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AUTORES
PROFESORA GUIA:
TEMUCO
2005
RESUMEN Y ABSTRACT
adaptación de los procesos de duelo de dos familias atendidas y cómo estos se relacionan con la
capacidad de cada familia de reorganizarse y poder adaptarse a esta nueva situación familiar
utilizando recursos resilientes. Para ello se revisan algunos conceptos teóricos asociados al
proceso de duelo, las tareas asociadas a cada etapa y algunos factores que inciden en el proceso
de elaboración de la pérdida.
El concepto de proceso de duelo puede comprenderse como la secuencia de estados
subjetivos que se siguen a la pérdida y que tienden a la aceptación de ésta y a una readaptación
del individuo a una realidad que ya no incluye al ser amado (Acuña,1992). Durante la elaboración
del duelo, cada persona intenta revincularse con el entorno, y con ello, vuelve a experimentar la
pérdida. Esto es así hasta que se impone lo evidente de la pérdida y, finalmente un sentido de
resignación. El gasto de energía y tiempo es muy importante, dado que las emociones que
constituyen el vínculo con el ser querido y con el mundo que éste representa, deben ser
Desde un punto de vista sistémico, la pérdida puede verse como un proceso interaccional,
que involucra tanto a la persona ausente, como a quienes lo sobreviven, en un ciclo vital
compartido que incluye la finalidad de la muerte y la continuidad de la vida, siendo esta situación
la tarea más difícil para una familia a lo largo de la vida (Walsh y Mc Goldrick, 1991).
que prepara a la persona para nuevas relaciones y para aceptar una visión diferente de sí mismo
Una reorganización familiar implica diversos desafíos, que desde el punto de vista teórico
a partir de la vivencia de duelo por muerte de un familiar cercano. Se analizan los aspectos
planteados en la teoría que fueron evidenciados en estas familias y que constituyeron un aporte en
aspectos resilientes activados en estas familias y que permiten una reorganización positiva de los
vínculos internos.
Presentación de las situaciones terapéuticas
Familia 1: Acude a terapia una mujer de 44 años, cuyo motivo de consulta fue el duelo por
la pérdida de su madre. La madre llevaba 7 años enferma de Alzheimer y diabetes, y durante este
período tuvo un accidente vascular encefálico que la dejó postrada y sin habla durante sus últimos
cuatro años de vida. La consultante es la menor de cuatro hermanos y durante toda su vida vivió
con sus padres. Fue madre soltera, tiene una hija de 21 años y está casada hace cuatro. Durante
los últimos siete años comenzó paulatinamente a disminuir su carga laboral, dedicándose los
últimos años exclusivamente al cuidado de la madre. Hace un año, luego de una falla
multisistémica, muere la madre en sus brazos. Consulta luego de ocho meses de fallecida su
madre.
Familia 2: Consulta una mujer de 37 años, dueña de casa, luego de la muerte de su esposo
10 años casados, tenían un hijo de nueve años y la paciente tiene otro hijo previo a su
matrimonio, que al momento de consultar tiene 18 años. La familia llevaba viviendo junta
durante seis años, ya que el hijo mayor vivió hasta los 12 años de vida con la abuela y una tía
como el “proceso familiar que se pone en marcha a raíz de la pérdida de uno de sus miembros”.
Respecto de cómo se vivencia el duelo en una familia, cabe señalar que la pérdida de un
miembro implica una reorganización del sistema familiar para adaptarse a una nueva situación.
Walsh y Mc Goldrick (1991) describen cuatro tareas que la familia debe llevar a cabo ante la
etapa los rituales van a jugar un papel importante, como los funerales, el entierro y visitas a la
tumba por parte de todos los miembros de la familia, incluyendo a los niños.
familia como aniversario de la muerte, celebración del día de la madre; espacios que en general
asociada a la pérdida.
