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E
l presente artículo aborda la te- nario particular, buscaremos dar cuenta
mática del extractivismo, a través del estado de los conflictos en la Argen-
del caso de la megaminería a tina. En segundo lugar, haremos un ex-
cielo abierto, que hoy se expande en va- cursus sobre las características generales
rios países latinoamericanos. Para ilus- del modelo minero, buscando establecer
trar esta problemática tan compleja y de una mirada comparativa entre los diver-
aristas multidimensionales, nos centrare- sos países de la región. En tercer lugar,
mos en el caso de la Argentina, un país daremos cuenta de los movimientos de
que -a diferencia de México, Perú, Boli- resistencia surgidos en Argentina, que
via y Chile-, no cuenta con una tradición ilustran lo que denominamos el giro eco-
minera a gran escala, y dentro del cual, territorial de las luchas, a través de la
ha surgido una importante red de movi- convergencia de un lenguaje ambienta-
mientos socio-ambientales, de carácter lista y una matriz comunitaria. En fin, ce-
asambleario, que cuestiona fuertemente rraremos con una reflexión acerca del rol
el modelo de desarrollo que promueve de los imaginarios y los modelos de de-
este tipo de minería. En primer lugar, a sarrollo.
través de la reconstrucción de un esce-
3 Se trata de un proyecto en construcción orientado a la obtención de cobre, molibdeno y oro, cuyo ini-
cio de explotación estaba previsto para el año 2012. Las formas de extracción del mineral, procesa-
miento y traslado serían similares a las adoptadas por Minera Bajo La Alumbrera, a la cual triplicaría en
volumen. Su puesta en marcha conllevaría un importante aumento en el impacto ambiental tanto a nivel
local como regional involucrando la cuenca del río Salí-Dulce y territorios de las provincias de Tucumán,
Santiago del Estero y Córdoba.
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loducto (que atraviesa tres provincias ar- vecinos indignados atacaron los locales
gentinas), denuncias por deforestación y de la minera y sus proveedores, y fueron
destrucción de patrimonio arqueológico incendiadas las oficinas de la municipa-
(a través del tendido de un electroducto), lidad.
y múltiples denuncias por contamina- Pero esto no sería todo, pues esta vez
ción, una de las cuales hizo que ésta el conflicto alcanzaría una repercusión
fuera procesada el 2007 por la justicia mediática de alcance nacional. Impor-
federal por el delito “de contaminación tantes marchas se realizaron en la ciudad
grave”. de Andalgalá y en varios puntos del país.
Un nuevo capítulo en el conflicto Los informes especiales, titulados “An-
minero se abría así en Argentina, nada dalgalá: un pueblo que dijo Basta”, pre-
menos que en la provincia pionera. En sentados en el noticiero televisivo del
las calles de Andalgalá, una marcha por Grupo Clarín, en el horario central, rom-
el ‘Sí a la minería’, se contrapuso con pieron con la invisibilización que carac-
cuatro Caminatas “Por el sí a la vida”, en terizaba al tratamiento del tema por parte
las que participaron miles de personas y de los medios masivos de comunicación.
