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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO DEL PERÚ

FACULTAD DE CIENCIAS FORESTALES Y DEL AMBIENTE


“Año del buen servicio al ciudadano”
SILVICULTURA TROPICAL

UNIVERSIDAD NACIONAL CENTRO DEL PERÚ

Catedrático:
Ing. Julio Cesar Álvarez Orellana

ESTUDIANTES:
-Chancasanampa Vargas Nurhit P.

-Chuquillanqui Bendezú Antony

-Clemente Inga Lucero Wenddy

-Cruzatt Balvin Danjhery T.

-Ramos Evangelista Diana

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CONTENIDO

RESUMEN ............................................................................................................. 4
ABSTRAC………………………………………………………………………………………………….…………..5
I. INTRODUCCION ......................................................................................... 6
II. MARCO TEORICO ...................................................................................... 8
1. ANTECEDENTES .................................................................................... 8
2. BASES TEORICAS................................................................................... 9
2.1. Poda artificial………………………………………………………….……………..…9
2.2. Tecnicas de poda……………………………………………………….……………16
2.3. Inicio de podas…………………………………………………………………….…17
2.4. Intensidad de podas……………………………………………………………..…19
2.5. Fercuencia de podas………………………………………………………………..20
2.6. Epoca de podas……………………………………………………………………….20
2.7. Precauciones de corte……………………………………………………….…….21
2.8. Podas para pino………………………………………………………………………22
2.9. Epoca para poda……………………………………………………………………..23
3. MARCO CONCEPTUAL......................................................................... 23
III. MATERIALES Y METODOS .......................................................................... 24
1. LUGAR DE EJECUCION ................................................................................ 24
2. EQUIPOS Y MATERIALES ............................................................................ 25
3. PROCEDIMIENTO ....................................................................................... 26
IV. RESULTADOS ............................................................................................. 27
V. DISCUSION DE RESULTADOS………………………………………………………….…………..32
V. RECOMENDACIONES .................................................................................. 33
VI. CONCLUSIONES.......................................................................................... 33
VII. BIBLIOGRAFIA…………………………………..…………………….…………………………………34

VIII. ANEXOS…………………………………………………………………………………………………....36

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LISTA DE TABLAS

Tabla 1. Altura de Pino radiata en Tingo Paccha……………………………………………………….27

Tabla 2. Categoría Diamétrica de Pinus radiata en Tingo Paccha………………………………29

Tabla 2: datos tomados de los 37 árboles de Pinus radiata……………………………………..35

LISTA DE FIGURAS

Figura 1: vista satelital del área de trabajo…………………………………………………………….24

Figura 2. Cantidad de alturas de Pinus radiata en Tingo Paccha………………………………..28

Figura 3. Categoría Diamétrica de la especie Pinus radiata en Tingo Paccha……………..30

Figura 4. Pie Tablar de la especie Pinus radiata en el pueblo de Tingo Paccha…………..31

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RESUMEN

El área de estudio se ubica en el departamento de Junin, provincia de Jauja


y distrito de Acolla, centro poblado de Tingo Paccha ubicado entre las
coordenadas geográficas 11°64’24’’ latitud Norte y 75°59’78’’longitug
Oeste, cuya altitud varía entre los 3500 a 3900 m.s.n.m. En donde se
evaluó y se realizó la respectiva poda de 37 árboles de Pinus radiata, con
el fin de obtener una estructura fuerte, facilitando su crecimiento y
desarrollo e incluso le otorgamos estética al árbol. Realizamos la
eliminación de ramas, asegurando una buena estructura de éstas cuando
el árbol envejezca.
Asi mismo se determinó que la cantidad de pies tablares de los árboles de
pino podados, siendo esta de 2073.795 pt. Las alturas de Pinus radiata
obtenidas en el área de práctica fueron: altura máxima de 13 m que
representa el 8.108% de los 37 árboles y el valor mínimo de altura es 6 m
representa solo el 5.405%. En el área evaluada, se determinó las
categorías diametricas de los árboles de pino siendo el mayor valor la C.D.
de 35 y la menor C.D de 10.

Palabras clave: Pinus radiata, podas, podas de formación.

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ABSTRAC

The study area is located in the department of Junin, in the province of Jauja
and in the district of Acolla, in the center of Tingo Paccha located between
the geographical coordinates 11 ° 64'24 '' north latitude and 75 °
59'78''longitug West, Whose altitude varies between the 3500 to 3900
msnm In which the pruning of 37 trees of Pinus radiata was evaluated and
carried out, in order to obtain a strong structure, facilitating its growth and
development and even granting aesthetic to the tree. We perform the
removal of branches, ensuring a good structure of these when the tree
ages.
Likewise it was determined that the amount of board feet of pruned pine
trees, being this of 2073.795 pt. The heights of Pinus radiata obtained in the
practice area were: maximum height of 13 m which represents 8.108% of
the 37 trees and the minimum height value is 6 m represents only 5.405%.
In the evaluated area, the diametrical categories of the pine trees were
determined being the greater value the C.D. Of 35 and the lowest C.D of 10.

Key words: Pinus radiata, pruning, pruning training.

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I. INTRODUCCIÓN

Los bosques son ecosistemas compuestos por todas las formas de vida. No obstante, el
buen manejo forestal debería ser uno de los objetivos mínimos de una ordenación
forestal comercial apropiada. El mantenimiento del manejo de los bosques exige que se
planifiquen cuidadosamente todas las fases de ordenación de los recursos, desde la
plantación o regeneración hasta la cosecha.

Las podas, correctamente efectuadas, permiten producir madera libre de defectos y/o
con nudos vivos y, consecuentemente de mayor valor: la poda de ramas verdes produce
madera con nudos vivos (firmes) y la cicatrización también suele ser más rápida,
obteniendo posteriormente madera libre de defectos. No obstante, se debe tener en
cuenta que a mayor intensidad de poda, es decir al remover una mayor proporción de
follaje vivo, se produce una pérdida de crecimiento (volumen). La poda de ramas secas
produce nudos muertos o sueltos; en este caso no se afecta la tasa de crecimiento del
árbol, pero la cantidad de madera de calidad será menor. En un esquema de producción
pulpable la poda no tiene justificación, ya que no se mejora el precio de la madera; en
este caso, sólo sería conveniente una poda baja por efectos sanitarios y de
transitabilidad.

Para el caso de la especie Pinus la poda sería necesaria para mejorar el desplazamiento
al interior del lote ya que mejora el acceso y facilita la cosecha final o para crear una
especie de barrera y reducir la acción del fuego en caso de probabilidad de un incendio
forestal. El objetivo fundamental de la poda es incrementar los crecimientos en
diámetro y mejorar la calidad futura de la madera, con miras a su utilización para aserrío.
La especie Pinus tiende a desarrollar libremente ramas duras, lo cual limita su uso en el
campo de la madera estructural; hacer la poda a edades tempranas (3-4 años) tiene los
siguientes beneficios: La madera tiene menos nudos y menos probabilidad de ser
rechazada en el mercado. La eliminación de varios tallos y ramas evita la formación de
bifurcaciones, reduciendo la cantidad de madera de compresión (madera proveniente
de copa y ramas. El momento e intensidad de la poda afecta negativa o positivamente
el crecimiento en volumen. El porcentaje de la copa a remover no puede ser superior al
30% y se debe llegar máximo hasta el 50% de la altura total.

Se realizó el trabajo de podas de una plantación de Pinus con una edad aproximada de
25 años cuyo objetivo principal fue: la Ejecución de podas de formación otorgando a
cada grupo parcelas de trabajo y el objetivo específico fue Determinar la cantidad de
pies tablares de los arboles podados.

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Objetivos generales.

Ejecutar las podas de formación en el pueblo de Tingo Paccha distrito de Acolla.

Objetivos específicos.

• Determinar la cantidad de pies tablares de los árboles podados en el pueblo de


Tingo Paccha distrito de Acolla.

• Determinar las alturas de Pinus radiata en el pueblo de Tingo Paccha distrito de


Acolla.

• Determinar las Categorías Diamétricas en el pueblo de Tingo Paccha distrito de


Acolla.

