Friedrich Schleiermacher fue un teólogo alemán del siglo XIX que desarrolló influyentes ideas sobre la hermenéutica y la teología. Se educó en la tradición morava y luterana pero se interesó también en la filosofía kantiana y el romanticismo. Fue pionero en defender la unión de las iglesias protestantes y en basar la teología en la experiencia religiosa más que en el conocimiento. Sus obras más importantes incluyen Discursos sobre la religión y La fe cristiana. También sentó las
Friedrich Schleiermacher fue un teólogo alemán del siglo XIX que desarrolló influyentes ideas sobre la hermenéutica y la teología. Se educó en la tradición morava y luterana pero se interesó también en la filosofía kantiana y el romanticismo. Fue pionero en defender la unión de las iglesias protestantes y en basar la teología en la experiencia religiosa más que en el conocimiento. Sus obras más importantes incluyen Discursos sobre la religión y La fe cristiana. También sentó las
Friedrich Schleiermacher fue un teólogo alemán del siglo XIX que desarrolló influyentes ideas sobre la hermenéutica y la teología. Se educó en la tradición morava y luterana pero se interesó también en la filosofía kantiana y el romanticismo. Fue pionero en defender la unión de las iglesias protestantes y en basar la teología en la experiencia religiosa más que en el conocimiento. Sus obras más importantes incluyen Discursos sobre la religión y La fe cristiana. También sentó las
Friedrich Daniel Ernst Schleiermacher, nació en Breslau, Reino de Prusia
(Polonia), el 21 de noviembre de 1768 y murió en Berlín, el 12 de febrero de 1834. Hijo de un clérigo calvinista, probablemente es uno de los teólogos alemanes del siglo XIX de mayor importancia. Se educó en escuelas moravas y luteranas, apreciaba la piedad y el estudio del latín, griego y hebreo de los Hermanos Moravos. Pero se separó de estos ante su resistencia a entrar en diálogo con la filosofía de su tiempo. Estudió la filosofía kantiana y fue discípulo de Friedrich von Schlegel, un líder del romanticismo en los círculos literarios de Berlín. Puesto que Schlegel era el editor de la revista Athenaeum, varios artículos suyos fueron publicados en ella.1 Fue ordenado al ministerio en 1794. Fue clérigo en Berlín donde comenzó su relación con los círculos de la filosofía romántica. Primer calvinista invitado a enseñar en la Universidad luterana de Halle en 1804. En 1810 fue el primer teólogo invitado a enseñar en la Universidad de Berlín. Era un ecumenista consumado. Abogó por la unión de las iglesias calvinistas y luteranas en Prusia. Se desempeñó como pastor y profesor, basaba su teología de la experiencia religiosa, que provocó reacciones de la exégesis crítica e histórica, en el sentimiento y en la intuición. Sus ideas ejercieron una gran influencia en las corrientes teológicas protestantes, que consideraban la fe más como una existencia que como un saber. Cabe destacar, que sus principales obras fueron: Discursos sobre la religión (1800), Monólogos (1800), Fundamentos de una crítica de todas las morales erigidas hasta el presente (1803) y La fe cristiana (1821-22). Cabe destacar que el punto mas influyente de la doctrina de Schleiermacher lo constituye su filosofia de la religión, acentuando su importancia en el sentimiento y la vivencia intima de la religiosidad.
