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UNIDAD 1. ¿ESTÁ COMUNICANDO?

Justificación

Teniendo en cuenta que todo nuestro trabajo se va a sustentar en el

desarrollo de la competencia comunicativa, no es casualidad que sea ésta y no

otra la unidad que inaugure nuestra programación. Creemos fundamental

establecer, en primera estancia, los principios fundamentales de la

comunicación y los factores que intervienen en ella a través de un ejemplo de

texto bidireccional, el diálogo, en sus manifestaciones orales y escritas. Estos

mismos textos serán también el soporte para trabajar la puntuación y el

subrayado de conceptos que no se entiendan o ideas que nos llamen la

atención. Todo ello se verá complementado con las actividades dedicadas al

desarrollo de la habilidad de escuchar, que es la clave para que la

comunicación sea satisfactoria y tenga sentido.

Objetivos

- Entender la comunicación como un proceso en el que no sólo se habla, sino

que también se escucha, establecer las reglas para la recepción de textos

(actividades de El placer de escuchar).

- Valorar el enriquecimiento que supone la lectura.

- Reconocer y comprender los actos de comunicación de todo tipo (oral o

escrito, y a través del lenguaje verbal y no verbal) y los agentes que intervienen

en ellos.

- Entender que estos elementos están presentes es en los textos, prestando

especial atención a los dialógicos, donde todos estos factores son más

explícitos y diferenciar los rasgos definitorios de esta tipología textual.


- Entender la importancia de la situación comunicativa para la creación de

textos adecuados.

- Comprender el sentido de la comunicación: transmitir ideas y pensamientos, y

saber relacionar este hecho con las llamadas funciones del lenguaje.

- Entender las reglas de uso de los signos de puntuación y valorar su

importancia como punto de partida para la consecución de mensajes

coherentes y bien cohesionados.

- Comprender la importancia del uso de los diccionarios para la creación y

comprensión de los textos y entender sus rasgos característicos.

- Utilizar correctamente la técnica primaria del estudio: el subrayado.

Contenidos

Conceptos

- Definición y elementos que participan en los textos dialógicos.

- Elementos que intervienen en la comunicación.

- La situación comunicativa.

- Lenguajes verbales y lenguajes no verbales.

- Lenguaje oral y lenguaje escrito.

- Las funciones del lenguaje.

- Los signos de puntuación y sus reglas de uso.

- Las abreviaturas en los diccionarios y las disposiciones estructurales.

- El subrayado de textos cortos.

Procedimientos

- Aplicación de las reglas de cortesía que rigen la recepción y que determinan

la comprensión de los textos a través de las actividades del taller de oralidad.


- Lectura de un cuento y comprensión del mismo para la reflexión de los

contenidos conceptuales de la unidad y para la iniciación en el deleite literario.

Utilizar la lectura individualizada del “plan de mejora” establecido por el centro

para estos mismos fines.

- Observación de diferentes situaciones de comunicación. Reflexión y análisis

de los elementos que participan en cada una de ellas.

- Lectura y escritura de textos que tengan en cuenta la adecuación al contexto

comunicativo.

- Reflexión sobre la omnipresencia del lenguaje no verbal.

- Trabajo con textos que reflejen diferentes muestras de diálogo e identificación

de sus rasgos definitorios.

Actitudes

- Respeto e interés por las diferentes formas de comunicación del ser humano.

- Valoración del diálogo como forma básica para la comunicación.

- Desarrollo del sentido crítico frente a la adecuación de los textos a una

situación concreta.

- Valoración de la importancia del desarrollo de la habilidad de escuchar como

medio para el enriquecimiento personal.

- Respeto por el uso correcto de los signos de puntuación como muestra de

madurez intelectual.

- Curiosidad por el inicio a las principales técnicas de búsqueda en diccionarios

y de estudio.
Criterios de evaluación

- Reconocer la tipología dialógica en los textos e identificar sus principales

rasgos.

- Identificar las diferentes funciones que cumple el lenguaje en determinados

textos.

- Conocer la variedad de situaciones comunicativas, de los elementos que

participan en ellas y saber aplicar sus propias producciones a las mismas.

- Aplicar correctamente los signos de puntuación.

- Comprender el significado de las abreviaturas de los diccionarios y usarlo

correctamente

- Aplicar correctamente la técnica del subrayado en textos cortos.


UNIDAD 1

¿ESTÁ
COMUNICANDO?

