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Modelo minero, resistencias sociales

y estilos de desarrollo: los marcos de la discusión


en la Argentina
Maristella Svampa1y Marian Sola Alvarez2
Argentina es un país que ingresó tardíamente a la producción minera. Esta circunstancia ha sig-
nificado la factibilidad de un modelo desarrollista de tipo extractivista. La implantación de la
minería a cielo abierto se encuentra cuestionada por la movilización social que propone desde
un enfoque de derechos humanos la defensa de las localidades afectadas por la explotación
minera. Se trata de una trama compleja en la que están involucrados el Estado, las empresas
mineras transnacionales y los gobiernos locales. Las resistencias sociales a la minería han mos-
trado una clara posibilidad de veto desde una red de movimientos socio-ambientales.

E
l presente artículo aborda la te- nario particular, buscaremos dar cuenta
mática del extractivismo, a través del estado de los conflictos en la Argen-
del caso de la megaminería a tina. En segundo lugar, haremos un ex-
cielo abierto, que hoy se expande en va- cursus sobre las características generales
rios países latinoamericanos. Para ilus- del modelo minero, buscando establecer
trar esta problemática tan compleja y de una mirada comparativa entre los diver-
aristas multidimensionales, nos centrare- sos países de la región. En tercer lugar,
mos en el caso de la Argentina, un país daremos cuenta de los movimientos de
que -a diferencia de México, Perú, Boli- resistencia surgidos en Argentina, que
via y Chile-, no cuenta con una tradición ilustran lo que denominamos el giro eco-
minera a gran escala, y dentro del cual, territorial de las luchas, a través de la
ha surgido una importante red de movi- convergencia de un lenguaje ambienta-
mientos socio-ambientales, de carácter lista y una matriz comunitaria. En fin, ce-
asambleario, que cuestiona fuertemente rraremos con una reflexión acerca del rol
el modelo de desarrollo que promueve de los imaginarios y los modelos de de-
este tipo de minería. En primer lugar, a sarrollo.
través de la reconstrucción de un esce-

1 Investigadora Independiente del Conicet (Argentina) y Profesora de la Universidad Nacional de La Plata.


2 Becaria de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (Argentina) e Investigadora Do-
cente de la Universidad Nacional de Gral. Sarmiento.
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Andalgalá o la vuelta a los orígenes Gold, una transnacional de origen cana-


diense, y localizado a sólo 25 km de la
Andalgalá es una pequeña localidad ciudad. La acción directa, esto es, el
cordillerana de 40.000 habitantes que se corte selectivo del camino comunal a
encuentra en Catamarca, en la región del maquinarias, camionetas y camiones
noroeste, una de las provincias más po- con insumos, fue así una de las medidas
bres y desiguales de la Argentina. Hacia emprendidas no sólo para resistir la po-
fines de 2009, un documento elaborado sibilidad de ser desplazados en un futuro
por la Dirección Provincial de Minería, a próximo; tampoco solamente para im-
pedido del Concejo Deliberante de An- pedir la puesta en marcha de la nueva
dalgalá confirmaba lo que hasta enton- explotación, sino para manifestar el re-
ces era solo un rumor: el gobierno chazo hacia una actividad con la cual la
provincial había adjudicado, entre otros ciudad convive desde hace más de 13
tantos permisos de cateo minero, uno años.
que abarcaba a la ciudad misma. Es Ciertamente, Andalgalá no es un
decir, se había autorizado - a través del punto más en la actual cartografía mi-
otorgamiento de la concesión a la em- nera de la Argentina, país que asiste hoy
presa Billington Argentina BV - a ejercer a la expansión vertiginosa e inconsulta
los derechos de prospección, explora- de las fronteras de la minería, que abarca
ción y futura explotación del subsuelo de directamente doce provincias y de ma-
la ciudad. nera indirecta, quince, sobre las veinti-
Todavía atónitos, los andalgalenses cuatro existentes. Andalgalá constituye
leyeron en el informe oficial que indi- un caso testigo, dado que ésta se en-
caba que “el área de la mina cubre prác- cuentra a solo 70 km de Bajo Alumbrera,
ticamente la ciudad de Andalgalá /…/ y la primera explotación minera de estas
que en el caso de llegar a una explota- características en la Argentina y una de
ción se deberá contemplar la indemni- las mayores de América Latina. Minera
zación correspondiente y el mayor La Alumbrera, yacimiento que extrae oro
interés público por parte del Estado, para y cobre a cielo abierto, arrancó en 1997
la prioridad de Desarrollo”. Fue enton- en medio de grandes promesas de em-
ces cuando los vecinos, reunidos en pleo y desarrollo, todas ellas incumpli-
asamblea, decidieron impedir el paso de das, y arrastra desde entonces una
vehículos que transportan materiales frondosa historia de violación de dere-
para Minera “Agua Rica”3, un megapro- chos humanos, que incluyen desde de-
yecto que se encuentra en un importante nuncias de enterramientos clandestinos
estado de avance, operado por Yamana de derrames producidos por el minera-

3 Se trata de un proyecto en construcción orientado a la obtención de cobre, molibdeno y oro, cuyo ini-
cio de explotación estaba previsto para el año 2012. Las formas de extracción del mineral, procesa-
miento y traslado serían similares a las adoptadas por Minera Bajo La Alumbrera, a la cual triplicaría en
volumen. Su puesta en marcha conllevaría un importante aumento en el impacto ambiental tanto a nivel
local como regional involucrando la cuenca del río Salí-Dulce y territorios de las provincias de Tucumán,
Santiago del Estero y Córdoba.
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loducto (que atraviesa tres provincias ar- vecinos indignados atacaron los locales
gentinas), denuncias por deforestación y de la minera y sus proveedores, y fueron
destrucción de patrimonio arqueológico incendiadas las oficinas de la municipa-
(a través del tendido de un electroducto), lidad.
y múltiples denuncias por contamina- Pero esto no sería todo, pues esta vez
ción, una de las cuales hizo que ésta el conflicto alcanzaría una repercusión
fuera procesada el 2007 por la justicia mediática de alcance nacional. Impor-
federal por el delito “de contaminación tantes marchas se realizaron en la ciudad
grave”. de Andalgalá y en varios puntos del país.
Un nuevo capítulo en el conflicto Los informes especiales, titulados “An-
minero se abría así en Argentina, nada dalgalá: un pueblo que dijo Basta”, pre-
menos que en la provincia pionera. En sentados en el noticiero televisivo del
las calles de Andalgalá, una marcha por Grupo Clarín, en el horario central, rom-
el ‘Sí a la minería’, se contrapuso con pieron con la invisibilización que carac-
cuatro Caminatas “Por el sí a la vida”, en terizaba al tratamiento del tema por parte
las que participaron miles de personas y de los medios masivos de comunicación.
en las que se recolectaron firmas por la El conflicto entre el Grupo Clarín y el
nulidad de la aprobación del proyecto Ejecutivo Nacional, abrió así una brecha
Agua Rica. En los tribunales, la presen- – en la estructura de oportunidades polí-
tación de un amparo ambiental solici- ticas - para su tratamiento. El multime-
tando la suspensión definitiva de la dios, valiéndose del trabajo de equipos
explotación de Agua Rica por parte de la de producción, encontró en la minería a
Asamblea local, corría en paralelo a las cielo abierto una política sostenida y
gestiones de funcionarios del poder local promovida desde el gobierno nacional
para obtener la autorización del uso de que, en la medida en que se conoce,
la fuerza policial para “despejar” el ca- provoca indignación en gran parte de la
mino a la minera. opinión pública.4
El 15 de febrero de 2010, fuerzas po- Días más tarde, la fiscal que había
liciales locales, grupos de elite provin- ordenado la represión en Andalgalá, de-
ciales y efectivos de infantería, con claró públicamente que “de haber sa-
perros y equipos especiales para repri- bido las consecuencias de la orden
mir, intentaron disolver el corte. Doce- emitida no la hubiera dado”. Un juez re-
nas de asambleístas fueron detenidos y solvió suspender provisoriamente la ac-
heridos. Detrás de la policía aparecieron tividad minera Agua Rica, ‘para
unas máquinas para la explotación mi- contribuir a la paz social’, y otro dio
nera. Frente a la represión, la respuesta lugar al amparo ambiental. Mientras las
de los pobladores tampoco se hizo es- asambleas socio-ambientales formaban
perar, y en medio de los desórdenes ge- una Coordinadora Territorial y continua-
nerados por la fuerza de seguridad, los ban con el bloqueo, el 11 de marzo, el

