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TICOMÁN
PROFESOR:
AGUILERA HERNÁNDEZ ENRIQUE
MATERIA:
GEOLOGÍA DEL PETRÓLEO
TRABAJO:
LA BIONERGÍA COMO UNA APUESTA AL FUTURO
INTEGRANTES:
-OSCOY OROZCO MIGUEL ANGEL
-PÉREZ CARRILLO EMMANUEL
GRUPO:
3FM2
LA BIONERGÍA COMO UNA APUESTA AL FUTURO
La bioenergía es un tipo de energía renovable que se produce a partir del aprovechamiento de la
materia orgánica e industrial formada en algún proceso biológico o mecánico, generalmente de las
sustancias que constituyen los seres vivos o sus restos y residuos
La bioenergía resulta cuando los combustibles de la biomasa de reciente origen biológico son
usados para fines energéticos. Los productos secundarios en estado sólido, líquido y gaseoso son
a menudo utilizados como portadores de energía y más tarde empleados para proveer biocalor,
bioelectricidad o biocombustibles. Los biocombustibles se refieren específicamente a los
combustibles obtenidos de la biomasa y que se usan en el sector transporte. Las especies anuales
y perennes que son cultivadas específicamente para la producción de materiales energéticos en
forma sólida, líquida o gaseosa son denominadas “plantaciones energéticas”.
Biocombustibles: son obtenidos a partir de biomasa vegetal o animal, renovables, que permiten
reemplazar a combustibles fósiles obtenidos del petróleo. La utilización de biocombustibles
constituye un ciclo cerrado de carbono. Esto significa que al utilizar biocombustibles, se reduce el
CO2 que es enviado a la atmósfera, porque parte del mismo se ha absorbido durante el crecimiento
de las plantas que se utilizaron anteriormente para producirlo
Se denomina biomasa a toda la materia orgánica que se encuentra en la tierra. Esta materia
orgánica puede ser de origen vegetal o animal, e incluye a los materiales resultantes de su
transformación natural o artificial. Cualquier tipo de biomasa proviene de la reacción de la
fotosíntesis vegetal, que sintetiza sustancias orgánicas a partir del CO2 del aire y de otras sustancias
simples, aprovechando la energía del sol.
A los efectos de diferenciar algunas de las tecnologías utilizadas para aprovechar la energía
contenida en la biomasa es posible utilizar el siguiente criterio.
Las energías renovables al reemplazar el uso de combustibles fósiles son parte sustancial de la
solución al cambio climático. La bioenergía en su carácter de fuente renovable es parte de esa
solución ya que en última instancia es energía del sol acumulada en la materia orgánica y ésta
puede ser repuesta al regenerarse.
Actualmente, la bioenergía suministra alrededor del 10% del suministro global de energía primaria,
básicamente por su uso tradicional (leña) en el mundo en desarrollo. Aun así, los modernos usos
de la biomasa, por ejemplo para generar electricidad, se están incrementando en el mundo
industrializado, debido a las preocupaciones vinculadas al cambio climático, a los altos precios del
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petróleo y a la seguridad en el suministro energético (menor dependencia de combustibles
importados).
Acorde a la distinción que hace el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo de las
fuentes renovables podemos decir que la biomasa tradicional cubrió el 9,3% del total de la
energía primaria global en el 2001. Luego las “nuevas renovables”5 totalizaron un 2,2%, que
se conformó por un 1,4% de biomasa “moderna” y un 0,8% por otras renovables.
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Los caminos posibles de la Bioenergía:
El siguiente cuadro procura mostrar esa complejidad y diversidad de una manera simplificada.
Los insumos utilizados van desde materiales provenientes de los bosques, residuos de cosechas a
cultivos energéticos (cultivos destinados a propósitos energéticos), residuos sólidos urbanos,
estiércol de granja y residuos del procesamiento de la carne. Las tecnologías para convertir estos
insumos en energía son innumerables. El resultado puede ser electricidad o calor (o ambos), o
combustibles para transporte.
