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ESTUDIOS ALEMANES Colecci6n dirigida por Vieronta Ocasro, Hans BavER, Baxsro Ganeds Vatnis, Raract Guriennez Ginanvor, Geo T. Many yH. A. Mommva [TRAVEL P-D Fe HOD magn “27 8 03 Tratadé' sobre la raz6n critica reel Vernon catllana de we Gurténnez GiRaRDot ' ehiee— = 4973 ginal en slemin TRAKTAT UBER KRITISCHE VERNUNFT © 1060 by 4. ©. Mohr Pal Bia, Ti © 1078 by Baitoral SUR, SA, Buenos Aiver Printad in Argentina Impreso en Argentina Eataedicin de 2.000 elemplares se tering da imprimie 28 de diciembre se 1973 ene) Extablecimlento Gréfic de D, Eibonath Piedrat 1954, Buenos Alves, Dow. Death Qoalhe PROLOGO, “Algunos malentendidos eurgidos en los ltimos tiempos ‘me han movido a realizar, antes de lo previsto, el plan, desde hace mucho tiempo elaborado, de escribir este libro. Estos malentendidos se refieren al racionalismo certtico inaugurado por Karl Popper con sus trabajos fllos6ficos, un criticimo nuevo que converge con una serie de esfuerzos que parten de otros representantes de la filosofia y de determinados dmbitos del pensamiento tientifico, » al que muchos autores més jovenes se sienten ligados, Se ha’ identificado esta concepeidn filosdfica, ante todo en el dmbito de lengua alemana, con un (positivismo euya caracterizacién no acierta ni siqulera a las coneepeiones actuales de los fildsofos que pertenecie ron antes al "Cireulo de Viena” y seguramente tampoco ‘al racionalismo eritico que siempre se ha wuelto expresa- mente contra las tosis esenciales del positiviemo. Esto debe eubrayarse tanto mds euanto que fos criticos de esta ‘concepeién estén ligados, en parte, al positivismo herme- hnéutico que desde hace tiempo ha echado raices en el pensamiento alemén, 0 sea a una direccién a la que se ‘puede adjudicar hasta cierto grado las limitaciones del uso de la raz6n reprochadas al eriticismo, pues la racionalidad Critica que dominé en el pensamiento de la Tustracion ha dejado “el campo, bajo la influencla de modos de pensamiento procedentes de los efectos del idealismo ‘lemdn posthantiano, a una rezén perceptora de oardcter asi teotdgico, que no pone eriticamente en tela de julcio To dado, sino que se satisface con ura reproduccion interpretatiua, ein temer por ello salir al encuentro de los imperativos de un pensamlento notoriamente irracional y pleno de cosas a medias, dedicado al encubrimiento, tal como, por ejemplo, se ha desarroliado en la moderna teologia protestante, Puesto que hace mds de 15 afios di algin erédito a ciertas formas de pensamiento y luego, por aigin tiempo, ‘mé incliné a clertas concepciones del neopositiviemo 9 del empiriamo moderno en las cuales se ha conservado el impulso critico del pensamiento de la Iustracion, en medida mucho mayor que en las formas hermenéutleas del pensar, me encuentro en situacion favorable. para valorar tanto la direccion de la que vienen los argumentos que se presentan contra el racionalismo critica, como la direccién hacia la que tlenden proplamente estes argu- mentos. En cate libro he recurrido en parte a trabajos anterio- zea, ante todo a los siguientes: La idea de la razin critica, Sobre el problema de Ia fundamentacién racional del Gogmatismo (en Club Voltaire, 1, Jahrbuch fir kritische ‘Aufldirung, editado por Gerhard Szczesny, Munich, 1963); Teoria y Praxis. Max Weber y el probiema de ls libertad de valoracién’ y de la raciondlidad (en Die Palogophie und die Wisenschaften Simon Moser zum 65. Geburtstag, editado por Ernst Oldemeyer, Meisen heim, 1967) y Racionalidad y ordenamiento econdmico, Problemas fundamentales de una politica racional del ‘ordenamiento (en Gestaltungsprobleme der. Weltwirt schaft. Festschrift. fir Andreas Preddhl, Gottingen, 1963). No he entrado mds en detalle en el tratamiento de ‘otros problemas que propiamente hublera correspondido tratar'en este libro, pero que en otro lugar he conside ado, por ejemplo: Etica y Meta-Etica, HI dilema de la filosofia moral analitica (Archiv fiir Philosophie, 11/1-2, 1961) y Giencia social y flosofia moral. Una aproxima cidn critica al problema de los valores en las dencias sociales (The Critical Approach to Science and Philo- sophy. In Honor of Karl R. Popper, ed. por Mario Bunge, Londres, 1964), eldetberg, enero de 1968, Fike poRlAS SKK INTRODUCCION RACIONALIDAD ¥ COMPROMISO Poco después de la Segunda Guerra Mundial se daba para el espectador competente de la escena flosotica la tentacién de hablar de tres ambitos rlativamente concli- sos, aunque geograficamente de fécll delimitacin dentro del’ pensamiento floséfico, entre los cuales no habia siquiera discusion porque eh ellos dominaban comientes Yo inicial eran tan diferentes que tna iproca parecia casi excluida.” Enel ‘imbito anglosajon parecia haberse_impuesto definitive: mente la corriente analitica de le ilosofia, y quien no queria hacer el estuerzo de trazar una imagen ‘elativa mente diferenciada, se inclinaba a hablar de un dominio del positivismo, Bn'ta Buropa continental occidental yen fu campo de influencia, las tendencias hermenéuticas habian logrado una superioridad de la que el existencia- 'igmo parecio ser