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II. MARCO TEORICO

1. ANTECEDENTES BIBLIOGRÁFICOS:

•Según Kurtz y Ferruchi (2004) que con la poda se busca obtener la mayor calidad de
maderas sin nudos, a partir de un diámetro reducido de 9 a 12 cm. Esto responde a fines
económicos, pero también a fines prácticos, como faltar el desplazamiento de operarios
y maquinarias.

También señala que la época óptima para la poda de pinos es entre los meses de abril a
junio. Ya que al iniciarse la actividad de crecimiento con la primavera, la herida comienza
a cubrirse paulatinamente con las nuevas capas de la madera. Además, cuando se podan
los pinos en Otoño- invierno, solo influye la cantidad suficiente de resina a como para
sellar la herida.

El indicador oportuno para la poda es la altura total promedio, en el caso del pino es
recomendable a partir de los 5-7 m de altura total promedio y 9-12 cm DAP promedio,
se podan hasta una altura de 2.20m-2.40m. Es recomendable que la poda no debe de
superar el 40% de la altura total de los arboles más altos.

•Según artículo de la revista Euskadi forestal (2002). Nos menciona los siguientes
consejos para la poda del Pino radiada:

-La 1ª poda se realiza hasta 1,7 – 2,0 m. cuando el árbol tenga alrededor de 6 m. de
altura total.

-La 2ª poda hasta 5 m. cuando el árbol tenga alrededor de 15 m. de altura total (entre
12 y 18 años en el pino radiata).

-La ejecución de la poda con tijeras especializadas ocasiona el menor daño al arbol y la
mejor cicatrización. Si no se dispone tijeras, realizarla con sierra de podar.

-La época recomendada para podar es finales de otoño-invierno.

-Es muy positivo acompañar la poda con un clareo o clara (entresaca), hasta dejar 700–
1.000p./ha. Con la 1ª poda y menos de 600 p/ha. Con la 2ª poda.

•En el manual “Guías silviculturales para el manejo de especies forestales”, nos dice que
en el caso del Pinus patula El tiempo óptimo para la primera poda, desde el punto de
vista comercial, está entre los 3 y los 4 años. En algunas empresas, ésta se realiza cuando

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el 60% de los individuos alcanza un diámetro normal de 8 cm o una altura media de 5,5
m.

Una vez que se haya realizado el primer raleo, el cual se efectúa entre los 7 y 8 años, se
debe continuar con una segunda poda. La altura de poda debe ser hasta máximo 8 o 9
m, la cual es justificable desde el punto de vista comercial.

La poda debe realizarse con tijerones, sierras manuales o serruchos adecuados, para no
rasgar el fuste del árbol. En zonas de alta susceptibilidad a hongos, los cortes se deben
cubrir con pintura blanca a base de agua como cicatrizante o pasta bordeles.

Se debe evitar que el grosor de las ramas a remover sea menor a 5 cm, debido a que a
partir de este diámetro, las ramas forman nudos en la madera, lo que le resta calidad
comercial (ebanistería o tableros aglomerados). Cuando el diámetro de las ramas supera
los 12,5 cm (5 pulgadas), hay una reducción considerable en el crecimiento en volumen
y una alta probabilidad de rechazo.

2. BASES TEORICAS:

2.1. PODA ARTIFICIAL:

La poda artificial es la supresión de las ramas de un árbol provocada por el hombre.


Distinguiremos dos grandes tipos de poda artificial, la poda de ramas secas o escamonda
y la poda de ramas verdes. (Daniel, 1982)

a. La escamonda

La poda de ramas muertas en un árbol carece de efectos fisiológicos notables, es una


operación que se limita a adelantar el proceso natural de pudrición y caída de las ramas
muertas, reduciéndose así la probabilidad de entrada de la pudrición de la rama al
interior del tronco, y la longitud del muñón y consecuente nudo muerto y suelto que
quedaría englobado en el interior de la madera del tronco. Si la escamonda se realiza en
el período de tiempo comprendido entre la muerte del follaje y la muerte de la base de
la rama, el corte, realizado sobre madera viva, cicatrizará mejor (cambium al descubierto
y además suda resina, etc., que protege), no existiendo además ninguna fracción de
nudo muerto, fracción que sería inevitable si se cortara tarde. Esta ventaja del corte vivo
se presenta siempre en el caso de la poda de ramas vivas, aunque con ésta introducimos
un cierto riesgo de pudrición donde no había ninguno. La escamonda se aplica
especialmente en los casos en que la poda de ramas vivas puede significar un riesgo de
pudrición para el corazón de la madera. Estos casos son:

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1. Cuando el crecimiento del pie es reducido a causa de su especie (crecimiento


lento, edad, árboles viejos, vigor, dominados, enfermos, etc., o calidad de estación).
Como posteriormente insistiremos, un mal crecimiento se traduce en un mal proceso
de cicatrización y acarrea el riesgo de pudriciones.
2. Cuando la especie no genera en el corte mecanismos de autodefensa como la
exudación de resina, de aquí que el peligro de las podas vivas sea mucho mayor en
frondosas o en coníferas no resinosas que en las coníferas resinosas (ej.: pino).

En las coníferas resinosas puede llegar a ser preferible la corta de ramas vivas que se
auto protegerán con resina que la de muertas en las que no se desata tan acusadamente
este mecanismo defensivo. (Daniel, 1982)

3. Cuando la rama cortada sobrepasa los 3-5 cm de diámetro y especialmente si


contiene duramen, pues en este tejido muerto no se desatan mecanismos de
autodefensa y además, a través de él pueden penetrar fácilmente al corazón del madero
los hongos pudridores de duramen. Evidentemente todos estos riesgos tienen
importancia menor cuando la pudrición del corazón tiene también menor importancia,
como en el caso de la producción de frutos en frondosas no maderables. Es de destacar
que los riesgos de la poda viva son las ventajas principales de la muerta, y que ésta puede
practicarse en cualquier época del año porque ni daña ni pone al descubierto tejidos
vivos, excepto si se producen golpes y fallos durante el proceso de ejecución contra
partes vivas del árbol. (Hawley, 1972)

b. Las heridas de poda y el proceso de cicatrización

La correcta cicatrización de las heridas es el condicionante fundamental de las podas,


hasta el punto de que cualquier poda es abusiva cuando no se produce una rápida y
completa cicatrización de las heridas producidas. (Huber, 1988)

El plazo en que debe producirse la cicatrización completa, deber lo suficientemente


corto, como para que no se inicien pudriciones que pueden llegar a afectar al tronco,
deteriorando la madera o comprometiendo la estabilidad o la duración de la vida
productiva del árbol. Condiciones de humedad y alta temperatura, al favorecer la
actividad de los hongos, acortan el plazo de entrada en pudrición, siendo este plazo
notablemente menor en frondosas que en coníferas y dependiendo notablemente de la
especie podada. (Daniel, 1982)

Para alargar el plazo de entrada en pudrición y conseguir una correcta cicatrización,


pueden llegar a usarse diversas pinturas o recubrimientos que existen en el mercado
para proteger el corte del exterior; pero esto en selvicultura tiene normalmente escasa

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aplicación. Las heridas de poda cicatrizan más rápidamente desde los lados que desde
la cima o desde la base y más rápidamente desde la cima que desde la base. Las células
cambiales orientadas verticalmente y situadas a los lados de la herida, mantienen una
actividad acelerada por la acción conjugada de las hormonas de cicatrización producidas
por el corte y la fuerte circulación de sustancias elaboradas, consecuencia de la
desviación de las que descendiendo de la copa hacia la raíz del árbol encuentran su
camino cortado por la herida. Las células de la parte superior del corte, por la
acumulación allí de sustancias elaboradas, mantienen un crecimiento superior a los de
la parte inferior del corte. (Daniel, 1982)

La velocidad de oclusión de cualquier herida depende estrecha y directamente del


crecimiento en diámetro de la parte del tronco adyacente a la herida. DE aquí la
necesidad de evitar las podas en árboles o partes de árboles con escaso crecimiento.
(Huber, 1988)