en las que se recolectaron firmas por la El conflicto entre el Grupo Clarín y el
nulidad de la aprobación del proyecto Ejecutivo Nacional, abrió así una brecha
Agua Rica. En los tribunales, la presen- – en la estructura de oportunidades polí-
tación de un amparo ambiental solici- ticas - para su tratamiento. El multime-
tando la suspensión definitiva de la dios, valiéndose del trabajo de equipos
explotación de Agua Rica por parte de la de producción, encontró en la minería a
Asamblea local, corría en paralelo a las cielo abierto una política sostenida y
gestiones de funcionarios del poder local promovida desde el gobierno nacional
para obtener la autorización del uso de que, en la medida en que se conoce,
la fuerza policial para “despejar” el ca- provoca indignación en gran parte de la
mino a la minera. opinión pública.4
El 15 de febrero de 2010, fuerzas po- Días más tarde, la fiscal que había
liciales locales, grupos de elite provin- ordenado la represión en Andalgalá, de-
ciales y efectivos de infantería, con claró públicamente que “de haber sa-
perros y equipos especiales para repri- bido las consecuencias de la orden
mir, intentaron disolver el corte. Doce- emitida no la hubiera dado”. Un juez re-
nas de asambleístas fueron detenidos y solvió suspender provisoriamente la ac-
heridos. Detrás de la policía aparecieron tividad minera Agua Rica, ‘para
unas máquinas para la explotación mi- contribuir a la paz social’, y otro dio
nera. Frente a la represión, la respuesta lugar al amparo ambiental. Mientras las
de los pobladores tampoco se hizo es- asambleas socio-ambientales formaban
perar, y en medio de los desórdenes ge- una Coordinadora Territorial y continua-
nerados por la fuerza de seguridad, los ban con el bloqueo, el 11 de marzo, el
4 Coincidentemente, el periódico Página 12 publicó el 22/02/10 como nota de tapa, el trabajo periodís-
tico “Los desplazados por la soja y la minería”, de Darío Aranda, un especialista en el tema.
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de desarrollo: los marcos de la discusión en la Argentina
Concejo Deliberante decidió llamar a un a desplazar fuera de sus fronteras las pri-
referéndum vinculante, para que la po- meras fases la actividad extractiva que
blación de Andalgalá se exprese por el abarca incluso las primeras etapas de los
“si” o por el “no” al proyecto de Agua procesos, privilegiando el medio am-
Rica el próximo 25 de mayo. Un punto biente local pero a costa de un mayor
de inflexión, sin duda, en la breve pero deterioro del medio ambiente global, y
agitada historia de las resistencias que se particularmente de los países del sur
desarrollan a este tipo de minería en Ar- cuyos territorios son utilizados como
gentina. fuente de recursos y sumidero de resi-
Sin embargo, escenarios como el de duos (Naredo, 56).
Andalgalá, con sus matices y particulari- En consecuencia, la actual etapa ex-
dades, se presentan en otros países desde presa una demanda cada vez mayor de
mediados de los `90, sobre todo en la los países desarrollados hacia los países
larga franja que ocupa la cordillera de dependientes, en términos de materias
los Andes, desde Guatemala y Ecuador, primas o de bienes de consumo, lo cual
pasando por Perú, hasta Chile y Argen- aparece reflejado en la consolidación de
tina, y dan cuenta de la importancia una matriz productiva, de corte extracti-
cada vez mayor de los conflictos socio- vista, basada en la sobre-explotación de
ambientales, ligados a las industrias ex- recursos naturales y en la expansión de
tractivas. las fronteras hacia territorios antes consi-
Es sabido que el paradigma extracti- derados como “improductivos”: la me-
vista cuenta con una larga y oscura his- gaminería a cielo abierto, la privatización
toria en América Latina, marcada por la de tierras, la construcción de grandes re-
constitución de enclaves coloniales, al- presas, el boom de los agro-negocios ba-
tamente destructivos de las economías sados en los transgénicos y la siembra
locales y directamente relacionado con directa, los proyectos de infraestructura
la esclavización y empobrecimiento de previstos por el IIRSA y los llamados bio-
las poblaciones. Ahora bien, pese a que combustibles, ilustran a cabalidad esta
la explotación y exportación de bienes nueva división territorial y global del tra-
naturales no son actividades nuevas en bajo entre el Norte y el Sur en el contexto
