Você está na página 1de 8

Bloque 4

ANÁLISIS DE LECTURA: “UNA VIDA CON PROPÓSITO”


Rick Warren

-¿PARA QUÉ ESTOY AQUÍ EN LA TIERRA?-

CÁP 22. CREADO PARA SER COMO CRISTO

Fuimos creados para ser como Cristo. Desde el comienzo mismo, el plan de Dios fue crearnos a
semejanza de su Hijo Jesús. Este es nuestro destino. En toda la creación, sólo los seres humanos
fuimos hechos a la imagen de Dios. Este es un gran privilegio, al igual que Dios somos seres
espirituales, nuestro espíritu es eterno. Somos intelectuales podemos pensar, razonar, y resolver
problemas; a semejanza de Dios nosotros podemos relacionarnos, podamos dar y recibir amor
verdadero; y tenemos una conciencia moral, podemos discernir el bien y el mal, y esto nos hace
responsables ante Dios.

La meta final de Dios para nuestra vida, sobre la tierra, no es la comodidad, sino el desarrollo
del carácter. Él quiere que crezcamos espiritualmente y lleguemos a ser como Cristo. Dios creó
nuestra singularidad, por lo que ser semejante a Cristo significa la transformación de nuestro
carácter, no de nuestra personalidad. Dios quiere que desarrolles el carácter según las
bienaventuranzas de Jesús, el fruto del Espíritu, el amor según Pablo, y la vida provechosa y
productiva según Pedro. Cuando nos olvidamos de esto nos sentimos frustrados.

Me impactó mucho el pasaje que está en Efesios (4:22-24), dónde Pablo explica nuestras tres
responsabilidades para llegar a ser como Cristo. Primero: abandonar nuestra manera antigua de
actuar. Segundo: cambiar nuestra manera de pensar. Cuando permitimos a Dios dirigir nuestros
pensamientos, Él nos transforma de adentro hacia fuera. Tercero: debemos vestirnos con el
carácter de Cristo. Tu carácter es la suma de tus hábitos; es la manera en que nos conducimos
habitualmente. Creo que aquí está la clave para llegar a la cima.

CÁP 23. COMO CRECEMOS

Ligado al capítulo anterior, me gustó mucho la frase que menciona el autor, dónde dice:
“cambia tu piloto automático”; frase que en el fondo lo que explica es que para cambiar
nuestra vida debemos cambiar nuestra manera de pensar. Detrás de todo lo que hacemos hay
pensamientos. Toda conducta es motivada por una creencia y toda acción es incitada por una
actitud.

Este capítulo realmente me hizo pensar acerca de todas mis conductas, apenas hace dos
años atrás, me declaraba ante la sociedad como agnóstico, no defendía a un Dios en el cual no
veía interés porque creía que no existía y que en caso de hacerlo, era muy injusto y cruel por
todo el dolor que vive la humanidad; después de mi encuentro y en estos últimos meses, ha sido
un proceso muy arduo y complejo de cambiar lo segundo que es la forma de pensar y mis
acciones; pues estoy claro que lo primero fue mi corazón y eso Dios lo hizo aquel fin de semana
del mes de junio del año 2016. Cambiar las actitudes, cambiar los pensamientos, ¡wuao!, eso sí es
difícil, solo en Dios se puede lograr. El primer paso en el crecimiento espiritual es empezar por
cambiar la manera de pensar. El cambio siempre comienza en la mente. La manera en que
pensemos determinará cómo nos sentimos, y cómo nos sentimos influirá en cómo actuamos.
William Argüello Reyes
Bloque 4

El papel de Dios y el nuestro es ser semejante a Cristo, es el resultado de que tomemos las
mismas decisiones que él, y depender de su espíritu para ayudarnos a cumplir nuestras
decisiones y a actuar de una manera nueva, abandonando la vieja. El crecimiento espiritual es
un esfuerzo de colaboración entre nosotros (nuestra responsabilidad) y el Espíritu Santo (produce
resultados). El Espíritu de Dios trabaja CON nosotros, no simplemente EN nosotros. Dios nos ha
dado una nueva vida, ahora somos responsables de desarrollarla (trabajarla). Esto quiere decir
que tenemos que tomar nuestro crecimiento espiritual en serio.

