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 SERVICIOS BASICOS: Mala Distribución Del Servicio De Agua Potable

Al hablar de agua, nos estamos refiriendo a un recurso primordial para la vida del ser
humano. Una persona necesita cierta cantidad de agua al día para beber y asearse, de tal
manera que pueda subsistir y tener una buena calidad de vida. Sin embargo, actualmente
se observa que aproximadamente en Perú de 7 a 8 millones de personas carecen del
servicio de agua potable, esto no es más que el reflejo de la desigualdad económica y social
que existe en el país. De un lado están aquellas personas que dan un consumo insensato e
imprudente al agua con malas prácticas que solo generan un gasto excesivo e innecesario
del servicio, del otro un gran número de personas carecen de una conexión domiciliaria y
deben pagar mucho más dinero por mucho menos cantidad de agua.

Según la Autoridad Nacional del Agua (ANA), 1 de cada 5 peruanos no cuentan con acceso a
agua potable. En regiones como Huancavelica, Ucayali, Loreto, Cajamarca y Pasco, solo
tiene acceso entre 51% y 60% de hogares; y si nos enfocamos en la población rural
únicamente 2% cuenta con el servicio.
Solo en Lima cerca de un millón y medio no tienen acceso al agua potable, siendo esto un
derecho humano, aún vemos que pequeños y grandes asentamientos humanos no cuentan
con el servicio como el resto de los ciudadanos.
Por ejemplo, Pamplona alta, al sur de Lima, lleva esperando 5 años para que el estado
cumpla con otorgarles el servicio de agua potable, mientras que un muro de 10 kilómetros
los separa de grandes condominios que registran un alto consumo.

Y así, numerosos son los casos en que los hogares


no están conectados a la red de agua potable y la
única posibilidad de abastecerse es a través del
camión cisterna.
Es trágico ver como mujeres y niñas caminan
kilómetros para obtener agua, y más aún es ver
como venden el agua a un costo elevado, hasta diez
veces más caro en comparación con las personas
que tienen el servicio.

Además de que los pobladores de esta zona deben usar el agua de manera limitada, ya sea
para su aseo personal, el aseo de sus viviendas, prendas de vestir, así como su consumo.

La realidad fuera de Lima es aún más dramática, debido a la falta del servicio las personas
se ven obligadas a recurrir a fuentes de agua no aptas para su consumo. Por ejemplo, en la
provincia de Utcubamba en Amazonas, menos del 50% de sus habitantes solo cuentan con
agua potable dos horas cada semana.
Mientras que el resto de personas que vive en las localidades aledañas, toma el líquido del
río Utcubamba, donde el agua está contaminada, lo cual vuelve a la población más
vulnerable y las expone a enfermedades como diarrea, cólera y tifoidea.

Problemas como estos ocurren en todo el Perú y hacen del agua un bien cada vez más
escaso. Otro de los ejemplos es el distrito de Inkahuasi en la región Cusco, que se sitúa en
el límite entre Ayacucho y Apurímac. Debido a su distancia de la capital, sus problemas son
invisibles para el Estado, de seis mil habitantes, la mitad consume agua a través de
conexiones informales y la otra toma agua de acequia, lo que genera problemas de salud y
desnutrición crónica en los niños de la zona.

El problema de agua también es crítico en la región de Lambayeque, en parte a la


incapacidad técnica de EPSEL. Por ejemplo en los distritos de José Leonardo Ortiz y La
Victoria, en Chiclayo, la red no funciona. De acuerdo con el Sistema Nacional de
Información Ambiental, más del 80% de los hogares de esa zona en 2009 no contaba con
los servicios de agua potable.

Pero esto aún no acaba, en Loreto aproximadamente 28 comunidades nativas del distrito
de Parinari y Urarinas, están sin agua potable debido al derrame de petróleo en las aguas
del río Marañón, que es la única fuente hídrica en la zona. Hasta la fecha esto ha generado
un fuerte impacto en la vida de los pobladores, lo que representa una gran alarma porque
se están viendo afectados por las aguas contaminadas que están obligadas a consumir para
poder sobrevivir.

LOS ULTIMOS DE LA FILA EN LATINOAMERICA

Según monitoreo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF, a nivel de


Sudamérica somos los últimos en este rubro.

Estadísticas muestran que la


cobertura en el ámbito rural es
inferior (69.2%) a la que se
presenta en el ámbito urbano
(91,4%), y es la más baja, en
comparación a la cobertura
que presentaron los demás
países de América Latina.

Esto nos demuestra que la


brecha que existe en acceso a
agua potable entre las zonas
urbana y rural es grande. Y obviamente estos resultados hacen referencia a la reducida
inversión, deficiente gestión, mala distribución y corrupción que con respecto a este
servicio tiene el país.
Durante su primer discurso el presidente Pedro Pablo Kuczynski menciono: “En el 2021,
año del bicentenario, todos los peruanos deberán tener acceso a agua potable de calidad y
a desagüe las 24 horas”. Una meta difícil de alcanzar si se tiene en cuenta que, en el 2016,
el Estado asignó una partida de S/4,9 mil millones, mucho menos de lo que realmente se
requiere para cerrar la brecha existente.

Ya a puertas de cumplir un año de gestión, el presidente se mantiene firme en cumplir con


la promesa antes mencionada. A su vez en junio del presente año se informó que El
Ministerio de Vivienda transfirió 110 millones de soles a 10 empresas de saneamiento para
modernizar los servicios de agua potable y alcantarillado. Esperemos que con esto se logre
evitar que miles de peruanos aún dependan de cisternas, tanques en mal estado y pozos
comunes, a 200 años de habernos convertido en una república.

