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Henri Rey-Flaud ea (eye teme (eM rs Mir-ltrs) Por qué el obsesivo y el perverso fracasan en lo que logra el histérico Paidés Campo Freudiano 1. M.-C Hamon, ¢Por qué las wujeres amau a los bombres? P. de Cossé Brissac, R. Dumas, F Giroud y otcos, « Couoce usted a Lacan? 3 A. Zenon, Bl cuerpo del ser bablante 4S. Andié, La imposiura perversa 5 Rosine y Robert Lefort, Maryse se bace writ witia 6. Rosine y Robert Lefort, Namento del Otro 7 Textos reunidos por ia Asoctacién Mundial de Psicoanilisis, Los ‘poderes de la pelabra & Paul Roazen, Cémo trabajebe Freud . i 9, Testes reunidos por la Fundacién del Campo Freuciano, El” sntoma carla ds 10.31 Rey Flan, Eloi de le made Henri Rey-Flaud Elogio de la nada Por qué el obsesivo y el perverso fracasan en lo que logra el histérico Tilo orginal: Loge du re PanquonFobseskare! et lex pererséehonnt Wit byuige st Police on francis pr Eons Sal, Pa, 1980 (© Eek Seu, Part. 1996 Fens, Traduccién de Alfonso Dice Indice eer Introduccién. Los festines de piedra Soccer aes) PRIMERA PARTE Sganarelle o la felicidad de ser histético 1. El principio de la doble negatividad 0.0.00 13 2 Hay que ereer en algo en este mundo . . peepee 7) 3. Nuevo ensayo sobre el don : cae OF Serpette or i me we eel ae cael cod SEGUNDA PARTE Soo El obsesivo en su jaula pore (© 2000 dete lt einen calling 1. El caso” Alcestes peer yt celia SAICF 2. Historia del mono que sélo sabia decir “A'A” a Defoe 399. Boot ier 3. Lajaula del narcisismo...... pancanens 137 — ene 4. El Caballero, el Otro y la Muerte ... eli s lateness 19D) dons Pad tien SA Matin Cob 92 Barone dor Paidc Mexicana SA TERCERA PARTE eee ee eee Don Juan o el ultraje al dios escondido ‘Queda hecho el depsisivo que previene la Ley 11723 Trmpreso le Age -Pritd in Agrcns 1. El des-crédito de Don Juan 179 ae 2. Blame del nombre oe vo BS S 3. Varinciones sobre la cari ain mm seenecannes eens 2E Senter, dd Bn 50 Lente on sek do 200: 4. Laley del Mal... eras 5. Lamuerte de Don Juan oe. se oe coe 261 ISBN 990.12:36102 Epilogo. cE el psicoandlisis un humanismo? ......0e go 203 Introduceién Los festines de piedra “ELfestn de piedra”; ste es el subtitulo enigmatico de la comedia deDon Juan. Esta denominacién, sin embargo, no les ha llamado mucho la arencién a los molierisas: no seria, nos dicen, mis que el resultado final de un encadenamiento de errores de traduccién,' que confirma, mediante esta estratagema, Leonid tosahdeeude cal por las respuestas anticipadas que aporma alas preguntas que no se plantea, pre- senta un texto limando sus asperezas -en cl doble sentido del érmino, instgrafiante, Poe nuestra parte, a contracorciente, tomaremos el texto al pie dela letra, afin de reconocer la natutaleza de la piedra de la que esti hecho el featin con el que Don Juan decide su destino. Con esta finalidad, seguiremos como guia de introduccién el hilo de la lectura sociolégica propuesta por Michel Serres dela comedia de Moliére? Partiendo del postulado de que “Dow Jira es un tratado completo del don y del contra don” ("gacaso habriamos podido leer a Moliére 1 Los melicrists ox din que el eresdor de! mito, Tso de Molina ds su obra ‘como tino EI burdador de Scella y coneidado de piedra (el convidado se refer a ba ‘etatua del Comenddoreexinodo por Don Juun) Cuando, en 1650 tema cs retomaco por el italiane Geognini la taduecién ! couitato di petra. respeta todavia erga} ‘pail. Pero ocho wos mis arde, en 1638, cl cootrasenido que acsbardimponicndo~ ‘2 re constata por primer ver en l thulo de un argurento dela Commie dell Ars, representad por Searumouche ante Mazarin: en ests acasin el festin Lanta) ssi 2 al iovitado (cmertte La tradcin de eror, afar, est ya estblecida (lo sabe- ‘mor porel titulo dels recopilacién ele het de Biancotelli, que cena Pais en 1662) cctondo el vem se transcribe ala lengua francesa, Dorimont y Villers lo fmtroducen con Te nueva denominacién creando su Fest de Pier’ en 1658, no sin alguna dificlta, como Jo demuestra In pirveta que les leva llamar Ona Pierre al Comensdot. el “eontat' del “convo” cosa que, obviamnt, loarregla todo, De vedo ell resulta que finalmente, en 165, More excl primero quellome asu obra, sn planvearsepreyuntae, ‘con el ilo surrealista que perifica el banquet 2 Mie Sere, Herds etl Conmauiction, Pars, Molt, 1967 (EA com La comnmeaciar Hermes | Bateclona, Antrophes, 1996.) 40 E1octo De La napa, sin Mauss?”, nos pregunta este autor se dedica a demostrat con ta- Jeato que la obra dramatica, desplegando el argumenco proporciona- do por Ja apologia del tabaco hecha por Sganarelle en la escena de apertura de la obra, expone la representacién anticipada del sistema dle intercambios que la sociologia determinaria mis adelante “errando tres siglos por el ojo glauco del Pacifico"? intercambios de las muje- res, de discursos, de dinero El personaje de Don Juan se definiria a contrario por su denegacién de este principio: “rompo, le hace decir M Serres, el eireulo dz dary de tomar. de tenery de deber. de ofrecer y de recibir", profesiGn de fe que se afirma claramente en esta confe- sin en forma de desafio: “ Por mucho que yo me compromera, el amor que profesoa una bella no compromete en absoluto a mi alma a hacer- Jes alas otras una injustcia” * En ef marco de esta lecrura sostenida en la antropologia estructu- ral, el banquete recupera por su propio derecho el ugar inaugural que Jeotorgaban en Moliare el frontispicio yel titulo de la obra: “Pensadlo, clintercambio, portcadicién, ha de realizarse siempre durante un fes- in" * Principio demoscrado por “los primitives, los guerreros, los pro- metidos y los mercachifles"," cuya validez reconoceremos gus- tosamente, aunque sin aceptar como obvio el correlate que nos propone ‘nuestro gufa: que “en ef intereambin de las invitaciones a cena, curio- samente, todos obran de buena fe" 7 Porque en verdad, nada explica Jasupuesca *buena fe" de Don Juan que le llevar ainvitar al hombee dle mérmal para devolvere su invitaciéa: sigue siendo oscura la natu- tales del velo quia al roe aulime con el Comendador al que matads. 