Sin duda la siguiente cita textual, fue la que más me dejó sin aliento: “Cambiar tu mentalidad
es la definición de arrepentimiento. Te arrepientes siempre que cambias tu manera de pensar y
adoptas la manera de pensar de Dios. Asumes la actitud de Cristo y su perspectiva”. Warren.

CÁP 24. TRANSFORMADOS POR LA VERDAD

Si tuviera que describir este capítulo, diría que la biblia (tema central de este capítulo), es
mucho más que una guía doctrinal. Genera vida, crea fe, produce cambios, asusta al diablo,
realiza milagros, sana heridas, edifica el carácter, transforma las circunstancias, imparte alegría,
supera la adversidad, derrota la tentación, infunde esperanza, libera poder, limpia nuestras
mentes, hace que las cosas existan y garantiza nuestro futuro para siempre. La palabra de Dios
es el alimento espiritual que debemos de tener para cumplir con nuestro propósito. Es el menú
del espíritu para la fortaleza y el crecimiento espiritual.

La palabra debe ser nuestra prioridad y cumplir con las tres acciones siguientes según el libro:
aceptar su autoridad, asimilar su verdad y aplicar sus principios. Realmente debemos hacer vida
la palabra en nosotros por más que nos cueste.

Hay una frase célebre que leí hace algún tiempo “La Biblia no fue dada para aumentar
nuestro conocimiento, sino para cambiar nuestra vida”, Moody. Deseo con todo mi corazón
crecer, conocer de Jesús, saber de su vida, los propósitos del Padre, tener una relación fuerte
con el Espíritu Santo, pero soy consciente que hasta que no me sumerja en la palabra, no podré
conocerles y es este uno de los puntos en donde más dificultad tengo. Siempre viene a mi mente
la pregunta: ¿esto realmente sucedió?, ¿quién lo comprueba?, ¿y si fue manipulado? ; lucho
con esto y espero pronto salir de estos análisis sin sentido que me llevan a perder tiempo valioso.

CÁP 25. TRANSFORMADOS POR LOS PROBLEMAS

Nadie es inmune al dolor, nadie puede evitar el sufrimiento y nadie pasa la vida sin problemas.
La vida es una serie de conflictos. Al solucionar uno, hay otro esperando, y todos son significativos
en el proceso de crecimiento de Dios para mi vida, según lo que he aprendido hasta el día de
hoy.

Dios usa los problemas para acercarnos más a él. Nuestra adoración será más profunda
cuando ya no nos quede otra opción que recurrir a Dios. Durante el sufrimiento aprendemos a
pronunciar nuestras oraciones más auténticas, más sentidas y más sinceras con Dios. Sólo en el
sufrimiento conocemos a Dios realmente, porque aprendemos cosas de Dios que no podríamos
de otra manera.

William Argüello Reyes


Bloque 4
Los problemas nos obligan a mirar a Dios y a depender de Él más que de nosotros mismos.
Nunca sabremos que Dios es todo lo que necesitamos hasta que él sea todo lo que tengamos.
Sin considerar la causa, ninguno de nuestros problemas podría suceder si Dios no lo permite, y es
con el propósito de usarlo para bien.

