Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
C) Dieta equilibrada
En la unidad didáctica anterior decíamos que para vivir, el ser humano necesita la
energía y los nutrientes adquiridos a través de los alimentos. Hablábamos, por lo tanto, de los
nutrientes, de qué son y de cómo y dónde podemos obtenerlos.
En esta unidad, nos dedicaremos a conocer más en detalle de dónde obtenemos los
nutrientes, cómo debemos combinar los alimentos para mantener una alimentación equilibrada
y llevar una vida sana.
Sin embargo, antes vamos a ver algunos conceptos necesarios para este curso:
energía, caloría y valor energético.
Energía
La energía es aquello que utiliza nuestro organismo para mantener la actividad vital de
las células (involuntaria), así como para la actividad física ordinaria (trabajo) o extraordinaria
(deporte). La obtenemos de los alimentos. Mediante la función de nutrición tomamos del
exterior sustancias (alimentos y bebidas) que nuestro cuerpo se encarga de convertir en
sustancias propias. Esto se efectúa a través de la digestión y absorción, como lo vimos en la
unidad didáctica 1.
Caloría
La caloría es la unidad de energía térmica equivalente a la cantidad de calor necesaria
para elevar la temperatura de un gramo de agua en 1 °C, de 14,5 a 15,5 °C, a la presión
normal; equivale a 4,185 julios (J). En nutrición hablamos de kilocaloría (kcal) para referirnos a
la unidad de energía. Una kilocaloría equivale a 1.000 calorías (cal) o a 4,18 kilojulios (kJ).
Las calorías son una medida efectiva que puede utilizarse para el control de peso. El
principio es simple y se rige por los mismos principios que las leyes de la energía: “Para
mantener siempre un peso estable, debemos ingerir una cantidad y variedad de
alimentos que nos aporten la misma cantidad de calorías que gastamos”.
Nuestro cuerpo necesita el aporte que brindan algunas sustancias para reemplazar el
gasto producido por su funcionamiento. Como vimos anteriormente, necesitamos energía para
mantener vivo nuestro cuerpo (fisiológico e involuntario) y para ejecutar la actividad voluntaria.
Las necesidades de energía de cada persona dependen del gasto energético diario
dado por su propio metabolismo y por su actividad física. Lo normal es que a través de la
alimentación se recupere la energía gastada durante el día.
1. Metabolismo basal
Síntesis de proteínas.
Transporte de las sustancias nutritivas a todas las células del cuerpo.
Latidos del corazón.
Respiración.
Mantenimiento de la temperatura corporal, etc.
Para mantener el metabolismo basal empleamos las tres cuartas partes del total de la
energía que ingerimos.
El metabolismo basal de una persona de mediana edad oscila alrededor de las 1.600
kcal/día.
*Descuento por horas de sueño: al hacer el cálculo, debemos tener en cuenta las
horas de sueño que invierte la persona, ya que el consumo energético del metabolismo basal
disminuye alrededor de un 10%. La fórmula que utilizamos es:
2. Actividad física
La energía consumida por la actividad física depende del peso del individuo y del tipo
de actividad que realiza. La podemos dividir en cuatro tipos:
3. Digestión y metabolismo
Es la cantidad de energía que utilizamos para convertir los alimentos en sustancias que
puedan ser aprovechadas por nuestro organismo. Consiste en energía para digerir y
metabolizar los alimentos, así como para almacenar y transportar los nutrientes a todas las
células del cuerpo. Representa alrededor del 10% del valor calórico de la dieta consumida.
Calculamos el gasto energético de una mujer que mide 1,63 m, pesa 63 kg, duerme 8
horas, consume alrededor de 1.900 kcal diarias en los alimentos y realiza una actividad física
moderada.
Conclusión: esta mujer necesita ingerir 2.294 kcal al día para mantener estable su
peso.
La OMS ha elaborado otra fórmula sencilla, aunque no tan detallada, que nos permite
conocer los requerimientos de energía de una persona en función del sexo y su nivel de
actividad. Esta última la divide en tres categorías: ligera, moderada e intensa.
Mujer de 63 kg con una actividad moderada: (8,7 × 63 + 829) × 1,64 = 2.258 kcal/día.
La cantidad de kilocalorías aportada por cada uno de los principios inmediatos es:
Esto significa que los alimentos que más engordan son aquellos que contienen muchas
grasas.
Calorías vacías: ya hemos visto que todos los nutrientes aportan calorías al
organismo. Pero hay alimentos que aportan calorías sin nutrientes. Estas son las denominadas
“calorías vacías”. Ejemplos de estas son: el alcohol, muchas bebidas carbonatadas, algunos
alimentos procesados industrialmente, etc.
Se podrá ver una tabla con el contenido calórico de cada alimento en el siguiente
apartado.
Para hacer una buena elección de los alimentos con el fin de mantener una dieta
equilibrada, necesitamos conocer su composición y saber en qué medida satisfacen nuestras
necesidades nutricionales.