- El diálogo I: definición y características


- Los elementos de la comunicación
- Los signos de puntuación
- Uso del diccionario I: estructura y abreviaturas
- Subrayado I: textos cortos
OSCAR WILDE
Nació en 1854 en Dublín y estudió literatura griega en la universidad de Oxford. Vivió en París y fue
encarcelado por su condición de homosexual por lo que fue repudiado por la sociedad inglesa. Entre sus
principales obras destacan: El retrato de Dorian Gray, El fantasma de Canterville o La importancia de
llamarse Ernesto.

El gigante egoísta
Cada tarde, a la salida de la escuela, los niños se iban a jugar al jardín del
Gigante. Era un jardín amplio y hermoso, con arbustos de flores y cubierto de
césped verde y suave. Por aquí y por allá, entre la hierba, se abrían flores
luminosas como estrellas, y había doce albaricoqueros que durante la Primavera
se cubrían con delicadas flores color rosa y nácar, y al llegar el Otoño se
cargaban de ricos frutos aterciopelados. Los pájaros se demoraban en el ramaje
de los árboles, y cantaban con tanta dulzura que los niños dejaban de jugar para
escuchar sus trinos.
-¡Qué felices somos aquí! -se decían unos a otros.
Pero un día el Gigante regresó. Había ido de visita donde su amigo el Ogro de
Cornish, y se había quedado con él durante los últimos siete años. Durante ese
tiempo ya se habían dicho todo lo que se tenían que decir, pues su conversación
era limitada, y el Gigante sintió el deseo de volver a su mansión. Al llegar, lo
primero que vio fue a los niños jugando en el jardín.
-¿Qué hacen aquí? -surgió con su voz retumbante.
Los niños escaparon corriendo en desbandada.
-Este jardín es mío. Es mi jardín propio -dijo el Gigante-; todo el mundo debe
entender eso y no dejaré que nadie se meta a jugar aquí.
Y, de inmediato, alzó una pared muy alta, y en la puerta puso un cartel que
decía:
ENTRADA ESTRICTAMENTE PROHIBIDA
BAJO LAS PENAS CONSIGUIENTES
Era un gigante egoísta.
Los pobres niños se quedaron sin tener dónde jugar. Hicieron la prueba de ir
a jugar en la carretera, pero estaba llena de polvo, estaba plagada de pedruscos,
y no les gustó. A menudo rondaban alrededor del muro que ocultaba el jardín del
Gigante y recordaban nostálgicamente lo que había detrás.
-¡Qué dichosos éramos allí! -se decían unos a otros.
Cuando la primavera volvió, toda la comarca se pobló de pájaros y flores. Sin
embargo, en el jardín del Gigante Egoísta permanecía el Invierno todavía. Como
no había niños, los pájaros no cantaban, y los árboles se olvidaron de florecer.
Sólo una vez una lindísima flor se asomó entre la hierba, pero apenas vio el
cartel, se sintió tan triste por los niños que volvió a meterse bajo tierra y volvió
a quedarse dormida.
Los únicos que ahí se sentían a gusto eran la Nieve y la Escarcha.
-La Primavera se olvidó de este jardín -se dijeron-, así que nos quedaremos aquí
todo el resto del año.
La Nieve cubrió la tierra con su gran manto blanco y la Escarcha cubrió de
plata los árboles. Y en seguida invitaron a su triste amigo el Viento del Norte
para que pasara con ellos el resto de la temporada. Y llegó el Viento del Norte.
Venía envuelto en pieles y anduvo rugiendo por el jardín durante todo el día,
desganchando las plantas y derribando las chimeneas.
-¡Qué lugar más agradable! -dijo-. Tenemos que decirle al Granizo que venga a
estar con nosotros también.
Y vino el Granizo también. Todos los días se pasaba tres horas
tamborileando en los tejados de la mansión, hasta que rompió la mayor parte de
las tejas. Después se ponía a dar vueltas alrededor, corriendo lo más rápido que
podía. Se vestía de gris y su aliento era como el hielo.
-No entiendo por qué la Primavera se demora tanto en llegar aquí -decía el
Gigante Egoísta cuando se asomaba a la ventana y veía su jardín cubierto de gris
y blanco-, espero que pronto cambie el tiempo.
Pero la Primavera no llegó nunca, ni tampoco el Verano. El Otoño dio frutos
dorados en todos los jardines, pero al jardín del Gigante no le dio ninguno.
-Es un gigante demasiado egoísta -decían los frutales.
De esta manera, el jardín del Gigante quedó para siempre sumido en el
Invierno, y el Viento del Norte y el Granizo y la Escarcha y la Nieve bailoteaban
lúgubremente entre los árboles.
Una mañana, el Gigante estaba en la cama todavía cuando oyó que una música
muy hermosa llegaba desde afuera. Sonaba tan dulce en sus oídos, que pensó que
tenía que ser el rey de los elfos que pasaba por allí. En realidad, era sólo un
jilguerito que estaba cantando frente a su ventana, pero hacía tanto tiempo que
el Gigante no escuchaba cantar ni un pájaro en su jardín, que le pareció escuchar
la música más bella del mundo. Entonces el Granizo detuvo su danza, y el Viento
del Norte dejó de rugir y un perfume delicioso penetró por entre las persianas
abiertas.
-¡Qué bueno! Parece que al fin llegó la Primavera -dijo el Gigante, y saltó de la
cama para correr a la ventana.