Hace algún tiempo atrás me encontraba analizando ¿cuál era la mejor forma para dejar este
mundo?, recuerdo cruzar por las carreteras sin ningún cuidado, observar la altura desde los
puentes, buscar en internet como podría acabar con el vacío que sentía; y en ese momento,
cuando nada tenía sentido, cuándo me sentía tan solo, un compañero del trabajo me invitó a
un gal, recuerdo haberme reído de su invitación, una semana después estaba aceptando su
invitación y así llegué al gal 53.4 a cargo de cuatro magníficos líderes, los cuales me acogieron
como nadie y me ayudaron a comprender que en Jesús estaba la llenura de ese vacío que
sentía; desde entonces lucho por ver en cada circunstancia, un motivo para sonreír.

CÁP 26. CRECIMIENTO A TRAVÉS DE LA TENTACIÓN

Lo que más me impactó de este capítulo fue conocer el proceso de cómo opera la
tentación: Satanás es completamente predecible (según lo que leí). Él ha usado las mismas
estrategias desde la creación. Todas las tentaciones siguen el mismo modo: un proceso de
cuatro pasos: Primero, Satanás identifica un deseo dentro de nosotros, no importa si es uno
pecaminoso o uno legítimo y normal. La tentación empieza cuando Satanás nos sugiere que
cedamos a nuestro deseo de forma equivocada, o en el momento errado. Debemos tener
cuidado con los atajos. La tentación empieza dentro de nosotros no fuera. La tentación siempre
empieza en nuestra mente, no en las circunstancias (siempre la mente es uno de los motivos
centrales de nuestras luchas, que increíble ver el poder que se desenvuelve ahí).

El segundo paso es la duda: Satanás intenta que dudemos de lo que Dios ha dicho sobre el
pecado. El tercer paso es el engaño: Satanás es incapaz de decir la verdad. Cualquier cosa que
nos diga es una mentira, y tiene el objeto de reemplazar lo que Dios ha dicho en su palabra. El
cuarto paso es la desobediencia: Nos comportamos según lo que hemos maquinado en nuestra
mente, ello sale como una conducta, cedemos, creemos la mentira y caemos en la trampa.

Resumo los puntos leídos en el libro, en este apartado debido a que me pareció lo más
importante, es de esas lecturas que deseas nunca olvidar y recordarlo pos siempre para
aplicarlo. Si debo decir algo que me impacto de este capítulo, sería precisamente estos cuatro
pasos de como fluye la tentación en el ser humano; ahora comprendo porque se dice que
Satanás es muy inteligente.

William Argüello Reyes


Bloque 4

ANÁLISIS DE LECTURA: “UNA VIDA CON PROPÓSITO”


Rick Warren

-¿PARA QUÉ ESTOY AQUÍ EN LA TIERRA?-

CÁP 27. COMO DERROTAR LA TENTACIÓN

La tentación empieza por captar nuestra atención. Lo que capta nuestra atención estimula
nuestros deseos. Después nuestros deseos, activan nuestra conducta, y actuamos con base en lo
que sentimos. Cuanto más nos concentremos en “no quiero hacer esto…”, tanto más fuerte nos
atraerá hacia su red. Hacer caso omiso de una tentación es más eficaz que luchar contra ella. En
cuanto a la mente, si está en otra cosa, la tentación pierde su poder. Así que, cuando la tentación
nos llame por teléfono, no discutamos con ella, simplemente colguemos.

A veces esto significa dejar físicamente una situación tentadora. Hay ocasiones en que lo
correcto es huir: levantarse, salir, distanciarte, abandonar, alejarnos metafóricamente de las abejas
para que no nos piquen. Hagamos lo que sea necesario para concentrarnos en otra cosa. Desde el
punto de vista espiritual, nuestra mente es la más vulnerable. Mantengámosla ocupada en la
palabra de Dios. Los pensamientos malos se derrotan pensando en algo mejor. Este es el principio
del reemplazo: “vence con el bien el mal”. Si realmente queremos derrotar la tentación, debemos
monitorear nuestra mente. La vida está moldeada por nuestros pensamientos. No permitamos que
la basura entre a nuestra mente. Seamos selectivos y reprogramemos nuestra manera de pensar.