3 hid pigs 244 y 285 y Nareel Miss, “Rss wr le don —Forme et raison de Féchange danslereocété archaiqies’ Sociologeet latbmrpoln, PUF 1960, pep 145 766 (Bd esse: Socsaogieyaniropsogia Mauri, Tecnos, 979 } 4 Moles, Dive Juan seta Tcscona 2. ciudo por M Serres op ev. pix 240. 5 Ni. Sern op. a! pigs 235-236 Princnio que el aor mantle x coucencia pes soowccomer su caiaer unfecres “¢CQat se poate eer ca un Festi shoo lmereambise>* (pig 237) °F fein evel lagar dectvo del intereambio: vayus donde ‘sya cfbangnete de bene aril’ Unies 243-24) 6 Mad ie 7 Uhl pig 23 Intnooucciox: u @Por qué aquel quehace profesién de ta ruptura de todos kas com- promisos concluye este pacto con la estatua? 2Por qué este pago que salda de golpe todas las deudas que no han sido satisfechas? Sin duda, In comprensién de la cena final daria respuesta a estas preguntas sin resolver, o cual nos devuelve a la piedra enigmtica del festin * El tiulo de la cbra, proponemos nosocres. captado en el momento dela eatistrofe final en la que se hunde el héroe, proparciona en feed- hack, no la clave de la sociedades humanas, como cree M Serres, lec- tor de Mauss, sino el sentido del destino que esti en juego. El engulimienco de Don Juan, menos sagrado que la desaparicién de Edipoo la de Empédocles* no lleva il personaje junto. los dioses, al lugar de lo simbélico, sino que por el contratia tiende a suturat lo simbélico, que adguiere al mismo tiempo la consistencia de lo real Operacién en Ja que se petcifica precisamence el festin que aqui metaforiza ei lenguaje y lo que ése autora: deseo, identifcacién, com- partir ¢ intereambio. El proyecto de este libro serd esclarecer fo que estos enunciados pueden tener de opaco, mosteando que el Don Jan de. Mole proporcionan la cgene dela comedic! scido de un destino heroico y fatal que rheebeal ps jo dela obra en el campo de una sublime cién del deseono Sak caobarys prhtage oe mer opurs hisjuiva ox bo Got emacs tran lus dilaciones, encendidas por la rabia. de otce personsje de Moliére, Alcestes, que tomamos como paradigma literario dela impo- tencia del obsesivo. Todavia seni preciso mostrar cémo y por qué lo que se produce como acto de voluntad y de rechazo en el primera se snanifiesta como fracaso encolerizante en el segundo. Habremos aca- bado de alzar el devonido y de presenta’ a los procagonistas cuando hhayamaos indicado que, flanqueada por las dos figuras de Alcestes y Don Juan, la silueta de Sganarelle eriado del segundo, llamada a com. pletar el triptico. iustea, por su propia posibilidad, los eallejones sin salida respectivos del arrabiliario y del descreido a través de la apalo- {8 Jacques Lacan, “Katt avee Sade”, Eerts, Paris, Le Scull, 1966, “Champ feeudion rig 779 1Ed cost: "Kane ean Sade” Escates 1 p2 México. Siplo XX1, 1987 1 12 ELocto ne La Napa si del rabsco, puesta en su boca por Moliére para introducienos a ln ‘comprensién de su “festin de piedra”. Asi, tres personajes embleméticos jalonarin nuestro recotrido: Sunarelle,o la felicidad de ser histérico; Alcestes,o cl obsesivo cn stu jaula; Don Juan, 0 el ultcaje perverso al dios escondida. Previamente, sin embargo, habremos desenredado la madeja del hilo que ha de orien tar nuestra ruta: el peincipio de la doble negatividad” 9 Encl momento de abrir ete libre, mis pensimiemtos se dirigen « mis amigos rane Daceos » Claude Richard cups huella se reeenocer leer. Mis:aradecinien- {os Jem Ans quien siempre consultcon provecho y Monique Recske, nvestrs primers lector. Indicarétamisién que muchos desarallosson fru. 2 veces directo de Jos debanesapasionados sestencos deste hace casi vents ahs con Bernard Slignon. Primera parte Sganarelle olla felicidad de ser histético Capitulo 1 El principio de la doble negatividad 1 Laapologia del ubeco Magia det tabaco Michel Serres destaes con justicia la importancia del elogio de! tabaco que Sganarelle, en e! umbral de la obra de Moliére, sitia en el fundamento de las leyes del comercio y del intercambio que inauguran clorden de ia cultura socializadae introducen al hombre en el espacio del bien: “Insiruye alas elmas en la virtud y con élse aprende a ser un hombre honrado.) que anudaria el conjunto de tales insigoias de la diferencia Su reiteracién indefinida en los muros de |as cavernas’' se present ues, como la primera ex- presién de la “compulsién de repeticién”, identificada por Freud en Mas alld del principio de placer,” que traducc la insistencia dela obliga- cidn simbéliea de escribir el significante imposible de escribir,” significance que, designando al sujeto en cuanto muerto, vectoriza, desde el fondo del inconsciente original al que esta asignado, la cadena de las representaciones secundaria que paradéjicamente darin un sen- tide a su vida 30. A Leroi-Gourhan Le geste fla parole, Peis, Albin Miche, 1964. ¢ TI. pig, 217. CF también, del mismo autora siguiente indicacién: “En las composiciones exn- tales ls signs femeninos eatin normalmente asociados con sgnca del serie masculi tna [1 A menudo, le sigeos estin emparejedes: un évalo y un signo dentado, un ree- ‘ingulo y una Tinea de puntes, un eriingulo y alguns bastoncillas’ (A. Leroi-Gourhan, Probie de Lan occidental op eit pi 108) 31 Prinefplo vido tanto para los signos sexuales como pars las manos neqatlvas: La mayor concentracién de manoe nogativas ce encuentra en ka Cuews de las Manos intadas Argentina}, con miles de lla agrupadas en panctes en