represeniativs. Y ene ambito de la dominacin soviética se habla mantenido veredor aquel culo del pensamiento dialéctico al que se ha dado’ en amar marsismio ortodoxo. Para la genesis de. esta situacién pudo hacerse responsable a la evolucion politica en medida tan considerable que muchos quiseron ver en sila una prucba de la juseza de la tesi de la estrec ‘unién del pensar. Tras una observacion més precisa podi comprobarse naturalmente que, en realidad, la situacion no podia caracterizarse suficlentemente mediante la indicacién de Tas tres opiniones que aparecian como ‘pias, a saber, la del positivism, la del existencialismo ¥ 2 Y. Jot Ferater Mora, “Die drei Philosophien", en Der Monet; 10811985 0 MANS ALBERT Ja del marxismo, pero tampoco pod siquera negarse Ia tcxstencia de lot tres mbitos tdativamente aslados con Sus discusiones intornas, que por lo menos segin st ‘endenci esencal podrian desigarse e tal manera, Yala oncepeién, fundamental. sobre las posibilidades’y {areas dela flosofia era notoriamente diferente on los {es ambitos. Frente-a na Silosotia neutral y objetiva en ‘fon eigencia, que se semi preferentemente de tecnicas fnulitisns, se hallaba, por una parte, un, subjetvismo Comprometido con procedimientos hermenéuticos, ¥ por tm parte un pensamiento consclentemente de partido y Politico, que de sf afrmaba poder dominar todos los Problemas esenciales con ayuda del método dialéetico. ero, entre tanto, ol actual aislamiento se ha roto mas «© mengs,€| pensamiento ha entrdo en movimiento ¥ escubre que las dscusiones que sobrepasan Tos hits fetvales no solamente son posbles, sino especialmente Ineresantes en algunos eaton, Se reconoce que muchas Comientes que habituslmente se habian elasificado entre {ns diferentes diecciones, muestran puntos de contacto ¥ Comunidad que primerantente no conjeturaban y que la Slusfienctones que hasta ahora se. solian hacer eran rtaordinaramente figles, Lo que hasta shor, dentro Gol ambito de 1s lengua slemana y_por parte de los Propugnadores de concepciones aerigadas desde hace Tempo. aquly oe habia estigmatizado ¥ declaado iele- ante como “postivizmo", se muestra como un epectro Tar diferenciado de concepetones que se esta obligado & {dependizar ia propia postion de i clasficacion corien- te global ya hacer diferenciaiones, Asi, la fosofia ferdie de Wittgenstein, que en el ambito anglosajon ha Ned tam extnodinain influence en muchos fespectoo paralcios.rorprendentes con el pensaaien hermencutlco influido por Heidegger yn las dos formas de ponsamiento ve enctentran tendeneias positvstas que $e diferencin claramente del racionalisme eritico de Karl Popper, el cual puede subsimine en este pais, con proposto polémico, bajo el "positiismo”. Pero muchas “species del marssmno, que en Alemania —y no slo ens fe oriental se desprecan como revisionists ¥ que se Gistancian del pensamiento anglosajén como, por ejem- pplo, las concepeiones de Leszek Kolakowski, muestran ‘muy interesantes coincideneias con el racionalismo criti co pero también algunas con el pensamiento hermenéu: tico. ‘Aunque se ha puesto atencién en tales semejanzas y aunque erece la disposicion de considerar otras concep- eiones por lo menos como dignas de discusién, aqui sigue dominando siempre lo que se podria llamar la “ideologia alemana”, 0 sea un pensamiento determinado ante todo por Hegel _y por Heidegger y que no toma siquiera en ‘cuenta todo lo que no pueda concebirse y conceptualizar se a partir de estos dos puntos de referencia. En ello tenemos plena ocasion de ver bajo otra luz las exageradas exigencias que se unen con la idea, alin efectiva entre nosotros, del giro decisivo logrado por Heidegger, cuando ros vemos obligados a comprobar que el predominio de esta especie de filosofar ha contribuldo en no poco a que quedemos rezagados en cuanto toca al desarrollo de la ‘moderna teoria det conocimiento, y que se hayan echado fen olvido los inicios alemanes en esta direccion, surgidos fen los afios veinte ya comienzos de los afios treinta, Bl recurso a Hegel que después de la Segunda Guerra ‘Mundial se present6 en parte como una superacion de Heidegger, puede significar quizé una facilidad para el didlogo con el Oriente, pero en todo caso no es adecuado ppara subsanar esta omision y para daros impulsos de marcha. Y la consideracién que se da a Wittgenstein s6lo 2 partir del motivo de que sus obras péstumas y los trabajos de sus diseipulos en Oxford yen otras partes pparecen mostrar una forma de pensar que se emparienta con el pensamiento hermenéutico establecido aqui, con- duce mis bien a que nos reforcemos en lo que deberi semos frégil, en vez de damos a una autorreflexién qu ‘hos ayude por fin a poner en tela de juicio, en la medida en que evita la argumentacion racional, la exigencia de profundidad ligada a cualquier pensamiento formulado en luna jerga suficlontemente oscura 0 lo. mis. esotériea posible —sea la jergs de le autenticidad, la de la Cosificacién o la de la alienacién, 2 awe atmunr Por lo que toca a la filosofia tardia de Wittgenstein, que entre nosotros se ha hecho paulatinamente digna de salon, ¥ ln coniente flosofica que proviene