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EL PÁRRAFO Y LA COMPOSICIÓN DE TEXTOS

Hoy día, es común encontrase con profesionales incapaces de redactar con coherencia, sencillez y
brevedad un texto, porque incurren en errores gramaticales y ortográficos deplorables; en vista de
esto, José Escarpanter (1990) sugiere los siguientes requisitos que ayudarán a superar estas
deficiencias:

1. El dominio de los principios fundamentales de la ortografía y la gramática, que han sido tratados
en textos inherentes al área, es muy importante para la escritura correcta. Por eso es conveniente
saber cómo utilizar aquellos elementos de redacción, imprescindibles a la hora de redactar.

2. Disponer de un vocabulario amplio, rico e idóneo para cada momento. No se recurre a los
mismos vocablos en una carta a un familiar que en un informe para ser leído ante distinguida
concurrencia científica. Se debe conocer la palabra adecuada en cada momento.

3. Ser conciso; saber sintetizar para evitar el inútil palabreo; esto sólo revela falta de orden, lógica y
concentración. A veces se emplea un párrafo completo en algo que puede decirse enana frase.

4. Se debe tener claridad, que consiste en saber redactar una idea completa, incluyendo los
detalles que redondean la frase y facilitan la comprensión. La concisión no debe conducirle hacia la
oscuridad en el enunciado y no se debe olvidarse lo esencial por temor a escribir en exceso. En
cada frase, la idea principal; en cada párrafo, un problema Párrafos con más de diez líneas; todo el
asunto, en pocas cuartillas.
Un párrafo es una unidad lingüística que presenta características formales y de contenido que la
diferencian de otras partes del texto. El párrafo, desde el punto de vista formal está delimitado por
la sangría y por el punto y aparte; desde el punto de vista del contenido, ofrece continuidad de
pensamiento porque desarrolla generalmente una sola información, comunica la idea fundamental
en forma expresa o implícita y apoya la idea fundamental mediante oraciones secundaria que
amplían o aclaran su contenido (Metz., M.L. 1991).

Cuando se elabora una composición escrita, se parte de un tema central y se desarrolla en uno o
más párrafos. Cada uno de los párrafos debe tener en sí mismo una unidad intencional que
depende de la íntima relación existente entre una idea principal y otras subordinadas. Si el tema
central ha sido desarrollado en varios aspectos, se puede encontrar al comienzo de cada párrafo,
ciertas expresiones que anuncian la transición a un nuevo aspecto. El desarrollo del tema central
culmina, generalmente, con una conclusión, un resumen o una opinión personal.
Estructura de textos informativos

En general, todo texto informativo consta de tres partes: Introducción, Desarrollo y Conclusión.
Cada una de ellas puede estar integrada por uno o más párrafos:

• Introducción: un párrafo o varios párrafos (cortos)


• Desarrollo: varios párrafos.
• Conclusión: un párrafo ovarios párrafos (cortos)
1. Introducción. Puede constar de uno o de varios párrafos cortos, debe reunir diversas condiciones
para cumplir su objetivo de atraer la atención del lector. Debe ser motivante, sintética y evitar la
inclusión de cualquier elemento que pueda inhibir al lector de penetrar el texto por temor a su
dificultad o pesadez.

2. Desarrollo o cuerpo. Generalmente consiste de varios párrafos, es la parte medular del texto. En
ella se expone el asunto básico, con todos los argumentos y datos necesarios para cumplir el
objetivo fundamental del escrito: informar, enseñar, analizar, pedir, transmitir, o cualquier otro.

3. Conclusión. El autor expone sus consideraciones finales, resúmenes, reafirmación o


recomendaciones, a través de uno o varios párrafos. En su calidad de cierre o culminación es la
parte principal del escrito, la conclusión debe ser estructurada de manera que resulte una
consecuencia natural de lo anterior. "El final" - la última impresión que queda en el ánimo del lector
- debe cumplir dignamente su misión de cerrar el escrito".