dstintos abriges como sil forma nataralmente estereotipada de la pintura de la mane hubiers favorecid 2u repertcgin haste el infinito (Denis Vialou, Ls preistoire, Paris Gallimard, “Lunivers des formes”, 1991, pig. 282) 32 Freod “Au deli du principe de plasie’™. Essus de psyobenalyse, op cit VSB piles ALLS 33 La relacton entre la mano derecha y la mano inquierda enire forty dit entre _asculino y femenino, es, de hecho, imposible de escribit, porque eldergusje ne puede sipniicarse ef mismo. lo que Lacan formule diciends quero hay Oreo del Otro EL PRINCIPG DE LA DOLE NEGATIVIDAD a IV, Los avatares de la segunda negatividad Los azares de la represién originaria El fracaso de esa operacién de “simbolizacién” del sujeto (que Freud, en “el Hombre delos Lobos”, atribuye al “rechazo” dela cas- ttacién, Verwerfiug)™ sella un destino parancico, mientras que su efectuacidn introduce al sujeto, en sentido descendleate, # Ia virt dad de las ottas dos estructuras subjetivas determinadas por el psicoa- in y la neurosis. Confrontado con la falta del significantefilico (falta “revelads” con ocasién del descubrimiento de los organos genitales de la mujer), el perverso responde negando (er verlengnet) cl juicio que lees significado, ‘gn pronto ratificada por la produccién del fetiche, verdadera "realizacién” en el mundo de ‘dicho significante En cuanto al neurético. se acomoda, mal que bien, :és mal que bien, a la fala de ese significance: ya sea instuucando un interdicto” fabricado integramente (el objeto fébico), en lugar de y en el mismo sitio de! significante miterdicto; bien construyendo para que curmpla este papel (solucién histécica puesta de manifesto por la moda)" una mujer crigida como fetiche “postizo"; o bien perdigndo- se,sin pazni descanso, en la biisqueda del fantasma de le Causa, como el Hombre de las Ratas, atenazado por su ardiente deseo de ver muje- res desmudas Dejaremes de lado al destino que Je corresponde al psicético para dediearnos a las posiciones subjetivas respectivas del perverso (Don Juan) y del neurdtico (mas en particular obsesivo: Alcestes). Tanto uno como otro, mostraremos que han pasadosin problemas la prueba de la primera negatividad (-1), efectuads con ocasién del juicio de atribu- Se podria pensar que no han estado lejos de pasar la prueba de la segunda negatividad (+1), sies cierta la afirmacién de Freud enel sen- 34 Bs le.quc Lacan claborard como “forchusin’ del significanus dct Nombre del Pade 33. Frou “Géneais del ferchisno® les dear Kas wm Sigua Fred, Franctor, S Fischer Verlag. pig 15. 36 Freud, “Remarques sr an casdenésruse cbsesionclte Cong psychanalyss, Pa ris, PUF 1975. piu 205 {Ed east: “A propésito dc un exso de ncuroisobsesina”, OC, rel 101 30 ELocio DE LA Napa tido de que lu realidad de la eastracin (del Orso) ha sido, en ambos casos, reconocida, Sin embargo, la clinica establece, por el contrario, la constatuciGn de que este reconocimiento, en su caso, noha resueko aparentemente nada. En consecuencia, se plantes Ia cuestin de saber sil ratificaci6n de lz realidad que manifiestan implica, canto en uno como en oto, una cliusula suspensiva secre (particular de cada uno de ellos). En tal caso se comprenderia que, a pesar de sus ostensivas protestas, el duelo det significamtefilico quede mareado por un sige nndelebile 0 sca, el selo de lo insoportable en el perverso y el de lo imposible en el obsesivo Los dos tiempas de la segunda negatividad: la alienacién y la separacién La pénesis de estas dos pesiciones subjetivas es lo que esclarecen las elaboraciones tericas de Lacan que. a partir de este momento, to- man el relevo de las intuiciones fundacionales de Freud y desarrollan algunos principios que habian quedado implicitos, mostrando que la realizacién de la segunda negativided del sujeto (instauracién de la ce- presién originaria) se efectits en dos tiempos, determinados como alie- actin y separacién El téemino alicnacrén designa la fatalidad inherente a l estructura dl lenguaje, en virtud de la cual ningén significance puede significar el ser del sujeto, faalidad inscrita de entrada en el hecho de que et significance fundador dela cadena esté, por naturaleza, perdido Lucan lo representa mediante los ciruios de Euler, destacando que el eirculo del sentido es, por principio, incapaz de recubrir el circulo del sex. De ‘modo que si el eujeto, en un momento dado, "aparece por un lado como senido, producido por el significante, por el otroapareceré como afinisis* ¥ si. por el contrario, “elegimos el ser, el sujeto desaparece, $e nos escapa, cae en el no-sentido, y el sentido solo subsiste privado de esa parte de no-sentido que constituye, en la realizacién del sujeto, el inconsciente” ” La eclipse") del sujeto es asi al mismo an Sem XL Les use coneapts fuente dele psychanstse. op et dpe 191-192 EL PRNCIn® DE Ly DOBLE SbG:NTINIDAD 31 tiempo, efecto y expresin dela alienacién, primer tiempo légico de la segunda negatividad, cuyo segundo tiempo es la separaciou, Micntras que, en la alienacién, el sujeto exe golpeado por el len- guaje, expulssido de significanteen significante. mediantela separactén, tomando a su cargo la falta del sistema significante, se dispone a devol- serle al Otro la pérdida que lo constituye, 0 sea, de responderle que la misma barra los marca a los dos ~de acuerdo con el modelo dela res- puesta “eQuién te hizo conde? ~¢Quién te hizo rey2” Sélo con la se paracién se hace efectiva la segunda negativacién del sujeto y éste pue- de ser verdaderamente contado como --1 A falta de la realizacién de este segundo tiempo, que Lacan considera camo un acto de voluntad,”* ‘esta escritura no queda validada y, a pesar del renonocimiento que se exhibe de la “realidad de la eastracién”, de hecho el sujeto se encon- ‘rari