Carne
Las carnes aportan proteínas completas o de alto valor biológico (que contienen todos
los aminoácidos esenciales necesarios), pero también hay que tener en cuenta que son ricas
en grasas saturadas, elevan el colesterol y carecen de fibra, antioxidantes y de algunos
oligoelementos necesarios para proteger al organismo de enfermedades cardiovasculares o del
cáncer. Por lo tanto, debemos ingerir carne en pocas cantidades y pocas veces al mes.
El contenido en grasa es distinto en cada una de ellas, así como en las diferentes
partes del animal.
Constituyen una buena fuente de hierro, potasio, zinc, fósforo y vitamina B 12 (por
ejemplo, los callos son ricos en calcio). El hígado, además, aporta vitamina A y D.
Pescados y mariscos
Los pescados son una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico (contienen
casi todos los aminoácidos que necesita el ser humano). Son una buena alternativa a las
carnes, dado que su aporte es similar, pero con la ventaja de que contienen poca grasa.
Además, esta grasa es considerada como beneficiosa para nuestra salud, ya que está formada
por ácidos grasos poliinsaturados del tipo omega-3, que disminuyen el colesterol “malo” y
previenen las enfermedades cardiovasculares. Son ricos en fósforo y yodo y algunas vitaminas
del grupo B. Los peces de espinas pequeñas proporcionan calcio cuando los comemos
enteros.
Se digieren mejor, aunque para ello debemos prepararlos cocidos o a la plancha, pero
no fritos. Si los acompañamos de verduras, es más sano ya que estas aportan las fibras de las
que los pescados carecen.
Entre los mariscos, encontramos los moluscos (caracoles, ostras, vieiras, almejas,
mejillones, calamares, pulpos, sepias) y los crustáceos (langostas, langostinos, cangrejos,
gambas, camarones, cigalas). Los moluscos contienen mayor proporción de proteínas que los
peces y tienen poca grasa. Contienen también hidratos de carbono. Los crustáceos tienen poca
grasa y, por lo tanto, bajo valor energético.
Huevos
El huevo es una de las fuentes nutritivas más destacadas, ya que aporta proteínas de
alto valor biológico. Los huevos son alimentos muy completos. La clara es la forma más
concentrada de proteína que existe. La yema incluye grasas, proteínas, hierro, algunos
minerales, vitaminas del grupo B y vitaminas A, D y E.
La ingesta de huevos, así como de otros subproductos animales como la leche y sus
derivados, es preferible al consumo de carnes animales porque no ingerimos los desechos
presentes en el tejido celular que, sin embargo, sí incorporamos al comer las carnes, aunque,
su exceso puede ser perjudicial para el corazón, los riñones y el hígado.
Lácteos
Este grupo constituye una buena fuente nutritiva que aporta proteínas de alto valor
biológico, a veces lípidos, hidratos de carbono, vitaminas y minerales (riboflavina, vitamina A,
calcio, fósforo, etc.). La mantequilla únicamente contiene grasa y vitamina A.
Son ricos en hidratos de carbono, vitaminas, minerales y fibras. Constituyen una fuente
fácil y directa de suministro de calorías. Es mejor consumir los cereales integrales que aportan
al organismo fibra, magnesio, zinc y ácido fólico.
Legumbres
Son legumbres: judías o alubias, lentejas, garbanzos, habas, guisantes secos, alfalfa,
cacahuete y soja. La soja es el alimento de origen vegetal de más alto contenido proteico.
Contiene una gran cantidad de lípidos poliinsaturados y minerales importantes como el calcio y
el hierro, así como algunas vitaminas.
Frutas
Son frutas: manzana, naranja, melón, sandía, pomelo, albaricoque, melocotón, pera,
ciruela, uvas, cerezas, plátano, etc.
Verduras y hortalizas
Son una fuente destacada de vitaminas, minerales (sodio, cobalto, cloro, cobre,
magnesio, manganeso, fósforo y potasio) y fibra; y escasas en proteínas y lípidos. Muchas de
las vitaminas hidrosolubles se destruyen fácilmente con el exceso de cocción.
Son verduras y hortalizas: col, rábanos, nabo, cebollas, patatas, zanahorias, brécol,
espinacas, acelgas, alcachofas, lechuga, tomate, pimiento, judías verdes, berenjena, etc.
Excelente fuente de energía que aporta hidratos de carbono (10-20%), proteínas (20-
25%), lípidos (40-50% de grasa insaturada) y fibra, además de minerales y oligoelementos
como el magnesio, el calcio, el hierro y el zinc. Las nueces son más ricas en ácidos grasos
poliinsaturados, mientras que las avellanas, las almendras y los cacahuetes son ricos en ácidos
grasos monoinsaturados.
Otros alimentos
Aceites y grasas
Otros aceites de origen vegetal son el de girasol, maíz y soja (ricos en ácidos grasos
poliinsaturados).
Una nutrición adecuada debe contener aceites y grasas, pero siempre dentro de las
proporciones que antes detallamos. En Occidente la mayor parte de casos de sobrepeso se
deben a una modificación de las proporciones de los macronutrientes en favor de grasas (se
disminuye el consumo de hidratos de carbono y se aumenta el de lípidos, con el consiguiente
incremento de peso).