Es bueno comprender que es la sabia descendente (savia elaborada ya por las hojas) la
que genera el proceso de cicatrización. Hacen falta hojas en la rama en las que se asienta
la herida y cuantas más mejor para que sea más fuerte el flujo descendente. En los cortes
el proceso de cicatrización se genera en el cambium que está en contacto con el camino
natural seguido por la sabia durante su descenso, y no en el cambium puesto al
descubierto por la herida. Por esto, la herida debe ajustarse lo más posible al teórico
camino del “baño” descendente de sabia elaborada. (Huber, 1988)

c. Efectos de las podas

La supresión de ramas verdes o vivas de un árbol tiene claros efectos fisiológicos que
pueden repercutir en la vida y la producción del árbol. La supresión de parte de la
materia verde del árbol provoca para las ramas restantes una mayor disponibilidad de
la luz, agua y nutrientes minerales que el árbol es capaz de alcanzar con sus sistema
aéreo y radical, lo que conduce a un mejor abastecimiento de la materia verde restante.
Por otro lado, son fácilmente comprensibles los perjudiciales efectos que para el
crecimiento del árbol puede producir la reducción de la superficie fotosintética del
mismo. Este conjunto de factores positivos y negativos conduce a un balance final sobre
el que es bastante difícil definirse en muchos casos. Los efectos de las podas son
variables según la técnica de ejecución y los objetivos; éstos pueden ser muy variados,
destacando entre lo más habituales: el incremento de la transitabilidad de las masas, la
defensa contra el fuego, mejora de la forma del árbol, mejora de la calidad de la madera,
mejora de la fructificación, obtención directa de productos, e incluso la mejora del
estado sanitario de las masas. Muy frecuentemente los objetivos pretendidos con una

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intervención de poda suelen ser mixtos. Pasaremos ahora revista a los efectos
principales de las podas. (Huber, 1988)

d. Efectos de las podas en el crecimiento

Si las podas han sido reconocidas desde siempre como uno de los medios más eficaces
para aumentar la fructificación de un árbol, como lo prueba su continua aplicación a los
cultivos agrícolas y forestales productores de frutos; no ocurre lo mismo en lo que se
refiere al crecimiento en tamaño del árbol, aspecto en el que aparecen opiniones
contradictorias. Parece ser que la reducción de la superficie fotosintética que la poda
ocasiona, produce en general la reducción del crecimiento del árbol, siendo
proporcionalmente mayor la reducción del crecimiento en diámetro que la reducción
del crecimiento en altura. La reducción del crecimiento en diámetro es mayor en las
partes bajas que en las altas del árbol, lo que conduce a troncos más delgados y
cilíndricos con una copa viva en la que el fuste se agudiza rápidamente; lo que al
aumentar el coeficiente mórfico del árbol (mayor “cilindrada”), mejora su posible
utilización para sierra. En las ramas bajas de un árbol y en las sombreadas situadas en el
interior de la copa, la actividad fotosintética es muy reducida, siendo prácticamente
normal su respiración o actividad des asimiladora, lo que puede llegar a provocar un
balance final nulo e incluso algo negativo desde el punto de vista de la asimilación o
formación de madera. Como consecuencia, la supresión por poda de follaje de este tipo,
puede llegar a inducir un ligero aumento del crecimiento. (Hawley, 1972)

e. Efectos de las podas en la calidad de la madera

En ocasiones las podas se aplican, al margen de otros efectos, con la intención de


mejorar la calidad de la madera del fuste mediante la reducción de la nudosidad y, sobre
todo, el número y longitud de los nudos muertos sueltos. Ya hemos indicado la
conveniencia de dejar tras la poda el muñón o tetón lo más corto posible. Es
evidentemente más fácil el hacer cortes ajustados a la madera en arboles de corteza fina
que en los de corteza gruesa, a no ser que cortemos la corteza, lo que suele ser difícil de
realizar sin desprenderla y, además de caro peligroso por poderse levantar la corteza
por las heladas o alternativas humedad-sequia. En la capa que termina por recubrir el
muñón, suele producirse un pequeño clavo de corteza, mayor cuanto más gruesa es
esta, acompañados de ligeras arrugas superficiales que denuncian el corte al exterior.
Posteriormente van produciéndose sucesivas capas de madera limpia de nudos,
quedando los nudos reducidos al cilindro central de madera. La poda hasta un
determinado diámetro delgado en el fuste, persigue el objetivo de dejar el nudo y el

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clavo de cicatrización encerrados en un pequeño cilindro central que se desechará tras


el desenrollo o aserrado de la madera limpia producida (Huber, 1988)

En la observación de la madera en pie conviene ser prudente para evaluar al menos de


un modo aproximado la cantidad real de nudos que contiene:

Cuando un tronco (o rama principal) comienza a emitir una rama, se inicia en la base de
ésta la formación de un nudo. Conforme el árbol va produciendo sucesivos anillos
anuales, va produciéndolos también la rama, y se va ensanchando progresivamente el
nudo. Como normalmente los anillos producidos por el tronco o rama madre, son
notablemente más anchos que los producidos por las ramas, la forma general del nudo
es la de un cono aguzado, y tanto más aguzado cuanto mayor sea la desigualdad entre
el normalmente menor crecimiento de la rama y el del tronco. Por esto, un nudo, corte
o rama grande y visible al exterior, no quiere decir que sea igual de grande en el interior,
pues ya hemos dicho que los nudos adoptan formas cónicas. Por su parte una pequeña
arruga cortical puede delatar o no a un grueso nudo interior como ya hemos dicho.
(Huber, 1988)

-Cualquier nudo de una conífera, no susceptible de brotar, llega hasta el eje central del
tronco, los nudos de un árbol susceptible de brotar, no tienen por qué llegar al interior
del eje necesariamente, pues pueden haber sido provocados por el despertar tardío de
una yema durmiente y ser por tanto muy superficiales, aunque tal vez muy aparatosos.
-El número y tamaño de los nudos va ligado al número de verticilos – si existen-, número
de ramas por verticilo y grosor de las mismas. En general cuanto mayor es el crecimiento
en altura de un árbol menor es el número de nudos. (Huber, 1988)

El tamaño de las ramas aumenta con el mayor espaciamiento del arbolado y con el
menor número de ramas por verticilo.

Una buena calidad de estación, que permite buenos crecimientos en altura y elevadas
espesuras, es necesaria para lograr buenas calidades de madera sin nudos. Además de
reducir el número, tipo y tamaño de los nudos, la poda artificial reduce el contenido de
madera juvenil que los troncos presentan en su cilindro central. (Huber, 1988)

f. La talla o poda de formación

Algunas podas van dirigidas a mejorar la forma del árbol con vista a su aprovechamiento
posterior. Son las denominadas podas de formación o tallas, que alcanzan sus grados
más elevados de refinamiento en fruticultura y en jardinería y que tienen también gran
importancia forestal. En árboles con escasa dominancia apical o que por alguna razón
tienden a deformarse o bifurcarse, es típico el despunte de las ramas indeseadas para

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favorecer a la que debe formar el fuste. Es típica la talla del chopo y especialmente en
choperas con amplio espaciamiento en las que la competencia entre los pies no guía a
éstos. La poda de formación cobra un especial interés y relevancia en el caso del
alcornoque, con el fin de preparar las mejores condiciones para la buena práctica del
descorche. En el caso de la producción de bellota (Quejigo, encina, o alcornoque) el árbol
se forma para que la copa abunde en las fructíferas ramas horizontales y disponga de
una copa lo más soleada, abierta, equilibrada y amplia posible. Una copa desequilibrada
asimétrica, además de incrementar el riesgo de vuelco del árbol conduce a la aparición
de madera de reacción (tracción en frondosas, comprensión en coníferas) y por tanto a
la depreciación de la madera a obtener, de aquí la importancia del equilibrado de las
copas mediante tallas. En nuestros días algunas podas de formación van dirigidas a
facilitar la transitabilidad de la maquinaria entre el arbolado, lo que suele conducir en
las dehesas labradas a bruscos cambios en la forma tradicional de los pies. (Daniel, 1982)

g. La poda de mantenimiento o poda propiamente dicha

Supuesta realizada la formación adecuada del árbol, con las adecuadas tallas, la
obtención de los beneficios de la poda puede exigir la aplicación de podas de
mantenimiento. Básicamente las podas de mantenimiento se divide en dos grandes
grupos; las que progresivamente olivando o remangando el árbol mediante la supresión
progresiva de sus ramas inferiores y las aclareo de copa. Las primeras que buscan en
general el mejorar la calidad de la madera, so típicas en chopos, Pino de Monterrey,
Abeto Douglas, etc. Y a veces se aplican a la mejora de producción de frutos, como el
caso del pino piñonero. Las segundas se dirigen exclusivamente a la mejora de la
producción de frutos forestales de frondosas mediante el aclarado de las copas a través
de la poda de las ramas mas interiores o sombreadas. Realmente son bastantes
parecidas, aunque en este segundo caso, al acompañarse normalmente la poda de un
fuerte esfuerzo de formación o talla, la práctica real acaba por ser bastante más
compleja y siempre muy distinta. (Daniel, 1982)

h. La poda de rejuvenecimiento o tala

El proceso de envejecimiento de un árbol se caracteriza entre otras cosas por un


desequilibrio entre el sistema aéreo y el sistema radical por el que finalmente este no
logra satisfacer las necesidades de la copa. En una primera fase los brotes anuales se
hacen muy cortos; aunque puede e incluso suele haber una buena floración. Más tarde
se pierde la fructificación, aparece el puntisecado del árbol como consecuencia de la
vejez (que no debe confundirse con el puntisecado por hidromorfia en el suelo) y