4 Coincidentemente, el periódico Página 12 publicó el 22/02/10 como nota de tapa, el trabajo periodís-
tico “Los desplazados por la soja y la minería”, de Darío Aranda, un especialista en el tema.
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Concejo Deliberante decidió llamar a un a desplazar fuera de sus fronteras las pri-
referéndum vinculante, para que la po- meras fases la actividad extractiva que
blación de Andalgalá se exprese por el abarca incluso las primeras etapas de los
“si” o por el “no” al proyecto de Agua procesos, privilegiando el medio am-
Rica el próximo 25 de mayo. Un punto biente local pero a costa de un mayor
de inflexión, sin duda, en la breve pero deterioro del medio ambiente global, y
agitada historia de las resistencias que se particularmente de los países del sur
desarrollan a este tipo de minería en Ar- cuyos territorios son utilizados como
gentina. fuente de recursos y sumidero de resi-
Sin embargo, escenarios como el de duos (Naredo, 56).
Andalgalá, con sus matices y particulari- En consecuencia, la actual etapa ex-
dades, se presentan en otros países desde presa una demanda cada vez mayor de
mediados de los `90, sobre todo en la los países desarrollados hacia los países
larga franja que ocupa la cordillera de dependientes, en términos de materias
los Andes, desde Guatemala y Ecuador, primas o de bienes de consumo, lo cual
pasando por Perú, hasta Chile y Argen- aparece reflejado en la consolidación de
tina, y dan cuenta de la importancia una matriz productiva, de corte extracti-
cada vez mayor de los conflictos socio- vista, basada en la sobre-explotación de
ambientales, ligados a las industrias ex- recursos naturales y en la expansión de
tractivas. las fronteras hacia territorios antes consi-
Es sabido que el paradigma extracti- derados como “improductivos”: la me-
vista cuenta con una larga y oscura his- gaminería a cielo abierto, la privatización
toria en América Latina, marcada por la de tierras, la construcción de grandes re-
constitución de enclaves coloniales, al- presas, el boom de los agro-negocios ba-
tamente destructivos de las economías sados en los transgénicos y la siembra
locales y directamente relacionado con directa, los proyectos de infraestructura
la esclavización y empobrecimiento de previstos por el IIRSA y los llamados bio-
las poblaciones. Ahora bien, pese a que combustibles, ilustran a cabalidad esta
la explotación y exportación de bienes nueva división territorial y global del tra-
naturales no son actividades nuevas en bajo entre el Norte y el Sur en el contexto
nuestra región, resulta claro que en los del capitalismo actual, que repercute en
últimos años del siglo XX, y en un con- una “desigual distribución de los con-
texto de cambio del modelo de acumu- flictos ecológicos” (Martínez Alier: 2004)
lación, se ha venido intensificando la y territoriales. Este vertiginoso proceso de
expansión de proyectos tendientes al reconfiguración de los territorios abarca
control, extracción y exportación de bie- así desde México hasta el extremo sur del
nes naturales a gran escala. continente, en Argentina y Chile, y per-
En términos de relaciones económi- judica sobre todo a aquellas regiones
cas, la globalización planteó una nueva más apartadas de los grandes centros ur-
división internacional del trabajo que banos, pequeñas y medianas localidades,
acentuó aún más las asimetrías entre los o vastos territorios semiaislados, como es
países centrales y periféricos. Así, se trata el caso de la región amazónica, en mu-
de una tendencia de los países del norte chos casos, habitados por poblaciones
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originarias. No es casual que una de las de los `90 incluyó a países que no eran
consecuencias de esta inflexión haya “tradicionalmente” mineros, como Ar-
sido la potenciación de las luchas ances- gentina, Ecuador, Venezuela, Honduras y
trales por la tierra, de la mano de los mo- Guatemala (De Echave, 2007 y 2009). En
vimientos indígenas y campesinos, así efecto, sea porque la estrechez de las do-
como el surgimiento de nuevas formas taciones mineras disponibles en los paí-
de movilización y participación ciuda- ses industrializados se iría articulando
dana, centradas en la defensa de los re- con políticas que desalientan la minería;
cursos naturales (definidos como “bienes sea por razones de dominio geopolítico,
comunes”), la biodiversidad y el medio lo cierto es que la actividad minera en
ambiente. países periféricos tomó proporciones des-
Lejos de cualquier linealidad, este es- conocidas en territorios tradicionalmente
cenario va instalando a los diferentes go- vinculados a la extracción y se orienta a
biernos latinoamericanos, y muy la búsqueda de nuevas reservas para su
particularmente a aquellos que se consi- explotación en sitios que no guardan tra-
deran de centro izquierda y de izquierda, dición minera.5 Así, entre los diez países
frente a nuevas tensiones y conflictos, por que recibieron inversión minera entre
no decir verdaderos dilemas y contradic- 1990 y 2001, cuatro de ellos son de Amé-
ciones visibles en la colisión incipiente rica Latina: Chile (en el primer puesto),
entre, por un lado, las luchas por la de- Perú (sexto), Argentina (noveno) y México
fensa de la tierra y el territorio, en nom- (décimo). Esta expansión se concentró en
bre de los “bienes comunes”; por otro Sudamérica pero cada vez hay más indi-
lado, el afianzamiento de matrices pro- cios de que en años venideros Centroa-
ductivas, orientadas al mercado externo, mérica también verá un marcado
en nombre de un discurso neodesarro- incremento de inversión minera, proceso
llista, con base extractivista. Uno de los que ya comenzó en Guatemala y Hon-
casos paradigmáticos, es la megaminería duras, teniendo en cuenta el crecimiento
a cielo abierto. Veamos entonces cuáles de la demanda de países como China e
son las características de este modelo. India (Bebbington, 2007: 23/24).
En consonancia con ello, durante los
Un modelo altamente excluyente: la ´90, la mayor parte de los países latino-
megaminería a cielo abierto americanos involucrados, llevó a cabo
una profunda reforma del marco regula-
Hasta hace poco tiempo, en América torio, para conceder amplios beneficios
Latina había sólo cuatro países con una a las grandes empresas transnacionales.
tradición minera importante: Chile, Perú, Dicha reforma fue respaldada por dife-
Bolivia y México. Sin embargo, la reforma rentes organismos internacionales