nuestra región, resulta claro que en los del capitalismo actual, que repercute en
últimos años del siglo XX, y en un con- una “desigual distribución de los con-
texto de cambio del modelo de acumu- flictos ecológicos” (Martínez Alier: 2004)
lación, se ha venido intensificando la y territoriales. Este vertiginoso proceso de
expansión de proyectos tendientes al reconfiguración de los territorios abarca
control, extracción y exportación de bie- así desde México hasta el extremo sur del
nes naturales a gran escala. continente, en Argentina y Chile, y per-
En términos de relaciones económi- judica sobre todo a aquellas regiones
cas, la globalización planteó una nueva más apartadas de los grandes centros ur-
división internacional del trabajo que banos, pequeñas y medianas localidades,
acentuó aún más las asimetrías entre los o vastos territorios semiaislados, como es
países centrales y periféricos. Así, se trata el caso de la región amazónica, en mu-
de una tendencia de los países del norte chos casos, habitados por poblaciones
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originarias. No es casual que una de las de los `90 incluyó a países que no eran
consecuencias de esta inflexión haya “tradicionalmente” mineros, como Ar-
sido la potenciación de las luchas ances- gentina, Ecuador, Venezuela, Honduras y
trales por la tierra, de la mano de los mo- Guatemala (De Echave, 2007 y 2009). En
vimientos indígenas y campesinos, así efecto, sea porque la estrechez de las do-
como el surgimiento de nuevas formas taciones mineras disponibles en los paí-
de movilización y participación ciuda- ses industrializados se iría articulando
dana, centradas en la defensa de los re- con políticas que desalientan la minería;
cursos naturales (definidos como “bienes sea por razones de dominio geopolítico,
comunes”), la biodiversidad y el medio lo cierto es que la actividad minera en
ambiente. países periféricos tomó proporciones des-
Lejos de cualquier linealidad, este es- conocidas en territorios tradicionalmente
cenario va instalando a los diferentes go- vinculados a la extracción y se orienta a
biernos latinoamericanos, y muy la búsqueda de nuevas reservas para su
particularmente a aquellos que se consi- explotación en sitios que no guardan tra-
deran de centro izquierda y de izquierda, dición minera.5 Así, entre los diez países
frente a nuevas tensiones y conflictos, por que recibieron inversión minera entre
no decir verdaderos dilemas y contradic- 1990 y 2001, cuatro de ellos son de Amé-
ciones visibles en la colisión incipiente rica Latina: Chile (en el primer puesto),
entre, por un lado, las luchas por la de- Perú (sexto), Argentina (noveno) y México
fensa de la tierra y el territorio, en nom- (décimo). Esta expansión se concentró en
bre de los “bienes comunes”; por otro Sudamérica pero cada vez hay más indi-
lado, el afianzamiento de matrices pro- cios de que en años venideros Centroa-
ductivas, orientadas al mercado externo, mérica también verá un marcado
en nombre de un discurso neodesarro- incremento de inversión minera, proceso
llista, con base extractivista. Uno de los que ya comenzó en Guatemala y Hon-
casos paradigmáticos, es la megaminería duras, teniendo en cuenta el crecimiento
a cielo abierto. Veamos entonces cuáles de la demanda de países como China e
son las características de este modelo. India (Bebbington, 2007: 23/24).
En consonancia con ello, durante los
Un modelo altamente excluyente: la ´90, la mayor parte de los países latino-
megaminería a cielo abierto americanos involucrados, llevó a cabo
una profunda reforma del marco regula-
Hasta hace poco tiempo, en América torio, para conceder amplios beneficios
Latina había sólo cuatro países con una a las grandes empresas transnacionales.
tradición minera importante: Chile, Perú, Dicha reforma fue respaldada por dife-
Bolivia y México. Sin embargo, la reforma rentes organismos internacionales
5 En países como Francia, Bélgica, Alemania, Inglaterra - entre otros – la actividad minera se ha ido reti-
rando de manera acelerada en los años 70 y 80 y hoy en día solo quedan algunos pequeños rezagos.
(De Echave, 2007). La exigente normativa de la Comunidad Europea, que conlleva a que los proyectos
sean rechazados por implicar un alto costo ambiental, es presentada en América Latina como una suerte
de oportunidad “histórica” para los territorios.