de ella, me parece que, ante todo, algo es importante y que hasta hora no s¢ habia atendido. Esta corriente, que reduce la filosofia al andlisis del lenguaje, representa un descripti- vismo filos6fico ~semelante al deseriptivismo fenomeno- Togicamente acufado por Heidegger— que rechaza enfat camente la expliacion y la eritica y que envuelve Una tesis de neutralidad que hace de la filosofia. una empresa esotérica y sin consecuencias para los demas pensamien- tos y para ls sociedad. Si uno se dejara impresionar demasiado por el hecho de que el existencialismo suele adjudicar gran siguficacion a la decision y al compromiso personal, entonces soria dificil de entender que muchos Fepreseniantes del pensimiento hermenéutico, que se slenten ligados Heidegger, al mismo tiempo se sientan tan fascinados por Witigenstein. Pero con razon se ha Mamado desde hace tiempo la atencion sobre el hecho de ‘que Ia vacuidad de la existencia y con ello a indetermins- tion del contenido del compromiso, que en esta filoso se pone de relieve s6lo descriptivamente como algo esencial, se presta de facto a dejar abierta en cada caso Ia decisién o Ia posicion? , de modo que esta filosofia del compromiso én realidad no esti tan lejos de la neutrali- {dad analitica, Por lo demas, esta neutralidad, que ya en el pensamiento analitico tiene en parte rasgos expresamente ‘conservativos, parece degenerar en la razon percipiente de Tos hermenéuticos, en ia que se desacataconsciente y expresamente la ‘distancia critica con respecto a ia ‘uadicion, en un pensamiento cuasiteologico que se dispone a las revelaciones de sentido y que con frecuencia hhonra abiertamenie las exigencias dogmdtico-apologéticas de la teologia. Aqui y alli se hunde, bajo la influencia de luna tesis que en relacion al pensamiento flos6fico resulta extraordinarlamente peculiar, y que es la de la nornter 2 Comp, Benet Topitich, “Soriologie der Eeistensalemus”, on ern it Setobaep 3 a vencién, el impulso eritico de este pensamiento. La fiencia "y la moral, la religion y la politica se dejan abandonadas a sf mismas y pueden reclamar una autono- mia que un pensimiento comprometido con la lust ion munca, podria adjudicares. Esta autolimitacion filo. féties tiene, empero, como se ba comprobedo no sin azn, consseuencias practices y, clertamente, ante todo por el hecho de que ali donde ain conserva pensamiento acional en su propio ‘mbito, en otros campos crea ‘spacio para que ve desarolle el iracionalismo. Pero si las consecuencias de. ln neutzlidad. tienen este caricter, hhabra que plantearse Ia pregunla de si frente a esta situacién no se deberia dar a preferencia a una flosofia ‘que-no teme un compromiso sbierto y determinado en su contenido ~y con ello, en ciertos casos desde luego: un compromiso. politicamente estructurado— tal como por tjemplo se encuentra en el pensamiento marxista. Pero con ello emerge inmediatamento la pregunta de si son, ¥ ccémo en general, coneiliables entre sila racionalidad y el compromiso, un problema que toca el contexto de conocimiento y deeision ‘Con el nacimiento de los dos émbitos de influencia Sloséfica caracterizados mas arriba y que se encuentran fuer de la esfera del marxismo. ha surgido en el Pensamiento oceidental la impresion, raremente elevada a Trconclencia pero al parecer’ muy efectiva, de que racionalidad y ‘compromiso son en el fondo inconelli bles, de que conocimiento y decision deben colocarse en fmmbitos diferentes que no ruestran tangencias esenciales. Parecesuponerse ‘con’ frecuencia que los. problemas existenciles no pueden tralarse racionalmente porque exigen decisiones auténticas que no puede proporeionar lentendimiento calculador. Por otra parte, en el campo {el conocimiento parece haber andliss racional, pero ninguna decision y ningun compromiso,y alos problemas {que han de solucionarve de esta manera, no les correspon- de eo ipso evidentemente ninguna significecién existen- cial, Mientras los representantes de ln razén analitica y hhermenéutica formulan con frecuencia concepciones qué se aproximan a tales tess, los propugnadores de le razén “ HANS ALBERT dialéetica estén tan seguros de la conciiabilidad de conocimiento y compromiso, que en et pensamiento politico la actitud politica resulta bastante rectilineamen te —se podria decir: de manera sorprendente no dialéc tica— de la concepeién filos6fica. ues bien, sin duda alguna hay relaciones de contexto entre el conocimiento y el compromigo, entre el pensa- miento racional y la decisién existencial, entre la flosof ¥y¥ Is politica, pero ellas no son tan sencillas como las fexponen los pensadores comprometidos. Especies deter- [minadas de compromiso corrompen el pensamiento y, en Jconsecuencia, no prestan ninguna contribucion racional a ia solucién de los problemas, ya se trate de problemas Jcognotcitivos, éticos 0 también sociales y politicos 0 hasta religiosos. Hay un compromigo total que suprime 0, al menos, perjudica la busca desprevenida de la verdad fl pensamiento critico-racional y que, en iiltimo efecto “independientemente de si se hace en’ nombre de la fe 0 de un poder divino, en nombre de la historia 0 