En la segunda familia, estos espacios han tenido un carácter mucho más personal, no
han generado como familia momentos para la expresión de sus emociones. Cada uno de ellos lo
ha hecho en forma particular y parcial, buscando lugares personales o privados para poder
expresar lo que sienten, sin que los otros se den cuenta. Tampoco son frecuentes las visitas al
Las fortalezas que se observan en la primera familia están relacionadas con el desahogo
emocional, el cual permite que cada uno de sus miembros explicite sus emociones y sea validado
en ese proceso. Por otro lado, probablemente la segunda familia no permite un desahogo
emocional ante el duelo total pero si proteger a algún miembro o a varios de un sufrimiento
mayor, por ejemplo, la madre estaría cuidando a sus hijos de sufrir la pena del duelo.
familiar en el que es necesario redefinir los canales de comunicación y distribuir los roles
familiares, es un proceso delicado que afecta a la propia estructura de la familia, por lo que ésta
debe adoptar una conducta defensiva que le permita afrontar este proceso con el menor desgaste
posible. Esto supone además aceptar definitivamente la pérdida del ser querido, lo que añade las
de la economía familiar. A su vez, fueron dejando de lado funciones que le eran propias, como la
especialmente, en la reorganización de las funciones básicas que tiene que ver con la
familia 1, el tipo de muerte permitió que el proceso de re-estructuración fuera más fácil. También
tiene relación el ciclo familiar, en donde, los miembros de la familia eran autónomos. En la
probablemente tanto por el ciclo vital como por el rol integrador que cumplía el miembro
donde ella tenía un rol regresivo, por lo que le ha sido más difícil asumir un rol progresivo una
3.- Reorganización de la relación con el medio externo. Tras la organización interna, debe
seguirse el mismo proceso con el medio externo, abriendo nuevos canales de comunicación, y
reasignando roles. Esta etapa se produce cuando la familia se siente con la suficiente estabilidad
laboral, la consultante comienza a retomar sus redes laborales. En el ámbito de pareja, ellos
fallecido hacen que la familia se movilice con más o menos dificultad. En la segunda familia, por
ejemplo, se evidencia que esta interdependencia hace que tenga más desafíos nuevos que
antiguo, y aceptación del comienzo de una nueva etapa familiar. El final de la etapa de duelo
familiar está marcado por la aceptación de sus miembros de una nueva estructura familiar, nacida
de la antigua, pero organizada de una manera distinta. Se han creado nuevos canales de
comunicación, y otros miembros juegan papeles que correspondían al difunto. Los juegos de
alianzas quizá se hayan modificado, buscando los sobrevivientes nuevos apoyos. Esto no
figura fallecida formará parte de la historia familiar, pero debe dejar de tener influencia directa en
pérdida de su madre. Esto gracias al apoyo familiar, al establecimiento de redes con el medio
actividades que realiza, sin que por eso se haya olvidado de su madre, aunque cuando la
relacionados con el duelo y son escasas las expresiones emocionales, especialmente la tristeza
y la angustia asociada a la pérdida. El establecimiento de redes con el medio externo les ha sido
Una de las diferencias que se observa en ambas familias es que en la segunda familia, la
consultante no acepta la nueva organización y realidad que se le impone, y tiene temor de tener
que asumir un nuevo rol dentro de esta estructura. A diferencia de la primera, la consultante y
su familia son capaces de aceptar la nueva estructura que se conformó a partir de la muerte de
su madre. Ella se encuentra disfrutando su rol de madre y esposa, dejando de lado el rol de hija,
El impacto de una muerte está determinado por una serie de factores que influyen en la
respuesta de una familia frente a ésta. Al buscar una explicación de por qué algunas familias
1. Tipo de muerte:
a) Muerte inesperada o Muerte lenta: las muertes inesperadas o que suceden luego de
enfermedades prolongadas son especialmente estresantes para las familias y requieren distintos
mecanismo de duelo. Cuando una persona muere de forma inesperada, los miembros de la familia
económicos, tienden a agotarse, sin embargo el alivio que sigue a esa pérdida es vivido con
mucha culpa, aún cuando se sabe que, tanto el familiar muerto, como quienes lo acompañaron en
b) Pérdidas ambiguas: un ser querido puede estar físicamente ausente, pero psíquicamente
incertidumbre respecto si un familiar está vivo o muerto puede convertirse en una constante