La biomasa puede originarse de tres fuentes posibles: los bosques, la agricultura y de diversos flujos
de residuos.
Bosques e Industrias de la Madera: Este sector produce madera que es la fuente más
importante de biomasa sólida. El sector abarca un amplio rango de biocombustibles con
diferentes características –leña, cortezas, chips de madera, aserrín y más recientemente
“pellets”11. Existe una gran cantidad de tecnologías para la conversión de productos madereros
en combustibles que aún requieren de avances y mejoras.
Agricultura: Puede proveer desde residuos tales como estiércol, rastrojos y pajas a cultivos
específicos con fines energéticos, éstos pueden ser obtenidos de cultivos tradicionales (girasol,
caña de azúcar, maíz, etc.) o mediante el uso de nuevos cultivos o cultivos no tradicionales.
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POBREZA, EMPLEO Y PRECIOS
En diversos estudios se ha puesto de manifiesto que
la producción de biomasa destinada a la generación
de bioenergía brindará a los países en desarrollo
nuevas fuentes de ingreso, y que con ello la pobreza
se reducirá y aumentará la seguridad alimentaria. Sin
embargo, dependerá de muchas variables determinar
si el desarrollo de la bioenergía pueda tener
repercusiones netas positivas o negativas en los
medios de vida. Podrán observarse beneficios netos si
los pequeños agricultores tienen la oportunidad de
producir biomasa autónomamente o recurriendo a sistemas de subcontratación
IMPACTO AMBIENTAL
El mayor beneficio ambiental derivado del uso de la bioenergía para desplazar a los combustibles
fósiles es la reducción en las emisiones de gases de invernadero. Otros beneficios ambientales
incluyen la reducción de las emisiones locales, un mejor aprovechamiento de los recursos limitados,
mejorar la biodiversidad, y la protección del hábitat natural y de los paisajes.
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A pesar de estas ventajas, bajo ciertas circunstancias, el uso de estos combustibles puede tener
impactos ambientales negativos, como por ejemplo, la emisión de aldehídos producto del uso del
bioetanol. Además algunas cuestiones todavía deben ser resueltas mediante el análisis detallado
de ciclos de vida que demuestre si los balances energéticos son positivos para ciertos proyectos.
Beneficios sociales
A pesar de que los beneficios ambientales de las energías renovables, incluyendo a la bioenergía,
son ampliamente aceptados, los beneficios socioeconómicos no están muy bien entendidos. Los
beneficios sociales de las modernas aplicaciones de la biomasa están relacionados con el
mejoramiento en la calidad de vida; disminución en la emisión de contaminantes nocivos para la
salud humana; oportunidades locales de empleo; satisfacción por el dominio de la comunidad y
cohesión social.
En general, los sistemas de energías renovables requieren de más fuerza de trabajo que los
sistemas a base de combustibles fósiles y en una mayor proporción se requiere mano de obra más
especializada. Operar, mantener en funcionamiento y proveer el combustible en una planta
bioenergética, a menudo genera oportunidades de empleo, principalmente en áreas rurales. Las
fuentes de empleo generadas en proyectos bioenergéticos difieren de los generados en proyectos
eólicos, hidráulicos y solares en que las actividades principales se desarrollan durante la
manufactura de las plantas, su instalación y mantenimiento.
El disparo del consumo de energía, los altos precios de los combustibles fósiles, las crecientes
emisiones de gases de efecto invernadero y las preocupaciones sobre la dependencia de la
importación de energía están provocando cambios a escala mundial en las fuentes de las que se
espera obtener la energía en los próximos años. Aunque se espera que los combustibles fósiles
representen la mayor parte de la oferta energética, las formas alternativas de energía también
desempeñarán un papel cada vez más importante en el suministro mundial de energía.
Se prevé que Asia registre las tasas más altas de crecimiento del consumo energético.
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En total, el consumo de madera a escala mundial como fuente de energía está aumentando, lo que
refleja en gran parte un incremento del consumo doméstico en países de África y América del Sur
debido al aumento de la población.