5 En países como Francia, Bélgica, Alemania, Inglaterra - entre otros – la actividad minera se ha ido reti-
rando de manera acelerada en los años 70 y 80 y hoy en día solo quedan algunos pequeños rezagos.
(De Echave, 2007). La exigente normativa de la Comunidad Europea, que conlleva a que los proyectos
sean rechazados por implicar un alto costo ambiental, es presentada en América Latina como una suerte
de oportunidad “histórica” para los territorios.
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(Banco Mundial, BID, entre otros), a fin nería o megaminería a cielo abierto. Aún
de facilitar, promover y garantizar el si las consecuencias económicas pueden
auge regional de la nueva minería. ser homologadas, lejos estamos de aque-
Debido a las posibilidades de explo- lla minería de socavón, propia de épo-
tación que ofrecen las nuevas tecnolo- cas anteriores, cuando los metales
gías, en la actualidad la Argentina pasó a afluían en grandes vetas, desde el fondo
ocupar el sexto puesto en el mundo en de las galerías subterráneas. Pocos paí-
cuanto a su potencial minero, y los in- ses, entre ellos, Bolivia, conservan una
formes consignan que el 75% de las minería tradicional, a pequeña escala,
áreas atractivas para la minería todavía fundamentalmente basada en el estaño.
no han sido sometidas a prospección. Así Un elemento central que explica el pa-
es que en los últimos años, la actividad saje de la minería tradicional a la mo-
minera se desarrolló de un modo vertigi- derna, está dado por el progresivo
noso: el volumen de metros perforados, agotamiento -a nivel mundial- de los me-
los cuales son todo un indicador de las tales en vetas de alta ley. Esto implica
tareas vinculadas a la exploración para que, al disminuir la concentración del
futuros proyectos, superaron en el año mineral contenido en las rocas, deja de
2008 en más del 300% los alcanzados ser rentable la explotación mediante so-
en el 2003, según datos de la Secretaría cavones. La explotación minera a cielo
de Minería de la Nación. También según abierto con técnicas de lixiviación es
informes del mismo organismo, entre precisamente la tecnología que permite
2003 y 2008, el monto de las inversio- actualmente extraer los minerales dise-
nes anuales en el país fue multiplicado minados en la roca portadora. Mediante
por más de diez, pasando de 220 millo- la utilización de dinamita, se producen
nes de dólares a 2230 millones de dóla- voladuras de montañas que permiten re-
res. El crecimiento acumulado de mover grandes volúmenes de roca. Así
proyectos fue más increíble todavía: au- se forman escalones que dan lugar al
mentó un 907% en esos cinco años, para “tajo abierto” u “open pit”. Esto ocasiona
llegar en 2008 a superar los 400 proyec- que se movilicen tonelajes de roca cre-
tos – en diferentes grados de avance y sin cientemente superiores a los directa-
que ello implique la utilización de la me- mente utilizados, acentuando con ello el
todología a cielo abierto en todos los deterioro ocasionado en el medio, al que
casos-. En cuanto al valor de la produc- se suma el provocado por los residuos.
ción total, fue de 5047 millones de dó- A estos importantes niveles de afec-
lares en 2008 y las exportaciones tación al ambiente, es preciso sumarle el
alcanzaron los 3750 millones de dólares, uso desmesurado de recursos, funda-
o sea catorce veces más que en 1995. mentalmente de agua y energía, ambos
(Fuente: Minería en números, Secretaría imprescindibles para la implementación
de Minería 2009). de este tipo de explotaciones. El agua,
Resulta importante aclarar cinco principal insumo en el proceso extrac-
cuestiones respecto al tema: en primer tivo, es obtenida de ríos, glaciares y acuí-
lugar, a qué tipo de minería hacemos re- feros cercanos a los proyectos a razón de
ferencia cuando hablamos de nueva mi- varios cientos o miles de litros por se-
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gundo. En razón de ello, las explotacio- equivalente al 25% de la energía de toda


nes se sitúan en el origen de las cuencas la región del noroeste, que incluye nada
hídricas y en las proximidades de las re- menos que cuatro provincias argentinas.
servas de agua fósil. El agua y la energía En tercer lugar, si las implicaciones
son aportadas a bajo costo o directa- socio-ambientales son ciertamente gra-
mente sin ser cuantificadas en términos vosas y nos colocan ya en el centro de
económicos; su inclusión en la contabi- un paradigma extractivista, sumamente
lidad del proyecto pondría en duda la cuestionado desde diferentes vertientes
rentabilidad del método. del pensamiento (ecología política, indi-
En segundo lugar, estamos hablando genismo, economía social), a esto hay
de “megaminería” metalífera; esto es, de que añadir que también estamos lejos de
minería a gran escala orientada a la ex- asistir a la expansión de un modelo “na-
tracción de oro, plata, cobre y otros mi- cional” de desarrollo. Para el caso em-
nerales estratégicos. De este modo, la blemático de Argentina y Perú, gracias a
utilización de recursos es mayor y, por la continuidad del marco normativo san-
ende, también los impactos económicos cionado en los ´90, la expansión y con-
y socio-ambientales. Así, un tema que trol de la nueva megaminería a cielo
suelen minimizar los informes de im- abierto es potestad exclusiva de las gran-
pacto ambiental de las compañías mine- des empresas transnacionales. Aún en un
ras es que este tipo de minería entra en país como Chile, la minería ha sufrido un
competencia con otras actividades eco- proceso de desnacionalización, a partir
nómicas regionales (agricultura, ganade- de la ley 19137, y es bajo el gobierno de
ría), por los mismos recursos (tierra y la concertación que se efectuó el tras-
recursos hídricos). Por ejemplo, para el paso de los yacimientos de Codelco, que
caso del agua, la ya citada Minera Alum- aún no estaban en explotación (Que-
brera, situada en el noroeste argentino, vedo y otros: 2002).
una de las mineras más grandes de Amé- Para el caso de Argentina, fue du-
rica Latina, utiliza 1200 litros por se- rante las dos presidencias de Carlos
gundo (alrededor de 100 millones de Menem (1989-1999), que se aprobaron
litros por día) en una zona desértica, ex- una batería de leyes nacionales que es-
traídos de una reserva natural de agua tablecieron la autoexclusión del Estado
fósil (Machado Aráoz, 2009: 209). Asi- para llevar a cabo la actividad minera y
mismo, según datos recientes, dicho ya- en el otorgamiento de beneficios y exen-
cimiento estaría consumiendo el ciones al capital transnacional.6 La re-

6 Algunas de las medidas adoptadas son las siguientes: estabilidad fiscal y cambiaria por treinta años desde
la presentación del proyecto, exención del pago de los derechos de importación, deducción del 100%
de la inversión en el impuesto a las ganancias, exención al descubridor del yacimiento del pago del
canon por tres años; exención de aranceles y tasas aduaneras, exención del impuesto a la ganancia mí-
nima presunta y de contribuciones sobre la propiedad minera, exención a las empresas del pago de re-
tenciones por exportaciones. A esta sumatoria de exenciones, se les adicionó la no obligación de liquidar
divisas en el país. En cuanto al pago de regalías, se estableció un porcentaje máximo del 3% al valor boca
mina declarado por la empresa (y del cual se descuentan los costos que implica el proceso desde su ex-
tracción hasta el traslado para la exportación).
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forma constitucional de 1994 fue evi- En cuarto lugar, la minería a gran es-
dentemente un parteaguas, pues implicó cala suele combinar multiescalaridad y
un cambio profundo en relación con la tipología del enclave, muy presente en
explotación de los recursos naturales; la historia de América Latina, e inextri-
por un lado, consagró la provincializa- cablemente ligadas al paradigma extrac-
ción de los recursos naturales7 (gas, pe- tivo.9 En este contexto, las asimetrías
tróleo, minería), que dejó de depender propias de la dinámica entre lo local
del Estado central; por otro lado, marcó (movimientos campesinos, organizacio-
la renuncia del Estado (nacional y pro- nes indígenas y asambleas de autocon-
vincial) a la explotación de los mismos, vocados) y lo global (empresas
lo cual dio paso a una obligada privati- multinacionales) se exacerban: las gran-
zación. des empresas tienden a concentrar un
Este modelo de transnacionalización número importante de actividades, com-
encontró continuidad en la política de pitiendo y subalternizando la economía
Néstor Kirchner y Cristina Fernández de del lugar hasta conformar enclaves de
Kirchner. Mientras que el primero de- exportación. El peso económico de estas
claró en 2004 el plan minero nacional empresas es tal que no resulta extraño
un “objetivo estratégico” y avanzó in- que los intereses de las corporaciones
cluso en la exención total de IVA para la atraviesen y hasta sustituyan al Estado,
minería y otros puntos estratégicos para menospreciando y/o violentando proce-
el desarrollo del sector, la segunda aplicó sos de decisión ciudadana. Por otro lado,
el veto presidencial (fines de 2008) a la la relación entre tipología de enclave y
ley de protección de los glaciares (ley deterioro de los derechos civiles expresa
24.618), votada por una amplia mayoría la tendencia a la territorialización de los
del Congreso Nacional, lo cual consti- conflictos, a partir de los cuales éstos
tuyó un claro gesto de apoyo a los inte- quedan librados a la intervención de la
reses de la minería transnacional, en este justicia y los entes municipales y/o pro-
caso en favor de la compañía Barrick vinciales, cuyo grado de vulnerabilidad
Gold, quien a través del proyecto bina- es mayor que el de sus homólogos na-
cional Pascua-Lama, compartido con cionales. La implementación del modelo
Chile, se encamina a desarrollar una ex- tiende, por ende, a ser acompañada por
plotación de oro y plata que afectaría a políticas represivas y autoritarias que cri-
los glaciares de altura en la región cor- minalizan la pobreza y la protesta social,
dillerana.8 algo que aparece con claridad en la ex-