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finalmente el árbol muere tras un tiempo normalmente largo. Da la sensación de que


una parte el sistema vascular del árbol no logra alcanzar la punta de las ramas y por otra
el volumen del árbol es excesivo para la capacidad del sistema radical. Tal vez esta
sensación sea falsa; pero lo que si es un hecho cierto es que un brusco e intenso
despuntado, acortando la longitud de las ramas y reduciendo el volumen del árbol
bruscamente, provoca un masivo rebrote de chupones y más tarde el reinicio de la
fructificación. El árbol realmente “revive” y parece rejuvenecer; pero no hay que hacerse
grandes ilusiones, pues aunque el árbol alargue su vida productiva y según parece llegue
a vivir más tiempo que sin brutal intervención, más tarde o más temprano terminará
finalmente por morir, pues ese supuesto rejuvenecimiento es más aparente que real. En
realidad, llegado un árbol a este estado de vejez, lo pertinente sería regenerar la masa;
pero como las masas silvi-pastorales son caras de regenerar a causa del costo del
inevitable acotamiento al pastoreo y por ser una forma de masa irregular, por lo que
junto a árboles reviejos puede haber otros en plena producción, se suele optar por
alargar al máximo la vida productiva de cada individuo, con el fin de reducir al máximo
las necesidades de regeneración. En la mala interpretación de la tala es donde residen
la mayor parte de los errores que hoy se escuchan o se observan en el campo en materia
de podas. Que la tala sea poco menos que imprescindible en un árbol viejo que
realmente va a morir, no permite afirmar que los árboles mueren sin poda. Las encinas
por ejemplo llevan viviendo siglos si recibir ninguna poda, pues pertenecen a una
especie más antigua que el hombre. La tala es imprescindible en arbolado reviejo; pero
es un gigantesco error en arbolado adulto o joven, al que somete a todos los riesgos
sanitarios y productivos de las podas abusivas. En estos, suaves podas de
mantenimiento progresivamente más fuertes cuánto más viejo es el arbolado hasta
llegar al momento de la tala, es la estrategia recomendable. El aparente revivir del
arbolado que, viejo o joven, siempre reverdece con intensidad: la elevada producción
de leña o carbón; la comodidad de su realización – sobre todo con motosierra – y sus
reales éxitos en zonas de arbolado reviejo, hacen que abunden a miles en nuestros
campos los partidarios de la tala. Cuando lo que se pretende es producir leño y no fruto,
la tala, como el trasmocho, es admisible; pero si se desea obtener fruto, debe limitarse
a reviejos y puntisecos, y nunca se insistirá lo suficiente en esto. Evidentemente la tala
carece de función en las coníferas, pues son incapaces de rebrotar, y se reservan por
tanto exclusivamente para las frondosas. Esta artificiosa separación de tallas, podas y
talas, que hemos realizados, no suele existir en la práctica real de las podas o existe muy
mitigada. Es muy normal que se apliquen juntas e integradas. En la vida de un árbol lo
ideal es comenzar con cuidadosas tallas, seguir con suaves podas siempre más o menos
acompañadas por nuevas tallas de corrección, aumentar la intensidad de la poda con la
edad, y acabar la vida productiva del árbol con dos o tres talas a veces separadas por
alguna poda de mantenimiento intermedia. Cuando en una masa coexisten pies de

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todas las edades, y decimos edades y no tamaños, pues hay “arbolitos reviejos” y
“arbolados jóvenes”, en la intervención real se mezclan todos los tipos de podas.
(Universidad Austral de Chile, 1999)

2.2. LAS TECNICAS DE PODA


i. Instrumentos de poda

Pueden utilizarse instrumentos de percusión (hacha, podones, etc.) de tijera o de sierra


(manual o mecánica). Entre los instrumentos de percusión el hacha es el más empleado
actualmente en nuestro país. El hacha de poda debe tener un peso de 0,8 a 1,2 kg, boca
estrecha y mango de unos 65 cm. El hacha presenta como principales ventajas: (Hawley,
1972)

 Puede producir cortes lisos y limpios.


 Es económica y de sencillo mantenimiento.
 Existe bastante personal en nuestros montes capacitado para su manejo.

El hacha presenta cierta tendencia a separar la corteza del leño en el momento de salir
del corte, con los prejuicios consiguientes a la hora de la cicatrización. Este
inconveniente limita el empleo del hacha en las podas a los períodos de reposo
vegetativo muy acentuado durante los que adherencia de la corteza al leño es máximo.
Otro inconveniente del hacha, común con todos los instrumentos de percusión, es su
tendencia a desgajar la rama como consecuencia del impacto, especialmente si no está
bien afilada. Entre los instrumentos de sierra se usan de diversos tipos: sierra de arco,
sierras de podar tipo “revolver”, motosierras, etc. La sierra de arco permite un corte
especialmente cuidadoso, ajustado y preciso, aunque es herramienta más lenta que el
hacha y más difícil de manejar cuando es preciso trepar a los árboles. Las sierras,
permiten cortes a cierta altura si se montan sobre barras y así se pueden alcanzar desde
tierra los 6 m, aunque su uso económico no pasa de los 4 m, las barras deben ser ligeras,
rígidas y desmontables en tramos de 1,25m, dos tramos suelen ser suficientes para
alcanzar las alturas máximas de poda económica. De cara al futuro no cabe que acabará
por imponerse en la práctica la motosierra, al menos si se van a podar ramas gruesas;
pues con ramas finas es escasa la mejora de los rendimientos frente a los instrumentos
manuales y al fin resulta antieconómica. La motosierra de poda debe tener un peso de
2-3 kg, debe ser muy manejable, no siendo preciso que sea muy potente ni de espadín
excesivamente largo, pues lo que cortará serán ramas de diámetros más bien bajos.
(Hawley, 1972)

La motosierra de poda presenta como ventajas:

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 Permite realizar cortes todo el año con relativa independencia del estado
vegetativo y sin grandes riesgos de separación entre la corteza y el leño.
 Reduce los daños de desgajamiento por su capacidad de cortar en cualquier
dirección y de construir rápidamente los adecuados cortes o entallas de caída.

Como inconvenientes destacaremos:

 Es más cara de adquisición y mantenimiento que el hacha.


