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Estoy de acuerdo con dicho aserto, por dos cuestiones.

En primer lugar, en virtud de la


categoría de la preferencia temporal, en igualdad de circunstancias, los bienes presentes
siempre se prefieren a los bienes futuros. Los seres humanos, por lo general, sólo
estarán dispuestos a renunciar hoy a una determinada cantidad de dinero en el caso de
poder recibir una cantidad superior en el futuro. En segundo lugar, una cantidad de
dinero en el momento presente puede valer más que dentro de un tiempo, por la
posibilidad de poderla invertir a un determinado tipo de interés.

La diferencia entre 60.000 y 66.000 es un 10% de ganancia. Si el tipo de interés sin


riesgo del mercado me va a proporcionar un 11% de beneficio sobre los 60.000
entonces es preferible elegir la primera opción, dado que esta, me va a permitir ganar un
1% más.

Busque información en prensa económica escrita sobre temas relacionados con las
inversiones y analice el artículo seleccionado.

Para este ejercicio he considerado conveniente seleccionar un artículo que trata sobre la
inversión en I+D que ha realizado la compañía Apple durante los últimos 19 años, en
concreto, desde 1995 hasta 2013. En este artículo se aborda el papel fundamental que
juega la inversión en investigación y desarrollo, sobre todo para aquellas empresas
dedicadas al ámbito de la tecnología. No obstante hay que puntualizar que a veces más
inversión no siempre implica mejores resultados.

En Apple, compañía caracterizada por su innovación, han sabido aprovechar muy bien
los recursos destinados a tal fin. En el periodo que fue desde el regreso de Jobs en 1998
hasta 2005 la compañía fue aumentando la inversión de forma leve pero constante. Son
años en los que la compañía cortó de raíz el desarrollo de numerosos proyectos fiasco
que casi acabaron suponiendo la ruina. Hablamos de productos como Pippin, Macintosh
u otros prototipos. A partir de ahí, el gasto de inversión fue aumentando paulatinamente
hasta verse considerablemente incrementado en los últimos años. Y de dichas
inversiones han salido productos como el iPhone, el iPad, los nuevos Mac; así como
mejoras como Touch ID, servicios, software, etc.

Un aspecto interesante que nos muestra el artículo, es un gráfico en el que se pone de


manifiesto el gasto en I+D que han tenido otras compañías tecnológicas durante 2013,
como Microsoft, Samsung o Google, las cuales han tenido un gasto notablemente
superior al de Apple. Esto nos hace pensar en lo bien que la compañía de Cupertino
rentabiliza su inversión, pero no sería del todo justo, puesto que a veces, las elecciones
de otras compañías en tecnologías que no consiguen un gran calado pueden acabar
resultando importantes para el desarrollo de otras presentes o futuras.

El artículo termina con una conclusión en la que remarca el hecho de que cada vez
resulta más complicado innovar, aduciendo que nos encontramos en un momento en el
que los saltos tecnológicos no son tan palpables como hace unos años. Por ello es lógico
que la inversión vaya en aumento.
Fuente: www.applesfera.com
La inversión de I+D de Apple durante los últimos 19 años.

Busque en la página oficial de una organización de interés para usted y ponga de


manifiesto cualquier inversión que haya llevado a cabo la misma.

La compañía IBM anunció hace un par de años una importante inversión para el
desarrollo de la tecnología de computación cuántica. Este tipo de tecnología que casi
parece rayar la ciencia ficción podría elevar la capacidad de computación de los
ordenadores hasta cotas solo soñadas. Permitiendo, entre otras cosas, convertir la
quimera de crear un cerebro sintético, un homólogo artificial del cerebro humano, en
algo factible dentro de un futuro no tan distante.

El físico español Juan Ignacio Cirac, reconocido por sus investigaciones


en computación cuántica y óptica cuántica, postuló en 1995 que controlando las
propiedades de unos iones atrapados se podría crear un ordenador cuántico. A día de
hoy esta aspiración está cerca de convertirse en una realidad, y no queda más remedio,
ya que parece acercarse el fin de la Ley de Moore; un principio que expresa que
aproximadamente cada dos años se duplica el número de transistores en un
microprocesador y también su potencia. Sin embargo, para dentro de relativamente poco
los transistores ya estarán rozando el tamaño de lo atómico y ahí ya no funciona la física
clásica, sino la cuántica.

La inversión de IBM es una de las más grandes en computación cuántica hasta la fecha,
en concreto, 3 mil millones de dólares, convirtiéndose así en uno de los mayores
investigadores en el campo, junto con otra compañía canadiense llamada D-Wave, que
se ha asociado con Google y la propia NASA.

En específico esta inversión para investigación y desarrollo de estas tecnologías se


concentran en dos grandes campos: desarrollo de componentes nanotecnológicos para
los chips de silicio, para grandes volúmenes de datos y sistemas de nubes, y la
experimentación con microchips "post-silicio". IBM, con esta inversión, parece prever
que el futuro está ahí y quiere mantenerse a la vanguardia.

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