7 El artículo 124 de la Constitución Nacional señala “Corresponde a las provincias el dominio originario
de los recursos naturales existentes en su territorio”.
8 En junio de 2009, las presidentas Fernández de Kirchner y Bachelet mostraron su apoyo a la empresa al
recibir en las respectivas casas de gobierno a un alto ejecutivo de Barrick. Fuente: CONSENSUS Men-
sual IAE Business School, Julio de 2009, disponible en http://www.iae.edu.ar/SiteCollectionDocu-
ments/Investigacion/Consensus/pascualamabuscasulicenciasocialparaoperar.pdf
9 Por economías de enclave entendemos aquellas que transfieren recursos a favor de los actores extrate-
rritoriales sin generar encadenamientos endógenos relevantes.
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periencia peruana (Palacín Quispe, socio-políticas jerárquicas, pequeñas lo-


2008, De Echave et all, 2009b) y co- calidades, vulnerabilidad económica;
mienza a percibirse en Argentina, a tra- debilidad institucional), las grandes em-
vés de una política de judicialización y presas tienden a convertirse en un actor
represión de la protesta socio-ambiental. social total. En efecto, en primer lugar,
Por último, cabe aclarar que pese a éstas tienden a reconfigurar bruscamente
las grandilocuentes declaraciones de las las economías locales preexistentes, reo-
empresas, estamos lejos de una minería rientando la actividad económica de la
“socialmente responsable”. Ciertamente, comunidad en función de la minería, y
la Responsabilidad Social Empresarial creando nuevos enclaves de exporta-
(RSA) forma parte de un dispositivo mas ción; en segundo lugar, producen un im-
amplio, que apunta a instalar y legitimar pacto negativo en términos ambientales
el nuevo modelo extractivista. Hacia y sanitarios, que repercute sobre las con-
afuera, las empresas se orientan a desa- diciones de vida de la población. En ter-
rrollar vínculos estrechos con institucio- cer y último lugar, a través de la llamada
nes, universidades privadas y públicas, a RSA, las empresas tienden a ampliar su
partir de convenios y subsidios, al esfera de acción, convirtiéndose en
tiempo que desarrollan una intensa pu- agentes de socialización directa, me-
blicidad en los más diversos medios de diante una batería múltiple de acciones
comunicación, en el marco de un dis- sociales, educativas y comunitarias. En
curso que subraya la opción por una Argentina, el caso de la minera La Alum-
“minería responsable”. Hacia adentro, brera, en Catamarca-Tucumán, consti-
en relación a las comunidades en las tuye uno de los ejemplos más
cuáles se desarrolla la actividad extrac- ambiciosos,10 en los cuales las empresas
tiva, sus efectos son aún mayores, en la asumen su condición de agente sociali-
medida en que sus intervenciones foca- zador, apuntando así a un control gene-
lizadas y el entramado que generan, in- ral de la producción y reproducción de
troducen cambios sustantivos en el plano la vida de las poblaciones.
de la ciudadanía. En este contexto, la mega-minería a
Así, puede establecerse que en aque- cielo abierto termina configurándose
llos contextos en los que se implanta ha- como una figura extrema, una suerte de
bitualmente la actividad minera (matrices expresión descarnada de la dinámica de

10 Un informe especial de Foco (Foro Ciudadano de Participación por la Justicia y los Derechos Humanos)
sobre las empresas transnacionales en Argentina, firmado por R. Ortiz (2008), consigna “Las organiza-
ciones sociales han constatado que las grandes mineras en Catamarca, Tucumán, San Juan y Chubut
efectúan donaciones a escuelas y hospitales de esas provincias tratando de provocar la captación indi-
recta de voluntades y la limitación del ejercicio de la opinión de las comunidades. Esto ha sido corro-
borado por el Defensor del Pueblo de la Nación, quien manifestó su preocupación porque estas
donaciones están acompañadas por una contrapartida publicitaria a favor del trabajo desarrollado por
las empresas mineras, pudiendo este simple hecho llegar a inhibir toda posible crítica y, aún más, res-
tringir la participación y el ejercicio de la población en defensa de los derechos ambientales que consi-
deren afectados” (cursivas nuestras).
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de desarrollo: los marcos de la discusión en la Argentina

desposesión, en la cual las más crudas (2001), Costilla (2002) y Summit (2004)
lógicas del saqueo económico y la de- del Estado de Colorado, EEUU, y Repú-
predación ambiental se combinan con blica de Alemania (2002). En América
escenarios regionales caracterizados por Latina, la lucha iniciada en 1997 contra
una gran asimetría de poderes. En suma, la instalación de una empresa minera, en
en este escenario, las poblaciones cam- Cotacachi, Ecuador, fue seguida por
pesino-indígenas y los nuevos movi- Tambo Grande, en Perú, donde en 2002,
mientos contra la megaminería a cielo se llevó a cabo el primer plebiscito por
abierto son conscientes de que han sido este tema en América Latina. En años re-
arrojados a un campo de difícil disputa y cientes, se han realizado consultas en Ar-
de posiciones claramente asimétricas, en gentina (Esquel, 2003); dos consultas
el cual los adversarios van consolidando más en Perú, Piura y Cajamarca (ambos
cada vez más una densa trama articu- en 2007); tres en Guatemala, Sipa-
lada, con efectos multiplicadores y com- capa, (2005), Huehuetenango (2006); Ix-
plejos, en pos de la legitimación del tahuacan (2007). Sin embargo, lo usual
modelo minero. Así, el correlato del dis- es que las empresas eviten consultar a las
positivo hegemónico, va desde el avasa- poblaciones afectadas, buscando mini-
llamiento de los derechos de las mizar los daños y silenciar a las pobla-
poblaciones, entre ellos, de los derechos ciones, con la complicidad de las
territoriales de las poblaciones indígenas, autoridades regionales y nacionales.
reconocidos por los más diversos trata-
dos internacionales incluidos en las di- Los Movimientos de Resistencia: las
ferentes Constituciones; la destrucción asambleas socio-ambientales
de patrimonios arqueológicos, la instala-
ción de explotaciones en zonas protegi- Tal como hemos señalado, en Argen-
das, hasta las más diversas estrategias de tina fue en Catamarca, en el año 1997,
disciplinamiento, que incluyen desde la donde se implementó el primer proyecto
violación de procesos ciudadanos, silen- de minería a gran escala. Sin embargo,
ciando a la población, impidiendo u ob- sería en la localidad chubutense de Es-
turando la posibilidad de llevar a cabo quel, en la región patagónica, donde la
consultas populares al interior de las co- megaminería encontró un primer gran
munidades afectadas, o buscando dero- escollo, que ningún manual de “respon-
gar las leyes de prohibición ya sabilidad social empresarial” había pre-
sancionadas. visto. Allí, el alerta de profesionales de
Finalmente, cabe acotar que en los diversas disciplinas y de antiguos am-
últimos años, este tipo de minería ha bientalistas y la conformación de una
sido prohibida en Turquía (1997), Repú- asamblea multisectorial, promovieron
blica Checa (2000), Nueva Gales del Sur, una consulta popular, que en marzo de
Australia (2000), Estado de Montana 2003 arrojó un rotundo “no” y desem-
(1998) y los condados de Gunnison bocó poco después en la primera ley
ECUADOR DEBATE / TEMA CENTRAL 115

provincial de prohibición de este tipo de año 2006 cuando la temática ambiental


minería.11 asumió una mayor visibilidad a partir del
El “efecto Esquel” tuvo un arrastre conflicto por la localización de las pa-
multiplicador, despertando a otras regio- peleras sobre el Río Uruguay, y el surgi-
nes donde ya se habían implantado o se miento de la Asamblea Ambientalista de
proyectan emprendimientos mineros de Gualeguaychú. A partir de allí, los vín-
gran envergadura, constituyéndose en un culos entre los colectivos socioambien-
caso testigo para las comunidades que se tales comenzarían a fortalecerse.
iban enterando de su “destino minero”. Tanto la UAC como las diferentes
Sin embargo, la exitosa experiencia, que asambleas de base que la componen
sorprendió a las compañías mineras, pro- adoptan la acción directa como herra-
dujo el posterior reacomodamiento de mienta de lucha, acompañada de la ac-
organismos nacionales, gobiernos pro- ción institucional, desde los bloqueos o
vinciales y de las propias empresas trans- cortes de rutas y caminos, hasta la pre-
nacionales, que multiplicaron sus sentación de recursos de amparo y peti-
intervenciones en defensa de este tipo de ciones para la derogación de las leyes
minería y comenzaron a ensayar nuevas nacionales de minería y del código mi-
estrategias de “disuasión”. nero, y la demanda de una legislación
En este contexto, al compás de la im- que prohíba la minería a cielo abierto,
plementación de proyectos de explora- realizada con sustancias tóxicas. En oca-
ción y explotación minera a cielo sión de cada encuentro, la UAC lleva a
abierto, tuvo lugar el surgimiento y la ex- cabo una serie de actividades en el es-
pansión de movimientos que se oponen pacio público, entre las cuales se en-
al desarrollo de los mismos. Actual- cuentran charlas en las escuelas locales,
mente, existen unas 70 organizaciones proyección de videos en las plazas, en-
de autoconvocados, dispersas en la ex- trevistas y difusión en los medios de co-
tensa geografía argentina, que desde municación locales, marchas o
2006 están nucleadas en la Unión de caravanas por el centro de la ciudad, ma-
Asambleas Ciudadanas (UAC). Los ini- nifestaciones y escraches.12 Uno de sus
cios de la articulación se remontan al reclamos fundamentales es la activación
año 2003, cuando se conformó la red de de otros mecanismos y figuras institucio-
Comunidades Afectadas por la Minería nales, ligados a la democracia directa,
–Red CAMA -. Sin embargo, fue hacia el entre ellos, la realización de consultas o