El Pensamiento de Schleiermacher
El pensamiento de Friedrich Daniel Ernst Schleiermacher (1768-1834), pastor
evangélico de la región de Silesia, es poco conocido fuera de los márgenes de la Teología. Sin embargo, sus contribuciones se extienden desde la fundamentación del método hermenéutico y la crítica histórica, pasando por la traducción de Platón, y llegando hasta la Pedagogía, la Ética, y la Filosofía. Durante los últimos 20 años, el ámbito académico ha tomado conciencia de su alcance, por lo que su recepción e influencia en el mundo anglosajón en concreto está siendo estudiada atentamente. Hermenéutica de Friedrich Schleiermacher
La hermenéutica, entendida como ciencia general de la comprensión, es el resultado
de una serie de situaciones que se dan a finales del siglo XVIII. La transformación de la filología en ciencia de la Antigüedad, que generó un arte filológico reconstructivo que articulaba una ciencia de la crítica que tenía como fundamento una teoría de la capacidad creadora literaria. En este contexto, fue Federico Schlegel el que introdujo a Schleiermacher en el arte filológico. Schleiermacher, después de haber desrregionalizado la hermenéutica, comienza a radicalizarse, al estilo kantiano, y se centra sobre una dimensión, la epistemológica, planteando la pregunta de cómo es posible la comprensión. De este modo provocaba una especie de revolución copernicana en la hermenéutica semejante a la llevada a cabo por Kant en el ámbito de la filosofía Y así nació, la teoría general de la ciencia y del arte de la interpretación, en la que la articulación de filología, historia y filosofía abrieron las puertas a la constitución de un saber que tenía por objeto al hombre y sus producciones espirituales y, en un sentido más general, a toda la humanidad. Comprender el sentido de la vida humana, comprender el sentido auténtico de un texto en una intención dada, comprender el gran texto de la historia del mundo, escrito inconscientemente por la humanidad, se convertía en objeto de la hermenéutica. Esta teoría, que trata de elucidar cuáles son las condiciones de una interpretación válidamente universal, abarca a la hermenéutica bíblica y a la hermenéutica puramente filológica. En su época la hermenéutica como disciplina se encontraba en una situación todavía caótica por lo que su intención era llevar el terreno de la hermenéutica al campo de la actividad del pensar y expresar. Se puede decir, que con él termina una época y comienza algo nuevo: una hermenéutica general de comprensión lingüística, en la que se da una prioridad al significado del acto de comprender, a la acción humana que se despliega en todo proceso de comprensión. De esta forma se origina una hermenéutica centrada en el acto de comprender, que se caracteriza como el arte de la reconstrucción de un discurso dado, Schleiermacher (1961):
La comprensión correcta de un discurso o un escrito es el resultado
de un arte, y exige consiguientemente una ‘teoría del arte’ (Kunstlehre) o técnica, que nosotros expresamos con el nombre de hermenéutica. Una tal teoría del arte se da solamente en la medida en que las prescripciones forman un sistema fundamentado en principios claros derivados de la naturaleza del pensamiento y del lenguaje (p. 132).
La definición de la hermenéutica como un arte quiere decir que toda interpretación
tiene que ser artística en la que trata de reproducir una producción, o recrear el acto originario de un discurso determinado. La tarea de la hermenéutica hay que entenderla como la actividad que es llevada a cabo por los artistas de la interpretación. Desde esta nueva perspectiva, todo lo que se pueda convertir en objeto de interpretación pertenece a la hermenéutica. Por tanto, la tarea de la hermenéutica sería comprender desde el lenguaje el sentido de algo que se dice. Es únicamente el sentido del discurso lo que se trata de comprender. Por tanto, el problema principal que debe atender la hermenéutica, es aquello mismo que el hablante ha querido decir con sus palabras. Y como el discurso es la parte externa del pensamiento, la hermenéutica está también en relación con el arte de pensar, es decir, es filosófica. Por eso, no se trata simplemente de comprender el sentido de un texto, sino sobre todo de captar cómo se ha producido ese texto, cuál es la génesis de su creación. De ahí la importancia que tiene en Schleiermacher descifrar la relación que se da entre pensamiento y lenguaje. La hermenéutica no debe comenzar sólo cuando la comprensión comienza a ser insegura, sino desde el primer momento en que uno se propone entender un discurso. Sin embargo, Schleiermacher