consignado en el estado anterior y contado como «1 Presentados de esta forma, estos enunciados, cuyo caricter dog: itico reconocemas de buen grado, pueden parecer producto de una simple especulacién teérica En realidad, como veremos, la referenci ala clinica permite disipar enseguida esta impresién falaz Como ga- rantia de esta afirmacion, anticipando lo que vendré a continuacion, daremos el cjemplo de la identificacién, campo privilegiado para veri- ficar cémo se ponen de manifiesta el éxito o el frucasa del proceso de a doble negatividad. El fracaso de la separacidn, Fracaso dela inscripeién del rasgo nario El proceso identficatorio,” que julona la constitucién del yo, re- produce, en efecto, el esquema, establecido en “La neg: ‘examina la instauracién de la realidad psiquica. Freud menciona un primer tipo de identificacin ("exquisita”] con el padre, que “se com- porta como.un recofo dela primera fase oral de la organizacién libidinal «nla que unese incorparalsa, comiéndoselo,el ebjeto codiciado y apre- 5 Lacan “Position de Hnconscien, evs. ap ct pig S13 49 Determinale por Frown capil dlicad a idee de ensayo Pay cholopic des fules ex analyse da med Frain ok pchanahs op ct 1984 pies Net74 TE cant: Pole ox cst yaaa 0 OC sol 8] 32 Etoaio De LA NabA ciado” ® El segundo tipo de identificacién, pucsto de relieve por et sintoma histérico, conserva el modelo de la fase oral primiriva (pues se ‘(rata una vez mas de le incorporacién), pero en esta ocusidn le opera- cién se realiza en base a un *rasgo", Zug —como cuando Dora se apro- pia la tos de! padre: en lugar de incorporarse el objeto, la joven toma Gnicamente un rasgo del objeco Esta segunda identificacign se efectia, pues, de acuerdo con el ‘modelo del uicio de atribucién, que transtere al registro de! Jenguaje eb y susprechen) lo que, en términos de pulsiones orales areaicas, se expresa de esta forma: quiero comerme esto o quiero volver a escupit fo.® De esta manema, tanto en uno como en atto caso el proceso identificatoria y el proceso atributive producen una primera nepativacin del objeto, levada a cabo tomando de él un raspo (1) Deesta solidaridad esencial entre ambss operaciones se deducira que cen este estadio el rasgo en cuestibn (Zug) no es todavia mis que un signo (Zeicheu). En sentido conteario, la identificacién “simbélica” a tiavés del “rasgo unario” (lleyada a cabo de acuerdo com la modalidad Jastértea y no con el de la newrosts histérica) supone una segunda negativacién de dicho signo que lo eleva ala categoria de significant GD A falta de este “relevo", el sujeto permanecerd en estado de con determinadas consecucneias que desarrollaremos a continua feneste libro Indiquemos tan slo que el rasga tomado par el neuréti- co hisiérico u obsesivo tiene siempre la categoria de signo (como lo demuestra de entiada el gjemple princeps de Freud). Ast, una joven le “pispara” a su rival una joya, un pariuelo o un nuevo convencida de que, mediante ln posesién de esta “insignia, se verd elevada a la categocia de objeto'del deseo. De acuerdo con un proceso andlogo, Alcesces enarbola sus “cintas verdes”. que sirven para de- siguarlo.en el circulo de los cortésanos de Celimena, sin que nadie pue- da equivacarse Este presentacidn afectada que, camo confiesa el hé= roe, sirve para “distinguirlo® ;? muestra cémo el rasgo identificarorio 40 revel Essis de prpchenayse: op at, pig. V8 AU tind pig 128 AP Fes Die Umdnng GN t XIV. pig U3 [Ed en =*La mg’. OC vol 191] 4} “Quieres me dings’ procams Alcestesyacn ly escena Ide act EL PRICING O€ Li DOBLE NEGARIWIDAD 33 (imaginatio) del cbsesivo ‘anca” al sujto del conjunto al que, por otra parte, pretence pertenecer (pues esta pretensiGn se ufirme con tanta clai- dad como la exclusidn que reivindica) v lo condlena a contarse come (-1) “El hombre de las cintas verdes” E! fondo de la reivindicacién de Alcestes es simple: pretende ser cl aanico (1) y se niega con violencia a ser contado como uno entre otros (--1), El reproche que le hace a Filinto de ser “amigo del género huma- no” explicita« cowiran el sentido de su negativa. En efecto, el princi- pio de todas las “amistades” que constituyen el vinculo social cs que un leader. etigide como “ideal del yo”, elige una “representacién” que, cesta desde ef lager del Oiro, desempefara el papel de semblante del tepresentante primordial (S,), de rasgo unario imaginario El hecho de compartir este semblante es lo que instaura la comunidad * En El nedutropo, dicha comunidad es la corte ceunida en Versalles, la solidaridad entre sus miembros se uebe a que estin todos reunidos allf por el favor del rey: en consecuexcia, los cortesanas, marcados por elsoberano con el mismo rasgo, han de respetar las reglas de la corte- sia Este principio, heredado del sistema feudal,” es el de todos los vinculos sociales: o sea, la conciencia (inconsciente) de compartir con otros un rasgo elective, otorgado por el Otro y actualizado permanen- temente mediante el rito, el ritual o la ceremonia. La aspiracién de Alcestes de no ser confundido con el “génera humano” (es decir, para 1, una hamanidad reducida a la core) expresa st negativa a ser toma- do de acuerdo con el principio del rasgo unatio y su exigencia de ser clegido segtin la modalidad de a elecciGn exclusiva: “En alguna prefe- 44 Como lo establece Feel en ~Psychogiedes fovles er analyse du mai Essa de piychanalse op. ot pig. 154 45 Tanto csasi que enlacorte de Luis XIV seencventrala perpecuaciin del pia- cipio y del vocabulirio del etic feudal. que une gon Is misma amistad” rods Tos ‘asalles deun mismo ser De esta forms, cuando Genelen ledeclaras Roland lazin- dele el gusoie a mode de desalice "No ot ame” Je ne vous sive niet] le significa simplemente Is ruptura del vineele que ls unis