¿QUÉ HACER PARA SUPERAR ESTA CRISIS QUE AFECTA A MILLONES DE PERUANOS?

El problema del agua para los diversos usos que necesita la sociedad peruana, requiere de
cambios profundos políticos. Tenemos que empezar a planear el país que queremos, uno
que tenga la capacidad de respuestas ante grandes emergencias, como el tema que se está
tocando. Pero además debemos atacar la terrible desigualdad económica y social que
existe entre peruanos.

Es muy importante priorizar la planificación nacional, regional y local, entonces así existirá
una priorización en el presupuesto para el agua, del mismo modo se debe mejorar la
gestión y priorizar las políticas de agua en el gobierno, esto con el fin de ampliar la
cobertura a nivel nacional.

Por ejemplo, resolver el excesivo uso del


recurso en agricultura, en donde se
consume más del 50% del agua disponible,
debido a que no se cuenta con un sistema
de riego eficiente, razón principal que
provoca que las pérdidas se tornen
monumentales. Por ello debe existir un
riego regulado, en donde se dejen las
malas prácticas en cultivos, de tal forma que
todos se vean beneficiados.

Es importante mencionar que de los 53 ríos de la costa, 16 ya se encuentran contaminados


por los relaves mineros, por esta razón es que la explotación minera, abundante en el país,
debe hacerse con los cuidados necesarios para no contaminar el agua proveniente de los
ríos. De esta manera debe mantenerse una vigilancia para evitar y controlar los posibles
accidentes que pudiera haber.
No se debe dejar de lado el rol de los municipios en este tema, se debe fomentar una
cultura del ahorro, buen manejo, del no desperdicio y de la no contaminación, también se
debe controlar los desagües y el tratamiento
de las aguas que se botan al mar, así se
estará controlando el mal uso del agua
por ejemplo que para el lavado de carros
no se esté usando agua potable o del
regadío de los jardines no se use de una
manera indiscriminada haciendo que sea
por inundación, sino usando sistemas de
ahorro.

Es importante también que este tema se imparta en la formación educativa de las personas
y aún desde el colegio, pues ayudarían a entender mejor el problema que el país en general
afronta, y promover programas sobre cultura del agua, en donde cada acción sea
aprovechada eficientemente.

ROL DE LOS CIUDADANOS

En algún momento hemos escuchado que el agua se vuelve cada vez más escasa y que hay
personas a las que les hace falta este recurso, pero como vivimos en un lugar en el que el
agua nos llega por una tubería, la noticia no nos parece gran cosa.

Todos formamos parte de este país, como tales una forma de contribuir es tomar
conciencia de la importancia de este recurso y ponernos de acuerdo para que haya un
manejo adecuado partiendo desde el hogar, generando costumbres de ahorro, uso
adecuado y eficiente, pues el agua tiene una prioridad única ya que es necesaria para el
desarrollo de la vida, no solo del hombre sino de la naturaleza que nos rodea.

Cada día un peruano gasta o consume 251 litros de agua, exactamente el doble que lo que
un francés o un Suizo usa en el mismo periodo. Por ello debemos tomar en cuenta que
pequeñas acciones hacen la diferencia, el solo tomar una ducha de al menos 10 minutos
significa el gasto de 80 litros de agua, así que tratemos de tomar duchas de 5 minutos o
menos, cerrar el caño cuando nos cepillemos los dientes, reutilizar el agua con la que
lavamos la verduras, las frutas, o el arroz para regar las plantas, no utilizar piscinas en
verano en las que despilfarramos el agua que puede ser llevada a la zonas en donde mucha
falta hace el servicio, el tiempo corre y si no actuamos ahora no habrá marcha atrás.

Asimismo podemos ser partícipes de foros, conversatorios y exposiciones fotográficas, en


los que especialistas e investigadores promueven el debate sobre la problemática
relacionada con el agua y el saneamiento.
Esto gracias a que existen programas como PREDES (Centro de Estudios y Prevención de
Desastres) y OXFAM, un organismo internacional, que trabajan con las municipalidades
locales con el fin de fortalecer sus capacidades de preparación ante una emergencia en el
tema de agua, saneamiento y promoción de la higiene, que en alianza con el Colegio de
Arquitectos de Lima y el Instituto de Promoción de Gestión del Agua, impulsan diversos
espacios de difusión e información a la ciudadanía.

Si bien la falta del acceso al agua potable es un problema serio, personalmente, como
ciudadana de este país, quisiera ver un mejoramiento con respecto a este tema. Mi
alternativa de solución sería proponer dentro de una organización que trabaje para
solucionar este problema, un sistema de monitoreo especial, que mediante un instrumento
de medición instalado en un hogar con conexión de agua, se calcule la cantidad que se
puede ahorrar si se realizan acciones de regulación en el consumo de este recurso.
De esta forma de acuerdo a la cantidad ahorrada que se determine, se estará otorgando
agua a las zonas rurales sin aplicar costo alguno.

De alguna manera todos los peruanos estaríamos involucrados en el aporte hacia un


cambio que hagan mejor nuestro país. Como sociedad debemos luchar para acabar con esta
desigualdad y permitir que, por fin, este sea un país justo y un lugar donde este derecho no sea
negado a miles de familias, sobretodo mejorando la calidad de vida de aquellas personas que
normalmente no gozan de este servicio tan importante para la salud y la dignidad humana.

“EL AGUA ES VIDA Y CADA GOTA CUENTA”

Pescorán Huamanchumo Ruth

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