acentúa que la meta y el objetivo de este arte de comprender correctamente un discurso es evitar el malentendido, es decir, una comprensión inadecuada, algo que se produce siempre entre lo dicho y la intención de lo dicho, entre la individualidad del autor y su expresión en el lenguaje. Para comprender un discurso, y para evitar el malentendido, Schleiermacher propone como objetivo de toda interpretación y comprensión la reconstrucción de un texto o de un discurso e ir más allá de la materialidad de las partes del texto. La tarea de la hermenéutica consiste en reconfigurar de la manera más completa todo el proceso interior del acto de composición del autor. Guervós (2005) La hermenéutica se define por la reconstrucción activa del discurso que debe ser considerado como una construcción del lenguaje y del hablante. Se establece el ideal metodológico de la hermenéutica en estos términos: la comprensión como arte no consiste simplemente en aplicar reglas a textos que son de difícil comprensión, sino más bien en una reconstrucción, re-producción o re-experiencia del proceso mental constructivo que ha seguido un autor en su composición. En el círculo hermenéutico, Schleiermacher denomina dos métodos que hacen posible la reconstrucción: el comparativo y adivinatorio. También dos formas de interpretación, la gramatical y la técnica (psicológica), los cuales se condicionan mutuamente y se complementan estableciéndose una polaridad entre ellos. El método histórico o comparativo significa llegar a comprender algo utilizando una serie de conocimientos singulares, que son comparados y conducen a la comprensión detallada del todo. Lo que se ha de comprender lo percibe como algo general y surge luego lo peculiar comparándolo. Las dificultades gramaticales son superadas mediante el proceder comparativo, se tiene acceso al objeto que se ha de comprender desde algo que nos es familiar y de este modo se cerca en límites cada vez más estrechos lo que no se comprende (Schleiermacher, 1999); lo que constituye , un modo de proceder objetivo. El método adivinatorio se define como una intuición inmediata y es aquél que busca comprender inmediatamente lo individual, mientras que uno se transforma inmediatamente en el otro, una especie de luz que ilumina el sentido, y se caracteriza por su captación inmediata, sólo posible entre espíritus afines a partir de un sentimiento. En el proceso de no entender mediante procesos gramaticales o técnicos lo que quería decir el autor, hay que tratar de adivinar lo que ha querido decir. En lo escrito, siempre hay algo pensado, que es lo que se manifiesta en las palabras (Grondin 1999). Es un modo de proceder subjetivo, en el que se da una comunidad entre lo que se tiene y lo que todavía se oculta. Este procedimiento fundamental de la comprensión (Schleiermacher, 1974; 137) debe de ser completado por la comparación, para que la comprensión sea lo más segura posible. Schleiermacher (1974) resume en su fórmula el sentido de la reconstrucción como Verstehen con los dos momentos operativos (adivinatorio-subjetivo y comparativo- objetivo): “la reconstrucción histórica y adivinatorio, objetiva y subjetiva de un discurso dado” (p.3). En este caso, persiste una oscilación entre el comparativo y el adivinatorio. Por primera vez la hermenéutica trata de practicarse como una disciplina filosófica, puesto que debe reconstruir la intuición individual desde los detalles particulares. Lo que se busca en realidad es descubrir los contenidos de los escritos como contenidos de un pensamiento. Por otra parte, el lenguaje se puede considerar, como una parte de la totalidad del uso lingüístico de una comunidad dada. Pero para que la hermenéutica no quede absorbida por la gramática, hay que considerar también el lado individual de la interpretación. En consecuencia, se trata de comprender la impronta que un autor ha dejado en el texto y de descifrar el lenguaje partiendo del espíritu que lo produce (Componente psicológico). Los dos métodos descritos anteriormente tienen su aplicación concreta en dos formas de interpretación que determinan la comprensión, como producto de una creación espiritual impresa en signos del lenguaje. Según Schleiermacher (1974): “la interpretación gramatical, que es propiamente la objetiva, y la interpretación técnico-psicológica, que es la subjetiva” (p. 31). Ambas son procedimientos artísticos, tipos de interpretación, o dos perspectivas sobre el discurso: comprender lo dicho y comprender quién lo dice. No hay pensar sin palabras, Schleiermacher (1999), pues el lenguaje es condición indispensable del pensar puro. Flamarique (1999) agrega