Condiciones para un buen escrito

En todo buen escrito deben cumplirse las siguientes condiciones:

a) El asunto o tema debe estar fijado con claridad y es conveniente precisar los diferentes aspectos
en que se desarrollará. Se requiere mantener la coherencia, la unidad intencional de cada párrafo,
evitando las ideas superfluas que no conducen a lo inmediato y que no están en función del
propósito fijado.

b) Los párrafos no deben ser muy largos ni muy cortos. Deben ser estructurados en forma tal que
las oraciones o frases no excedan la veinte o veinticinco palabras que permitan pronto llegar a una
conclusión.

c) La construcción gramatical debe ser correcta en el sentido de que las palabras deben estar en
su justo sitio: los complementos con sus núcleos y los núcleos verbales en serie de oraciones,
adecuadamente relacionados en cuanto al modo, tiempo y persona. Han de evitarse las
expresiones intercaladas cuando son necesarias, pues rompen la continuidad de la exposición.

d) No se debe olvidar la puntuación, sobre todo al separar una oración de otra. En este caso se
tomará en cuenta la forma cómo se relacionan entre sí las ideas contenidas en las oraciones. Si
son ideas semejantes o iguales, debe colocarse punto y coma; si son diferentes, se pondrá punto y
seguido De toda maneras, la separación más frecuente es la que se hace con punto y seguido. La
coma se empleará en las enumeraciones y en los elementos intercalados. (Quiroga Torrealba, L.
1964)
Los enlaces en un párrafo
Las oraciones de un párrafo van conectadas por palabras o grupos de palabras que muestran
orden y la relación que hay entre las ideas. Los enlaces indican la relación que existe entre las
ideas de un párrafo, también se denominan conectores y cuando estas partículas establecen
relaciones entre los párrafos, se denominan relacionantes.

Ejemplo:

Muchas veces me he preguntado si importa recordar el pretérito sobre todo si son sus signos la
amargura y el resentimiento. Créame un amargado y un resentido. No dudo que estas palabras
semejan dos ojos duros y terribles. Pero no nos llamemos a engaño. La verdad resulta siempre el
lente más efectivo para contemplar y analizar los fenómenos en una sociedad esencialmente
hipócrita.

Sin embargo, no todo ha de ser amargura y resentimiento. Encuentro que estos recuerdos forman
parte de esa excepción. Días dulces y amables; enterrados en la gris y espesa neblina de la
memoria. (A orillas del viejo río. José Fabbiani Ruiz.).
En el primer párrafo, pero se ha utilizado para enlazar dos oraciones dentro de un mismo párrafo y
sirve para expresar contrariedad. En el segundo párrafo, la expresión sin embargo, está empleada
para introducir un nuevo párrafo, en el cual se evidencia una objeción. (Castel de Dueñas, B. y
E.A.González Pulido, 1986)

Algunos conectores o relacionantes

a) Enlaces que indican relación de tiempo: antes, después, pronto, finalmente, primero, luego,
entonces, más tarde: Ej. “La secretaria transcribió la carta y la puso sobre el escritorio del jefe para
la firma. Más tarde la envió al correo”.

b) Enlaces que indican relación espacial: arriba, debajo, delante, detrás, más allá, dentro, cerca,
afuera, lejos, aquí, a la izquierda, a la derecha. Ej. “El nuevo edificio de la empresa ya está
terminado. Cerca de la verja se ha plantado un pequeño jardín. Al lado derecho, hay una garita
para el portero”.

c) Enlaces que indican relación de importancia: así, por lo tanto, por esta razón, de tal manera,
por consiguiente, por último, además, para concluir, por otra parte. Ej. “Estamos mejorando
nuestros servicios a la comunicad. Por tanto, le agradecemos que nos envíen las sugerencias”.
El Párrafo y sus consideraciones generales

Añadir leyenda
Un párrafo es una unidad lingüística que presenta características formales y de contenido que la
diferencian de otras partes del texto.