110 MARISTELLA SVAMPA Y MARIAN SOLA ALVAREZ / Modelo minero, resistencias sociales y estilos
de desarrollo: los marcos de la discusión en la Argentina
(Banco Mundial, BID, entre otros), a fin nería o megaminería a cielo abierto. Aún
de facilitar, promover y garantizar el si las consecuencias económicas pueden
auge regional de la nueva minería. ser homologadas, lejos estamos de aque-
Debido a las posibilidades de explo- lla minería de socavón, propia de épo-
tación que ofrecen las nuevas tecnolo- cas anteriores, cuando los metales
gías, en la actualidad la Argentina pasó a afluían en grandes vetas, desde el fondo
ocupar el sexto puesto en el mundo en de las galerías subterráneas. Pocos paí-
cuanto a su potencial minero, y los in- ses, entre ellos, Bolivia, conservan una
formes consignan que el 75% de las minería tradicional, a pequeña escala,
áreas atractivas para la minería todavía fundamentalmente basada en el estaño.
no han sido sometidas a prospección. Así Un elemento central que explica el pa-
es que en los últimos años, la actividad saje de la minería tradicional a la mo-
minera se desarrolló de un modo vertigi- derna, está dado por el progresivo
noso: el volumen de metros perforados, agotamiento -a nivel mundial- de los me-
los cuales son todo un indicador de las tales en vetas de alta ley. Esto implica
tareas vinculadas a la exploración para que, al disminuir la concentración del
futuros proyectos, superaron en el año mineral contenido en las rocas, deja de
2008 en más del 300% los alcanzados ser rentable la explotación mediante so-
en el 2003, según datos de la Secretaría cavones. La explotación minera a cielo
de Minería de la Nación. También según abierto con técnicas de lixiviación es
informes del mismo organismo, entre precisamente la tecnología que permite
2003 y 2008, el monto de las inversio- actualmente extraer los minerales dise-
nes anuales en el país fue multiplicado minados en la roca portadora. Mediante
por más de diez, pasando de 220 millo- la utilización de dinamita, se producen
nes de dólares a 2230 millones de dóla- voladuras de montañas que permiten re-
res. El crecimiento acumulado de mover grandes volúmenes de roca. Así
proyectos fue más increíble todavía: au- se forman escalones que dan lugar al
mentó un 907% en esos cinco años, para “tajo abierto” u “open pit”. Esto ocasiona
llegar en 2008 a superar los 400 proyec- que se movilicen tonelajes de roca cre-
tos – en diferentes grados de avance y sin cientemente superiores a los directa-
que ello implique la utilización de la me- mente utilizados, acentuando con ello el
todología a cielo abierto en todos los deterioro ocasionado en el medio, al que
casos-. En cuanto al valor de la produc- se suma el provocado por los residuos.
ción total, fue de 5047 millones de dó- A estos importantes niveles de afec-
lares en 2008 y las exportaciones tación al ambiente, es preciso sumarle el
alcanzaron los 3750 millones de dólares, uso desmesurado de recursos, funda-
o sea catorce veces más que en 1995. mentalmente de agua y energía, ambos
(Fuente: Minería en números, Secretaría imprescindibles para la implementación
de Minería 2009). de este tipo de explotaciones. El agua,
Resulta importante aclarar cinco principal insumo en el proceso extrac-
cuestiones respecto al tema: en primer tivo, es obtenida de ríos, glaciares y acuí-
lugar, a qué tipo de minería hacemos re- feros cercanos a los proyectos a razón de
ferencia cuando hablamos de nueva mi- varios cientos o miles de litros por se-
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6 Algunas de las medidas adoptadas son las siguientes: estabilidad fiscal y cambiaria por treinta años desde
la presentación del proyecto, exención del pago de los derechos de importación, deducción del 100%
de la inversión en el impuesto a las ganancias, exención al descubridor del yacimiento del pago del
canon por tres años; exención de aranceles y tasas aduaneras, exención del impuesto a la ganancia mí-
nima presunta y de contribuciones sobre la propiedad minera, exención a las empresas del pago de re-
tenciones por exportaciones. A esta sumatoria de exenciones, se les adicionó la no obligación de liquidar
divisas en el país. En cuanto al pago de regalías, se estableció un porcentaje máximo del 3% al valor boca
mina declarado por la empresa (y del cual se descuentan los costos que implica el proceso desde su ex-
tracción hasta el traslado para la exportación).