 Requiere personal especializado.
 No sirve de apoyo para la trepa a los árboles y reduce en general la movilidad del
podador sobre el árbol.
 Produce cortes deshilachados con muñón a veces largo en los que es más fácil la
iniciación de pudriciones, sobretodo en época de actividad vegetativa. Este ha sido el
principal argumento usado en contra de su aplicación en las podas. Se debe tener en
cuenta que en especies, lugares o épocas de especial sensibilidad a las pudriciones, lo
verdaderamente recomendable es evitar las podas de todo tipo; no obstante, en las
podas cuyo objetivo sea sanear las masas de ataques reales de hongos, el corte más liso
del hacha y sobre todo su sencillez de desinfección hace que sea más adecuada para
podas que la motosierra; aunque existen hoy prototipos de motosierras capaces de
añadir automáticamente fungicida protector al corte y que probablemente lleguen a
tener aplicación en el futuro. (Hawley, 1972)

2.3. INICIO DE LAS PODAS

El momento de iniciar las podas depende de la especie y de lo que pretendemos


conseguir. Iniciar las podas demasiado pronto conduce a un coste de inversión excesivo
por la acumulación de intereses e incluso a errores silvícolas como luego veremos.
Empezarlas demasiadas tarde puede conducir a la imposibilidad de corregir
deformaciones o a no alcanzar plenamente los objetivos buscados, por otra parte, al
engrosar en exceso las ramas, la poda tardía puede ser antieconómica. (Universidad
Austral de Chile, 1999)

La poda debe concentrarse sobre los pies que formarán el cultivo final, dejando a un
lado los pies que morirán por ahogo o que serán extraídos por las claras. Por esto, y
excepto en masa artificiales muy abiertas, como las choperas de amplio
estacionamiento en que todos los pies llegarán a adultos, no es conveniente iniciar las
podas antes de que exista una diferenciación de clases de copas suficiente, lo que no
suele producirse hasta el primer cuarto de turno. Podar demasiado tarde puede
conducir a que se produzca un corazón nudoso demasiado grueso, a que engrosen en
exceso las ramas que había que cortar, o a que se asienten deformaciones irreversibles.
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Estos efectos serán casi inevitables si posponemos la primera poda hasta después de la
primera mitad del turno. (Universidad Austral de Chile, 1999)

En producción de madera suele ser habitual el aplicar una primera poda de 2,50-2,80
metros (una troza), al tiempo o mejor un poco antes (2-3 años) de la primera clara. Se
podan los arboles por razón de transitabilidad, para facilitar la selección y porque no es
más caro desramar un árbol hasta 2,50 en pie tirado, lo que permite podar incluso los
árboles destinados a la extracción en la clara. Es frecuente la poda en pie de las filas
destinadas a la extracción en claras mecánicas. Para la madera de desarrollo, como en
el caso del chopo, no se permite engrosar el corazón nudoso por encima del diámetro
del “bolo”. Se poda así hasta una “altura delgada” que no se sobrepasa, porque
conduciría a reducciones excesivas de copa con escaso crecimiento, mala cicatrización
posterior y rebrotes en el tronco, salvo en plantaciones demasiado abiertas en las que
las ramas engrosarían peligrosamente, razón por la que la poda puede alcanzar alturas
con diámetros aún menores. En general se poda hasta los 12,5 cm que con el clavo de
cicatrización, conduce a un corazón limpio desde los 15cm. Pretender un corazón menor
es inútil por estar constituido éste por madera juvenil. En general las podas resultan
antieconómicas en producción de madera por encima de la segunda troza por lo que
rara vez se superan los 5,5-6,0m, alcanzados normalmente en 2-3 golpes. Por encima de
esta altura se realizan tan sólo tallas de formación para evitar bifurcaciones y otras
deformidades. A veces se siguen “reglas de altura”. Como la primera poda no conviene
que supere el tercio de la altura del árbol, y carece de verdadera utilidad si no limpia la
troza basal entera la altura que deben alcanzar los árboles dominantes antes de la
primera poda resulta de unos 8m, lo que permite podar sus primeros 2,50-2,70 m. Desde
este momento pueden podarse trozas enteras al ritmo del crecimiento en altura de los
árboles, lo que suele conducir a acabar las podas, al alcanzar estas los 5,5 m, cuando el
árbol tiene 11m de altura no habiendo superado la poda artificial el 50% de la altura del
árbol. Como hemos ido indicando, la primera troza puede podarse desde el suelo (hasta
2,5) de aquí hasta los 4 m debe podarse con sierra largamente enmangada (dos tramos
de 1,25 m), desde los 4 a los 5,5-6 m debe podarse con escalera. Es muy raro que las
condiciones económicas permitan podar por encima de los 6 m, poder superar los 8 m
es prácticamente imposible. En producción de fruto las primeras podas son de
formación esencialmente. Suele ser frecuente el error de tratar de formar las copas
demasiado pronto cuando el árbol no ha definido aún su copa, 45 cm de circunferencia
a la altura del pecho sería un tamaño de formación aceptable pues la copa está ya
bastante definida. Podar antes puede provocar roturas al arrasarse el ganado. Confiar
en ramas de menos de 8 cm de diámetro como futuras ramas principales suele ser
arriesgado por la forma de ramificación típicamente “vacilante” de nuestras frondosas.
Es frecuente que los podadores de encina y alcornoque se exceden en su preciosismo a

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la hora de intentar formar arbolillos realmente mínimos que no tienen solidez frente al
ganado ni han definido todavía su ramificación definitiva. (Universidad Austral de Chile,
1999)

2.4. INTENSIDAD DE LAS PODAS

A primera vista, parece que el mejor indicador de la intensidad de una poda es el


porcentaje de materia verde suprimida. Sin embargo, es un hecho conocido que el
mismo porcentaje de supresión puede acarrear efectos fisiológicos notablemente
distintos, que dependen fundamentalmente de la fertilidad de la estación, la edad y
posición relativa del árbol, y la densidad de la masa. Fertilidad: Para que la poda
produzca un mismo efecto fisiológico sobre un árbol se requiere que sea más intensa en
los lugares poco fértiles que en los fértiles. De hecho la lentitud de cicatrización en los
lugares poco fértiles y las exageradas intensidades de poda que pueden llegar a requerir
para alcanzar un cierto efecto, hacen recomendable el no utilizar la poda en calidades
de estación bajas, y concentrarla en los mejores lugares, en éstos, además, el beneficio
económico de la poda es más alto. Edad: Cuando más viejo es un árbol más intensa debe
ser la poda para alcanzar el mismo efecto. Posición relativa: Los árboles que no son
dominantes o co-dominantes en la masa, pierden su capacidad de reaccionar frente a la
poda que exigirían además de intensidad excesiva. Su mismo escaso crecimiento
conduce a un mal proceso de cicatrización y hace no recomendable su poda. Densidad:
Del mismo modo, a mayor densidad de masa se requiere mayor intensidad en la poda.
En masas muy densas, las fuertes intensidades de poda requeridas y el escaso
crecimiento en diámetro de cada pie que la alta densidad conlleva, suele producir unas
cicatrizaciones muy lentas y por tanto peligrosas, las mejora fisiológica de los pies
individuales, debe perseguirse en estos casos a través del aclarado de la masa más que
a través de la poda. La poda no es un sustitutivo de la clara. Concluiremos diciendo que
el mejor indicador de la intensidad de las podas son sus efectos posteriores y las
calificaremos de moderadas cuando provocan un reverdecimiento general del árbol y
una mayor producción de fruto, de fuertes cuando provocan el pase de los brotes
florales a brotes leñosos y excesivos cuando provocan la aparición de ramillos chupones.
Cualquier poda será abusiva cuando por cualquier razón no produzca una rápida y
perfecta cicatrización de las heridas producidas. El hecho de la intensidad de una poda
se mida después de realizada ésta, nos lleva a la necesidad de emplear en ellas personal
bien entrenado y debidamente instruido, que sepa por su experiencia y formación
prever el efecto de la poda aplicada. Una vez más entramos en los problemas de carácter
cultural y social que aquejan a nuestros montes con mayor fuerza a veces que los
puramente selvícolas. No están bien definidos los efectos de la supresión de

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aproximadamente un 25-30% de las ramas interiores e inferiores de un árbol, no reduce


para nada su crecimiento e incluso puede llegar a favorecerlo, especialmente si la
supresión es menor del 10%. Una poda que suprima la superficie foliar por encima del
50%, tiene ya un claro efecto depresivo sobre el crecimiento. Similar efecto depresivo
se alcanza cuando la reducción de la copa viva es tal que está queda reducida a menos
del 30-40%de la altura total del árbol. (Universidad Austral de Chile, 1999)