en nombre del bomenaje comin 3 Carlomagoa tf Mare Bloch La seit inde, Paris Albin Michel 1968 pig 616) Id cast: Le waiedad jee! Barcelona Abal, (987) 3 Logo DE LA NADA, ia se funda uns estima’ (I, 1), De esta forma da, sin saberlo, ta lefinicién de le eleccién amorosa Enlis pasién (Verliebben), ol objeto es clegido en nombre de wa eleccién arbitraria, Hevada a cabo por el amant ie eleva una “cunli- dad” cualquicra ~incluso, Uevindolo hasta el limite, un defccto del objeto-* a la funcién de s7gro del ideal del yo. cue ha de escribirse S,. diferente por lo tanto del rasgo sirabélico (S,) que, metaforizudo, esta en el origen del vinculo social. A un signa de esta clase remite la prefe- rencia que, segtin nuestro misintropo, debe detceminar fa estima, De hecho. lo que Alcestes pide, como se ve. es que lo saquen del conjunto para auvarlo, \o que es ciertamente la reivindicacién fundamental del obsesivo, que pone le manifiesto invariablementeen su casoel fracas de ln operncin de la segunda negatividad Laconsecuencia de este fracaso cs hacer del neurstico un sin nom- bre!" (‘el Hombre delas cintas verdes” ocupacl lugar de "Alcestes") en compatacién con el perverso, que, por el contrario, como vere- ‘mos, se hace emo del nombre-. mientras que un imbécil como Orontes demuestra estar asus anchas en el mundo de a mundanidud, gracias inicamente a la doble negutividad (--1) por kt que estd marcado, la cual. al operar ls simbolizacién de! sujeto, lo inuroduce en el compar- tir, en elintercambio. el comercio, en suma, lo que se llama la cultura y hemos designado como el universo de Sganarclle Sgenarelle, ol mundo tal como et En efecto, pars conacer la medida, o seria mejor decir las medics, dela jaula narcsistica en ls questi ercctrado Alcestes, asf como dela ciudadela desde o alto de Is cual Don Juan contemplael mundo, con- ‘viene, en un primer tiempe, determina las leyes que rigen en el ni- verso de Sganarelle, ordenado en tomo alintercambio del tubaco, para mostrar que este universo esti presidide por la dable negatividud re. 46 CF comentario qc oe Lacan dl curs de Ens “Ning privgio ‘oid ebjao sino nese aor absunbo dade seadt tag seri pilin” Se TX “Lieiestioe” wan dl 26 ar de 1902 i FF Lain “Subnerion ds nt ddectiqued die” Einds op ct iy 826 EL PRINCIPO DE La DOBLE NEGALIMIDAD 35 lizada por la instauracién en el inconsciente (y por lo tanto en falta) de! significance filica (S/%), cuya “representancia” le corresponde aqui de forma ejemplar al tabaca Con esta finalidad, siguiendo la via que 1nos indica sin equivoco el texto de Molitre, que articula el sistema de bos intercambios (la ley del tabaco) con el fendmeno dela creencia, nos dedicaremos 1 reconstruir los fundamentos metapsicolégicas de Ia creencia, determinando la parte correspondiente a las operaciones de a zlenacadu y de la separacién en ese acto que consagra la introduc. cidn del sujeto humano en la comunidad del lenguaje: es decir. en e intercambio, el compartir y la identidad del lenguaje. Capitulo 2 Hay que creer en algo en este mundo I Tres figuras de la credulidad 1a légice del significante A Sganarelle, convencide de que “huy que ercer en lgo cn este mundo’, en el cielo o el infierno, en el diablo, el hombre lobo o el ae hurafio, y que le pregunta a su amo en qué cree, Don Juan le : “Crea que dos y dos son custo y que cuatro y cuatro son ocho" ¥ Sganarelle concluye: *jBuenas creencias y buenos articulos de fe! Vuestra religi6n, por lo que veo, es la aritmética” (I, 1) En efec- 10, Is stitmética presenta el modelo de una creencia sin falls, sostenida ‘en uns forma particular del lenguaie, constituida por una red de signos cen a cual la cuestién de la fala ya no se plancea, ni lade distinguir lo verdadero deo falso Detrds de la paradoja evidente que denuncia la ironta de Sganarelle, ls ereencia de Don Juan en la aritmérica evidencia la ilusiGn comin segin la cual cada vez que hablamos nuestras pala bras designan Ins cosas, y ello traduce nuestra tranquils confianza ‘ena fiabilidad del lenguaje, vivido inconscientemente por cada uno de nosotros, a imagen del “Lenguaje” matemético, como un diseur- 0 l6gico sin falla. Esta es 1a ilusién que el psicoanilisis arruind el dia en que puso al descubierto la imperfeccién nativa del lenguaje, mostrando que la cadena significante se basa en a falta de un significante originalmente reprimido, y en consecuencia cada nuc- ‘vo significante llamado secandarianrente ala cadena (S,.S,.S,) s6lo loes.al modo de un sustituto esewcralmente desfalleciente, mienteas que el sujeto, antes soberano, del discurso consciente (*Lo que bien se concibe. ") se ve expulsado de significante en significunte 38 Etocto be La Naa (S,>S,).! y éstos desfilan bajo sus pies como una esealera mecinica que el trata de subir en sentido contrario, de forma que cada vez que da un paso el significante en el que pretendia apoyarse se le escapa, y asi se pierde en cada palabra que pronuncia? Comparado con el discurso perfecto de las matemiticas, este principio revela que la légica del lenguaje representativo es una kdgica del “no todo”, definido por la imporencia del significante para decir la verdad de las cosas y recubrir el ser del sujeto. Esta logica implica que no hay significante adecuado a su significacién Principio que descubre la caducidad, ev ed registro del discurso subjetiva, del pretendido s0- fisma del “yo miento".