112 MARISTELLA SVAMPA Y MARIAN SOLA ALVAREZ / Modelo minero, resistencias sociales y estilos
de desarrollo: los marcos de la discusión en la Argentina
forma constitucional de 1994 fue evi- En cuarto lugar, la minería a gran es-
dentemente un parteaguas, pues implicó cala suele combinar multiescalaridad y
un cambio profundo en relación con la tipología del enclave, muy presente en
explotación de los recursos naturales; la historia de América Latina, e inextri-
por un lado, consagró la provincializa- cablemente ligadas al paradigma extrac-
ción de los recursos naturales7 (gas, pe- tivo.9 En este contexto, las asimetrías
tróleo, minería), que dejó de depender propias de la dinámica entre lo local
del Estado central; por otro lado, marcó (movimientos campesinos, organizacio-
la renuncia del Estado (nacional y pro- nes indígenas y asambleas de autocon-
vincial) a la explotación de los mismos, vocados) y lo global (empresas
lo cual dio paso a una obligada privati- multinacionales) se exacerban: las gran-
zación. des empresas tienden a concentrar un
Este modelo de transnacionalización número importante de actividades, com-
encontró continuidad en la política de pitiendo y subalternizando la economía
Néstor Kirchner y Cristina Fernández de del lugar hasta conformar enclaves de
Kirchner. Mientras que el primero de- exportación. El peso económico de estas
claró en 2004 el plan minero nacional empresas es tal que no resulta extraño
un “objetivo estratégico” y avanzó in- que los intereses de las corporaciones
cluso en la exención total de IVA para la atraviesen y hasta sustituyan al Estado,
minería y otros puntos estratégicos para menospreciando y/o violentando proce-
el desarrollo del sector, la segunda aplicó sos de decisión ciudadana. Por otro lado,
el veto presidencial (fines de 2008) a la la relación entre tipología de enclave y
ley de protección de los glaciares (ley deterioro de los derechos civiles expresa
24.618), votada por una amplia mayoría la tendencia a la territorialización de los
del Congreso Nacional, lo cual consti- conflictos, a partir de los cuales éstos
tuyó un claro gesto de apoyo a los inte- quedan librados a la intervención de la
reses de la minería transnacional, en este justicia y los entes municipales y/o pro-
caso en favor de la compañía Barrick vinciales, cuyo grado de vulnerabilidad
Gold, quien a través del proyecto bina- es mayor que el de sus homólogos na-
cional Pascua-Lama, compartido con cionales. La implementación del modelo
Chile, se encamina a desarrollar una ex- tiende, por ende, a ser acompañada por
plotación de oro y plata que afectaría a políticas represivas y autoritarias que cri-
los glaciares de altura en la región cor- minalizan la pobreza y la protesta social,
dillerana.8 algo que aparece con claridad en la ex-
7 El artículo 124 de la Constitución Nacional señala “Corresponde a las provincias el dominio originario
de los recursos naturales existentes en su territorio”.
8 En junio de 2009, las presidentas Fernández de Kirchner y Bachelet mostraron su apoyo a la empresa al
recibir en las respectivas casas de gobierno a un alto ejecutivo de Barrick. Fuente: CONSENSUS Men-
sual IAE Business School, Julio de 2009, disponible en http://www.iae.edu.ar/SiteCollectionDocu-
ments/Investigacion/Consensus/pascualamabuscasulicenciasocialparaoperar.pdf
9 Por economías de enclave entendemos aquellas que transfieren recursos a favor de los actores extrate-
rritoriales sin generar encadenamientos endógenos relevantes.
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10 Un informe especial de Foco (Foro Ciudadano de Participación por la Justicia y los Derechos Humanos)
sobre las empresas transnacionales en Argentina, firmado por R. Ortiz (2008), consigna “Las organiza-
ciones sociales han constatado que las grandes mineras en Catamarca, Tucumán, San Juan y Chubut
efectúan donaciones a escuelas y hospitales de esas provincias tratando de provocar la captación indi-
recta de voluntades y la limitación del ejercicio de la opinión de las comunidades. Esto ha sido corro-
borado por el Defensor del Pueblo de la Nación, quien manifestó su preocupación porque estas
donaciones están acompañadas por una contrapartida publicitaria a favor del trabajo desarrollado por
las empresas mineras, pudiendo este simple hecho llegar a inhibir toda posible crítica y, aún más, res-
tringir la participación y el ejercicio de la población en defensa de los derechos ambientales que consi-
deren afectados” (cursivas nuestras).