en el ‘nombre de la razén-~ siempre ha conducido a consecuen- [cias totaltarias. No a todos los que consideran justo un [compromiso tal parece serles coneiente, pero hay muchos Jque saben o pueden saberlo porque conocen la historia Nada me importan las defitiiciones de historia contempo: ‘nea del totalitarismo, que tienen el sentido de deslindar Jag religiones politicas seculares y las estructuras institu cionales acufiadas por ellas frente a las tradiciones politico-eligiosas de Oceidente, en cuanto aque fendmenos de degeneracién, pues la historia esta llena de ‘excesos totalitarios que han tenido lugar en nombre de la cristiandad y, por cierto, hasta bien entrado el tiempo 1s reciente. Lo que més bien importa aqui es que desde ciertos puritos de vista estructumales el catolicismo, el ‘calvinismo, el comunismo y el ‘fascismo van juntos’ no Jquizé porque todos estos fenémenos que histéricamente [son muy complejos sean de la misma especie o siquiera de igual valor, sino porque en ellos es efectivo, o lo. fue, el Jextremo polo opuesto de la neutralidad postulada en el [pensamiento analitico: el partidismo eiego, la fe obedien- fe, el compromiso incorregible, Aqui hay pues puntos [RATADO SOBRE LA RAZON cRETICA 6 estructurales comunes y, por cierto, en modo alguno aquellos que podrian suprimisse 0 poneree de lado como Puntos comnes superficlales, sino mas bien puntos Eomunes “que no’ son de interés solo. psicaloglen 0 fociologicamente, sino que, por encima de esto, Io son Sede el punto de vista gnoseol6gico, éico y social filo- s6tico, So trata de reconocer estos raigos, yciertamente de modo independiente de las simpatias diversas que se pueda tener frente a estos fenomenos. Muchos de los que tuvieron que eslar estos puntos comunes y- estos contextos omiten muy diversamente llamar la’ stencion sobre ellos, a. partir de motivos “eristenciales” fécimente comprensibles y con frecuen cia también porque. qulsioran desindar totalmente sa especie de compromise total como algo del todo diferen- te de las otras variantes, quiz porque los componentes §topicos contenidos en su pensamiento lov lleva‘ ellos ismos y a otros a la usion de que este compromiso tiene que tener consecuencias que en principio son de ‘otra especie, cuando ee traduce en acciones colectivas; consecuenelas de otra especie alas que conocemes en la historia. Pero eso cs un pensamiento romantico-usorio, aunque se lo predique desde las cdtodras de Mlosofia y teologia y aunque los descontentos lo acepten voluntaria- mente, porque con su ayuda ereen poder articular su Hlacion sin el esfuerzo del analisis objetivo-acional ¥, por lo tanto, sin tener en cuenta los costos sociales de las fcciones propagadas por ellos. El entusiasmo por una cosa Santa conduce, como sabemos, con frecuencia al fanali toy a ls intolerancia, Ia dlabolizacion del contrincante ¥ finalmente al terror y a la violencia, EL compromiso ‘otal no puede en modo alguno traernos la salvacion de aque! ‘racionalismo (aunque el compromiso ponga en juego, para apoyo de sus exigencias yreclamos, el nombre de una razon dialéetica o critica) al que pueden dar ‘apacio libre pera su desarrollo un pensamniento analitico {que se coloca bajo ia exigencia de ln neutralidad o un Pensamiento hermenéutico que se entrega a trdiciones ‘de cualquier género, y clertamente porque él mismo s6l0 es una fone de este iracionalismo. 16 BANS ALsen No existe necesidad alguna de escoger entre la neutrali- dad plena y el compromiso total cuando se estd dispuesto ‘a ver una posibilidad mis que permita unir la racionalidad ‘con el compromiso; es, a saber, un racionalismo eritico tal como se presenta ante todo en la filogofia de Karl Po- per y en las concepciones filosoficas prOximas a él. Este ‘nuevo criticismo, que supera la neutralidad del pensa- :miento analitico ¥y contrapone al compromiso total de las formas teologicas y cuasi-teolégicas del pensar, con sus implicaciones antliberales, un compromiso critico con. pensamiento racional y con la busqueda desprevenida de In verdad y de solucfones abjertas a los problemas (que a Ia luz de Auevos puntos de vista son siempre y en el caso respective revisables), se liga de hecho a una vieja tradicién que puede’ remontarse hasta la Antigtiedad sriega, la cual ha adquirido nueva validez en la fase de la jgénesis de la modema ciencia natural, que en el perfodo dde la Mlustracion,acu86 por algin tiempo la conciencia ffeneral, pero que se suspendié y estuvo expuesto desde el comienzo del siglo x1x_@ las cargas ocasionadas por la femergencia de nuevos irvacionalismos. El presente libro tspira a ser entendido como una investigacién que lumina la actual situaciOn de los problemas desde el punto de vista de este criticismo y procura mostrar las ‘consecuencias que resultan de ahi para la solucién de los problemas cognoscitivos, morales. y politicos. De ahi resulta también el doble frente de este libro y el acento polémico que, como se vera, no trato de ocultar en modo falguno. Va dirigido contra una filosofia que quiere pprotegerse del compromiso abierto limitindose al anslisis de lo dado, o sea aquella fllosofia “pura”, de