¿Y qué es lo que vio?
Ante sus ojos había un espectáculo maravilloso. A través de una brecha del
muro habían entrado los niños, y se habían trepado a los árboles. En cada árbol
había un niño, y los árboles estaban tan felices de tenerlos nuevamente con
ellos, que se habían cubierto de flores y balanceaban suavemente sus ramas
sobre sus cabecitas infantiles. Los pájaros revoloteaban cantando alrededor de
ellos, y los pequeños reían. Era realmente un espectáculo muy bello. Sólo en un
rincón el Invierno reinaba. Era el rincón más apartado del jardín y en él se
encontraba un niñito. Pero era tan pequeñín que no lograba alcanzar a las ramas
del árbol, y el niño daba vueltas alrededor del viejo tronco llorando
amargamente. El pobre árbol estaba todavía completamente cubierto de
escarcha y nieve, y el Viento del Norte soplaba y rugía sobre él, sacudiéndole las
ramas que parecían a punto de quebrarse.
-¡Sube a mí, niñito! -decía el árbol, inclinando sus ramas todo lo que podía. Pero el
niño era demasiado pequeño.
El Gigante sintió que el corazón se le derretía.
-¡Cuán egoísta he sido! -exclamó-. Ahora sé por qué la Primavera no quería venir
hasta aquí. Subiré a ese pobre niñito al árbol y después voy a botar el muro.
Desde hoy mi jardín será para siempre un lugar de juegos para los niños.
Estaba de veras arrepentido por lo que había hecho.
Bajó entonces la escalera, abrió cautelosamente la puerta de la casa, y
entró en el jardín. Pero en cuanto lo vieron los niños se aterrorizaron, salieron a
escape y el jardín quedó en Invierno otra vez. Sólo aquel pequeñín del rincón más
alejado no escapó, porque tenía los ojos tan llenos de lágrimas que no vio venir al
Gigante. Entonces el Gigante se le acercó por detrás, lo tomó gentilmente entre
sus manos, y lo subió al árbol. Y el árbol floreció de repente, y los pájaros
vinieron a cantar en sus ramas, y el niño abrazó el cuello del Gigante y lo besó. Y
los otros niños, cuando vieron que el Gigante ya no era malo, volvieron corriendo
alegremente. Con ellos la Primavera regresó al jardín.
-Desde ahora el jardín será para ustedes, hijos míos -dijo el Gigante, y tomando
un hacha enorme, echó abajo el muro.
Al mediodía, cuando la gente se dirigía al mercado, todos pudieron ver al
Gigante jugando con los niños en el jardín más hermoso que habían visto jamás.
Estuvieron allí jugando todo el día, y al llegar la noche los niños fueron a
despedirse del Gigante.
-Pero, ¿dónde está el más pequeñito? -preguntó el Gigante-, ¿ese niño que subí al
árbol del rincón?
El Gigante lo quería más que a los otros, porque el pequeño le había dado un
beso.
-No lo sabemos -respondieron los niños-, se marchó solito.
-Díganle que vuelva mañana -dijo el Gigante.
Pero los niños contestaron que no sabían dónde vivía y que nunca lo habían
visto antes. Y el Gigante se quedó muy triste.
Todas las tardes al salir de la escuela los niños iban a jugar con el Gigante.
Pero al más chiquito, a ese que el Gigante más quería, no lo volvieron a ver nunca
más. El Gigante era muy bueno con todos los niños pero echaba de menos a su
primer amiguito y muy a menudo se acordaba de él.
-¡Cómo me gustaría volverlo a ver! -repetía.
Fueron pasando los años, y el Gigante se puso viejo y sus fuerzas se
debilitaron. Ya no podía jugar; pero, sentado en un enorme sillón, miraba jugar a
los niños y admiraba su jardín.
-Tengo muchas flores hermosas -se decía-, pero los niños son las flores más
hermosas de todas.
Una mañana de Invierno, miró por la ventana mientras se vestía. Ya no
odiaba el Invierno pues sabía que el Invierno era simplemente la Primavera
dormida, y que las flores estaban descansando.
Sin embargo, de pronto se restregó los ojos, maravillado, y miró, miró…
Era realmente maravilloso lo que estaba viendo. En el rincón más lejano del
jardín había un árbol cubierto por completo de flores blancas. Todas sus ramas
eran doradas, y de ellas colgaban frutos de plata. Debajo del árbol estaba
parado el pequeñito a quien tanto había echado de menos.
Lleno de alegría el Gigante bajó corriendo las escaleras y entró en el jardín.
Pero cuando llegó junto al niño su rostro enrojeció de ira, y dijo:
-¿Quién se ha atrevido a hacerte daño?
Porque en la palma de las manos del niño había huellas de clavos, y también
había huellas de clavos en sus pies.
-¿Pero, quién se atrevió a herirte? -gritó el Gigante-. Dímelo, para tomar la
espada y matarlo.
-¡No! -respondió el niño-. Estas son las heridas del Amor.
-¿Quién eres tú, mi pequeño niñito? -preguntó el Gigante, y un extraño temor lo
invadió, y cayó de rodillas ante el pequeño.
Entonces el niño sonrió al Gigante, y le dijo:
-Una vez tú me dejaste jugar en tu jardín; hoy jugarás conmigo en el jardín mío,
que es el Paraíso.
Y cuando los niños llegaron esa tarde encontraron al Gigante muerto debajo
del árbol. Parecía dormir, y estaba entero cubierto de flores blancas.
TIEMPO DE LECTURA: El gigante egoísta

