicidios blancos, en las presión penal como mecanismo ético de
lesiones en accidentes de trabajo, en las culpabilización y reforzamiento ideoló-
enfermedades por inobservancia de las gico del orden existente: es decir, de un
normas de higiene, en la contaminación, lado la consagración jurídica como mo-
en los fraudes alimenticios, etc.). ralidad positiva, dentro de la tabla de
El proceso de criminalización de tipo bienes y valores reflejada en el código,
ético e individualizante, que es propio de bienes y valores reflejada en el códi-
del derecho penal burgués, se desarrolla go, de bienes y valores lesionados por la
así, plenamente, sólo para una pequeña única desviación tratada y sancionada
parte de los infractores sociológicamente (sobre todo los valores propietarios, del
cualificados por su pertenecía a las cla- orden público y del prestigio de las ins-
ses subalternas; y se depotencia, por el tituciones y de la autoridad, etc.); del
contrario, para la criminalidad del poder otro la legitimación como no desviadas
y en general de los cuellos blancos. Esto no sólo de las lesiones no antijurí-dicas,
explica el carácter prevalentemente pro- sino también de las no perseguidas y no
letario y subpoletario de la criminalidad sancionadas.
puesto de manifiesto por las estadísticas
judiciales45; y explica asímismo la ideo- 6- La tercera indicación marxiana se
logía pequeño-burguesa de la - inclina- refiere a las matrices "antisociales" de la
ción a delinquir" de las capas margina- moderna desviación criminal, y al mo-
les, y el signo antipopular que la alarma delo alternativo de sociabilidad prefigu-
social ha suscitado habitualmente en tor- rado para la sociedad socialista. Nos pa-
no a la cuestión criminal. Todos estos rece que se encuentra correctamente ex-
fenómenos no dependen sólo de la con- presada en aquellos pasajes de -La Sa-
notación clasista de la jerarquía de los grada Familia" en que Marx, después de
bienes tutelados por el código penal, sino haberse manifestado contra el fetichismo
también del hecho de que el mismo có- cristiano-burgués que concibe al sujeto
digo, a causa de la debilidad del proceso en términos de libertad y responsabili-
de criminalización frente a la criminali- dad moral, identifica las raíces de la cri-
minalidad, antes que en el carácter
antisocial de la conciencia y la voluntad
individuales, en el carácter antisocial e
"inhumano" de la sociedad capitalista:
(45) Cfr. La nota 9. En 1973, de 88.400 condenados, -
(30.871 eran trabajadores dependientes o desocu- Si el interés bien entendido es el prin-
pados (Istat, Annuario di statistiche giudiziarie, cipio de toda moral, lo que importa es
1974, cit. pp. 270-2).
80 Luigui Ferrajoli - Danilo Zolo

que el interés privado del hombre coin- y científico", la propia individualidad.


cida con el interés humano. Si el hom- Esto parece excluir toda perspectiva
bre no goza de libertad en sentido mate- pedagogista de intervención represiva
rialista, es decir, si es libre, no por la sobre los particulares infractores como
fuerza negativa de poder evitar ésto y sujetos individualmente responsables y
aquello, sino por el poder positivo de subrayar la exigencia de una interven-
hacer valer su verdadera individualidad, ción social sobre las "circunstancias", es
no deberán castigarse los crímenes del decir, sobre el ambiente social y sobre
individuo, sino destruír las raíces las estructuras económicas que condi-
antisociales del crimen y dar a cada cual cionan "materialmente" la libertad de
el margen social necesario para exterio- los sujetos, entendidos éstos no como
rizar de modo esencial su vida. Si el entidades metafísicas sino síntesis de re-
hombre es formado por las circunstan- laciones sociales. En esta perspectiva el
cias, será necesario formar las circuns- socialismo es la estructura organizativa
tancias humanamente -46. que favorece en un "cambio universal -
Una formulación "materialista -de y creador, el desarrollo "de las necesi-
este tipo, al mismo tiempo que sugiere dades, capacidades, goces, fuerzas pro-
implícitamente una aproximación em- ductivas, etc., de los individuos-.47 Esta-
pírico-analítica en la elaboración de una mos en las antípodas de una concepción
moderna ciencia de la desviación enten- organicista del hombre y de la sociedad
dida como sociología de la conducta cri- y frente a una completa ruptura tanto
minal, contradice el eticismo y el con la tradicional concepción cristiana
organicismo de la teoría marxista- de la culpabilidad y de la pena, como
leninista de la transición, inspirada en la con las teorías normativistas y eticistas
perspectiva de la extinción del Estado y que directa o indirectamente tienen que
del derecho. En este texto juvenil, como ver con aquella, así en los países capita-
en numerosos puntos de la obra madura listas como en los "socialistas".
de Marx, la representación de la socie- Desde esta óptica materialista es evi-
dad comunista, no obstante la hipótesis dente que una investigación teórica que
de la superación de la conflictividad es- pretenda formular algunas líneas de po-
tructural, no parece inspirada en un mo- lítica criminal en la perspectiva del so-
delo ético-político de corte organicista o cialismo tendrá que proponer la supera-
en una sociología de la integración y del ción del sistema y de las instituciones
consenso social. Construir el socialismo penales burguesas, en la medida en que
es crear colectivamente un espacio so- éstas se fundan en la concepción cristia-
cial donde cada uno pueda hacer valer
libremente, a través de un trabajo "libre
(47) K. Marx, "Elementos fundamentales para la
crítica de la economíá política" (borrador 1857-
1858, trad. de P. Scaron, vol. I, 2.a ed. Madrid, p.
(46) K. Marx, La Sagrada Familia, cit. p. 197. 447.
Marxismo y Cuestión Criminal 81

