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CUESTIONES ÉTICAS
Ahora que ha pensado un poco, aquí tiene algunas observaciones que quiero
comentarle sobre cómo la gente ve la ética:
Una regla puede ayudar a las personas a pasar de ser ético «la mayoría de las
veces» a ser ético «siempre» y acortar la distancia entre las dos primeras
categorías.
En el prefacio de este libro, les mencioné que los educadores, los filósofos, los
teólogos y los abogados han hecho de la ética un asunto demasiado complejo.
La mayoría de las personas están bajo la influencia de la visión de estos
«expertos». Para ver la evidencia de los hechos, preste atención a su reacción
ante lo que voy a decirle: Creo que será capaz de utilizar una pauta a fin de regir
todas sus decisiones éticas. Está basada en la Regla de Oro.
Ahora, le explicaré por qué creo que la Regla de Oro puede convertirse en
su Estrella Polar cuando se trata de navegación ética.
Cristianismo: »Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como
quieren que ellos los traten a ustedes».
Confucianismo: »Lo que no les gustaría que hagan con ustedes, no lo hagan
a los otros».
Está claro que la Regla de Oro va más allá de las barreras culturales y
religiosas y la acepta gente de casi todos los lugares del mundo. Es lo más
cercano a un principio ético universal que una persona puede encontrar. En
realidad, cuando se habla de ética, solo existen dos puntos importantes. El
primero es una norma a seguir. El segundo es la voluntad de seguirla. El
Instituto de Ética Josephson, una organización sin fines de lucro,
independiente, que existe para mejorar la calidad ética de la sociedad, afirma
con certeza que la «ética es cómo enfrentamos el reto de hacer lo bueno
cuando eso nos costará más de lo que estamos dispuestos a pagar».
Es muy difícil justificar a las personas que exigen de los demás más de lo
que ellos les dan. ¿En qué se basan? ¿En las riquezas? En ese caso, una
persona que gana cien mil dólares al ario, que desea un buen trato de alguien
que solo gana veinticinco mil dólares, ¡debe estar de acuerdo en recibir un
mal trato de alguien que gana quinientos mil dólares!
¿Y qué si la gente basa el trato en los talentos? (Eso es lo que han hecho
algunas divas de la industria musical, por ejemplo). ¿Las personas más
talentosas deberían recibir un mejor trato de las menos talentosas? ¿Sí? De
acuerdo, ¿entonces quién debería tratar mejor a quién: Whitney Houston o
Yo Yo Ma? ¿Usted determina el trato según la cantidad de talento natural
o según lo que la gente hace con su talento? ¿Cómo juzga algo que es
subjetivo y talentoso por igual? ¿Y qué sucede cuando una persona con
talento en un campo se encuentra con alguien que tiene talento en otro?
¿Quién merece el mejor trato: Tiger Woods o Bill Gates?
Ya puede ver a dónde va esto. Sin importar cuán arbitrario pueda ser su
criterio, ya sea según la riqueza, el talento, la ideología, la nacionalidad, la
raza u otra cosa, no puede apoyarse de manera lógica. A la larga se convierte
en algo así como el juego del rey de la colina. ¿Lo jugó cuando era niño
alguna vez? Una persona sube a una loma de tierra y trata de permanecer allí
mientras los demás se esfuerzan por quitarlo con un golpe. La única forma
de ganar es ser el más pendenciero. Incluso, si gana, recibe unos cuantos
golpes en el proceso.
Esto no quiere decir que cada situación ética se logre resolver al instante al
usar la Regla de Oro. A veces la parte más difícil de la pregunta: «¿Cómo me
gustaría que me trataran en esta situación?», es identificar quién se puede
afectar por esa situación y cómo debería impactarlo. Hasta en los asuntos más
complicados, si una persona lo piensa un poco, casi siempre lo averigua.