tendencia analitico-existencial -o de andlisis del lenguaje, que se fgota en la deecripeién de los fenémenos y que concede al pensamiento ctitico, en el mejor de los casos, una significacién muy precatia; pero se dirige también contra tuna filosofia que se abandona a un compromiso total, ‘que formula la exigencia de estar en posesion segura de 1a Yerdad y que de ahi lleva en sila tendencia de pasar a un pensamiento radical determinado por el esquema amigo- ‘enemigo con consecuencias politicas catastroficas. vil Un racionalismo critico de este género no puede mitar la racionalidad a la esfera de la ciencia; tampoco al mbito técnico-econémico, al que se suele reconocer Corrientemente su provecho; tampoco puede acomodarse ‘adetenerse ante un limite cualquiera, ni ante un limite de Tas disciplinas cientificas ni ante los limites de cualesquie- 1a mbitos sociales que parecen estar inmunizados por el habito 0 por la tradicion o por la proteccién eonciente contra Ia. critica racional. Contra todas las tendencias neutral-analiticas, conservativohermentuticas, dogma Heo apologéticas y titopico-escatologicas que se encuen- fran hoy en el pensamlento Mlos6tico y teoldgico, pero frecuentemente también en el pensamiento cientifico, ese racionalismo eritico propugna un modelo exitico de racionalidad que en un sentido completamente preciso puede lamarse dialéctico, si bien no en el sentido de faquellos filésofos que se’ encuentran bajo el influjo de Hegel y que suelen aseguramos incesantemente que en sus, reflexiones se mueve “la cosa misma”, en tanto que la ‘otra gente slo tendria que exponer simples opiniones. Desde los puntos de vista expuestos hago el intento de mostrar el contexto de relacién entre la problemitica general del conocimiento (Capitulos I y Il), el problema Moral (Cap. III), la problemitica de la ideologia (Cap. TV), los problemas que nos plantea la teologia modema (Cap. V), 1a problemitica del sentido acentuada por la hermenéuitica y la analitica (Cap. VI) y finalmente los problemas de la politica (Cap. VII), para los cuales Fesultan determinadas consecuencias a partir del punto de vista eritico. En modo alguno es lo que suele oirse con frecuencia en el ambito de lengua alemana por parte de los eriticos de esta concepcidn filosética, es decir, que ella esté sometida a limitaciones que le hacen imposible el tratamiento racional de ciertos y determinados proble- "Bi que argumente de tal manera tondr més bien que mostrar cudles son las altemativas que resultan posibles a partir de si concepdén frente al punto de ‘partida Propuesto aqui. También para el criticismo estan estre- chamente ligadas la critica del conocimiento y la de la 6 Hans ALBERT ‘qué manera se encuentran ligadas es lo que se mostrar en | ‘doologia, 1a critica moral, in de la rligién y la socal, De | * isiguiente investigncon. 1. BL PROBLEMA DE LA FUNDAMENTACION 1. La busoa de fundamentos seguros Cuando alguien trata de aprehender la esencia del conocimiento o de delimitar el conocimiento auténtico y el saber verdadero frente alas simples opiniones, conjeti- ras 0 visiones subjetivas, tropieza por lo general muy pronto con tun problema que guele considerarse como problema central ~sino el problema eentral- de la teor el conocimiento: el problema de la fundamentacién, ‘Ante todo para las cieneias este problema parece ser de fran significacion, pues ellas son consideradas en sus procedimientos y'en sus resultados como modelos. del ‘conocimiento humano en general. Las ciencias producen lun saber del que se asegura que es mis sistemitico que el de lo cotidiano, metédicamente mejor asegurado y es pecialmente bien fundamentado y que, en consecuen- ia, debe preferirse al saber cotidiano. Quien acepte estas, afirmaciones tiene que preguntar primeramente por el Tundamento de nuestro saber en general y, por lo tanto, tiene que plantear el problema de la fundamentacion en tuna forma que a primera vista parece muy plausible. Para entender este problema —la pregunta por los fundamentos de nuestro saber se puedé partir, por ejemplo, de una situacién que puede caracterizamse a continudel6n de la siguiente manera: sl tendemos hacia el ‘eonocimiento, entonces queremos evidentemente encon- ‘var la verdad’ sobre la naturaleza de cualesquiera contex- tos reales, queremos, pues, formarnos convicciones verda- deras sobre determinados mbitos, trozos o partes de In realidad. Yen ello nos parece "lo més natural que tendamos hacia la seguridad de i lo que se ha encontrado es también verdadero, y una seguridad tal nos parece 2» HANS ALBERT aleanzable cuando tenemos un fundamento de nuestro saber, es decir, cuando podemos fundamentar este saber ‘de tal manera que se encuentre fuera de toda duda, Segin cllo, parece que la verdad y la certidumbre se encuentran cestrechamente ligadas para el conocimiento humano. Ala Diisqueda de Ia verdad, de concepciones verdaderas, convicciones o enunciadés verdaderos —y por lo mismo: de teorias verdaderas— parece estar ligada indisoluble- ‘mente la bisqueda de fundamentos seguros, la biisqueda de una fundamentacién absoluta y por tanto la justifica- cién de nuestras convieciones, la biisqueda de un punto arquimédico parala esfera del conocimiento.