11 El conflicto con la empresa minera canadiense Meridian Gold tuvo lugar en un escenario nacional to-
davía caracterizado por una gran efervescencia social. En este contexto y siguiendo los pasos de Tam-
bogrande, en Perú, los vecinos autoconvocados de Esquel organizaron un plebiscito el 23 de marzo de
2003, que arrojó un rotundo “no” a la mina (81%).
12 El escrache consiste en una manifestación pública que busca romper con el anonimato de los respon-
sables de un hecho valorado como repudiable. Se trata de una acción directa introducida por una or-
ganización de derechos humanos (Hijos de desaparecidos), orientada a señalar las viviendas de los
represores de la última dictadura militar. En el caso de los conflictos aquí analizados, los escraches han
estado dirigidos a funcionarios vinculados a las áreas de minería y medio ambiente, y a diputados.
116 MARISTELLA SVAMPA Y MARIAN SOLA ALVAREZ / Modelo minero, resistencias sociales y estilos
de desarrollo: los marcos de la discusión en la Argentina

plebiscitos a nivel local y provincial, en gracias a la elaboración de un saber ex-


las comunidades afectadas. perto independiente realizado por profe-
En los sucesivos encuentros, la UAC sionales, técnicos y miembros de las
dio cuenta de un exponencial creci- asambleas, cada vez son más las comu-
miento que se cristalizó en la incorpora- nidades informadas que toman concien-
ción de nuevas asambleas de vecinos cia de lo que significa la instalación de
autoconvocados, principalmente de las un emprendimiento minero a cielo
regiones del noroeste argentino, a raíz de abierto, tanto en lo que se refiere a su im-
la movilización de localidades amena- pacto económico y ambiental, como al
zadas por proyectos mineros, así como enorme consumo de agua y energía que
de comunidades originarias, organiza- éstos conllevan.
ciones campesinas, asambleas de cen- Otra de las características de la UAC
tros urbanos, en convergencia con la es el énfasis en la autonomía, que ha ad-
participación de numerosos colectivos quirido un mayor relieve frente a las su-
culturales e investigadores de universi- cesivas tentativas de cooptación por
dades públicas. Otra innovación del úl- parte de organizaciones o instancias es-
timo año fue la organización de tatales o pro-gubernamentales. También
comisiones de trabajo en áreas priorita- se ha problematizado las tentativas de
rias – formación política, educación, le- acercamiento y/o apropiación de ciertos
gales y prensa y comunicación, las partidos de izquierda. Así, desde el inicio
cuales operativizan acciones de acuerdo la UAC se ha manifestado como un es-
a su especificidad. Asimismo, se han pro- pacio plural, horizontal, apartidario,
fundizado las discusiones sobre otras pero cuyos actores centrales continúan
problemáticas socio-ambientales, esto siendo las asambleas y organizaciones
es, la necesidad de discutir en términos de base afectadas, en la medida en que
de “modelo productivo” abarcando tanto éstas son las protagonistas del conflicto y
a la minería a cielo abierto como las pa- las encargadas de llevar a cabo las ac-
peleras, el monocultivo y la construcción ciones en sus respectivas localidades.
de represas en el marco del IIRSA. Cierto En suma, la dinámica de la UAC, que
es que, en algunas asambleas se destaca ha realizado ya once encuentros nacio-
la presencia de reconocidos ambienta- nales, da cuenta de una gran serie de vir-
listas, de larga trayectoria profesional y tudes y, al mismo tiempo, de ciertas
militante, pero en su gran mayoría los dificultades. Ciertamente, se trata de un
vecinos de las diferentes asambleas - espacio novedoso y marcadamente alu-
desde amas de casa, comerciantes, pro- vional, en el cual se forjan nuevos reper-
ductores y profesionales - han debido re- torios y se amplía el horizonte de acción
alizar un aprendizaje acelerado, así como la plataforma discursiva y re-
incorporando el abc del ambientalismo y presentativa. Por otro lado, no es menos
constituyéndose poco a poco en verda- cierto que la convergencia entre carácter
deros expertos en la temática minera. defensivo, diferentes temporalidades (res-
Así, contrariamente a lo que divulgan go- pecto de las organizaciones de base), y
biernos y empresas transnacionales y formato asambleario de la UAC (con sus
ECUADOR DEBATE / TEMA CENTRAL 117

demandas de autonomía, y su rechazo, clave provincial y regional, antes que


a veces extremo, a la delegación), suelen desde una perspectiva nacional. Una
conspirar contra la posibilidad de cons- cuestión importante es que, pese a que
truir una instancia de segundo grado, que la provincialización de los recursos na-
potencie los antagonismos existentes en turales trajo consigo una gran fragmen-
función de una lógica de acumulación tación, visible en la posibilidad de un
política. Sin embargo, pese a las reales mayor enclaustramiento en las dinámi-
dificultades internas como a las asime- cas locales, la minería se topó con “es-
trías externas, la UAC se convirtió en un labones fuertes” en aquellas provincias y
lugar de intercambio y nacionalización regiones que cuentan con una economía
de las experiencias y, por ende, de am- más diversificada y una matriz social
pliación de las demandas, entre las cua- más abierta. En otros términos, allí donde
les, se destaca una incipiente afinidad había una pequeña o mediana burguesía
electiva con la visión de los movimien- arraigada al territorio y la producción
tos campesinos e indígenas, así como la local era medianamente competitiva, la
conformación de una red de territorios a resistencia al gran capital internacional
escala regional. extractivista resultó ser más efectiva que
Ya hemos dado cuenta de la enver- en aquellas otras regiones y/o provincias
gadura del modelo minero en Argentina. muy sumergidas, o ya colonizadas o de-
Aunque la lógica del modelo sea única, vastadas social y ambientalmente. La
las tramas relacionales y los resultados provincialización abrió así a nuevas
(parciales) de las luchas no suelen ser los
oportunidades políticas, y en esa brecha,
mismos en todas y cada una de las pro-
las legislaturas de siete provincias (con
vincias y/o regiones afectadas. En gran
avances y retrocesos, en un escenario to-
parte, los escenarios de conflicto a los
davía abierto), presionadas por las asam-
cuales se ven arrojados las poblaciones
bleas socio-ambientales, ONGS y
son de una gran asimetría, como se re-
algunos políticos locales, sancionaron
fleja dramáticamente en San Juan, La
leyes que prohíben la megaminería a
Rioja y Catamarca, provincias que cons-
tituyen el núcleo duro del modelo mi- cielo abierto. Vinculado a lo anterior, la
nero, caracterizadas por altos niveles de existencia de espacios regionales, con si-
desigualdad y pobreza estructural. No milares características socio-demográfi-
obstante, entre 2003 y 2008, gracias a la cas también devino como un factor
articulación de resistencias regionales, relevante en el proceso de articulación
siete provincias sancionaron leyes prohi- de las resistencias, contribuyendo a la
biendo, en algunos aspectos, este tipo de ampliación de oportunidades políticas.
minería: Chubut (2003), Río Negro Por último, tanto “el efecto Esquel” (en
(2005), La Rioja, Tucumán, Mendoza y su dimensión positiva, como “modelo
La Pampa (2007 - año electoral) y, por ejemplar”), así como “el efecto La Alum-
último, (2008) Córdoba y San Luis. brera” (los efectos negativos están ahí,
(Svampa, Sola Álvarez y Bottaro, 2009). como contramodelo), jugaron un rol in-
La conflictividad y la configuración negable, lo que sumado a la articulación
de escenarios de lucha, debe ser leída en de los colectivos y la construcción de
118 MARISTELLA SVAMPA Y MARIAN SOLA ALVAREZ / Modelo minero, resistencias sociales y estilos
de desarrollo: los marcos de la discusión en la Argentina