¿Ha conocido alguna vez alguna persona que cree que para que pueda ganar
otros deben perder? Para esas personas, todos los demás son enemigos que
se deben destruir. O se aprovechan del dolor de los otros para ganar. Esa
parece ser la idea detrás de un fondo común que salió a la luz en septiembre
de 2002, se llama Vice Fund y lo ofrece Mutuals.com, Inc. Los gerentes de
este fondo lo presentan como una inversión en «compañías que cuentan con
una porción significativa de sus rentas derivadas de productos considerados
irresponsables en lo social», sobre todo el juego con apuestas, el tabaco, el
alcohol y las armas, industrias que consideran casi a «prueba de recesiones».
La Regla de Oro nos ofrece algo más que permitirnos ganar; tiene un valor
interno para cada uno de quienes la practicamos. El comentarista televisivo
Ted Koppel dice: «Existe la armonía y la - paz interior que se halla en seguir
una brújula moral que apunta a la misma dirección sin tener en cuenta la
moda ni la tendencia». Vivimos en un mundo con mucha incertidumbre, y
creo en verdad que mucha gente está en busca de dirección.
EL LUGAR DORADO
Cada vez que doy una charla en las distintas corporaciones a lo largo de todo
el país, tengo la oportunidad de conocer a un montón de personas
interesantes y muchos líderes excelentes. En 1998, mientras hacía una gira
presentando un libro, tuve la oportunidad de conocer a una persona que se
ajusta a ambas categorías. Jim Blanchard es el director ejecutivo de Synovus
Financial Corp., una sociedad financiera que controla treinta y ocho bancos
en cinco estados estadounidenses y dueño de ochenta por ciento de un
proveedor de servicios de pago electrónico (llamado TSYS). El sitio Web de
la compañía explica que su nombre «es una combinación de las palabras
sinergia y novus-sinergia, lo que significa la interacción de componentes
independientes de modo que el resultado es mayor que la suma de sus partes;
y novus, lo cual quiere decir que es generalmente de calidad superior y
diferente dentro de una misma categoría». La organización posee más de
dieciocho mil millones de dólares en activos, más de nueve mil empleados y
está en la lista del índice de capitalización bursátil Standard & Poor's 500
(NYSE: SNV)''.
Si está al tanto de las noticias del mundo de los negocios, es probable que haya
escuchado algo sobre Synovus. En 1998, la revista Fortune comenzó a
publicar su listado de las cien mejores compañías para trabajar de los Estados
Unidos. En 1999, Synovus ocupó el primer lugar. La empresa ha estado en
todos los listados cada año, desde su primera edición. (El listado que apareció
en enero de 2003 tenía a Synovus en el noveno lugar de la nación).
Como empresario, quería descubrir cómo uno puede llegar a crear la mejor
empresa de los Estados Unidos, así que hablé con Jim. Él me contó que se
graduó de la escuela de leyes en 1965 y unos años después, a los veintinueve
arios, lo eligieron jefe del Columbus Bank & Trust Company. Con el correr
de los arios, estableció y expandió la empresa. Luego, en la década de 1990,
se dio cuenta de que quería asegurarse que los principios y valores éticos que
siempre había utilizado en lo personal para conducir sus negocios, fueran
parte de la cultura de la organización en expansión. «Necesitábamos
institucionalizarlos y también hacerlos cumplir». Y eso significaba hacer
algunos cambios, grandes cambios. Muchos de los métodos desarrollados
durante los arios anteriores, tales como el sistema de ascensos, adminis-
tración salarial y procesos de revisión, se reestructuraron.
Enseguida la luz del día brilló sobre los malos líderes. Hemos tenido
entre doscientos y trescientos de ellos que se han desvinculado en los
últimos seis a ocho arios porque no podían vivir de acuerdo a las reglas
que indican tratar bien a los empleados, con respeto, admiración, aprecio
y consideración. Y, en esencia, culminamos todo esto diciendo que, si
tuviéramos una sola regla en esta compañía, sería la Regla de Oro. Si
hemos conseguido la única buena, no hace falta ninguna otra regla.