* La lqica del significante prohibe en efecto a cualquiera decir: “Soy mentiroso", 0 sea, pretender cubrir el ser del sujeto con un atributo Puesto que el mis mentiroso de los hombres, aunque sea ctetense, nunea sera “todo” mentiroso. De la misma manera que ningiin padre, salvo que ocupe el lugar del padre del presidente Schreber, puede de- cit "Yo soy el padre”. asercidn que lo instalaria en el lugar del padre ilimitado de la horda primitiva, determinando una estructura de len- guaje, andloga al “lenguaje” macematico, que abriria un espacio de dis- ‘curso parangico, marcado por la certeza y la verdad. De esta forma se 1 Lanoucién 25, que reduce empatejamiento demenal de dos sigaificanies Cconsceutivos en li casks del discursoefectivo, no tiene nada que ver con la escritura S/, (ef nots pips 116 117), que designa cn la pénesis pin del sujeto del lenguae isa sauracda dels dvenos rescue inscrpcén:sgnos Je percepcion” (S) *representante de la representacién® (S). “tepresentaciones seeundatiae”(S, 5, 5,) CConwvicoe manner juntze. sin embargo, estas dos escrituras, debido a la pertineneia Agiea que las une una con otra En efecto, al significame S, del empareiamiento iscursivo 5,>S, en eusnte significance e que se pierde permanentemente el wieto ‘cla palabra. le correspond. en cl dscurso hablado func de react constan- temente la represicn prima Lo que le confiseso estatuto de rusted significance primordial ef “representante debi represemacin” (ef Lacan, “El Vontedlangeepaisen- demcexd spificae, dela pared” Sem XI Ler qtarecouceps fonds trip. 214) Ex conceedancia ence ambsexcriuras del, le que eoneiemew bs estrctars del lengusie yb que concieencu la estrectar de dscun, denostan se determinante 2 Logue traducs la frmula de Lacan de acuerdo con fa cual un significant repre- senta a suio pars cto siguiente ¥ Come demented Lacan (Sem IX. “Lien ‘del 27 de junio de 242 ince) “4 Bru. Tote ot tear GU AX. pip 180 [Ed east = Tite tabsi OC vol 131 jon eesiones ck 17 de enera y ESTE MUNDO 39 Hy Que eeee es atc confirma que no hay padre que no sea padre “muerto” y que a este ‘muerto es ao que se ha de referir cl Nombre del Padre, lo que Freud ‘eauncia en Tétenry tabi diciendo que “el origen del nombre esti per- dido” ? La pérdida del significance del Nombre del Padre es por otsa parte la que devetmina la posbilidad del discurso represenativo y funda e! fenémeno de la creencia, tal como verificaremos estudiando uns de sus formas particulares: la credulidad La credulidad Lacredulidad presenta a plena luz la verdad de la creencia, a saber. que se instituye (como todo fenémeno de lenguaje) por le falta del significante primordial (S,), el “representante de la representa ‘que seidentficari,en cada caso, segtin los reistres considerados: como significunte del Nombre del Padre en la producciin del sujeto del len- ‘guaje; como significante de! ideal del yo ("rasgo unario") en la insta tucién del sistema identificatorio, que consttuirs, al final, el yo imagt nario (yo ideal); como significance de la causa en la instauracién dela realidad Descubriendo el funcionamiento del srecamismo perverso, ln credulidad hace manifiesta Ia funcion_ordinariamente latente, de di- cho significante primordial De hecho, todo hombre atraviesa, durante su infancia, el estadio dela credulidad, durante el cual se muestra completamente atrapado cealos significantes del adulto, que revela estar, con respecto a dl, dota- dode un saber absolute: el circula del sentido de la madre cube ente- ramente el circulo del ser del nifio Eslo que se pone de manifiesto en el Hombre de las Rates cuando, a la edad de seis aos, va a quejarse a su madre del temor que le producen sus erecciones. suponiéndala en posesién del saber sobre la emergencia de ese deseo desconacido y doloroso* 5. read. totem et tabou Paris Payor pi, 168. 6 Fred, "E Hevnmve vos ete, Cing Paehanasses, op ot. pig 208 Ese gues seri encarnad mis tarde pore eaptin checo, peseedor del saber sobre ul goce y snbre ‘s deuls original del sujet tnd. pigs 206-208) antes de ser teansferidn” durante ht cura Froud, come ke verifica a apetacin demi capitan” vou ka que se ke risa bed pie 209) ( 40 ELoGio DE LA NADA Pero con los afos, normalmente el nie consigue desprenderse de esainfluencia, y el Otro deja de suber. Entonces el sujeto se constituye en torna a lo que lo funda como intima scbreun fondo de no-taber del ‘Otro. Algunas madres no soportan esta mutacién y tratan de mantener aasu favor la situacién iniial, haciendo uso del necanismo perverso con Ia insidiosa amenaza: “Mc lo ha dicho un pajarito”. $i cl sujeto exe en Ta trampa, el Orro se establecerd permanentemente como todo-saber, introduciendo a su *victima” ya sea en el mundo de una dependencia absoluta respecto del saber del Otro, ya sea en un universo delirante en el que el paranoico se expone permanentemente a la persecucién delos signos que el Orono deja de dirigirle* Lo tenue que es la fron- tera entre estos dos destinos, la clinica permite verificarlo. Ingeid, Solange, Javotte y Ins orras La pelicula de George Cukor, Liz de gar (1944), excenifice la em- presa maquiavélica llevada « cabo por un estafador (Charles Boyer) para someter a la mujer con la que se ha easado (Ingrid Bergman), con Ia Gnica finalidad de introducirseen la casa que ésta ha heredado y que ccontiene—como él supone con razén~ una fortuna escondida. Con esta intencidn, cl personaje en cucstion pondra cn practice una estrategia calculada que apunta a hacer enloquecer a su victima, instituyéndose como amo de su principio de relidad. Hay una secuencia clarificadora desde este punto de vista: le ofrece ala joven un broche, presentindo- selo como una joya de familia, con la recomendacién de velar por ét como si fuera la nifia de sus ojos La joven toma todas las disposiciones requeridas para no perder el abjeto precioso que, sin embargo, él con- sigue sustraerle, De esto se deduce entonces que es incapaz de tener la menor responsabilidad, constataci6n que ella suscribe sin restricci6n 7. Ciera padre se pataba dia observando.a su hijo eon prismsticos por ls went ‘nas dele torre donde revidis desde la que se dominsbs el colegio nel que Ge se en- contribs medio pupa. Lug, por ki noche, cuando ¢ hijo volvia a casa el padre he detallabs todas sus actividades del a, con a desaatin que com se puede divinae elo Jepraducis “Ya-ve. rele quitalalos os le encima” les dir este padre mus tarde, con la concicneia dl dcber cumplido al persanal que ueogid as hijo cuando fue hospital- ado Hay QUE CREER EN ALGO EX ESTE MUNDO. 