114 MARISTELLA SVAMPA Y MARIAN SOLA ALVAREZ / Modelo minero, resistencias sociales y estilos
de desarrollo: los marcos de la discusión en la Argentina
desposesión, en la cual las más crudas (2001), Costilla (2002) y Summit (2004)
lógicas del saqueo económico y la de- del Estado de Colorado, EEUU, y Repú-
predación ambiental se combinan con blica de Alemania (2002). En América
escenarios regionales caracterizados por Latina, la lucha iniciada en 1997 contra
una gran asimetría de poderes. En suma, la instalación de una empresa minera, en
en este escenario, las poblaciones cam- Cotacachi, Ecuador, fue seguida por
pesino-indígenas y los nuevos movi- Tambo Grande, en Perú, donde en 2002,
mientos contra la megaminería a cielo se llevó a cabo el primer plebiscito por
abierto son conscientes de que han sido este tema en América Latina. En años re-
arrojados a un campo de difícil disputa y cientes, se han realizado consultas en Ar-
de posiciones claramente asimétricas, en gentina (Esquel, 2003); dos consultas
el cual los adversarios van consolidando más en Perú, Piura y Cajamarca (ambos
cada vez más una densa trama articu- en 2007); tres en Guatemala, Sipa-
lada, con efectos multiplicadores y com- capa, (2005), Huehuetenango (2006); Ix-
plejos, en pos de la legitimación del tahuacan (2007). Sin embargo, lo usual
modelo minero. Así, el correlato del dis- es que las empresas eviten consultar a las
positivo hegemónico, va desde el avasa- poblaciones afectadas, buscando mini-
llamiento de los derechos de las mizar los daños y silenciar a las pobla-
poblaciones, entre ellos, de los derechos ciones, con la complicidad de las
territoriales de las poblaciones indígenas, autoridades regionales y nacionales.
reconocidos por los más diversos trata-
dos internacionales incluidos en las di- Los Movimientos de Resistencia: las
ferentes Constituciones; la destrucción asambleas socio-ambientales
de patrimonios arqueológicos, la instala-
ción de explotaciones en zonas protegi- Tal como hemos señalado, en Argen-
das, hasta las más diversas estrategias de tina fue en Catamarca, en el año 1997,
disciplinamiento, que incluyen desde la donde se implementó el primer proyecto
violación de procesos ciudadanos, silen- de minería a gran escala. Sin embargo,
ciando a la población, impidiendo u ob- sería en la localidad chubutense de Es-
turando la posibilidad de llevar a cabo quel, en la región patagónica, donde la
consultas populares al interior de las co- megaminería encontró un primer gran
munidades afectadas, o buscando dero- escollo, que ningún manual de “respon-
gar las leyes de prohibición ya sabilidad social empresarial” había pre-
sancionadas. visto. Allí, el alerta de profesionales de
Finalmente, cabe acotar que en los diversas disciplinas y de antiguos am-
últimos años, este tipo de minería ha bientalistas y la conformación de una
sido prohibida en Turquía (1997), Repú- asamblea multisectorial, promovieron
blica Checa (2000), Nueva Gales del Sur, una consulta popular, que en marzo de
Australia (2000), Estado de Montana 2003 arrojó un rotundo “no” y desem-
(1998) y los condados de Gunnison bocó poco después en la primera ley
ECUADOR DEBATE / TEMA CENTRAL 115
11 El conflicto con la empresa minera canadiense Meridian Gold tuvo lugar en un escenario nacional to-
davía caracterizado por una gran efervescencia social. En este contexto y siguiendo los pasos de Tam-
bogrande, en Perú, los vecinos autoconvocados de Esquel organizaron un plebiscito el 23 de marzo de
2003, que arrojó un rotundo “no” a la mina (81%).