Sin duda, hablar de este tema me es muy complejo, porque no es algo que haya logrado aún en
lo mínimo, constantemente cedo a la tentación y en este punto, creo que soy muy inestable,
reconocer esto desde hace mucho, me ha hecho saber que sigo lejos de Dios; cambiar los hábitos
de la noche a la mañana es muy radical y complejo, literalmente a veces siento que no voy a lograr
tener lo que muchos sí, pero simplemente espero que este proceso termine pronto; hay algo que
Rick Warren (2012) mencionaba en este libro que me gustó mucho:

“Satanás quiere que pienses que tu pecado y tentación son únicos y deben estar en secreto. La
verdad es que millones enfrentan las mismas luchas que tú tienes. Escondemos nuestros defectos por
orgullo. La verdad es que cualquier cosa de la que no puedes hablar ya está fuera de control en tu
vida. La fuerza de voluntad y las resoluciones personales no son suficientes. Debes reconocer que
algunos problemas están demasiado arraigados en ti, son hábitos demasiado grandes y demasiado
fuertes para ti solo. Confesar es un gran alivio y liberación. Se necesita humildad para reconocer
nuestras debilidades ante otros. Pero la misma falta de humildad es lo que nos impide mejorar”.

Sabiendo esto, debo de reconocer que mi problema no es la tentación, sino la falta de humildad
para confesar, pues siempre he sido del pensamiento de: “mis problemas los resuelvo yo”; se me
hace muy complejo confiar en las personas, aunque estas vengan vestidas con túnicas pastorales o
demás… Creo que es algo en lo que tendré mucho trabajo por delante.

William Argüello Reyes


Bloque 4

CÁP 28. REQUIERE TIEMPO

Inicio mi comentario de este capítulo, con el siguiente versículo que me gustó mucho: “Fil. 1:6
Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando
hasta el día de Cristo Jesús”.

Este capítulo responde a algunos de mis cuestionamientos, pues nos da una pregunta
generadora que nos lleva a un análisis profundo a lo largo de sus páginas, y esta es: ¿Por qué
toma tanto tiempo un cambio? Warren nos explica que aunque Dios podría transformarnos en
un instante, decidió desarrollarnos lentamente y nos habla de cómo Jesús entrenaba a sus
discípulos en forma pausada y es por esa razón que prefiere trabajar en nuestras vidas
avanzando paso a paso.

Nos da una serie de pilares importantes, los cuales espero ir desarrollando y poner en práctica:

- Somos de lento aprendizaje.

- Tenemos mucho que desaprender.

- Tememos enfrentar con humildad la verdad acerca de nosotros mismos.

- A menudo el crecimiento es doloroso y nos asusta.

- Desarrollar hábitos lleva tiempo.

- Creer que Dios está trabajando en nuestra vida aun cuando no lo sintamos.

- Tener un cuaderno o diario para anotar las lecciones aprendidas.

- Ser paciente con Dios y con nosotros mismos.

- No desanimarse.

CÁP 29. ACEPTA TU ASIGNACIÓN

Fuimos puestos en la tierra para aportar algo. No fuimos creados sólo para consumir sus recursos y
ocupar espacio. Dios nos diseñó para que hiciéramos una diferencia con tu vida. Fuimos creados
para añadir vida a la tierra, no para quitársela. El cuarto propósito para la vida es que Dios quiere
que le demos algo a cambio.

Creado para servir a Dios: Dios nos ha creado para buenas obras, y esas buenas obras son el
servicio. Siempre que sirves a otro, sirves a Dios y cumples uno de tus propósitos. Fuimos puestos en

William Argüello Reyes


Bloque 4
este planeta para cumplir una asignación especial, y antes de formarte en el vientre ya Dios nos
había escogido.

Salvado para servir a Dios: Dios nos redimió para que hicieras su obra santa. No somos salvo POR
buenas obras, sino PARA buenas obras. En el reino de Dios, tienes un lugar, un propósito, un rol y una
función que cumplir. No servimos a Dios por miedo, por culpa o por obligación, sino con gozo y
gratitud.