2.5. FRECUENCIA DE LAS PODAS

Teóricamente la poda debería ser una operación de carácter anual e intensidad


moderada, tendente a mantener los pies en buenas condiciones de vigor, con
abundante producción de fruto, crecimiento suficiente y libre de ramas secas o
enfermas. Condicionantes de tipo económico, y más en selvicultura que en agricultura,
pueden obligar a una periodicidad en las podas superiores al año, la menor frecuencia
de las podas se acompaña con una mayor intensidad de las mismas con el fin de producir
unos mismos efectos promedio en el período. En casos extremos puede llegarse a que
razones de tipo económico obliguen a frecuencias muy bajas que conduzcan a
intensidades excesivas de poda, en estos casos es preferible no practicar éstas pues sus
efectos serían siempre perjudiciales por mala cicatrización. Si las podas de
mantenimiento y las talas deben ser repetitivas, las podas de formación y las de mejora
de la calidad de la madera se acaban pronto en la vida de un árbol no pidiendo mayores
repeticiones. En un caso extremo las podas basales del chopo acaban tras los 3-4
primeros años. En la práctica real el alcornoque se poda a lo más una vez cada nueve
años y ni antes ni después de tres años de descorcharse. De este modo el alcornoque ha
pasado la anterior crisis de descorche y presenta avanzado el proceso de cicatrización al
llegar la siguiente. La encina suele podarse cada 5-12 años. El piñonero se ha olivado
tradicionalmente cada 6. Al pino radiata se le suele dar una sola poda a los 10 años de
edad. El chopo, como hemos indicado, se poda cada año durante sus 3-4 primeros años
tras la plantación. (Hawley, 1972)

2.6. ÉPOCA DE PODA

La época tradicional y más recomendable de poda es la de reposo vegetativo invernal


(respetando siempre los períodos de fuertes heladas durante los cuales ramas y cortezas
se vuelven quebradizas, se cortan mal y pueden causarse grandes heridas) y
preferentemente al final del mismo, poco antes de iniciarse el período vegetativo, pues
de este modo comienza a actuar más tempranamente la poda, se inicia antes la
cicatrización de las heridas y se causan menores daños al estar más adherida la corteza

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al leño. En algunos montes mediterráneos puede emplearse también como época de


poda la del reposo vegetativo estival si éste se produce. En el paro vegetativo las
resinosas sangran menos resina por los cortes producidos. El podador en el caso de las
caducifolias ve mejor la forma del árbol durante el paro vegetativo invernal, pues el
árbol se encuentra sin hojas. En el resto del año es preferible no realizar podas, o en
caso de realizarlas, hacerlas con motosierra mejor que con hacha pues se producen así
menores daños por desgarramiento de corteza o separaciones entre la corteza – poco
adherida en el período de actividad vegetativa – y el leño. La necesidad de realizar podas
durante el período de actividad vegetativa suele aparecer cuando el ganado precisa de
la hoja del arbolado para su alimentación. Es típico en España el caso del trasmochado
del fresno que se realiza al final del período vegetativo y precisamente con esa función.
(Daniel, 1982)

2.7. PRECAUCIONES EN EL CORTE

Para la eliminación de una rama, viva o muerta, es necesario realizar un corte lo más
ajustado al tronco y a la vez lo más pequeño posible, lo que no siempre es fácil, y esto
con el fin de que se cierre la herida lo antes posible. El peligro principal de los cortes
producidos por la poda es que la pudrición puede llegar a través de ellos al interior del
tronco, especialmente si el corte deja al descubierto la madera del tronco o de rodetes
de la base de la rama. Las pudriciones se ven favorecidas por la acumulación de agua en
el corte y por las irregularidad se del mismo que retrasan su cicatrización, por eso los
cortes deben estar siempre inclinados de modo que el agua escurra por ellos y deben
ser lo menos irregulares posible. El hecho de que no deban ser los cortes horizontales,
proscribe en la práctica la poda de ramas verticales. Los cortes de sierra, aunque tienen
una cierta pelosidad que no tienen los cortes de instrumentos de percusión, son en
cambio muchos más lisos y regulares, por lo que en general y pese a lo que
tradicionalmente se ha dicho, los cortes hechos con sierra cicatrizan mejor que los
realizados con instrumentos de percusión. Es especialmente importante el evitar
desgarraduras en el momento de caerse la rama. Si una rama es delgada el corte puede
hacerse al ras del tronco directamente (y preferentemente de abajo hacia arriba); pero
si la rama es más gruesa es preciso prepararle una entalla de caída; cuando la rama es
especialmente gruesa, puede ser necesario el cortarla en dos pasos sucesivos. Cuando
existe un rodete de inserción es conveniente respetarlo en evitación de causar heridas
de excesiva extensión al árbol. En el caso del alcornoque no debe cortarse nunca una
rama que se asiente en una zona ya descorchada pues los cortes de las zonas “en
fábrica” cicatrizan muy mal a causa de que los sucesivos descorches levantan la zona de
cicatrización. (Hawley, 1972)

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2.8. PODAS PARA PINOS


a. Justificación de las podas

La poda es indispensable para obtener mayores rendimientos industriales en madera


sin nudos, características requerida por las industrias de mayor valor agregado
(muebles, molduras, construcción, etc.) tanto del mercado interno como externo.
(Horacio, 1997)

Esto haría que aumente la rentabilidad de los productos y por ende el valor de la madera
en pie, ya que la misma tendría mayor proporción de madera madura sin nudos, con
mejor comportamiento tecnológico para los distintos usos. (Horacio, 1997)

En cuanto a la masa forestal, nos permitiría, al manejar las plantaciones a menor


densidad, mantener un estado fitosanitario adecuado y contribuir con la solidez y
resistencia al viento de los árboles. (Horacio, 1997)

b. Los nudos en la madera de Pino

Si nos basamos en que uno de los objetivos de la poda, es obtener madera sin nudos,
debemos aclarar que tipos de nudos se presentan en la madera y los inconvenientes que
causan. (Horacaio, 1998)

En la madera encontramos nudos vivos y los nudos muertos.

Con respecto a los nudos vivos, se forman en presencia de una rama verde. Se
caracteriza por presentar un color similar al de la madera circundante y por no
desprenderse. Estos nudos no ocasionan problemas durante la industrialización.

Cuando las ramas son sombreadas por otras y se secan, dan origen a nudos muertos,
que si traen aparejados una serie de inconvenientes en la industrialización, como
resuiste4ncia al corte debido a su mayor consistencia y color oscuro. En algunos casos,
al estar rodeados de corteza, se desprenden, originando los llamados orificios. Como
consecuencia, la madera se desvaloriza. Entonces podemos considerar, que para
encontrar solución a este problema, es la poda el medio más eficaz para evitar la
formación de nudos muertos y reducir la longitud de los nudos vivos y concentrarlos en
un diámetro límite de 9 a 12 cm, sobre el cual se espera la acumulación de madera sin
nudos. (Horacaio, 1998)

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2.9. EPOCA DE PODA

En cuanto a la época de poda, las estaciones más propicias para realizar las operaciones
son: otoño e invierno. La época óptima para podar Pinos y Araucarias, es entre los meses
de Abril a Julio. Al iniciarse la actividad de crecimiento con la primavera, la herida
comienza a cubrirse paulatinamente con las nuevas capas de madera. Además, cuando
se podan los Pinos en otoño-invierno, sólo fluye la cantidad suficiente de resina como
para sellar la herida. Un caso particular es el de los Eucaliptos. La época oportuna para
podar estas especies es Julio-Septiembre, para la primera y segunda operación, cuando
haya pasado el peligro de posibles heladas. Si por alguna razón no se pudo hacer la poda
en esta época y se debiera podar en el verano, se tendrá que elegir cuidadosamente la
herramienta de poda, porque la corteza se vuelve más frágil y se despega con facilidad.
(Horacio, 1997)

3. MARCO CONCEPTUAL:

Poda: es el proceso de recortar un árbol o arbusto. Hecho con cuidado y correctamente,


la poda puede incrementar el rendimiento del fruto; así, es una práctica agrícola común.
En producción forestal se emplea para obtener fustes más rectos y con menos
ramificaciones, por tanto de mayor calidad. (Daniel, 1982)

Poda artificial: La poda artificial es la supresión de las ramas de un árbol provocada por
el hombre. Distinguiremos dos grandes tipos de poda artificial, la poda de ramas secas
o escamonda y la poda de ramas verdes. (Daniel, 1982)

Poda de formación: es la poda que se hace con el fin de establecer un tronco fuerte y
recto y con ramas estructurales suficientemente robusta. (Daniel, 1982)

Nudos: Los nudos son, junto con las fendas y las acebolladuras, las imperfecciones más
habituales. (Huber, 1988)

Escamonda: La poda de ramas muertas en un árbol carece de efectos fisiológicos


notables, es una operación que se limita a adelantar el proceso natural de pudrición y
caída de las ramas muertas, reduciéndose así la probabilidad de entrada de la pudrición
de la rama al interior del tronco. (Daniel, 1982)

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III. MATERIALES Y MÉTODOS

1. LUGAR DE EJECUCION:

1.1. LOCALIZACION:

El presente trabajo se ubica en Lomo Largo, distrito de Acolla, provincia de Jauja. Está
ubicada 72 km de la provincia de Huancayo (1 h 30 min).