* ‘En la idea de una fundamentacién absoluta, que se supone en esta bisqueda del punto arquimédico del conocimiento, estan ligados evidentemente la cognoscibi- lidad de la realidad y la comprobabilidad de ia verdad, esto es: la lograbilidad y la deeisionabilidad de la verdad '¥, Por cierto, de una manera que sugiere una determinada aipecie de solucién de los problemas metodolgicos. Para ccaacterizar esia especie puede ser adecuado recurrir al Mamado principio de razén suficiente (prineipium rationis suffielentis), que se encuentra en los viejos manuales de logica muy frecuentemente como un principio del pensa- miento un axioma de la légica.* En euanto tal —como " Comp, Descartes, Meditaionse.. (1641): “Y pretendo pene- tear hata tanto. comozenslgo cierto, o.al menos tenga por rte fque no hay nada cierto. Arqutmedes slo pedfe un punto Time © Simévl pars mover desu sto toda la tera, yabf deb esperar algo {Pande Cusndo Togre lo fnfimo que es seguro. 0 inconmovibe" ‘Tambien en otros pensadores ox manifesta exprosmente esta tendenela ‘hacia la corters, hacia un fundamento seguro: comp. Puck Johann Gottieb Fichte, Grundigge der gesomten Whseh- Shaftlehre (1798), 02. Meiner, Hembungo 1986, p. 11 ¥ 52 0 Tos trabajos de Hugo Dingle. + ate principio juega en el pentamlento de Lelbalz, segin se sabe, tm papel eseneia. Conyp aibnin, Monodotogia (173) en ayes § 319 4 32 a exponenoe principior de contradieion y aldo aon tuftelente como los doe grandes principios eobre oe que se Funds el uso de la az6n: "vel principio te contradiclan, en rlud del cual declaramos fico To Que enclerra una conteadiecion [TRATADO SOBRELA RAZON CRITICA a ‘axioma légico— ha desaparecido entre tanto de los manuales de logica, También es dificil ver emo se lo podria elojar hoy alli y cOmo se le podria dar wna forma Sélida que lo hiciera adecuado para ello. Por lo menos fareceria de funcién © seria perturbador, Pero cuando formulamos este principio como un principio metédico, entonces hemos obtenido con ello un principio que con figuna tazén podemos coneebir como un. postulado general de la metodologia eldsica del pensamiento racio heal, como el prineipio fundamental de aquel modelo de facionalidad que parece dominar en la teoria cldsica det Conocimiento: busca siempre una fundamentacién su ‘iente de todas tus convicciones.’ Se ve inmediatamente {Que este principio de la fundamentacion suficiente puede Sklendere, sin mis, de las convicciones tebricas a Tas morales y"politicas, en una palabra: a aflrmaciones de toda especie, cuando se esta dispuesto simplemente tomar la decision de no limitar arbitrariamente. la ‘plieacion de este modelo de racionalidad a un determina cnaty verdadero Jo que esté puesto alo flv 0 To contradice Shy eineipe de rasbonuflcente, en virtua dl coal Zonderamod” que" mngtin hecho 0 existe que ninguna verdad ee oan aang nue hya t onaamest aie rae cs ay no do otra manera aunque eatoe fundamenton seseerd nis mayoria de lo eaos, completamente desconocidos Boe tccTugu ee enlazan dos enuncndos: uno. quo s rellete 8 Eecioet'a ‘tro asnuncindon, A la sigufiacion de est diferencia sete tclrdo h, Schopenter, comp. tess doctoral’ Sobre la Stbapte mit del principio. de razon sufciente (1813, GEN Sogn: al exite cession de. aiferenciar al menoa entre {anderen real (eum) ¥ fundamento del condcimiento.y, con ‘Hoy También entre el principio de caumldad y el principio de sae, teeente en sntito etrecho. Hime eb a interesante ‘orque se tala des fundamentacion de nuestro saber. 2 fn. libro Abriss der Logih, Bean, 1968. (Cép. de la 24 Parte: “Sobre las cqpoties Ia necaaad de la fundamentacign 36 rate seat Ti: elprinepio de ranon ufllent, p12 y =) lana Wi'Neveidy sobre ef hecho, de-que la oracion e3 postulable como tancipio: Y envonces sera idenileo con fa exgencta del pensaalen- Prinisg que se gpone.2 todn clase de dogmatizmo. Verernon qv6 ste eorta eu problemétion, o HANS ALBER® do campo, Para “quien aspire hacia la certidumbre, le cexigencia de retraer todas las convicciones —note bene: zno s6lo aquellas con exigencia de conocimiento, sino también todas las demas convicciones, por ejemplo, las aque tienen caricter normativo~ a fundamentos eegros, tendrd primeramente Ia apariencia de la evidencia en la medida en que no tropiece con difieltades que se siguen de este principio. Por consiguente, estaré dispuesto a conoeder que s6l0 los enunciados euflcientemente fun tentados pueden reclamar reconocimiento general. Slo recurso al punto arquimédico del pensamiento presi. puesto en esta exigencie crea la certeza requerida para luna fundamentacién suficiente. Clerto es, empero, que inmediatamente emerge aqui la pregunta de si es posible ¥ de qué modo solucionar en el Ambito del pensamiento a1 problema arquimédico: pues el principio de la funds mentaciOn suficente supone para su aplicacién la solt- in de este problema. Siesta iden metodel6gica puode realizarse en el campo del condcimiento o en alguno de sus campos parciales, entonces se puede seber con evidencia, para el campo correspondiente que ln bisqueda de la