Características

1. Desde el punto de vista formal:

• Está constituido por una o varias oraciones.


• Está delimitado por sangría y punto y aparte.
2. Desde el punto de vista del contenido:

• Ofrece unidad de pensamiento porque desarrolla generalmente una sola información.


• Comunica la idea fundamental en forma expresa o implícita de la siguiente manera:
o Mediante una oración principal que se destaca como la de mayor contenido informativo.
o Mediante más de una oración principal que se destaca como la de mayor contenido informativo
o Sin oración principal.
o Apoya la idea fundamental mediante oraciones secundarias que amplían o aclaran su contenido.
Es necesario que la persona que redacte tenga presentes, las características del párrafo. Para una
mayor orientación, se darán a continuación algunos posibles tipos de párrafos que pueden surgir a
partir de dichas características:

1. De acuerdo con la oración principal

a) Mediante una oración principal

• Analizante
• Sintetizante
• Sintetizante-analizante.
b) Mediante más de una oración principal:

• Encuadrado
• Paralelo
2. De acuerdo con las oraciones secundarias.

• Por repetición
• Por contraste
• Por ejemplificación
• Por justificación
Tipos de Párrafos

1. De acuerdo con la oración principal

a) Mediante una oración principal:

 Analizante. La idea se halla al comienzo del párrafo. En este caso, las demás oraciones
constituyen su desarrollo o explicación. La idea está al principio y luego es demostrada y
corroborada con datos.
Ejemplo: Hay dos modos fundamentales de saludar la vida: uno es la aceptación y otro el reto. Los
demás son meros compromisos entre ambos, o falsos equilibrios que resultan de su combinación.
Hasta puede, teóricamente, tenerse una actitud definida, y en cambio adoptarse, para los usos
diarios, algún compromiso práctico entre los dos partidos. La obra fundamental de Schopenhauer
plantea un claro pesimismo mientras que sus Par erga y Paralipómenos pasan a la categoría de
compromiso práctico; de pequeñas reglas de felicidad relativa, para uso de los pesimistas que no
se atreven al suicidio. Inútil decir que la aceptación de la vida no puede llevar al suicidio. Pero hay
dos maneras de aceptación: la del espíritu y la del cuerpo. Y cada una de éstas se subdivide, a su
vez, según los impulsos principales que las formen. (Alfonso Reyes, El suicida).
 Sintetizante. La oración principal se encuentra al final del párrafo. En este caso constituye
la afirmación definitiva o la conclusión general de todo el párrafo. Las demás oraciones cumplen la
función de preparar el terreno por medio de consideraciones y afirmaciones conducentes a una
conclusión final.
Ejemplo: En el pasado han tenido lugar ciertos acontecimientos reveladores de la existencia de
potencialidades extraordinarias en el hombre. Un conocimiento de la génesis de estas cualidades
sería de la mayor importancia. ¿Cuáles fueron los factores que determinaron, durante la época de
Pericles, la aparición simultánea de tantos genios? Un fenómeno análogo tuvo lugar en tiempo del
Renacimiento. ¿De dónde brotó la inmensa expansión, no sólo de la inteligencia, la imaginación
científica y la intuición estética, sino también del vigor físico, la audacia y el espíritu aventurero del
hombre de este período? ¿Por qué poseyeron tan potentes actividades fisiológicas y mentales los
hombres de esta época? Fácilmente puede comprenderse cuán útiles serían los datos exactos
relativos al modo de vida, la alimentación, la educación y el ambiente moral, intelectual, estético y
religioso de la gente que vivió durante el tiempo que precedió inmediatamente a la aparición de una
pléyade de grandes hombres. (Alexis Carrel, La incógnita del hombre).
 Sintetizante - Analizante. En este caso, la idea principal está ubicada dentro del párrafo. La
primera parte del párrafo es un preámbulo a la idea principal y lo que le sigue es una prolongación
de la idea principal en forma de aclaración, confirmación o consecuencia.
Ejemplo. En Estados Unidos, los profesores universitarios apenas tienen ya biblioteca privada. La
constante movilidad de sus destinos docentes, la pequeñez de sus apartamentos y, sobre todo la
inmensa facilidad para manejar, en cada caso, y en servicio de préstamo, los libros de la
Universidad que necesitan para sus trabajos, hacen aparecer como absurda la biblioteca personal
de unos miles de ejemplares. Lo mismo ocurre entre el profesorado de la Unión Soviética. Quiere
esto decir que, en ambos casos, asistimos a una cierta socialización de la cultura y que, en un
futuro, producirá cierta irritación la posesión de una biblioteca muy nutrida, así como el
atesoramiento egoísta de una pinacoteca excepcional. Pongamos, como ejemplo límite, la reacción
que experimentaríamos si supiéramos que “Las Meninas”, “El entierro del Conde de Orgaz” o “Los
fusilamientos de La Moncloa” se encontraban en la mansión de un prócer para su personal y
exclusivo deleite. (Guillermo Díaz Plaja, El libro ayer, hoy y mañana)
b) Mediante más de una oración principal.