na de la libertad, de la culpa y de la figura de titulares de la propia fuerza de


pena. El presupuesto ideológico funda- trabajo y sujetos de un simple poder de
menial de la sociedad burguesa y del delegación política, se configuran así
-
modo de producción capitalista es una como otros tantos factores de desocia-
concepción de la libertad como libertad lización" del individuo y de desarrollo
de elección y no como libertad de adhe- de los "antisociales lugares de nacimiento
sión, como libertad-participación. A este del delito". Si, por consiguiente, se acep-
tipo de libertad negativa corresponde la ta la proposición marxiana conforme a
-
dominación de las formas materiales la cual la raíz primera del delito debe
sobre los individuos, la opresión de la buscarse en la carencia de un "espacio
individualidad por casualidad", la social" garantizado a cada uno para el
subsunción de sus relaciones personales ejercicio de una libertad no formal, en-
bajo las relaciones generales de clase -48. tonces es claro que la socialización de
Por un lado, en efecto, la relación de los medios de producción, la superación
trabajo asalariado reduce la "libertad de del trabajo asalariado y la recomposición
trabajo" a la simple libertad de los tra- social del trabajo dividido, que son los
bajadores de ceder o no ceder las pro- ejes de todo proyecto de transformación
pias energías productivas a cambio de revolucionaria de la sociedad burguesa
una cuota de capital, es decir, por consi- digno de llamarse socialista, pueden en-
guiente, al precio de su total exclusión tenderse también como elementos de una
de la gestión del proceso de producción terapia estratégica contra el delito. Si el
social y de toda posibilidad de autorre- "lugar de nacimiento" del delito no es la
alización mediante el trabajo. Por otro conciencia o la libertad de los sujetos
lado, el sistema burocrático-representa- individuales, sino una organización de
tivo reconoce al ciudadano la libertad los -espacios sociales- que no permite
de ejercer, con el voto, un acto de sobe- el ejercicio de la libertad como autorre-
ranía formal que, al mismo tiempo, lo alización del sujeto, entonces el socia-
excluye de toda directa participación en lismo como transición a una sociedad
el ejercicio de funciones sociales gene- menos selectiva, jerárquica y burocráti-
rales. ca es también la transición hacia situa-
Conversión de la fuerza de trabajo ciones sociales menos marginadoras y
en mercancía y su subordinación a la menos estigmatizantes, es decir, menos
objetividad de las relaciones de produc- criminógenas. El socialismo es en este
ción capitalista, atomización individua- sentido el proyecto de una sociedad para
lista de la sociedad burguesa y descom- la que la -destrucción - de los "antiso-
posición de los ciudadanos en la doble ciales lugares de nacimiento del delito -
-y entre ellos sobre todo la institución
camelaría- es un efecto de su propia
estructura. Desde este punto de vista una
(48) K. Marx, "La ideologíá alemana", trad. de W. sociedad menos criminal es, paradó-
Roces, 2da. ed., Montevideo 1968, pp. 525-526.
82 Luigui Ferrajoli - Danilo Zolo