4l ni defensa, entregindose a él por completo, La ficcién de Cukor des- menuza una maquinacién que es sin lugara dudas perverss en cuanto ‘a su forma y su eficacia, pero no en su fondo, porque se trata de una supercheria montada por un canalla con fines puramente criminales La empresa perversa concebida por Matthieu y que tiene « Solange por objeco ¢s de una natucaleza muy distinta Un dia, Matthieu y Solange habian previsto ir de compras al ci dad y alle habia confiado a su compaiiera sus documentos de identi dad ysu chequera, que ella habia guardado cuidadosamente en st bols0 antes de salir Asies como se instula un dispositivo que funcionari en cl momento en que, en la caja de una tienda, Mauhicu redama sus papeles y su chequera, que Solange buscard en vano llena de desespe- racién para finalmente verse obligads a pagar la factura con un cheque de los suyos Hasta aqui, la aventura de Solange reproduce elesquema dela maquinacién dels que habia sido victima Ingrid Bergman en la pelicula de Cukor: Pero seria una lectura simplista suponer que ‘Matthieu habia urdido esta pequeia comedia con la tinica finalidad de hacer que la otra pagara suz compras, como demostraré el desenlace de la situacién Hacerse amo de la altenacién del otro Una noche, algunos meses mas tarde, Solange encontr6, a la vista, enel aparador donde Matthieu solia guardarlos antes del incidente que acabamos de relatay, los documentos de identidad y la chequera, junto con las laves del apartamento, que no habian estado extraviadas en singin momento, Este descubrimiento tuvo como efecto inmediato en ella, aunque no la renuncia y el abandono al otro constatados en la heroina de Cukor, si una vacilacién que afects durante varios dias la realidad del mundo y ala conciencia de su propio see La puesta en paralelo de estas dos secuencias destaca la originali- dad del mecanismo perverso Aqui ya no estamos en presencia de un estafedor que somete a una mujer con fines infames. En este caso, pequefia ocultacién llevada a cabo de paso puede considerarse sin im- portancia. La estrategia encuenera su finalidad en lo que consigue: © sea, la vacilacidn provocadaen la “victima’ en el momento en que ésta se enfrenta a un universo contradictorio en el que se proyectan dos a2 ELOGIO DE LA NADA ccadenas de causalidad mutaamente excluyentes: porqueen el momen- to en quese encuentra en presencia de los objetos perdidas, Solange se ve atrapada en un callején sin salida logico: o bien toda esa historia de ta tienda no es mas que una pesadilla, o bien (“Pero na: {No es posi- ble!") los papeles y la chequera no estiin ahi. Y sin embargo, estan, en su sitio, junto a las llaves. Asi, el petverso, cuando produce, mediante su maniobra, la confusién del otto, crata de constituirse en ume de su principio de realidad, haciéndose, con una operacién cuyas modilida- des tendremos que precisaru continuacion, cl puscedor del significante de la Causa que se encuentra en el fundamento de la realidad. Un inci- dente desafortunado del que fue victim Casanova nos permitiré swan: zar un poco cn la comprensin de este proceso El aprendiz de brujo Hace algunos afios,en un artfeulo que mareé un hito*O Mannoni se refirié a la comedia urdida por Casanova a costa de una tal favotte, pobre campesina medio idiota a lu que urrastré a un universo migico donde el seductor ocupaba el lugar de Amo de todos los elementos naturales Pero resulta queen plena escona fantasmagérica imaginada por nuestro aprendiz de brujo, una violenta tempestad trae reyosyytrue- ‘nos, produciendo el deseoncierto instantineo del director de todos esos encantamientos. Este breve episodio demuestra cémo se encuentra atrapado en su propio juego el mismo que intentaba hacerse amo de la ccausalidad Jugando con la credulidad bastante notable de su compafiers, Ga- saniova habia organizado, en efecto, un mundo migico en cl que eer cia un dominio absoluto, Pero pronto su intento se vuelve contra él, cuando su simuliero se realizay su ficcién toma cuerpo: en el momen- to-en que los elementos desencadenados responden 2 su convocatoria, cl mistificador queda atrapado en su propio juego. Se habia erigido en amo de la causa, constituyendo un Orro no barrado, y resulta que este ‘Otro. respondiendo a su orden, hace que Ia situacién se vuelva contra Porque el juego sdlo es juego si el jugador sigue siendo amo det & Octave Manson “Jessie bien mais quand meine” Cleo fvanganate Pass Le Saul 1969 pigs 133, Ly QUE CREER EN ALGO EN ESTE MUNDO. 