redes territoriales le otorgó al movi- 2009b) que atraviesa la región y tienden


miento una importante potencialidad. a colocarse –aunque no de manera ex-
Sin embargo, los escenarios son muy clusiva- dentro de aquellas líneas que
dinámicos y conflictivos; tal es así, que plantean una redefinición de las reglas
no sólo las empresas y los gobiernos pro- de juego, a partir del cuestionamiento
vinciales apuntan a las brechas abiertas del modelo de desarrollo y las lógicas de
que han dejado las diferentes leyes acumulación. Por giro eco-territorial en-
prohibitivas, a fin de llevar a cabo los tendemos la potenciación de un “len-
emprendimientos (con propuestas de zo- guaje de valoración”14 acerca de la
nificación territorial, que incluyen “áreas territorialidad, que expresa la conver-
de sacrificio”, o llevando a cabo meto- gencia entre visión ambientalista y reva-
dologías de extracción sin cianuro), sino lorización de la matriz comunitaria-
que desde 2009 existen numerosas pre- indígena. El resultado es un lenguaje que
siones para derogar las leyes “del no”13, se opone radicalmente al discurso ecoe-
a fin de ampliar los márgenes de la ex- ficientista y la visión desarrollista, propia
plotación minera. de la narrativa dominante. Este lenguaje
de valoración divergente sobre la territo-
Entre el giro eco-territorial de las rialidad pareciera ser más inmediato
luchas y el cuestionamiento del modelo para el caso de las organizaciones indí-
de desarrollo genas y campesinas, debido tanto a la re-
lación que éstas plantean entre tierra y
Otra característica mayor es que las territorio, en términos de comunidad de
actuales luchas socio-ambientales que se vida, como a la notoria reactivación de
desarrollan en Argentina forma parte del la matriz comunitaria indígena acaecida
actual giro eco-territorial (Svampa, en las últimas décadas. Sin embargo,

13 El derrotero de la legislación en torno a la actividad minera en la provincia de La Rioja, ilustra la fragi-


lidad de estos instrumentos legales frente a la presión de las empresas trasnacionales y la estrecha alianza
que con ellos establecen los gobiernos locales. En dicha provincia, fue en el año 2006 cuando comen-
zaron las movilizaciones de las comunidades de Chilecito y Famatina, a raíz de las tareas de explora-
ción que en el sistema serrano de Famatina realizaba la empresa Barrick Gold. En un convulsionado
escenario político provincial, en marzo del 2007, el entonces gobernador Ángel Maza (activo promotor
de la legislación minera de los 90), fue suspendido en sus funciones, y reemplazado por el vicegober-
nador, Beder Herrera, quien se reapropió del discurso “antiminero”: en ese marco, se sancionó una ley
de prohibición de la megaminería, una segunda ley que llamaba a consulta popular, y una tercera que
preveía la conformación de una comisión que investigara el traspaso de los derechos de explotación de
la empresa pública provincial a manos privadas y, particularmente, el acuerdo firmado con la empresa
Barrick. Sin embargo, en agosto de 2008, el Gobernador Beder Herrera, una vez que fue legitimado por
los votos, derogó las leyes y dio inicio a una serie de acciones (prohibición de charlas informativas sobre
la minería en las escuelas de la provincia, medidas represivas en las actividades que las asambleas de-
sarrollan en el espacio público, inicio de procesos de judicialización a miembros de las asambleas, entre
otras) tendientes a promover el modelo minero y a acallar las voces disonantes. No obstante, a pesar de
la derogación de la ley, y gracias al bloqueo al acceso a la empresa que mantienen las asambleas desde
hace tres años, el proyecto de la Barrick Gold continúa paralizado.
14 Tomamos la expresión de J. Martínez Alier (2004).
ECUADOR DEBATE / TEMA CENTRAL 119

como lo muestra el caso de la Argentina, central (territorio elegido). En otros casos,


el giro eco-territorial no se halla restrin- la concepción del territorio “heredado”
gido al ámbito rural, exclusivamente re- y/o del territorio “elegido”, va conver-
ferido a las resistencias campesinas e giendo con la concepción del territorio
indígenas; también se expande al ámbito propio de las comunidades indígenas y
urbano, sobre todo en pequeñas y me- campesinas (territorio originario). Cual-
dianas localidades, ampliando el regis- quiera sea el caso, lo que se pone en
tro étnico y de clases y, por ende, el tipo juego aquí son los derechos territoriales,
de actores involucrados. en oposición a los intereses de las em-
Tres serían los pilares que dan sus- presas y de las autoridades políticas in-
tento a este lenguaje sobre el territorio, volucradas. Así, no se trata exclusiva-
que coexisten dándole forma al movi- mente de una disputa en torno a los “re-
miento, generando tensiones y a la vez cursos naturales”, sino de una disputa
potencialidades. Por un lado, la defensa por la construcción de un determinado
de los recursos naturales aparecen resig- “tipo de territorialidad” (Porto Gonçal-
nificados como “bienes comunes” que ves, 2001). La defensa del espacio pro-
garantizan y sostienen las formas de vida pio, en algunos casos, le otorga un
en un territorio determinado. La lucha carácter localista, el cual, por momen-
por el respeto a las formas de vida a nivel tos, entra en tensión y en otros, se com-
local son las que dan lugar a moviliza- plementa con encuadres que apuntan a
ciones en zonas urbanas y rurales donde una crítica al modelo de desarrollo adop-
sus habitantes perciben que estos bienes tado y a las consecuencias de la repro-
están amenazados. Así, en algunos terri- ducción globalizada del capital. Quienes
torios, los nuevos colectivos están inte- plantean el conflicto en estos términos
grados por hombres y mujeres que tienen, en general, una trayectoria de mi-
nacieron y se criaron en esos pueblos y litancia social, comunitaria o vinculada a
ciudades donde la migración hacia la los derechos humanos.
ciudad capital u otros centros urbanos es En contraste con el Perú, donde
un fenómeno frecuente. En ellos, la va- como señala Bebbington (2009) convi-
loración del territorio está ligada, entre ven conflictivamente varias tendencias
otras cuestiones, a la historia familiar, co- del ambientalismo, que van desde la de-
munitaria e incluso ancestral (territorio manda de resarcimiento económico al
heredado). En otros, involucra a quienes rechazo general del modelo, en Argen-
habiendo hecho la opción de abandonar tina el giro eco-territorial apunta a una
los grandes centros urbanos del país, han defensa en términos de tierra y territorio
elegido los lugares hoy amenazados. Se y adopta rápidamente el lenguaje de los
trata de sectores medios, algunos de ellos derechos humanos. Asimismo, dicho
profesionales, motivados por la bús- ambientalismo reflejado en las Asam-
queda de una mejor calidad de vida o de bleas de Autoconvocados contra la mi-
jóvenes que optaron por un estilo de nería, aparece vinculado el nuevo ethos
vida diferente en el cual la relación con militante, difundido por el campo con-
“lo natural” y el ambiente juega un papel testatario de las izquierdas, que afirma
120 MARISTELLA SVAMPA Y MARIAN SOLA ALVAREZ / Modelo minero, resistencias sociales y estilos
de desarrollo: los marcos de la discusión en la Argentina