que: “en el que se reconocen los principios del acuerdo entre el saber y la realidad, por un lado, y del pensar entre los individuos, por otro” (p. 247). La comprensión a través del lenguaje es cooriginaria con el pensamiento; con ello Schleiermacher establece un principio en el que sopesa su hermenéutica: la comprensión está esencialmente vinculada a la naturaleza del lenguaje, luego la comprensión significa saber captar que todo discurso es expresión de un lenguaje. En este sentido, a partir de aquí se preparan los desarrollos posteriores de Dilthey y Gadamer, para quienes todo lo que hay que suponer en la hermenéutica como arte de la interpretación es el lenguaje escrito. Otro aspecto es la llamada interpretación técnica, más adelante llamada psicológica, la cual intenta, por el contrario, asimilar positivamente la impronta individual y subjetiva en el uso de las palabras y comprender el valor significativo de lo dicho y esta última se ubica en el pensamiento, en el ámbito del proceso creador interno del autor. La interpretación técnica considera la gramatical, en la que hay que conocer el lenguaje para poder percibir cómo lo utiliza el individuo Flamarique (1999). Se la denomina subjetiva porque se refiere a la interioridad individual, debido a que es la forma de interpretación que se fundamenta en el impulso del pensamiento que lleva su fuerza en las palabras; además el lenguaje es expresión de algo interior. Las dos formas de interpretación, juntamente con los dos métodos, tienen como finalidad en común la reconstrucción de la unidad de la obra, que se resuelve como unidad de lo general y lo particular; por lo que el lenguaje representa lo general, lo que es común y participable por el escritor y el lector y lo peculiar de cada hombre. La hermenéutica de Schleiermacher tiene su punto neurálgico en la reconstrucción metodológica del proceso creativo, en cuanto a una comprensión más objetiva, este aspecto se vuelve problemático cuando se trata de la distancia espiritual y temporal que separa al que comprende y al objeto que se ha de comprender. La solución de este problema se determina al introducir como condición previa ideal del comprender la equiparación y transposición del intérprete en el otro. Antes de emplear el arte del comprender debe suceder, según Schleiermacher que uno se equipare al autor tanto en el aspecto objetivo como en el subjetivo. En el aspecto objetivo a través del conocimiento del lenguaje, en el aspecto subjetivo a través del conocimiento de su vida interior y exterior. Posteriormente será recogida más tarde por Dilthey como fundamento de su psicología comprensiva, en la que se describe la intención justificada de comprender al otro en su inmediatez, desde él mismo, en el contexto de su propio horizonte de comprensión, interpretando sus manifestaciones en el marco de su mundo conceptual y lingüístico. Para Schleiermacher la comprensión implica la reconstrucción de una producción, en el cual surgirán en ese proceso aspectos que pudieron haber pasado desapercibidos para el autor original. Si se convierte en expresas las condiciones que determinan el trasfondo de lo dicho, si se comprende las formas particulares en su nexo de relaciones, y si, además, se comprenden las palabras en sus cambios semánticos según el uso lingüístico de un autor, entonces se puede decir que se comprende mejor al autor de lo que él mismo se había comprendido. El lenguaje es un campo expresivo, y su importancia en el campo de la hermenéutica Schleiermacher señala que como intérprete, puede considerar sus textos como puros fenómenos de expresión al margen de sus pretensiones de verdad (Gadamer 1977). La reconstrucción y el carácter interno de inconclusión y provisionalidad del resultado de cualquier forma de interpretación se basa en lo que se ha dado en llamar el principio del círculo hermenéutico, que Schleiermacher (1974) interpreta en los siguientes términos: “todo comprender lo individual está condicionado por la comprensión del todo”. O “lo particular solamente se comprende mediante lo general” (p. 46). O como indica al final de su primer Discurso de la Academia de 1928, “todo lo individual solamente es comprendido por mediación del todo”. Se puede afirmar que el círculo de la comprensión no es un círculo vicioso, sino aparenteen el que se desprenden dos perspectivas: a) el todo se compone de partes, que deben ser comprendidas antes de que el intérprete pueda contemplar la totalidad; b) cada parte representa ella misma el todo, que se descompone a su vez en partes individuales. No se concibe una comprensión total y absoluta, por lo que