gicamente, no una sociedad más moral, fructíferos los resultados analíticos ob-
sino una sociedad liberada de las cate- tenidos por la m-d-derna investigación
gorías de la ética cristiano-burguesa: es criminológica, desde el labelling
una sociedad -sin moral", puesto que la approach a las teorías funcionalistas de
instancia moral se habrá resuelto de for- la anomia, de las investigaciones sobre
ma materialista en la organización las subculturas criminales a las indaga-
sinérgica de los intereses y de la liber- ciones psicoanalíticas sobre la crimina-
tad. 49 lidad y la pena. Y permiten plantear una
respuesta, aunque sea sumaria, a la se-
7- Las siete indicaciones teóricas an- gunda cuestión formulada al principio
tes expuestas son aún formulaciones de sobre las líneas de una política criminal,
principio, muy abstractas y generales. en la perspectiva del socialismo.
No obstante, valen para aclarar, por un Las hipótesis estratégicas de política
lado, el carácter histórica y socialmente criminal que nos parece se pueden ex-
determinado de la criminalidad moder- traer de lo hasta aquí expuesto son esen-
na en sus procesos criminógenos y cialmente cuatro. Las dos primeras se
criminalizantes, por otro, el carácter so- refieren a una política de prevención del
cial de la -responsabilidad penal" y la delito; las otras dos hacen referencia a
consiguiente exigencia de una socializa- las formas de tratamiento de la desvia-
ción integral del tratamiento penal. ción criminal.
Como tales, ellas prestan la base teórica La primera hipótesis tiene que ver
indispensable para una criminología con la base estructural de la desviación
científica de fundamentación materia- criminal de tipo marginal y subproleta do,
lista y al mismo tiempo capaz de hacer y consiste en la instauración de garan-
tías sociales de existencia capaces de
impedir la marginación social de la fuer-
(49)"Dentro de la sociedad comunista, la única za de trabajo y los fenómenos de
donde el desarrollo original y libre de los indivi-
duos no es una frase, este desarrollo está condicio- desocialización y disgregación cultural
nado precisamente por la cohesión de los indivi- inducidos por ella. Si es verdad, como
duos, cohesión que se da, en parte, en las premisas
económicas mismas y, en parte, en la necesaria hemos tratado de probar, que en la so-
solidaridad del desarrollo libre de todos y, final- ciedad moderna la desviación crimina-
mente, en el modo universal de manifestarse los
individuos sobre la base de las fuerzas de produc- lizada tiene raíces estructurales en la
ción existentes. Aquí se trata, pues, de individuos precariedad de vida que deriva del nexo
que han llegado a una determinada fase de desa-
rrollo histórico y no, ni mucho menos, de indivi- trabajo asalariado/medios de subsisten-
duos casuales cualesquiera, y esto aún prescin- cia, del abandono de la fuerza de trabajo
diendo de la necesaria revolución comunista, que
es, a su vez, una condición común para su libre a los mecanismos de marginación del
desarrollo. La conciencia de los individuos acerca mercado, y de la consiguiente incerti-
de sus relaciones mutuas es también, naturalmen-
te, otra muy distinta y no será; por tanto, ni el dumbre de la ocupación laboral, el pri-
`principio del amor' o el devouement ni tampoco el mero y más decisivo instrumento de una
egoismo." (K. Marx, "La ideologíá alemana", cit., p.
52(3.) política criminal del movimiento obrero
Marxismo y Cuestión Criminal 83

estará constituído por transformaciones trategia que asuma los intereses de las
radicales de la estructura productiva ca- capas marginales y subproletarias como
paces de asegurar a todos los sujetos, un todo único con los intereses del pro-
mediante la superación del carácter de letariado, y su defensa como objetivo
mercancía de la fuerza de trabajo y de no accesorio sino central de la lucha
su exposición a las dinámicas incontro- política y social.
ladas del mercado, garantías sociales de El reciente desarrollo de la crimina-
vida y supervivencia. Todo esto signifi- lidad en Italia es en este sentido ejem-
ca la -detrucción - junto con los fenó- plar. Precariedad e incertidumbre de las
menos antes ilustrados de marginación perspectivas de colocación social se han
social del subproletariado y de desarro- convertido hoy, en la actual fase de cri-
llo de las subculturas, de aquellos que sis económica, en una condición de vida
constituyen los principales factores de estratos de población cada vez más
"antisociales de nacimiento del delito": amplios. Esta condición interesa ahora
las relaciones capitalistas de producción, no ya sólo al proletariado y al subpro-
su dominio sobre los individuos y la letariado, sino también a las capas me-
subsunción en aquellas de sus relacio- dias de la burguesía intelectual y tercia-
nes personales, el mercado laboral, el ria, golpeadas sobre todo en sus sectores
consiguiente carácter antisocial de las jóvenes, por fenómenos crecientes de
actuales condiciones de vida y de traba- desocupación intelectual, de precaria
jo. ocupación, de subempleo. Bajo este as-
Es claro que así formulada la aludida pecto, el fenómeno más llamativo es la
hipótesis es estratégica se identifica con desocupación juvenil y en general la au-
el proyecto de transformación revolu- sencia para los jóvenes de perspectivas
cionaria en sentido socialista del siste- seguras de trabajo e inserción social. De
ma de. producción. Pero es también evi- él se ha seguido una expansión masiva
dente que semejante hipótesis puede ser de las capas marginales -subproletariado
perseguida ya en la sociedad burguesa a y sub-burguesía- y de las correspondien-
través de una política del movimiento tes subculturas, sobre todo juveniles, de
obrero y sindical dirigida a realizar y que es síntoma el aumento de algunos
garantizar el pleno empleo de la fuerza delitos (hurtos, robos y contra la propie-
de trabajo. Política y lucha por el em- dad en general) 50, y la creciente tasa de
pleo y política socialista de prevención delincuencia juvenil'. Contra estos fe-
del crimen son en este sentido la misma nómenos de desviación carecen de sen-
cosa: es decir, una política de autotutela tido terapias represivas o intervenciones
de los trabajadores contra la precariedad legislativas en defensa del orden públi-
de las perspectivas de subsistencia y de co, y únicamente lo tendría la superación
supervivencia orgánicamente conexa a de este orden y de sus mecanismos
la organización capitalista de la socie- desocializantes.
dad. Su presupuesto común es una es-
84 Luigui Ferrajoli - Danilo Zolo