como imperativo la desburocratización fauna nativa. Esto se inserta en una es-


y democratización de las organizaciones trategia de vinculación con empresas
y se alimenta, por ende, de una gran des- transnacionales, que al menos en las úl-
confianza respecto de las estructuras par- timas décadas, han desarrollado las or-
tidarias y sindicales, así como de toda ganizaciones conservacionistas con
instancia articulatoria superior. En este mayores recursos.
sentido, el giro eco-territorial que se per- La segunda corriente postula el uso
cibe en Argentina en las luchas contra la eficiente de los recursos naturales y el
megaminería a cielo abierto, dejan cons- control de la contaminación. Dado el
tancia de un alto nivel de rechazo y ra- énfasis puesto en “la capacidad de res-
dicalidad política. puesta tecnológica”, sus conceptos cla-
Asimismo, para entender el actual ves son “modernización ecológica”,
giro eco- territorial conviene distinguir “desarrollo sustentable” y, de manera
entre diferentes visiones del ambienta- más reciente, “industrias limpias”, entre
lismo, y el modo en cómo estos cuestio- otras, cuya apuesta es la mitigación del
nan o no el modelo de desarrollo. Así, daño y a la remediación de los pasivos
Martínez Alier (2004) propone distinguir ambientales. De acuerdo a esta postura,
entre tres corrientes del ecologismo: el los males producidos por la tecnología
culto de la vida silvestre, el credo ecoe- se resolverían a partir de la aplicación de
ficientista y el ecologismo popular. La nuevos desarrollos tecnológicos orienta-
primera corriente se preocupa por la pre- dos en pos de garantizar la sustentabili-
servación de la naturaleza en estado dad. La “sustentabilidad de la minería”
puro; es indiferente u opuesta al creci- –y no “la minería sustentable”- parece
miento económico, valora negativa- ser la postura de estos sectores, preocu-
mente el crecimiento poblacional y pados por « la construcción de una ima-
busca respaldo científico en la biología gen positiva de la actividad, la
de la conservación. De ahí que su ac- desautorización de los conflictos y sus
cionar se encamine a crear reservas y actores, y la obtención de la aceptación
parques naturales en aquellos lugares social» (Antonelli: 2007, 4). Sin em-
donde existen especies amenazadas o si- bargo, en relación a las cuestiones es-
tios caracterizados por la biodiversidad. trictamente ambientales, los debates son
Grandes internacionales conservacionis- eludidos apelando a visiones supuesta-
tas, muchas veces poco respetuosas de mente democratizantes.
las poblaciones nativas, se instalan en La tercera posición que Martínez
este registro biocéntrico. La respuesta Alier bautizó como “ecología popular”
que esta perspectiva ofrece al despliegue congrega a quienes definen sus objetivos
de la minería a gran escala, consiste en “en términos de las necesidades ecoló-
desarrollar iniciativas, ya sea a través de gicas para la vida”, “tratan de sacar los
las empresas o de fundaciones y ONGs, recursos naturales de la esfera econó-
tendientes a demostrar la feliz conviven- mica, de la racionalidad mercantil”
cia entre la actividad minera y las accio- (Martínez Alier: 2009). Se trata de una
nes de protección a especies de flora y/o corriente que crece en importancia y co-
ECUADOR DEBATE / TEMA CENTRAL 121

loca el acento en los conflictos ambien- vimiento que Naess desde su fundación
tales que se ocasionan por la reproduc- definió como “ecologismo profundo” y
ción de la vida en los territorios. Esta es que ha tenido mayor influencia en cier-
la corriente que, con matices, entende- tos países europeos y Estados Unidos.15
mos define al movimiento de asambleas Sin embargo, no fueron determinadas re-
de autoconvocados contra la minería. ligiones ni filosofías las que han tenido
Tal vez resulte apresurado interpretar un papel importante, sino que más bien
esta posición a la luz de lo que algunos “los participantes más influyentes son ar-
autores y los propios actores denominan tistas y escritores que no articulan su
“movimiento de justicia ambiental” y perspicacia en términos de filosofía pro-
cuyo origen se sitúa en los años 80 en fesional, expresándose más bien a través
comunidades negras de Estados Unidos. del arte y de la poesía (Naess: 1984) los
Los puntos en común entre ambos son que han nutrido con su aporte al ecolo-
empero significativas. Actores que en gismo popular.
otros países, se nuclean en torno a esta En suma, pese a que en Argentina el
corriente entienden que la noción de jus- giro eco-territorial encuentra una pri-
ticia ambiental “implica el derecho a un mera formulación en los incipientes mo-
ambiente seguro, sano y productivo para vimientos campesinos, principalmente a
todos, donde el medio ambiente es con- través del Movimiento Campesino Indí-
siderado en su totalidad, incluyendo sus gena (MNCI), ligado internacionalmente
dimensiones ecológicas, físicas, cons- a Vía Campesina, que desde hace años
truidas, sociales, políticas, estéticas y eco- viene combatiendo el modelo de agro-
nómicas. Se refiere así a las condiciones negocios, el dato novedoso lo constitu-
en que tal derecho puede ser libremente yen las asambleas de autoconvocados en
ejercido, preservando, respetando y rea- contra de la megaminería a cielo abierto,
lizando plenamente las identidades indi- nucleadas en la UAC. Dichas asambleas
viduales y de grupo, la dignidad y la van desarrollando un lenguaje de valo-
autonomía de las comunidades” (Acse- ración sobre la territorialidad, a partir de
lard: 16). la reconstrucción de mediaciones, como
Un último elemento que confluye, el vínculo estrecho entre paisaje, histo-
también con dispares niveles de intensi- ria larga de la región, defensa del medio
dad de acuerdo a los territorios, son en- ambiente y oportunidades de vida, que
foques espirituales sobre la naturaleza, enfatizan la “comunidad de vida y terri-
los que le otorgan a la misma un sentido torio”. Vale la pena agregar que, para el
de sacralidad. Podría asemejarse al mo- caso argentino, este giro eco-territorial,

15 Desde esta posición se insiste en que el medio natural tiene igual derecho a vivir que las personas dado
que no es concebido meramente como un instrumento que sirve a otras finalidades (la satisfacción de
derechos y deseos humanos; la regulación y reproducción del sistema ecológico global; etc.) sino un ente
con derechos y valores inherentes. En este marco, ningún objeto natural es concebido únicamente como
un recurso. Naess (1984) sostiene que cuando se argumenta desde premisas ecológicamente profundas,
la mayoría de las complicadas soluciones tecnológicas propuestas no necesitan ni siquiera ser discuti-
das.
122 MARISTELLA SVAMPA Y MARIAN SOLA ALVAREZ / Modelo minero, resistencias sociales y estilos
de desarrollo: los marcos de la discusión en la Argentina

constituye una novedad, en la medida en retorno en fuerza de una visión produc-


que exhibe de manera progresiva una tivista. Para el caso argentino, las pro-
afinidad electiva de parte de sectores puestas del matrimonio presidencial, los
medios y populares, con la cosmovisión Kirchner, han sido de corte claramente
de los movimientos campesinos e indí- continuista. En realidad, el gobierno ar-
genas, históricamente invisibilizados y gentino ha reactivado la retórica nacio-
relegados al margen de la sociedad. nal-popular tardíamente (sobre todo
luego del conflicto con los productores
Revisitando los diferentes imaginarios agrarios), al tiempo que ha venido pro-
del desarrollo moviendo la continuidad del paradigma
de los agronegocios, tanto como la del
En los últimos años, el cambio de modelo extractivista, en todas sus moda-
época registrado en América Latina ha lidades.
venido configurando un escenario tran- No obstante, la referencia a los mo-
sicional en el cual dos de las notas ma- delos de desarrollo vigente merece co-
yores son, por un lado, la actualización mentarios adicionales. En ciertas
de la matriz nacional-popular, por otro, ocasiones, las dificultades para abrir un
la expansión de un modelo “desarro- debate público sobre los “modelos de
llista”, con base extractivista (Gudynas, desarrollo” y sus consecuencias (socia-
2009; Svampa, 2009a). Ciertamente, la les, ambientales) no están ligados sola-
expansión vertiginosa del modelo ex- mente a los contextos políticos –más
tractivo-exportador y los grandes pro- abiertos o más represivos- o a las carac-
yectos de infraestructura de la cartera del terísticas de los actores de gobierno y sus
IIRSA, parecen haber traído consigo una alianzas. Existen también obstáculos de
cierta “ilusión desarrollista”, habida tipo cultural y epistemológico. Con esto,
cuenta que, a diferencia de los años ´90, nos referimos a la persistencia y/o la ac-
las economías latinoamericanas se vie- tualización de diferentes imaginarios na-
ron enormemente favorecidas por los cionales –cuando no también regionales-
altos precios internacionales de los pro- sobre el desarrollo. Al hablar de imagi-
ductos primarios (commodities), refle- narios, estamos aludiendo a la construc-
jado durante los últimos años en las ción de un relato unificador, que reposa
balanzas comerciales y el superávit fis- sobre ciertas marcas identitarias, mitos
cal. El hecho no puede ser desestimado, de origen, que van moldeando las repre-
muy especialmente luego del largo sentaciones colectivas acerca del pre-
período de estancamiento y regresión sente y del futuro. En este sentido, es
económica de las últimas décadas. En muy probable que en la actual fase ca-
esta coyuntura favorable (al menos, hasta pitalista, la presencia de fuertes imagi-
antes de la actual crisis financiera mun- narios desarrollistas constituya también
dial), no son pocos los gobiernos latino- un obstáculo para abrir una verdadera
americanos que han relegado en un discusión sobre los modelos de sociedad
segundo plano o sencillamente escamo- en pugna y en ese marco, sobre el al-
tean las discusiones de fondo acerca de cance del nuevo desarrollismo extracti-
la cuestión del desarrollo, habilitando el vista.
ECUADOR DEBATE / TEMA CENTRAL 123