 Encuadrado. Otra modalidad de exposición corresponde al esquema encuadrado en el que


la oración del principio da lugar a una explicación que tiene también su conclusión. Esta conclusión
reafirma la idea inicial de la que derive.
Ejemplo: La experiencia mística culmina en la visión del ser o en la de la vacuidad, pero siempre,
plenitud o vacío, se inicia como una crítica de este mundo y una negación de sus valores. La otra
realidad exige la abolición de esta realidad. La visión se sustenta no sólo en una crítica intelectual
sino en una práctica en la que participa el ser entero: toda mística implica una ascética. Cualquiera
que sea su religión, el asceta cree que hay una relación entre la realidad corporal y la psíquica. El
cristiano humilla a su cuerpo, el yoquín lo domina y así los dos afirman implícitamente la
comunicación entre éste y el espíritu. No es extraño: las prácticas ascéticas tienen una antigüedad
milenaria y son anteriores a la aparición de la idea del alma como una entidad separada del
cuerpo. Como tantas otras técnicas que hemos heredado de la prehistoria, el ascetismo se anticipa
a la ciencia contemporánea. La analogía con las drogas es impresionante: la acción de estas
últimas sería imposible si no existiese efectivamente una relación íntima entre las funciones
fisiológicas y las psíquicas. Es indudable que las prácticas ascéticas y el uso de sustancias
alucinógenas formaron parte de un mismo proceso, según puede verse en los himnos del Rig Veda
consagrados al soma y en los ritos antiguos mexicanos, hoy todavía vivos entre los huicholes y los
tarahumaras. La información antropológica sobre esta materia es muy rica. Es verdad que el
vicioso, a diferencia del asceta, no se somete a ninguna disciplina. La distinción aunque decisiva,
no es aplicable a aquellos que exploran el universo de la droga con ánimo de saber o contemplar ni
tampoco a los que la emplean en un ritual: hombres de ciencia, poetas, creyentes y miembros de
grupos religiosos. El parecido entre drogas y ascetismo se extiende, por lo demás, a la esfera de la
moral y a la del pensamiento. El asceta desprecia las convenciones mundanas, es insensible a las
ideas de progreso y provecho, juzga que las ganancias materiales son pérdidas, ve en la
normalidad del hombre común y corriente una verdadera anomalía espiritual y, en fin, condena por
igual a los deberes y a los placeres de este mundo. Asimismo, aquél que ingiere una droga postula
una duda sobre la consistencia de la realidad - no está seguro de que sea tal como la ven nuestros
ojos y definen nuestros instrumentos - o sospecha la existencia de otra realidad. Droga y ascetismo
coinciden en ser crítica y negación del mundo. (Octavio Paz, Corriente alterna).
 Paralelo. En el párrafo paralelo las ideas no están subordinadas unas a otras por su
contenido, ya que tienen igual importancia.
Ejemplo: En su sentido más amplio, la literatura comprende la totalidad de las obras escritas que
se conservan. En un sentido más restringido, aunque todavía amplio, es la suma de obras escritas
por un pueblo; como cuando se habla de la literatura inglesa o la literatura norteamericana. Dase
también el nombre de literatura al conjunto de las obras que se han escrito sobre una disciplina
determinada como literatura médica o literatura educacional. (Jean Key Gates, Libros y bibliotecas.
Guía para su uso).
Sin oración principal. En este caso la idea fundamental está diluida a través de todo el párrafo y
debe ser inferida de las oraciones secundarias.
Ejemplo: No comulguemos con ruedas de molino, y no traguemos, por igual, galera romana y
Queen Mary, velero griego y yate moderno. Un automóvil - apenas montado según plan, y puestas
esas levísimas, y casi infinitesimales, acciones de prender con media vuelta de llave un motor, y
que se mueve él, oprimir un pedal o soltar un freno… - se mueve a sí mismo. Cumple la definición
de viviente; lo cual debe advertirnos de que es mala definición si es que pretendemos o persistimos
en conservar la distinción genérica entre inanimados y animados”. (Juan David García Bacca,
Elogio de la Técnica).
2. De acuerdo con las oraciones secundarias