8- L.a segunda hipótesis estratégica nivel político y cultural, esta disgrega-


se refiere a los factores sobreestructurales ción puede ser superada tan sólo con el
de carácter subjetivo y cultural, que ope- desarrollo de la organización de las cla-
ran en los procesos genéticos de la cri- ses sometidas; capaz de oponerse, COMO
minalidad marginal. Se ha visto cómo la agregación social alternativa, a los me-
formación y el desarrollo de las canismos de desocialización y atomi-
subculturas criminales van ligados a la zación actuantes en la sociedad burgue-
disgregación social que en la sociedad sa, y por consiguiente de colmar, con
capitalista acompaña a los procesos de formas sociales nuevas y de contenido
marginación de la fuerza de trabajo. A antagónico, las lagunas de sociabilidad
que aquellos producen. En esta perspec-
tiva, el principal instrumento de una po-
(50) Los hurtos, en particular, han aumentado, de lítica criminal del movimiento obrero es
una media anual de 394.472 en los anos sesenta a
la cifra de 747.137 en el año 1971, de 1.126.601 en. la politización y la activación revolucio-
1973 y de 1.410.843 en 1975 (es decir, aproximada- naria, la organización política, el creci-
mente el 74,5 % del número total de delitos denun-
ciados): un aumento similar, especialmente en los miento y la consolidación de la concien-
últimos años, es de señalar también en los robos, cia y la solidaridad de clase.52 Sólo una
en las extorsiones y en los secuestros de personas,
cuya cifra global ha pasado de una media anual de acción de este tipo puede estar en condi-
3.008 en los años cincuenta y sesenta a la de 4.660 ciones de promover la emancipación de
en 1971, de 7.733 en 1973 y de 11.125 en 1975
(Istat, "Sommario distatistiche storiche
1861-1975, cit., p. 68). En cambio han experimen-
tado una progresiva disminución los delitos contra
las personas: en paiticular los homicidios volunta-
rios, que han pasado de una media anual de 4.100 (52) "Con el abandono de las barreras y apoyos
en los últimos veinte años del siglo pasado (13 por convencionales de la moral y del derecho de la
cada 100.000 habitantes) y de 3.819 en los años sociedad burguesa, cuya más íntima ley de vida es
veinte a una media de 1.867 en los años cincuenta, la más profunda de las inmoralidades: la explota-
de 1.372 en los años sesenta y de 1.643 en los ción del hombre por el hombre, recae directamen-
setenta (3 por cada 100.000 habitantes) (ivi, pp. 68- te, sin freno, en la pura y simple delincuencia. La
69); las lesiones voluntarias y las agresiones, han revolución proletaria tendrá que luchar en todas
pasado de 67.460 en 1955 a 54.122 en 1965 y a partes con este enemigo e instrumento de la con-
32.044 en 1975 (Istat, "Annuario di statistiche trarrevolución. Y, sin embargo, también en este
giudiziarie", 1955, Roma 1957, p. 86: Id., Annuario terreno el terror es un arma roma, o mejor, un
di statistiche giudiziarie, 1965, Roma 1968, p. 225; arma de doble filo. La más draconiana justicia de
Id."Annuario statistico italiano", 1976, cit. p. 149); camparía es impotente contra los estallidos de
Los actos de violencia sexual han disminuido de desorden lumpenproletario. En efecto, toda pro-
4.147 en 1961 a 3.428 en 1965, a 2.757 en 1973, a longación del estado de sitio conduce inevitable-
1.849 en 1975 (Istat, "Annuario di statistiche mente a la arbitrariedad, y toda arbitrariedad
giudiziarie", 1961, cit., p. 326; Id., "Annuario di ejerce sobre la sociedad una acción depravadora.
statistiche giudiziarie", 1965, cit., p. 225; Id., También a este respecto el único medio eficaz de
"Annuario distatistiche giudiziarie", 1974, cit., p. que dispone la mvolución proletaria es la adopción
212; Id.,Annuario statistico italiano, 1976, cit.p. de medidas radicales de naturaleza política y
149). social, la más rápida transformación de las garan-
tías sociales de la vida de las masas y el despliegue
(51) El número de menores de edad denunciados del idealismo revolucionario que a la larga sólo
por delito ha subido de 20.553 en 1955 a 23.689 en puede mantenerse sobre la base de una libertad
1965 y a 29.400 en 1973 (Istat, "Annuario di política sin trabas por medio de la intensa y activa
statistiche giudiziarie", 1955, cit., p. 133; Id., participación de las masas. (R. Luxemburg, La
"Annuario di statistiche giudiziarie", 1974, cit. p. revolución rusa, en "Escritos políticos", trad. de G.
278). Muñoz, Barcelona 1977, pp. 588-589).
Marxismo y Cuestión Criminal 85

las subculturas en culturas alternativas a En este sentido, una política anti-crimi-