este círculo en realidad tiene la forma de una espiral, cuyo proceso de interpretación se avanza poco a poco. La comprensión progresiva de lo individual y de las partes del todo que se organizan a partir de éste es siempre algo provisional, algo más cada vez más perfecta y limpia en la que se puede abarcar una parte mayor y recomenzando con nueva inseguridad, hasta que al final, de pronto, todo lo individual recibe su luz plena y se presenta con un contorno puro y definido. La finalidad de comprender e interpretar se orienta a una totalidad que se desarrolla gradualmente y en su proceso ayuda recíprocamente unos a otros, en la medida en que cada cual ofrece a los demás puntos de comparación y analogías. Por lo tanto, la totalidad hay que entenderla como algo que empieza siempre de nuevo, una y otra vez, y como una hipótesis o conjetura que se contrasta o se somete a prueba en relación a las partes. Es decir, es la forma en que el espíritu pensante se autocomprende gradualmente y esta circularidad que se establece entre todo y partes implica la revisabilidad de todo lo que se ha comprendido, es decir, cada obra nos aparece siempre bajo una luz nueva, una vez recorrido todo el proceso situado así en un contexto más amplio. En este orden de ideas, en el proceso de comprender, incluso cuando se cree que lo hemos comprendido todo, no se puede evitar el pensar que hay cosas que no se han comprendido del todo. El propio Schleiermacher (1974) lo planteaba: “El no comprender, nunca se puede disipar del todo” (p. 328). Es así, como la comprensión se constituye en una tarea infinita, o una invitación a interpretar continuamente, no se puede afirmar nunca que se ha comprendido todo. En relación a esto, posteriormente Gadamer, es necesario preguntar y seguir preguntando al texto por su sentido. Ahora bien, para Schleiermacher, el hecho de que siempre quede algo por comprender en vez de ser una rémora es un estímulo para continuar profundizando en aquello que se trata de comprender, generandose una tensión dialéctica que nunca se agota y que estimula al intérprete a autocomprenderse cada vez mejor en la comprensión de lo otro. Desde esta perspectiva del autor, el círculo hermenéutico experimenta un carácter infinito de toda comprensión, pues la parte sólo se comprende en función del todo. Porque el lenguaje es infinito, porque cada elemento es determinable por el resto de una manera especial, así también con la parte psicológica. De allí que cada intuición de un particular es infinita y las influencias externas en los hombres aumentan poco a poco hasta una distancia infinita. (Schleiermacher 1977) Para Gadamer (1977), el interprete comprende mejor que lo que había entendido el autor, porque trata de comprender la génesis de su obra, haciendo consciente, aquello que para el autor permanece inconsciente. Circulo Hermeneutico
Un círculo hermenéutico es un recurso explicativo de tipo dialógico, es decir
basado en una estructura , que intenta dar razón de los aspectos generales para el entendimiento suscitando de esta forma una nueva retroalimentación que hace discursivo el entendimiento en todo proceso hermenéutico. Tanto en el campo filosófico como en el teológico, se hace referencia al círculo hermenéutico para designar la estructura circular de la intelección o entendimiento. El circulo propuesto por Schleiermacher habla de una “esfera” o un “círculo” para designar una reciprocidad entre el todo y lo singular, o bien de lo especial y lo general, en que se mueve la intelección. Esto sucede del mismo modo para la intelección histórica o de las ciencias del espíritu refiriendo de este modo a la posibilidad de salida del recurso antinómico esclarecimiento-entendimiento, el primero referido a las ciencias de la naturaleza y el segundo a las ciencias del espíritu; entendiéndose de este modo que lo singular debe ser entendido en el todo e igualmente en lo singular. Se entiende de este modo, haciendo un recurso al elemento comprensivo, que se sugiere una pre-comprensión del todo que contiene la comprensión de lo singular. Cabe destacar que las ideas de Schleiermarcher influyeron en la hermenéutica de Wilhelm Dilthey y particularmente en el criterio de las cosmovisiones planteado por Dilthey. Por lo tanto, su hermenéutica enfatiza la importancia del intérprete en el proceso de interpretación. Se centra en la importancia de que el intérprete entienda el texto como una fase necesaria para interpretarlo. Entender, para Schleiermacher, no implica solamente leer el texto, sino que involucra conocimiento del contexto histórico del texto así como de la psicología del autor.