Las ideas secundarias, que se agrupan en torno a la oración principal, tienen la finalidad de
explicar y de ampliar la idea fundamental y se pueden hacer en las formas siguientes:

 Por repetición. En este tipo de oración secundaria, el autor expresa el mismo contenido de
la oración principal, pero en otras palabras. La oración que contiene la repetición mantiene
exactamente el mismo sentido de la oración principal, variando simplemente los términos. Un
escritor avezado notará en seguida que la última oración que acaba de leer es una repetición de la
primera. Para aquél que no sea tan hábil, es aconsejable que lea y relea lo que escriba, para
discernir en el caso de una repetición, si ésta es realmente indispensable a los fines de la
comunicación.
 Por contraste. El autor utiliza las oraciones secundarias por contraste para rechazar
aquello con lo que no está de acuerdo. De esa manera, al señalar la idea contaría a su
pensamiento, aclara automáticamente su posición.
Ejemplo: Hay un estilo hecho, un estilo vulgar, para el uso de todo el mundo, un estilo clisé, cuyas
frases neutras y gastadas sirven para todos; un estilo incoloro construido solamente con las
palabras del diccionario; un estilo muerto, sin llama, sin imagen, sin color, sin relieve, sino
imprevisto; un estilo llano y elegante, gramatical e inexpresivo; el estilo de los escritores que no son
artistas; un estilo burgués y correcto, irreprochable, y sin vida. Con este estilo no se debe escribir.
(Antoine Albalat, El arte de escribir y la formulación del estilo).
 Por ejemplificación. Las oraciones secundarias por ejemplificación son aquellas en las que
se utilizan casos y aplicaciones concretas para hacer comprender las implicaciones contenidas en
la idea principal.
Ejemplo: Del virtuoso nace un sistemático o un escéptico, según que el ansia de pensar sea
limitada o sea infinita. Porque el sistemático es como un hijo abortado, y el escéptico un hijo
perfecto de la virtuosidad. El escepticismo se plasma al choque de todos los sistemas. El
sistemático tiene mucho de necio, en que no se dejará persuadir. El escéptico no; que puede
amanecer con Demócrito y anochecer con Heráclito, mas sin entregárseles por completo. Y,
atendiendo sólo a la cantidad del pensamiento, como la suma abarca los sumandos, así supera el
escepticismo a todos los sistemas. La comprensión plena del universo hasta donde Kant quiera
tolerarla, exhibe un estado escéptico de la mente. En cambio, la decisión presupone siempre un
sistema, un final. Lo sistemático pertenece aún al mundo de la voluntad. El escepticismo es el
grado heroico de la inteligencia. (Alfonso Reyes. El suicida.)
 Por justificación. Es muy frecuente la utilización de oraciones que contengan razones o
argumentos que apoyen la afirmación establecida en la idea principal. Las explicaciones que se
dan en las oraciones secundarias por justificación, constituyen los fundamentos sobre los cuales
descansa la idea principal.
Ejemplo: De hecho, pues, la no conformidad es lo que mueve la vida. Saciar un deseo es matarlo;
satisfacer una demanda es cerrar el proceso. Para que el progreso siga abierto, para que el mundo
marche, es fuerza que alguien quede sin cesar disgustado. El impulso de libertad - sano o insano -
salva a la naturaleza de un agotamiento seguro. El hombre, anhelando liberarse, se está sin cesar
emancipando; y, para volver a la frase de que partimos, está tendiendo incesantemente a la no
existencia; sí, más para realizar su vida cada vez de otro modo. (Alfonso Reyes, El suicida).
También vimos dentro de las características formales del párrafo, al inicio de este punto, que es
factible que un párrafo esté conformado por una sola oración. Ello obedece a diferentes razones. El
autor puede usar una oración independiente para unir dos párrafos diferentes, en cuyo caso estaría
construyendo un párrafo de transición, o bien, puede tener la intención de darle más agilidad al
texto, para lo cual considera necesario acortar un párrafo que se podría volver muy pesado.
Observemos un ejemplo, de cada uno de estos tipos de párrafo.