los modelos dominantes, de superar la nal del movimiento obrero no es otra
atomización y la dispersión de las capas cosa que su programa y su acción de
marginales, de transformar la rebelión lucha revolucionaria.
inmotivada, individualista y qualun- El primer presupuesto político de
quista, en antagonismo social y en lu- todo esto es la unificación política del
cha política. proletariado y del subproletariado y el
Las estadísticas nos dicen que la tasa abandono, por parte del movimiento
de criminalidad es notablemente infe- obrero, de su tradicional actitud moralista
rior en Italia que en los otros países del y discriminatoria frente a los sectores
capitalismo avanzado53. Esto se explica marginales. L.a segunda condición es una
a nuestro entender, sobre todo por una mayor autonomía de las masas y una
razón: la existencia en nuestro país de más amplia libertad política. Sólo una
un movimiento obrero más comba-tivo, ili mitada libertad política, y la práctica
dotado de un mayor nivel de conciencia cotidiana de esta libertad en las luchas
de clase y portador de una perspectiva sociales, puede en efecto garantizar la
de transformación socialista. Esta pers- activa participación de las masas popu-
pectiva, acompañada de una más inten- lares en la vida política, su maduración
sa politización capilar del tejido social intelectual y civil, la superación de la
italiano, ha constituído, creemos, el prin- alienación política y el subdesarrollo cul-
cipal dique frente a la criminalidad, el tural a que las mismas están destinadas
más eficaz antídoto contra la disgrega- por los mecanismos de la sociedad bur-
ción social e ideológica a que están ex- guesa,54 desde este punto de vista, una
puestas las masas subproletarias y sub- política criminal socialista debería ser
burguesas, el freno más seguro frente a exactamente lo contrario de una política
la rebelión individual y a las fugas des- criminal burguesa: una política tenden-
esperadas e irracionales en la desvia- cialmente no represiva sino libertaria,
ción criminal. Mantener viva y actual no marginalizadora sino socializante, no
esta perspectiva, a través de la moviliza- terrorista y culpabilizadora sino promo-
ción popular y el desarrollo de las lu- cional y, en fin, liberadora.
chas sociales, es cometido histórico de
los partidos políticos de la clase obrera. 9- Así como una política criminal
del movimiento obrero de carácter pre-

(53) Véanse las tablas estadísticas comparativas


reproducidas en AA. VV., "11 giudice, I'ordine (54) Contra esto las medidas draconianas de te-
dernocratico e la legalita repubblicana", en rror son impotentes. Por el contrario, corrompen
"Giustizia e Costituzione", V, n.° 34, pp. 12-14, de todavía más . Unico antídoto: idealismo y actividad
las que resulta que Italia es el país europeo con la social de las masas, libertad política ilimitada. Es
más baja tasa de criminalidad en lo que se refiere ésta una ley suprema, objetiva, a la que ningún
a delitos sexuales y hurtos y entre las más bajas partido puede sustraerse." (R. Luxemburg, "La
por lo que respecta a homicidios. revolución rusa", cit., p. 589).
86 Luig-ui Ferrajoli - Danilo Zolo

ventivo debe estar orientada a la sociali- delitos sindicales; todos los delitos y con-
zación de los -espacios antisociales de travenciones de policía previstos para
nacimiento del delito" -bien por su des- los marginados); otros convertidos en
trucción a nivel estructural, o mediante il ícitos administrativos punibles con san-
su organización y emancipación en el ciones leves de carácter no privativo de
político y cultural- del mismo modo una libertad y sin procesos solemnes, pero
política socialista de intervención sobre obviamente con las garantías del contra-
la desviación criminal habrá de estar di- dictorio (pequeñas perturbaciones del
rigida a la socialización de todo posible orden público, resistencias y ultrajes a
tratamiento penal. La primera hipótesis los agentes del orden, riñas de vecindad,
estratégica en esta dirección es de carác- etc.); otros únicamente perseguibles a
ter negativo. Y consiste en la superación instancia de parte (los delitos contra la
de la ideología cristiana y burguesa de propiedad, desde los hurtos a las peque-
la culpa y de la responsabilidad indivi- ñas estafas).
dual que, como liemos dicho, está en la En segundo lugar, debería procederse
base del proceso de criminalización de a una profunda revisión del rango de los
tipo moderno. Si es verdad que los luga- bienes tutelados por el ordenamiento
res de originación del delito no son la penal burgués, sobre la base de una exac-
conciencia y la voluntad del individuo, ta identificación de las necesidades y los
sino las condiciones sociales y cultura- intereses de los trabajadores y de la co-
les en que éste se ve obligado a vivir y a lectividad; y por tanto a la inversión de
obrar, entonces no se trata de perseguir su actual jerarquía caracterizada por la
culpas y responsabilidades individuales, prevalencia de los intereses propietarios,
sino por el contrario de socializar las de la ética sexual y del prestigio de las
culpas y las responsabilidades. En el pla- instituciones y de la autoridad, y a su
no institucional esta indicación compor- sustitución por otra diversa, que mire en
ta, a corto plazo, una política dirigida a primer plano a la tutela del ambiente, de
una drás ti ca reducción de la esfera de la la salud, del trabajo, y en general de los
intervención penal de índole crimina- intereses materiales de la colectividad.
lizadora y a la conversión de ésta de Una revisión de esta naturaleza mos-
intrumento privilegiado en instrumento traría claramente, a nuestro parecer,
secundario y excepcional de terapia cómo en la mayor parte de los casos la
anticriminal. protección de intereses primarios y co-
Una política del derecho orientada lectivos requiere no tanto intervencio-
en tal sentido debería proceder, en pri- nes penales de carácter represivo, es de-
mer lugar, a una despenalización masi- cir, dirigidas contra personas responsa-
va de todas las hipótesis de delito no bles de sus lesiones, cuanto transforma-
graves. Muchas figuras delictivas serían ciones profundas de la organización so-
puramente suprimidas (los delitos de cial capitalista o cuando menos un dis-
opinión, de asociación y de reunión; los tinto y bastante más complejo sistema
Marxismo y Cuestión Criminal 87

de controles institucionales y sociales. conjunto, aún lo es menos la típica pena