Metodo Teologico de Friedrich
En 1821 Schleiermacher publicó su Teologia dogmática, que era una descripción
sistemática de su teología. Al mismo nivel de las Instituciones de Calvino, su obra dogmática es la de mayor influencia dentro del protestantismo académico y ha contribuido a la formación teológica de más de tres generaciones. Sería tan difícil a un teólogo fundamentalista, conservador u otro, comprender el pensamiento teológico y filosófico contemporáneo sin haber leído la dogmática de Schleiermacher, tanto en sus virtudes como en sus defectos, es como tratar de comprender la biología moderna sin haber leído la obra de Darwin. A través de los años, como le sucede a todo aquel que quiere ser teólogo o filósofo, que con el transcurrir de los años, de la academia, de la lectura y de la investigación se aprende por medio de la experiencia. Schleiermacher había llegado a conocer que cosas eran: el trabajo arduo y el sufrimiento. Había sido pastor durante varios años en una zona marginada de Alemania. Era ahora profesor universitario y se había preparado para su tarea mediante un profundo estudio exegético y filosófico. Había enseñado acerca de todos los temas teológicos excepto el Antiguo Testamento. Tenía 53 años de edad y sus facultades mentales se encontraban como la de un pibe a los 18 años en su apogeo. Uno de los aspectos por las que Schleiermacher se destaca entre los grandes teólogos es su genio para el pensamiento sistemático. En contraste agudo con la Crítica de la Razón Pura de Kant, Mackintosh dice, “su dogmática constituye una unidad. Domina completamente su tema y acostumbra a avanzar con paso firme. Su pensamiento es amplio, carente de polémicas superflúas, con una gran riqueza de exposiciones detalladas y de disgresiones que no carecen de valor. Aún cuando se sostenga que su principios fundamentales eran erróneos, no podemos negar que tenemos aquí un ejemplo de lo que significa presentar los diversos aspectos de la fe cristiana.” (P, 63). Despues de Schleiermacher, resultaba imposible regresar al método de los loci communes, éste era un método que se apoyaba en el dogma de la inspiración verbal de la Biblia, puesto que cualquier doctrina que pudiese de un modo u otro apoyarse en una prueba escrituraria tenía derecho a aparecer en un libro de texto, aún si su conexión con el centro de la “verdad cristiana” resultaba más que dudoso. Schleiermacher trabajaba a partir de la convicción de que puede descubrirse una unidad real, y que cada doctrina verdadera se relaciona con todas y cada una de las demás. Por ende, el método teológico de Schleiermacher parte de la experiencia cristiana, sostuvo que las críticas de los racionalistas y los románticos estaban mal dirigidos. Las afirmaciones de la fe no dependen de las construcciones de la teología natural o la ética, ni son deducidas de una escritura o un credo infalible. La Biblia y los credos son importante. El creyente no tiene fe en Cristo por causa de la Biblia. Mas bien, en la Biblia lo que adquiere autoridad debido a que el creyente tiene fe en Cristo. El corazón del cristianismo según lo habia aprendido, éste autor de los moravos, no es la doctrina o la ética, sino una vida nueva en Cristo. Para El, las doctrinas cristianas son sólo explicaciones expresadas en palabras de los sentimientos religiosos cristianos. Es decir, la doctrina es para Schleiermacher una aserción acerca de nuestro sentimiento y no acerca de Dios. Referencias Bibliogrficas
Flamarique L. (1999). Los discursos sobre hermenéutica, Pamplona, Cuadernos de
Anuario filosófico.
Gadamer H. (1977), Verdad y método, (tr. de Agapito Serrano y Ana Agud), Salamanca, Sígueme.
Grondin, J (1999). Introducción a la hermenéutica, Barcelona, Herder
. Guervós L. (2005). La hermenéutica metódica de Friedrich Schleiermacher. Revista de Estudios Críticos (p. 148-173). Universidad Nacional de Comahue. ISSN 1853 – 4457
Schleiermacher, F. (1961), Kurze Dastellung des theologischen Studiums, edición de H.
Scholz, Darmstadt
_____ (1974), Hermeneutik, edición e introducción de H. Kimmerle, Heildelberg,
Akademier der Wissenschafter philosophisch-historische Klasse.
(1999), Los discursos sobre hermenéutica, edición de Lourdes Flamarique, Pamplona,
Cuadernos de Anuario Filosófico.
José Ferrales Mora(1971), Diccionario de filosofía, Tomo II. Editorial
Sudamericana Buenos Aires Resumen: Friedrich Ernest Daniel Schleiermacher (1768- 1837), teólogo calificado como el máximo exponente de la hermenéutica romántica; Paradigma utilizado todavía en la actualidad, y conceptualizado como la ciencia general de la compresión. En esta revisión de tipo documental, se recogen algunas circunstancias históricas propicias para abordar la vida y obra del filósofo, así como se analiza su teoría y circulo hermenéutico. En el ensayo se realiza un estudio exhaustivo sobre los aportes de Friedrich a la religión para constatar el origen teológico de postulados de la psicología de la religión clásica. Palabras Claves: Hermenéutica, paradigma, comprensión, circulo hermenéutico, Psicología de la religión.