Bebidas
Ya hemos visto la necesidad que tenemos los humanos de beber agua y reponer
constantemente los líquidos que perdemos por el funcionamiento de nuestro organismo y la
actividad física.
Las tres bebidas contienen cafeína. En pequeñas dosis actúa como estimulante, pero
en exceso puede llegar a ser tóxica (600 mg de cafeína en pocas horas), producir somnolencia,
palpitaciones, temblores y depresión.
Otros refrescos
Los zumos de frutos cítricos (naranja, limón, pomelo) son una fuente de vitamina C.
Los zumos naturales proporcionan potasio.
Los zumos artificiales tienen poco valor nutritivo, solo contienen sacarosa o glucosa
siempre que hayan sido endulzados con azúcar y no con edulcorante.
Generalmente, solo proporcionan “calorías vacías”.
Cerveza
Vino
Tanto el vino como sus derivados carbónicos (cava, champán, etc.) provienen de la
fermentación bacteriana de la uva en condiciones de anaerobiosis (falta de oxígeno). Todos
aportan las calorías de la fruta de la que provienen, más un extra que depende del porcentaje
en volumen de alcohol. En casos de adultos sanos (nunca niños ni embarazadas), la toma de
uno o dos vasos de vino al día puede ser beneficiosa para la salud (numerosos estudios lo
demuestran). En esas cantidades el vino se muestra un efectivo vasodilatador (mejora la
circulación sanguínea) y contiene numerosas vitaminas, minerales y antioxidantes
(antienvejecimiento) entre los que destacan los polifenoles (el más significativo es el
resveratrol).
Otros alcoholes
C) Dieta equilibrada
De una dieta equilibrada obtenemos todo lo que nuestro cuerpo necesita para crecer,
regenerarse y mantenerse, así como la energía que necesitamos para el trabajo y la actividad.
Un método eficaz y muy sencillo para guiarnos en el tipo de alimentación que se debe
ingerir diariamente es la pirámide alimentaria.
En la base de nuestra pirámide tenemos los elementos de origen vegetal. Las comidas
principales deben llevar cereales (arroz, pan, pasta, cuscús), verduras y frutas. Se debe
garantizar el aporte diario de entre 1,5 y 2 l de agua, aunque esta variará en función de la
edad, la actividad física y las condiciones climáticas. Los productos lácteos, preferiblemente
en forma de yogur y quesos bajos en grasa, deben ser moderados ya que aunque nos aportan
calcio son una fuente de grasas. El aceite de oliva, dado su calidad nutricional, debe ser
nuestro principal aporte de grasas utilizado para aderezar y cocinar.
Las hierbas, especias, cebolla y ajo pueden aportar sabor a nuestras comidas
reduciendo la necesidad del consumo de sal. Los frutos secos y semillas son una fuente de
grasas saludables, vitaminas, minerales y proteínas.
El pescado, la carne magra y el huevo son proteínas de alta calidad de origen animal.
El pescado azul es fuente de grasas saludables y la carne magra, de proteínas de alto valor
biológico.
La carne roja y la carne procesada deben ser reducidas tanto en cantidad como en
frecuencia.
El azúcar, los caramelos, los pasteles, la bollería, los zumos de fruta azucarados
y los refrescos azucarados se deben consumir en cantidades pequeñas y solo de vez en
cuando.
Las recomendaciones diarias para una dieta equilibrada, que se traducirá en una buena
salud son, no nos cansaremos de repetirlo:
Recomendaciones dietéticas
3. Se recomienda reducir el consumo de grasas hasta un máximo del 30% del ingreso
energético total. La proporción debe ser:
6. Se recomienda ingerir fibra vegetal y que esta cantidad supere los 22 g/día.
Además, se recomienda que esta debe estar constituida por fibras insolubles y solubles a
partes iguales.
- Procure tomar la cantidad suficiente de calcio, sobre todo las mujeres en edad cercana
a la menopausia, ya que previene la osteoporosis.
- Es fundamental la ingesta de, al menos, dos piezas de fruta al día. Es aconsejable que
al menos una de ellas sea un cítrico (naranja, pomelo, kiwi, etc.).
- Respete las digestiones. No vuelva a comer hasta que hayan pasado tres horas de la
última ingesta y evite acostarse sin haber hecho la digestión.
- Coma despacio, sin ansia, masticando lentamente los alimentos, disfrutando de lo que
se ingiere y evitando hacer otras cosas mientras se come.
- Es mejor comer pequeñas cantidades varias veces al día (cinco sería lo correcto) que
demasiada comida en una o dos ingestas diarias.
- Tenga en cuenta las formas de cocinar los alimentos (las verduras demasiado
cocinadas pierden propiedades, los fritos no son saludables…) y limite el consumo de
alimentos precocinados o procesados industrialmente (la bollería contiene demasiadas grasas
saturadas, las conservas demasiada sal y adiciones químicas…).
LA FIBRA ADELGAZA.
FALSO
Lo que sí sucede es que facilita la saciedad al ser ingerida con agua, esto ayuda a
comer menos, pero la fibra no adelgaza por sí sola.