Piénsese en la contaminación, en los burguesa que es la reclusión carcelaria.
fraudes alimenticios, accidentes de tra- Las penas privativas de libertad son exac-
bajo, enfermedades profesionales pro- tamente lo contrario de una terapia
ducidas por la nocividad del ambiente anticriminal; o, para decirlo mejor, co-
de trabajo, y también las malversacio- rresponden a un modelo pedagógico de
nes, corrupciones, delitos financieros y tipo expiatorio y penitencial que está en
fiscales, etc. Frente a estos delitos la las antípodas de una "pedagogía socia-
intervención penal se ha revelado siem- lista". Si es cierto que el delito es siem-
pre impotente. Lo que depende no sólo pre el síntoma y es producto de una
y no tanto, a nuestro entender, de una laguna de sociabilidad en las condicio-
gestión clasista del derecho penal, cuan- nes de vida del delincuente, entonces la
to sobre todo de la naturaleza clasista y única terapia eficaz habrá de ser de tipo
burguesa del propio instumento penal. socializarte. La cárcel, por el contrario,
Este, como ya hemos visto, es un meca- es criminógena precisamente porque es
nismo de criminalización de tipo ético e ulteriormente desocializadora. Supone
individualizante que no tiene otro efec- marginación institucional, aislamiento,
to que el de identificar particulares chi- soledad; agrava la laguna de sociabilidad
vos expiatorios a los que imputar culpas de tipo subcultural como es la que,
y responsabilidades para eximir al siste- institucionalmente criminal, se desarro-
ma social en su conjunto: no se trata por lla en la comunidad carcelaria. Más en
tanto de un medio de defensa social, general, es criminógena toda restricción
sino de un instrumento de legitimación de las libertades civiles: que es siempre
ideológica que es típico del orde- una amputación del individuo como su-
namiento jurídico burgués, que no re- jeto y síntesis de relaciones sociales, y
mueve las causas de la criminalidad que por tanto una amputación de su socia-
las oculta tras la pantalla de la desvia- bilidad.
ción moral; que no cumple una función Todo esto hace patente la necesidad
preventiva o disuasoria sino que es el de una progresiva superación de la cár-
mismo criminógeno, como se ha demos- cel en una perspectiva socialista. Es evi-
trad() hoy ya por una abundante literatu- dente, en efecto, que la cárcel, que está
ra, a causa de sus conocidos efectos de resultando ya una institución obsoleta
es tigma t iza c ión y desoc ia 1 iza c ió n. Como en la sociedad del capitalismo avanza-
tal no parece recuperable en una pers- do, no puede tener sitio en una sociedad
pectiva socialista en la cual debería ser socialista que no sea de tipo regresivo.
ampliamente superado y sustituído por En una perspectiva socialista, su supre-
medidas redicales y bastante más efica- sión es corolario de dos indicaciones
ces, de naturaleza política y social. teórico-estratégicas que hemos apunta-
Si no es recuperable en una perspec- do como esenciales de toda política cri-
tiva socialista el derecho penal en su minal del movimiento obrero: en primer
88 Luigui Ferrajoli - Danilo Zolo