verdad ha tenido éxito, que se ha llegado a adquirir convieciones verdade- ras, Bero lo que con ellas no armoniza ~es decir, con la concepeién verdadera respective, 1o que es incorciiable on ellas, debe ser, en consecuendia, no s6lo no funda: mentado, sino falso, Con ello, el proceso de conocimiento parece haberse condluido para este campo. Los problemas se han solucionado; sus soluciones pueden aprenders, pueden transmitir y aplicar sin que sea necesario volwra ponerlas en tela de juicio. De ahi parece resultar un principio metodolégico més del pensamiento racional, a saber, la exigencia. de tender en cada cato hacia ‘la concepcién verdadera, hacia la teoriajusta para el campo respectivo y de ahi la de rechazar todas las alternatives posibles, pues para 1a verdad solo puede haber evidente- ‘mente alterativas falas. En genera, un pensamiento en altemativas parece ser irreconcilable con la idea de la verdad, Con el postulado de ia fundamentacion suficiente ‘esti ligado al parecer un principio mis: el portulado det ‘TRATADO SODRE LA RAZON CRITICA 2 rmonismo teérico. La teorfa verdadera para el campo det penamiento.que se one en cuestion o para el ozo dela Fealidad que ha de analizarse, debe lograse 9 fundamen- {arse sulitietemente de modo que #0 pueda estar certo Aru verdad, Ea Teoria cas dl eonocmient parece tstarinspiada por esta concepeion del. pensamien faclonal pero no lo ela, pues en modo alguno puede ‘Teciree que entre tanto eite Tundamentalismo se. haya Spereds‘en todos los campos del pensamiento, Mas bien Subyace tambign hoy a muchas concepeiones metodol6ei- Cast esofi, en lat eo 9 eh prey oc sn tie te haye expresado siempre en forma cara, Con ffeegencnteefrenclan on guns ea, aa todo en 5 respuesta a la pregunta sobre el tspecto que tiene en Geuallg una fundamentacion.suflcinta, mlentres que oineiden en a inlefofundamentalo sea en la exigencia etna fundamentaciGn taly_de un fundamento del conocimientoy del Obra 2, El principio de la fundamentacion suficiente y el trilema de Minehhausen La pregunta acerca de eémo ha de representarse una fundamentacion suficiente parece conducir necesariamen- tea la ciencia, cuando se trata de juzgar los argumentos segin su validez, es decir, a la Logica. Podemos suponer {que las conclusicnes logicas juegen un papel especial en la fundamentacién de concepciones de toda especie. Pero el problema de las conclusiones logicas ve puede considerar como el tema central de la légica formal.* Ella nos informa sobre cOmo se presenta un argumento deductivo y qué rinde un argumento tal. Es recomendable entrar breverente en detalles. : ‘Un argumento deductive vélido —una conclusion 16- ica ep una serie de enunciados, de premisas y de Conclusiones entre las cuales existen determinadas relacio- nnes Togicas, esto es: una conclusion es deducible en cada « Comp, Ker R, Poppet, New Foundations for Logic en Mind, Vol. LVN, N° 225, 1047, p 103 7 Po HANS ALERT aso con ayuda de reglas logicas de Ins premisas que estin fen cuestién. Por tanto, “\premisas” y “conclusion” deben. concebirse como conceptos deductivo-telativos: se rela cionan con el papel l6gico de los enunciados correspon. dientes en un determinado contexto de conclusiones, no con los enunciados “en si", Para nuestra finalidad, es ecir, en el contexto de nuestra problemitica de. la fundamentacién, son de interés algunos contextos sencic Hos que se conocen en Ia logiea formal: 1. Mediante una conclusién logica nunca puede obte- nerse un contenido.* El margen de los enunciados, que cestin en cuestién se hace respectivamente més grande en Ja direccién de la deduecién, o queda igual; su contenido, de informacion se hace cada vez més pequefio.o queda ‘igual. Bn cierto modo, se puede tomar mediante un rocedimiento deductivo de un conjunto de enunciados s6lo la informacién que ya esta contenida en aquel. Un rocedimiento tal sirve para “‘ordefar”” un conjunto de enunciades, no para producir nueva informacién. Eso significa enire otras cosas que de entunciedos analiticos no son dedueibles enunciados de contenido, Pero al revée, de fenunciados de contenido son deducibles enunciados analiticos, pues ellos son deducibles de cuslesquiera enunciados. El que un enunciado es deducible logicamen- te a partir de enunciados informativos es algo que nada dice todavia sobre su propio contenido. Por otra parte, a partir de enunciados contradictorios se pueden deducir siempre cualesquiera enunciados, 2. Un argumento deduetivo vilido no dice nada sobre la verdad de sus componentes, es decir, mas exactamente: ‘en un argumento tal todos los componentes pueden ser { Somp. Rudolf Carnap, Einfuhrung indie symbolische Logik iit besonderer Berdchschtigung hrer Anwendungen, Viens, 6h, .20,y passim, Karl R. Popper ha claborado ya,‘on su bee Loh der Forechang, Viena, 1980, 2a ed. aumentade; tubing, 1966" la significacin dal contenido de enunciades para ia consracclon de inesto conocimiento centiice «Comp, Rudolf Carnsp, The Lopice! Syntex of Language, Londres 1897, teoremas S24 y BB:a anes ‘TRATADO SOBRE LA RAZON CRITICA 25 falsos, las premisas también pueden ser todas o en parte falsas 'y las conclusiones verdaderas o falsas; solo un caso no puede presentarse: de premisas exclusivamente verda. deras no pueden sacarse conclusiones falsas, Silas premisas son, pues, verdaderas, entonces las conclusiones respectivas y' correspondientes son verdaderas. Dicho de otra manera: un argumento deductive valido garantiza solamente: 4) la transferencia del valor positivo de Ia verdad —de 1a verdad~ del conjunto de premisas a la conclusion; y con ello también: ) a retrotransferencia del valor negativo de a verdad ~tle Ja falsedad— de la conclusion al conjunto de las premisas. 