c) Muertes violentas: El devastador impacto de una muerte violenta reverbera en todo el sistema
sobre todo cuando es el resultado de violencia o negligencia, así como cuando existe la sensación
muerte lenta, dado al prolongado período en que la madre de la paciente estuvo enferma. Previo
a la muerte, se podría también considerar como una pérdida ambigua, ya que la madre estaba
físicamente presente, pero psíquicamente ausente, situación que implicó una serie cambios a
nivel individual y familiar. Como se mencionó con anterioridad, la madre llevaba cuatro años
postrada luego de sus diversas enfermedades. Esto generó una serie de cambios en los códigos
de comunicación familiar, por ejemplo, la consultante debía adivinar a través de los gestos de su
madre, lo que le podía estar pasando o las necesidades que ella podía tener. Lo anterior
generaba una alta carga de tensión y angustia y la sensación de, tal vez, no estar haciendo lo
Como la muerte fue lenta, la consultante pudo pasar largo tiempo junto a su madre,
hacerse cargo de sus cuidados y de esta manera estrechar los lazos afectivos entre ambas. Esto
Este largo periodo de tiempo generó un alto nivel de estrés en los miembros de la familia,
por el constante cuidado y preocupación que generaba la salud de la madre y por la pérdida de
la red de apoyo social (trabajo, amistades); frente a la muerte de la madre, si bien se observó
alivio, éste iba asociado a la culpa por el hecho de comenzar a recuperar los espacios perdidos.
“Cuando mi hermano me invitó a su casa a pasar las vacaciones, lo primero que pensé era que
no iba a ir, no podía estar yo de vacaciones y mi mamá no…cuando estaba allá, mi hermano y
toda su familia trataban de entretenerme, pero yo me sentía muy culpable por estar pasándolo
no tuvo la posibilidad de prepararse ante la pérdida, resolver temas pendientes y mucho menos
despedirse. Este tipo de muerte generó altos niveles de desequilibrio emocional. En el caso de la
consultante, hubo ideación y un intento de suicidio, acompañado por alta ingesta de alcohol. El
hijo mayor se alejó del núcleo familiar, y el hijo menor no ha encontrado acogida a su tristeza
Se observa que en ambas familias existen diferentes tipos de muerte las cuales han
implicado que las formas de afrontarla sean variadas. Se podría pensar que la posibilidad de
despedirse de la persona que va a morir y construir rituales que permitan decir y hacer algo
para poder aliviar el dolor de la muerte, permite hacer un cierre en la relación con el difunto.
adaptación ante las pérdidas deja de ser una tarea tan ardua. La cohesión familiar tiene que ver
con ciertas características tales como apoyo mutuo, tolerancia y respeto frente a distintas
respuestas de los familiares ante la pérdida. En aquellas familias que se caracterizan por ser
extremo las familias aglutinadas pueden ser un frente unido en el cual cualquier diferencia es
vista como deslealtad o como posible amenaza. En otro extremo, las familias desligadas buscan
mismo.
dejaron a la madre fuera de una reunión familiar, pese a las condiciones en que se encontraba.
“Mi madre siempre participaba con nosotros, si llegaba alguien a la casa, ella participaba, se
sentaba a la mesa junto a nosotros…también si le parecía algo mal lo daba a entender con la
mirada…no necesitábamos hablar”. “Durante el invierno, nuestra hija duerme con nosotros en
la misma pieza…cuando ella lo decide se va a su pieza a dormir”, lo que habla de un bajo nivel
caso, la cohesión familiar estaba presente en la medida en que el padre era el pilar que
articulaba las relaciones entre los miembros, produciéndose una pseudo cohesión familiar, ya
situación, y tampoco sabe lo que pasa con sus hijos. Es así, que cada uno de los miembros de
esta familia sufre la pérdida de una manera personal y solitaria. “Estoy preocupada por mi hijo
mayor, se ha puesto muy rebelde, ya no para en la casa…llega tarde, le dio por ir a las fiestas…y
cuando yo quiero conversar con él me rechaza…no me cuenta nada, yo le digo que confíe en mí
apoyo emocional, en donde el hijo está buscando espacios fuera del hogar, intentando establecer
más que nunca ligado a su madre, durmiendo junto a ella desde el momento en que su padre
murió. En cambio el miembro que se esfuerza por diferenciarse es visto como rebelde. Por su
parte, la pareja presentaba un alto nivel de fusión, en donde se evidenciaba una colusión oral, es
decir, el esposo se dedicaba al cuidado de ella y de toda la familia, presentando el rol
progresivo de la relación, por su parte ella era el miembro regresivo y pasivo que recibía los
cuidados.
