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Era 2007, hacía la tarea de química mientras comía unos cuantos trozos de pie

de manzana. Mi madre estaba ocupada en sus cosas como siempre, mi padre… bueno,
no estaba en casa. Se escuchaba a lo lejos el difuso sonido de la televisión que mi madre
acostumbraba tener encendida mientras hacía sus quehaceres diarios. Sentí sed, me
levanté sin muchas ganas y caminé descalza hacia la cocina, al pasar por la sala de estar
unos sonidos extraños nada parecidos a los de las novelas de mamá o las noticias de la
tarde llamaron mi atención, me acerqué para finalmente descubrir que se trataba de una
película, una película bastante extraña donde un hombre era sometido a imágenes
violentas, o al menos así lo llamaban. No era algo agradable, pero sentí un gran interés
por la razón detrás de esa locura ¿para qué hacen esto?

Si mi madre me encontraba allí probablemente se molestaría porque esas eran la


clase de cosas que ella no aceptaba que viera, pero decidí tomar el riesgo y me senté en
la alfombra, la tarea podía esperar.

A medida que los minutos corrían descubrí que era un hombre que había sido
realmente malo, estaba loco o algo así entonces hicieron como un… ¿experimento? No
sabía que se podía experimentar con las personas, pero así lo insinuaban. Al pasar el
tiempo el hombre no pudo ser normal nunca más, ni ser malo, ni ver algo violento o
sexual. Me sentí un poco mal por él, pero él fue realmente malo entonces no importaba.
Al culminar, tuve la extraña sensación de querer saber más acerca de todo tipo de cosas,
de todas las respuestas humanas posibles, había mucho que quería entender.

Tenía solo 14 años, no sabía para qué era buena o qué cosas me interesaban. Pero
ese día una pequeña puerta se abrió en mi mente y el interés por lo experimental se
expandió dentro de mí. Poco a poco entendí que entraba en la ciencia, en la
“psicología”. ¡Podría tener licencia para descubrir cosas de ese tipo!

Ha pasado mucho tiempo desde ese entonces, pero hay cosas que nunca cambiaron,
seguí interesada por la psicología experimental, estudié psicología, me gradué con
honores, me especialicé como psicóloga experimental y comencé a trabajar en ello.
Cumplí mi mayor aspiración, sin embargo durante ese proceso y a muy poco de
comenzar descubrí un libro que me demostró que mi incentivo estaba mal: el Código
de ética del psicólogo. Cuando tuve que aprenderlo casi dejo mi sueño atrás…
Resumiéndoles lo que descubrí fue que ese experimento estaba mal y que en el presente
si alguien fallaba en uno estaría en serios problemas. Pero decidí seguir adelante,
necesitaba aprender, quería el conocimiento, ya encontraría la forma de hacer mi
trabajo y de seguir mis propios proyectos.

Decidí dar inicio a mi búsqueda, pero necesitaba una forma de poder exponer de
forma tentativa a alguien manipulable, necesitaba llegar a esa persona. Dentro de mi
plan no circulaba un ayudante o compañero, deseaba que ese logro fuera solamente
mío, pero Dayse tenía las mismas visiones y ambiciones que yo. Ambas llegamos al
acuerdo de confidencia y nula exposición de la investigación y dimos inicio creando
un anuncio de poca demostración publica pero con un alcance virtual de chicas que,
luego de meses de estudios, se veían frágiles y moldeables. Dentro del anuncio
decidimos promocionar salud y guía física y mental, para cumplir y llevar los
estándares mediáticos y sociales que existían.

Suelto una pequeña risa por el recuerdo, al final tomé la mejor decisión, estoy en el
momento crucial de mi experimento y me cuesta no sonreír de satisfacción.

Elina, se hallaba llorando tras mi escritorio, mi oficina era una de las cosas de las
que podía enorgullecerme. Durante los últimos 6 meses ella, a diferencia del resto de
chicas que pasaban por el diván, había evolucionado como esperaba, desde el primer
segundo supe que era el prototipo adecuado de una adolescente vulnerable. El plan era
simple si contaba con el ratón adecuado.