12 El escrache consiste en una manifestación pública que busca romper con el anonimato de los respon-
sables de un hecho valorado como repudiable. Se trata de una acción directa introducida por una or-
ganización de derechos humanos (Hijos de desaparecidos), orientada a señalar las viviendas de los
represores de la última dictadura militar. En el caso de los conflictos aquí analizados, los escraches han
estado dirigidos a funcionarios vinculados a las áreas de minería y medio ambiente, y a diputados.
116 MARISTELLA SVAMPA Y MARIAN SOLA ALVAREZ / Modelo minero, resistencias sociales y estilos
de desarrollo: los marcos de la discusión en la Argentina
loca el acento en los conflictos ambien- vimiento que Naess desde su fundación
tales que se ocasionan por la reproduc- definió como “ecologismo profundo” y
ción de la vida en los territorios. Esta es que ha tenido mayor influencia en cier-
la corriente que, con matices, entende- tos países europeos y Estados Unidos.15
mos define al movimiento de asambleas Sin embargo, no fueron determinadas re-
de autoconvocados contra la minería. ligiones ni filosofías las que han tenido
Tal vez resulte apresurado interpretar un papel importante, sino que más bien
esta posición a la luz de lo que algunos “los participantes más influyentes son ar-
autores y los propios actores denominan tistas y escritores que no articulan su
“movimiento de justicia ambiental” y perspicacia en términos de filosofía pro-
cuyo origen se sitúa en los años 80 en fesional, expresándose más bien a través
comunidades negras de Estados Unidos. del arte y de la poesía (Naess: 1984) los
Los puntos en común entre ambos son que han nutrido con su aporte al ecolo-
empero significativas. Actores que en gismo popular.
otros países, se nuclean en torno a esta En suma, pese a que en Argentina el
corriente entienden que la noción de jus- giro eco-territorial encuentra una pri-
ticia ambiental “implica el derecho a un mera formulación en los incipientes mo-
ambiente seguro, sano y productivo para vimientos campesinos, principalmente a
todos, donde el medio ambiente es con- través del Movimiento Campesino Indí-
siderado en su totalidad, incluyendo sus gena (MNCI), ligado internacionalmente
dimensiones ecológicas, físicas, cons- a Vía Campesina, que desde hace años
truidas, sociales, políticas, estéticas y eco- viene combatiendo el modelo de agro-
nómicas. Se refiere así a las condiciones negocios, el dato novedoso lo constitu-
en que tal derecho puede ser libremente yen las asambleas de autoconvocados en
ejercido, preservando, respetando y rea- contra de la megaminería a cielo abierto,
lizando plenamente las identidades indi- nucleadas en la UAC. Dichas asambleas
viduales y de grupo, la dignidad y la van desarrollando un lenguaje de valo-
autonomía de las comunidades” (Acse- ración sobre la territorialidad, a partir de
lard: 16). la reconstrucción de mediaciones, como
Un último elemento que confluye, el vínculo estrecho entre paisaje, histo-
también con dispares niveles de intensi- ria larga de la región, defensa del medio
dad de acuerdo a los territorios, son en- ambiente y oportunidades de vida, que
foques espirituales sobre la naturaleza, enfatizan la “comunidad de vida y terri-
los que le otorgan a la misma un sentido torio”. Vale la pena agregar que, para el
de sacralidad. Podría asemejarse al mo- caso argentino, este giro eco-territorial,
15 Desde esta posición se insiste en que el medio natural tiene igual derecho a vivir que las personas dado
que no es concebido meramente como un instrumento que sirve a otras finalidades (la satisfacción de
derechos y deseos humanos; la regulación y reproducción del sistema ecológico global; etc.) sino un ente
con derechos y valores inherentes. En este marco, ningún objeto natural es concebido únicamente como
un recurso. Naess (1984) sostiene que cuando se argumenta desde premisas ecológicamente profundas,
la mayoría de las complicadas soluciones tecnológicas propuestas no necesitan ni siquiera ser discuti-
das.