b) Flexibilidad del sistema familiar. La estructura familiar, particularmente los roles, límites y
reglas deben ser flexibles a la vez que claros a fin de lograr la reorganización del sistema familiar
luego de la pérdida. En el extremo, una familia caótica y desorganizada tendrá dificultades para
mantener un adecuado liderazgo, así como la estabilidad y continuidad necesaria para manejar la
crisis temporal que se presenta. Una familia extremadamente rígida tendrá dificultades en el logro
de las modificaciones necesarias para acomodarse a la nueva situación que incluye la pérdida.
la medida en que la madre estuvo enferma por un tiempo considerable, lo que permitió esta
muerte ellos asumieron adecuadamente los roles que habían dejado de lado en su momento.
En la familia 2, los roles eran rígidos y luego de la muerte del padre, se hizo difícil para
la familia redistribuirlos, así por ejemplo, funciones que ejercía principalmente la persona
fallecida, en la actualidad los miembros evitan asumirlos o cuando lo hacen les genera una alta
sus hijos, ya que se encuentra centrada en su rol de esposa/viuda más que en su rol de madre
Pareciera ser que la posibilidad de reestructurar los roles de la familia se relaciona con
la etapa del ciclo vital en que se encuentra y con los distintos roles que desempeñan los
familia haya sido más fácil ya que la familia se encontraba en un ciclo vital familiar consolidado
donde los miembros han logrado un nivel de autonomía que les permite desarrollarse
independientemente, y por otra parte el rol que le tocó asumir a la consultante cuando su
abrupta de su esposo, debe asumir un rol que nunca ejerció ni le fue familiar.
c) Comunicación abierta versus misterio. Cuando una familia se enfrente a una pérdida, la
comunicación abierta facilita el proceso de recuperación. Misterio, mitos y tabúes que rodean la
“mi mamá ya no está con nosotros, se fue…” “cuando pasó eso…” y prontamente en el proceso
comienza a verbalizar frases como: “…Ahora que mi mamita está muerta…cuando mi mamá
murió…”, logrando una comunicación abierta respecto de la muerte de su madre, lo que permite
misterioso frente a la muerte del cónyuge. “… Hijo, cuéntale a los tíos cómo te has sentido desde
que nos pasó eso…” “…Desde que me pasó esto, mi vida no tiene sentido, sólo sigo viviendo por
mi hijo menor que es el que más me necesita…” La consultante ha presentado ideación suicida y
un intento, acompañado además por consumo de alcohol y fármacos. Estas últimas conductas
Pareciera ser que los elementos facilitadores de un buen pronóstico terapéutico, están
relacionados con la capacidad de hablar abierta y directamente sobre la muerte del ser querido.
Esto permitiría confrontar el tema e incorporarlo como una situación presente, parte del proceso
y parte de la vida con el cual se debe interactuar. Al hablar acerca de la muerte, se asume el
tema y se hace realidad esta condición, dando un sentido compartido a esta construcción.
d) Rol del familiar muerto dentro del sistema familiar. Mientras más importante es una persona
dentro de la vida familiar y más central su rol, mayor será la pérdida. La muerte de un padre con
hijos pequeños será, por lo general, bastante más devastadora que la muerte de un abuelo más
periférico. Las familias corren riesgo de disfunción si, en un extremo, buscan evitar el dolor de la
el otro extremo pueden quedar inmovilizadas si son incapaces de distribuir roles y funciones o
bien fue una pérdida dolorosa resultó ser menos sorpresiva, luego de una enfermedad
prolongada y de la edad que tenía. Si bien la madre ocupaba un rol importante en la dinámica
familiar, los roles ya habían sido asumidos por los miembros adultos.