Aunque con diferente alcance y en- integración de las clases obreras urba-
vergadura, en Argentina históricamente nas. Su desactivación y la posterior ola
se han configurado tres “modelos de de- de desindustrialización que el país vivió
sarrollo”: el agrario, el industrial y el ex- desde los ´70, pero con mayor fuerza en
tractivo. Más allá de las drásticas los ´90, con la consecuente descolecti-
transformaciones en las últimas décadas, vización de las clases populares, instala
el modelo agrario continúa operando de la actual “recuperación industrial”, a
manera explícita o implícita como na- partir de 2003/2004 (esto es, bajo el go-
rrativa social fundamental y horizonte de bierno de N. Kirchner), en el imaginario
expectativas de una parte de la sociedad. del “retorno a la normalidad”.
En efecto, el “campo” aparece asociado En contraste con estos dos modelos,
a la Argentina del Primer Centenario, el reiteradamente evocados por el matri-
país agro-exportador, próspero y pode- monio Kirchner, el extractivo, ilustrado
roso. Precisamente porque el modelo por la expansión de la megaminería a
agrario se instala en la continuidad ima- cielo abierto, en su carácter netamente
ginaria, y más allá de los intereses eco- trasnacional, aparece invisibilizado, de-
nómicos en juego, ha sido tan difícil negado en su realidad. Pese a la retórica
instalar la discusión sobre el alcance y nacional-popular, en este punto el silen-
las consecuencias negativas del modelo cio del actual gobierno es completo, aún
de agronegocios, especialmente el so- si la temática comienza a ganar los me-
jero, y los argentinos han llegado tarde a dios de comunicación. Cierto es que,
la discusión del mismo, cuando éste ya respecto del modelo sojero o del indus-
estaba consolidado, en una fase de fuerte trial, el modelo minero tiene –todavía-
tendencia al monocultivo y la concen- un rol “subordinado”, más allá de que la
tración económica. 16 Argentina aparezca como la sexta po-
Otra cosa sucede con el modelo in- tencia mundial en términos de reservas
dustrial, vinculado a la época de oro del minerales. Cierto es también que la mi-
peronismo (1945-1955), símbolo de la nería no posee una historia nacional sig-

16 A raíz del conflicto que enfrentó al Gobierno argentino con los diferentes actores del sector agrario du-
rante 2008, se abrió por primera vez la posibilidad de una discusión sobre las consecuencias de la ex-
pansión del modelo sojero, hasta ese momento reservada a unos pocos especialistas, ecologistas
marginales y movimientos campesinos. Aclaremos que, en un contexto de rentabilidad extraordinaria
para el sector agrario, a fines de 2007, con un objetivo recaudatorio y fiscalista, la nueva presidenta
Cristina Fernández de Kirchner decidió aumentar las retenciones de las exportaciones de las mineras, hi-
drocarburos y productos agrícolas. En marzo de 2008, anunció un nuevo aumento de las retenciones al
agro, elevándolo al 44%. Estas medidas generaron un enfrentamiento entre el Gobierno y los diferentes
sectores organizados del campo, que agrupó de manera inédita tanto a las grandes organizaciones ru-
rales como a aquellas representantes de los pequeños productores. Dicho conflicto implicó el bloqueo
de numerosas rutas del país que paralizaron al país durante casi cuatro meses, dejando a las grandes ciu-
dades al borde del desabastecimiento. Finalmente, la medida gubernamental fue rechazada en el Con-
greso. El conflicto no solo debilitó al nuevo gobierno sino que significó el re-ingreso en fuerza de los
sectores rurales a la escena política, como actores opositores a las posiciones gubernamentales, con
fuerte capacidad de veto.
124 MARISTELLA SVAMPA Y MARIAN SOLA ALVAREZ / Modelo minero, resistencias sociales y estilos
de desarrollo: los marcos de la discusión en la Argentina

nificativa a la cual apelar, un imaginario cuestiones: frente a la imposibilidad de


desde el cuál instalarse y proceder a la su naturalización, frente al carácter des-
“naturalización” del modelo de desarro- carnado de la desposesión y la profundi-
llo, como sucede en otros países (Perú, zación del modelo de minería
Bolivia, Chile). Pero precisamente por transnacional, el gobierno de los Kirch-
esa misma razón, porque la Argentina no ner no tiene una imagen supuestamente
proviene de una economía minera a gran “progresista” que ofrecer sobre la mine-
escala, el modelo minero presenta “una ría, ni tampoco el modo en cómo incor-
particular producción socio-discursiva y porarla a la agenda pública, en una
cultural a nivel de todos los actores in- escena política ya degradada institucio-
volucrados” (Antonelli, 2009). Así, a di- nalmente, sin que esto arrastre un quie-
ferencia de otros modelos de desarrollo, bre de la alianza establecida con las
aquel ligado a la megaminería a cielo grandes corporaciones mineras, abriendo
abierto requiere “no sólo inscribirse en así a nuevos e inesperados frentes de
las significaciones del presente mode- conflicto.
lando visiones de futuro, sino fundar un
linaje, crear mitos de origen, para volver Bibliografía
deseable y razonable la Argentina mi-
ACSELARD, Henri, (Org.)
nera” (ibídem). Por ello no es extraño
2004 Conflitos ambientais no Brasil, Ed. Relume
que las empresas transnacionales, en su Dumará: Fundaçao Heinrich Böll, Rio de
alianza estratégica con el gobierno na- Janeiro.
cional, pongan en práctica una batería ANTONELLI, M.
de estrategias que incluyen la coopta- 2007 “El discurso de la “minería responsable”
y el “desarrollo sustentable”: notas locales
ción de las propias universidades públi- para reconstruir políticas que nos hablan
cas, a fin de obtener la legitimidad que en lengua global”, Revista AlFilo, Fac. de
las comunidades, representadas por las Filosofía y Humanidades, Universidad
asambleas de auto-convocados, le nie- Nacional de Córdoba, octubre de 2007.
2009 “Minería transnacional y dispositivos de
gan de manera contundente. Por otro
intervención en la cultura. La gestión del
lado, sin tradición minera, capaz de na- paradigma hegemónico de la “minería
turalizar el extractivismo (como en Perú responsable y el desarrollo sustentable”,
y Chile), sin actor estatal capaz de vehi- en Svampa, M. y M. Antonelli, (eds.), Mi-
cular un discurso “progresista” o desa- nería Transnacional, narrativas del desa-
rrollo y resistencias sociales, Buenos
rrollista en clave nacional (como en Aires, Editorial Biblos.
Bolivia), esto es, sin imaginario positivo BEBBINGTON, A. (editor)
disponible, la desposesión aparece de 2007 Minería, Movimientos sociales y respues-
manera descarnada, con toda su viru- tas campesinas, Lima, IEP.
D. Humprheys Bebbington
lencia, sin disfraz alguno.
2009 “Actores y Ambientalismo: continuidades
En suma, a diferencia de otros países, & cambios en los conflictos socioambien-
en Argentina la ausencia de discusión tales en Perú, en J.de Echave et all (coor-
sobre el extractivismo y la actual nega- dinadores), Minería y Territorio en el Perú.
tiva del gobierno por incluirlo en la Conflicto, resistencias y propuestas en
tiempo de globalización, Lima, edición
agenda pública se explica por diferentes conjunta Programa de Democracia y
ECUADOR DEBATE / TEMA CENTRAL 125

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