122 MARISTELLA SVAMPA Y MARIAN SOLA ALVAREZ / Modelo minero, resistencias sociales y estilos
de desarrollo: los marcos de la discusión en la Argentina
Aunque con diferente alcance y en- integración de las clases obreras urba-
vergadura, en Argentina históricamente nas. Su desactivación y la posterior ola
se han configurado tres “modelos de de- de desindustrialización que el país vivió
sarrollo”: el agrario, el industrial y el ex- desde los ´70, pero con mayor fuerza en
tractivo. Más allá de las drásticas los ´90, con la consecuente descolecti-
transformaciones en las últimas décadas, vización de las clases populares, instala
el modelo agrario continúa operando de la actual “recuperación industrial”, a
manera explícita o implícita como na- partir de 2003/2004 (esto es, bajo el go-
rrativa social fundamental y horizonte de bierno de N. Kirchner), en el imaginario
expectativas de una parte de la sociedad. del “retorno a la normalidad”.
En efecto, el “campo” aparece asociado En contraste con estos dos modelos,
a la Argentina del Primer Centenario, el reiteradamente evocados por el matri-
país agro-exportador, próspero y pode- monio Kirchner, el extractivo, ilustrado
roso. Precisamente porque el modelo por la expansión de la megaminería a
agrario se instala en la continuidad ima- cielo abierto, en su carácter netamente
ginaria, y más allá de los intereses eco- trasnacional, aparece invisibilizado, de-
nómicos en juego, ha sido tan difícil negado en su realidad. Pese a la retórica
instalar la discusión sobre el alcance y nacional-popular, en este punto el silen-
las consecuencias negativas del modelo cio del actual gobierno es completo, aún
de agronegocios, especialmente el so- si la temática comienza a ganar los me-
jero, y los argentinos han llegado tarde a dios de comunicación. Cierto es que,
la discusión del mismo, cuando éste ya respecto del modelo sojero o del indus-
estaba consolidado, en una fase de fuerte trial, el modelo minero tiene –todavía-
tendencia al monocultivo y la concen- un rol “subordinado”, más allá de que la
tración económica. 16 Argentina aparezca como la sexta po-
Otra cosa sucede con el modelo in- tencia mundial en términos de reservas
dustrial, vinculado a la época de oro del minerales. Cierto es también que la mi-
peronismo (1945-1955), símbolo de la nería no posee una historia nacional sig-
16 A raíz del conflicto que enfrentó al Gobierno argentino con los diferentes actores del sector agrario du-
rante 2008, se abrió por primera vez la posibilidad de una discusión sobre las consecuencias de la ex-
pansión del modelo sojero, hasta ese momento reservada a unos pocos especialistas, ecologistas
marginales y movimientos campesinos. Aclaremos que, en un contexto de rentabilidad extraordinaria
para el sector agrario, a fines de 2007, con un objetivo recaudatorio y fiscalista, la nueva presidenta
Cristina Fernández de Kirchner decidió aumentar las retenciones de las exportaciones de las mineras, hi-
drocarburos y productos agrícolas. En marzo de 2008, anunció un nuevo aumento de las retenciones al
agro, elevándolo al 44%. Estas medidas generaron un enfrentamiento entre el Gobierno y los diferentes
sectores organizados del campo, que agrupó de manera inédita tanto a las grandes organizaciones ru-
rales como a aquellas representantes de los pequeños productores. Dicho conflicto implicó el bloqueo
de numerosas rutas del país que paralizaron al país durante casi cuatro meses, dejando a las grandes ciu-
dades al borde del desabastecimiento. Finalmente, la medida gubernamental fue rechazada en el Con-
greso. El conflicto no solo debilitó al nuevo gobierno sino que significó el re-ingreso en fuerza de los
sectores rurales a la escena política, como actores opositores a las posiciones gubernamentales, con
fuerte capacidad de veto.
124 MARISTELLA SVAMPA Y MARIAN SOLA ALVAREZ / Modelo minero, resistencias sociales y estilos
de desarrollo: los marcos de la discusión en la Argentina