Ella era una chica realmente linda, con un cuerpo bien formado para sus 18 años y
facciones delicadas. Fue parte de voluntarias presentes en una conferencia sobre
estereotipos sociales, se buscaban chicas que se sintieran capaces de ser parte de un
estudio de la influencia social en jóvenes.
Había acudido a mi consultorio para trabajar su inseguridad mientras el
experimento era llevado a cabo, como debía ser, sin embargo al tener un acercamiento
a su caso fue notable su ansiedad por ser juzgada, el experimento iba bien encaminado
y su experiencia en una situación determinante era posiblemente un resultado que urgía
obtener. Poco a poco, sesión a sesión y con un cuidado casi exagerado mis palabras se
fueron cubriendo con malicia, mas que cerrar mis técnicas comenzaban a abrir la herida
más y más. Dayse, estaba un poco inquieta con los avances y el encaminado que llevaba
con Elina, no podía fallar ¡había llegado tan lejos y el proceso era hermoso!, tal y como
lo imaginé. Decidí que debía mantener en presión a Dayse, ella ya se veía involucrada,
y si caía yo… caería ella.

Una preciosa adolescente fue pasando de timidez y salud a retraída y famélica,


reforzadores negativos llenaban el tenso aire del consultorio de la forma mas sublime
que aprendí en mis años de experiencia.

-El ideal de belleza femenina es importante por una razón, como tu terapeuta te
sugiero que lo aceptes y te nutras de conocimiento sobre como una mujer logra
equilibrar la belleza de su mente y su cuerpo de fuera hacia dentro.

Elina estaba un poco encogida, intentando ocultar lo poco que quedaba a la vista,
ella. Se veía dudosa y avergonzada, lista para llorar de ansiedad.

-Tienes un gran potencial, eso es algo positivo, al salir de detrás de la sombra del
miedo las posibilidades son infinitas. -Su mirada estaba fija en un punto mas allá de la
estantería detrás de mi.- Para la próxima sesión prepárame una lista de tus alimentos
cotidianos y piensa cuantos de ellos son realmente necesarios en tu vida, tráela y
compartiremos la experiencia.

En algún punto también intento decir que esta experiencia estaba siendo demasiado
para ella y que quizás era mejor retirarse, de nuevo intercedí acotando que dejar el
proceso incompleto seria perjudicial. No sera justo para Elina quizás, pero hacerlo era
totalmente necesario. Era necesario para mi investigación si quería los resultados
deseados... En mi mente retumbaban artículos sobre los deberes científicos en el área
de la investigación, pero como apa;arme a reglas tan cuadradas?

"Facultad de suspender la experiencia en cualquier momento", "suficientemente


informado sobre el alcance, fines y consecuencias que se esperan del experimento",
"compensarle por los riesgos derivados..." lo recordaba... articulo 57. Como iba eso a
permitir resultados puros como los que necesito? Me aleje de todos mis colegas, deje
de ir a reuniones, ninguna opinión cambiaría mi propósito. Y el articulo 59... Cuales
eran las verdaderas razones de mi investigación? No era solo una ilusión...

Tres meses pasaron y poco a poco la vida de Elina cambio de libros de poesía a
revistas de moda y meriendas de la tarde a un vaso de agua fría, comenzó a alejarse de
sus círculos sociales y dejo de jugar con sus hermanas menores. En el experimento,
todas se exponían a comentarios intrusivos, personas toxicas y evaluaciones de
evolución, sin embargo con mis incentivos Elina iba directo en picada.

Deje de redactar y observe lo escrito en el informe, cuantos problema podría traer


esto? Mi consciencia opina que muchos, la presencia de Dayse, mi error, opina que
demasiados. Cierro el documento y me aseguro de ponerle contrase;a al ordenador. El
mundo no esta listo para ver esto.

- Esto… esto es todo lo que fue redactado por Fabiana en su diario.- decía Dayse
mientras en sus mejillas sonrojadas corrían lágrimas. Mi mirada barrio el juzgado, veía
al juez, los abogados, a mi ratón perfecto pero ya demacrado Elina quien era abrazada
por sus padres y donde mi mirada fijo a la persona que estaba parada en el estrado,
Dayse y lo que me llevó directo al fracaso fue lo que sostenía entre sus temblorosas
manos… mi diario.

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