muchas otras etapas del ciclo por cumplir. Esto produjo una fuerte desestabilización del sistema
en el rol que un miembro del sistema debe cumplir. Pareciera ser que es más significativa la
pérdida cuando las tareas del miembro que fallece se encuentran inconclusas, sobre todo en lo
que respecta a la crianza de los hijos. También influye si el rol de la persona fallecida, fue
protagónico o periférico. En ambos casos los distintos roles que ejercían las personas
fallecidas van a influir en la manera que los sobrevivientes se adapten a la nueva realidad.
DISCUSIÓN
A modo de comentario, coincidimos con la teoría en que existen dos aspectos cruciales en el
clara y directa facilita la adaptación y fortalece a las familias, convirtiéndose ésta en una
importante red de apoyo para sus miembros. Es crucial un clima de confianza, respuesta
empática y tolerancia frente a las distintas reacciones. El proceso de duelo también incluye
compartir intentos por darle un profundo significado a la pérdida que se incluya en la experiencia
que quedan ocultos y que aparecen luego de manera desconectada de aquello que los originó.
El segundo aspecto está relacionado con la reorganización del sistema familiar el cual
incluye un reajuste en las relaciones y una redistribución de roles y funciones necesarios para
muerte, si la muerte fue lenta, se sugiere elaborar el periodo previo de duelo, donde el cuidado y
expresión de afectos hacia la persona que fallece deben intensificarse como una manera de
ritualizar la partida de este ser querido, en términos de prepararlo a él y a la familia para el “paso”
primera familia se observó que la readaptación de roles fue facilitada gracias a que la persona que
falleció estaba en una etapa del ciclo vital en donde las tareas estaban resueltas. La intervención
madre enferma y del reencuentro con los roles que estaban postergados. En la segunda familia
que se han planteado son el reconocimiento de sus recursos, con el fin de poder distribuir los
roles de la persona ausente al interior de la familia. En este caso en particular influye el bajo
empoderarla y sacarla de su rol regresivo, al igual que la escasa red social de apoyo que presenta,
por lo tanto el trabajo de construcción de redes sociales es central para poder lograr la
pronóstico de tratamiento, buscar aspectos positivos y resilientes de ambas familias. Es así, que
se observó que en la primera familia las principales fortalezas radican en el apoyo de la familia
extensa y nuclear, la capacidad de expresar sus emociones y validar las de los otros, las redes
sociales, como por ejemplo el trabajo de los dos adultos y el liceo de la nieta y. también la
asumir progresivamente los roles, que nunca habían sido realizados por los miembros
sobrevivientes. La consultante se ha preocupado principalmente de las necesidades básicas de
hogar, autovalidándose en este rol. La principal actitud resiliente que está en proceso
terapéutico, es asumir un rol protector y acogedor hacia sus hijos, función que era propia de su
esposo, además permitir a través de ella la posibilidad de que los hijos también reconozcan y
potencien recursos que estaban latentes, pero que no habían tenido la posibilidad de expresarse
A modo de conclusión es posible señalar que la pérdida de un ser amado es sin duda una
de las experiencias más dolorosas que nos toca vivir como seres humanos, ya que nos enfrenta a
un gran dolor y miedo ante lo desconocido de la muerte. Muchas veces se generan sentimientos
necesario por tanto, desde cualquier proceso terapéutico, generar espacios de expresión
Acuña, J & Vidal, C. (1992) “Proceso de Duelo y Diferenciación” Tesis I.CH.T.F, Chile.
Gaete, C & Triviño, A (2003) “Estudio sobre estilos de duelo de familias de detenidos
Pereira, F.R (2002) “Hacia un modelo familiar del duelo”, documento extraído de la página
web: www.featf.org/mosaico/mosaico23/monografico_23.pdf.
Walsh, F; Mc Goldrick, M (1991) “Living beyond loss. Loss and the family: A Sistemic