- Subraya las palabras que no entiendas. Búscalas en el diccionario y


copia sus definiciones.

- Oscar Wilde escribió este cuento para transmitir un mensaje. ¿Qué


crees que quiere comunicar y a quién?

Siempre que alguien comunica algo a otro alguien, hay una situación
comunicativa.

- En este texto no sólo Oscar Wilde se comunica con nosotros, los


lectores. Además, los personajes de cuento también se comunican
entre ellos a través de los diálogos. ¿Sabes lo que es un diálogo?

Un diálogo s una conversación entre dos o más personajes, en la que


hay un EMISOR, o persona que habla, un RECEPTOR, o persona que
escucha y que recibe un MENSAJE.

- Colorea todos los diálogos del cuento. Fíjate en los del Gigante,
¿te puedes imaginar cómo es por lo que dice?

- Si observas los diálogos comprobarás que todos tienen unas


características en común. Completa este cuadro con las más
representativas:

CACTERÍSTICAS DE LOD DIÁLOGOS


-
-
-
-
¿ESTÁ COMUNICANDO?

1. Tienes aquí representadas diferentes situaciones comunicativas.


Señala los elementos que participan en cada una e inventa un
mensaje para todas ellas.

2
2. Elige a un compañero para representar una de las viñetas.
Después, intercambiad los papeles.

3. Recorta de una revista una fotografía cuya imagen represente


una situación comunicativa. A continuación, especifica los
elementos que participan e inventa un mensaje.

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3
LA COMUNICACIÓN NO VERBAL

1. Habrás observado que, en ocasiones, no nos comunicamos solo con


el lenguaje verbal. Traduce al lenguaje verbal los mensajes que se
comunican por medio de lenguajes no verbales en las situaciones
de las fotografías.

2. Observa otras formas de comunicación menos convencionales:


3. Lee atentamente:

Nos despierta el ruido de la campana del despertador. Salimos de la


cama, nos vestimos y nos disponemos a bajar con el ascensor, pero
una luz roja nos indica que está estropeado. Bajamos rápidamente por
la escalera; llegamos al coche y, al darle al contacto, una luz ámbar
nos indica que estamos en reserva. Apenas recorridos cien metros,
nos encontramos con la luz roja del semáforo pero un policía nos da
paso. Llegamos al trabajo pero no encontramos sitio para aparcar. De
pronto, vemos un hueco junto a la puerta de entrada pero…¡qué pena!,
es para minusválidos.

4. En sólo unos momentos habremos recibido hasta seis mensajes


diferentes y en todos ellos se ha utilizado el lenguaje no verbal.
Indica cuáles son estos mensajes y los elementos que intervienen
en cada una de las situaciones comunicativas.