lugar, la superación del principio de res- las antes mencionadas nos parece que
ponsabilidad individual-personal, y por deben rechazarse también cuando se uti-
tanto, por un lado, del culpabilismo y licen para designar una genérica alter-
del moralismo jurídico, por otro de la nativa institucional al tratamiento peni-
concepción teológica y estigma tizadora tenciario, de que no se precisen formas
de la pena; en segundo lugar, e y contenidos. En este sentido genérico,
inversamente, la socialización del con- en efecto, aquellas prefiguran y perfec-
trol y tratamiento de la desviación cri- cionan el modelo de una sociedad edu-
minal, en el doble sentido de su gestión cada, adaptada, integrada, homogénea,
social y de a su función socializadora. en una palabra, opresiva, sobre la base
de esquemas normativos o de normali-
10- Hemos hablado antes de "socia- dad social impuestos con la fuerza o con
lización" del tratamiento de la desvia- la inducción coactiva del consenso.
ción criminal. Esta expresión es nota- El único modelo de socialización que
blemente ambigua y susceptible de múl- nos parece debe ser perseguido en una
tiples usos e interpretaciones. De ella, perspectiva socialista, no es un modelo
como de toda fórmula genética del tipo de socialización en forma institucional
"reeducación", "readaptación", "recupe- ni mucho menos coercitiva. Las formas
ración social -, -reinsereión social - y si- y los medios de socialización tendrán
milares, nos vemos por principio en la que ser a su vez "sociales". Lo que quie-
necesidad de desconfiar. Desconfiamos re decir que una socialización real del
sobre todo cuando se emplea para acre- desviado puede darse únicamente desa-
ditar modelos educativos de tipo rrollando su sociabilidad, es decir, ase-
persuasorio y paternalista a practicar en gurando las más amplias condiciones
las actuales instituciones carcelarias. Por para una práctica efectiva de las liberta-
mucho que se la quiera reformar, la cár- des civiles y políticas capaz de hacer de
cel será siempre un lugar antisocial; y él sujeto activo y no pasivo de relacio-
las medidas de reeducación o resocia- nes sociales; y, por otro lado, promo-
lización que se introduzcan en ella serán viendo la emancipación colectiva, de tipo
siempre, como es el caso de la cárcel cultural y político, de las formaciones
italiana recientemente reformada, un sig- sociales en cuyo interior se desarrolla la
no autoritario y vindicador y una fun- criminalidad.
ción de integración ideológica y de La hipótesis avanzada aquí equivale
aculturación violentan. Pero las fórmu- al rechazo de un modelo socialista de
"tratamiento institucional" de la crimi-
nalidad alternativa del burgués. La al-
ternativa criminológica socialista no está,
(55) L. Ferrajoli, "Dal regolamento fascista Rocco
en efecto, para nosotros en una forma
al nuovo progetto di riforma carceraria", en jurídica diversa del tratamiento penal,
Problemi del socialismo, año XVI, n.' 21-22, mayo- sino en el abandono, obviamente
agosto 1974, pp. 420-39.
Marxismo y Cuestión Criminal 89

tendencial, de cualquier forma de "tra- nal 56 , sino sobre todo suprimir, o por lo
tamiento institucional". Esto no supone menos reducir cuantitativamente la es-
imaginar una sociedad socialista en que fera misma de la intervención penal. Con
no tenga lugar la desviación (incluso esto tratamos de tomar clara y decisiva
criminal) y el conflicto, y en que por posición contra las tentaciones antifor-
ello el derecho penal se extinga como malistas y antigarantistas en que dema-
"superfluo". Al contrario, pensamos que siado a menudo ha caído la teoría jurídi-
en la sociedad comunista se dará (debe- ca post-ma rxia na y que, presentes toda-
ría darse) si no el fin de la conflictividad, vía hoy en la cultura política de la iz-
sí la liberación de la misma, y por consi- quierda, no son sino el replanteamiento
guiente de la desviación individual, hoy de viejos y funestos modelos de legali-
reprimida por mútiples mecanismos dad estalinista: supresión de la tipicidad
integradores de la sociedad burguesa. de los delitos y de la proporcionalidad y
Se tratará, naturalmente, de una conflic- carácter tasado de las penas, normación
tividad y una desviación no -determina- no general y abstracta sino por tipo de
das - por el conflicto capital/traba jo, sino autor determinable sobre la base de cri-
estructuralmente "indeterminadas". La terios políticos (del tipo de "enemigo
alternativa socialista indicada aquí es por
lo demás la de la aceptación social, en
los límites de lo posible (y ésta del lími-
te es ciertamente una cuestión delicadí-
sima), de este tipo de desviación. Lo (56) Es ésta la indicación, de la que disentimos
que quiere decir que gran parte de la plenamente, de E. B. Pasukanis (op. cit., pp. 143-
160), que partiendo de la tésis del nexo entre
desviación debería ser no-tratada, sino "forma de mercancía" y "forma jurídica" y de una
simplemente tolerada como señal y pro- absurda configuración contractualista del delito,
de la pena y del proceso penal (pp. 151-156), llega
ducto de tensiones y disfunciones socia- a pronosticar la superación de la forma jurídica del
les que no pueden encontrar soluciones proceso y del tratamiento penal y su sustitución,
por "medidas de defensa social" ya no disciplina-
en la pena (sobre todo privativa de li- das por reglas jurídicas sino por "reglas técnicas"
bertad) sino únicamente en los grupos directamente orientadas a la defensa de la socie-
dady a la corrección del delincuente: "La transfor-
sociales en cuyo interior se manifiestan. mación de la pena de retribución en medida ade-
En este sentido, la hipótesis estraté- cuada de defensa social y de reeducación de los
individuos socialmente peligrosos significa resol-
gica expuesta se complementa con la ya ver un gran problema organizativo que no sólo
anticipada, de la progresiva reducción tiene raíces fuera del dominio de la actividad
puramente judicial, sino que, en caso de éxito,
de la esfera de intervención penal como hace sustancialmente superfluos el proceso y la
instrumento de defensa y de control so- sentencia judicial. En efecto, cuando esta tarea
está realizada completamente, la corrección por el
cial. Combatir el principio de la respon- trabajo no sólo deja de ser una simple 'consecuen-
sabilidad individual, el moralismo y el cia jurídica' de la sentencia que sanciona un su-
puesto delictivo, sino que se convertirá en una
culpabilismo jurídico-burgués, no sig- función social completamente autónoma, de natu-
nifica, por tanto, abandonar la forma raleza médico pedagógica" (ivi, pp. 158). A tal fin,
Pasukanis, propone la superación. en cuanto "pe-
jurídica del control y del tratamiento pe- netrados por el principio de equivalencia", tanto
90 Luigui Ferrajoli - Danilo Zolo

del pueblo"), etc. Estas tentaciones de- y sus límites."