Conviene, antes de terminar, decir dos palabras sobre una cuestión, accesoria a primera vista, pero
de indudable utilidad, antes de entrar al análisis de la simulación en la lucha por la vida, pues nos
permitiría reforzar la serie de fenómenos que estudiamos, evidenciando más su difusión en la
naturaleza y en la vida social. (José Ingenieros, La Simulación en la Lucha por la Vida).

Ésa es la otra dimensión de la pieza, lo que hace de ella una lúcida fábula sobre esa misteriosa y
cruel dicotomía, presente en todas las artes y quehaceres humanos, entre aquello que representa
lo que sería la normalidad, el promedio, y ciertos casos privilegiados que la rompen de manera
espectacular, fijando, con sus obras, topes tan altos que empobrecen lo hecho por los demás, a los
que relegan a ese segundo plano que ocupan las comparsas. (Mario Vasgas Llosa, Amadeus y el
mediocre).

El párrafo como unidad del pensamiento (Ilis Alfonso)

A continuación, unas notas que nos ayudarán a sistematizar lo que se ha venido estudiando con
respecto a la construcción coherente de textos. En esta sentido, se recordarán las ideas
fundamentales sobre el párrafo como unidad de pensamiento:

1. Cada una de las partes, separadas por un punto y aparte, que componen un escrito, constituye
un párrafo. Además del punto y aparte, el párrafo se distingue, generalmente, por la presencia de
un espacio inicial llamado sangría

2. Un párrafo puede estar constituido por una sola oración, pero, en general, se compone de varias
oraciones y su carácter esencial es que en él todo gira en torno a una idea fundamental la cual,
normalmente, está expresada en una oración llamada oración principal. Esta oración suele ser
desarrollada a través de otras oraciones del párrafo a las cuales se les denomina oraciones
secundarias.
3. Si bien, en términos generales, el párrafo gira en torno a una idea fundamental expresada en
una sola oración principal, hay párrafos con más de una oración principal y párrafos sin oración
principal.

4. La cualidad básica de la oración principal es su carácter global. Ella contiene la afirmación más
general del párrafo, es como el resumen de todas las demás oraciones, las cuales se agrupan en
torno a ella de forma lógica para explicarla, concretarla, reafirmarla o ampliarla.