4B juego. Ahora bien, lo que experimenta Casanova es que al suscitar ew fo real al Otro no barrado, el sujeto a su vez es victima de una pettificacién que lo deja como objeto frente al goce del Oxra, con 10- dos los efectos de piinico edmico que conserva en las Menor la rela- cién de esta historia HE Une alicnactén “absobita” al longuaye El amo de ln alienacién La puesta en serie de las tres maniobras, Ja del estafador de Lire de gas, |n de Matthieu y la de Casnnova, descubre el recurso que encuen- tra en la ereduliclad ol que las organiza en sv beneficio: se trata siem- pre, de una u otra forma, de desviar a su favor el sentido de la realidad del otro, haciéndose amo del significante perdido (S,), que se encuen- tra en el fundamento de Ia realidad Ahora bien, este significante e& precisamente aquel que, por su pérdida, autoriza la instauracién de la cadena significante, cuyo desarrollo puede ser captado en base al em- patejarniento elemental de dos significantesS,>S,” traducci6n del prin- cipio fundamental de la alienacin. en virtud del cual ningin significance puede significar al sujeto, principio ilustrado por Freud de forma prisceps en el juego del fort/da. De ello resulta que, contis- cando el significanre de la causa (S,), el perverso! se hace, consecuen- Peimsbe, al unio’ de Iv alisiacis dal Geo, rao’ da ws gait crcer afanisice, amo de su aparicién/desaparicién YVort/da): verdad que tra- ducen la entrega en manos desu amo por parte de la heroina de Cukor, la vacilacign de Solange y, en el efecto de retorno que hemos analiza- do, el pinico de Casanova Asi jugando con la credulidad del otto con mintisculs, indispensa- ble para su empresa, el perverso secuestra el significante de la Causa, el mismo que el fdbico, con mis generosidad, le restituye al Oreo del Jenguaje, como nos lo descurhren las carreras tiradas por los caballos de 9. Recordemes queen cxtacsriturala notacib Ss ens principio independien- rede lass S, que insert el sdeninionto del “represtarte de le representacin™ (0 En reid on nuestra serie. Mathieu ese nico que lo encarna, puss seen ccwntea entre clestafader yd mistificador “4 ELOGIO DE LA NADA, angustia de Juanito, en las que Freud, advirtiendo la insistencia del nifio, desenmascara cl wegen (“a causa de”) velada bajo las Wagen (“ca- rretas")*" Este desvio permite comprendet la fenomenologia dela cre- dulidad, revelando que la palabra del sujeto, al usurpar el estatuto del sigaificante S,, interviene en el punto filico que de ordinario constitu- ye la relidad para crear en el otto una realidad plena, sin defecto ni fala, una realidad real-reada, que ya no deja ningin lugar «la duca y que la *victima” ya no puede eludit ® Pero atin hemos de dar cuenta de one cardcter del fendmeno: la vacilacién del sujeto, vivide en este caso en el plano de su presencia en el munde. ‘Adelantindonos a los desarrllos que levaremas a cabo mis ade- lante, indicaremos tan xélo que ese significante S,, significante de la causa, ¢8 al mismo ticmpo el que inscribe el “rasgo unatio" del del yo, cuya funcién es la de punto de amarre de todas las identifica- ciones secundarias del sujeto constitutivas del yo ideal. El hecho de que otro #e haya apoderado de este “rasgo" explica que el sujeto pier- da, en ese momento, el sentimiento de si mismo y al mismo tiempo el delarealidad La realidad se hunde y, solidariamente, el sujeto vacila, porque el mismo rasgo timbdlico que se encuentca en el fundamento dal sistema de causalided y de! sistema de las identifcaciones ha sido confiscado Tales son, considerados del lado de Ie vietima, los efectos del meca- nismo pervetso Ahora tenemos que cambiar de lado y considerar la idad perseguida por quien desarrolla semefante maquinaria, y nguireros cuidadosamente de una maquinaci6n cualquiera que o que esti en juego a un registro imaginario en el que no tiene nada que hacer!” 1 Freud, Stadcnauspabe SAL t VIUT pi 54 12 Sitvamoeloe fendimeno de fascinaciin electiva que se poren de msnifes en las maa nase boo el eeabezamiento de ste mixin principio La palabra Fire ( sucita on efoto pare el grupo una realidad “lees” c imposible de comporir proce sent falta de significant deb fala 5) 1} Yalo hemes indieado, dsteguleido la prtida que cps ahi dea uaa Al personae de Calor y sel misfceeon de Casino. HAY QUE CREER EN ALGO EN ESTE MUNDO. 45 Deotroal Oro. ‘Cuando pone a prueba la credulidad de! otro con mindscula, el perverso demuestra que més alli del guién que organiza aexpensas de su vietima, en realidad la partida esencial !a juega con el Otro del len- guaje En este caso, lo errénea es creer en una especie de malignidad ‘retuita, califieada ripidamente de perversa y sumariamente identifi cada con ef juego del gato y el ratén, mientras que lo que esté en juego eg de naturaleza ontolégica, y la malignidad, si la hay, solo esta por afadidura Con el fin de determinar la singularidad de esta eleccién de destino por la que el sujeto perverso seenfrenta (no perdamos de vista al personaje de Don Juan, que sigue siendo nuestro punto de mira) con el Otro del Lenguaje en cuanto ral, el que Lacan llama Otro con maytisculs, hemos de desandar el camino para precisar algunos princi- pios que determinan la estructura del lenguaje La credulidad se presenta como un caso particular de creencia en el que el sujeto pone su fe en manos del Otro sin limiracién ni reserva. Por el contrario, Ia ereencia normal, que es simplemente lenguaje en acto (verificaremos este principio en detalle), se define porel puntode falia que Ja consticuye. De tal forma que la realidad y le creencia en la realidad son una y la misma cosa, con este correlato: Ia realidad es lo que el otro comparte con nosotros como realidad. De ello resulta que slo hay creencia (y realidad) desde e! lugar del Oxro, entiéndase de todos los otros con mintiscula que constituyen mi creencia y mi reali dad, los cuales son, unos tras otros, el soporte del Otro.con maytiscula que, no Jo olvidemos, no existe. Todo cambia en el fenémeno de le credulidad por el hecho de que el Otro, precisamente, se pone a exis: tir Al mismo tiempo, a realidad yla creencia ya no estan afectadas por Ja arbitrariedad del signa, sino que se encuentran sometidas a aquel que se ha erigido en amo del Jenguaje El amo de lo simbélico Retomando ea una vision de conjunto nuestras conclusiones ante- tioces, en este momento estamos capacitados para comprender cémo 1h eredulidad, por su misma deriva, revela la estructura de la crecrcin J. mis alléde la creencia, de todos los fenémenos del lengusje. En vir

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