A Dios debemos nuestras vidas. Gracias a su salvación nuestro pasado ha sido perdonado,
nuestro presente tiene significado y nuestro futuro está asegurado. Un corazón salvado es uno que
quiere servir.

CÁP 30. FORMADO PARA SERVIR A DIOS

Dios nos ha dado a cada uno un latido emocional único. Que se enfoca en lo que nos gusta.
Instintivamente ponemos más atención a ciertas cosas más que a otras. Esos son indicios que
señalan donde debes servir. Hay ciertos temas que nos apasionan y otros no. Unos captan nuestra
atención otros no. Eso revela la naturaleza de nuestro corazón. Todo esto proviene de Dios. Él tiene
un propósito al darnos todo esto. No ignoremos sus intereses. Consideremos como podríamos usarlo
para la gloria de Dios.

Dios quiere que le sirvamos con pasión y no por obligación. Dios quiere que lo disfrutemos, que
demos lo mejor de nosotros, usar nuestros intereses naturales para servir a otros y a Él. ¿Cómo
sabemos que servimos a Dios con el corazón? Por el entusiasmo: es lo que nos gusta, nadie tiene
que motivarnos o retarnos, lo hacemos por puro gozo. No necesitamos recompensas o pagos,
porque disfrutamos sirviendo de esa manera.

CÁP 31. ENTIENDE TU FORMA

Cada recurso puede usarse para la gloria de Dios. La Biblia está llena de ejemplos de
habilidades diferentes que Dios usa para su gloria. Toda actividad humana requiere de la habilidad
adecuada, Dios es quien la da a todos para su servicio particular. Dios tiene un lugar donde nuestra
especialidad puede brillar y puede hacer la diferencia. Queda de nuestra parte encontrar ese
lugar. Debemos usar nuestras habilidades para la gloria de Dios, usémoslo para servir a otros,
compartámoslo y seamos edificadores del reino.

Lo que soy capaz de hacer, eso es lo que Dios quiere que haga. Somos la única persona que
puede usar cada habilidad. Debemos examinar en que somos buenos y en que no. Dios nunca nos
pedirá que nos dediquemos a una tarea para la que no tengas talento. Nuestras habilidades son
señales de lo que Dios quiere que hagamos con nuestra vida. Y cuál es su voluntad para nosotros.

Usemos nuestra forma, ese es el secreto para ambas cosas: La eficiencia y el cumplimiento del
ministerio. Usemos nuestros dones espirituales y nuestras habilidades en el área que nuestro corazón

William Argüello Reyes


Bloque 4
desea, y en la manera que mejor exprese nuestra personalidad y experiencia, mientras más lo
hagamos, más exitoso seremos.

CÁP 32. USA LO QUE DIOS TE HA DADO

La mejor manera de descubrir nuestros dones y habilidades es experimentando en las diferentes


áreas de servicio. Comencemos sirviendo, experimentando en diversos ministerios y descubriremos
los dones. Hasta que realmente no nos involucremos en el servicio, no sabremos para que seamos
buenos. Tenemos docenas de habilidades y de dones escondidos que no sabemos que los tenemos,
porque nunca los hemos puesto a prueba. No dejemos de experimentar. Simplemente, empecemos
a servir ya. Descubramos los dones involucrándonos en el ministerio.

Consideremos las oportunidades y la personalidad, recibamos retroalimentación de quienes


mejor nos conocen. Evaluemos que es lo que realmente disfrutamos hacer.

CÁP 33. COMO ACTÚAN LOS VERDADEROS SIERVOS

A menudo Dios prueba nuestros corazones al pedirnos que lo sirvamos en ciertas maneras, para
las que no fuimos formados. Aunque no seamos dotados para una tarea en particular, podremos ser
llamados para hacerla. Nuestro ministerio principal debe ser para el área para la cual fuimos
formados, pero nuestro servicio secundario se lleva a cabo donde nos necesiten. Nuestro corazón
de siervo muestra la madurez. Cualquiera puede ser siervo, todo lo que se necesita es carácter.