5. La habilidad para leer un párrafo consiste en localizar la oración principal y para esto debe
encontrarse la palabra clave la cual representa una persona, una cualidad o algo, en fin, en torno al
cual gira la expresión.

6. La colocación de la oración principal dentro del párrafo no es uniforme. Puede estar al comienzo,
en el medio o al final del mismo. Cuando la oración principal está ubicada al comienzo del párrafo
todas las demás oraciones constituyen un desarrollo lógico o una explanación de lo que en ella se
ha dicho. Cuando está situada en el medio, la primera parte del párrafo será como un preámbulo
de la oración principal, en tanto que la segunda parte será como una prolongación de dicha oración
en forma de aclaración, confirmación o consecuencia. Cuando la oración principal está ubicada al
final del párrafo ella vendrá a ser como la afirmación definitiva o la conclusión general de todo el
párrafo.

7. Para comprobar la identidad de la oración principal hay dos medios. El primero de ellos consiste
en eliminar la oración que se presume es la principal. Si es ella, al ser eliminada, el párrafo
quedará como incompleto o carente de sentido. El segundo medio de comprobación consiste en ir
leyendo las oraciones secundarias antes o después de la oración principal. Si la elección es
correcta se notará cómo cada una de las oraciones secundarias se relaciona con la oración
principal de una manera lógica y coherente. Se repite antes cuando la oración principal está
situada al comienzo del párrafo. Se repite después cuando la oración principal está al final del
párrafo. Si la oración principal está en el medio del párrafo, entonces el procedimiento repite la
oración principal después de todas las oraciones que están antes de ella.

8. Las oraciones secundarias amplían, desarrollan, reafirman o explican la idea expuesta en la


oración principal. Esto puede hacerse de cuatro formas básicas: por repetición, por contraste, por
ejemplificación y por justificación. La oración secundaria por repetición expresa el mismo contenido
de la oración principal, pero con otras palabras. La oración secundaria por contaste indica y
rechaza lo que no es el pensamiento del autor con el objeto de resaltar lo que de verdad piensa. La
oración secundaria por ejemplificación expresa los casos, aplicaciones concretas o ilustraciones de
la idea principal. La idea secundaria por justificación indica razones o argumentos que apoyan la
afirmación expresada en la oración principal
En relación con los párrafos que presentan más de una oración principal o que no tienen oración
principal, tal hecho puede obedecer a varias causas como son, entre las más comunes, las
siguientes:

1. Falta de claridad de pensamiento


2. Escasa habilidad para expresarse
3. Costumbre de escribir con párrafos muy cortos

4. Dar apariencia de agilidad a un texto


Cuando el párrafo presenta más de una idea principal el lector deberá integrar el contenido de las
diferentes ideas principales y elaborar una sola oración principal. Cuando el párrafo no presenta
ninguna oración principal esto puede significar lo siguiente:
1. Bien el párrafo no contiene ninguna idea principal
2. La idea principal está diluida a través de todo el párrafo.
En el primer caso se trata, generalmente, de un párrafo de transición que sirve de puente entre dos
párrafos que tratan ideas diferentes. En el segundo caso, se trata de un párrafo en el cual las
oraciones tienen la misma importancia, en cuyo caso el lector deberá extraer la idea principal para
lo cual identificará la palabra clave en torno a la cual giran las afirmaciones parciales.

Hemos llegado al final (…) y sólo nos resta añadir lo siguiente: los conocimientos adquiridos en
relación al párrafo como unidad de pensamiento no constituyen recetas infalibles sino que son,
sencillamente, un apoyo para quien se inicia en la difícil tarea de leer con sentido crítico.

FUENTE

Carrera, L; Vásquez, M y M. E. Díaz (2006). Técnicas de Redacción e Investigación


Documental. Caracas: Panapo.

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