A mucha gente la Regla de Oro le parece un débil enfoque empresarial; pero nada
podría estar más lejos de la verdad. En Synovus no se tolera la arrogancia y se
espera la excelencia. Jim dice «Nuestros métodos no son una excusa para la
pereza ni la mediocridad. Quizá seamos muy exigentes y competitivos, pero eso
no significa asediar a los empleados»18. Cuando le pregunté sobre los beneficios
que la Regla de Oro brinda a la gente, dijo:
En realidad, ¡es una ganancia para todos! La Regla de Oro es buena para los
empleados, es buena para los clientes y es buena para los inversionistas. Según
la compañía Robinson-Humphrey, ¡las acciones de Synovus han generado el
segundo mayor rédito en cuanto a mercado de acciones en la Bolsa de Nueva
York (NYSE) de los últimos veinte años? Esa es la clase de rédito que todos
desean. A decir verdad, la Regla de Oro da resultados.
PREGUNTAS DE DISCUSIÓN
1. Cuando interactúa con otras personas, ¿cómo las evalúa por naturaleza?
¿Lo hace en términos de talento, riqueza, inteligencia, belleza,
habilidades? ¿O utiliza otros criterios? Ahora que acaba de identificar su
tendencia natural, piense en cómo puede afectar la forma en que trata a los
demás. ¿De qué manera impactaría sus modelos éticos?
2. ¿Cuál fue su reacción ante las variaciones de la Regla de Oro en las distintas
religiones del mundo? ¿Cree que la universalidad de la Regla de Oro es
relevante para el argumento que sostiene que hay un solo principio ético? Sí
o no, ¿por qué?
3. ¿Cuáles son los beneficios de usar la Regla de Oro como la directriz para
la conducta ética personal? ¿Para la empresarial? ¿Qué desventajas
observa?
4. ¿Se le ocurre alguna situación en la que le resultaría difícil aplicar la Regla
de Oro como un modelo ético? Si puede hacerlo, explore quién se afectaría
por esa decisión y de qué forma. Si todavía ve dificultades para aplicarla,
comente el asunto con un amigo o colega y vea si puede llegar a una
solución.
Una fuerte educación moral, tal como la identifica Zig, le permite a una
persona tomar buenas decisiones éticas. No obstante, dado que hoy en día
pocas personas reciben esa base educativa, ¿cómo lo logramos? ¿De qué
manera se puede tomar algo tan amplio como la Regla de Oro y hacerlo
parte de nuestro pensamiento diario? Estoy convencido de que la mejor
forma de empezar es pensando en lo que usted quiere.
Creo que todas las personas, en esencia, se parecen bastante. Hable con
individuos de cualquier edad, género, raza o nacionalidad y observará que
tienen ciertas cosas en común. Y una vez que identifica esas características
comunes, reconociéndolas primero en usted y luego en los demás, posee la llave
que abre la puerta de la Regla de Oro. Aquí tiene una pequeña lista de caracterís-
ticas que, a 'mi entender, todos los seres humanos tenemos en común cuando
nos referimos a cómo queremos que nos traten:
¿Alguien lo ha hecho sentirse inútil o sin valor alguna vez? Tal vez alguno
de sus padres le dijo que no tenía nada que ofrecer. O un jefe le dijo que
usted o su departamento solo representaban gastos para la empresa. O a lo
mejor lo humillaron en público. Si ese es el caso, ya conoce la importancia
de que lo valore otro ser humano. El aliento es oxígeno para el alma. En el
fondo, todo lo que la gente desea es sentir que son importantes solo por ser
como son.
Valorar a otros, no por lo que pueden hacer sino solo porque son seres
humanos, es la base de la Regla de Oro. Si puede aprender a pensar en esos
términos, ha dado un paso importante para hacer de la Regla de Oro un
principio ético para su vida.
¿Cómo lo logra? Comience por asegurarse que los demás sepan cuánto
aprecia sus esfuerzos. Aproveche cada oportunidad que tenga a s. u alcance
para agradecerles. Deles el crédito cada vez que le sea posible y asegúrese
de alabarlos en presencia de las personas cercanas a ellos, como por ejemplo
su familia. El productor y empresario de Broadway, Billy Rose, observó: «Es
difícil para una persona guardar rencor si le das la oportunidad de sentirse
valorado».
Mantiene la integridad.
Comunica con franqueza su visión y sus valores.
Respeta a los empleados como iguales.
Se concentra en metas comunes antes que agendas personales.