Las grandes oportunidades a menudo se disimulan en pequeñas tareas; las cosas pequeñas en la
vida determinan las grandes. Hagamos las tareas que Dios nos ponga por delante, y Él nos asignará
cualquiera que quiera que hagamos. Siempre habrá más gente queriendo hacer grandes cosas
para Dios, que cosas pequeñas, pero el campo para los siervos es amplio y abierto. Desarrollamos
un corazón de siervo cuando anhelemos hacer cualquier cosa que se necesite.

CÁP 34. MENTALIDAD DE SIERVO

Desafortunadamente, servimos a otros para que le gustemos, para ser admirados o para lograr
nuestras propias metas. Eso es manipulación, no ministerio. Algunas personas tratan de usar el
servicio como una herramienta de negociación con Dios: “haré esto por ti Dios, si haces algo por
mí”. Los verdaderos siervos dejan que Dios los use para sus propósitos. Pensar como siervo es difícil
porque desafía el problema básico de mi vida: yo soy, por naturaleza, egoísta. Ser siervo implica
decidir entre satisfacer mis necesidades o la de otros.

Los siervos basan su identidad en Cristo, dado que ellos recuerdan que fueron amados y
aceptados por gracia, los siervos no tiene que probar su mérito. Voluntariamente aceptan tareas
que otros consideran inferiores. Al saber quiénes son, la tarea no amenaza a su propia imagen.

William Argüello Reyes


Bloque 4

CÁP 35. EL PODER DE DIOS EN TU DEBILIDAD

Dios ama y usa a los imperfectos, a las personas ordinarias para hacer cosas extraordinarias a
pesar de sus debilidades. Una debilidad no es un pecado ni un vicio ni un defecto de carácter. Una
debilidad es cualquier limitación que tengamos o heredamos y no tenemos poder para cambiarla.

Puede ser física, emocional, intelectual. No todos somos súper-inteligentes o talentosos. Cuando
pensamos en las limitaciones de nuestra vida, podemos ser tentados a concluir: “Dios nunca podrá
usarme”. Pero a Dios no lo detienen nuestras limitaciones. Somos frágiles, defectuosos y fáciles de
quebrar. Pero Dios nos usará si le permitimos trabajar por medio de nuestras debilidades.

CÁP 36. HECHO PARA UNA MISIÓN

Cumplir nuestra misión en la Tierra es una parte esencial de la gloria de Dios. Nuestra misión es una
continuación de la misión de Jesús en la tierra: Jesús nos llamó no sólo a venir a Él sino a ir por Él.
Jesús nos dio la gran comisión y fue asignada a cada uno de sus seguidores, esta es tu comisión de
parte del Señor y no es optativa.

Como miembros de la familia de Dios nuestra misión es obligatoria, es la responsabilidad que Dios
nos da con los no creyentes.

CÁP 37. COMPARTE EL MENSAJE DE TU VIDA

Dios nos ha dado un mensaje de vida para compartir. Cuando nos convertimos en creyentes,
también llegamos a ser mensajeros de Dios. Él quiere hablar al mundo por medio de nosotros.
Tenemos un sin número de experiencias que Dios quiere que usemos para traer a otros a su familia.

El mensaje de vida consta de cuatro partes:

- El testimonio: La historia de cómo comenzamos una relación con Jesús.


- Las lecciones de vida: Las lecciones más importantes que Dios nos ha enseñado.
- Las pasiones divinas. Las obras para las cuales Dios nos ha moldeado y que más nos importan.
- Las buenas nuevas: El mensaje de salvación.

Fin

William Argüello Reyes

Você também pode gostar