Mensaje 1:

Mensaje 2:

Mensaje 3:

Mensaje 4:

Mensaje 5:

Mensaje 6:
LA SITUACIÓN COMUNICATIVA

1. Lee atentamente estas dos viñetas. Comprobarás que las


intervenciones de los protagonistas no se ajustan a las situaciones
comunicativas. Vuelve a escribirlas, pero esta vez ten en cuenta la
situación comunicativa.
LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE

Nos comunicamos para conseguir cosas. Según lo que queramos conseguir o


transmitir, usaremos el lenguaje con una función u otra. Observa que cada
función del lenguaje va asociada a un elemento de la comunicación. Así, si el
emisor quiere expresar un deseo, opinión o estado de ánimo, usará la función
expresiva (Me duele la cabeza). Por el contrario, si lo que quiere es provocar
que el receptor haga algo, usará la función apelativa (Cierra la ventana).

Emisor El emisor expresa un sentimiento


Función expresiva Me duele la cabeza

Mensaje Sirve para embellecer el mensaje


Función poética Tristes armas/si no son palabras

Canal La usamos para comprobar si el canal


Función fática funciona: ¿Me oyes?

Código Usamos el código para hablar del


Función metalingüística propio código: Comer es un verbo.
Receptor Se usa para conseguir que el
Función apelativa receptor haga algo: Pásame el pan.

Contexto Sirve para informar sobre algo.


Función representativa Está lloviendo

1. Señala las funciones del lenguaje que predominan en los siguientes


enunciados:

¿Sabías que…?
En un mismo mensaje pueden darse
conjuntamente dos o más
funciones del lenguaje, es decir,
éstas no son excluyentes.

- Juan está muy delgado


- ¿Me pasas el salero?
- Un triptongo es la unión de tres vocales en una misma sílaba
- Bueno…pero…es que…
- Tristeza, pues soy tuyo, / tú no dejes de ser mía
- ¡Enhorabuena!
- ¿Puedes repetírmelo, por favor? 8
2. Busca en la prensa tres anuncios publicitarios en los que se utilice la
función poética.

3. Inventa un diálogo en el que aparezcan todas las funciones del


lenguaje.

Recuerda que…
El diálogo tiene estas características:
- Antes de cada intervención aparece un
guión.
- Predominan las oraciones interrogativas,
exclamativas e inacabadas (con puntos
suspensivos).
(Se le entrega esta portada a cada alumno y ellos mismos van a ir configurando su
propia ortografía a lo largo del curso. Al final, se piden todas y se evalúan. Cada vez
que se estudie alguna cuestión ortográfica, todos van completando su ortografía)

ORTOGRAFÍA

DE LA

LENGUA

ESPAÑOLA

EDICIÓN REVISADA POR

..................................................................

REAL ACADEMIA DE 1º DE ESO B


LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN

o Lee atentamente este fragmento de Las crónicas de Narnia. El


león, la bruja y el armario.

La cena estaba riquísima consistió en un excelente huevo


marrón poco hervido para cada uno luego sardinas con pan a
continuación tostadas con mantequilla y tostadas con miel y
para terminar una tarta recubierta de azúcar cuando Lucy se
cansó de comer el fauno empezó a hablar tenía relatos
maravillosos que contar sobre la vida en el bosque le habló de
las danzas a medianoche y de cómo las ninfas que vivían en los
pozos y las dríadas que habitaban en los árboles salían a bailar
con los faunos de las largas cacerías en pos del ciervo blanco
como la leche que podía concederte deseos si lo capturabas de
los banquetes y las búsquedas de tesoros con los salvajes
Enanos Rojos en las profundas minas y cavernas situadas bajo
el suelo del bosque a gran profundidad también le habló del
verano cuando los bosques eran verdes y el viejo Sileno
montado en su rechoncho asno acostumbraba a visitarlos y a
veces incluso el mismo Baco los honraba con su visita le contó
cómo en aquellas ocasiones los arroyos fluían con vino en lugar
de agua y cómo todo el bosque se entregaba al jolgorio durante
semanas enteras.
C. S. LEWIS

o Habrás observado la importancia de los signos de puntuación, pues


de ellos depende gran parte de la correcta comprensión de los
mensajes. Imagina que eres tú el emisor de este mensaje y
necesitas que sea comprendido por todos tus lectores. Para ello,
deberás puntuarlo correctamente.

o Completa tu vocabulario con las palabras subrayadas. ¿Qué tienen


en común? Presta especial atención a las abreviaturas que emplea
el diccionario para cada una de ellas.

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