Hace bien las cosas sin importar el riesgo personal.
Escucha con una mente abierta.
Demuestra compasión.
Mantiene confidencias.
Hace poco leí un artículo sobre un joven que, a los veintitrés años de edad,
comenzó a trabajar como pastor en su primera iglesia. La experiencia le
resultó muy intimidante debido a que se suponía que era el líder espiritual de
gente que tenía hijos y nietos mayores que él. Su historia me intrigó porque
yo enfrenté una situación similar en los comienzos de mi carrera. ¿Cómo lo
resolvió él? Respetando a su gente y pidiéndoles que lo trataran de igual
forma. Para dejar en claro su posición, les entregó diez reglas sobre el respeto
que les prometió cumplir y les pidió que hicieran lo mismo. He aquí sus
reglas:
El autor Arnold Glasow dijo: «El respeto de los que uno respeta vale más que
el aplauso de la multitud». Mucha gente desea con ahínco el respeto de la
gente para la que trabaja. Y cuando los empleados lo respetan con libertad, se
crea un ambiente laboral muy positivo. Un ejemplo de esto es Mitchell
Burman, director ejecutivo de la consultora Analystics Operations Engi-
neering de Boston. Él les muestra a sus empleados el respeto que desea cada
persona responsable. Los diez consultores que trabajan para él son respetados
como profesionales y tratados como socios, lo cual puede llegar a ser
mediante la compra de acciones en la compañía después de trabajar allí
durante un ario. Sin embargo, incluso antes del ario, se les permite tomar
decisiones que un empleado común raras veces puede tomar. Deciden en qué
proyectos van a trabajar, dónde trabajar y hasta cuántas vacaciones tomar.
Una vez leí sobre un grupo de maestros que llevaron a cabo una encuesta a
dos mil empleados, pidiéndoles que identificaran las últimas tres personas a
las que despidieron y el motivo. El resultado les permitió descubrir que en
dos de cada tres casos, los empleados perdieron su trabajo porque no se
llevaban bien con los demás.
Cuando se trata de cómo me tratan los demás, lo que más deseo es que otros
no se aprovechen de mí. A decir verdad, este es el punto principal de la
conducta ética. La mayoría de nosotros no necesita clasificar complicados
temas filosóficos ni acertijos éticos. Si la gente interpretara que me
aprovecho en alguna forma de ellos (incluso después de haber tenido la
oportunidad de explicar mis motivos), mis acciones no son las adecuadas.
En enero de 2003, murió Marvin Bower. Por mucho tiempo fue el líder de la
empresa McKinsey & Company, conocida como la fundadora de las
consultoras en gerencia profesional. Bower se unió a la empresa en 1933. En
1950 se convirtió en su director administrativo y estuvo en esa posición durante
diecisiete arios, luego trabajó como director y socio hasta su retiro en 1992.
Bower influyó en gran medida en la compañía desde que comenzó a trabajar
allí. Inculcó el valor de poner a otros en primer lugar. «Hacía hincapié en que
los intereses del cliente debían ubicarse antes que los intereses de la empresa»,
dice una publicación de la compañía, «y que los compromisos se debían aceptar
solo cuando esperábamos que nuestro valor para el cliente excediera el pago».
Hubiera sido fácil para alguien como Marvin Bower buscar una forma para
sacarle dinero a Howard Hughes sin darle a cambio ningún valor. Después de
todo, Hughes valía millones de dólares. Sin embargo, ese no es el caso. No
importa si se refiere a mentirle a su vecino o estafar a una gran corporación,
cualquier acción influye a la larga en el individuo, para bien o para mal. Y si
dichas acciones les restan valor o se aprovechan de ellos, los heriría de una
forma que no nos gustaría experimentar.
DE VUELTA A LA GENTE
Entonces, ¿qué hará Ike para que HomeBanc siga poniendo a su gente en
primer lugar? Eso es simple. Le recordará a cada uno que traten a los demás
como quiere que lo traten. Para una persona que sabe cómo quiere que la
traten, con dignidad, respeto, comprensión y confianza, es fácil darse cuenta
cómo tratar a los demás.
REGUNTAS DE DISCUSIÓN