ben ser firmemente rechazadas; así como Para el supuesto de que tenga lugar
debe serlo con la misma firmeza toda la extinción del derecho penal, y en la
ideología terapéutica y pedagógica del medida en que se de, tendrá que ser por
derecho penal y toda concepción consiguiente una extinción -o una re-
correccional o reeducativa de la pena, ducción- de la intervención penal en
desde la sancionada en el artículo 27 de cuanto tal, y no de su forma jurídica.
la Constitución a la inducida en el mo- Socialización de la responsabilidad no
vimiento obrero por una larga tradición debe por ello significar modificación de
teórica de tipo eticista y autoritario. La los procesos de criminalización indivi-
pena, cualquiera sea, incluso la más "dul- dualizarte con menoscabo de las garan-
ce" y la más -humana -, debe ser tratada tías formales previstas para ellos por el
como lo que es: como una violencia derecho burgués. Puesto que es, y en la
institucional que no vale revestir de fi- medida que continúe siendo, un trata-
nalidades humanitarias y falsamente miento penal del "individuo", éste de-
asistenciales, sino que debe ser simple- berá estar asistido de las garantías del
mente suprimida o reducida, y por tan- Estado de derecho: es decir en primer
to, regulada por normas jurídicas que lugar el principio de legalidad de los
preestablezcan rigurosamente sus formas delitos (que deben continuar estando ri-
gurosamente predeterminados por la
ley), en segundo lugar el principio de

del principio de culpabilidad como del de legalidad


de los delitos y predeterminación normativa de la
medida de las penas: "En realidad una aplicación (57)"Una teoría penal que reconoce en el delin-
coherente del principio de defensa de la sociedad cuente, al mismo tiempo, al hombre, sólo puede
no exigiría la fijación de cada supuesto de hecho hacerlo en la abstracción, en la imaginación, pre-
legal penal (a los cuales se refieren lógicamente las cisamente porque la pena y la coacción contradi-
medidas de la pena fijadas por la ley o el tribunal), cen al comportamiento humano. Además, la cosa
sino una descripción precisa de los síntomas que resultaría imposible, al tratar de ejecutarla. La ley
caracterizan el estado socialmente peligroso y una abstracta veríase desplazada por la arbitrariedad
elaboración precisa de los métodos a aplicar en puramente subjetiva, puesto que tendría que ha-
cada caso particular para proteger a la sociedad." cerse depender en cada caso de los hombres oficia-
(ivi, p. 159 ),"La pena supone un tipo legal delictivo les 'probos y honestos' al ajustar la pena a la
fijado con precisión, mientras que la medida de individualidad del delincuente. Ya Platón tuvo la
defensa social no tiene necesidad de ella. La acción perspicacia necesaria para comprender que la ley
a pagar es una coerción jurídica que se ejerce sobre tiene que ser necesariamente unilateral y hacer
el sujeto en el interior del cuadro de las formas caso omiso de la individualidad. Dentro de las
procesales, de la sentencia y de su ejecución. La relaciones humanas, por el contrario, la pena no
medida de defensa social es, por el contrario, un será realmente otra cosa que el juicio del infractor
puro expediente de conformación a un fin, y, como acerca de sí mismo. No se tratará de convencerle
tal, puede ser determinada por reglas técnicas. de que una violencia externa, impuesta por otros,
Estas reglas pueden ser más o menos complejas, es una violencia que él se impone a sí mismo. En los
según que el fin sea la eliminación mecánica del otros hombres verá, por el contrario, los redento-
individuo peligroso o su reeducación. En cada res naturales de la pena que él se ha infligido a sí
caso, sin embargo, los fines que se ha impuesto la mismo; es decir, se invertirán cabalmente los
sociedad a si misma tienen en estas reglas una términos de la relación" (K. Marx, "La Sagrada
expresión clara y simple" (ivi, p. 159). Familia", cit., pp. 244-245).
Marxismo y Cuestión Criminal 91

legalidad de las penas (taxatividad de


los tipos de pena y de su medida), en
tercer lugar, las garantías de la defensa
(el contradictorio, el habeas corpus, etc.).
La represión penal, en otros términos,
debe ser mientras exista, de tipo jurídico
y no genéricamente social: en formas
ciertas y norma tivamente predetermina-
das, y no espontánea; rodeada de todas
las garantías del derecho burgués y aún
de otras (como la publicidad del proce-
so incluso en la fase instructoria y el
máximo de participación y de control
popular sobre la administración de la
justicia). El abandono o la disminución
de estas garantías significaría en efecto,
en nombre de un nuevo mito de socie-
dad buena, perfecta y autorregulada,
abrir el camino a todo arbitrio posible y
retroceder a formas pre-modernas (pre-
iluministas, pre-burguesas) del derecho
penal •

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