3. Un argumento deductivo no vilido da un parlogis- ro en el que no se da tna garania fal. Dea que no txeluyen “aqui combinaciones de. valores positives negativor de verdad para los componentes dl angumento, Hasta aqui muestra dlgrsion sobre la 1iea. * gimme ahaa a protien de It naamentacn 206 papel puede jugar aqut Ia conclusion logen? Sayan SP yritapio formato aria podesoe pert del hesoe de que lr finaidad del procedimiento de fundamentacion debe desansar, en cada caso, en aegurerla verdad do las comrespondientes concepeiones yon elo’ la de. os tne con iow gues formant ved valor postive. de verdad es, empero, tranemisible me- dante conclusion logica. Asi puet, es proxima Ta idea de quela fundamentacién de tna conviecén ~y con ello in fundamentacion de un conginto de enunciados ode un sistema de entinclados— puede lograrse mediante el recumo de motivos eguros ~y por ello indudables~ con its Sgn nda, ce aud sont TBpiens, de modo que de conclusiones logics rerlten de ‘xfe findamento todos for componentes del conjunto Comespondiente de enuncados. Sige toma en serio nuestro principio, entonces surge inmedistamente el siguiente problema’ si se pide para {odo na fundamentacion, entonces debe pedise, fam: bién para los conocimientos a los cuales se ha referido respectivamente la concepeién por fundamentar, una fundamentacién. Lo cual lleva a una situacién con tres altemativas que son, por igual, 0 aparecen como inacepta- bles: a un trilema, puesto qué yo, teniendo en cuenta la analogia que existe entre nuestra problemética y el problema que en una ocasién tuvo que solucionar el eonocido Barén de las mentiras, quiero llamar el trilema de Miinchhausen. Pues es evidente que aqui se tiene la leccién solamente ent 1: un regreso infnito, que parece estar dado por la necesidad de remontarse siempre cada vez més en la bis- (queda de fundamentos, pero que. précticamente no es Fealizable y que por eso no provee ningtin fundamento seguro; 2: un erreulo ligico en ta deduccibn, que surge por et hecho de que en eb procedimiento de la fundamentacion se recurre a enunciados que ya antes se habian mostrado como enunciados que requieren fundamentacién y que {gualmente tampoco conduce a un fundamento seguro Porgue es ldgicamente detectuoso; y finalmente: 3: una interrupeidn del procedimiento en un punto determinado, que si bien parece realizable en princpio, {mpliearia sin’ embargo. una suspension srbitraria del painepio de la fundamentacion suiciente. Puesto. que tanto un regreso infinito como un cfteulo logico evidentemente parecen ser inaceptables, existe la tendencia de aceptar la tercera posibilidad, la suspersién del procedimiento, porque se considera imposible encon- tar’ otra salida de esta situacién.” En relacién con * Ba ete agpecto hay que remit al tratamiento del problema lo In lider de le Leyes gles fundamentales de Hugo Dingle ‘Philosophie der Logik ind Avtnmetiy,Mnchen, 1831, . 2.9 = fen donde se consiaye ua stuacion con respecto ala pregunta por l eateio de la Terdad, que corresponde, sgn wl estrucura, ‘completamente al tema de Mnchhsusen.Dingler ha compres So claramente la esinuctur deena stuacion y encuentra ona mda sobre ln que hableremoe ms tarde, Porto demax, la proguna pola [mticacton del saber ha llerado = aniee = wn Torque "TRATADO SOBRE LA RAZON CRITICA n enunciados, frente a los cuales se est dispuesto a suspender él procedimiento de fundamentacién, se suele hablar de autoevidencia, de autofundamentacion, de fundamentacién en el conocimiento inmediato —en la intuieidn, en la experiencia de le vida o en la experien- cia~ o de describir de otra manera que se esta dispuesto a suspender el regreso de la fupdamentacidn en un determi- nado punto y a suspender el postulado de fundamenta- cién en cuanto se lo declara como el punto arquimédico del conocimiento. 11 procedimiento es completamente andlogo a la suspensién del principio de causalidad ‘mediante la introduccién de una causa sui, Pero si una conviccion 0 enunciado, que no es de por si fundamenta- ble, pero que debe contribuir a fundamentar todo lo demas y que se la propone como segura, aunque todo propiamence ~y ella también— puede ponerse en duda en principio, una afirmacién, cuya verdad es cierta y que por 30 no requiere furdamentacién, un dogma, entonces nuestra tercera posibilidad se muestra como aquello que ni siquiera podria esperarse en la solucién del problema de la fundamentacién: como {undamentacién mediante el recurso a un dogma, La bisqueda del punto arquimédico

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