Figura 1: vista satelital del área de trabajo

1.2. DESCRIPCIÓN DE LA ZONA DE ESTUDIO:

a) UBICACIÓN:

 UBICACIÓN GEOGRÁFICA:

El ámbito de estudio, estuvo ubicado entre las coordenadas geográficas 11°64’24’’


latitud Norte y 75°59’78’’longitug Oeste, cuya altitud varía entre los 3500 a 3900
m.s.n.m.

 UBICACIÓN POLÍTICA:

DEPARTAMENTO: Junin
PROVINCIA: Jauja
DISTRITO: Acolla

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b) ZONA DE VIDA:

Se ha identificado 2 zonas de vida de acuerdo al Mapa Ecológico del Perú.

Paramo muy húmedo – subalpino tropical (pmh – SaT)


Se distribuye en la región latitudinal tropical del país con una superficie de 18,955 km2.
Geográficamente, se distribuye a lo largo de la región cordillera del Norte a Sur, entre
2,800 y 3,800 m.s.n.m y a veces llega hasta 4,000 metros de altitud. El relieve es
dominante espinado ya que conforma el borde o parte superior de las laderas que
enmarcan a los valles interandinos, haciéndose un tanto más suave en el límite con las
zonas de Paramo que presentan gradientes moderadas por efecto de la acción glacial
pasada. Por lo general, aquí dominan suelos relativamente profundos, arcillosos, de
reacción acida, tonos rojizos a pardos.

Bosque húmedo – Montano tropical (bh – TM)


Se distribuye en la región latitudinal tropical con una superficie de 24,165 Km2.
Geográficamente, ocupan las partes orientales de los Andes en sur porciones Norte,
Corte y sur y entre los 3,900 y 4,500 m.s.n.m. La configuración topográfica esta de
definida por áreas bastante extensas, suaves a ligeramente onduladas y colimadas. El
escenario edáfico está conformando por suelos relativamente profundos, de textura
media, ácidos. La vegetal está constituido por una abundante mezcla de gramíneas y
otras hierbas de hábitat perenne.
.
c) COBERTURA VEGETAL.

El área de estudio se encuentra cubierta en su mayor extensión por ichu (Stipa ichu),
quinuales (Polilepis sp.) y plantaciones de pino (Pinus radiata)

2. MATERIALES:

a) Para el trabajo en campo:


 Serrucho de poda.
 Tijeras de poda
 Arnés
 Casco
 Guantes
 Cuaderno de apuntes
 Cinta metrica

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b) Para el trabajo en gabinete:

Laptop, programa (Excel)

3. PROCEDIMIENTO:
 Se estableció la parcela con 35 árboles seleccionados para realizar las podas respectivas.
 El grupo compuesto de 5 personas fue dividido en dos subgrupos, para efectuar con
mayor rapidez el trabajo.
 La poda se realizó de la base a 2/3 m de la altura del árbol.
 Se empieza a podar de arriba hacia abajo.
 El corte, tener presente que al realizar cada corte que haces se expone al árbol a una
infestación de hongos e insectos, ya que estás quitándole la corteza protectora .Para
que el árbol pueda comenzar a sanar, los cortes deben ser limpios, sin desgarros. Para
eso es preciso utilizar herramientas afiladas y hacer el corte en el lugar correcto.
 El corte deberá realizarse ni muy pegado al tronco ni muy alejado. Precisamente en el
punto de unión con la rama madre, o bien, en la intersección de dos ramas, donde se
forma una "y". Procura no realizarlos al ras del tronco.
 El corte en bisel es mucho más adecuado para que la herida no retenga humedad. La
humedad favorece la pudrición y el ataque de hongos. Además, debe respetarse el
cuello (área de la base de la rama) al realizar el corte, ya que allí concentran las células
que ayudarán a cicatrizar la herida.
 En ramas de un diámetro grande, para que no se produzca un desgarro de la corteza hay
que cortarla en dos pasos. Primero se realiza una muesca, se corta más arriba y por
último, se elimina lo que resta sujetándolo.
 El riesgo de pudrición aumenta cuando los cortes exceden los 5 cm de diámetro, por
eso en caso de no poder evitar realizar un corte grande deben alisarse y retocarse hasta
que queden perfectos.
 Antes de la caída de las ramas podadas, asegúrese que sus compañeros de trabajo y
todas las otras personas se mantengan a una distancia equivalente a dos veces la altura
del árbol.
 Por ultimo las ramas podadas se ubican debajo del árbol en forma ordenada, para que
estas pasen a formar parte de la hojarasca.

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IV. RESULTADOS
1. Poda de Formación

Al realizar las podas en la especie de Pinus radiata en Tingo paccha, los realizamos con
el fin de que la especie obtenga una estructura fuerte, facilitando su crecimiento y
desarrollo e incluso le otorgamos estética al árbol. Realizamos la eliminación de ramas,
asegurando una buena estructura de éstas cuando el árbol envejezca.

El tipo de corte realizado en la práctica es de bisel para todas las ramas, eliminamos
ramas rotas, enfermas, moribundas o muertas e incluso eliminamos ramas que
compitan con el fuste principal.

2. Alturas

Las alturas determinadas en el área de práctica encontramos una altura máxima de 13


m que representa el 8.108% de las 37 árboles y el valor mínimo de altura es 6 m
representa solo el 5.405%.(tabla 1)

Tabla 1. Altura de Pino radiata en Tingo Paccha

alturas del Pino

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje
válido acumulado

6,00 2 5.405 5.4 5.4

7,00 4 10.811 10.8 16.2

8,00 5 13.514 13.5 29.7

9,00 7 18.919 18.9 48.6


Válido
10,00 7 18.919 18.9 67.6

11,00 6 16.216 16.2 83.8

12,00 3 8.108 8.1 91.9

13,00 3 8.108 8.1 100.0

Total 37 100.0 100.0

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Las alturas con mayor número de individuos son las alturas 9 y 10 ambas con siete
individuos

Representado el 38 % del total, seguida por la altura de 11 m con seis individuos


representando el 16.216% (Figura 1)

Figura 2. Cantidad de alturas de Pinus radiata en Tingo Paccha.

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3. Categoría Diamétrica

En el área determinamos las categorías diametricas del árbol siendo el mayor valor la
C.D. de 35 y la menor C.D de 10.

Tabla 2. Categoría Diamétrica de Pinus radiata en Tingo Paccha

Categoría Diamétrica del Pino

Porcentaje Porcentaje
Frecuencia Porcentaje
válido acumulado

10,00 2 5.4 5.4 5.4

15,00 12 32.4 32.4 37.8

20,00 10 27.0 27.0 64.9


Válido
25,00 9 24.3 24.3 89.2

30,00 2 5.4 5.4 94.6

35,00 2 5.4 5.4 100.0

Total 37 100.0 100.0

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La Categoría Diamétrica 15 es la que tiene más abundancia con doce individuos,


representando el 32.4%, seguido de la C.D 20 con diez árboles representando 27.4%

Figura 3. Categoría Diamétrica de la especie Pinus radiata en Tingo Paccha.

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4. Pie Tablar (pt)

Los diez mayores Pies Tablares del área de práctica, el mayor valor de pie tablar es de
176.544 pt, seguido por 150.077 pt, luego 123.201pt.

El total de Pies tablares determinados en el área es de 2073.795 pt (Anexos)

Pie Tablar (pt)


10 78.732

9 78.935

8 80.777

7 90.856

6 111.520

5 112.225

4 118.719

3 123.201

2 150.077

1 176.544

0.000 20.000 40.000 60.000 80.000 100.000 120.000 140.000 160.000 180.000 200.000

Figura 4. Pie Tablar de la especie Pinus radiata en el pueblo de Tingo Paccha

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V. DISCUSIÓN DE RESULTADOS

Según el manual “Guía silviculturales les para el manejo de especies forestales” nos
menciona, que el tiempo correcto para las podas en Pinus patula son de 3 o 4 años
después de llevar a estas especies a terreno definitivo. las cuales en nuestro caso, estas
especies que llevan más de este tiempo además, de no tener mantenimiento alguno se
hicieron las podas con la posibilidad de al menos recuperar un poco el manejo de estas
plantaciones.