La dendroenergía se encuentra entre las fuentes de bioenergía más eficientes respecto a la cantidad
de energía que se libera por unidad de carbón emitida. Cuando se produce con tecnología eficaz,
como la tecnología de cogeneración, suele ser competitiva con la energía fósil.
La futura demanda de bioenergía dependerá en gran medida de las medidas políticas adoptadas.
CONCLUSIONES
El disparo del consumo de energía, los altos precios de los combustibles fósiles, las crecientes
emisiones de gases de efecto invernadero y las preocupaciones sobre la dependencia de la
importación de energía están provocando cambios a escala mundial en las fuentes de las que se
espera obtener la energía en los próximos años. Aunque se espera que los combustibles fósiles
representen la mayor parte de la oferta energética, las formas alternativas de energía también
desempeñarán un papel cada vez más importante en el suministro mundial de energía.
Se prevé que Asia registre las tasas más altas de crecimiento del consumo energético.
Las formas de bioenergía, como la dendroenergía, representan una gran proporción de la oferta
energética actual de fuentes renovables. En muchos países en desarrollo, la leña y el carbón vegetal
(bioenergía tradicional) siguen siendo la principal fuente energética. En los países industrializados
y, en concreto, en países con grandes industrias de procesamiento de madera, la dendroenergía se
utiliza con fines domésticos e industriales. Esta forma de energía sólo puede considerarse renovable
si se produce de forma sostenible y si los cultivos de biomasa son superiores a la cosecha. Su
beneficio neto respecto a la mitigación del cambio climático depende del equilibrio entre el CO2
capturado durante el cultivo de las plantas y el CO2 liberado en la producción, el procesamiento, el
transporte y el uso de combustible.
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Con la creciente demanda de tierras para la producción de biocombustibles líquidos de primera
generación, es probable que aumente la presión sobre los bosques en todo el mundo, y se podría
llegar al despeje de los mismos, con lo que se perdería el CO2 almacenado en el bosque. Por lo
tanto, la expansión de la producción de biocombustibles debería ir acompañada de reglamentos
claros y consolidados sobre el uso de las tierras. Además, es imperativo que las estrategias de
bioenergía estén estrechamente vinculadas e integradas en las estrategias relativas a la agricultura,
la silvicultura, la reducción de la pobreza y de desarrollo rural.
La futura demanda de bioenergía dependerá en gran medida de las medidas políticas adoptadas.
Es probable que la contribución de la dendroenergía a la producción energética futura dependa de:
En lo que respecta al cambio climático y a la seguridad energética, será muy importante asegurar
que los países en desarrollo también tengan acceso a las tecnologías de dendroenergía avanzadas.
RECOMENDACIONES
La bioenergía es la forma de energía más democrática. Según palabras de Lula Da Silva,
expresidente de la Republica de Brasil, actualmente los recursos de petróleo están tan solo en
manos de 23 países, mientras que hay más de 200 países productores de biomasa. Su desarrollo
generaría un escenario energético mundial más democrático.
La bioenergía es una forma de energía social. La dispersión de la propiedad del recurso hace
que se administre más equitativamente. Cada pequeño propietario de terreno es un potencial
suministrador de biomasa y para que participe en la cadena tiene que estar satisfecho.
La bioenergía es una herramienta infalible para generar empleos. Se generan 14 veces más
empleos usando como fuente de energía la biomasa frente al petróleo. El potencial de generación
de empleos en España con la bioenergía es de 594.000 puestos de trabajo.
La bioenergía es una oportunidad para el medio rural. Reduce la factura energética y genera un
mayor flujo de dinero local, especialmente allí donde se produce la materia prima. Las actividades
agroforestales supondrán el 96% de la biomasa utilizada en el mundo (IPCC, 2007) y más del 60%
de ésta, en el medio plazo, provendrá de las innovaciones en cultivos energéticos, la selvicultura y
la productividad agrícola.