Además también nos menciona que se deben evitar que el grosor de las ramas a
remover sea menor a 5 cm, debido a que a partir de este diámetro, las ramas forman
nudos en la madera, lo que le resta calidad comercial. Cuando el diámetro de las ramas
supera los 12,5 cm, hay una reducción considerable en el crecimiento en volumen y una
alta probabilidad de rechazo. Los cuales al observar en este bosque las ramas que fueron
podadas y removidas fueron de un diámetro mayor a lo estimado en el anterior
enunciado, el cual nos indica que en su mayoría de individuos ya perdieron su valor
comercial.

Según artículo de la revista Euskadi forestal (2002) que nos menciona algunos consejos
para la poda del Pino radiada. Que la primera poda se debe de realizar cuando el pino
mide en promedio unos 5 metros y la segunda cuando mide 15 metros, en caso del
bosque que se podo, no se hizo la primera poda ya que cada individuo al menos lograba
medir en promedio unos 14 metros, entonces esta poda fue inadecuada para el caso.

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VI. RECOMENDACIONES

 Poda los árboles coníferos con cuidado, particularmente si desempeñan la función de


cerco. Los coníferos sólo producen brotes nuevos de madera verde, si los podas así es
como se van a quedar hasta que se genere madera verde.

 Ten en cuenta tu seguridad al momento de podar. Usa camisas de manga larga, guantes
protectores y gafas de seguridad para evitar que objetos extraños lastimen tus ojos

 Trabaje solo cuando haya buen clima. Nunca trabaje con vientos fuertes, relámpagos,
lluvia o cuando haya poca visibilidad.

VII. CONCLUSIONES

 Se realizó podas de formación en la especie de Pinus radiata en Tingo paccha, los con
el fin de obtener una estructura fuerte, facilitando su crecimiento y desarrollo e incluso
le otorgamos estética al árbol. Realizamos la eliminación de ramas, asegurando una
buena estructura de éstas cuando el árbol envejezca.

 Se logró determinar que la cantidad de pies tablares de los árboles de pino podados
en el centro poblado de Tingo Pachha Tingo Paccha es 2073.795 pt.

 Las alturas de Pinus radiata obtenidas en el área de práctica fueron: altura máxima de
13 m que representa el 8.108% de los 37 árboles y el valor mínimo de altura es 6 m
representa solo el 5.405%.

 En el área evaluada, se detrmino las categorías diametricas de los árboles de pino


siendo el mayor valor la C.D. de 35 y la menor C.D de 10.

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VIII. BIBLIOGRAFIA

 Euskadi forestal. Poda del pino radiata. Obtenido de:


http://basoa.org/dmdocuments/Basoa/Informacion/Tecnicas/Poda_pino_radiata.pdf
(2002).

• Daniel P, W. Principios de Silvicultura en campo definitivo. Cuidad de México, México,


1982.

 Ospina Carlo &vHernandes Raul.Guías silviculturales para el manejo de especies


forestales. Colombia. S.f.
 Kurtz y Ferruchi .Poda forestal. INTA:Argentina 2004

• Hawley R, D. Silvicultura práctica. Omega, Barcelona, 1972.

• Horacio B, I. Retrospectiva de la silvicultura de Pinus radiata. Santiago, Chile, 1997.

• Horacio B, I. Documento Técnico “Chile forestal”. Santiago, 1998.

• Huber M, R. Poda y formación de los arboles forestales. Madrid, España, 1988.

• Universidad Austral de Chile. Guía de campo “Mejores prácticas de manejo forestal”.


1999.

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IX. ANEXOS
Tabla 3: datos tomados de los 37 árboles de Pinus radiata.

Área
Coeficiente Volumen Volumen Categoría Pie Coeficiente
N° CIRCUNFERENCIA DAN(m) HT(m) HC(m) basal
mórfico total(m3) comercial(m3) Diamétrica Tablar(pt) mórfico
(m2)
1 46 0.15 9 5.5 0.777 0.0168 0.1178 0.0720 15 30.511 0.711
2 41.5 0.13 11 4.5 0.777 0.0137 0.1171 0.0479 15 20.318 0.781
3 47.7 0.15 10 4 0.777 0.0181 0.1407 0.0563 15 23.860 0.811
4 81.6 0.26 12 4 0.777 0.0530 0.4941 0.1647 25 69.826 0.804
5 77.6 0.25 12 5 0.777 0.0479 0.4468 0.1862 25 78.935 0.777
6 47.7 0.15 10 4.5 0.777 0.0181 0.1407 0.0633 15 26.843
7 48.5 0.15 8 5 0.777 0.0187 0.1164 0.0727 15 30.834
8 54.4 0.17 8 5 0.777 0.0235 0.1464 0.0915 15 38.792
9 78.2 0.25 11 7 0.777 0.0487 0.4159 0.2647 25 112.225
10 77.5 0.25 9 5 0.777 0.0478 0.3342 0.1857 25 78.732
11 69.6 0.22 9 4.5 0.777 0.0385 0.2696 0.1348 20 57.149
12 88.5 0.28 9 6 0.777 0.0623 0.4359 0.2906 30 123.201
13 86.5 0.28 10 9 0.777 0.0595 0.4626 0.4164 30 176.544
14 61.6 0.20 9 5 0.777 0.0302 0.2112 0.1173 20 49.740
15 106.4 0.34 10 4 0.777 0.0901 0.7000 0.2800 35 118.719
16 78.5 0.25 9 5 0.777 0.0490 0.3429 0.1905 25 80.777
17 63.8 0.20 8 3.5 0.777 0.0324 0.2013 0.0881 20 37.350
18 60.5 0.19 7 3 0.777 0.0291 0.1584 0.0679 20 28.788
19 48.5 0.15 6 3 0.777 0.0187 0.0873 0.0436 15 18.500
20 48 0.15 8 4 0.777 0.0183 0.1140 0.0570 15 24.161
21 51.3 0.16 8 4 0.777 0.0209 0.1302 0.0651 15 27.598
22 107 0.34 13 5 0.777 0.0911 0.9203 0.3540 35 150.077
23 27.9 0.09 7 5 0.777 0.0062 0.0337 0.0241 10 10.204
24 47 0.15 6 1.5 0.777 0.0176 0.0820 0.0205 15 8.687
25 67.6 0.22 11 2 0.777 0.0364 0.3108 0.0565 20 23.961
26 73.1 0.23 11 4 0.777 0.0425 0.3634 0.1322 25 56.037
27 84.2 0.27 10 6 0.777 0.0564 0.4384 0.2630 25 111.520
28 63.6 0.20 11 5 0.777 0.0322 0.2751 0.1251 20 53.023
29 64.7 0.21 9 3 0.777 0.0333 0.2329 0.0776 20 32.924
30 38.8 0.12 11 5 0.777 0.0120 0.1024 0.0465 10 19.734
31 76 0.24 13 6 0.777 0.0460 0.4643 0.2143 25 90.856
32 65.9 0.21 10 3.5 0.777 0.0346 0.2685 0.0940 20 39.849
33 43.9 0.14 13 4 0.777 0.0153 0.1549 0.0477 15 20.210
34 64.8 0.21 12 6 0.777 0.0334 0.3116 0.1558 20 66.051
35 76.6 0.24 7 4 0.777 0.0467 0.2540 0.1451 25 61.531
36 44.1 0.14 7 3 0.777 0.0155 0.0842 0.0361 15 15.296
37 67.9 0.22 10 5 0.777 0.0367 0.2851 0.1425 20 60.435
Total 1.3114 10.1648 4.8910 2073.795
X.
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FOTO 1. Integrantes del grupo de trabajo.

FOTO 2. Plantación de Pinus radiata que se realizó el trabajo

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FOTO 3. Se empezó el trabajo de podas

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FOTO 4. Realización de las podas

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FOTO 5. Alumnos trabajando en las podas de los árboles.

FOTO 6. Algunos materiales que se utilizaron para el trabajo encomendado

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FOTO 7. Despues de la poda de los Arboles.

FOTO 8. Alumno en la realización de la poda.

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